Revista hojas necias n ° 3

Page 1

1


2


1

Con el ímpetu de compartir, de querer evidenciar que al talento lo único que le hace falta es un canal, un medio donde pueda darse a conocer y mostrar su trabajo, nace HOJAS NECIAS. Tras un año de su creación y con la intención de generar un medio de comunicación cultural y reflexivo, el logro, si es que existe, reside no sólo en sus creadores, sino en todos aquellos que nos han permitido mostrar esa constante en su vida: la creatividad. Porque el mérito del creativo, como de todo en la vida, se encuentra en intentar e intentar, en la necedad de perseverar y continuar, incluso si no se logra lo esperado, de caer y levantarse, de renovase. Sí, reinventarse, crear, proponer. Por tal motivo, HOJAS NECIAS dedica su tercer número al renacer, donde con cada obra descubrimos una mirada particular del resurgimiento, a partir de los ojos de nuestros colaboradores: vivir en un cuerpo necio, bailar la noche entera y no darse cuenta que se baila con el enemigo, escribir para cruzar ese puente entre el miedo y la maravilla, estar ante un coctel perverso, dejar esa tierra de la que fácilmente te enamoras y volver a ella; revivir en el son; morir y volver a nacer en una pequeña molécula. Adrián Vidaurri

Agradecemos al Instituto Veracruzano de la Cultura y al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes por el apoyo para la realización de esta edición. De igual forma, expresamos nuestra gratitud a Go Design, patrocinador oficial del Primer Concurso Ilústranos.


2

Dirección General: Adrián Vidaurri Dirección Ejecutiva: Ricardo Fonseca Dirección Editorial: Eréndira Esperón Dirección de Arte y Formación: Yorckh Juárez Jácome Mercadotecnia y Relaciones Públicas: Aline Escobar Corrección Editorial: Elizabeth Rivera Cuéllar Ventas: Sergio Vidaurri

Comité Editorial: André Omar Andrade Anna Andrés Sergio Aramís Figueroa Laura G. García Rodríguez Felipe Sahidt Ortega Ibarra

Colaboradores: William Navarrete Ser Aramís Froy Balam Yanitsa Buendía de Llaca Manuel Canseco César Eduardo Carrillo Soberanes Axayacatl Casco Agustín Güiris Vázquez Anande Serara

revista hojas necias @hojasnecias hojasnecias@gmail.com @hojasnecias (044) 228 102 9600 (044) 228 175 7277

Ilustración: Nayem Guillermo Álvarez Carlín Ganador del Primer Concurso Ilústranos. "Intento dejar una parte de mí en cada cosa que dibujo, hay un ser abandonando la vida en esta imagen, su alma está en transición. El ojo en la frente representa la verdad, cuando muere, el misterio de la existencia se vuelve evidente, y se acepta la muerte como un paso natural del alma".

HOJAS NECIAS: Año 1, n.° 3, mayo–junio 2014, es una publicación cultural y artística bimestral editada en Xalapa, Veracruz, hojasnecias@gmail.com. Editor responsable: Hojas Necias. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo n.° 04-2013-031110221200-102, ISSN: en trámite, otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Impresa por Talleres PROAGRAF, S. A. de C. V., Av. 20 de noviembre n.° 649, colonia Badillo, C.P. 91190, Xalapa, Veracruz, este número se terminó de imprimir el 2 de mayo de 2014 con un tiraje de 1000 ejemplares. Está prohibida la reproducción parcial o total del contenido sin la autorización escrita del editor y los autores del mismo. Las opiniones expresadas en esta publicación son responsabilidad de los autores.


3


4


5

06 Un ave fénix parada encima de un nopal Por Agustín Güiris Vázquez

10 Pierre Fudarylí, coctel perverso Por Anande Serara

Anwar Vázquez: Tierra de secretos Por Laura G. García Rodríguez

18 William Navarrete: El malecón de la Habana a las orillas del Sena Por Sergio Aramís Figueroa

Resuello en tres actos Por Froy Balam

Re-digestión Por César Eduardo Carrillo Soberanes

¿Estás lista? Por Ser Aramís

34 Ensayo contra la repetición Por Yanitsa Buendía de Llaca

IVEC, 27 años de impulsar la cultura veracruzana

41 ADN: Eterno retorno de una molécula con recuerdos o cómo negar al simio que llevamos dentro Por Axayacatl Casco

46 Donde resurge el son: Sonex Por Adrián Vidaurri


6

El cine de todos las regiones se ha reescrito en incontables ocasiones siendo distintos los entornos que han marcado estas cicatrices o bien nuevos rumbos. Desde los encuadres políticos hasta los económicos, pasando por los siempre refrescantes movimientos sociales o manifiestos artísticos, es algo que ni siquiera las industrias existentes en el mundo han podido frenar. Podríamos resumirlo como un sano entendimiento del renacer generacional. Desde que se avala el cine con la posibilidad de ser una representación social con Kracauer en la Alemania de entre guerras, todos los países han visto enmarcar estilos y cualidades en distintos periodos; algunos de éstos perdidos, algunos reencontrados años más tarde para el culto o el gusto kitsch de otros movimientos: banderas que ondean en el horizonte de corrientes nutridas del pasado. Nuestro cine, tantas veces llamado al renacimiento de su calidad, no está ajeno a todo ello. Desde el llamado inicial por parte de la política derrocada (Porfirio Díaz como protagonista de sus propias cintas) en el supuesto movimiento revolucionario; mismo que llenara los primeros filmes de la llamada “Época de Oro”, el cine en México se ve envuelto bajo ciertos criterios que han marcado su paso sistemáticamente. Las razones de sus

melodramas para convenir tanto con el miedo estadounidense a una influencia fascista y/o socialista después de la Segunda Guerra Mundial, como con la utilidad para hacer ver un mejor escenario de vida en las clases baja y media baja, genera y regenera la nostalgia de un México contado a escala de grises, adornado siempre con las buenas intenciones de los pobres (ahora jodidos), en un cine que es parte sustancial de una educación que sirvió consecuentemente para el encubrimiento de una “verdad” socio-política pero bajo un sello de calidad alto, muy alto en ocasiones, si partimos del uso del lenguaje, la técnica y la narrativa. Asunto que, debido al alejamiento de la ayuda de nuestro siempre bipolar vecino del norte, decae prontamente gracias a la falta de escuelas firmes: la degeneración. Es entonces cuando la televisión se convierte en el medio preferido –y predilecto– para ese velo de veracidad y el cine es heredado a la política con toda su burocracia, por un lado, y a los favoritismos por el otro. Surge así –tal vez resurge sea la palabra más incómodamente adecuada– un cine nacional que lucha con garras por oportunidades mientras se abrazan tramas de los bajos barrios del centralismo. La oportunidad de nuevos “estrellatos” se da a una generación que


7

busca el bienestar propio sin importar las consecuencias (privilegios políticos de por medio), que se describe con un total desinterés ante la calidad evolutiva, cinematográficamente hablando, de aquellos tiempos vividos. Las anomalías de ese sistema, en este caso, daban y dan aún la vuelta al espectro de los tiempos “dorados”… las elegidas por el tiempo se cuentan como los amigos, con los dedos de la mano. La mayoría, en realidad, resultaron bloques burdos narrativos que facilitaron y beneficiaron el amiguismo, el compadrazgo y la nueva industria de la droga. Los “grandes” filmes de dicho periodo (que hemos aprendido a apreciar desde una escala de valores distinta a la del mundo) no llegaron muy lejos dentro de los escaparates internacionales, debido a su escaso presupuesto y poco espacio de manejabilidad fílmica (no creativa) bajo el paupérrimo contexto con que era manejada la cultura en nuestro país. Sin embargo, no todo estaba tan perdido. Razones aparte se encuentran en nuestra, en ocasiones olvidada, en ocasiones recordada, elogiada y citada (a conveniencia), escuela de cine nacional, CUEC –después su jactanciosa y mediática hermana CCC–, que más pronto que le llegó un movimiento –Cinema Novo– al cual adherirse, le alcanzó la fuerza del Estado (Díaz Ordaz, Echeverría) y murió lo que podría haber sido una primera y segunda generación pensante de un cine distintivo e inteligentemente nacional. El llamado “Nuevo cine mexicano”, el mismo en el que nadie se pone de acuerdo sobre cómo y dónde nace, dónde muere (si es que lo hace) o re-nace o re-muere, aparece por brios de sacrificio personal. Un cine apoyado, sí, en parte por las mismas instancias gubernamentales pero


