Revista Humanitas 61

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H U M A N I T A S

H umanitas Nº 61 verano 2011 – AÑO XVI

Editorial ACERCA DE LAS UNIONES DE HECHO EN CHILE Carmen Domínguez

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EL PAPA REALIZÓ EL SUEÑO DE GAUDÍ Cardenal Lluís Martínez Sistach

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Entrevista al Padre Joaquín Alliende: “ANTES QUE CHILE, CHILENA…” Magdalena Ossandón

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LA PERSONALIDAD DEL BEATO JOHN H. NEWMAN EN SU TEOLOGÍA José Morales Marín

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NEWMAN UNO DE LOS GRANDES MAESTROS DE LA IGLESIA Joseph Ratzinger-Benedicto XVI

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EL CARÁCTER RAZONABLE DE LA FE EN DIOS Robert Spaemann

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ADOPCIÓN DE NIÑOS POR PAREJAS HOMOSEXUALES Tony Anatrella

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Celebración de las 100 Asambleas plenarias de la Conferencia Episcopal de Chile MAGISTERIO, TEOLOGÍA Y SENSUS FIDEI Joaquín Silva Soler HACIA UNA VERDADERA DIRECCIÓN ESPIRITUAL Andrés Arteaga

100

Destacamos en NOTAS A 35 años de su muerte EL INDÓMITO CARDENAL MINDZENTY

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Destacamos en LIBROS EL PAPA, LA IGLESIA Y LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS (comentario sobre libro “Luz del mundo”) por Mauro Matthei O.S.B.

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Música Basada en el poema de John Henry Newman “EL SUEÑO DE GERONTIUS” DE SIR EDWARD ELGAR Fernando Martínez

En portada: Frontis de la básilica de la Sagrada Familia, Barcelona. Obra arquitectónica de Antoni Gaudí.

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Sumario Editorial Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Música Sobre los Autores

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HUMANITAS

dieciséis años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura

HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: Publicidad Universitaria UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia: HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (562) 354 6519, Fax (562) 354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $26.000; estudiantes, $16.000. Valor por ejemplar, $7.000.


R E V I S T A D E A n t r o p o l o g í a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 5 7 / A Ñ O X V

AÑO XV DE HUMANITAS

Livio Melina SI SE ECLIPSA EL SENTIDO DE DIOS, TAMBIÉN EL DEL HOMBRE

año

Gabriel Guarda O. S. B. EN EL BICENTENARIO: LA FIGURA DEL MISIONERO

2 0 1 0

1. Los movimientos gnósticos Lunes 24 mayo, 19 hr.

2. Herejías sobre la Trinidad Lunes 31 mayo, 19 hr.

3. Herejías sobre Jesucristo Lunes 7 junio, 19 hr.

4. Herejías sobre la Gracia Lunes 14 junio, 19 hr. San Agustín por Francisco de Goya.

y A ntropologí a

ExposiTor

Lugar: Auditorio 6, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica (Alameda 390, segundo piso). precio general: $30.000 (incluye suscripción anual a revista HUMANITAS) precio estudiantes: $ 16.000 iNForMACioNEs E iNsCripCioNEs

revista Humanitas Centro de Extensión, Pontificia Universidad Católica de Chile. Alameda 390, tercer piso. Teléfono: 686 6519, Fax: 635 3755

BENEDICTO XVI CINCO AñOs DE PONTIfICADO Juan de Dios Vial Larraín LA IDEA DE LIBERTAD EN NUEsTRO TIEMPO

28/4/10 15:05:54

AÑO XV

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Javier Prades EL DIOs DE JEsUCRIsTO EN JOsEPH RATZINGER

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E X T E N S I Ó N

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Cardenal jorge A. Medina Estévez

Y

CULT UR A Y

Visión de la Iglesia en Joseph Ratzinger - Benedicto XVI 1 Naturaleza y origen de la Iglesia Lunes 18 octubre, 19 hrs. 2 Iglesia, Eucaristía y Caridad Lunes 25 octubre, 19 hrs. 3 Iglesia y salvación del mundo Martes 2 noviembre, 19 hrs.

INFORMACIONES E INSCRIPCIONES

Revista Humanitas Centro de Extensión UC Pontificia Universidad Católica de Chile Alameda 390, tercer piso Teléfono 354 6519. Fax: 635 3755 www.humanitas.cl humanitas@uc.cl

DE

A NTROPOLOGí A DE R E V ISTA

C U A D E R N O H U M A N I T A S NO 2 2

SATANÁS Y SU OBRA

C U LT U R A

CR ISTI A NA S

C U R S O S

CR ISTI A NAS

humanitas@uc.cl

AVISO HUMANITAS.indd 5

A NTROPOLOGí A

R E V ISTA

DE

Antonio Amado. Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS.

www.humanitas.cl

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EXPOSITOR R.P. Rodrigo Polanco Doctor en Teología, Universidad Gregoriana de Roma. Vicedecano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex rector del Seminario Pontificio de Santiago.

R EVISTA

E X T E N S I Ó N

AÑO XV

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Grandes Herejías

Cult ur a

Cr isti a na s

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R E V I S T A D E A n t r o p o l o g í a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 5 8 / A Ñ O X V

EL CAMINO DE LOS ANGLICANOS A ROMA

Lugar Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica, Auditorio 6 (Alameda 390, segundo piso). Precio general $24.000 (incluye suscripción anual a Revista Humanitas) Precio estudiantes $16.000

jULIO 2010

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R E V ISTA

DE

A NTROPOLOGí A

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CULT UR A

La Transfiguración. Fresco de Fra Angélico, siglo XV. Convento San Marcos, Florencia.

CR ISTI A NA S

C O N F E R E N C I A S

AÑO XV

O C TAVA S

VIRTUDES TEOLOGALES

Fe, Esperanza, Caridad 1 2 3 4

Gracia y virtud teologal Lunes 8 de noviembre, 19 hrs. La virtud de la Fe Lunes 15 de noviembre, 19 hrs. La virtud de la Esperanza Lunes 22 de noviembre, 19 hrs. La virtud de la Caridad Lunes 29 de noviembre, 19 hrs.

EXPOSITOR Antonio Amado Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista Humanitas.

INFORMACIONES E INSCRIPCIONES

Lugar

Revista Humanitas Centro de Extensión UC Pontificia Universidad Católica de Chile Alameda 390, tercer piso Teléfono 354 6519. Fax: 635 3755

Colegio Santa Úrsula Av. Nueva Costanera 4190, Vitacura.

Precio general $30.000 (incluye suscripción anual a Revista Humanitas) Precio estudiantes $16.000

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R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 6 0 / A ÑO X V

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CHILE EN SU BICENTENARIO Augusto Del Noce LAS RAÍCES FILOSÓFICO-POLÍTICAS DEL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO

humanitas@uc.cl

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William Carroll LA CONFUSIÓN DE STEPHEN HAWKING

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HUMANITAS Sumario N° 61 (enero-marzo 2011)

EL PAPA REALIZÓ EL SUEÑO DE GAUDÍ, por Lluís Cardenal Martínez Sistach. Con la construcción de la Sagrada Familia, el arquitecto Antonio Gaudí era consciente de que levantaba algo singular por su profundidad, por su capacidad de emocionar y de hablar con unos registros plásticos arquitectónicamente innovadores y espiritualmente densos. Ante los millones de personas que visitan esta obra grandísima, cabe preguntarse: ¿qué les impulsa a conocer la obra de un místico cristiano, cuando muchos parecen personas religiosamente indiferentes y muchos otros ni tan sólo cristianos? ¿Este interés por la Sagrada Familia no será signo de una petición de espiritualidad? Preguntas que plantea el autor, Cardenal Arzobispo de Barcelona, en esta reflexión sobre la dedicación de la Basílica de la Sagrada Familia ofrecida a los lectores de Humanitas Humanitas 2011, LXI, págs. 12-21 “ANTES QUE CHILE, CHILENA…”, entrevista al Padre Joaquín Alliende. Al ahondar en el contenido de la “Sinfonía Sacra Maipú Campana, alma de la chilena”, el poeta y sacerdote Joaquín Alliende, entrevistado por Magdalena Ossandón, señala que confesar la identidad católica mariana de Chile, en el símbolo de la Virgen del Carmen, es simplemente ser veraces con la historia: “Creo que el texto que hemos hecho nosotros es de una Iglesia que se planta sin andar pidiendo perdón a todos por existir, sino que lo hace desde una identidad clara, abierta y definida y se presenta como oferta, como entrega, como camino histórico de identidad, con dinamismo de futuro”. De este modo el espectáculo de danza, música y teatro que se presentó en el Santuario-Basílica Nacional del Carmen-Maipú con ocasión de las celebraciones del Bicentenario, pretendió ser fiel a la verdadera alma de Chile a través de una interpretación de los poemas del presbítero schoenstatiano contenidos en el libro “Madre Alma, Carmen de Chile”. Humanitas 2011, LXI, págs. 22-31 LA PERSONALIDAD DEL BEATO JOHN HENRY NEWMAN EN SU TEOLOGÍA, por José Morales Marín. Hay autores cuya biografía queda oculta en sus escritos. Con el Cardenal John Henry Newman, beatificado en septiembre de 2010 por S.S. Benedicto XVI en Birmingham, no ocurre lo mismo. En sus libros, ensayos y cartas se encuentra un contenido profundamente autobiográfico, que refleja con claridad los rasgos de su temperamento. El presente artículo analiza en una misma mirada tanto al autor como a la obra, explorando la estrecha conexión entre el carácter personal del Cardenal Newman y las líneas básicas de su teología, impregnada por su idiosincrasia y los datos de su vida. La influencia de su obra, tanto en la Iglesia como en la cultura, la sitúan como un aporte decisivo para el pensamiento cristiano. Se trata de escritos de un valor permanente, gracias a la habilidad del nuevo Beato de transformar textos circunstanciales en documentos que pueden incluso ser calificados como la contribución más importante de la predicación a lo largo del siglo XIX. Aún hoy, la lectura de un corpus como las 400 homilías que constituyen sus “Sermones Anglicanos” llama a redescubrir aspectos de un cristianismo genuino y una invitación a la reforma de la vida. Humanitas 2011, LXI, págs. 32-53

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NEWMAN, UNO DE LOS GRANDES MAESTROS DE LA IGLESIA, por Joseph Ratzinger. El entonces Cardenal Ratzinger —hoy Benedicto XVI— es el autor del presente texto en el que describe la influencia de la teología de John Henry Newman en su propio camino espiritual, refiriéndose a la vez al papel del pensamiento del beato inglés en las luchas intelectuales y espirituales que han caracterizado el último tiempo. Ratzinger califica a Newman como uno de los grandes maestros de la Iglesia, por su capacidad de enseñar tocando el corazón a la vez que ilumina la inteligencia a través de la palabra. Aquella nace de un razonamiento que se funde con la vida y abre paso a una mutua definición entre ambas realidades, desde una existencia que se caracterizó por permanecer en un estado de conversión constante y que llevó a Newman cada vez a ser más profundamente él mismo. El autor sugiere desde esta valoración de la obra de Newman que su punto de partida no ha sido aún plenamente sopesado dentro de la teología moderna en las posibilidades llenas de futuro que aún esperan ocultas a un posterior desarrollo. Humanitas 2011, LXI, págs. 54-59 EL CARÁCTER RAZONABLE DE LA FE EN DIOS, por Robert Spaemann. Cuando se considera a la razón puramente como producto de una adaptación evolutiva, que nada tiene que ver con la verdad, y cuando el carácter contradictorio en sí mismo de esta afirmación no produce un rechazo, entonces no se puede esperar que exista una argumentación que pueda convencer al hombre de la existencia de Dios. La vida humana es una creación que se sitúa en la totalidad de un plan de orden cósmico, originada por el Creador, que se encuentra en un ámbito que supera este universo. La ciencia y la filosofía moderna han tendido, por su parte, a embelesarse con el mundo de lo factible, que aparenta extender sus fronteras hacia una falsa infinitud. La mirada ha quedado fija en la adecuación a una realidad terrenal en permanente mutación, cegada a la interrogante sobre el fundamento y sentido de la totalidad, y sobre aquella dimensión eterna que está “fuera” del cosmos visible. Esta realidad de hecho no impide que las ciencias hayan sido incapaces de formular una razón que invalide el “rumor” de Dios. Únicamente el cientismo o visión científica del mundo ha intentado hacerlo sin éxito. La fe en Dios es un fundamento del mundo, que no es irracional, sino “luz” transparente para sí misma de la que brota su propia razón. Humanitas 2011, LXI, págs. 60-79 ADOPCIÓN DE NIÑOS POR PERSONAS HOMOSEXUALES, por Tony Anatrella. Los derechos del niño a nacer y vivir en una familia constituida por un hombre y una mujer están sumamente amenazados en la actualidad. La posibilidad de adopción de hijos por parejas del mismo sexo es una manifestación de esta ruptura. Al examinar las motivaciones de las personas homosexuales que desean tener un niño, se percibe una visión instrumental de éste para reafirmar la desviación de quienes le acogen y servir como un reconocimiento de su aspiración a mimetizar su realidad con la del matrimonio y la familia. Sin embargo, los derechos e interés del niño no pueden ser violados ante las exigencias subjetivas de los adultos. El bien de los hijos es estar incorporados en una relación filial que se inscribe en continuidad a su concepción, fruto de la unión entre el hombre y la mujer. Humanitas 2011, LXI, págs. 80-93 MAGISTERIO, TEOLOGÍA Y SENSUS FIDEI, por Joaquín Silva. Durante 40 años, las cien Asambleas de la Conferencia Episcopal que han tenido lugar, han sido un testimonio de comunión, de servicio eclesial y a la sociedad. Los múltiples y complejos problemas que ellas han abordado son expresión de cómo el Espíritu impulsa a su Iglesia a ser fiel a su Señor y Maestro en las condiciones concretas de la historia. El decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile expuso la presente reflexión ante la última Asamblea de los Obispos chilenos en Punta de Tralca. Humanitas 2011, LXI, págs. 94-99 HACIA UNA VERDADERA DIRECCIÓN ESPIRITUAL, por Andrés Arteaga Manieu. En la tradición eclesial, la dirección espiritual es un instrumento privilegiado de formación y desarrollo de la vida en Cristo para los discípulos misioneros en sus diversas condiciones y estados de vida. Esto se aplica tanto a religiosos y a sacerdotes, como a los laicos que deben enfrentar los desafíos de la espiritualidad contemporánea desde su realidad en la Iglesia. La dirección espiritual es un servicio y a la vez una tarea tan urgente hoy como antes, que se encuentra inscrita en el corazón de la memoria espiritual de la Iglesia. Hoy puede

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ser destacada como un importante medio de santificación y crecimiento en la vida cristiana, a la vez que se alienta su práctica en formas nuevas y adecuadas al contexto de la actual etapa de la historia del hombre. Sin embargo, hay que tener en perspectiva la distinción que muchos autores han hecho entre el consejo pastoral, la dirección espiritual y una terapia psicológica, siendo la dirección un “diálogo en la fe dentro de la Iglesia”. El presente artículo indaga sobre el sentido de una verdadera dirección espiritual que se aleja de su simplificación en caricaturas. Humanitas 2011, LXI, págs. 100-111 Sección NOTAS ¿Qué Chile?, por el Cardenal Jorge Medina. El episodio del rescate de los 33 mineros sepultados en la mina San José en octubre de 2010 fue una ocasión providencial para destacar valores que pertenecen a la verdadera identidad de Chile. La más importante de ellas es la fe en Dios, la Virgen y los santos, y el reconocimiento de que la vida se encuentra en manos del Creador. Sin embargo, en otros ámbitos, la realidad del país parece inclinarse a expulsar el nombre de Dios de la vida pública y aceptar prácticas que contradicen sus leyes y el bien del hombre. El desarrollo promisorio de Chile no depende sólo de factores materiales y del incremento del bienestar, sino que incluye el crecimiento moral y el respeto a sus mandatos, que responde a la herencia de una cultura que hunde sus raíces en el cristianismo. Un mestizaje de civilizaciones y culturas, por el Cardenal Angelo Scola. La realidad de la globalización y las constantes migraciones que caracterizan el mundo contemporáneo, supone un verdadero “mestizaje de civilizaciones y culturas”. Las tradiciones y religiones distintas ya no están acotadas a un territorio limitado, sino que resultan accesibles a toda la humanidad. Este proceso histórico requiere de una orientación a la vida buena, personal y comunitaria para adquirir una valoración positiva. Para alcanzar este ideal no basta el multiculturalismo como una solución que se limita a juntar identidades nacionales, culturales o religiosas de forma aislada y yuxtapuesta. Es necesario que los sujetos contribuyan a él a través de la comunicación recíproca y el testimonio público de los bienes que representan, con una conciencia de común pertenencia a la familia humana. Entre los cristianos esto significa proponer una interpretación cultural del advenimiento de Jesucristo, mostrando el centro vital de la fe de la Iglesia a todos los pueblos. El indómito Mindszenty, por Augusto Zuliani. A 35 años de la muerte del Cardenal Joszef Mindszenty se recuerda su figura y su intervención a favor del pueblo magiar durante la insurrección de la nación contra la ocupación soviética. Aunque se suele identificar a Imre Nagy con la heroica hazaña, no se tiene en cuenta la intervención de la Iglesia católica, representada en la persona de Mindszenty, en el levantamiento. Su acérrima lucha contra el poder del comunismo, teñida de dramáticos acontecimientos y una larga reclusión, le ganó el nombre de “intrépido defensor de las raíces cristianas de Hungría contra el comunismo”. Un contestatario leal, por Carmen Pérez. San Enrique de Ossó, santo catalán de la Orden Teresiana, ha sido calificado por muchos como uno de los más grandes sacerdotes españoles de todos los tiempos. Destacó por su labor dedicada a la educación y por su espíritu profundamente práctico y conocedor de la persona y de la sociedad. Sus convicciones le llevaron a hacer afirmaciones realistas e iluminadas como que “educar a un niño es educar a un hombre, educar una mujer es educar toda una familia”. El artículo realiza un breve recorrido por su vida, relacionándolo con su maestra espiritual, Santa Teresa de Jesús, y con uno de sus contemporáneos, el arquitecto Antonio Gaudí, quien diseñó a su pedido el famoso Colegio de las Teresianas de Barcelona. Humanitas 2011, LXI, págs. 112-127 LIBROS “Luz del mundo - Una conversación con Peter Seewald” por Benedicto XVI (Editorial Herder); “Curso de Filosofía del Derecho-I” por Joaquín Ugarte Godoy (Ediciones Universidad Católica de Chile); “15 días con Romano Guardini” por Alfonso López Quintás (Ciudad Nueva); “Páginas libres - Ensayos 1972-2005” por Vittorio di Girolamo (Ediciones D + D); “La Tempestad” por William Shakespeare (Editorial Universitaria); “Galerio” por Beda Estrada (Editorial Nueva Patris); “Todo Tuyo, esclavo de María. San Luis María Grignon de Montfort, su vida, su obra y su espíritu” por Arturo Ruiz Freites (Ediciones del Verbo Encarnado); “San Rafael Arnáiz Barón. Vida y obra del hermano Rafael” por Antonio María Martín Fernández-Gallardo (Editorial Edibesa); “Santa Clara de Asís” por Chiara Augusta Lainati (Ediciones Encuentro). Humanitas 2011, LXI, págs. 190-202

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Acerca de la pretendida necesidad de

No es irrelevante darles a los convivientes derechos de herencia o patrimoniales, porque ello necesariamente significa acercarles a los casados y, con ello, eliminar los pocos incentivos que subsisten para contraer matrimonio[…]

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e ha esgrimido como justificación para legislar en torno a las uniones de hecho el que ello sería necesario para solucionar los problemas patrimoniales que los convivientes — de mismo o distinto sexo— tendrían actualmente en Chile. Se invoca así un pretendido vacío de nuestra legislación que, además, se considera discriminatorio. Sin embargo, se trata de una explicación incorrecta que esconde tanto una ignorancia de la situación en que ellos se encuentran como los verdaderos efectos y objetivos a que ello apunta, pues: a) todos esos pretendidos problemas tienen solución en el Derecho actual; b) su solución a través de una regulación debilita al matrimonio; c) en el caso de las personas de mismo sexo no es sino una estrategia para llegar hasta la asimilación de la unión que ellos tienen o quieren formar con el matrimonio, y d) no existe discriminación alguna.

a) Todos los pretendidos problemas tienen solución actual Así, si lo que se quiere es contar con un estatuto de reglas claras, para eso está el matrimonio, accesible a todos. Precisamente esa es casi la única razón jurídica que podemos dar a los jóvenes para que se casen y no convivan: estar unidos por un vínculo que revela un compromiso y con determinados efectos. Ello es especialmente importante en un país donde la tasa de nupcialidad decae cada día. Ahora bien, si se trata de razones de resistencia al matrimonio o de imposibilidad de contraer matrimonio por tener el mismo sexo, ellos pueden dotar a su convivencia de reglas también claras: comprar sus bienes en comunidad expresando sus aportes, celebrar sociedades y con ellas adquirir los bienes, otorgar testamento para dejarle al otro su parte de libre disposición. No se diga que se trata de actos complejos de realizar, pues cualquier abogado medio debiese poder hacerlos todos en breve tiempo. Si el problema es el costo de esos actos, basta con que se autorice a las Corporaciones de Asistencia Judicial para otorgarlos con goce de privilegio de pobreza en notaría a las personas de escasos recursos. En el caso de que los convivientes no hayan ordenado los aspectos patrimoniales con anterioridad a la ruptura de la convivencia (por alguno de los modos que vienen de señalarse),

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EDITORIAL

regular las uniones de hecho en Chile

la jurisprudencia de nuestros tribunales se ha encargado de resolver que, si prueban sus aportes, los bienes que han adquirido durante la convivencia se dividen según las reglas de la comunidad o de la sociedad de hecho (lo que equivale a darles la mitad de los bienes). Se trata de una jurisprudencia establecida hace años y en la que existe pleno acuerdo. Ella ha recaído hasta ahora en patrimonios de convivencia entre personas de distinto sexo, pero puede anticiparse que el criterio sería el mismo si se tratase de personas del mismo sexo, pues el fundamento invocado se mantendría. A todo lo anterior deben sumarse numerosas normas que, en variadas materias, han concedido efectos a las uniones de hecho (en materia previsional, de violencia intrafamiliar, de tipos penales, etc.), destacándose entre ellos la igualación de los hijos nacidos fuera del matrimonio.

[…] De este modo,

el matrimonio se constituye únicamente en una alternativa más para la regulación de la vida entre un hombre y una mujer, con todos los efectos para la constitución de la familia que ello supone.

b) Su solución a través de una regulación debilita al matrimonio Todo tiene entonces solución hoy. Por ello, si se insiste en regular las convivencias, en el fondo lo que se quiere es instituirlas en alternativas al matrimonio. Algunos ingenuamente creen que, regulándolas sólo como uniones, resulta protegido el matrimonio. Con todo, si se le otorgan iguales o semejantes derechos a las uniones de hecho que al matrimonio, aunque se llamen acuerdos de vida en común o como quiera que se les denomine, serán matrimonios o muy semejantes a él porque lo que hace a la institución no es su nombre, sino su contenido. En efecto, desde el punto de vista jurídico, lo propio y exclusivo del matrimonio es que sólo ese vínculo genera para sus miembros un estatuto jurídico, esto es, un conjunto de derechos, deberes y efectos ciertos. Por lo mismo, cualquier otorgamiento de alguno de ellos a una unión no matrimonial ciertamente importa un debilitamiento del matrimonio, pues significa privarle del escaso beneficio que el estar casado importa en el presente. En otros términos, no es irrelevante darles a los convivientes derechos de herencia o patrimoniales porque ello necesariamente significa acercarles a los casados y, con ello, eliminar los pocos incentivos que subsisten para contraer matrimonio.

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De este modo, el matrimonio se constituye únicamente en una alternativa más para la regulación de la vida entre un hombre y una mujer, con todos los efectos para la constitución de la familia que ello supone. c) En el caso de las personas de mismo sexo, no es sino una estrategia para llegar hasta la asimilación de la unión que ellos tienen o quieren formar con el matrimonio. Adicionalmente, y por si no fuera suficiente, si cualquiera de los derechos, deberes y efectos propios del No puede olvidarse matrimonio es dado a las convivencias entre personas de mismo sexo, ello supone reconocerles como base de en ningún momento, la familia. Y ese reconocimiento conduce —tarde o temque detrás del reclamo prano como está demostrando la experiencia extranjera homosexual hay un (España, Portugal, Argentina, etc.)— a darles acceso al anhelo de legitimación matrimonio a la adopción de niños e incluso a la plena aplicación de la presunción de paternidad. Los ejemplos social y, como tal, éste aludidos demuestran lo recién afirmado de modo inequíno será satisfecho sino voco. En todos esos países se habían regulado las uniones cuando su unión sea de hecho entre personas de mismo sexo, con normativas reconocida ante todos que cubrían todos los problemas que —actualmente en como igual a la de los Chile— son invocados como problemas necesitados de solución. No obstante, ninguna de esas regulaciones heterosexuales […] detuvo la demanda por el matrimonio y es evidente que así lo haya sido. En efecto, no puede olvidarse en ningún momento, cuando se analiza la cuestión, que detrás del reclamo homosexual hay un anhelo de legitimación social y, como tal, éste no será satisfecho sino cuando su unión sea reconocida ante todos como igual a la de los heterosexuales. Ello —según se estima por ese sector— sólo se alcanza cuando se pueda acceder al estatuto socialmente considerado como más perfecto: el matrimonio. Por eso, si alguien piensa que concediéndoles un marco jurídico para las cuestiones prácticas que esa convivencia plantea está blindando al matrimonio hacia el futuro, no está entendiendo qué es lo que subyace como telón de fondo tras el debate. En síntesis, no hay que confundirse. Cualquier regulación de las uniones de hecho es un peldaño hacia la conquista del matrimonio también para personas de mismo sexo, pues sólo así se accede al trato igualitario que esas uniones buscan. d) No existe discriminación alguna No hay, por último, discriminación alguna en la diferencia que hoy existe desde un punto de vista jurídico entre las uniones de personas no casadas o de mismo sexo.

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EDITORIAL

Así, si se trata de aquellos que conviven porque no quieren casarse, mal podría hablarse de una discriminación, pues esa situación no es sino el fruto de una elección. Si, en cambio, se trata de aquellos que conviven por imposibilidad de acceder al matrimonio, tampoco existe discriminación alguna, pues la razón de haber dotado de una regulación jurídica a quienes contraen matrimonio no proviene de que exista entre ellos un vínculo afectivo, sino de que se trata de un compromiso que, formulado de modo solemne ante la sociedad, aspira a una vida estable y es potencialmente apto para procrear y, con ello, formar familia. La sola existencia de una relación afectiva con contenido sexual no justifica por sí sola una intervención del Derecho, simplemente porque la norma jurídica nada puede hacer en […] Ello —según la materia, pues el afecto excede su alcance. Para que la se estima por ese regulación jurídica se haga pertinente, es necesario que estemos no sólo ante un problema no resuelto, sino que sector— sólo se además su solución sea necesaria para el mantenimiento alcanza cuando se de la estabilidad social. Nadie que pretenda ser serio en pueda acceder al la materia puede afirmar que la estabilidad social esté en estatuto socialmente juego actualmente en Chile por la ausencia de regulación considerado como sistemática de las uniones entre personas de mismo sexo. e) No existen datos que permitan demostrar la pertinencia de la legislación que se quiere aprobar

más perfecto: el matrimonio.

Por último, debe consignarse que los datos con que hoy se cuenta en materia de familia en Chile no permiten precisar cuáles son las razones por las que algunos optan por convivir. Por lo mismo, no existe base cierta para afirmar que exista una demanda social de una regulación. Más aún, es muy difícil saber si, de dictarse una regulación, los que conviven optarán por acogerse a ese estatuto. Por el contrario, si se tiene en cuenta que muchos de ellos repudian formalizar su unión y por ello no contraen matrimonio, existe un alto fundamento para sostener que ellos se mantendrán en la situación en que actualmente están. Se encontrarán, por tanto, frente a los mismos problemas que hoy se sostiene deben ser resueltos, pero ello habrá sido a costa de una transformación esencial de la familia que, como lo demuestra la experiencia extranjera, es irreversible. Debemos entonces —de modo urgente— esforzarnos por aclarar estas cuestiones en nuestro país. Todavía estamos a tiempo.

CARMEN DOMÍNGUEZ HIDALGO

Directora Centro UC de la Familia

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El Papa realizó el sueño de Gaudí POR LLUÍS CARDENAL MARTÍNEZ SISTACH Arzobispo de Barcelona

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l día 7 de noviembre de 2010 se ha celebrado un evento histórico y universal en la ciudad y arzobispado de Barcelona. Ha sido la dedicación del templo de la Sagrada Familia presidida por el Santo Padre Benedicto XVI. Cuantos pudimos participar en la asamblea litúrgica de aquella celebración y los muchos millones que pudieron seguirla a través de los medios de comunicación, conservamos un recuerdo inolvidable para siempre. El mismo Santo Padre al final de la celebración me manifestó que nunca la olvidaría. A la belleza de la liturgia cristiana propia del rito de la dedicación de una iglesia y de un altar, se añadía en esta ocasión la belleza maravillosa y me atrevería a decir “única” del templo de la Sagrada Familia, proyectado por el arquitecto catalán Antoni Gaudí en el año 1883 e iniciado por él mismo y que después de 128 años el Santo Padre ha dedicado a Dios para la celebración del culto litúrgico. Pienso que la mañana de aquel domingo de la dedicación, pudimos contemplar y gozar al máximo de la majestuosidad, belleza y simbología de la basílica de la Sagrada Familia. Me atrevo a decir que fue la debida contemplación y goce de esta construcción de Gaudí. Porque fue con dicha celebración litúrgica que se realizaba el sueño de nuestro arquitecto genial y siervo de Dios. La lectura y reflexión asidua de la Palabra de Dios le llevó a estructurar su templo inspirándose sobre todo en la visión del profeta Ezequiel relativa al nuevo templo de la Nueva Jerusalén (capítulos 40-48) y en los capítulos 4 y 6 y especialmente 21 y 22 del libro del Apocalipsis sobre la Jerusalén celestial, la ciudad de Dios y de los hombres. El sueño de Gaudí es el sueño de todos los constructores de catedrales: representar la Jerusalén celestial, la ciudad nueva y santa que “baja del cielo, viniendo de la presencia de Dios, como una novia que se engalana para su esposo” (Ap 21, 2). Así, pudimos contemplar aquello que soñó su arquitecto en proyectar su obra cumbre. Cuando preguntaban a Antoni Gaudí quién terminaría el templo de la Sagrada Familia, dado lo ambicioso del proyecto, él siempre respondía que lo terminaría San José. Nuestro arquitecto solía decir que en la Sagrada Familia todo es providencial. Pues sí, ciertamente que es

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ANTONI GAUDÍ, ADEMÁS DE INSPIRARSE EN EL LIBRO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS, SE INSPIRABA EN OTROS DOS LIBROS MÁS: LA NATURALEZA Y LA LITURGIA. ERAN LOS TRES LIBROS QUE ENSEÑARON A NUESTRO ARQUITECTO LAS FORMAS Y LAS TÉCNICAS.

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«El sueño de Gaudí es el sueño de todos los constructores de catedrales: representar la Jerusalén celestial, la ciudad nueva y santa (Ap 21,2).» (Dibujo original de Gaudí)

providencial, porque quien ha terminado el templo en su interior para dedicarlo al culto con su dedicación después de 128 años de haberse iniciado, ha sido un Papa que lleva el nombre de José por su bautismo. Antoni Gaudí, además de inspirarse en el libro de las Sagradas Escrituras, se inspiraba en otros dos libros más: la naturaleza y la liturgia. Eran los tres libros que enseñaron a nuestro arquitecto las formas y las técnicas. Así lo dijo el Santo Padre en la homilía: “En este recinto, Gaudí quiso vivir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto… Así unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia”. Gaudí fue un contemplativo de la naturaleza. Son suficientemente conocidas sus raíces franciscanas y que dan un toque de hermandad universal y de amor fraterno a todas las criaturas de Dios en la obra de nuestro arquitecto, que sentía una gran admiración por la figura de San Francisco de Asís. Contemplativo de la creación, Gaudí dirá que “el gran libro, siempre abierto y que es necesario esforzarse en leer, es el de la naturaleza; los otros libros son sacados de éste y hay las equivocaciones e interpretaciones de los hombres. Todo sale del

LA CONTEMPLACIÓN DE LA LITURGIA LE AYUDÓ A DAR FORMA A SU PROYECTO DE LA SAGRADA FAMILIA. SABEMOS QUE EN LA MESITA DE NOCHE TENÍA UN LIBRO DE CABECERA QUE LEÍA Y RELEÍA: “L’ANNÉE LITURGIQUE”, DE DOM PROSPER GUÉRANGER. LA OBRA DE ESTE FAMOSO ABAD DE SOLESMES ESTARÁ SIEMPRE A SU LADO. GAUDÍ DECÍA QUE “LA LITURGIA LO TENÍA TODO PREVISTO”.

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«En vida del arquitecto, visitó las obras de la Sagrada Familia, entonces sólo en sus comienzos, el nuncio del Papa en España, que se llamaba Francesco Ragonesi. Entusiasmado por lo que le explicaba el maestro sobre su gran proyecto, el nuncio le dijo: “¡Es usted el Dante de la arquitectura!”».

QUIEN HA TERMINADO EL TEMPLO EN SU INTERIOR PARA DEDICARLO AL CULTO CON SU DEDICACIÓN DESPUÉS DE 128 AÑOS DE HABERSE INICIADO, HA SIDO UN PAPA QUE LLEVA EL NOMBRE DE JOSÉ POR SU BAUTISMO. CUANDO PREGUNTABAN A ANTONI GAUDÍ QUIÉN TERMINARÍA EL TEMPLO DE LA SAGRADA FAMILIA DADO LO AMBICIOSO DEL PROYECTO, ÉL SIEMPRE RESPONDÍA QUE LO TERMINARÍA SAN JOSÉ.

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gran libro de la naturaleza; las obras de los hombres son ya un libro impreso. Este árbol cerca de mi despacho: éste es mi maestro”. Este espíritu franciscano llevaba a Gaudí a pensar que todo en la creación alaba a su Creador según su propia naturaleza. Admiraba las criaturas pequeñas, la estética y los colores de las hierbas y las estructuras de los animalitos que observaba en el solar en donde se construía el templo. Levantando las torres sabía que en aquel lugar privaría de crecer a las hierbas y de poder vivir a los animales. Por eso le gustaba colocar hierbas en los pináculos del ábside y en las bases de las columnas los animales más humildes que corrían por allí, sin olvidar los frutos de la naturaleza, poniendo un vergel en los muros del templo porque —decía el arquitecto— “colocar los medios que Dios pone a nuestra disposición para sostenernos y alimentarnos es una manera importante de agradecerle estos dones”. La contemplación de la liturgia le ayudó a dar forma a su proyecto de la Sagrada Familia. Sabemos que en la mesita de noche tenía un libro de cabecera que leía y releía: “L’Année liturgique”, de Dom Prosper Guéranger. La obra de este famoso abad de Solesmes estará siempre a su lado, y por eso, como recuerda el que fue discípulo suyo, el arquitecto Puig Boada, Gaudí decía que “la liturgia lo tenía todo previsto”. Del culto cristiano él aprendió magistralmente a preverlo todo en la obra culminante de su vida. Especialmente en la nave central, que tiene 52 columnas, tantas como los domingos del año litúrgico, nuestro arquitecto ha plasmado todo el año litúrgico celebrado por la Iglesia. La Sagrada Familia es, en último término, un himno a Cristo, resucitado y redentor, y al Padre que está sentado en el trono, y al Espíritu Santo que renueva la faz de la tierra. Por ello, en el punto más alto de la basílica, bajo la cruz de los cuatro brazos que corona la torre cimborio dedicada a Jesucristo, están representadas un Alfa y un Omega, símbolo de aquel que dice “Yo soy el Alfa y el Omega, el


Del frontis de la basílica de la Sagrada Familia (Barcelona), obra arquitectónica del Siervo de Dios Antoni Gaudí.

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primero y el último, el principio y el fin” (Ap 23, 13) y que dice también: “Soy el que vive: estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos” (Ap 1, 18). Gaudí se avanzó a nuestro tiempo, preocupados como estamos por la evangelización, y colocó fuera del templo los tres grandes retablos, ofreciendo una riquísima catequesis global a cuantos transitarían por aquel lugar, que desde el Cristo encarnado, crucificado y glorioso contempla el misterio de Dios y revela el rostro del hombre hasta convertirlo en compromiso moral. Nuestro arquitecto nos invita a realizar una meditación sobre Jesucristo a través de las imágenes que se concentran en las tres fachadas que son los tres grandes acontecimientos de la Encarnación, de la Pascua y de la Glorificación del Señor. Algunos se preguntan qué significa en una ciudad europea como Barcelona, secularizada, levantar una iglesia como la de la Sagrada Familia. El emerger de este templo en el centro de la cosmopolita ciudad de Barcelona constituye una presencia de lo sagrado, de lo trascendente, en definitiva, de Dios. Aunque la cultura actual de nuestro occidente europeo es poco sensible a la trascendencia, el hombre creado a imagen y semejanza de Dios busca el sentido de la vida y suele plantearse interrogantes que trascienden el espacio y el tiempo. Pienso que no hemos de perder la riqueza del misterio porque en nuestra vida hay constantemente la presencia del misterio de Dios que muchas veces no aparece explícitamente. La basílica de la Sagrada Familia atrae a millones de personas de todo el mundo porque la “nueva arquitectura” que Gaudí inició descansa sobre aquello que el espíritu humano busca con insistencia: la proporción, la armonía, en definitiva, la belleza. […] Podemos decir que es una cartografía de lo sagrado, un gran mapa abierto donde el mundo puede leer las grandes preguntas de la vida, del origen y del fin, del cielo y de la tierra. Gaudí solía decir que la belleza tenía un poder provocador y atraía hacia la bondad y la verdad. Sabía que su obra invitaba y movía a la fe, que detrás de las piedras de la Sagrada Familia se manifestaba una elocuencia que decía el infinito. Se puede afirmar que este hermosísimo y originalísimo templo es también como un “atrio de los gentiles” para muchísimos de los visitantes que todavía no están dentro de la Iglesia. Gaudí con la construcción de la Sagrada Familia era consciente de que levantaba algo singular por su profundidad, por su capacidad de emocionar y de hablar con unos registros plásticos arquitectónicamente innovadores y espiritualmente densos. Ante los millones de personas que visitan esta obra grandísima, cabe preguntarse: ¿qué les impulsa a conocer la obra de un místico cristiano, cuando muchos parecen personas religiosamente indiferentes y muchos otros ni tan

LA BASÍLICA DE LA SAGRADA FAMILIA ATRAE A MILLONES DE PERSONAS DE TODO EL MUNDO PORQUE LA “NUEVA ARQUITECTURA” QUE GAUDÍ INICIÓ DESCANSA SOBRE AQUELLO QUE EL ESPÍRITU HUMANO BUSCA CON INSISTENCIA: LA PROPORCIÓN, LA ARMONÍA, EN DEFINITIVA, LA BELLEZA. (…)

Pág. izquierda: Rezo del Angelus presidido por el Papa Benedicto XVI en el frontis de la Natividad.

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(…) PODEMOS DECIR QUE ES UNA CARTOGRAFÍA DE LO SAGRADO, UN GRAN MAPA ABIERTO DONDE EL MUNDO PUEDE LEER LAS GRANDES PREGUNTAS DE LA VIDA, DEL ORIGEN Y DEL FIN, DEL CIELO Y DE LA TIERRA.

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sólo cristianos? ¿Este interés por la Sagrada Familia no será signo de una petición de espiritualidad? Benedicto XVI ante la basílica de la Sagrada Familia contempló una obra que por su belleza es un signo de Dios. En la homilía de la dedicación de este templo, el Papa dijo que “la belleza es la gran necesidad del hombre, es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo”. Ya como teólogo, Benedicto XVI ha manifestado siempre un especial interés por reflexionar sobre la belleza como camino de acceso a Dios. Al recibir el 21 de noviembre de 2009 a un numeroso grupo de artistas en el marco majestuoso de la Capilla Sixtina, el Papa recordó que dos de sus predecesores, Pablo VI y Juan Pablo II, buscaron la reconciliación entre la Iglesia y el mundo del arte. Benedicto XVI, en el discurso que les dirigió, dijo que toda forma de arte es una vía de acceso a la realidad de Dios y del hombre. Es más, el arte tiene una función reveladora: por su misma naturaleza es una llamada al Misterio. El arte no sólo ilustra, en el plan estético, los datos de la fe. El arte es, en sí mismo, un verdadero lugar teológico. Hacia el final de su homilía, el Papa nos hizo esta confidencia: “Al contemplar admirado este recinto santo de asombrosa belleza, con tanta historia de fe, pido a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia puede y debe prestar a la humanidad: ser icono de la belleza divina, llama ardiente de caridad, cauce para que el mundo crea en Aquel que Dios ha enviado (cf. Jn 6, 29)”. Y añadió: “La belleza, la santidad y el amor de Dios llevan al hombre a vivir en el mundo con esperanza”.


Otro tema central de los mensajes del Santo Padre en su visita apostólica ha sido el de Dios. El Papa afirmó que “es una tragedia que en Europa, sobre todo en el siglo XIX, se afirmase y divulgase la convicción de que Dios es el antagonista del hombre y el enemigo de su libertad. Con esto se quería ensombrecer la verdadera fe bíblica en Dios”. Dios es amigo de los hombres y nos invita a ser amigos suyos. Gaudí con su obra llena de belleza, de exaltación de la naturaleza creada por Dios y rica en simbología bíblica, teológica, litúrgica y catequética, “nos muestra —dice el Papa— que Dios es la verdadera medida del hombre. Dios es el origen de nuestro ser y comienzo y cúspide de nuestra libertad; no su oponente”. El secreto de la auténtica originalidad de este maravilloso templo que ha deslumbrado al mundo está, como decía Gaudí, en volver al origen que es Dios. El arquitecto de la Sagrada Familia, abriendo su espíritu a Dios, ha sido capaz de crear en la ciudad de Barcelona un espacio de belleza, de fe y de esperanza que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma. La visita del Santo Padre ha traído a mi memoria, las referencias a Gaudí, un hecho y un deseo. El hecho es que, en vida del arquitecto, visitó las obras de la Sagrada Familia, entonces sólo en sus comienzos, el nuncio del Papa en España, que se llamaba Francesco Ragonesi. Entusiasmado por lo que le explicaba el maestro sobre su gran proyecto, el nuncio le dijo: “¡Es usted el Dante de la arquitectura!”. El deseo es que un día no lejano, si ésta es la decisión de la Iglesia, el marco incomparable de la nueva basílica acoja la solemne beatificación del siervo de Dios Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano ejemplar cuyo sepulcro se conserva en la cripta del templo.

GAUDÍ CON SU OBRA LLENA DE BELLEZA, DE EXALTACIÓN DE LA NATURALEZA CREADA POR DIOS Y RICA EN SIMBOLOGÍA BÍBLICA, TEOLÓGICA, LITÚRGICA Y CATEQUÉTICA, “NOS MUESTRA –DICE EL PAPA– QUE DIOS ES LA VERDADERA MEDIDA DEL HOMBRE. DIOS ES EL ORIGEN DE NUESTRO SER Y COMIENZO Y CÚSPIDE DE NUESTRA LIBERTAD; NO SU OPONENTE”.

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Escena de la Sinfonía Sacra MaipúCampana, alma de la chilenía, espectáculo de danza, música y teatro que se presentó en el Santuario Basílica Nacional del Carmen-Maipú.

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ENTREVISTA AL PADRE JOAQUÍN ALLIENDE:

“Antes que Chile, Chilena...” POR MAGDALENA OSSANDÓN

Al ahondar en el contenido de la sinfonía sacra MaipúCampana, el poeta y sacerdote Joaquín Alliende señala que confesar la identidad católica mariana de Chile, en el símbolo de la Virgen del Carmen, es simplemente ser veraces con la historia: “Creo que el texto que hemos hecho nosotros es de una Iglesia que se planta sin andar pidiendo perdón a todos por existir, sino que lo hace desde una identidad clara, abierta y definida y se presenta como oferta, como entrega, como camino histórico de identidad, con dinamismo de futuro”.

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a música son sonidos que se repiten en el na Jensen, lograron una puesta en escena metiempo y el silencio es creativo”, dice este poeta, morable, que se transformó en el gran regalo escritor, teólogo y presidente cultural de la Iglesia Católica de Ayuda a la Iglesia que Sufre, para las celebraciones del BiSI NO OPTAMOS POR LA CRUZ, sacerdote schoenstatiano, centenario. CAEREMOS EN LAS FAUCES DE Joaquín Alliende Luco, quien En su viaje relámpago a Chile TODA LA COLECCIÓN DE BESTIAS viajó desde Alemania a Chile (reside en Alemania) el padre DEMONÍACAS QUE NOS RONDAN. para el estreno de la Sinfonía Joaquín Alliende nos relata PORQUE ES FE DEL CREDO Sacra MaipúCampana, alma que todo partió cuando hace QUE ESTAMOS RODEADOS, NO de la chilenía, un espectáculo varios años le pidieron elaboDEL MAL ABSTRACTO, SINO de danza, música, teatro que rar un texto para las campanas DE PERSONAS LIBRES QUE en cuatro funciones, los días que fueron regaladas para el NOS INCITAN A SEGUIRLO 11, 12, 13, y 14 de noviembre, Templo de Maipú y que conAL DESPEÑADERO DE LA fue ovacionado por unas 12 forman el maravilloso carillón DESOBEDIENCIA DE DIOS. mil personas que llegaron al actual. A partir de entonces Santuario Basílica Nacional comenzó a escribir una obra del Carmen-Maipú. lírica, épica y documentada, La profundidad de los textos, basados en los de unas 450 páginas, que recorría la historia poemas del padre Joaquín Alliende, conte- de Chile, la cual quiso llevar a una expresión nidos en el libro “Madre Alma, Carmen de cultural, multidisciplinaria (danza, actores, Chile” (Ediciones Universidad Católica, que solistas vocales, coro femenino, ensamble de fue presentado el 23 de noviembre), junto a la multiflautas, tape y orquesta) con motivo del armonía y belleza de la música del compositor Bicentenario. chileno y académico del Instituto de Música de Con el apoyo del Arzobispado de Santiago la PUCV Boris Alvarado y el guión de Valenti- y de la Corporación Cultural de la Cámara

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Chilena de la Construcción, convocó al destacado compositor Boris Alvarado y a Valentina Jensen, para que juntos decantaran el texto y le dieran un ritmo y la estructura interna que determinó la puesta en escena definitiva de MaipúCampana.

Formular la identidad –En el relato está la presencia de un niño que dialoga con su abuelo… ¿Por qué esa relación es la línea conductora de la obra? –En el fondo es la tradición. No hay pueblo sin tradición. Tradición es pasar al otro. Y la tradición se produce por una amistad, por un amor, porque alguien le crea a alguien. Porque hay maestros y hay discípulos. Porque somos deudores del pasado para reinventarlo. Como decía Eugenio D´Ors, el que no tiene una tradición plagia, es decir, es un monigote, un improvisador sin consistencia. En lo biográfico tuve un tata de película o de novela (Joaquín Luco Arriagada), un gran médico psiquiatra, un maestro de maestros del alma, con quien tuve una profunda amistad que me marcó para la vida

año 1968 llamada “Chile, voluntad de ser” y junto con ser discípulo del historiador Jaime Eyzaguirre he podido ir complementando esto con el análisis de la identidad cultural de otros países y de otras comunidades culturales. Para mí lo esencial del bicentenario es un país que recapitula y formula ESTE PAPA HA OPTADO POR su identidad para desde SER VERÍDICO Y DESDE LA allí dar un salto adelante, VERACIDAD INICIAR LA y sig n i f ica r u n ca mbio CONVERSIÓN CONSTANTE. epocal. Pero siempre desde ES UN HITO IMPORTANTE. LA una identidad, desde una PEDOFILIA ES UN SÍMBOLO DE continuidad creativa. MUCHAS OTRAS REALIDADES.

¿CUÁNDO ES SOBERBIA? CUANDO YO ME EMPECINO EN DECLARAR QUE NO NECESITO DE LA COTIDIANIDAD DE LA MISERICORDIA DE DIOS Y QUE NO NECESITO EMPEZAR TODOS LOS DÍAS DE NUEVO. TODO ESTO, ABORDARLO CON ELEGANCIA ESPIRITUAL, CON ALTURA Y CON EL EQUILIBRIO EMOCIONAL NECESARIO PARA VER LA PROPIA MISERIA SIN QUE ELLO SIGNIFIQUE ACEPTAR DESCALIFICACIONES DE LOS QUE PRESUMEN DE PUROS Y DISPARAN CONTRA LA IGLESIA.

–En MaipúCampana recorre la historia de Chile y reflexiona sobre su identidad… Confiesa que “las mutaciones de la historia y de la geografía se me volvieron un bumerán para interrogarme sobre mi chilenidad”… ¿Lo interpelaba realmente a preguntarse sobre la identidad de Chile en el año del Bicentenario? –Es un tema que vengo arrastrando hace mucho tiempo. Tuve la oportunidad de participar en la Carta de los Obispos de Chile el

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–En un mundo globalizado, donde más bien las identidades de las naciones tienden a desdibujarse y donde las personas se autodenominan como “ciudadanos del mundo”, ¿qué sentido e importancia tiene el re-descubrir la propia identidad? ¿No resulta quizás limitante? –Es la única posibilidad de ser serios y creativos en la historia. La única alternativa para que los que tienen el dinero y las armas no dominen y nivelen al mundo. La única posibilidad para que el cristianismo fecunde a los pueblos, porque Dios ama lo real y lo personal. Es una visión católica y cristiana de la historia, es el Dios de las tres personas. Eso nos diferencia claramente del islam. Ambos somos monoteístas, pero nosotros somos monoteístas trinitarios, lo que significa que la variedad personal es la que crea la riqueza de la unidad. El mundo será una masa uniforme que vive con los ritos de la pura entretención, o será una nueva etapa rica de la humanidad a partir de identidades personales, comunitarias y nacionales.


Somos gente fluvial

chileno. Si uno enumerara los elementos constitutivos de nuestra nobleza como pueblo, se coincide con la descripción de lo que es María a la luz de las Santas Escrituras y de la tradición de la Iglesia. Hay una íntima consonancia de la identidad de Chile con lo que es María y en particular con el nombre del Carmen. Porque Dios no está en el vacío, sino que en la historia y en la historia de Chile.

–Cuando habla de nuestro ser “chileno” utiliza expresiones como “Somos gente fluvial”, “Chile edén”, “Antes que Chile, chilena” (y otras). ¿Podría ahondar en el significado de estas expresiones? –“Gente fluvial” es la gran metáfora del río: vamos a dar a la mar. Es una metáfora que viene en todas las civilizaciones y que Heráclito la formula clásicamente. Somos gente que quiere hacer Voto a la Virgen historia, pero el río tiene cauce, tiene fuente, el río tiene –En MaipúCampana, uno de los transcurso, remansos y rápihitos que recalca al recorrer la dos. No es una suma de pohistoria de la patria es el “voto zos. Entonces hay que estar solemne” a la Virgen del Carmen en la continuidad dinámica que hizo el pueblo chileno el 14 del tiempo. Esa es la cultura de marzo de 1818: “En el mismo y eso es un pueblo viviente. sitio donde se abra la batalla y se “Chile Edén” está presente en obtenga la victoria se levantará la canción nacional. Aparte un santuario de la Virgen del de ser la admiración por Carmen,(…) y el mismo lugar una tierra verdaderamente de su misericordia que será el bellísima, un caleidoscopio «“La música son sonidos que se repiten de su gloria”….Es un voto ya en el tiempo y el silencio es creativo”, de belleza, está la intuición cumplido. ¿Cómo se actualiza esa dice este poeta, escritor, teólogo de un pueblo grande, porque promesa en nuestros días? y presidente de Ayuda a la Iglesia ha nacido de vencimiento que Sufre, sacerdote schoenstatiano, –Salustio dice “un reino creJoaquín Alliende Luco». de las adversidades. Hay ce en la fidelidad al origen”. algo contemplativo cósmico, Hay que volver al origen para telúrico. Es un contemplativo de la creación saber quién es uno. El origen del Chile autoy, por otro lado, una especie de conciencia consciente de su protagonismo único, como de que se han superado los terremotos y las nación libre en el concierto de las naciones, guerras fortaleciendo un nervio interior, un está ligado esencialmente a Maipú. Y esta alma, que es ánima, pero de la cual brota un tierra está íntimamente ligada a la Virgen “animus”, un ánimo. del Carmen. Maipú es cuna de libertad, cuna –“Antes que Chile, chilena”… –Es una expresión muy propia del pueblo chileno, que la gente repite porque se ha sentido interpretada. Creo que en la obra, más allá de una estructura poética o un lenguaje, hay algo más profundo. Cuando Dios crea Chile, cuando le da una identidad entre los pueblos, Él la prevé en una mujer. Diría que lo mariano marca lo

mariana, cuna americana, de un Chile situado en América. La formulación es hermosísima: “que el lugar de su misericordia sea el de su gloria”. Es una descripción profunda de la espiritualidad del Evangelio y, en particular, del Magníficat. Reconocemos la misericordia de Dios con nosotros y a partir de esta experiencia lo glorificamos. La relación entre misericordia y gloria es de una profundidad

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religiosa evangélica y de espiritualidad riquísima que anima a cultivar lo más hondo de la identidad chilena, la cual está marcada con el cuño del Evangelio de Cristo esencialmente.

Veraces con la historia

todo de nuevo y no somos nadie. Simplemente sujetos del mercado comercial o del mercado de las ideas, de las modas o de la frivolidad. Hay una identidad interna que nos define como protagonistas del diálogo cultural que viene.

–Se comprende para el mundo católico, ¿pero qué –En un tiempo en que se tiende a arrinconar la sentido tiene para el Chile de hoy, en los inicios religión a la sacristía y al ámbito de lo personal, del tercer milenio, un país , con múltiples miradas, esta obra viene a reividicar los derechos a la “plaza otros credos y una sociedad más abierta y plural? pública que tiene la Iglesia Católica”? –Es reconocer el origen. Con–Y que tiene todo aporte que fesar la identidad católica maenriquezca el capital social. PLANTEO QUE SI CHILE NO riana de Chile, en el símbolo Una sociedad no se puede VUELVE AL CALOSTRO, NO de la Virgen del Carmen, es construir con puras leyes. TIENE NI SANGRE NI ROSTRO. simplemente ser veraces con Un país no vive sólo de ordeES DECIR, NO TIENE NI VIDA NI la historia. La lectura de esa nanzas administrativas; hay IDENTIDAD. LA PALABRA ESTÁ realidad puede hacerse desuna sustancia humana, que PUESTA DE ADREDE. ENTONCES de un catolicismo no crítico, es lo que hemos llamado el IMPLICA CAMINAR, NO A UNOS o se puede hacer desde un alma e identidad de un pueDESTELLOS O JUEGUITOS DE catolicismo al estilo de Juan blo. ¿Quiénes son las fuerzas AMOR, SINO UN IR AL AMOR DEL Pablo II y Benedicto XVI, post morales que hacen la conviDIOS VIVO, QUE SE ENTREGA conciliar. Es decir, un catolivencia más fraterna? ¿QuiéEN LA TOTAL OBLACIÓN cismo que tiene capacidad de nes son las que le aseguran REDENTORA CON LOS BRAZOS ser semilla en una sociedad un horizonte de esperanza a ABIERTOS SOBRE EL MUNDO plural. Creo que el texto que un pueblo? ¿Quiénes son las ENTERO. (…) hemos hecho nosotros es de que le aseguran identidad una Iglesia que se planta sin desde su raigambre? Todas andar pidiendo perdón a todos por existir, son bienvenidas. Sin embargo, el más consino que lo hace desde una identidad clara, tundente, el con más título histórico, el con abierta y definida y se presenta como oferta, más creatividad ha sido el aporte de la Iglesia como entrega, como camino histórico de iden- Católica, con todas las falencias y pecados tidad, con dinamismo de futuro. Conviene que ella arrastra, porque está conformada definirse para desde ahí dialogar con todos por hombres. los nuevos aportes. –Europa ha renegado de su raíz cristiana… ¿negar, omitir o echarle tierra a este legado es, desde su punto de vista, de alguna forma “matar” el alma nacional? –Es suicidio. Es negar la verdad. Esta patria es así. Existe una verdad y estamos abiertos al enriquecimiento de esa verdad, pero la raíz es una. Lo contrario sería decir comencemos

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Maipú: “Tierra arada” –“Maipú” y “Campana” son palabras clave en el desarrollo de esta sinfonía sacra. En el texto se señala que “Maipú significa tierra roturada, arada. Espectáculo de los terrones mullidos, abiertos, tajo al aire en sed por la semilla… Lloved cielos, el rocío! Maipú promesa. Maipú, tierra abierta al rocío del cielo y al rumor de la acequia incaica. Maipú, recinto


del Adviento en el que, entrañado, crece Jesús…” pierde. Toda la simbología ancestral mística ¿Hay un anhelo, una esperanza? del oro que está en el sonido de la campana –¡Sin duda! Dios, ese Dios de la historia es el y del carillón. Por otra parte, la campana es Dios de la geografía. Es el Dios de los nombres, también el cuerpo de una mujer grávida. La porque es el Dios vivo y por eso es que Jesús música va por dentro. En el momento en que nombra a los apóstoles. “Nomen est omen”, “El la campana lanza su sonido, se abre esa ennombre es el destino”; por eso el que la libertad traña para entregar la vida de su musicalidad como nación naciera en una tierra con un nom- y la vida de ese oro oculto que le está dando bre de tan rica resonancia etimológica es un esa capacidad de animación para superar lo mensaje. Un mensaje con capacidad de futuro. desalmado de la tierra. Es tierra abierta, que está sedienta. Porque si hubiese sido un pedregal, no El culebra podría beber el matinal rocío DIOS EN LA HISTORIA SIGUE ni de la acequia benéfica. Me –Uno de los momentos más INVENTANDO PARÁBOLAS parece que hay una clave de fuertes es cuando aparece el PARA DECIRNOS, NO EN FORMA apertura, de un dejarse fecunCulebra. Se la identifica con ABSTRACTA SINO EN CARNE dar. Es una tierra que tiene algo expresiones tales como “la menY HUESO SUFRIDO, LO QUE EL de cáliz para recibir la vida que tira suavecita guitarrea muy HOMBRE ES, LO QUE CHILE ES Y viene de lo alto, que en nuestra bonita”…“Rejuvenece lindura, LO QUE SE LE PROPONE A CHILE. fe, fluye del Espíritu. de la carnecita impura”… “Con ESTE HA PASADO A SER EL GRAN elegante impudicia cocina rica ACTO DEL BICENTENARIO, EL –Otra de las palabras centrales codicia”… “Mueve y mueve TRATO DEL DIOS VIVO CON es “Campana” y con ella hace la culebra, demuestra que el ESTE CHILE QUE NECESITABA una analogía entre una humilde burro es cebra”…“Ninguneo RECAPACITAR SOBRE LO campana de greda que es muda y es su programa : ¡a ninguno SUSTANCIAL PARA DAR EL SALTO la campana de bronce con pepitas nadie ama!”…“Disfraza a Caín EPOCAL HACIA ADELANTE. de oro… aclarando que las con de hermano, a Abel de hirsuto unas gotas de oro logran el sonido enano”… “Comienza lento y pleno y lindo… curioso, después se mueve furioso”… ¿Es ésta la –Existe una tradición que narra todo el ritual cara fea de la historia de Chile? en torno a la fundición de las campanas y del –Es mucho más que la cara fea, porque detrás momento en que con la bendición del cura de la fealdad está la maldad. El hombre camidel lugar se lanzaba a la caldera hirviendo na en la historia entre dos opciones: la que lo un puñado de polvo de oro o pepitas de oro, lleva al bien y la que lo lleva al mal. Por eso y se conocía como el “alma” de la campana. en el libro yo cito al Goethe que dice: “podría Entonces yo hago la reflexión de que el cometer todos los crímenes”, o a Ortega que sonido tiene algo invisible, algo imponde- dice: “la vaca en el prado será siempre vaca, rable. La campana es de bronce pero hay un pero el hombre puede dejar de ser hombre”. oro interno que no reluce, sino que ilumina Entonces sin esa opción la historia pierde su desde la entraña misma de la campana. dramatismo y se transforma en imbecilidad Entonces en la obra planteo que del sonido o en improvisación o en intrascendencia. Hay hay que pasar a la búsqueda de la resonan- que ir a la lucha dramática de la libertad, que cia del oro, con todo lo que el oro significa: es individual, y que también se convierte en eternidad, nobleza, es el metal que nunca se una opción de los pueblos. Entonces hay que

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desenmascarar al demonio, dejar de mirarlo como un personaje intrascendente y leer desde la simbología chilena, desde los lenguajes populares, la trascendencia teológica, teologal que tiene esa verdad que es ser hombre en el tiempo, lo cual nos permite ir optando en persona y como pueblo por el camino que nos hace estar en la antesala del cielo o del infierno.

Tesoros en vasijas de barro

–Incluso se recuerda el momento en que se pide perdón por los pecados de la Iglesia…. –En la tradición se usa una expresión muy dura hacia los miembros de la Iglesia: casta meretrix (casta prostituta), palabra que ha recobrado Urs von Balthasar, entre otros, en la teología moderna, y que es de inmensa actualidad. El misterio de la Iglesia es un tesoro que se lleva en vasijas de barro. Entonces esa ambigüedad, esa ambivaPOR LA CONTINGENCIA lencia está siempre pendiente EXISTENCIAL SOMOS SERES para iluminar lo que verídicaPROVISORIOS, NECESITADOS, mente es la Iglesia. Entonces, SOMOS SERES FUGACES. la que se prostituye por el NUESTRA DEBILIDAD pecado es la “esposa”, que CONGÉNITA, ESTRUCTURAL, SE se vuelve a levantar para ser TRANSFORMA EN GOZO CUANDO purificada, para ser engalanaSOMOS CAPACES DE ABRIRLA da como la esposa del único AL AMOR. PORQUE ¿QUÉ OTRA Señor que rige la historia de COSA ES EL AMOR? ES UN PACTO todos los pueblos.

–Uno de los actos más relevantes lo titula “Purificación de la Memoria”, donde enumera nueve perdones, entre ellos por los pecados contra la justicia social, de la violencia política, por las violaciones a los derechos humanos, en la transmisión de la fe y en el relativismo moral… ¿Es necesario reconocer la debilidad personal y social como país? DE BONDADES, DE PERDONES, –Así como en el Padre NuesPARA LA CREATIVIDAD. LA –¿Se puede decir que se produjo un tro pedimos que Dios nos dé GRAN METÁFORA DE ESTO ES LA pecado de “soberbia moral” en la el pan para cada día porque UNIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER Iglesia? ¿Qué está ahora pasando? necesitamos el alimento, así QUE ENGENDRAN. PERO TODA –Es decir, siempre ha suceditambién necesitamos el perAMISTAD ES UN ENGENDRAR, UN do. El Papa Benedicto XVI en dón. Ese texto fue tomado COMPARTIR GÉRMENES el famoso Vía Crucis que prede un acto histórico de gran DE VIDA, QUE POR SÍ SOLOS sidió en el Coliseo romano haimportancia que fue en el juSERÍAN INCAPACES DE PERMITIR bló de la suciedad de la Iglesia, bileo 2000 cuando siguiendo LA APARICIÓN DE LA VIDA de las altisonantes palabras una inspiración del entonces NUEVA. (…) sin contenido de sacerdotes. Y Cardenal Ratzinger asumida el Papa ha querido reiteradapor Juan Pablo II, en Chile mente volver al tema de la pedofilia, que es de hicimos una Purificación de la Memoria. muchas implicancias. La actitud que se tome Un texto muy marcado por la pluma del al respecto es muy trascendente para el futuro. Cardenal Francisco Javier Errázuriz que Este Papa ha querido ser descarnadamente aunó a la Conferencia Episcopal de Chile; un verídico. En un mundo intercomunicado documento de profundo peso histórico, sencomo el nuestro es necesaria la autenticidad. sibilidad social y cultural y que fue un gran Otra cosa es el exhibicionismo de los propios acto moral. No podía meditarse la historia pecados o que esto pudiera llevar a patologías de Chile sin retomar ese hito de auténtico sociales malsanas. Pero este Papa ha optado perdón ético y religioso. Es decir, ante la por ser verídico y desde la veracidad iniciar la conciencia y ante el Dios vivo.

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«“La profundidad de los textos, basados en los poemas del padre Joaquín Alliende, contenidos en el libro “Madre Alma, Carmen de Chile” junto a la armonía y belleza de la música del compositor chileno y académico del Instituto de Música de la PUCV Boris Alvarado y el guión de Valentina Jensen, lograron una puesta en escena memorable, que se transformó en el gran regalo cultural de la Iglesia Católica para las celebraciones del Bicentenario”».

conversión constante. Es un hito importante. La pedofilia es un símbolo de muchas otras realidades. ¿Cuándo es soberbia? Cuando yo me empecino en declarar que no necesito de la cotidianidad de la misericordia de Dios y que no necesito empezar todos los días de nuevo. Todo esto, abordarlo con elegancia espiritual, con altura y con el equilibrio emocional necesario para ver la propia miseria sin que ello signifique aceptar descalificaciones de los que presumen de puros y disparan contra la Iglesia.

casi brutal, es un acto —diría Unamuno— agónico en la lucha por vivir. En la obra hablo del calostro, de la primera leche que es la única que contiene todo lo necesario para seguir viviendo. Planteo que si Chile no vuelve al calostro no tiene ni sangre ni rostro. Es decir no tiene ni vida ni identidad. La palabra está puesta de adrede. Entonces implica caminar, no a unos destellos o jueguitos de amor, sino un ir al amor del Dios vivo, que se entrega en la total oblación redentora con los brazos abiertos sobre el mundo entero. Si no optamos por la cruz, caeremos en las fauces de toda la colección de bestias demoníacas que nos rondan. Porque es fe del Credo que estamos rodeados, no del mal abstracto, sino de personas libres que nos incitan a seguirlo al despeñadero de la desobediencia de Dios.

(…) EL ABRAZO, LA TERNURA ¿QUÉ SON? LA CAPACIDAD HUMANA DE AMISTAD SOCIAL, ÍNTIMA Y RELIGIOSA, PORQUE ESE ES EL DIOS ANUNCIADO POR JESUCRISTO. EL DIOS TRINIDAD, DIOS QUE ES COMUNIÓN, QUE NO ES SOLITARIO. EL MONOTEÍSMO ES PELIGROSO, YA QUE PUEDE TRANSFORMARSE EN LA FUENTE DE LA IMPOSICIÓN SI NO SE LATE EN LA INTIMIDAD DE DIOS MISMO, DONDE HAY UN PADRE, UN HIJO Y UNO QUE LA TRADICIÓN LLAMÓ EL BESO DEL AMOR.

–El texto utiliza expresiones muy fuertes cuando el coro canta: “Si Chile mama el Calvario, derrota todo el Bestiario”… –La expresión “mamar” es muy fuerte. Es muy elemental. El niño no mama dentro del seno materno. Cuando ya es un cuerpo y una vida externa el primer acto social es aproximarse al pecho de la madre para recibir la vida desde otra persona, al ser incapaz de buscarse los recursos existenciales. En la lactancia se produce un diálogo entre dos vidas y eso lo sabe cualquier madre. Es un acto instintivo, es un acto

Pordioseros y seres fugaces –Este año del Bicentenario ha sido un año especialmente difícil para nuestro país. Un terremoto grado 8,6, un maremoto, 33 mineros atrapados al fondo de una mina, el rescate de todos ellos con vida….

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¿Qué síntesis hace de todos estos acontecimientos corresponde con un por-Dios-ero. ¿Todos estamos a la luz de la visión histórica que usted narra en llamados a serlo? MaipúCampana y del Epílogo de la Obra: “Chile, –Sin duda. Por la contingencia existencial voluntad de ser”? somos seres provisorios, necesitados, somos –Lo importante de la visión cristiana de la seres fugaces. Nuestra debilidad congénita, historia es ser socios del Dios vivo. Él nos lan- estructural, se transforma en gozo cuando zó a la historia para solicitar una Alianza de somos capaces de abrirla al amor. Porque nuestra libertad por el amor. Hay un plan del ¿qué otra cosa es el amor? Es un pacto de Bicentenario que viene de la Providencia. Lo bondades, de perdones, para la creatividad. más grande que hizo el Dios vivo que nos ama La gran metáfora de esto es la unión del como conductor de la historia hombre y la mujer que enconcreta de Chile es llevarnos gendran. Pero toda amistad a la seriedad de lo último, de es un engendrar, un comparSIEMPRE HE DICHO QUE LA lo esencial, de lo sustancial y tir gérmenes de vida, que por MEJOR METÁFORA PARA permanente. Nos invita a que sí solos serían incapaces de CALIFICAR AL CARDENAL caiga, por el estremecimiento permitir la aparición de la FRANCISCO JAVIER ERRÁZURIZ de la tierra y del mar, todo lo vida nueva. El abrazo, la terES LA DE UN JARDINERO, DE que es secundario. Y nos ha nura ¿qué son? Esto es lo que UN CULTIVADOR DE LA VIDA, permitido resurgir. La herentermina siendo la promesa. DE ALGUIEN QUE SABE REGAR cia más grande de Chile no es La capacidad humana de UNA SEMILLA QUE TAL VEZ la sangre, sino esa capacidad amistad social, íntima y rePUSO OTRO, Y A QUIEN NO reconstructora. Entonces este ligiosa, porque ese es el Dios LE INTERESA PONERLE LA año 2010 ha sido el Bicenanunciado por Jesucristo. El FIRMA AL BORDE DEL ÁRBOL tenario que dirige el Señor, Dios Trinidad, Dios que es O EN LOS PÉTALOS DE LA quien nos regala ese símbolo comunión, que no es solitario. FLOR, SINO QUE LE IMPORTA maravilloso —yo lo viví desde El monoteísmo es peligroso, FUNDAMENTALMENTE QUE Europa— del rescate de los 33 ya que puede transformarse VIVA LA VIDA QUE DIOS HA mineros. Dios en la historia en la fuente de la imposición ENGENDRADO EN LIBERTADES sigue inventando parábolas si no se late en la intimidad PERSONALES. para decirnos, no en forma de Dios mismo, donde hay abstracta sino en carne y hueun Padre, un Hijo y uno que so sufrido, lo que el hombre es, lo que Chile es la tradición llamó el beso del Amor. y lo que se le propone a Chile. Este ha pasado a ser el gran acto del Bicentenario, el trato del –Usted agradeció el apoyo del Cardenal Francisco Dios vivo con este Chile que necesitaba recapa- Javier Errázuriz a la obra MaipúCampana. Desde citar sobre lo sustancial para dar el salto epocal su punto de vista, ¿cuál ha sido el sello que marcó hacia adelante. su misión pastoral? –Pienso que su labor se va a valorar mejor en –En las escenas finales denota una luz de espe- el cielo que en la tierra; que sabrán reconocer ranza cuando habla del “florecer del desierto” y mejor los historiadores que los periodistas y dice que la batalla finalmente es contra nuestra que ha sido una obra más de permanencia soberbia, nuestra rebeldía y nuestra incapacidad que de impacto. Pienso que ha sido el hombre de vivir, como lo definen bien los mendigos al necesario para el tiempo necesario. Ha sabido demandar ayuda: “Por el amor de Dios”… Que se recoger lo que venía de la tradición pastoral

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de los últimos años; ha sido sabe regar una semilla que el primer Arzobispo globalital vez puso otro, y a quien LA SINFONÍA SACRA MAIPÚ zado y que llegó al país con no le interesa ponerle la firma CAMPANA ALUDE A LA una vasta experiencia eclesial al borde del árbol o en los POLIFONÍA QUE SE PRODUCE internacional. Él gestó y repétalos de la flor, sino que le ENTRE LA GENERACIÓN DEL dactó el texto del perdón de importa fundamentalmente SONIDO DE LAS FRECUENCIAS los Obispos; él ha establecido que viva la vida que Dios MUSICALES Y LAS SONORIDADES un diálogo con la cultura que ha engendrado en libertades PROPIAS DEL VERSO Y LA no existía. Para este momento personales. PROSA, EXPRESADAS A TRAVÉS —el conductor de la Iglesia DE LAS ARTES DE MANERA que es Jesucristo— nos dio –¿Qué tanto de autobiográfico INTERDISCIPLINARIA, EN UN un hombre que habla con una o de vivencias personales tiene TODO COMUNITARIO, QUE voz más invitadora, que va MaipúCampana? CONJUGA LOS TEXTOS, CON LA sembrando. Siempre he dicho –Todo. En el sentido de que MÚSICA, LA DANZA Y EL TEATRO. que la mejor metáfora para yo no filosofé sino que canté calificar al Cardenal Frande que lo simplemente surcisco Javier Errázuriz es la de un jardinero, gía de mis tuétanos. De lo cantado, lo vivido de un cultivador de la vida, de alguien que y lo bailado...

