ORGANO OFICIAL
No. 146
II EPOCA
Majestuoso, as铆 luce Guanajuato.
En colaboraci贸n con:
ENERO - FEBRER DE 2016
Hospital EspaĂąol
AQUI ORGANO OFICIAL DE LA SOCIEDAD DE BENEFICENCIA ESPAĂ‘OLA FUNDADA EL 9 DE OCTUBRE DE 1842 Presidente: D. DANIEL SUAREZ Vicepresidente: D. JOSE TESTAS ANTON Director MĂŠdico: DR. JOSE LUIS SANJURJO Director: MANOLO MIER Arte y DiseĂąo: JORGE MALDONADO MARQUEZ REDACCION: Av. EjĂŠrcito Nacional No. 613 11520 MĂŠxico, D. F. Tels.: 52-55-96-00 y 52-03-37-35
No creĂamos llegar a consignar este aĂąo 2016, pero Él, que me da la existencia tan prolongada, sabe lo que hace. Cumplimos aĂąos de vida -y lo decimos en plural, porque a parte de mi edad, estĂĄ tambiĂŠn la vida de "AQUĂ? S. B. E"., que cumple 146 nĂşmeros. No sĂŠ si es mucho o poco lo hecho en estos 25 aĂąos de aporrear el teclado de este aparatejo que tengo frente a mĂ, pero lo cierto es que en estos cinco lustros fuimos testigos del acontecer de nuestra Sociedad de Beneficencia EspaĂąola, y al mismo tiempo, contemporĂĄneos de un MĂŠxico diferente al que conocimos hace 75 aĂąos. Y vimos cĂłmo nuestra Sociedad se afianzaba, cĂłmo su Hospital EspaĂąol se engrandecĂa en todos sus aspectos, del clĂnico al jardinero, del cientĂfico a la costumbre de verlo como la propia "Casa". Comenzamos, pues, otro aĂąo y con ĂŠl vienen, muchas esperanzas de que la Beneficencia EspaĂąola siga siendo un referente en nuestra existencia. Vayan, pues, nuestra felicitaciones por el nuevo aĂąo a nuestros lectores por su "insistencia" en seguir leyĂŠndonos, pues para ellos contamos --a "nuestra manera"-- lo que creemos que dibujarĂĄ una sonrisa en su rostro, un recuerdo en su memoria, un acontecimiento del pasado o una noticia del presente. ÂĄGracias a todos!
DISTRIBUCION GRATUITA
Nuestra Portada y Contraportada ANUNCIATE EN LA REVISTA DEL HOSPITAL LA REVISTA ES DE TODOS, EL UNICO OBJETO DE SOLICITAR UN ANUNCIO ES COSTEARLA. NO SE PRETENDE HACE UN ORGANO LUCRATIVO SINO MANTENER UNA PUBLICACION QUE NOS INFORME Y PUEDA MEJORARSE EN CONTENIDO Y PRESENTACION.
INFORMES: 5203-3890 Y 5203-3735 O EN AV. EJERCITO NACIONAL No. 613 (POLICLINICA PLANTA BAJA) MEXICO, D. F.
Cuna del arte virreinal porque es una obra de arte en si misma, a pesar de las construcciones modernas que poco a poco fueron transformando a esta bella ciudad que guarda en su seno la mejor colecciĂłn de "Quijotes" en el mundo, en el que mucho tuvo que ver D. Eulalio Ferrer. Situada como ciudad minera, en una profunda barranca, sus calles y callejones serpentean por laderas y montaĂąas, y suben y bajan en pintoresco capricho formando rincones ("CallejĂłn del Beso" y tantos otros rincones que hace de la ciudad lo maravillosa que es) ÂĄy plazas encantadoras!. El arte guanajuatense empieza con su parroquia, del siglo
XVII, y en ella se conserva la imagen espaĂąola de Ntra. Sra. de Guanajuato, con una rica peana de plata. Vista Guanajuato por la noche, semeja un bello Nacimiento navideĂąo. Visitar Guanajuato es como adentrarse y convivir con los siglos del arte; es volver al virreinato sin mantillas y uniformes virreinales, pero a estas "antigĂźedades" las suplen la limpieza de una ciudad dueĂąa de su propio encanto, el que da el pasado y el que le da el presente. Es un pueblo grande para vivir y vivirlo, respirar su ambiente y sentir en el alma aquellos tiempos en que las "viejas momias" tenĂan vida.
D. Daniel SuĂĄrez y "actores"del "Reconocimiento".
La Junta EspaĂąola de Covadonga, principal eslabĂłn activo de la Sociedad de Beneficencia EspaĂąola, ha sido galardonada con la Medalla de Honor, en su categorĂa de "Oro", con una sencilla y familiar
ceremonia realizada en el auditorio de la PoliclĂnica "Ă ngel Urraza". ÂżRazones para ello?, muchas, porque esta Junta, desde su fundaciĂłn en los principios del siglo XX, siempre estuvo presidida por espaĂąoles que
sentĂan a EspaĂąa, a la Beneficencia EspaĂąola y a MĂŠxico, como tres entidades inseparables en el corazĂłn de sus presidentes. Y esta circunstancia es hoy premiada por la ConsejerĂa de Empleo y Seguridad
Francisco MartĂnez, Vocal de la Junta EspaĂąola de Covadonga; Augusto RodrĂguez, Presidente del Casino EspaĂąol; Rafael Ruiz, Presidente del Club EspaĂąa.
Social, del Gobierno de EspaĂąa, que reconoce la encomiable labor de esta Junta en pro de la emigraciĂłn espaĂąola que reside en este paĂs de acogida. La presea fue entregada al Sr. Fernando Pedraja, Presidente de la citada Junta por D. Aurelio Miras Portugal, Director General de Migraciones, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en cuyo presĂdium formaban parte D. Carlos Manuel Moyano Jurado, Consejero de Empleo y Seguridad Social, Embajador de EspaĂąa y MĂŠxico en Cuba; el mencionado Sr. Pedraja, D. Fernando Valderrama de Pareja, CĂłnsul General de EspaĂąa y el Sr. Daniel SuĂĄrez, Presidente de la Sociedad de Beneficencia EspaĂąola.
El Reconocimiento.
Una furibunda y enloquecida separatista, funcionaria del gobierno catalĂĄn, dijo con toda la desfachatez posible, que "fue una vergĂźenza que el Estado espaĂąol festejara el genocidio del 12 O". Es decir, que esta seĂąora Colau se "colĂł" al decir que aquel 12 de octubre de 1492 fue un "genocidio". ÂĄAh, que seĂąora Colau! ÂżNo sabe usted que el mundo, incluyendo a su feroz separatismo, estĂĄ hecho de genocidios? ÂżLe recuerdo algunos? ÂĄPues van!: el Diluvio Universal fue el primero que hizo desaparecer de la faz de la tierra todo bicho viviente. Lo de Sodoma y Gomorra fue otro. Los egipcios hicieron uno con los judĂos que allĂ vivĂan y que fueron "mano de obra" para levantar algunas pirĂĄmides. Roma,
en el 228 a. C. lo hizo en EspaĂąa, cuando ya "su CataluĂąa" era espaĂąola con acento aragonĂŠs. ÂżSabe usted, seĂąora Colau, lo que hicieron los ingleses para crear su imperio? ÂżPor quĂŠ no se lo pregunta a los australianos, por citar sĂłlo a ĂŠstos? ÂżY el imperio francĂŠs, con don Napo Bonaparte a la cabeza? Y dĂgame: ÂżLo de Rusia con Pepe StalĂn, fue una "verbena popular? Y ĂŠste le remitirĂĄ, por supuesto, al cabo austriaco inventor del "nazismo". ÂżY quĂŠ hizo su "Jaime I el Conquistador" al quedarse con las Baleares y Valencia? ÂżAcaso entrĂł en Mallorca repartiendo tarjetas de visita a los "prĂłceres" y ramos de flores a las damas? ÂżLe sigo, seĂąora Colau, "alcaldesa de "Zelamea", o la dejo esperando su aĂąorado "separatismo" el que, Dios lo permita, nunca lo vea?
Comienzan las actividades de la nueva madrina de la Junta EspaĂąola de Covadonga, y la presentaciĂłn, como es obligado, fue en la Sala 11, residencia social en la que se llevan a buen tĂŠrmino las labores del "madrinazgo" para que los ancianos asilados y residentes de "Covadonga" e "Isabel la CatĂłlica", reciban todos a quien nos representarĂĄ en los eventos que los Centros EspaĂąoles tiene programados en sus actividades sociales, festivas y deportivas. En la presentaciĂłn se ve y se hace lo de siempre: mĂşsica, "palabras" de quienes forman "arte y parte" del festejo, rui- Srita. Sara GulĂas, nueva madrina de la J.E.C., acompaĂąada por Sra. AnaMa. CortĂŠs y Maricarmen GonzĂĄlez. do, plĂĄticas, movimiento en la cocina en la que la madrina, ayu- el de ayudar a servir, es el "per- boca", sin faltar los aplausos a la nueva "Madrina", a los que nos unimos dada por familiares y amigos sonaje" central del evento. Y claro, todo saliĂł a "pedir de nosotros los de "AQUĂ? S. B. E." cooperantes sin mĂĄs interĂŠs que
En este formidable acercamiento "entramos" de lleno en la escena. Al arder las naves (que como se sabe no fueron pasto del fuego sino "desmanteladas") se consumieron tambiĂŠn las esperanzas que quienes soĂąaran volver a sus lares. No quedaba otro camino que seguir adelante, pues la suerte estaba echada y sĂłlo quedaba la voluntad del CapitĂĄn CortĂŠs. AhĂ comenzĂł todo. La decisiĂłn del conquistador fue esa: conquistar, pues para eso habĂa llegado a estas tierras. JamĂĄs naciĂłn alguna realizĂł cosa igual. La Vera Cruz marca el inicio de la monumental hazaĂąa, y a partir de Antigua todo serĂĄ construir, fundar, guerrear, pacificar, ir cambiando la religiĂłn de los aborĂgenes. Hacer amigos y tambiĂŠn enemigos, dejar como hitos de seĂąalamiento rĂşsticos altares, trazas de poblaciones, levantamiento de fortalezas, aprendizaje de
las lenguas indĂgenas y, al mismo tiempo, ir imponiendo la suya, edificar pequeĂąos templos que mĂĄs tarde serĂan monumentales monaste-
rios, ir "sembrando" su propia sangre en aquellas mujeres tan distintas en su piel a las que dejaron en su tierra Toda una epopeya que jamås los siglos borrarån, porque fue realizada "a carne y sangre", y esa epopeya tiene un nombre: ¥AMÉRICA!
El "desmantelamiento de las naves".
tes que lo soliciten, a ser posible, previa justificaciĂłn de buena conducta" (ÂĄclaro, lo principal!); "gestionar colocaciĂłn y trabajo a los espaĂąoles que lo pretendan y reĂşnan condiciones de moralidad y suficiencia" (ÂĄbueno, no estaba mal!)
La Guadalajara mexicana, hoy.
En 1916 un grupo de espaĂąoles residentes en Guadalajara, Jal., constituyeron en la llamada "Perla de Occidente" un "Centro EspaĂąol" cuyos fines eran cultivar actos sociales, pero principalmente culturales, al que podrĂan asistir todos los espaĂąoles residentes en las diversas poblaciones del Estado jalisciense. Dos aĂąos mĂĄs tarde, 21 de diciem-
bre de 1918, de aquel Centro surge la idea de crear una Sociedad de Beneficencia EspaĂąola cuyos fines estaban seĂąalados en sus estatutos, o sea, "prestar ayuda y socorro a sus asociados, no sĂłlo en casos de enfermedad y fallecimiento, sino tambiĂŠn en situaciones difĂciles" (ÂĄlas que nunca faltarĂan, desde luego!) "Auxiliar a los compatriotas transeĂşn-
ÂĄQuĂŠ horror de tema! Claro, es para espantarse, pero siga leyendo. Hoy la gente de todo el mundo tiene una idea de lo que es esta "Sociedad Secreta" de la Italia medieval, muy parecida, ÂĄvaya!, que tiene un aire de familia con la "Mafia", palabra que tanto le gusta al fundador de "Morena". Hay quienes suponen que la palabra "camorra" es espaĂąola y que los italianos la tomaron de nuestro idioma. Bueno, pues allĂĄ ellos. Sin embargo otros con menos fundamento la hacen derivar de "kumir", un juego de azar prohibidĂsimo por el CorĂĄn, y si es asĂ, cabe pensar que muchos de los seguidores de ese libro son verdaderos "camorristas". Pero no falta quien crea que "camorra" es un corrupciĂłn de "gamurra", prenda usada en Italia precisamente por la gente "de mal vivir", y ya sabe usted quĂŠ gente es esa, y ademĂĄs la tal "gamurra" se parecĂa a la espaĂąolĂsima "zamarra". Esta Sociedad se fundĂł en los tiempos de Fernan
Estos "derechos y deberes" fueron acertadamente interpretados por los "espaĂąoles tapatĂos", pues en aquĂŠllos estaba impresa la finalidad que dio a la Sociedad de Beneficencia EspaĂąola de Tampico y a la de MĂŠxico D. F., el fundador de ambas D. Francisco Preto y Neto. Aquella Sociedad "tapatĂa" carecĂa de Sanatorio porque el nĂşmero de espaĂąoles residentes era muy limitado, por lo que las actividades de aquella Beneficencia eran exclusivamente "prestar dinero a los compatriotas necesitados" (que serĂan casi todos) y cuando "alguno enfermaba y requerĂa atenciĂłn mĂŠdica serĂĄ internado en el Hospital de Estado", atendiendo su gastos, desde luego. Pero poco tiempo despuĂŠs Centro y Beneficencia "pasaron a mejor vida", y usted imagina cuĂĄl. Pero Guadalajara se quedĂł convertida en "Perla" y en "Perla" sigue.
do II, en NĂĄpoles, y desde 1890 se extendiĂł a toda la Italia, formando parte de ella personas de uno y otro sexo y, ademĂĄs, de las mĂĄs altas clases sociales que, como en una organizaciĂłn militar podrĂan estar en activo o en pasivo y pasaban por diferentes grados. En los tiempos en que la "Camorra" era sociedad casi oficial, el "garzone" (joven) tenĂa que ejecutar un mandato difĂcil de sus superiores o matar a un hombre en un "duelo a cuchillo". El aprendizaje duraba cuatro aĂąos y se llamaba "tamurro" despuĂŠs de haberle practicado una incisiĂłn en una vena. Al ingresar como tal "camorrista" prestaba este juramento: "Juro hacer una "tirata" (duelo a cuchillo con un compaĂąero); ser fiel a mis asociados y enemigo de las autoridades pĂşblicas; no tener relaciĂłn alguna con la policĂa; no denunciar a ninguno de mis compaĂąero ladrones y amarles mĂĄs que a los otros, porque ponen su vida en peligro". PodrĂa seguir contando todo lo que la "camorra" podĂa hacer, pero es tan largo que me rindo. Hoy la "Camorra" napolitana compite con la Mafia siciliana, y al cambio vienen a ser nuestros "cĂĄrteles", nuestros "chapos", criminales "debidamente organizados, etc, etc. etc
Un joven Pablo Casals.
De los tres "Pablos" de nuestro tiempo, Casals, Picasso y Neruda, los tres mueren en el mismo aĂąo de 1973, siendo Casals el mĂĄs viejo de los tres. Casals naciĂł en 1876, Picasso en 1881 y Neruda en 1904, pero los tres mueren en 1973. Casals contaba que el conde de Morphy fue para ĂŠl algo mĂĄs que un maestro, un guĂa y un protector. Fue ĂŠste conde quien lo presentĂł a la Reina regente. Su Majestad le pidiĂł que tomase parte --en calidad de compositor y de intĂŠrprete-- en un concierto que se celebrarĂa en el Palacio Real. "PresentĂŠ --dice Casals-- mi concierto para cuerda reservĂĄndome, como es natural, la parte del violonchelo". Al dĂa siguiente el conde le da la noticia: la reina habĂa decidido concederle una beca de 250 pesetas al mes. Y Cuenta este Pablo catalĂĄn: "El mejor consejo que he recibido me lo dio el Conde Morphy: "Pablo, tova de forma que todo el mundo lo comprenda". El conde solĂa decirle: "He tenidos 2 hijos, Alfonso XII y Pablo Casals". Y asĂ tocĂł durante toda su existencia, hasta que muriĂł en 1973 a los 97 aĂąos de edad y siendo una verdadera estrella en el horizonte del violonchelo.
