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La mágia de los pueblos
Pahuatlán del Valle
Se acerca el verano y con ello unas canijasganas de salir huyendo de la ciudad, de encontrar un refugio sagrado, tranquilo y tradicional, y para ello se pinta solo el pueblo de Pahuatlán, es poco concurrido pero lleno de tradiciones y actividades. Dentro de este Pueblo Mágico, hay muchas cosas que hacer, lugares que visitar, llegar ahí es lo más parecido a viajar en el tiempo, la región esta rodeada de valles y barrancas por lo que ha logrado mantener intacto su modo de vida, costumbres y tradiciones a pesar del paso de los siglos. Pahuatlán está situado en la Sierra Norte de Puebla, área cultural de la civilización totonaca que tiene como uno de sus símbolos a los voladores.

Aquí estará rodeado de pahuas y cafetos, que preservan la fusión entre las culturas náhuatl y otomí, El olor a pan caliente recién hecho y café tostado en hornos de piedra, son ua invitación a salir de la cama por la mañana.
La fertilidad del lugar se manifiesta en su producción de aguacate gigante –ese que ponen en las tortas gigantes- y café. Fue parte del reino Totonaca, quienes abandonaron el lugar con la llegada de los españoles; los nahuas y otomíes recibieron a frailes y soldados de la Corona y ayudaron a la fundacíon del poblado por el año 1532.
En este pueblo aún se conservan muchas tradiciones indígenas, como la figura de los brujos, mismos que podrán ayudar a aliviar diversos males y sanar el espíritu.
Por la comida, ¡ni se preocupe!, conser- van las tradiciones gastronómicas prehispánicas, el menú se complementa con tamales de cacahuate, de hollejo, o de pascal, tacos de cecina ahumada, salsa de chicales (una especie de hormiga) y guisos a base de flores. Más usuales están las acamayas, el chicharrón, el mole, el pipián, o chayote con queso. Como postre sirven dulces a base de piloncillo, atoles de cacahuate o de piña, el pascal de cacahuate con pepitas y vino de frutas; para cerrar, es recomendable un café de olla.
Además la zona destaca por su riqueza artesanal, siguen elaborando papel amate; son diestros alfareros, maestros artesanos en madera, crean increibles bordados y tejidos de lana; cestería, y talabartería.
Por fiestas no paran, una de las más importantes se celebra en honor del Señor Santiago el 25 de junio, dedicada al santo patrono, en la que hay verbenas y Tocotines (bailes tradicionales), otro evento digno de asistir son las famosas Huapangueadas, se festejan cinco veces al año en diferentes fechas, destacando el Concurso de huapango y sones huastecos.
lOS OLVIDADOS
Al cumplirse los cincuenta años de la llegada a México de la llamada “migración política española”, se prepararon diversos actos culturales aderezados con fuertes dosis de política, desvirtuándose así, la política y la cultura, porque separadas son perfectas y amalgamadas, tendenciosas, lo que es bueno evitar.
A medio siglo de distancia seguimos festejando el arribo de quienes formaron aquella emigración, la última que España mandaba. No vamos a analizar aquí las razones y los motivos que la formaron porque, evidentemente, esa “harina” es de otro “costal” y no es este el que estamos tejiendo.
No negamos --¡Y Dios nos libre de intentarlo;-- lo que esa emigración significó en su momento para México. Eran hombres y mujeres mayores que venían preparados. Su mérito, que no es poco, consistió en haber traido el saber, que entonces era el moderno. La filosofía, el Humanismo, la Medicina en todas sus ramas, el Derecho, el Arte Teatral, el Cinematográfico, en fin, cuanto signifique conocimientos, se vieron robustecidos con esta emigración especial. Esa fue el resultado inesperado de esa migración. Por suerte llegó en el momento en que México tenía un presidente que pensó y creyó en el beneficio que esa cultura, no improvisada, nos llegaba con la fuerza de un torrente. Eso no se discute, eso fue y es una realidad incontrovertible.