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La personalidad del beato John Henry Newman en su teología POR JOSÉ MORALES MARÍN

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l estudio que voy a desarrollar desea explorar la estrecha conexión que, a mi juicio, existe entre el carácter personal de Newman y las líneas básicas de su teología. Pienso que tal análisis nos ofrece una excelente oportunidad para ver en acción a un cristiano singular que ha dejado en su extensa obra la impronta de su idiosincrasia y múltiples datos de su vida. Hay autores —Tomás de Aquino es tal vez uno de ellos— cuya biografía queda oculta debajo de sus escritos. Con Newman no ocurre nada parecido. Sus libros, ensayos y cartas —recogidos hoy en más de ochenta volúmenes— poseen un fuerte contenido autobiográfico y acusan los rasgos de su temperamento. Autor y obra pueden ser abarcados aquí con una única mirada. No hace falta insistir en el papel creativo que la vida y los escritos de Newman han desempeñado y desempeñan en el ámbito de la Iglesia y en la cultura misma de varios continentes. Obras como Los Arrianos del siglo IV (1832), las Conferencias sobre la Justificación (1838), el Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina (1845), la Idea de la Universidad (1852), la Apología pro Vita sua (1864), la Gramática del Asentimiento religioso (1870) y la Carta al Duque de Norfolk sobre la conciencia (1875), son momentos decisivos del pensamiento cristiano. Se dice que Newman tenía el don de hacer de un texto más o menos circunstancial algo de valor permanente. Esta observación puede aplicarse máximamente a sus Sermones anglicanos. El corpus que forman estas 400 piezas homiléticas constituye para muchos “lo mejor de Newman” y es probablemente la contribución más importante a la predicación de todo el siglo XIX. Todavía hoy es imposible leer estos sermones sin redescubrir aspectos de un Cristianismo genuino y sin sentirse invitado a la reforma de la vida.

“ME ATREVERÍA A AFIRMAR QUE, DESPUÉS DE SAN AGUSTÍN Y STO. TOMÁS DE AQUINO, NEWMAN ES EL ESCRITOR MÁS CITADO EN LOS DOCUMENTOS Y DISCURSOS PONTIFICIOS DE LOS ÚLTIMOS AÑOS. Y SE HA CONVERTIDO DE HECHO, SEGÚN LAS PREVISIONES DE PÍO XII, EN UN DOCTOR DE LA IGLESIA”. (G. VELOCCI)

II “Conozco pocos escritores religiosos que sean más relevantes para nuestro tiempo”. Estas palabras del poeta T.S. Eliot son uno de los muchos testimonios profanos que pueden mencionarse sobre la proyección actual de una “vida pura y noble, libre de

HUMANITAS Nº 61 pp. 32 - 53

* John Henry Cardenal Newman fue beatificado en Birmingham por el Papa Benedicto XVI, el pasado 19 de septiembre.

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A JUAN XXIII LE ATRAÍA DE MODO PARTICULAR LA VISIÓN NEWMANIANA DEL CATOLICISMO COMO UNA IDENTIDAD EN EL TIEMPO –“LA IGLESIA CAMBIA PARA SEGUIR SIENDO LA MISMA”– Y EL “ARDIENTE DESEO DE HACER LA CREENCIA CRISTIANA MÁS ACCESIBLE A LOS HOMBRES Y MUJERES DE NUESTRA ÉPOCA”. (…)

1 Cfr. G. Velocci, Newman e gli ultimi papi, Studia Urbaniana Nº10, Roma 1981, 153. 2 Cfr. A. Melloni, Le fonti di A.G. Roncalli: il “Giornale dell’Anima”, Cristianesimo nella Storia IV, 1983, 115-116. 3 Cfr. J. Guitton, Diálogos con Pablo VI, Madrid, 1967, 209. 4 Cfr. Vital Traditions of European University, Lublin, 1978.

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toda mundanidad”, como decía el Times de Londres en su nota necrológica del 12 de agosto de 1890. A nosotros interesa más, sin embargo, considerar los ecos de su influencia directa en el ámbito eclesial. Dice un autor italiano contemporáneo: “Me atrevería a afirmar que, después de San Agustín y Sto. Tomás de Aquino, Newman es el escritor más citado en los documentos y discursos pontificios de los últimos años. Y se ha convertido de hecho, según las previsiones de Pío XII, en un Doctor de la Iglesia”1 Sabemos que Juan XXIII era un asiduo lector de Newman 2. Y Pablo VI había percibido especialmente la importancia de su pensamiento para la Iglesia en sí misma y en su relación con el mundo. Le atraía de modo particular la visión newmaniana del Catolicismo como una identidad en el tiempo —“la Iglesia cambia para seguir siendo la misma”— y el “ardiente deseo de hacer la creencia cristiana más accesible a los hombres y mujeres de nuestra época”3. Reconocía asimismo el Papa que Newman estaba presente en el Concilio Vaticano II por diversos motivos, sobre todo por sus ideas sobre el laicado, su visión mistérica de la Iglesia, y sus concepciones de una Tradición y un Magisterio vivos, que hacen posible un desarrollo armónico de la doctrina cristiana a lo largo de la historia. Y es que, en efecto, tanto la vida católica de Newman como la intención básica del Vaticano II responden a las mismas preocupaciones de una mejor percepción de la Iglesia como misterio de fe, que lleve entre otras cosas a una práctica más completa de la justicia y del juego limpio —fair play— de puertas adentro, y en segundo lugar, un despliegue más convincente y perfecto si cabe, por su ser comunicativo y dialogante, de puertas afuera. La Iglesia vive en el mundo y ha de predicar la Palabra a un hombre que, en su dignidad y en su conciencia, es y se siente libre. En el último ensayo escrito antes de ser elegido Papa, preocupado ya por la necesidad de recristianizar el continente europeo, el futuro Juan Pablo II hacía extenso uso de las ideas educativas de Newman4, y en abril de 1979 afirmaba: “Al insistir que la Iglesia debe estar preparada para los conversos, tanto como los conversos han de estarlo para la Iglesia, Newman anticipó en su ancha visión teológica una de las metas y orientaciones principales del Concilio Vaticano II y de la Iglesia en el período posconciliar”. El interés que Newman suscita hoy y la influencia que ejerce son en cierto modo continuación de lo que significó su actividad, primero en Oxford —en donde vivió desde los 15 hasta los 44 años— y luego en la ciudad de Birmingham, al norte de Londres, que fue durante cuatro décadas centro de sus tareas como Oratoriano de San Felipe


Neri. Creado Cardenal por León XIII en mayo de 1879, no se trasladó a Roma, y terminó entre las paredes de su querido Oratorio una larga vida de noventa años. Con veintiuno fue elegido en 1822 profesor (Fellow) de Oriel, un College oxoniense que había sido fundado en el siglo XIII. En 1825 se ordenó presbítero de la Iglesia Anglicana, y en 1828 comenzó a regentar la parroquia universitaria de Santa María, situada frente a Oriel, en la High Street de Oxford. Junto a un puñado de amigos —ministros como él de la Iglesia de Inglaterra— originó e impulsó desde 1833 el conocido Movimiento de Oxford, llamado también Movimiento Tractariano, con el fin de renovar un Anglicanismo falto de energías y de sentido eclesial. La Providencia, que junto a sus designios descubre también con frecuencia un acusado sentido del humor y de la paradoja, pensaba convertir el celo anglicano de Newman en dramática desilusión por una Iglesia que al final resultó serlo sólo de nombre.

(…) RECONOCÍA ASIMISMO EL PAPA QUE NEWMAN ESTABA PRESENTE EN EL CONCILIO VATICANO II POR DIVERSOS MOTIVOS, SOBRE TODO POR SUS IDEAS SOBRE EL LAICADO, SU VISIÓN MISTÉRICA DE LA IGLESIA, Y SUS CONCEPCIONES DE UNA TRADICIÓN Y UN MAGISTERIO VIVOS, QUE HACEN POSIBLE UN DESARROLLO ARMÓNICO DE LA DOCTRINA CRISTIANA A LO LARGO DE LA HISTORIA.

III La personalidad de Newman ha desafiado siempre a sus mejores biógrafos. Su biografía clásica fue compuesta en 1912 por el católico Wilfrid Ward, que en su juventud había conocido y tratado al

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LA PERSONALIDAD DE NEWMAN HA DESAFIADO SIEMPRE A SUS MEJORES BIÓGRAFOS. SU BIOGRAFÍA CLÁSICA FUE COMPUESTA EN 1912 POR EL CATÓLICO WILFRID WARD, QUE EN SU JUVENTUD HABÍA CONOCIDO Y TRATADO AL CARDENAL. WARD ESCRIBIÓ LA PRIMERA BIOGRAFÍA MODERNA DE UN CATÓLICO EN INGLATERRA. ES DECIR, PRODUJO UN LIBRO FIEL A SU PERSONAJE Y LLENO A LA VEZ DE FRANQUEZA. NO ERA UNA VIDA DULZONA DE SACRISTÍA.

5 Cfr. Maisie Ward, Insurrection versus Resurrection, London 1937, 347. 6 Cfr. O. Chadwick, Newman, 1983, 25.

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Cardenal. Ward escribió la primera biografía moderna de un católico en Inglaterra. Es decir, produjo un libro fiel a su personaje y lleno a la vez de franqueza. No era una vida dulzona de sacristía. No difamaba ni tampoco hacía panegírico. Ward no ocultó el esfuerzo que hubo de hacer para acabar su proyecto. Escribe su hija: “Mi madre comenzó a alarmarse, porque la tensión y el agotamiento eran visibles en él, y el médico de la familia afirmó que, en pocos meses, mi padre había envejecido diez años”5. El estudioso de Newman se adentra en un carácter rico y sutil, en el que la sencillez y la unidad se refractan en mil facetas y planos. Lo que le ocurre a cualquier ser humano puede adquirir en Newman dimensiones colosales. He aquí a “un hombre inteligente que sabe que la conciencia hace más por la verdad que la inteligencia; un hombre elocuente que desconfía de la oratoria; un lógico agudo que tiene de la lógica la más baja opinión posible; una mente fértil y creativa que apenas estima la originalidad; un pensador que desprecia la idea de especular”6. No era un teólogo de oficio, ni un autor místico, ni un hombre de controversia, a pesar de que en su vida abundaron la actividad teológica, el magisterio espiritual y la polémica abierta. Newman fue sencillamente Newman. Era ante todo un inglés: un inglés hasta la médula. Crítico sagaz de la insularidad y el particularismo británicos, y muy atento a detectar y denunciar todo lo que había de egoísta y mundano en las ideas y acciones de sus compatriotas, sus intereses se inclinaban por cosas inglesas, en literatura, vida social, economía, política, religión, etc. Su vibración religiosa, gran inteligencia y claridad de visión le llevaron a ocupar frecuentemente durante sus años anglicanos puestos de líder. Pero Newman era un hombre tímido, reservado y algo solitario. Había en su naturaleza la fuerza del genio y la grandeza de un carácter elevado, pero siempre unidos a la moderación y el equilibrio. El lenguaje era comedido; el tono, tranquilo. Nunca convirtió a otros con excitación o simple entusiasmo. No le gustaba deslumbrar, y jamás dejaba de apelar a la cabeza siempre que debía encender el corazón. No pretendo describir la personalidad de Newman mediante la enumeración en abstracto de un elenco de cualidades, separadas unas de otras. Él mismo lo juzgaba mal método para conocer a un hombre. En una biografía de San Juan Crisóstomo que escribió en 1859 decía: “Me interesan poco los libros que descuartizan a un santo en capítulos de fe, esperanza, caridad, etc., porque no manifiestan a un ser vivo, sino que lo dividen en un conjunto”.


IV Lo importante es ver a Newman en acción. En la vida de cualquier persona hay situaciones o actos-síntesis que revelan la personalidad a un observador atento. El trabajo de reformador religioso desarrollado por Newman en Oxford antes de su conversión en 1845, le retrata admirablemente. El Fellow de Oriel y Vicario de la parroquia de Santa María es la persona que mayor influencia espiritual ha ejercido en la ciudad desde la fundación de la Universidad en el siglo XIII. A través de una comunicación directa que iba dirigida a ganar la mente, avivar los sentimientos y abrir legítimos horizontes a la imaginación y a las nobles ilusiones. Newman consiguió llevar cientos de estudiantes y graduados hacia metas de santidad, luego de ganarles para la causa de la religión. Junto a los contactos personales, sus tractos y otros escritos teológicos, un instrumento esencial en esta actividad de Evangelio fueron los sermones que semanalmente pronunciaba desde el púlpito de Santa María. Merece la pena detenernos a considerar el clima que los rodeaba.

HABÍA EN SU NATURALEZA LA FUERZA DEL GENIO Y LA GRANDEZA DE UN CARÁCTER ELEVADO, PERO SIEMPRE UNIDOS A LA MODERACIÓN Y EL EQUILIBRIO. EL LENGUAJE ERA COMEDIDO; EL TONO, TRANQUILO. NUNCA CONVIRTIÓ A OTROS CON EXCITACIÓN O SIMPLE ENTUSIASMO. NO LE GUSTABA DESLUMBRAR, Y JAMÁS DEJABA DE APELAR A LA CABEZA SIEMPRE QUE DEBÍA ENCENDER EL CORAZÓN.

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“NADIE ERA CAPAZ DE RESISTIR LA FASCINACIÓN DE AQUELLA FIGURA ESPIRITUAL, QUE AVANZA COMO EN VOLANDAS, EN LA PENUMBRA DE LA TARDE, POR LA NAVE DE SANTA MARÍA, ASCENDÍA AL PÚLPITO, Y CON LA MÁS SUGESTIVA DE LAS VOCES, ROMPÍA EL SILENCIO CON PALABRAS Y PENSAMIENTOS QUE ERAN MÚSICA RELIGIOSA, SUTIL, DULCE Y SEVERA. ME PARECE OÍRLA TODAVÍA. ¡DICHOSO EL HOMBRE QUE EN ESE MOLDEABLE TIEMPO DE LA JUVENTUD ESCUCHA VOCES SEMEJANTES! SON UNA POSESIÓN PARA SIEMPRE”. (MATTHEW ARNOLD)

En muchos decenios —tal vez siglos—, Oxford no había conocido una predicación semejante. “Sólo quienes los recuerdan —escribe William Church, testigo de los hechos e historiador del Movimiento de Oxford— pueden juzgar adecuadamente el efecto de los Sermones que Mr. Newman predicaba en Santa María a las cuatro de la tarde. La gente los conoce, ha oído hablar mucho de ellos, y ha emitido opiniones diversas sobre su valor. Pero apenas se da cuenta de que sin esos sermones, el Movimiento de Oxford podría no haber salido adelante, y ciertamente no habría sido nunca lo que fue. Sencillos, directos, sobrios, envueltos en un inglés puro y lúcido, sin faltas de gusto, recios en su flexibilidad y perfecto dominio de lenguaje y pensamientos, eran la expresión de una visión penetrante y profunda sobre el carácter, la conciencia y los motivos del obrar, de una simpatía severa y tierna a la vez, con los tentados y los vacilantes, de una fe ardiente y absoluta en Dios y en sus designios, en su Amor, en sus juicios, en la gloria sobrecogedora de su generosidad y en su magnificencia. Los sermones hacían pensar a sus oyentes sobre las cosas que hablaba el predicador y no sobre el sermón mismo”7. Es muy difícil leer, en efecto, un sermón de Newman de modo convencional o como algo simplemente interesante. Tal actitud de distanciamiento resulta casi imposible. Se quiera o no, estos sermones se perciben por el lector como un anuncio que se le dice a él expresamente. Se ha afirmado que nadie podía salir de Santa María sin sentir la necesidad de entregar alguna cosa, de realizar algún sacrificio, de sacudir la influencia paralizante de un mal hábito, sin dejar, en fin, de estar contento con la propia mediocridad. El escritor y poeta victoriano Matthew Arnold pudo escribir en recuerdo de sus años estudiantiles y su experiencia de Newman: “Nadie era capaz de resistir la fascinación de aquella figura espiritual, que avanza como en volandas, en la penumbra de la tarde, por la nave de Santa María, ascendía al púlpito, y con la más sugestiva de las voces, rompía el silencio con palabras y pensamientos que eran música religiosa, sutil, dulce y severa. Me parece oírla todavía. ¡Dichoso el hombre que en ese moldeable tiempo de la juventud escucha voces semejantes! Son una posesión para siempre”8.

V

7 Cfr. The Oxford Movement. Twelve Years 1833-1845, 92-93. 8 Works, Discourses in America, vol. 3, 1885, 65.

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Terminada su etapa de Oxford y dentro ya de la Iglesia católica, Newman vivió en el Oratorio de Birmingham, oculto al mundo y sin ocupar ninguna posición oficial de importancia. Pero también desde allí su personalidad y su influencia se hacían sentir en el país entero. No es posible una estimación ni siquiera aproximada de las personas que a través de él encontraron su camino hacia la Iglesia, y


LA RESISTENCIA QUE NEWMAN OFRECÍA EN OXFORD A LAS IDEAS DE LOS PROFESORES LIBERALES QUE COMENZABAN A APARECER EN LOS AÑOS 30 NO EXPRESABA NINGÚN ESPÍRITU DE PERSECUCIÓN. ERA SIMPLEMENTE AMOR A LA VERDAD, NUNCA SEPARADO EN ÉL DE UN SINCERO RESPETO HACIA LAS PERSONAS.

de los muchos anglicanos y protestantes a los que abrió horizontes de vida espiritual. Si hemos de seguir avanzando en el conocimiento del hombre Newman para entender mejor el sentido y alcance de su teología, conviene fijarse ahora en algunas polaridades especialmente significativas que acusa su carácter. Llama la atención en primer lugar su intenso celo religioso, que por derivar de un compromiso incondicionado con la verdad cristiana se armoniza siempre con un hondo respeto a la conciencia de los demás. Acostumbrados a un estilo religioso pragmático y tibio, algunos conocidos del joven Newman llegaron a interpretar su celo como fanatismo. Así le ocurrió, por ejemplo, al sacerdote apóstata español José Blanco White. Blanco se exilió en Inglaterra, se hizo anglicano y llegó en Oxford a ser amigo de Newman

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SU CONVERSIÓN A LA IGLESIA CATÓLICA, HECHO ÚNICO QUE DIVIDIÓ SU VIDA EN DOS MITADES, NO LE IMPEDÍA EVOCAR CON AFECTO Y AGRADECIMIENTO A DIOS LO QUE LLAMABA “EL SENCILLO EVANGELISMO DE MI JUVENTUD”.

Trinity College, Oxford.

Oriel College, Oxford.

9 Cfr. V. Hamilton, The Life of the Rev. Joseph Blanco White, London, vol. III, 1845, 132.

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por un tiempo. Sorprendido por lo que juzgaba excesos ortodoxos y antiheréticos de éste, Blanco llegó a escribir lo siguiente: “¡Qué estragos no hará el dogmatismo en un corazón perverso y en una mente estrecha, cuando logra efectos tan nocivos en uno de los pechos más benévolos y en una de las inteligencias más capaces: en el afectuoso y refinado John Newman!”9. La resistencia que Newman ofrecía en Oxford a las ideas de los profesores liberales que comenzaban a aparecer en los años 30 no


expresaba ningún espíritu de persecución. Era simplemente amor a la verdad, nunca separado en él de un sincero respeto hacia las personas. Porque Newman sabía entrar en la mente de otros y nunca maltrató a un adversario ni se permitió con un discípulo tonos de condescendencia o de excesiva desenvoltura. Un distinguido contemporáneo ha dicho que desde el púlpito de Santa María, el predicador llegaba a penetrar el corazón con una sola frase, que revelaba al oyente los secretos de su alma. En el último sermón como párroco de Oxford, Newman quiso precisamente referirse a sí mismo como “un hombre que os ha dicho lo que ya sabíais sobre vosotros y otras cosas que no sabíais; un hombre que ha leído vuestros sentimientos y vuestras necesidades, para poder ayudaros esta lectura”10.

VI Hay otra polaridad importante que merece ser mencionada aquí: Newman fue un hombre de cambio incesante, pero este cambio fue siempre en él un desarrollo y apenas implicó rupturas que no fueran exigidas por la naturaleza de las cosas. En 1858 escribía de sí mismo: “Como muchos hombres de Oxford que se han hecho católicos, mis convicciones han sido resultado de un lento proceso ocurrido durante años, y las verdades que hoy acepto de todo corazón me han venido más por reflexión personal que por consultar obras de teólogos y polemistas”11. Fue una mente de unidad, pero jamás hubo una mente más en movimiento. Este cambio, que nunca fue revolución absoluta, es objeto en sus obras de frecuentes observaciones, que siendo de orden teórico resultan a la vez claramente autobiográficas. Dice en un sermón: “El tiempo es corto; la muerte es cierta; y la eternidad es larga”12. En este marco de Providencia y destino humano, Newman ha percibido con hondura existencial lo que afirma lacónicamente en una carta de 1859: “La voluntad de Dios no se nos da a conocer con prisas”13. La posibilidad de cambiar es una cualidad positiva del ser humano. “Un carácter cristiano es producto de tiempo”14, leemos en otro texto; y en el “Ensayo del desarrollo de la doctrina” escribe: “En un mundo más elevado ocurre de otro modo, pero aquí abajo vivir es cambiar, y ser perfecto significa haber cambiado con frecuencia”15. Sabía por experiencia que es “imposible cambiar en un momento y de una vez para siempre”16. Hubo entonces en su vida modificaciones decisivas y saltos existenciales, pero este crecimiento se hizo más por adiciones y graduales enriquecimientos que por simple eliminación de ideas adquiridas al principio. Su conversión a la Iglesia Católica, hecho único que dividió su vida en dos mitades, no le impedía evocar con afecto y agradecimiento a Dios lo que llamaba “el sencillo Evangelismo de mi juventud”17.

PARA NEWMAN, EL MUNDO INVISIBLE ES EL ÚNICO MUNDO INTENSAMENTE REAL. ESTA VISIÓN NO PROCEDE DE UNA FORMA MENTIS PLATÓNICA, SINO DE UNA HONDA SENSIBILIDAD CRISTIANA, PARA LA QUE EL ACTO DE FE TERMINA EN EL OBJETO MISMO CREÍDO.

10 Cfr. Sermons, Bearing on Subjects of the Day, 395. 11 C fr. Let ter s and Diaries X X XI, Suppl. 63. 12 Cfr. Parochial and Plain Sermons VIII, 147. 13 Cfr. Letters XIX, 66 14 Cfr. Sermons I, 232. 15 Cfr. Essay, ed. 1894, 40. 16 Cfr. Sermons VIII, 76 17 Cfr. Letters XXX, 189.

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Es tal vez esta visión dramática de la existencia humana, como un proceso armónico, dirigido por Dios, de acercamiento a la eternidad, lo que señala una diferencia con otro tipo de teologías. A los ojos de algunos teólogos cristianos, el orden del universo aparece en primer lugar como un orden de esencias que derivan del Creador y forman el marco de la vida humana. Para Newman, el acento se coloca no tanto sobre el Creador como sobre la Providencia, y el orden de las cosas no es considerado ante todo como una estructura de esencias sino como un tejido de acciones divinas y humanas.

VII NO ME CABE DUDA DE QUE ESTA EXPERIENCIA ÍNTIMA, CUYO ALCANCE NOS RESULTA MUY DIFÍCIL DETERMINAR, TIENE MUCHO QUE VER CON LA DECISIÓN CON LA QUE NEWMAN PROFESÓ SIEMPRE LO QUE DENOMINA PRINCIPIO DOGMÁTICO, QUE ES EN REALIDAD LA APLICACIÓN PRIMERA DEL HECHO DE QUE EL ESPÍRITU HUMANO NECESITA DE LA VERDAD.

18 Cfr. Historical Sketches II, 328. 19 Cfr. Short Studies IV, 276.

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Esta profunda unidad de opuestos que se advierte en el carácter de Newman nos lleva a un tercer binario de cualidades. Me refiero ahora a la singular presencia que tenía en él el mundo invisible de los misterios cristianos. Pero la presencia de estos misterios ardientes se fundía con un vivo sentido de la cotidianidad, del amor al detalle, y de la afición a lo que podríamos llamar rutina creadora. En un texto de 1857, referido a Padres de la Iglesia del siglo IV, leemos: “Algunos hombres tienen dos naturalezas con tendencias contrarias, y viven como en un conflicto interno… Porque se hallan felices retirados de los demás y felices también en sociedad. Son capaces de ambas cosas y si pudieran serían al mismo tiempo hombres de acción y exilados del mundo”18. Newman ha esbozado aquí rasgos de su carácter, en un momento histórico cuando actividad terrena y contemplación no parecían a muchos del todo compatibles. Examinando su propio mundo interior, parece intuir la posibilidad de esta fusión. Al margen de las observaciones que podría suscitar este asunto, lo cierto es que, para Newman, el mundo invisible es el único mundo intensamente real. Esta visión no procede de una forma mentis platónica, sino de una honda sensibilidad cristiana, para la que el acto de fe termina en el objeto mismo creído. Refiriéndose a la viveza con la que Newman percibía las verdades escatológicas de la gloria y la reprobación, decía el historiador J. Anthony Froude: “La mente de cualquiera de nosotros se habría quebrado ante semejante tensión”19. Hay un texto memorable del mismo Newman, escrito a los tres años de su conversión, que nos habla del tema y nos permite ver un poco de la experiencia de su alma. Dice así: “Tal es el Creador en su eterna belleza increada, que si nos fuera permitido contemplarle moriríamos de puro rapto a la vista de Su gloria. Moisés, incapaz de olvidar el pequeño anticipo que había visto en la zarza ardiente, pidió ver la figura entera del Señor, y no se le concedió. Dijo Moisés: enséñame Tu gloria; y Dios le respondió: No puedes ver mi Rostro, pues ningún hombre me verá y seguirá viviendo (Cfr. Éxodo 33, 13, 23). Cuando los santos han


sido favorecidos con algunos destellos de la gloria divina, ésta les ha conducido al éxtasis, ha roto sus débiles estructuras de polvo y ceniza, y atravesado sus almas con tal trepidación que han clamado a Dios, en medio de sus transportes, para que redujera misericordiosamente la abundancia de sus consuelos. Lo que los Santos experimentan directamente es disfrutado por nosotros en el pensamiento y la meditación, y este sencillo reflejo de la gloria divina basta para superar las pobres y fatigosas nociones de Él que nos rodean, y para con«Escritorio que usó Newman para escribir ducirnos al olvido de nosotros —siempre de pie, según era su costumbre— mismos en la contemplación la Apologia pro vita sua». de quien es todo Belleza” 20. No me cabe duda de que esta experiencia íntima, cuyo alcance nos resulta muy difícil determinar, tiene mucho que ver con la decisión con la que Newman profesó siempre lo que denomina principio dogmático, que es en realidad la aplicación primera del hecho de que el espíritu humano necesita de la Verdad. Aparece ya en su juventud, tal como lo narra en la Apología. “Cuando tenía yo quince años —escribe— tuvo lugar en mí un gran cambio de mente. Quedé bajo la influenza de un credo definido y recibí en mi inteligencia impresiones de dogma, que, gracias a Dios, nunca se han borrado ni oscurecido”. Estas convicciones dogmáticas crecientes, aplicadas al misterio de la Iglesia y de su Tradición, forman en 1833 el manifiesto doctrinal del Movimiento de Oxford y explican que en cierto modo la vida de Newman —calvinista, anglicano y católico— fuera una batalla firme contra el liberalismo religioso, es decir, la opinión “según la cual no existe una verdad positiva en el ámbito dogmático, sino que cualquier credo es tan bueno como cualquier otro, y la religión revelada no es una verdad, sino un sentimiento o inclinación”21. Hay una postura neta y a la vez creativa frente a la prioridad epistemológica del saber puramente racional, la afirmación del carácter esencial del dogma, y las ideas sobre la naturaleza simbólica de los enunciados religiosos y la simple equivalencia de las religiones. Aplicándolo al misterio del Ser divino en su relación con el hombre, el principio dogmático lleva a Newman a afirmar la primacía bajo

APLICÁNDOLO AL MISTERIO DEL SER DIVINO EN SU RELACIÓN CON EL HOMBRE, EL PRINCIPIO DOGMÁTICO LLEVA A NEWMAN A AFIRMAR LA PRIMACÍA BAJO DIOS, DE LA PERSONA HUMANA, COMO SER MORAL Y RELIGIOSO CON UNA VOCACIÓN Y LIBRE PARA DECIDIR SU DESTINO.

20 Cfr. Discursos sobre la Fe, Madrid, 1981, 293. 21 Cfr. Biglietto Speech, 12.5.1879.

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SÓLO EN LA RELACIÓN ÍNTIMA CON UN DIOS QUE ES INTELIGENCIA Y AMOR SE DESVELA EL MISTERIO DEL HOMBRE. COR AD COR LOQUITUR. UN CORAZÓN HABLA A OTRO CORAZÓN. ESTA SENTENCIA, QUE NEWMAN TOMÓ AL PARECER DE FRANCISCO DE SALES Y ADOPTÓ AÑOS DESPUÉS PARA SU ESCUDO CARDENALICIO, QUIERE RESUMIR SU TEMPRANA EXPERIENCIA DE QUE EN EL MUNDO EXISTÍAN PARA ÉL “DOS SERES, Y DOS SERES ABSOLUTA Y LUMINOSAMENTE EVIDENTES: YO MISMO Y MI CREADOR”.

Dios, de la persona humana, como ser moral y religioso con una vocación y libre para decidir su destino. Sólo en la relación íntima con un Dios que es inteligencia y Amor se desvela el misterio del Hombre. Cor ad cor loquitur. Un corazón habla a otro corazón. Esta sentencia, que Newman tomó al parecer de Francisco de Sales y adoptó años después para su escudo cardenalicio, quiere resumir su temprana experiencia de que en el mundo existían para él “dos seres, y dos seres absoluta y luminosamente evidentes: yo mismo y mi Creador”. No hay que entender estas palabras como una manifestación de solipsismo, sino como una declaración acerca del carácter personal de la comunicación religiosa, de la grandeza del misterio de Dios, que debe ser amado y venerado por encima de todas las cosas, y de la irrepetibilidad de cada ser humano. “En religión —escribía Newman en 1830— cada uno debe comenzar, ir adelante y terminar por sí mismo. La historia religiosa de cada hombre es tan solitaria y completa como la historia del mundo”22. Esta penetración espiritual de las realidades últimas que le permitía ver continuamente el mundo sub specie aeternitatis no convirtió a Newman en un visionario absorto sin más en las verdades del más allá. Conocía bien el mundo y las cosas del mundo. Leía asiduamente los periódicos, y sabía mucho de cuentas, presupuestos y balances. Era un experto en financiar la construcción de edificios. Su temperamento ascético no le impedía en Oxford cumplir eficazmente su deber de elegir los vinos para la bodega de Oriel College. Era consciente de que la experiencia de Dios y de lo divino se efectúa normalmente a través de las cosas y situaciones de la tierra, y un aspecto básico de su doctrina espiritual se resume en las palabras siguientes: “Si las advertencias y llamadas ordinarias de Dios no te mueven, corres el peligro de que tampoco te muevan las advertencias extraordinarias si alguna vez te llegan”23. La sencillez de sus consejos y la naturaleza contenida de sus palabras podían defraudar en ocasiones a quienes esperaban de él revelaciones nunca oídas. He aquí un hombre —pensaban algunos— que es capaz de conducirnos hasta los secretos del universo, y que se limita a aconsejarnos fe en Dios, moderación en el discurso, y constancia en el trabajo.

VIII

22 Cfr. Sermons VII, 248. 23 Cfr. Id. VIII, 84.

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Voy a detenerme finalmente en un cuarto núcleo de cualidades de Newman que tienen que ver directamente con el uso de su razón y su capacidad de expresar sentimiento. Nos aguarda aquí otra paradoja. Porque este hombre netamente lógico desconfía de la razón y se mantiene atento a vigilar y evitar los posibles desmanes y usurpaciones que esta noble facultad tiende en ocasiones a perpetrar en


«Terminada su etapa de Oxford y dentro ya de la Iglesia católica, Newman vivió en el Oratorio de Birminghan, oculto al mundo y sin ocupar ninguna posición oficial de importancia. Pero también desde allí su personalidad y su influencia se hacían sentir en el país entero». (Nave central del Birmingham Oratory Church).

el campo religioso. Es indudable que junto a las mociones interiores de la gracia y los impulsos de su corazón abierto a la Verdad —Newman solía decir “nunca he pecado contra la luz”— el proceso de su conversión muestra una lógica implacable, así como el uso continuo de una razón crítica y rigurosa. El hecho era tan patente que sembró muy pronto la preocupación entre los amigos anglicanos, muchos de los cuales se esforzaban en hacer ver a Newman que para resolver el dilema “Anglicanismo o Iglesia Romana” no debía ser tan racional. Los anglicanos más agudos e imparciales hubieron de reconocer, no obstante, que, al hacerse católico, Newman superó en lógica y coherencias a los amigos que no dieron ese paso24. Pero sin olvidar, ni en la teoría ni en la práctica, la importancia que la doctrina cristiana atribuye a la razón del hombre en la búsqueda

24 Cfr. W.R. Inge, Outspoken Essays, London, 186.

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UNA PERSONA COMO ÉL, QUE TENÍA EN ESTIMA TAN ALTA LA FORMACIÓN Y EDUCACIÓN DEL INTELECTO, NO DUDA EN AFIRMAR: “ANTES SERÁN EXTRAÍDOS BLOQUES DE MÁRMOL DE UNA CANTERA CON HOJAS DE AFEITAR, QUE LA EDUCACIÓN LLEGUE A CAMBIAR POR SÍ SOLA EL CORAZÓN HUMANO”.

25 Cfr. Letters, I, 219; Sermons VIII, 114. 26 Cfr. Sermons VII, 148.

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de Dios y en el reconocimiento de su existencia, Newman concede primacía a la conciencia moral y a la recta intención de la persona, a la hora de encontrar la Verdad religiosa. Es bien conocida y muy actual su enseñanza sobre los presuntos éticos de la creencia y su convicción de que los principales obstáculos que la fe suele encontrar en un hombre no son intelectuales sino de carácter moral. “Considero que el repudio del Cristianismo nace de una falta del corazón, más que del intelecto. En el fondo de la incredulidad hay un desagrado respecto a las palabras y verdades de la Escritura. Una persona que ama el pecado no quiere que el Evangelio sea verdadero”25. En este punto al menos, Newman no era ciertamente socrático. Pensaba que una cosa es el saber y otra muy distinta la virtud, y que la mera ignorancia no es la causa última por la que los hombres no se acercan más a Cristo26. Una persona como él, que tenía en estima tan alta la formación y educación del intelecto, no duda en afirmar: “Antes serán extraídos bloques de mármol de una cantera con hojas de afeitar, que la educación llegue a cambiar por sí sola el corazón humano”. Y este temperamento emotivo e hipersensible desconfía de una religiosidad hecha de emociones, y rechaza sin compromisos la excitación y el sentimentalismo como vías de conversión o de progreso espiritual. Lo cual no le impedía vivir profundos sentimientos y manifestarlos cuando era necesario. Al abandonar en 1846 su retiro de Littlemore —junto a Oxford—, donde poco antes había tenido lugar su conversión, Newman besó las paredes de aquella habitación en la que había vivido los últimos meses. Llegado a Roma en 1856, para resolver un grave asunto del Oratorio, quiso caminar descalzo hasta San Pedro, ajeno a la admiración que pudiera suscitar en los viandantes. Era hombre reservado y a la vez muy demostrativo. Debo terminar, consciente de haber silenciado múltiples facetas de la personalidad y de la obra de este gran convertido. A Newman no le preocupó excesivamente lo que hoy solemos llamar reforma social. Pero vio algunas cuestiones decisivas que la Iglesia y los cristianos habrían de resolver en el mundo entero, tales como la racionalidad del acto de fe y el desarrollo de la doctrina evangélica y de su lenguaje en una cultura que cambia. Decía Newman: “Todos los hombres razonan, pero no todos pueden dar una razón”, y aplicó este principio para explicar la credibilidad de la fe. Estaba convencido asimismo y demostró que las aparentes variaciones de la verdad cristiana a través del tiempo no son corrupciones —como pretendían anglicanos y protestantes y afirman los integristas de hoy— sino desarrollos armónicos del Evangelio, dirigidos por un Magisterio vivo. Pudo de este modo contribuir eficazmente a que la historia y la experiencia religiosa encontraran un lugar legítimo y pacífico en la teología de la Iglesia.


OBRAS DE JOHN HENRY NEWMAN TRADUCIDAS AL ESPAÑOL Desenvolvimiento del Dogma. Barcelona, 1907. Versión a cargo de la Revista de Estudios Franciscanos. Meditaciones y Devociones, Parte II. Barcelona 1912. Antología. Selección de las principales obras en prosa. Buenos Aires, 1946. Naturaleza y fin de la Educación Universitaria, Parte I. Epesa, Madrid, 1946. El sueño de un anciano. Rialp, Madrid, 1954. Sermones Católicos. Rialp, Madrid 1959. El Asentimiento Religioso. Herder, Barcelona, 1960. Apología pro vita sua. Fax, 1961; BAC,1977. Madrid. Escritos Autobiográficos. Taurus, Madrid, 1963. Pensamientos sobre la Iglesia (Contiene numerosos textos de sermones, cartas y otros escritos, así como el importante Prólogo a la edición de la Vía Media publicada en 1877). Ed. Por O. Ferrer, Barcelona, Estela, 1964. Discursos sobre la fe (Dicourses to Mixed Congregations). Introducción, notas y traducción de J. Morales. Rialp, Madrid, 1981. Rosa Mística (Meditaciones marianas de Meditations and Devotions). Madrid, 1982. La fe y la razón. Sermones universitarios. Introducción, traducción y notas de Aureli Boix. Encuentro, Madrid 1993. Vía Media de la Iglesia Anglicana. Conferencias sobre la función profética de la Iglesia considerada en relación con el sistema romano y con el protestantismo popular. Cátedra. J. H. Newman de la UPSA, Salamanca, 1995. Discursos sobre el fin y la naturaleza de la Educación Universitaria. Traducción, introducción y notas de J. Morales, Eunsa, Pamplona. 1996. Carta al Duque de Norfolk. Traducida y anotada por Víctor García Ruiz y José Morales. Rialp, Madrid. 1996. Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina. Traducción de Ramón de la Trinidad, y editada por A. González Montes, A. Boix y F. Rodríguez Garrapucho. Cátedra, J. H. Newman, Salamanca. 1997. Perder y ganar. Traducción de Víctor García Ruiz. Encuentro, Madrid. 1994. Cartas y Diarios. (Selección). Traducción y notas de Víctor García Ruiz y José Morales. Rialp, Madrid. 1996. Apología pro vita sua. Historia de mis ideas religiosas. Traducción, introducción, notas y glosario de Víctor García Ruiz y José Morales. Encuentro, Madrid. 1996. Esperando a Cristo. (Seis sermones parroquiales). Traducción de Víctor García Ruiz y José Morales. Rialp, Madrid. 1997. Callista. Traducción, introducción y notas de Víctor García Ruiz. Encuentro, Madrid. 1998. Consulta a los fieles en materia doctrinal. Traducción y notas de Aureli Boix. Cátedra J. H. Newman. Salamanca 2001. Suyo con Afecto: autobiografía epistolar. Edición, traducción y notas de Víctor García Ruiz. Encuentro, Madrid. 2002. Meditaciones y Devociones. Traducción, prólogo y notas de F. Mª. Cavaller. Agape–Edibesa, Buenos Aires–Madrid. 2007. Sermones parroquiales I. Traducción de Víctor García Ruiz. Encuentro, Madrid. 2007; II, id. 2007; III, id. 2009. Apología pro vita sua. Ciudadela, Madrid. 2009 (Recoge la traducción de Daniel Ruiz Bueno, publicada por la B.A.C en 1977) Conferencias sobre la doctrina de la Justificación. Traducción e introducción de Xabier Larrañaga. Cátedra J. H. Newman, Salamanca. 2009.

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JOHN HENRY NEWMAN (1801-1890): CRONOLOGÍA 1801 (21 de febrero): Nacimiento en Londres, en una familia de tradición anglicana. Es bautizado el 9 de abril en la iglesia anglicana de St. Benet Fink.

1808: Inicia sus estudios en la escuela de Ealing.

1816: Primera conversión: “Myself and my Creator”.

1817: Ingresa como estudiante al Trinity College, Universidad de Oxford.

1828: Nombrado cura de la parroquia de la Universidad, St. Mary the Virgin. Allí predicará sus Sermones parroquiales, publicados en ocho volúmenes entre 1834 y 1843. Se dedica a la lectura y al estudio sistemático de los Padres de la Iglesia, en lo cual llegará a ser uno de los mejores especialistas de la época.

1833: Crucero en el Mediterráneo con dos amigos. Newman parte enseguida solo a Sicilia, donde enferma llegando a estar al borde la muerte. Nueva experiencia de conversión. Señal de partida del “Movimiento Oxford” (julio): comienzo de una actividad intensa a favor de una renovación total del anglicanismo. Primero de los “Tracts” para los tiempos. Publicación en diciembre de su primer libro, The Arrians of the Fourth Century, terminado en 1832.

1836-1838: Diversas series de conferencias en procura de plantear las bases de una teología anglicana concebida como una “via media” entre el protestantismo y el catolicismo.

1841: Publicación del último de los “Tracts” (No. 90), que provoca un clamor de protesta en todo el país.

1848: Fundación, cerca de Birmingham, del primer Oratorio de San Felipe Neri del mundo anglófono. (El Oratorio se instalará definitivamente en Edgbaston, un distrito de Birmingham, en 1852.)

1849-1851: Diversas series de conferencias para explicar y defender el catolicismo.

1850: Pío IX le confiere el Doctorado en S. Teología.

1851: Newman es invitado a promover la futura Universidad Católica de Irlanda. Le dedicará ocho años de su vida antes de renunciar, frustrado por la actitud de los obispos irlandeses.

1868: Nueva publicación de los ocho volúmenes de los Sermones parroquiales anglicanos. Comienzo de la nueva publicación del conjunto de sus obras anglicanas. Publicación de la Carta a Pusey, planteamiento magistral sobre el lugar de la Virgen María en la teología católica. Newman rechaza varias solicitudes de participar en el Concilio Vaticano I como experto en teología.

1870: Publicación de El asentimiento religioso.

1875: Publicación (para responder a un ataque del ex Primer Ministro Gladstone) de la Carta al Duque de Norfolk: planteamiento magistral sobre las cuestiones de la autoridad en la Iglesia y de los derechos de la conciencia.

1878: Es nombrado Fellow honorario de Trinity College y vuelve a Oxford por primera vez después de 23 años.

1991: John Henry Newman es declarado Venerable por S.S. Juan Pablo II.

2010 (19 de septiembre): El Santo Padre Benedicto XVI beatifica al Cardenal Newman en Birmingham durante su viaje al Reino Unido.

1890 (19 de agosto): Funeral y entierro en Rednal.

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1958: La causa de Newman es abierta oficialmente por el Arzobispo Grinshaw de Birmingham. Newman fue desde entonces Siervo de Dios.


1822: Elegido fellow (catedrático por oposición, docente e investigador) del Oriel College, Oxford.

1824 (13 de junio): Ordenación como diácono. Primer ministerio en St. Clement’s, parroquia pobre de Oxford. Celo pastoral poco habitual en la época, que impresiona mucho.

1825 (25 de mayo): Ordenación como presbítero. Newman no concibe en ese momento la ordenación como un sacramento, sino más bien como la “consagración” de toda una vida.

1826: Nombrado tutor en el Oriel College. Emprende la tarea de reorganizar la enseñanza sobre nuevas bases, lo cual conducirá a un conflicto encarnizado con el presidente de la institución.

1842-1845: Años de “desierto”. Newman tiene una vida casi monástica en Littlemore.

1845: Newman es recibido en la Iglesia Católica Romana (9 de octubre). Ruptura personal terrible, pero continuidad intelectual. Publicación del Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Cristiana (diciembre), terminado inmediatamente antes de su conversión.

1846: Newman parte a Roma. Estudios de teología (de un nivel sumamente simple). Newman se asombra al descubrir la debilidad intelectual de la Iglesia Católica de la época.

1847: Ordenación en la Iglesia Católica. Noviciado oratoriano.

1852: Conferencias en Dublín sobre la educación universitaria, que redundarán en La idea de universidad.

1854: Instalado formalmente como Rector de la Universidad.

1859: El artículo Sobre la consulta de los fieles en materia de doctrina es objeto de delación en Roma. Se sospecha de Newman en Roma, lo cual durará ocho años.

1864: Publicación de la Apologia pro vita sua, en respuesta a un ataque de Charles Kingsley, novelista y ensayista. Éxito fenomenal del libro y rehabilitación de Newman en la opinión pública inglesa.

1879: Newman es nombrado Cardenal por el nuevo Papa, León XIII.

1881: El pintor J. E. Millais comienza su retrato de Newman.

1889 (25 de diciembre): Celebra la Eucaristía por última vez.

1890 (11 de agosto): Muerte en el Oratorio de Birmingham a los 89 años de edad. Homenajes provenientes de todo el país, con elogios de todas las confesiones cristianas.

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MOMENTOS EN LA VIDA DE JOHN HENRY NEWMAN

Primera carta de Newman a su hogar. Enviada el 3 de junio de 1808 desde la escuela de Ealing al que asistió entre 1808 y 1816.

Newman adquirió su grado de Bachelor en Trinity College el 5 de diciembre de 1820. Sus esperanzas de obtener honores, sin embargo, fueron defraudadas:

J. H. Newman; dibujo a lápiz de Anthony Stone.

I have cause for endless thanksgiving… Every external advantage was in my favour. The examining Masters were kinder than it is possible for me to express; a Tutor of our College gave himself to me for the last two months to prepare me. No- it would not do. ‘He hath taken away the desire of my eyes with a stroke’ (Ezeq 24:16). When I got into the schools I was so nervous, I could not answer half a dozen questions. The nervousness, I may add the illness, continued whenever I approached the schools, and after a week’s procrastinasted efforts, I have this morning retired from the contest. (Carta a correspondiente desconocido, 1 de diciembre 1820)

Newman sobre su desafío como tutor: I feel I have a great responsibility laid upon my shoulders, and hope I shall be directed and strengthened to make use of the talents put into my hands. It will be something if I can in any measure promote the cause of God and spread the influence of the Gospel of Christ, and I am willing (I trust) to spend my life in the cause. Oriel College, 1675. Grabado de David Loggan.

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(Carta a Elizabeth Newman, 29 de abril 1826)


El púlpito desde el que Newman predicaba University Church of St Mary the en la University Church of St Mary Virgin. Virgin vista desde Radcliffe Square.

Newman´s sermons had the most wonderful effect on us young men. It was to many of us as if God had spoken to us for the first time… I do not see how this could have been, unless he who spoke was himself a seer, who saw God, and the things of God, and spoke that which he had seen, in the keen, bright, intuition of faith… He had the wondrous, the supernatural power of raising the mind of God, and rooting deeply in us a personal conviction of God, and a sense of His Presence. (William Lockhart, Cardinal Newman: Reminiscences of Fifty Years Since, Londres, 1891)

I hope it was not presumptuous, but from the beginning of my illness I had so strong feeling on my mind that I should recover, that, whatever I did in the way of preparation for death (I mean, of giving my servant directions about letters, etc) was done as a mere matter of duty. I could not help saying, ‘I must act as if I were to die, but I think God has work for me yet’. (Carta a Henry Wilberforce, 16 de Julio 1833)

‘Lead, Kindly Light’, manuscrito de Newman quien creó el poema al abandonar Palermo.

I send you a hasty line, as I do to many others, to say that I am about to ask for admittance into the Catholic Church at the hands of Father Dominic the Passionist, who comes here tonight. He is on his way to Belgium, and does not know of my intention. (Carta a Edward Badeley, 8 de octubre de 1845)

Beato Dominic Barbieri

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Al abandonar Littlemore: Another comfort amid the pain of quitting this place, is the pleasant memory which attaches to it. In spite of my having been in such doubt and suspense, it has been the happiest time of my life, because so quiet. Perhaps I shall never have such quiet again. (Carta a la Sra. J. W. Bowden, 22 de febrero 1846) Habitación privada de Newman en Littlemore, tal como se conserva hoy.

Fragments, extracts, specimens, convey no idea to the world of what we are; he who wishes to know us must condescend to study us. The Catholic doctrine is after all too great to be comfortably accommodated in a protestant nutshell; it cannot be surveyed at a glance, or refuted by a syllogism. (Present Position of Catholics in England, 150)

J. H. Newman en 1851, dando sus discursos de Present Position of Catholics in England en Birmingham.

Another most remarkable union in Newman of qualities commonly opposed to each other, was that of a dauntless courage with profound thoughtfulness… In Newman there existed the rare union of the contemplative mind and the heroic soul. (Descripción de Aubrey de Vere, en Recollections of Aubrey de Vere, E. Arnold, New York and London, 1897)

J. H. Newman, 1864.

When I was in Oxford, I have twice written a pamphlet in a night, and once in a day - but now I had writing and printing upon me at once, and I have done a book of 562 pages, all at a heat; but with so much suffering,… such long spells of work, sometimes 16 hours, once 22 hours at once, that it is a prodigious awful marvel that I have got through it, and that I am not simply knocked up by it. I am sure it is the prayers of my friends, which have sustained me, and you must go on paying that I may not feel the bad effects of such a strain on me afterwards. (Carta a Sor Mary Gabriel du Boulay, 25 de junio 1864) J. H. Newman, 1864.

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I have this very day learned that the offer of a Cardinal’s Hat is to be made to me with the privilege of living still here as before. So great a kindness, made with so personal a feeling towards me by the Pope, I could not resist, and I shall accept it. It puts an end to all those reports that my teaching is not Catholic or my books trustworthy, which has been so great a trial to me so long. (Carta a Anne Mozley, 1 de marzo de 1879)

Newman visitó Trinity College, Oxford, el 22 de mayo de 1880: It was one of the great moments of my life. The Cardinal, a wan little old man with a shrivelled face and large nose, and one of the most beautiful expressions which ever appeared on a human being, talked to me for a couple of hours, prostrating me with his exquisite modesty. He wanted to know if the snapdragons, to which he had written a poem, still grew on the wall between Trinity and Balliol…

Ilustración en memoria del anciano Cardenal J.H. Newman, aparecida en el suplemento de The Illustrated London News el 10 de octubre de 1890.

(Douglas Sladen, en My Long Life, London 1939)

Fr. Neville describió la entrada del Cardenal a su habitación la tarde del 9 de agosto de 1890, dos días antes de su muerte: … [H]is footstep was show yet firm and elastic;… soon when seen, his bearing was in keeping with his step;- unbent, erect to the full height of his best days in the ‘fifties’; he has without support of any kind. His whole carriage was, it may be said, soldier-like, and so dignified; and his countenance was most attractive to look at; even great age seemed to have gone from his face, and with it all careworn signs; his very look conveyed the cheerfulness and gratitude of his mind… (Ward II, 537)

Cardenal Newman, sus últimas fotos 1890.

By the death of Cardinal Newman the Church of Rome loses one of its two great English Cardinals, the literature of England loses one of its great masters, and the world loses one of the chiefest of its saints. (Pall Mall Gazette, 14 de agosto de 1890)

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Newman pertenece a los grandes maestros de la Iglesia POR JOSEPH RATZINGER

N PRECISAMENTE PORQUE NEWMAN INTERPRETÓ LA EXISTENCIA DEL SER HUMANO A PARTIR DE LA CONCIENCIA, ESTO ES DE LAS RELACIONES ENTRE DIOS Y EL ALMA, QUEDABA CLARO QUE ESTE PERSONALISMO NO ES INDIVIDUALISMO, Y QUE ESTAR OBLIGADO POR LA CONCIENCIA NO SIGNIFICA SER LIBRE PARA HACER ELECCIONES AL AZAR, SINO QUE ES JUSTO AL REVÉS.

* Presentación realizada por el autor —entonces cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe— con ocasión del primer centenario de la muerte del Cardenal John Henry Newman.

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o me siento competente para hablar sobre la figura o el trabajo de Newman, pero tal vez sí tenga sentido decir algo sobre mi propio camino hacia Newman, en el que ciertamente se refleja algo de la presencia de este gran teólogo inglés en las luchas intelectuales y espirituales de nuestro tiempo. En enero de 1946, cuando empecé a estudiar Teología en el seminario de Freising, que por fin había vuelto a abrir sus puertas después de la confusión de la guerra, un estudiante mayor que yo fue nombrado prefecto de nuestro grupo, que había empezado a trabajar en una disertación sobre la teología de la conciencia de Newman, antes incluso del comienzo de la guerra. En todos los años de su servicio militar, no había perdido contacto con este tema, al que ahora volvía con renovado entusiasmo y energía. Pronto quedamos cautivados por una amistad personal, totalmente centrados en los grandes problemas de la filosofía y la teología. Desde luego, Newman estaba siempre presente. Alfred Läpple, así se llamaba el prefecto que acabo de mencionar, publicó su disertación en 1952 con este título: Der Einzelne in der Kirche (El individuo en la Iglesia). Para nosotros, en aquel tiempo, la enseñanza de Newman sobre la conciencia llegó a ser una base importante del personalismo teológico, cuyo diseño se nos ofrecía equilibradamente. Nuestra imagen del ser humano, al igual que nuestra imagen de la Iglesia, quedaba penetrada por este punto de partida. Habíamos experimentado la pretensión de un partido totalitario que se entendía a sí mismo como la plenitud de la historia y que negaba la conciencia del individuo. Uno de sus líderes había dicho: “Yo no tengo conciencia. Mi conciencia es Adolf Hitler”. La apabullante devastación de la humanidad que vino después estaba ante nuestros ojos. Por eso, nos resultó liberador y esencial saber que el “nosotros” de la Iglesia no descansa en una liquidación de la conciencia, sino que, justo al contrario, sólo puede desarrollarse desde la conciencia. Precisamente porque Newman interpretó la existencia del ser humano a partir de la conciencia, esto es de las relaciones entre Dios y el alma, quedaba claro que este personalismo no es indi-

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LA CONCIENCIA EN SU VERDADERO SENTIDO ES LA PIEDRA ANGULAR DE LA AUTORIDAD PAPAL; SU PODER PROCEDE DE UNA REVELACIÓN QUE COMPLETA LA CONCIENCIA NATURAL, LA CUAL ESTÁ IMPERFECTAMENTE ILUMINADA, Y “LA DEFENSA DE LA LEY MORAL Y DE LA CONCIENCIA ES SU RAZÓN DE SER”.

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vidualismo, y que estar obligado por la conciencia no significa ser libre para hacer elecciones al azar, sino que es justo al revés. De Newman aprendimos a comprender el primado del Papa. Libertad de conciencia, nos decía Newman, no equivale a tener derecho “a prescindir de la conciencia, a ignorar al Legislador y Juez, a ser independiente de obligaciones invisibles”. Por tanto, la conciencia en su verdadero sentido es la piedra angular de la autoridad papal; su poder procede de una revelación que completa la conciencia natural, la cual está imperfectamente iluminada, y “la defensa de la ley moral y de la conciencia es su razón de ser”. No necesito mencionar explícitamente que esta enseñanza sobre la conciencia ha llegado a ser cada vez más importante para mí en el desarrollo continuo de la Iglesia y del mundo. Veo cada vez con más claridad cómo está en el frontispicio de la biografía del cardenal, que debe ser entendida únicamente en conexión con el drama de su siglo, para que de esta forma pueda hablarnos a nosotros. Newman llegó a la conversión en su calidad de hombre de conciencia; fue su conciencia la que le llevó a salir de las viejas ataduras y seguridades, conduciéndole al mundo del catolicismo, que era algo tan difícil y extraño para él. Pero este camino de la conciencia es todo menos una senda de subjetividad autosuficiente: es un camino de obediencia a la verdad objetiva. El segundo paso en el largo viaje de Newman hacia la conversión fue la superación de la posición evangélica subjetiva a favor de una comprensión del cristianismo basada en la objetividad del dogma. En esta conexión encuentro yo una formulación, tomada de uno de sus primeros sermones, que puede ser especialmente significativa hoy:


El verdadero cristianismo aparece (...) en la obediencia y no a través de un estado de conciencia. Por tanto, toda la obligación y todo el trabajo de un cristiano está compuesto de estas dos partes: Fe y obediencia; mirar a Jesús (Hb 2, 9) (...) y actuar según su voluntad (...) Pienso que estamos en peligro en estos días al no insistir en todo esto como debiéramos; considerando cualquier apreciación verdadera y cuidadosa del Objeto de la fe como estéril ortodoxia, técnica sutileza (...) y (...) convirtiendo en test de nuestro ser religiosos si tenemos o no lo que se suele llamar un estado espiritual del corazón. En este contexto, me parecen importantes algunas afirmaciones tomadas de The Arrians of the Fourth Century (Los arrianos del siglo IV), que pueden sonar, de primeras, más bien sorprendentes: (...) detectar y aprobar el principio en el que (...) la paz se fundamenta en la Escritura; someterse al dictado de la verdad en cuanto tal como principal autoridad en materias de conducta política y privada; comprender (...) que el entusiasmo es prioritario en la sucesión de las gracias cristianas con respecto a la benevolencia. Para mí resulta siempre fascinante ver y considerar hasta qué punto en este camino, y sólo en él, a través del compromiso con la verdad, con Dios, recibe la conciencia su rango, su dignidad y fortaleza. En este contexto me gustaría añadir solamente una afirmación tomada de la Apología, que muestra el realismo en esta idea de la persona y de la Iglesia: “Los movimientos vivos no surgen de los comités”. Querría volver muy brevemente al hilo autobiográfico. Cuando proseguí mis estudios en Múnich el año 1947, me encontré con un buen lector y entusiasta seguidor de Newman en el teólogo de Fundamental, Gottlieb Söhngen, que fue mi verdadero maestro de teología. Él nos inició en Granmmar of Assent y, al hacerlo, a una forma o manera especial de certeza en el conocimiento religioso. Más profunda todavía fue para mí la contribución que publicó Heinrich Fries con motivo del jubileo de Calcedonia. Allí encontré acceso a la enseñanza de Newman sobre el desarrollo de la doctrina, que yo contemplo, junto a su doctrina sobre la conciencia, como su contribución más decisiva a la renovación de la teología. Con esto, puso en nuestras manos la llave para construir un pensamiento histórico en el seno de la teología, o todavía mucho más: nos enseñó a pensar históricamente en teología, y así, a reconocer la identidad de la fe en todos los desarrollos. En este momento, tengo que dejar de profundizar en estas ideas. Me parece que el punto de partida de Newman, también en la teología moderna, no ha sido todavía plenamente valorado. En él se encuentran escondidas posibilidades llenas de futuro que esperan un posterior desarrollo. Me gustaría ahora referirme de nuevo a los presupuestos biográficos de este concepto.

NEWMAN LLEGÓ A LA CONVERSIÓN EN SU CALIDAD DE HOMBRE DE CONCIENCIA; FUE SU CONCIENCIA LA QUE LE LLEVÓ A SALIR DE LAS VIEJAS ATADURAS Y SEGURIDADES, CONDUCIÉNDOLE AL MUNDO DEL CATOLICISMO, QUE ERA ALGO TAN DIFÍCIL Y EXTRAÑO PARA ÉL. ESTE CAMINO ES TODO MENOS UNA SENDA DE SUBJETIVIDAD AUTOSUFICIENTE: ES UN CAMINO DE OBEDIENCIA A LA VERDAD OBJETIVA.

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DURANTE TODA SU VIDA, NEWMAN FUE UNA PERSONA EN PERMANENTE ESTADO DE CONVERSIÓN, UNA PERSONA EN PERMANENTE TRANCE DE TRANSFORMACIÓN, Y POR ESO SIEMPRE PERMANECIÓ Y LLEGÓ A SER CADA VEZ MÁS ÉL MISMO.

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Es sabido cómo la reflexión en profundidad de Newman sobre las ideas del desarrollo influyó en su camino al catolicismo. Pero no se trata simplemente de una cuestión sobre unas ideas que se descubren. En el concepto de desarrollo juega su papel la propia vida de Newman. Creo que esto se me hizo patente en esas palabras suyas bien conocidas: “Vivir es cambiar, y ser perfecto es haber cambiado con frecuencia”. Durante toda su vida, Newman fue una persona en permanente estado de conversión, una persona en permanente trance de transformación, y por eso siempre permaneció y llegó a ser cada vez más él mismo. En este punto, viene a mi mente la figura de San Agustín, con el que Newman estaba tan unido. Cuando Agustín se convirtió en el jardín Cassiciacum, comprendió su conversión de acuerdo con el sistema del respetable maestro Plotino y de los filósofos neoplatónicos. Él pensó que su pasada vida pecadora quedaría ahora definitivamente zanjada; desde ahora, en el convertido se daría algo totalmente nuevo y diferente y su posterior viaje sería una firme escalada hacia cumbres cada vez más puras de cercanía a Dios. Era algo parecido a lo que describió Gregorio de Nisa en su Ascensión de Moisés: Igual que los cuerpos, después de haber recibido un primer empujón hacia abajo, caen sin esfuerzo a las profundidades a una velocidad cada vez mayor, así, por el contrario, el alma que se ha desprendido de las pasiones terrenales se eleva


«Benedicto XVI, quien en 1990 escribió el presente texto siendo cardenal, beatificó a Newman el 18 de septiembre en Birmingham.»

en un movimiento rápido hacia arriba (...) superándose a sí misma de manera constante en un vuelo firme hacia las alturas. La experiencia real de Agustín fue diferente. Él tuvo que aprender que ser cristiano es siempre un viaje difícil lleno de alturas y profundidades. La imagen del ascensus queda cambiada por la del iter, cuyo pesado cansancio se ve iluminado y fortalecido por momentos de luz que podemos recibir ahora y entonces. La conversión es el iter, es decir, el camino de toda una vida. Y la fe es siempre “desarrollo”, y precisamente de esta manera es la madurez del alma en la verdad, en Dios, que es más íntimo a nosotros de lo que somos nosotros mismos. En la idea de “desarrollo”, Newman ha escrito su propia experiencia de una conversión nunca acabada, y ha interpretado para nosotros no sólo el camino de la doctrina cristiana, sino el de la vida cristiana. La característica de todo gran Doctor de la Iglesia, me parece, es que enseña no sólo mediante su pensamiento y su palabra, sino también con su vida, porque dentro de él, pensamiento y vida se funden y se definen mutuamente. Si esto es así, entonces Newman pertenece a los grandes maestros de la Iglesia, porque toca nuestros corazones y al mismo tiempo ilumina nuestro pensamiento.

LA CARACTERÍSTICA DE TODO GRAN DOCTOR DE LA IGLESIA ES QUE ENSEÑA NO SÓLO MEDIANTE SU PENSAMIENTO Y SU PALABRA, SINO TAMBIÉN CON SU VIDA, PORQUE DENTRO DE ÉL, PENSAMIENTO Y VIDA SE FUNDEN Y SE DEFINEN MUTUAMENTE. SI ESTO ES ASÍ, ENTONCES NEWMAN PERTENECE A LOS GRANDES MAESTROS DE LA IGLESIA, PORQUE TOCA NUESTROS CORAZONES Y AL MISMO TIEMPO ILUMINA NUESTRO PENSAMIENTO.

Roma, 28 de abril de 1990

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«Cuando Job protesta ante Dios, esto ocurre porque él piensa en Dios como un ser al cual corresponde ser bueno. En la protesta está presente también el reconocimiento de aquel a quien dirigimos la protesta (…) Esto ilumina a Job, que responde: “Hablé sin pensar de maravillas que me superan y que ignoro…. Sólo de oídas te conocía, pero ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto y me arrepiento echado en el polvo y la ceniza”. La sumisión incondicional a la voluntad de Dios, que se manifiesta en lo que ocurre y en aquello que nosotros no podemos modificar es la actitud fundamental de todos los que creen en Dios». (Job, Grabado de Doré)

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El carácter razonable de la fe en Dios POR ROBERT SPAEMANN

E

I

l mito de la caverna de Platón es parte de esas metáforas inmortales que hacen posible interpretar la situación del hombre. Simplificado al máximo, este mito se presenta de la siguiente manera: los hombres se encuentran en el interior de una caverna sin salidas. Están encadenados y miran hacia una pared. En la pared aparece un juego de sombras, como una proyección cinematográfica, por así decir, proveniente de una fuente luminosa invisible para los espectadores y situada a sus espaldas. Los hombres no conocen otra situación fuera de ésta. No pueden verse unos a otros ni a sí mismos. Lo que ocurre en la película es para ellos la única realidad. En relación con esta realidad, se agitan, hacen conjeturas, describen teorías y hacen pronósticos. Circula sin duda el rumor de que fuera de la caverna existe algo así como un verdadero mundo. Se ha escuchado también decir que aquí la vida es como una prisión y existe la posibilidad de una liberación. Se ha oído decir que algunos han llegado a ese verdadero mundo, pero sus ojos han sido encandilados por la luz del sol hasta el punto de no poder ver nada. Por consiguiente, los habitantes de la caverna oponen resistencia con las manos y los pies si alguien de afuera regresa para liberarlos. Con esta comparación, Platón quiso simbolizar la relación entre el verdadero mundo de las ideas y la mera imagen de éstas, el mundo material. Nosotros podemos modificar un poco la interpretación de esta comparación sin, con todo, alejarnos demasiado de la intención de Platón. En realidad, para Platón el sol es la imagen del bien substancial, del bien último en virtud del cual todo existe, y que en definitiva motiva todo esfuerzo de los seres vivos. Los Padres de la Iglesia ya compararon la idea del bien de Platón con Dios. En la variación que introduzco, nosotros mismos no somos puramente los observadores de la película proyectada en la pared, sino actores que participan en esa película. Nuestra vida —“la luz de los hombres”, como se dice en el Evangelio de Juan— se debe en cada instante a un proyector creativo y su película. Defino como creativo al proyector por el hecho de que éste proyecta cosas y seres vivos, realmente animados y ciertamente

HUMANITAS Nº 61 pp. 60 - 79

EL DISCURSO SOBRE LA BONDAD DE DIOS, SOBRE DIOS QUE ES AMOR, QUEDA DESPROVISTO DE SU ASPECTO TRANSFORMADOR SI NO DICE QUIÉN ES AQUEL DEL CUAL SE DICE QUE ÉL ES AMOR, ES DECIR, SI NO DICE QUE ÉL ES LA POTENCIA QUE GUÍA NUESTRA EXISTENCIA Y EL MUNDO.

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¿QUÉ MOTIVO TENEMOS PARA CREER QUE NUESTRO AGRADECIMIENTO POR UNA MAÑANA RESPLANDECIENTE O POR UN AMOR AFORTUNADO TENGA UN DESTINATARIO Y LOS LAMENTOS DE LOS INFELICES NO QUEDEN SIN ECO EN UN UNIVERSO INDIFERENTE? “NADIE HA VISTO A DIOS”, ESCRIBE EL APÓSTOL JUAN.

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Junto al Patriarca de Venecia, Card. Angelo Scola, Robert Spaemann durante la “lectio inauguralis” de ASSET (Alta Escuela Sociedad, Economía, Teología) creada por el Studium Generale Marcianum, centro pedagógico y académico y de investigación del Patriarcado de Venecia. El texto publicado en estas páginas corresponde a dicha “lectio inauguralis”.

con libertad dentro de cierto marco para moverse en un mundo o el otro. En todo caso, de cualquier modo que éstos se muevan, quien ha producido la película y el proyector siempre se encuentra un paso más adelante. Él dispone las acciones de los actores dentro de una totalidad, que él mismo determina, al igual que el equipo para navegar, que en definitiva lleva al conductor a su destino a pesar de sus giros en un círculo vicioso. La causa propiamente tal de todo cuanto ocurre —y por consiguiente el proyector— naturalmente no aflora en la película misma. No aparece en la concatenación de las causas de carácter interno de la película ni en las condiciones precedentes. En realidad, se trata de la verdadera causa de toda la concatenación y todos sus elementos. La creación no es un evento en el cual un día nos encontraremos estudiando la historia del cosmos. “Creación” define la relación subsistente entre la totalidad del proceso cósmico y su origen extracósmico, es decir, la voluntad divina. El hecho de que las cosas se encuentren de este modo lo dice un antiguo rumor, el rumor en torno a Dios. Es un fenómeno singular, en todo caso, que los hombres nunca hayan sido absorbidos en la realidad “de carácter interno de la película”, es decir, en la esfera intramundana, hasta el punto de olvidar este rumor. Su necesidad de comprender no quedó satisfecha con lo que ellos veían. Ludwig Wittgenstein, el padre de la filosofía analítica moderna, considera una “ilusión de la modernidad” la creencia de que las leyes naturales nos explicarían el mundo, mientras en realidad sólo describen uniformidades estructurales. Estas uniformidades nada tienen de carácter vinculante


en el plano lógico; no proporcionan explicaciones ni de sí mismas ni del mundo. El hecho de que puedan ser formuladas matemáticamente por un experto en ciencias naturales —Einstein, por ejemplo— siempre ha constituido un motivo de asombro y referencia a un origen divino. Sin embargo, precisamente el progreso de la ciencia es parte de las razones que alejan el rumor en torno a Dios. Esto se vincula por una parte con la rápida dilatación de la esfera de lo factible, que en nosotros produce el sentimiento ebrio y fantástico de la infinitud, y por otra con la rapidez con que la mutación de nuestras relaciones vitales aumenta de manera exponencial. De ese modo, nuestra atención se fija en el problema de la adecuación a esta realidad terrenal en permanente mutación de tal manera que ya no podemos permitirnos la interrogante sobre el fundamento y el sentido del todo, y por consiguiente sobre aquello que está fuera de la caverna. Esto nada tiene que ver precisamente con las aseveraciones concretas de la ciencia. Hasta ahora las ciencias no han formulado argumento serio alguno contra el rumor en torno a Dios, y únicamente la llamada visión científica del mundo, el cientismo, es decir, aquello que Wittgenstein definió como superstición de la modernidad, ha intentado hacerlo. La ciencia moderna es investigación de condiciones, no se pregunta qué es algo y por qué lo es, sino cuáles son las condiciones en las cuales surge. El ser, el ser en sí mismo, es sin embargo la emancipación de las condiciones de su génesis. Y el incondicionado, es decir, Dios, per definitionem no puede comparecer al interior de una investigación de condiciones intramundanas, del mismo modo como no aparece el proyector en la película. Esto no significa que la película comience tarde o temprano a explicarse a sí misma, con lo cual se vuelva superfluo el proyector. Por lo tanto, la alternativa no puede enunciarse de la siguiente manera: carácter explicable científico del mundo o fe en Dios, sino únicamente: renuncia a comprender el mundo, resignación de la razón o fe en Dios. O existe Dios o la comprensión de sí mismo del hombre en cuanto ser racional, es decir, en cuanto persona, es una ilusión. El racionalismo del Iluminismo se entregó desde hace mucho tiempo a la creencia en la impotencia de la razón humana, a la creencia en el hecho de que no somos lo que pensamos ser: seres libres, autodeterminados. La fe cristiana nunca ha considerado al hombre tan libre como lo hizo el idealismo, pero tampoco lo considera tan desprovisto de libertad como lo hace hoy día en cambio el cientismo. Razón, ratio significa tanto razón como fundamento. La visión científica del mundo considera que éste carece de fundamento, y por consiguiente también se considera a sí misma desprovista de un fundamento. La fe en Dios es la fe en un fundamento del mundo, que no es sin fundamento y por tanto irracional, sino “luz”, transparente para sí misma y de este modo su propio fundamento.