8

que es, y está, educado fuera de éstas. Una generación que salta a un ruedo casi vuelto a la virginidad del mercado que acapara la atención por parte de organismos más fuertes y avocados al oficio de hacer, estudiar, criticar y analizar cine (nuestras escuelas se integran a estas tareas gustosa y eficazmente), así como de algunos medios que le ven provecho para sí y algunos personajes (realizadores) educados y/o gustosos de lo extranjero. El cambio de estafeta, es cierto, no queda tan claro como los resultados puesto que realizadores que pelearon en el ring más reacio retoman los nuevos aires. La época actual de nuestro cine, guste o no, es el resultado de esa apertura ochentera-noventera que se hizo a través de la expiación, el homenaje, la inmolación y el ofrecimiento al marketing –el tártaro de nuestra era–, que bajo sus preceptos, lejos de ir degenerándose como en otros tiempos, se ha abierto a distintas fronteras, mercados le llaman ellos, y es así como tenemos hoy opciones de producción tan diversas. Lemon Films en su afán de creerse parte de una industriaespectáculo Mexican-hollywoodense. Los Three-Amigos, que lejos de acrecentar la producción nacional, propagan la de su familia y la de realizadores noveles de otros países (pero que llevan la bandera de México en cada festival que visitan cual seleccionador nacional de futbol), los Mantarraya que reivindican el cine de autor con apertura a las reglas cinematográficas (así como a su ego) en algunos de los más prestigiados festivales de cine del mundo, como también su brazo comercial: Cadereyta Films. Están los Canana, otrora guapos y deseados de la nación, que tratan de dar (o más bien darse) oportunidades, está su gira Ambulante que abre caminos al documental, están distribuidoras como Corazón Films, Zima, los propios Mantarraya que se

automercadean. Están los festivales nacionales a los que asisten algunos de los directores de mayor renombre y que cumplen más años de los que uno estaba enterado de su existencia… y un largo, pero no tan largo etcétera. El cine mexicano está, sí. Está y se encuentra en una época en la que existe alrededor del mundo con garbo, presencia y sustancia. Como todo en su historia, tiene sus excepciones para bien y para mal, para mal y para bien. Las instancias federativas continúan rigiendo gran parte del espectro fílmico, pero ahora, por fin, se puede dar paso adelante por lados alternos. Eso, claro, no quita el siempre combativo territorio de esta maravillosa y terca guerra de querer hacer un filme, llevarlo a cabo, terminarlo, venderlo, distribuirlo y, sobre todo, ver ganancias en ello. Pero qué más da, el sentido de una industria no nos pertenece, como a ningún otro país, exceptuando la India y Estados Unidos (donde cada vez el cine independiente lo es y lo parece menos). Nuestro cine es lo que cuenta su propia trama: parte de una historia de por sí ya rebuscada como para irla fragmentando más y más. No se trata de una cadena con eslabones que se dan paso unos a otros –para eso tenemos ya el día a día–, nuestro cine es uno solo y sólo uno. No hay ni uno nuevo, ni uno viejo, ni uno clásico o dorado. El cine nacional es su pasado, presente y futuro. Uno que nos atañe, sí y es innegable que en él nos veamos y escribamos; que en él nos inventemos y también nos reinventemos, que nos analicemos y nos describamos fielmente… A final de cuentas hemos sido lo que hemos de ser a lo largo del camino, pero eso, sépase de antemano, pasa en todo el mundo.

@FrippZappa


9


10

Pierre FudarylĂ­, coctel perverso Por Anande Serara


11

No se debe racionalizar lo irracional, el estrecho puente entre la maravilla y el miedo es lo que genera la sorpresa visceral entre el arte y el espectador. Pierre Fudarylí

Pierre nació en Cancún pero se crió y maduró en el norte del país. Chihuahua lo vio dar sus primeros pasos en el entorno artístico. Cuentan que a los once años trató de tomar clases de dibujo y pintura pero la mala ciencia de un profesor mediocre lo hizo desistir, de modo que se convirtió en autodidacta devorando libros de pintura hasta que se topó, en el artículo de una revista, con quien fue, y es, su mayor influencia: Salvador Dalí. La contemplación de las obras del español le causó tal impacto que incluso su nombre artístico está ligado al pintor surrealista. Con el tiempo otros artistas aparecieron en su camino. El surrealismo de la hispano-mexicana Remedios Varo, la tendencia dadá de Max Ernst y la Scuola metafísica de Chirico. Estas influencias fueron determinando el estilo de Fudarylí sin caer en la copia, porque si bien es cierto que al contemplarlas nos podrían recordar a otros artistas, el chihuahuense le imprime un carácter propio que las hace únicas. Sus estudios en arquitectura y fotografía digital le permiten ahondar en otras técnicas. Sus obras no tienen una representación bidimensional sino, según sus propias palabras, heptadimensional, es decir, se analizan todos los ejes espaciales.


12 Aunque ha incursionado en diferentes ramas artísticas, desde la escultura hasta el video, tiende a tener un mayor desarrollo en la pintura con tintas, pastel y acrílico, y en la fotomanipulación digital. La mayoría de sus piezas combinan estas dos técnicas, dando como resultado obras con un aire un tanto irreal. En su quehacer como demiurgo, su poesía cromática re/crea el mundo y sus piezas parecen flotar en un tiempo entre pasado, presente y futuro; viven en un espacio onírico. Los tintes oscuros se hermanan en un coctel perverso con el erotismo y el fetichismo que explora sin complejos y con una intención transgresora. Ésta llega también a ciertas temáticas religiosas o mitológicas que viran hacía otros rumbos bajo el filtro del artista. Pero estas reinterpretaciones de escenas clásicas no son un simple capricho estético, morboso o un deseo por el escándalo, sino que se sustentan sobre ideas que brotan de lo profundo de


13 la psique humana. Un grito melódico, un aleluya ateo fascinado por lo sacro, por esa dimensión de lo profundo que habita lo sagrado, que resuena en nuestra intrínseca caverna –lo inconsciente– . Los temores, placeres y sentimientos se ven en la carnalidad de las creaturas que aparecen ante nosotros sinceras, aun en sus claroscuros, recovecos, silencios. Cada creación es una escritura automática, vómito verbvisceral, una manifestación y un manifiesto paranoicocríticos. Y neuróticos, por supuesto. Un viaje introspectivo, adentrándose en lo oculto y desconocido, para conocer(se) y encontrar(se). Donde sonido y oscuridad se abren para hacerle paso a la luz de un ocaso que des/dibuja las sombras y sugiere los trazos rupestres que decoran nuestro fuero interno, y que a veces negamos, pero que, a pesar de nuestros rostros vueltos, ahí se encuentran. En definitiva, Fudarylí nos enfrenta con nosotros mismo, la naturaleza humana en toda su virtud y todo su defecto.


14


15

Anwar Vázquez: Tierra de secretos Por Laura G. García Rodríguez

“Creo que no es difícil enamorarte de tu tierra, nunca habrá una más luminosa que donde se nace, ni con más secretos”, afirma Anwar Vázquez. Su tierra, su espacio, su gente han marcado su trabajo fotográfico. Es fácil saber el porqué: para él siempre ha sido importante plasmar a través de su lente tanto sus orígenes como los lugares que ha conocido, aquellos a donde lo ha llevado la vida. Anwar Vázquez es originario de San Andrés Tuxtla, una región selvática con grandes sembradíos de tabaco. Fue justo este panorama el que lo motivó a fotografiar paisajes, en sus inicios, gusto que cultiva, junto con otros temas, hasta la actualidad.

