Forestar 6 - Restauración de sistemas áridos en Murcia

Page 1


6. Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

3.3

La desertificación constituye una grave amenaza para el sureste de la Península Ibérica, y afecta al uso de los recursos de los que depende una parte de la economía regional. A nivel nacional, se estima que aproximadamente el 20% de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas en España sufren procesos graves o muy graves de desertificación. El uso excesivo de los recursos suelo y agua, las condiciones climáticas adversas y el aumento de las perturbaciones ha provocado una disminución en la prestación de servicios ecosistémicos de las áreas con riesgo de desertificación, así como una reducción de la resiliencia de los ecosistemas frente a este tipo de degradación. A lo largo de más de un siglo, las provincias del sureste peninsular han sido pioneras en la lucha contra la desertificación; y, en las últimas décadas, se han desarrollado varias iniciativas nacionales y autonómicas para combatir la degradación de los suelos, incluida la restauración de sistemas forestales. En este capítulo se revisa el estado actual de los conocimientos sobre la restauración forestal en zonas semiáridas degradadas en España. La experiencia previa muestra que la perspectiva de restaurar este tipo de terrenos es

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

técnicamente viable utilizando un conjunto de medidas pasivas (por ejemplo, exclusión de áreas, regeneración natural asistida, pastoreo rotacional) y activas (por ejemplo, reforestación, técnicas de oasificación, mejora del componente biológico del suelo, fomento de la biodiversidad), acompañadas, en algunos casos, de medidas de bioingeniería. Aunque no existen ejemplos documentados de todas estas alternativas, sí se pueden ilustrar a través de determinadas experiencias de recuperación de sistemas naturales. Sin embargo, el desarrollo de modelos de restauración basados en procesos más complejos requiere de soluciones nuevas, mediante un enfoque de restauración que opere a diferentes escalas (desde micrositio hasta el paisaje forestal), y que debería adoptarse como marco general para la rehabilitación de ecosistemas de tierras afectadas por procesos de desertificación. Se considera que existen una brecha de información y participación social para poner en marcha este tipo de iniciativas, así como un adecuado análisis de costo-beneficio de las intervenciones de rehabilitación; pero no debe olvidarse que el costo de la rehabilitación y de la gestión forestal asociada es muy inferior a las pérdidas que se derivan de la inacción. Por lo tanto, la colaboración entre las administraciones y la sociedad es crucial no sólo para generar alternativas social y ambientalmente viables, sino también para el éxito a largo plazo de las actividades de lucha contra la desertificación en nuestro país.

Palabras clave: desertificación, degradación de suelos, erosión, sistemas forestales, restauración, repoblación forestal, oasificación.

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

1. Introducción

La desertificación se considera como una de las amenazas más importantes para el bienestar humano y el medio ambiente debido a sus efectos negativos sobre la biodiversidad, la degradación del suelo, la perdida de recursos hídricos, y el deterioro de los servicios ambientales (Martínez-Valderrama et al., 2016; Glantz, 2019; Mirzabaev et al., 2019). El interés por conocer los efectos negativos que produce la desertificación, en relación con la seguridad alimentaria y con los servicios ecosistémicos, ha aumentado en los últimos 10 años, a pesar de la larga tradición de trabajos relacionados con este tema que se han desarrollado tanto a nivel global (ej., UNCCD, 1994; Charlet et al., 2018, Sterk y Stoorvogel, 2020, ver Capítulo 5), europeo (Tribunal de cuentas europeo, 2018) y nacional (MAGRAMA, 2008). Todas estas iniciativas, y otras muchas, prevén contribuciones importantes a la restauración de millones de hectáreas de ecosistemas en todo el mundo. Como resultado, se han lanzado varias iniciativas (ej., NNUU, 2021; MITECO, 2022; Reglamento (UE) 2024/1991 del Parlamento Europeo relativo a la restauración de la naturaleza) para restaurar áreas afectadas por procesos de desertificación. La restauración de este tipo de ecosistemas degradados se concibe como una solución que aporta un triple beneficio: recuperar la integridad ecológica de los sistemas naturales, mejorar el bienestar humano y aumentar la resiliencia frente al cambio climático.

Sin embargo, la ejecución de todas estas iniciativas requiere no sólo de prácticas de uso del suelo adecuadas, sino también de modelos de restauración de ecosistemas que incluyan la corrección de los factores que hay detrás de los procesos de desertificación, y que aseguren su viabilidad técnica, ambiental y socioeconómica. En este capítulo se hace una revisión breve de algunos de estos aspectos en el marco del sureste de España, dando una visión general de la restauración de áreas afectadas por procesos de desertificación, así como proponer algunas medidas específicas para abordar estos procesos, incluyendo una valoración del costo económico del papel de la colaboración público -privada en su implantación.

2. Desertificación y sistemas forestales

Las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas se definen como aquellas en las que la proporción entre la precipitación anual y la evapotranspiración potencial está comprendida entre 0,05 y 0,65, con un valor de índice de aridez (IA) entre 0,20 y 0,50 (UNCCD 1994). En España eso se corresponde con un 74% (37,5 millones de hectáreas) de la superficie. Los usos dominantes de estos territorios son las tierras de cultivo, los cultivos y pastizales abandonados, los matorrales, y una abundante representación de bosques (Suarez Cardona et al., 1991). Los ecosistemas de zonas áridas y semiáridas proporcionan diferentes servicios de regulación, incluidos el agua, el suelo y el clima, al secuestrar y almacenar grandes cantidades de carbono en el suelo. Por ejemplo, y aunque la biomasa vegetal por unidad de superficie de las tierras áridas es menor que la de muchos ecosistemas terrestres, las reservas totales de carbono orgánico e inorgánico del suelo en las tierras áridas comprenden el 27% y el 97%, respectivamente, de las reservas globales de carbono del suelo (Lal et al., 2021).

A pesar de ello, estos ecosistemas siguen sufriendo la amenaza de la desertificación, comprometiendo la sostenibilidad de muchos de los servicios ambientales que generan. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD 1994) define la

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

desertificación como “la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas como resultado de diversos factores, incluidas las variaciones climáticas y las actividades humanas”. En España, se estima que alrededor del 74% (37,5 millones de hectáreas) de su superficie está en riesgo de desertificación, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Symenoakis et al., 2007; Rojo Serrano et al., 2009; Sanjuán et al., 2014; MITECO, 2024; Fig. 1).

Figura 1. Comunidades Autónomas con mayor riesgo de desertificación (Fuente: https://www.epdata.es/datos/desertificacion-espana-datos-graficos/393)

De esta superficie, el 20% tiene riesgo alto o muy alto de desertificación. Las regiones más vulnerables se encuentran en el sureste del país, especialmente en las comunidades autónomas de Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha, Canarias y la Comunidad Valenciana (Tabla 1, Fig. 1). En algunas áreas de estas regiones, más del 50% del territorio ya muestra signos de desertificación.

Tabla 1. Riesgos de desertificación en España función de las condiciones climáticas

Tipo de Clima Características Climáticas

Mediterráneo Seco Veranosmuycalurososy secos; inviernos suaves; precipitacionesescasas.

Mediterráneo Continental Inviernos fríos y veranos calurosos; precipitaciones moderadas.

Subtropical Temperaturas suaves todo el año; precipitaciones irregulares.

Regiones Principales Riesgo de Desertificación

Sureste de Andalucía, Murcia,Alicante AltoaMuyAlto

Castilla-La Mancha, interiordeCataluña

Islas Canarias (especialmente las orientales)

ModeradoaAlto

Moderado a Alto, especialmenteenáreas Áridas

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Mediterráneo Húmedo Inviernossuaves;veranos cálidos; precipitaciones abundantes.

Atlántico Clima húmedo, con temperaturas suaves y abundantes precipitaciones.

Cataluña, Comunidad Valenciana(norte) BajoaModerado

Galicia, Cantabria, País Vasco Bajo

La desertificación es un problema ambiental complejo que combina causas antrópicas, condiciones climáticas adversas (ej., sequías prolongadas o recurrentes, torrencialidad, etc.) y antrópicas (ej., prácticas agrícolas inadecuadas, mala gestión del riego, pastoreo excesivo, expansión urbana; Martínez Fernández y Esteve Selma, 2002; Reynolds et al., 2007; MITECO 2022; Castillo 2023).

A menudo estas causas actúan al unísono, creando procesos de retroalimentación que agravan el problema (Martínez Fernández y Esteve Selma, 2005). Una vez iniciado estos procesos, las zonas semiáridas son muy sensibles a la desertificación, y el proceso se acelera a través de la erosión hídrica y eólica, la degradación química (ej., la salinización, el agotamiento de la fertilidad y la disminución de la capacidad de retención de cationes), la degradación física (ej., la compactación del suelo, la erosión, etc.) y la degradación biológica (ej., reducción del carbono total y de la biomasa, disminución de la biodiversidad terrestre y del suelo, etc.). En particular, los ecosistemas áridos y semiáridos son muy vulnerables a la desertificación por tener precipitaciones muy escasas, sequías recurrentes, suelos frágiles, y escasa cubierta vegetal (Martínez Fernández y Esteve Selma, 2005; MAGRAMA, 2016; CEDEX, 2017; MartínezValderrama, 2024).