«Ludwig Wittgenstein, el padre de la filosofía analítica moderna, considera una “ilusión de la modernidad” la creencia de que las leyes naturales nos explicarían el mundo, mientras en realidad sólo describen uniformidades estructurales».

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II

LA FACULTAD QUE NOS PERMITE BUSCAR A DIOS ES LA RAZÓN. NO ES LA RAZÓN INSTRUMENTAL, QUE, COMO DICE NIETZSCHE, NOS HACE SER “ANIMALES INGENIOSOS”, SINO LA CAPACIDAD CON LA CUAL EL HOMBRE VA MÁS ALLÁ DE SÍ MISMO Y SU PROPIO AMBIENTE Y PUEDE SITUARSE EN RELACIÓN CON UNA REALIDAD QUE LO TRASCIENDE.

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De este modo he llegado a la segunda parte de lo que desearía abordar, es decir, a la siguiente pregunta: ¿qué cree aquel que cree en Dios? Cree —digo yo— en una racionalidad fundamental de la realidad. Cree que el bien es más fundamental que el mal. Cree que lo que es inferior debe comprenderse a partir de lo que es superior y no viceversa. Cree que el sinsentido presupone el sentido y que el sentido no es una variación de la ausencia de sentido. Esto significa, sin embargo, que, contrariamente a lo afirmado por David Hume, según el cual “We never advance one step beyond ourselves”, aquel que cree en Dios cree que en el encuentro con los demás estamos en contacto con la realidad. Con el concepto de “Dios” pensamos en la unidad de dos predicados, que en nuestro mundo de experiencias únicamente a veces y jamás de modo necesario resultan vinculados entre sí: la unidad de los predicados “poderoso” y “bueno”, la identidad del poder absoluto y el bien absoluto, la unidad de ser y sentido. Esta unidad no es para nosotros una verdad analítica. No se comprende por sí misma, aun cuando Rousseau lo creyera. Él pensaba que todo el mal provenía de debilidad y que el Omnipotente no podía tener razón alguna para no ser bueno. Aquí no discuto sobre esto. En todo caso, debemos decir que los predicados “poderoso” y “bueno” no significan lo mismo, así como no significan lo mismo las palabras “estrella de la tarde” y “estrella de la mañana”. Sólo sucesivamente los hombres han descubierto que las dos palabras tienen la misma “referencia”, y por consiguiente significan la misma estrella, es decir, Venus. Quien cree en Dios, cree que el poder absoluto y el bien absoluto tienen la misma referencia: la santidad de Dios. Los gnósticos de los primeros siglos cristianos negaban esta identidad. Ellos atribuían los dos predicados a dos divinidades, un poder malo, el Deus universi, dios y creador de este mundo, y un dios, que es luz, que aparece desde lejos en la oscuridad de este mundo. La fe en un único Dios es la fe según la cual para esta luz, que ilumina a todos los hombres que vienen a este mundo, tiene validez la afirmación del Evangelio de Juan: “Él estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por Él”. Quien cree en Dios, cree que estos dos incondicionados son idénticos: lo incondicionado de lo que es en cuanto es, lo incondicionado de la realidad factual, y lo incondicionado del bien. Incondicionado de la realidad factual: “como todas las cosas están es Dios, Dios es como todas las cosas están”, se lee en Wittgenstein. Contra aquello que es del modo que es no se plantea objeción alguna. “El destino guía a los bien dispuestos, mientras arrastra consigo a cuantos se le oponen”, señala una máxima de los estoicos. “Inschallah” —“si Dios


quiere”—, dicen los musulmanes cuando manifiestan un propósito. Y lo mismo había recomendado el Apóstol Santiago mucho tiempo antes. El fiel acoge de las manos de Dios y sin acusar a Dios todo cuanto sucede y no está en condiciones de modificar. Job acusa a Dios por las desgracias que han llovido sobre él. Sus amigos quieren convencerlo de que Dios es justo y él debe buscar en sí mismo la causa de sus propias desgracias. Job no comprende esto y Dios reprocha al final a sus amigos: su defensa de Dios es menos devota que el lamento de Job. De las intenciones de Dios ellos comprenden bastante poco, exactamente como Job. Dios entonces reduce a Job al silencio, no cuando él se defiende, sino diciéndole: “¿Dónde estabas cuando cimenté la tierra? Dilo, si tanto sabes y entiendes”… ¿Querrá todavía el censor disputar con el Omnipotente? … “¿Tienes un brazo como el de Dios, una voz potente como la suya?” Esto ilumina a Job, que responde: “Hablé sin pensar de maravillas que me superan y que ignoro… Sólo de oídas te conocía, pero ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto y me arrepiento echado en el polvo y la ceniza”. La sumisión incondicional a la voluntad de Dios, que se manifiesta en lo que ocurre y en aquello que nosotros no podemos modificar es la actitud fundamental de todos los que creen en Dios. ¿Pero qué significa sumisión a aquello que no podemos en todo caso modificar? ¿No es tal vez más digno al menos negarnos a aceptarlo? ¿Pero a quién le interesa esto, si Dios no existe, si el destino es ciego y el universo indiferente ante la aceptación tanto como ante el rechazo o de hecho ante la protesta? Cuando Job protesta ante Dios, esto ocurre porque él piensa en Dios como un ser al cual corresponde ser bueno. En la protesta está presente también el reconocimiento de aquel a quien dirigimos la protesta. Si nosotros lo considerásemos [a Dios] indiferente al dolor del mundo, no tendría sentido alguno protestar. Por este motivo, los Salmos siempre piden a Dios la salvación “por amor de tu Nombre”. La idea que está detrás de eso es que Dios es, por así decir, responsable ante sí mismo de acudir en ayuda de su pueblo. Y cuando Leon Bloy, el “mendigo ingrato”, escribe: “Tout ce qui arrive est adorable”, lo hace únicamente porque cree, contra toda apariencia, que todo cuanto sucede tiene su origen en una voluntad infinitamente buena, es decir, santa. Es importante recalcar esto hoy día, cuando de hecho los sacerdotes, más que invocar en favor nuestro la bendición del Dios omnipotente, hablan solamente del “Dios bueno”. El discurso sobre la bondad de Dios, sobre Dios que es amor, queda desprovisto de su aspecto transformador si no dice quién es aquel del cual se dice que Él es amor, es

«Contrariamente a lo afirmado por David Hume, según el cual “We never advance one step beyond ourselves”, aquel que cree en Dios cree que en el encuentro con los demás estamos en contacto con la realidad».

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«Cuando Leon Bloy, el mendigo ingrato, escribe: “Tout ce qui arrive est adorable”, lo hace únicamente porque cree, contra toda apariencia, que todo cuanto sucede tiene su origen en una voluntad infinitamente buena, es decir, santa».

TOMÁS DE AQUINO PENSABA, CONTRARIAMENTE A BUENAVENTURA, CONTEMPORÁNEO SUYO, QUE MIENTRAS LA CREACIÓN DEL MUNDO ES CIERTAMENTE DEMOSTRABLE, NO LO ES EN CAMBIO SU COMIENZO TEMPORAL, DEL CUAL SÓLO TENEMOS CONOCIMIENTO GRACIAS A LA REVELACIÓN.

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decir, si no dice que Él es la Potencia que guía nuestra existencia y el mundo. Únicamente semejante Potencia, ciertamente, puede salvarnos de la muerte. La idea de un amor absoluto, infinito, viene a ser una idea puramente regulatoria si en ella no se piensa en la unidad de dos condiciones absolutas, la condición infinita de lo factual, del destino, y la condición infinita del bien. Este último, el bien, no se manifiesta ante nosotros —o en todo caso sólo lo hace a veces— en lo que sucede, sino más bien en la voz sumisa, aun cuando sea inexorable, de la conciencia, la voz de la razón práctica, cuyo juicio a menudo parece situarnos en contraste con aquello que efectivamente ocurre. Nadie en el mundo puede obligarnos a llamar bien al mal y mal al bien, aun cuando el juicio de la conciencia no es enteramente infalible y aun cuando la conciencia, al igual que la razón, necesita formación y eventualmente corrección para juzgar en forma realmente racional. Por consiguiente, quien cree que el bien y el ser, en última instancia y fundamentalmente, son lo mismo; quien cree ciertamente no contra toda razón, sino contra la apariencia, cree en el Dios oculto. Lo factual no se oculta ante nosotros. Se encuentra ante todos. Y tampoco el bien permanece oculto ante nosotros. La razón y la conciencia nos permiten conocerlo. Lo que se oculta ante nosotros es la unidad de estos dos absolutos, la unidad de poder y sentido, de omnipotencia y amor. Es esta unidad la que permanece oculta ante nosotros, aun cuando sea con todo razonable creer en ella. La Cruz parece ser su refutación, y la Resurrección su demostración. Si digo que es razonable creer en esta unidad es porque no podemos pensar en ninguno de estos dos absolutos en forma consecuente hasta el final sin pensar cada vez al mismo tiempo en el otro. El poder absoluto, la esencia de lo que es no sería esta esencia, no sería lo Absoluto, si no tuviese siempre al frente un ojo silencioso, que inexorablemente la orienta. Si el bien no fuese parte del ser, el ser no sería todo, es decir, no sería la totalidad. El ojo que inexorablemente dirige y es al mismo tiempo inexorablemente bueno es en sí mismo parte del ser, sin lo cual el ser no sería todo. Pero también es efectivo lo contrario: si el bien fuese impotencia, entonces no sería el bien tout court, puesto que la impotencia del bien no es bien. La fe en el poder del bien es lo que nos permite abandonarnos activamente a la realidad, sin que debamos temer que en un mundo absurdo también toda buena intención sea juzgada como algo absurdo. Tomás de Aquino tiene presentes estos dos absolutos, que nosotros consideramos en el concepto de Dios, cuando habla de las dos voluntades de Dios, la voluntad de mando y la voluntad histórica, es decir, de lo que Dios quiere que nosotros queramos y de lo que Él quiere que suceda. La voluntad histórica está oculta ante nosotros. Sólo llegamos a conocer lo que Dios quiere que suceda cuando ya


ha sucedido. Aquello que Él quiere que nosotros queramos, eso lo sabemos en todo momento. Se trata de la moralidad, y en esto nos iluminan la razón y la conciencia o también los Diez Mandamientos. En cuanto a lo que Dios quiere que suceda, esto no lo sabemos anticipadamente y por consiguiente tampoco podemos procurar desearlo y hacerlo. Podemos únicamente someternos a semejante voluntad. Debemos obedecer a la voluntad de Dios. Tomás da un ejemplo. Un hombre cometió un crimen. Es obligación del rey buscar con afán a ese hombre para imponerle la pena que merece. Es obligación de la esposa de este hombre ayudarlo cuando se esconde. A ella Dios exige lo contrario, puesto que el rey debe ocuparse del bien del Estado y la esposa en cambio del bien de la familia. La “absoluta voluntad” de Dios, la única que se ocupa del bien del universo, se muestra en definitiva en el hecho de que ese hombre al final sea o no detenido. El rey y la esposa deben aceptar este resultado humildemente como voluntad de Dios. El rey no puede dar muerte a Antígona, desde el momento

«Lo factual no se oculta ante nosotros. Se encuentra ante todos. Y tampoco el bien permanece oculto ante nosotros. La razón y la conciencia nos permiten conocerlo. Lo que se oculta ante nosotros es la unidad de estos dos absolutos, la unidad de poder y sentido, de omnipotencia y amor. Es esta unidad la que permanece oculta ante nosotros, aun cuando sea con todo razonable creer en ella. La Cruz parece ser su refutación, y la Resurrección su demostración». (Jesús puesto en el sepulcro. Óleo de Rembrandt).

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«El marxismo ha superado el dualismo entre significado histórico y moral y ha deducido la orientación de la acción del sentido histórico que supone haber comprendido: “A nosotros –es decir, los revolucionarios que ejecutan el sentido de la historia–, a nosotros todo nos está permitido”, escribe en una oportunidad Lenin, el cual, en otro pasaje, aclara también cómo en el marxismo no está presente “ninguna gran ética”. De ese modo, Lenin hizo surgir una implicación decisiva del ateísmo. Probablemente tenía en el oído la expresión de Dostoievski: “Si Dios no existe, todo está permitido”».

que ella cumple su obligación de hermana con el hermano culpable de alta traición y le da sepultura. Antígona no puede convertirse en una terrorista que impida al rey cumplir su obligación. Lo que Tomás llama voluntad absoluta de Dios se realiza en la historia mediante la continua transgresión de la voluntad expresada en sus mandamientos. “Oh, feliz culpa de Adán”, canta la Iglesia todos los años en la noche de Pascua. El Mefistófeles de Goethe piensa del mismo modo cuando se define como “parte de esa fuerza, que siempre desea el mal y crea siempre el bien”. Dios es representado aquí como un pintor de la creatividad infinita, en cuyo cuadro, que se desarrolla progresivamente, un malhechor lanza permanentemente esbozos de color. El pintor, sin embargo, utiliza cada uno de estos esbozos para transformar continuamente el cuadro, al agregarse cada esbozo, en algo cada vez más perfecto. Al final se dirá: el cuadro terminado no sería lo que es sin las alteraciones del malhechor. Lo que se tendría habría sido por lo tanto un cuadro distinto. No debemos ceder ante la tentación —escribe Tomás— de querer conspirar contra la voluntad absoluta de Dios. En este sentido Jesús dice sobre la traición de Judas: “El Hijo del hombre debe ser entregado, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!”. Sólo el marxismo ha superado el dualismo entre significado histórico y moral y ha deducido la orientación de la

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acción del sentido histórico que supone haber comprendido: “A nosotros —es decir, los revolucionarios que ejecutan el sentido de la historia—, a nosotros todo nos está permitido”, escribe en una oportunidad Lenin, el cual, en otro pasaje, aclara también cómo en el marxismo no está presente “ninguna gran ética”. De ese modo, Lenin hizo surgir una implicación decisiva del ateísmo. Probablemente tenía en el oído la expresión de Dostoievski: “Si Dios no existe, todo está permitido”. ¿Pero qué motivo tenemos para admitir que Él existe? Sabemos lo que entendemos cuando decimos “Dios”: un Absoluto, que tiene en sí mismo su propio fundamento, porque Él es aquello que tiene sentido por excelencia, aquello que es suficiente para sí mismo. La doctrina cristiana de la Trinidad traduce cabalmente este concepto de Dios, cuando lo concibe como amor omnipotente, y ciertamente como amor en sí mismo, de tal manera que no se requiere mundo ni hombre alguno para realizar su esencia. Dios nunca está solo. En tal caso, de hecho Él sería únicamente una parte de la realidad, y por lo tanto menos que Dios y mundo juntos. La creación del mundo sería la eliminación de una carencia y no libre acto del amor. Dios es en sí mismo amor, lo cual significa: Él se refleja en sí mismo, Él tiene en sí mismo una imagen adecuada de sí mismo, tiene el Logos como algo vivo que se encuentra frente a Él, y su

LAS OBJECIONES CIENTÍFICAS CONTRA LA INTERPRETACIÓN ESTÁNDAR DE LA MACROEVOLUCIÓN SON CADA VEZ MÁS RELEVANTES Y HAN LLEGADO ENTRETANTO TAMBIÉN A LAS PÁGINAS DE SANTUARIOS CIENTÍFICOS COMO LAS REVISTAS “NATURE” Y “SCIENCE”. SU DEBILIDAD ESTRATÉGICA CONSISTE ÚNICAMENTE EN EL HECHO DE QUE NO PUEDEN PRESENTAR NINGUNA TEORÍA “MEJOR”, ES DECIR, MÁS PRODUCTIVA, DE ACUERDO CON LAS NORMAS CIENTÍFICAS. (...)

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procesión en el Logos, el “Hijo”, ocurre en un darse, que nuevamente es Dios mismo, el santo Pneuma o, como decimos nosotros, los occidentales, en el Espíritu Santo. Los misterios del cristianismo son el cumplimiento imprevisto de aquello que en el concepto de Dios es anticipado por la razón.

III

(...) Y LA HISTORIA DE LA CIENCIA MUESTRA QUE POR REGLA GENERAL LAS TEORÍAS SÓLO SON EXPULSADAS POR TEORÍAS MEJORES, Y NO MEDIANTE LA MERA IDENTIFICACIÓN DE SUS PUNTOS DÉBILES, Y TAMPOCO POR REFUTACIONES. LA ALUSIÓN A UN “PROYECTOR” DIVINO DESDE EL PRINCIPIO NO SE ACEPTA COMO EXPLICACIÓN, PORQUE IMPLICA ALUDIR A ALGO NO OBSERVABLE QUE NO SE PUEDE RECONSTRUIR.

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Con todo, queda la siguiente interrogante: ¿tenemos un motivo para aceptar que al rumor en torno a Dios, es decir, aquello que nosotros pensamos cuando decimos “Dios”, corresponda algo en la realidad? Nosotros tenemos, como dice Kant, un “ideal sin defectos” de este Ser supremo, un “concepto que sella y corona la totalidad de la experiencia humana”. Sin embargo, ¿qué motivo tenemos para creer que a este concepto, como también dice Kant, corresponda una “realidad objetiva”? ¿Qué motivo tenemos para creer que nuestro agradecimiento por una mañana resplandeciente o por un amor afortunado tenga un destinatario y los lamentos de los infelices no queden sin eco en un universo indiferente? “Nadie ha visto a Dios”, escribe el Apóstol Juan. La pregunta es: ¿ha dejado el autor de la película en la cual nosotros participamos su firma oculta en tal medida que uno pueda encontrarla si lo desea? La facultad que nos permite buscar a Dios es la razón. No es la razón instrumental, que, como dice Nietzsche, nos hace ser “animales ingeniosos”, sino la capacidad con la cual el hombre va más allá de sí mismo y su propio ambiente y puede situarse en relación con una realidad que lo trasciende. Es la facultad mediante la cual podemos saber que en ese pequeño punto que en el cielo se extiende detrás de una estela de condensación, que no tiene significado alguno en nuestro contexto vital, se encuentran hombres para los cuales, por el contrario, nosotros aquí abajo no tenemos que desempeñar rol alguno. Creer que Dios existe significa que Él no es una idea nuestra, sino que nosotros somos una idea suya. Significa por consiguiente “vuelco” de la perspectiva, conversión. Si Dios existe, entonces esto es lo más importante, más importante que el hecho de nosotros ser. Existe una gran historia del esfuerzo de los hombres por apoyar su convicción sobre la existencia de Dios a través de la búsqueda racional de huellas, para reforzar y justificar su certeza intuitiva mediante motivos racionales. Pablo define como “obediencia razonable” la fe que él predica. Por consiguiente, no dice mucho el hecho de que todas las demostraciones de la existencia de Dios sean especialmente controvertidas. Si una decisión radical sobre la orientación de nuestra vida dependiera de las demostraciones de las matemáticas, en ese caso también estas demostraciones


Relicario del siglo XV con brazo de Santo Tomás de Aquino. Maastricht, Holanda.

estarían sujetas a controversias. Sus premisas lógicas se someterían a discusión. También las demostraciones tradicionales de la existencia de Dios, desde Agustín hasta Descartes, Leibniz y Hegel, tienen premisas que ellos presuponen como reconocidas. Todas las demostraciones, como escribe Leibniz en una ocasión, son en este sentido argumenta ad hominem. Sin embargo, Kant y Nietzsche objetaron esta presuposición. ¿Cuál es esta presuposición? ¿Qué debemos presuponer como reconocido para encontrar convincentes las demostraciones clásicas de la existencia de Dios? Aquí aludo únicamente a la demostración de la existencia de Dios que en todas las épocas ha sido la más difundida a nivel popular. Ésta tiene como punto de partida la existencia indudable de procesos orientados a un fin, es decir, aquellos procesos que podemos comprender solamente a partir de una conclusión como, por ejemplo, el vuelo de las aves hacia el sur, que sólo podemos comprender cuando sabemos que allá los pájaros encuentran alimento. Sin

TRATÁNDOSE DE LA VALIDEZ DE LOS PRIMEROS PRINCIPIOS DE NUESTRO PENSAMIENTO EN FUNCIÓN CON LA VERDAD, ÉL [STO. TOMÁS] ARGUMENTA SIMPLEMENTE COMO ARISTÓTELES CON LA REDUCTIO AD ABSURDUM DE LA POSICIÓN CONTRARIA. QUIEN NIEGA LA CAPACIDAD DE VERDAD DE LA RAZÓN O NIEGA LA VALIDEZ DEL PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN, SENCILLAMENTE NADA PUEDE DECIR.

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UNA VEZ REALIZADA SU OBRA, EL ILUMINISMO ESTÁ OBLIGADO A SUPRIMIRSE A SÍ MISMO, DESDE EL MOMENTO EN QUE, COMO ESCRIBE NIETZSCHE, “TAMBIÉN NOSOTROS, ILUMINISTAS, NOSOTROS, ESPÍRITUS LIBRES DEL SIGLO XIX, VIVIMOS AÚN DE LA FE DE LOS CRISTIANOS, FE QUE TAMBIÉN TENÍA PLATÓN, SEGÚN LA CUAL DIOS ES LA VERDAD, Y LA VERDAD ES DIVINA”.

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embargo, las aves no lo saben. Por lo tanto, como conclusión se dice que debe existir una conciencia creadora situada en la base de estos procesos. Me detengo un momento en este argumento, porque tiene un rol importante en el debate entre los teóricos del llamado “Intelligent-design” y los darwinianos en cuanto a la interpretación de la evolución de la vida y las formas de lo viviente. En primer lugar, es preciso decir que la visión evolucionista del Universo favorece la fe en Dios. Aristóteles considera que el universo, junto con todas las formas naturales de lo viviente, es eterno. Ciertamente es Dios quien mantiene este universo en movimiento, pero no es que haya comenzado a hacerlo en un determinado tiempo. Tomás de Aquino pensaba, contrariamente a Buenaventura, contemporáneo suyo, que mientras la creación del mundo es ciertamente demostrable, no lo es en cambio su comienzo temporal, del cual sólo tenemos conocimiento gracias a la Revelación. Teniendo hoy nosotros conocimiento de una historia de la naturaleza, la pregunta sobre el origen se plantea de modo más urgente que antes porque ahora asume la forma de la pregunta sobre el comienzo. Tener que pensar en un origen súbito, sin fundamento, de un mundo a partir de la nada implica una pretensión a nivel de la razón, que sitúa en la sombra a toda otra pretensión; pero lo mismo ocurre con la pretensión de pensar en un origen involuntario de la vida, el instinto, la interioridad y la autoconciencia como resultados de procesos materiales, como resultados de mutaciones casuales y de la selección de lo que es útil para la supervivencia. Semejantes procesos no pueden explicar cómo se llega a una “tendencia”, que experimentamos en nosotros mismos y debemos al menos atribuir a todos los seres vivos superiores. ¿Cómo es posible el dolor y el placer, cómo es posible la negatividad en un mundo de pura facticidad? Palabras como “fulguración” o “emergencia” ocultan el hecho de que no tenemos la menor idea del modo en que algo como la interioridad puede surgir de un mundo de puros objetos. El signo menos en las matemáticas es tan positivo como el signo más. Sin embargo, su significado es distinto, y por tanto hay un salto en una dimensión totalmente distinta. De más por más siempre y únicamente resulta más. El menos nunca puede construirse a partir del más. En cambio el más puede simplemente surgir del menos, porque menos por más da como resultado menos, exactamente como más por menos. Con la vida, sin embargo, surge algo así como un significado en el mundo. Con ella surge algo así como lo verdadero y lo falso. Cuerpos puramente materiales no pueden estar vinculados con algo así como un error. Esto es posible, en cambio, para todo ser vivo. Ello no significa que la visión darwiniana de la evolución tenga en sí misma errores ya a su propio nivel, si bien también esto hoy parece


cada vez más verosímil. Significa únicamente que dentro de esta teoría se excluye por principio algo nuevo. Simplemente no se percibe. Del mismo modo, en la observación de procesos vitales, el físico no verifica violación alguna de las leyes físicas, sino que en principio no puede percibir lo que es específico del ser viviente, ni el hecho de surgir la interioridad. Quisiera aclarar aquí lo que pienso mediante la siguiente analogía ulterior. Se sabe que Bach, en sus composiciones, atribuyó ocasionalmente a la imagen de la nota un significado simbólico; por ejemplo, un simbolismo de la cruz. Bach escribió en cifras también pequeños textos verbales en sus composiciones. El más conocido es el tema de la fuga: B-A-C-H. Es menos conocido un procedimiento de escritura en cifras bastante avanzado, en el cual los valores de las notas se transforman en valores numéricos y éstos además en significados alfabéticos. Investigaciones recientes de historia de la música han llegado a lo siguiente: hay publicaciones contemporáneas que describen con precisión el procedimiento de una escritura en cifras de ese tipo, llamado entonces “Gematria” y que en gran medida provienen de la Cábala. Si analizamos las sonatas para violín en sol menor, en la bemol y en do mayor, pero sobre todo la sonata en sol menor, sobre la base de este método y sus reglas de transformación, entonces de pronto nos encontramos con este texto rosacruz: “Ex Deo nascimur, in Christo morimur, per Spiritum Sanctum reviviscimus” (“De Dios nacemos, en Cristo morimos, mediante el Espíritu Santo revivimos”). La sonata es conocida y apreciada desde hace siglos. Puede analizarse e interpretarse de manera puramente musical, y esta interpretación es enteramente legítima. Sin embargo si alguien, guiado por el rumor en torno a Dios, la examina con otra clave de decodificación, descubrirá de pronto el texto mencionado. Por consiguiente, se trata claramente de un doble código, que nos permite ver una fuerza creadora casi divina de Bach. La idea de que este texto en cifras surja, por así decir, como epifenómeno de la composición de un músico es tan absurda que nadie podría pensar en sostener semejante tesis. Con todo, no es menos absurda la idea de que el mundo de significado y sentido, que surge con la vida, pueda entenderse como epifenómeno de un proceso regido por factores que no tengan relación alguna con este mundo y sean ciegos e indiferentes ante el mismo. Esta doble codificación es evidente, y cerrar los ojos ante este dualismo presupone una decisión dogmática, en la cual un apreciado teórico de la conciencia de orientación materialista, como es Daniel Dennett, se reconoce abiertamente. Dennett escribe que nunca se dejará convencer por un argumento que tome en consideración una hipótesis no materialista. Las objeciones científicas contra la interpretación estándar de la macro-evolución son cada vez más relevantes y han llegado entretanto

AL SUPRIMIRSE EL ILUMINISMO A SÍ MISMO, EL RESULTADO ES EL NIHILISMO. SIN EMBARGO, DE ACUERDO CON LA VISIÓN DE NIETZSCHE, ESTO LIBERA EL ESPACIO NECESARIO PARA UN NUEVO MITO; PERO, NATURALMENTE, EN EL FONDO TAMPOCO SE PUEDE DECIR ESTO, DESDE EL MOMENTO QUE EN GENERAL NADA VERDADERO SE PUEDE DECIR. EN REALIDAD, SE TRATARÍA ÚNICAMENTE DE DETERMINAR CON QUÉ MENTIRA SE VIVE MEJOR.

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también a las páginas de santuarios científicos como las revistas “Nature” y “Science”. Su debilidad estratégica consiste únicamente en el hecho de que no pueden presentar ninguna teoría “mejor”, es decir, más productiva, de acuerdo con las normas científicas. Y la historia de la ciencia muestra que por regla general las teorías sólo son expulsadas por teorías mejores, y no mediante la mera identificación de sus puntos débiles, y tampoco por refutaciones. La alusión a un “proyector” divino desde el principio no se acepta como explicación, porque implica aludir a algo no observable que no se puede reconstruir. «El filósofo francés Michel Foucault formuló del modo más conciso lo que por primera vez había pensado Nietzsche: “No podemos pensar que el mundo nos ofrece un rostro legible”. Lo que Nietzsche ponía en tela de juicio en cuanto principio era la capacidad de verdad de la razón y de ese modo la idea de algo así como la verdad en general».

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IV Volvamos a los argumentos en torno a la existencia de Dios. El primer gran golpe en contra fue dado por Kant con su tesis según la cual nuestra razón teórica y sus instrumentos constitutivos, las categorías, sólo sirven para ordenar nuestra experiencia. Y en este marco también la idea de Dios tiene una función de sistematización. Con todo, para la razón teórica también es válida la proposición de Hume: “We never do one step beyond ourselves”. La razón no nos permite decir algo sobre la realidad misma y por consiguiente tampoco algo en torno a Dios, en la medida en que Él es algo más que una idea. Sólo la razón práctica, sólo la experiencia consciente impulsa, y más bien nos obliga a asumir la hipótesis de la existencia de un Ser que logre mantener juntos los dos absolutos, el del ser y el del bien, y garantice que el curso del mundo no conduzca la voluntad buena al absurdo. “He debido delimitar el saber para crear un puesto para la fe”, escribe Kant. Es Nietzsche sin embargo quien dio el golpe decisivo, cuando puso en tela de juicio en cuanto principio una presuposición aceptada en todas las demostraciones tradicionales de la existencia de Dios, la presuposición de la inteligibilidad del mundo. El filósofo francés Michel Foucault formuló del modo más conciso lo que por primera vez había pensado Nietzsche: “No podemos pensar que el mundo nos ofrece un rostro legible”. Lo que Nietzsche ponía en tela de juicio en cuanto principio era la capacidad de verdad de la razón y de ese modo la idea de algo así como la verdad en general. En esta idea ciertamente hay, según él, una presuposición teológica, la presuposición de que Dios existe. Sólo si Dios existe se da algo distinto a imágenes subjetivas del mundo, algo como “cosas en sí” de las cuales ya había hablado Kant. Las cosas son como Dios las ve. Si no existe una mirada de Dios, no se da ninguna verdad más allá de nuestras perspectivas subjetivas. Nietzsche habla de la creencia de Platón, que es también la creencia de los cristianos, la creencia de que Dios es la verdad y que la verdad


es divina. Por lo tanto, todas las demostraciones de la existencia de Dios padecen de lo que los lógicos llaman una petitio principii. Estas demostraciones presuponen exactamente lo que quieren demostrar: Dios. ¿Es esto justo? Sí y no. Desde un punto de vista teórico, no lo es. Es verdad que Tomás de Aquino, en sus “cinco vías”, nunca presupone expresamente una tesis semejante sobre la estructura lógica del mundo y sobre la capacidad de verdad de la razón. Sin embargo, la presupone tácitamente. El hecho de que esta presuposición tenga en último término su fundamento en Dios está claro ontológicamente para él, pero esto no llega a una reflexión gnoseológica. Tratándose de la validez de los primeros principios de nuestro pensamiento en función con la verdad, él argumenta simplemente como Aristóteles con la reductio ad absurdum de la posición contraria. Quien niega la capacidad de verdad de la razón o niega la validez del principio de contradicción, sencillamente nada puede decir. Por el contrario, de hecho la tesis según la cual no existe la verdad presupone a lo menos que esta tesis es verdadera. De otro modo llegamos a lo absurdo. Sin embargo, aquí Nietzsche presenta la siguiente objeción: ¿quién nos dice que no vivimos en lo absurdo? Sin duda, todos nos enredamos en contradicciones, pero así es simplemente. La desesperación de la razón consigo misma no puede articularse a su vez en una forma lógicamente consistente. Debemos aprender a vivir sin verdad. Una vez realizada su obra, el Iluminismo está obligado a suprimirse a sí mismo, desde el momento en que, como escribe Nietzsche, “también nosotros, iluministas, nosotros, espíritus libres del siglo XIX, vivimos aún de la fe de los cristianos, fe que también tenía Platón, según la cual Dios es la verdad, y la verdad es divina”. Al suprimirse el Iluminismo a sí mismo, el resultado es el nihilismo. Sin embargo, de acuerdo con la visión de Nietzsche, esto libera el espacio necesario para un nuevo mito; pero, naturalmente, en el fondo tampoco se puede decir esto, desde el momento que en general nada verdadero se puede decir. En realidad, se trataría únicamente de determinar con qué mentira se vive mejor. Es conocida la anécdota de la siguiente inscripción en la pared: “Dios ha muerto. Firmado: Nietzsche”, debajo de la cual alguien escribió: “Nietzsche ha muerto. Firmado: Dios”. Pero algo queda de Nietzsche. Lo que queda es la lucha contra el banal nihilismo de la sociedad del entretenimiento, es la conciencia puntual y desesperada de lo que significa que Dios no existe. Y lo que teóricamente queda es la comprensión de la relación interna e indivisible de la fe en la existencia de Dios con la idea de la verdad y la capacidad de verdad y por consiguiente con la personalidad del hombre. Estas dos convicciones se condicionan recíprocamente.

PERO ALGO QUEDA DE NIETZSCHE. LO QUE QUEDA ES LA LUCHA CONTRA EL BANAL NIHILISMO DE LA SOCIEDAD DEL ENTRETENIMIENTO, ES LA CONCIENCIA PUNTUAL Y DESESPERADA DE LO QUE SIGNIFICA QUE DIOS NO EXISTE. Y LO QUE TEÓRICAMENTE QUEDA ES LA COMPRENSIÓN DE LA RELACIÓN INTERNA E INDIVISIBLE DE LA FE EN LA EXISTENCIA DE DIOS CON LA IDEA DE LA VERDAD Y LA CAPACIDAD DE VERDAD Y POR CONSIGUIENTE CON LA PERSONALIDAD DEL HOMBRE.

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LA HUELLA DE DIOS EN EL MUNDO, DESDE LA CUAL HOY DEBEMOS EMPRENDER LA PARTIDA, ES EL HOMBRE, SOMOS NOSOTROS MISMOS. CON TODO, ESTA HUELLA TIENE LA PECULIARIDAD DE COINCIDIR CON SU DESCUBRIDOR, Y POR LO TANTO DE NO EXISTIR INDEPENDIENTEMENTE DEL MISMO.

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En cuanto aparece la idea de vivir en lo absurdo, la reductio ad absurdum puramente gnoseológica deja de ser una refutación. Ya no podemos aducir demostraciones de la existencia de Dios sobre el fundamento seguro de la capacidad de verdad del hombre, puesto que este fundamento sólo es seguro a partir de la presuposición de la existencia de Dios. Sólo podemos tener simultáneamente ambas cosas. No sabemos quiénes somos antes de saber quién es Dios; sin embargo, no podemos saber algo de Dios si no queremos percibir esa huella de Dios que somos nosotros mismos, nosotros en cuanto personas, en cuanto seres finitos, pero libres y capaces de verdad. El neopragmatista estadounidense Richard Rorty escribió, en perfecta sintonía con Nietzsche: “Sólo podría haber un fin superior de búsqueda en nombre de la verdad si existiera algo así como una justificación última… una justificación ante Dios”. La huella de Dios en el mundo, desde la cual hoy debemos emprender la partida, es el hombre, somos nosotros mismos. Con todo, esta huella tiene la peculiaridad de coincidir con su descubridor, y por lo tanto de no existir independientemente del mismo. Cuando nosotros, víctimas del cientismo, ya no creemos en nosotros mismos, quiénes y qué somos, cuando nos dejamos convencer de que sólo somos máquinas para la difusión de nuestros genes, cuando consideramos nuestra razón únicamente como producto de una adaptación evolutiva, que nada tiene que ver con la verdad, y cuando el carácter contradictorio en sí mismo de esta afirmación no nos espanta, entonces no podemos esperar que algo pueda convencernos de la existencia de Dios. Como ya he dicho, de hecho esta huella de Dios que somos nosotros mismos no existe sin que nosotros lo queramos, aun cuando —gracias a Dios— Dios existe de manera totalmente independiente del hecho de que nosotros lo reconozcamos, sepamos de Él o lo agradezcamos. Lo que podemos anular es únicamente a nosotros mismos. El concepto de la semejanza del hombre con Dios, a menudo empleado puramente como una metáfora edificante, asume hoy un significado preciso e inesperado. Semejanza con Dios significa capacidad de verdad. Donde el amor no es sino la verdad realizada. El amor se puede definir como la transformación real del otro por mí. Ningún concepto del mensaje del Nuevo Testamento tiene un significado tan central como el concepto de verdad. “Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad”, responde Cristo al preguntarle Pilato si Él es un rey. Esta respuesta permanece hasta hoy junto a la pregunta de Pilato: “¿Qué es la verdad?” La personalidad del hombre reside en su capacidad de verdad y coincide con la misma. Esto es hoy puesto en tela de juicio por


«Cuando nosotros, víctimas del cientismo, ya no creemos en nosotros mismos, quiénes y qué somos, cuando nos dejamos convencer de que sólo somos máquinas para la difusión de nuestros genes, cuando consideramos nuestra razón únicamente como producto de una adaptación evolutiva, que nada tiene que ver con la verdad, y cuando el carácter contradictorio en sí mismo de esta afirmación no nos espanta, entonces no podemos esperar que algo pueda convencernos de la existencia de Dios». (Escultura de Auguste Rodin)

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¿DE QUÉ TIPO ES ESTA REALIDAD DEL PASADO, EL ETERNO SER VERDADERA DE TODA VERDAD? LA ÚNICA RESPUESTA SE ENUNCIA ASÍ: ESTAMOS OBLIGADOS A PENSAR EN UNA CONCIENCIA QUE CUIDA TODO CUANTO OCURRE, UNA CONCIENCIA ABSOLUTA. NINGUNA PALABRA PRONUNCIADA UN DÍA SERÁ UN DÍA NO PRONUNCIADA, NINGÚN DOLOR NO PADECIDO, NINGUNA ALEGRÍA NO VIVIDA. EL PASADO PUEDE DEJAR DE VERSE, PERO NO ES POSIBLE HACER QUE NO HAYA SIDO. SI LA REALIDAD EXISTE, ENTONCES EL FUTURO ANTERIOR ES INEVITABLE Y CON ÉSTE EL POSTULADO DEL DIOS REAL.

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biólogos, teóricos de la evolución y las neurociencias. No puedo entrar en el debate que se ha desarrollado al respecto. Sólo quisiera decir que en la actualidad toda visión puramente espiritualista del hombre es incorporada por el naturalismo. Sin embargo, para el naturalismo el conocimiento no es lo que este mismo considera ser. El conocimiento no nos ilumina sobre lo que es, consistiendo en cambio en adaptaciones al ambiente con fines de supervivencia. Sin embargo, ¿cómo podemos saber esto si nada podemos saber? El hecho de que el hombre sea enteramente naturaleza, un ser natural proveniente de la vida subhumana, puede no ser letal para la autocomprensión del hombre únicamente con la condición de que la naturaleza, por su parte, haya sido creada por Dios y la creación del hombre corresponda con una intención divina. Por este motivo, no es necesario que el proceso evolutivo, que con Darwin prefiero definir como proceso de descendencia, se entienda como proceso teleológico, es decir que en éste el generador de lo nuevo no sea el azar. Lo que es el azar visto desde el punto de vista de las ciencias naturales puede ser intención divina en la medida en que es reconocible por nosotros como proceso orientado hacia un fin. Dios actúa tanto a través del azar como a través de leyes naturales. Si los biólogos hablan de “fulguración” y “emergencia” para exorcizar con las palabras lo inexplicable, creer en Dios significa entonces tener un nombre para esta irrupción de lo nuevo, un nombre que en el fondo no reduzca lo nuevo puramente a lo antiguo, el nombre “creación”. La capacidad de verdad se puede comprender sólo como creación. Quisiera aclarar lo que pienso, es decir, el hecho de que la verdad presupone a Dios, con un último ejemplo, una demostración de Dios que sea, por así decir, resistente a Nietzsche, una demostración de Dios a partir de la gramática, más precisamente del llamado Futurum exactum (el futuro anterior). El Futurum exactum, el segundo futuro, está para nosotros necesariamente vinculado con el presente. Decir de algo que es ahora equivale a decir en el futuro que eso ha sido. En este sentido toda verdad es eterna. El hecho de que el 10 de diciembre de 2009 se hayan reunido muchas personas en Venecia para una conferencia de Robert Spaemann sobre “Racionalidad y fe en Dios” no es verdad sólo hoy, sino que es verdad para siempre. Si hoy nosotros estamos aquí, mañana habremos estado aquí. Como pasado, como haber estado del futuro presente, el presente siempre sigue siendo real, siempre pasado real. Sin embargo, ¿de qué tipo es esta realidad? Se podría decir: como visibilidad en las huellas que ella deja con su acción causal. Con todo, estas huellas disminuyen cada vez más. Y quedan huellas mientras quien las ha dejado es recordado. Mientras se recuerda el pasado, no es difícil responder a la pregunta sobre el género de su ser. Tiene su realidad precisamente


«Por este motivo, no es necesario que el proceso evolutivo, que con Darwin prefiero definir como proceso de descendencia, se entienda como proceso teleológico, es decir que en éste el generador de lo nuevo no sea el azar. Lo que es el azar visto desde el punto de vista de las ciencias naturales puede ser intención divina en la medida en que es reconocible por nosotros como proceso orientado hacia un fin. Dios actúa tanto a través del azar como a través de leyes naturales».

en el ser recordado. Sin embargo, el recuerdo tarde o temprano se desvanece. Y tarde o temprano ya no habrá hombres en la tierra. Finalmente también la tierra desaparecerá. Como al pasado siempre pertenece un presente, del cual el pasado ha pasado, deberíamos por consiguiente decir que con el presente que recordamos desaparece también el pasado, y el futuro anterior pierde su significado. Sin embargo, es esto precisamente lo que no podemos pensar. La proposición “en el futuro más lejano ya no será verdad que nosotros nos encontrábamos esta tarde reunidos aquí” carece de sentido. No admite pensar en ella. Si nosotros un día habremos dejado de haber sido, entonces de hecho tampoco somos reales ahora, como afirma el budismo de modo consecuencial. Si la realidad presente dejará un día de haber sido presente, entonces la misma de hecho no es real. Quien elimina el futuro anterior elimina el presente. Sin embargo, una vez más: ¿de qué tipo es esta realidad del pasado, el eterno ser verdadera de toda verdad? La única respuesta se enuncia así: estamos obligados a pensar en una conciencia que cuida todo cuanto ocurre, una conciencia absoluta. Ninguna palabra pronunciada un día será un día no pronunciada, ningún dolor no padecido, ninguna alegría no vivida. El pasado puede dejar de verse, pero no es posible hacer que no haya sido. Si la realidad existe, entonces el futuro anterior es inevitable y con éste el postulado del Dios real. “Temo —escribe Nietzsche— que no nos libraremos de Dios mientras sigamos creyendo en la gramática”. El problema es que no podemos evitar creer en la gramática. También Nietzsche pudo escribir lo que escribió únicamente porque confió a la gramática lo que quiso decir.

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«El niño no se concibe ni se educa a partir de un solo sexo. Esto es privarlo de una dimensión esencial de lo real que no podrá compensar la presencia en su medio social de personas del otro sexo. El niño sólo se desarrolla positivamente en la doble identificación con su padre y su madre, quienes —es preciso recordar— son un hombre y una mujer. Son los únicos que pueden proporcionarle los materiales psíquicos y simbólicos que necesita para desarrollarse.» (Dibujo a tinta de Rembrandt).

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La adopción de niños por personas homosexuales POR TONY ANATRELLA

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os derechos del niño a nacer y vivir en una familia constituida por un hombre y una mujer están sumamente amenazados. Así, la adopción y la posibilidad de utilizar medios de asistencia médica en la procreación (AMP) por personas del mismo sexo, al igual que en el matrimonio, han llegado a ser reivindicaciones políticas. Éstas plantean serias interrogantes que a menudo se han eludido en nombre de la igualdad de derechos de todos los ciudadanos ante la ley. La reflexión es sustituida por un sentimiento de compasión que se resume mediante la siguiente afirmación: “Por cuanto personas del mismo sexo se aman, casémoslas y facilitémosles el acceso a la filiación”. Es una formulación rápida y sin pensar, ¿porque se puede tener certeza de que se trata de amor cuando al parecer no se cumplen las condiciones? ¿Se debe legitimar de este modo el deseo de un hijo en su dimensión más imaginaria, desarticulada de la carne? El cuestionamiento va aún más lejos, puesto que, en nombre de una visión discutible de la no discriminación, se da a entender un sentido absoluto de los derechos, un sentido puramente sentimental del matrimonio, de objeto incierto, y una concepción instrumental de los hijos. Los derechos van acompañados de obligaciones y especialmente en relación con los hijos.

QUERER SER PADRES COMO LOS DEMÁS ES UNA ILUSIÓN IGUALITARIA, PUESTO QUE POR ENCONTRARSE ESAS PERSONAS FUERA DEL ESTADO CONYUGAL, NO PUEDEN SERLO EN JUSTICIA. ESTÁ EN JUEGO EL INTERÉS DEL NIÑO.

Un problema antropológico Aquí no está en juego lo religioso, como algunos pretenden, sino lo antropológico, en la medida en que la sociedad, pero también el matrimonio y la filiación, sólo pueden apoyarse en un hecho objetivo: la diferencia sexual. La teoría del género que inspira las leyes europeas internacionales afirma que la sociedad ya no debe depender de la diferencia sexual inscrita en el cuerpo, sino de la diferencia de sexualidades, es decir, de orientaciones sexuales. Ahora bien, éstas proceden de pulsiones parciales y son independientes de la identidad del hombre y la mujer, ya que sólo hay dos identidades: de hombre y de mujer. Una pulsión o —en el mismo orden de ideas— una preferencia sexual no constituye una identidad. Creer esto constituye una visión ideológica en contradicción con la condición humana. El hijo

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UNA PULSIÓN O —EN EL MISMO ORDEN DE IDEAS— UNA PREFERENCIA SEXUAL NO CONSTITUYE UNA IDENTIDAD. CREER ESTO CONSTITUYE UNA VISIÓN IDEOLÓGICA EN CONTRADICCIÓN CON LA CONDICIÓN HUMANA.

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proviene de la unión del hombre y la mujer, y de este hecho objetivo se desprende la relación educativa. El interés del niño es estar en las mismas condiciones de parentesco que entre un padre y una madre. Ciertas encuestas sociológicas han querido mostrar que los niños, al vivir en un ambiente homosexual, no presentaban trastorno afectivo, social ni intelectual alguno; pero sus parámetros están lejos de ser pertinentes y sus conclusiones sirven más bien para justificar presuposiciones que para probar ese estado de hecho. De estos trabajos se desprende una forma de idealismo cuando se pretende que los niños no van a enfrentarse con problema alguno al vivir con personas homosexuales. En otras palabras, quisieran hacernos creer que la relación entre esas personas y los niños será neutra y sin consecuencias notables. En realidad, en relación con otras situaciones, observamos que los niños ya experimentan los efectos de inseguridad de una pareja sin armonía, los efectos de ruptura de la unidad psíquica con el divorcio y los efectos de una crisis de origen en la adopción. ¿Cómo será la situación en un ambiente homosexual con efectos disonantes entre la naturaleza de su origen y de la relación educativa, y cómo denominar a esos dos adultos que se presentan como sus “padres” encontrándose en realidad en un autoparentesco? Es un “parentesco” autoproclamado por el sujeto a raíz de su deseo de obtener un hijo forzando lo real. La ley civil siempre podrá inventar una ficción jurídica de “parentesco”, lo cual en nada cambiará la verdad de la realidad de la generación. La modificación del vocabulario es igualmente extraña cuando el término “parentesco”, propio de los padres, los abuelos y los colaterales, es reemplazado por el término “parentalidad” para designar a todos los adultos que pueden sucederse en la vida del niño desempeñando un rol parental. La transformación del lenguaje es indicadora del deseo de modificar el sentido de la familia, que ya no dependería de la relación y de una pareja estable constituida por un hombre y una mujer. No todas las situaciones particulares deben institucionalizarse y menos aún las que son contrarias a la procreación. Querer ser padres como los demás es una ilusión igualitaria, puesto que por encontrarse esas personas fuera del estado conyugal, no pueden serlo en justicia. Está en juego el interés del niño. ¿Cómo no podrá este último plantearse la interrogante sobre la legitimidad de esos adultos del mismo sexo que están con él? ¿Qué estatuto tendrá para el niño la sexualidad unisexual de dos adultos? ¿Cómo podrá él representarse su propia concepción de manera coherente con la concepción universal de la generación? Es engañoso permitir a los niños escuchar que habría diversas formas de concebirlos fuera de una relación constituida por un hombre y una mujer.


El deseo de un hijo, muy loable en la vida de un adulto, se presenta a veces en forma muy compleja en una pareja o en la psicología de una mujer y también de un hombre, y aun en mayor medida cuando no pueden concebir hijos en condiciones normales. En las personas homosexuales, este deseo suele ser patético e inquietante, pero, en justicia para el niño, no es pertinente. Una visión igualitaria impide, especialmente en Europa, que los niños sean adoptados y educados únicamente por una pareja constituida por un hombre y una mujer. En nombre de la no discriminación basada en la orientación sexual, se pretende, sin otros elementos de reflexión, que independientemente de su situación, un hombre o una mujer estarían en condiciones de adoptar un niño. Es una visión ideológica que no favorece al niño. Olvidamos que las condiciones en las cuales el niño es adoptado determinan su vida y el destino de su personalidad que se manifiesta muchos años después de la infancia. Esto atañe también a la representación que adopta una sociedad de la filiación. Como psicoanalista, atiendo a personas homosexuales que se encuentran en distintas situaciones, y con ellas estoy dispuesto a hacer un trabajo sobre su vida psíquica con el fin de mejorar su existencia; pero como ciudadano no puedo concebir que la sociedad, por mediación del legislador, transmita el sentido de la generación situándolo fuera de la diferencia sexual. Pueden existir diversas formas de sexualidad con todos sus problemas psicológicos, antropológicos y morales; pero sólo hay dos sexos y este dato del hombre y la mujer tiene ya un sentido en sí mismo y para la generación que no correspondería modificar a merced de las fantasías y las frustraciones de unos y otros. El derecho del niño debe ser siempre prioritario en nuestra reflexión. Las necesidades, el interés del niño y la coherencia del sentido de filiación requieren más bien racionalidad que meras reivindicaciones subjetivas. Sería por lo demás profundamente discriminatorio, injusto e ilegítimo en relación con los derechos del niño privar a éste de la alteridad sexual en su familia, constituida por un hombre y una mujer. Todas las compensaciones sociales imaginables jamás podrán sustituir la experiencia más allá de lo subjetivo que el niño podrá tener a partir de la relación de su madre con su padre. El interés superior del niño se sitúa en esta perspectiva y no en el envolvimiento afectivo de dos personas del mismo sexo. La interrogante que se plantea no es saber si esas personas serán generosas, leales y honestas con el niño, sino saber en qué estructura relacional se encontrará. La sociedad actual tiene más tendencia a privilegiar las aspiraciones afectivas de los adultos sin discernimiento alguno que a definir la filiación a partir de las necesidades y derechos del niño, que limitan con todo el narcisismo invasor de los adultos.

PUEDEN EXISTIR DIVERSAS FORMAS DE SEXUALIDAD CON TODOS SUS PROBLEMAS PSICOLÓGICOS, ANTROPOLÓGICOS Y MORALES; PERO SÓLO HAY DOS SEXOS Y ESTE DATO DEL HOMBRE Y LA MUJER TIENE YA UN SENTIDO EN SÍ MISMO Y PARA LA GENERACIÓN QUE NO CORRESPONDERÍA MODIFICAR A MERCED DE LAS FANTASÍAS Y LAS FRUSTRACIONES DE UNOS Y OTROS. EL DERECHO DEL NIÑO DEBE SER SIEMPRE PRIORITARIO EN NUESTRA REFLEXIÓN.

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La preeminencia de la no diferenciación sexual en el discurso social

LAS NECESIDADES, EL INTERÉS DEL NIÑO Y LA COHERENCIA DEL SENTIDO DE FILIACIÓN REQUIEREN MÁS BIEN RACIONALIDAD QUE MERAS REIVINDICACIONES SUBJETIVAS. SERÍA POR LO DEMÁS PROFUNDAMENTE DISCRIMINATORIO, INJUSTO E ILEGÍTIMO EN RELACIÓN CON LOS DERECHOS DEL NIÑO PRIVAR A ÉSTE DE LA ALTERIDAD SEXUAL EN SU FAMILIA, CONSTITUIDA POR UN HOMBRE Y UNA MUJER.

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En la perspectiva de la filosofía de la deconstrucción, actualmente se está pasando por una etapa conceptual encaminada a no tener que seguir hablando de orientaciones sexuales, afirmándose que la personalidad del sujeto se construye en la no diferenciación sexual, dejándose así abiertas todas las opciones posibles, mientras el deseo, calificado como orientación sexual, no proviene de una opción sino de un determinismo psíquico, que en muchos casos puede modificarse hacia la madurez de la heterosexualidad. Por consiguiente, el debate ya no está orientado hacia la diferencia sexual o las orientaciones sexuales (los deseos), sino hacia el estado original de la sexualidad, que debería concebirse de acuerdo con las categorías de la no diferenciación. Estamos en una sociedad que cultiva lo infantil hasta el punto de hacer creer que la finalidad de la sexualidad sería mantenerla en sus comienzos: aquella de la economía de lo infantil basada en las pulsiones parciales, lo imaginario, la captación violenta del otro y las intrigas edípicas. En esta lógica de la no diferenciación primitiva, cada uno es remitido a la supuesta opción de su orientación sexual, que constituirá su identidad. La homosexualidad sería una alternativa de la heterosexualidad, dependiendo la primera de una identificación parcial basada en un conflicto psíquico y articulándose la otra precisamente de acuerdo con la identidad masculina o femenina. El resto de las reivindicaciones se desprende casi automáticamente en cuanto el matrimonio y el niño deben ser materia de las necesidades subjetivas de cada uno y ya no del sentido del bien común y del interés del niño. La pretensión de igualdad de derechos en este ámbito desarrolla el sentimiento de la supremacía de la satisfacción con un solo sexo autosuficiente y hegemónico. El sujeto se encuentra así en la negativa de la carencia, imaginando que todo es susceptible de consideración hasta tomar posesión por todos los medios de un niño en detrimento de aquello que le da fundamento y lo estructura objetivamente. Una filiación estable jurídicamente en el marco de la monosexualidad es un acto intrínsecamente perverso en el sentido que está al margen de una relación auténtica compartida entre un hombre y una mujer. Únicamente la unión de ambos es el porvenir de la humanidad. El problema aquí planteado en cuanto al carácter pertinente del matrimonio y la adopción por personas homosexuales no está vinculado con la persona homosexual, que no debe ser puesta en tela de juicio —aun cuando es preciso preguntarnos lo que es y lo que representa psicológica y antropológicamente la homosexualidad—, sino con el hecho de querer redefinir la pareja, la relación conyugal y la familia a partir de la homosexualidad e imponer esto en la ley, lo


«Una filiación inscrita fuera de los cuerpos sexuados de la alteridad masculina y femenina es delirante. La visión ideológica del género reemplaza el sexo por una sexualidad construida sólo socialmente. En nombre de la paridad y la igualdad, se considera que todo es realizable, independientemente de la condición en la cual cada uno se encuentre. Esta visión totalitaria de la igualdad es tanto más perjudicial en la medida en que ya no se articula a partir del carácter complementario de los sexos».

cual es estructural y éticamente antinómico y por tanto inauténtico. El legislador hace perder toda credibilidad a la ley cuando inscribe en el código civil dos principios contradictorios, uno de los cuales se basa en la diferencia objetiva de la alteridad sexual y el otro depende de un deseo que no representa fundamento alguno posible en el vínculo social. Es preciso asimismo destacar que la homosexualidad, independientemente de su origen, no es un derecho proclamado sin razón por la Carta europea en nombre de la no discriminación, sino una peculiaridad que no puede ser el origen de la pareja, el matrimonio o el parentesco. El lenguaje y la ley civil pueden hacer trampas con las realidades de la vida, pero eso en nada modifica las condiciones humanas permanentes, que en uno u otro momento de la historia se recuerdan a la conciencia universal. La confusión de principios en este aspecto sólo puede oscurecer y fragilizar el marco propio de la sociedad, desestabilizando la pareja, el matrimonio y la familia, que no están a libre disposición del legislador y el poder político para que éstos cambien su naturaleza. Éstos tienen la responsabilidad de crear leyes en coherencia con la

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LA CONFUSIÓN DE PRINCIPIOS EN ESTE ASPECTO SÓLO PUEDE OSCURECER Y FRAGILIZAR EL MARCO PROPIO DE LA SOCIEDAD, DESESTABILIZANDO LA PAREJA, EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA, QUE NO ESTÁN A LIBRE DISPOSICIÓN DEL LEGISLADOR Y EL PODER POLÍTICO PARA QUE ÉSTOS CAMBIEN SU NATURALEZA.

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naturaleza altero sexual del matrimonio y la familia. Su transgresión favorece una confusión en la diferencia de generaciones e insinúa la endogamia de la misma con lo semejante, suscitando la inseguridad y acentuando la violencia en las relaciones humanas. Basta observar en qué condición moral se encuentran los países desarrollados cuando las políticas pasan por alto la condición humana permanente. El divorcio, al provocar el estallido de las familias debido a la fragilidad de la pareja, es una fuente profunda de incertidumbre y pérdida de las señales estructurantes. Son numerosos los niños provenientes de la muerte del ser familiar que al llegar a adultos establecen su árbol genealógico con el fin de situarse en la sucesión de los vínculos carnales y reconocerse en la encarnación de su filiación. ¿Qué ocurrirá con los niños provenientes de técnicas de asistencia para la procreación y los niños adoptados en un contexto homosexual, que serán hijos e hijas de nadie, es decir, de la desencarnación y la negación de la diferencia sexual? ¿Cómo podrán encontrar la respuesta para sus preguntas al estar insertos en el carácter unisexual de los adultos, que no pueden simbolizar ni la alteridad sexual ni el parentesco? Aparecen como hermanos o hermanas mayores sin sexo conyugal y sin ser capaces de inscribirlos en la diferencia de los sexos y las generaciones. Juegan al papá y la mamá como niños alienados en su complejo incestuoso. Sólo en los cuentos de hadas y en la psicosis nacen los niños fuera de una expresión sexual, asumiéndose de este modo todas las fantasías primarias de la procreación en la psicología infantil. El feminismo y las reivindicaciones homosexuales son la traducción de la ideología de la desexualización del proceso generativo y de la negación de la diferencia sexual: un rechazo del dato corporal a partir del cual sobreviene la vida. El desprecio por el sexo carnal y por el encuentro íntimo entre el hombre y la mujer dice mucho sobre el temor y el rechazo que inspira el hecho de cerrarse en lo unisexual. Una filiación inscrita fuera de los cuerpos sexuados de la alteridad masculina y femenina es delirante. La visión ideológica del género reemplaza el sexo por una sexualidad construida sólo socialmente. Además, en nombre de la paridad y la igualdad, se considera que todo es realizable, independientemente de la condición en la cual cada uno se encuentre. Esta visión totalitaria de la igualdad es tanto más perjudicial en la medida en que ya no se articula a partir del carácter complementario de los sexos que regula y relativiza un solo sexo, con el riesgo de tomarse como propia referencia, sino a partir del sentimiento de omnipotencia de un sexo, que tendría todas las aptitudes. Dos personas del mismo sexo carecen del poder de procreación entre ellas, del carácter simbólico desarrollado como extensión de la generación y de una verdadera relación educativa con aportes psicológicos estructurantes por ser complementarios.


Es extraño querer negar la diferencia sexual en la pareja, el matrimonio, la filiación y el parentesco y pretender imponerla donde no es necesaria, en diversos sectores de la empresa y la vida social y política. Es igualmente sintomático constatar que mientras más se niega la diferencia sexual, en mayor medida el discurso social hace un elogio de la diversidad, especialmente diversidades familiares que ya no estarían basadas en la familia natural (pareja hombre/mujer, lazos de sangre), sino que también corresponderían a los deseos de unos y otros y las situaciones en las cuales están implicados. Las series de televisión exaltan todos estos casos particulares sumamente minoritarios, pero sobre los cuales se quisiera hacer referencias entre otros, si bien no es así como vive la gente o espera realizarse. Hay una diferencia profunda entre la familia natural y situaciones peculiares, es decir, accidentales. El matrimonio y la familia se definen universalmente a partir de la alianza entre el hombre y la mujer y no de acuerdo con casos particulares, que en su mayoría no siempre son estructurantes para el sujeto ni para el vínculo social. La sociedad debe apoyar a menudo estos casos particulares y tiene razón al hacerlo, pero esto tiene un costo financiero, social y simbólico importante. Los estudios muestran que el matrimonio es una fuente de seguridad y expansión cuando los sujetos saben elaborar las distintas etapas afectivas. Es también una fuente de enriquecimiento económico para los cónyuges y la sociedad, mientras el divorcio empobrece a la familia. Corresponde entonces a la ley proteger al niño de tal manera que disponga de un padre y una madre. El sentido de la pareja y la familia inaplicable a la homosexualidad No podemos limitarnos al sentido del lenguaje cuando se aplican a una asociación monosexuada, es decir, homosexual, las mismas características que a una unión constituida entre un hombre y una mujer. Hay una diferencia cualitativa y de naturaleza en la cual están en juego al mismo tiempo componentes psicológicos no comparables y un sentido ético con una medida que no les es común. Así, la noción de pareja y la de familia nada tienen que ver con estas dos realidades. Dos personas del mismo sexo (que califico como dúo1) se encuentran en una monosexualidad en la cual están ausentes la alteridad sexual y la pareja generadora. No constituyen ni una pareja, ya que no hay alteridad ni complementariedad, ni una familia, puesto que el niño no proviene de dos personas del mismo sexo. No se concibe a otro con un igual. En otras palabras, la expresión del amor implica la diferencia sexual para ser fértil y fecunda en muchos aspectos, y el niño necesita proceder de un hombre y una mujer para inscribirse en la sucesión de las generaciones y la historia, y estar en su coherencia psicológica. Necesita encontrar materiales psíquicos en ambos. Dos hombres o

EL FEMINISMO Y LAS REIVINDICACIONES HOMOSEXUALES SON LA TRADUCCIÓN DE LA IDEOLOGÍA DE LA DESEXUALIZACIÓN DEL PROCESO GENERATIVO Y DE LA NEGACIÓN DE LA DIFERENCIA SEXUAL: UN RECHAZO DEL DATO CORPORAL A PARTIR DEL CUAL SOBREVIENE LA VIDA.

1 Anatrella, Tony, Époux, heureux époux, París, Flammarion.

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«La expresión del amor implica la diferencia sexual para ser fértil y fecunda en muchos aspectos, y el niño necesita proceder de un hombre y una mujer para inscribirse en la sucesión de las generaciones y la historia, y estar en su coherencia psicológica. Necesita encontrar materiales psíquicos en ambos. Dos hombres o dos mujeres junto a un niño lo privan de los datos estructurales de lo real, lo cual tendrá un costo psíquico y social».

DOS PERSONAS DEL MISMO SEXO CARECEN DEL PODER DE PROCREACIÓN ENTRE ELLAS, DEL CARÁCTER SIMBÓLICO DESARROLLADO COMO EXTENSIÓN DE LA GENERACIÓN Y DE UNA VERDADERA RELACIÓN EDUCATIVA CON APORTES PSICOLÓGICOS ESTRUCTURANTES POR SER COMPLEMENTARIOS.

2 Anatrella Tony, La diferencia prohibida, Madrid, Encuentro.

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dos mujeres junto a un niño lo privan de los datos estructurales de lo real, lo cual tendrá un costo psíquico y social. El discurso del ambiente, como lo destaqué en mi libro La diferencia prohibida2, al apoyarse en la teoría del género, que minimiza el sentido de la diferencia social en el vínculo social, produce discursos irrealistas y delirantes, separando la procreación de la diferencia sexual. Semejante segmentación de la sexualidad es y será fuente de violencias cuyos efectos se constatan entre los más jóvenes. La violencia que se desarrolla en los jóvenes es, entre otras cosas, expresión de una carencia del marco propio de la sociedad, que es desestabilizado por leyes patógenas. En otras palabras, al crear leyes contrarias al bien común, al sentido ético de la pareja y la familia y a las necesidades psíquicas, el legislador produce enfermedad en el vínculo social y la sociedad. Crea un sentimiento que niega realidades humanas estructurantes y es fuente de inseguridad y desocialización. Por este motivo, “la homoparentalidad”, por mucho que esta noción tenga un sentido, es una mentira social, ya que el niño no se concibe ni se educa a partir de un solo sexo. Esto es privarlo de una dimensión esencial de lo real que no podrá compensar la presencia en su medio social de personas del otro sexo. El niño sólo se desarrolla positivamente en la doble identificación con su padre y su madre, quienes —es preciso recordar— son un hombre y una mujer. Son los únicos que pueden proporcionarle los materiales psíquicos y simbólicos que necesita para desarrollarse. En ningún caso, la no diferenciación sexual y la homosexualidad pueden inspirar leyes en materia conyugal y familiar sin que a largo plazo veamos desarrollarse confusiones de identidad y personalidades de carácter psicótico, es decir, que carecen de sentido de la realidad y se mantienen en posturas imaginarias. Una sociedad sin sentido de la diferencia sexual pierde el sentido de la alteridad, la verdad y la realidad de


las cosas. Se manifiesta en particularidades singulares que no representan interés alguno para los fines de la sociedad y en nada participan en el desarrollo de la personalidad. En la negación de la diferencia sexual y en la complacencia de la inmadurez afectiva de la no diferenciación sexual, las personas ya no pueden hacer las distinciones elementales y la sociedad se disuelve relacionalmente. La visión monosexual de sí mismo y su existencia inscrita en la ley es un verdadero disolvente social, ya que no da testimonio de la alteridad sexual, que por sí misma fundamenta el matrimonio y la generación. La vida comienza con el encuentro de un hombre y una mujer. Su relación es el símbolo de la apertura al otro, a la generación y a la vida, apertura que la sociedad necesita para asegurar la convivencia y el respeto por el bien común.

El niño no es un derecho La igualdad de derechos ante la ley no significa que todas las situaciones son equivalentes y las personas pueden beneficiarse de los mismos derechos. Creemos de manera ilusoria que mientras más deseado es un niño, en mayor medida eso es testimonio de posibilidades de desarrollo para él. Debemos ciertamente prestar atención a la calidad del deseo, pero también y sobre todo saber si el niño es reconocido por sí mismo. A menudo, las interrogantes están ocultas detrás de una visión sentimental, asegurándonos que será más “amado” por personas homosexuales que lo “desean” que en una pareja que se desgarra en su relación. No reside en eso el problema, sino más bien en saber en qué estructura de relaciones será incorporado el niño. El niño no puede ser concebido y adoptado en cualesquiera condiciones. En vez de instalarse en la omnipotencia de los deseos, sería más humano, más auténtico y más realista aceptar renunciar a ellos cuando no se cumple con las exigencias en vez de tratar de forzar, incluso violar lo real. La filiación no se define a partir de la infertilidad, la adopción y un solo sexo. Es más bien la adopción lo que debe definirse a partir de una pareja generadora constituida por un hombre y una mujer, que hace legible el origen requerido por el niño para orientarse carnalmente. Hasta ahora se tenía razón al exigir un criterio de sexualidad de los solteros para adoptar a un niño con el fin de que sea educado por personalidades y en un medio donde la alteridad sexual es íntimamente integrada y aceptada. Sería preciso volver a eso.

ES EXTRAÑO QUERER NEGAR LA DIFERENCIA SEXUAL EN LA PAREJA, EL MATRIMONIO, LA FILIACIÓN Y EL PARENTESCO Y PRETENDER IMPONERLA DONDE NO ES NECESARIA, EN DIVERSOS SECTORES DE LA EMPRESA Y LA VIDA SOCIAL Y POLÍTICA.

El niño se diferencia gracias a su padre y su madre Cuando examinamos las motivaciones de las personas homosexuales que desean un niño, pareciera que éste no se concibe como tal, sino que es instrumentalizado para apoyar a los adultos. En un contexto

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DOS PERSONAS DEL MISMO SEXO SE ENCUENTRAN EN UNA MONOSEXUALIDAD EN LA CUAL ESTÁN AUSENTES LA ALTERIDAD SEXUAL Y LA PAREJA GENERADORA. NO CONSTITUYEN NI UNA PAREJA, YA QUE NO HAY ALTERIDAD NI COMPLEMENTARIEDAD, NI UNA FAMILIA, PUESTO QUE EL NIÑO NO PROVIENE DE DOS PERSONAS DEL MISMO SEXO. NO SE CONCIBE A OTRO CON UN IGUAL.

unisexual, el niño es más bien el referente social que sirve para validar el reconocimiento de la homosexualidad. Se trata de un fenómeno de mimetismo en que se aspira a ser como todo el mundo. Para un niño, es bien difícil diferenciarse siendo presa de un juego de identificación en un espejo sin apertura a la alteridad sexual, ya que ésta no existe íntimamente para dos personas del mismo sexo. Corre riesgo de desarrollar confusiones sobre su origen y su identidad, y sobre el sentido de su filiación, desvirtuada con dos personas semejantes. El niño integra de mejor manera el fenómeno edípico en una pareja generadora mientras uno de los componentes de la homosexualidad está vinculado, entre otros, con la negación de este complejo. La personalidad se mantiene así en la economía de la sexualidad infantil. El niño puede reconocerse de mejor manera en su identidad y en su lugar diciéndose: “Soy una niña, soy un niño, y más tarde seré un hombre como mi papá y una mujer como mi mamá”. Este discurso es difícilmente sostenible con dos adultos del mismo sexo. La unisexualidad de los adultos está dentro de un sistema de relación sin alteridad, que mutila en el niño numerosas dimensiones de lo real. La aceptación, por ejemplo, de la diferencia sexual es uno de los primeros límites que el niño descubre a través de sus padres. Está inscrita en el cuerpo. Si soy una niña, no puedo ser un niño y viceversa. Someter a revisión el parentesco basado en la diferencia sexual equivale a hacer creer al niño que sus deseos son ilimitados. El reconocimiento por parte del niño de la diferencia sexual le permite formar su inteligencia y tener acceso a la capacidad de hacer las distinciones estructurales y conceptuales. Será capaz de distinguir lo real de lo imaginario, la verdad de las cosas, su coherencia y su lógica sin tener que hacer trampas con las ideas, desvirtuar el juicio y manipular a los demás y las informaciones. Esto tiene relación con la verdad de su filiación, por cuanto un sujeto se organiza psicológicamente, entre otras cosas, a partir del sentido de su filiación y de lo intergeneracional. En una relación monosexual, el niño no dispone de un verdadero parentesco en sentido amplio: a menudo será imaginario y sin arraigo localizable. “La homoparentalidad” es una visión idealista del parentesco, que desencarna al niño.

Una sociedad que transgrede los interdictos principales y utiliza el precepto paradojal Una inquietante constatación se impone al observar que el poder político restringe cada vez más su acción, cuando no quiere legislar en el sentido del interés general que está en juego, sino en el de las costumbres, y esto en contradicción con la libertad de los ciudadanos, con las estructuras fundadoras de la pareja, el matrimonio y la familia y con los derechos y los intereses de los niños. De este modo

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«Al crear leyes contrarias al bien común, al sentido ético de la pareja y la familia y a las necesidades psíquicas, el legislador produce enfermedad en el vínculo social y la sociedad. Crea un sentimiento que niega realidades humanas estructurantes y es fuente de inseguridad y desocialización». (Dibujo a tinta de Rembrandt).