Mientras estudiaba, tomar fotos era un hobbie que le generaba felicidad, sin embargo aún sentía que le faltaba algo. Fue a partir de 2004, cuando adquirió su primera cámara profesional y comenzó a interesarse por las técnicas y los autores que lo ayudarían a perfeccionar su estilo. Entre sus influencias destacan Eugène Atget y Ansel Adams. Este último aún es su máxima inspiración, por la sensibilidad y dedicación que plasma en sus imágenes y los sentimientos que éstas despiertan en los espectadores. En ambos autores encuentra ventanas para viajar en el tiempo, imaginando los ambientes y las sensaciones que hicieron de esas escenas tan comunes imágenes mágicas. http://www.anwarvazquez.com/ https://www.flickr.com/photos/just_anwar


16

Actualmente, se advierten influencias de Trey Ratcliff en el proceso creativo de Anwar. El trabajo de Ratcliff posee una técnica en HDR y manejo de herramientas digitales mediante la cual ha logrado innovar en el ámbito fotográfico. A partir de ello, Anwar está incursionando en la experimentación fotográfica con herramientas digitales, buscando lograr un efecto similar a las cámaras analógicas de antaño, con el fin de transgredir los límites luminosos y creativos de los sensores, que muchas veces limitan la capacidad de lograr el resultado esperado. Como fotógrafo, Anwar tiene muy en claro los temas que le gusta plasmar en sus imágenes: paisajes, arquitectura y

sensaciones que remiten a lo personal, lo íntimo. El retrato ha sido una asignatura pendiente, pues procura plasmar a las personas como manchones dentro de su fotografía de paisaje, a la vez que busca dar un mayor peso a los elementos de la cotidianidad. Para Anwar la fotografía es concebida como una oportunidad de viajar en el tiempo, en el espacio y de pasar por los lugares que de otra manera no conoceríamos. El placer que siente por documentar esos instantes en una imagen es lo que le motiva a seguir, convirtiendo a la fotografía en un estilo de ver la vida.


17


18

William Navarrete: El malecón de la Habana a las orillas del Sena Por Sergio Aramís Figueroa

Nacido en Cuba en el mítico año de 1968, residente de París, la Ciudad Luz, desde hace más de veinte años. Además de ser escritor ha trabajado como periodista, profesor, curador de arte y traductor para organizaciones internacionales de Naciones Unidas. Lleva un blog en Wordpress a su nombre, donde comparte sus andanzas y un poco de todo cuanto crea. Ha publicado unos quince libros de ensayo, poesía y narrativa, dirigido varias antologías y colecciones de literatura, y obtenido diversos premios y reconocimientos por su labor cultural. Habitante de la tierra del bilingüismo, ha escrito dos volúmenes sobre la música cubana y varios ensayos literarios, así como un diccionario de

hechos y personajes insólitos de Cuba. Su primer libro de poesía, Edad de miedo al frío, obtuvo el primer premio Eugenio Florit, otorgado por el Centro Cultural Panamericano de Nueva York. Su primera novela, La gema de Cubagua (Madrid, 2011) fue incluida bajo el título de La danse des millions en el catálogo de La Cosmopolite, una de las colecciones de literatura extranjera más prestigiosas de Francia, dirigida por la editorial Stock. Su segunda novela, Fugas, ha visto la luz recientemente en las Ediciones Tusquets (México, 2014). Este necio narrador apadrina nuestra edición con un cuento inédito: “Bailando con el


19

enemigo”, un relato de outsiders y de la imposible huída del destino. San Pancracio, una república bananera como tantas otras (¿un continente bananero quizá?) vive bajo el yugo, bajo la “guía” de su patriarca, su dios en la tierra, su tirano regente: La Momia. Y lejos, en París, en su exilio, todo pancraciano cree saber la respuesta al mal que aqueja a aquella república bananera, mas no lo nombran… Y con razón, ya que uno nunca sabe qué tan cerca está de los fantasmas del pasado, por muchos kilómetros que se encuentre aparte. Pero, bueno, a fin de cuentas, ¿quién nos quita lo bailado? Así que ¡embúllanse!

Bailando con el enemigo William Navarrete Se habían escapado de la República bananera de San Pancracio. Nativos de aquel insignificante territorio en la ruta de los huracanes, otro indicador les unía: no conocieron allí más gobierno que el de la siniestra familia y, en su cúspide, La Momia. Con cien años cumplidos había enterrado ya a todos sus colaboradores e hijos. Y empezaba a enterrar también a los nietos y bisnietos de los primeros, incluso, a los propios. Casi la mitad de los pancracianos había tomado, por vías disímiles e insospechadas, el camino del éxodo. No era aquel exilio un vivero militante como en la época en que un apuesto joven − ahora convertido en longevo incómodo− era el espolón de proa del marxismo en el Tercer Mundo. No. Los pancracianos que habían escapado cuatro y cinco décadas después de aquella gesta medio borrosa en la memoria de todos, detestaban secretamente a La Momia, pero evitaban pensar en ella. Iban y venían entre la

república bananera y el país en donde vivían con la misma indiferencia con que asistían al gimnasio del barrio o al salón de belleza. Si de algo podía jactarse La Momia era de que por cansancio, inercia o quizá autodefensa, sus crímenes más abyectos, su poder hegemónico, la destrucción de un pueblo, y todo lo malsano y nefasto de su eterno gobierno, iba quedando en las páginas del olvido. Cansada de la misma cantaleta, despiadada como suelen ser los jóvenes de hoy, las dos últimas generaciones de pancracianos no querían oír hablar de política. A nadie le interesaba quién y cuánto tiempo gobernaría en aquella tierra perdida. Y si alguien −casi siempre extranjero− preguntaba si no estaban harto de ser los títeres de una patética pantomima, ofrecían por invariable respuesta: “San Pancracio es diferente, no necesita otro gobernante que el elegido por el destino”. La fiestecita pretendía matar el aburrimiento del sombrío invierno de París. Una pancraciana afable, a la que le daba lo mismo que La Momia gobernase cien años más, recibía en su casa. Le decían Bibibleu y sólo deseaba vivir tranquila, resolver sus necesidades en donde le pareció posible, o sea, lejos de las trabas y prohibiciones impuestas por La Momia y su familia tentacular. En ese punto −en el de la familia− todo el mundo sabía que a lo largo de la historia habían existido familias patricias, familias imperiales, familias políticas e, incluso, oligárquicas. La de San Pancracio era un tipo inédito: la familia “momial”, imperturbable e indestructible, omnipresente y, a veces, invisible. Saberlo, no remediaba tampoco nada. Los momiales, también llamados así por pertenecer al frondoso árbol genealógico de La Momia, como los


20

virus ocultos que la ciencia no logra detectar, formaban un ejército de nietos, bisnietos y tataranietos del endiablado monstruo. Como camaleones fundidos en la masa se cambiaban el apellido patriarcal. Así nadie podía emparentarlos con La Momia y sus hermanos, las nonagenarias Semimomias. ¡Menos las policías secretas, las aduanas o la Interpol! Lo hacían además por precaución, no fuera a ser que algún pancraciano lúcido de los pocos que quedaban, los reconociese y les echase en cara el daño y las calamidades de que eran responsables sus abominables abuelos. Cinco de los invitados a la fiestecita de Bibiblue y de su esposo Guillaume, se encontraron por casualidad a la salida del metro. Los anfitriones alquilaban un apartamento en una torre con vista al Sena, un edificio extrañísimo, tipo laberinto. Para llegar al piso sexto en que vivían había que subir primero en ascensor al doce, bajar por las escaleras al diez, tomar otro ancensor hasta el cuarto y, por último, subir a pie dos plantas más por unas escaleras que daban al callejón sin salida del pasillo en que se hallaba, finalmente, el apartamento. −¡Joder, el hijoeputa que diseñó esta mierda estaba enganchado hasta los cojones! −se quejó un español que estaba con uno de los pancracianos invitados. −¡Ese fumaba yerba de primera!− añadió su pareja. En el minotáurico edificio ninguna de las veinte escaleras conectaba más de tres pisos a la vez, sino que morían en pasillos sin otra escapatoria que la puerta de los apartamentos. En aquella construcción helicoidal sucedían cosas extrañas. Los vecinos se quejaban de que los ascensores se ponían


