Domingo XXIII TO
P. Gerardo Emiliani, SSP
(Mt 18, 15-20): En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierrapara pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
Haz, Señor, que nuestra vida fraterna se constituya por una red de relaciones que construyan la
comunión y visibilicen la unidad de tu Iglesia.
El amor fraterno
dar al hermano, y le curamos, y le damos de comer, y le enSi hay un mensaje que se repi- señamos, y le perdonamos, no te más veces en la Palabra de podemos decir que hayamos Dios, es este del amor fraterno. hecho nada extraordinario: “soTanto en el Antiguo Testamen- mos siervos inútiles, hemos to como en las Cartas de los hecho lo que teníamos que haapóstoles y en las enseñanzas cer”. de Jesús, se habla una y otra vez sobre el mandamiento del Perdonar es la asignatura más amor, subrayado pedagógica- difícil de aprobar dentro de mente por el ejemplo mismo de nuestro ser cristianos. Porque Jesús, que dedica su tiempo, dentro de lo que es la vida husu vida y sus mejores energías mana, el perdón siempre será a ejercer en lo ordinario ese una invitación a ser mejores en amor. la relación con los demás. Perdonar es relativamente senPablo, hoy, insiste también en cillo, pero perdonar de corazón este aspecto que debe ser el “hasta que duela”, no siempre principal en nuestra vida co- es algo que cualquier persona munitaria: el amor. Nos basta pueda conseguir. recordar el himno a la caridad, para el apóstol el amor resume Así nuestro perdón, nuestra toda la ley, es un eco de la en- corrección fraterna, debe tener señanza de Jesús que afirma varios elementos imprescindique el principal de los manda- bles: amor, humildad y mansemientos es el amor. dumbre; si faltara alguno de estos ingredientes no se dará un Más aún: para Pablo el amor es auténtico encuentro ni humano una “deuda” que tenemos con- ni cristiano. tinuamente con nuestros hermanos y que nunca termina- Si tu hermano peca, repréndelo remos de pagar. Es, por tanto, a solas entre los dos... El ejercuestión de justicia, un deber, cicio de la corrección fraterna y no debemos hacer la caridad tiene un itinerario que no se a un hermano como si de una puede suspender; es necesario limosna se tratara o algo aña- seguirlo para conseguir el fruto dido que hacemos cuando nos deseado: sentimos generosos; la caridad 1º) La corrección ha de ser a sose la “debemos”. las. A nadie le agrada la corrección. Jesús, gran pedagogo, lo Que el amor al prójimo sea una sabe muy bien porque conoce “deuda” tiene otra consecuen- el interior del hombre (su coracia: si nos esforzamos por ayu- zón en términos bíblicos). Por