En 1995, siendo ya Presidente de la Sociedad D. Daniel SuĂĄrez RodrĂguez, y nosotros llevando ya cuatro aĂąos de editar esta revista, se encontrĂł en el sĂłtano del pabellĂłn Covadonga los restos de una biblioteca, y nunca mejor representada esa parte que queda de un todo, sobre todo lo que queda del cuerpo humano despuĂŠs de muerto. HabĂa de todo; ciencia, medicina, historia, religiĂłn, y de ĂŠsta, siete volĂşmenes en latĂn a tamaĂąo tabloide editado en 1525, 1568 y algunos del XVII. En aquel "cementerio" habĂa cerca de 150 ejemplares de "Los espaĂąoles en el MĂŠxico Independiente", y el subtĂtulo "Un siglo de Beneficencia". Esta obra se editĂł para conmemorar el primer centenario de nuestra Beneficencia y su autor fue Alberto MarĂa CarreĂąo, amigo del D. Ă ngel Urraza, entonces Presidente de la Sociedad. CarreĂąo obtuvo del Sr. Urraza el permiso para leer todos los libros de Actas, desde 1842, y de ĂŠstas saliĂł la interesante historia. Fue el regalo que el Sr. CarreĂąo le hizo a la Beneficencia en sus primeros cien aĂąos. El libro se venderĂa a $ 10.00 en los Centros EspaĂąoles establecidos en la capital, pero al no venderse todos, los devolvieron a la Sociedad. AquĂ, pues, aquella historia segĂşn Pablo Lorenzo Laguarta: "La Beneficencia recibe en estos dĂas (1934) otro donativo de gran valor espiritual, el Lic. D. Miguel DĂaz FernĂĄndez entrega a la Beneficencia su biblioteca que
tiene mĂĄs de cuatro mil volĂşmenes de gran interĂŠs". "El 17 de agosto de 1934 se reĂşne la Directiva y acuerda en acta" en virtud del cuantioso y valioso donativo de obras de literatura diversa que se ha servido hacer el Sr. Lic. D. Miguel DĂaz FernĂĄndez, para enriquecimiento de la Biblioteca de nuestro Sanatorio, se le ha nombrado bienhechor de la InstituciĂłn. Asimismo, se le ha nombrado bibliotecario en jefe, de la propia Biblioteca, con el sueldo de $ 50.00 mensuales, mĂĄs habitaciĂłn y alimentos". "TodavĂa tenĂa que hacer el Lic. DĂaz FernĂĄndez, otros donativos a la Beneficencia: el 19 de marzo de 1935 morĂa en el Sanatorio, dejando a la Sociedad $ 1.005.00 que tenĂa depositados en la Caja de la Beneficencia y otro donativo de $ 1.000.00, que ordenĂł se le entregara al Colegio de Abogados, al que pertenecĂa". Pues bien: de aquellos mĂĄs de 150 ejemplares de nuestra historia, sĂłlo pudimos rescatar y encuadernar 90 ejemplares. El resto de los libros los distribuimos en universidades, Ateneo EspaĂąol, Club EspaĂąa y otros organismos. El entonces encargado de la biblioteca del Casino EspaĂąol se negĂł a recibir los que habĂamos separado para su biblioteca, y que se relacionaban con la historia de EspaĂąa. Claro, se fueron para el Club EspaĂąa.
La muerte del primero ocurriĂł el 21 de mayo de 1506, y la de segundo 41 aĂąos despuĂŠs, 1547. El primero muere en Valladolid y el segundo en Sevilla. El hijo de ColĂłn, Diego dispuso que los restos de su padre fueran trasladados a la Cartuja de Santa Ana, que luego se llamĂł del Cristo, lo que se hace en 1513. De Santa Ana, por testamento de su hijo Diego, los llevan a la ConcepciĂłn, de la EspaĂąola, hoy Santo Domingo, y el chico ColĂłn pidiĂł (lo bueno era que todo se lo concedĂan) que le levantara un monasterio de monjas de Santa Clara, para que en su capilla reposara el cuerpo del marino genovĂŠs. Entre 1536 y 1559, sus restos fueron trasladados desde la Cartuja de las Cuevas, de la Isla la EspaĂąola. En 1725, en virtud del Tratado de
Basilea, EspaĂąa tuvo que ceder a Francia la parte de lo que hoy es HaitĂ. Total, que el comandante de la flota espaĂąola en aquellos mares, el general AristizĂĄbal, dispuso el traslado de lo que ya quedaba de Don CristĂłbal, a La Habana, donde se depositaron en un nicho (cada vez era lugares mĂĄs pequeĂąos, Âżse fija usted?) de la capilla mayor. Cuando se puso fin a la guerra entre EspaĂąa y los "Yunais", de la que EspaĂąa saliĂł perdiendo Cuba y lo demĂĄs, el gobierno espaĂąol realizĂł el traslado definitivo de aquellos restos a su tierra adoptiva. Llegaron a CĂĄdiz en un barco de guerra, el "Giralda", que los llevĂł a Sevilla, y allĂ en la catedral con su Giralda al lado, reposan al fin los pocos restos del Descubridor, y son tan pocos, que a lo mejor estĂĄn en
una caja de cerillos. Y a los de CortÊs les pasó lo mismo, y ahora estån, ¥a lo mejor es verdad!, en la iglesia de su Hospital de Jesús. Éste nos dejó a MÊxico, y el otro, toda la AmÊrica.
En una de las fotos adjuntas vemos el cuadro de M. Castellano en la que pintor captĂł el comienzo de aquella gesta madrileĂąa. La intranquilidad reinante en Madrid se agravĂł en aquel 2 de Mayo en que una multitud se arremolinĂł en las inmediaciones del Palacio Real por haber corrido la voz de que los infantes partĂan para Francia, y cuando el pueblo vio al infante D. Francisco, llorando, pues se negaba a irse del
Palacio y de Madrid, aquel pueblo se fue violentamente contra los franceses, siendo este choque el preludio de que lo que vemos en la segunda foto en que el pueblo madrileĂąo se cubriĂł de gloria. Pero el genial Goya plasmĂł en un lienzo lo sucedido al dĂa siguiente: los histĂłricos "Fusilamientos". La Junta de Gobierno, temerosa de las medidas que se decidiera tomar Murat, se le pidiĂł a ĂŠste que cesase el fuego prometiĂŠndole
a cambio de esto influir para que abandonase su actitud, y cuando hubo logrando ambas cosas, se publicĂł un bando del general francĂŠs advirtiendo "que serĂa fusilado quienquiera que llevase armas", y aquella noche el retumbar del caùón y las descargas de fusilerĂa anunciaron la matanza de espaĂąoles por el invasor, escena captada por el genial Sordo de Fuendetodos con el dramatismo de aquellos momentos.
El pueblo madrileĂąo en el "2 de mayo".
Valladolid, casa donde muriĂł ColĂłn.
Los "Fusilamientos", de Goya.
Una hermosa vista de uno de los templos virreinales de los pueblos de Sierra Gorda: Itlaxaco, municipio de NicolĂĄs Flores, antes de Santa MarĂa Tepeji. Esta iglesia de la Orden agustianana contaba, en otros tiempo con una campana en la cual habĂa grabada una fecha de 1626, o sea, que tendrĂĄ, si es que todavĂa taĂąe en alguna parte se escuchan sus taĂąidos, nada mĂĄs que 390 aĂąos. Este pequeĂąo pueblo, cuya visita es obligada para quien guste del arte arquitectĂłnico del siglo XVI, es un ejemplo de lo que Sierra Gorda, como muchos otros lugares de la repĂşblica, encierra entre su valles y montaĂąas. Foto tomada del libro de Juan B. Artigas, "MetztitlĂĄn, Hidalgo" – "Arquitectura del siglo XVI", foto de Antonio Lorenzo Monterrubio, 1995.
Iglesia de San AgustĂn.
Pues vea lo que es un "cachirulo"; segĂşn la Espasa Calpe se sospecha que viene del latĂn "capsula"; vasija de barro u hojalata en que se suele guardar el aguardiente y otros licores. 2: Adorno que usaban las mujeres en la cabeza a finales de siglo XVIII, 3: En estilo bajo, cortejo, galĂĄn, amante, querido. 4: En AndalucĂa vasija ordinaria y pequeĂąa. 5: En MĂŠxico, forro de paĂąo o de gamuza que se pone exteriormente al pantalĂłn, y coge la mitad de las piernas, por la parte interior y el asiento. Es mĂĄs Ăştil y usual en el pantalĂłn de montar. 6: En el reino de Valencia era el cometa de tela o de papel, que los niĂąos hacĂan volar por medio de cordeles. El actor y empresario teatral Enrique Alonso eligiĂł como sobrenombre artĂstico el de "Cachirulo", autor de sus cuentos dominicales en la televisiĂłn, director de teatro en todos sus gĂŠneros, del dramĂĄtico al lĂrico, heredero de todos los elementos teatrales, principalmente vestuario, mantones y abanicos de la sin par MarĂa Conesa. ÂĄAdiĂłs, amigos!
Enrique Alonso "Cachirulo"
Nos preguntamos porque Antonio PelĂĄez, nacido en la villa de Llanes, Asturias, en 1921, si todavĂa forman parte del censo de los vivos en este mundo, anda en los 94. EstudiĂł pintura y los colores y los pinceles lo llevaron por muchas partes. Ya poseedor de un estilo viene para MĂŠxico sigue estudiando pintura y escultura en la Academia "La Esmeralda". ViajĂł por diversos del Viejo Mundo, como Italia, Grecia, Egipto y otros. PresentĂł su primera exposiciĂłn en la GalerĂa de Arte ContemporĂĄneo, de las mencionadas ciudades. y expone tambiĂŠn en la GalerĂa de Arte Mexicano, en el Instituto FrancĂŠs de AmĂŠrica Latina, en MĂŠxico, en la Universidad de Veracruz, en la GalerĂa de Eduard Foch, de ParĂs, en el Ateneo de Madrid, y fue invitado de honor en las exposiciones de la Bienal de MĂŠxico con "El retrato contemporĂĄneo". Fue miembro de la GalerĂa Miraschi, de MĂŠxico. Hay una exposiciĂłn permanente de sus cuadros en el Museo de Arte Moderno de MĂŠxico, Madrid, Italia, Estados Unidos, Francia, Tel Aviv, y desde luego, MĂŠxico. Su Ăşltimo ĂŠxito profesional lo obtiene en la X Bienal de Sao Paulo (Brasil). El crĂtico de arte Neuvillate, dijo: "Su pintura, poesĂa sin fin, perdurarĂĄ a travĂŠs del tiempo".
El pintor asturiano Antonio PelĂĄez.
La "Bien Aparecida".
Son pocas las VĂrgenes que se hayan aparecido, pues no es lo mismo que "ser encontradas" por alguien en determinadas circunstancias. Unas "se aparecen" y otras "aparecen", es decir, las encuentran, ya sea en efigie o en pintura. Santa MarĂa la Bien Aparecida" fue una ima-
Nos referimos a aquellos islĂĄmicos que sin invitaciĂłn alguna se presentaron un viernes de abril en la EspaĂąa del 711. ÂĄTan bien que lo estaba pasando con sus monarquĂas godas! Pues lo sabrĂĄ usted si sigue leyendo esta nota. AllĂĄ, en al Asia, entrando, a la derecha, hay una vasta penĂnsula "baĂąada" (es muy aseada) por el OcĂŠano Ă?ndico, entre la Persia (la hoy IrĂĄn, y no sabemos a dĂłnde), la EtiopĂa, cristianizada en el 600 por San Frumencio, la Siria, cuyo gobernante se estĂĄ quedando solo, y el Egipto, que tambiĂŠn anda en lĂos. Se dice que ese lugar fue elegido por Dios para que fuese el "terrenito" que pensĂł en darles en propiedad a don AdĂĄn y a doĂąa Eva porque era una zona de variados climas, donde se daba de todo, principalmente frutas y de ĂŠstas, en particular las manzanas, como si se tratase de ZacatlĂĄn. Lo
gen encontrada por unos pastorcillo que cuidaba vacas y ovejas en Hoz de MarrĂłn, allĂĄ por las montaĂąas de "La MontaĂąa". Es una talla de madera oscura, como de color quemado, sin refinamiento alguno en las formas. No es el rostro hebreo mĂĄs o menos pronunciado que conocemos de otras VĂrgenes. Ésta es de carita redonda y, como casi todas, tiene al NiĂąo en brazos. Aquellos pastorcitos la encontraron en una ventana de las ruinas de San Marcos, en 1605. Vieron unas luces extraĂąas que "caminaban" delante de ellos, como mostrĂĄndoles el camino donde estaba la pequeĂąa imagen de escasos 30 centĂmetros de alto. Los vecinos trataron de llevarla al pueblo y colocarla en algĂşn lugar de la iglesia, pero una serie de extraĂąas circunstancia les hizo desistir de sus propĂłsitos y optaron por dejarla en el mismo sitio donde fue hallada, pero lo que hicieron fue reparar la destartalada ermita y allĂ mismo la
Pero surgiĂł lo que tenĂa que suceder: los vecinos de Ampuero --famoso por sus cerezas--, cerca de Hoz de MarrĂłn, confundieron la imagen de La Bien Aparecida" con otra semejante que veneraba en la ermita de San SebastiĂĄn, del mismo Ampuero, y pretendĂan llevarse y quitarle a Hoz de MarrĂłn el derecho a conservar y venerar su pequeĂąa Virgen: los de Hoz alegaban en su defensa que "su Virgen no era robada, sino aparecida y bien aparecida". ÂżQuerrĂan decir que la de Ampuero habĂa sido robada y por tanto los "ampueranos" quedaban todos por vulgares ladrones de VĂrgenes? El caso es que la "Bien Aparecida" es la Patrona de todos los montaĂąeses. Lo demĂĄs, "pleitos de familia".
malo fue que por una de esas frutas tan ricas que ahora encontramos en cualquier "sĂşper", aquella primera familia fue "lanzada" del ParaĂso como si vivieran en Tepito, Santa Julia o la Oriental. En el CorĂĄn estĂĄ escrito: "Hijos de AdĂĄn. Hemos hecho descender para vosotros que
cubran sus desnudeces y que os sirvan de adorno. Sin embargo el mejor vestido es el temor de Allah". "CorĂĄn 7,26". Y asĂ fue cĂłmo los diseĂąadores "corĂĄnicos" vistieron a su gente. El de a pie, aunque luce un vestido, que es una "monada", es un macho de verdad.
entronizaron, pues pensaron, y pensaron bien, que ĂŠsa era la voluntad de la Virgen para que le diesen culto en el mismo lugar donde, tal por vez por siglos, estuvo oculta.
Los ĂĄrabes y sus vestidos.
AĂąo de 1896. Una seĂąora, espaĂąola de nacimiento, pero italiana por matrimonio, pide a la Beneficencia que la auxilie con "mĂŠdico y medicinas". Pero serĂa establecer un mal precedente si se concedieran socorros a los que no conservan la nacionalidad espaĂąola, y se acordĂł que "sĂłlo en el caso de que el Sr. Biela (el marido italiano) se inscribiera en el Consulado como espaĂąol se le otorgarĂa el auxilio que pedĂa". No cuenta el acta el final de esta historia, pero suponemos que el marido siguiĂł siendo hijo de Italia, y la espaĂąola, que ya "parlaba" italiano, seguirĂa elaborĂĄndole a su marido sabroso "fetuchinis", y sin auxilios mĂŠdicos y medicinas gratis. DoĂąa Arcadia Tovar pide un auxilio por ser viuda de espaĂąol, pero resulta que el marido, despuĂŠs de ser funcionario en el gobierno del virrey, "aparece sirviendo al Gobierno mexicano", segĂşn los documentos presentados por dicha seĂąora, pero como no constaba que era o haya sido socio, se acordĂł muy acertadamente el "no ha lugar" En 1897: Un espaĂąol, que no era socio, pidiĂł a la Junta de la Beneficencia "diez pesos por una sola vez". Al mes siguiente repite la solicitud para atender "su delicada salud" porque "los diez pesos no le bastaron para mal comer" (ÂĄclaro, no se le podĂa decir el consabido "quĂŠ aproveche"!) y, ademĂĄs no habĂa "logrado ninguna mejora, por lo que suplica se le ayude de nuevo". Claro, se le negĂł la segunda vez porque en la primera se le advirtiĂł que "era por Ăşltima vez". Se comprende que las condiciones econĂłmicas de aquellos espaĂąoles eran precarias en grado sumo, pero muchos habĂa que obraban de mala fe, porque gozando de una holgada posiciĂłn pretendĂan vivir de o en la Beneficencia, o no querĂan ser socios, o que pudiendo trabajar no
trabajaban, o que estando en el Asilo se fugaban (ÂĄy no por un tĂşnel, claro!), o habĂa que expulsarlos por causar desĂłrdenes casi "penitenciarios" La palabra "Beneficencia", en su sentido de sociedad, era y sigue siendo la mĂĄs perjudicial para esta
Sociedad, porque no todo era verdad --ni lo es hoy-- lo que se argumenta para obtener el beneficio deseado. Por tanto, antes como ahora, la Beneficencia ha de ver a quiĂŠnes ha de socorrer. El "hacer bien sin mirar a quiĂŠn" no funcionaba entonces ni funciona hoy. Se deben tratar los problemas individualmente, pues cada asociado tiene el suyo.