Pero al ensalzar a unos olvidamos a otros y por lo mismo los rebajamos. Podríamos elaborar una lista interminable de españoles no menos importantes que los que formaron la multicitada y multicelebrada emigración política. Fueron españoles que verdaderamente y de alguna manera, hicieron a México, y no nos remontamos al fundador de la nacionalidad mexicana, sino a quienes industrializaron este país. Si creemos obligado celebrar la llegada de un José Gaos, celebramos también los noventa años de la de Félix Cuevas, un español, industrial ferrocarrilero cuya inmensa fortuna dejó a la Beneficencia mexicana y a la de España; si celebramos el medio siglo del arribo a México de Ramón Ertze Garamendi, hagamos lo mismo por los 80 años de haber llegado don Ángel Urraza, y la de don Pable Díez, la de don Arturo Mundet, y don Adolfo Prieto. Bien está --y es de justicia-- aquel 1939 en que llegaron tantas eminencias representativas de la cultura, de la ciencia y el arte, pero no olvidemos que esta emigración encontró un México en su mayor parte hecho por otros españoles, menos preparados, es cierto, sin título que los respaldara, porque a los quince años, era la edad promedio a la que llegaban aquellos emigrantes, anteriores al 39, no se tiene la preparación que se tiene a los 30. A los quince se llega a oscuras, vacios culturalmente, pero llenos de afanes, ilusiones y esperanzas. Esa es la enorme diferencia entre aquéllos y éstos.
Fragmento: Los olvidados. Manolo Mier
¿Recuerda este clásico de 1946, si no ha visto la película ¡véala! Dicen que los Simpson lo volvieron a hacer, prediciendo la caída de Silicon Valley Bank y Signature Bank por medio de una parodia de la película “Qué Bello es Vivir”. La serie animada no es apta para todo público, muchos creen que es absurda y una burla a la sociedad actual. Por ahí han pasado celebridades, se han estrenado nuevas tecnologías y hasta dan clases sobre finanzas personales y, como si fuese cierto lo que se dice, “que los Simpson predicen el futuro”, reguladores estadounidenses incautaron los activos del banco ligado a la tecnología, después de que sus clientes se apresuraron a retirar su dinero, lo que causó la segunda gran quiebra en la historia de ese país.
En alguno de sus múltiples capítulos, los personajes animados están formados en la fila del Banco, de pronto se escucha una voz desesperada que dice, “el Banco no tiene solvencia, no hay dinero para todos” y por supuesto se arremolinan en la ventanilla exigiendo sus ahorros. Un hombre dentro del Banco intenta calmar los ánimos, igual que en la película basada en la depresión económica causada por el desplome de los préstamos inmobiliarios, de ahí la travesura bartiana y la respuesta del cajero diciendo, “no hay dinero porque está en casa de Bill”, “también en la de Fred”, por lo que no queda más remedio que pagar con lo que tenía para su Luna de Miel, en los hechos, fue el mismo presidente Biden, quién mediante un discurso televisivo, pide calma ya que los ahorros están garantizados.
Pero si alguien sabe de crisis, que pregunten a las madres de familia mexicanas, durante décadas se han convertido en expertas administradoras de la pobreza, estirando el infimo salario minimo para solventar los gastos familiares, gracias a las tres grandes crisis que han cimbrado la economía mexicana: la devaluación de la moneda en 1976, la crisis de la deuda externa de 1982 y la bancaria de 1994, y siguen a la expectativa, pues nadie sabe ¿Qué pasará mañana?
