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Variedades de cebolla

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Netafim y el riego

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CEBOLLAS

Las varieddes tradicionales en Argentina

La cebolla es una de las hortalizas más consumidas en el mundo. Si bien es originaria de Asia, su cultivo se ha extendido a las más diversas regiones. Para obtener resultados exitosos en el cultivo de cebolla se necesita que las variedades comerciales existentes sean seleccionadas en cada zona de producción. Cada variedad tiene exigencias específicas en cuando al largo del día mínimo requerido para su bulbificación. De tal manera existen aquellas que lo hacen cuando las horas de luz rondan las 12 horas, son las variedades llamadas de día corto, otras necesitan alrededor de las 13 horas, son las de día intermedio, mientras que las restantes logran el mejor rendimiento con valores cercanos a las 14 -15 horas de luz., son las variedades de día largo

Lo descripto precedentemente hace que la selección de la variedad de cebolla para una zona determinada constituya un trabajo de varios años. A ello hay que sumarle las preferencias del mercado ya que existen diversas formas, colores, pungencias y capacidad de conservación poscosecha de los bulbos. Entonces, la variedad óptima para una zona es la que

conjuga la adaptación al largo de día de la región con las características del bulbo que demanda el mercado destino de la comercialización, y además, la que tenga resistencia o tolerancia a las enfermedades y plagas preponderantes.

En Argentina se hacen cebollas de día corto en el norte del país, principalmente Santiago del Estero, y de día intermedio a largo al sur, destacándose el sur de la provincia de Buenos Aires. Tradicionalmente se usan las cebollas tipo valecianitas al norte y tipo valencianas al sur. Estas regiones se abastecen de semilla producida en el país por pequeños y medianos productores que se localizan, en su gran mayoría, en San Juan y Mendoza.

La valencianita tradicional es una cebolla con forma de trompo, diámetro ente 5 – 8 cm, color amarillo cobrizo claro y escasa conservación poscosecha. Cada productor de semillas se caracteriza por tener sus propias selecciones que difieren entre sí dentro del tipo descripto. La variedad Angaco INTA es la más rotulada.

Las valencianas poseen bulbos globosos, de color bronceado, con diámetro de ente 6 y 8 cm y buena conservación poscosecha. Abastecen el mercado entre principio de año y agosto-setiembre, que es cuando comienzan a cosecharse la valencianitas del norte. En este grupo se destaca la variedad Valcatorce INTA, también conocida como Sintética, y Grano de Oro. La variedad Valcatorce INTA posee excelente conservación y muy buen cierre del cuello.

En el Registro Nacional de Cultivares, que es donde deben inscribirse todas las variedades vegetales que se comercializan en el país, hay inscriptas, a diciembre de 2019, un total de 225 variedades de cebolla, siendo 139 variedades híbridas. Esto demuestra que la oferta varietal del país es abundante, abarcando diferentes formas, colores y largo de días. Pese a esto la mayoría de los productores continúa eligiendo las variedades tradicionales que ofrecen los semilleros nacionales. Es importante destacar que recientemente dos productores de semilla han inscripto cinco variedades que son producto de selecciones de los materiales tradicionales existentes.

Los motivos de esta conducta conservadora en la elección de la variedad de cebolla son diversos. Tal vez el principal es que se trata de variedades altamente probadas y adaptadas a cada zona de producción y a los sistemas de manejo que utilizan. Con estas variedades y con un manejo tecnológico adecuado, se logran rendimientos muy buenos, además corresponden al tipo de cebolla demandada por el consumidor argentino. Más aún, la variedad Valcatorce INTA es la que mayoritariamente se

exporta a Brasil por su buena calidad y resistencia al transporte e inclusive se la ha enviado con éxito a Europa.

Otra razón de importancia en la elección de las variedades tradicionales es el precio de la semilla, ya que es notablemente inferior a las híbridas que se ofrecen en el mercado. En esto hay que considerar que la mayoría de los productores utiliza el sistema de siembra directa con un gasto de semilla elevado, entre 4 y 5 kg/ha.

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