21

en marcha de madrugada sin que nadie accionase los botones. Los más antiguos aseveraban que el castaño que se veía delante del ventanuco del encargado, se hallaba antes, en los inicios del edificio, colindando con la gran reja de entrada al jardín. Muchos dudaban del pobre hombre y era ésa la razón por la que ahora se veía en el mural del vestíbulo una fotografía ampliada del castaño en el sitio indicado por el guardián. Al vernos llegar sudorosos, a pesar de los grados bajo cero, y con las lenguas como corbatas, Bibiblue y su novio químico, nos confesaron que a ellos les había costado un mes aprenderse el camino hasta la puerta del piso. −¡Imagínense que cuando regresamos con un traguito de más preferimos dormir en el jardín! Y, en efecto, eso aclaraba el misterio de las tiendas de campaña plantadas fuera por algunos vecinos hartos de buscar durante toda la noche las puertas de sus casas cuando regresaban de la calle borrachitos. Eso sí, la vista del mítico río parisino desde el apartamento era cosa de catálogo turístico. −De noche, querido, de noche− corrigió Bibiblue al oír el comentario−. De día verás deprimentes chimeneas, puentes y carreteras ... una película futurista en cuarta dimensión. −¿En cuarta dimensión?− preguntó Rubier, novio del mencionado gallego y, para más señas, banquero. −Mi ‘jo, el humo, el ruido y la ventolera que entra por esa ventana es la cuarta dimensión. Si quieres comprobarlo saca la cabeza y me dirás− y en vez de mirar para Rubier respondió mirando a Mario quien había llegado también con el grupito. −¡Ayyymmm!− exclamó una pintora treintipicona, invitada como los restantes, Hojas Necias recomienda Fugas, de William Navarrete. Encuéntralo en Los Argonautas.


22

que sólo sabía decir “ayyymmm”, prolongando la y griega y declinándola con la boca cerrada en emes similares al mugido de una vaca. A Mario no le daba ninguna gracia verse en aquella encerrona. En caso de incendio la única solución era lanzarse por el ventanal, como cuando las escenas patéticas del fuego devorador de las Torres Gemelas de Nueva York. Quien pretendiera encontrar la salida, en medio de una situación de pánico, estaba jodido. De allí se salía, si acaso, calcinado; a lo sumo, asado, el tiempo de dar con la escalera correcta o el ascensor adecuado. Tal vez por esa idea Mario presintió que no todo saldría bien durante aquella fiesta, un peligro acechaba. Prefería reunirse poco con pancracianos. Llegar tan lejos y chapotear en las aguas del pasado no era lo de él. Además, le molestaba

http://williamnavarrete.wordpress.com/ @navarreteparis9

la indiferencia de casi todos ante la situación catastrófica del país abandonado. Ni La Momia ni su familia tenían, a sus ojos, perdón. Por culpa de ellos su hermano había muerto en el intento de escapar de aquel infierno y, poco después, su padre caía en una de las absurdas campañas militares emprendidas por La Momia en África. Al quedar las familias diezmadas por guerras expansionistas y éxodos frustrados, no eran muchos los pancracianos que la parentela no estuviera desperdigada por el mundo. Sus tíos, primos y seres queridos vivían en los cinco continentes, en ciudades distantes. El viejo tirano y sus secuaces habían desbaratado la más sagrado de un país: la familia, e incluso la propia, ya que muchos de los hermanos, sobrinos, hijos y nietos momiales habían optado por rehacer sus vidas lejos de su Poder. Para Mario todo aquello era imperdonable.

¿Quieres saber en qué termina el cuento de Navarrete? Entra a www.hojasnecias.com e ingresa el código #LaClaveEsCompartir


23


24

Resuello en tres actos aquí de nuevo en el plural asiento I Heme ensangrentando de café mis fauces y remojando en sangre mis cuencas oculares. La ciudad de alveolos pulmonares constipados desenfunda su día antes proletario. ¿Dónde, obreros del pasado, han regado su semen asalariado? Hoy imperan los comercios informales en donde el obrero se viste de traje de Coppel y tanto porciento. Heme aquí ejercitando mis tenazas sobre papeluchos para reciclar; por un lado anida la sierpe de tinta y por el otro las facturas para comprobar. Heme aquí con el sexo destrozado y aventado a la calle —los gatos olisqueando mis entrañas pidiendo sin vergüenza que les dé una caridad— ¿Dónde, oh putas de Lepanto, las levanto para ir a cotorrear? Heme aquí envirulado y purulento. Heme aquí penumbra de los buenos días. Heme aquí Torombolo que odia a Archie, Garfield que patea a Oddie. Heme aquí Sodoma y Gomorra, lombriz sin sal. Heme aquí sodoma que sodoma: Esfínteres dilatados por la ultrajanza patronal salario de alarife con camisa jota erre tarjeta del Banco Azteca y vales de despensa farmacia que no dispensa a drogadictos que huelen a Brudex a Venadrex —y esta tos que no se quita— abedules derrumbados y árboles-antenas que apenas se camuflan ¡Ésta no es Atenas, es Gomorra y te Sodoma! ¡Heme aquí cagándome de rima que no arrima! Heme aquí café de dieciséis pesos y a la alza. ¡Alza los brazos mujer y ponte mejor a implorar! Hasta el plural asiento huele a esfínter anal a ventanas de autobús cerradas y hecatombe nuclear.


25

que respiraba en esta vida era tu puto recuerdo de ciudad-vanguardia II Loconúnico tus medias de seda a media pierna ondeando al viento tu espesa cabellera —te esposo a la cabecera y lamo tu oriunda entrepierna— [rinconcito donde hacen su nido las ratas del palomar] Húmeda de humedal con el dedo en el dedal cose la rata vieja que era planchadora. Tu nombre no me sabe a recuerdo ni tus pestañas al viento; miro con más amor el calzón que me dejaste y a veces lo huelo y lo aprieto con fervor Magdalena de los altos vuelos usurpo tus alas de niebla y mejor me fumo un cigarrito porque el puro me hace ver muy macho [sabes que no lo soy porque te lloré como bendito y hasta por mí brotaron de nuevo las golondrinas de los techos] ¿Qué le he hecho a esta vida que me fustiga como perro? Y ladro y muerdo y me rasco y lamo como perro y pinto y escribo y me doy asco como perro pero también, como perro, Magdalena, te olisqueo con ansia la melena. Vente sobre mí pero despacito que soy poeta y la disciplina me hace daño, me vuelve hosco y campesino; también con disciplina ejemplar cada día me la jalo dos o tres veces enunciando tus tetas


26

para acabar de lleno sobre la cama y echarme un porro —aguantar machín la bocanada y darme cuenta cruenta que de tu boca, nada— ¡Ah, Mónica Galindo y sus fotos de perfil! Si fuera menos macho la invitaría a salir pero la ciudad me agobia y ella es como de antro como de pub como de novio de mil dólares y yo con mi café de dieciséis pesos. No, si te digo que esto ya no es lo que era: zapatitos de charol sobre la callejuela mojada noches de tertulia y acabar drogados y cogiendo entre todos al otro día los periódicos bombardeados de letrinas porque eso es la poesía: letras que trinan. no aspiro las hojas de ese octubre en el que te largaste a la chingada III Ya ¡Qué coraje y qué hombría la tuya! alejarse de Xalapa y regresar a donde sea con ese bigotito tan esbelto y tu panza chelera tus alargados pasos de hombrecito resuelto con la vida en un volado. ¡Ah qué cabrón me saliste! Y yo acá haciendo como que regresas sonriéndole a todas las amantes que dejaste Xalapa de los fantasmas y sus curvas voluptuosas y sus dientes con frenos y sus pecas en la espalda y sus narices aguileñas —pero qué puta fijación nasal— Heme aquí resolviendo crucigramas en los que ya no aparece tu nombre ni tus letras que no trinan porque tu aspiración se quedó en resuello y te devoraron los kilómetros Las virtudes se fueron bajando de sus peldaños ya sólo quedan los archivos casasolas con sus mujeres de mampostería revolucionaria. Si yo pudiera contarte, Magdalena, que la vida es sueño te daría un bostezo de aquellos trata tú de desenrollar tus pasos anegados en las mismas calles si pudieras, linda, estirar los pasos en un vector uniforme habrías caminado más que yo te quitarías ese trajecito de cajera del banco y te sentarías rabiosamente sobre mí fronda que me baña cabellera de sirena venusina ancas de rana notas de bemoles dolorosos ¡Ah la Dolorosa!