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LA ACEPTACIÓN DE LA DIFERENCIA SEXUAL ES UNO DE LOS PRIMEROS LÍMITES QUE EL NIÑO DESCUBRE A TRAVÉS DE SUS PADRES. ESTÁ INSCRITA EN EL CUERPO. SI SOY UNA NIÑA, NO PUEDO SER UN NIÑO Y VICEVERSA. SOMETER A REVISIÓN EL PARENTESCO BASADO EN LA DIFERENCIA SEXUAL EQUIVALE A HACER CREER AL NIÑO QUE SUS DESEOS SON ILIMITADOS.

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el legislador desestabiliza el marco propio de la sociedad instituyendo en las leyes transgresiones mayores. La sociedad se apoya en interdictos estructurantes, como la prohibición del incesto o el homicidio, y el respeto por la diferencia de los sexos y las generaciones. Ante estos interdictos que favorecen la vida, el legislador expresa preceptos paradojales, ya que al mismo tiempo recuerda el interdicto del homicidio y crea derogaciones específicas para suprimir niños en gestación mediante el aborto, para hacer experimentos con embriones y restablecer el eugenismo con el DPI (diagnóstico preimplantatorio), con miras a suprimir los embriones con riesgo de deformación hasta la trisomía 21. Procederá de la misma manera con la diferencia sexual, afirmando que el matrimonio confirma la institución conyugal entre un hombre y una mujer, y creando simultáneamente un contrato de sociedad (forma de unión civil) en el cual se atribuyen los mismos derechos que en el matrimonio, excepto la filiación en algunos países. En numerosos Estados, se aprueban leyes de excepción que procuran esquivar el edificio legislativo en relación con la familia para así permitir a personas homosexuales adoptar niños.

La homosexualidad no es un principio para educar a los niños Los medios de difusión y los militantes de las asociaciones homosexuales se otorgan incluso la facultad de trivializar la homosexualidad en numerosas series de televisión y en debates que evaden la problemática psíquica que está en juego, y de incluso propagarla en las escuelas. Una cosa es hacer un llamado a respetar a las personas y otra es permitir el matrimonio y la filiación a personas del mismo sexo e incluso imponer la homosexualidad entre los niños y los adolescentes en el ámbito escolar. Los jóvenes se encuentran a menudo en períodos de maduración afectiva y en el proceso de su identificación homosexuada (que no es todavía la homosexualidad) para adquirir confianza en su identidad. En vez de ayudarlos a encaminarse hacia la heterosexualidad, se les presenta la homosexualidad como una alternativa, cosa que no es así, lo cual les provoca una regresión, erotizando sus identificaciones iniciales. La mayoría de los jóvenes sale de esas sesiones ocultando sus sentimientos de rebeldía al ser manipulados de ese modo, ya que saben muy bien que los quieren llevar a un terreno que no representa una verdadera realización afectiva. A los medios de difusión y a los militantes de esta causa se les percibe como personas que desean justificar a cualquier precio una situación cuya base es problemática. Para los niños y los adolescentes, una pareja y una familia son un hombre y una mujer. El resto es un engaño social y un asunto de conveniencia ajeno al matrimonio y el parentesco. Bajo


pretexto de lucha contra “la homofobia”, la escuela se convierte así en objeto de influjos ideológicos, lo cual es una excusa para imponer una peculiaridad y despojar a los padres de su educación. La homosexualidad no puede convertirse en principio educativo, ya que está al margen de la norma de lo que constituye una pareja y una familia. Los niños y los adolescentes ya tienen dificultades para representarse lo que puede ser la vida sexual entre un hombre y una mujer, y la situación se complica aún más cuando se trata de dos personas del mismo sexo. Por lo demás, los niños perciben claramente que hay una incoherencia entre el hecho de ser padres y la manera de ejercer su sexualidad. En otras palabras, la adopción de los niños exige un criterio de sexualidad para que su vida sea confiada a adultos que están en la misma situación que para concebir un hijo entre un hombre y una mujer. Por este motivo, la escuela debe sobre todo considerar la preeminencia del sentido de la pareja y la familia constituidas por un hombre y una mujer. Conclusión:

Es de interés para la sociedad referirse a la diferencia sexual en vez de instalarse en la no diferenciación sexual La negación de la diferencia sexual y la afirmación de la no diferenciación sexual desarrollan un sentimiento de omnipotencia que genera desventajas e impide al niño tener acceso a una visión adecuada de la realidad y sus límites. ¿Acaso la única interrogante consiste en saber en qué estructura relacional debe inscribirse el niño? La respuesta está en los datos de lo real. El niño no procede de un solo sexo autosuficiente. Necesita que su madre sea una mujer y su padre un hombre. Cada uno de ellos se sitúa así en su identidad y permite al niño diferenciarse subjetiva y socialmente. La homosexualidad complica este proceso y no lo permite. Es una peculiaridad personal basada en una sexualidad ajena a la concepción, a la transmisión de la vida y a la educación de los niños. No habría alteridad sexual en la vida intrapsíquica de los adultos con los cuales el niño compartiría su existencia. Socialmente, no constituye una diferencia, como se pretende, y es la negación de todas las diferencias conyugales y parentales. Por consiguiente, no se puede definir racionalmente el parentesco y la filiación simple o plenaria, y menos aún la educación de los niños a partir de la homosexualidad, independientemente de su origen, bajo pretexto de un hipotético bienestar afectivo. Los derechos y el interés del niño tienen prioridad ante las exigencias subjetivas de los adultos. El interés del niño es estar incorporado en una relación que se inscribe en la continuidad de su concepción entre un hombre y una mujer. El derecho y el interés del niño son los criterios de discernimiento que limitan el derecho al niño de los adultos.

PARA LOS NIÑOS Y LOS ADOLESCENTES, UNA PAREJA Y UNA FAMILIA SON UN HOMBRE Y UNA MUJER. EL RESTO ES UN ENGAÑO SOCIAL Y UN ASUNTO DE CONVENIENCIA AJENO AL MATRIMONIO Y EL PARENTESCO. BAJO PRETEXTO DE LUCHA CONTRA “LA HOMOFOBIA”, LA ESCUELA SE CONVIERTE ASÍ EN OBJETO DE INFLUJOS IDEOLÓGICOS, LO CUAL ES UNA EXCUSA PARA IMPONER UNA PECULIARIDAD Y DESPOJAR A LOS PADRES DE SU EDUCACIÓN.

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M agisterio, teología y sensus fidei –Celebración de las 100 Asambleas plenarias de la Conferencia Episcopal de Chile– *

POR JOAQUÍN SILVA SOLE

Para la Facultad de Teología es motivo de gran alegría poder participar de la celebración de las 100 Asambleas plenarias de la Conferencia Episcopal de Chile. Agradecemos muy sinceramente a la Comisión Doctrinal del Episcopado, presidida por Mons. Fernando Chomali, e integrada por los Obispos Felipe Bacarreza y Andrés Arteaga, el que nos hayan dado la oportunidad de organizar esta celebración académica. La teología es experimentada Queremos agradecer muy cordialmente también la presencia de como lejana de la vida del cada uno de Uds.: del Presidente de la Conferencia Episcopal, pueblo creyente. En las librerías, Mons. Alejandro Goic; de nuestro Obispo y Gran Canciller, las estanterías teológicas son Cardenal Francisco Javier Errázuriz; de nuestros Vicarios reemplazadas con libros de Episcopales, del Sr. Rector de la Universidad, Prof. Ignacio esoterismo, de autoconocimiento Sánchez; de los profesores y estudiantes de nuestra Facultad, y y de autoayuda. Para muchos también de los administrativos que colaboran con nuestra tarea.

creyentes la teología no dice nada, no significa nada, ni siquiera saben qué pudiera ella ser. (...)

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ienso que esta celebración constituye un momento privilegiado para reflexionar acerca de las relaciones entre Magisterio y Teología, tarea que queremos abordar, brevemente, partiendo por explicitar nuestra comprensión tanto del magisterio como de la teología, como también de la referencia de ambos al sentido de la fe de todo el pueblo de Dios (sensus fidei). El Magisterio eclesiástico se debe comprender como un ministerio, es decir, como un servicio encomendado especialmente a los Obispos, que tiene por finalidad ayudar a toda la comunidad de los creyentes a permanecer fiel al Evangelio de Cristo, el único Maestro (Mt 23,8-10), interpretando auténticamente la palabra revelada de Dios1. Por su parte, la teología “es la búsqueda de una comprensión racional, en la medida de lo posible, de los misterios de la Revelación cristiana, creídos por fe: fides quaerens intellectum —la fe busca la inteligibilidad—, por usar una definición tradicional, concisa y eficaz”2. *

Palabras del autor y Decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile que introdujeron el acto conmemorativo que tuvo lugar en esa Facultad el miércoles 10 de noviembre. 1 Concilio Vaticano II, Dei Verbum, n. 10.

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Tanto el magisterio como la teología se deben a la Revelación de Dios en Jesucristo que ha sido acogida mediante la fe. Por ello, en esta distinción entre magisterio y teología hay que reconocer una unidad que la antecede y la determina internamente: y esto es el sensus fidei. Como explica el Papa Benedicto XVI, se trata de un «magisterio que precede» la labor teológica y toda definición dogmática: es “la capacidad infusa del Espíritu Santo, que habilita para abrazar la realidad de la fe, con la humildad del corazón y de la mente”4. Como lo hemos expresado hace poco, con ocasión de la inauguración del año académico el año 2008, estos tres testimonios de la comprensión y vida de la fe no siempre se han reconocido en la vida de la Iglesia, no se han comprendido relacionalmente, no se han vivido en la comunión a la que todos (...)Los teólogos a veces ellos se deben. Como afirmaba Juan Pablo II, “debemos constatar una difundida in- nos contentamos con la comprensión del significado y de la función del Magisterio de la Iglesia”5. En coherencia lógica de nuestras efecto, en un contexto cultural en el que la subjetividad de la persona proposiciones, sin siquiera se erige como criterio decisivo de la verdad, en el que la libertad preguntarnos por el significado del pensar se comprende como autonomía absoluta de la razón y que ellas pudieran tener para donde las expresiones institucionales de la verdad y de la libertad la comunidad de los creyentes gozan de escasa credibilidad, surge inevitablemente la pregunta o para la sociedad. Algunos piensan que cultivamos una por el sentido de aquello que llamamos “magisterio eclesiástico”6. En ocasiones existe la percepción —para algunos, la convicción— de teología para nosotros mismos. que los Obispos se pronuncian sobre temas, sin antes haber escuchado suficientemente a los teólogos, menos aún al pueblo de Dios. Se piensa que algunos de sus pronunciamientos no sólo fallan por las condiciones en que se comunican a la sociedad (deficiencias en el lenguaje, estilo, oportunidad, etc.), sino que, además, difícilmente se reconoce en ellos una voluntad de hablar de Dios y de su mensaje de salvación en Jesucristo. Las enseñanzas de los obispos no son así percibidas en su sentido teológico más hondo, sino como otro de los tantos discursos de órganos oficiales, defendiendo intereses institucionales, normalmente asociados a la defensa, pervivencia y expansión de la propia institución. Tampoco podemos dejar de considerar las tensiones y conflictos que se han producido entre el magisterio y la teología. Aunque estas tensiones no sean un hecho nuevo en la historia de la Iglesia7, durante los últimos decenios ellas han 2 4 5 6

Benedicto XVI, Audiencia General, Miércoles 4 de noviembre de 2009. Benedicto XVI, Audiencia General, Miércoles 7 de julio de 2010. Juan Pablo II, “Discurso de S.S. Juan Pablo II a la Asamblea plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe” (24 de Noviembre de 1995), n. 4. Estas cuestiones ya las hemos planteado en: J. Silva, El Magisterio en la Iglesia católica, Arzobispado de Santiago Vicaría General de Pastoral, Santiago 2005.

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1. Cardenal José María Caro

(1957-1958)

2. Cardenal Raúl Silva Henríquez

(1962-1968 / 1971-1975)

3. Monseñor José Manuel Santos

(1968-1971 / 1980-1983)

4. Cardenal Juan Francisco Fresno

(1975-1977)

1.

5. Monseñor Bernardino Piñera

2.

(1984-1987)

6. Cardenal Carlos Oviedo

Cavada (1995-1998)

7. Cardenal Francisco Javier

Errázuriz Ossa (1999-2004)

8. Monseñor Alejandro Goic

(2004-2010)

3.

4.

5. 7.

6.

8.

Retrato de algunos de los obispos que presidieron las 100 Asambleas Plenarias de la Conferencia Espiscopal de Chile.

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provocado desconcierto y dolor. Por su parte, la teología es experimentada como lejana de la vida del pueblo creyente. En las librerías, las estanterías teológicas son reemplazadas con libros de esoterismo, de autoconocimiento y de autoayuda. Para muchos creyentes la teología no dice nada, no significa nada, ni siquiera saben qué pudiera ella ser. Los teólogos a veces nos contentamos con la coherencia lógica de nuestras proposiciones, sin siquiera preguntarnos por el significado que ellas pudieran tener para la comunidad de los creyentes o para la sociedad. Algunos piensan que cultivamos una teología para nosotros mismos. ¿Y qué pasa con el sentido de la fe de los creyentes, con el así llamado sensus fidei fidelium, con este “magisterio que precede” todo magisterio y toda teología? Lo primero que pasa es que la mayoría de los creyentes preguntaría: ¿y qué es eso del sensus fidei?. Deferentemente, podríamos responder traduciendo el concepto. Pero, es probable, con ello no avanzaríamos mucho más. No ayuda a la comprensión del sensus fidei su identificación casi inmediata con la opinión de las mayorías en la Iglesia y, por tanto, con una cuestión que es determinable estadísticamente. Por esta misma El fundamento teológico de este vía se utiliza el sensus fidei —identificado con la opinión de las sentido de la fe se encuentra mayorías— como un argumento de autoridad para cuestionar en la acción del Espíritu, quien y contrarrestar la autoridad episcopal, o bien para simplemente genera en cada cristiano y demostrar cómo algunas de sus enseñanzas —particularmente en toda la Iglesia de Cristo las relativas a la sexualidad— no han sido acogidas por la comu- una especial capacidad para nidad de los creyentes8. Sin embargo, el fundamento teológico9 comprender y vivir la fe. de este sentido de la fe se encuentra en la acción del Espíritu, quien genera en cada cristiano y en toda la Iglesia de Cristo una especial capacidad para comprender y vivir la fe. Por la gracia del Espíritu, la comprensión y la vida de la fe no son prerrogativa de unos pocos —sean obispos o teólogos—, sino que don acogido en el amor y la libertad. Todo lo dicho, por cierto, son generalidades; probablemente, no representan a nadie en particular; sin embargo, indican un ambiente, una atmósfera, una experiencia eclesial en la cual teología, magisterio y pueblo de Dios no se reconocen en sus mutuas referencias, no se constituyen desde sus estructuras relacionales más fundamentales, ni se desarrollan en una auténtica comunión. Por este fundamento teológico, específicamente pneumatológico y eclesiológico, el sensus fidei no puede consistir en la simple adhesión a proposiciones que una mayoría circunstancial pudiera determinar como verdaderas10. El auténtico sensus fidei no se establece estadísticamente, sino por la conformidad de aquello que se 7 Baste recordar la oposición expresada por el Sínodo de París y por el Papa Gregorio IX a la teología que Tomás de Aquino intentaba articular, recurriendo para ello al pensamiento filosófico aristotélico. Cf. J.Silva, La verdadera religión, Universidad Católica del Maule: Colección Tabor 18, Talca 2000, 43 y ss. 8 Así, por ejemplo, en Chile se ha hablado de una rebelión de los fieles: R. Méndez, «Católicos en rebeldía», El Sábado 368 (2005) 30-34; R. Méndez, «La rebelión de los fieles?», El Sábado 366 (2005) 21. Al respecto pueden leerse las reflexiones de Antonio Bentué: «La «opinión» de las mayorías en la Iglesia», Mensaje 545 (2005) 16-19. 9 Aunque el “sentido de la fe de los creyentes” no sea una expresión bíblica, diversos textos dan testimonio de la acción del Espíritu en cada creyente cuando éste cree y busca comprender aquello que cree. (Cf. Ohly, C., Sensus fidei fidelium..., 12)

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cree y vive, con el Evangelio de Jesús, según éste ha sido testimoniado por los Apóstoles y luego por la tradición viva de la Iglesia. La coherencia con la revelación de Dios en Cristo es el criterio de la verdad y no la simple iluminación de algunos, sean estas mayorías o minorías11. De este modo, no todo lo que siente, piensa y expresa un creyente proviene directa e inmediatamente del Espíritu Santo12. El sensus fidei se constituye al interior de un proceso de discernimiento en el que progresivamente se va manifestando que lo creído y vivido está en profunda coherencia con la Sagrada Escritura, con el magisterio, con la tradición viva de la Iglesia. Es de este modo como el sensus fidei contribuye —junto a la teología y al magisterio— al acontecer del consenso de la fe. Este consenso, según Y. Congar, “es un efecto del Espíritu Santo y el signo de su presencia. Es lo que constituye la unidad de la Iglesia en el espacio y en el tiempo, es decir, según su doble dimensión de catolicidad y de su apostolicidad o de su Tradición”13. No sólo el sentido de la fe de los creyentes se valida en su capacidad de contribuir al consenso de la fe, sino que también a este consenso se deben orientar tanto el magisterio como la teología. Esta orientación no se establece como El auténtico sensus fidei no una imposición externa a lo que ellos son, sino que es reconocida se establece estadísticamente, desde las estructuras pneumatológicas y eclesiológicas que les dan sino por la conformidad de origen y sustentan como testimonios del acontecer de la verdad en aquello que se cree y vive, con nuestra historia. También el magisterio y la teología se constituyen el Evangelio de Jesús, según en testimonios históricos de la revelación de Dios, justamente por éste ha sido testimoniado por su capacidad para contribuir a la comunión. Y así como el sentido los Apóstoles y luego por la de la fe requiere del magisterio y de la teología para su propia reatradición viva de la Iglesia. (...) lización, también el magisterio y la teología requieren del sentido de la fe de los creyentes para contribuir efectivamente al consenso y comunión de la Iglesia. Nada ni nadie habla unívocamente del sensus fidei. Pero, gracias a Dios, todo puede llegar a ser signo de la acción del Espíritu en la Iglesia y en el mundo. Aunque no sepamos “de dónde viene ni a dónde va”, podemos oír su voz. Esa voz la podemos escuchar en las palabras de nuestros Obispos en comunión con el sucesor de Pedro, la podemos escuchar en el pensamiento teológico y en las múltiples formas en las que el pueblo creyente vive y celebra su fe. Y hoy —más que nunca en la historia— disponemos de los más variados medios de comunicación e información, a fin de que podamos oír mejor lo que el Espíritu quiere decir a la Iglesia (cf. Ap 2,7). Ahora bien, la tensión entre Magisterio y Teología es un hecho evidente a lo largo 10 Cf. C. Ohly, Sensus fidei fidelium: Zur Einordnung des Glaubenssinnes aller Gläubigen in die Communio-Struktur der Kirche im geschichtlichen Spiegel dogmatisch-kanonistischer Erkenntnisse und der Aussagen des II. Vaticanum, Eos Verlag Erzabtei, St. Ottilien 1999, 289-291. 11 Cf. Beinert, W., «Der Glaubenssinn der Gläubigen in Theologie- und Dogmengeschichte. Ein Überblick»; en: D. Wiederkehr, (ed.) Der Glaubenssinn des Gottesvolkes: Konkurrent oder Partner des Lehramts?, Herder, Freiburg - Basel - Wien 1994, 118. 12 Ohly, C. Sensus fidei fidelium: Zur Einordnung des Glaubenssinnes aller Gläubigen in die Communio-Struktur der Kirche im geschichtlichen Spiegel dogmatisch-kanonistischer Erkenntnisse und der Aussagen des II. Vaticanum, Eos Verlag Erzabtei, St. Ottilien 1999, 4. 13 Y. Congar, «La «reception» comme réalité ecclésiologique», Revue des Sciences philosophiques et théologiques 56 (1972) 395.

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de la historia de la Iglesia14 y durante los últimos decenios esta tensión ha tenido momentos bastante álgidos. Pero, como muy bien enseña la Congregación para la Doctrina de la Fe, el significado que se confiere a estas tensiones y el espíritu con el que se las afronta “no son realidades sin importancia: si las tensiones no brotan de un sentimiento de hostilidad y de oposición, pueden representar un factor de dinamismo y un estímulo que incita al Magisterio y a los Teólogos a cumplir sus respectivas funciones practicando el diálogo”15. No nos vaya a suceder como aquel pueblo del que decía Jesús: “la mente de este pueblo está embotada, tienen tapados los oídos y los ojos cerrados, para no ver nada con sus ojos ni oír con sus oídos, ni entender con la mente ni convertirse a mí para que yo los cure” (Mt 13,15). Todos tenemos necesidad de conversión. La santidad de la Iglesia —enseñó el Vaticano II— se expresa justamente en que —sostenidos por el Espíritu— buscamos permanentemente la conversión y renovación16. En la conversión ­—ha afirmado el Papa Benedicto XVI— “la mente se libera de los límites que le impiden acceder al misterio y los ojos se vuelven capaces de fijar la mirada en el rostro de Cristo”17. En lugar de afirmar unilateralmente parcelas de autoridad y poder, por (...) La coherencia con la legítimas que ellas sean, de lo que se trata es de la conversión revelación de Dios en Cristo a Cristo y a su Evangelio, para discernir en la comunión y el es el criterio de la verdad y no diálogo, la voz del Espíritu en nuestra historia, que nos impulsa la simple iluminación de algunos, sean estas mayorías o a ser testigos de la Vida y de la Verdad. Las 100 Asambleas Plenarias de los Obispos chilenos son un minorías. De este modo, no testimonio de comunión, de servicio eclesial y de servicio a la todo lo que siente, piensa y sociedad. Los múltiples y complejos problemas que ellas han expresa un creyente proviene abordado son expresión de cómo el Espíritu impulsa a su Iglesia directa e inmediatamente del a ser fiel a su Señor y Maestro en las condiciones concretas de Espíritu Santo. la historia. Han sido más de cuarenta años en los que se ha querido compartir los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias de nuestro pueblo, especialmente de los que más sufren. Celebramos estas 100 Asambleas no en virtud de los resultados de cada una de ellas, sino en virtud de la esperanza, de la fe y la caridad que ellas en su conjunto han querido animar. Dios quiera que esta celebración sea anticipo de una colaboración entre Magisterio y Teología cada día más fraterna, lúcida y creativa, que nos ayude a obispos y teólogos a hacer una contribución más eficaz al consenso de la fe, a ser un testimonio más creíble de la Verdad. Así lo espera la Iglesia y la sociedad. Para ello hemos sido llamados, según la gracia del Espíritu.

14 Cfr. nota 7 de este artículo 15 Congregación para la Doctrina de la Fe, Donum veritatis, n. 25. 16 Cf. Lumen gentium, n.8. En un sentido semejante se expresa la constitución pastoral sobre la Iglesia, Gaudium et spes: “Ciertamente que tiene la Iglesia la misión de hacer presente, visible en cierto modo, a Dios Padre y a su Hijo encarnado, por su incesante renovación y purificación, guiada por el Espíritu Santo. Y esto se obtiene, en primer lugar, con el testimonio de una fe viva y plena, educada precisamente para conocer con claridad las dificultades y superarlas” (n.21). 17 Benedicto XVI, Mensaje al Congreso Internacional sobre el teólogo Hans Urs von Balthasar (6 de Octubre de 2005).

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(Hans Hartung, vinĂ­lico su tela 61 x 38 cm., Collezione Arte e SpiritualitĂ Brescia).


ALGUNOS ASPECTOS ESENCIALES

Hacia una verdadera dirección espiritual POR ANDRÉS ARTEAGA MANIEU

C

onviene destacar un aspecto de la vida cristiana como es la dirección espiritual (en delante DE)1. En la tradición eclesial es un instrumento privilegiado para la formación y desarrollo de la ‘vida en Cristo’ para los discípulos misioneros, según sus diversas condiciones y estados de vida. Para los religiosos, dedicados a la vida contemplativa o de vida activa, que fueron los primeros en dar relieve, desde muy antiguo en Oriente, a Efectivamente, “hoy vuelve la figura del maestro o ‘padre espiritual’. Pero también para a hablarse de la dirección los laicos, ante los nuevos desafíos de una espiritualidad espiritual después de un contemporánea, que mediante intentos más o menos acertaperíodo de desvalorización dos, quiere comprometerse con la transformación del mundo y de abandono debido a mediante la puesta en práctica de los criterios del Evangelio. múltiples causas”. Se trata Una espiritualidad que supera el dualismo y la evasión, del redescubrimiento de un que es más unitaria, personalista, experiencial, liberadora “servicio que la Iglesia y comunitaria 2. Y no podemos dejar afuera a los sacerdotes ofreció durante siglos enteros seculares, llamados a cultivar una espiritualidad específica al hombre en su camino de fe, en una iglesia particular concreta, pero para el servicio de en la consecución de su la espiritualidad de todos 3. ¿Es algo del pasado? ¿Acaso tiene identidad cristiana, en su vigencia hoy? ¿Cuál debería ser su forma actual y futura? ¿Se aspiración a todas las posibles le puede seguir llamando ‘dirección’ espiritual en tiempos formas de santidad… ”. marcados por un fuerte sentido de autonomía? Sostengo en estas reflexiones introductorias que la DE es un servicio y una tarea tan urgente hoy como antes, que está inscrita en el corazón de la ‘memoria espiritual’ de la Iglesia. Hoy espera ser no sólo destacada, como importante medio de santificación y de crecimiento de la vida cristiana, sino también calurosamente alentada y practicada en nuevas y adecuadas formas, de acuerdo a la realidad y contexto de una nueva etapa de la historia humana y del aporte de la fe a su pleno desarrollo. Esta tarea no es 1 En este título, lo de ‘verdadera’ dirección espiritual, proviene de una frase de San Alberto Hurtado escrita en Puntos de Educación, fruto de una convicción personal e intelectual; y también de su experiencia personal como hijo y padre espiritual: “La verdadera dirección espiritual no aminora la libertad del alma, antes bien la estimula y la robustece”. 2 Cf. S. de Fiores, Espiritualidad Contemporánea, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, De Fiores, Goffi, Guerra (dirs.), San Pablo, Madrid 20005, 617-642. 3 G. Aschenbrenner s.j., en Quickening the Fire in Our Midst. The Challenge of Diocesan Priestly Spirituality, Loyola Press, Chicago 2002, 20-26, habla del ‘monaquismo del corazón’, como fundamento de una espiritualidad diocesana, que se funda en un corazón que permanentemente discierne.

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fácil y exige nuestro esfuerzo y atención. Se trata aquí entonces, como ya se ha indicado, de una mirada sólo inicial a la DE, por tanto una reflexión sencilla, fragmentaria, y necesitada de complementación. Partiendo de la práctica, de la vida concreta y de la experiencia eclesial, nos puede iluminar hacia el mejor desarrollo de la vida cristiana. Es necesario apuntar a la ‘verdadera’ dirección espiritual, y no a sus caricaturas.

Planteo del tema de la Dirección Espiritual Experiencia de San Alberto Hurtado Podemos decir que algunas dimensiones de la DE se han opacado o postergado en nuestros días. En particular el sentido de aprender a obedecer a Dios, mediante el conocimiento y búsqueda de la llamada y también una respuesta personal y concreta, adecuada y eclesial a su invitación al seguimiento. La urgencia por crecer en el espesor de la vida cristiana que reclaman estos tiempos, la renovada promoción de vocaciones sacerdotales y religiosas, y la formación de líderes cristianos en un mundo que cambia, exigen una mirada renovada y renovadora de la utilidad y la práctica de la DE4. Para crecer en la madurez y compromiso de la fe de los cristianos del Continente, hay que recuperar lo mejor que la historia nos lega al respecto5. No es el momento de hacer la historia de la DE, sino más bien de dar un paso previo, ayudar a sentar algunos de los presupuestos antropológicos y teológicos que la hacen posible y fecunda en la vida de la Iglesia, en base a su tradición o ‘memoria espiritual’. Pues pareciera que para comenzar una vida espiritual ‘en serio’ se necesita de una buena DE6. Esto exige hacer un aporte para iluminar la DE desde una mirada propositiva y alentadora más que otra mirada mas preventiva, que destaque sobre todo los peligros7. Desde aquí se entiende entonces la elección del título La Verdadera Dirección Espiritual. Parece que ése era también el 4 Algunas tesis doctorales que señalan la orientación de una renovación, que parte por asimilar en el presente una rica tradición de la historia: cf. I. Platovnjak, La Direzione Spirituale Oggi. Lo sviluppo della sua dottrina dal Vaticano II a ‘Vita Consacrata’ (1962-1996), Tesi Gregoriana, Serie Spiritualità 6, PUG, Roma 2001. G. Demacopolous, Five models of Spiritual Direction in the Early Church, Notre Dame Press, Indiana 2007 (es la publicación de una disertación en la Universidad de North Carolina); V. Copan, Saint Paul as Spiritual Director: An Analysis of the Imitation of Paul with Implications and Aplications to the Practice of Spiritual Direction, Paternoster, Milton Keynes 2007 (un trabajo realizado en Viena en el 2001 por un pastor evangélico muy cercano a sacerdotes y monjes católicos). 5 El Cardenal Jorge Medina hace un par de años nos entregó un texto en que señala algunos aspectos esenciales de la DE, cf. J. Medina, Apuntes sobre la Dirección Espiritual, La Revista Católica 108(2008), 179-189. Allí se enuncia una ‘ojeada retrospectiva’, que pretende “dar algunas pinceladas que pueden ilustrar el tema” en la perspectiva de “hacer una historia práctica de la dirección espiritual en la vida y la experiencia de la Iglesia”. Es un aporte, se puede decir algo más. En efecto, nuestras actuales circunstancias de la vida social y eclesial invitan con fuerza a decir algo más. 6 “Spiritual direction is direction given to people in their relationship with God. Just as a creative dialogue with other human beings cannot just be left to our natural responses, so too our intimate conversation with God needs formation and training. Precisely the fact that we are dealing here with the most intimate and precious relationship is the reason for direction. It is therefore not so strange that people who search for a deep and persistent prayer life always ask for some help”. Son palabras de H. Nouwen, en su artículo Spiritual Direction de Pneuma 3(1996). 7 Un acercamiento actualizado en. M. Costa, Direzione spirituale e discernimento. Edizioni ADP, Roma 20094, el autor intenta responder con una contribución a la reflexión sobre la urgencia de una sana dirección espiritual. R. Morneau, Spiritual Direction: A Path to Spiritual Madurity, Crossroad, New York 1998. K. Kuchan, Prayer as Therapeutic Process Toward Aliveness Within a Spiritual Direction Relationship, en JReligHealth 47(2008), 263-275.

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ánimo de San Alberto Hurtado, cuando ya en 1942 escribió Puntos de Educación, en donde no sólo recogía sus estudios de doctorado en pedagogía, lecturas, lecciones y trabajos de investigación intelectual, sino sobre todo su experiencia concreta personal como dirigido, y particularmente la experiencia de padre espiritual en el apostolado con los jóvenes. El Santo afirmaba: “Por eso crecen nuestros jóvenes tristes y desorientados sin haber encontrado en las vidas quien subrayara las buenas tendencias y corrigiera las que iban desviadas. Los que han tenido la suerte de encontrar un director de su alma pueden darse por muy felices. Santa Teresa de Jesús afirmaba que el comienzo de toda vida espiritual seria es un buen director espiritual. El fin de la dirección espiritual es infundir fuerzas al alma del joven para que el hombre de instinto se haga hombre de razón; el ser sentimental se transforma en ser voluntario; del mundo natural se levante el joven al mundo sobrenatural. El director ha de infundir amor a la vida moral, amor consciente, amor convencido. Todas las manifestaciones La historia y la actualidad de de la vida del joven han de ir encaminadas a su fin último. este servicio eclesial “indican El director ha de inculcar al joven el pensamiento de que en que hay que cambiar de estilo; todos los momentos debe vivir según la voluntad de Dios, pero no admiten la ausencia de y su misión es ayudarlo a que conozca esta voluntad en las la figura típica… sea cual sea el nombre que se le dé… sigue diversas circunstancias de la vida”8. La juventud necesita especialmente quien la ayude a subrayar en pie el hecho de que buenas tendencias y corregir las desviadas. Sin esa ayuda los la ‘dirección espiritual’ no jóvenes crecen “tristes y desorientados”. La DE ayuda a poner cambia su función esencial ‘razón’ y ‘libertad’ donde priman sólo el instinto y la emoción. Es de servicio a los hermanos el intento de mirar, con la ayuda de la Iglesia, la propia vida con llamados en Cristo y en la los ojos de Dios. Es Dios quien mejor nos conoce y su mirada es Iglesia a realizar el proyecto de sanadora. Ayuda, en definitiva, a levantarse del mundo natural salvación del Padre”. al sobrenatural mediante el conocimiento de la voluntad de Dios sobre la propia vida en las concretas circunstancias de cada uno. Y más adelante, expresaba San Alberto en ese ensayo sobre la educación, una convicción fundamental del educador, pastor y santo: “El director espiritual ha de dar capacidad al alma que dirige para que pueda vivir sin él. Por nada del mundo ha de disminuir su fuerza de obrar, de decidir, de resolver. La verdadera dirección espiritual no aminora la libertad del alma, antes bien la estimula y la robustece. El buen director sabe que Dios traza el camino de cada alma, y no él. Su papel sólo consiste en darle ayuda para que la descubra”9. Son palabras claras y contundentes. Eso lo aprendió personalmente San Alberto, como lo menciona el Padre Jaime Castellón s.j., vice-postulador de la causa de canonización, al presentar la evolución de la experiencia de Jesús en la vida del estudiante Alberto Hurtado10. En los años 1915 y 1916 se advierte un cambio 8 A. Hurtado, Puntos de Educación, Editorial Esplendor, Santiago 1942, 209. 9 Ibídem, 209-210. 10 J. Castellón, San Alberto Hurtado: el encuentro con Jesucristo, La Revista Católica 108(2008), 196-210.

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radical en él cuando estudiante secundario. Ha tomado como director al Padre Fernando Vives, que transmite esa solidez espiritual que irradiará por todas partes en su vida el futuro santo. Ya en el informe que el Padre Hurtado entrega al Padre Alvaro Lavín, su superior, sobre su entrevista con el Padre General de la Compañía, Juan Bautista Janssens, señala al resaltar su vocación social: “Toda mi vida, desde el Colegio, he sentido inclinación especial por la acción social, pero el trabajo tan atrayente y, por la gracia de Dios, fructuoso en medio de jóvenes orientado más especialmente a la dirección espiritual, me ha tomado estos años. De ninguna manera he pensado ni por un instante en desentenderme de la dirección espiritual de los jóvenes, de los Ejercicios, ni de la preocupación vocacional, orientaciones que me parecen definitivas para mi vida, cualquiera que sea el trabajo que me ocupe, pero sí desearía dejar totalmente el Colegio para realizar el plan que le someto…”11. La dirección espiritual ayuda ¿Qué le llevó a descubrir en la DE una inclinación especial y a poner ‘razón’ y ‘libertad’ la orientación ‘definitiva’ para su vida? Sin duda su experiendonde priman sólo el instinto cia personal de estudiante con el Padre Vives, los estudios de y la emoción. Es el intento pedagogía y teología, su trabajo concreto con los jóvenes y su de mirar, con la ayuda de la santidad, su lucidez para descubrir lo que los tiempos necesitan. Iglesia, la propia vida con los Su dedicación a la DE, y en definitiva a la formación de personas, ojos de Dios. Es Dios quien es uno de los aspectos que más huella dejaron en su paso por mejor nos conoce y su mirada Chile del siglo XX.

es sanadora.

Nuevo despertar de la Dirección Espiritual Efectivamente, “hoy vuelve a hablarse de la dirección espiritual después de un período de desvalorización y de abandono debido a múltiples causas”12. Se trata del redescubrimiento de un “servicio que la Iglesia ofreció durante siglos enteros al hombre en su camino de fe, en la consecución de su identidad cristiana, en su aspiración a todas las posibles formas de santidad… ”13. Y no sólo se trata de una tradición católica o cristiana, sino que también está presente en las diversas tradiciones espirituales de la humanidad14. Se discute si acaso los términos ‘paternidad’, ‘dirección’ y ‘acompañamiento’ espiritual son suplementarios o exclusivos15. Al hacer un análisis de su historia se advierte que además de complementarse mutuamente, cada uno destaca aspectos esen11 J. Castellón (ed.), Cartas e informes del Padre Alberto Hurtado s.j. Ediciones Universidad Católica, Santiago 2003, 194. 12 A. Mercati, Padre espiritual, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, S. de Fiores, T. Goffi, A. Guerra (dirs.), San Pablo. Madrid 20005, 1435. Entre las razones de esta nueva presencia de la dirección espiritual se señalan dos con la teología y con las ciencias humanas, su lugar en el florecimiento de la espiritualidad eclesial, su lugar en las recientes fundaciones de vida consagrada. Y no menos su papel en la experiencia de la laicidad o secularidad. 13 Ibídem, 1436. 14 Cf. N. Vest (ed.), Tending the Holy: Spiritual Direction Across Traditions, Morehouse Publishing, Harrisburg 2003, las dos primeras partes abordan las tradiciones budista, sufista, hindú, judía y cristiana (de esta última las tradiciones ignaciana, carmelitana, benedictina y evangélica). 15 Cf. I. P latovnjak , Spiritual Fatherhood, Direction and Accompaniment: Mutually Exclusive or Supplementary terms?, Bogoslovni vestnik 68(2008), 27-43.

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«El que solo se quiere estar, sin arrimo de maestro y guía, será como el árbol que está solo y sin dueño en el campo, que, por más fruta que tenga, los viadores se la cogerán y no llegará a sazón». (San Juan de la Cruz, óleo de Demetrio Piola, 1675)

ciales que permiten ayudar a buscar una mayor comprensión de Dios y el camino de seguir su voluntad16. Una de las causas del olvido o intento de ruptura con esta tradición es el afán de autonomía moderno, que sin duda ha marcado la mirada de todo lo humano, que incluye el crecimiento de la vida espiritual17. La historia y la actualidad de este servicio eclesial “indican que hay que cambiar de estilo; pero no admiten la ausencia de la figura típica… sea cual sea el nombre que se le dé… sigue en pie el hecho de que la ‘dirección espiritual’ no cambia su función esencial de servicio a los hermanos llamados en Cristo y en la Iglesia a realizar el proyecto de salvación del Padre”18. No cabe duda que entre los medios externos de santificación, la dirección espiritual “ocupa un lugar de importancia fundamental”19. Se trata, entonces, de una solidaridad eclesial y también intergeneracional, pues la experiencia de Dios es la que permite el verdadero conocimiento de Dios.

16 Ibídem, 40-42. 17 La autonomía o superación de toda dependencia se da en el contexto de la secularización. Cf. K. S chultz , Secularization: A Bibliographic Essay, en The Hedgehog Review (2006), 170-177. Especialmente lúcidos y recientes los estudios de Ch. Taylor , A Secular Age, Belknap Press of Harvard University Press, Cambrdge 2007; y After God, University of Chicago Press 2009. Además cf. The Secularization Debate, de la obra de R. I nglehart – P. N orris , Sacred and Secular. Religion and Politics Worldwide, Cambridge University Press, New York 2004. También de R. I nglehart – W. E. B aker , Modernization, cultural change, and the persistence of tradicional values, American Sociological Review 65(2000), 19-51; P. B erger , Secularization Falsified, en First Things 180(2008), 23-27. 18 A. M ercati , Padre espiritual, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, S. de Fiores , T. G offi , A. G uerra (dirs.), San Pablo. Madrid 2000 5, 1453. 19 V. Pasquetto, Dirección Espiritual, en Diccionario de espiritualidad, E. A ncilli , Herder, Barcelona 19872, Tomo I, 618. “La dirección espiritual es la ciencia y el arte de conducir las almas a la perfección de la vida cristiana”.

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No es algo que se aprenda por los libros20. “Para ir hacia el Señor necesitamos siempre una guía, un diálogo. No podemos hacerlo solamente con nuestras reflexiones. Y éste es también el sentido de la eclesialidad de nuestra fe, de encontrar esa guía”21. Es una dimensión de la ‘eclesialidad de la fe’ y, añadiría, una concreción de la espiritualidad de la comunión. Pues la fe es una respuesta a la vez personal y comunitaria. Y la preocupación por el otro como alguien que me pertenece, que está en el centro de la espiritualidad de la comunión, no puede dejar fuera esta dimensión esencial de la vida humana para la antropología cristiana, como lo es la vida espiritual. Alguien ha definido que lo esencial de la DE está en pasar del ‘absurdo’ a la ‘obediencia’, del no escuchar al oír la voz de Dios en la Iglesia, en la Palabra que resuena en el corazón 22. En la cultura actual aparecen como una moda y más que eso también, los entrenadores personales (‘personal trainers’) que van más allá del mantenimiento del estado físico o la práctica de un deporte. Primeramente en el mundo empresarial, pero ya extendido a lo más amplio del espectro social, tienen como raíz de su emergencia una necesidad profunda de compañía espiritual y apoyo del ser humano en la compleja sociedad contemporánea, pues estamos a la ‘intemperie’. No sólo se preocupan de los ejercicios físicos, sino también de los aspectos psicológicos, y más aún de los afectivos y espirituales de la persona en su actuar concreto (coaching). Es un método que consiste en dirigir, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas. Hay muchos métodos y tipos de coaching. Entre sus técnicas puede incluir charlas motivacionales, seminarios, talleres y prácticas supervisadas. Son muchas las señales del redescubrimiento y necesidad hoy de la DE23. 20 Cf. La Audiencia General de el año 2009 en que el Santo Padre Benedicto XVII, presentó a Simeón el Nuevo Teólogo: “Simeón entró en el monasterio de los Estuditas, donde sin embargo sus experiencias místicas y su extraordinaria devoción hacia el Padre espiritual le causaron dificultades”. “Quisiera decir que sigue siendo válido para todos —sacerdotes, personas consagradas y laicos, y especialmente para los jóvenes— la invitación a recurrir a los consejos de un buen padre espiritual, capaz de acompañar a cada uno en el profundo conocimiento de sí mismo, y conducirlo a la unión con el Señor, para que su existencia se conforme cada vez más al Evangelio”. 21 Ibídem. 22 Cf. H. Nouwen, Spiritual Direction, reimpreso de Lift Up Yours Hearts en http://www.worship.ca/ Junto con señalar la necesidad de entrenamiento y de formación para cultivar la relación con Dios, señala “The spiritual life is a life in which we struggle to move from absurd living to obedient living… Absurd living is a way of life in which we remain deaf to the voice which speaks to us in our silence”. Esa vida ‘ab-surda’ es extremadamente penosa, se supera con una firme disciplina, de la Iglesia, de la Palabra y del corazón. “The church, the book, and a ‘soul-friend’ are three spiritual directors capable of helping us to overcome our deafness and become free to hear God’voice even when it call us to unknown places”. 23 Llama la atención la agrupación Spiritual Directors International y su revista Listen. A Seeker’s Resource for Spiritual Direction que reúne a más de 6.000 personas, de diversas tradiciones espirituales, fundamentalmente cristianos (pero hay de otras confesiones y búsquedas), que están dispuestos a ofrecer servicios de DE. Se trata de la Seek and Find: Worldwide Resource Guide of Available Spiritual Directors. Su lema es estar ‘al servicio de lo sacro alrededor del mundo y a través de las tradiciones’. También la publicación Journal of Psychology and Theology ha editado algunas entregas especiales en años recientes, dedicadas a la DE, cf. G. Moon, Introduction to Special Issue on Spiritual Direction: Part One, en Journal of Psychology and Theology 30(2002), 261-262. En el primer volumen se aborda la DE como fuente de aguas vivas, desde las tradiciones ortodoxa, católica, episcopal, reformada; desde la perspectiva de la santidad, de la justicia social y del movimiento de renovación carismática. El segundo volumen se preocupa de la relación de la DE con la psicoterapia.

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En el programa académico de los cursos del Instituto de Espiritualidad de la Pontificia Universidad Gregoriana para el año 2009/2010, aparece uno llamado ‘La direzione spirituale’ y en la justificación se afirma que partiendo de una relectura del actual decaimiento religioso, cultural y educativo, el curso ofrece el intento de redefinir los principales elementos teóricos de la esencia de la DE a la luz de la enseñanza de la Iglesia, con la ayuda de las actuales disciplinas antropológicas24. De alguna manera, la DE viene en ayuda de la indigencia de En la cultura actual aparecen todo ser humano y se conforma a su dimensión social, tanto como una moda y más que en el orden natural, como en la vida cristiana. Necesitamos eso también, los entrenadores de otros siempre para cumplir nuestra vocación y misión. personales (‘personal Por eso se habla de la DE como ‘expresión sacramental’ del trainers’) que van más allá ser dialogal de lo humano y por tanto de ‘necesidad moral’, del mantenimiento del estado siempre muy conveniente, “necesidad en un grado mayor físico o la práctica de un o menor según las condiciones en que se halle cada uno”25. deporte. Primeramente en el Evidentemente que no es de necesidad absoluta 26. Dios da la mundo empresarial, pero ya gracia a los suyos como quiere y de muchas maneras. Pero extendido a lo más amplio es un medio que se adapta a las condiciones de lo humano del espectro social, tienen y hoy necesario más que nunca por los evidentes, irrever- como raíz de su emergencia sibles y provechosos procesos de personalización (a veces una necesidad profunda de individualización que lleva al aislamiento) y globalización compañía espiritual y apoyo (que también puede tener el peligro de la masificación). Nos del ser humano en la compleja recuerda San Juan de la Cruz, maestro de vida espiritual, con sociedad contemporánea, pues acertadas imágenes: estamos a la ‘intemperie’. 5. El que solo se quiere estar, sin arrimo de maestro y guía, No sólo se preocupan de los será como el árbol que está solo y sin dueño en el campo, ejercicios físicos, sino también que, por más fruta que tenga, los viadores se la cogerán y no de los aspectos psicológicos, llegará a sazón. y más aún de los afectivos y 6. El árbol cultivado y guardado con el beneficio de su dueño, espirituales de la persona en su da la fruta en el tiempo que de él se espera. actuar concreto (coaching). 7. El alma sola, sin maestro, que tiene virtud, es como el carbón encendido que está solo: antes se irá enfriando que encendiendo. 27. La DE, en sentido amplio, es una forma de educación de la persona 28. Es uno de sus aspectos que concretamente “mira al perfeccionamiento ético y reli-

24 Y también se ofrece el seminario ‘Pratica della Direzioine Spirituale e le Tecniche della Consulenza Pastorale’. 25 Cf. T. Rodriguez Miranda, La Dirección Espiritual. Pastoral del acompañante espiritual, San Pablo, Buenos Aires 2006, 40-42. El primer capítulo Naturaleza y finalidad de la dirección espiritual (11-55), una provechosa perspectiva, la DE como tarea eclesial. 26 A. Royo Marín, un clásico de la teología espiritual señala que su necesidad no es absoluta sino ‘moral’, cf. u obra de divulgación Ser o no ser santo. Esta es la cuestión, BAC, Madrid 2000, 23ss. Las razones del maestro dominico son de tres tipos: las que vienen en la Sagrada Escritura, por la práctica universal de la Iglesia y por la misma psicología humana. Luego desarrolla quién es y qué cualidades debe tener el director y también el dirigido. 27 S. Juan de la Cruz, Obras Completas, Edición ICS, Madrid 1991, Dichos de amor y de luz, 5-7. 28 T. Merton se pregunta si acaso la DE es necesaria. Y responde que no absolutamente, pero sí en la formación y en diversas etapas de la vida religiosa es de primera importancia, cf. En Dirección y Contemplación, Atenas, Madrid 1986, 24-31(el original inglés es de 1959).

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gioso de la persona mediante una labor de orientación”29. Como aspecto de la educación es notorio que hoy está ‘en crisis’, y en palabras de Luigi Giussani, es un ‘riesgo’, porque no educa sino quien toca suavemente y fortalece, con mucha delicadeza y respeto, la libertad humana. No hay otra forma de enfrentar esta ‘emergencia educativa’ que asumiendo lo mejor de la tradición de la Iglesia, para que así se puedan encontrar caminos y formas adecuadas a los desafíos y categorías que los cambios de los tiempos ofrecen30. En medio de impresionantes cambios donde mucho cambia, pero no todo cambia, pues Jesucristo “es el mismo ayer, hoy y siempre”, nuestra tarea cristiana, como lo recordaba el teólogo Joseph Ratzinger, “es tan grande como sencilla: consiste en dar testimonio de Dios, abrir las ventanas cerradas que no dejan pasar la claridad, para que su luz pueda brillar entre nosotros, para que haya espacio para su presencia”31. Por tanto, el anuncio del Señor con ardor, al inicio de este siglo, es la tarea fundamental de los discípulos de Cristo, particularmente con el testimonio de haber sido tocados por Él. “La Iglesia existe para que Dios, el Dios vivo, sea dado a conocer, para que el hombre pueda aprender a vivir con Dios, ante su mirada y en comunión con Él. La Iglesia existe para exorcizar el avance del infierno sobre la tierra, y hacerla habitable por la luz de Dios”32. “La Iglesia tiene que continuar este anuncio. Tiene que llevar los hombres a Cristo, Cristo a los hombres, para llevarlos hacia Dios y Dios a ellos… La gran tarea central de la Iglesia es hoy, como siempre lo ha sido, mostrar ese camino y ofrecerse en él como comunidad en camino”33. Esto significa una comunidad que asciende, que se purifica para estar a la altura del ser humano, llamado a la comunión con Dios. Una purificación que se vuelve alegría para purificar al mundo34. La misma liturgia ora: “Padre, que unes a tus fieles en una sola alma y un solo corazón, concédenos amar y cumplir tus mandamientos y esperar la vida eterna que nos prometes, para que en medio de los cambios de este mundo nuestros corazones permanezcan orientados hacia donde se encuentra la verdadera alegría”. Se puede hoy tener orientado el corazón a donde se encuentra la verdadera alegría, en medio de los cambios o ‘crisis’ del tiempo. Creo que la DE puede ser de gran ayuda.

29 A. Livi, Dirección espiritual. Estudio General, en Gran Enciclopedia Rialp: Humanidades y Ciencia, Edición.1991. “En el ámbito de la vida cristiana, el fin de la DE es procurar que cada persona se empeñe en vivir íntegramente el Evangelio, buscando eficazmente la plenitud de la vida cristiana según su propia vocación específica”… En cuanto al ámbito de la DE, ella se orienta a la madurez de la vida espiritual, que consiste “en una conciencia formada, capaz de obrar con libertad y responsabilidad. Por eso la DE no es una atadura de las conciencias, ni obliga a las almas a permanecer en un perpetuo infantilismo espiritual. Al contrario, la DE ayuda a formarse un criterio y una personalidad propia, correspondiente a los planes de la gracia, es decir, conforme a la vocación sobrenatural de cada uno”. 30 Acerca de los cambios y la vida de la Iglesia cf. A. Arteaga, Anunciar a Cristo, al inicio de este siglo. Reflexión ante los cambios culturales, en La Revista Católica 107(2007), 117-128. 31 J. Ratzinger, La Iglesia en el umbral del tercer milenio, en Convocados en el camino de la Fe. La Iglesia como comunión, Cristiandad 2004, 294. 32 Ibídem, 295, en cursiva el original. Como la Iglesia no existe para sí, “para la Iglesia nunca se trata sólo de mantener su existencia ni tampoco de aumentar y extender su propia duración” (ibídem, 296). 33 Ibídem, 301. Se mencionan los ‘elementos particulares de ese estar en camino’, especialmente significativos en Novo Millennio Ineunte: es significado de la oración, el domingo, el sacramento de la Reconciliación. 34 Cf. ibídem, 306s.

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Aspectos de la Dirección Espiritual en la ‘memoria espiritual’ de la Iglesia Las raíces de toda actividad que tenga sentido en la vida cristiana, al menos debe estar como en semilla en la Palabra que Dios y en la transmisión de la tradición de la Iglesia en cada tiempo35. Así sucede con la DE. Cuando se intenta una definición, hay que atender a la experiencia de Jesús y los discípulos. No se habla de ella en esos términos, pero es lo que Jesús hace con los discípulos en el breve tiempo del ministerio púbico, los enseña, los corrige, dialoga con ellos, les suscita algunas preguntas. La noche gastada con el acompañamiento de Jesús a Nicodemo «Muchos autores señalan la diferencia entre la consejería pastoral y la dirección espiritual y (Jn 3), o de Ananías a Pablo (Hech 9) son también la terapia psicológica. Es más que una realidades que nos llevan a concluir que una forma de comunicación humana, es ante todo práctica con raíces bíblicas ha pasado hacia “diálogo en la fe dentro de la Iglesia”. Para eso es necesario entrenamiento y la comunidad de discípulos36. Aunque los experiencia. Un buen director debe ser una acentos, las formas en la historia van campersona de amor, competencia, oración, biando, hay unas constantes básicas en la mirada profunda, visión, balance, prudencia, reverencia, paciencia, discreción, simpatía, DE que nos atrevemos a destacar. Podemos calidez, simplicidad, y mucho sentido común». señalar que son aspectos permanentes que (Retrato de San Francisco de Sales) exigen en cada tiempo ser actualizados. Entre esos aspectos yo destacaría tres que corresponde asumir al que sirve este ministerio, y también al que recibe este servicio: libertad, obediencia y eclesialidad. Dios siempre toma la iniciativa, nunca actúa por necesidad, siempre en libertad. Y nos pide actuar de manera semejante. Es omnipotente, pero no prepotente, siempre pide permiso para ingresar a nuestra vida. Una libertad que se hace plena en la entrega de la vida, en la obediencia, siempre en una comunidad de discípulos, la Iglesia. Un aspecto esencial de la DE es el necesario equilibrio entre libertad y obediencia37. Para eso es importante el horizonte de la comunidad de los discípulos. Cada uno de ellos debe ser explicitado, pues su definición y significado no son únicos. Por ejemplo, la libertad que tanto buscamos con entusiasmo y estimamos no es tal con hacer lo que nos agrada, aunque sea

35 Cf. G. Barret, Spiritual Direction in the Roman Catholic Tradition, en Jourrnal of Psychology and Theology 30(20002), 291ss. Buenas referencias bibliográficas en 301-302. 36 “Us one reads the New Testament, the history of the early Church, and the directives of the Apostles and Fathers, it is evident that spiritual direction and development was once the norm for all Christians. It was the task of the apostles, priests, and pastors, to provide spiritual food and guidance for their people” (ibidem 292). 37 Cf. T. Goffi, Obediencia, en Nuevo Diccionario de Espiritualidad, S. de Fiores, T. Goffi, A. Guerra (dirs.), San Pablo. Madrid 20005, 1374 – 1391, en particular 1384 – 1387, dedicadas a la obediencia en la perspectiva del Vaticano II.

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malo. Gaudium et Spes recuerda que la ‘verdadera’ libertad es un signo eminente de la imagen de Dios en la creatura humana. ¿Qué obediencia se debe dar en la DE. ¿A qué, a quién? En una época centrada más en el sujeto personal, favoreciendo más la autonomía, no se comprende fácilmente la autoridad ni la obediencia. Se complica el equilibrio entre persona y comunidad, autoridad y obediencia. Ahora bien, la misma actitud de la fe es definida en el Vaticano II como oboeditio fidei, citando al Apóstol38. Esa obediencia es la respuesta humana suscitada por la iniciativa de Dios de auto-comunicarse, e invitarnos a su amistad y cercanía. Acerca de la forma más adecuada en la historia, no es fácil dar De alguna manera, la dirección una respuesta, pues es esencial su adaptación a los tiempos. espiritual viene en ayuda Ser ‘obediente’ significa estar en permanente contacto con una de la indigencia de todo ser presencia amorosa de Dios, que nos cuida, sana, guía, dirige, humano y se conforma a su confronta y corrige39. Hablando de la autoridad y la obediencia dimensión social, tanto en el en la vida consagrada, un reciente documento eclesial señala orden natural, como en la vida afirmaciones que dan alguna luz a nuestro tema: “La veneración cristiana. Necesitamos de otros por la voluntad de Dios mantiene a la autoridad en un estado de siempre para cumplir nuestra humilde búsqueda, para hacer que su obrar sea lo más conforme vocación y misión. Por eso se posible con la divina voluntad… En el intento de hacer la volunhabla de la DE como ‘expresión tad de Dios, autoridad y obediencia no son, pues, dos realidades sacramental’ del ser dialogal distintas ni mucho menos contrapuestas. Son dos dimensiones de lo humano y por tanto de de la misma realidad evangélica, del mismo misterio cristiano; ‘necesidad moral’. son dos modos complementarios de participar de la misma oblación de Cristo”40. Si esto se da en el fuero externo en la vida religiosa, se da también con mayor hondura en el fuero íntimo de todo cristiano. La obediencia, como parte de la fe de todo cristiano, es ante todo a la Palabra que nos llama a la existencia, obediencia como Cristo y hacia Cristo, siempre a través de mediaciones humanas y todo esto encarnado en la vida cotidiana41. Un autor señala tres condiciones mediadoras que permiten la adecuada DE: en primer lugar la libertad, luego el hallazgo de la propia identidad y, finalmente, como fundamento la necesaria experiencia de Dios. Ellas son las que permiten el discernimiento42. Muchos autores señalan la diferencia entre la consejería pastoral y la dirección espiritual y también la terapia psicológica43. Es más que una forma de

38 Rom 16,26, en Dei Verbum 5 habla del homenaje total del entendimiento y de la voluntad, como afirmó ya el Vaticano I. 39 Cf. H. Nouwen, Spiritual Direction. 40 Faciem tuam, Domine requiram. El Servicio de la Autoridad y la Obediencia, Instrucción de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (2008), 12. “La obediencia es ante todo actitud filial” “La obediencia es la única forma que tiene la persona humana, ser inteligente y libre, de realizarse plenamente”(5). 41 Ibidem, 2; 5; 7-15. 42 Cf. T. Rodriguez Miranda, La Dirección Espiritual. Pastoral del acompañante espiritual, San Pablo, Buenos Aires 2006, 137-173. 43 Cf. Beyond Counseling: Spiritual Direction, en Journal of Pastoral Counseling 36 (2001), 35-45; ‘Spiritual Direction in contrast to Traditional Psychotherapy’ en G. Barret, Spiritual Direction in the Roman Catholic Tradition, en Jourrnal of Psychology and Theology 30 (20002), 299s. “A spiritual director in the strict sens is not a counsellor, a therapist, or an analyst, but a mature fellow Christian to whom we choose o be accountable for our spiritual life and from whom we can expect prayerful guidance in our constant struggle to discern God’s active presence in our lives” (ibídem).

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comunicación humana, es ante todo “diálogo en la fe dentro de la Iglesia”44. Para eso es necesario entrenamiento y experiencia. Un buen director debe ser una persona de amor, competencia, oración, mirada profunda, visión, balance, prudencia, reverencia, paciencia, discreción, simpatía, calidez, simplicidad, y mucho sentido común45. No sabemos cómo será la fe del futuro46. Pero es claro que “La fe cristiana ha de crecer más en profundidad que en extensión, ha de vivir más conscientemente a partir de su centro, ese centro que lo abarca todo, y sólo de este modo evitará el convertirse en algo vacío y sin sustancia”47. Para ella, es necesaria la ayuda de una auténtica DE. “El futuro de la Iglesia puede venir y vendrá también hoy sólo de la fuerza de quienes tienen raíces profundas y viven la plenitud pura de su fe. El futuro no vendrá de quienes sólo dan recetas. No vendrá de quienes sólo se adaptan al instante actual. No vendrá de quienes critican a los demás y se toman a sí mismos como medida de lo infalible. Tampoco vendrá de quienes eligen sólo el camino más cómodo, de quienes evitan la pasión de la fe y declaran falso y superado, tiranía y legalismo, todo lo que es exigente para el ser humano, lo que le causa dolor y le obliga a renunciar a sí mismo. Digámoslo de forma positiva: el futuro de la Iglesia, también en esta ocasión, como siempre, quedará marcado de nuevo con el sello de los santos”48.

44 Cf. P. Chico, Cualidades de una buena dirección espiritual, Ecclesia 19 (2005), 525-532. Sintetiza que la DE debe ser periódica, motivadora y exigente, profunda, cordial y amable, concreta. 45 Cf. Esas y otras características de un buen director en G. Barret, Spiritual Direction in the Roman Catholic Tradition, en Journal of Psychology and Theology 30 (20002), 298. 46 Cf. W. Kasper, Introducción a la Fe, Sígueme, Salamanca 19893, 195-216. Juan Luis Ruiz de Peña, Crisis y apología de la fe. Evangelio y nuevo milenio, Sal Terrae, Santander 1995. Sobre la Iglesia del mañana (324-341). Joseph Ratzinger, Fe y futuro, Desclée de Brouwer, Bilbao 2007 (el original alemán es de 1970), publicado en Humanitas 15 (2010), 520-533. 47 Walter Kasper, Introducción a la Fe, Sígueme, Salamanca 19893, 215. 48 Joseph Ratzinger, Fe y futuro, Desclée de Brouwer, Bilbao 2007, 102, o bien Humanitas 15 (2010), 530.

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NOTAS ¿QUÉ CHILE? por Cardenal Jorge A. Medina Estévez

S.S. Benedicto XVI recibe la bandera chilena con la firma de los 33 mineros.

Quienes vivimos en Chile tenemos una deu-

da muy grande con Dios por todo lo que nos ha concedido a través de esta hermosa realidad que es nuestra patria. Somos herederos de una cultura que hunde sus raíces en lo que fuera la Europa cristiana. Como provenimos, en alta proporción, de España, hemos recibido el legado de muchas razas que han sido beneficiarias de variadas

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culturas y cada una de ellas ha significado un aporte enriquecedor. En nuestra tierra se han plasmado figuras egregias en la ciencia, en las artes, en la gran política, en el servicio de las Fuerzas Armadas, en los pastores de la grey cristiana, y sin olvidar a tantas personas cuyos nombres ignoramos, pero que han contribuido en la medida que sólo Dios conoce, a configurar lo mejor de la

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chilenidad. Nuestro orgullo de ser chilenos de los hombres, su historia, sus logros y sus no nos permite una mirada despectiva hacia conflictos. Es la realidad, pero no total, sino otras realidades, sino que nos alienta a valorar en la medida en que está relacionada con lo propio, a hacer una evaluación de nuestro el quehacer y el devenir de la humanidad. acervo, a rescatar lo mejor y a luchar denoda- Esta acepción es vecina a la anterior, pero se damente para impedir que factores negativos diferencia de ella en que la creación se mira se enseñoreen de nuestra realidad. en la perspectiva de la actividad humana y Chile es un mundo, un mundo pequeño, pero en relación con ella. No es posible huir de la inserto en la vasta trama de la humanidad realidad y por eso Jesús no pide al Padre que y sometido, ineludiblemente, a variadas saque del mundo a sus discípulos, sino que influencias. los preserve del mal (cfr. Jn 17,13). Al emplear la palabra “mundo” no puedo Un tercer significado de la palabra “mundo”, dejar de reflexionar acerca frecuente en el Nuevo Testade lo que contiene esa breve mento, tiene una connotación CASI NOS HABÍAMOS palabra, y para hacerlo me fuertemente negativa y se ACOSTUMBRADO A QUE NO parece oportuno repasar qué refiere a la realidad histórica SE NOMBRARA A DIOS EN es lo que significa ese vocablo en la medida en que sufre la LAS GRANDES OCASIONES, en las Sagradas Escrituras. influencia de Satanás, cuya PERO AHORA EL ALMA DE Los expertos, al analizar los acción tiende a distorsionar CHILE SE HA PUESTO DE textos bí blicos, descubren la obra de Dios y a lograr, en RODILLAS DELANTE DE cinco acepciones de la palabra una forma u otra y en medida DIOS, PARA IMPLORAR EL “mundo”. variable, que los hombres no RESCATE, PRIMERO, Y PARA El primer sentido es la rearespondan a la finalidad que AGRADECÉRSELO, CUANDO lidad global de la creación, Dios les asignó y cuya conseFELIZMENTE SE REALIZÓ. obra de Dios, y especialmente cución constituye su plenitud referida a lo que es accesible a y su felicidad. En este sentido los sentidos: lo que se ve, lo que se oye, lo que Jesús afirma que sus discípulos “no son del se puede palpar. Pero sin dejar de entrever mundo” (cfr. Jn 17, 16), de ese mundo del cual que más allá de la materialidad hay realida- Satanás es “príncipe” y “dios”. Ese “mundo” des espirituales que escapan a la experiencia está en radical enemistad contra Dios y el directa de los sentidos. Así, en la Sagrada cristiano no puede pactar con él ni amoldarse Escritura se lee que hay realidades anteriores a sus principios ni transigir con sus “valores”. a la creación del mundo (cfr. Jn 17, 5). Este Ese “mundo” merece, cristianamente haprimer sentido de la palabra “mundo” es una blando, desprecio y de él hay que huir, pero invitación a reconocer la interdependencia no es una dimensión geográfica sino moral de todas las realidades que nos rodean, a re- y valórica. Ese “mundo” sufre la impronta sistir a la tentación de aislarnos, y a percibir del demonio que es el “padre de la mentira”, los signos positivos de un entorno que, en como lo llama Jesús (cfr. Jn 8, 44) y está en virtud de la velocidad y la amplitud de las las antípodas de la Verdad. Todos los descomunicaciones, nos hace casi de inmediato ajustes morales que permean el “mundo” en presentes los unos a los otros. esta tercera acepción, peyorativa y negativa, Una segunda acepción de la palabra “mundo” nacen de rehusar la verdad los seres humaapunta a la realidad circundante como el nos y pretenden construir su plenitud en lo “teatro” en el que se desarrolla la actividad aparente y engañoso, a expensas de ignorar e

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incluso de rechazar la verdad. Por lo mismo, “mundo” se refiere a la realidad final de la conducen a la falta de verdadera libertad y a creación, fruto de la redención, de la gracia y diversas formas de esclavitud, desoyendo la de la salvación que nos mereció Cristo, y que afirmación de Jesús de que sólo “la verdad no consistirá en la feliz realidad que describe el hace libres” (cfr. Jn 8, 32). libro del Apocalipsis (cfr. Apc 21-22), cuando Una cuarta acepción de la palabra “mundo” “Dios sea todo en todas las cosas” (cfr. 1 Cor apunta a la realidad humana en cuanto posee 15,28), es decir, cuando todo corresponda a su una capacidad de acoger la palabra y los de- perfecta Verdad, cuando haya desaparecido signios de Dios: “tanto amó Dios al mundo, hasta el último vestigio de la mentira que que le dio su Hijo unigénito” (cfr. Jn 3, 16). en tantas formas ha reinado en la historia Si bien ha habido hombres que han rehusado y ha envenenado la vida de los hombres y recibirlo, otros lo han acogido y han llegado la convivencia entre los humanos. Hacia a ser hijos de Dios (cfr. Jn 1,12). El “mundo”, allá vamos, pero en un peregrinar azaroso, aun sufriendo el embate del esforzado y atento a al ene“poder de las tinieblas” (cfr. migo que “ronda como león SI EL CAMPAMENTO A LA Lc 22, 53), no pierde su caparugiente, buscando a quien SALIDA DE LA MINA LLEVÓ cidad de acoger la Verdad, devorar (cfr. 1 Ped 5,8). EL NOMBRE DE “ESPERANZA”, de rechazar la obra del MaLo que las Escrituras nos LAS HERMOSAS ACTITUDES ligno y de ser rescatado de dicen del mundo, se aplica DE QUE HEMOS SIDO TESTIGOS la influencia homicida (cfr. con toda verdad a nuestro NOS CONFIRMAN EN QUE HAY Jn 8, 44) del gran enemigo. Chile, tan querido, del que nos MOTIVOS PARA TENER Por eso la vida cristiana es sentimos legítimamente orGRANDES ESPERANZAS. “apostólica”, en cuanto que gullosos, pero acerca del cual todos los hijos de la luz están tenemos razones para estar comprometidos en una lucha profundamente preocupados. (cfr. Apc 12, 17) que ha de concluir con la de- El pasado episodio de los mineros sepulrrota final del “príncipe de este mundo” (cfr. tados a centenares de metros en el fondo Jn 12, 31) y con el advenimiento definitivo del de un yacimiento cuprífero y rescatados a Reino de Dios. Ningún cristiano puede ser través del accionar inteligente, coordinado y un mero “espectador” de este drama: todos eficiente de tantos compatriotas a todo nivel, estamos comprometidos, todos tenemos que desde las más altas autoridades de la Nación, tomar partido, todos somos parte activa y hasta los más modestos servidores y trabajanadie puede ser neutral o asumir una pos- dores, ha sido una ocasión providencial para tura cómodamente pasiva. Esa lucha tiene destacar valores que deben ser siempre parte lugar en el interior de cada hombre, pero de nuestra identidad nacional. La solidarino sólo allí, sino también en las realidades dad con los que sufren o están en peligro; la temporales en la medida en que son fruto de disponibilidad inmediata de las autoridades opciones negativas y perversas de las per- para dejar a un lado compromisos menos sonas. El cristiano no puede desentenderse urgentes y volcarse a atender lo imposterde la situación de sus hermanos y no puede gable; la eficiencia profesional de todos los permanecer indiferente ante las vicisitudes que podían y debían hacer un aporte técnico, de la lucha entre las fuerzas del mal y las de médico y espiritual; la noble capacidad de la luz y de la Verdad. posponer intereses o ventajas personales en Un quinto y último sentido de la palabra aras de atender a quienes pudieran experi-

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mentar necesidades más urgentes; la unidad cio introducida con el voto favorable de un de sentimientos y de esfuerzos, ante la cual número importante de senadores que dicen debe desaparecer cualquier mezquindad; ser católicos. Últimamente el número de dila paciencia y entereza ante la adversidad; vorcios realizados cada año ha superado al la capacidad de asumir situaciones sacrifi- de matrimonios. Se oye hablar de proyectos cadas y prolongadas; la generosidad para de ley que concederían ventajas jurídicas, acudir en ayuda de quienes lo necesitan; patrimoniales y asistenciales a personas la humildad para no atribuirse los logros y que conviven sin estar casadas y que incluso para evitar protagonismos egoístas y para extenderían dichos beneficios a personas que valorar el aporte de los demás. Tantas cosas cohabitan maritalmente siendo del mismo hermosas, tantas lecciones que deben ser sexo, todo ello en flagrante menosprecio de recogidas e imitadas. Y lo más importante, la naturaleza y de la ley de Dios. Ante tales la fe puesta en Dios, en la Santísima Virgen iniciativas las reacciones han sido tibias, María y en los santos del cuando no ambiguas, invocielo. Un reconocimiento cando una cierta mal llamada EL CRISTIANO NO PUEDE público de que nuest ras “tolerancia”. El número de los DESENTENDERSE DE vidas están en las manos padres que solicitan el sacraLA SITUACIÓN DE SUS de Dios y que vivimos, por mento del bautismo para sus HERMANOS Y NO PUEDE así decirlo, “sumergidos” hijos también ha decrecido, y PERMANECER INDIFERENTE en Él. Casi nos habíamos se advierte detrás de ese desANTE LAS VICISITUDES acostumbrado a que no se interés un relativismo según DE LA LUCHA ENTRE LAS nombrara a Dios en las granel cual practicar cualquier FUERZAS DEL MAL Y LAS DE des ocasiones, pero ahora el religión da lo mismo, lo que LA LUZ Y DE LA VERDAD. alma de Chile se ha puesto entraña una adhesión muy de rodillas delante de Dios, frágil a la verdad católica. En para implorar el rescate, primero, y para la juventud, y no sólo en ella, hay un grave agradecérselo, cuando felizmente se realizó. desconocimiento del valor de la castidad, Si el campamento a la salida de la mina lle- y se habla de “derechos sexuales” prescinvó el nombre de “Esperanza”, las hermosas diendo del sentido humano del ejercicio de actitudes de que hemos sido testigos nos la genitalidad cuyo lugar propio y natural es confirman en que hay motivos para tener el matrimonio con todos los compromisos y grandes esperanzas. responsabilidades que conlleva, expresiones Pero nuestro Chile, tan querido y provisor, de lo que constituye el verdadero amor. Así nos ofrece también motivos de inquietud y se favorece un exacerbado egoísmo en el que de profunda preocupación. Son muchos los las otras personas son vistas como objeto chilenos que no encuentran el tiempo apro- de placer, ajeno y disociado del verdadero piado para dedicar un tiempo a Dios. Sólo un amor. En las relaciones interpersonales, so5 por ciento de los católicos participa en la ciales y laborales, se prescinde de la norma Santa Misa dominical. La familia ha sufrido evangélica que pide tratar al otro tal como duros golpes: el número de quienes contraen uno mismo desea ser tratado (cfr. Mt 7, 12), y matrimonio ha decrecido verticalmente y sin recordar que lo que hacemos a otro, para son numerosos los chilenos que conviven bien o para mal, es como si lo hiciéramos maritalmente sin contraer matrimonio, tal al propio Jesucristo (cfr. Mt 25, 40 45). Se vez motivados por la funesta ley de divor- emplea con frecuencia una doble medida:

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amplia y generosa para los intereses pro- humana, sino, lo que es mucho más grave, pios, y ajustada, mezquina y hasta miserable tener que responder ante la justicia de Dios, cuando se trata de los demás. Asistimos a a la que no se puede engañar ni esquivar con un pavoroso crecimiento del consumo de subterfugios, influencias, recomendaciones drogas y del ejercicio del narcotráfico, ex- u otras artimañas. No hay un santo temor a presiones del hedonismo y de la búsqueda la “hora de la Verdad”. de ganancias a cualquier precio: el dinero Todos queremos un futuro provisor para ante todo, aún a costa de la corrupción y nuestro país. Todos deseamos la superade la de st r ucc ión mora l ción de la miseria material. de la juventud. En muchos Todos queremos un Chile PERO NUESTRO CHILE, TAN ámbitos la mentira, la falgrande y desarrollado. Pero QUERIDO Y PROVISOR, NOS sedad y el engaño parecen el verdadero desarrollo no es OFRECE TAMBIÉN MOTIVOS DE en s eñorea rs e y adqu i r i r sólo material y circunscrito INQUIETUD Y DE PROFUNDA patente de aceptabilidad. al ámbito del bienestar, sino PREOCUPACIÓN (…) EN LAS De ahí las diversas formas que incluye imprescindibleRELACIONES INTERPERSONALES, de corrupción, la falta de mente el crecimiento moral SOCIALES Y LABORALES, cumplimiento de la palabra y el respeto amoroso a la ley SE PRESCINDE DE LA NORMA empeñada, las variadas esde Dios. Un desarrollo puraEVANGÉLICA QUE PIDE pecies de fraude, las licenmente material desemboca TRATAR AL OTRO TAL COMO cias médicas falsas, todos en egoísmos individuales UNO MISMO DESEA SER TRATADO ellos modos de comportarse y colectivos, radicalmente (CFR. MT 7, 12), Y SIN RECORDAR ajenos a la verdad y, por lo reñidos con una verdadera QUE LO QUE HACEMOS A OTRO, mismo, al respeto debido “civilización del amor”. PARA BIEN O PARA MAL, ES a las otras personas y a la Hagamos de Chile un COMO SI LO HICIÉRAMOS AL sociedad. Detrás de todo ello “mundo” grande, y hagáPROPIO JESUCRISTO . existe un pavoroso olvido moslo con Dios y para Dios: de que no sólo corremos el así será también verdaderiesgo de caer en las manos de la justicia ramente humano.

