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Alcalde en tu Escuela impulsa la educación en Santiago
Por Redacci N
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SANTIAGO, N.L.-
Con la implementación del programa Alcalde en tu Escuela, la administración municipal de Santiago, encabezada por David de la Peña ha dado respuesta a las necesidades de los planteles educativos del municipio.
Desde hace semanas el edil acompañado por sus colaboradores y autoridades del DIF municipal han estado visitando distintas instituciones educativas para conocer de cerca sus necesidades y atenderlas con prontitud.
En el marco de estas reuniones, el edil y los funcionarios municipales participan en la ceremonia cívica de honores a la bandera.
Las visitas son tan intensas, que en ocasiones son dos los planteles que son visitas por de la Peña.
“Jornada doble con Alcalde En Tu Escuela, vamos terminando la segunda visita del día en el Instituto México Panamericano, reforzando nuestro compromiso con los niños, niñas y jóvenes santiaguenses de seguir acercando todas las herramientas para su educación”, dijo.
El alcalde agradeció a la comunidad de escuelas como la Primaria Melchor Ocampo la invitación a visitarlos.
“Estamos trabajando en equipo para que nuestros niños y niñas santiagueses cuenten con una educación de calidad”, sentenció.v
CALLEmelancolía
Luciano Campos Garza
El edificio de Hora Cero, en Reynosa, se erige como un enorme ladrillo alargado color blanco, a un costado de la Carretera Ribereña. Su fachada está deslavada y pálida, con las ventanas del segundo piso clausuradas. En lo alto, se despliega el enorme anuncio de letras rojas que alguna vez se encendían por las noches, y que ahora están permanentemente apagadas.
Fui hace poco a la sala de redacción, donde está la sede del periódico, en Tamaulipas. Ahí trabajé algunos años, los que hubo entre la transición del milenio que se fue y el que llegó. En aquella época, cuando comenzaba el medio a despegar, el fundador y propietario, Heriberto Deándar Robinson, tenía la singular costumbre de colgar, en cuadros enmarcados, las portadas de cada edición. La sala donde están las computadoras se hallaba repleta de ediciones en formato tabloide que mostraban, con sus poderosos encabezados, las notas quincenales con las que remecíamos el estado.
Con el paso de las décadas, el diseño de interiores ha transformado el espacio donde ahora escriben los reporteros. La modernidad y la reconfiguración de la redacción tienen las paredes desnudas. Por alguna razón de Feng Shui editorial, parece que es mejor que el enjarre luzca limpio, para que los obreros de la información se enfoquen en sus pantallas.
Hay un predominante color blanco, y el espacio es ocupado por archiveros empotrados sobre el yeso. Cuando ingreso siento que camino por la nave principal de una catedral de jóvenes reporteros que, como acólitos hípsters, manejan a la perfección gadgets y redes sociales. El interior del edificio es un recinto reverencial en el que hay ecos permanentes de aquellas voces que intercambiábamos, algunas de chunga, otras de enojo, unas más de desesperación, para forjar la edición de la quincena, hace más de veinte años. Aún me gritan las portadas que ayer estuvieron colgadas como reseñas de lo que