SĂ“LO ES UNA FOTO, PERO‌ En la andaluza ciudad de Jerez, allĂĄ por 1892, ÂĄy ya han pasado 124 aĂąos!, vemos por la foto adjunta que no se andaban con cuentos ni por las ramas en la caza de anarquistas. En una noche de enero de ese aĂąo, unos mil campesinos anarquistas y muy bien adiestrados, cĂłmo tenĂa que ser, entraron de pronto en la ciudad y, claro, hicieron lo que sabĂan hacer: robar, destrozar, gritar y hacer todo lo contrario de una persona decente --todavĂa no tenĂan la baratĂsima y destructiva "bomba molotov"--, pero la guarniciĂłn de la ciudad los combatiĂł, y una vez repuesta del consiguiente "zipi zape" logrĂł expulsar a los "alegres camaradas" y, claro, los persiguiĂł sin descanso, pues habĂan sido muchas las bestialidades que habĂan cometido en su "excursiĂłn", que ellos llamaba "incursiĂłn", pero fallida. Al fin los sorprendieron en el pueblo de Bornos donde festejaban con buen vino de Jerez las burradas que acababan de cometer, y allĂ mismo, sin mĂĄs preĂĄmbulos, hicieron muertos, heridos, prisioneros, y a cuatro de ĂŠstos les hicieron lo que vemos en la foto tomada de un cuadro de F. Mota, en tanto a otros se les condenĂł a cadena perpetua. Seguramente allĂ terminaron sus anĂĄrquicos dĂas. ÂżFue una soluciĂłn? ÂĄNo!, pero sĂ un merecido castigo.
Anarquistas ejecutados.
Patio de "Los leones".
En este 2 de enero del 2016 se cumplen 525 aĂąos de la RendiciĂłn de Granada. Quien ocupaba la Alhambra, y ademĂĄs rey de Granada, era el moro Boabdil a quien su madre dicen que le dijo eso de "Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre". ÂżSerĂĄ verdad que su mamĂĄ fue tan sarcĂĄstica con el muchacho? ÂżQuiĂŠn la es-
cuchĂł, quĂŠ periĂłdico lo dijo? ÂżQuiĂŠn lo "ventaneĂł"? No lo sabemos, pero el caso es que el joven Boabdil caballero en uno de esos caballos ĂĄrabes que tanta fama equina tienen en el mundo, llegĂł a la real presencia de otros reyes: nada menos que los CatĂłlicos Isabel y Fernando, tambiĂŠn cada uno montando caballos de la misma marca. ÂĄSĂ, en eso estaban
igual! El moro hizo ademĂĄn de bajarse para saludar muy decentemente a los castellanos que tantos dolores de cabeza le dieron. Pero Fernando, fino y elegante como el que mĂĄs, no le permitiĂł aquella sumisiĂłn al tiempo que el chico Boabdil le decĂa: "Tuyos somos, rey poderoso y ensalzado: ĂŠstas son las llaves de este paraĂso: recibe esta ciudad, que tal es la voluntad de Dios" (vean que no dijo "AlĂĄ", si no Dios). Y es verdad que la Alhambra era, y sigue siendo, un verdadero paraĂso de maravillas ĂĄrabes, porque ÂżcĂłmo no extraĂąar este lugar "alhĂĄmbrico" en el que Boabdil y sus chicos y chicas celebraban sus dominicales "tardea-das"? La escena fue imaginada muchos aĂąos despuĂŠs por el pintor zaragozano Francisco Pradilla, en los finales del XIX, y tan perfecta le saliĂł, que hasta dirĂamos que estuvo presente en aquella histĂłrica "RendiciĂłn de Granada", lo mismo que hizo con su colecciĂłn de hechos histĂłricos, como aquella caravana de Juana la Loca por toda Castilla rumbo a Granada con el fĂŠretro de su "Felipe el Hermoso" durmiendo (eso creemos) "el sueĂąo eterno".
ÂżQUIÉN NO LO CONOCE? Este monumento a "la Raza" (la que naciĂł de otra porque asĂ lo quisieron los hados), ha cumplido en este 2015, 75 aĂąos de haber sido concluido (en 1940) por el Ing. Francisco Borbolla, y en ĂŠl figuran diversos grupos escultĂłricos obra del arquitecto Luis Le Larrea (y si quiere abreviar, diga no mĂĄs: "las 3 eles"). Lo que mĂĄs destaca en este monumento es sin duda la tremenda "ĂĄguila azteca" que lo corona. Esta enorme ave se hizo para que viviera "posada" sobre el edificio soĂąado por don Porfirio para la CĂĄmara de Diputados", que al final acabĂł siendo el Monumento a la RevoluciĂłn", y "a lugar de encuentro y estancia indefinida" de los seĂąores maestros de la CENTE. De lo que serĂa aquella soĂąada CĂĄmara por don "Porfis", quedan los dos leones que estĂĄn a la entrada del Bosque de Chapultepec, en tanto el "aguilucho" lo llevaron a "volar" sobre el pico de la pĂŠtrea pirĂĄmide que todos conocemos.
Monumento de la Raza.
Como muchos otros, este apellido es patronĂmico, derivado del nombre propio de Ruiz, pero no tienen relaciĂłn alguna entre sĂ los diversos linajes de esta denominaciĂłn muy extendida tanto en EspaĂąa como en AmĂŠrica. El nombre de Rui tuvo preferencia en ambas Castillas, la Vieja y la Nueva, donde existieron muchos personajes con ese nombre. Tenemos por ejemplo, Juan RuĂ de Apodaca, natural de Madrid, que fue administrador colonial en la Nueva EspaĂąa, con el cargo de CapitĂĄn General de la isla de Cuba. Y no podemos olvidar al gran Cid Campeador, Rodrigo DĂaz de Vivar y para muchos otros, Rui DĂaz de Vivar. AquĂ se da el nombre propio de Rui, predecesor del apellido RuĂz. TambiĂŠn tenemos a MartĂn RuĂz de Gamboa, conquistador espaĂąol que pasĂł a las Indias en 1537; en 1552 fue para Chile con su primo, el capitĂĄn Juan MartĂn de AvendaĂąo. FundĂł la ciudad de Chile. Tampoco olvidemos al poeta mexicano, nacido en Taxco, Juan Ruiz de AlarcĂłn. En la actualidad quedan muchos con el apellido RuĂz que tuvieron y siguen teniendo vigencia en esta naciĂłn mexicana, apellido que estuvo muy difundido desde los tiempos de la colonizaciĂłn.
Un apellido que viene desde los godos, y no olvidemos que ĂŠstos comienzan en EspaĂąa con AtaĂşlfo en el 401 y terminan en el 711 con D. Rodrigo, dejando, desde luego, este apellido, en las diferentes monarquĂas espaĂąolas. Se considera como progenitor de este linaje a don Ă lvar de Iglesias o de la Iglesia, un esforzado guerrero que por el 725, cuando el invicto don Pelayo reconquistĂł la ciudad de LeĂłn, se hizo fuerte ante el ataque de los moros en una iglesia o ermita, posteriormente llamada de San Pedro de Cavatuenca y con sĂłlo 150 hombres aguantĂł las embestidas de mĂĄs de cinco mil enemigos, dando muerte a mĂĄs de dos mil. En memoria de esta hazaĂąa, hizo a la iglesia cabeza de las demĂĄs que habĂa por las comarcas aledaĂąas. Muchos espaĂąoles con este apellido vinieron a AmĂŠrica estableciĂŠndose en diversos paĂses. En MĂŠxico floreciĂł en el siglo XIX, pues un cĂŠlebre polĂtico mexicano, don JosĂŠ MarĂa Iglesias, fue ministro en el gobierno de D. Benito JuĂĄrez. PerĂş, Costa Rica, Venezuela y otros, cuentan en sus familias con el apellido Iglesias.
ÂĄLO INCREIBLE! Hemos recibido directamente de MĂĄlaga, EspaĂąa, un correo que dirĂamos es "el evangelio segĂşn los catalanes". Copiamos algunos puntos que estremecen por la veracidad que cada uno encierra. "En Finlandia, el blasfemar estĂĄ castigado con cĂĄrcel. En EspaĂąa el delito de la blasfemia se quitĂł del CĂłdigo Penal en 1988". "ÂżQuiĂŠn dice hoy aquella frase que antes era un determinante de veracidad: "te doy mi palabra de honor", y ahĂ acababa el problema? "ÂżPero se puede creer que es por casualidad, que la palabra "patria" (y nosotros aĂąadimos "EspaĂąa) sea una palabra vacĂa? ÂżQuiĂŠn la pronuncia hoy? ÂĄSĂłlo aquĂŠllos que quieren la independencia de un trozo de EspaĂąa, pero si alguien que no sean ellos la pronuncia, se le califica de "facha" (fascista) espaĂąol. "ÂżPero se puede creer que es por casualidad que EspaĂąa sea el Ăşnico paĂs del mundo donde la bandera nacional, se esconde y sea motivo de mofa y falta de respeto, por la gran mayorĂa de los espaĂąoles, con el beneplĂĄcito de los gobernantes en turno? "ÂżPero se puede creer que es por casualidad que en un evento donde el Rey, el rey de EspaĂąa, es el anfitriĂłn, se estĂŠn repartiendo silbatos en las puertas para hacer una "pitada" cuando suene el himno nacional? "ÂżPero se puede creer que es por casualidad, que cuando las calles se llenan de velos islamitas, a los espaĂąoles les prohĂban el crucifijo, que en su dĂa utilizĂł D. Pelayo? Y no seguimos, Âżpara quĂŠ? Esto y mucho mĂĄs, estĂĄ sucediendo en la EspaĂąa de Isabel y Fernando, la EspaĂąa que le dio al mundo, "otro mundo". ÂĄQuĂŠ pena!
"Un hombre le pidiĂł a Dios: "Dame todo para disfrutar la vida "! Dios le respondiĂł: "Te he dado la vida para disfrutarlo todo". Y va de matrimonios. Los incas se casaban mediante decisiĂłn administrativa: la fecha de la boda y la elecciĂłn del cĂłnyuge quedaba Ăşnicamente encomendado al jefe de la aldea. Ya le gustara o no, un hombre no tenĂa derecho a permanecer soltero. El propio jefe, asĂ como los seĂąores, tenĂan derecho a cincuenta esposas. ÂĄY ahora hasta una sobra! El rey Abd Al-Azir ibn Saud (ÂĄlo que tardarĂan el llamarlo!), fundador de Arabia Saudita, contrajo mĂĄs de 400 matrimonios en su vida: pretendĂa no haber visto nunca el rostro de
sus esposas (y seguramente hoy le pasarĂa lo mismo). Ciertos matrimonios no duraban mĂĄs que una noche, pues se divorciaban al dĂa siguiente. El destino de cualquier proyecto matrimonial entre las tribus Maio, de China. Era decidido por un pollo. SĂ, como lo lee: con un pollo como los que se compran en cualquier pollerĂa, pero vivo. Antes de que se aprobara el matrimonio, se cortaba el pescuezo de un pollo en presencia de las partes interesadas. Una vez cocido el pollo, se examinaba el tamaĂąo de sus ojos. Si ambos eran idĂŠnticos, significaba que la uniĂłn serĂa feliz, ÂĄvaya, coser y cantar! Pero si aparecĂan de diferente tama-
Que no se nos Olvide la Historia Ahora bien: como a mayor desenvolvimiento corresponde mayores necesidades, se crea la "medalla pro Sanatorio EspaĂąol" con la cual habrĂĄ de premiarse a quienes mĂĄs socios reĂşnan. Entre los premiados estuvo Elenita Goyarzu, primera presidente del ComitĂŠ de Damas en su refundaciĂłn de 1930; y el Conde GĂźell, ĂŠste por haber otorgado catorce pasajes para repatriar espaĂąoles pobres. Pero como siempre se mezclan en este mundo las buenas y las malas acciones, si unos miembros suyos le dan satisfacciĂłn, no faltan quienes valiĂŠndose de puestos que nunca debieron ocupar en asuntos con la Sociedad relacionados, le causan disgustos y quebrantos. Y muy graves son los que ocasiona el anuncio que hace el Presidente de la Sociedad de Beneficencia en la reuniĂłn que la Junta Directiva celebra el 15 de febrero de 1928; el presidente de la Junta de Covadonga, D. Teodoro Elcoro, le ha dado cuenta de que el Tesorero de dicha Junta --suprimiremos el nombre como lo hicimos con otros defraudadores-- ha huido con 55.000.00 de lo recaudado. Y se toman todas las medidas que la prudencia aconseja: pues aun cuando el ladrĂłn no forma parte de la Sociedad de Beneficencia, es ella la defraudada nuevamente. Mas todo en vano; y si bien es cierto que a pesar de esta cuantiosa suma sustraĂda, todavĂa el Dr. Elcoro puede entregar en junta de 5 de abril la cantidad de $127.408.16, no por esto deja de pensarse que la Sociedad pudo haber tenido un ingreso debido a las hĂĄbiles gestiones del Dr. Elcoro, y de sus compaĂąeros honorables en la Junta de Covadonga de $ 177.000.00. El choque moral es tan severo para la Junta Directiva, para la Beneficencia, para la Colonia toda, que se resuelve modificar totalmente la manera de organizar las Juntas de Covadonga cada aĂąo, asĂ como el reglamento social, a fin de que en lo futuro aquĂŠllas vengan a constituir, en rigor, una de las comisiones administrativas que forma la Junta Directiva. (ContinuarĂĄ)
Ăąo entonces se consideraba que aquella pareja iba a terminar como el "rosario de la aurora", o sea, ÂĄfatal! Claro que entonces no llegaba a concretarse nada, pues automĂĄticamente quedaba en "si te vi, ni me acuerdo". ÂĄPues hala, a matar pollos, para no errar! Mahatma Ghandi, que no necesita presentaciĂłn, se casĂł a los 13 aĂąos de edad, lo que le impulsĂł a escribir en sus memorias: "No veo ningĂşn argumento moral a favor de un matrimonio tan irracionalmente precoz como el mĂo". Pero de todos modos su matrimonio fue feliz puesto que durĂł mĂĄs de 60 aĂąos. Un ex pastor estadounidense, Glynn Wolfe, se casĂł 23 veces, en legĂtimo matrimonio monogĂĄmico, entre 1931 y 1982. De sus diferentes matrimonios tuvo 41 hijos. Por mucho tiempo conservĂł en su ropero dos vestidos de boda de diferente tamaĂąo para estar prevenido en caso de cualquier eventualidad. El matrimonio entre dos personas que tuvieran un mismo apellido era considerado incestuoso en China, aun cuando no existiera parentesco alguno. Una diferencia: no hay que confundir la gimnasia con la magnesia. "EgoĂsta" es la persona que antepone siempre su conveniencia a la de los demĂĄs, sacrifica el bienestar de otros al suyo y reserva sĂłlo para sĂ el disfrute de las cosas buenas (entre ellas los juguetes): "envidiosa", en cambio, es aquella a la que el bien ajeno le causa ira o tristeza. La primera fecha segura que registra la historia, es el 18 de julio del 4241 antes de Cristo. En ella fue establecido en el Bajo Egipto el calendario de 365 dĂas". Y lo dice Eduardo Meyer en su Historia de la AntigĂźedad. Las inundaciones periĂłdicas que sufren nuestros pueblos son un beneficio, pero a la vez un desastre. El agua cenagosa que luego fertiliza, primero destruye. No es un consuelo, pero ÂĄes verdad!
En la foto contemplamos el "Castillo de la Roca" que se yergue a 793 metros sobre el nivel del mar. Este castillo estuvo destinado --y no sabemos si todavĂa sigue con ese destino-- a cĂĄrcel, en la que los presos con ideas suicidas podĂan lanzarse monte abajo. Si usted quiere conocerlo vaya a Italia y que un taxi lo lleve a la SerenĂsima RepĂşblica de San Marino. ÂĄBah, es corto el viaje!, y ademĂĄs se recorre la capital en un dos por tres, porque con 32 mil habitantes --republicano mĂĄs o republicano menos--, el trĂĄnsito no es ningĂşn problema. Eso sĂ: si va, estĂŠ seguro que estĂĄ visitando el Estado Soberano mĂĄs pequeĂąo y mĂĄs antiguo de este cochambroso mundo ÂĄHala, y si se decide ir, que tenga buen viaje!
