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Desperdicios alimentarios
alimentarios, coadyuvantes químicos y farmacéuticos, ...). Suelen ser procesos costosos porque exigen una puesta a punto del proceso en laboratorio y luego los desarrollos tecnológicos que permitan el escalado de forma económica y sencilla para hacer posible su industrialización (existen programas de financiación para fomentar este tipo de biorrefinerías).
Entre los ejemplos de gestión de residuos el ponente menciona algunos hechos en su laboratorio como la hidrólisis de proteínas. Este proceso permite destinar restos animales a la obtención de productos de más valor añadido que los piensos, que son la forma habitual de utilización. Se puede obtener péptidos bioactivos que contribuyen a mejorar la salud de los humanos, hidrolizados proteicos con efectos gelificantes, espumantes, … Se pueden obtener productos interesantes para el cuidado de la piel, algo interesante para el sector farmacéutico. Un ejemplo es el suero lácteo, del que se pueden extraer compuestos de valor, más allá de su mero uso como integrante de piensos. En un proyecto realizado por el grupo de investigación para una empresa de comida para animales se obtuvieron elementos de palatabilidad para piensos para gatos.
Menciona los suplementos de hidrolizado de colágeno, comercializados bajo el argumento de su acción para las articulaciones (existen voces críticas cuando se trata de ingestión, puesto que el proceso digestivo descompone los alimentos en sus constituyentes y no está claro que si consumimos colágeno, se forme colágeno en nuestro interior).
También se han generado recubrimientos de gelatina enriquecida con péptidos antioxidantes de la hidrólisis de subproductos del tomate, utilizado para recubrir una carne de cerdo, un trabajo publicado en 2020 y que fue portada de la revista Polymers.
Otro desarrollo del laboratorio del ponente fue la obtención de péptidos cardioprotectores y antioxidantes y su inclusión en caldo de huesos de jamón. España es un importante productor de jamón, produce más de 40 millones de piezas al año de jamón curado. El hueso es un residuo; en el pasado se utilizaban como saborizante, un uso que se ha perdido. Ellos hidrolizaron el material de ese hueso de jamón para producir péptidos con distintas bioactividades como antihipertensiva, antioxidante, hipoglucémica, antitrombótica, … y que esos caldos pudieran utilizarse en alimentación. Se trata de un trabajo que tuvo mucha repercusión mediática, tanto España, USA como otros países.
Otro uso posible para los residuos alimentarios es en la generación de energía.
A partir de los residuos se puede generar biogás, bioetanol y biodiesel-
4.2. Biogás
El primero en desarrollarse fue el biogás, en los años 70, mediante fermentación anaerobia de los residuos orgánicos. Se produce un gas que es mezcla de metano y dióxido de carbono. Ese gas, mediante motores, puede transformarse en energía eléctrica o térmica y la parte digerida de la materia orgánica se usa como abono. Esto se aplicó mucho en granjas, empresas, depuradoras; en estas últimas, porque también es una aplicación práctica en el tratamiento de aguas residuales. Este tema fue objeto de la tesis doctoral del ponente y muestra una foto en que se ven los dos tubos que son reactores de lecho fluidizado donde están los