A pesar de los importantes procesos de desertificación en muchas zonas del sureste peninsular, aún es posible identificar la estructura y las funciones básicas del paisaje, a través de la conectividad hidrológica y de las relaciones fuente-sumidero de los recursos básicos como son el suelo, el agua, la biodiversidad y el C (Puigdefábregas et al., 2005; Bautista y Mayor, 2021, Muñoz-Rojas et al., 2021). La conectividad hidrológica define las relaciones entre la escorrentía, que conecta cada una de las unidades del paisaje (ej., micrositios, laderas, red de drenaje), con la recepción de recursos hídricos. Estos procesos vinculan la distribución de los recursos (ej., agua, suelo, nutrientes) con el mosaico del paisaje (ej., vegetación natural, cultivos) y la función de los ecosistemas (ej., regulación hídrica, ciclos biogeoquímicos), y determinan su estado de degradación (Bautista et al., 2007; Mayor et al., 2019; Martínez-Valderrama et al., 2022 a; 2022b) La conectividad, y funcionalidad, así entendida, son procesos naturales que se modifican por el uso humano de la tierra. La investigación realizada en España sobre desertificación ha identificado los vínculos que existen entre la distribución de los recursos en los mosaicos de vegetación a escala del paisaje, las funciones de los ecosistemas y su estado de degradación (Martínez-Valderrama, 2016). Los resultados obtenidos permiten entender mejor los procesos fundamentales que regulan las funciones de los ecosistemas afectados por la desertificación de cara a su restauración, y ayudan a identificar las principales causas antrópicas sobre estos ecosistemas que resultan en la desertificación y en la pérdida generalizada de funciones y servicios ecosistémicos asociados

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Por otro lado, el cambio climático está exacerbando estos procesos mediante la alteración de los patrones espaciales y temporales de la temperatura, las precipitaciones, la radiación solar, los vientos y un aumento del albedo de la superficie terrestre (MAGRAMA, 2016). Esto acentúa el efecto que la desertificación tiene sobre la pérdida de biodiversidad (Martínez Valderrama, 2016), e incrementa los efectos negativos del cambio climático global a través de la pérdida de capacidad de secuestro de carbono (Lal et al., 2021). La desertificación puede liberar una fracción importante de este carbono a la atmósfera, con importantes consecuencias de retroalimentación para el sistema climático global. Se estima que cada año se liberan 300 MtC a la atmósfera provenientes de sistemas semiáridas (Evaluación de los Ecosistemas del Milenio 2005). El impacto del cambio climático en estos sistemas también debe considerarse en paralelo con los efectos de las presiones antrópicas existentes, causadas por una gestión insostenible de recursos como el agua, el suelo o la biodiversidad, que generan un impacto acumulado cuyo resultado es muy superior a la simple acción individual de cada uno los factores (Martínez Valderrama, 2016; Fig. 2).

2. Factores de riesgo asociados con la desertificación (Fuente: https://op.europa.eu/webpub/eca/special-reports/desertification-33-2018/es/)

La degradación de las zonas áridas y semiáridas conduce a una sucesión regresiva de los ecosistemas y los convierte en formaciones vegetales con menor complejidad estructural, biodiversidad, productividad y resiliencia (Suárez Cardona et al., 1992; Puigdefabregas et al., 2009). En general, se estima que entre el 4 y el 10% de la producción primaria neta potencial de las zonas áridas españolas se pierde cada año debido a la desertificación (MITECO, 2022). Esto compromete la productividad agrícola de los suelos a largo plazo, con un impacto muy grave al reducir el rendimiento de aproximadamente el 16% de las tierras agrícolas en el sureste de la Península Ibérica, especialmente en las tierras de cultivo en Murcia, Almería y Comunidad Valenciana. La agricultura intensiva (que es la forma más productiva de sistema de cultivo en

Figura

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

zonas áridas) es uno de los principales sistemas de cultivo que se practican en el sureste peninsular (Martínez Fernández y Esteve Selma, 2004, 2005). Los cultivos intensivos representan alrededor del 25% del uso de la tierra en la provincia de Murcia (Porcel y Marín, 2024), y han contribuido ampliamente a crea una matriz de usos del suelo que interactúa con los sistemas naturales de forma directa (competencia por los usos del suelo) e indirecta (competencia por los recursos hídricos). Las razones del incremento de la agricultura intensiva son complejos; pero, entre otras cosas, se debe al aumento de la demanda de los mercados, y a las prácticas agrícolas inapropiadas (Corominas y Cuevas Navas, 2017; Martínez Fernández, 2020). La degradación de las tierras agrícolas aumenta, aún más, cuando se incrementan los periodos de sequias severas, que reduce temporal pero drásticamente la productividad del suelo, aumentan la erosión hídrica y eólica, la salinización, la compactación del suelo, la disminución de la materia orgánica del suelo, y el agotamiento de nutrientes (Okur y Örçen, 2020). Con el tiempo, en los casos más extremos, la degradación del suelo en zonas áridas conduce a procesos irreversibles de desertificación. Estos procesos son particularmente graves en las zonas del sureste peninsular, donde la producción agrícola busca aumentar el rendimiento de los cultivos, lo que hace previsible una presión cada vez mayor sobre el suelo (y los recursos derivados, como el agua) para mantener la viabilidad económica de los cultivos. Sin embargo, la escasez de agua en las zonas áridas promueve procesos de salinización del suelo, que es una de las principales causas de la degradación y desertificación de las tierras secas (Okur y Örçen, 2020), que a menudo está asociada con planes de riego o con el aumento de la explotación de aguas subterráneas. Con el tiempo, en los casos más extremos, la degradación del suelo en zonas áridas y semiáridas conduce a procesos irreversibles de desertificación. Estos procesos son particularmente graves en las zonas del sureste peninsular, donde la producción agrícola busca aumentar el rendimiento de los cultivos, lo que hace previsible una presión cada vez mayor sobre el suelo (y los recursos derivados, como el agua) para mantener la viabilidad económica del modelo de agricultura actual. En Murcia, casi el 50% de las tierras agrícolas tiene algún grado de problema de salinización (Soto García et al., 2014). Además de la salinización, el uso inadecuado de las aguas de riego también ha provocado la contaminación del agua, la eutrofización y la explotación insostenible de los acuíferos subterráneos (Lecina et al., 2010).

3. Actuaciones de restauración

Las actuaciones de restauración de sistemas naturales afectados por la desertificación están orientadas a recuperar la funcionalidad ecológica de paisajes altamente degradados, donde la restauración al estado original es imposible. Existe una abundante literatura en España que revisa estas actuaciones, y que aportan un marco conceptual general de las posibles alternativas técnicas, así como diferentes estudios de casos que muestran su viabilidad (pero también, sus limitaciones) mediante el análisis de los resultados obtenidos en el campo (ver Mola et al., 2018; Navarro-Cano et al., 2017; Pemán et al., 2021, Tabla 2).

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Tabla 2. Modelos, actuaciones y escalas de restauración en ambientes semiáridos (modificado de Navarro-Cano et al., 2017). Se excluyen las áreas afectadas por la minería.

Recuperación1

Repoblaciones forestales con dinámica “bloqueada”

Cultivosmarginalesabandonados

Matorralesantropizados

Zonas de pastoreo extensivo abandonadas

Hidrotecnias (principalmente diques) con procesos de recolonizacióndelavegetación

Cultivos leñosos abandonados sobre terrazas con procesos incipientes de colonización de la vegetaciónnatural

Poblaciones de especies de flora amenazadas

Restauraciónecológica

Repoblaciónforestal

Enriquecimientoydiversificación

Restauracióndebiocostras

Sustitución2 Transformación3

Situación de partida

Cárcavas y ramblas parcialmente erosionadas

Aterrazadoserosionados sinrestos devegetaciónenlaplataformay/o enlaentreterraza

Hidrotecnias (principalmente diques) sin procesos de recolonizacióndelavegetación

Suelos agrícolas abandonados en paisajesdebajadiversidad

Cultivos leñosos abandonados sobre terrazas sin procesos de colonización de la vegetación natural

Cárcavas y ramblas fuertemente erosionadas

Áreas críticas con procesos avanzadosdedesertificación

Áreas críticas para poblaciones vegetalesvulnerables

Cultivosenterrazasconpérdidade lasestructurashidráulicas

Cuencasosubcuencas

Actuaciones de restauración

Repoblaciónforestal

Restauraciónecológica

Oasificación

Bioingeniería

Escala más frecuente de las actuaciones

Usosdelsuelo

Repoblaciónforestal

Restauraciónhidrológico-forestal

Oasificación

Restauraciónecológica

Bioingeniería

Hábitatomicrohábitat

1Recuperación, cambios leves o graduales que reducen su composición, estructura y funcionalidad ecológica) o dañado (cambios drásticos) a su estado anterior; 2Sustitución pasiva, en caso de que se detectara una sucesión espontánea hacia el ecosistema de referencia o sustitución activa que, conlleva la restauración de hábitats concretos; 3Transformación mediante la creación de un ecosistema de novo.

Sobre la base de estos principios rectores de un proyecto de restauración forestal, en este capítulo se describen cuatro actuaciones generales de restauración de áreas afectadas por procesos de desertificación: i) restauración hidrológico forestal, ii) restauración ecológica de ecosistemas sensibles, iii) oasificación, y iv) otras medidas (ej., componente biológico del suelo, bioingeniería, etc.). Este trabajo no pretende abordar de forma exhaustiva cada una de estas categorías, dado el alcance del texto, pero sí ofrecer un análisis de su potencialidad y viabilidad para la lucha contra la desertificación en el sureste peninsular; y por extensión, a otras zonas de España afectadas por procesos de desertificación.

