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Diario Financiero - VIERNES 15 DE DICIEMBRE DE 2017
HUMANITAS Con motivo de la próxima visita del Papa Francisco a nuestro país, el último número de revista HUMANITAS está íntegramente dedicado a la persona y obra del Santo Padre. Esta edición, que ya está en librerías, busca profundizar a través de los escritos de más de veinte colaboradores nacionales y extranjeros, el significado de este pontificado. Presentamos dos de los tres editoriales que contiene este número.
Portada de revista HUMANITAS, Nº 86, actualmente en circulación, edición dedicada a la persona y obra del Papa Francisco.
El Papa Francisco nos viene a visitar Por Mons. Bernardino Piñera Arzobispo emérito de La Serena
He estado tentado de escribir: “el Papa Francisco nos “vuelve” a visitar. Pero, todo bien pensado, me quedo con el título sugerido. Esta es la “primera” visita a Chile del Papa Francisco. Y lo recibiremos como tal. Es que, en el Papa, hay dos hombres: está el sucesor de San Pedro, el 264º, en el cargo; el representante de Cristo en la tierra, el punto de unión de los cristianos del planeta. Hoy es Francisco, ayer era Benedicto, Juan Pablo, o Pío. El hombre cambia, dejando su huella. La presencia de Pedro y su mensaje siguen. La visita de Juan Pablo II a Chile hace 30 años fue impactante: dejó huellas. La visita de Francisco lo será también y dejará huellas. Pero será diferente: los hombres no serán los mismos, las circunstancias tampoco. El Papa, en la persona de Juan Pablo II, visitó Chile por primera vez en 2000 años. Y esa precisión de tiempo “por primera vez” nos golpeaba a todos. Chile atravesaba un momento complejo de su his-
toria. Vivíamos en dictadura. Los chilenos estaban divididos por su grado de conformidad o de rechazo del gobierno presente; no sólo por nuestra mayor o menor adhesión a la Iglesia Católica. La personalidad del Papa, sus palabras; sus gestos de amor; nos llegaban a todos. Por una semana fuimos todos “hermanos”. Casi diría que fuimos todos católicos, o por lo menos, nos sentimos cristianos. El Papa no visitó solamente a los fieles de su Iglesia, visitó al pueblo chileno. El pueblo chileno lo acogió con cariño y con admiración. Era el Papa: sí. Pero, a través del Papa, sentimos la presencia de un Santo. Y la santidad abarca más que la sola pertenencia a una religión determinada, aunque ésta sea mayoritaria. Es la expresión del amor; y el amor une. Ahora es diferente. El Papa que viene a Chile habla nuestro idioma. Es como nosotros. Es o ha sido por largos años, nuestro vecino. Es uno de nosotros. Tendremos con él una cercanía que nunca tuvimos con un Sumo Pontífice de nuestra Iglesia. Y eso se va a notar. Algunos especulan que sus visitas a Iquique y Temuco expresarían su disponibilidad para ayudar a
solucionar algunas dificultades del momento presente. Sin duda el Papa hará lo que pueda por ayudarnos a superar cualquier conflicto entre dos pueblos hermanados por la geografía y por la historia, por la sangre y por la fe. Ya lo hizo su antecesor Juan Pablo II en nuestro conflicto anterior en los mares del Sur. Y todos quedamos contentos y agradecidos por haber logrado superar un enfrentamiento que pudo haber ocurrido, sin la tan oportuna intervención papal. Ahora también esperamos que, por esta visita, se establezca una nueva relación con los pueblos vecinos y con las razas autóctonas de nuestro país, un clima de respeto mutuo, de fraternidad, de justicia y de hermandad que sea buena para todos. Pero esto, por muy importante que sea, es efecto lateral. Lo importante para el pueblo católico chileno es recibir al Papa como a Cristo, a quien representa, recibir a Pedro, en la persona de su sucesor legítimo, y en Pedro recibir a Cristo, recibir a Dios. Y abrirnos a Él: dejarle que nos purifique, que nos ilumine, que nos fortalezca, que nos haga sentir la alegría de ser hijos de Dios y de compartir la vida diaria que Él nos trae de parte de Dios.
HUMANITAS
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Índice del número de Revista HUMANITAS 86 (304 págs.), dedicado al Papa Francisco, en el que se busca profundizar -a través de los escritos de más de veinte colaboradores nacionales y extranjeros que conocen por su cercanía al Papa Francisco o que han estudiado con interés su magisterio o partes relevantes del mismo- en el significado de este pontificado a la luz del ciclo histórico que abre el Concilio Vaticano II y del singular y trascendente momento que supone para América Latina el primer papado personificado en un pontífice proveniente de estas tierras.