Rep. de San Marino.
En la EspaĂąa romana, las monedas y sus valores tenĂan unos nombres que hoy no escuchamos ni en las Casas de Bolsa. Sin embargo ya entonces se hablaba de la "libra", vocablo que hoy nos remite a Londres y anexas, donde la "esterlina" (que no es diminutivo de Esther), pero que pesa mucho en el mundo numismĂĄtico. El metal con que se acuĂąaba en aquellos romanos tiempos era, entre otros, el oro y la plata, metales que a veces suelo verlos en los escaparates. Y ahora vea sus valores: La "libra de oro" valĂa 72 "sueldos" (ÂĄy no eran mĂnimos! Âżeh?) El "sueldo" de oro valĂa 24 "sĂliquas"; la
"semisa" era la mitad del "sueldo"; la "tremisa", la tercera parte; la "sĂliqua", la vigĂŠsima cuarta parte la "libra de plata" se componĂa de 20 "sueldos" de plata; el "sueldo" de plata, de 40 "denarios" de cobre (Judas sĂłlo cobrĂł treinta por su traiciĂłn). Y ahora ve usted el cambio de rĂŠgimen: los godos (que casi todos eran gordos) acuĂąaron en EspaĂąa una sola clase de moneda: el "tercio de sueldo de oro". Bueno, pues hoy tenemos el "dĂłlar", que ya es un dolor conseguir un par de ellos, y, claro, el "euro", que cada poco se "enfrenta" al dĂłlar para ver cuĂĄl de los dos es el mĂĄs "guapo", en tanto nuestro pobre peso pierde el paso y se va al piso al ver la pelea de los dos colosos.
Uno de los mĂĄs bellos edificios de la capital del paĂs, construido a principios del XVIII por fray Juan Herrera (ÂĄque no es el del Escorial!). Pero la fachada occidental fue estĂşpidamente destruida quedando la del sur, desgraciadamente, muy modificada. La misma escritora Elena Poniatovska, "considerĂł un acto criminal lo que se hizo con esta joya del arte". Y el Dr. Atl, que tomĂł ese lugar como su vivienda, escribiĂł: "Los saldados del BenemĂŠrito de las AmĂŠricas, que armas en brazo, y obedeciendo las leyes de la Reforma, desalojaron a los rollizos mercedarios de su viejo Convento de la Merced, y se convirtieron en los primeros profanos que pisotearon la santa mora-
Altar del Convento y el bellĂsimo claustro.
da dedicada a la oraciĂłn y a la caridad". Conocimos en el aĂąo 40 parte de lo que ocupaba la iglesia del Convento --cuyo techo estaba formado por "tejas" de plomo-- convertido en el mercado de Venustiano Carranza y JesĂşs MarĂa. Quedaba Ăşnicamente el famoso claustro, con entrada por la calle de Uruguay, creo que hoy cerrado al pĂşblico, mismo que insertamos en esta nota, y lo que era el altar mayor de esta irrepetible obra de arte, publicada en el libro "Arquitectura y CarpinterĂa MudĂŠjar en Nueva EspaĂąa". ÂżQuĂŠ opina usted?
RUSIA Y EL SINAĂ? La primera, dueĂąa de un aviĂłn --que no es nada extraĂąo--; y el conocidĂsimo "SinaĂ", un lugar en el que MoisĂŠs, tras cuarenta aĂąos deambulando por los desiertos, recibiĂł las "Tablas de la ley", o sea, el "DecĂĄlogo" que conocimos en el catecismo, librito que hoy, mĂĄs de la mitad de los actuales espaĂąoles, no conocen. SĂ nos importa que el aviĂłn se haya estrellado, pues se han perdido vidas, ademĂĄs de que los rusos pueden viajar por donde les venga en gana, pero lo que sĂ nos alegra es que MoisĂŠs se librĂł de un buen susto, pues en su ĂŠpoca hubiera sido fatal. ÂżSe imagina usted?
20 de agosto de 1940, a cinco meses de haber llegado yo a MĂŠxico, una tremenda noticia sacudiĂł a MĂŠxico y al mundo entero. CoyoacĂĄn estaba en bocas y diarios de todo el planeta. La noticia se extendiĂł como una mancha de aceite en un paĂąo. HabĂan asesinado a LeĂłn Trotsky. Para imaginar lo que aquel "bombazo" derribĂł en el pensamiento de todos los mexicanos, bastarĂa recordar las recientes fugas de "El Chapo". Apenas habĂan trascurrido 15 dĂas, y ya en los puestos de periĂłdicos se vendĂan opĂşsculos "pormenorizando" el asesinato. MĂĄs tarde, una editora mexicana publicĂł una supuesta historia del suceso. Hace apenas unos dĂas vino a mis manos un libro titulado "El asesinato de Trotzky" del autor valenciano JuliĂĄn Gorkin, nacido en 1901, libro editado en Barcelona en 1972 para un "Club de Lectores". Lo leĂ en una noche, y ahora, t4 aĂąos despuĂŠs, me entero de la verdad de muchas mentiras que se dijeron hace 75 aĂąos.
En el curso de la lectura iba encontrando nombres de personas que nunca vi "personalmente y en persona", que dirĂa Cantinflas, pero si sus fotografĂas. ÂżCĂłmo no recordar al pintor Siqueiros y a tantos espaĂąoles enemigos de Trotsky, metidos en el "ajo"? "Jackson Mornard" (uno de los muchos nombres que escondĂan a RamĂłn Mercader), fue el verdugo cuya mano asesina fue accionada por la temible G. P.U. En aquel crimen (que en Rusia llamaron "acto de justicia"), tambiĂŠn sonĂł la Sra. Mercader, madre de RamĂłn, cuyo nombre no le venĂa bien, pues se llamaba Caridad, quien al final de la historia de JuliĂĄn Gorkin, le confiesa a Enrique Castro, autor de: "Mi fe se perdiĂł en MoscĂş", lo que verdaderamente siente: Vale la pena reproducirlo, y si tiene tiempo y el tema le interesa, aquĂ lo tiene: "DespuĂŠs de la primavera de 1943, caĂdo yo en desgracia ya, pasĂŠ muchas horas en su casa (de Caridad) en su pequeĂąo apartamen-
En el viejo CoyoacĂĄn, tan lleno de historia, calle de Fernando Leal y PacĂfico, muy cerca de la recoleta plazuela de "La Conchita" hay una casa que en un tiempo se conociĂł como "de los Camilos". Era ĂŠsta una Orden religiosa fundada en Roma en 1586 por el franciscano Camilo Dew Lelis. Entre las severas reglas y exhortaciones para los novicios de la "Sagrada ReligiĂłn de los Padres Camilos" existe un interesante documento impreso en MĂŠxico en 1840, y pedĂa que "a los enfermos se les habĂa de tratar con suma caridad cristiana, con relaciĂłn no sĂłlo a su espĂritu sino tambiĂŠn a las necesidades de su cuerpo, dĂĄndoles reglas para servirles, asearlos en la cama, calentĂĄndoles los pies y limpiarles la boca; preceptuĂĄndoles que les hablasen en voz baja y con prudencia, para no molestarles ni infrigirlos". Los frailes llevan hĂĄbito gris-azul y como insignia una cruz de paĂąo rojo en la parte derecha de su sotana. Con el tiempo llegaron nuevos frailes "Camilos", por lo que debido al agotador trabajo sin interrupciĂłn por tantos apestados, necesitaron mĂĄs espacio donde vivir y atender las calamidades que a diario aparecĂan, y tomaron la casa que se cita. Aquellas epidemias diezmaron la poblaciĂłn, por lo que "Camilos" e "HipĂłlitos", con sus cuidados, impidieron muchas defunciones al aislar a los contagiosos en sus propios hospitales. Pero al promulgarse las Leyes de Reforma, los "Camilos" fueron despojados de sus
to de KalujskaĂŻa. Frecuentemente hablaba de MĂŠxico con nostalgia, y una tarde me dijo: "Nos han engaĂąado, Enrique. Nos han engaĂąado con sus libros revolucionarios, con su propaganda, con su pretendido paraĂso. Esto es el peor infierno que haya existido jamĂĄs. Nunca podrĂŠ habituarme a ĂŠl. No tengo mĂĄs que un deseo, un pensamiento: huir, huir lejos de aquĂ. TĂş no conoces como yo a estas gentes. Carecen de alma y de conciencia. Aniquila tu voluntad, te obligan a matar y te hacen morir a continuaciĂłn, de un golpe o de un disparo, o a fuego lento, como a mĂ me hace morir en este momento." ÂĄY todavĂa vemos la bandera de la hoz y el martillo, y el retrato-caricatura del "Che" en nuestras calles, y por las de muchos paĂses, ondeada por manos jĂłvenes que sueĂąan, porque lo desconocen, con el estilo de vida paradisiaca de aquel dios cruel que "ajusticiĂł" a millones de sus paisanos!
propiedades y expulsados, sin tomar en cuenta la labor que desarrollaban, ya que al hospitalizar a los enfermos evitaban el contagio al resto de la poblaciĂłn. Y aquella casa fue el albergue de diversos negocios, entre los que citaremos una fĂĄbrica de porcelana decorada por JosĂŠ Frau, notable pintor espaĂąol, quien se instalĂł en "Los Camilos" (respetando este nombre), creando verdaderas maravillas, objetos diversos de porcelana, desde vajillas completas, a ceniceros, porrones y hasta chapas decoradas para apagadores de la luz. Lo Ăşltimo que hemos sabido es que se habĂa convertido en un famoso restaurante.
Casa donde estuvieron "Los Camilos".
Iglesia de Santa Fe.
Usted sabe que en el occidente de la ciudad se encuentra Santa Fe, un pueblo "hecho" por Vasco de Quiroga, y para mejor entender, el inolvidable "Tata Vasco", o Padre Vasco", quien fundĂł este pueblo en 1532 en el que hizo un hospital, iglesia y la primera Casa Cuna de AmĂŠ-
rica --eso es lo que se dice--, y estableciĂł el pueblo cuyo propĂłsito era que sirviera de refugio para "indios pobres y miserables personas, viudas, huĂŠrfanos y mellizos". Esto Ăşltimo, por la costumbre que tenĂan los indĂgenas, cuando tenĂan mellizos, de matar a uno de ellos, Pues bien:
El voltio y el voltaje son nombres que tiene un padre, y se llamaba Alessandro Volta, fĂsico italiano que, no teniendo mucho que hacer, se puso a inventar cosas, y una de ellas, por lo menos es la que conocemos y usamos hasta para rasurarnos, fue la "columna voltaica" y el principio de la pila elĂŠctrica, ese adminiculo que le ponemos al celular, a la rasuradora, la lamparita para ver por las noche el ojo de la cerradura, en fin, hasta en ese reloj que lleva en su muĂąeca izquierda. Pero vea usted de dĂłnde sale esta invenciĂłn: en "la verificaciĂłn de las convulsiones observadas en ranas (ÂĄtan simpĂĄticas con su nocturno croar!), por su paisano Luigi Galvani, que nada tiene que ver con la "galbana" que a veces nos entra. Volta averigua que "la hipĂłtesis de una electricidad animal, de la que parte Galvani, es superflua". Y, claro, sigue toda una historia de la "luminosa idea del Sr. Volta, quien la presentĂł a NapoleĂłn Bonaparte en el Instituto Nacional de ParĂs el 7 de no
habĂa en el viejo Santa Fe habĂa --no sabemos si lo sigue habiendo-- un manantial que el rey de EspaĂąa le habĂa dado a Tata Vasco. Y lo curioso de este caso, es que en aquel siglo y en los siguientes, hasta el XX, ningĂşn monarca espaĂąol pisĂł tierra americana. Los primeros fueron Juan Carlos I y DoĂąa SofĂa, y hace poco Felipe VI y Letizia I. Total, que el manantial aquĂŠl se encontraba a 166 metros sobre el nivel del ZĂłcalo lo que permitĂa, que el agua corrĂa como loca por aquella comarca sin dificultad alguna. Llegaba a Chapultepec, donde comenzaban los arcos (algunos quedan todavĂa en la venida de ese nombre), seguĂa por la calzada de la VerĂłnica, hasta la Tlaxpana; daba la vuelta en San Cosme y terminaba en la Caja de Agua de la Mariscala, atrĂĄs de Bellas Artes que, claro, todavĂa no existĂa; seguĂa su carrera por Tacuba y terminaba en la plazuela de Mixcalco. ÂżQuĂŠ le parece? Y ya ve usted, hoy los "cerros" se desgajan como polvorones y Santa Fe sigue siendo la base de gigantescos rascacielos. Un espectĂĄculo de "altura".
viembre de 1801, o sea, que acaba de cumplir el pasado noviembre sus primeros 215 aĂąos. Si don Napo hubiese llevado un celular, seguramente habrĂa ganado a los prusianos BĂźlow y Brucher y tambiĂŠn, claro, al general inglĂŠs Wellington.
El "voltio" es presentado a NapoleĂłn.
Dijo adiĂłs a este destartalado mundo, uno de los mejores actores que he conocido en mi vida y con quien tuve el honor de trabajar en sus comienzos teatrales en uno de los festivales que la Junta EspaĂąola de Covadonga organizaba en Bellas Artes, con la colaboraciĂłn de los Cuadros ArtĂsticos de cada Centro. Fue en "Los Guirrios de Puente Caso" donde GermĂĄn Robles interpretĂł magistralmente una "bruja" inolvidable. GermĂĄn fue una de las figuras principales del Centro Asturiano; excelente comediante, magnĂfico "bajo cantante", nieto del gran poeta asturiano del bable Emilio Robles MuĂąiz, "PachĂn de MelĂĄs"; hijo de un notable pintor, de la misma saga, y un actor, para decirlo coloquialmente, "como la copa de un pino", nacido en GijĂłn en 1929. En el mismo grupo estaba otro asturiano, tambiĂŠn nacido en GijĂłn:
Demetrio GonzĂĄlez, recientemente fallecido. TambiĂŠn estaba Leonardo Osorio, formidable barĂtono, y un servidor de ustedes. De aquel "Bellas Artes", Demetrio derivĂł al cine con el sobrenombre de "el Charro GĂźero", pues era de cabellera rubia. A GermĂĄn le llovieron propuestas para hace teatro y una de ella fue de Enrique Rambal para que interpretara en provincias "El MĂĄrtir del Calvario". Pero tuvo otras ofertas para pelĂculas en las que fue el "Vampiro" mĂĄs admirado. En el teatro brillĂł con luz propia, y aĂşn lo recuerdo en la gran obra de del Valle InclĂĄn "Luces de Bohemia"; su papel de "Don Latino", mereciĂł que un crĂtico de teatro dijera de este personaje interpretado por GermĂĄn Robles: "EstĂĄ como para congelarlo y ponerlo en un vitrina". Y tuvo razĂłn, porque de cuantos papeles interpretĂł en cine televisiĂłn y teatro, su "Don Latino" quedĂł
GermĂĄn Robles.
para la historia de las grandes interpretaciones. De aquel "festival" sĂłlo quedamos Leonardo Osorio y quien todavĂa escribe estas memorias ÂĄHan corrido 70 aĂąos!
SĂ; es la ocasiĂłn y la oportunidad en estas fiestas que se avecinan, para regalar a nuestros familiares y amistades queridas, cualquiera de las imĂĄgenes que presentamos en la fotografĂa: "Ntra. Sra. del Camino", "Covadonga, "El Pilar", "la Almudena", "Santiago ApĂłstol", "del RocĂo", la "Bien Aparecida", y "Guadalupe", magnĂficas todas estas figuras, una reproducciĂłn perfecta en color y vestuario. Para su adquisiciĂłn basta dirigirse a la Srta. Maricarmen GonzĂĄlez, gerente de la Junta EspaĂąola de Covadonga, en el primer piso de la PoliclĂnica "Ă ngel Urraza Saracho"
Muerte de Rocinante.