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

3.1. Restauración hidrológico forestal

La Restauración Hidrológico Forestal (RHF) de cuencas es un conjunto de estrategias y prácticas diseñadas para mejorar el funcionamiento de las cuencas hidrográficas mediante la restauración y la conservación de los ecosistemas forestales y la red hidrológica asociada. Estas estrategias se centran en la gestión y en la rehabilitación de las áreas de captación de agua (las cuencas) para garantizar la disponibilidad y la calidad del recurso hídrico, así como para prevenir y mitigar los impactos negativos de fenómenos como la erosión, las inundaciones y la degradación del suelo (TRAGSA, 1994). Los fines de la RHF son variados y se centran en la regulación hidrológica, la reducción de la erosión, la prevención de inundaciones, la mejora de la calidad del agua, y la conservación de la biodiversidad, como más importantes. En particular en climas mediterráneos o con tendencia a la aridez, es muy frecuente la existencia de fenómenos torrenciales. Se trata de un tipo de evento meteorológico caracterizado por precipitaciones intensas y de corta duración que generan un rápido incremento en el caudal de ríos y arroyos (García Nájera, 1962; Pérez-Soba, 2015). Estos eventos pueden tener efectos devastadores debido a la velocidad a la que se acumula y desplaza el agua. Los riesgos asociados al fenómeno torrencial son significativos y pueden incluir inundaciones repentinas (aumento súbito del caudal y el flujo de agua), el arrastre de sedimentos, rocas y flujos de materiales (lo que puede obstruir ríos y dañar estructuras cercanas), la erosión del suelo en laderas y áreas desprotegidas, la destrucción de infraestructuras (carreteras, puentes, edificios y otras infraestructuras), el peligro para personas y núcleos de población, y la contaminación del agua (transportar productos químicos, desechos y contaminantes en el agua), entre muchos otros. Entre los trabajos destinados a la restauración hidrológica forestal se incluyen como actuaciones principales las siguientes (TRAGSA, 1994):

• Repoblación y restauración de sistemas forestales, lo que implica actuaciones de repoblación forestal en áreas deforestadas o degradadas y la recuperación de ecosistemas riparios, lo que ayuda a reducir la erosión, filtrar sedimentos y contaminantes, y proporcionar hábitats para la fauna y flora.

• Ordenación de los usos del suelo para crear paisajes que optimicen la integración de los cuerpos de agua y las áreas agrícolas-forestales-urbanas con el fin de reducir la escorrentía, los contaminantes agrícolas, mejorar la calidad del agua e incrementar la cantidad y la calidad de los hábitats.

• Construcción de estructuras de control de la erosión (hidrotecnias) que se corresponden con un conjunto de obras de corrección para ayudar a retener el suelo y reducir la escorrentía. Esto previene la erosión y la sedimentación en los cursos de agua.

• Restauración de corredores fluviales para recuperar la funcionalidad ecológica de las áreas ribereñas y de los corredores naturales para especies de flora y fauna, así como mejorar la calidad del agua.

• Restauración de humedales y zonas de inundación, que desempeñan un papel importante en la regulación del flujo de agua y la purificación del agua.

Las provincias del sureste peninsular han sido de las que históricamente más se han beneficiado de los proyectos de RHF. Algunas de las primeras grandes actuaciones de corrección de cuencas hidrográficas se hicieron en Murcia, desde la restauración de Sierra Espuña (Azorín, 2024), a

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

otras menos conocidas como la Sª del Ricote, Yecla, la Sª de Carrascoy y El Valle, entre otras (Fig. 3, Gómez Mendoza, 2002, Castillo et al., 2009).

Figura 3. Actuaciones hidrológico-forestales en Murcia (Fuente: Repoblaciones forestales Puerto de la Cadena. Fuente: D.G. Medio Ambiente, Murcia), y corrección hidrológica en Sª de María (Almería, Fuente Rafael Mª Navarro Cerrillo)

Más recientemente, estas CCAA se han visto beneficiadas por importantes inversiones dentro del Programa de RHF del Gobierno central (Castañeda et al., 2019; Fig. 4). Es indiscutible que los sistemas forestales creados por la RHF han sido uno de los resultados principales del Plan Nacional de Repoblaciones (Pemán et al., 2017), contribuyendo a crear mosaicos heterogéneos de vegetación con diferentes usos del suelo y aumentando la funcionalidad ecológica. Los resultados, aunque sujetos a críticas (Maestre y Cortina, 2004; Chirino et al., 2006; Díaz y Serrato, 2008; Gutiérrez et al., 2012; Sánchez-Balibrea et al., 2012), han mejorado, en numerosas ocasiones (-a veces injustamente olvidadas-), las funciones ecológicas clave que operan a escala de paisaje, así como a la recuperación de la integridad ecológica y servicios ambientes de interés social en paisajes degradados (Castillo 1997; Castillo et al., 2001; 2009; Querejeta et al., 2001; Barberá et al., 2005, 2009; Navarro-Cerrillo et al., 2008; Ruiz-Navarro et al., 2009).

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Sin embargo, a pesar de su vigencia, y posiblemente su urgente necesidad en algunas cuencas torrenciales del sureste, el costo de estos proyectos, el contexto político- administrativo y la percepción social, limita, cuando no imposibilita, su desarrollo actual. Sería deseable un análisis y un debate pausado y serio sobre los proyectos de RHF en el marco de una política hidrológica nacional, que necesita el sureste peninsular, y abordar de forma consensuada su desarrollo.

Figura 4. Inversión en los Convenios de colaboración en materia de Restauración Hidrológico-Forestal total y relativa a superficie forestal en el periodo 1985-2010

3.2. Restauración ecológica de ecosistemas naturales

Los ecosistemas naturales de las zonas áridas se cuentan entre los de mayor biodiversidad en España (Alcaraz Ariza et al., 2000) y son de una extraordinaria singularidad (Ministerio de Medio Ambiente, 2003). Por ejemplo, la Región de Murcia tiene una superficie de 511.000 ha ocupada por hábitat naturales y seminaturales, destacando algunos hábitats vegetales de enorme interés y fragilidad (Fig. 5; Alcaraz Ariza et al., 2008), y con una flora vascular silvestre que supera las 2000 especies. Varios de estos hábitats se corresponden con formaciones amenazadas por factores naturales (ej., la degradación pasiva de los suelos, el cambio climático, las especies invasoras)eventos climáticos extremos de origen natural, cambios a largo plazo de los hábitats, etc.) o antrópicos (ej., la agricultura intensiva, la sobreexplotación de acuíferos, las especies invasoras, urbanización, etc.),.); y, en consecuencia, de la alteración de las funciones y de los servicios de los ecosistemas derivados. Por tanto, es necesario considerar, como parte de las actuaciones restauradoras, la gestión y restauración de estos hábitats.

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Debido a su naturaleza resiliente, la restauración pasiva de los hábitat naturales y seminaturales de zonas áridas son una de las mejores opciones para su conservación, y para mejorar su funcionalidad ecológica (Esteve et al., 1990; Mola et al., 2018). Esto implica, en la mayoría de los casos, regular los factores clave de su degradación. La exclusión de áreas frente a cualquier tipo de usos (ej., Tetraclinis articulata (Vahl) Masters) y la regeneración natural asistida, son formas de restauración pasiva, relativamente simples y de bajo costo de ejecución, y que se pueden utilizar para la rehabilitación sistemas forestales de zonas áridas. Su objetivo es proteger las áreas de interés de las perturbaciones humanas y animales, mejorando así la regeneración natural, la diversidad de plantas y animales, la biomasa vegetal y las propiedades físicas y químicas del suelo. A nivel de hábitat, la estrategia de restauración forestal pasiva en zonas áridas debe ser específica de cada localización, y depende, entre otros factores, de la proximidad a las fuentes de semillas, de los bancos de semillas del suelo, de las poblaciones de animales que actúan como dispersores de semillas y de la historia del sitio y, particularmente, de los regímenes de perturbación pasados (Bainbridge, 2012).

Figura 5.- Distribución del hábitat de Tetraclinis articulata en las sierras orientales de Cartagena y La Unión (azul: distribución potencial, rojo: presencia actual, naranja: posible expansión, rallado: áreas protegidas). Fuente: Esteve Selma et al. (2019).

Sin embargo, los métodos de restauración pasiva pueden ser insuficientes para rehabilitar sitios gravemente degradados, por lo que, en esos casos, la única opción sigue siendo los enfoques de restauración activa (Pemán et al., 2021). Entre las acciones de restauración activa se encuentran la reforestación, la recuperación de poblaciones y comunidades de especies vulnerables, la creación de bosques islas, el control de especies invasoras, y en algunos casos, el restablecimiento de los cortejos florísticos mediante proyectos de restauración a diferentes escalas (van Andel y Aronson, 2012). Los métodos de restauración activa en zonas áridas son costosos, potencialmente arriesgados (y más en un contexto de cambio climático), requieren de condiciones técnicas y social a veces difíciles de cumplir, y están sometidos a numeras

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

incertidumbres (del Campo et al., 2020), por lo que es particularmente importante ajustar muy bien las condiciones técnicas de los proyectos asociados a este tipo de actuaciones, sea cual sea el enfoque que se le quiera dar (Mola et al., 2018; Pemán et al., 2021). Aspectos, a veces poco cuidados o directamente olvidados, como la selección de los materiales de base de los materiales forestales de reproducción, la calidad funcional de la planta de vivero, el diseño de la restauración, las técnicas de establecimiento, o los cuidados culturales son cruciales para lograr un éxito aceptable de estas actuaciones, y no comprometer la supervivencia y el establecimiento temprano (que es la etapa de desarrollo más vulnerable) de las especies implantadas (del Campo et al., 2021).

3.2.1 Restauración de formaciones de matorral

Un caso particular de hábitat en las zonas áridas son las formaciones de matorrales. Se trata de ecosistemas complejos que cubren alrededor del 40% de la superficie de las provincias del sureste español, de la cual más del 80% se encuentran en zonas áridas (Suárez Cardona et al., 1992; San Miguel et al., 2008). Los matorrales son importantes proveedores de bienes y servicios ecosistémicos críticos, incluidos la biodiversidad, la regulación hídrica, y los medios de vida para muchas especies de flora y fauna alto valor ecológico. Este tipo de formaciones ha experimentado una rápida transformación durante el siglo XX y XXI, pasando de estar sometidos a presiones insostenibles, a experimentar un importante proceso de recuperación (Alados et al., 2004), que incrementa su funcionalidad ecológica e hidrológica, contribuyendo a los procesos de edafogénesis y a la mejora de la composición de la vegetación.