27

¡La Magnífica! ¡La Virgen de los Sicarios! ¡Juana la Loca! ¡Maribel Guardia! ¡Mónica Belluci! ¡María Magdalena! Boca que me sofoca en falo ebanista lúbrica de sórdidos arrabales muy golfa tu intelectualidad de diario muy intelectual tu rojo cinabrio Medusa del archipiélago Dámaso Pérez Prado Dabas tus verdes prados en la torre de la iglesia en los berros en los lagos y hasta aquella noche que se fue la luz en el centro y hasta el centro abrieron paso tus labios Minerva, me enervas con tus poses de mucama catadora de mis más elíxires calientes Sigfrido bañado en mito San Juan Bautista en la cueva primordial Rómulo que rema loba adentro ¿Y Roma? ¡A la chingada Roma que aún hay Xalapa y el ruido del tráfico cada vez es más difícil de apagar con tus gemidos! No me digas que no te atrofia tu presente insano tus facturas para comprobar y tu intelecto asalariado tus revistas de espectáculos o los panfletos del diario. No me digas que ya no me amas porque me regreso a la chingada a los ademanes de la noche los hoteles del carajo las putas tristes sin memoria los tercos leninistas las causas nobles los presagios del findelmundo las promesas de dejar de chupar [y chupar hasta los culos de las desconocidas] ¿Qué si el amor apendeja? ¿Si los sabios de Sion la arrolladora Banda Limón Ernst Jünger o la sabiduría ancestral? Todo es ilusión, es pantalla, es el sueño de bonanza del empleado de mostrador del ejecutivo de ventas que se adueñó de nuestra ciudad-vanguardia ¿Qué si la vida es sueño Magdalena? Siempre habrá café para despertar.


28

re-digestión Por César Eduardo Carrillo Soberanes

“Será mejor que fragmente mi fortuna –pensó– podría dejar una parte para que mantengan a los perros”. Concluyó contratar a dos criados, los de más confianza, para que administren el fideicomiso de los perros. Quizá es la cuestión que le atormentaba la conciencia. Dejar a los perros a su suerte no le proporcionaría buen karma, claro que no, eso sería un desastre colosal después de haber pasado media vida financiando instituciones de beneficencia e iniciativas altruistas, ¡no señor!, nada debe arruinar una balanza bien cuidada, procurada hasta lo más mínimo para esperar el buen día de la muerte. Eso pensaba ella, pero no podía terminar de apartarse de su condición terrena y de la pesada gravedad del globo terráqueo. Estaba también la cuestión de las entrañas. Bien lo había anticipado su madre: “Vientre que no da hijos, da cáncer”, y eso era lo que se repetía a sí misma por lo menos tres o cuatro veces al día: “Vientre que no da hijos termina dando cáncer, vientre que lleva cáncer es un hijo no nacido, vientre vacío, vientre dolorido, inútil”.

La gravedad, la responsabilidad y la maldita carga de su cuenta bancaria. Es posible que se preocupara tanto por los perros, como solía pensar y creer, pero muy dentro de su vientre invadido por las células podridas, en el mero centro del espacio estéril, la ansiedad le atormentaba su ego, no por los perros ni por su inutilidad tanto como por el destino de su cuenta bancaria. Esa señora descansa en su sofá reclinable, mira la televisión mientras mantiene una imagen mental de las células muertas invadiendo su matriz de dentro hacia afuera, contagiando y contaminando los demás órganos. “En tres meses se extendió –se dice– en sólo tres meses me está cargando la chingada”. La cuenta de banco, los perros y su karma. El cáncer de dentro hacia fuera, las quimioterapias, el cuero cabelludo desnudo, la comida insípida. Volvemos a la cuenta de banco, a sus antecedentes; treinta años de servicio en un laboratorio farmacéutico, química especialista


29

jefa de área, ahora jubilada al cien por ciento, licenciada en Historia, docente, cuatro idiomas, doce viajes alrededor del mundo, dueña de una cadena de laboratorios clínicos, siete casas, un rancho, cinco autos, tres camionetas y veinte perros callejeros. Ni un solo hijo. Pero al final de cuentas y a estas alturas del partido, esa cuenta era producto de su trabajo, de ella y nadie más; ni los hombres que pasaron por su cama, primero por el apetito de la juventud, luego en la etapa de las prisas, después en la triste práctica de desvestir borrachos, ninguno de ellos merecía algún crédito de su dinero. ¿El karma se podrá conformar con despilfarrar dinero en causas al azar? Ya había pensado en distribuir su dinero eligiendo causas al azar, pero en los últimos meses se apoderó de ella la idea de que la gente la acechaban, que el cáncer era producto de un embrujo, mal de ojo o magia negra. Y ella pensaba que todos eran malos, de verdad creía que en el último escalón hacia el máximo estadio se encontraría con la peor humanidad. Era imposible encontrar alguien digno de su caridad, es más, era ridículo pensar en entregar ese dinero a alguien al morir. El tumor cancerígeno medía veintidós centímetros de diámetro. Eso es un balón de futbol, fácil. También pudo haber sido un bebé. En última instancia, alcanzó a leer la teoría de que el cáncer es un sistema de apagado natural del ser humano.

Una hermosa manera en que el cuerpo cerraba un ciclo para iniciar otro en el plano espiritual, una sublime y digna manera en que uno era capaz de mirar y sentir cómo el fin de los días se aproximaba. Lo creyó así con todo su corazón, mientras dejaba pasar el tiempo desde su sofá, pensando en la mierda que cargaba en sus intestinos indigestos. Segura de que pasaban días y días sin que pudiera ir a cagar, se lamentaba por ser un costal de mierda, un costal que se podría, y que no había cargado nada de verdad, sintiendo que en su recuerdo sólo habían cifras y momentos patéticos que de nada le servían para la espiritualidad que tanto había buscado en toda su new age. Con esta mierda que se acumula en los intestinos y las malditas células que se van pudriendo a paso desmedido, ella no tiene oportunidad de pensar en otra


30

cosa que no sea una buena cogida. Según ella, es por ahí que los hombres regresan al cielo por donde salieron. Si es una herramienta para regresar al cielo, el miembro del hombre debe tener un buen tamaño o buena forma. Ella espera renacer, cree que puede decidir cómo y cuándo lo hará; pero, para ello tiene que ir a cagar, pues cuando caga recuerda qué es lo que debe hacer. Por lo mientras, sonríe de manera retorcida y enumera cada una de las vergas que conoció. Se imagina que ha de tener telarañas allá abajo, pues tiene mucho que no se acuesta con nadie. Sería bueno que alguien realmente dadivoso y con ganas de mejorar su karma golpeara a su puerta y la fornicara sin respeto. Se le cruza por la cabeza la humilde idea de renacer como una perra. Podría ser hija de una de sus propias perras. Al estar al cuidado de sus criados, podría pasar la vida de perra tirándose a los perros del vecindario. Sonrió un poco más, casi hasta soltar una carcajada; habrá que hacer algunas cláusulas para que la manutención se extienda por lo menos a la segunda generación. Ya se está imaginando que es mejor ir a cagar. Ha comido avena, papaya y naranja, además de un poderoso laxante. Cree que por cuestión de honorabilidad sería buena idea desalojar toda la “calabaza” antes de morir. Se levanta de su sofá, mientras sobresale su panza inflamada como la de una mujer embarazada. Piensa que va a dar a luz, se dirige al baño con la calma que sólo una mujer moribunda y desencantada puede