* El presente texto es un avance del libro “El alma de Chile 200 años después” de Editorial Novum.

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UN MESTIZAJE DE CIVILIZACIONES Y CULTURAS por Angelo Card. Scola

El proceso contemporáneo

conviven en el espacio público ESTAMOS CADA VEZ MÁS de una sociedad plural pueIMPLICADOS EN LO QUE HE de globalización y los contiden fundirse —ni está bien LLAMADO “MESTIZAJE DE nuos flujos migratorios que que lo hagan— en una sola CIVILIZACIONES Y CULTURAS”. atraviesan el planeta ponen y peligrosa nueva identidad CON ESTA FÓRMULA NO en contacto masas de personas sincretista. Para enfrentar este PRETENDO DECIR QUE DEBA portadoras de culturas, tradiimponente proceso de mezcla APUNTARSE AL MESTIZAJE ciones y religiones distintas. de gente, es necesario que COMO UN IDEAL POSITIVO. Estamos cada vez más implitodos los sujetos personales QUIERO SIMPLEMENTE cados en lo que he llamado y comunitarios contribuyan DESCRIBIR UN PROCESO “mestizaje de civilizaciones a una vida buena mediante QUE, COMO TODO PROCESO y culturas”. Con esta fórmula la comunicación recíproca HISTÓRICO, NO SOLICITA no pretendo decir que deba y el testimonio público recíAUTORIZACIÓN PARA apuntarse al mestizaje como proco de los bienes, incluso OCURRIR, PERO NOS PIDE un ideal positivo. Quiero simreligiosos, de los cuales son LA RESPONSABILIDAD DE plemente describir un proceso portadores, en el respeto por ORIENTARLO HACIA LA que, como todo proceso históla tradición, pero también con VIDA BUENA, PERSONAL Y rico, no solicita autorización confianza en su común perCOMUNITARIA. para ocurrir, pero nos pide la tenencia dentro de la familia responsabilidad de orientarlo humana. hacia la vida buena, personal y comunitaria. Si esta responsabilidad se Esto producirá modificaciones de civilización mantiene precisamente en esta perspectiva cuyo resultado no podemos determinar a prio—es decir, del proceso— la categoría mestizaje ri; pero si afrontamos con prudente perspicacia puede, en mi opinión, crear el contexto ade- el proceso de mestizaje de culturas, el cambio cuado para comprender mejor los conceptos de incidirá en el bien común. Logrará insertar lo tolerancia, integración y reciprocidad, que ya nuevo en lo antiguo, como ya ha ocurrido, si no son suficientes por sí mismos para explicar bien en proporciones muy distintas, en otras la complejidad de los cambios vinculados con épocas de la historia. la tumultuosa mezcla de pueblos en curso. La respuesta al fenómeno no se encuentra en el multiculturalismo, con su pretensión de situar nacionalidades, culturas y religiones unas junto a otras como una serie de identidades aisladas y yuxtapuestas. Por otra parte, tampoco los diversos sujetos identitarios que HUMANITAS Nº 61 pp. 117 - 119

Laicismo y libertad religiosa Los procesos históricos en curso nos obligan a elaborar un nuevo concepto de laicidad capaz de valorizar a los sujetos que actúan en la sociedad plural a partir de sus convicciones

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más profundas. Por consiguiente, resulta ur- Para que la libertad religiosa se entienda gente volver a pensar en la libertad religiosa en su significado más integral, se requiere en todas sus dimensiones. mirar más allá de sus expresiones puramente La libertad religiosa debe ante todo definir jurídicas y así profundizar sobre el carácter una justa relación entre las religiones y el del lugar en el cual se manifiesta en forma Estado. Ciertamente, en la expresión “Estado especialmente evidente el nexo verdadlaico” el Estado debe entenderse como insti- libertad. El deseo de infinito que reside en tución que no se identifica con ninguna de el corazón del hombre —y no es apagado por las partes en cuestión, con sus identidades los inevitables límites que no le permiten culturales y sus intereses, sean o no religio- realizarlo puramente con sus fuerzas— exsos. En esta dirección van las presa su petición de signifipalabras pronunciadas por cado imposible de suprimir, EL ESTADO DEBE TENER Benedicto XVI con ocasión es decir, en último término CONCIENCIA DE QUE, POR NO de su visita a la Embajada de verdad. La verdad es el TENER EN SU PODER EL SENTIDO de Italia ante la Santa Sede: destino del hombre, como en ÚLTIMO DE LA EXISTENCIA “La Iglesia es muy consciendiversas formas siguen indiHUMANA, NUNCA ES EL AMO. te de que «es propia de la cándonos las religiones; pero SEMEJANTE CONSIDERACIÓN estructura fundamental del la indomable búsqueda de la IMPLICA EN EL CASO DE LA cristianismo la distinción verdad conlleva un posible LIBERTAD RELIGIOSA, QUE entre lo que es del César y lo riesgo: de pretender obteÉSTA NO REQUIERE SER que es de Dios, es decir, entre nerla únicamente sobre la INSTITUIDA POR EL ESTADO, SINO Estado e Iglesia» (Enc. Deus base de razonamientos, reÚNICAMENTE SER RECONOCIDA caritas est, 28). La Iglesia no duciéndola así a un sistema COMO INTRÍNSECA A LA sólo reconoce y respeta esa formalmente coherente de PERSONA HUMANA. distinción y esa autonomía, conceptos para aplicar luego sino que además se alegra a la realidad. Sin embargo, la de ellas, considerándolas un realidad no es ante todo un gran progreso de la humanidad y una condi- conjunto de nociones para traducir en reglas, ción fundamental para su misma libertad y sino algo vinculado con un encuentro vivo para el cumplimiento de su misión universal y personal 2. Como lo muestra la experiencia de salvación entre todos los pueblos”1. Con elemental del nacimiento, todo hombre es todo, el Estado, por su parte, debe tener “lanzado” a la realidad dentro de una trama conciencia de que, por no tener en su poder constitutiva de relaciones. Esta experiencia el sentido último de la existencia humana, de encuentro del yo con la realidad revela nunca es el amo. Semejante consideración que ésta es inteligible y cada hombre puede implica sobre todo, en el caso de la libertad albergarla. La verdad florece en este enreligiosa, que ésta no requiere ser instituida cuentro de todo el yo con toda la realidad. por el Estado, sino únicamente ser reconoci- Por consiguiente, es viva y personal, como da como intrínseca a la persona humana, y muy bien lo saben los discípulos de Aquel por este motivo substancial debe ser siempre que afirmó: “Yo soy el camino, la verdad y promovida. la vida”. Concebida como la verdad, recu1 Benedicto XVI, Discurso con ocasión de la visita a la Embajada de Italia ante la Santa Sede, 13 de diciembre de 2008. 2 Ver Benedicto XVI, Deus caritas est 1.

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rre permanentemente a la libertad de cada mundo tengan la posibilidad de “relatarse” hombre. La Verdad misma, trascendente y en una narración respetuosa con miras a un absoluta, pide para entrar en relación con el reconocimiento público y recíproco. Es cierhombre (para a-testiguarse), reclama el acto tamente evidente, como lo recordó Benedicto de su decisión. XVI3, que las religiones están estrechamente Esta observación es muy importante en el vinculadas con el carácter concreto de la vida contexto de las sociedades plurales contem- de quienes las practican (el mundo de los poráneas. En éstas, efectivamente, es preciso afectos, el trabajo, la educación, las fragilidael espacio abierto de una libertad en busca des, la vida cívica). Es por lo tanto inevitable de la verdad, lo que permite la comunica- un nexo entre religión y visión del mundo ción y la confrontación con por una parte y cultura por el otro y la búsqueda de un otra, tanto en el interior de ES PRECISO PROPONER UNA reconocimiento recíproco cada religión y visión del INTERPRETACIÓN CULTURAL que valorice las diferencias. mundo como, con mayor DEL ADVENIMIENTO DE En realidad, una verdad carazón, en la comparación JESUCRISTO EN TODA SU rente de libertad daría lugar entre religiones y visiones INTEGRIDAD, MOSTRANDO a un encuentro perpetuo de del mundo distintas. SemeEL CENTRO VITAL QUE VIVE visiones del mundo opuesjante nexo deberá evitar caer EN LA FE DE LA IGLESIA EN tas, mientras una libertad en una reducción de la fe BENEFICIO DE TODO EL PUEBLO desvinculada de la verdad tanto a religión civil como a Y LLEGANDO A INDIVIDUALIZAR se agotaría en un diálogo posición de cripto-diáspora. TODAS LAS IMPLICACIONES extenuante e improductivo. Es preciso proponer una ANTROPOLÓGICAS, SOCIALES Y Si realmente respeta la liberinterpretación cultural del COSMOLÓGICAS. tad religiosa, el Estado, en advenimiento de Jesucrisvez de reducir las religiones to en toda su integridad, y las visiones del mundo a un mero hecho mostrando el centro vital que vive en la fe privado mediante una idea equívoca de de la Iglesia en beneficio de todo el pueneutralidad, debe permitir y promover la blo y llegando a individualizar todas las edificación de un espacio público en el cual implicaciones antropológicas, sociales y las religiones y las diversas visiones del cosmológicas.

3 Ver Benedicto XVI, Carta de introducción en M. Pera, Perché dobbiamo dirci cristiani, Mondadori, Milán, 2008.

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A 35 AÑOS DE SU MUERTE

EL INDÓMITO MINDSZENTY por Augusto Zuliani

En el quincuagésimo aniversario de la insu-

no podía ocurrir sin la total rehabilitación de rrección magiar contra el régimen comunista Mindszenty, cancelando el infame proceso y la ocupación soviética (1956–2006), los au- mediante el cual el régimen de Mátyás Rákosi tores de artículos y libros en y sus acólitos lo había condeque se evocaron nuevamente nado a reclusión. Con todo, DE ESTO TENÍA CLARA esas vicisitudes se detuvieron sobre esta operación se enCONCIENCIA EL CARDENAL en particular en el rol desemcontraba la sombra de un uso MINDSZENTY, CUYA ACTITUD peñado por los exponentes instrumental: según algunos, DURANTE LOS AÑOS DE de la nomenclatura húngara podía servir sobre todo para VOLUNTARIA RECLUSIÓN EN y soviética, y no únicamente asegurar el apoyo occidental DOS PEQUEÑAS HABITACIONES en eso, como se desprende y de los ambientes de la Santa DE LA EMBAJADA DE ESTADOS de los comentarios propios Sede para utilizarlo en las UNIDOS EN BUDAPEST NO SÓLO de la posición de Palmiro gestiones con Moscú más que PRETENDÍA SER TESTIMONIO Togliatti (secretario general para otorgar nuevamente voz VIVO DE UN PUEBLO PRISIONERO, del Partido comunista italiapolítica al mundo católico. SINO TAMBIÉN RECORDAR A no), partidario de la más dura TODO EL MUNDO EL CARÁCTER represión, lo cual es por otra El llamado a la nación PERNICIOSO DE UNA IDEOLOGÍA parte conocido y poco o nada QUE ESTABA SEDUCIENDO agrega al perfil histórico y Mindszenty tenía conciencia MALIGNAMENTE TAMBIÉN A humano suyo. Aquí, sin emde eso y ciertamente no igCIERTOS AMBIENTES CATÓLICOS. bargo, nos interesa destacar noraba quién era Imre Nagy, de qué manera, en casi todas el soldado del ejército austrolas intervenciones hubo una húngaro, que al caer prisionero especie de beatificación de Imre Nagy, mien- en el frente ruso, en 1915, de inmediato se tras simultáneamente pareció casi ignorarse incorporó al Partido bolchevique y al ingresar al Cardenal Joszef Mindszenty, quien en esos al Ejército Rojo se distinguió participando en pocos días de libertad propia y de su pueblo la masacre de Nicolás II y la familia imperial, se ocupó con gran determinación en favor de el 17 de julio de 1917, en Ekaterinburg. A su una solución de la crisis. El hecho de que el regreso a Hungría, en marzo de 1919, Nagy fue rol del primado húngaro era importante para uno de los promotores de la tanto efímera como el destino del propio gobierno y el país lo sanguinaria República de los Consejos, deseada comprendía muy bien Nagy, quien sabía que por la Komintern (Internacional Comunista) el camino hacia un “socialismo democrático apenas fundada ésta y conducida por Béla y nacional” debía pasar necesariamente por Kun y sus acólitos. Éste fue el primer ejemplo una total reconciliación con la institución de exportación del bolchevismo a Occidente, que era la más pura y profunda expresión de cuyas prisiones el joven Mindszenty tuvo el la nación húngara, la Iglesia Católica, y eso honor de conocer. Una vez liquidado ese triste

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experimento, Nagy, agente de la Internacional Comunista, con el nombre de batalla “Volodia”1, comenzaba a recibir los favores del Kremlin, y mientras otros exponentes judíos húngaros del Komintern caían víctimas de las depuraciones de los años 30, que afectaron al propio Béla Kun, él era considerado por Moscú, en la posguerra, la personalidad más leal a la cual podía confiarse el gobierno de Hungría. Era natural, por consiguiente, que el Primado observase con prudencia la acción de un poder ejecutivo conducido por semejante personaje y estimase que todo cuanto estaba ocurriendo en los últimos días de octubre en Hungría era todavía y más que nada un ajuste de cuentas entre dos facciones de la nomenclatura comunista. Únicamente cuando el gobierno de Nagy procedió a su total rehabilitación, Mindszenty se puso de parte del ejecutivo, “comportándose con poca prudencia” (¡sic!), como escribe François Fejtö2, y lanzó su gran Llamado a la nación en la noche del 3 de noviembre, desde la Radio Kossuth libre. ¿Qué indujo a que el Cardenal emprendiese tan riesgosa iniciativa? Podemos señalar dos motivaciones: una personal —considerando la estatura del personaje— que estimamos tuvo un rol no secundario, es decir, anular la imagen de un vencido que el régimen había introducido subrepticiamente con anterioridad, durante y después del famoso proceso de 1949.

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Si alguien pensaba, en el gobierno de Nagy, que el calvario de la detención lo redujo a consejos más benignos, había errado en sus cálculos. La segunda motivación, más política, se basaba en la consideración, en modo alguno extraña en esos días, y apoyada por información proveniente de los países occidentales, de que había llegado la hora de dar un golpe decisivo no sólo al régimen comunista magiar, sino también a los espantosos “gobiernos Potemkin”, construidos por los soviéticos y sus acólitos en otros países de Europa del este. Para apoyar semejantes hipótesis, recordemos todo cuanto nos dicen dos fuentes autorizadas. La primera es Markus Wolf, jefe de la Stasi (el Servicio secreto de Alemania Oriental) durante treinta y cuatro años, y que en semejante condición estaba en contacto permanente con los soviéticos durante las jornadas de Budapest, y se refiere a un Kremlin sumamente preocupado de una posible intervención de la OTAN a favor de los insurrectos3. La segunda es una fuente italiana, igualmente autorizada: Paolo Emilio Taviani, entonces Ministro de Defensa, que en sus memorias relata el viaje de Giovanni De Lorenzo, general de Carabineros y jefe del Sifar (Servicio secreto militar de la época), a Budapest y sus alrededores, en los días de la insurrección, para evaluar la consistencia del armamento soviético4. El hecho de que luego la movilización a favor del pueblo

Pavel Sudoplatov, Anatolij Sudoplatov, Incarichl speciali, Rizzoli, Milán, 1994, p. 445. François Fejtó, Storía delle democrazie popolari dopo Síalin, Vallecchi, Florencia, 1971 p. 525. Markus Wolf, L’uomosenza volto, Rizzoli, Milán, 1997 p. 79. Paolo Emilio Taviani. Política a memoria d’uomo, II Mulino. Bolonia, 2002, p. 361. Esta «invasión de campo» se le hará posteriormente pagar a De Lorenzo en 1964, atribuyéndosele la responsabilidad del «Piano Solo», que habría aspirado a un espectral golpe.

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ÉSTE FUE EL PRIMER EJEMPLO DE EXPORTACIÓN DEL BOLCHEVISMO A OCCIDENTE, CUYAS PRISIONES EL JOVEN MINDSZENTY TUVO EL HONOR DE CONOCER. UNA VEZ LIQUIDADO ESE TRISTE EXPERIMENTO, NAGY, AGENTE DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA, COMENZABA A RECIBIR LOS FAVORES DEL KREMLIN.

húngaro fuese especialmente incisiva, sobre todo de parte del mundo católico, lo demuestran las cuatro intervenciones públicas de Pío XII, entre el 28 de octubre y el 10 de noviembre, y su mensaje personal a Mindszenty del 31 de octubre. En Italia, fueron significativas las posiciones adoptadas por el Cardenal Giacomo Lercaro, quien hiciera tocar en Bolonia durante algunos días las campanas de muerte, y del Cardenal Arzobispo Giovanni Battista Montini, que el 26 de octubre, en la vigilia de la fiesta de Cristo Rey, hizo colgar carteles en Milán de un manifiesto de apoyo “a todos nuestros hermanos en la fe” en los países de Europa oriental, suscrito por la Vanguardia Católica Milanesa. Efectivamente, el pueblo húngaro experimentó hasta el final una gran confianza en la ayuda de los países occidentales, como lo demuestran los mensajes de las radios libres, incluso cuando ya el Ejército Rojo estaba llevando a cabo la invasión, así como el conteni-

do mismo del llamado a la nación lanzado por Mindszenty5. En sentido contrario, el temor soviético de una intervención occidental es confirmado por las dimensiones del ataque: una campaña militar propiamente tal, con un despliegue masivo de tanques y artillería pesada y aviones de bombardeo, utilizando tropas provenientes del Asia central soviéticomusulmana, más fácilmente controlables. Era una especie de reedición en menor escala de la terrible batalla de Budapest del invierno de 1945; pero esta vez, para defender la ciudad, no estaban presentes las temibles divisiones acorazadas de la Wehrmacht ni secciones magiares ferozmente determinadas6, sino una milicia popular dotada de armas livianas, carente de comandos en condiciones de valorar el carácter general de los enfrentamientos. Esta lucha enteramente desigual terminó en pocos días, si bien sectores de resistencia habrían seguido combatiendo hasta diciembre en algunas zonas alejadas.

5 Budapest 1956, op. cit. pp. 102-106. 6 Krisztian Ungvarv, The Siege of Budapest: One Hundred Days in World War Yale University Press, 2005.

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Prisionero como su pueblo

mundo el carácter pernicioso de una ideología La Cortina de Hierro caía nuevamente en el que estaba seduciendo malignamente también centro de Europa. No se trataba del comienzo a ciertos ambientes católicos. Era un fenómede la descomposición del bloque soviético, no que él tenía claramente presente: algunos como hoy pretenden hacernos creer algunos miembros de la Compañía de Jesús, que en comentaristas comprometidos que procuran el período anterior a la guerra organizaron el distinguir en esos eventos entre el comunismo y movimiento campesino “Kalot”, mostraron de el estalinismo, por lo cual “la sublevación hún- pronto docilidad ante el régimen comunista, gara (estaba) contra el estalinismo, que se había actitud compartida por Gyula Czapik, el Arzobispo de Eger, conocido por aunado enteramente con el cosu orientación “progresista” munismo”. El primero habría EN TIERRA HÚNGARA, SE cuando era todavía un joven sido prácticamente una especie ENFRENTABAN CON EXTREMA sacerdote. La Conferencia de cuerpo extraño, malignaCLARIDAD DOS VISIONES Episcopal húngara presenmente insertado en el “buen” RADICALMENTE OPUESTAS taba así divisiones internas, comunismo, encarnado por DEL MUNDO Y DEL HOMBRE. que objetivamente facilitaron Nagy, el cual, con su sacrifiESO ERA EVIDENTE NO SÓLO al régimen su tarea contra cio y el de otros exponentes PARA MINDSZENTY, SINO Mindszenty, cuya figura y del propio gobierno, habría TAMBIÉN PARA EL CARDENAL cuyo prestigio con posterioriabierto el camino hacia la caída CASAROLI, QUE TUVO dad a la condena era preciso del Muro y la implosión de DIVERSOS ENCUENTROS CON destruir. En semejante persla URSS. Ésta es una mistifiÉL, CON POSTERIORIDAD A LA pectiva, el Partido Comunista cación. En realidad, el comuINSURRECCIÓN DE 1956, EN LOS magiar favoreció el nacimiento nismo obtuvo nuevas fuerzas LOCALES DE LA EMBAJADA del llamado Movimiento de con su victoria en Hungría, ESTADOUNIDENSE. Sacerdotes por la Paz, de hecho que realmente lo fue, como lo apoyado y financiado por el demuestra el éxodo de más de gobierno y que agrupó a ex 200.000 refugiados en Occidente. Consolidadas las marcas occidentales, aun religiosos y sacerdotes diocesanos. Junto con la cuando fuese de manera deforme, y resuelta obra de división, había amenazas de deportar la cuestión yugoslava con un embrassons nous, a Siberia a todos los miembros del clero. En un nuevo “Komintern”, con sus estructuras ese clima, Jószef Grosz, el débil Arzobispo de clandestinas o mimetizadas bajo abigarradas Kalocsa, suscribió el acuerdo entre el Estado vestiduras de diversos colores, se lanzaba a la comunista y la Iglesia a pesar de haber declarado la Conferencia episcopal su incompetencia conquista del llamado Tercer Mundo. Los países de Europa oriental habrían de es- para suscribir un acuerdo que le correspondía perar más de treinta años para recuperar una directamente a la Santa Sede. soberanía, no exenta de problemas, como hoy revelan sectores polacos y húngaros. De esto Dolorosa decisión de Pablo VI tenía clara conciencia el Cardenal Mindszenty, cuya actitud durante los años de voluntaria En tierra húngara, se enfrentaban con extrema reclusión en dos pequeñas habitaciones de la claridad dos visiones radicalmente opuestas Embajada de Estados Unidos en Budapest no del mundo y del hombre. Eso era evidente no sólo pretendía ser testimonio vivo de un pue- sólo para Mindszenty, sino también para el Carblo prisionero, sino también recordar a todo el denal Casaroli, que tuvo diversos encuentros

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con aquél, con posterioridad a la insurrección de 1956, en los locales de la embajada estadounidense, donde para evitar ser interceptado, se encerraba con él “en una especie de cubo con gruesas paredes de material plástico, que se alzaba sobre un perno, donde sólo podían intervenir los marines”. Considerado superficialmente el bondadoso artífice de la Ostpolitik vaticana, Casaroli en realidad siempre mantuvo la opinión de que el comunismo era abominatio desolationis, sabiendo muy bien que, en los países víctimas de ese régimen, la Iglesia era objeto de “una obra sistemática de demolición que jamás interrumpió acuerdo parcial alguno”. De hecho, después de suscrito en Budapest, el 15 de septiembre de 1964, el primero de una serie de acuerdos entre la Santa Sede y los regímenes comunistas del Este (uno de los precios del diálogo era callar sobre la “Iglesia del silencio”), se reactivaron intimidaciones y represiones en Hungría, y sólo en septiembre de 1990 el mismo Casaroli suscribirá, en el Parlamento de Budapest, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Hungría y la Santa Sede, participando en la solemne celebración en memoria de Mindszenty, fallecido en Viena el 6 de mayo de 19757. La otra personalidad que vivió con dolorosa participación las vicisitudes húngaras y el drama de Mindszenty fue Giovanni Battista Montini, en primer lugar como Arzobispo de Milán y luego como Pontífice. El 12 de septiembre de 1965, Pablo VI —en las catacumbas de Domitilla, lugar símbolo de los primeros mártires cristianos— se refirió a “esos sectores de la Iglesia que todavía hoy viven en las catacumbas”, a esa “Iglesia que hoy tiene dificultades, sufre y a duras penas sobrevive en los países de régimen ateo y totalitario”, y luego agregó: “La Santa Sede se abstiene de alzar con más frecuencia y vehemencia la voz legítima de la protesta y el

lamento, no porque desconozca o desatienda la realidad del fenómeno, sino por un pensamiento que es reflejo de paciencia cristiana y por no provocar males peores”. Precisamente en ese clima de larga duración se manifiesta la actitud posterior de Mindszenty, reacio a aceptar la invitación que le envió la Santa Sede en 1973 (en 1971 pudo dejar la Embajada de los Estados Unidos y trasladarse a Occidente) a renunciar al cargo de Arzobispo de Esztergom. Con la carta enviada el 30 de enero de 1974, Pablo VI le anunciaba que la sede del Arzobispado se declaraba vacante. El tono afligido de la misiva revelaba el estado de ánimo del Pontífice al tomar esa decisión, una decisión que sin embargo Mindszenty no compartía. Al dar a conocer públicamente su posición, afirmaba que todavía operaban pesados condicionamientos del régimen comunista en la actividad de la Iglesia húngara y que “la asignación de importantes cargas eclesiásticas a ‘sacerdotes pacifistas’ perturba la confianza de los sacerdotes fieles a la Iglesia y de quienes creen en la suprema dirección de la Iglesia”8. Era fuerte esta última afirmación suya, que hería al mismo Pablo VI, pero estimamos que el Papa la perdonó por el hecho de ser pronunciada por un hombre que siempre en primera persona se había entregado a la causa de la Iglesia y del pueblo de Hungría. El 8 de mayo de 2005, trigésimo aniversario de su muerte, en la iglesia romana de Santa Balbina tenía lugar una solemne concelebración eucarística, con la participación del primado de Hungría y Arzobispo de Esztergom-Budapest, Cardenal Peter Erdö, y presidida por el Cardenal Giovanni Battista Re, Prefecto de la Congregación para los Obispos, quien destacó cómo “Jozsef Mindszenty había sido el intrépido defensor de las raíces cristianas de Hungría contra el comunismo”.

7 Para un cuadro más general de las complejas relaciones entre la Santa Sede y el mundo comunista: Sergio Transatti, La croce e la stella. La Chiesa e i regimi comunisti in Europa dal 1917 a oggi, Mondadori, Milán, 1993; Agostino Casaroli, // martirio dalla pazien:a. La Santa Sede e i Paesi comunisti 1963-1989, Einaudi, Turín, 2000. 8 József Mindszenty, Memorie, Rusconi,.Milán,, 1975, p. 373.

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SAN ENRIQUE DE OSSÓ

UN CONTESTATARIO LEAL por Carmen Pérez

El Papa Benedicto XVI define al sacerdote como “el hombre de Dios”. He aquí un hombre que vivió con intensidad su condición humana y sacerdotal, y que se entregó con confianza a Aquel que rige el curso de la Historia

Hay tantas maneras de ser

amigos de Jesús o La guía del santo como hombres hay en catequista, hizo que en noel mundo, tantos como cirviembre de 1998 la Sagrada cunstancias vive cada uno. Congregación lo declarara Y, al vivir las circunstancias Patrono de los catequistas. propias de su vida y de su “Enrique de Ossó o la seguntiempo, el santo devuelve la da venida de Santa Teresa de salud al mundo. Jesús”, escribe D. Marcelo La misión central del sacerdoen la autobiografía del santo PROFUNDAMENTE PRÁCTICO Y te es llevar a Dios a los homsacerdote. Es imposible coCONOCEDOR DE LA PERSONA bres. San Enrique de Ossó, nocer a Enrique de Ossó y no Y DE LA SOCIEDAD, SUS nacido el 16 de octubre de conocer a Teresa de Jesús, no CONVICCIONES LE LLEVARON 1840 en Vinebre (Tarragona), engancharse a los escritos de A HACER AFIRMACIONES TAN fue un hombre que respondió la gran reformadora y fundaLLENAS DE REALIDAD COMO a la vocación sacerdotal y a dora. Enrique vivió del amor LA CITA, YA TAN CONOCIDA, su misión. a Jesucristo y a la Iglesia que DE QUE “EDUCAR A UN NIÑO ES A san Enrique de Ossó se le fue propio de Teresa. Y de san EDUCAR A UN HOMBRE, EDUCAR conoce muy bien en su bioPablo aprendió que perseguir UNA MUJER ES EDUCAR TODA grafía escrita por el cardenal a la Iglesia es perseguir a UNA FAMILIA” D. Marcelo González Martín Cristo, y que amar a Cristo y titulada La fuerza del Saceres amar a la Iglesia. docio. Otros que le conocieron personalmente le han definido como “el ami- Fundador y educador go fuerte de Dios”, o “un contestatario leal”. Todos coinciden en calificarle como uno de Teresianista entusiasta y contagioso, fundador los grandes sacerdotes de España en todos de movimientos de apostolado, fundó también los tiempos. la Compañía de Santa Teresa de Jesús, dedicaLa trascendencia de su labor como catequista da a la educación. Profundamente práctico y y sus numerosos escritos, como El libro de los conocedor de la persona y de la sociedad, sus HUMANITAS Nº 61 pp. 125 - 127

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Antoni Gaudí i Cornet

«San Enrique de Ossó fue canonizado en Madrid el 16 de junio de 1993 por Juan Pablo II».

«Colegio de las Teresianas en Sant Gervasi de Cassoles (Barcelona), obra encargada a Antoni Gaudí en 1888 por San Enrique de Ossó para alojar un colegio y el convento de la Congregación de Religiosas Teresianas.»

convicciones le llevaron a haconcepción de la mujer. En SU VIDA FUE UNA FECUNDA cer afirmaciones tan llenas de aquel momento del siglo UNIÓN DE CONTEMPLACIÓN realidad como la cita, ya tan XIX, centró uno de sus granY ACCIÓN. TODO EL QUE SE conocida, de que “educar a un des esfuerzos en la promoACERCABA A ÉL ACABABA niño es educar a un hombre, ción y educación de la mujer COMPRENDIENDO LA educar una mujer es educar desde la realidad, desde su IMPORTANCIA Y NECESIDAD toda una familia”. capacidad, sin falsos progreDE LA ORACIÓN PARA LA VIDA Su vida f ue una fecunda sismos ni tradicionalismos. CONCRETA, DE SU MENSAJE unión de contemplación y acEl corazón y la mente. Sólida INSISTENTE EN EL “CUARTO DE ción. Todo el que se acercaba a cultura y formación. Quería HORA DE ORACIÓN DIARIO”. él acababa comprendiendo la que la Compañía de santa importancia y necesidad de la Teresa de Jesús fuera una oración para la vida concreta, de sus obras más fecundas, de su mensaje insistente en el “cuarto de hora la que había de dar los más excelentes resulde oración diario”. Era patente el equilibrio tados prácticos en bien de la Iglesia y de la humano y divino, teórico y práctico de su sociedad. Otras obras buscan las ramas, la vida individual y social. Genial y real sínte- Compañía va directo al corazón. San Enrique sis, cuando es vivida y brota del Evangelio entiende que el corazón de la familia es la de Cristo. mujer; mejorado el corazón, el principio, todo Algo muy significativo también fue su estará mejorado.

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falsos espiritualismos ni pobres materialismos, una vida según el Evangelio. Testigo en su Las teresianas, decía, “son enviadas por la ambiente del Evangelio con todas sus implicaIglesia a ser signo y testimonio de una especial ciones, alcanzó a los niños, a los jóvenes, a los presencia del Señor entre los hombres, y de la adultos, porque hablaba, escribía y actuaba de la abundancia de su corazón. vida nueva y eterna conquisSólo el lenguaje de la fe engentada por Cristo, dedicándole ERA PATENTE EL EQUILIBRIO dra fe. Sólo el gesto de caridad todo su ser y obrar; en las HUMANO Y DIVINO, TEÓRICO engendra caridad. escuelas para formar a CrisY PRÁCTICO DE SU VIDA Fundada la Compañía, se to Jesús en la mente y en el INDIVIDUAL Y SOCIAL. GENIAL concentró en la Compañía. corazón del niño y del joven, Y REAL SÍNTESIS, CUANDO ES Y sufrió por la Compañía. Si viviendo en comunidades, VIVIDA Y BROTA DEL EVANGELIO el grano de trigo no muere, según el espíritu de santa DE CRISTO. queda infecundo. Como todo Teresa de Jesús: espíritu de santo tuvo su Getsemaní, oración, de verdad, de fortaleza, de grandeza de alma, de humildad y pasión y muerte. Sus últimos años fueron desprendimiento, de alegría y obediencia. La amargos y contrastados, sufrió incomprenteresiana, como su referencia, Teresa de Jesús, siones de sus superiores, amigos y de la protiene que ser de condición veraz y agradecida”. pia Compañía, por lo que viajó a Valencia a Quería que todas las religiosas de la Compa- meditar en solitario. ñía fueran “maestras de oración”. Los hom- Murió solo en el convento franciscano de Gilet bres se despiertan a su riqueza interior, al (Valencia) el 27 de enero de 1896 a la edad de conocimiento de su capacidad, por la oración. 56 años. Fue beatificado por Juan Pablo II el 14 “Dadme un cuarto de hora de oración y os de octubre de 1979 en la Plaza de San Pedro, y luego canonizado en Madrid el 16 de junio daré la vida eterna”. Hombre de gran humanidad, presentaba ese de 1993, durante una visita apostólica que tipo de vida cristiana que integra todo, sin realizó el mismo Pontífice a España.

De condición veraz y agradecida

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La Palabra del Papa

LA BELLEZA ES LA GRAN NECESIDAD DEL HOMBRE; ES LA RAÍZ DE LA QUE BROTA EL TRONCO DE NUESTRA PAZ Y LOS FRUTOS DE NUESTRA ESPERANZA “Si el hombre deja entrar a Dios en su vida y en su mundo, si deja que Cristo viva en su corazón, no se arrepentirá, sino que experimentará la alegría de compartir su misma vida siendo objeto de su amor infinito”, señaló S.S. Benedicto XVI durante la Misa de dedicación de la iglesia y altar de la Sagrada Familia de Barcelona, que desde ahora es Basílica menor.

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ste día es un punto significativo en una larga historia de ilusión, de trabajo y de generosidad, que dura más de un siglo. En estos momentos, quisiera recordar a todos y a cada uno de los que han hecho posible el gozo que a todos nos embarga hoy, desde los promotores hasta los ejecutores de la obra; desde los arquitectos y albañiles de la misma, a todos aquellos que han ofrecido, de una u otra forma, su inestimable aportación para hacer posible la progresión de este edificio. Y recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término

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de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta. Este acto es también, de algún modo, el punto cumbre y la desembocadura de una historia de esta tierra catalana que, sobre todo desde finales del siglo XIX, dio una pléyade de santos y de fundadores, de mártires y de poetas cristianos. Historia de santidad, de creación artística y poética, nacidas de la fe, que hoy recogemos y presentamos como ofrenda a Dios en esta Eucaristía. La alegría que siento de poder presidir esta ceremonia se ha visto incrementada cuando he sabido que este templo, desde sus orígenes, ha estado muy vinculado a la figura de san José. Me ha conmovido especialmente la

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seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: “San José acabará el templo”. Por eso ahora, no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José. ¿Qué hacemos al dedicar este templo? En el corazón del mundo, ante la mirada de Dios y de los hombres, en un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma. En este recinto, Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia. Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. De este modo, colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la

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¿Qué hacemos al dedicar este templo? En el corazón del mundo, ante la mirada de Dios y de los hombres, en un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma.

belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo. (…) Pienso que la dedicación de este templo de la Sagrada Familia, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado. Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad está, como decía él, en volver al origen que es Dios. Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios, ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien


La Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente.

es la Verdad y la Belleza misma. Así expresaba el arquitecto sus sentimientos: “Un templo [es] la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre”. Esa afirmación de Dios lleva consigo la suprema afirmación y tutela de la dignidad de cada hombre y de todos los hombres: “¿No sabéis que sois templo de Dios?... El templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros” (1 Co 3,16-17). He aquí unidas la verdad y dignidad de Dios con la verdad y la dignidad del hombre. Al consagrar el altar de este templo, considerando a Cristo como su fundamento, estamos presentando ante el mundo a Dios que es amigo de los hombres e invitando a los hombres a ser amigos de Dios. Como enseña el caso de Zaqueo, del que se habla en el Evangelio de hoy (cf. Lc 19, 1-10), si el

hombre deja entrar a Dios en su vida y en su mundo, si deja que Cristo viva en su corazón, no se arrepentirá, sino que experimentará la alegría de compartir su misma vida siendo objeto de su amor infinito. La iniciativa de este templo se debe a la Asociación de amigos de San José, quienes quisieron dedicarlo a la Sagrada Familia de Nazaret. Desde siempre, el hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor, oración y trabajo. Los patrocinadores de este templo querían mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret. Las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar. (…) (Barcelona, 7 - XI – 2010)

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LA CIENCIA SE CONVIERTE EN UN LUGAR DE DIÁLOGO ENTRE EL HOMBRE Y SU CREADOR “Los científicos no crean el mundo, sino que aprenden de él y tratan de imitarlo, a través de las leyes y la inteligibilidad que la naturaleza nos manifiesta”, señaló S.S. Benedicto XVI en un discurso a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias.

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(…) a historia de la ciencia en el siglo XX está marcada por indudables logros y avances importantes. Por desgracia, la imagen popular de la ciencia del siglo XX se caracteriza a veces de forma diversa, por dos elementos extremos. Por un lado, la ciencia es considerada por algunos como una panacea, demostrado por los notables logros del siglo pasado. De hecho, sus innumerables avances han sido tan amplios y tan rápidos que parecen confirmar el punto de vista de que la ciencia puede responder a todas las preguntas sobre la existencia del hombre, e incluso sus más altas aspiraciones. Por otro lado, están aquellos que temen a la ciencia y que se distancian de ella, debido a desarrollos preocupantes como la construcción y el terrible uso de las armas nucleares. La ciencia, por supuesto, no se define por cualquiera de estos extremos. Su tarea fue y sigue siendo una paciente y con todo apasionada búsqueda de la verdad sobre el cosmos, la naturaleza y sobre la constitución del ser humano. En esta búsqueda, ha habido muchos éxitos y fracasos, triunfos y reveses. La evolución de la ciencia ha sido a la vez edificante, como cuando fueron descubiertos la complejidad de la naturaleza y sus fenómenos, superando nuestras expectativas; y humilde, como cuando algunas de las teorías

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que pensábamos que podían haber explicado los fenómenos de una vez por todas se demostraban sólo parciales. Sin embargo, incluso los resultados aún provisionales constituyen una contribución real para revelar la correspondencia entre el intelecto y la realidad natural, en la que las generaciones posteriores pueden basarse para seguir construyendo. Los progresos realizados en el conocimiento científico durante el siglo XX, en todas sus diversas disciplinas, han dado lugar a una mayor concienciación sobre el lugar que el hombre y el planeta ocupan en el universo. En todas las ciencias, el denominador común sigue siendo la idea de la experimentación como un método organizado para la observación de la naturaleza. En el último siglo, el hombre ciertamente ha avanzado más —aunque no siempre en el conocimiento de sí mismo y de Dios, pero sí ciertamente en su conocimiento del macro y microcosmos— que en toda la historia de la humanidad. Nuestro encuentro aquí hoy, queridos amigos, es una prueba de la estima de la Iglesia hacia la investigación científica en curso y de su gratitud por la labor científica, que ella alienta y de la que se beneficia. En nuestros días, los científicos se dan cuenta cada vez más de la necesidad de estar abierto a la filosofía si se quiere descubrir el


fundamento lógico y epistemológico de su metodología y sus conclusiones. Por su parte, la Iglesia está convencida de que la actividad científica en última instancia, se beneficia del reconocimiento de la dimensión espiritual del hombre y de su búsqueda de respuestas definitivas que permitan el reconocimiento de un mundo que existe independientemente de nosotros, que no entienden completamente y que sólo podemos comprender en la medida en que aprehendamos su lógica inherente. Los científicos no crean el mundo, sino que aprenden de él y tratan de imitarlo, a través de las leyes y la inteligibilidad que la naturaleza nos manifiesta. La experiencia del científico como ser humano es, pues, la de percibir una constante, una ley, un logos que no ha creado pero que en cambio ha observado: de hecho, nos lleva a admitir la existencia de una razón todopoderosa, que es distinta de la del hombre, y que sostiene el mundo. Este es el punto de encuentro entre las ciencias naturales y la religión. Como resultado, la ciencia se convierte en un lugar de diálogo, un encuentro entre el hombre y la naturaleza y, potencialmente, incluso entre el hombre y su Creador. Al mirar hacia el siglo XXI, me gustaría proponer dos ideas para una reflexión más profunda. En primer lugar, a medida que el aumento de los logros de las ciencias acrecienta nuestra maravilla frente a la complejidad de la naturaleza, se percibe cada vez más la necesidad de un enfoque interdisciplinario ligado con la reflexión filosófica. En segundo lugar, los logros científicos en este nuevo siglo deberían ser siempre guiados por el sentido de

La experiencia del científico como ser humano es, pues, la de percibir una constante, una ley, un logos que no ha creado pero que en cambio ha observado: de hecho, nos lleva a admitir la existencia de una razón todopoderosa, que es distinta de la del hombre, y que sostiene el mundo. Este es el punto de encuentro entre las ciencias naturales y la religión.

la fraternidad y la paz, ayudando a resolver los grandes problemas de la humanidad, y dirigir los esfuerzos de todos hacia el verdadero bien del hombre y el desarrollo integral de los pueblos del mundo. El resultado positivo de la ciencia del siglo XXI seguramente dependerá en gran medida de la capacidad del científico de buscar la verdad y de aplicar los descubrimientos de una manera que va de la mano con la búsqueda de lo que es justo y bueno. Con estos sentimientos, os invito a dirigir vuestra mirada hacia Cristo, la Sabiduría increada, y reconocer en su rostro el Logos del Creador de todas las cosas. Renovando mis mejores deseos para vuestro trabajo, os imparto mi Bendición Apostólica. (Vaticano 28-10-2010)

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LA SANTIDAD ANTES QUE LA PAZ “Newman fue a lo largo de toda su existencia uno que se convirtió, uno que se transformó, y de esta forma permaneció siempre el mismo, y se convirtió cada vez más en sí mismo”, señaló Benedicto XVI en el mensaje que ha hecho llegar al simposio El primado de Dios en la vida y en los escritos del beato John Henry Newman, organizado en Roma, por el Centro Internacional Amigos de Newman.

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s bien conocido que el joven Newman, a pesar de que había podido conocer, gracias a su madre la «religión de la Biblia», atravesó un período de dificultades y de dudas. A los catorce años sufrió, de hecho, la influencia de filósofos como Hume y Voltaire y, reconociéndose en sus objeciones a la religión, se encaminó, según la moda humanista y liberal de su época, hacia una especie de deísmo. El año siguiente, con todo, Newman recibió la gracia de la conversión, encontrando descanso “en el pensamiento de dos seres absolutos y luminosamente evidentes en sí mismos, yo y mi Creador» (J.H. Newman, Apologia pro vita sua, Milán 2001, pp. 137-138). Descubrió por tanto la verdad objetiva de un Dios personal y viviente, que habla a la conciencia y revela al hombre su condición de criatura. Comprendió su propia dependencia en el ser de Aquel que es el principio de todas las cosas, encontrando así en Él el origen y el sentido de su identidad y singularidad personal. Es esta experiencia particular la que constituye la base para la primacía de Dios en la vida de Newman. Tras la conversión, se dejó guiar por dos criterios fundamentales —tomados del libro La fuerza de la verdad, del calvinista Thomas Scott— que manifiestan plenamente la primacía de Dios en su vida. El primero: “la santidad antes que la paz» (ibid., p. 139),

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documenta su firme voluntad de adherirse al Maestro interior con su propia conciencia, de abandonarse confiadamente al Padre y de vivir en la fidelidad a la verdad reconocida. Estos ideales habrían comportado en seguida “un gran precio que pagar”. Newman, de hecho, sea como anglicano o como católico, tuvo que sufrir muchas pruebas, desilusiones e incomprensiones. Con todo, nunca descendió a falsos compromisos o se contentó con consensos fáciles. Permaneció siempre honrado en la búsqueda de la verdad, fiel a las llamadas de su propia conciencia y dirigido hacia el ideal de la santidad. El segundo lema elegido por Newman: «el crecimiento es la única expresión de vida» (ibid.), expresa de forma clara su disposición a una continua conversión, transformación y crecimiento interior, siempre apoyado confiadamente en Dios. Descubrió así su vocación al servicio de la Palabra de Dios y, dirigiéndose a los Padres de la Iglesia para encontrar mayor luz, propuso una verdadera reforma del anglicanismo, adhiriéndose finalmente a la Iglesia católica. Resumió su propia experiencia de crecimiento, en la fidelidad a sí mismo y a la voluntad del Señor, con sus conocidas palabras: “Aquí en la tierra vivir es cambiar, y la perfección es el resultado de muchas transformaciones” (J.H. Newman, Lo sviluppo della dottrina


Presentando y defendiendo la Verdad, Newman estuvo siempre atento también a encontrar el lenguaje apropiado, la forma justa y el tono adecuado. Intentó no ofender nunca y dar testimonio de la gentil luz interior («kindly light»), esforzándose en convencer con la humildad, la alegría y la paciencia. cristiana, Milano 2002, p. 75). Y Newman fue a lo largo de toda su existencia uno que se convirtió, uno que se transformó, y de esta forma permaneció siempre el mismo, y se convirtió cada vez más en sí mismo. El horizonte de la primacía de Dios marca en profundidad también las numerosas publicaciones de Newman. En el citado ensayo sobre El desarrollo de la doctrina cristiana, escribió: «Hay una verdad; hay una sola verdad; ...la búsqueda de la verdad no debe ser satisfacción de curiosidades; la adquisición de la verdad no se parece en nada a la excitación de un descubrimiento; nuestro

espíritu está sometido a la verdad, no es, por tanto, superior a ella, y debe no tanto disertar sobre ella sino venerarla» (pp. 344345). La primacía de Dios se traduce, para Newman, en la primacía de la verdad, una verdad que debe buscarse ante todo disponiendo la propia interioridad a la acogida, en un intercambio abierto y sincero con todos, y que encuentra su culmen en el encuentro con Cristo, «camino, verdad y vida» (Jn 12, 6). Newman dio por ello testimonio de la Verdad también con su riquísima producción literaria pasando de la teología a la poesía, de la filosofía a la pedagogía, de la exégesis a la historia del cristianismo, de las novelas a las meditaciones y a las oraciones. Presentando y defendiendo la Verdad, Newman estuvo siempre atento también a encontrar el lenguaje apropiado, la forma justa y el tono adecuado. Intentó no ofender nunca y dar testimonio de la gentil luz interior («kindly light»), esforzándose en convencer con la humildad, la alegría y la paciencia. En una oración dirigida a san Felipe Neri escribió: “Que mi aspecto sea siempre abierto y alegre, y mis palabras amables y agradables, como conviene a aquellos que, cualquiera que sea su estado de vida, gozan del más grande de todos los bienes, del favor de Dios y de la esperanza de la felicidad eterna» (J.H. Newman, Meditazioni e preghiere, Milano 2002, pp. 193-194). (Roma, 22–11-2010)

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LA CONTEMPLACIÓN DEL DIOS REVELADO Y LA CARIDAD HACIA EL PRÓJIMO NO SE PUEDEN SEPARAR “En un mundo que a menudo aprecia muchos dones del Cristianismo —como por ejemplo la idea de una igualdad democrática— sin comprender la raíz de los propios ideales, es particularmente importante mostrar que los frutos mueren si se corta la raíz del árbol… Para nosotros los cristianos la solidaridad social tiene siempre una perspectiva de eternidad”, señaló S.S. Benedicto XVI en un discurso a los miembros de la Comisión Teológica Internacional.

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orque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos» (2 Cor 5, 14-15). ¿Cómo no sentir también como nuestra esta bella reacción del apóstol Pablo a su encuentro con Cristo resucitado? Precisamente esta experiencia está en la raíz de los tres temas importantes que habéis profundizado en vuestra Sesión Plenaria que acaba de concluir. Quien ha descubierto en Cristo el amor de Dios, infundido por el Espíritu Santo en nuestros corazones, desea conocer mejor a Aquel de quien es amado y a quien ama. Conocimiento y amor se sostienen mutuamente. Como afirmaron los Padres de la Iglesia, quien ama a Dios es impulsado a convertirse, en cierto sentido, en un teólogo, uno que habla con Dios, que piensa sobre Dios y que intenta pensar con Dios; al mismo tiempo, el trabajo profesional de teólogo es para algunos una vocación de gran responsabilidad ante Cristo, ante la Iglesia. Poder estudiar profesionalmente a Dios mismo y poder hablar de eso —contemplari et contemplata docere (S.

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Tomás de Aquino, Super Sent., lib. 3 d. 35 q. 1 a. 3 qc. 1 arg. 3)— es un gran privilegio. Vuestra reflexión sobre la visión cristiana de Dios podrá ser una contribución preciosa tanto para la vida de los fieles como para nuestro diálogo con los creyentes de otras religiones y también con los no creyentes. De hecho, la misma palabra «teo-logía» revela este aspecto comunicativo de vuestro trabajo —en la teología intentamos, a través del logos, comunicar lo que “hemos visto y oído» (1 Jn 1,3)—. Pero sabemos bien que la palabra «logos» tiene un significado mucho más grande, que comprende también el sentido de «ratio», «razón». Y este hecho nos lleva a un segundo punto muy importante. Podemos pensar en Dios y comunicar lo que hemos pensado porque Él nos ha dotado de una razón en armonía con su naturaleza. No es por casualidad que el evangelio de Juan comience con la afirmación “En principio estaba el Logos... y el Logos era Dios» (Jn 1,1). Acoger este Logos —este pensamiento divino— es al final también una contribución a la paz en el mundo. De hecho, conocer a Dios en su verdadera naturaleza es también el modo más seguro para asegurar la paz. Un Dios que no fuese percibido como


fuente de perdón, de justicia y de amor, no podría ser luz sobre el sendero de la paz. Así como el hombre tiende siempre a unir sus conocimientos entre sí, también el conocimiento de Dios se organiza de modo sistemático. Pero ningún sistema teológico puede subsistir si no está permeado por el amor de su divino “Objeto”, que en la teología necesariamente debe ser “Sujeto” que nos habla y con el que estamos en relación de amor. Así, la teología debe ser siempre nutrida por el diálogo con el Logos divino, Creador y Redentor. Además, ninguna teología es tal si no está integrada en la vida y en la reflexión de la Iglesia a través del tiempo y del espacio. Sí, es verdad que, para ser científica, la teología debe argumentar de modo racional, pero debe también ser fiel a la naturaleza de la fe eclesial: centrada en Dios, arraigada en la oración, en una comunión con los demás discípulos del Señor garantizada por la comunión con el Sucesor de Pedro y todo el Colegio episcopal. Esta acogida y transmisión del Logos tiene también como consecuencia que la misma racionalidad de la teología ayuda a purificar la razón humana liberándola de ciertos prejuicios e ideas que pueden ejercer un fuerte influjo en el pensamiento de cada época. Es necesario

Sí, es verdad que, para ser científica, la teología debe argumentar de modo racional, pero debe también ser fiel a la naturaleza de la fe eclesial: centrada en Dios, arraigada en la oración, en una comunión con los demás discípulos del Señor garantizada por la comunión con el Sucesor de Pedro y todo el Colegio episcopal.

El teólogo no parte nunca de cero, sino que considera como maestros a los Padres y los teólogos de toda la tradición cristiana. Arraigada en la Sagrada Escritura, leída con los Padres y los Doctores, la teología puede ser escuela de santidad, como nos ha atestiguado el beato John Henry Newman. Hacer descubrir el valor permanente de la riqueza transmitida por el pasado no es una contribución pequeña de la teología al concierto de las ciencias. por otra parte poner de relieve que la teología vive siempre en continuidad y en diálogo con los creyentes y los teólogos que vinieron antes de nosotros; dado que la comunión eclesial es diacrónica, lo es también la teología. El teólogo no parte nunca de cero, sino que considera como maestros a los Padres y los teólogos de toda la tradición cristiana. Arraigada en la Sagrada Escritura, leída con los Padres y los Doctores, la teología puede ser escuela de santidad, como nos ha atestiguado el beato John Henry Newman. Hacer descubrir el valor permanente de la riqueza transmitida por el pasado no es una contribución pequeña de la teología al concierto de las ciencias. Cristo murió por todos, aunque no todos lo sepan y lo acepten. Habiendo recibido el amor de Dios, ¿cómo podríamos no amar a aquellos por quienes Cristo dio su propia vida? «Él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros

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debemos dar la vida por nuestros hermanos” (1 Jn 3, 16). Todo esto nos lleva al servicio de los demás en el nombre de Cristo; en otras palabras, el compromiso social de los cristianos deriva necesariamente de la manifestación del amor divino. La contemplación del Dios revelado y la caridad hacia el prójimo no se pueden separar, aunque se vivan según carismas distintos. En un mundo que a menudo aprecia muchos dones del Cristianismo —como por ejemplo la idea de una igualdad democrática— sin comprender la raíz de los propios ideales, es particularmente importante mostrar que los frutos mueren si se corta la raíz del árbol. De

hecho no hay justicia sin verdad, y la justicia no se desarrolla plenamente si su horizonte se limita al mundo material. Para nosotros los cristianos la solidaridad social tiene siempre una perspectiva de eternidad. Queridos amigos teólogos, nuestro encuentro de hoy manifiesta de modo precioso y singular la unidad indispensable que debe reinar entre teólogos y pastores. No se puede ser teólogo en soledad: los teólogos necesitan del ministerio de los Pastores de la Iglesia, así como el Magisterio necesita teólogos que lleven a cabo su servicio hasta el fondo, con toda la ascesis que eso implica. (Vaticano, 3-12-2010)

LOS PASTORES TIENEN EL GRAVE DEBER DE EMITIR UN JUICIO MORAL, TAMBIÉN EN CUESTIONES POLÍTICAS Extractos del discurso que S.S. Benedicto XVI dirigió a los obispos de la región Nordeste 5 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, a quienes recibió con ocasión de la visita «ad Limina Apostolorum».

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uestro deber como obispos, junto con vuestro clero, es mediar, en cuanto que os compete contribuir a la purificación de la razón y al despertar de las fuerzas morales necesarias para la construcción de una sociedad justa y fraterna. Cuando, sin embargo, los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas lo exigieran, los pastores tienen el grave deber de emitir un juicio moral, también en cuestiones políticas (cf. GS, 76). Al formular estos juicios, los pastores deben tener en cuenta el valor absoluto de aquellos

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preceptos morales negativos que declaran moralmente inaceptable la elección de una determinada acción intrínsecamente mala e incompatible con la dignidad humana; tal elección no puede ser redimida por la bondad de cualquier fin, consecuencia o circunstancia. Por tanto, sería totalmente falsa e ilusoria cualquier defensa de los derechos humanos políticos, económicos y sociales que no incluyera la enérgica defensa del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural (cf. Christifideles laici, 38). También como parte de los esfuerzos hacia los


más débiles y más indefensos, ¿hay algo más indefenso que un niño no nacido o un paciente en estado vegetativo o terminal? Cuando los proyectos políticos contemplan, abierta o veladamente, la descriminalización del aborto o de la eutanasia, el ideal democrático —que sólo es verdaderamente tal cuando reconoce y tutela

la dignidad de toda la persona humana— es traicionado en sus bases (cf. Evangelium vitæ, 74). Por tanto, queridos hermanos en el Episcopado, al defender la vida “no debemos temer la oposición e impopularidad, rechazando cualquier compromiso y ambigüedad que nos conformen con la mentalidad de este mundo” (ibídem, 82). (Vaticano, 28-10-2010)

QUIEN QUIERA SER SACERDOTE DEBE SER SOBRE TODO UN «HOMBRE DE DIOS” Párrafos de la carta de S.S. Benedicto XVI a los seminaristas de todo el mundo, con motivo de la Clausura del Año Sacerdotal.

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l seminario es una comunidad en camino hacia el servicio sacerdotal. Con esto, ya he dicho algo muy importante: no se llega a ser sacerdote solo. Hace falta la «comunidad de discípulos», el grupo de los que quieren servir a la Iglesia de todos. Con esta carta quisiera poner de relieve —mirando también hacia atrás, a mis días en el seminario— algunos elementos importantes para estos años en los que os encontráis en camino. 1. Quien quiera ser sacerdote debe ser sobre todo un «hombre de Dios», como lo describe san Pablo (1 Tm 6, 11). Para nosotros, Dios no es una hipótesis lejana, no es un desconocido que se ha retirado después del «big bang». Dios se ha manifestado en Jesucristo. En el rostro de Jesucristo vemos el rostro de Dios. En sus palabras escuchamos al mismo Dios que nos habla. Por eso, lo más importante en el camino hacia el sacerdocio, y durante toda la vida sacerdotal, es la relación personal con Dios en Jesucristo. El sacerdote no es el administrador

Estos abusos, que son absolutamente reprobables, no pueden desacreditar la misión sacerdotal, que conserva toda su grandeza y dignidad. Gracias a Dios, todos conocemos sacerdotes convincentes, forjados por su fe, que dan testimonio de cómo en este estado, en la vida celibataria, se puede vivir una humanidad auténtica, pura y madura. de una asociación, que intenta mantenerla e incrementar el número de sus miembros. Es el mensajero de Dios entre los hombres. Quiere llevarlos a Dios, y que así crezca la comunión

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entre ellos. Por esto, queridos amigos, es tan importante que aprendáis a vivir en contacto permanente con Dios. (…) 2. Para nosotros, Dios no es sólo una palabra. En los sacramentos, Él se nos da en persona, a través de realidades corporales. La Eucaristía es el centro de nuestra relación con Dios y de la configuración de nuestra vida. Celebrarla con participación interior y encontrar de esta manera a Cristo en persona, debe ser el centro de cada una de nuestras jornadas. San Cipriano ha interpretado la petición del Evangelio: «Danos hoy nuestro pan de cada día», diciendo, entre otras cosas, que «nuestro» pan, el pan que como cristianos recibimos en la Iglesia, es el mismo Señor Sacramentado. En la petición del Padrenuestro pedimos, por tanto, que Él nos dé cada día este pan «nuestro»; que éste sea siempre el alimento de nuestra vida. Que Cristo resucitado, que se nos da en la Eucaristía, modele de verdad toda nuestra vida con el esplendor de su amor divino. Para celebrar bien la Eucaristía, es necesario también que aprendamos a conocer, entender y amar la liturgia de la Iglesia en su expresión concreta. (…) 3. También es importante el sacramento de la Penitencia. Me enseña a mirarme con los ojos de Dios, y me obliga a ser honesto conmigo mismo. Me lleva a la humildad. El Cura de Ars dijo en una ocasión: Pensáis que no tiene sentido recibir la absolución hoy, sabiendo que mañana cometeréis nuevamente los mismos pecados. Pero —nos dice— Dios mismo olvida en ese momento los pecados de mañana, para daros su gracia hoy. Aunque tengamos que combatir continuamente los mismos errores, es importante luchar contra el ofuscamiento del alma y la indiferencia que se resigna ante el hecho de que somos así. (…)

6. (…) La tradición cristiana siempre ha unido las «virtudes teologales» con las «virtudes cardinales», que brotan de la experiencia humana y de la filosofía, y ha tenido en cuenta la sana tradición ética de la humanidad. Pablo dice a los Filipenses de manera muy clara: «Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta» (4, 8). En este contexto, se sitúa también la integración de la sexualidad en el conjunto de la personalidad. La sexualidad es un don del Creador, pero también una tarea que tiene que ver con el desarrollo del ser humano. Cuando no se integra en la persona, la sexualidad se convierte en algo banal y destructivo. En nuestra sociedad actual se ven muchos ejemplos de esto. Recientemente, hemos constatado con gran dolor que algunos sacerdotes han desfigurado su ministerio al abusar sexualmente de niños y jóvenes. En lugar de llevar a las personas a una madurez humana y ser un ejemplo para ellos, han provocado con sus abusos un daño que nos causa profundo dolor y disgusto. Debido a todo esto, muchos podrán preguntarse, quizás también vosotros, si vale la pena ser sacerdote; si es sensato encaminar la vida por el celibato. Sin embargo, estos abusos, que son absolutamente reprobables, no pueden desacreditar la misión sacerdotal, que conserva toda su grandeza y dignidad. Gracias a Dios, todos conocemos sacerdotes convincentes, forjados por su fe, que dan testimonio de cómo en este estado, en la vida celibataria, se puede vivir una humanidad auténtica, pura y madura. Pero lo que ha ocurrido, nos debe hacer más vigilantes y atentos, examinándonos cuidadosamente a nosotros mismos, delante de Dios, en el camino hacia el sacerdocio, para ver si es ésta su voluntad para mí. (Vaticano 18-10-2010)

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PANORAMA

MONSEÑOR RICARDI EZZATI

NUEVO ARZOBISPO DE SANTIAGO

Benedicto XVI nombró arzobispo de Santiago de Chile al presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Ricardi Ezzati Andrello, SDB, hasta ese momento arzobispo de Concepción. Sustituye en el cargo al cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, ISP Sch., quien había presentado su renuncia por motivos de edad.

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Monseñor Ricardo Ezzati Andrello nació en Campiglia dei Berici (Vicenza, Italia) el 7 de enero de 1942. En 1959 llegó a Chile e ingresó al noviciado de la congregación salesiana ubicado en Quilpué. Allí, el 31 de enero de 1961 emitió la primera profesión como religioso salesiano. Estudió Filosofía y Pedagogía en el Instituto de la Congregación, afiliado a la Universidad Católica de Valparaíso. Desde 1964 a 1966 enseñó en el Liceo Camilo Ortúzar Montt, de Santiago. Estudió Teología en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. Posteriormente estudió un master en Pedagogía Religiosa en la Universidad de Estrasburgo (Francia). También es profesor de Estado en Religión y Filosofía, por la Universidad Pontificia Católica de Valparaíso. El 30 de diciembre de 1966, emitió la profesión perpetua como religioso salesiano, y el 18 de marzo de 1970 fue ordenado sacerdote. Los años 1971 y 1972 desarrolló su misión pastoral en Valdivia, donde fue responsable de la pastoral del Instituto Salesiano. Entre 1973 y 1977 se trasladó a Concepción, donde fue superior de la comunidad religiosa y rector del colegio salesiano de esa ciudad. En 1978 regresó a Santiago, donde fue director del seminario mayor de la congregación, consejero provincial, profesor de Pastoral Fundamental en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Católica de Chile, y miembro y director del Centro de Estudios y Experiencias Catequísticas. En 1984 fue nombrado inspector provincial de los salesianos de Chile y elegido también vicepresidente de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de Chile (CONFERRE). En 1991, fue llamado al Vaticano para colaborar con monseñor Francisco Javier Errázuriz en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. El 28 de junio de 1996, Juan Pablo II lo nombró obispo de Valdivia y adoptó como lema episcopal Para evangelizar. El 10 de julio de 2001, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Santiago, donde también ejerció el cargo de vicario general de la arquidiócesis. Tiene la nacionalidad chilena, otorgada por gracia especial por la presidenta de la República, a solicitud del Congreso Nacional. El 27 de diciembre de 2006, Benedicto XVI lo nombró arzobispo de la arquidiócesis de la Santísima Concepción. En 1997, participó en la asamblea especial del Sínodo de los Obispos para América, en el Vaticano. En 2007, participó en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe en Aparecida, Brasil. En el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), ha sido miembro del Departamento de Vida Consagrada y actualmente es presidente del Departamento de Cultura y Educación. El Papa Benedicto XVI le confió la Visita Apostólica a la Congregación de Los Legionarios de Cristo (2009-2010). Ha ocupado varios cargos en la Conferencia Episcopal de Chile. Ha sido miembro de la Comisión Pastoral, donde ha presidido el Área Educación. También ha formado parte de la Comisión episcopal de Seminarios, de Pastoral Vocacional y la Comisión Mixta Obispos-Superiores Mayores. Desde el año 2007 es miembro del Comité Permanente. En noviembre de 2010 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Chile por un período de tres años.

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HUMANITAS: 15° ANIVERSARIO El lunes 8 de noviembre tuvo lugar en la Casa Central de la Universidad Católica la presentación del N° 60 de HUMANITAS, ocasión en la cual monseñor Fernando Chomali ofreció una conferencia sobre la Encíclica Evangelium vitae. Con posterioridad a ese acto, tuvo lugar un almuerzo que reunió —con motivo de cumplirse 15 años de la fundación de Revista HUMANITAS— al Comité Editorial y a los miembros del Consejo ampliado residentes en Chile. Varios miembros del Consejo enviaron del exterior cartas y mensajes leídos durante el festejo (ver recuadro Mensajes Recibidos en p. 146) Junto al actual rector de la Universidad Católica, doctor Ignacio Sánchez, que presidió este encuentro, estuvieron presentes sus dos antecesores. Al inicio del almuerzo, el director de HUMANITAS, Jaime Antúnez, pronunció las siguientes palabras ofreciendo el acto.

Francisco Claro, Rector Ignacio Sánchez, Jaime Antúnez.

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Mons. Juan Ignacio González y el Cardenal Jorge Medina.

“Pido su venia, Sr. Rector, para ofrecer este almuerzo que reúne a parte importante de los miembros del Comité Editorial y del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. “Hace pocas semanas usted presidía en el Salón de Honor, en compañía del Dr. Vial Correa y del Decano de la facultad de Ciencias Sociales, prof. Pedro Morandé, la conmemoración de los 20 años de la Constitución Ex Corde Ecclesiae de Juan Pablo II. No era fortuita esa compañía, pues son las dos personas que en su condición de Rector y Prorrector recibieron y comunicaron entonces a esta Universidad los contenidos de esa Constitución. Quisiera en este momento recordar, de ese acto conmemorativo, dos puntos en que fijó su atención el Dr. Vial, pues tienen directa relación con el motivo que hoy nos reúne: primero, que el nombre Ex Corde Ecclesiae dado a esa Constitución nos dice que la Universidad Católica nace del corazón de la Iglesia; segundo, que estar en la Universidad es hacer parte de la misión de la Iglesia. “Fue precisamente en esa atmósfera y a la luz de esos predicamentos que en 1995 —cinco años después de la promulgación de la Ex Corde Ecclesiae— el mismo Rector Vial firmaba el decreto de fundación de HUMANITAS. “Hoy nos reunimos para agradecer y brindar por la amistad que a través de estos quince años ha dado existencia a este proyecto. La experiencia histórica muestra que una publicación de la naturaleza de HUMANITAS, en Chile o en cualquier parte –¡y qué de célebres e influyentes revistas han existido en el mundo!- tiene siempre como base de su existencia una communio, cuestión que tiene que ver directamente con amistad y poco y nada con la conectividad, fenómeno cultural característico de nuestro tiempo que dice más bien relación con la utilidad. “Amistad y communio en torno a qué, nos podemos preguntar: amistad en torno a la fe y a las cuestiones culturales que nacen de ella; en torno a la figura del Papa y su magisterio —¡y qué dos grandes Pontífices hemos tenido el privilegio de servir en estos tres lustros!—; en torno a las grandes cuestiones que culturalmente impactan a nuestra sociedad o a nuestras sociedades, tomando en consideración


Sentados el Comité Editorial de Revista HUMANITAS. Al medio el rector, Dr. Ignacio Sánchez; el ex rector Pedro Rosso y el director de HUMANITAS, Jaime Antúnez. De pie, miembros del Consejo de Consultores y Colaboradores de HUMANITAS.

Antonio Amado, Mario Correa y Mauro Matthei O.S.B.

Juan de Dios Vial Larraín, Pedro Morandé, Jaime Antúnez.

Carmen Domínguez y Rector Ignacio Sánchez.

el espectro internacional a que está abierta la revista. “Amistad de la que hay que decir, en este caso, que goza asimismo de una nota peculiar: Es que de algún modo antecede al propio nacimiento de HUMANITAS; tuvo su prueba y recorrido en experiencias periodístico-culturales anteriores; siendo que hace ahora quince años las autoridades universitarias que he mencionado como asimismo el recordado Cardenal Carlos Oviedo, entonces Gran Canciller de esta Universidad, junto con el Nuncio Mons. Piero Biggio, pusieron todo su entusiasmo y esfuerzo en que dicha experiencia se trasplantase a este hortus universitario. “Además de ellos, muchos que ya no están nos dieron la alegría de su amistad y hoy nos acompañan desde el cielo: • el Cardenal Juan Francisco Fresno, que desde su condición de Arzobispo emérito acompañó constantemente nuestros actos e hizo siempre presente su voz de apoyo; • el Cardenal Alfonso López Trujillo, que con su fogosidad inagotable no permitiría que nunca nos regalásemos una siesta; • el siempre leal e interesado Mons. Renato Hasche, ilustrado hijo de la Compañía de Jesús; • personas de gran renombre como Víctor Frankl y Régine

Ricardo Riesco, Francisca Alessandri, Pe. Samuel Fernández, Joseph Seifert.

