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plan de colaboración 2021
MAYO 2021 • Pág 8 # 31 •
Dra. Mónica Pujadas
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La pediatra y epidemióloga integrante del GACH habla de los primeros efectos de la vacunación en nuestro país y analiza la posibilidad de que mayores de 12 años puedan inocularse en un futuro “no lejano”. Además, repasa las principales consecuencias de la pandemia en niños y adolescentes, y admite que, en estos tiempos de incertidumbre, la confianza y la empatía con el paciente son fundamentales.
No es posible presentar a Mónica Pujadas desde una única perspectiva. Su nombre ha estado resonando en los medios de comunicación desde que comenzó la pandemia como una de las referentes más preparadas y claras a la hora de abordar todo lo que respecta al COVID-19. Probablemente, sus múltiples vertientes profesionales la han posicionado en este lugar preferencial en tiempos de emergencia sanitaria: es médica e infectóloga pediatra, epidemióloga, profesora agregada de Pediatría en la Facultad de Medicina (Udelar),
miembro de la Comisión Nacional Asesora de Vacunas del Ministerio de Salud Pública, vicepresidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, y desde que comenzó la pandemia, integrante del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), entre algunas otras responsabilidades. Su visión es sumamente valiosa no solo por su carácter multidisciplinario a la hora de analizar cómo niños y adolescentes transitan las consecuencias del aislamiento social y la suspensión escolar, sino porque desde su rol de mujer y madre comprende en primera persona este difícil camino a transitar. “Desde mi condición de pediatra, docente y mamá, considero fundamental la empatía y el contacto con la gente, ponernos en el lugar del otro, entender sus expectativas y frustraciones. Y en especial con los pacientes pediátricos y sus familias, la relación y la confianza que se genera es maravillosa, así como el cariño que nos transmiten”, cuenta Pujadas mientras admite que Uruguay ha trabajado mucho en el equilibrio entre las restricciones y las necesidades de los niños. Revertir el impacto que la pandemia ha causado en ellos será un desafío para toda la sociedad y llevará un largo tiempo, pero hacia allí vamos.
Mientras nos encontramos en los primeros puestos del ranking de vacunación, atravesamos el máximo pico de contagios. ¿Cuándo podrá verse el impacto de las vacunas en Uruguay?
Si bien la campaña de vacunación contra COVID en Uruguay es intensiva y con un ritmo que nos posiciona entre los países que mejor están vacunando en el mundo, vamos a ir viendo el impacto en forma paulatina. Desde el Ministerio de Salud Pública, la Udelar y el GACH lo estamos analizando y monitoreando en forma permanente. Y nuevamente es importante tener en cuenta los distintos objetivos, o sea, qué les pedimos a las vacunas. También, al analizar la evolución, es imprescindible considerar el impacto de las medidas no farmacológicas, la proporción de reducción de la movilidad en el entendido de que la campaña se inició en un escenario de alta transmisión comunitaria e intensa circulación viral. Y más allá de estas consideraciones, hay indicios que pueden hacernos pensar en que ya hay algún resultado, sobre todo al analizar la curva de contagios en personal de salud, que ya se ve que se despega de la curva global y los contagios vienen en descenso.
¿Cómo ve el futuro de los niños y la vacunación contra coronavirus en nuestro país?
Es altamente probable que en un futuro no lejano, se deba vacunar a niños y adolescentes, en especial al principio a la franja de 12 a 18 años, y priorizando los grupos de riesgo. Instituciones como la Academia Americana de Pediatría ya lo están considerando. Hay investigaciones con varias plataformas de vacunas COVID que están mostrando buenos perfiles de eficacia y seguridad en estos grupos etarios (actualmente, Pfizer sometió a la FDA a su vacuna solicitando autorización para vacunar desde los 12 años). Los adolescentes se comportan igual que los adultos jóvenes en relación a la transmisión y actitudes frente a la pandemia. Y por otro lado, vacunarlos también contribuiría a llegar más rápido a la inmunidad de rebaño de la población.
¿Cuáles son los efectos de la pandemia que -como mamá y pediatra- puede visualizar en niños y adolescentes?
La pandemia ha impactado fuertemente en estos grupos. Por un lado, en los últimos meses aumentaron los casos en niños y adolescentes acompañando el aumento de la transmisión comunitaria y el aumento en adultos. Pero hay que considerar también el impacto de lo que se llama la parapandemia, fenómeno que ha perjudicado especialmente a nuestros niños, limitando sus controles en salud, sus derechos educativos, y vulnerando necesidades básicas para su desarrollo, como la socialización y el aprendizaje, contemplados en la Convención de los Derechos del Niño. La suspensión de la atención y tratamientos ambulatorios de niños y adolescentes, sumado al cierre educativo, necesarios en este contexto epidemiológico, determina pérdida de oportunidades de promoción de salud, detección e intervención de trastornos del neurodesarrollo y de salud mental que se incrementan en estas condiciones, así como discontinuidad en el tratamiento y rehabilitación de patologías crónicas. Esta nueva realidad afecta en mayor medida a los grupos vulnerables, aumentando la brecha educativa preexistente en niños de contexto crítico. Si bien nuestro país tiene una gran fortaleza de conectividad y sistema informático