Es el adiĂłs a este caballo que por muchos nĂşmeros estuvo con nosotros. Nos vemos obligados a terminar esta historia, es decir, simplificar su final, antes de que termine la nuestra, y asĂ conocer el final que tuvo este "ilustre" protagonista de una de las obras geniales de la literatura universal. Dejamos a Rocinante trotando --es un decir-- por los campos manchegos, por Zaragoza, Sierra Morena, Barcelona; lo vimos en el palacio de los duques, en las pobres ventas, colgado de las aspas de un molino de viento; casi masacrado por una piara de seiscientos cerdos que le pasaron por encima de su esquelĂŠtico cuerpo; recibiendo pedradas, palizas sin culpa alguna; celebramos su amistad con el rucio a quien le puso el nombre de "Rocinforte" En fin, lo vimos en un cĂşmulo de aventuras. Al hacer su Ăşltimo "regreso a casa", Rocinante siente que su cuerpo ya no resiste mĂĄs, y en la cabeza lleva la imagen de aquellos dĂas caminados por La Mancha. Se lo confiesa a Rocinforte y le pide que ĂŠl, el rucio de Sancho, sea quien termine su historia. Llegan, por fin, al punto de partida y el grupo se divide. Don Quijote va directamente a la cama, molido el cuerpo y tambiĂŠn el alma, en tanto Rocinante va a su cuadra y allĂ se tira como un fardo
inservible. No se entera que su viejo amo recupera la razĂłn, la que habĂa perdido por la lectura de aquellos libros de caballerĂa que le infundieron el tĂtulo de "Caballero Andante". Bien lo asienta Cervantes en el epitafio con que cierra su famoso libro: "Yace aquĂ el Hidalgo fuerte Que a tanto extremo llegĂł De valiente que se advierte Que la muerte no triunfĂł De su vida con la muerte. Tuvo a todo el mundo en poco; Fue el espantajo y el coco Del mundo, en tal coyuntura, Que acreditĂł su ventura Morir cuerdo y vivir loco". Todos los dĂas, Sancho en su rucio, acudĂa a ver a "sus enfermos". Don Quijote ya no era lo que fue, pues la cordura lo cambiĂł, pero Sancho no lo entiende y aĂşn recuerda su "gubernatura" de la "Barataria". En esas ocasiones el rucio se va directamente a la cuadra donde yace Rocinante. Conversan, recuerdan, comentan lo vivido, parece que disfrutan evocando las aventuras, en fin, plĂĄticas de "amigos". Pero un dĂa Rocinante desconoce al rucio y por mĂĄs que ĂŠste insiste, el viejo caballo niega haber sido amigo de un vulgar burro, "ĂŠl, que sabĂa el nombre de todos los caballos de la historia ÂżcĂłmo habĂa de ser amigo de un rucio comĂşn? Y entonces recupera sus fuerzas, se levanta, sale al campo, se para sobre las patas traseras, relincha de manera inusual, trata de salvar un hondo surco y cae en ĂŠl que, al final, es su tumba. Es entonces que Rocinforte cuenta el
final de la historia, y, ademĂĄs, cuenta cĂłmo fue el entierro de Don Quijote, quiĂŠnes asistieron al sepelio, el gentĂo que atiborrĂł la iglesia y el cementerio "Yo --dice Rocinforte entristecido-- recuerdo todo los dĂas a mi amigo, y las aventuras, las plĂĄticas que tuvimos. Y digo que el autor de nuestras aventuras no tuvo la oportunidad de hacerle a Rocinante un epitafio como se lo hizo a su personaje central: Pero yo sĂ se lo hice, y aquĂ lo dejo a la posteridad: "AquĂ yace Rocinante, Un caballo sin igual: sufrido, flaco, arrogante, recio, valiente y formal. CaminĂł toda La Mancha cargando, siempre paciente, la demencia pura y franca de un gran corazĂłn ardiente. Fue risa de todo el mundo; viviĂł siempre en desacuerdo con las locuras del amo que, al final, lo contagiĂł, pues Rocinante viviĂł cuerdo y al final loco muriĂł". "Y digo yo, que serĂa bueno colocarlo en el mismo lugar en el que cayĂł y encontrĂł su triste fin, y asĂ perpetuar la fidelidad de este caballo que entrĂł en los salones de la Historia a la vera de Don Quijote, de Sancho Panza y de la mĂa. (Esta historia estĂĄ registrada En el Instituto del Derecho de Autor. Registro PĂşblico del Derecho de Autor, con el nĂşmero 03-2005030111352400.02. 8 de marzo de l2005).
Personajes eternos.
San Saturnino, Patrono de Pamplona.
Ampliamente imitadas. No es necesario seĂąalar los que son esas "juergas" en las que durante una semana corre el vino como si fuese por caĂąerĂas, pues cada garganta es uno de esos desagĂźes por los que el vino y otros bebestibles se consumen por hectolitros. ÂżEs la fiesta pamplonica, "nacional" por excelencia? No. Porque a EspaĂąa le sobran fiestas que la identifiquen como la mĂĄs jaranera del mundo, al igual que las "Fallas valencianas", las procesiones de "Semana Santa" en mu-
chas capitales andaluzas, el jolgorio de jotas en el "Pilar de Zaragoza", el divertido y sinuoso "Camino de Santiago", y la figura de ĂŠste mismo santo, "gallego por naturalizaciĂłn" Y siempre, en todos estos casos, el pretexto lo proporciona la Iglesia que estĂĄ en medio de las citadas manifestaciones que le vienen, como anillo al dedo al espaĂąol, para "echarse a la calle", vaso en mano y un brindis tras brindis, durante siete dĂas. Pero esta fiesta, digamos que
El origen, desde luego, es la "cancillerĂa". ÂżY quĂŠ es eso? Pues verĂĄ: EspaĂąa tenĂa dos, que venĂan a ser como "la corte suprema de justicia" (ÂĄlo que hoy pide todo el mundo!). El Consejo de Castilla funcionaba (no sabemos si sigue funcionando) como Tribunal Supremo de ApelaciĂłn. La primera, en Valladolid, desde 1486, es decir, hace 530 aĂąos, y extendĂa su jurisdicciĂłn al norte del rĂo Tajo. La segunda estuvo, al principio, en Ciudad Real (1494) y luego la mandaron en 1505, a Granada, ya sin moros, y su competencia abarcada toda la parte sur de Castilla la Vieja (no sabemos si hoy, como es "Castila LeĂłn", se enfade por llamarla "Vieja"). La frontera entre ambas era, por supuesto, el rĂo Tajo. Cada "cancillerĂa" se dividĂa en 4 salas (ÂĄque habĂa que limpiarlas,
desde luego"): "criminales" y "civiles" (pues de los primeros ya los habĂa a montones), y tenĂan un presidente ÂĄy 16 auditores! (que entonces no cobraban en euros). TambiĂŠn las llamaban "Audiencias", que no eran otra cosa que Tribunales de Justicia, uno en Galicia y otro en Sevilla, en 1556; otra en Canarias (1566), en Mallorca y en la Corona de AragĂłn a la que quisieran o no, pertenecĂan los "catalans"; en Zaragoza y en Valencia. En AmĂŠrica la mĂĄs antigua es la de Santo Domingo: 1511. El mundo tuvo "cancilleres" a pasto, y muchos llamaron la atenciĂłn por su "dureza", como lo fue doĂąa Margarita Tatcher, a la que se la "tachĂł" como "Canciller de hierro", muy dama ella, pero inflexible. Parece ser que al final la visitĂł el maldito alemĂĄn que le borrĂł la memoria, pero antes pudo decir cosas
mundial, cuenta con otro elemento para su semana de brincos, cantos, gritos, bailes y uno que otro muerto o heridos gravemente: el toro. No sĂŠ si ĂŠste animal participa por su cuenta y riesgo, o porque segĂşn se cuenta su piel, extendida, tiene la forma de la penĂnsula ibĂŠrica. Por algo le dicen "la Piel de Toro". El caso es que el cornĂşpeto, en compaĂąĂa de otros semejante, aparte de la turba de "corredores" que van delante, a los lados, por detrĂĄs, algunos despatarrados por las pisadas del bicho, "acariciados" por sus cuernos, mientras el pĂşblico de las protegidas aceras y los que estĂĄn en las ventanas y balcones, rĂen y aplauden, no se sabe si a los "valientes" o al toro. Yo le aplaudo al toro. Sin embargo nadie menciona al santo patrono de la ciudad por la que toro y gente van mezclados durante unos minutos que tardan de los corrales al coso. Se cita y se "engloba" en el festejo a San FermĂn, por lo que a esta fiesta se le da el nombre de "los Sanfermines", y el mundo entero asĂ la conoce, pero no es San FermĂn el Patrono de Pamplona, sino San Saturnino. San FermĂn es el Patrono de Navarra. ÂĄY no lo digo yo!
"La Dama de Hierro".
como "Puede ser que sea el gallo el que cante, pero la gallina es la que pone los huevos". ÂĄA, que doĂąa Marga!
Una mezquita que se precie de completa, ha de tener una buena tribuna para el califa, y ha de ser en un lugar muy especial, o sea, un poco elevada para que el seĂąor pueda ser visto "en directo y a todo color" por todos los "fieles", aunque al califa lo que menos le interesaba era los harapientos que tenĂa al frente. Lo mismo sucede en nuestros modernĂsimos tiempos, y no sĂłlo para ser vistos por una "ciudadanĂa" curiosa, sino para que se disparen docenas de celulares, de cĂĄmaras y "flashazos" hasta deja bizco a quien le toman la foto y, muchas veces, aprovechan para "tomarles el pelo". En la mezquita hay todo un protocolo que se debe respetar a rajatabla, lo que en nuestros templos no existe. La tribuna del califa se llama "makusura", y por el nombre vemos que algo ha de tener con las "suras" del CorĂĄn. El pueblo islamita sabe estar y conducirse en sus templos, pues hay un orden que no se puede "saltar a la
Antes de irse de EspaĂąa para su romana tierra, quiso Julio CĂŠsar dejar un recuerdo de su estancia en aquella PenĂnsula conquistada tan "a la buena", y sobre todo en aquel pedazo peninsular cuyo nombre mĂĄs antiguo era "Angelas" o Angella" y que despuĂŠs se llamĂł "Iznajar" para, definitivamente quedar como "Corduba", ÂĄvaya!, CĂłrdoba. Quienes se va de un lugar se lle-
van como recuerdo un bote de tierra, o de arena si estuvieron en una playa, acaso una plantita para ponerla en el jardĂn ÂĄVaya, cualquier cosa que le recuerde el pueblo donde estuvo. Sabemos de algunos que traen de Covadonga unos pedruscos y nos dicen que "son las piedras que los asturianos les tiraban a los moros" cuando ĂŠstos anduvieron por allĂ. Y tambiĂŠn los hay que no se lle-
El "Huerto del Cura", Alcoy, Alicante.
torera", como a veces sucede en los nuestros. Los jĂłvenes se colocan detrĂĄs de los ancianos; las mujeres, atrĂĄs de los hombres, pero muy retiradas de ellos, pues sabido es que entre los muslimes la mujer "no vale nada", por la misma razĂłn del valor en su sociedad. Los hombres no se movĂan hasta que no hubiesen salido todas, y nada de "usted primero". Las doncellas no iban a mezquita en la que no hubiera un lugar apartado para ellas, y cuando iban era porque la mezquita reunĂa las condiciones, y en estas ocasiones habĂan de ir tapadĂsimas con sus velos. Hoy, en nuestras iglesias, las supuestas "doncellas" van casi en cueros, y si usted lo duda asista a una iglesia en Acapulco cuando vaya de vacaciones, o a cualquier otro puerto turĂstico; y lo curioso es que las "descotadas" y "descocadas" son las "fuereĂąas", porque las de casa son menos condescendientes en eso de enseĂąar van nada, sino que lo dejan, como hizo este romano de la historia, pues para que los cordobeses y demĂĄs paisanos vecinos lo recordaran, dejĂł plantado, eso sĂ, con sus manitas, en un jardĂn de la ciudad, un plĂĄtano, y dijo que lo dejaba par "inmortalizar la graciosa musa del espaĂąol Marcial". Aquel plĂĄtano simbolizĂł la civilizaciĂłn romana, pero no tenemos noticia de que alguna vez diese frutos. Pero vea usted: siglos mĂĄs tarde, bastantes por cierto, aquel plĂĄtano tuvo como vecino, en este caso vecina, la esbelta palmera del Oriente que el poeta --en aquel tiempo todos eran poetas--, AbderramĂĄn I plantĂł "para que todo el Sur y el Levante" fuesen verdaderos palmares. Pues sĂ, porque basta ir a Elche, Alicante, para ver los maravillosos palmares de esa ciudad. Y entonces CĂłrdoba cambiĂł de cara, dejĂł de ser latina --no la tina-- y se hizo mĂĄs musulmana que el mismo Damasco, y hasta lo superĂł "plantado" en esta ciudad, ademĂĄs de las bellas palmeras, la mezquita mĂĄs importante e imponente del mundo y anexas. ÂĄAh, y si va a Acapulco, no se le olvide un frasquito con arena de la "Condesa", y con sĂłlo mirarlo se sentirĂĄ en aquellas playa!
La primera y segunda tiene relaciĂłn entre sĂ: la "masa" acaba en la "mesa" convertida en pan, y tambiĂŠn en oblea para la misa en la que, en cierto modo, hay una "mesa" en la que sirve una "Ăšltima Cena". ÂżNo es asĂ? Pero la "Musa" es un ser mitolĂłgico que representa muchas de nuestras actividades, al decir de los griegos, y vea lo que dicen: "Clio" representa la Historia, aunque sea la del "Chapo"; "MelpĂłmene" (ÂĄpor favor, seĂąor linotipista, no va a poner "melopones"!), a la "Tragedia" que es la que estĂĄn viviendo en Ayotzinapa; "TerpsĂcore", que gracias a ĂŠsta, tiene fama Amalia HernĂĄndez y su "ballet": "Erato", a la "Moral" (y muchos se preguntan: ÂżquĂŠ es eso?), y a la poesĂa y a la "ElegĂa", composiciĂłn que expresa sentimiento, dolor ): "Polimnia", a la poesĂa lĂrica; "Urania", que anda por el firmamento como un astron-
La "Mesa" de la Misa.
auta, y que en MĂŠxico habĂa una perfumerĂa que producĂa el aroma "Siete Machos"; "CalĂope", o la "elocuencia", de la que carecen muchos polĂticos de acĂĄ, de allĂĄ y de acullĂĄ; "Euterpe", que protege a los mĂşsico, lo mismo a los de Bellas Artes que a los del Metro
Hoy, en la mira del Terror, asĂ, con mayĂşscula, no sabe quĂŠ les pasarĂĄ maĂąana a sus compaĂąeras inseparables: la Fraternidad y la Legalidad, algo de lo que no pueden presumir quienes atacan. Todo es incierto. Todos los que viven en Francia, extranjeros o naturales, piensan en francĂŠs y todos, a una voz, cantan la "Marsellesa", la mĂşsica que con la del himno mexicano, se considera la mejor, la mĂĄs bella. Pero hagamos un poco de historia. Ya en las postrimerĂas del XIX, en aquel MĂŠxico romĂĄntico de 1800, cualquier persona que hablara bien de los franceses o aprobaba sus sentencias, era castigado severamente por las autoridades, y esto lo cuenta Gabriel SaldĂvar en su "Historia de la mĂşsica en MĂŠxico", publicada por el Departamento de Bellas Artes en 1934. "Por esa causa --dice SaldĂvar-- fueron varios los procesados. El primero de ellos fue Pedro Boet, francĂŠs, mĂşsico del regimiento de la Corona, por haber traducido al espaĂąol una canciĂłn francesa considerada subversiva". El maestro de la capilla metropolitana, Antonio Juanes, tampoco escapĂł por un motivo semejante; y a JosĂŠ MarĂa JimĂŠnez, mĂşsico de la catedral metropolitana --nuestra catedral-- tambiĂŠn se le siguiĂł "un juicio criminal por aprobar las ideas francesas, y porque estaba tan perdido en las cosas de Francia –decĂa
y los camiones. Y claro, no podĂa faltar la del teatro en todas sus manifestaciones: "TalĂa"; y no piense usted que es la cantante, porque ĂŠste le mete una "h" entre la "t" y la que sigue para que se vea mĂĄs "gringa", o sea, "extranjerota", no "de casa".
un testigo--, "que no habiĂŠndolo oĂdo jamĂĄs cantar, ahora le habĂa oĂdo aprender un verso francĂŠs que trataba de la libertad y tiranĂa", lo que cantaba con frecuencia, acompaùåndole del "violĂłn", en una fonda situada frente a la iglesia de San JosĂŠ el Real (lo que hoy conocemos como la Profesa", Isabel la CatĂłlica y Madero). La referida canciĂłn no era otra que La Marsellesa, la que se cantĂł por primera vez en MĂŠxico en el mes de agosto de 1794. Hoy la canta el mundo entero aunque de francĂŠs sepa lo que un servidor, de tagalo.