Pernoud, para quienes ni la distancia geográfica ni su importancia científica y cultural fue motivo para escatimar la communio; • filósofos como Julián Marías y Antonio Millán Puelles, que en su peculiar estilo cada uno, mantuvieron permanente cercanía y entregaron una colaboración generosa y valiosísima; • y otros que no menciono para no alargar, pero que permanecerán en nuestro afecto y en nuestra historia; “En nombre de todos agradezco muy hondamente a los tres rectores bajo cuyo mandato HUMANITAS nació, se asentó y se sigue desarrollando. “Y termino pidiendo prestadas al beato Cardenal Newman algunas de sus palabras en el famoso Biglietto Speech, en la ilusión de que ellas representen bien los propósitos de esta communio que es HUMANITAS: “Lo que creo poder afirmar sobre todo lo que escribí es esto: que hubo intención honesta, ausencia de fines personales, temperamento obediente, deseo de ser corregido, miedo al error, deseo de servir a la Santa Iglesia, y, por la misericordia divina, una justa medida de éxito”.

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MENSAJES RECIBIDOS “…Formulo i migliori auguri in occasione di questa bella ricorrenza, grato peri l prezioso servizio che la rivista offre alla cultura cristiana” Cardenal Angelo Scola Patriarca de Venecia

“...L’augurio è che la rivista continui il suo prezioso alla Chiesa e alla società civile. Mai come ora l’ impegno culturale è esigito dalla nostra professione di fede” Cardenal Carlo Caffarra Arzobispo de Bolonia

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“...La circunstancia de reunirse normalmente su Consejo de redacción en este Monasterio , el grato ambiente de cultura, armonía y afecto que allí he vivido, han constituido en estos años un verdadero acontecimiento espiritual, no fácil de definir, pero real”. Gabriel Guarda, O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes

“…Renovar las más vivas congratulaciones por los 15 años de Humanitas, tan hermosamente diseñada y editada, que custodia e irradia siempre un alto nivel cultural, se inspira en las exigencias de un diálogo entre la razón y la fe en todos los ámbitos de la cultura y la convivencia social, sigue y difunde con especial atención el Magisterio pontificio y contribuye a enriquecer la vida de las Iglesias locales con su respiro de catolicidad”. Guzmán Carriquiry Subsecretario del Consejo Pontificio para los Laicos

“…A todos los colaboradores de la Revista mi más calurosa felicitación por esa publicación que tan eficazmente ha contribuido en estos 15 años a clarificar con excelentes artículos los temas más debatidos hoy relativos al ser humano y su sentido último, todo a la luz de la razón y de la fe cristiana”. Felipe Bacarreza Rodríguez Obispo de Santa María de los Ángeles

“...Nel panorama editoriale internazionale Humanitas rappresenta una realtà preziosa, di cui è doveroso riconoscere i grandi meriti e che quindi va custodita attentamente”. Prof. Francesco D’Agostino Filósofo del Derecho Ex Presidente del Comité-Nacional de Bioética en Italia

“…It is a truly wonderful magazine, full of interesting documents and commentary, with excellent theology and ecclesiastical content, shrewd moral teaching, and the whole presented with a beauty which is a model in design, illustration, typography, and taste”. Paul Johnson Historiador británico

“…Me asocio afectuosamente a la celebración del 15º aniversario de la Revista Humanitas, que honra a la Pontificia Universidad Católica de Chile. Sigo con sumo interés cada uno de sus números que se destacan por su calidad intelectual y artística como expresión notable de cultura cristiana”. Héctor Aguer Arzobispo de La Plata, Argentina

“…Humanitas has made and continues to make an important contribution to the relationship between Christianity and culture, and this contribution goes well beyond the borders of Chile. William E. Carroll Thomas Aquinas Fellow in Theology and Science Faculty of Theology, University of Oxford

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VIAJE A ESPAÑA BENEDICTO XVI EN ESPAÑA

Benedicto XVI: “he podido experimentar el afecto de los españoles” Apartes de la intervención del Papa Benedicto XVI el 10 de noviembre pasado, durante la Audiencia General, donde concreto su viaje a España.

“Hoy quisiera recordar con vosotros el Viaje Apostólico a Santiago de Compostela y Barcelona, que tuve la alegría de realizar el sábado y el domingo pasados. Me dirigí allí para confirmar en la fe a mis hermanos (cfr Lc 22,32); lo hice como testigo de Cristo resucitado, como sembrador de la esperanza que no desilusiona y no engaña, porque tiene su origen en el amor infinito de Dios por todos los hombres. (…) He querido hacerme peregrino junto con cuantos, numerosísimos, se han dirigido a ese célebre Santuario. Pude visitar la «Casa del Apóstol Santiago el Mayor», el cual sigue repitiendo, a quien llega allí necesitado de gracia, que en Cristo, Dios vino al mundo para

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reconciliarlo consigo, no imputando a los hombres sus culpas. En la imponente catedral de Compostela, dando, con emoción, el tradicional abrazo al Santo, pensaba en cómo este gesto de acogida y amistad es también un modo de expresar la adhesión a su palabra y la participación en su misión. Un signo fuerte de la voluntad de conformarse al mensaje apostólico, el cual, por un lado, nos compromete a ser fieles custodios de la Buena Noticia que los Apóstoles transmitieron, sin ceder a la tentación de alterarla, disminuirla o plegarla a otros intereses, y por otro, nos transforma a cada uno de nosotros en anunciadores incansables de la fe en Cristo, con la palabra y el testimonio de la vida en todos los campos de la sociedad. Viendo el número de peregrinos presentes en la Santa Misa solemne que tuve la gran alegría de presidir en Santiago, meditaba que lo que empuja a tanta gente a dejar las ocupaciones cotidianas y emprender el camino penitencial hacia Compostela, un camino a veces largo y fatigoso, es el deseo de llegar a la luz de Cristo, a quien anhelan en lo profundo de su corazón, aunque a menudo no sepan


expresarlo bien con las palabras. En los momentos de extravío, de búsqueda, de dificultad, como también en la aspiración a reforzar la fe y a vivir de una forma más coherente, los peregrinos en Compostela emprenden un profundo itinerario de conversión a Cristo, que asumió en sí la debilidad, el pecado de la humanidad, las miserias del mundo, llevándolas donde el mal ya no tiene poder, donde la luz del bien lo ilumina todo. Se trata de un pueblo de caminantes silenciosos, procedentes de cada parte del mundo, que redescubren la antigua tradición medieval y cristiana de la peregrinación, atravesando pueblos y ciudades permeados de catolicismo. (…) Es precisamente la fe en Cristo la que da sentido a Compostela, un lugar espiritualmente extraordinario, que sigue siendo punto de referencia para la Europa de hoy en sus nuevas configuraciones y perspectivas. Conservar y reforzar la apertura a lo trascendente, así como un diálogo fecundo entre fe y razón, entre política y religión, entre economía y ética, permitirá construir una Europa que, fiel a sus imprescindibles raíces cristianas, pueda responder plenamente a su propia vocación y misión en el mundo. Por ello, seguro de las inmensas posibilidades del continente europeo y confiado en un futuro de esperanza para él, invité a Europa a abrirse cada vez más a Dios, favoreciendo así las perspectivas de un auténtico encuentro, respetuoso y solidario, con las poblaciones y las civilizaciones de los demás continentes. El domingo, después, tuve la alegría verdaderamente grande de presidir, en Barcelona, la Dedicación de la iglesia de la Sagrada Familia, que declaré Basílica Menor. Al contemplar la grandiosidad y la belleza de ese edificio, que invita a elevar la mirada y el alma hacia lo Alto, hacia Dios, recordaba las grandes construcciones religiosas, como las catedrales del Medioevo, que marcaron profundamente la historia y la fisionomía de las principales ciudades de Europa. Esa obra espléndida opera —riquísima en simbología religiosa, preciosa en el entretejido de las formas, fascinante en el juego de luces y colores— casi una inmensa escultura en piedra, fruto de la profunda fe, de la sensibilidad espiritual y del talento artístico de Antoni Gaudí, remite al verdadero santuario, el lugar del culto real, el Cielo, donde Cristo entró para aparecer ante Dios en nuestro favor (cfr Hb 9,24). El genial arquitecto, en ese magnífico templo, supo representar admirablemente el misterio de la Iglesia, a la que los fieles son incorporados con el Bautismo como piedras vivas para la construcción de un edificio espiritual (cfr 1Pe 2,5). La iglesia de la Sagrada Familia fue concebida y proyectada por Gaudí como una gran catequesis sobre Jesucristo, como un cántico de alabanza al Creador. En ese edificio tan imponente, él puso su propia genialidad al servicio de lo bello. De hecho, la extraordinaria capacidad expresiva y simbólica de las formas y de los motivos artísticos, como también las innovadoras técnicas arquitectónicas y esculturales, evocan la Fuente suprema de toda belleza. El famoso arquitecto consideró este trabajo como

una misión en la que estaba implicada toda su persona. Desde el momento en que aceptó el encargo de construcción de esa iglesia, su vida fue marcada por un cambio profundo. Emprendió así una intensa práctica de oración, ayuno y pobreza, advirtiendo la necesidad de prepararse espiritualmente para lograr expresar en la realidad material el misterio insondable de Dios. Se puede decir que, mientras Gaudí trabajaba en la construcción del templo, Dios construía en él el edificio espiritual (cfr Ef 2,22), reforzándolo en la fe y acercándolo cada vez más a la intimidad de Cristo. Inspirándose continuamente en la naturaleza, obra del Creador, y dedicándose con pasión a conocer la Sagrada Escritura y la liturgia, supo realizar en el corazón de la Ciudad un edificio digno de Dios y, por ello mismo, digno del hombre”. Una oportunidad histórica Manifiesto del movimiento eclesial Comunión y Liberación publicado tras la visita del Papa Benedicto XVI a España. «La belleza es la gran necesidad del hombre». ¿Quién no se ve descrito en esta afirmación? Sintetiza todo aquello por lo que nos movemos, por lo que trabajamos o amamos. Con esta afirmación, Benedicto XVI se ha presentado ante nosotros mostrando su pasión por el hombre real, el que ama la razón y la libertad, el que desea la felicidad y anhela la belleza. Y lo ha hecho de un modo concreto, indicando un lugar de belleza: la Sagrada Familia de Barcelona, una obra que sorprende y cautiva a millones de personas. Al entrar en el templo, ¿quién no se ha sentido herido por su belleza, aunque sólo sea por un instante? Gaudí, su genial arquitecto, «abriendo su espíritu a Dios, ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma». Y es que «la belleza es reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo». Desgraciadamente en nuestro país Dios ha sido percibido con frecuencia como enemigo de la razón y de la libertad. El desencuentro entre la fe, a veces reducida a normas morales y sociales, y la modernidad, que con facilidad ha degenerado en anticlericalismo, se ha vivido trágicamente en España. Por ello Benedicto XVI ha querido presentarnos a Gaudí como un ejemplo. Él ha realizado «una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza». Así se puede entender la tarea que el Papa nos ha encomendado, al señalar que nuestro país es el lugar paradigmático en el que se juega la

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posibilidad de que «fe y laicidad» se encuentren de nuevo. ¿Cómo? Gaudí no realizó esta tarea «con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres». Aquí empieza el verdadero diálogo con la modernidad al que el Papa nos invita: ante obras bellas que obligan al hombre a interrogarse, que son «signo visible del Dios invisible». Por el contrario, una posición ideológica deja indiferentes a todos, menos a los del propio grupo. No desafía, no plantea ningún interrogante a la razón, a la libertad del otro. Si los hombres que nos encuentran no pueden ver y tocar esa belleza en nuestra humanidad y en nuestras obras, el diálogo será imposible. Ésta es la gran indicación de método para todos nosotros. Es el camino para superar el drama de la separación entre fe y razón, que es el mal de nuestra época. Así fue desde el principio. Jesús se puso ante la sociedad con una capacidad de atraer que fascinó a los hombres de su tiempo. El anhelo de belleza encontró en Él su cumplimiento. El Verbo

(Logos) se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,14). Es decir, la razón (logos) que ha dado el orden a las cosas, la Belleza que se asoma en todas las bellezas, la Bondad que brilla en los gestos más humanos, se ha hecho carne en la humanidad de Jesús de Nazaret. Hoy vive en la Iglesia. Es esta humanidad nueva, atractiva, la que el mundo necesita. Por eso el Papa ha invitado a la Iglesia a «hacerse transparencia de Cristo para el mundo». Nos llama a participar en el «anhelo profundo del ser humano», que «está siempre en camino, en busca de la verdad», ansiando «la plenitud de su propio ser». Estas exigencias y anhelos no son una etapa superada o a superar en la experiencia cristiana. Sólo puede salir al encuentro del hombre que busca la verdad quien la ha reconocido gozosamente en Cristo, que abraza nuestra humanidad dolorida. Una tarea apasionante para la que se necesitan personas que quieran ser protagonistas de la historia de nuestro país.

Repercusiones de visita papal al Reino Unido Habla el Arzobispo de Westminster

El viaje apostólico de Benedicto XVI al Reino Unido ha sido un éxito extraordinario. El Papa fue acogido en todas partes con afecto, entusiasmo y alegría. Ciertamente algunos expresaron opiniones distintas, pero fueron pocos y aislados. Más de medio millón de personas vio personalmente al Pontífice y otras doscientas mil salieron a las calles de Londres a su paso. Tuve el privilegio de estar con él en el “papamóvil”. Fue una experiencia maravillosa ver las sonrisas, la alegría, el respeto y el entusiasmo en tantos rostros. Esta visita ha enriquecido mucho a nuestros países. Se trató de una visita oficial de Estado, pero también los solemnes momentos institucionales se han caracterizado de gran calidez. Su majestad la reina Isabel estaba radiante, igual que los príncipes líderes políticos que se reunieron con el Papa en el palacio arzobispal en Westminster. En mi opinión el culmen de la visita fue el histórico discurso dirigido a las autoridades políticas y religiosas de estas naciones, que acogieron al Papa con un gran y caluroso aplauso, y que siguieron así durante todo el pausado recorrido en la gran sala del Parlamento. El mensaje de la visita fue coherente y claro: la fe en Dios desempeña un papel importante en las modernas sociedades pluralistas. El Papa explicó claramente que no podemos permitirnos olvidar o desatender nuestros fundamentos culturales. La democracia necesita basarse en principios morales para ser estable. Fe y razón se necesitan la una a la otra y se complementan. En el aeropuerto de Birmingham, en su discurso con ocasión de la despedida del Papa, el primer ministro británico Cameron recordó estos temas de modo claro. Describió la visita como “un gran honor

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para nuestro país” y agradeció al Papa que hubiera “planteado interrogantes sobre nuestra sociedad y sobre cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás”. Aseguró a Benedicto XVI que “la fe es parte del tejido de nuestro país. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Como usted ha dicho, Santidad, la fe —añadió el premier— no es un problema que deben resolver los legisladores, sino más bien una parte vital de nuestro debate nacional”. Citó al cardenal Newman, recién beatificado, quien afirmó que una pequeña acción para aliviar a los enfermos y a los necesitados o para perdonar a un enemigo manifiesta mayor fe que cualquier “profunda conversación religiosa”. Después, el primer ministro lanzó su llamamiento al Papa: “Cuando piense en nuestro país, piense en un lugar que no sólo conserva la fe, sino que es también profunda y pacíficamente compasivo”. Creo que quien haya participado en esta visita reconocerá la verdad de estas palabras. Durante la visita, el Papa ha fijado una nueva agenda para la Iglesia en el Reino Unido. En primer lugar definió el modo de hablar de la fe en nuestra compleja sociedad. Las cualidades que ha establecido como esenciales son: cortesía, sensibilidad hacia los éxitos y los fracasos de quien escucha, apertura de corazón, disponibilidad a decir cosas difíciles con claridad y con razón, capacidad de no infravalorar las exigencias de la fe. Espero que cuantos en Gran Bretaña buscan hablar de la fe muestren estas cualidades. Después puso de manifiesto el núcleo del testimonio que debemos dar. Nos pide “testimoniar la belleza de la santidad, el esplendor de la verdad y la alegría y la libertad de una rela-


ción con Cristo” (de la homilía en la catedral de Westminster). La belleza de la santidad se evidenció con mucha frecuencia en las liturgias de esta visita, en particular en los momentos de ferviente silencio que las constelaron. ¿Quién podrá olvidar el profundo silencio de ochenta mil personas en oración ante el Santísimo Sacramento en Hyde Park? Ese silencio es de oro. Cualquier testimonio de la verdad, si la verdad debe resplandecer, ha de mostrar la fascinación y la bondad de la verdad misma más que su coherencia lógica. Un testimonio de alegría y felicidad lo dieron muchísimos jóvenes. En el exterior de la catedral de Westminster prometieron ser los santos del siglo XXI. Su disponibilidad a la oración y su opción del silencio, junto a su amabilidad y su compasión concreta, muestran que están aprendiendo el camino. Vincent Nichols Arzobispo de Westminster Primado de la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales

Habla el ex Primer Ministro Tony Blair Resalta coraje intelectual de Cardenal Newman y Benedicto XVI

En vísperas de la beatificación del Cardenal John Henry Newman que fue presidida por el Papa Benedicto XVI en su visita al Reino Unido, realizada en septiembre pasado, el ex Premier británico Tony Blair escribió un artículo en el que resalta el «coraje intelectual» de ambos, que no temen a la impopularidad por defender siempre la verdad y «oponerse con fiereza al relativismo». En el texto titulado «El Papa y Newman» publicado en L’Osservatore Romano, Blair destaca que Benedicto XVI está «en profunda sintonía con el espíritu y las ideas de Newman» cuya profundidad «en los estudios históricos lo llevaron a dejar el anglicanismo por Roma» y

cuyos escritos e ideas siempre tuvieron «a la verdad espiritual por encima de todos los otros valores». Cuando John Henry Newman estaba por ingresar a la Iglesia Católica de manera formal, recuerda Blair, escribía: «ninguno además de mí puede tener una visión tan desfavorable de la situación actual de los católicos». Esta afirmación, dice el ex Premier, «no es la más diplomática, pero a él no le importaba, porque hacía lo que le parecía justo aunque esto fuera al final incómodo e impopular». «Este valor intelectual es admirable —prosigue—. Es algo que muchos católicos aprecian en el Papa Benedicto XVI. Las ideas de Newman no se pueden expresar fácilmente en un breve artículo. ‘Hombre de conciencia es quien no adquiriese nunca indulgencia, bienestar, éxito, prestigio público y aprobación a la opinión pública a expensas de la verdad’, escribía. Es un parecer duro en un mundo en el que, en gran medida, son los medios quienes forman la opinión». Si bien «las diferencias entre el mundo nuestro y el de Newman es grande, las cuestiones sobre las que escribe no dejan de interpelar a todo católico y político», dice Blair, quien también resalta la gran importancia que confería el Cardenal al papado. El ex Primer Ministro se refiere luego a la importancia del Cardenal Newman en la introducción del concepto del desarrollo, una idea clave dentro y fuera de la Iglesia: «Es probable que hoy no usaríamos las expresiones ‘objetivos de desarrollo del milenio’ o ‘desarrollo internacional’ si es que Newman no hubiera usado por primera vez esta palabra en la teología», explica. Tras comentar que «Newman sería un fuerte aliado de la promoción de diversas formas de diálogo entre las religiones gracias a su teoría del desarrollo aunque pudiese parecer lo contrario», Blair recuerda que el Cardenal «como el Papa Benedicto, se oponía con fiereza al relativismo». Blair concluye su artículo señalando que «nadie podrá dudar sobre el hecho de que (el Cardenal Newman) ha sido y es un Doctor de la Iglesia. Llegará el tiempo en que sea declarado como tal».

Viajes de Benedicto XVI el 2011 Benedicto XVI tiene previstos cuatro viajes al extranjero para el 2011: a Croacia (en junio); a la Jornada Mundial de la Juventud en España (en agosto); a Alemania (en septiembre); a Benín (en noviembre). CROACIA

El Santo Padre Benedicto XVI realizará una visita pastoral a Croacia, el 4 y 5 de junio de 2011. El Pontífice visitará Zagreb con motivo de la Jornada nacional de las Familias Católicas Croatas, que tiene como lema Juntos en Cristo. Se trata de la primera visita de Benedicto XVI a Croacia.

Durante el viaje, el Papa se recogerá en oración ante la tumba del beato cardenal Alojzije Stepinac, arzobispo de Zagreb entre los años 1937 y 1960, que fue perseguido por el régimen comunista de Tito y murió mártir.

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TERCER VIAJE A ALEMANIA

El Papa Benedicto XVI irá a Alemania, por tercera vez desde su elección, del 22 al 25 de septiembre de 2011. Visitará Berlín, Erfurt y Friburgo de Brisgovia, diócesis del presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Robert Zollitsch. El viaje, confirmado por la Santa Sede, todavía no tiene definido un

primer proyecto de programa. El Papa celebrará el 60º aniversario de su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar el 29 de junio de 1951 en Freising, por el cardenal Michael Faulhaber, al mismo tiempo que su hermano, monseñor Georg Ratzinger.

BENÍN- ÁFRICA

Del 18 al 20 de noviembre de 2011, realizará una visita apostólica a Benín. El objetivo principal de la visita es el 150º aniversario de la evangelización de este país africano, cuyos artífices fueron los misioneros de la Sociedad de Misiones Africanas, que

llevaron a cabo su obra en esta tierra los años 1860 y 1861. Las celebraciones por este jubileo se clausurarán el 21 de agosto de 2011 con una peregrinación mariana a Dassa-Zoumé. El tema del año jubilar es Cristiano, testimonia tu esperanza.

BEATIFICACIÓN EN SEVILLA DE LA MADRE MARÍA DE LA PURÍSIMA

LA VITALIDAD DE UN CARISMA

Hace 28 años (1982) en Sevilla fue beatificada la fundadora de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, hoy santa Ángela de la Cruz (1846-1932), canonizada por Juan Pablo II en Madrid, en su última visita a España, el 4 de mayo de 2003. Y el 18 de septiembre de 2010 fue beatificada su sucesora como generala del instituto, madre María de la Purísima. Es la segunda hermana de este instituto que llega a ser reconocida así por la Iglesia oficialmente. Otras las proclamaría el pueblo en su apreciación, pero no han pasado La madre María de la Purísima entrega a Juan Pablo II, aún por el proceso necesario. Quizás lo más llamativo en el caso en 1981, una edición de los escritos de santa Ángela de la madre Purísima es la rapidez con que ha llegado a cumplir de la Cruz. todos los requisitos: a los 12 años de su muerte fue beatificada. Su vida ha sido sencilla, escondida, transparente. Su figura se presenta humilde, sonriente, infundiendo paz y fortaleza espiritual, sólo con su presencia. Silenciosa y recogida, reflejaba la serenidad que reinaba en su alma. No porque no tuviera problemas, sino porque los enfocaba desde la fe, y a la luz de la gracia de su vocación. No pretendió otra cosa que vivir intensamente y con fidelidad el carisma que Dios concedió a santa Ángela de la Cruz y transmitirlo íntegro a las Hermanas de la Compañía de la Cruz. Sólo deseó servir a los pobres y a las hermanas al estilo de santa Ángela. Escogiendo el último lugar y los trabajos menos apreciados o más penosos. No como forzada, sino como quien desea, como sor Ángela deseaba, crucificarse con Cristo por amor de los más necesitados. Su talante no lo cambiaron las circunstancias difíciles que le tocó vivir. Eran los años de la llamada crisis posconciliar. Muchos institutos se desorientaron y perdieron una gran parte de sus efectivos, atraídos por fuegos fatuos que los llevaron a perder o poner en duda la vitalidad del carisma de sus fundadores o a desviarlo. Las Hermanas de la Compañía de la Cruz pasaron a través de esos tiempos, manteniendo en su casa noviciado unas 40 o 50 jóvenes aspirantes a seguir la vida de sor Ángela de la Cruz, mientras otros noviciados se reducían a cuatro o cinco miembros o menos. Pocos meses después de su elección a generala, la madre Purísima fue puesta a prueba por un grupo de religiosas que pidieron hacer una experiencia fuera del instituto, creyéndose llamadas a una vida diferente de la que mostraba el carisma de sor Ángela que habían profesado. La madre Purísima supo afrontar la prueba y superarla, y aun sanar el desgarrón en poco tiempo. Su serenidad y espíritu de fe le ayudaron. Sabía tratar con caridad y con firmeza, sin emplear la violencia, sino la persuasión de su espíritu de fe. Dócil al espíritu de renovación, querido por el Concilio, no se desvió de las exigencias del carisma de su fundadora. Estaba persuadida de que el estilo de vida evangélica que el Señor inspiró a Ángela de la Cruz es el camino seguro para alcanzar la santidad en su instituto. Y supo transmitir con convicción sus valores, dejándolas unidas y deseosas de vivir según el espíritu de sor Ángela de la Cruz. MANUEL RUIZ JURADO

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EL ABORTO Y LA ENCÍCLICA EVANGELIUM VITAE DE JUAN PABLO II Ante el debate suscitado por el proyecto de aborto “terapéutico” auspiciado por los senadores Matthei (UDI) y Rossi (PS), incluimos, ya al cierre de esta edición N° 61 de Humanitas —destacando de nuestra parte algunas expresiones del texto pontificio— el trascendental punto n° 62 de la encíclica Evangelium vitae del Papa Juan Pablo II.

62. El Magisterio pontificio más reciente ha reafirmado con gran vigor esta doctrina común. En particular, Pío XI en la Encíclica Casti connubii rechazó las pretendidas justificaciones del aborto; Pío

XII excluyó todo aborto directo, o sea, todo acto que tienda directamente a destruir la vida humana aún no nacida, «tanto si tal destrucción se entiende como fin o sólo como medio para el fin»; Juan XXIII reafirmó que la vida humana es sagrada, porque «desde que aflora, ella implica directamente la acción creadora de Dios». El Concilio Vaticano II, como ya he recordado, condenó con gran severidad el aborto: «se ha de proteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes nefandos». La disciplina canónica de la Iglesia, desde los primeros siglos, ha castigado con sanciones penales a quienes se manchaban con la culpa del aborto y esta praxis, con penas más o menos graves, ha sido ratificada en los diversos períodos históricos. El Código de Derecho Canónico de 1917 establecía para el aborto la pena de excomunión. También la nueva legislación canónica se sitúa en esta dirección cuando sanciona que «quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae», es decir, automática. La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido: con esta reiterada sanción,

la Iglesia señala este delito como uno de los más graves

y peligrosos, alentando así a quien lo comete a buscar solícitamente el camino de la conversión. En efecto, en la Iglesia la pena de excomunión tiene como fin hacer plenamente conscientes de la gravedad de un cierto pecado y favorecer, por tanto, una adecuada conversión y penitencia.

Ante semejante unanimidad en la tradición doctrinal y disciplinar de la Iglesia, Pablo VI pudo declarar que esta enseñanza no había cambiado y que era inmutable. Por tanto, con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos —que en varias ocasiones han condenado el aborto y que en la consulta citada anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimemente sobre esta doctrina—, declaro

que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.

Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la Iglesia.

* Próximamente será entregado a circulación el Cuaderno HUMANITAS n°23, que comprende siete estudios sobre la encíclica “Evangelium vitae” del Papa Juan Pablo II —en su 15° aniversario—, escritos por destacados especialistas nacionales y extranjeros.

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Fundación Vaticana “Joseph Ratzinger-Benedicto XVI”

A fines de noviembre pasado se presentó la “Fundación Vaticana Joseph Ratzinger- Benedicto XVI”. En la oportunidad intervinieron el cardenal Camillo Ruini, presidente del Comité Científico de la Fundación; monseñor Giuseppe Antonio Scotti, presidente de la Fundación, y el padre Stephan Otto Horn, S.D.S., presidente del “Ratzinger Schülerkreis” y presidente de la “Joseph Ratzinger Papst Benedict XVI-Stiftung” (Múnich). Monseñor Scotti explicó que el Santo Padre ha dispuesto que a partir del uno de marzo de este año se instituyera esta Fundación, “respondiendo así al deseo manifestado por muchos estudiosos a lo largo de los años”. Por lo que respecta a la financiación, señaló que “la primera consistente contribución provendrá del mismo pontífice, que ha querido poner a disposición buena parte de los beneficios económicos de sus derechos de autor”. Por su parte, el cardenal Ruini señaló que el Comité lo componen, además de él, los cardenales Tarcisio Bertone y Angelo Amato, respectivamente secretario de Estado y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y los arzobispos Jean-Louis Bruguès, O.P., y Luis Francisco Ladaria, S.I., respectivamente secretarios de la Congregación para la Educación Católica y para la Doctrina de la Fe. Las competencias del Comité Científico, dijo el purpurado, son tres: “desarrollar los criterios y objetivos de las actividades anuales y plurianuales de la Fundación. En segundo lugar, establecer los criterios de excelencia para la creación y asignación de premios a los estudiantes que se han distinguido en las actividades de publicación y / o de investigación científica. Organizar, por último, iniciativas con un alto valor cultural y científico”. “La teología de Ratzinger —continuó— mira al presente y al futuro, a partir de un extraordinario conocimiento de los orígenes y de la historia de la fe cristiana. La capacidad, y yo diría el gusto por mantener unidos estos dos aspectos, (...) incluye a Joseph Ratzinger entre los grandes maestros de las diferentes épocas cristianas. No es casual que la Fundación dedicada a él tendrá una atención especial por los estudios bíblicos y patrísticos, así como por la Teología Fundamental, cuya finalidad es hacer surgir la verdad, el significado y la belleza del cristianismo en relación con la cultura y la sociedad del propio tiempo. “La fundación se propone promover el estudio de la teología y la espiritualidad de Ratzinger, difundir y hacer que la Iglesia y

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la sociedad asimilen su pensamiento. De esa forma, el futuro conservará su memoria”. Entre los proyectos de la fundación está el de la Universidad de Regensburg: la institución da una cátedra para un profesor visitante en la facultad de Teología durante el semestre estival; en Salzburgo (Austria) se ha realizado ya en septiembre de este año una Benediktakademie (Academia Benedicto) para jóvenes científicos. En Roma, en colaboración con la Casa Balthasar -institución para el discernimiento de las vocaciones de los jóvenes católicos- se quiere crear un centro de estudios sobre teología y espiritualidad. “También hemos recogido -finalizó el padre Horn- los recuerdos de más de cuarenta ex alumnos de Ratzinger para archivarlos”. China Con ocho meses de embarazo, autoridades la obligaron a abortar

El diario Daily Mail informó que en China doce policías propinaron una salvaje golpiza a una mujer embarazada de ocho meses, la llevaron a un hospital y le practicaron un aborto forzoso como parte de la polémica política poblacional de un solo hijo por familia que ya cumplió 30 años de vigencia. Según el diario inglés, el caso ocurrió cerca de la ciudad de Xiamen un mes después que el gobierno de Beijing anunciara que no modificará sus leyes de planificación familiar a corto plazo. La ciudadana Xiao Aiying de 36 años de edad recibió repetidos golpes en el vientre y fue trasladada al hospital donde los médicos le inyectaron una sustancia abortiva. El padre del bebé, Luo Yanquan, un obrero de construcción, denunció que los agentes “le agarraron de las manos y golpearon su cabeza contra una pared. Luego la tiraron al suelo y le patearon el vientre”. “Nuestra hija de 10 años estaba encantada con la idea de tener un hermanito o hermanita. No sé cómo le explicaremos lo que ha ocurrido”, añadió. El 25 de septiembre de 1980 una circular del Partido Comunista de China ordenó oficialmente a sus miembros y a los de la afín Liga de la Juventud Comunista que tuvieran sólo un hijo, una norma que después se aplicaría a toda la población. La aplicación de la norma prevé abortos forzosos, multas y hasta cárcel para quienes tengan más de un hijo.


450 AÑOS DE LA VIRGEN DE ANDACOLLO

Para celebrar y conmemorar los 450 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de Andacollo, llegaron a esta localidad el 26 de diciembre pasado, más de 100 mil fieles y peregrinos. Esta fiesta mariana es la segunda más antigua del continente y se celebra anualmente en el pueblo de Andacollo, al interior de la Región de Coquimbo, en el norte chico de Chile. Los festejos —que se iniciaron el viernes 24 y finalizaron el lunes 27— tuvieron el día domingo algunas de sus actividades más importantes, como la llamada «Misa de la Festividad», que estuvo presidida por el nuncio apostólico Monseñor Giuseppe Pinto, y más tarde la Solemne Procesión por las plazas del pueblo,

en medio de la música y los bailes de los conjuntos religiosos. Existe una arraigada tradición que la primera imagen de la Virgen fue encontrada por un indio en 1560 y que desde entonces se le veneró con los bailes religiosos, pero esa imagen desapareció. El testimonio histórico, por su parte, manifiesta que la actual imagen fue encargada a Lima por el párroco en 1676 y desde entonces ha sido venerada como “Ntra. Señora del Rosario de Andacollo”. Es de madera de cedro de un metro de altura con túnica y manto labrados en la misma madera. Fue coronada por el Papa León XIII en 1901 y por única vez salió a La Serena para el encuentro con el Papa Juan Pablo II en 1987.

EXCITA «Excita, Domine, potentiam tuam, et veni». También hoy tenemos nosotros muchos motivos para asociarnos a esta oración de Adviento de la Iglesia. El mundo, con todas sus nuevas esperanzas y posibilidades, está al mismo tiempo angustiado por la impresión de que el consenso moral se está disolviendo, un consenso sin el cual las estructuras jurídicas y políticas no funcionan; en consecuencia, las fuerzas movilizadas para la defensa de estas estructuras parecen estar destinadas al fracaso.

* Del discurso con que Benedicto XVI felicitó, el 20 de diciembre, a los cardenales y miembros de la Curia Roma con motivo de la Navidad. ** El texto completo de este discurso se puede leer en www.humanitas.cl.

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EL DURO SERVICIO DE LA VERDAD

El avance en las páginas de L’Osservatore Romano, el sábado 20 de noviembre, de algunos pasajes del libro “Luz del mundo” donde el periodista alemán Peter Seewald entrevista al Papa Benedicto XVI sobre muy diversos temas, con el consiguiente revuelo mediático mundial producido ya a las pocas horas, muestra la actualidad y pertinencia de lo observado por Alasdair MacIntyre en la introducción de su libro “Tras la virtud”. Acudiendo a una ficción con que ilustra la actual realidad moral, este célebre filósofo y sociólogo británico —viejo marxista convertido al cristianismo— llega a algunas conclusiones preliminares a cuyo análisis se aboca en dicho libro. Primero, en el mundo que habitamos el lenguaje de la moral está en grave estado de desorden y sólo poseemos fragmentos de un esquema conceptual, partes a las que ahora faltan los contextos de los que derivaba su significado. Lo que así tenemos son más bien simulacros de moral: continuamos usando muchas de las expresiones-clave, pero hemos perdido —en gran parte, si no enteramente— nuestra comprensión, tanto teórica como práctica de la moral. Segundo, en este cuadro de grave desorden, del que pocos toman realmente conciencia, a partir de conclusiones rivales podemos retrotraernos en la discusión hasta nuestras propias premisas, pero cuando llegamos a éstas, la discusión cesa, e invocar una premisa contra otra es asunto de pura afirmación y contra-afirmación: de ahí el tono estridente de tanta discusión moral. Tercero, el emotivismo está incorporado a nuestra cultura y la gente piensa, habla y actúa en gran medida como si el emotivismo fuera verdadero, independientemente de cuál pueda ser su punto de vista teórico. Con esto no se afirma sólo que la moral no es lo que fue, dice MacIntyre, sino algo más importante: que lo que la moral fue ha desaparecido en amplio grado, y que esto marca una degeneración y una grave pérdida cultural. Se nos muestra así, en otras palabras, cuál es la madre del “relativismo moral”. Conocedor experimentado de esta realidad, Benedicto XVI —siguiendo el motu “servidor de la verdad” que leemos en su escudo episcopal— ha tenido el valor de emitir una opinión que, conciliando el sentido común con el magisterio de la Iglesia en materia de sexualidad, habría necesariamente de producir, sin ninguna sorpresa para él, mucha bulla. En efecto, expresándose con Seewald en idioma alemán —“wenn etwa ein Prostituierter ein Kondom verwendet”— el Papa utiliza en sus palabras el género masculino para señalar que, aun siendo la relación homosexual siempre moralmente mala, en el caso de un hombre que se dedica a la prostitución masculina entre homosexuales, usar el condón puede constituir un acto de consideración con el otro a quien no se quiere contagiar con el SIDA, que es mortal. El prostituto estaría, en tal caso, evitando faltar contra el mandamiento “no matarás”. Se explica el uso del masculino en la frase porque quien recurre al condón es el hombre y no la mujer. En forma análoga, podría seguramente aplicarse el mismo criterio al hombre que recurre a una prostituta sabiéndose él portador del SIDA, con lo que demuestra cierta consideración por la mujer y no un uso de ella como objeto sexual sin más. Hasta aquí los casos concretos a que este alcance se aplicaría. Ni se trata de aceptar moralmente el condón como medio para combatir el SIDA, ni tampoco de olvidar el hecho de que el condón tiene un importante margen de falencia y que en estos casos la falsa idea de seguridad puede ser mortal. No olvido que, ya en 1986, en la primera entrevista otorgada a El Mercurio por el Cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI —lo que reiteró en declaraciones posteriores a este mismo diario—, dijo que a su juicio el centro de los problemas espirituales del mundo donde subsiste la fe era “cristológico” y “eclesiológico”. Si se observa con un poco de atención, podrá constatarse la consistencia de este diagnóstico con su enseñanza magisterial como sucesor de Pedro. Ello se aprecia tanto en sus grandes documentos como en sus discursos, muy concretamente, por ejemplo, en los que pronunció en su reciente y tan exitosa visita al Reino Unido. Con sabia urgencia Benedicto XVI desplaza la atención de los focos de discusión del gusto de facciosos e ideólogos, insaciables en la dialéctica confrontacional y generalmente artificiosa, en beneficio de lo que considera nuclear: “en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento” (cfr. Carta a los Obispos de la Iglesia Católica 12.03.09; Vigilia en el Hyde Park de Londres 25.09.10; Discurso a los participantes al Congreso sobre Prensa Católica 07.10.10).

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En este ya próximo mes de diciembre, mientras vaya quedando atrás la presente bulla, conoceremos el segundo volumen de su libro “Jesús de Nazareth”, que según se ha sabido de fuentes autorizadas, es una reflexión que se desarrolla en honda consonancia con la Declaración “Dominus Iesus” escrita por él mismo el año 2000, bajo indicación de Juan Pablo II, cuando presidía la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ni el agitar banderas ni el rasgar vestiduras, sino sólo el profundizar en ese camino podrá rehacer las dramáticas roturas en la trama cultural que describe MacIntyre. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE

* Artículo publicado en el diario El Mercurio, viernes 26 de noviembre 2010 ** Acerca del debate suscitado por las noticias de prensa en torno al libro en que Peter Seewald entevista a Bendicto XVI, ver slide especial “Luz del Mundo” en www.humanitas.cl

24 NUEVOS CARDENALES

PÚRPURA Y TIERRA

De la tierra de la Iglesia, de la sabiduría y el dolor, de la experiencia de fe vivida en tiempos recios como los que nos tocan. De ahí proceden los hombres llamados por el Papa a integrarse en el Colegio de los cardenales para ayudarle en el cumplimiento de su servicio como Pastor de la Iglesia universal. Ellos serán, llegado el día, quienes decidan también el nombre de un nuevo Sucesor de San Pedro. El anuncio ha sido sobrio y las sorpresas escasas. Los nuevos purpurados lo son por su responsabilidad al frente de diversos organismos de la Curia Romana o porque presiden algunas de las diócesis más estratégicas en los cinco continentes. En esto, aunque el Papa dispone de absoluta libertad, ha preferido sujetarse a la costumbre de la Iglesia, sin dejar por ello de ofrecer Cardenal Mauro Piacenza. alguna indicación interesante. Si nos ceñimos a los nuevos cardenales electores (aquellos que tienen menos de 80 años), encontramos a diez que presiden dicasterios romanos. Entre ellos me permito destacar al suizo Kurt Koch, recientemente nombrado presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. Un hombre de la escuela teológica de Communio que representará con claridad la línea del Papa Ratzinger en este campo decisivo para el futuro. Otro recién llegado a su puesto es Mauro Piacenza, nuevo Prefecto para el Clero, el hombre que organizó el Año Sacerdotal y a quien el Papa ha colocado al frente del dicasterio que se ocupa de los sacerdotes en medio de este tormentoso 2010. También merece especial mención Velasio de Paolis, que además de presidir la Prefectura de Asuntos económicos ha recibido el delicado encargo de guiar a los Legionarios de Cristo en su refundación tras el escándalo Maciel. También recibirá la birreta roja el guineano Robert Sarah, nuevo presidente de Cor Unum, el organismo que canaliza la acción caritativa directa del Papa. Será el segundo cardenal negro en la Curia de Benedicto XVI. Y destacamos también al estadounidense Raymond Burke, Prefecto de la Signatura Apostólica. Además de los diez curiales figuran en la lista otros diez obispos que presiden importantes diócesis. De África

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Cardenal Malcom Ranjith

Cardenal Angelo Amato

Cardenal Raymond Burke

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llegan el Patriarca de Alejandría de los Coptos, el egipcio Antonios Naguib; el arzobispo de la crucial diócesis de Kinshasa, Laurent Mosengwo, y el arzobispo emérito de Lusaka, Joseph Mazombwe. De la vieja Europa eran obligados los arzobispos de Palermo (Paolo Romeo), Varsovia (Kazimierz Nycz) y Munich (Reinhard Marx). Este último es un obispo joven de gran personalidad a quien el Papa ha designado con especial empeño para guiar su diócesis natal, y seguramente también para reorientar el rumbo de la compleja Conferencia Episcopal germana. De América del Norte sólo llegó esta vez el arzobispo de Washington Donald Wuerl, forjado en mil batallas dentro del episcopado y de la sociedad estadounidense. De Iberoamérica sólo dos nombres: el brasileño Raymundo Damasceno de Aparecida, y el emérito de Quito, Raúl Vela. Se explica la escasez por el hecho de que la mayoría de las sedes importantes en el continente tienen ya al frente a un cardenal. De Asia (con abundancia de nombres en la anterior hornada) tan sólo llega esta vez el batallador arzobispo de Colombo Malcom Ranjith, fiel discípulo de la teología ratzingeriana de la Liturgia. Como en otras ocasiones el Papa se ha reservado cuatro nombres de eclesiásticos con más de 80 años para honrar su trayectoria de fidelidad y servicio, aunque no puedan participar en un eventual cónclave. Dos italianos: Elio Sgreccia, que presidió hasta hace poco la Academia por la Vida, y Domenico Bartolucci, que fue Maestro de la Capilla Musical Pontifica, un asunto en el que este Papa tiene algo más que una mera opinión. El prestigioso historiador alemán Walter Brandmüller y el arzobispo Castrense emérito José Manuel Estepa. En Monseñor Estepa el Papa ha querido reconocer su incansable trabajo en el campo de la catequesis tras el Concilio, y especialmente su labor en la comisión redactora del nuevo Catecismo, donde trabajó codo a codo con Joseph Ratzinger. Es bastante inútil jugar aquí con estadísticas de países y otras curiosidades. La dura regla de los 120 electores (máximo) a la que el Papa quiere ajustarse, y la norma no escrita de no nombrar cardenal a un obispo cuyo predecesor lo sea y tenga menos de ochenta años, ha dejado fuera a muchos teóricos candidatos. Eso lo resuelve el tiempo, y de qué manera. En todo caso me atrevo a indicar tres acentos: la esperanza de África para el futuro de la Iglesia, los Estados Unidos como espacio decisivo para algunas próximas batallas, y la batuta personalísima de Benedicto XVI en nombres como Wuerl, Marx y Ranjith. Nada principesco. Sangre y barro, amor y dolor, decisión de dar la vida por la Iglesia que sufre y ama. JOSÉ LUIS RESTÁN Páginas digital


Arzobispo de la Plata Denuncia conspiración mundial contra el ser humano desde Naciones Unidas

En su reflexión televisiva semanal, en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, denunció que en la ONU imperan ideologías contrarias al ser humano y su dignidad, que esta institución busca imponer a nivel mundial en una especie de conspiración. En nombre de los Monseñor Héctor Aguer derechos humanos, alertó, no respetan los derechos fundamentales de las personas como la vida y la familia. El Prelado se refirió a los “cambios culturales que se van produciendo en Argentina mediante “la intromisión de ideas totalmente ajenas a la tradición cultural de la Nación y, sobre todo, los proyectos de ley impulsados por una minoría que suele autodenominarse progresista”. Tras preguntarse “¿de dónde vienen estas cosas; de dónde proceden estos propósitos, estas ideas, estos proyectos? ¿Son una originalidad criolla?”, afirmó que “hay que decir que no. Se trata en realidad de un proyecto global” que viene “de las Naciones Unidas y de una serie de organizaciones satélites de las Naciones Unidas”. Luego de explicar que “hay mucho dinero que corre detrás de este intento de cambiar los paradigmas de conducta y alterar lo que son los auténticos derechos humanos”, el Arzobispo dijo que “entonces, podemos pensar que hay aquí una conspiración en el peor sentido de la palabra”. “Hay una conspiración tendiente a homogeneizar el pensamiento y la conducta en el mundo entero y esto procede de los centros de poder mundial. Especialmente de los centros de poder político, sostenidos por los centros de poder financiero. Si no se ve aquí un nuevo colonialismo, un nuevo imperialismo, no sé qué nombre darle”, advirtió. Seguidamente cuestionó: “¿Cómo es posible que los legisladores argentinos asuman esas ideas y las conviertan en proyectos de leyes?’ La transversalidad que encontramos en nuestros cuerpos legislativos tiene una dimensión internacional que se presenta como progresista y que se funda en una concepción antihumana y anticristiana, la que caracteriza a la posmodernidad”. Tras enumerar una serie de problemas que no son tratados por los legisladores argentinos, como la pobreza o la inseguridad, Mons. Aguer dijo que el “nuevo colonialismo o imperialismo” mundial que

busca imponer la ONU, “desprecia especialmente a los pobres”. “Es notable —continuó— cómo en nombre de los derechos humanos las Naciones Unidas, que debieran ser su tutela, se convierten en violadoras del derecho natural. Y eso es porque ya desde hace varios años, podríamos decir 15 por lo menos, se han impuesto en estos centros mundiales del poder ideologías contrarias a la naturaleza de la persona humana y, por tanto, de su dignidad, de sus auténticos derechos y de los deberes correspondientes”. Finalmente el Prelado recordó que “en la década del ‘90 del siglo pasado, las reuniones mundiales de Pekín y de El Cairo, tratando los temas de la población mundial o de la mujer en la sociedad actual, han esbozado planes de cambio cultural y los han exportado a todos los países del mundo, especialmente a aquellos que están en vías de desarrollo. En Pekín y en El Cairo, y luego las reuniones sucesivas que han continuado a aquellas, se ha procurado difundir la anticoncepción, el aborto y otros presuntos derechos de la mujer fundados en la ideología de género”. Vigilia por la Vida Naciente “El hombre tiene derecho a no ser tratado como un objeto”

El hombre, incluso antes de nacer, tiene una dignidad altísima y por ello tiene derecho a no ser tratado como un objeto en beneficio de otros. Así lo afirmó el Papa Benedicto XVI en su homilía de la Vigilia por la Vida Naciente, celebrada en la Basílica de San Pedro en noviembre pasado, antes de las Primeras Vísperas con las que se inauguraba el tiempo litúrgico de Adviento. En esta Vigilia, convocada como novedad este año, el Papa quiso reafirmar el “altísimo valor” de la vida humana, así como advertir contra las “tendencias culturales que intentan anestesiar las conciencias con motivos que son sólo pretextos”. “En esta línea se coloca la solicitud de la Iglesia por la vida naciente, la más frágil, la más amenazada por el egoísmo de los adultos y por el oscurecimiento de las conciencias”. La ciencia, afirmó, pone en evidencia la autonomía del embrión, su capacidad de interacción con la madre, la coordinación de sus procesos biológicos, la continuidad del desarrollo, la creciente complejidad del organismo. “No se trata de un cúmulo de material biológico, sino de un nuevo ser vivo, dinámico y maravillosamente ordenado, un nuevo individuo de la especie humana”, afirmó el Papa. Por ello, añadió, la Iglesia continuamente reafirma cuanto declaró el Concilio Vaticano II contra el aborto y toda violación de la vida naciente: “La vida, una vez concebida, debe ser protegida con el máximo cuidado”.

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“No hay ninguna razón para no considerarlo persona desde la concepción”, afirmó. El hombre, continuó el Papa, “presenta una originalidad inconfundible respecto a todos los demás seres vivientes que pueblan la tierra. Se presenta como sujeto único y singular, dotado de inteligencia y voluntad libre, además de estar compuesto de realidad material”. “Somos por tanto espíritu, alma y cuerpo. Somos parte de este mundo, ligados a las posibilidades y a los límites de la condición material; al mismo tiempo estamos abiertos a un horizonte infinito, capaces de dialogar con Dios y de acogerlo en nosotros”. La persona humana, añadió, exige “ser reconocida como valor en sí misma” y “merece ser acogida siempre con respeto y amor”. Cada hombre “tiene derecho a no ser tratado como un objeto que poseer o como una cosa que se pueda manipular a voluntad, de no ser reducido a puro instrumento a ventaja de otros y de sus intereses”. Por desgracia, prosiguió, “también después del nacimiento, la vida de los niños sigue estando expuesta al abandono, al hambre, a la miseria, a la enfermedad, a los abusos, a la violencia, a la explotación”. El Papa recordó el llamamiento al respeto de la vida humana de Juan Pablo II en la Evangelium vitae, y exhortó “a los protagonistas de la política, de la economía y de la comunicación social a hacer cuanto esté en sus posibilidades para promover una cultura siempre respetuosa de la vida humana, para procurar condiciones favorables y redes de apoyo a la acogida y al desarrollo de esta”. Este tiempo de Adviento, explicó el Papa, “nos hace vivir nuevamente la espera de Dios que se hace carne en el seno de la Virgen María, de Dios que se hace pequeño, se convierte en niño”. Este proceso de crecimiento embrionario “lo fue también para Jesús en el seno de María; así lo ha sido para cada uno de nosotros, en el seno de la madre”. Por ello, prosiguió, “el misterio de la Encarnación del Señor y el inicio de la vida humana están íntima y armónicamente conectados entre sí en el único designio salvífico de Dios, Señor de la vida de todos y cada uno”. “La encarnación nos revela con intensa luz y de modo sorprendente que toda vida humana tiene una dignidad altísima, incomparable”. Creer en Jesucristo, añadió el Papa, “comporta también tener una mirada nueva sobre el hombre, una mirada de confianza, de esperanza”. La persona “es un bien en sí misma y es necesario buscar siempre su desarrollo integral”, concluyó el Papa. El texto completo de esta homilía puede leerse en www.humanitas.cl

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Observatorio Internacional Van Tuân “Generocidio”

“The Economist” publica un artículo, que ha dado inmediatamente la vuelta al mundo, de fuerte denuncia contra lo que define como un verdadero y propio “generocidio”, es decir, el aumento de los abortos selectivos de fetos femeninos en el mundo. El fenómeno, particularmente presente en la sociedad y la cultura de algunas zonas de China e India, está en realidad, aunque en menor medida, presente en todos los continentes del mundo. Entre las causas principales del recurso al aborto de los fetos femeninos están la persistencia de algunas convenciones atrasadas según las cuales tener un hijo varón es preferible y menos “problemático”; la llegada de la modernidad que sostiene la cultura de la familia poco numerosa y, en fin, el acceso a maquinarias de diagnóstico de ultrasonido que permiten saber con gran anticipación el sexo de nasciturus. En enero de 2010 la Academia China de Ciencias Sociales (CASS) demostró lo que sucederá a un país en el que las féminas simplemente no tienen ningún valor. Dentro de diez años, afirma la Academia, un joven de cada cinco estará imposibilitado de encontrar esposa a causa de la escasez de muchachas en edad de casamiento —una situación realmente sin precedentes en tiempo de paz—. El cálculo está basado en la discrepancia sexual entre sujetos por debajo de los 19 años de edad. Según lo afirmado por la CASS, en China en 2010 habrá de 30 a 40 millones de hombres de más respecto a las muchachas de la misma edad. Para hacer un contraste: hay 23 millones de muchachos con edades por debajo de los veinte años en Alemania, Francia e Inglaterra y cerca de 40 millones de niños y jóvenes varones en América, lo que significa que antes de diez años, China tendrá el equivalente de toda la población de jóvenes varones de América, o al menos el doble que la de las tres principales naciones europeas. Jóvenes varones que tienen poquísimas perspectivas de matrimonio, imposibilidad de hacerse de una casa y una familia propias, y sin el reconocimiento social que el matrimonio y los hijos pueden procurar. Según los redactores del artículo arriba citado, y sobre todo según economistas y sociólogos, el único modo para corregir esta fractura que está llevando a grandes descompensaciones en la sociedad, es el revalorar el rol y la importancia de la mujer, del universo femenino en la sociedad. Las mujeres deben poder acceder a la educación, desempeñar roles en la comunidad hasta hoy negados a ellas, deben poder lograr la independencia económica y la posibilidad laboral dentro del núcleo familiar que hasta ahora no han tenido. Si el tener una hija mujer posee a los ojos del pobre o del rico el mismo valor y la misma importancia que tener un hijo varón, se conjurará para siempre esta hecatombe de niñas aún no nacidas.


Consistorio: Cardenales reflexionan sobre libertad de la Iglesia y liturgia

La libertad de anunciar el Evangelio se encuentra hoy en riesgo a causa de la dictadura del relativismo, dijo el Papa a los cerca de 150 cardenales que iniciaron el 19 de noviembre pasado, en el Aula Nueva del Sínodo, el encuentro de oración y estudio con motivo del consistorio. “La relación entre verdad y libertad es esencial, pero hoy se encuentra frente al gran desafío del relativismo, que parece completar el concepto de libertad pero en realidad la pone en riesgo de destruirla proponiéndose como una verdadera ‘dictadura’”, señaló Benedicto XVI. Y luego añadió: “Nos encontramos por tanto en un tiempo de difícil compromiso para afirmar la libertad de anunciar la verdad del Evangelio y de las grandes adquisiciones de la cultura cristiana”. Además de la relación entre libertad y verdad y la libertad de la Iglesia en la actualidad, los cardenales reflexionaron sobre la liturgia en la vida de la Iglesia hoy, señaló un comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede. Respecto a este tema, el Papa recordó la importancia esencial de la liturgia en la vida de la Iglesia, porque es el lugar de la presencia de Dios con nosotros —explica el comunicado—. Por tanto, el lugar en el que la Verdad vive con nosotros. El tema de la libertad de la Iglesia en el momento presente fue introducido por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, y el de la liturgia en la vida de la Iglesia, lo expuso el cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino. El cardenal Bertone ofreció una visión panorámica de los intentos actuales de limitar la libertad de los cristianos en las distintas regiones del mundo, explica el comunicado. Primero invitó a reflexionar sobre la situación de la libertad religiosa en los países occidentales. Destacó que aunque se trata de naciones que a menudo deben al cristianismo los trazos profundos de su identidad y cultura, se asiste hoy a un proceso de seculari-

zación, con intentos de marginación de los valores espirituales de la vida social. En segundo lugar, el cardenal expuso la situación de la libertad religiosa en los países islámicos, recordando las conclusiones a las que llegó la reciente asamblea especial del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio. El cardenal expuso finalmente la actividad de la Santa Sede y de los episcopados locales en defensa de los católicos, tanto en Occidente como en Oriente. En este sentido, recordó también el gran compromiso de la Santa Sede en el ámbito internacional para promover frente a los Estados y a las Organizaciones de las Naciones Unidas el respeto a la libertad religiosa de los creyentes. Por su parte, el cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, recordó a su turno la importancia de la oración litúrgica en la vida de la Iglesia, refiriéndose a la doctrina del Concilio Vaticano II y al magisterio del actual Pontífice. En concreto destacó la importancia de la fidelidad a la disciplina litúrgica vigente. Durante el amplio debate intervinieron 18 cardenales, que profundizaron principalmente en la problemática de la libertad religiosa y de las dificultades halladas por la actividad de la Iglesia en las distintas partes del mundo. Se habló de situaciones específicas en Europa, en las Américas, en África, en Asia, en Oriente Medio y en países de mayoría islámica. También se trataron las graves dificultades que hoy la Iglesia encuentra en la defensa de valores basados en el mismo derecho natural, como el respeto a la vida y a la familia. Otro tema desarrollado fue el del diálogo interreligioso, en concreto con el islam. No faltaron sugerencias de líneas de compromiso para responder a los desafíos de la Iglesia de hoy, indica el comunicado. Algunos de los que intervinieron se detuvieron también en el tema de la liturgia, en particular en la centralidad de la celebración eucarística en la vida de la Iglesia y en el respeto debido al sacramento de la Eucaristía. En la parte final del consistorio hubo dos comunicaciones, la primera a cargo del cardenal William Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que trató sobre las normas dadas por la Santa Sede para acoger en la Iglesia católica a los sacerdotes y a los fieles anglicanos que lo piden y luego acerca de la normas para la defensa de menores víctimas de abusos por parte de miembros del clero. El segundo en intervenir fue el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el nuevo cardenal Angelo Amato, quien abordó la actualidad de la Instrucción Dominus Iesus, sobre Jesucristo único Salvador nuestro, a diez años de su publicación. Para una información más completa sobre el último Consistorio —incluidos los discursos del Santo Padre— ver www.humanitas.cl

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OTRO COMBATE POR LA HISTORIA

No puedo imaginar una situación más angustiosa a nivel individual que la pérdida de la memoria: no saber quiénes somos, de dónde venimos, quiénes son nuestros cercanos, cuáles han sido nuestras experiencias anteriores. Esta amnesia devastadora es igualmente amenazante al nivel colectivo de los pueblos. La historia es la memoria de las sociedades y sólo a través de su estudio se puede desarrollar una identidad sólida y comprender los procesos de cambio y de continuidad y la complejidad del mundo que nos rodea. Por otra parte, el estudio de la historia no significa la memorización de datos objetivos del pasado. Es pensamiento, permite una sólida formación intelectual y desarrolla una serie de destrezas particularmente aptas para enfrentar el mundo del siglo XXI en los más diversos campos. Nos permite, entre muchas otras cosas, entender cómo evolucionan las sociedades, las culturas, las creencias y las mentalidades; amplía el ámbito de la experiencia individual y el horizonte de lo posible, y explica por qué suceden ciertos fenómenos económicos, sociales o políticos y cuáles pueden ser sus consecuencias posibles. Ante la proliferación de información, la historia entrega competencias para organizarla en forma rigurosa, al tiempo que permite distinguir lo relevante de lo intrascendente; enseña a priorizar, a asociar, a analizar textos y a plantear preguntas pertinentes. En este sentido, parece absurdo plantear el estudio de la historia en los colegios como antinómica al estudio del lenguaje. Por el contrario, para los efectos de un mejor desarrollo, creo más importante que los alumnos aprendan a leer un texto o un documento histórico a que aprendan de memoria que el “lenguaje tiene una función referencial, emotiva, conativa, fática, poética y metalingüística” o que existen distintos modos del discurso público, “elocutivo, interrogativo, alocutivo, delocutivo, imperativo y exclamativo”, como enseñan los textos escolares, no en Castellano -que no se estudia como tal- sino en “Lenguaje y Comunicación”, que es lo que se enseña. La lógica de la historia enseña conceptos tan significativos como el tiempo, el cambio y la continuidad, las causas y consecuencias de los actos individuales y colectivos, nos conecta con la diversidad religiosa, étnica y cultural y nos pone frente a la más diversa gama de acontecimientos, experiencias y personas que no nos sería de otro modo posible conocer. Tengo el convencimiento de que si bien la historia no se repite, sí entrega elementos útiles para adoptar mejores decisiones en el presente al ponernos en contacto con la manera en que las naciones, los pueblos, las personas, los grandes pensadores han enfrentado en el pasado situaciones similares. La humanidad ha buscado siempre la construcción de una identidad que no comienza sólo al nacer y a partir de cero, y ha tratado de comprender la complejidad del mundo y a sí misma a través del conocimiento de la historia. Es evidente que debemos educar a nuestros niños para participar activamente y en óptimas condiciones en la lucha por la sobrevivencia material, y formar buenos productores y trabajadores. Sin embargo, necesitamos mucho más que eso: requerimos personas capaces de formarse juicios morales, de vivir en sociedad, de desarrollar un pensamiento crítico indispensable para el conocimiento en todas las áreas, con preocupación por la condición humana, y con las virtudes cívicas sin las cuales la vida en democracia no es posible. Para eso no basta leer y multiplicar. LUCÍA SANTA CRUZ S. Decana Facultad de Artes Lib. Universidad Adolfo Ibáñez * Artículo publicado en el diario El Mercurio (27-XI-10)

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REBAJAMIENTO DE LAS HUMANIDADES EN LA ENSEÑANZA

DESASTRE HISTÓRICO

En relación a la esperanzadora encuesta publicada por el diario El Mercurio el sábado 27 de noviembre, donde se muestra que felizmente hay una mayoría de chilenos contrarios a la supresión de la asignatura de Historia en la enseñanza secundaria anunciada por el Ministerio de Educación, viene al caso recordar un hecho significativo y expresar tres breves juicios que refuerzan las razones de esa mayoría. El hecho es la resonante y fundamentada reacción llevada a cabo el año 2000 por la española Real Academia de la Historia, encabezada por su presidente Gonzalo Anes. Se refería a los ya entonces desastrosos efectos en la educación de los jóvenes españoles, discernibles como efecto de la paulatina supresión del estudio de la historia, emprendida hacía entonces ocho años por el gobierno socialista de Felipe González. Los datos concretos de esa discusión están al alcance de cualquier especialista. De los juicios, el primero corresponde al mayor pensador español del fin de siglo, el académico de la lengua Julián Marías, cuya apreciación al respecto fue la siguiente: “Lo que me parece inquietante es la repercusión de todo esto sobre la vida misma. La eliminación de la historia es devastadora para todas las disciplinas, automáticamente rebajadas, y sobre todo, en su nivel de inteligibilidad. Pero la consecuencia más grave es que produce un efecto de ‘desorientación’ radical. La mayor parte de los hombres de nuestro tiempo, literalmente no saben dónde están. Y con ello están dispuestos a creer que están donde les digan. La consecuencia inevitable es la inmensa capacidad de manipulación” (cfr. La función de la Historia, en Humanitas n° 12) El segundo juicio dice relación con quienes han invocado, en defensa del nuevo proyecto, la importancia que se quiere dar en la programación ministerial a la asignatura llamada ahora “Lenguaje y Comunicación”, con la cual se reemplazó —siguiendo una vez más el modelo de la España socialista— la antigua de “Castellano”. Emblemática de lo que puede ser una instrucción utilitaria y vacía de contenidos formativos, la que actualmente se imparte carece en absoluto de las cualidades de aquella vieja asignatura que formó a generaciones enteras en el bien hablar y escribir, plena de significación humanística y capaz de dejar en el alumno un precioso legado de ideas acerca de la condición humana. Esta defensa de los programadores ministeriales suena por lo tanto a una falaz coartada, que de paso trae a la memoria el agudo aserto de San Agustín: “Suprime la palabra, y ¿qué es la voz? Donde falta la idea no hay más que un sonido. La voz sin la palabra entra en el oído, pero no llega al corazón”. El tercer juicio -de alcance más global pero íntimamente relacionado con lo que se discute- lo recojo de lo dicho en una entrevista de los años noventa por el conocido filósofo alemán Robert Spaeman (Cfr. ¿Valor o precio? – “En busca del rumbo perdido”, Ediciones Universidad Católica de Chile, p.135). Se refiere a las coordenadas que empezaban por ese mismo tiempo a imponerse en la cultura: Muerto el marxismo, apunta Spaeman, es posible por primera vez rescatar algunas de las observaciones de Karl Marx, así su descripción de la sociedad moderna como sociedad de mercaderías, en la cual todos los valores se convierten en valores de cambio. Cuando cada valor es una mera variable o función de cambio, se tiene que buscar un equivalente para todas las cosas. La consecuencia, dice, es que las obligaciones estables —los grandes referentes de la existencia, observamos— dejan de comprenderse y pasan a ser un mero elemento foráneo. La muerte de las humanidades y el asentamiento total del homo oeconomicus como actor de la cultura, hacia donde se marcha, abre las puertas de par en par para la manipulación sin reservas de esa mayoría que, como observó Marías, no sabe ya dónde está. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE

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A PROPÓSITO DEL PURGATORIO Definida de manera bastante tardía, la doctrina del purgatorio es todavía objeto de gran incomprensión.

“Ah, qué distintos eran estos pasos de aquellos del infierno: aquí con cantos se entra y allí con feroces lamentos”1. En estos dos inspirados versos, Dante opone de manera sugerente el ambiente del purgatorio al del infierno. En el purgatorio reina el amor, ya que “cantar es propio del que ama”, como afirma San Agustín; en el infierno reina el odio, expresado por “los feroces lamentos”. Ciertamente, el fuego arde tanto en lo más profundo del purgatorio como en el infierno2, pero un Escena del Purgatorio en edición de la “Divina Comedia” de Dante. abismo infranqueable separa estos dos mundos. Allá, los réprobos sufren sin consuelo, en el odio y la rebelión, no sólo por el “fuego” —pena de los sentidos—, sino además, debido a una cruel separación luciferina, que nunca ha sido tan manifiesta, comprenden que Dios es su fin y podría ser su felicidad, pero al mismo tiempo lo rechazan, fijados en su orgullosa negativa: “Non serviam”. Acá, por el contrario, en la antecámara del mundo de los elegidos, las almas santas del purgatorio, aquejadas también en sus sentidos, esperan ardientemente el encuentro con Dios cara a cara, al cual aman sobre todas las cosas. Es un lugar de oración, gracia, paz y “cantos”. No deberíamos, sin embargo, minimizar los sufrimientos de las almas del purgatorio: “A decir verdad, soportan tormentos tales que ninguna lengua podría describir ni una inteligencia comprender”3. El alma no puede ni desea presentarse ante Dios sin haberse puesto antes el traje nupcial blanco. Para hacerlo, debe terminar de “purgar” (purgatorio) la pena de sus pecados perdonados, pero no totalmente expiados en la tierra. Debe además ser purificada de sus pecados veniales no perdonados en la tierra y de los “restos del pecado”, las disposiciones desordenadas que la afectan como consecuencia de sus pecados. A causa de éstos, prefirió a la criatura y no al Creador, y el fuego es la pena por esos pecados: es la pena de los sentidos. Se apartó de Dios, se privó por un tiempo de su posesión: es la pena de la condenación4. Sin embargo, Dios concede al alma una percepción viva de la santidad divina, de la gravedad de sus faltas y por consiguiente de la justicia perfecta que le corresponde. El alma del purgatorio canta entonces la adorable justicia divina. Las llamas del amor Por muy terrible que sea la pena de los sentidos, cuyo “menor grado sobrepasa la pena más grande que se pueda soportar aquí abajo”5, es la privación de Dios lo que constituye el mayor suplicio para el alma. Ciertamente, en ese lugar surge un deseo de amor indecible, y el alma está enteramente dirigida hacia su Bien Amado, al cual 1 2 3 4 5

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Dante, La divina comedia, “El purgatorio”, Canto XII. Santo Tomás, suppl., Q. 70 ter., art. 2. Santa Catalina de Génova, Tratado sobre el purgatorio, cap. II Pena de la condenación en sentido amplio. La pena de la condenación en sentido estrecho es la privación definitiva de Dios. Santo Tomás, suppl., Q. 70, ter., art. 3.


quisiera poseer en la visión cara a cara. Dios se hace desear por la pobre alma, que expía justamente su tibieza anterior. “Si pudiera el alma encontrar un purgatorio más penoso donde purificarse más pronto, allí se arrojaría de inmediato”6, por cuanto la espera es sumamente dolorosa. A medida que desaparece “la herrumbre del pecado”7, que cubre el alma, este amor se libera y aviva el sufrimiento de no poseer el objeto amado. Y cuando el vestido nupcial de la esposa ha llegado finalmente a ser inmaculado, y su amor arde sin obstáculo alguno, según el grado de gracia que poseía al dejar su cuerpo, puede entonces el alma lanzarse hacia su Dios. Así se armonizan Amor y Justicia en el purgatorio. Certeza de la salvación ¿Pero por qué se habla de las “santas almas del purgatorio”? Porque desde su ingreso a la eternidad tienen la voluntad centrada en el bien, en el amor a Dios sobre todas las cosas. Ya no pueden pecar y en lo sucesivo tienen certeza absoluta de su salvación. Y es esto lo que da fundamento a su alegría, su paz y su acción de gracias ante su salvación eterna: “Ninguna paz es comparable a la de las almas del purgatorio, salvo la de los santos del cielo”8. Aquí abajo, nuestra libertad es temible, herida por el pecado original, capaz de elegir el mal, y por consiguiente causa de la incertidumbre de nuestra salvación. Para las almas del purgatorio, su sí es en lo sucesivo inmutable. Para nosotros, es preciso pedir sin cansancio la gracia de la buena muerte, de la perseverancia final: “¡ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte!”. Sin embargo, desde aquí abajo nosotros compartimos una certeza con las almas del purgatorio: Dios desea nuestra salvación. Nos ha preparado un lugar, nuestro lugar. Es eso lo que debería constituir nuestra alegría. Con todo, nuestros pasos siguen a nuestros deseos. ¿Cuáles son nuestras aspiraciones? ¿Son terrenales? ¿Celestiales? Las almas del purgatorio ya no tienen sino un deseo, sino un amor: Dios. Nuestros corazones, en cambio, están divididos penosamente entre el amor de Dios y múltiples deseos, amores terrenales. “Nadie puede servir a dos señores”. Estamos entonces en medio de la confusión, porque nuestros corazones no están centrados en Dios como esas almas sosegadas. Purificación por el amor Santas almas del purgatorio, obtened para nosotros la gracia de no tener, como vosotras, sino un amor, sino un deseo, Dios, y no tener sino un odio: al pecado. Esa gracia es vuestra. ¿Tal vez envidiáis un poco, no obstante, la nuestra? Porque vuestro grado de gracia está fijado para siempre, mientras vuestros hermanos de la tierra pueden acrecentar cada día su amor y por lo tanto su gloria futura, y esto sin gran costo, ya que “el fuego del amor es más santificante que el del purgatorio”9. Siguiendo a la santa de Lisieux, entreguémonos sin reserva al Amor misericordioso de Dios. Él nos iluminará y mereceremos evitar los terribles sufrimientos del purgatorio. Obtendremos así la corona de santidad que Dios nos ha preparado. XAVIER-MARIE Chanoine régulier de la Mere de Dieu La Nef 6 7 8 9

Santa Catalina de Génova. Tratado sobre el purgatorio, cap. IX. La expresión es de Santa Catalina de Génova, op. cit., cap. II. Ibid. Santa Teresita del Niño Jesús, Historia de un alma.