En las laderas áridas y semiáridas, debido a sus características geomorfológicas (forma y pendiente), los matorrales actúan como sistemas fuente-sumidero donde las “matas” de vegetación, en un determinado número, tamaño y distribución, funcionan capturando, concentrando y conservando recursos (ej., agua, suelo y nutrientes) (Puigdefábregas, 2003, Tongway et al., 2004; Maestre et al. 2003; Barberá et al., 2006; Navarro-Cano et al., 2017; Fig. 5 a). Este fenómeno supone una circulación tridimensional de los flujos hídricos, y la concentración de otros recursos (nutrientes, materia orgánica, propágulos, etc.), formando “islas de fertilidad” (Navarro Cano et al., 2014, 2015; Fig. 5 b y c). Sin embargo, los matorrales también pueden verse afectados por una reducción sostenida de la productividad biológica como consecuencia de procesos de degradación derivados de los cambios socioeconómicos y climáticos, con un fuerte impacto en su biodiversidad, en los procesos de erosión del suelo, y en las alteraciones del ciclo de nutrientes del suelo y de los procesos hidrológicos (San Miguel et al., 2012; Fig. 5c).

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Figura 5. Paisaje árido del sureste peninsular (superior), espartales con inclusión de una repoblación de Pinus halepensis (intermedia), y planta de azofaifo (Ziziphus lotus (L.) Lam. inferior)

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

La gestión de estos sistemas no es sencilla ya que, tradicionalmente, han estado asociados al pastoreo extensivo y al aprovechamiento de productos forestales no maderables (ej., esparto, plantas aromáticas), por lo que no existen alternativas de restauración que resulten sencillas y/o viables. Integrar la heterogeneidad ambiental de las formaciones de matorral en zonas semiáridas en las actuaciones de restauración, aunque atractivo desde un punto de vista científico, resulta complejo de forma práctica (Maestre et al. 2003; Tongway et al., 2004). En ese sentido, para la restauración de formaciones de matorral se han propuesto alternativas de restauración activa (Carreras et al., 1996; Padilla et al., 2009), aunque estas actuaciones no son fácilmente generalizables, siendo más recomendables las actuaciones puntuales (“focos de dispersión” en el sentido de Rey-Banayas et al. 2021), o prácticas de restauración pasiva (ej., acotamientos temporales; Cubas et al., 2017)

Una de las prácticas de restauración pasiva más inmediata es la reducción/ordenación del pastoreo en las formaciones de matorral (sin que ya sea necesaria la exclusión de la herbivoría, dada su baja incidencia actual) durante un período de tiempo es una técnica que permite rehabilitar los matorrales moderadamente degradados (Martínez et al., 2012). Por ejemplo, en formaciones de matorral en Andalucía se ha encontrado mayor biomasa herbácea, cobertura de pastos, riqueza y diversidad de especies cuando se ha gestionado (Alados et al., 2004 a; Robles et al., 2009; Alados et al., 2011).

En matorrales moderadamente degradados, donde todavía hay algo de cubierta vegetal, ésta puede servir como base para mejorar la dinámica de la vegetación, contribuyendo a aumentar la biodiversidad, incrementar la biomasa y la cobertura, y modificar la estructura de los componentes herbáceos y leñosos, contribuyendo, así, a reducir la degradación (Pérez Solís, 2001). El análisis de las interacciones de los grupos funcionales (nodrizas-facilitadas-pioneras, sensu Navarro-Cano et al., 2017) de especies presentes en algunas formaciones de matorral, y su integración en actuaciones concretas de restauración podría contribuir de forma significativa a la restauración de algunos sistemas de matorrales en zonas áridas.

3.2.2 Programas de restauración de hábitat y especies singulares

Otro caso particular de restauración de la vegetación en zonas áridas son los programas de recuperación de especies y hábitat singulares. Algunos ejemplos son las actuaciones realizadas para la restauración de artales (Ziziphus lotus (L.) Lam.) en Andalucía (o de la sabina de Cartagena (Tetraclinis articulata, Esteve Selma et al., 2019). En ambos casos, existen programa de restauración de sus poblaciones que sirven para ilustrar la recuperación de sus hábitats, considerados HIC en la Red Natura 2000 (Fig. 6). En el caso del hábitat “Matorrales arborescentes con Ziziphus” (Directiva 92/43/CEE), del que el arto blanco es especie clave, se considera como prioritario para la conservación de zonas litorales en zonas áridas. Las poblaciones de estas especies están muy fragmentadas y en gran parte desconectadas entre sí, lo que indica un declive en su estado de conservación actual (Sánchez-Balibrea et al., 2012; Agulló Samper, 2021).

Los programas de restauración de hábitat y especies singulares permiten valorar el estado de fragmentación de las subpoblaciones en una localidad determinada, proponer un estatus de conservación adecuado para las poblaciones residuales y, por último, sugerir estrategias para mejorar su estado de conservación. Algunas actuaciones pueden ir encaminadas a la ubicación y priorización de poblaciones claves para la interconexión de las subpoblaciones, el refuerzo de las poblaciones, la eliminación de especies invasoras, y la reducción de los factores de presión antrópica como puede ser la salinización de acuíferos (ej., azofaifo), o los incendios (ej., sabina de Cartagena). Asimismo, es recomendable la creación de programas de migración asistida entre áreas potenciales (ej., en escenarios climáticos esperados) del sureste peninsular, puesto que,

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

según las proyecciones, debido al cambio climático este tipo de especies pueden sufrir presiones climáticas muy severas (Agulló Samper, 2021).

Figura 6. Formación de sabina de Cartagena y de azofaifo en Murcia. Cartel del plan de recuperación del azofaifo en Andalucía (Fuente Internet).

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

3.3 Oasificación e Integración de la restauración en sistemas de agricultura intensiva

El termino oasificación hace referencia a las técnicas de restauración hidrológico forestal que integran actuaciones dirigidas a aumentar la disponibilidad hídrica y la mejora física y química del suelo junto con el establecimiento de especies vegetales adecuadas, normalmente a pequeña escala, y aprovechando condiciones topográficas favorables. La oasificación se utiliza principalmente en zonas áridas y semiáridas, y contribuyen a revertir los procesos de degradación hídrica, edáfica y de la vegetación asociada a procesos de desertificación (Martínez de Azagra, 2000; 2006; Martínez de Azagra y Mongil, 2001). Su origen se remonta a las técnicas de cultivo en zonas áridas de la zona oriental del Mediterráneo (ej., limanes), y su uso se generalizó como técnica restauradora forestal en Israel (Ore et al., 2012; Dor-Haim et al., 2023). En España el grupo de investigación liderado por Martínez de Azagra y colaboradores, de la Universidad de Valladolid, ha sido un gran impulso de estas técnicas.

La osificación se orienta a la “recolección de agua” mediante micro embalses convenientemente dimensionados y construidos con diferentes materiales como mampostería en seco, gaviones o tierra (Fig. 7). Estas construcciones capturan e infiltran el agua de escorrentía (sistematización primaria), mejoran la humedad del suelo y favorecen el crecimiento de la vegetación leñosa. Además de recolectar agua, la oasificación permite la captura de nutrientes y de suelo, lo que a su vez contribuye al control de la erosión hídrica y a revertir los procesos de desertificación comunes en zonas áridas y semiáridas (Manso y Martínez de Azagra, 2007). Las zonas restauradas permiten el desarrollo de una vegetación más evolucionada, puesto que existen mejores condiciones hídricas y edáficas en las “trampas” que recogen agua y suelo de forma artificial, lo que contribuye a la restauración ecológica de las laderas degradadas. Los sistemas de oasificación funcionan estableciendo relaciones funcionales desde las zonas de aprovisionadores de agua y nutrientes (ej., laderas degradadas) y las áreas de recepción (ej., red de drenaje), que se convierte en una zona que recibe sedimentos, materia orgánica, restos vegetales, nutrientes y agua. Estas áreas de recepción actúan como “oasis” para la restauración de la vegetación, y protegen al suelo frente a la erosión facilitando su evolución hacia un perfil más fértil, profundo y maduro (Martínez de Azagra et al., 2006).

Las técnicas de oasificación requieren de una sistematización hidrológica primaria de las laderas y de la red de drenaje, que consisten básicamente en microcuencas endorreicas (Martínez de Azagra, 1996, 2000), basado en un balance hídrico local, buscando el máximo de infiltración del agua, y creando áreas de impluvio y áreas de recepción. En las primeras la escorrentía alimenta a las segundas, que tendrán sus correspondientes microembalses bien dimensionados (en cuanto a la altura de su murete), para que puedan recoger toda el agua que escurre. Una vez lograda la sistematización hidrológica, es posible proceder al establecimiento de la vegetación, principalmente mediante plantaciones sobre las estructuras hidrológicas (ej. microcuencas en las laderas, y diques/albarradas en la propia red de drenaje, Fig. 7). Los diseños repobladores son muy variados (Martínez de Azagra y Mongil, 2001; Stavi et al., 2020), aunque, se debe conseguir formaciones constituidas por un número mínimo de plantas. En muchos casos, las actuaciones de oasificación recomiendan densidades bajas (<100 pies ha-1), distribuidos en forma de bosquetes (“bosques islas") sobre estructuras hidrológicas (marco aproximado de 6 × 6 m) (Fig. 7). En el caso de redes de drenaje muy torrenciales se deberá renunciar a la regularidad de la plantación; y se ubicarán las plantas sobre pequeñas estructuras de retención como

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

albarradas o pequeños diques de mampostería en seco (o gaviones) donde sea posible aprovechar los sedimentos retenidos.

El resultado final es una estructura dendrítica revegetada por golpes, agrupada en las localizaciones más favorables, dejando sin repoblar las zonas con más dificultad. En este caso hay que orientar la plantación a aquellos microhábitats con mayor disponibilidad hídrica y mayor profundidad de suelo, y donde puede emplearse una densidad en torno a 100-50 pies ha-1 (pueden aparecer en formas de pequeños bosquetes sobre las estructuras hidráulicas, sin un patrón regular) con especies leñosas bien adaptadas a condiciones de aridez (ej., Olea europaea var. sylvestris Brot.; Ceratonia siliqua L., Ficus carica L., Tamarix sp.). La densidad irá disminuyendo progresivamente hacia las partes más alejadas del cauce, que se dejarían para otras especies propias de matorrales xerofíticos o repoblaciones protectoras ya existentes (ej., Pinus halepensis Mill) y en densidad variable. La estructura creada conseguirá proporcionar una matriz de vegetación más compleja, y al ser moderada la competencia, las plantas se mantienen con un elevado vigor vegetativo, y una buena ramificación (Fig. 7).