Cuando no existía internet parece que la vida era más compleja y , con su llegada, cambió a una aparente sencillez, además de los multiples beneficios que aporta día a día, pero antes del intermet la vida funcionaba de manera normal, la verdad es que a nadie le hacía falta hasta que lo tuvo al alcance de la mano. Los profesores preparaban la clase del siguiente día y enseñaban con sus propios recursos y conocimientos, para los proyectos de clase no era necesario pertenecer a un grupo de Whats app o Telegram, las reuniones se hacian en casa de uno de los integrantes y cada uno aportaba algo al trabajo escolar, todos los datos eran buscados en bibliotecas, generalmente públicas y había que recopilarla de varios libros. Para escuchar música se utilizaba la radio, los vinilos, el cassete o el CD, había que buscarla en varias tiendas ya que muchas veces se agotaban las copias, lo mismo pasaba con las peliculas, era posible verlas en cine, televisión o videocasetera. Las fotografías eran impresas en papel fotográfico y se coleccionaban en álbumes, no existía el e-mail, las cartas viajaban de ciudad en ciudad dentro de un sobre hasta llegar a su destino, para enterarse de las cosas había que leer el diario, y era la mejor manera de estar en contacto con el mundo, del GPS ni hablar, para llegar a algún lugar había que preguntar o llevar al copiloto sosteniendo un mapa impreso en papel. Antes del ordenador se gastaban litros y litros de tinta arrastrando el boligráfo en papel. El cotilleo era personal, no existía crear un perfil e inventar una vida interesante, lo común era hacerse de valor para acercarse a la persona y empezar una conversación. Los afortunados que tenían telefóno en casa, sabían que toda la familia se enteraría de casi todo, quienes lo hacían desde un teléfono público quedaban expuestos a ser el cotilleo de todo el barrio y, si alguien decía “te llamo al rato” había que esperar horas junto al teléfono la dichosa llamada. Para hacer las compras había que ir hasta el establecimiento que las ofrecía, lo mismo con la comida, ya que no había compras ON-LINE. Cuando había una discusión, se quedaba en el mismo grupo de personas, ya fuera familiar o laboral, ahora todo mundo se entera y además puede opinar y agregar comentarios, formando parte de la discusión, no importa que sea un completo desconocido. El tiempo libre era para descansar, leer un libro, disfrutar pequeñas y gratificantes cosas, y los niños lo compartían jugando con otros niños, ahora resulta imposible desconectarse de la vida digital y, tener un momento de relativa calma, olvidando el ordenador de bolsillo por un par de horas.
Cuero, palabra que se emplea para describir tanto a hombres como a mujeres atractivos a la vista, que hacen salivar y roban la atención de los presentes, de tal manera que en ocasiones provocan alguna que otra situación penosa para la persona que se pierde en sus encantos por un momento. Expresión que puede sonar un poco extraña para otras culturas. Una palabra que puede causar ciertas confrontaciones, dependiendo geográficamente donde se encuentre quién la diga, y dando media vuelta a la tuerca, cuando se dice andar en cueros, o lo que es lo mismo, alegremente desnudos por la vida, así como suelen hacerlo los integrantes de los cuatrocientos pueblos que protestan como Dios los trajo al mundo sin pudor alguno.
Pero no se trata de “cueros” femeninos ni masculinos, lo dicho, como suele llamársele a las personas que están como quieren, y si se ha incluido a ambos géneros, es para estar dentro de la moda de la inclusión, “no” a la discriminación. Pero bueno, en esta ocasión hablamos de vacas y caballos.
Los caballos se propagaron con increíble rapidez desde los primeros días de arribar al Nuevo Mundo, y cuando Humboldt estuvo en México, decía que numerosos rebaños de esos cuadrúpedos vagaban en estado salvaje por las provincias internas, que se exportaban para Nueva Orleans en grandes cantidades, y sólo en el tráfico entre la capital y Veracruz se empleaban más de setenta mil mulas (nada comparado con las que ahora vemos deambulando libremente por la calle, en el metro y otros transportes urbanos). Lo mismo puede decirse del ganado vacuno, que como muestra con respaldo de datos don Joaquín Icazbalceta, “se extendía por el Valle de México en abundantes cantidades, que en unos cuantos años, muchas familias, dice Humboldt, tiene hatos de ganado con 30 y 40 mil cabezas entre toros, vacas y caballos, ¡y era cierto!, ya que, en 1587 se embarcaron de México a Sevilla más de 64 mil cueros... y también, alguna que otra garrita.