Como vemos, las opiniones no casan, y en tanto lo que no se encuentra es la soluciĂłn al problema; los Sres. Fuentevilla y de la Vega citan algunos casos en apoyo de su aserto, pero el Presidente nombra otros en el suyo, pues son casos vividos en su propia familia. Por su parte, Fuentevilla manifiesta que "lo dicho por el Sr. Presidente estĂĄ bien, pero que hasta los licenciados dan distinta interpretaciĂłn al Art. 60 ya citado". Corta --bueno, pretende cortar-el Sr. Granda Artime que pide al Presidente "dĂŠ el punto por suficientemente discutido y lo ponga a votaciĂłn". Entonces la Junta cae en la cuenta ("se le cayĂł el veinte", como dicen por ahĂ) y acepta lo propuesto por Granda, y grande fue el resultado a favor de lo que solicita el Sr. Merino, quien al final recibe la demanda que reclama. CuestiĂłn de reformas. "Habien-
do manifestado uno de los Vocales presentes --dice el acta-- que el DĂa de Difuntos habĂa observado en el PanteĂłn (no podĂa haber sido en un parque de diversiones) que en el lote destinado a la CongregaciĂłn de las Siervas de MarĂa, habĂa un rĂłtulo que decĂa ser propiedad de dicha Comunidad. LlamĂł la atenciĂłn de la Junta acerca del particular a fin de que en lugar de "propiedad" ponga en el mismo: "Concedida por la Sociedad de Beneficencia EspaĂąola a la CongregaciĂłn Siervas de MarĂa". Y que igual procedimiento se siga con las demĂĄs concesiones hechas o que se hagan en lo sucesivo". Y como era de justicia hacerlo, pues lo de "propiedad" era como "hacer caravana con sombrero ajeno", la Junta, mĂĄs que pronto, pidiĂł que asĂ se hiciera. MĂĄs de lo mismo, pero con algunas variaciones. "HabiĂŠndose presentado en la sesiĂłn anterior una solicitud del Sr. Juan Prieto pidiendo
la tarifa de socio para la renovaciĂłn de la temporalidad de una fosa ocupada por los restos de su seĂąor padre, que no fue socio de la Beneficencia en razĂłn de que el solicitante tampoco lo es, la Junta acordĂł el salvado "no ha lugar a tomar en consideraciĂłn su solicitud". Y asĂ se le comunicĂł; pero en esa misma sesiĂłn presentĂł una nueva solicitud alegando que tenĂa entendido que su seĂąor padre, al ingresar enfermo en el Asilo, habĂa entregado $60.00, lo que equivalĂa a la cuota de cinco aĂąos (ÂĄa peso por aĂąo!) como socio". Por supuesto, la Junta pidiĂł informes a la SecretarĂa de los cuales resultĂł que no sĂłlo habĂa entregado los $ 60.00, sino que ingresĂł como "pobre de solemnidad", y siendo asĂ la cosa no hubo mĂĄs remedio que por un "sĂ" donde habĂan puesto un "no", pues la "solemnidad" de su pobreza era suficiente para hacer el cambio. (Continuara)
LOS "POBRES", POBRES Hoy los tenemos por donde se quiera. No hay rincĂłn en el mundo que no los tenga. Vea usted: en el siglo XVI, aunque no lo crea, eran "la buena conciencia cristiana" de aquella EspaĂąa que todavĂa era rica y prĂłspera. A los pobres se les consideraba "el lujo de ciudades como Valladolid, Medina del Campo --con su castillote de La Mota--, y Sevilla, que ya presumĂa de la Torre del Oro. Pero en el seno de la sociedad tradicional ocurrĂa una curiosa mutaciĂłn: el pobre, intercesor privilegiado ante Dios, pasaba a ser un parĂĄsito, un mendigo (recordamos que "Clavillazo", cĂłmico mexicano, decĂa que "mendigo es el que pide, y "mĂŠndigo" el que no da"), un vagabundo (ÂżquerrĂĄ decir este adjetivo que en ĂŠl "abunda la vagancia"? Por otra parte, en la Edad Media la Iglesia, las parroquias y las Ăłrdenes mendicantes, atendĂan a los pobres directamente y se ocupaban de la beneficencia (claro, no nos referimos a la nuestra). La Iglesia era la mediadora entre la caridad individual, ritual, simbĂłlica, y los pobres. A comienzos del siglo XV la tercera de las tres virtudes teologales, la caridad, empieza a ser reemplazada por otra concepciĂłn: la beneficencia que pone en pie toda una visiĂłn nueva del pobre y de las relaciones entre ricos y pobres. La laicizaciĂłn de la beneficencia se enmarca en una "atenciĂłn economista traslada a las poblaciones caritativas". Entre los pobres hay que distinguir al verdadero "po
"Pobres de iglesias".
bre" (nuestro estatutos los llama "verdaderamente necesitados"), el "pobre legĂtimo", el "sanctus pauper", que no dispone de lo necesario para vivir y que necesita ser socorrido, y el falso pobre que usurpa una limosna. ÂżRecuerda aquella pelĂcula mexicana de 1947 con Arturo de CĂłrdoba y la argentina Zuly Moreno? Siempre hubo por el mundo falsos pobres (ÂĄacuda a la polĂtica mundial!) y muchos mendigos profesionales. ÂĄY hasta tienen celular! Bueno, pues como el tema de la "pobreza" es mĂĄs largo que "un dĂa sin pan", o que la "meada de un borracho". Dejaremos el fin de esta "pobre" historia, para el prĂłximo nĂşmero. ÂżDe acuerdo?
ÂżQuiĂŠn que guste de la literatura mexicana no conoce la de Juan Rulfo "El llano en llamas", y su cuento "Pedro PĂĄramo", del que se hizo una magnĂfica pelĂcula en MĂŠxico con John Gavin, que fue embajador de su paĂs en MĂŠxico, y el gran Ignacio LĂłpez Tarso? Hablamos de "coincidencia" porque en Arenas de Cabrales, Asturias, naciĂł el 17 de febrero de 1947, Pedro PĂĄramo Lobeto, quien durante cinco aĂąos fue investigador para la conocida revista "Selecciones del Rider Digest, y luego jefe de reportajes internacionales en la revista, "La Gaceta Ilustrada".
¿Y QUÉ COMEMOS, EH?
Pedro PĂĄramo.
No me refiero a ese "juego" que a veces acompaĂąa a los crucigramas, sino a la pasta para sopa, que tiene muchas formas: "pipirĂn", "lengĂźita", "perdigĂłn", "estrellita", "corbata" o "moĂąo", "codito", "fideo cambray", del "gordo", "tallarĂn", "espagueti", y muchas otras formas incluyendo, desde luego, las "letras". Y un dĂa, comiendo en el comedor del trabajo, donde muy seguido nos "dan sopa de letras", pensĂŠ: "serĂa bueno que el "jefe" de mi particular "aduana" (cada quien tiene el suyo) aprendiera a leer, o a colocar correctamente las letras para formar una palabra". Y hete aquĂ que un buen dĂa mi "jefe" aprendiĂł a formar las letras de mi nombre y apellido (que ĂŠste no le fue difĂcil), y, claro, sentĂ una gran emociĂłn, misma que luego me desencantĂł, porque por tercer apellido me puso: "estĂşpido", ÂĄcon todo y los signos de admiraciĂłn! Claro, no le dije nada, porque ÂĄalgo es algo! ÂżNo cree usted? ÂżEncontrĂł en esta historia alguna palabra fea, grosera, desagradable, y los epĂtetos que a usted se le ocurran? ÂĄSe puede escribir todo y hacer de lo "altisonante" lo "bajisonante"! ÂżO no?
AquĂ tenemos un instrumento que, se dice, es imposible ponĂŠrselo a un gato. Se nombra mucho en las "zambras gitanas", y algunos compositores espaĂąoles los usan por docenas "ÂĄDoce cascabeles lleva mi carreta "! Se pone como ejemplo de alegrĂa, y los poetas lo usan para comparar su sonido con la risa de una niĂąa. Su sonido nos indica por donde andan las cabras "descarriadas", y las ovejas, pero ÂżquĂŠ es lo que produce el sonido a esa bola metĂĄlica, horadada? Se pensarĂa en pequeĂąos perdigones,
pero no, porque lo que llevan dentro se llama "escrupulillo" y son unas pequeĂąas piedrecitas que la hacen sonar. Claro, que la "serpiente de cascabel" no lo lleva colgado del cuello, sino que lo lleva en la cola, pero la desgraciada no sabe solfeo. A ese gĂŠnero de serpientes se les conoce como "crĂłtalos", por su sonido de percusiĂłn parecido al de la castaĂąuela. Es en la cola donde una serie de anillos al final de su figura suenan como el que se le quiere "poner al gato". Por eso las llaman "serpientes de cascabel".
Leer los diarios, escuchar la radio y ver en la tele "carnes peligrosas" (excluida la de las vistosas y despampanantes modelos anunciando ropa "muy interior"), es un atentado a la propia existencia, agravado ahora por el descubrimiento de que todas esas delicias que comemos en ricos estofados, en suculentos asados, en apetitosas "pizas", en espectaculares "shandwiches" (llamĂŠmosles "emparedados", "en vivo y a todo color"), es mĂĄs peligroso que pasear por las calles de Chilpancingo. Alguien a quien le sobra tiempo y no sabe quĂŠ hacer, se puso a "investigar", y descubriĂł --para beneficio de no sĂŠ quiĂŠnes,-- que todas esas carnes son portadoras, no de regocijo para el paladar, sino para el "cĂĄncer". Y le digo a ese "buscador de enfermedades": yo comencĂŠ el pasado mes de agosto a "caminar" hacia los 95 aĂąos y, por lo menos, en los Ăşltimos 85, la carne que he comido en todas sus variadĂsimas "presentaciones", serĂan suficientes para quitarle el hambre a cualquier poblaciĂłn del Ă frica central: y ahora, ya de "vejete", no hay mĂŠdico que me prohĂba mis rebanadas de jamĂłn cocido, o del otro, el que figura en la gastronomĂa espaĂąola como bandera de sus productos. ÂżSerĂĄ que me salvĂŠ por un "pelo", del "seĂąor cĂĄncer?). Me encantarĂa invitar a ese investigador a comer un espectacular "caldo gallego", o una explosiva "fabada asturiana", o a una archi-adornada "paella" aunque de valenciana tuviera lo que un servido de usted, de tailandĂŠs. ÂżPor quĂŠ no investiga si la grasa de la cola de los patos tiene propiedades curativas?
HABLEMOS DEL BURRO Pero no de la "mantequilla" para los italianos, sino de este simpĂĄtico animal que tanto tuvo que ver en el Nacimiento de Jesucristo, que, aunque no lo crea, es originario de Egipto. ÂĄPor eso es que conocĂa muy bien el camino en aquella histĂłrica "Huida" de la Sagrada Familia! El asno ha convivido con el hombre (ÂĄy claro, con la mujer, quĂŠ diablos!) desde hace mĂĄs de seis mil aĂąos. ÂĄY lo que son las cosas!: nunca este animal pudo comportarse como los hombres, pero sĂ los hombre --todavĂa hoy por la maĂąana-- se comportan como burros. Una pintura mural que data del 2.200 (y se ha comprobado que no es de Siqueiros), se titula ÂĄ"El Hombre y el Asno", lo que me parece muy edificante. Pero claro, tambiĂŠn se le encuentra en la MitologĂa egipcia. Vea usted: Shet, el dios del desierto, opuesto a Osiris, que es el de la "vegetaciĂłn", era representado por un precioso burro. Hace poco, 19 siglos nada mĂĄs, Lucio Apuleyo (125.180 d. J.), escritor latino-africano, contĂł la historia de un joven tambiĂŠn llamado Lucio, que cegado por sus pasiones, recurriĂł a la magia para lograr el cumplimiento de sus deseos y se convirtiĂł en un asno, hasta que Isis (no de los del EI) se apiadĂł de ĂŠl. ÂĄPero eso no fue cosa de burros, sino de dioses! En EspaĂąa existe una "AsociaciĂłn para Defensa del
HIJA ?
Pues copie usted al padre de esta novia que sin duda ha oĂdo hablar de ella alguna vez. Para el tercer matrimonio de Lucrecia Borgia, en 1502, su papĂĄ, el Papa Alejandro VI, quiso que el ajuar de su hija superara en magnificencia a todos los que se hubieran visto hasta ese dĂa, "porque no sĂłlo habĂa que brillar en la sociedad de manera tan insolente", sino que habĂa que impresionar a los Sforza y a los Visconti, que serĂa los EscandĂłn y los Corcuera" de la ĂŠpoca. El vestido costĂł 15 mil ducados (no sabemos cĂłmo andaba el dĂłlar entonces), un tocado de diez mil, y para su viaje de bodas cincuenta vestidos de brocado y terciopelo, amĂŠn de otras prendas para casos especiales, como la visita a un rey, la "entrada" en una catedral, el "paseo por el mercado del barrio o por una zona desbastada por el huracĂĄn en turno
Burro", y los directores de esta AsociaciĂłn nombraron, "Arrieros de Honor", al poeta Rafael Alberti y a Camilo JosĂŠ Cela, ambos viendo ya las lechugas por la raĂz. La burra de Cela se llamaba "Golondrina" y la de Alberti, "Carabina". Cuando la "Golondrina" de Cela entrĂł en celo, le preguntaron a ĂŠste que burro querĂa para su burra, si el burro del marquĂŠs o el de Alberti, Cela contestĂł que "preferĂa ser de la familia del marquĂŠs".
De eso sabemos mucho en MĂŠxico: si viajamos en Metro, se debe al "subsidio"; si en taxi, lo mismo; si compramos leche en "Liconsa" bebemos "leche subsidiada". Y no seguimos, Âżpara quĂŠ? Pero veamos de dĂłnde demonios viene el vocablo. En la EspaĂąa de Fernando y de Isabel, siglo XVI, se llamaba "dĂŠcima", "gracia" concedida por el papa; la pagaba el clero al rey de EspaĂąa. Era igual a la
dĂŠcima parte de todos los ingresos eclesiĂĄsticos. En efecto, los Reyes CatĂłlicos obtuvieron del papa el derecho a percibir subsidios con motivo de la "guerra de Granada". Felipe II generalizĂł aquella contribuciĂłn. El "subsidio de las galeras" era una contribuciĂłn del clero espaĂąol a la guerra naval contra los infieles en 1561 y se cubrieron asĂ los gastos de 60 galeras. Cuando viaje en Metro, recuerde las "galeras". ÂĄNada pierde!
El Metro de la Ciudad de MĂŠxico.
ÂĄBuen principio, vive Dios! ÂżSabe usted quĂŠ cosa es el "quinto del alma? Bueno, pues le diremos (ÂĄy es que aquĂ lo decimos todo!) que es la quinta parte de la sucesiĂłn (lo que deja el muerto) "reservada" al alma que, aunque invisible, tambiĂŠn tiene sus necesidades, ÂĄquĂŠ diablos! Ese "quinto", o "quinta parte" servĂa a las familias de la nobleza para "pagar las misas" rezadas por el alma
del difunto, los dones a la Iglesia, los gastos ocasionados por los funerales –carĂsimos entre la nobleza, comenzando por el transporte en carroza tirada por caballos, y cuantos mĂĄs animales tiraban, mĂĄs "nobleza" tenĂa el difunto--; y las vistosas "libreas", desde luego, y no piense usted que se trata de los uniformes de lacayos y demĂĄs criados de la aristocracia, porque esta palabreja
es del francĂŠs "livree", derivado de "livrer", o sea, "entregar" a los "domĂŠsticos y a los pobres". Como vemos, aquella nobleza se preparaba para morir y hasta para despuĂŠs de muerto. O sea: como dijo el "GeneralĂsimo", lo dejaban todo "atado y bien atado". Claro que lo que ĂŠste dejĂł en esas condiciones, lo desataron enseguida quienes lo sucedieron usando la ya casi legendaria "movida madrileĂąa".
