Teoría de la educación // Quintana Cabañas

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CONCEPTO DE FILOSOFĂ?ADE LA EDUCACION

Josep M." QUINTANA CABANAS

La prĂĄctica de la PedagogĂ­a es tan antigua como la cultura literaria; sin embargo, el estudio de la PedagogĂ­a como ciencia, es decir, en cuanto disciplina cientĂ­fica, es relativamente reciente, pudiendo seĂąalarse su inicio en 1806, por obra de Herbart. Otro tanto podrĂ­amos decir de la FilosofĂ­a de la educaciĂłn: como serie de reflexiones filosĂłficas en torno al hecho educativo, ha tenido lugar desde que se ha escrito PedagogĂ­a, pues tanto filĂłsofos como pedagogos han dicho algo al respecto; pero como ciencia autĂłnoma dentro de las ramas del saber, tanto pedagĂłgico como filosĂłfico, y, mĂĄs concretamente, como disciplina acadĂŠmica en los currz'cula de estudios, su existencia ya no es tan clara. Tal vez podrĂ­a decirse que la FilosofĂ­a de la educaciĂłn, en este Ăşltimo sentido, estĂĄ aĂşn por hacer. Es cierto que existen interesantes aportaciones: numerosos autores, en efecto, nos han ofrecido obras que se nos presentan bajo el tĂ­tulo de FilosofĂ­a de la educaciĂłn; pero en general resultan obras parciales, tanto por los temas tratados como, a veces, por su enfoque, y queda pendiente una obra enciclopĂŠdica y sistemĂĄtica que ofrezca un edificio completo, fundamentzdo y armĂłnico de todo lo que cabe considerar cuando hablamos de la FilosofĂ­a de la educaciĂłn. Esto ha sucedido, sin duda, por falta de especialistas dedicados a este campo, ya que han de ser personas dotadas de una formaciĂłn muy particular. El mero pedagogo no sirve para ello, pues le faltan los conocimientos filosĂłficos requeridos. La FilosofĂ­a de la educaciĂłn es FilosofĂ­a y, como tal, es quehacer privativo del filĂłsofo. Pero ocurre que es un campo muy concreto de la FilosofĂ­a, que precisa de especiales conocimientos pedagĂłgicos y, que por no haberlos recibido, los filĂłsofos normalmente no se dedican a este campo, que les resulta extraĂąo. En resumen, la FilosofĂ­a de la educaciĂłn como disciplina cientĂ­fica ha sido tierra de nadie, y ha quedado por configurar. Pero el actual desarrollo de los curricula universitarios exige que esta laguna sea colmada. En muchas universidades se explica y estudia FilosofĂ­a de la educaciĂłn, y debe hacerse de un modo cabal; y en los lugares

donde esta asignatura no consta en los planes de estudio, habrĂ­a de introducirse sin demora. La FilosofĂ­a de la educaciĂłn como tema intelectual ha tenido siempre algunos grandes cultivadores; pero ha llegado el momento de que encuentre, ademĂĄs, su identidad cj.entifica y acadĂŠmica. Las consideraciones que siguen quisieran ayudar a esa labor.

LA F~LOSOFĂ?ADE LA EDUCACIĂ“N DENTRO DEL CUADRO DE LA FILOSOFĂ?A EN GENERAL Para J. Piaget ÂŤla filosofĂ­a consiste en una bĂşsqueda de lo absoluto o en un anĂĄlisis de la totalidad de la experiencia humana))'. El filĂłsofo la hace de una manera sistemĂĄtica y profunda, pero ningĂşn hombre deja de hacerla, aunque sea a un nivel superficial y poco1 consciente; al ser el hombre racional, siempre elabora una razĂłn de ser de las cosas y una justificaciĂłn de sus actos, con lo cual no puede evitar el filosofar. Esto ocurre particularmente en actividades humanas por antonomasia, como es la de la educaciĂłn: en ella se trata de la formaciĂłn de un tipo de persona y de una configuraciĂłn de valores; educar es poner en juego una determinada filosofĂ­a. Debajo de toda teorĂ­a de la educaciĂłn subyace una filosofĂ­a de la educaciĂłn. Mejor serĂĄ, por consiguiente, que -contra la costumbre habitual- esa filosofĂ­a de la etlucaciĂłn se haga explĂ­cita y crĂ­tica. Esto equivale a sentar la necesidad de una FilosofĂ­a cle la educaciĂłn, no sĂłlo desde el requerimiento de su inevitabilidad, sino tambiĂŠn desde el de la trascendencia que tiene en la orientaciĂłn direccional que tomarĂĄ la educaciĂłn. Creemos que no es preciso insistir en esa tesis evidente, pero -como contrapartida a lo que suele suceder en nuestros ambientes pedagĂłgicos bueno serĂĄ recordar que los autores han visto asĂ­ esta cuestiĂłn; desde O. Reboul, para quien ÂŤun maestro que no se haga preguntas sobre lo que enseĂąa desprecia sus asignaturas, la cultura, a sus 1 PIAGET, J . , EpistemologĂ­a de las ciencias humanas, Buenos Aires, 1972, Proteo, p. 172.


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