P. Juan Carlos Pinto Suárez, SSP EL BAUTISMO DEL SEÑOR – Ciclo B (Marcos 1,7-11): En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto».
«Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto».
Y comenzó a hablarnos del Padre como «bondad», «acogida», «amor». Un Padre de ternuras y bondades.
El bautismo de Juan y el bautismo de Jesús Hoy cerramos el período navideño con la fiesta del bautismo de Jesús. El Niño nacido en Belén, Jesús de Nazaret, inicia con su bautismo la vida pública, anunciando la Buena Noticia del reino de Dios. Este domingo vemos cómo el Espíritu desciende sobre Jesús, y el Padre lo proclama su Hijo amado, el preferido, a quien hemos de escuchar para participar del reino de Dios.
que se dieron en el anuncio del reino de Dios por parte de Jesús y de Juan. Tal vez Jesús pudo ser discípulo de Juan, y a su vez Juan es quien bautiza a Jesús en el Jordán, junto a otros muchos penitentes.
El bautismo nos ha convertido a todos nosotros en criaturas nuevas, en hijos adoptivos de Dios. Con él recibimos una doctrina que profesar y una forma concreta de vivir. Por eso estamos invitados a renovar nuestra fe y descubrir por la fuerza del Espíritu el auténtico camino liberador del pecado, pasando por la vida haciendo el bien, una vez descubierto que el reino de Dios está dentro de nosotros.
Cuando Jesús inicia su vida pública difiere de Juan, que fue un predicador en el desierto, lejos de la ciudad y de la convivencia ciudadana. Jesús busca la cercanía humana, y en particular la de quienes la religión y la cultura oficiales tildaban de personas poco gratas. El Bautista parece una persona sombría, dura y combativa, anunciando el Reino que iba a llegar con un Dios fuerte y justiciero. Jesús, por su parte, pasó por la vida haciendo el bien, curando a los enfermos y oprimidos, anunciando que el Reino está dentro de nosotros, sin necesidad de buscarlo en otras partes.
El Bautista y Jesús tuvieron su propio itinerario. Nosotros aceptamos sin dificultades las diferencias
El mensaje del evangelio de hoy (Mc 1,7-11) podemos considerarlo vital en la revelación de Dios re-