tener. En el camino enumera todos los esfuerzos inútiles que llevó a lo largo de su vida. Luego se da cuenta que le hubiera gustado más ser una ramera de oficio y madre de profesión. Le hubiera encantado acicalarse todos los días, perfumarse y vestirse con telas provocativas, poder descansar toda la mañana para en la tarde recibir a un hombre que la martillara sin clemencia, salvajemente, hasta quedar dormida. El arte de amar amerita dedicarle la vida entera, si es preciso, no hacer otra cosa que entregar el cuerpo una y otra vez hasta desgastarlo en su totalidad. Podría haberse llamado Reencarnación, dedicándose a recibir un hombre diferente cada día, un falo diferente para llevar al cielo. Ahora, en el baño, después de consumir suficiente fibra, ella siente cómo la mierda se precipita hacia la taza, cómo caen los mojones apestosos al agua, se deslizan, resbalan por su ano, como lubricado; ése es el efecto del laxante que deja fluir la porquería. Ella se siente aliviada, ella necesita un laxante que le quite el estreñimiento ocasionado por su cuenta bancaria. Ahora ha recordado que es esa maldita cuenta la que no la deja morir, pues es difícil renunciar al poder que acumuló en esta vida. Respira un poco, sigue cagando y decide que su próxima vida la llevará como una perra dedicada a fornicar alegremente, sin remordimiento; sus ojos en blanco parecen divisar un túnel iluminado en el fondo, ella sabe que va a renacer, que no importa nada, ella reencarnará en una perra.

@SabaakunoGara


31


32

¿Estás lista? Por Ser Aramís

Paremos ya estas vainas parecidas a ejotes tiernos, nos sabemos chuleta del costado del otro, eso, carne y costilla, complemento. Que cesen ya las lágrimas y demás gastos innecesarios de papel higiénico, ¿no nos ves, cubiertas de arroz nuestras cabezas, en celebración? consumemos esta dulce y picante relación nuestra –chipotles somos–, uno y otro, atún atrapado en las redes del destino mutuo, quilares tortillas reflejas. Pendo, piloerecto, con los vellos en punta, como un chayote en el cerro, a la espera de que respondas esta pregunta: ¿Del dolor de cabeza que ha sido hasta ahora mi vida, amor mío, quieres ser la aspirina?


33


34

Ensayo contra la repetición Por Yanitsa Buendía de Llaca

Hace algunos meses terminé una larga relación y una de las cosas de las que me di cuenta rápidamente es que estaba dormida, todo ese tiempo había estado dormida y me sentía fría, ausente de mi propio cuerpo, y con todos los miedos que no había experimentado ni en la adolescencia acerca de mi cuerpo y mi sexualidad. Hablé con algunas otras mujeres, y algunas de ellas (no todas) compartían también la sensación de sentirse asexuales, después de terminar una larga relación; pero, para mi grata sorpresa encontré hombres que también habían sentido esto, o que estaban frustrados por la frialdad de su antigua pareja. La frialdad sexual es algo que pasa, que provoca culpa en ambos lados de la relación, y que afortunadamente no es para siempre (en la mayoría de los casos). Ante estas reflexiones y la experiencia de la vida me propuse escribir acerca de eso que sentimos cuando nos encontramos ante un

cuerpo nuevo y nos renovamos: porque somos cuerpos necios y cuerpos en constante transformación. La rica y compleja paradoja entre el permanecer y el cambio. Como humanidad hemos sabido hacer y entender algo a la perfección, la repetición, como entes de “hábitos”. Estamos habituados a pequeños rituales que hacen que nuestras vidas funcionen, sin darnos cuenta, nos repetimos momento a momento: nos levantamos, tomamos café, comemos, saludamos a los vecinos, leemos, trabajamos, vamos al cine, hablamos con nuestros padres, nuestros amigos, nuestras parejas (de lo mismo). Si algo sabe hacer bien el hombre es la repetición, porque en ella alcanzamos un estado de confort impecable, porque de pronto las cosas comienzan a salir bien y sólo tenemos que hacer lo mismo para saber que nuevamente “eso” o “aquello” volverá a salir bien. Con nuestras parejas también nos repetimos. Tenemos sexo a determinada hora (o no) hablamos sobre lo insatisfecho, besamos los lugares que ya nos sabemos de memoria, pedimos el truco mágico que despertará la libido, cerramos los ojos cuando algo nos gusta demasiado, los abrimos cuando sabemos que se avecina esa expresión de placer que nunca, nunca, perderá el encanto; nos repetimos, hacemos de los cuerpos lugares comunes, obligamos al sano erotismo a aprender algo nuevo porque, de lo contrario, el amor, el placer, el sexo morirían y a veces pasa, a veces se agotan. Casi cualquier persona sabe o ha experimentado lo que es una ruptura en una relación, lo cansado que puede ser el final, lo maravilloso que es redescubrir la soledad, lo sanador que se vuelve hacer todo lo que habíamos dejado de hacer, redescubrirnos es una historia; pero redescubrirnos a través del otro es


35 mágico y completamente erótico. Después de varios años o meses de tener el mismo cuerpo, de conocer de memoria los rincones del otro, debe existir un aspecto lúdico para reinventarnos en la cama; pero de pronto, después de mucho tiempo de haber estado con un mismo cuerpo, descubrimos en otro nuevo una experiencia que se vuelve compartida y que implica renovarnos: redescubrirnos. No sólo es estar ante algo nuevo, también es cambiar de piel: como las serpientes y sus mudas, nosotros dejamos una parte de nuestro pellejo en el otro y ante una nueva experiencia renacemos en el erotismo de lo nuevo. Lo nuevo de él, se convierte en un espejo, en lo nuevo nuestro. En otro tacto, otro aliento, otras repeticiones que no sabíamos que estaban dentro de nuestro dominio, pero que aparecen mágicamente ante el extraño. Nos dejamos raptar por un instante porque sólo en la pérdida está el nuevo encuentro, aquel encuentro que hemos esperado y que nos hará nacer de nuevo, ser lo que se nos había olvidado, la parte más instintiva y sublime. Un llamado nos pide que dejemos de ser humanos y así, ante el abismo, volvemos a preguntar por nuestra existencia, abrimos los ojos y en la mirada del otro nos encontramos nuevos, lozanos.

@Yanitsabuendia Sex Geekdom México


36


37

El Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) llega a su XXVII aniversario robusto de voluntad y de ganas, con las fortalezas que se necesitan para trabajar en la cultura y con el objetivo de contribuir al bienestar social a través de la cultura en todas sus manifestaciones, pues no hay sociedad que goce de bienestar y de salud social sin disfrutar al mismo tiempo del arte. Las ciudades que tienen un mayor número de librerías, bibliotecas, galerías, museos, salas de conciertos

son las que tienen una tranquilidad social impagable, invaluable, y esto es justamente lo que procura e impulsa el IVEC. Es cierto que trabajamos con cierta estrechez económica, no obstante, salimos adelante gracias al apoyo invaluable de la Federación que, a través de sus programas como el PACMYC , PAICE, FORCAZS, Alas y Raíces, PECDA Fomento a la Lectura, entre otros, están al alcance de todos aquellos que busquen sumarse a nuestra cruzada.