A pesar de lo que podría pensarse, este tipo de plantaciones suele tener un porcentaje de marras bajo, dada las condiciones de establecimiento (compensación hídrica), y la facilidad de suministrar cuidados culturales adecuados a la plantación (pequeños riegos de establecimiento, tubos protectores, mulch de piedra, etc.). Una especie muy interesante en técnicas de oasificación es el algarrobo, dada su gran resistencia a la sequía dada la gran rusticidad de la especie, que en condiciones adecuadas crece con rapidez, por lo que se recomienda como planta forestal para reducir procesos de desertificación en áreas sensibles, contribuyendo a mejorar los flujos hídricos en cuencas torrenciales. Además, en estas condiciones, contribuye a mejorar las condiciones fisicoquímicas del suelo, lo que mejora su estructura y, por lo tanto, su capacidad de infiltración. Esto permite (de forma simultánea o progresiva) la introducción de otras especies (ej., olivo e higueras). La abundante producción de frutos a lo largo de prácticamente todo el año hace de esta especie un elemento importante en ambientes muy degradados, donde contribuye a la alimentación de la fauna doméstica y silvestre (Fig. 7).

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

7a. PlantacióndeoasificacióndealgarroboenzonasáridasdeIsrael(Fuente:Ashkenazietal.2020)

7b. PlantacióndeoasificacióndealgarroboenAlmería(QUERAT,2024)

Figura 7c. ActividadesdeoasificaciónenAlicante(FuenteRafaelMNavarroCerrillo)

Figura
Figura

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

3.4. Bioingeniería

Una actividad similar a la oasificación es la bioingeniería, que se caracteriza porque integra el uso de la vegetación, sola o en combinación con materiales estructurales (normalmente de madera o biodegradables) para crear soluciones técnicas funcionales y aumentar la calidad ecológica del sitio (Quinton et al., 2002). Este campo de la ingeniería combina las áreas clásicas de la ingeniería civil (p. ej. estructuras, materiales, construcción, geotecnia, ingeniería hidrológica) con la restauración forestal. Los efectos beneficiosos de este tipo de obras van desde la restauración ecológica hasta la adsorción de contaminantes del suelo (Rey et al., 2019; Zaimes et al., 2019), y pueden contribuir a reducir la desertificación de manera significativa (Giupponi y Gain, 2017 Preti et al., 2022). En las dos últimas décadas, se ha prestado cada vez más atención a la idea de combinar los fines de la bioingeniería y la restauración en paisajes seminaturales y agrícolas, en particular en el marco de diferentes marcos regulatorios que incluyen la Directiva Marco Europea del Agua y más recientemente la Estrategia Europea de Infraestructura Verde.

Estas técnicas se utilizan ampliamente en trabajos fluviales, corrección hidrológica o estabilización de riberas, así como en terrenos con fuertes pendientes. En conjunto, la bioingeniería optimiza el uso de estructuras que aportar la estabilidad y rigidez necesaria para que las plantas tengan el tiempo necesario para crecer y proporcionar la estabilidad necesaria. Las principales limitaciones de la bioingeniería están relacionadas con la naturalización de las obras (Tardio y Mickovski, 2016). Aún faltan aspectos sobre la forma en que los elementos estructurales se degradan (cuando son de materiales biodegradables) o la forma en que el proceso de estabilización se transfiere entre el elemento inerte y la vegetación, especialmente en el Mediterráneo (ej., caso de las hidrotecnias propias de la restauración hidrológico-forestal). Dada la fragilidad de la evolución del componente vegetal, el análisis del éxito de las intervenciones de bioingeniería debe evaluar los aspectos relacionados con la cobertura y la diversidad de especies vegetales introducidas, así como integrar la dinámica y estabilidad de las laderas, el incremento de la biodiversidad, o la regulación hidrológica como indicadores funcionales para evaluar el rendimiento de este tipo de actuaciones.

3.5 Otras medidas

3.5.1 Mejoradores de suelo

Por último, cabe citar el uso de mejoradores del suelo en zonas áridas. La incorporación compost de origen urbano o de biochar, han sido practicas documentadas para la restauración de suelos en zonas árida, y ha ganado cada vez más atención como acondicionador del suelo para programas de restauración (Fehmi et al., 2020). Otra solución técnica es el uso de polímeros sintéticos y biopolímeros para mejorar las propiedades físicas del suelo, como la retención de agua y la capacidad de infiltración del suelo. Además, al aumentar la estabilidad estructural del suelo, los polímeros reducen la erosión y la escorrentía del suelo (Maghchiche et al. 2010). Como los polímeros difieren en su peso molecular, conformación molecular, tipo de carga y densidad de carga, la selección del polímero correcto depende de la estructura y composición del suelo degradado y de las condiciones ambientales a las que está expuesto (Prats et al., 2014; Patil et al., 2023).

No obstante, y a pesar de su potencial importancia, las experiencias desarrolladas a escala operativa en España no han tenido el éxito esperado por diferentes razones (Marando, 2013), por lo que debería promoverse proyectos piloto sobre estas técnicas de restauración.

3.5.2

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Componente biológico del suelo

Los cambios en el uso del suelo en zonas áridas y semiáridas están relacionados con los cambios en la cobertura de las biocostras del suelo (costras formadas por cianobacterias, líquenes y musgos que adhieren partículas del suelo). Es un ámbito de estudio muy reciente en España, pero con importantes contribuciones científicas (Rodríguez-Caballero et al., 2018; Cantón et al., 2021). En conjunto, estos trabajos ponen en evidencia la importante función ecológica que desempeñan las biocostras en los medios áridos y semiáridos, relacionados con la infiltración de agua del suelo, la escorrentía superficial, el ciclo de C, y la productividad biológica de los suelos, influyendo de forma significativa en la dinámica hidrológica de las laderas (Maestre et al., 2011; Chamizo et al., 2017). Dado que los suelos degradados en zonas áridas y semiáridas suelen tener unas condiciones fisicoquímicas muy restrictivas (ej., textura, salinidad, escasa profundidad efectiva, etc.), el componente biológico del suelo puede contribuir a su rehabilitación (Antoninka et al., 2020)

Las medidas biológicas de recuperación del suelo mediante el componente biológico del suelo pueden hacerse mejorando la presencia de cianobacterias, que son capaces de realizar la fotosíntesis y fijar N; contribuyendo así con cantidades sustanciales de carbono y nitrógeno a los suelos de zonas áridas (Castillo-Monroy y Maestre, 2011; Navarro-Cano et al., 2014, 2015). Éstas forman el componente principal de las costras macrobióticas del suelo en ambientes áridos, y mejoran las propiedades bioquímicas y físicas del suelo: tienen un mayor contenido de materia orgánica y nitrógeno, mantienen la estabilidad de la superficie, disminuyen el efecto de la erosión y aumentan la capacidad de retención de agua de los suelos (Rodríguez Caballero et al., 2018). Debido a sus efectos de mejora del suelo, las cianobacterias se han utilizado como inoculantes para mejorar la estructura del suelo, aumentar su fertilidad y recuperar las costras dañadas (Román et al., 2021). Al igual que en el caso anterior, y a pesar de su potencial importancia, existen muy pocas experiencias sobre la mejora del componente biológico del suelo a escala operativa en zonas áridas en España, por lo que debería promoverse proyectos piloto sobre estas técnicas de restauración.

4. Viabilidad de la restauración de zonas áridas

En futuros escenarios de cambio climático, las metodologías y enfoques que respalden la ejecución de estrategias de restauración de zonas áridas y semiáridas son particularmente urgentes en la región mediterránea. Por lo tanto, se deben desarrollar/integrar nuevas metodologías, enfoques, esquemas de trabajo, herramientas e investigación que aseguren actuaciones adecuadas. A pesar de contar con estimaciones aproximadas sobre las pérdidas económicas asociadas a la degradación de los sistemas áridos (MITECO, 2022), es sorprendentemente difícil obtener información sobre el costo potencial de evitar la desertificación frente al costo de restaurar las tierras áridas degradadas. Ante la falta de información precisa sobre el costo de la rehabilitación, un argumento común a favor de la acción es sumar los llamados "costos dañados" o ingresos perdidos, incluidas las pérdidas de productos y servicios debido a la degradación, y el costo aproximado de la rehabilitación en un área particular. Esto generará un gran valor monetario que hace rentable cualquier esfuerzo de rehabilitación (Nkonya et al. 2016). La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB) y la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) son dos de las iniciativas internacionales que trabajan para mejorar la precisión de las valoraciones económicas (Libros Blancos sobre las implicaciones económicas y sociales de la desertificación,

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Reed and Stringer, 2016), así como los costos y beneficios de abordar estos temas (Poulsen 2013). Desafortunadamente, la información necesaria para evaluar el costo económico de la rehabilitación de las tierras áridas o incluso evaluar el costo total de la degradación de las tierras áridas falta en gran medida en la literatura científica (Stapleton et al., 2024).

No obstante, en la valoración de costos debería tenerse en cuenta los aspectos económicos derivados de las tierras afectadas por la salinización, los efectos negativos en la agricultura y las infraestructuras, las opciones de manejo de paisajes o cuencas hidrográficas, las medidas de compensación, la reintroducción de la vegetación en zonas degradadas o los efectos de la degradación de las tierras en otros componentes del medio ambiente y social. Estas estimaciones incluyen pérdidas para la agricultura, la calidad del agua e las infraestructuras, pero excluyen otros costos ambientales y sociales. Aun así, es difícil estimar la relación cowstobeneficio de las inversiones en la lucha contra la desertificación. En el caso del sureste español, ha habido compromisos financieros y varios programas desde la década de 1940 para restaurar las zonas áridas del sureste peninsular, y se han realizado esfuerzos para garantizar que las inversiones sean ambientalmente rentables y que los programas estén bajo un seguimiento regular; sin embargo, parte de los problemas continúan y se espera que los costos aumenten en las próximas décadas.