IN MEMORIAN
Ésta fue doĂąa Beatriz, casada con Fernando III el "Santo" (pero ĂŠste no andaba en la Lucha Libre"). MuriĂł en Toro, Zamora, en noviembre de 1235, y dejĂł, no diremos que en la mĂĄs solemne orfandad, una larga lista de herederos, y alguno de ellos llegaron a ser figuras en aquella EspaĂąa del siglo XIII. Veamos: el primero, Alfonso X el Sabio, listo como ĂŠl solo, quien dijo que su madre "muriĂł en buen olor de virtud y santidad". No sabemos quĂŠ o cĂłmo serĂa aquel olor, pero a lo que parece es algo asĂ como "una buena muerte" en la cama, y no por atropellamiento de un "trailer" sin frenos. Siguen en la lista de sus muchachos don Fadrique, que no sabemos de cuĂĄl santoral lo sacaron, y le siguiĂł don Fernando, que llevaba el nombre de su papĂĄ; luego llegĂł don Enrique, a quien de nene le llamarĂan "Kike"; despuĂŠs vino Felipe, nombre que hoy estĂĄ los labios de toda Espa
Ăąa, y tras ĂŠste apareciĂł don Manuel, a quien de fijo le llamarĂan simplemente Manolo: no tardĂł mucho en aumentar el familiĂłn con doĂąa Leonor. ÂĄVaya, como la princesa de Asturias! Y cierra la lista doĂąa Berenguela, quien nunca protestĂł por cargar con tan desagradable nombre. Debemos de seĂąalar, por justicia, que algunos de estos chicos, como Fadrique, Felipe y Manolo, fueron nombres que sonaron en algunas familias reales de aquella PenĂnsula ÂĄtan llena de espaĂąoles! Claro que no eran muchos todavĂa, ÂĄpero como cada uno valĂa por dos "
"AQUĂ? S. B. E." se une al sentimiento de pena y dolor del Dr. FĂŠlix Gil Orbezo, jefe del Servicio de Ortopedia de nuestro Hospital, por el triste deceso de su seĂąora madre acaecida en 19 del pasado noviembre. Para ĂŠl y su familia pedimos que el tiempo les traiga la necesaria conformidad y la aceptaciĂłn de lo que no tiene remedio, ya que el destino es quien dispone de la vida que se nos presta por un tiempo que, muchas veces, su duraciĂłn depende de nosotros mismos. El padre del Dr. Gil fue por muchos aĂąos de la ComisiĂłn del PanteĂłn EspaĂąol y de Visitadores. Una familia que "era de la Beneficencia EspaĂąola", como tantas otras de nuestra Colonia.
(Anthony de Mello)
De continuo nos enteramos que "lincharon" a uno o mĂĄs sujetos que cometieron un secuestro, robo, o lo que se quiera. El pueblo se toma la justicia por su cuenta y le cuenta las horas que le quedan de vida, al "pecador"; y a este tipo de "justicia" le llaman "linchamiento" que, como acabamos de ver en un poblado de Puebla, no sĂłlo "lincharon" a dos "encuestadores" sino que el enardecido populacho acabĂł con "la quinta y los mangos", como dicen en Veracruz. Este nuevo verbo nace a finales del siglo XIX cuyo "padre" se llamĂł Charles Lynch (1736-1796), "plantador nativo de Virginia", EU, revolucionario que encabezĂł un tribunal para castigar a los "lealistas" durante la guerra de la independencia del vecino paĂs del norte. Tras varios incidentes ocurridos en 1788, un grupo de jueces y oficiales, entre los que se encontraba Carlos Lynch, descubrieron a un grupo de personas a las que acusaron de una sublevaciĂłn de "lealistas" en el sudeste de Virginia. A los sospechosos se les llevĂł ante un jurado en el que fueron absueltos de todos los cargos, y debido a ello, Lynch ordenĂł la ejecuciĂłn de estas bandas, motivo por el cual es reconocido como el "padre del linchamiento", cuyos hijos andan todavĂa por nuestros pueblos "linchando", porque no confĂan en sus autoridades. o por porque a la gente le gusta el espectĂĄculo que se monta con un linchamiento.
"Una pulga decidiĂł trasladarse con su familia a la oreja de un elefante. De modo que le dice a ĂŠste: "SeĂąor Elefante. Mi familia y yo pensamos mudarnos a vivir en su oreja. Y he pensado que debĂa decĂrselo a usted y darle una semana para que lo piense y me haga saber si tiene alguna objeciĂłn que poner". "El elefante, que ni siquiera era consciente de la existencia de la pulga, no se dio por enterado; y la pulga, despuĂŠs de observar escrupulosamente el plazo establecido de una semana, dio por supuesto el consentimiento del elefante y se trasladĂł. "Un mes mĂĄs tarde, la seĂąora pulga decidiĂł que la oreja del elefante no era un lugar saludable para vivir e hizo ver a su marido la conveniencia de una nueva mudanza. El
seĂąor pulga le pidiĂł a su mujer que aguantara al menos otro mes para no herir los sentimientos del elefante. "Finalmente, se lo dijo con toda la diplomacia de que fue capaz: "SeĂąor Elefante, hemos pensado cambiar de vivienda. Naturalmente, no tenemos ninguna queja de usted, porque su oreja es espaciosa y confortable. Lo Ăşnico que ocurre es que mi esposa preferirĂa estar al lado de sus amigas, que viven en la pata del bĂşfalo. Si tiene usted alguna objeciĂłn que hacer a nuestro traslado, hĂĄgamelo saber a lo largo de esta semana". "El elefante no dijo ni palabra, y la pulga cambiĂł de residencia con la conciencia tranquila. "Si el universo no es consciente de tu existencia, ÂĄtranquilo!
Estas cuatro "chicas" fueron asaltadas por la modernidad. AquĂ las vemos con su "laitop" (o como se escriba) solicitando galĂĄn que las lleve "por ahĂ no mĂĄs" ÂĄy que pase lo que Dios quiera! ÂĄQuĂŠ atrevidas, pero quĂŠ atrevidas!
SĂ, sĂ, porque vea al pobre Santa Claus buscando en los botes de basura algo que mandarle al estĂłmago. A no ser, desde luego, vaya en busca de alguna golosina para llevĂĄrselo a los niĂąos de algĂşn paĂs, en decadencia total. ÂĄTodo es posible en este mundo que hoy nos toca Âż vivir?... ÂĄQuĂŠ risa! Santa Claus busca algo que comer.
El pobre trabaja --el rico lo explota --el soldado defiende a los dos --el vago descansa por los cuatro -el borracho bebe por los cinco --el banquero estafa a los seis --El abogado engaĂąa a los 7 --El mĂŠdico mata a los 8 --el sepulturero entierra a los nueve, y el polĂtico vive de los diez. Francisco de Quevedo dice en su obra "La vida del "buscĂłn": "Hijo, esto de ser ladrĂłn no es arte mecĂĄnica, sino liberal. ÂżPor quĂŠ piensas
que los alguaciles y alcaldes nos aborrecen tanto, unas veces nos destierran, otras nos azotan, otras nos cuelgan?" No sĂŠ quiĂŠn me lo mandĂł, pero tiene razĂłn. Y es que vivimos en "un mundo raro", como dice una canciĂłn. "La clase obrera no tiene obras, la clase media no tiene medios y la clase alta no tiene clase". Otra verdad del tamaĂąo de una de las pirĂĄmides donde matan a los turistas
ÂĄY "PATRICIA" SE FUE Pero no por donde vino, sino que pasĂł sobre MĂŠxico, armĂł la de San QuintĂn --sin matar a nadie--, y pasĂł al otro lado, como si nada. Claro, que dejando detrĂĄs de ella no perfume de gardenias, sino un sinfĂn de poblaciones, grandes, medianas y chicas en la mĂĄs desolada de las pobrezas. Su secuela, como el dos de octubre, "no se olvida", y ahĂ estĂĄn miles de damnificados que se han quedado con "lo puesto", y lo puesto, en remate, no hubiera producido ni para una tortilla. Pero Âża quiĂŠn culpar de este desaguisado? Lo mĂĄs corriente es echĂĄrsela al Gobierno, aunque ĂŠste sea mĂĄs inocente que un reciĂŠn nacido, pero el "chiste" es tener a mano alguien a quien decirle "tĂş eres el culpable". Y quĂŠ bien lo dice el poeta: "Cuando suelto el huracĂĄn / rompe, azota y desbarata, / sĂłlo algĂşn alma insensata / en momento tan aciago, / culpa al viento del estrago / y no a Dios que lo desata".
La palabra nos remite enseguida a la mar, a la piraterĂa, pero no a la que se vende en el Metro, en las calles y otros lugares. Comencemos por saber, quĂŠ era la "patente de corso", la que le da el nombre de "corsario". ÂĄNada que ver con un "corset"! Era un marino que no sĂłlo no era pirata, sino que a veces tenĂa la misiĂłn de perseguir y destruir la piraterĂa (ÂĄque es lo que hoy necesitamos urgentemente!); era tambiĂŠn quien armaba un buque en tiempo de guerra formalmente declarada (porque algunas veces es de mentiritas para sacar provecho de ella), para perseguir el comercio y combatir los buques armados enemigos, y si asĂ era, buen pudiera ser calificado como "guerrillero de la mar". Estaba perfectamente autorizado por un "permiso real" llamado: "Patente de Corso", y, claro, tenĂa que actuar con arreglo a las leyes de la guerra. Cuando apresaba un buque enemigo, como quien apresa a un vulgar carterista, estaba obligado a llevarlo, no al Ministerio PĂşblico, sino a un puerto y someterlo al "Tribunal de Presas", el cual dictaminaba si se trataba "de buena presa", o lo apresado era fayuca que valĂa un cacahuate. SĂ, claro: en esa "apresiĂłn" del buque habĂa un precio, ya que, como dice el vulgo, "segĂşn el sapo es la pedrada": es decir, que el corsario, amparado por la "Patente de Corso" disfrutaba de una parte de lo "apresado" porque irĂa, suponemos, a "mita y mita" con los del "Tribunal de Presas", y sin necesidad de tener que viajar a Santa Marta Acatitla".
En la Comida del MĂŠdico, D. Daniel SuĂĄrez y Mari Carmen Cota.
QuizĂĄ el dĂa mĂĄs justo de ser celebrado, sea el "del MĂŠdico". Tenemos el de "la "Madre", el del "Padre", y una multitud de otros "dĂas", pues no hay actividad ni profesiĂłn que no tenga "su dĂa", y hay tantos, que al aĂąo no le alcanzan los que tiene. A lo mejor no tardaremos en celebrar el "dĂa del Crimen Organizado". El ser humano, desde las eras mĂĄs lejanas de la historia, viene padeciendo el azote de las enfermedades, pues en ninguna etapa de la
historia universal ha habida un paraĂso natural de la salud. Sin embargo sĂ hubo mĂŠdicos que se ocupaban de los males que aquejaban aquella humanidad. Y el mundo siguiĂł girando. y el ser humano padeciendo, pero hoy, mĂĄs que nunca, contamos con el mĂŠdico, desde "el de cabecera" al designado en los centros de salud, tanto en los oficiales como en los particulares. Los Ăşltimos tiempos, y si queremos fijar alguno, desde el final de la Primera Gran Guerra, nos han traĂ-
do una avalancha de nuevos conocimientos y habilidades y, sobre todo, nos han traĂdo grandes especialistas en las diversos males que aquejan a esta actual humanidad. Cada mĂŠdico es para el enfermo, como un sacerdote, porque uno cura el cuerpo y el otro, el alma. Por tanto es "justo y necesario" que tenga "un dĂa", sĂłlo uno, para que los pacientes festejen ese dĂa tan seĂąalado. En sus escrito Homero hablaba de los egipcios, asĂ: "Todos son mĂŠdicos, con mucha mĂĄs experien
cia que cualquier otra persona " Y tenĂa razĂłn. La formaciĂłn de los mĂŠdicos tenĂa lugar en las llamadas "casas de la vida". Se trataba de una combinaciĂłn de academia, universidad y biblioteca. Hoy se gradĂşan en notables hospitales, en prestigiosas universidades, en grandes centros especializados en determinados males. Y para mayor gloria, nuestro Hospital EspaĂąol ha sido nombrado "Hospital Sede de la mundialmente conocida "FĂłmula 1", en la que todos los pilotos quieren ser los primer en llegar. ÂĄA la meta, no al Hospital! En fin, no deja de ser un orgullo para la familia. AQUĂ? S. B. E." felicita a todos los mĂŠdicos de MĂŠxico y, muy especialmente, a los que laboran en nuestro amado Hospital EspaĂąol
SĂmbolo de la "FĂłrmula 1".
Por: Psic. RocĂo Perez Diez rocio.perez@hespanol.com
ÂżEn algunas ocasiones te has sentido con mucho sueĂąo cuando el dĂa estĂĄ nublado? o Âżsientes que tu estado de ĂĄnimo cambia durante el invierno? Las respuestas a la relaciĂłn entre el clima y el estado de ĂĄnimo las puedes encontrar a continuaciĂłn. Hasta ahora, algunos especialistas piensan que la ausencia de rayos solares o la disminuciĂłn en la cantidad de luz puede provocar que las personas modifiquen su estado de ĂĄnimo o padezcan de depresiĂłn con los cambios de las estaciones del aĂąo, sobre todo al llegar al invierno y se cree que tambiĂŠn la temperatura corporal estĂĄ relacionada. Al conjunto de estos sĂntomas se le conoce como trastorno afectivo estacional (TAE) y con frecuencia, las personas pueden sufrirlos al finalizar el otoĂąo y desaparecen al llegar la primavera. No es casualidad que en paĂses nĂłrdicos, donde los dĂas son mĂĄs cortos debido a los largos inviernos, el Ăndice de depresiĂłn sea mayor. De hecho, el acto del suicidio en el norte de AmĂŠrica duplica o triplica las cifras a las de los paĂses latinoamericanos. Es importante mencionar que el trastorno es mĂĄs comĂşn en mujeres que en hombres y no comienza en edades tempranas, sino a partir de los 20 aĂąos de edad y los sĂntomas desaparecen conforme las personas envejecen. Los sĂntomas son claros y evidentes, aunque estos Ăşltimos varĂan de persona a persona y suelen desaparecer. Dentro de los sĂntomas mĂĄs comunes se encuentran dormir en exceso, fatiga o disminuciĂłn de la energĂa, aumento de apetito o deseos de comer alimentos
calĂłricos tales como dulces, aumento de peso, irritabilidad o ansiedad, sensibilidad, movimientos lentos, aislamiento, desconcentraciĂłn y pĂŠrdida de intereses. En algunas ocasiones el TAE puede comenzar al iniciar el verano y se encuentran sĂntomas como pĂŠrdida de peso, irritabilidad o ansiedad, insomnio, pĂŠrdida de apetito, entre otros. Cabe seĂąalar que algunos sĂntomas de la depresiĂłn pueden estar presentes en cualquier tipo de TAE. Para el diagnĂłstico de este trastorno hay que considerar ios factores externos existentes en ese momento, como el hecho de que haya ocurrido algĂşn evento desagradable, de estrĂŠs o difĂcil de afrontar, pudiendo ser situaciones que pueden desencadenar algunos sĂntomas anteriores, sin embargo no se tratarĂa de un caso de TAE. A pesar de que existe un buen pronĂłstico, ya que los sĂntomas mejoran con el cambio de las estaciones, estos pueden aparecer aĂąo con aĂąo y se aconseja hablar con un profesional o acudir al mĂŠdico en caso de tener algunos sĂntomas. En cuanto al tratamiento, muchas personas optan por salir de vacaciones a un lugar cĂĄlido, realizar actividad fĂsica, hacer cambios en la dieta diaria y hacer uso de la fototerapia, que consiste en exponerse a la luz durante 30 minutos diarios, aunque debido a los efectos secundarios como el dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, fatiga, etc. tiene que realizarse tal cual como el mĂŠdico lo indique y bajo su supervisiĂłn.
ÂĄLO ERA TODO! Este seĂąor con el que vamos a tratar, se llamaba Antoine Laurent Lavoisier. Su padre era un simple funcionario judicial, aunque hoy, por lo menos aquĂ, serĂa ministro de algo; pero estaban en el siglo XVIII, 1743, para ser exactos, cuando vino --o lo trajeron-- al mundo. EstudiĂł leyes, seguramente influenciado por su papĂĄ, pero al chico no le gustaban las leyes, pues se interesaba mucho por las ciencias naturales, asĂ que mandĂł al demonio las leyes y se dedicĂł, sobre todo, al estudio de la mineralogĂa y la geologĂa. ÂĄEstĂĄ bien!, Âżno? en 1768, a sus 25 abriles, ya es miembro de la Academia de Ciencias de ParĂs. Pero como era inquieto por saber cosas en lugar de tener cosas, descubre que el aire estĂĄ compuesto de oxĂgeno y nitrĂłgeno y entonces ocupa cargos pĂşblicos. Sigue aprendiendo cositas y en 1776 es director de las fĂĄbricas de pĂłlvora, sĂ, de la que hace ÂĄpum!, y ademĂĄs, aunque nada tenĂa que ver con ese explosivo (se comprobĂł que el "polvorĂłn" no estalla, pero engorda una berstialidad), le da por la salmuera, y para que se entrenara en otras cosas lo hacen miembro de la ComisiĂłn de Pesas y Medidas. Debido a sus aptitudes en la "cancha" de las finanzas, ejerce tambiĂŠn de director de un banco y, ademĂĄs, maestro general del Tesoro PĂşblico y, claro, esto lo convierte en objeto creciente de crĂticas (ÂĄque es lo que siempre pasaÂĄ). Durante aquel fandango que fue la RevoluciĂłn Francesa, lo acusaron de conspirador, y lo encarcelan el 24 de diciembre de 1793. ÂĄQuĂŠ pena!, porque el 8 de mayo de 1794 un tribunal revolucionario lo condena y, sin esperar al dĂa siguiente, ÂĄzas!, lo ejecutan. ÂĄVaya por Dios! Claro que antes se casĂł con una rubia de muy buen ver y se hizo retratar por Jacques Louis David.