En sintonía con una misión Por JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director Revista HUMANITAS
“Uno de los primeros Padres de la Iglesia escribió que el Espíritu Santo ipse harmonia est, es Él mismo armonía. Sólo Él es autor al mismo tiempo de la pluralidad y la unidad. Sólo el Espíritu puede dar lugar a la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad, y al mismo tiempo constituir la unidad, porque cuando somos nosotros quienes deseamos constituir la diversidad, provocamos cismas, y cuando somos nosotros quienes deseamos constituir la unidad, damos lugar a la uniformidad, a la homologación”. Jorge Mario Bergoglio La próxima y anhelada visita a Chile del Papa Francisco trae consigo —por razones profundas que superan con mucho las de cualquier emocionado saludo de bienvenida que proclame “ésta es su casa”— una cercanía y hasta una pertenencia absolutamente particulares. Pues, efectivamente, aparte de Argentina, su propia patria, nada puede ser más cercano en la biografía de Jorge Mario Bergoglio —hondo conocedor de las Iglesias y pueblos latinoamericanos— que la nación vecina a la suya, donde vivió además sus años de estudio como novicio jesuita. El presente número de HUMANITAS, íntegramente dedicado a su persona y a su obra, busca poner a luz a través de los escritos de colaboradores que conocen por su cercanía al Papa o que han estudiado con interés su magisterio o partes relevantes del mismo, el significado de este pontificado a
la luz del ciclo histórico que abre el Concilio Vaticano II y del singular y trascendente momento que supone para América latina el primer papado personificado en un pontífice proveniente de estas tierras. Nadie duda que el Papa Francisco será aclamado a su paso por los distintos lugares que va a visitar en Chile. A pesar del secularismo cultural y mediático imperante, la devoción al sucesor de Pedro —una de las tres “devociones blancas” y muy fuertemente arraigadas en la religiosidad popular católica: la Eucaristía, la Virgen y el Papa— se reenciende con fervor cada vez que se le ofrece una ocasión de hacerlo. La artificiosa discusión relativa a los gastos de seguridad que implicará la visita papal carecen pues de realismo a vista de las aglomeraciones que se sucederán en esos días, sin contar el inmenso beneficio al alma y a la unidad de los chilenos que con seguridad traerán consigo la presencia y la voz en vivo del Pontífice. Cuestión distinta puede ser la comprensión y recepción de su mensaje en los sectores dirigentes. Como recuerda uno de los autores de este número, ya el diario New York Times registró que “con gestos y palabras, Francisco ha confrontado a las élites una y otra vez, tanto dentro de la Iglesia como fuera de ella”. Estas élites, en lo que se refiere a Iberoamérica, han representado y representan, reconózcanlo o no, la vanguardia de una modernidad que —en el agudo análisis que ofrece el filósofo político, muy cercano al pensamiento del Papa, Rocco Buttiglione— provoca secularmente el entrecruce, muchas veces accidentado, de dos concepciones de ella: la anglo protestante, que se ha im-
ha dominado los años y el proceso de globalización, para salvarse de “una globalización económica que consuma la substancia espiritual de los pueblos”, a las naciones iberoamericanas no les queda sino luchar por una en la cual el espíritu preceda y ordene la de la política y la economía. Una globalización ordenada, que no ignore el rol de la política. Para lo cual en ninguna fuente puede encontrarse más limpidez y claridad que en las palabras de Francisco. En sintonía con lo que ha sido su misión durante veintidós años de circulación, hemos querido recordar, en un aparte especial de esta edición, lo que dijo HUMANITAS cuando fue elegido el Papa Francisco en 2013, y lo que se editorializó cuando entregó cada una de sus encíclicas y exhortaciones apostólicas. Es un memoria indispensable de nuestro camino, que ayuda a editores y lectores a entender el crucial momento que viviremos en enero. Asimismo, y con un propósito similar, la sección Palabra del Papa se dedica en este número a una síntesis de todo lo ya dicho por el primer Pontífice latinoamericano en cada uno de sus siete viajes apostólicos realizados al continente. Con todo el calor y entusiasmo de nuestras almas, ponemos este trabajo en sus manos en señal de filial e incondicional homenaje.
puesto; y la latino católica, que ha sido hasta ahora superada por la primera. Mirado desde esa perspectiva —y traduciendo lo que fue la lucha de la Iglesia frente al desvío de la modernidad que se vivió cruentamente al Este de Europa— tiene razón el mismo Buttiglione cuando escucha hoy “un eco de la lucha de Solidarność, no violenta y haciendo permanentemente un llamado a la conciencia del adversario, en el tema tan presente en el Magisterio del Papa Francisco de los movimientos populares y su rol en la lucha por la justicia”. De cara al pensamiento único que
humanitas@uc.cl
HUMANITAS
REVISTA DE ANTROPOLOGÍA Y CULTURA CRISTIANA de la pontificia universidad católica de chile
El Papa en La Araucanía: Una mirada a la Teología del pueblo de Francisco
Eduardo Valenzuela Carvallo, decano de la Facultad de Sociología de la Puc, Jaime Antúnez Aldunate, director de Revista Humanitas, Cristóbal Vargas, director del Departamento de Filosofía de la Uc de Temuco. Martes 19 de diciembre, 15 hrs. Campus Villarrica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Organiza Fundación Memoria, Debate y Espíritu www.humanitas.cl