En definitiva, hace falta una mayor conciencia sobre los efectos negativos de la desertificación, y los beneficios socioeconómicos de la restauración de los sistemas afectados. Los profesionales de la restauración no han logrado vender la idea de la restauración como una “inversión valiosa para la sociedad”, a pesar de las evidencias que ya existen de la importancia de “tomar medidas”. Afortunadamente, en los últimos años ha habido un esfuerzo considerable para vincular la restauración de las zonas áridas y semiáridas con los servicios ecosistémicos y los objetivos de desarrollo sostenible. La reciente Ley Europea de Restauración de la Naturaleza, a pesar de sus posibles críticas, intenta crear un marco regulatorio y financiero para reducir la degradación de los ecosistemas y hábitat europeos y mejorar su rehabilitación, incluidas las zonas con riesgos altos de desertificación. Es responsabilidad de las administraciones públicas, las universidades y centros de Investigación, las empresas privadas y la ciudadanía, hacer esto posible.

Agradecimientos

Este trabajo forma parte de las acciones de divulgación del proyecto DesFutur (Fundación Biodiversidad-MITECO and European Union-NextGenerationEU”/PRTR RYC2021-033138-IMCIN/AEI/10.13039/501100011033).

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Bibliografía

Agulló Samper, M. (2021). Estudio de la distribución espacial de poblaciones de Ziziphus lotus (L.) Lam. en el sudeste ibérico: implicaciones en su conservación [Tesis doctoral].

Alados, C. L. ; Pueyo, Y. ; Barrantes, O. ; Escós, J. ; Giner, L. ; Robles, A. B. (2004a). Variations in landscape patterns and vegetation cover between 1957 and 1994 in a semiarid Mediterranean ecosystem. Landscape Ecology, 19, 543-559.

Alados, C. L. ; Puigdefábregas, J. ; Martínez-Fernández, J. (2011). Ecological and socio-economical thresholds of land and plant-community degradation in semi-arid Mediterranean areas of southeastern Spain. Journal of Arid Environments, 75(12), 1368-1376.

Alados, C. L. ; ElAich, A. ; Papanastasis, V. P. ; Ozbek, H. ; Navarro, T. ; Freitas, H. ; Cabezudo, B. (2004b). Change in plant spatial patterns and diversity along the successional gradient of Mediterranean grazing ecosystems. Ecological Modelling, 180(4), 523-535.

Alcaraz Ariza, F. ; Barreña Cayuela, J. A. ; Clemente Díaz, M. ; González Garnés, A. J. ; López Bernal, J. ; Rivera Núñez, D. ; Ríos Ruiz, S. (2008). Manual de interpretación de los hábitats naturales y seminaturales de la Región de Murcia: Hábitats costeros y vegetaciones halofíticas.

Alcaraz, F. ; Delgado, M. J. ; Inocencio, C. ; López-Bernal, J. ; Clemente, M. ; Barreña, J. A. ; Carreño, E. C. (2000). Estimación de la biodiversidad de la vegetación de la Región de Murcia: asociaciones y hábitats. En Biodiversidad (pp. 39-50).

Antoninka, A. ; Faist, A. ; Rodriguez‐Caballero, E. ; Young, K. E. ; Chaudhary, V. B. ; Condon, L. A. ; Pyke, D. A. (2020). Biological soil crusts in ecological restoration: Emerging research and perspectives. Restoration Ecology, 28, S3-S8.

Azorín, F. L. (2024). Musso, Codorníu, Madariaga y Melgares: cuatro ingenieros de montes en la restauración hidrológico-forestal de Sierra Espuña (Murcia). Revista Murciana de Antropología, (31), 79-104.

Bainbridge, D. (2007). A Guide for Desert and Dryland Restoration: New Hope for Arid Lands. Island Press.

Barberá, G. G. ; Martínez-Fernández, F. ; Álvarez, J. ; Albaladejo, J. ; Castillo, V. (2005). Short- and intermediate-term effects of site and plant preparation techniques on reforestation of a Mediterranean semiarid ecosystem with Pinus halepensis Mill. New Forest, 29, 177-198.

Barberá, G. G. ; Navarro-Cano, J. A. ; Castillo, V. (2006). Seedling recruitment in a semi-arid steppe: the role of microsite and post-dispersal seed predation. Journal of Arid Environments, 67, 701-714.

Barberá, G. G. ; Sánchez-Balibrea, J. ; López Barquero, P. ; García Moreno, P. ; Navia-Osorio Pascual, R. (2009). Gestión del territorio en medios semiáridos: prevenir, mitigar y combatir la degradación. Manual de buenas prácticas para el control y prevención de la erosión y la desertificación en el Sureste Ibérico.

Bautista, S. ; Mayor, A. G. (2021). El papel de la (des) conectividad ecohidrológica en el funcionamiento y el manejo de las zonas áridas. Ecosistemas, 30(3), 2265-2265.

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Bautista, S. ; Mayor, Á. ; Bourakhouadar, J. ; Bellot, J. (2007). Plant spatial pattern predicts hillslope runoff and erosion in a semiarid Mediterranean landscape. Ecosystems, 10(6), 987–998.

Cantón, Y. ; Roncero-Ramos, B. ; Román Fernández, R. E. R.-C. ; Chamizo, S. (2021). La restauración de biocostras: una herramienta clave para recuperar la funcionalidad de los ecosistemas áridos degradados. Ecosistemas, 30(3), 2236.

Carreras, C. ; García, J. I. ; Orti, M. (1996). Manual de la Flora para la Restauración de Áreas Críticas y Diversificación en Masas Forestales. Junta de Andalucía, Consejería de Medio Ambiente.

Castañeda, A. C. ; Fernández, L. M. ; del Palacio Fernández, E. (2019). Restauración HidrológicoForestal en España en las comunidades autónomas en colaboración con el Estado (1985-2010): Balance y futuro marco de actuación. Cuadernos de la Sociedad Española de Ciencias Forestales, (45), 11-24.

Castillo, V. M. ; Boix Fayos, C. ; De Vente, J. ; Martínez Mena, M. ; Barberá, G. G. (2009). Efectividad de los proyectos de restauración hidrológico forestal para el control de la erosión en cuencas mediterráneas. Advances in Studies on Desertification. Editum, Murcia, 199-2002.

Castillo, V. (1997). La repoblación forestal como método de lucha contra la desertificación. En García Ruiz, J. M. ; López García, P. (Eds.), Acción humana y desertificación en ambientes mediterráneos (pp. 277-290). Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC). Zaragoza.

Castillo, V. ; Barberá, G. G. ; Mosch, W. ; Navarro-Cano, J. A. ; Conesa, C. ; López-Bermúdez, F. (2001). Seguimiento y Evaluación de los trabajos de Restauración Hidrológico-Forestal III. En Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de la Región de Murcia (Ed.), Seguimiento y Evaluación de los Efectos sobre el Medio Natural de la Sequía y los Procesos Erosivos en la Región de Murcia (pp. 167-233). CARM, Murcia.

Castillo Sánchez, V. M. C. (2023). Ciencia y política contra la desertificación: La respuesta de las instituciones ante un reto global. Metode Science Studies Journal, 17-23.

Castillo-Monroy, A. P. ; Maestre, F. T. (2011). La costra biológica del suelo: Avances recientes en el conocimiento de su estructura y función ecológica. Revista Chilena de Historia Natural, 84(1), 1-21.

CEDEX (2017). Evaluación del impacto del cambio climático en los recursos hídricos y sequías en España. Centro de Estudios Hidrográficos, Madrid, España.

Chamizo, S. ; Rodríguez-Caballero, E. ; Román, J. R. ; Cantón, Y. (2017). Effects of biocrust on soil erosion and organic carbon losses under natural rainfall. Catena, 148, 117-125.

Cherlet, M. ; Hutchinson, C. ; Reynolds, J. ; Hill, J. ; Sommer, S. ; von Maltitz, G. (Eds.). (2018). World Atlas of Desertification. Publication Office of the European Union, Luxemburgo.

Corominas, J. ; Cuevas Navas, R. (2017). Análisis crítico de la modernización de regadíos. Pensando el futuro ¿cómo será el nuevo paradigma? En Berbel, J. ; Gutiérrez-Marín, C. (Eds.), Efectos de la modernización de regadíos en España (pp. 273-307). Cajamar-Caja Rural, Almería, España.

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Chirino, E. ; Bonet, A. ; Bellot, J. ; Sánchez, J. R. (2006). Effects of 30-year-old Aleppo pine plantations on runoff, soil erosion, and plant diversity in a semi-arid landscape in southeastern Spain. Catena, 65, 19-29.

Cubas, J. ; Esquivel, J. L. M. ; Del Arco, M. ; Mancebo, J. M. G. (2017). El conejo europeo como ingeniero del paisaje en la alta montaña canaria. Conservación Vegetal, (21).

del Campo, A. D. ; Segura-Orenga, G. ; Bautista, I. ; Ceacero, C. J. ; González-Sanchis, M. ; Molina, A. J. ; Hermoso, J. (2021). Assessing reforestation failure at the project scale: The margin for technical improvement under harsh conditions. A case study in a Mediterranean Dryland. Science of the Total Environment, 796, 148952.

del Campo, A. D. ; Segura-Orenga, G. ; Ceacero, C. J. ; González-Sanchis, M. ; Molina, A. J. ; Reyna, S. ; Hermoso, J. (2020). Reforesting drylands under novel climates with extreme drought filters: The importance of trait-based species selection. Forest Ecology and Management, 467, 118156.

Díaz, A. R. ; Serrato, F. B. (2008). Erosión en forestaciones aterrazadas en medios semiáridos: Región de Murcia (Vol. 2). Editum.

Dor-Haim, S. ; Brand, D. ; Moshe, I. ; Shachak, M. C. (2023). Functional Restoration of Desertified, Water-Limited Ecosystems: The Israel Desert Experience. Land, 12(3), 643.