38

Referirse a un aniversario nos lleva de manera casi instintiva a recordar nuestras bases bien dirigida por Rodolfo fundamentadas por dos Mendoza grandes Rosendo, el IVEC pasaPrompolini por una mujeres: Ida Rodríguez visión que consiste en y Luzprospectiva, María Martínez Montiel. identificar tendencias positivas para Ambas propusieron la creación del su restructuración. Se ideal, tomanjusto las IVECen el momento decisiones necesarias para diseñar cuando comenzaban a crearse los un futuro culturales más favorable en el marco institutos descentralizados de la planificación estratégica de la federación, como sucedió en del Instituto. En este proceso es Aguascalientes. importante la inclusión de diversas De acuerdo con la doctora Esther voces para Palacios, el establecimiento de Hernández quien ocupó en prioridades de mediano y largo plazo, dos ocasiones la Dirección General teniendo en lacuenta losque aspectos del IVEC, en época en surgió culturales, sociales y económicos de el Instituto (21 de abril de 1987) nuestra entidad. México tomó de Francia el modelo de la descentralizada finalidad de redefinir su la Con cultura y el nuevo papel en la sociedad, el IVEC da concepto de la promoción cultural a prioridad e implementa acciones partir del rescate de las tradiciones. trascendentales que permiten Gracias a la iniciativa de estas dos conocer difundir nuevos mujeres bieny formadas, preocupadas imaginarios. El Instituto reconoce su y comprometidas con el estado, función social, que no es homogénea; los veracruzanos no nos quedamos por el contrario, construye su destino rezagados en materia cultural. atendiendo a la diversidad de la A decir de la dos veces Directora sociedad veracruzana. General, aunque el IVEC haya Acorde con lo anterior y para tenido en todos estos años vaivenes conmemorar su XXVII aniversario, según los intereses políticos, el el IVEC es organizó el mes Instituto mucho durante más fuerte que de abril tres actividades relevantes eso. Las casas de la cultura van para la formación público infantil, recobrando poco adepoco su misión y discutir sobre las manifestaciones los recintos culturales reciben más de la tercera raíz ya difundir el arte apoyo en cuanto infraestructura, contemporáneo: el 4º Festival Niñas equipamiento y organización de y Niños por la Naturaleza y el Arte, actividades. el Con XIX Festival Afrocaribeño y la 2ª la actual administración Bienal de Arte Veracruz 2014. El Instituto Veracruzano de la Cultura trabaja por y para todos los habitantes de la entidad, es una

institución cercana a la comunidad, de acuerdo con su actual Director General Rodolfo Mendoza, quien desde que inició su administración ha evidenciado que las puertas siempre van a estar abiertas para escuchar y atender las solicitudes. “Hay un equipo muy grande de gente comprometida en el Instituto que se encarga de recibir a quienes llegan a nuestras oficinas, entre los cuales estoy yo. Nos toca hacer ese trabajo de ampliación, tal cual un círculo concéntrico, para empezar a extender las ramificaciones y aspirar a contagiar a los 212 municipios que conforman nuestro maravilloso estado de Veracruz con esta visión”. Veracruz es riquísimo en expresiones culturales, ha sido un semillero de artistas, intelectuales, escritores, pintores, bailarines; todos ellos, estandartes de la cultura de nuestro estado, no sólo en el país, sino en el mundo. Para Rodolfo Mendoza es un honor encabezar una iniciativa que, de la mano de la política cultural del Gobierno del Estado y de Conaculta, lleve a más gente a interesarse por el arte y su difusión. “Nuestra idea central es dar todo el impulso necesario para que la cultura sea una actividad viva y vivaz, cotidiana, que se sienta en la población y de esa manera, lograr ese gran desarrollo social que está buscando el gobierno de Javier Duarte de Ochoa”.


39


40


41

ADN: Eterno retorno de una molécula con recuerdos o cómo negar al simio que llevamos dentro Por Axayacatl Casco Pasar a las filas del desempleo no debió ser cosa fácil para Dios, perder de la noche a la mañana la responsabilidad de ser el creador omnipotente de todas las cosas gracias a un tal Charles Darwin y su teoría de la evolución debió ser todo un shock, hay quien dice haberlo visto todavía haciendo uno que otro milagro, pero nada comparado con esos seis días de locura en que dio origen a todo el universo. Para Darwin tampoco fue una tarea fácil dejarlo sin chamba, muestra de ello son los veinte años que tardó en decidirse a publicar su teoría. Esta demora ha despertado toda clase de rumores, algunos dicen que se debió a un remordimiento de conciencia y basan sus fundamentos en que Darwin, durante su juventud, había sido un cristiano convencional e incluso realizó estudios para convertirse en clérigo de la iglesia de Inglaterra, aunque los chismosos que

han leído toda su correspondencia afirman que esto último le valía un reverendo cacahuate. Otro rumor más aceptado sugiere que Darwin sabía que podía tocar fibras muy sensibles. “Es como confesar un asesinato” decía, afirmación nada lejos de la realidad, su teoría aniquilaba la idea tradicional de un mundo diseñado por Dios y haría caldear los ánimos en su contra, los fans del divino eran mayoría, y si bien la bonita costumbre de quemar en leña verde a los herejes había pasado de moda, el rechazo de la sociedad y del gremio científico preocupaban a Charles. Debido a esto, Darwin sabía que su teoría debía tener una evidencia científica contundente, para su (des) fortuna tenía un carácter sumamente obsesivo, basar su decisión de casarse o no de acuerdo con una lista de pros y contras del matrimonio o sufrir insomnio por dejar pendiente


42

la contestación a una carta leída por la tarde, son muestra de ello. La teoría de Darwin no surgió por un efecto “eureka”, sus minuciosas y metódicas anotaciones sobre todo lo que observaba y pensaba; aunado a su búsqueda de conocimiento en áreas como la anatomía, taxonomía, embriología e incluso economía, cocinaron lentamente su teoría. ¿Qué decía la teoría de Darwin para levantar tantas pasiones?, veamos el caso del mejor amigo del hombre para entenderla. Piense en cualquier perro, si encontráramos una foto de sus padres veríamos que mamá y papá perro serían muy parecidos a su hijo, en caso de ser una raza pura, o un poco diferentes si el perrito es “corrientón”, una foto de sus bisabuelos y “tataraperros” nos mostraría lo mismo, es decir, la mayoría de las características se heredan, algo muy obvio sin duda, pero Darwin fue más allá. Imaginemos ahora una foto del ancestro de nuestro perro imaginario hace cien mil años, estaríamos viendo un lobo, su ancestro hace 160 millones de años sería una especie de roedor; 300 millones de años y encontraríamos algo parecido a una lagartija que también precede a los dinosaurios y los humanos. Darwin estableció que todos los organismos procedemos de una especie en común, la cual tiene variaciones con el tiempo y puede dar origen a nuevas especies. También observó que en las especies siempre hay un momento de sobrepoblación, originando una lucha por la supervivencia, aquí es el momento clave donde pueden originarse variables dentro de la especie para tener ventajas sobre otros y no petatearse. Regresemos al lobo prehistórico, durante una sobrepoblación de esta especie la

comida empieza a escasear, unos buscan desesperadamente robar comida a los humanos y en ese proceso algunos se dieron cuenta de que era más fácil ser dócil y no atacarlos para conseguir alimento, así, los lobos más amigables empezaron a convivir con los humanos y éstos los fueron domesticando, un lobo agresivo era inmediatamente sacrificado quedando sólo los más dóciles. No piense usted que una lobita parió un perro de la noche a la mañana, a decir de Darwin la evolución es un proceso que se va dando de manera lenta y gradual, las características del lobo fueron cambiando lentamente de una generación a otra durante miles de años, hasta que las diferencias fueron tantas que se conformó una nueva especie. En la actualidad, cuando vemos lobos en peligro de extinción, comprendemos que los perros son un caso exitoso de adaptación y como ellos la infinidad de especies que existen en el planeta han sabido adecuarse a las características de su entorno para sobrevivir y reproducirse con el fin de perpetuar su especie, a esto Darwin lo llamó selección natural. Cuando en 1859 se decide a publicar El origen de las especies, la crítica no se hizo esperar, a pesar de haber sido cuidadoso al no mencionar a la especie humana en su libro, su implicación era imposible de ignorar, así, sus fans from hell toman la parte donde menciona al ancestro en común y lo relacionan con la especie más parecida al humano: el chango, reduciendo su teoría a un simple: “Darwin dice que provenimos del chango”. Así, la Iglesia, intelectuales y caricaturistas de la época trollearon al pobre Darwin creando una idea totalmente errónea que aún persiste en nuestros días, nosotros no venimos