Esta nota es para "oĂdos sordos". Tarde o temprano nos llega doĂąa "sordera" y. ÂĄni modo!, tenemos que aceptarla por fea que sea, pero el vienĂŠs Adam Politzer, que no escribĂa valses, sino que le dio por la otologĂa (1835-1929), descubriĂł un nuevo mĂŠtodo curativo para quienes ya oĂmos menos que un gato de yeso sobre una cĂłmoda, porque lo que antes eran trompetas, ahora son "trompas", propiedad de un tal "Eustaquio" La terapĂŠutica del Sr. Adam se basa en una especie de ducha de aire. Lea: se inyecta aire en el oĂdo afectado a la vez que se traga tapando el orificio nasal con el dedo. ÂĄNo lo haga con un corcho! Y parecer ser que "don Eustaquio" y sus "trompas", obstruidas por alguna enfermedad o circunstancia, se abre de par en par y se supera la sordera producida por la obstrucciĂłn. Lo intentĂŠ una vez, pero "don Eustaquio" no me respondiĂł. "Bueno, estarĂa ocupado" –pensĂŠ--, pero yo sigo escuchando tonterĂas, mĂşsica esquizofrĂŠnica, trompas y trompetas, y hasta "trompetillas" que son las que mĂĄs se escuchan en este MĂŠxico en el que el "albur" estĂĄ presente en cada conversaciĂłn.
Dr. Adam Politzer rodeado de sus alumnos.
Este nombre aparece por primera vez en el siglo VIII. En ese tiempo, los llamados "xenodoquios", o sea, "albergues" para extranjeros que el Papa Esteban II, del 752 al 757, hacen renovar para que reciban el nombre de "hospitalia", "hospitalatorii" o "infirmarti" (ÂĄbah, nosotros tenemos "El Hospitalito" y no presumimos). En aquellos hospitales, que solo tenĂan los conventos, trabaja-
ban frailes y monjas, ellos como mĂŠdicos y ellas como enfermeras. ÂĄVaya!, algo asĂ como lo que sucede hoy. En sus terrenos cultivaban plantas medicinales, como hoy cultivamos la amapola, la coca, la mariguana y otras "dormideras", y estaba al tanto de los efectos de sus yerbajos. Y queremos creer que lo hacĂan con el "mismo amor" que hoy lo hacen en toda la AmĂŠrica.
Cualquier repostero o repostera dirĂĄ al momento que se trata de pastel muy alemĂĄn, pero no. Lea: en 1845 apareciĂł en las librerĂas de Europa, pasando luego a la AmĂŠrica que hoy es de Obama, un libro que tenĂa un tĂtulo larguĂsimo: "Historias divertidas e imĂĄgenes pĂcaras con 15 lĂĄminas coloreadas para niĂąos de 3 a 6 aĂąos". Y claro, el libro supuestamente divertido es imitado enseguida, pues sale al mercando otro libro ilustrado que mĂĄs tarde adquiere inusitada fama. Su autor se escondĂa tras el seudĂłnimo de "Reimerich Kinderlieb", pero su nombre real era Heinrich Hoffmann, quien vino al mundo en Frankfurt en 1809 y se fue al otro en 1894. Cuando el libro andaba ya en la sexta ediciĂłn. "Reimerich" se quita la careta para dejar paso al real Heinrich Hoffmann. Su manuscrito original tenĂa dibujos coloreados a plumilla a la
acuarela (lo imaginamos), y se lo regalĂł a su hijo Carl en navidad. Ni quĂŠ decir que el libro se vendĂa como pan caliente, por decirlo de modo coloquial, pues tenĂa fines pedagĂłgicos e higiĂŠnicos, asĂ que todos los "chiquillos" y "chiquillas" (para que no moleste nadie) recibĂan como regalo de Navidad y en otras fechas especiales, el "divertido" libro. En 1888, Hoffmann reedibuja el "Struwwelpeter y su obra se traduce a todos los idiomas del mundo (excepto el nĂĄhualt). En 1834, Hoffmann habĂa fundado una clĂnica para pobres en Frakfurt y desde 1851 a 1888 dirigiĂł el dentro de enfermos nerviosos en el que crea el departamento especial para niĂąos con problemas psĂquicos. Hoy serĂa todo un ĂŠxito, pues estamos viendo que los niĂąos, antes de dejar de serlo, ya estĂĄn delinquiendo y hasta asesinando.
LAS DROGAS
Del manuscrito infantil por el mĂŠdico Henrich Hoffmann.
este tipo de sustancias tropezaba con la oposiciĂłn de quienes las calificaban de atribuciones de la "supersticiĂłn". Sin embargo las autoridades las recomendaban explĂcitamente. AsĂ, el escritor romano Plinio aborrece la ingestiĂłn de la sangre de los gladiadores como remedio contra la epilepsia, pero recomienda la piel de lagarto para poder combatir esta enfermedad. ÂĄY ahora nosotros con esa piel, nos hacemos zapatos! ÂĄCĂłmo cambian las cosas, Âżno?
En MĂŠxico, cuando alguien tiene una deuda, por pequeĂąa que sea, la llama "droga", y por lo mismo, al que debe algo se le dice que "estĂĄ endrogado". Claro, los hay por partida doble, o sea, que "deben" y "fuman mariguana", o se van por otros caminos hacia la droga que "endroga". Hoy estĂĄ de moda y la vemos tan natural como vemos a los baĂąistas en Acapulco. Las drogas (no deudas) son sustancias que proceden, ÂĄmire usted!, de un reino, pero no del inglĂŠs, el espaĂąol y de Y ese "antes" colĂłquelo usted entre los 400 aĂąos antes de Cristo y los los otros que tiene Europa, sino del primeros 100 de su venida al mundo. SegĂşn los escritos hipocrĂĄticos (no confundir con "hipĂłcritas") no se guardaban distancias con respecto a los reino vegetal, y tambiĂŠn del animal. practicantes que pasaban el tiempo viendo algo como la "tele", partido ÂĄQuĂŠ cosas!, pues las hay hasta del fĂştbol, concursos de belleza , por ejemplo. A ĂŠstos los calificaban de reino mineral. Algunas se usaban "farsantes codiciosos". ÂĄQuĂŠ horror! Claro, no se puede afirmar que esto como medicamento, La "drogo-mecareciese de una base real, ya que la actividad mĂŠdica en la AntigĂźedad dicina" ya era comĂşn en las civilizano estaba sometida al control de alguna secretarĂa de salud pĂşblica y mucho menos a las indemnizaciones, como es el caso de cierto mĂŠdico ciones grecorromana y ĂĄrabe, que que le sacĂł a un niĂąo el ojo bueno y lo dejĂł ciego para toda si vida. La impulsaron el desarrollo de la Ăşnica consecuencia de un mal proceder con un paciente era la "mala farmacologĂa occidental. fama" que se le caĂa encima que, ademĂĄs, no preocupaba poco ni muLa palabra "droga" no tuvo signicho al portador de ese "INRI" sobre sus hombros. Pero eso sĂ, los buenos, ficado peyorativo hasta la segunda los mĂŠdicos conscientes de su trabajo, propusieron, contra este tipo de mitad del siglo XIX. Y vea usted: ya abusos y "metidas de pata", un sistema de formaciĂłn claramente regulado, asĂ como un "cĂłdigo de comportamiento". ÂĄY de ahĂ, para adelante! en la AntigĂźedad, la preparaciĂłn de
LOS MÉDICOS DE ANTES
No se desanime si padece de una alopecia temprana. Vea usted cĂłmo en 1899 los calvos cantaron alabanzas y aleluyas esperanzadas
a un doctor turco, de la mera Constantinopla. Se llamaba Menaheum Hodara (ÂĄmucho gusto!) y afirmaba que los cabellos, como los garbanzos, podĂan sembrarse y crecer como hace todo lo sembrado. Quienes eran dueĂąos de una reluciente calva en la que podĂa escribirse la Historia Universal, no cabĂan en su traje del gozo que les embargaba. Ya no serĂa referencia en el teatro en el que un espectador le dice a su esposa o amigo: "ÂĄMira, allĂ estĂĄ Pepe! --"ÂżDĂłnde"? --ÂżVes aquel calvo (y aquĂ una palabrota muy mexicana) que se come el programa? Pues a su lado estĂĄ Pepe". El resultado de los experimentos realizados por Menahem los dio a conocer en un estudio formal y cientĂfico, ÂĄcomo tenĂa que ser!, pues ya sabe usted cĂłmo muchos "pintan la ocasiĂłn; y nosotros, que tambiĂŠn la pintamos, por calva que estĂŠ, se la pasamos al costo. ÂĄMĂĄs barato, ni el
En Siria no SĂłlo Nacen Sirios TambiĂŠn vienen al mundo cristianos como Qusta ibn Luga, por mĂĄs que el nombre tenga de cristiano lo que un servidor de primer cantante de la Escala. Claro que este cristiano era de familia griega, por tanto tenĂa que ser matemĂĄtico y ademĂĄs filĂłsofo, y por serlo, redactĂł en el siglo IX algunos escritos mĂŠdicos en los que trataba de filosofĂa y psicologĂa, de la que tambiĂŠn era un "hacha", y, ademĂĄs, el tratamiento mediante mezclas de "humores" (nada que ver con Viruta y Capulina), mucosidades, sangre, bilis amarilla y de la otra. Tradujo al ĂĄrabe y al sirio-arameo, obras de AristĂłteles, de HipĂłcrates y Galeno. ÂĄQuĂŠ pena que todavĂa la "Tigresa" no habĂa escrito su "magna obra" "A calzĂłn quitado", pues los ĂĄrabes se habrĂan divertido de lo lindo!
agua del Cutzamala! Este galeno, turco por los cuatro costados, tuvo la ocurrencia de practicar en un crĂĄneo atacado de prematura calvicie y con algunos araĂąazos en la calva calavera, su invento: sembrar, como siembra el campesino los frijoles; y asĂ, en la profundidad de cada araĂąazo "plantĂł" pequeĂąas partĂculas de cabellos sin raĂz, lo cual requiere una paciencia digna del Sr. Job. La idea no podĂa ser mĂĄs original, pero lo mĂĄs sorprendente de todo es que los cabellos traspalados de esa forma "prendieron", sĂ, "agarraron", como dicen los jardineros, y empezaron a crecer "a lo bestia". Y no se puede poner en duda este fenĂłmeno, porque el autor, digĂĄmosle "sembrado, se apoyĂł en su experiencia y en las mĂĄs sabias observaciones anatĂłmicas. AdemĂĄs, el ingenioso mĂŠdico turo pensĂł hacer nuevos ensayos, pues estaba seguro que su nuevo sistema de curaciĂłn de la alopecia daba buenos resultados, y aĂşn se llegĂł a pensar en ese tiempo que un calvo podrĂa elegir el color de pelo que le iba a su cara, si rizoso o lacio, pues todo dependĂa del pelo arrancado y no cortado, es decir, provisto de la bulba. ÂĄLa verdad es que no me decido todavĂa a cambiar de "luk"!
En el aĂąo 736 --sĂłlo hace 1180 aĂąos-- los musulmanes conquistaron, ÂĄsin destruirlo como hicieron con Palmira!, Gondishapur, en la vieja Persia, hoy IrĂĄn (no sĂŠ adĂłnde) que era el centro de la medicina. SegĂşn cuenta el clĂŠrigo TeĂłfanes, a los mĂŠdicos ĂĄrabes se les entregaba un hereje para que practicaran una disecciĂłn –el que, desde luego, serĂa el primer cristiano que pescaban--, y entonces, asĂ, vivito y coleando, le abrĂan del pubis al tĂłrax para "estudiar" su estructura corporal. Parece ser que sigue con esa prĂĄctica los descendientes de aquellas bestias.
Dos empresarios hablan de sus empleados: "ÂżCĂłmo consigues que todos tus empleados lleguen temprano a trabajar?" -"ÂĄMuy sencillo: tengo 50 empleados y he hecho un aparcamiento sĂłlo para 40". A un anciano millonario que estaba mĂĄs sordo que una patata le hicieron una operaciĂłn y recuperĂł totalmente la audiciĂłn. El mĂŠdico le pregunta: ---Âż"QuĂŠ tal su oĂdo"? --ÂĄ"De maravilla, doctor, perfectamente!" –"ÂżY su familia, quĂŠ opina?" –"No les he dicho nada todavĂa, pero ya he cambiado el testamento tres veces". Una noche un padre escuchĂł a su hijo pequeĂąo rezando sus oraciones: "Dios bendiga a mamĂĄ, papa y abuela. "ÂĄAdiĂłs, abuelo"! Bueno, pensĂł el padre, no es nada extraĂąo; y pronto lo olvidĂł. Al dĂa siguiente, el abuelo muriĂł. Un mes mĂĄs tarde, el padre escucha de nuevo al hijo: "Dios bendiga a mamĂĄ y a papĂĄ. ÂĄAdiĂłs, abuela!" Al otro dĂa muriĂł la abuela. El padre comenzĂł a preocuparse por la situaciĂłn. Una semana mĂĄs tarde volviĂł a escuchar a su hijo: "ÂĄDios bendiga a mamĂĄ. AdiĂłs, papĂĄ"! Al padre casi le da un infarto. No dijo nada a nadie. Muy temprano se fue para el trabajo y no volviĂł a la casa hasta muy noche. Todos estaban vivos, ĂŠl, su mujer , sin embargo ofreciĂł disculpas a su esposa por haber llegado tarde en la noche: "Lo siento, pero tuve un mal dĂa en el trabajo". --ÂżTĂş crees que has tenido un mal dĂa?, le dice la mujer gritando: "ÂĄEl cartero cayĂł muerto a la puerta de nuestra casa esta maĂąana!". ÂĄAh, quĂŠ mundo! El pobre trabaja; el rico lo explota; el soldado defiende a los 3; el vago descansa por los 4; el borracho bebe por los 5; el banquero estafa a los 6; el abogado engaĂąa a los 7; el mĂŠdico mata a los 8; el sepulturero entierra a los 9, y el polĂtico vive de los diez. Un tipo roba un banco y ademĂĄs hace tres rehenes. A cada uno le va preguntando si lo ha visto robar, y si contesta que sĂ, lo mata. Hace lo mismo con el segundo, y cuando le pegunta al tercero ĂŠste dice: "yo, no, pero mi mujer, sĂ". Un joven se presenta en unos grandes almacenes buscando trabajo. –"ÂżEs usted vendedor?, le pregunta el jefe. –"ÂĄDe primera!", contesta. –"TendrĂŠ que hacerle un prueba". –"La que guste". El jefe lo pone en el departamento de ferreterĂa. Al dĂa siguiente habĂa vendido hasta la caja registradora. El jefe le dice: --"Ahora lo mandarĂŠ a la secciĂłn de sastrerĂa. Si vende ese traje, queda usted admitido". El traje era espantoso: saco verde, mangas amarillas, pantalĂłn rojo lleno de lunares negros Al dĂa siguiente ya lo habĂa vendido. El jefe le pregunta: --"ÂżSe lo vendiĂł a algĂşn familiar?" –"ÂĄNo, a un cliente!" –"ÂżY quĂŠ dijo el cliente?" –"El cliente no dijo nada, pero sĂ su perro lazarillo, que querĂa morderme". La profesora: --A ver, Jaimito: si yo tengo dos botellas en una mano y tres en la otra, ÂżquĂŠ tengo? –"ÂĄUn problema con la bebida, tal vez!" Un seĂąor fue a visitar a su vecino, japonĂŠs, que estaba internado en un hospital y lo encuentra lleno de tubos por todas partes, y escucha al japonĂŠs que le decĂa algo, que, desde luego, memorizĂł: "SAKARO AOTA NAKAMY ANIOBA ÂĄSUSHI MASHUTA! En el funeral ĂŠste se acercĂł a la madre y a la viuda para darles el pĂŠsame, y les dice lo que el difunto le habĂa dicho. Entonces la viuda, enfurecida, le traduce las palabras de su marido: "ÂĄNO PISES LA MANGUERA DEL OXĂ?GENO, ANIMAL". ÂĄPor eso hay que aprender japonĂŠs!
Dos hermosas vistas de Guanajuato.