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Obispos y fieles Anglicanos Entrarán en la Iglesia Católica la próxima Pascua

El Ordinariato previsto en la Anglicanorum Coetibus para los fieles anglicanos que desean unirse a la Iglesia católica se creará en enero, de forma que para la Pascua (abril 2011), estos grupos puedan hacer efectiva su unión con Roma. Así lo anunció el 19 de noviembre pasado la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, al término de su Asamblea Plenaria, a través de un comunicado en el que se informa de cómo se llevará a cabo la implementación de la Anglicanorum Coetibus. Esta “hoja de ruta” prevé varias etapas progresivas, que comenzarían a primeros de enero y concluirían en Pentecostés del próximo año, con la admisión al sacerdocio de los ministros anglicanos. Este proceso se llevará a cabo conjuntamente entre los obispos de Inglaterra y Gales, en colaboración con la Congregación para la Doctrina de la Fe, que será la que establezca la idoneidad de los candidatos al sacerdocio entre los ministros anglicanos que lo soliciten. Los prelados ingleses buscan, con estas disposiciones, “responder con generosidad y ofreciendo una cálida bienvenida a aquellos que buscan la plena comunión eclesial con la Iglesia Católica en el Ordinariato”. “Los obispos saben que el clero y los fieles que están en ese camino de fe traerán sus tesoros espirituales, que enriquecerán aún más la vida espiritual de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales”, y harán “todo lo posible para que se establezca una colaboración estrecha y eficaz con el Ordinariato tanto a nivel diocesano como parroquial”. El proceso formal, en realidad, se inició el pasado 8 de noviembre —un mes y medio después de la visita de Benedicto XVI al

Reino Unido— cuando cinco obispos anglicanos, Andrew Burnham obispo de Ebbsfleet; Keith Newton, obispo de Richborough, y John Broadhurst, obispo de Fulham, junto con los obispos eméritos jubilados Edwin Barnes, antiguo pastor anglicano de Richborough, y David Silo, auxiliar emérito de Exeter, anunciaban su renuncia al ministerio anglicano y su deseo de entrar en la Iglesia católica. Tras entrar en plena comunión con la Iglesia católica a principios de enero de 2011, se constituirá el Ordinariato y se anunciará el nombre del nuevo Ordinario, que podría ser uno de esos prelados. Después, los ex obispos anglicanos que no están retirados y cuyas peticiones hayan sido aceptadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe, serán ordenados diáconos y sacerdotes católicos, convirtiéndose así en los primeros ministros del Ordinariato. Estos ministros ayudarán al segundo paso del proceso, que será la admisión de los grupos de anglicanos junto con sus pastores, para “ayudar en la preparación y recepción de los antiguos clérigos anglicanos y sus fieles en la comunión plena con la Iglesia católica durante la Semana Santa”. También los obispos eméritos podrán prepararse para el sacerdocio, y ayudar en esta tarea si lo desean y la Congregación no encuentra obstáculos. Los fieles recibidos en la Iglesia católica y confirmados en Semana Santa proseguirán después su formación, hasta Pentecostés. “Hasta entonces, estas comunidades serán atendidas sacramentalmente por el clero local, organizado por el Obispo diocesano y el Ordinario”. En Pentecostés, “los ex sacerdotes anglicanos cuyas peticiones para la ordenación hayan sido aceptadas por la Congregación serán ordenados al sacerdocio católico”, señala el comunicado de la Conferencia. Explica asimismo que la formación en la teología católica y la práctica pastoral continuarán por una cantidad adecuada de tiempo después de la ordenación, afirma el comunicado.

UBICUMQUE ET SEMPER

PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Apartes del “Motu proprio” con el que Benedicto XVI instituyó el Consejo Pontificio para la promoción de la nueva evangelización, firmado el 21 de septiembre de 2010. Como primer presidente ha sido designado el arzobispo Monseñor Rino Fisichella.

“La Iglesia tiene el deber de anunciar siempre y en todas partes el Evangelio de Jesucristo. (…) Esta misión ha asumido en la historia formas y modalidades siempre nuevas según los lugares, las situaciones y los momentos históricos. En nuestro tiempo, uno de sus rasgos singulares ha sido afrontar el fenómeno del alejamiento de la fe, que se ha ido manifestando progresivamente en sociedades y culturas que desde hace siglos estaban impregnadas del Evangelio. Las transformaciones sociales a las que hemos asistido en las últimas décadas tienen causas complejas, que hunden sus raíces en tiempos lejanos, y han modificado profundamente la percepción de nuestro mundo. Pensemos en los gigantescos avances de la ciencia y de la técnica, en la ampliación de las posibilidades de vida y de los espacios de libertad individual, en los profundos

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cambios en el campo económico, en el proceso de mezcla de etnias y culturas causado por fenómenos migratorios de masas, y en la creciente interdependencia entre los pueblos. Todo esto ha tenido consecuencias también para la dimensión religiosa de la vida del hombre. ”Y si, por un lado, la humanidad ha conocido beneficios innegables de esas transformaciones y la Iglesia ha recibido ulteriores estímulos para dar razón de su esperanza (cf. 1 P 3, 15), por otro, se ha verificado una pérdida preocupante del sentido de lo sagrado, que incluso ha llegado a poner en tela de juicio los fundamentos que parecían indiscutibles, como la fe en un Dios Creador y Providente, la revelación de Jesucristo único salvador y la comprensión común de las experiencias fundamentales del hombre como nacer, morir, vivir en una familia, y la referencia a una ley moral natural. ”Aunque algunos hayan acogido todo ello como una liberación, muy pronto nos hemos dado cuenta del desierto interior que nace donde el hombre, al querer ser el único artífice de su naturaleza y de su destino, se ve privado de lo que constituye el fundamento de todas las cosas. (…) ”El venerable siervo de Dios Juan Pablo II puso esta ardua tarea como uno de los ejes de su vasto magisterio, sintetizando en el concepto de «nueva evangelización», que él profundizó sistemáticamente en numerosas intervenciones, la tarea que espera a la Iglesia hoy, especialmente en las regiones de antigua cristianización. Una tarea que, aunque concierne directamente a su modo de relacionarse con el exterior, presupone, primero que todo, una constante renovación en su seno, un continuo pasar, por decirlo así, de evangelizada a evangelizadora. ”Baste recordar lo que se afirmaba en la exhortación postsinodal Christifideles laici: “Enteros países y naciones, en los que en un tiempo la religión y la vida cristiana fueron florecientes y capaces de dar origen a comunidades de fe viva y operativa, están ahora sometidos a dura prueba e incluso alguna que otra vez son radicalmente transformados por el continuo difundirse del indiferentismo, del laicismo y del ateísmo”. ”Se trata, en concreto, de países y naciones del llamado primer mundo, en el que el bienestar económico y el consumismo —si bien entremezclado con espantosas situaciones de pobreza y miseria— inspiran y sostienen una existencia vivida “como si Dios no existiera”. ”Ahora bien, el indiferentismo religioso y la total irrelevancia práctica de Dios para resolver los problemas, incluso graves, de la vida, no son menos preocupantes y desoladores que el ateísmo declarado. Y también la fe cristiana —aunque sobrevive en algunas manifestaciones tradicionales y rituales— tiende a ser erradicada de los momentos más significativos de la existencia humana, como son los momentos del nacer, del sufrir y del morir. (...) ”En cambio, en otras regiones o naciones todavía se conservan muy vivas las tradiciones de piedad y de religiosidad popular cristiana; pero este patrimonio moral y espiritual corre hoy el riesgo de ser desperdigado bajo el impacto de múltiples procesos, entre los que destacan la secularización y la difusión de las sectas. Sólo una nueva evangelización puede asegurar el crecimiento de una fe límpida y profunda, capaz de hacer de estas tradiciones una fuerza de auténtica libertad. Ciertamente urge en todas partes rehacer el entramado cristiano de la sociedad humana. Pero la condición es que se rehaga la trabazón cristiana de las mismas comunidades eclesiales que viven en estos países o naciones» (n. 34). ”Por tanto, haciéndome cargo de la preocupación de mis venerados predecesores, considero oportuno dar respuestas adecuadas para que toda la Iglesia, dejándose regenerar por la fuerza del Espíritu Santo, se presente al mundo contemporáneo con un impulso misionero capaz de promover una nueva evangelización. Esta se refiere sobre todo a las Iglesias de antigua fundación, que viven realidades bastante diferenciadas, a las que corresponden necesidades distintas, que esperan impulsos de evangelización diferentes (…) “La diversidad de las situaciones exige un atento discernimiento; hablar de «nueva evangelización» no significa tener que elaborar una única fórmula igual para todas las circunstancias. Y, sin embargo, no es difícil percatarse de que lo que necesitan todas las Iglesias que viven en territorios tradicionalmente cristianos es un renovado impulso misionero, expresión de una nueva y generosa apertura al don de la gracia. De hecho, no podemos olvidar que la primera tarea será siempre ser dóciles a la obra gratuita del Espíritu del Resucitado, que acompaña a cuantos son portadores del Evangelio y abre el corazón de quienes escuchan. Para proclamar de modo fecundo la Palabra del Evangelio se requiere ante todo hacer una experiencia profunda de Dios. ”Como afirmé en mi primera encíclica Deus caritas est: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (n. 1). De forma análoga, en la raíz de toda evangelización no hay un proyecto humano de expansión, sino el deseo de compartir el don inestimable que Dios ha querido darnos, haciéndonos partícipes de su propia vida”.

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“LA IGLESIA DEL SEGUNDO MILENIO HA VUELTO A SER IGLESIA DE MÁRTIRES” Al cumplirse un año de la beatificación del doctor José Samsó y Elias que tuvo lugar en la Basílica de Santa María de Mataró, publicamos apartes de la homilía pronunciada en esa ocasión por el cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona.

“Celebramos con gozo la beatificación del Dr. José Samsó y Elias, sacerdote y mártir, que fue párroco de esta basílica parroquial de Santa María de Mataró, de la que siempre cuidó mucho y a la que promovió para ser declarada basílica (…) La proclamación del Dr. José Samsó como beato, así como todos los beatos y santos, pone de relieve los méritos infinitos de Jesucristo, nuestro único Salvador. La Iglesia al venerar la santidad de sus hijos e hijas, da gloria a Dios, porque en los mártires venera a Cristo que estaba en el origen de su martirio y de su santidad. La Iglesia siempre ha encontrado en los mártires una semilla de vida. “Sanguis martyrum semen christianorum” (Tertuliano, Apologeticus, 50, 13: PL I, 534). Al venerar hoy a este nuevo beato mártir de la Iglesia, se nos hace presente el recuerdo de la Iglesia del segundo milenio que ha vuelto a ser Iglesia de mártires. Beato José Samsó y Elías. Y como afirmaba Pablo VI y nos ha recordado Juan Pablo II, el testimonio ofrecido a Cristo hasta el derramamiento de la sangre ha llegado a ser patrimonio común de católicos, ortodoxos, anglicanos y protestantes (cf. Tertio millennio adveniente, 37). Es una herencia que no se ha de perder y que se ha de transmitir para un perenne deber de gratitud y un renovado propósito de imitación(…) Es una gracia de Dios que la beatificación del Dr. Samsó, sacerdote y mártir, coincida en este Año Sacerdotal que estamos celebrando por indicación del papa Benedicto XVI, y que quiere ayudar a los sacerdotes a vivir con mayor intensidad el don del sacerdocio y del ministerio presbiteral, recordando al santo párroco de Ars, Juan María Vianney, y también a nuestro beato párroco de esta parroquia de Santa María, José Samsó, o a otros santos y beatos sacerdotes de nuestra diócesis. Y esta beatificación también ayudará al resto del pueblo de Dios a valorar y apreciar más la figura y el ministerio de los sacerdotes, orando por ellos y colaborando con ellos en la pastoral, ayudándonos a todos a pedir constantemente a Dios vocaciones sacerdotales (…) Nuestro beato nació en Castellbisbal, el 17 de enero de 1887, en el seno de una familia cristiana que lo inició en la vida de fe, de esperanza y de caridad. Ya de muy joven sintió la llamada de Dios a la vocación sacerdotal y se formó en el Seminario Diocesano de Barcelona. Recibió la ordenación sacerdotal el 12 de marzo de 1910, ejerciendo el ministerio presbiteral como vicario de la parroquia de San Julián de Argentona, párroco de la parroquia de San Juan de Mediona y desde 1919 hasta 1936 párroco de la parroquia de Santa María de Mataró. La formación religiosa y espiritual que recibió en la familia y en el Seminario hizo de él un sacerdote diocesano que dedicó toda su vida y su ministerio a imitación del Buen Pastor, entregándose con generosidad y celo pastoral a todos los feligreses y trabajando incansablemente al servicio de la formación catequética y religiosa, de la celebración de la fe y del testimonio de la caridad de todos los parroquianos. Vivió con intensidad la espiritualidad propia de un sacerdote diocesano, sintiéndose siempre miembro del presbiterio de la diócesis presidido por el obispo como sucesor de los Apóstoles, y al servicio de la vida cristiana de los miembros de la porción del pueblo de Dios que peregrina en la Iglesia diocesana(…) Nuestro beato fue un excelente catequeta, de tal manera que el obispo Irurita decía de él que era “el primer catequista de la diócesis”. Su dedicación y competencia en el campo de la catequesis le llevó a disponer de un buen número de catequistas que acompañaba y formaba para que la catequesis se adaptara a la mentalidad de los niños(…)

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Y el Señor le otorgó el don del martirio con el que coronó su vida sacerdotal. Fue el primer día de septiembre de 1936, después de pasar unos días en la prisión de Mataró por su condición de ser el párroco de Santa María, por su condición de ser sacerdote. El martirio de nuestro beato tiene aspectos que imitan muchísimo la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz. Detenido la mañana del 30 de julio de 1936, al exigirle que se identificara, contestó: “Yo soy a quien buscáis”. Permaneció en la cárcel de Mataró durante un mes. El primero de septiembre se despidió de sus compañeros de prisión con su “Dios sobre todo”. Conducido al cementerio de Mataró dijo a los que se disponían a matarlo que “los perdonaba de corazón como Jesús había perdonado a los que iban a clavarlo en la cruz”, y exclamó: “Abrazadme, yo os perdono a todos”-. No quiso que le taparan los ojos, diciéndoles: “Yo no soy un criminal, quiero morir mirando a Mataró y a las Santas que tanto he amado”; puso los brazos en cruz y entregó su vida con el martirio (…) La fama de santidad de José Samsó se consolidó y aumentó después de su muerte por su fidelidad a la vocación sacerdotal, su celo pastoral como párroco, las celebraciones de la fe, la dirección espiritual, la visita a los enfermos, el perdón de los enemigos y su voluntad de ofrecer la vida por sus feligreses si era imprescindible.

Documento acerca de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia Verbum Domini: Exhortación apostólica postsinodal del Santo Padre

Hace dos años, del 5 al 26 de octubre del 2008, los obispos de todo el mundo se reunieron, convocados por el Santo Padre, para dialogar acerca de la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. El 11 de noviembre del 2010, el Papa Benedicto XVI presentó la Exhortación apostólica Verbum Domini, en la cual da a conocer las conclusiones de aquella reunión. Es un documento, en el que el Papa exhorta a tener cada vez más familiaridad con la Sagrada Escritura y tomarla siempre en cuenta en la vida ordinaria. La exhortación consta de tres partes: Párrafos seleccionados de extractación “Verbum Domini”: Pasajes representativos de la exhortación apostólica de Benedicto XVI, en la que recoge las conclusiones del Sínodo de los Obispos del mundo, celebrado en el Vaticano en octubre de 2008, sobre «La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia». Religión de la Palabra, no del libro: «La fe cristiana no es una ‘religión del Libro’: el cristianismo es la ‘religión de la Palabra de Dios’, no de ‘una palabra escrita y muda, sino del Verbo encarnado y vivo» (n. 7): Tradición y Escritura: «Es la Tradición viva de la Iglesia la que nos hace comprender de modo adecuado la Sagrada Escritura como Palabra de Dios. (n. 17) Sagrada Escritura, inspiración y verdad: «La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. De ese modo, se reconoce toda la importancia del autor humano, que ha escrito los textos inspirados y, al mismo tiempo, a Dios como el verdadero autor (n. 19).

Dios escucha al hombre: «Es decisivo desde el punto de vista pastoral mostrar la capacidad que tiene la Palabra de Dios para dialogar con los problemas que el hombre ha de afrontar en la vida cotidiana [...] La pastoral de la Iglesia debe saber mostrar que Dios escucha la necesidad del hombre y su clamor (n. 23). Exégesis: «En el trabajo de interpretación, los exegetas católicos no deben olvidar nunca que lo que interpretan es la Palabra de Dios. Su tarea no termina con la distinción de las fuentes, la definición de formas o la explicación de los procedimientos literarios. La meta de su trabajo se alcanza cuando aclaran el significado del texto bíblico como Palabra actual de Dios (n. 33) Dimensión bíblica de la catequesis: «La actividad catequética comporta un acercamiento a las Escrituras en la fe y en la Tradición de la Iglesia, de modo que se perciban esas palabras como vivas, al igual que Cristo está vivo hoy donde dos o tres se reúnen en su nombre (n. 74).

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Lectio Divina: «En los documentos que han preparado y acompañado el Sínodo, se ha hablado de muchos métodos para acercarse a las Sagradas Escrituras con fruto y en la fe. Sin embargo, se ha prestado una mayor atención a la lectio divina, que es verdaderamente capaz de abrir al fiel no sólo el tesoro de la Palabra de Dios sino también de crear el encuentro con Cristo, Palabra divina y viviente» (n. 87). Anuncio y nueva evangelización: «Tantos hermanos están bautizados, pero no suficientemente evangelizados. Con frecuencia, naciones un tiempo ricas en fe y vocaciones van perdiendo su propia identidad, bajo la influencia de una cultura secularizada. La exigencia de una nueva evangelización, tan fuertemente sentida por mi venerado Predecesor, ha de ser confirmada sin temor, con la certeza de la eficacia de la Palabra divina» (n. 96). Derechos humanos: «Deseo llamar la atención de todos sobre la importancia de defender y promover los derechos humanos de cada persona[...] La difusión de la Palabra de Dios refuerza la afirmación y el respeto de estos derechos (n. 101). Palabra de Dios y salvaguardia de la Creación: «El compromiso en el mundo requerido por la divina Palabra nos impulsa a mirar con

ojos nuevos el cosmos que, creado por Dios, lleva en sí la huella del Verbo, por quien todo fue hecho [...] La arrogancia del hombre que vive ‘como si Dios no existiera’, lleva a explotar y deteriorar la naturaleza, sin reconocer en ella la obra de la Palabra creadora» (n. 108). Internet: «En el mundo de internet, que permite que millones y millones de imágenes aparezcan en un número incontable de pantallas de todo el mundo, deberá aparecer el rostro de Cristo y oírse su voz, porque ‘si no hay lugar para Cristo, tampoco hay lugar para el hombre’» (n. 113) Diálogo interreligioso: «La Iglesia reconoce como parte esencial del anuncio de la Palabra el encuentro y la colaboración con todos los hombres de buena voluntad, en particular con las personas pertenecientes a las diferentes tradiciones religiosas, evitando formas de sincretismo y relativismo (n. 117). Diálogo y libertad religiosa: «El respeto y el diálogo requieren, consiguientemente, la reciprocidad en todos los terrenos, sobre todo en lo que concierne a las libertades fundamentales, y en particular, a la libertad religiosa. Favorecen la paz y el entendimiento entre los pueblos » (n. 120).

El texto completo de la Exhortación apostólica postsinodal «Verbum Domini», de Benedicto XVI, puede leerse en ww.humanitas.cl/

Nueva Evangelización para 2012 El Papa convoca un Sínodo para la transmisión de la fe cristiana

Jornada Mundial de la Juventud 2011 Estrenado el himno “Firmes en la Fe”

El Papa Benedicto XVI ha anunciado la convocatoria de la próxima Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, en 2012, al tema: «Nova evangelizatio ad christianam fidem tradendam La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana». Lo hizo durante la Misa presidida en la Basílica Vaticana, con la que se clausura la Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos sobre el tema: La Iglesia Católica en Oriente Medio: comunión y testimonio: «La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma». (Hch 4,32)» “Durante los trabajos de la Asamblea —afirmó el Papa— se ha subrayado a menudo la necesidad de volver a proponer el Evangelio a las personas que lo conocen poco, o que incluso se han alejado de la Iglesia”. “A menudo —prosiguió— se ha evocado la urgente necesidad de una evangelización también para Oriente Medio. Se trata de un tema muy difundido, sobre todo en los países de antigua cristianización”. Y añadió: “También la reciente creación del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización responde a esta profunda exigencia”.

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El himno y banda sonora de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid 2011 se estrenó el 8 de noviembre pasado, víspera de la fiesta de Nuestra Señora de la Almudena, patrona de Madrid, España. Con el título Firmes en la fe, el himno de la próxima JMJ fue interpretado por la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (JORCAM) y por el coro de la Escolanía de El Escorial. Firmes en la fe acompañará a los jóvenes en la preparación y en la celebración de la JMJ de Madrid. Está inspirado en el texto de san Pablo: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”, elegido por Benedicto XVI como tema de la JMJ Madrid 2011.


Consta de seis estrofas. El estribillo dice así: “Firmes en la fe, caminamos en Cristo,/ Nuestro Amigo, nuestro Señor./ ¡Gloria siempre a Él! ¡Gloria siempre a Él!/ Caminamos en Cristo firmes en la fe”. El autor de la letra es el obispo auxiliar de Madrid César Franco, coordinador general de la JMJ y obispo auxiliar de Madrid. Para monseñor Franco, “Las estrofas realzan la Humanidad santísima de Cristo al estilo de la tradición mística española y pretenden acercarla a los jóvenes”. Enrique Vázquez, sacerdote vitoriano y compositor de música religiosa, compuso la música. Este recordó el proceso de composición del himno, del que destaca. “El primer reto fue idear una melodía que ayudara a entender el texto, cantarlo y rezarlo”, declaró. De la letra, dijo: “Las estrofas comienzan con un carácter más lírico que refleja el asombro, la admiración y el agradecimiento ante la Persona y la obra de nuestro Redentor”. La obra se ha grabado en tres versiones: una litúrgica, otra instrumental para grandes coros, y una versión popular con acompañamiento de guitarra. Las tres versiones están disponibles gratuitamente en la web oficial de la JMJ, donde también se pueden descargar las partituras para su interpretación. Un video musical del himno, en versión multilingüe, será distribuido más adelante. Se puede descargar el himno (música, letra y partitura): http://www.madrid11.com/es/oficina-de-prensa/descargas/346-himno-2011.

“La Obra” Grupo inspirado por el beato Newman

Sacerdotes de la familia espiritual “La Obra”.

El 2010 fue un año de celebración y conmemoración de la familia espiritual La Obra. Este grupo internacional, iniciado en Bélgica, celebró el centenario del nacimiento de Julia Verhaeghe, su fundadora, así como la beatificación del «hermano de su alma», el beato John Henry Newman.

En esta entrevista, concedida a ZENIT, el padre Hermann Geissler, miembro de la familia espiritual La Obra, y director del Centro Internacional de Amigos de Newman, en Roma, reflexiona sobre su comunidad eclesial y el significado de este aniversario. –¿Qué espiritualidad anima a La Obra? –El nombre de nuestra familia espiritual es un programa de vida. Jesús dijo: «Esta es la obra de Dios, que creáis en Aquel a quien [el Padre] ha enviado» (Juan, 6,29). Julia Verhaeghe, nuestra fundadora, a la que llamamos Madre (1910-1997), previó hace muchos años que llegaría un tiempo en que muchas personas, también en la Iglesia, vivirían una vida superficial y pagana, siendo activas de modos diferentes, pero sin creer realmente en Jesucristo, el Hijo de Dios. Por consiguiente, nos invitó a una profunda conversión, a una profunda unión con el Sagrado Corazón y a una fe personal en Jesucristo, que mostraba la riqueza de su misericordioso y recto amor. La madre Julia constató que no podemos amar a Jesús sin amar a la Iglesia, su Cuerpo. A través de un especial encuentro con san Pablo, recibió la gracia de una segunda conversión, que le condujo, paso a paso, a la total donación de su vida a Cristo, en favor de la renovación de su santa Iglesia. Una expresión de este amor por Cristo y su Iglesia se puede ver en los dos lemas de nuestra familia espiritual: Ad laudem et gloriam Dei (Para alabanza y gloria de Dios) y Ut omnes unum sint (Que todos sean uno). Estos son los pilares en los que reposa la espiritualidad de La Obra: adoración y unidad. Dios debe estar en el centro de nuestras vidas. Por consiguiente, empezamos cada día con la Santa Misa y concluimos la jornada con una hora santa de adoración, ante el Santísimo Sacramento. Alabar al Señor, en espíritu de fe y amor, nos ayuda a vivir en unidad, respeto y mutua complementariedad, dado que somos una familia espiritual que incluye una comunidad de sacerdotes y una comunidad de religiosas, a quienes muchos otros miembros de la Iglesia están asociados de diferentes modos. –¿De qué modo su comunidad vino a relacionarse con la obra del cardenal Newman? –La madre Julia no conocía al cardenal Newman cuando empezaba a crecer nuestra familia espiritual. A principios de los años 60 del siglo XX, le regalaron una biografía y un libro con palabras del cardenal Newman. Se sintió profundamente impresionada por este gran converso, y descubrió una afinidad espiritual con Newman, hasta tal grado que le llamaba «hermano de mi alma». La vida y testimonio de Newman fueron una confirmación de sus profundas convicciones: su amor a la Iglesia Católica en tiempos difíciles, su inquebrantable confianza en la providencia de Dios, su empeño en ayudar a las personas a formar su conciencia

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JUTTA BURGGRAF

UNA MUJER TEÓLOGA QUE HIZO VIDA DE LA TEOLOGÍA

La teóloga Jutta Burggraf (1952-2010) falleció el pasado 5 de noviembre en Pamplona tras una imprevisible leucemia que se le detectó pocos meses antes. Había nacido en Hildesheim (Alemania). Era doctora en Psicopedagogía por la Universidad de Colonia y doctora en Teología por la Universidad de Navarra, donde ejerció la docencia desde 1996 hasta su fallecimiento. Autora de más de 20 libros y de numerosos artículos científicos y de divulgación, su actividad investigadora se centró en diversos campos que incluían ecumenismo, teología de la creación, teología de la mujer y feminismo. En 1987 fue nombrada por Juan Pablo II como perito en el Sínodo Ordinario de los Obispos sobre “La vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo”. Jutta ante todo era teóloga y esta ciencia fue también una de sus pasiones. Su sabiduría era tal, que transmitía una teología sencilla y profunda al tiempo: Jutta Burggraf fue una apreciada Aunque se tratase de hablar de aspectos aparentemente arduos como la Trinicolaboradora de Revista Humanitas. dad. Afirmaba: “En el interior de la Trinidad se nos revela una vida insondable de comunión plena y feliz. El Padre da al Hijo todo lo que es, el Hijo lo recibe y devuelve con igual generosidad al Padre, y ambos actúan en el Espíritu que es el mismo Amor. Contemplando este misterio podemos descubrir que el amor perfecto no consiste en dar.., y dar.., y dar, sin querer nada a cambio. El amor perfecto consiste en dar y recibir, incluso en la intimidad divina. El poder recibir también es una exigencia del amor y, para nosotros, puede ser incluso más costoso que dar, porque exige humildad.” Tenía un don especial para llevar a Dios a los demás, y los demás a Dios. Son muchos los testimonios de tantos como la hemos conocido. Amaba apasionadamente a Dios, que es la Verdad, y también al mundo. Pero sobre todo se sabía amada por Dios: “Quien experimenta que es profundamente aceptado y amado, no puede más que transmitir el amor con alegría. Y quiere estar cada vez más cerca del amor de su vida”. Ese amor de Dios le daba una gran libertad, que era otra de sus pasiones. Pero una libertad vivida desde la entrega y también desde el sufrimiento. Con sus palabras: “Quien dice sí a la vida, debe decir también sí al dolor. El sufrimiento es parte de la vida de cada persona; pero del dolor ajeno se percatan sólo aquellos que poseen una cierta sensibilidad, que han desarrollado una determinada interioridad y son, por lo tanto, capaces de percibir las necesidades de sus semejantes”. Y ahí radicaba la eficacia de su testimonio. Como buena teóloga, le importaba mucho el modo actual de hacer teología: que no fuera algo abstracto y teórico sino que estuviera unido al testimonio y a la vida. Como ella misma decía, “al hablar, no sólo comunicamos algo; en primer lugar, nos expresamos a

según los principios de la fe. Por tanto, años después, en 1975, nuestra familia espiritual organizó el primer simposio académico sobre el cardenal John Henry Newman en Roma, para conocer su vida y sus obras. Después, el Vaticano nos pidió seguir esta labor en favor del cardenal Newman, y fundó un centro internacional de Amigos de Newman, que ahora se ha especializado en bibliotecas Cardenal Newman en Roma (Italia), Oxford-Littlemore (Reino Unido, donde Newman fue recibido en la Iglesia católica), Bregenz (Austria), y Budapest (Hungría). Durante 35 años, hemos promocionado la veneración y el estudio del cardenal Newman, organizando conferencias, charlas, exposiciones y devociones; publicando libros y artículos sobre el

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cardenal Newman y una bibliografía regularmente actualizada en nuestra página, así como el envío de cartas circulares a miles de amigos de Newman, y —lo más importante— ayudar a las personas individualmente en su itinerario de fe, según el lema del cardenal Newman: Cor ad cor loquitur (El corazón habla al corazón). Benedicto XVI mencionó a nuestra familia espiritual en su homilía, durante la Misa de beatificación (19 de septiembre de 2010), agradeciéndonos el trabajo de promoción de la causa del cardenal Newman. –¿Cuáles son los hitos del año centenario de su fundadora y de la beatificación del cardenal Newman? –En primer lugar, este es un año de acción de gracias. Agradece-


nosotros mismos, ya que el lenguaje es un ‘espejo de nuestro espíritu’. Y si queremos tocar el corazón de los otros, tenemos que cambiar primero nuestro propio corazón. La enseñanza más importante se imparte desde la mera presencia de una persona madura y amante”. Y en una conferencia suya se puede leer: “Si queremos hablar sobre la fe, es preciso tener en cuenta el ambiente en el que nos movemos. Tenemos que conocer el corazón del hombre de hoy, que es nuestro propio corazón, con sus dudas y perplejidades. El cambio cultural, al que asistimos, no puede llevar a los cristianos a una perplejidad generalizada. Pues es Dios mismo quien actúa en los cambios. Tenemos que estar dispuestos a escucharle y dejarnos formar por Él. Quien quiere influir en el presente, tiene que amar el mundo en que vive”. De ahí la necesidad de una identidad cristiana y de diálogo con los otros. Lo dejaba muy claro al señalar que “la actitud de apertura a los demás exige tener muy clara la propia identidad cristiana. Porque si no, puedo quedar expuesta a las modas y terminar buscando no lo verdadero sino lo apetecible; lo que me gusta y me va bien. Por otra parte, sin esa sólida identidad cristiana haríamos un flaco favor a los demás: nos quedaríamos sin respuestas para sus interrogantes, y no podríamos darles algo de la luz del cristianismo”. Jutta vivía con sencillez, una virtud que le daba gran atractivo. Decía: “a veces confundimos lo complicado con lo inteligente, y olvidamos que Dios —la suma Verdad— es, a la vez, la suma sencillez. Por eso hay que descubrir un nuevo modo de hablar y de actuar que sea auténtico”. Un cristiano se convierte en un testigo creíble cuando vive su fe con alegría y, al mismo tiempo, comparte con los demás las dificultades que encuentra en su camino. Esta es la dinámica del cristianismo: salir de uno mismo para entregarse al otro. La identidad cristiana nos lleva a dialogar con todos, estén o no de acuerdo con nuestra manera de pensar o nuestro estilo de vida. Y continuaba diciendo: “la transmisión de la fe en la sociedad actual es posible si los cristianos vivimos como testigos antes que como maestros, o bien como maestros-testigos. Esto requiere utilizar un lenguaje personal, más persuasivo. Se trata de interiorizar esa gran verdad que nos está repitiendo constantemente Benedicto XVI: ‘Dios es amor’. Lo que atrae más en nuestros días no es la seguridad, sino la sinceridad: explicar a los demás las razones que nos llevan a creer y, al mismo tiempo, hablarles también de nuestras dudas e incertidumbres. Se trata de ponerse al lado del otro y buscar la verdad junto con él. Ciertamente, yo puedo darle mucho si tengo fe; pero los otros también pueden enseñarme mucho”. Y por último quiero señalar una característica de su vida de la que yo misma soy deudora. ¡Me ha enseñado tanto sin palabras!: la amistad. La amistad con Dios le llevaba a la amistad con sus amigos, porque como dice Benedicto XVI: “Una característica de los santos es que cultivan la amistad, porque es una de las manifestaciones más nobles del corazón humano y tiene en sí algo de divino”. PILAR FERRER Doctora en Teología

mos al Señor la beatificación de Newman, promoviendo celebraciones litúrgicas, horas santas, peregrinaciones (especialmente Littlemore), y otros eventos de oración en honor del beato John Henry Newman. Y damos gracias al Señor por la vida de la madre Julia, organizando misas de acción de gracias en muchos países de Europa, Estados Unidos y en Jerusalén. La celebración más importante tuvo lugar el 11 de noviembre en Geluwe, Bélgica, donde nació en 1910 la madre Julia; durante esta Eucaristía, dos jóvenes religiosas se consagraron a Dios en amor virginal, dando una respuesta, en fe y amor, a los graves problemas que la Iglesia afronta en Bélgica. Este año especial debería ser también un año de renovación espiritual. El Concilio Vaticano II invitó a las comunidades religio-

sas a volver a las fuentes, a sus fundadores. En nuestra familia espiritual, el lema del año pasado fue: «Nuestra amistad con Cristo según la madre Julia». El año que viene será: «Hacia el Sagrado Corazón de su Cuerpo, la Iglesia». Por tanto nos centramos en elementos fundantes de nuestra espiritualidad, que son también de gran relevancia para la Iglesia en su conjunto. La beatificación de Newman encaja muy bien en este programa, ya que es modelo de gozosa entrega a Cristo y dedicación a la Iglesia, «el único verdadero rebaño del Redentor». El beato John Henry Newman, por supuesto, es modelo para nosotros y un santo para nuestro tiempo. Previó la gran apostasía de nuestro hoy, pero nunca perdió la fe y la esperanza, sabiendo que Dios es más fuerte que el espíritu de este mundo.

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SÍNODO DE ORIENTE MEDIO

La urgencia de la paz Artículo escrito por Giovanni Maria Vian, director de L’Osservatore Romano, sobre el impacto que ha tenido el Sínodo de Oriente Medio realizado en octubre pasado, sobre la paz en la región.

La preocupación por Jerusalén y por sostener a los cristianos de la tierra que fue el escenario de la encarnación del Hijo de Dios se remonta a tiempos antiquísimos y ya estaba presente en las cartas de san Pablo. Hoy, en un contexto difícil y doloroso, esta preocupación ha llevado, por primera vez, a una Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo de los obispos. Una experiencia verdaderamente extraordinaria la definió Benedicto XVI, que la

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convocó, presidió y siguió con atención durante dos semanas. Con el pensamiento constante en tantos cristianos —que el Papa, siguiendo las huellas de sus predecesores Pablo VI y Juan Pablo II, quiso visitar y alentar durante los viajes a Turquía, Jordania, Israel, Palestina y Chipre— que viven problemas materiales, desaliento, tensión, miedo. En una región ensangrentada desde hace demasiado tiempo por conflictos, guerras, terrorismo, y que aun así es santa para los tres grandes monoteísmos. Y el primer resultado del Sínodo ha sido llamar la atención de los católicos —pero también de todos los cristianos, de los judíos, de los musulmanes y de toda persona a quien le importen la


SÍNODO DE ORIENTE MEDIO

justicia y la paz— hacia una región vastísima donde hay demasiadas incomprensiones, rivalidades, injusticias y violencias. Ante todo con la oración, como dijo el Obispo de Roma al concluir la Asamblea en San Pedro y subrayando el vínculo entre la oración misma y la justicia: «El grito del pobre y del oprimido encuentra eco inmediato en Dios, que quiere intervenir para abrir una vía de salida, para restituir un futuro de libertad, un horizonte de esperanza». La asamblea sinodal ha sido también una ocasión —que hasta ahora no se había experimentado nunca y de la cual todos deberían alegrarse— de confrontación a alto nivel, en la variedad de las posiciones y con libertad de expresión, pero con una substancial e importante convergencia en el deseo y en el auspicio de justicia y de paz. Que es preciso buscar sin desalentarse, mediante una confrontación amistosa, pero a la vez clara y constructiva, entre católicos de distintos ritos, y entre éstos y los cristianos de distintas confesiones, los judíos y los musulmanes: en el «triálogo» que Benedicto XVI deseó en su viaje a Tierra Santa. De hecho, más allá de las diferencias y las dificultades, con la paciencia del bien, es necesario darse cuenta de que la paz es indispensable. Repitiendo el grito de Pablo VI que «la paz es posible», su actual sucesor añadió que «la paz es urgente». Urgente si se quiere una vida digna de la persona humana y de la sociedad. En todos los países de la región, sin distinciones. Este es también el único antídoto contra la emigración: para las comunidades cristianas una auténtica hemorragia, que es preciso detener. Otra contribución que los cristianos pueden aportar a la región —subrayó con claridad Benedicto XVI— es la promoción de «una auténtica libertad religiosa y de conciencia, uno de los derechos fundamentales de la persona humana que cada Estado debería respetar siempre». Un «espacio de libertad» que hay que ampliar a través del diálogo con los musulmanes, según el deseo expresado por los padres sinodales. La preocupación de la Iglesia es una sola, y esto explica también su política: testimoniar y anunciar el Evangelio. Como ha repetido

muchas veces y sigue repitiendo Benedicto XVI sin cansarse ni desalentarse. Por esto el Papa —que ha constituido en la Curia romana un organismo específico para este objetivo— anunció el tema de la próxima Asamblea ordinaria: la nueva evangelización. Indicando, en Oriente Próximo y Oriente Medio, así como en el resto del mundo, la urgencia del Evangelio. Cristianos de Oriente “Un pequeño concilio del Oriente Medio”

“Un pequeño concilio del Oriente Medio”: con estas palabras, el padre Pizzaballa, custodio de Tierra Santa, definió durante la presentación de la exposición Abàna, el Sínodo sobre Oriente Medio que se celebró en octubre pasado en el Vaticano. Las imágenes de casi 200 Padres sinodales que, con la variedad de sus vestiduras litúrgicas, se reunieron en torno a Benedicto XVI para la celebración de la Misa de apertura, han mostrado visiblemente la rica articulación de la Iglesia Católica en aquellas tierras. Pero ¿dónde nace la idea de reunir en Roma a todos los obispos de Oriente Medio? Sintéticamente podemos decir que el Sínodo nace en Irak y en Tierra Santa. En Irak la dramática situación existente había empujado a algunos obispos, hace ya algún tiempo, a pedir un parangón con toda la Iglesia y una ayuda. Sucesivamente ha sido el turno de la gran peregrinación de Benedicto XVI a Tierra Santa y el encuentro con las comunidades cristianas, que sufren cada vez más la emigración. El Sínodo, en cierto sentido, es la continuación de esa peregrinación y del viaje a Chipre. La gran variedad de las tradiciones litúrgicas y espirituales encuentra su expresión más sugerente en la oración de la hora tertia que los Padres sinodales recitan con el Papa. Cada mañana se encarga un rito diferente de llevarla a cabo. Tras los latinos, ha sido el turno de los coptos, de los sirios y de los grecomelquitas. De este modo podemos contemplar a los obispos del

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Benedicto XVI presidió la celebración de la Eucaristía con los padres sinodales en la Basílica de San Pedro, para clausurar el Sínodo de los Obispos.

turno correspondiente que se reúnen en torno al micrófono para entonar la salmodia según una de las antiguas lenguas del Oriente cristiano. Mientras se escuchan estas magníficas melodías, quizá se olvidan por un instante los mil problemas que afligen a esas comunidades: problemas internos (divisiones entre los ritos, rivalidades), y problemas en las relaciones con la mayoría musulmana o —en Israel— con la mayoría judía. A estos desafíos el Sínodo ha querido ofrecer una respuesta clara: Comunión (superando los particularismos) y testimonio (respecto a los no cristianos). Ahora es el tiempo de traducir estas categorías en indicaciones concretas que puedan responder a las mil cuestiones en juego: la libertad religiosa, la diáspora, la emigración, el ecumenismo, los modos de ejercicio de la autoridad por parte de los Obispos y Patriarcas. No son cuestiones sólo para los especialistas. Oriente Medio es hoy uno de los escenarios geopolíticos más importantes y con continuos reflejos también en nuestra vida cotidiana. La

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relación con los musulmanes y con los judíos ya no es una cuestión para pocos entendidos. Las iglesias orientales comparten con los ortodoxos también el modo de rezar y de celebrar la Misa y, por ello, hacen más evidente que la división no posee fundamentos teológicos reales. Lo cual, naturalmente, no significa que sea fácil de superar, porque la política no es un campo menos explosivo que la dogmática. Ha sido el Papa quien nos ha ofrecido la perspectiva más amplia y profunda del Sínodo. Benedicto XVI, hablando sin papeles en una vertiginosa meditación, ha situado la fatiga de la Iglesia en Oriente Medio en el horizonte de los sufrimientos de toda la Iglesia. Si en Oriente sobre todo es la ideología terrorista la que amenaza la vida, en Occidente poderes financieros y mentalidad dominante esclavizan al hombre hasta llegar a destruirlo. Las armas con las que combatir ambos fenómenos son las mismas, en Oriente Medio y en todas partes: comunión y testimonio.


SÍNODO DE ORIENTE MEDIO

Irak Oriente Medio: en camino hacia la Comunión

Días antes de la masacre a la iglesia siro-católica de Nuestra Señora del Socorro de Bagdad, Martino Diez de OASIS conversó con monseñor Jean Sleiman, arzobispo latino de Bagdad. –El título del Sínodo es “comunión y testimonio”. ¿Existe necesidad de mayor comunión en Oriente Medio? –Ciertamente sí. Y ante todo, hay necesidad de más comunión entre los católicos. Los ritos católicos, en efecto, se han convertido rápidamente en comunidades étnico-confesionales. Y el confesionario es la negación de la comunión. –¿Sirve más comunicación, más encuentros, más coordinación? –Ante todo lo que sirve es una nueva evangelización. Existe comunicación, los encuentros son frecuentes, y formalmente la coordinación formal. Existen conferencias episcopales interrituales, pero falta la llama de la comunión. En realidad, desde el punto de vista estructural las relaciones comunitarias todavía están en un nivel muy primitivo. Su dinámica es más externa que interna. Se llevan a cabo en las fronteras: encuentros, invitaciones, alianzas. La Iglesia Católica, en muchos aspectos, todavía me parece una suma de Iglesias. Sin comunión en sentido pleno no puede ser testigo de la una, santa, católica y apostólica. Si consideramos la historia, comprendemos mejor cómo este contexto antropológico comunitario haya sido interiorizado a partir de los estatutos de los dhimmi, el régimen previsto para las llamadas “gentes del Libro” en los califatos musulmanes. El punto fundamental de las disposiciones legales relativas a los no musulmanes era la obligación de pagar un impuesto para ser protegidos por el poder árabe-musulmán, es decir, para tener derecho a una ciudadanía en el propio país, aunque de segundo grado. Los poderes sucesivos se han caracterizado por la perpetuación y a menudo por la radicalización de aquellos estatutos. De este modo, los cristianos han sido reconocidos como comu-

nidades confesionales, fijas y separadas. Este confesionalismo está todavía en vigor y el Instrumentum laboris lo denuncia. –¿Cuál es la composición de su comunidad? –La Iglesia latina en Irak proviene de una historia misionera. En el siglo XVII, los carmelitas llegaron como misioneros a Mesopotamia, entonces dominada por el Imperio Persa. La diócesis fue erigida en 1632. En el siglo XVIII llegaron los dominicos. En el siglo XIX, las monjas Dominicas de la Presentación de Tours. A principios del siglo XX nació una segunda congregación dominica femenina. Los fieles de otras comunidades siempre han sido un núcleo muy pequeño. Los misioneros no han “latinizado” como a menudo se suele decir. En cambio, han sido de gran ayuda, culturalmente y religiosamente, para todo el mundo. Su único deseo era volver a crear la comunión con la Sede de Pedro. Un carisma que la Iglesia Latina cultiva todavía en nuestros días, con la ayuda de religiosos y religiosas y laicos consagrados, que no tiene precedentes en el país. –¿Cómo es la situación en Irak? –La situación actual en Irak ha mejorado mucho. Pero Irak se parece a un enfermo cuyas condiciones mejoran, pero todavía necesita cuidados. La violencia ha disminuido, pero los problemas fundamentales ni siquiera han sido afrontados. La unidad del país y la ambigüedad de la nueva Constitución, la distribución de los recursos, los territorios en disputa entre árabes y kurdos, así como la misma reconciliación entre los distintos protagonistas del país son cuestiones fundamentales y vitales para el futuro de Irak, pero permanecen sin resolverse. La violencia, que es una herramienta política, no ha desaparecido. Su disminución se atribuye a un cambio importante en la situación general, pero vuelve a aparecer de forma inesperada, y sigue cobrándose víctimas.

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Ataques en Bagdad Masacre en la iglesia siro-católica de Nuestra Señora del Socorro

«Fotos de sacerdotes iraquíes asesinados se observan durante una misa en la iglesia de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad, Irak, el domingo 7 de noviembre del 2010. Cristianos iraquíes celebraron una misa en la misma iglesia donde ocurrió el baño de sangre que dejó decenas de muertos y heridos». (Foto AP/Khalid Mohammed)

tes cristianos a que vigilen sus propias iglesias en conjunción con las fuerzas de seguridad nacionales. Monseñor Shaba Matoka, en declaraciones a Radio Vaticano, pidió urgentemente la ayuda de Europa: «Pedimos a Europa que se ocupe de los cristianos en Oriente Medio. Nosotros queremos mantener nuestra presencia en el país». Este ataque, y precisamente después del Sínodo, «ha destruido todas nuestras esperanzas», reconocía el prelado. «Es muy difícil pedirle a la gente que se quede. ¡Es doloroso!» Por su parte, monseñor Sleiman, afirmaba que ya antes de los atentados «el miedo al futuro y a la violencia era real, profundo y compartido entre los cristianos», y añadió que los representantes gubernamentales locales les han advertido sobre más ataques. «Estamos en una situación muy peligrosa», advirtió. A pesar de todo, el prelado pidió a los cristianos que estén unidos. «Su solidaridad es bien conocida», afirmó. «Es importante para los cristianos en Irak estar seguros de que su presencia aquí no es casual, sino necesaria para el país. Están construyendo la paz sólo con su presencia», añadió.

«Este último ataque terrorista ha hecho aumentar el miedo y ha contribuido a destruir la esperanza». Con estas declaraciones resume monseñor Jean Sleiman, arzobispo latino de Bagdad, la situación creada tras la masacre del pasado domingo 31 de octubre. En una entrevista concedida a la organización internacional católica «Ayuda a la Iglesia Necesitada», el prelado reconoció el terrible impacto que el ataque ha tenido entre los cristianos iraquíes. «Los cristianos están profundamente asustados. Pero están intentando superar esta última horrible experiencia», afirmó. «Se necesita fe y esperanza; tienen que abandonarse en las manos de Dios». El pasado domingo 31, un grupo de nueve terroristas del grupo «Estado islámico de Iraq», vinculado a Al Qaeda, causó una masacre en la iglesia siro-católica de Nuestra Señora del Socorro de Bagdad, con un balance final de 58 muertos, entre ellos tres sacerdotes y varios niños, y 67 heridos. En días posteriores, una serie de atentados indiscriminados contra la población civil provocaban 64 muertos y más de 200 heridos. Precisamente, según informó L’Osservatore Romano, una delegación de obispos cristianos mantuvo un encuentro ayer con el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki. La delegación católica estaba encabezada por el cardenal Emmanuel III Delly, patriarca de Babilonia de los Caldeos, y por el arzobispo siro-católico de Bagdad Athanase Matti Shaba Matoka. Durante la reunión, el primer ministro exhortó a los representan-

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Nuevo cardenal egipcio Relator general del Sínodo habla sobre la Iglesia en Oriente Medio

Dentro de los participantes en la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de Obispos se encuentra Su Beatitud Antonios Naguib, Patriarca de Alejandría de los Coptos en Egipto, que forma parte de los 24 nuevos cardenales que nombró el Papa Benedicto XVI para el consistorio del 20 de noviembre (sin contar a los presidentes de los dicasterios de la Santa Sede). En marzo de 2006 fue elegido patriarca de Alejandría de los Coptos y es también el presidente de la Conferencia Episcopal de este país.


Su Beatitud Antonios Naguib advirtió los peligros de la islamofobia, cuando se equipara el islamismo con el terrorismo: «¿Cuántos musulmanes hay en el mundo?», preguntó, a lo que él mismo respondió: 1.200 millones. «Si dijéramos que el 10 por ciento son terroristas, tendríamos 120 millones» y con ello concluyó: «si hubiera 120 millones de terroristas en el mundo no habría ninguna forma de vida». «He ahí el mensaje» dijo. «Sabemos que la cuestión se puede resolver, que es posible encontrar puentes, reunir ideas, ayudar a madurar. Es algo factible». Oriente Medio, añadió, ha sufrido «días negros, cuando los cristianos eran perseguidos y se refugiaron en los países musulmanes cercanos», pues ambos credos han vivido juntos durante 14 siglos. «Vivimos bien, somos cercanos a los musulmanes». El futuro cardenal trajo a colación un ejemplo cotidiano que se vive en su comunidad: «Una madre musulmana que va de compras, pasa donde su vecina cristiana y llama a la puerta para decir ‘por favor, ¿me puedes cuidar los niños hasta que regrese?’» «¿Hay un diálogo más fuerte que éste?», preguntó el patriarca egipcio a los periodistas. «No digo que no haya dificultades, pero digo que los problemas los debemos afrontar con racionalidad y entender la situación para poder encontrar las soluciones más adecuadas». Con respecto a los resultados del Sínodo en las iglesias particulares Su Beatitud Naguib aseguró: «no sé si los fieles sentirán directamente que el Sínodo resuelve sus problemas. Esa es tarea nuestra». Uno de los periodistas le preguntó sobre el tema de los sacerdotes casados, por el hecho de que el Código de Derecho Canónico Oriental haga una excepción y permita a hombres que han contraído matrimonio, ordenarse sacerdotes. Esta excepción se hace en las iglesias de ritos orientales que inicialmente estaban separadas de Roma y que han recuperado su plena unión con la Santa Sede, a las cuales se ha permitido mantener esa disciplina. «La Iglesia latina ha luchado por el celibato, yo respeto las instrucciones de la Iglesia latina», dijo el patriarca. Aseguró que el hecho de admitir o no sacerdotes casados en el rito latino, «no resolverá el problema de las vocaciones y no resolverá el buen o mal comportamiento del sacerdote». Y dijo que lo importante es llevar con coherencia y fidelidad la disciplina con la que se viva la propia vocación.

Último libro de Carl Anderson Elecciones estadounidenses muestran que la política descuida los valores

Los resultados de las elecciones legislativas del 2 de noviembre en Estados Unidos demuestran una fractura entre los valores del pueblo estadounidense y los intereses de su clase política, considera Carl Anderson, caballero supremo de los Caballeros de Colón. Anderson, autor superventas registrado por el New York Times, publicó ese mismo día un nuevo libro titulado «Más allá de una casa dividida: el consenso moral ignorado por Washington, Wall Street y los medios de comunicación» (Beyond a House Divided: The Moral Consensus Ignored by Washington, Wall Street and the Media), en el que hace un análisis de los estudios de opinión realizados en los últimos meses en el país, superando posiciones partidistas. Con datos a la mano de los últimos sondeos sobre las frustraciones y esperanzas de los estadounidenses, Anderson subraya que ni los políticos, ni los medios de comunicación, ni hombres de negocios en general han percibido la importancia que la mayoría de la población atribuye a los valores morales, la ética en los negocios, la restricción del aborto, y a la importancia de una adecuada relación entre la Iglesia y el Estado. El libro desmonta con números algunos de los sondeos realizados en los últimos años en los que se presenta la realidad como blanca o negra, polarizada, pues sólo se dan dos opciones de respuesta convincentes a las cuestiones analizadas. En realidad, muestra Anderson, no hay tanta división o polarización sobre cuestiones ideológicas o sobre los valores, la división es más bien entre algunas instituciones estadounidenses, en particular políticas, y el pueblo estadounidense, cuyos valores no son compartidos con frecuencia por las instituciones. «Continuamente los sondeos han revelado que la brújula moral del pueblo estadounidense es profunda y sigue apuntando hacia una senda ética para nuestro país», afirma Anderson en una declaración enviada a ZENIT. «Parece que el consenso, la mejor esperanza para superar los partidismos institucionalizados y las divisiones, es ignorado con demasiada frecuencia. Contamos con un consenso moral en economía, en la necesidad de una ética en el gobierno, e incluso en cuestiones que parecen intocables, como el aborto, en cuyo caso 8 de cada 10 estadounidenses concuerdan con algunas restricciones». «Lo que ahora necesitamos son personas en instituciones decisivas que promuevan con valentía estos valores trascendentes», añade.

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Entre las revelaciones del libro, aparecen estudios de opinión en los que se muestra que una aplastante mayoría ha escogido «el regreso a los valores tradicionales» entre las opciones como la mejor esperanza para el futuro de Estados Unidos. XII Congreso Católicos y Vida Pública 2010 “Arraigados en Cristo: firmes en la fe y en la misión”

Manifiesto final del XII Congreso “Católicos y Vida Pública”, organizado por la Fundación española San Pablo-CEU, realizado en noviembre pasado en Madrid, con personalidades del mundo católico europeo.

La Fundación Universitaria San Pablo-CEU, obra de la Asociación Católica de Propagandistas y organizadora de los Congresos “Católicos y Vida Pública”, al término del duodécimo de éstos, celebrado bajo el lema Firmes en la Fe y en la Misión, manifiesta su satisfacción por el gozoso ambiente de fraternal convivencia en que se ha desarrollado este encuentro, da gracias a Dios por los buenos frutos de estas jornadas y desea ofrecer a todos las siguientes consideraciones. Este duodécimo Congreso de Católicos y Vida Pública ha estado clara y felizmente envuelto en la estela de la visita pastoral que el Santo Padre ha realizado hace tan pocos días a España, así como proyectado hacia el horizonte de su esperada nueva presencia entre nosotros, con motivo de la ya cada vez más cercana celebración de la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Arraigados en Cristo, confirmados por Pedro una vez más en la fe y en la misión, nos sentimos especialmente llamados a la nueva evangelización que necesitamos todos en las sociedades occidentales pluralistas fuertemente secularizadas. Somos cristianos hoy, en esta cultura que parece olvidada de Dios, a partir de nuestro encuentro personal con Cristo. Nuestra aportación, como cristianos, a España, a Europa, al mundo, no es sino la de la Iglesia misma y “se centra en una realidad tan sencilla y decisiva como ésta: que Dios existe y que es Él quien nos ha dado la vida. Solo Él

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es absoluto, amor fiel e indeclinable, meta infinita que se trasluce detrás de todos los bienes, verdades y bellezas admirables de este mundo; admirables pero insuficientes para el corazón del hombre”. En esta afirmación del Dios Absoluto que se nos da en Cristo va incluida y tiene su fundamentación última la afirmación de la dignidad de toda persona desde su concepción hasta su muerte natural. Esta afirmación entraña una insobornable apuesta por la cultura de la vida y la familia fundada en el matrimonio, unión de amor generoso e indisoluble entre un hombre y una mujer. Aquí y ahora, dado el fuerte secularismo ambiente, nuestro testimonio ha de hacerse presente en el plano de las relaciones, del encuentro, en el diálogo que lleve a “superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza”, entre laicidad y fe. Afirmamos la laicidad del Estado rectamente entendida como la autonomía natural que a éste corresponde en su ámbito, civil y político, frente a las esfera religiosa y eclesial (¡nunca respecto del orden moral!). La auténtica positiva laicidad no sólo no constituye obstáculo a la pública afirmación de Dios —cuyo nombre hemos de hacer resonar de nuevo “gozosamente” en el ámbito público, “bajo los cielos de Europa” y en todo el mundo—, sino que es, por el contrario, exigencia, condición y garantía del efectivo y pleno ejercicio de la libertad religiosa por parte de todos en condiciones básicas de igualdad. En el ámbito de libertad, que debe garantizar una política de recta laicidad, hemos de manifestar nuestra fe “con alegría, coherencia y sencillez, en casa, en el trabajo y en nuestro compromiso ciudadano”, con el que hemos de testimoniar también nuestra esperanza, mediante la realización de la caridad, arraigados en el tejido social, con una generosa intensa participación, en activa solidaridad, expresión de la dimensión social de nuestra fe, que se traduce en tareas de ordenación sociopolítica, en la denuncia de la injusticia, en la defensa de la dignidad de todas las personas en todo momento, así como en obras de servicio a los hermanos, especialmente a los más débiles y desatendidos, servicio que para el cristiano “no es una mera opción, sino parte esencial de su ser”. Este Congreso condena de modo absoluto y pide que cese la persecución que en todo el mundo sufren innumerables personas por causa de su fe religiosa. A todas estas personas las vemos hoy representadas en ASIA BIBI, cuya libertad inmediata exigimos. La recta laicidad ha de facilitar, en la presente situación de emergencia educativa y cultural, el desarrollo de una actividad educacional, al mismo tiempo evangelizadora y civilizatoria, que nos lleve a recuperar y legar a las nuevas generaciones “el sentido de lo sagrado” y ofrecerles como patrimonio fundamental “la fe en un Dios creador y providente, la revelación de Jesucristo único salvador y la comprensión común de las experiencias fundamentales del hombre como nacer, morir, vivir en una familia, y la refe-


rencia a una ley moral natural”. De este modo podremos superar la antihumanista ruptura moderna y lograr la reconstrucción de una antropología sobre la que llevar a cabo una verdadera educación integral, que conduzca a una felicitante plena realización personal y comunitaria. Hemos de afirmar una vez más el derecho fundamental de los padres a decidir el tipo de educación que han de recibir sus hijos y el estricto respeto que los poderes públicos han de guardar al legítimo pluralismo determinado por las diversas concepciones últimas de la persona, pluralismo densificado entre nosotros por la creciente intensa y variada inmigración y que debe traducirse en el enriquecimiento de las integradoras bases comunes de convivencia en cuya aceptación hemos de converger a partir de la experiencia humana elemental de necesidades, aspiraciones y deseos básicos radicales comunes en la que todos los hombres han de reconocerse justamente como hombres y como hermanos. Firmes en la misión, confirmados en la fe, entreguémonos sin reservas a transmitirla con valentía, “siendo cristianos como ciudadanos y ciudadanos como cristianos”, en esta apremiante tarea de la nueva evangelización. YA, SIN DILACIÓN, ¡AHORA! Obispo rumano Szilárd Bogdánffy Mártir del comunismo, consuelo de los perseguidos

Según explicó el cardenal Erdö en la homilía de la celebración eucarística, la persecución comunista no cambió su capacidad para amar y ésta es la enseñanza de vida que sigue dejando hoy día a una época «tan cansada, y en el fondo decepcionada». Al mismo tiempo, el cardenal Erdö subrayó que «la beatificación del obispo mártir Szilárd Bogdánffy rompe el silencio de muchas décadas e inaugura con la majestad y la fuerza misteriosa de la liturgia el culto público de esos numerosos testigos, que sufrieron como mártires y confesores por la verdad de Cristo y de la Iglesia», en Rumania. El arzobispo Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, afirmó que quien arrestó a monseñor Bogdánffy «no estaba movido por motivos objetivos, sino por el odio a la fe. Se le quiso obligar con todos los medios a abjurar de su fe católica». El prelado italiano recuerda: «La gente decía que en el campo de trabajos forzados de Capul Midia sólo había una puerta, la de entrada. Todo estaba programado para aniquilar psicológica y físicamente a los detenidos. Obviamente la acusación de alta traición o de espionaje presentada contra el obispo Bogdánffy no contaba con ningún apoyo concreto. Meses después fue llevado a la prisión de Nagyenyed, a la celda número 120. Para entonces ya estaba demasiado debilitado físicamente tras años de sufrimientos y torturas. Enfermo de neumonía, le negaron la atención médica».

Benedicto XVI presentó el 31 de octubre pasado a Szilárd Bogdánffy, obispo y mártir de tiempos del comunismo rumano, como consuelo para los que hoy son perseguidos a causa del Evangelio. Al concluir la oración mariana del Ángelus, el pontífice se unió espiritualmente a todos los que participaron, en la localidad rumana de Oradea Mar, en la beatificación del prelado, nacido en Kálmánd, Hungría, el 29 de octubre de 1911, y fallecido en la cárcel rumana de Nagyenyed, el 2 de octubre de 1953. «Cuando tenía 38 años, fue consagrado obispo en la clandestinidad y luego fue arrestado por el régimen comunista de su país, Rumania, con la acusación de conspiración. Después de cuatro años de sufrimientos y humillaciones, murió en la cárcel», recordó el Papa. La beatificación, presidida por el cardenal Peter Erdö, primado de Hungría en cuanto arzobispo de Estztergom-Budapest, y actualmente presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, se celebró en Oradea, pues esa diócesis esperaba al obispo como pastor tras su ordenación, pero su arresto tuvo lugar un mes y medio después de la consagración episcopal.

Foro Católico-Ortodoxo celebrado en Rodas La secularización desafía tanto a católicos como a ortodoxos

Representates católicos y ortodoxos europeos han alertado ante los peligros que se derivan de una sociedad secularizada, «sin puntos de referencia morales y sin un proyecto digno de la persona humana». Es el mensaje final del segundo Foro Católico-Ortodoxo, celebrado en Rodas (Grecia), del 18 al 22 de octubre, sobre el tema «Relaciones Iglesia-Estado: perspectivas teológicas e históricas». El Foro ha sido presidido por el metropolitano Gennadios de Sasima, del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, y por el cardenal Péter Erd, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), y ha congregado a 17 delegados de ese Consejo, así como a otros tantos representantes de las Iglesias ortodoxas en Europa. «No es posible fundamentar la convivencia sin establecer una relación con la realidad objetiva del ser humano, con la necesidad de abrirse a toda la realidad en la que está integrado, que no sólo se reduce a la búsqueda del bienestar material, sino que incluye la búsqueda del sentido de la vida, a través de una búsqueda espiritual que no termina nunca», explican los participantes en el comunicado final.

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Los participantes en el Foro han insistido por último en la libertad de educación, recordando que el deber de la educación pertenece a los padres. La Iglesia, han subrayado, «tiene el derecho constitutivo de ofrecer una educación que esté en conformidad con los principios cristianos a los hijos de las familias que lo han pedido». El tercer Foro Católico-Ortodoxo se celebrará en Lisboa, Portugal, en 2012. Representantes católicos y ortodoxos participantes al foro.

«La imagen del ser humano que se proyecta en los discursos públicos y en los medios de comunicación con frecuencia es ajena a la búsqueda de la verdad, mientras se valora exclusivamente la satisfacción de deseos subjetivos», dice el texto final. «El orden jurídico sobre el que están erigidos los Estados y, por tanto, las relaciones entre los ciudadanos, no puede depender de las opiniones cambiantes de las personas, ni de la acción de grupos de presión», declaran, subrayando que este orden «debe basarse en los valores humanos intangibles», «innatos en el ser humano» y «precedentes al derecho y al Estado». El Foro abordó algunos temas en particular: la relación IglesiaEstado desde el punto de vista teológico e histórico, la manera en que las iglesias viven sus relaciones con el Estado; el bien común y el servicio/diaconía de la Iglesia a la sociedad. En Europa, sigue diciendo el texto, el sistema de la separación con cooperación entre la Iglesia y el Estado es el más difundido. Esta separación debe ser entendida «como separación de los campos político y religioso, y no en el sentido de una ignorancia recíproca, imposible de aplicar». «Independencia y autonomía recíproca deben permitir una cooperación específica y armónica entre las dos instituciones». En este contexto, las Iglesias «desean poder participar más activamente en los debates éticos y morales que afectan al futuro de la sociedad». «Nos parece importante confirmar que nuestros países de Europa no pueden desgajar sus raíces cristianas sin destruirse y que los desafíos éticos son determinantes para nuestro futuro en un mundo globalizado», declaran los participantes. «Las iglesias tienen el deber de despertar las conciencias» «y de defender la dignidad de la persona humana creada a imagen de Dios», confirmando en particular «el derecho a la objeción de conciencia para el personal médico, a quien nadie puede obligar a practicar el aborto o la eutanasia». «En algunos países de Europa, las Iglesias siguen esperando la restitución de los bienes que les fueron confiscados por el régimen comunista, algo que les permitiría cumplir con su misión pastoral, caritativa y social».

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Cardenal Van Thuân Abierta la investigación diocesana para beatificación

El cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân es como «los peque-

ños que reciben la revelación del Padre», dijo el cardenal Peter K. A. Turkson, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz. El purpurado presidió una eucaristía en la iglesia Santa Maria de la Scala de Roma, en octubre pasado, que fue la iglesia titular de Francisco Nguyen Van Thuân. Con esta ceremonia se abrió oficialmente la investigación diocesana sobre la causa de canonización. Durante la fase diocesana se examina la vida del Siervo de Dios y se busca reunir documentos, escritos, favores recibidos y testimonios a favor, de parte de personas que lo conocieron. Van Thuân nació en 1928 en Hue, una pequeña ciudad ubicada en la costa del centro de Vietnam. En 1953 recibió su ordenación sacerdotal. Fue obispo de Nhatrang entre 1967 y 1975, año en que el papa Pablo VI lo nombró obispo coadjutor de Saigón (hoy Ho Chi Minh). Fue arrestado ese mismo año con la llegada del régimen comunista al poder en Vietnam. Estuvo 13 años en la cárcel y 9 en total aislamiento. Diariamente, celebraba misa con tres gotas de vino (decía que lo necesitaba como medicina para el dolor de estómago) y una gota de agua en la palma de la mano. Allí escribió libros en los que narraba sus experiencias durante el cautiverio, con reflexiones sobre el valor del perdón y la necesidad de vivir con realismo el tiempo presente. También sobre el poder de la oración y el amor a la eucaristía. Entre ellos se encuentran Testigos de esperanza, Cinco panes y dos peces, Testimonio de fe de un obispo vietnamita en la cárcel. También escribió otros libros como Luz de la palabra de


Dios y del Concilio Vaticano II, Peregrinos por el camino de la esperanza y Siete meditaciones dirigidas a los jóvenes. Juan Pablo II lo nombró en 1998 presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la paz, cargo en el que permaneció hasta 2002, año en el que falleció. «Espero que al final de mi vida el Señor me reciba como al más pequeño de los trabajadores de su viña, y yo cantaré su misericordia por toda la

eternidad, perennemente admirado de las maravillas que él reserva a sus elegidos», escribió una vez el cardenal vietnamita. En caso de que sea superada la fase diocesana, comenzaría la fase romana en la que se examina con una comisión de teólogos si el Siervo de Dios Francisco Nguyen Van Thuân ha vivido las virtudes en grado heroico. De ser así, pasaría a ser venerable y sería necesario un milagro por intercesión suya para su beatificación.

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PRESENCIA DE DIOS, SANTIDAD Y SACERDOCIO

¿Todavía necesitamos santos y sacerdotes? Benedicto XVI planteó esta pregunta en la misa de canonizaciones que presidió en la plaza de San Pedro, y en la carta a los seminaristas. Y la cuestión es radical, porque atañe a la presencia de Dios en el mundo. Los seis santos que proclamó el Papa —entre ellos nada menos que cuatro mujeres, una de las cuales la primera australiana, Mary MacKillop, líder verdaderamente excepcional y valiente— lo entendieron, dejando transparentar y resplandecer esta presencia. En los tiempos oscuros de la locura nazi estaban convencidos de que la nueva Alemania ya no iba a necesitar sacerdotes, recordó Benedicto XVI a los seminaristas. En un texto, directo e importante, que no está dirigido exclusivamente a quien se está preparando al sacerdocio porque habla de la fe, como en el versículo del Evangelio de san Lucas (18, 8) que el Papa comentó en la misa de canonizaciones: «Cuando el Hijo del hombre venga, Santa Mary Mackillop ¿encontrará la fe sobre la tierra?». El tono de la carta de Benedicto XVI una vez más es casi confidencial, y deja transparentar una experiencia personal profunda. Frente a las convicciones de que los sacerdotes pertenecen al pasado, el Papa responde que, al contrario, también hoy hay necesidad de ellos, es decir, de «hombres que vivan para él y que lo lleven a los demás». De hecho, si ya no se percibe a Dios, «la vida se queda vacía». Por este motivo vale la pena hacerse sacerdote. En un camino que no se hace en solitario —esta es la sabiduría del seminario— sino en comunidad. Benedicto XVI describe al sacerdote esencialmente como «hombre de Dios». Y Dios no es un desconocido que se retiró después del big bang, sino el que se manifestó en Jesús, el Dios cercano. El sacerdote, que no es un administrador cualquiera, es su mensajero. Por esto el sacerdote «nunca debe perder el trato interior con Dios»: así se ha de entender —explica el Papa— la exhortación del Señor a orar «en todo momento». ¿Cómo, concretamente? Iniciando y concluyendo el día con una oración, leyendo y escuchando la Escritura, haciéndonos más sensibles a nuestros errores pero también a lo bello y al bien. Celebrando la Eucaristía y comprendiendo que la liturgia de la Iglesia ha crecido en el tiempo, formada por innumerables generaciones, en una continuidad ininterrumpida. Acercándonos humildemente al sacramento de la Penitencia para «luchar contra el ofuscamiento del alma». Es verdaderamente una misión del sacerdote —pero útil para todo creyente— lo que Benedicto XVI describe en la carta, con indicaciones que se imponen por su sencillez y sabiduría. Recomendando sensibilidad por la piedad popular y, al mismo tiempo, mostrando la importancia del estudio, que no es sino «conocer y comprender la estructura interna de la fe»: mediante el conocimiento de la Escritura en su unidad, de los Padres y de los grandes concilios, profundizando las varias articulaciones de la teología, en una orientación sobre las grandes religiones, en el estudio de la filosofía y del derecho canónico, definido «condición del amor» con una valentía a contracorriente. Es de esperar que lo que atraiga una vez más la atención de los medios de comunicación sea lo que el Papa escribe sobre el escándalo de los abusos sexuales de niños y jóvenes por parte de sacerdotes. Pero Benedicto XVI apunta más alto, subrayando que la dimensión de la sexualidad debe estar integrada en la persona, porque de lo contrario «se convierte en algo banal y destructivo». Como muestran los innumerables ejemplos de sacerdotes auténticos -y de los santos- que precisamente por esto son convincentes. Sobre todo porque dejan transparentar la luz de Dios que ilumina a cada hombre. GIOVANNI MARIA VIAN Director de «L’Osservatore Romano» Puede leerse la carta de Benedicto XVI a los seminaristas en www.humanitas.cl/añosacerdotal. Un extracto de la misma en la sección “Palabra del Papa” en este número, pág. 128.