Esteve, M. A. ; Ferrer, D. ; Ramírez-Díaz, L. ; Calvo, J. F. ; Suárez Alonso, M. L. ; Vidal-Abarca, M. R. (1990). Restauración de la vegetación en ecosistemas áridos y semiáridos: algunas reflexiones ecológicas. Ecología, 1, 497-510.

Esteve Selma, M. A. ; Moya Pérez, J. M. ; Navarro Cano, J. A. (2019). Manual de evaluación y gestión del hábitat 9570: Bosques de Tetraclinis articulata. Ed. Dirección General del Medio Natural, Murcia.

Fehmi, J. S. ; Rasmussen, C. ; Gallery, R. E. (2020). Biochar and woodchip amendments alter restoration outcomes, microbial processes, and soil moisture in a simulated semi‐arid ecosystem. Restoration Ecology, 28, S355-S364.

García Nájera, J. M. (1962). Principios de hidráulica torrencial. Su aplicación a la corrección de torrentes. Instituto Forestal de Investigaciones y Experiencias (IFIE), Madrid.

Glantz, M. H. (2019). Desertification: environmental degradation in and around arid lands. CRC Press.

Giupponi, C. ; Gain, A. K. (2017). Integrated spatial assessment of the water, energy and food dimensions of the sustainable development goals. Regional Environmental Change, 17, 18811893.

Gómez-Mendoza, J. (2002). Paisajes Forestales e Ingeniería de Montes. En Zoido, E. F. (Ed.), Paisaje y Ordenación del Territorio (pp. 1-33). Junta de Andalucía y Fundación Duques de Soria, Andalucía, España.

Lal, R. ; Monger, C. ; Nave, L. ; Smith, P. (2021). The role of soil in regulation of climate. Philosophical Transactions of the Royal Society B, 37C(1834), 20210084.

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Lecina, S. ; Isidoro, D. ; Playán, E. ; Aragüés, R. (2010). Irrigation modernization in Spain: Effects on water quantity and quality. A conceptual approach. International Journal of Water Resources Development, 26(2), 265-282.

Maghchiche, A. ; Haouam, A. ; Immirzi, B. (2010). Use of polymers and biopolymers for water retaining and soil stabilization in arid and semiarid regions. Journal of Taibah University for Science, 4(1), 9-16.

Maestre, F. T. ; Cortina, J. (2004). Are Pinus halepensis plantations useful as a restoration tool in semiarid Mediterranean areas? Forest Ecology and Management, 198, 303-317.

Maestre, F. T. ; Bautista, S. ; Cortina, J. ; Bellot, J. (2001). Potential of using facilitation by grasses to establish shrubs on a semiarid degraded steppe. Ecological Applications, 11, 1641-1655.

Maestre, F. T. ; Cortina, J. ; Bautista, S. ; Bellot, J. (2003). Does Pinus halepensis facilitate the establishment of shrubs in Mediterranean semi-arid afforestations? Forest Ecology and Management, 176, 147-160.

Manso, J. M. ; de Azagra Paredes, A. M. (2007). Técnicas de recolección de agua y de "oasificación" para el desarrollo de la agricultura y la restauración forestal en regiones desfavorecidas. Cuadernos Geográficos de la Universidad de Granada, 40(1), 67-80.

MAGRAMA (2008). Programa de Acción Nacional contra la Desertificación.

Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (2008). Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND). Disponible en: http://www.mma.es/portal/secciones/biodiversidad/desertificacion/programa_desertificacion /archivos_pand.htm

MAGRAMA (2016). Impactos del cambio climático en los procesos de desertificación en España. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Secretaría General Técnica, Centro de Publicaciones.

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (2013). Análisis de los procesos de desertificación en España en función de los distintos escenarios climáticos. MAPA, Madrid.

Marando, G. (2013). Estudio de los cambios, durante el proceso de restauración, en la materia orgánica, la biomasa microbiana y la actividad biológica de suelos degradados enmendados con lodos de EDAR sometidos a diferentes pos-tratamientos.

Martínez de Azagra Paredes, A. (2010). La desertificación: el otro cambio climático. Foresta, 49, 46-51.

Martínez de Azagra Paredes, A. ; Manso, J. M. ; San José, J. D. R. ; Serrano, L. R. (2006). Conceptos, modelos y ejemplos de oasificación. Revista Ecología, 20.

Martínez de Azagra, A. (1996). Diseño de sistemas de recolección de agua para la repoblación forestal. Mundi-Prensa, Madrid.

Martínez de Azagra, A. (2000). Principles for designing endorheic microcatchments. Third International Congress Man and Soil at the Third Millennium, Vol. I, 507-520.

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Martínez de Azagra, A. ; Mongil, J. (2001). Algunos criterios para el diseño de sistemas de recolección de agua en repoblaciones forestales. Actas III Congreso Forestal Español, Mesa 3, 272-277.

Martínez-Fernández, J. ; Esteve Selma, M. A. (2005). A critical view of the desertification debate in southeastern Spain. Land Degradation and Development, 16, 529-539.

Martínez-Fernández, J. (2020). Los regadíos mediterráneos intensivos. Retos para su sostenibilidad en un contexto de cambio climático. En: La Roca, F. ; Martínez, J. (Coords.), Retos de la planificación y gestión del agua en España. Informe 2020 (pp. 80-89). Observatorio de las Políticas del Agua (OPPA), Fundación Nueva Cultura del Agua, Zaragoza, España.

Martínez-Fernández, J. ; Esteve Selma, M. A. (2002). Agua, regadío y sostenibilidad en el Sudeste Ibérico. Bakeaz-Fundación del Agua, Bilbao, España.

Martínez-Fernández, J. ; Esteve Selma, M. A. (2004). Assessing the sustainability of Mediterranean intensive agricultural systems through the combined use of dynamic system models, environmental modelling and geographical information systems. En: Quaddus, M. ; Siddique, A. (Eds.), A Handbook of Sustainable Development Planning: Studies in Modelling and Decision Support. Edward Elgar Publishers, Cheltenham, Reino Unido.

Martínez-Valderrama, J. (2024). Un atlas de desertificación para España. Arida Cutis: Ecología y Retos de las Zonas Áridas en un Mundo Cambiante, 2, 73.

Martínez-Valderrama, J. (2016). Los desiertos y la desertificación. Ediciones Catarata, Madrid.

Martínez-Valderrama, J. ; Hernández, E. G. ; Gil, F. T. M. (2022). Entender la desertificación para detenerla. Investigación y Ciencia, 552, 30-38.

Martínez-Valderrama, J. ; Del Barrio, G. ; Sanjuán, M. E. ; Guirado, E. ; Maestre, F. T. (2022). Desertification in Spain: A sound diagnosis without solutions and new scenarios. Land, 11(2), 272.

Mayor, A. G. ; Bautista, S. ; Rodríguez, F. ; Kéfi, S. (2019). Connectivity-mediated ecohydrological feedbacks and regime shifts in drylands. Ecosystems, 22, 1497-1511.

Mirzabaev, A. ; Wu, J. ; Evans, J. ; García-Oliva, F. ; Hussein, I. A. G. ; Iqbal, M. H. et al. (2019). Desertification. En: Shukla, P. R. ; Skea, J. ; Calvo Buendia, E. ; Masson-Delmotte, V. ; Pörtner, H.O. ; Roberts, D. C. et al. (Eds.), Climate Change and Land: an IPCC special report on climate change desertification, land degradation, sustainable land management, food security, and greenhouse gas fluxes in terrestrial ecosystems (pp. 249-343). IPCC (WMO-UNEP).

MITECO (2022, 2024). Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación en España. Documento de trabajo.

Mola, I. ; Sopeña, A. ; de Torre, R. (Eds.) (2018). Guía Práctica de Restauración Ecológica. Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, Madrid. 77 pp. Disponible en: https://ieeb.fundacion-biodiversidad.es/content/guia-practica-de-restauracion-ecologica.

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Muñoz-Rojas, M. ; Delgado-Baquerizo, M. ; Lucas-Borja, M. E. (2021). La biodiversidad y el carbono orgánico del suelo son esenciales para revertir la desertificación. Ecosistemas, 30(3), 2238.

Naciones Unidas. (2021). United Nations Decade on Ecosystem Restoration 2021-2030. Disponible en: https://www.decadeonrestoration.org/ [Accedido 11 de mayo de 2021];

Navarro-Cano, J. A. ; Goberna, M. ; Valiente-Banuet, A. ; Montesinos-Navarro, A. ; García, C. ; Verdú, M. (2014). Plant phylodiversity enhances soil microbial productivity in facilitation-driven communities. Oecologia, 174, 909-920;

Navarro-Cano, J. A. ; Verdú, M. ; García, C. ; Goberna, M. (2015). What nurse shrubs can do for barren soils: rapid productivity shifts associated with a 40 years ontogenetic gradient. Plant and Soil, 388, 197-209;

Navarro-Cano, J. A. ; Goberna, M. ; González-Barberá, G. ; Fundación, B. B. V. A. (2017). Restauración ecológica en ambientes semiáridos: recuperar las interacciones biológicas y las funciones ecosistémicas;

Navarro-Cerrillo, R. M. ; Álvarez, J. R. G. ; Rumbao, I. C. ; García, A. M. ; de la Vega, R. A. S. (2008). Efecto de las repoblaciones de pino carrasco en el cambio de usos del suelo en el PN Montes de Málaga. Cuadernos de la Sociedad Española de Ciencias Forestales, 28, 89-94;

Nkonya, E. ; Anderson, W. ; Kato, E. ; Koo, J. ; Mirzabaev, A. ; von Braun, J. ; Meyer, S. (2016). Global cost of land degradation. En Economics of land degradation and improvement–A global assessment for sustainable development (pp. 117-165);

Okur, B. ; Örçen, N. (2020). Soil salinization and climate change. En Climate change and soil interactions (pp. 331-350). Elsevier;

Ore, G. ; Bruins, H. J. (2012). Design features of ancient agricultural terrace walls in the Negev Desert: Human-made geodiversity. Land Degradation & Development, 23, 409-418. https://doi.org/10.1002/ldr.1077;