43

del simio, sin embargo sí tenemos un ancestro en común, el llamado eslabón perdido. Darwin padecía una enfermedad de los nervios cuyo origen aún es desconocido y por esta razón no gustaba de debatir o dar conferencias sobre su teoría en público, sin embargo no faltó quien “saliera al quite”, un amigo suyo. Thomas Huxley (a.k.a el bulldog de Darwin), protagonizó una de las mejores respuestas a los adversarios de Darwin durante un debate público con el obispo de Oxford, Samuel Wilberforce: −Y díganos, Mr. Huxley, su ancestría simiesca, ¿le viene por parte de madre o padre? A lo que Huxley contestó: −Preferiría tener una abuela o abuelo simio como antecesor que a un obispo, como usted, que tergiverse la verdad para engañar a la gente. ¡PLOP! Darwin había separado para siempre la religión de la ciencia, Dios ya no era la respuesta a todas las preguntas, había que encontrar nuevos argumentos para responder los planteamientos de la teoría evolucionista: ¿Quién transmite las características de una generación a otra? ¿Qué sucede en las entrañas de una especie para que ésta evolucione? Darwin había dado una

explicación a gran escala, pero los secretos de la fuerza de la evolución se hallaban en el microcosmos. Durante el siglo siguiente diversos estudios van descubriendo al culpable de la evolución y ubican su paradero dentro de nuestras células, el causante: una molécula, la cual permaneció invisible al ojo humano hasta 1952, cuando se deja tomar por primera vez una foto. Los responsables de esta hazaña ganarían el Premio Nobel años después: Watson y Crick; aunque informes de nuestro servicio de espionaje y contraespionaje indican que la mayoría del trabajo fue realizado por Rosalind Franklin, desgraciadamente ella muere de cáncer al poco tiempo y nunca se pudo corroborar dicha información. A esta molécula se le denominó ADN (ácido desoxirribonucleico), en ella se encuentra toda la información que nos hace seres humanos y la encontramos en todas las células de nuestro cuerpo. Toda esta información se conoce como genoma y si pensamos en él como una enciclopedia, ésta vendría en 23 tomos llamados cromosomas, cada tomo de esta enciclopedia está hecho de miles de palabras llamadas genes y a diferencia de las 27 letras que componen nuestro abecedario, el idioma del ADN sólo tiene cuatro: A, G, C y T que, cuando se juntan de


44

tres en tres, forman una palabra o gen. El ADN y sus secretos enriquecían la teoría de la evolución, los cromosomas nos decían por qué nos parecemos a nuestros padres: cuando el espermatozoide y el óvulo se fusionaron cada uno colaboró con 23 cromosomas para formar lo que somos. La enciclopedia tenía dos autores y los científicos habían aprendido su lenguaje, los lecheros del país quedaron al descubierto, la lectura de este código genético daba pruebas de quiénes eran nuestros verdaderos padres. Las palabras de la enciclopedia no están escritas con sangre, éstas pueden cambiar dando origen a las mutaciones, regresemos al caso del lobo. El denominado “instinto” está hecho de hormonas que generan una conducta, en el caso de los lobos huir de los humanos o cualquier situación de peligro, su cerebro no tenía la capacidad para pensar: “hay que hacernos compas de los humanos”, pero los niveles de esas hormonas pudieron reducirse en algunos, haciendo que se acercaran al hombre. Los niveles de hormonas del lobo cambiaron porque su código genético

sufrió una pequeña modificación en algún tomo de su enciclopedia genética, un gen, una simple palabra cambió y fue suficiente para modificar la cantidad de hormonas que segrega, y cuando este cambio originó un efecto positivo, “dejar de estar hambriado”, lo transmitió a su siguiente generación. De esta manera podemos ver cómo el código genético ha sufrido transformaciones y dado origen a nuevas especies, aunque suene descabellado nosotros seguimos portando la información genética desde el primer ser vivo originado hace 3.5 billones de años hasta nuestros padres, no es necesario creer en la reencarnación para darnos cuenta de que esta molécula renace en cada nueva generación, el ADN vuelve en una especie de eterno retorno y sus modificaciones pueden ocasionar la supervivencia o la extinción de una especie, pero el que usted esté leyendo esto significa que sus ancestros han sobrevivido, por causa o azar, a las inclemencias de la vida desde hace millones de años, como dice Szymborska: “somos casualidad inconcebible como todas las casualidades”.

@tufaxa


45


46

SON DEL N

Donde resurge el son: Sonex Por Adrián Vidaurri

La escena de la música en nuestro estado y en esta capital, es una de las que más aporta para la gala artística que existe, contamos con una de las mejores facultades de música y con una de las mejores orquestas sinfónicas del país, aunado a eso, es común encontrar por las calles a personas que nos deleitan con diferentes estilos musicales. Dentro de toda la oferta que existe, se encuentra el género que nos identifica y representa como veracruzanos: el son jarocho, acordes donde jaraneros y decimeros, mediante creatividad y talento, recrean ese espíritu que caracteriza a nuestro estado.

El son jarocho es un símbolo de identidad, donde grupos como Sonex logran que este ritmo se acerque a las nuevas generaciones e influya en ellas para hacer que el son perdure y renazca. En ese sentido, provocamos un encuentro con esta agrupación de amigos a quienes el amor por el son, la jarana y la décima los unió; mismos que han logrado llevar a otras latitudes a estos sonidos. ¿Por qué Sonex elige el son jarocho y no otro género musical? “¿Para qué estudiar otro género? Todo se trata de tomar tu propio sonido y tu propia esencia, es difícil tocar reggae y llegar a Jamaica a impactar o llegar a Nuevo Orleans a tocar


47

NECIO

Soy jarocho de Sabana que a los tiros me enardezco y en el fandango amanezco al compás de la jarana, y con la trova galana voy enhebrando tu amor, que eres primor jarocha llena de brío que siendo del mismo río no te rindes al calor. Guillermo Chazaro Lagos

Jazz”, responde Camil Meseguer, integrante de este conjunto y creador de la Casa de Nadie. Esencia, emoción, pertenencia, identidad, es precisamente lo que le sobra a esta agrupación. ¿De dónde proviene esto, cuáles son sus influencias? La respuesta la obtuvimos en el transcurso de la charla, nos percatamos que este grupo se gestó en un ambiente rodeado del folclore veracruzano, para ellos era común estar en fandangos. La

herencia de padres y familiares, sus raíces, dieron la personalidad que los ha llevado a ganar diversos premios y presentarse en distintas partes del mundo. Dentro de los premios que han ganado se encuentra el primer lugar del concurso “Tu música también cuenta” creado por National Geographic y la casi extinta red social myspace, otro premio que es importante resaltar es el premio Award for International Breakthrough Artist AIBA que recibieron el 30 de abril de este año como mejor artista internacional emergente, en Londres Inglaterra. ¿Cuál es la clave de su éxito? Según el violinista de Sonex, ha


48

sido la unión, el cariño mutuo y la amistad de sus integrantes; sumado al esfuerzo y dedicación que ponen en cada uno de sus proyectos. Entre los retos más importantes que han vivido como grupo fue mostrar una manera diferente y renovada de hacer son, evidenciar que su música también pertenecía a este estilo de vida. Al principio, esto provocó un panorama poco agradable, recibían comentarios críticos que, entre líneas, expresaban que su música no era propia del género; sin embargo, para sorpresa de los integrantes, al mismo tiempo recibían la aceptación total de los conocedores del son, dichos expertos destacaban el regreso del violín al son jarocho. Próximos a sacar su segundo trabajo discográfico, Meseguer habló sobre su proceso creativo, donde destacó el trabajo en equipo: alguno de los

integrantes trae alguna melodía, o una letra y en conjunto generan lo que hace falta para que terminar la canción, ésa es la característica esencial de sus producciones. Sonex al igual que otros grupos como Los Cojolites, Son de Madera, Los Vega, Mono Blanco y otros emergentes en esta escena musical, son los encargados de mantener vivo este género, no queda más que el agradecimiento por su aporte y el deleite de su música.


49


50


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.