Padilla, F. M. ; Ortega, R. ; Sánchez, J. ; Pugnaire, F. I. (2009). Rethinking species selection for restoration of arid shrublands. Basic and Applied Ecology, 10(7), 640-647;

Patil, M. ; Dalal, P. H. ; Salifu, E. ; Iyer, K. K. ; Dave, T. N. (2023). Biostabilization of soils as sustainable pathway for anti-desertification: Present and future perspectives. Materials Today: Proceedings;

Pemán García, R. M. ; Navarro Cerrillo, R. M. ; Prada, M. A. ; Serrada Hierro, R. (2021). Bases técnicas y ecológicas del proyecto de repoblación forestal (pp. 337-366). Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico;

Pérez-Soba Diez del Corral, I. (2015). El régimen torrencial: restauración hidrológico-forestal. En Restauración de la cubierta vegetal y de espacios degradados en la Región de la Macaronesia (pp. 225-278). Madrid: Colegio de Ingenieros de Montes;

Pérez Solís, E. I. (2001). Prospección y aplicación de micorrizas en especies vegetales autóctonas del matorral, para favorecer la revegetación de ecosistemas mediterráneos degradados;

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Poulsen, L. (2013). Costs and benefits of policies and practices addressing land degradation and drought in the drylands. En White Paper II, UNCCD 2nd Scientific Conference, 137 pp.;

Porcel, G. C. ; Marín, C. E. (2024). Aprovechamiento agrario de la Región de Murcia (España) y el municipio de Fuente Álamo de Murcia: análisis comparado, 1999-2020. Ería: Revista cuatrimestral de geografía, 44(1), 103-134;

Prats, S. A. ; dos Santos Martins, M. A. ; Malvar, M. C. ; Ben-Hur, M. ; Keizer, J. J. (2014). Polyacrylamide application versus forest residue mulching for reducing post-fire runoff and soil erosion. Science of the Total Environment, 468, 464-474;

Preti, F. ; Capobianco, V. ; Sangalli, P. (2022). Soil and Water Bioengineering (SWB) is and has always been a nature-based solution (NBS): A reasoned comparison of terms and definitions. Ecological Engineering, 181, 106687;

Puigdefábregas, J. (2003). Control de la erosión por la cubierta vegetal en zona árida: otros factores además de la densidad. En Bienes, R. ; Marqués, M. J. (Eds.), Perspectivas de la degradación del suelo. Actas del Simposio Nacional de la erosión y degradación del suelo. Madrid;

Puigdefábregas, J. (2005). The role of vegetation patterns in structuring runoff and sediment fluxes in drylands. Earth Surface Processes and Landforms, 30, 133-147; Puigdefábregas, J. ; Del Barrio, G. ; Hill, J. (2009, septiembre). Ecosystemic approaches to land degradation. En Advances in Studies on Desertification. Contributions to the International Conference in memory of Prof. John B. Thornes (pp. 77-87). Murcia, España: Editum.

Querejeta, J. I.; Roldán, A.; Albaladejo, J.; Castillo, V. (2001). Soil water availability improved by site preparation in a Pinus halepensis afforestation under semiarid climate. Forest Ecology and Management, 149, 115-128.

Quinton, J. N.; Morgan, R. P. C.; Archer, N. A.; Hall, G. M.; Green, A. (2002). Bioengineering principles and desertification mitigation (pp. 93-105). John Wiley & Sons.

Reed, M. S.; Stringer, L. C. (2016). Land degradation, desertification and climate change: Anticipating, assessing and adapting to future change. Routledge.

Rey, F.; Bifulco, C.; Bischetti, G. B.; Bourrier, F.; De Cesare, G.; Florinethe, F.; Graf, F.; Mardeng, M.; Mickovski, S. B.; Phillips, C.; Peklo, K.; Poesen, J.; Polster, D.; Preti, F.; Rauch, H. P.; Raymond, P.; Sangalli, P.; Tardio, G.; Stokes, A. (2019). Soil and water bioengineering: Practice and research needs for reconciling natural hazard control and ecological restoration. Science of the Total Environment, 648, 1210–1218.

Rey Benayas, J. M.; Pemán García, R.; Navarro Cerrillo, R. M.; Prada, M. A.; Serrada Hierro, R. (2021). Bases técnicas y ecológicas del proyecto de repoblación forestal (pp. 337-366). Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Reynolds, J. F.; Smith, D. M. S.; Lambin, E. F.; Turner II, B. L.; Mortimore, M.; Batterbury, S. P. J.; et al. (2007). Global desertification: Building a science for dryland development. Science, 316, 847-851.

La restauración de los paisajes vegetales en el semiárido español

Robles, A. B.; Ruiz-Mirazo, J.; Ramos, M. E.; González-Rebollar, J. L. (2009). Role of livestock grazing in sustainable use, naturalness promotion in naturalization of marginal ecosystems of southeastern Spain (Andalusia). In Agroforestry in Europe: Current status and future prospects (pp. 211-231).

Rodríguez-Caballero, E.; Chamizo, S.; Roncero-Ramos, B.; Román, R.; Cantón, Y. (2018). Runoff from biocrust: A vital resource for vegetation performance on Mediterranean steppes. Ecohydrology, 11(6), e1977.

Rodríguez-Caballero, E.; Castro, A. J.; Chamizo, S.; Quintas-Soriano, C.; García-Llorente, M.; Cantón, Y.; Weber, B. (2018). Ecosystem services provided by biocrusts: From ecosystem functions to social values. Journal of Arid Environments, 159, 45-53.

Román, J. R.; Chamizo, S.; Roncero-Ramos, B.; Adessi, A.; De Philippis, R.; Cantón, Y. (2021). Overcoming field barriers to restore dryland soils by cyanobacteria inoculation. Soil and Tillage Research, 207, 104799.

Rojo Serrano, L.; Barrio, G. D.; Ibáñez Puerta, J.; Martínez Ruiz, A.; Martínez Valderrama, J.; Martínez Vicente, J. S.; Sanjuán, M. E. (2009). Avances en el diagnóstico de la desertificación en España.

Ruiz-Navarro, J. A.; Barberá, G. G.; Navarro-Cano, J. A.; Albaladejo, J.; Castillo, V. M. (2009). Soil dynamics in Pinus halepensis reforestation: Effect of microenvironments and previous land use. Geoderma, 153, 353-361.

San Miguel Ayanz, A.; Cañellas, I.; Roig Gómez, S. (2008). Fruticeticultura: Gestión de arbustedos y matorrales.

Sánchez-Balibrea, J.; Morell, L. A.; Ferrández, M.; Sempere, P.; Ferrer Gallego, E.; Laguna Lumbreras, E. (2012). Ziziphus lotus LOTUS (L.) Lam. (Rhamnaceae) en la provincia de Alicante (España). Flora Montiberica, 53, 53-84.

Sánchez-Balibrea, J. M.; Barberá, G. G.; Blanco-Bernabeu, A.; López-Barquero, P.; López, D.; Del Campo, R. (2012). Manual de técnicas para la restauración de espacios aterrazados en zonas semiáridas. Gestión del territorio en medios semiáridos (II): Prevenir, mitigar y combatir la degradación del suelo. ANSE y Fundación Biodiversidad dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Sanjuán, M. E.; Barrio, G. D.; Ruiz Moreno, A.; Rojo, L.; Puigdefábregas, J.; Martínez, A. (2014). Evaluación y seguimiento de la desertificación en España: Mapa de la Condición de la Tierra 2000-2010.

Soto García, M.; Martínez Álvarez, V.; Martín Gorríz, B. (2014). El regadío en la Región de Murcia: Caracterización y análisis mediante indicadores de gestión. Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura.

Stapleton, J.; Bates, S.; Lewis, M.; Turner, S. R.; Warne, D.; Florentine, S. (2024). A global review on arid zone restoration: Approaches and challenges. Restoration Ecology, 32(6), e14078.

8 Restauración de sistemas áridos en Murcia: abordando los desafíos de las próximas décadas

Stavi, I.; Siad, S. M.; Kyriazopoulos, A.; Halbac-Cotoara-Zamfir, R. (2020). Water runoff harvesting systems for restoration of degraded rangelands: A review of challenges and opportunities. Journal of Environmental Management, 255, 109823.

Sterk, G.; Stoorvogel, J. J. (2020). Desertification–scientific versus political realities. Land, 9(5), 156.

Suárez Cardona, F.; Sainz Ollero, H.; Santos Martínez, T.; González Bernáldez, F. (1992). Las estepas ibéricas. Ministerio de Obras Públicas y Transportes.

Symenoakis, E.; Calvo-Cases, A.; Arnay-Rosalen, E. (2007). Land use change and land degradation in Southeastern Mediterranean Spain. Environmental Management, 40, 80-94.

Tardío, G.; Mickovski, S. B. (2016). Implementation of eco-engineering design into existing slope stability design practices. Ecological Engineering, 92, 138-147.

ribunal de Cuentas de la UE. (2018). La lucha contra la desertificación en la UE: Una amenaza creciente contra la que se debe actuar más intensamente.

Tongway, D. J.; Cortina, J.; Maestre, F. T. (2004). Heterogeneidad espacial y gestión de medios semiáridos. Ecosistemas, 13(1).

TRAGSA. (1994). Restauración hidrológico forestal de cuencas y control de la erosión. MundiPrensa.

UNCCD (United Nations Convention to Combat Desertification). (1994). United Nations Convention to Combat Desertification in those countries experiencing serious drought and/or desertification, particularly in Africa. Paris, Francia.

Van Andel, J.; Aronson, J. (Eds.). (2012). Restoration ecology: The new frontier. John Wiley & Sons.

Zaimes, G. N.; Tardio, G.; Iakovoglou, V.; Gimenez, M.; García-Rodriguez, J. L.; Sangalli, P. (2019). New tools and approaches to promote soil and water bioengineering in the Mediterranean. Science of the Total Environment, 693, 133677.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.