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Congreso internacional de pastoral de la carretera 1.3 millones de personas mueren al año en la carretera

Alrededor de 700.000 de los 1,3 millones de muertes anuales por accidente de tráfico se producen en Asia y Oceanía. Es el trágico balance sobre el que llama la atención el congreso internacional de pastoral de la carretera que se realizó en Bangkok (Tailandia) en octubre pasado. El encuentro, organizado por el Consejo Pontificio para la Pastoral de Migrantes e Itinerantes, es el tercero de una serie de congresos continentales sobre pastoral de la carretera, y el primero que se celebra en Asia y Oceanía. El primer congreso se celebró en Bogotá (Colombia) en 2008, sobre pastoral de la carretera en América Latina, y el segundo tuvo lugar en 2009 en Roma, centrado en Europa. El año que viene, está previsto un cuarto congreso sobre esta pastoral en África y Madagascar. Uno de los objetivos fundamentales de este encuentro es afrontar el elevado número de muertes en accidente de tráfico, alrededor de 3.000 diarias. Según un comunicado oficial del Consejo Pontificio, la muerte por accidentes de tráfico se ha convertido en «un fenómeno global muy preocupante». Los accidentes de tráfico provocan la muerte de 1,3 millones de personas al año, unas 3.000 diarias, de las que 500 son de menores de edad. El 90 por ciento de estos accidentes tiene lugar en países pobres o en vías de desarrollo. El Consejo observa con preocupación que, en particular, en Asia y el Pacífico, las muertes anuales rondan las 700.000, y que la ONU prevé que en 2020, dos terceras partes de los accidentes de tráfico tengan lugar en esta región del mundo. Así, entre los objetivos del encuentro de Bangkok se encuentran «promover el entendimiento y la educación entre todos los motoristas sobre la ética en la carretera, una conducción segura y una caridad humana-cristiana en la calle-carretera» y alentar la atención pastoral a los camioneros u otras personas que trabajan muchas horas en la carretera. El Consejo destacó que el apostolado de los que trabajan en la carretera o viven en la calle «cubre un amplio espectro de aquellos que se ven forzados de una manera u otra a vivir fuera de los límites de una vida normal en el hogar y una atención parroquial ordinaria». Intentarán mejorar sus programas ministeriales y sumar esfuerzos para debatir nuevas estrategias de colaboración con otras organizaciones, con el objetivo de salvaguardar la dignidad de la persona humana y garantizar su bienestar. El Consejo destacó que el encuentro de Bangkok también se ocupará de los problemas de la prostitución y el tráfico de personas, que ha «llegado a niveles sin precedentes, hasta el punto de que puede considerarse como una nueva forma de esclavitud».

Cardenal Joseph Zen: “En China no hay libertad religiosa” Apartes de las palabras pronunciadas por el Cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, frente al Santo Padre y los miembros del Colegio Cardenalicio durante la jornada de oración y reflexión que tuvo lugar el 19 de noviembre en el Vaticano, antes del Consistorio para la creación de 24 nuevos cardenales.

“Pienso que es mi deber, existiendo esta especial oportunidad, informar a mis eminentísimos hermanos de que en China no hay aún libertad religiosa. Hay en el aire demasiado optimismo que no corresponde a la realidad. Algunos no tienen manera de conocer la realidad; algunos cierran los ojos frente a la realidad; algunos entienden la libertad religiosa en un sentido bastante reduccionista. Si dais una vuelta por China (lo que no recomiendo, porque vuestras visitas serán manipuladas y explotadas con el fin de propaganda), veréis bellas iglesias llenas de fieles que rezan y cantan, como en cualquier otra ciudad del mundo cristiano. Pero la libertad religiosa no se reduce a libertad de culto. Hay mucho más. Alguno protestará. Hay quien ha escrito: «Pekín quiere los obispos queridos por el Papa». ¡Ojalá fuese cierto! La realidad es que se da un «pulso», en el que no sé quien ha cedido más. (…) Me pregunto: ¿Por qué no se ha llegado todavía a un acuerdo que garantice la iniciativa del Papa en la elección de los obispos, aun admitiendo un lugar para la opinión del gobierno chino? No sé cómo están yendo las tratativas entre ambas partes porque no estamos entre los expertos y no se nos permite saber nada. Pero entre los expertos que siguen de cerca los acontecimientos, la impresión general es que de «nuestra» parte hay una estrategia de compromiso, si no a ultranza, al menos de preponderancia. Por otra parte, en cambio, no se ve una mínima intención de cambiar. Los comunistas chinos han seguido siempre con la política religiosa de control absoluto. Entre nosotros todos sabemos que los comunistas aplastan a quien se muestra débil, mientras que, frente a la firmeza, alguna vez pueden incluso cambiar de actitud. Se publicó una carta del Papa a la Iglesia en China, hace ya más de tres años, una obra maestra de equilibrio entre la claridad de la verdad y la magnanimidad para un diálogo. Lamentablemente creo tener que decir que no ha sido tomada en serio por todos.

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(…) El Santo Padre ha dicho, sí, que cada obispo puede juzgar si aceptar o pedir el reconocimiento público del gobierno y trabajar abiertamente, pero no sin haberlos advertido del peligro de que lamentablemente las autoridades «casi siempre» (esta partícula ha desaparecido en la traducción china a cargo de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos) exigen condiciones inaceptables para una conciencia católica. Esta interpretación distorsionada —pero que obviamente ha encontrado consentimientos (en la Curia), que tiene la directa responsabilidad por la Iglesia en China— ha creado una gran confusión y ha causado dolorosas divisiones en el seno de las comunidades clandestinas. (…) ¿Pero cómo se encuentra la comunidad «oficial? Se sabe que en ella casi todos los obispos son legítimos o legitimados. Pero el control asfixiante y humillante por parte de organismos que no son de la Iglesia —Asociación Patriótica y Oficina para los Asuntos Religiosos— no ha cambiado para nada. Cuando el Santo Padre reconoce a aquellos obispos sin exigir que se separen enseguida de aquella estructura ilícita, es obviamente en la esperanza de que trabajen desde dentro de aquella estructura para liberarse de ella, porque tal estructura no es compatible con la naturaleza de la Iglesia. Pero después de tantos años, ¿qué vemos? Pocos obispos han vivido a la altura de tal esperanza. Muchos han buscado sobrevivir de todos modos; no pocos, lamentablemente, no han realizado actos coherentes con su estado de comunión con el Papa. Alguno los describe así: «Viajan felices sobre la carroza de la Iglesia independiente y se contentan con gritar cada tanto: ¡Viva el Papa!». El gobierno, que usaba sólo amenazas y castigos, ahora ha mejorado sus métodos de persecución: dinero (regalos, automóviles, embellecimiento del obispado) y honores (miembros del Congreso del pueblo, o del órgano político consultivo a diversos niveles, con reuniones, almuerzos, cenas y lo que sigue). (…) Queridos hermanos, supongo que estáis informados de los últimos hechos: están intentando nuevamente hacer una ordenación episcopal sin mandato pontificio. Para esto han secuestrado obispos, han presionado a otros: son graves ofensas a la libertad religiosa y a la dignidad personal. Aprecio la declaración oportuna, precisa y digna de la Secretaría de Estado. Entre otras cosas, hay razones para sospechar que tales intentos no vienen ni siquiera desde arriba sino de aquellos que en todos estos años han ganado posiciones de poder y ventajas y no quieren que las cosas cambien. Pidamos a Nuestra Señora, auxilio de los cristianos, para que abra los ojos de los supremos dirigentes de nuestra nación, para que pongan fin a estas malvadas y vergonzosas maniobras y busquen reconocer a nuestros hermanos la verdadera y plena libertad religiosa, la cual redundará también en honor de nuestra patria”.

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Libro “Mesón Criollo”: Preparaciones Patrimoniales Chilenas

Como un aporte a la cultura chilena en el año del Bicentenario, se presentó el libro “Mesón Criollo. Preparaciones patrimoniales”, que reúne en sus páginas recetas de cocina profundamente arraigadas a la tradición e historia chilenas. Se trata de una iniciativa destinada a mostrar las posibilidades culinarias de Chile como una de las riquezas del país y un testimonio de su identidad nacional. Este aspecto se destaca en la inclusión, además de valiosas preparaciones que poseen el valor de un patrimonio que, según Luz María Williamson, “permaneció por años guardado en cuadernos de recetas como un secreto de familia”, de pequeños ensayos de Sonia Montesinos, Augusto Merino e Isabel Cruz de Amenábar que se refieren a las características históricas y sociales de la gastronomía del país. Entre ellos se encuentra una relación de la repostería propia de Chile con sus orígenes conventuales escrito por Isabel Cruz de Amenábar. La autora expone las influencias que configuraron la preparación tradicional de platos dulces en el país, remontando sus más delicadas confecciones a los orígenes en el mundo de los monasterios femeninos de clausura durante los siglos XVII y XVIII. Desde este pasado, la autora se refiere a los elementos que entretejieron la asociación entre los conventos y la repostería desde el medioevo, el uso del azúcar, la miel, la introducción de elementos árabes en los monasterios femeninos de España, el surgimiento del arrope, las mermeladas y las jaleas dulces. La fundación de órdenes femeninas en Chile que se desarrolla hasta finales del siglo XVIII, tiene a las clarisas, agustinas, carmelitas, capuchinas y dominicas como “pequeños laboratorios de vida espiritual y civilización material”. Concluye Isabel Amenábar asegurando: “Se forma así en los primeros monasterios femeninos de Chile una rica memoria de la repostería compuesta por un legado inmemorial que mezcla con arte y delicadeza, los influjos árabes y de la mesa señorial del medioevo, las recetas escritas de los grandes cocineros barrocos con las de las humildes cocineras populares chilenas que han transmitido hasta hoy este delicioso e inestimable patrimonio”. A ello sigue una presentación de recetas conventuales dulces, recogidas de la Biblioteca Patrimonial de la Recoleta Dominica, que complementan una serie de preparaciones saladas recopiladas desde la cocina de Cecilia “Lelé” Letelier con las características que Augusto Merino expone como propias de la gastronomía chilena: una cocina patriarcal y de familia, suave y amable al novato, y sobre todo mestiza.


LO QUE AMÉRICA LATINA LE PUEDE ENSEÑAR A EUROPA

Estamos asistiendo a un proceso de mezcla de pueblos de dimensiones excepcionales. Se están produciendo enormes migraciones desde el sur hacia el norte del mundo, de un continente a otro, entre naciones de un mismo continente. Sin duda siempre se verificaron mezclas y migraciones en la historia de los pueblos, pero lo que en otras épocas ocurría a lo largo de prolongados períodos de tiempo, ahora se concentra en unas pocas décadas. Se puede decir que asistimos «en vivo y en directo» a este fenómeno, con todas las fibrilaciones que implican los movimientos contemporáneos de masas en las regiones elegidas como destino, y sobre todo en Europa. A partir de los procesos de descolonización que afectaron a Asia en los años 60 y a África en los 70, y que luego se aceleraron en los 90 con el fin del comunismo tal como lo hemos conocido, la presión en las fronteras fue in crescendo. Ya no es una profecía de visionarios afirmar que ha comenzado un mestizaje social a gran escala y que éste continuará en el futuro de Europa durante mucho tiempo. América Latina ya vivió un momento como éste. La historia del descubrimiento y la conquista del Nuevo Mundo está documentada por una bibliografía que a diferencia de otros acontecimientos de dimensiones históricas que la preceden -confiados a una transmisión predominantemente oral- se apoya en documentos escritos por los mismos protagonistas. Los estudios posteriores al descubrimiento tuvieron una continuidad sin interrupciones y entre ellos se cuentan, por citar algunos de los más importantes, los de Dumond, Chaunu, Madariaga, Miralles, Hugs, Martínez, Chevalier, Portillo y Dawson. La gran migración proveniente de Castilla, que en el siglo XV encontró poblaciones aborígenes y se mezcló con ellas, se produjo en un momento histórico especial, en el cual convergen una serie de circunstancias propicias: la Península Ibérica rompe el cerco de los pueblos musulmanes, la necesidad de encontrar rutas para llevar a Europa ciertos productos de gran valor denominados genéricamente especias (lo que ya había dado origen a incursiones portuguesas y holandesas a Oriente), el desarrollo de la tecnología marítima que permitía largas travesías y una cultura de base católica que postulaba la recapitulación universal de los hombres y de la historia en el Reino de Dios. Éstos fueron, sintéticamente, los ingredientes del sustrato cultural que dio lugar al descubrimiento y sucesiva ocupación del Nuevo Mundo. En las naves que desafían el océano viaja una vanguardia de hombres que buscan fortuna, riquezas y gloria, transportando el germen de una civilización nacida en la cuenca del Mediterráneo a partir de la transformación de la cultura grecorromana que llevó a cabo el cristianismo. Los migrantes de entonces llegaron a tierras de las cuales sólo suponían su existencia, habitadas por pueblos organizados sobre una base local o en reinos más amplios que estaban fundados en una base teocrática. El choque entre las dos ecúmenes fue dramático, y sobre las ruinas de las segundas —la inca y la azteca, que eran las más consolidadas— surge una síntesis antropológica nueva. Un mestizaje único en la historia hasta aquel momento, ya que nada parecido había ocurrido en otras latitudes —pensemos en Oriente— y que no ocurrirá tampoco en los años posteriores —pensemos en África (apartheid), y América del Norte (trasplante europeo). La Iglesia captó en toda su positividad esta síntesis naciente, que imprimió a América Latina la índole de fondo que conocemos. Todas las cumbres, desde la primera en Río de Janeiro en 1955, pasando por Medellín (1969), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992) con ocasión de los 500 años del descubrimiento, hasta la última Conferencia general del episcopado latinoamericano que inauguró Benedicto

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XVI en Brasil en 2007, subrayaron siempre con énfasis el «peculiar proceso de mestizaje» que ha dado al continente latinoamericano una «singular identidad» y una «índole original». Sobre la base de aquella fundamental síntesis antropológica se verificaron posteriormente nuevos injertos: la componente de raza negra, fundamental en Brasil y en el Caribe de América Central, la corriente migratoria europea a finales del XVIII, primeros cincuenta años del siglo XIX y la posterior sirio-libanesa se latinoamericanizaron rápidamente. Y lo mismo ocurrió con la más reciente que proviene de Oriente, sobre todo de China continental. No está dicho que será igual con la inmigración de los países musulmanes, pero ésta es aún incipiente en América Latina y no desmiente la tendencia de fondo que ha prevalecido hasta el momento. También deberíamos mencionar, para que el análisis resulte más completo, los movimientos migratorios entre los países de América Latina. Las actuales ciudades de Sudamérica son cada vez más multiétnicas. Miles de bolivianos colorean las ciudades argentinas, tanto al norte como al sur, y las fiestas nacionales de los paraguayos, que emigraron en oleadas más allá de sus fronteras, ya forman parte del paisaje de metrópolis como Buenos Aires [NdE: Otro tanto con relación a la migración peruana en Chile. Son migraciones «homogéneas» con las culturas donde se insertan. Los problemas que plantean estos desplazamientos a los que asistimos «en vivo y en directo» son enormes: de integración en las economías locales, de seguridad, de acceso a los derechos primarios como la asistencia sanitaria, de extensión de los servicios sociales a las multitudes de recién llegados. Pero incluso esto no pone en discusión una sustancial aceptación del proceso de mezcla. El «sustrato básico» del primer gran mestizaje, aquel sui generis que constituyó la fisonomía esencial del hombre latinoamericano, es portador de un sentimiento generalizado de solidaridad, de solicitud activa para con las necesidades de los semejantes, de ayuda al indígena y de sensibilidad ante el dolor y el sufrimiento que son propios de la cultura católica. Y ésa es la razón por la cual las nuevas migraciones encuentran una fundamental comprensión y tolerancia. Allí donde el catolicismo ha permeado la vida de los hombres, la capacidad de acoger es más compartida, la discriminación provoca repudio y la defensa de los egoísmos -que sin duda existen- se excluye con mayor facilidad de la aprobación de la sociedad. Por eso el Nuevo Mundo, nacido de un mestizaje gigantesco, puede enseñarle mucho al Viejo, que debe hacer frente a la inevitable y colosal mezcla de razas que se está produciendo en su territorio. ALVER METALLI Páginas digital

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LIBROS El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos En este tipo de literatura no prima tanto el deseo de información como el de facilitar el acceso al núcleo interior de grandes personajes. De hecho, el mejor fruto que se obtiene de las conversaciones de Seewald con el pontífice* es el contacto con el alma lúcida, limpia, siempre abierta a la verdad y en el fondo humilde de Benedicto XVI.

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s este el tercer libro de entrevistas del escritor y periodista Peter Seewald al Papa Benedicto XVI. Los primeros dos datan de la época anterior a la elevación a la sede de Pedro de Joseph Ratzinger y son: En 1996, “Sal del mundo: Cristianismo e Iglesia Católica en el siglo 21”; en 2000, “Dios y el mundo: Fe y vida en nuestros tiempos” y por fin, en el 2010, este último, titulado “Luz del mundo”. Más que como entrevistas, Seewald las presenta como “Conversaciones” y lo son verdaderamente por el tono amistoso, sincero y de comprensión sencilla que caracteriza el ambiente en que se desenvuelven. Indudablemente es la “simpatía”, el “con-sentimiento”, uno de los principales méritos de estos escritos: Seewald comprende al papa y le plantea temas profundos, bien meditados, correctamente formulados desde el ángulo teológico, sin la acritud, superficialidad y hasta errores de tantas entrevistas periodísticas, que, más que informar o aclarar el pensamiento, tratan de envolver al Papa en controversias. El género literario de las “conversaciones” tiene *

antigua raigambre en la cultura germana. Recordemos las famosas “Conversaciones de Eckermann con Goethe” y, remontándonos más en el tiempo, las “Conversaciones de sobremesa” recogidas por los comensales de Martín Lutero. En este tipo de literatura no prima tanto el deseo de información como el de facilitar el acceso al núcleo interior de grandes personajes. De hecho, el mejor fruto que se obtiene de las conversaciones de Seewald con el pontífice es el contacto con el alma lúcida, limpia, siempre abierta a la verdad y en el fondo humilde de Benedicto XVI. Hay una razón muy personal en este modo de abordar al Papa de parte de Seewald. Este, nacido en Bochum, Alemania, en 1954, se crió en el ambiente católico de Passau, en Baviera. Después de las turbulencias del año revolucionario de 1968, mientras Joseph Ratzinger, profesor en la Universidad de Tubinga, reconocía las falacias del progresismo, Seewald, por su parte, se convertía en seguidor del marxismo, hasta el punto de abandonar en 1973 la Iglesia

Luz del mundo - Una conversación con Peter Seewald, Benedicto XVI, Editorial Herder, Barcelona 2010, 227 págs.

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católica. En 1976 fundó en Passau un periódico de tendencia de izquierda radical; desde 1981 hasta 1987 fue en Berlín uno de los directores del semanario “Der Spiegel”, ultra crítico y ultra ácido, y de 1987 hasta 1990 fue reportero de “Der Stern”, en la misma línea de docto sensacionalismo. Al arriesgarse a entrevistar en 1996 a Ratzinger, cardenal y Prefecto de la Congregación de la Fe, se percató de que la persona del cardenal no concordaba en absoluto con los sobrenombres de “Panzerkardinal” o “Gran Inquisidor”, que la prensa europea le solía arrojar. El contacto informal, pacífico, amistoso con Ratzinger produjo en el periodista tan hondo efecto que, según su propia confesión, fue llevado a replantear su ideario y su vida para retornar finalmente a la Iglesia. Fruto de esta conversión fueron cinco libros, cuyos meros títulos dibujan su camino de conversión: 2002: “En la escuela de los monjes”; 2004: “Cuando comencé a pensar de nuevo en Dios”; 2005: “El Papa alemán, desde Joseph Ratzinger a Benedicto XVI”; 2005: “Benedicto XVI, un retrato desde la cercanía”; 2006: “Benedicto XVI, Vida y misión”; 2009: “Jesucristo: una biografía”. Retratado de alguna manera el entrevistador, ¿hará falta hacerlo con el entrevistado? A primera vista, parecería que no. Pero resulta que el Benedicto XVI que se nos revela en el fluir de estas “conversaciones” es muy diferente del pontífice “conservador”, rígido, “ajeno al mundo” (“weltfremd”, dictamina cierta prensa alemana), obsesionado por unos principios éticos obsoletos, como machaconamente tratan de presentarlo tantos periodistas. Este hiato notorio entre la realidad de la persona del papa y la opinión pública que se trata de crear alrededor de él, revela no sólo el trágico debilitamiento de la fe que afecta a las naciones de antigua

cultura cristiana, especialmente en Europa, sino que igualmente, como ya lo hizo notar Juan Pablo II, el debilitamiento de la misma razón. Los tópicos de la cultura postmoderna —teoría del género, sexualidad desconectada de la procreación y del amor, desprestigio del celibato, ordenación sacerdotal de mujeres, licitud del aborto y de la eutanasia, homosexualidad etc.— son irracionales e insostenibles desde el punto de vista de la ciencia y de la lógica, y por ello tienden a requerir de la fuerza para imponerse. La prensa, en general, e infortunadamente algunos movimientos cristianos, incluso católicos piensan que la Iglesia debería adaptarse a esta realidad, modernizarse, no insistir en lo que ellos llaman un “cristianismo utópico”. Es el tema de las pretendidas “reformas” que según ellos estarían pendientes. Una buena parte de las iglesias protestantes, incluso anglicanas, ya han dado este paso. Todas las conversaciones con Benedicto XVI demuestran ampliamente que el Papa y la Iglesia no comparten este planteamiento y es ese el principal motivo de la irritación del público anticatólico. Seewald comprende muy bien que no se trata aquí de una política más “conservadora” o “más liberal”, sino del motivo central de la convicción de la Iglesia católica de que en ella “subsiste” la comunidad de Jesucristo y de los apóstoles. A diferencia de todas las instituciones humanas que propenden infaltablemente a desvirtuarse, la Iglesia no puede ni debe abandonarse al proceso de “corrupción”, como lo llamarían los Padres de la Iglesia. El mayor favor que ella puede rendir a la humanidad es transmitirle los valores del evangelio en su prístina fuerza: “Seguirá siempre una lucha —reconoce el Papa—. Pero dejar de mantener en alto el parámetro y ceder

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no elevaría la sociedad en su nivel moral. Mantener lo difícil como parámetro con el que los hombres tienen que medirse una y otra vez es una misión necesaria para que no se produzcan más caídas” (p.153) . Las conversaciones de Benedicto XVI no rehúyen los momentos críticos de su pontificado de apenas cinco años. En orden cronológico serían éstos: 1.- Un pasaje del discurso de Ratisbona (12-09-06); 2.- El caso Williamson en el levantamiento de la excomunión de los lefebristas (2101-09); 3.- Entrevista sobre el tema del sida en el vuelo a Camerún (17-03-09); 4.- El escándalo de los abusos a menores (2009-2010). A los que recurren a estos cuatro sucesos como a un arsenal de críticas contra el Papa y la Iglesia les es altamente recomendable leer los comentarios del pontífice y de Seewald en la obra que reseñamos. El material de todo lo conversado con el Papa en una hora cada día desde un lunes hasta un viernes del 2010 en Castelgandolfo y en el cual el Papa en su revisión sólo introdujo algunas precisiones, Seewald lo distribuyó en tres acápites titulados “Signos de los tiempos”, “El pontificado” y “¿Hacia dónde vamos? Un “Anexo”

proporciona los importantes textos papales de la parte central de la “Carta pastoral a los católicos de Irlanda”, del pasaje discutido del discurso de Ratisbona de 2006 sobre fe y violencia y del pronunciamiento a los periodistas en su vuelo de 2009 a Camerún sobre “Sida y la humanización de la sexualidad”. Finalmente nos presenta tres útiles textos titulados “Biografía y breve crónica del pontificado”, “Biografía hasta la elección papal” y “Breve crónica del pontificado”. Ningún párrafo de “Luz del mundo” desmiente dos de los muchos carismas de Benedicto XVI: la capacidad de hablar de los más profundos problemas de la teología en forma sencilla y la facilidad para responder directamente a las preguntas que le plantea cualquier clase de interlocutor. Resta sólo decir que —a diferencia de los dos libros anteriores de conversaciones de Seewald con el entonces Cardenal Ratzinger— esta edición en lengua española de Editorial Herder adolece de notorias imperfecciones en su traducción. MAURO MATTHEI, OSB

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Dios y la Ley A propósito de los fundamentos tanto antropológicos como metafísicos del derecho, José Joaquín Ugarte desarrolla en su obra* primeramente un análisis a fondo de la persona humana, de su alma espiritual, su conocimiento y su voluntad libre; y, también, de la existencia y atributos de Dios, temas todos estos de los cuales se ocupa la mitad del libro. En la otra mitad, una parte sustantiva se destina a exponer los principios de una filosofía moral de carácter general, en la cual, por cierto, ocupa un lugar central la teoría de la ley en sus múltiples acepciones.

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osé Joaquín Ugarte, profesor de Filosofía del Derecho y de Derecho Civil, acaba de publicar una obra sobre la primera de estas materias, mientras se prepara para entregarnos otra sobre la segunda. Se trata de un tratado extenso, en cuyas setecientas páginas se despliega la amplia *

erudición del autor, con el rigor expositivo que le es reconocido y que habitualmente agradecen quienes siguen sus cátedras. A propósito de los fundamentos tanto antropológicos como metafísicos del derecho, Ugarte desarrolla primeramente un análisis a fondo de la persona

Curso de Filosofía del Derecho-I, Joaquín Ugarte Godoy, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile 2010, 736 págs.

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humana, de su alma espiritual, su conocimiento y su voluntad libre; y, también, de la existencia y atributos de Dios, temas todos estos de los cuales se ocupa la mitad del libro. En la otra mitad, una parte sustantiva se destina a exponer los principios de una filosofía moral de carácter general, en la cual, por cierto, ocupa un lugar central la teoría de la ley en sus múltiples acepciones. Algunos discutirán si corresponde o no incluir esos temas generales en una obra como ésta. Nos parece entre tanto fuera de dudas la necesidad de contar con un conocimiento de ellos como el que Ugarte expone en su obra y con la claridad con que él lo hace. Sucede, por ejemplo, que de manera implacable se abre hoy paso la idea de que la libertad humana no debe ni puede subordinarse en su ejercicio a ningún criterio distinto de la propia voluntad del sujeto del cual es esa libertad. Que, por eso, es inoficioso tratar de referirla, por ejemplo, a un determinado orden existente en la naturaleza —a un “derecho natural”— y, menos aún, a un Dios que sería el creador de esa naturaleza. En todo caso, que si bien cada uno puede en el marco de su vida individual y privada referir el ejercicio de su libertad a esta naturaleza y al respectivo Dios, en el ámbito público esa referencia está prohibida, porque podría comprometer la autonomía de las demás personas. En este ámbito, la única fórmula posible no podría ser otra que la referencia a las propias voluntades de esos individuos expresada en una suerte de consenso entre ellos. La realidad, con todo, no se deja reducir a este esquema. El reciente terremoto demostró que no es posible construir sin tener en cuenta la naturaleza de los materiales empleados o del suelo ocupado y que pretender hacerlo sin

asumir esos datos es en la práctica una locura. Cada vez que las personas han desafiado a la naturaleza, al final ésta vuelve por sus fueros y pasa una cuenta que nunca es pequeña. Ugarte enfatiza, en este sentido, la realidad del matrimonio, de la sexualidad y de la familia. Y hace bien, porque esos campos han sido hoy día elegidos para operar los más descabellados experimentos sobre la base, precisamente, de afirmar que en ellos no habría naturaleza que respetar, con el resultado de una violencia creciente donde la peor parte la llevan casi siempre niños inocentes o mujeres abandonadas. La prudencia aconseja que reconozcamos nuestras propias limitaciones y que ejerzamos nuestra libertad de acuerdo a la naturaleza de las cosas. Pero eso supone asumir previamente que tanto nuestra propia entidad como la de los seres que nos rodean tienen un origen que no somos nosotros mismos y sin el cual simplemente no seríamos. Con precisión el profesor Ugarte expone y analiza los diferentes argumentos de por qué, a partir de la existencia de criaturas como nosotros, podemos concluir en la existencia de un Ser Creador, necesario, perfecto, único y eterno al cual denominamos Dios. Argumentos que, recogidos por Santo Tomás de Aquino en sus célebres cinco vías, provienen sin embargo de pensadores de otras razas, religiones y épocas, como Aristóteles en la vieja Grecia o Avicena en la entonces mucho más reciente Persia musulmana. El juicio y la voluntad de este Creador —la ley eterna— vienen expresados precisamente en la naturaleza de las cosas, a la cual hemos de adaptar nuestra libertad. Es eso y no otra cosa lo que la tradición de nuestra cultura denomina “ley natural”, a

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la cual, por cierto, han de adaptarse también las leyes dictadas por el legislador humano, como recuerda y explica el profesor Ugarte. Por eso, por ejemplo, la Ordenanza de Construcciones es tan detallista en sus exigencias de que las carreteras deban construirse con determinadas especificaciones y no otras. La invocación a Dios o al Derecho Natural o naturaleza de las cosas no es, pues, un pretexto para pasar ideas de contrabando sin molestarse en dar explicaciones por ellas. Es cierto que algunos lo hacen así, pero el despropósito es evidente. Cuando uno invoca a Dios o a la naturaleza por Él creada, está reconociendo que la voluntad propia no es el último criterio de verdad o de bondad y que, por ende, uno puede equivocarse. Cuando, al contrario, se invoca la libertad individual o el “consenso” para respaldar una ley, se entra en un terreno pantanoso en el cual sólo triunfa la voluntad del más fuerte. La muerte de Dios, como la proclamó Nietzsche, dejó abierto el campo para que el superhombre impusiera su propia voluntad de poder en detrimento de los demás. La humanidad ya experimentó las consecuencias; tratemos de no olvidarlas. O para que la historia se convirtiera en un circo romano donde todos luchaban contra todos.

Fue la experiencia del marxismo. ¿Queremos volver a repetirla? Más lacónico y sintético, y sin ningún afán de hacer una teoría de la historia, Dostoievski resumió la conclusión en una frase: “Si Dios no existe, todo está permitido”. Como el Derecho es la disciplina por la cual procuramos una convivencia armónica entre las personas —la obra de la Justicia es la Paz— y para lograr la cual discernimos entre lo que está permitido, lo que está imperado y lo que está prohibido, la última fundamentación inevitablemente hemos de buscarla en Dios. Esa fue una de las tareas que se impuso y que cumplió José Joaquín Ugarte en su obra. Ciertamente, a cabalidad. En la parte propiamente consagrada al Derecho y la Justicia, Ugarte se explaya sobre los derechos subjetivos; en especial, de los atributos de toda persona englobados bajo el nombre de derechos esenciales, como son la vida y la propiedad. Pero será sin duda el segundo tomo el que se utilice mayormente para el desarrollo pormenorizado del tema jurídico. Este tomo es así un complemento que no puede demorar en aparecer.

GONZALO IBÁÑEZ SANTA MARÍA

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Inventio Analogiae. Metaphysique et Ontoteologíe Jean Francois Courtine. Librairie Philosophique J. Vrin Paris, 2005 348 págs.

Este libro de Jean Francois Courtine, aparecido recientemente, es una obra de muy alta importancia, que tiene que ver con aquella esencial tesis de la Metafísica de Aristóteles acerca de las diversas maneras de predicar el ser —la llamada polisemia del ser— que dará lugar a una idea clave del pensamiento medieval: la Analogía. Su invención o descubrimiento es el asunto del libro. A partir de Boecio, en el siglo VI de la era cristiana, o de lo que Alain de Libera ha denominado “la metafísica de la era boeciana”, esa modalidad

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intelectual entra a jugar en la praedicatio in divinis, es decir, en la manera de hablar de Dios desde la filosofía. La tesis de Courtine del año 1990 sobre Suárez y el sistema de


la metafísica son más de 500 páginas de una navegación por las 54 Disputaciones Metafísicas de Suárez, las cuales constituyen el último gran Comentario escolástico de la Metafísica de Aristóteles, de fuerte influjo en los orígenes del pensamiento moderno. Esa tesis está enfocada desde la escolástica y específicamente desde Santo Tomás de Aquino. Después, Courtine ha publicado libros sobre Holderlin, sobre Schelling y principalmente sobre Heidegger y sobre la Fenomenología. Ese rico caudal de ideas desembocará en esta Inventio Analogiae. Heidegger veía en la analogía una aporía dura en la cual el pensamiento antiguo se habría amurallado. Courtine no lo piensa así: la analogía no será ni una aporía ni una arqui-estructura para articular la relación entre filosofía y teología, sino un corpus doctrinal y un conjunto de cuestiones que proviene de Alberto Magno y Tomás de Aquino, atraviesa largas etapas de discusión entre tomistas y escotistas y llega a Cayetano, Suárez y aun Juan de Santo Tomás. Lo que ahí ocurre sería una reelaboración hecha por Tomás de Aquino de la metafísica greco-arábigo-latina. No es este un lugar para entrar en el análisis de una obra de tal magnitud, sino a lo sumo para celebrar su existencia. En el fondo lo que en ella se hace con gran autoridad y competencia es despejar el curso de ideas nombrado con esa serie de palabras entre guiones que contiene nada menos que el pensamiento aristotélico de base, el neoplatonismo, la filosofía del aristotelismo arábigo y, en fin, Santo Tomás y la escolástica latina hasta el siglo XVI. En 1957 Heidegger publica Identidad y Diferencia, libro que él mismo consideraba lo más importante que había escrito después de Ser y Tiempo. Ahí aparece el texto sobre la Constitución OntoTeológica de la Metafísica. Courtine desenreda esa rica y compleja fórmula —ontoteología—, blanco de la tesis de Heidegger sobre superación de la metafísica, de tan fuerte impacto en el vasto campo de influencia de su pensamiento. Ahí se trama la tensión, si no el conflicto, entre la generalidad ontológica de la noción de ser y la eminencia de la idea de Dios. En su tesis de habilitación sobre Duns Scoto, Heidegger habría puesto de relieve magistralmente la idea de Scoto sobre la prioridad de una aprehensión precategorial y preobjetiva de la objetividad misma. En el conjunto de la esfera de los objetos, entonces, el ser tendría prioridad como una categoría de las categorías, una condición de posibilidad del conocimiento objetivo en general. Pero, después de la comprensión de Aristóteles en el pensamiento de los árabes Avicena y Averroes, habría surgido la idea del ser, en tanto sujeto de la metafísica, concebido como su objeto último y principal y su verdadero fin. Este sería Dios. En la conclusión de su libro, Courtine hace mención de un escolástico muy próximo a Santo Tomás de Aquino, Egidio Romano (1247-1316) —de cuyo pensamiento se ocupó por extenso en su tesis sobre Suárez (capítulo IV)—, quien refuta la línea teológica como objeto propio

de la metafísica a partir de una interesante distinción entre lo que sería un objeto principal por el valor que en sí mismo tiene ―sería el caso de Dios y por lo tanto de la teología― y otro principal por vía de consecuencia, y tal sería el ser en tanto ser propio de la ontología. De la crítica de Heidegger resultaría más bien una concepción “unilateral e históricamente sobredeterminada de la metafísica”. Estamos en presencia de una gran obra del pensamiento actual, desde la que puede divisarse la sombra de dos maestros de la filosofía francesa contemporánea, Gilson y Aubenque. Juan de Dios Vial Larraín Adquirir vía Internet en www.vrin.fr

La Idea Rusa. Entre el anticristo y la Iglesia. Una antología introductoria. P. Chaadaev, V. Soloviev, N. Berdiaev Marcelo López Cambronero y Artur Mrowczynski-Van Allen editores Editorial Nuevo Inicio Granada, 2009 300 págs.

La presente antología de textos toma como referente continuo la pregunta por el significado de “la idea rusa”, concepto formulado hace más de doscientos años para expresar el enigmático sentido de la mezcolanza entre Oriente y Occidente encarnada por el pueblo ruso en su peregrinación hacia un destino aún desconocido para muchos. El propósito de este libro es ofrecer una respuesta a la pregunta sobre el destino de Rusia por medio de una selección de textos escritos hace más de un siglo por tres de los principales pensadores rusos de la historia, cuyo legado ha superado la prueba del tiempo para entregarnos hoy poderosas luces sobre asuntos de la más urgente relevancia. Hablamos de Piotr Chaadaev, Vladimir Soloviev y Nicolai Berdiaev. A estos textos se ha añadido un útil estudio de Artur MrowczynskiVan Allen titulado “la idea Rusa y su interpretación”, que resume de manera simple y clara los textos mencionados, a la vez que explica su relevancia para los fines del libro. Este no pretende ser una mera antología, sino el resurgimiento de una cuestión urgente que se impone por sí misma en cuanto a su sentido: el intento de expresar las tres etapas de vida de la Idea Rusa, desde su nacimiento (“Primera carta filosófica” de Chaadaev); su definición (“La idea rusa” de Soloviev); y su encuentro con Occidente (“La cuestión de Oriente y Occidente en el pensamiento religioso de Vladimir Soloviev” de Berdiaev). Siguiendo a Soloviev, la Idea Rusa nació

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en un lugar concreto de la historia: entre el petrificado Oriente y un Occidente en estado de descomposición. Me parece relevante recalcar la extensa pero imprescindible introducción histórica de Marcelo López Cambronero por traspasar el relato de hechos y exponer diáfanamente los profundos pilares que dieron lugar a la identidad de Rusia como nación desde su origen en el siglo IX. Quedamos por él advertidos contra el común error de juzgar a esta nación como una mera sombra de Occidente, excesivamente anclada en un Medioevo del que no acabó de salir hasta el siglo XIX, cuando Occidente ya había atravesado hacía largo tiempo el despertar de la modernidad y la ilustración; la imagen de un pueblo incapaz de organizarse por sí mismo, embriagado de un vago misticismo y con un sinfín de ideas contradictorias que han acabado por hundirlo en la confusión y el eclecticismo. Si bien reconoce las debilidades de Rusia, como las han tenido todas las naciones a lo largo de su historia, López Cambronero resalta el asombroso hecho de que su identidad como pueblo haya descansado desde sus orígenes casi exclusivamente sobre la espiritualidad, caso sólo comparable al del pueblo hebreo. Ni la tiranía de los zares, ni las infinitas discusiones teológicas, ni la intensa rivalidad contra Roma, ni el eclecticismo ideológico, ni siquiera su terrible hundimiento en el marxismo ha sido capaz de destruir esta identidad oculta. Cuando pensamos en la espiritualidad de Rusia, imaginamos la solemne belleza de su misticismo, la intensidad estética que ha buscado enfatizar la primacía de lo espiritual expresada en el maravilloso arte de los iconos y en la arquitectura. Este sentido de la belleza forma parte de una teología que añora la clara luminosidad de la verdad y la luz del Espíritu penetrando en el mundo humano. Es el modo ruso de experimentar la creación como un misterio en que se esconde la figura de Cristo. Del mismo modo conocemos de Rusia, aunque sea vagamente, su profundo convencimiento de poseer la misión única dictada directamente por la Providencia de sobrepasar el mundo, abrirse al infinito y transformar la realidad dejando atrás cualquier barrera, movida a la vez por una profunda nostalgia de un mundo nuevo en que se realice el triunfo definitivo de Cristo en la historia. Este modo de entenderse como nación se mantendrá en Rusia después de la gran revolución europeizante de Pedro el Grande, cuando resurgirá con mayor ardor la pregunta por el lugar de Rusia en el mundo. Comienzan a asomarse ya las grandes divisiones entre liberales ateos y eslavófilos. La introducción del idealismo alemán y su enorme afinidad con la estructura del pensamiento místico y mesiánico acabará por determinar los resultados del debate en torno a la Idea Rusa, precipitando a esta nación en su último despeñadero: la inmersión en el marxismo, tan intenso como su antigua religiosidad. El marxismo cayó y la idea Rusa sigue en pie esperando su verdadera interpretación. Sobre la base de esta visión se desarrollan los tres textos seleccionados. Destaca sobre todo la aguda síntesis de Vladimir Soloviev,

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uno de los principales representantes de la “filosofía de la historia”. Este consagró toda su actividad intelectual a rescatar el destino cristiano al que verdaderamente está llamado su pueblo. En palabras de Soloviev la Idea Rusa no es otra cosa que la unidad a la que está llamado el mundo cristiano en torno a una única Iglesia universal. Sólo puede explicarse el destino de Rusia atendiendo a su profunda y original religiosidad abierta al misterio y a la belleza, y no a la triste encarnación de un nacionalismo ciego, fanático y egoísta que la arrastró al racionalismo ateo y deshumanizado. Rusia debe aprender, piensa el autor, que el nacionalismo no existe fuera de la humanidad concreta y personal; que el hombre no está al servicio de una ideología abstracta y general, pues es una persona concreta y valiosa en sí misma. La única Idea encarnada en la humanidad que salva al mundo ha sido y es el mismo Cristo, la única Idea que puede dominar al hombre sin destruirlo. Para Soloviev la búsqueda de la unidad universal de la humanidad en torno a Cristo sigue siendo la misión del pueblo ruso, incluso a pesar suyo, tal como ocurrió con Israel, cuya misión fue dar a luz el cristianismo. Presente, pasado y futuro han de unirse: tradición, libertad y apertura a la verdad deben fusionarse para alcanzar el Ideal. Esto es lo propio de la Iglesia Universal, que supera al tiempo y a la muerte. Constanza Giménez Adquirir vía Internet en www.nuevoinicio.es

15 días con Romano Guardini Alfonso López Quintás Ciudad Nueva Madrid, 2010 128 págs.

Afortunadamente, la figura de Romano Guardini está volviendo a cobrar entre nosotros la vigencia que tuvo durante las décadas anteriores al Concilio Vaticano II. Este profesor ítalo-alemán había adquirido en Alemania un gran prestigio en los años posteriores a


la primera guerra mundial, porque supo oponer al cansancio de la posguerra un espíritu de apertura a todo lo noble, bello y justo. Una apertura entusiasta y reflexiva, a la vez, impulsada por un ardiente amor a la verdad y afirmada en la convicción de que “el hombre supera infinitamente al hombre” (Pascal). Para transmitir de modo sugestivo tal entusiasmo a los hombres de su época y de modo especial a la juventud, Guardini dedicó tiempo y esfuerzo a la elaboración de un estilo de pensar abierto y preciso, tan sensible a la belleza de la mejor cultura humana —arte, literatura, filosofía…— como a la grandeza de la trascendencia religiosa. La hecatombe bélica, que él vivió de cerca, había dejado al descubierto los límites del ser humano y de su cultura más brillante. Guardini supo mostrar de modo convincente que tales límites nos remiten al Ser Infinito que nos creó para sí y nos dotó de una inquietud que sólo Él puede saciar. Lo más inspirado de los genios de la vida espiritual —como San Agustín y Pascal— vibra en los escritos de este hombre melancólico e inquieto, que tomó como meta promover cuanto hay en la vida de elevado y valioso. Esa promoción pone al hombre en verdad, lo acerca a su verdadero ser, lo eleva a Quien lo creó a su imagen y semejanza. Con razón pudo escribir que “sólo quien conoce a Dios conoce al hombre”. Al conocer a Dios y optar por Él, el hombre alcanza su plena verdad de hombre. Esta convicción dota a los escritos de Guardini de una sorprendente hondura y una emoción contagiosa, tanto cuando descubre los secretos de la acción litúrgica, como el sentido de los signos sagrados, la fecundidad de la oración —vista como un “ir a Dios con toda el alma”—, la elevación suprema de la figura de Jesucristo… El profesor López Quintás, antiguo discípulo de Guardini en la universidad de Munich y buen conocedor de su obra, nos muestra en quince breves capítulos los aspectos más fecundos de la doctrina de su gran maestro. Esta doctrina la expuso ya en su obra Romano Guardini, maestro de vida. Ahora, desglosa quince de sus momentos más relevantes y muestra la riqueza de matices que encierran. Merced a su profundo conocimiento de la lógica de la vida personal, López Quintás saca pleno partido a una serie de textos de Guardini —magistralmente engastados en la narración— y deja al descubierto la riqueza que encierran. Guardini aparece aquí como el maestro que pone en todas sus intervenciones un toque de distinción espiritual, matiza debidamente el lenguaje, supera —por elevación— falsas paradojas y malentendidos que bloquean nuestro crecimiento personal. Los títulos de los capítulos son sumamente expresivos: “La predicación y la fuerza de la verdad”; “La melancolía y el pleno desarrollo personal”; “El encuentro personal y la alegría de corazón”; “Los grandes valores y la vida del espíritu”; “La esencia del Cristianismo es Cristo Jesús”. Llaman especialmente la atención los capítulos dedicados a “La pérdida del paraíso y su recuperación” y “El encuentro con Dios: la creatividad cristiana”. Para toda persona deseosa de lograr una buena formación humana y religiosa, es una

delicia recorrer las páginas de este libro —atractivo incluso en su figura externa— e ir asumiendo, una a una, las claves de orientación que nos regala Guardini. He aquí algunas: “Si el estado de paraíso significa vivir en estado de unión con Dios, perder el paraíso implica ser desplazado a un estado de desvinculación, de falta de hogar, de exilio” (p. 31). “La sede del sentido de mi vida no está en mí, sino por encima de mí. Vivo de lo que está por encima de mí. (…) Sólo estoy en armonía conmigo mismo, sólo entiendo mi existencia en la medida en que me acepto a mí mismo como procedente de la libertad de Dios” (p. 35). “Cuando el hombre cree, ya está operante en él el poder creador de Dios. El hombre creyente es ya, en sí mismo, la nueva creación. Es ya más que un mero hombre; ahora es ya, en verdad, totalmente hombre. (…) La fe auténtica es ya un milagro. Es la transformación del hombre vacilante en un ser seguro de sí, afirmado en el poder divino de instaurar la verdad. De ella irradia luego la actividad creativa” (p. 102). Luis Aymá Adquirir vía Internet en www.ciudadnueva.com

Páginas libres - Ensayos 1972-2005 Vittorio di Girolamo Ediciones D + D Santiago de Chile, 2010 359 págs.

Nacido en 1928 en Roma y emigrado a Chile después de la segunda guerra mundial, la figura de Vittorio di Girolamo fue creciendo en el imaginario cultural chileno a partir de 1952, año en que inicia su docencia, como un referente casi insustituible de la cultura clásica en nuestro país. El presente libro nos entrega, dividido en cuatro grandes apartes, una selección de cuarenta ensayos publicados por el autor en diferentes diarios y revistas, los que constituyen una selección de los

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ciento veinte ensayos que se registran en el apéndice final del libro. Siguiendo el itinerario de lo que el autor define como cultura, cuya premisa inicial es el conocimiento y luego el amor del propio territorio, la primera parte del libro, titulada Otro desarrollo, discurre justamente sobre estos temas. Lo cantan algunos títulos de estos ensayos: “Giro y apertura del espacio planetario chileno”, “Dominar la Tierra”, “Un agricultor Rey”. La segunda parte del libro recoge cinco reflexiones acerca de uno de los más grandes amores de Vittorio di Girolamo: la educación. Es precisamente a través de ella que ha expresado con fuerza la tradición clásica de la que es portador, debido a lo cual ha hecho discípulos y seguidores y sobre todo ha fortalecido la memoria cultural de un pueblo heredero de la cultura occidental, como es Chile. Pero es principalmente en la cuarta parte, titulada Humanismo y Arte, donde vemos palpitar con más vigor ese Umanesimo del que Vittorio di Girolamo ha hecho un cultivo excepcional. Destacan aquí textos de antología como, por ejemplo, “Octavio Paz frente a Dante” publicado originalmente en el suplemento Artes y Letras del diario El Mercurio en enero de 1986, suerte de mano a mano entre el autor y el premio Nobel mexicano, en un tema en el que es difícil que se le supere. Otros de excepcional belleza que se encuentran en el mismo aparte, y que fueran publicados en el mismo medio al comienzo de los años noventa, son “La piedra más valiosa que el oro” (reflexión sobre el Perú prehispánico) y “Humanismo en Florencia”, donde se estampa ese sello característico de su reflexión cultural y filosófica que rescata la muchas veces olvidada vinculación, históricamente inseparable, entre la cultura clásica y el cristianismo. Es este un punto que le pone en estrecha sintonía con el pensamiento y la enseñanza del Papa Benedicto XVI, particularmente manifiesta en su célebre lectio magistralis pronunciada en la universidad de Ratisbona en septiembre de 2006. El último ensayo de la cuarta parte, “Los ismos en el Arte”, constituye un ajustado resumen de su curso “El siglo XX y los desafíos del siglo XXI”, dictado en la Universidad Gabriela Mistral el año 2005. Partiendo de dos paradigmas que le son extraordinariamente familiares, el poeta Dante y el pintor Giotto, el autor despliega con agilidad, versación y claridad el panorama de las artes hasta el surrealismo del siglo XX y un poco después. Este arco podría ser llamado también un “arco iris” por la armoniosa compenetración de unos temas en los otros. El libro cuenta con un prólogo de Cristián Warnken, periodista y amigo del autor, con quien ha desarrollado sustanciosas conversaciones en el conocido programa de televisión “La belleza de pensar”. Además de entretenernos y reflejarnos muy nítidamente la fisonomía de Vittorio di Girolamo, la lectura de este libro tendría que constituir una base de reflexión que dé fundamento a la gratitud que los habitantes de esta tierra deben al maestro italiano, que encontró en Chile su segunda patria. Jaime Antúnez Soza

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La Tempestad William Shakespeare Traducción de Paula Baldwin y Braulio Fernández Editorial Universitaria Santiago de Chile, 2010 144 págs.

Editorial Universitaria, siguiendo la valiosa línea de traducciones de Shakespeare que ya incluye en su catálogo “Romeo y Julieta”, “Hamlet” y “El Mercader de Venecia”, ha publicado recientemente la obra que MacLeish y Unwin conjeturan es “la gran despedida que hace el dramaturgo de su arte”: nos referimos a “La Tempestad”, en una muy cuidada edición cuya traducción, introducción y notas estuvo a cargo de los profesores Paula Baldwin Lind y Braulio Fernández Biggs, ambos académicos de la Universidad de los Andes. Si el arte de la traducción es de suyo difícil, en el caso de Shakespeare, y muy particularmente de esta obra, adquiere dos desafíos adicionales: el primero, la presencia dominante no de la prosa sino del verso blanco, que requiere de un pulso prosódico audaz para trasladar la fluidez del original; el segundo, el hecho de que en “La Tempestad”, como bien advierten los traductores, “el lenguaje es un elemento central para caracterizar a los personajes”, vale decir, el andamiaje que sustenta la riqueza psicológica de motivos y temperamentos, o en otras palabras, la partitura donde la polifonía de caracteres toma forma plasmando con coherencia el hilo de la trama. Digamos, desde ya, que a este respecto el aporte del dueto Baldwin/Fernández es muy notable: se atienen a una prosa de factura sutil, cargada de longitud y velocidad sonora merced al empleo reiterado de aliteraciones (por citar un solo ejemplo, el juego vocálico DO/AS/TA: “Tus verDOsAS monTAñAS DOnde habiTAn y pASTAn las ovejAS”) y, también, a una dicción muy sobria, donde la sencillez de la palabra busca reproducir fielmente lo que Shakespeare más apreciaba en el lenguaje: “la naturalidad y frescura que hace elegante a la expresión”. Esto no se trata de un tema menor, ya que una de las mayores lacras de las traducciones shakesperianas, particularmente de las peninsulares, es la altisonancia y la afectación, el tentar, con falta de gusto, ese


vicio capital que Shakespeare fustiga en innumerables pasajes: la pomposidad vacía, el fraseo almibarado que esquilma a la palabra de la visualidad que la nutre de referencia. Es esta, además, una versión donde cada personaje logra una factura sólida y cercana al lector, donde la vacilación de Próspero, la irreverencia de Ariel, la nobleza de Ferdinando o la llaneza de Calibán nos interpelan a sumarnos al argumento no como simples espectadores, sino como protagonistas de una pieza teatral donde realidad y fantasía se retan a duelo una y otra vez desafiando paisajes, estados anímicos y atmósferas que tensionan la capacidad significativa del lenguaje mismo. Kenneth Rexroth, que comparó “La Tempestad” con la “Flauta Mágica” de Mozart, resumió con maestría el sentido más profundo que Shakespeare quiso imprimir al drama: “El sueño renacentista del dominio moral de la naturaleza no puede llevarse a cabo. La materia se rebela y la energía escapa. Los sueños de utopía se interrumpen debido a los actos de los bellacos que han empleado la materia sólo como una máquina de destrucción; y cuando estos sueños son sojuzgados, sólo el amor y el perdón por los males recibidos se elevan por encima de la farsa transitoria de las vidas humanas”. Los lectores en general y quienes sentimos especial devoción por Shakespeare, no podemos sino celebrar y expresar nuestra gratitud a Editorial Universitaria y a los traductores Paula Baldwin y Braulio Fernández por un trabajo que amalgama excelencia, delicadeza y entusiasmo, en esta magistral versión que nos regalan de una de las obras más relevantes de la literatura universal. Armando Roa Vial Adquirir vía Internet en www.universitaria.cl

plantea un enigma, dada su animosidad contra los cristianos y su relación familiar con el último y más cruel perseguidor de éstos, Diocleciano. Estaba casado con Valeria, la hija del emperador. El autor no se aparta de la tesis sostenida en su tiempo por Lactancio (250-317) en su obra “La muerte de los perseguidores”, en que relaciona el cáncer mortal de Galerio con la vindicta divina por sus atrocidades. A favor de la credibilidad de Lactancio, hay que recordar que no sólo fue contemporáneo de los hechos, sino que aun siendo pagano o precisamente por ello fue invitado por el mismo Diocleciano a dictar cátedra en su capital de Nicomedia y allí se convertiría a la fe cristiana. El interés de la trama novelesca que Estrada teje alrededor de este núcleo histórico no decae en ningún momento, aunque a veces peca de somera. En el capítulo octavo hay una hermosa y muy lograda representación de una reunión cúltica de los perseguidos discípulos de Cristo. No se puede dejar de desear que el autor tenga mucho éxito en su intento de facilitar a los lectores juveniles el acceso a estos episodios tan significativos de la historia de la Iglesia.

Galerio Beda Estrada, O.S.B. Editorial Nueva Patris Santiago de Chile 2010 133 págs.

El autor de esta obra destinada al público juvenil quiso desentrañar e ilustrar con una trama novelada las motivaciones del edicto de tolerancia de Nicomedia que el emperador Galerio, yerno de Diocleciano, diera a luz en abril del año 311, pocos días antes de su muerte. Por este edicto era la vez primera que la autoridad imperial autorizaba a los cristianos a practicar su culto, aunque sin dejar de expresarse en forma negativa de ellos. Dos años más tarde, en 313, seguiría el edicto de Milán, del emperador Constantino, ya abiertamente favorable a la fe cristiana. Esta última ley es la que más se conoce y siempre se cita, mientras que el edicto de Galerio

Mauro Matthei OSB Adquirir vía Internet en www.patris.cl

Todo Tuyo, esclavo de María. San Luis María Grignon de Montfort, su vida, su obra y su espíritu Arturo Ruiz Freites Ediciones del Verbo Encarnado San Rafael (Mendoza), 2009 233 págs.

Esta obra sobre el gran santo de la esclavitud mariana es, como dice su título, mucho más que una biografía. Al narrarnos las vicisitudes de su corta existencia, el padre Ruiz Freites nos lleva

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al mismo tiempo a penetrar en la espiritualidad montfortiana y en la personalidad originalísima del santo. No es posible, en un breve comentario, abordar en toda su riqueza la herencia espiritual de San Luis María: su fervor mariano, su amor sin límites a la Cruz, la profundidad mística de su aproximación a la Sabiduría Divina, la originalidad de sus métodos apostólicos, etc. La obra que comentamos tiene, en la intención del autor, solamente un objetivo de divulgación, pero aun así hay que reconocer que, dentro de su brevedad, el tema —muy complejo— está tratado a fondo. No sólo aborda los aspectos que arriba comentamos, sino que añade documentos importantes para entender la vida y la espiritualidad de San Luis María. Por ejemplo, estudios sobre el jansenismo y el contexto histórico en que éste desarrolló su labor apostólica. Al final del libro se añaden algunos escritos breves pero importantes del santo, y el texto completo de su método para alcanzar la “esclavitud mariana”, consagración total a Cristo, Sabiduría Divina, por medio de María. En resumen, si, por su brevedad, el libro del padre Ruiz Freites puede ser considerado como una obra de divulgación, lo es en su sentido muy completo. Quienes aspiren no sólo a saber quién fue San Luis María Grignon de Montfort, sino también a participar de su profunda espiritualidad, encuentran en esta obra una guía completa y fiel para alcanzarla. San Luis María Grignon de Montfort vivió en Francia entre los finales del siglo XVII y comienzos del XVIII. Temperamento apasionado y profundamente religioso, todas sus actuaciones llevaron desde joven el sello de su vehemencia. Ya desde el seminario, todo lo que hacía o proyectaba, empezando por el rigor de sus penitencias, parecía exagerado a los demás. No conocía la moderación ni los términos medios. Ordenado sacerdote, con frecuencia sus superiores lo miraban con desconfianza debido a los excesos de sus mortificaciones, a lo desmedido de todas sus actitudes. Pero cada vez que alguno de ellos le impuso su autoridad, obligándole a moderarse, Luis María obedecía y se humillaba sin palabras. No había nada que reprocharle, pero producía desconcierto. Este temperamento arrebatado será para el santo una de las fuentes del calvario que fue su vida. Pero no era la única. Su apostolado se orientó cada vez más a las misiones itinerantes. Misiones sencillas, al alcance de la fe popular, con procesiones, imágenes y cánticos que él mismo componía. Pero Luis María había nacido en una época y en un país, donde una sociedad descreída lo ridiculizaba todo. En los ambientes eclesiásticos el jansenismo había hecho estragos. Una piedad fría, austera y orgullosa, rechazaba el culto mariano y las manifestaciones externas de la fe. Incluso alejaba a los fieles de los sacramentos. En este ambiente, el misionero ambulante, pobre entre los pobres, enamorado de María, era rechazado de una diócesis a otra. Era

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tan malquerido de sus superiores que a veces le ocurrió llegar a una ciudad, y verse obligado a abandonarla antes de 24 horas, por orden del obispo. Pero esta persecución tenía una poderosa contrapartida: el fervor de su fe que arrastraba a multitudes en pos de él. Su palabra era de fuego. Con frecuencia sus prédicas hacían llorar a los fieles. Los finales de sus misiones, siempre muy solemnes, concluían con centenares de conversiones. Otro de sus biógrafos ha señalado con razón que la figura del futuro santo de Montfort se contraponía no tanto al libertino ateo o al gran pecador, como al burgués mediocre. No al rechazo de Dios, sino a esa negación más sutil que es el “compromiso”. No al odio a lo sagrado, sino a la burla. De ahí que en ese amable comienzo del siglo XVIII su figura resultara incongruente. Grignon de Montfort nos ha dejado una página inolvidable, llamada con razón la “Oración Abrasada”, una de las plegarias más ardientes de la literatura espiritual de todos los tiempos. En ella el santo pide a Dios colaboradores para su obra. Porque, dotado de luces proféticas, él sabía que su obra misionera quedaría inconclusa; que sus manuscritos no se publicarían y permanecerían desconocidos durante más de un siglo. Un día, cansado del rechazo de la jerarquía eclesiástica francesa, San Luis María fue a Roma a arrodillarse ante los pies del Santo Padre y a rogarle que lo enviara a misionar a tierras lejanas. Pero Clemente XI consideró que Francia necesitaba de un misionero como éste y le ordenó volver a su patria con el título de “misionero apostólico”. Dócil como siempre, el futuro santo obedeció y volvió a sus misiones itinerantes. Pero entonces se encontró con dos obispos —de Luçon y de La Rochelle—, acérrimos enemigos del jansenismo, que lo llamaron a predicar en sus diócesis, en la región que será conocida más tarde con el nombre de la Vendée. San Luis se prodigó hasta agotar sus fuerzas. El fervor de la gente sencilla lo empujaba a multiplicar sus esfuerzos sin pausa. Tampoco disminuía su entrega desmedida a constantes penitencias. Era aún joven, pero su vitalidad inagotable empezaba a declinar. En La Rochelle fue víctima de un intento de envenenamiento por parte de los calvinistas. Sobrevivió, pero con su salud muy quebrantada. En la prédica final de su última misión, sostenido por un esfuerzo sobrehumano, mientras el público lo oía llorando, hubo que ayudarlo a bajar del púlpito porque sus fuerzas lo abandonaban. Murió pocos días después, rodeado de una multitud de fieles que querían recibir la última bendición del misionero moribundo. Tenía 43 años. Se iniciaba el siglo XVIII cuyos últimos años verían los horrores de la revolución francesa: la apostasía del clero, la profanación de los templos, el derrumbe de una sociedad impía. Mientras en París se adoraba a la diosa Razón, en la Vendée, donde


Montfort había sembrado su semilla, los campesinos levantaban sus estandartes y, cantando los viejos himnos que él les había enseñado, se enfrentaban al ateísmo de las tropas de la República, hasta alcanzar muchos de ellos la corona del martirio. La espiritualidad de San Luis María Grignon de Montfort parece vivir, en nuestros días, un vigoroso repunte. En la renovación creciente de movimientos e instituciones eclesiales, el camino montfortiano que lleva a Jesús por María cobra nueva vigencia. Por otra parte, la necesidad de evangelizar, en un mundo de imágenes como es el nuestro, hace muy actuales sus métodos sencillos —y plásticos, por así decirlo— de mostrar la fe al pueblo creyente. El primero en encabezar esta actualización del predicador de la Vendée fue el Santo Padre Juan Pablo II. Montfortiano desde su juventud, él paseó por todo el mundo la divisa “¡Totus tuus!” —Todo tuyo, María—, convertida en emblema de su glorioso pontificado. Gisela Silva Encina Adquirir vía Internet en www.edicionesive.org.ar

San Rafael Arnáiz Barón. Vida y obra del hermano Rafael Antonio María Martín Fernández-Gallardo Editorial Edibesa Madrid, 2009 276 págs.

En una cuidada edición se nos presenta la vida de San Rafael Arnáiz, canonizado el 11 de octubre de 2009, en la Basílica de San Pedro, por el Papa Benedicto XVI. Se intenta, con éxito, poner al día las biografías anteriormente escritas. Su autor, Antonio María Martín Fernández-Gallardo, nos lleva a acercarnos a esos datos del alma haciendo un retrato lo más cercano posible al real para que seamos capaces de empatizar con San Rafael. Es seguramente quien más sabe de la vida del santo trapense, por ser maestro de Novicios de la Trapa de San Isidro de Dueñas.

Se procura elaborar una biografía actualizada fácil de leer pero fundada críticamente con los nuevos antecedentes surgidos. La corta vida de ese joven burgalés, estudiante de arquitectura en Madrid, que llevó siempre una seria vida cristiana, invita a su conocimiento. Su devoción por la soledad y el silencio le lleva a buscar a Dios en la Trapa, su espacio muy querido, que tendrá que dejar en más de alguna oportunidad a causa de su diabetes. En la cruz descubrirá que finalmente sólo Dios basta. La vida de Rafael se desarrolla, por otra parte, en una de las épocas más decisivas de la historia española contemporánea. Nace el 9 de abril de 1911, durante la monarquía de Alfonso XIII y muere en el silencio del monasterio el 26 de abril de 1938, cuando comienza la guerra civil. Es en su familia, sin duda, donde se inicia en el trato personal con Dios; en ella aprenderá sus primeras oraciones y empezará a personalizar su amor a Jesús, a María y al sacramento eucarístico. Rafael no crecerá sin embargo como un joven aislado y antisocial; todo lo contrario. Como lo señala el autor, “el Rafael bromista y simpático, de fina ironía y sentido del humor, ocurrente en extremo y magnífico conversador”, llamará la atención de sus amigos. Era deportista, con un gran talento para el dibujo y la pintura, le gustaba la música y el teatro. De estudiante universitario, en la escuela superior de Arquitectura de Madrid, se nos muestra uniendo el estudio con una ardiente vida de piedad. Un comentario de su profesor de pintura dice: “Siempre le recuerdo de pie en mi estudio, frente al caballete. Horas y horas en silencio… ausente de cuanto le rodeaba, absorto en su trabajo… Ya entonces vi en él algo especial… comprendí que aquel espíritu selectísimo no servía para el tráfico de la vida vulgar, algo había en él que le encaminaba a alturas mayores, y muy pronto obtuve de sus labios su deseo de una vida asceta, silenciosa, aún no definida”. El 16 de enero de 1934 entra en el monasterio de San Isidro de Dueñas. El libro reproduce parte de la carta de petición de ingreso a la Trapa, donde Rafael señala: “No me mueve para hacer este cambio de vida, ni tristezas, ni sufrimientos, ni desilusiones y desengaños del mundo. Lo que éste me puede dar, lo tengo todo. Dios, en su infinita bondad, me ha regalado en la vida mucho más de lo que merezco”. Será después de unos meses en la Trapa, donde de improviso se le manifiesta la enfermedad: una aguda diabetes sacarina, que lo obliga a abandonar apresuradamente el monasterio y a regresar a casa de sus padres para ser cuidado convenientemente. El mismo Rafael explica en su dolor: “Había conseguido desprenderme de las criaturas… y no ambicionaba más que a Dios. Pero me quedaba una cosa: el amor a la Trapa…”. El libro continúa relatándonos las salidas del monasterio de Rafael, a causa de su enfermedad, en las cuales se descubre su respuesta generosa y fiel a la llamada de Dios. Se santificó en la heroica fidelidad a su vocación, en su búsqueda apasionada de Dios. Hermosos textos rescata el autor en esta biografía, así este:

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“Horizontes pequeños y limitados rodean al hombre, y para el que tiene el alma sedienta de horizontes infinitos, los de la tierra no le bastan… le ahogan. No hay mundo bastante para él, y sólo encuentra lo que busca en la grandeza e inmensidad de Dios”. Ellos nos van revelando la inmensidad y grandeza de este joven. Esta biografía nos permite acercarnos más a la figura de un joven que se fascinó por Cristo, y que se encuentra próximo a cada uno de nosotros, como dijo S.S. Benedicto XVI en la homilía de canonización: “El hermano Rafael, aún cercano a nosotros, nos sigue ofreciendo con su ejemplo y sus obras un recorrido atractivo, especialmente para los jóvenes que no se conforman con poco, sino que aspiran a la plena verdad, a la más indecible alegría, que se alcanzan por el amor de Dios”. Interesante acercarse a esta semblanza, pues San Rafael Arnáiz es uno de los patronos de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 a realizarse en Madrid en agosto de este año. San Rafael Arnáiz es un “modelo de vida para la juventud de hoy”, proclamó el Cardenal Rouco Varela, Arzobispo de Madrid, que oficiará de anfitrión de la Jornada Mundial de la Juventud de 2011. Ricardo Morales Galindo, O. de M. Adquirir vía Internet en www.edibesa.com

Santa Clara de Asís Chiara Augusta Lainati Ediciones Encuentro Madrid, 2004 556 págs.

“Clara, sierva indigna de Cristo y plantita del benditísimo padre Francisco…”, se llamaba a sí misma Santa Clara, quien a los 18 años huyó por la noche de su casa hasta la Porciúncula, donde la aguardaban Francisco y sus compañeros con antorchas en-

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cendidas. Allí formalizó su renuncia al mundo para siempre “por amor hacia el santísimo y amadísimo Niño envuelto en pañales y recostado sobre el pesebre”. Este libro está enteramente dedicado a ella, como homenaje a los 750 años de su muerte y a los ocho siglos de fidelidad de la orden que comenzó con ella esa noche del Domingo de Ramos en la Porciúncula. Lo escribe Chiara Augusta Lainati, monja clarisa, poeta y filósofa además de polemista, diríamos, por algunos de sus escritos. Está dividido en cuatro grandes secciones: introducción; fuentes para un conocimiento de la santa; elementos pedagógicos de la forma de vida de las clarisas; y la espiritualidad clariana. Resalta en todos ellos la identificación de estas “señoras pobres” de la Porciúncula con san Francisco y sus compañeros, querida y subrayada por el mismo santo: “Ya que, por divina inspiración, os habéis hecho hijas y siervas del altísimo sumo Rey Padre celestial, y os habéis desposado con el Espíritu Santo, eligiendo vivir según la perfección del Santo Evangelio, quiero y prometo dispensaros siempre, por mí mismo y por medio de mis hermanos, y como a ellos, un amoroso cuidado y una especial solicitud”. Y la especial vinculación de ellas y de todos los que siguen el carisma franciscano a la “altísima pobreza”: “Yo el hermano Francisco, pequeñuelo, quiero seguir la vida y pobreza de nuestro altísimo Señor Jesucristo y de su santísima madre y perseverar en ella hasta el fin; y os ruego, mis señoras, y os aconsejo que viváis siempre en esta santísima vida y pobreza. Y estad muy alerta para que de ninguna manera os apartéis jamás de ella por la enseñanza o consejo de quien sea…”. El libro es muy profundo y variado. Va desde el análisis de la espiritualidad clariana hasta explicaciones de la estricta regla que siguen las Clarisas, problemas históricos, y vivencias de hoy. Dice la autora: “Sin duda no hay vida más sensacional que la nuestra, porque no hay otra vida más allá de toda imaginación, como la vida de una monja contemplativa, de una monja de clausura que vive plenamente su donación al Misterio que sostiene el mundo desde dentro y lo tiene en pie”. Los artículos reunidos apasionarán a los interesados en la espiritualidad franciscana que encuentran aquí un material riquísimo. El libro, sin embargo, tiene un defecto. No incluye en ninguna parte una biografía sencilla de santa Clara que permita encajar su pensamiento en su vida, comprender sus preocupaciones y las de su tiempo, captar mejor a un personaje tan relevante en la historia de la Iglesia. Elena Vial Adquirir vía Internet en www.ediciones-encuentro.es


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MÚSICA

BASADO EN EL POEMA DE JOHN HENRY NEWMAN

“El sueño de Gerontius” de Sir Edward Elgar POR FERNANDO MARTÍNEZ GUZMÁN

Sir Edward Elgar es el primer compositor britá-

nico moderno cuyas obras corales y orquestales adquirieron fama internacional. Elgar nació el 2 de junio de 1857, cerca de Worcester, y es una de las figuras de la última etapa del movimiento romántico europeo. Compositor y director de orquesta genuinamente inglés, vivió en el mundo imperial y nacionalista de la Inglaterra Victoriana y Eduardiana. En su juventud desempeñó varios cargos relacionados con la música antes de suceder a su padre como organista en la Iglesia Católica Romana de Saint Georges, en 1885. En 1889 se casó y renunció a su cargo para dedicarse por entero a la composición. El estreno de su obertura Froissart en 1890 le otorgó popularidad, aunque su talento no fue reconocido hasta 1899, año en que el director húngaro Hans Richter interpretara en Londres las Variaciones Enigma, una de las composiciones más admiradas de Elgar, conocida porque el tema central nunca se expone con claridad. En la época de Elgar, las obras corales dramáticas de grandes dimensiones eran una ambición de los compositores británicos (al igual como las óperas en Italia y las sinfonías en Alemania). Elgar escribió media docena de ellas y aunque éstas son demasiado extensas, contienen sus mejores páginas. Sus composi-

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ciones revelan la influencia de Richard Wagner y Johannes Brahms y se caracterizan por su gran belleza lírica. Compuso las cantatas The Black Knight (1893) y Caractacus (1898); los oratorios The Apostles (1903) y The Kingdom (1906); un Concierto para violín en si menor, opus 61 (1910); un Concierto para violoncello en mi menor, opus 85 (1919), que durante los últimos años se ha convertido en su obra más famosa, además de Cinco Marchas de Pompa y Circunstancia (1901-1907, 1930). De su producción orquestal, destaca la Obertura Cockaigne (1902); el estudio sinfónico Falstaff (1913) y dos Sinfonías, una en la bemol mayor (1908), con la que su prestigio se hizo internacional y la otra en mi bemol mayor (1911). Elgar murió el 23 de febrero de 1934 en Worcester, mientras trabajaba en su Sinfonía Nº 3 y en la ópera The Spanish Lady. El 3 de octubre de 1900, en el Festival de Música de Birmingham, se estrenó El sueño de Gerontius, considerada la obra maestra de Sir Edward Elgar y una de las obras corales más importantes del repertorio clásico universal. El sueño de Gerontius, Opus 38, obra conocida también como Gerontius, se basa en el poema escrito por John Henry Newman. El estreno no tuvo un buen desempeño, pero más tarde en Alemania, la obra reveló su verdadero valor y dimensión.

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El poema El Cardenal John Henry Newman (1801-1890), poeta místico, es el autor del texto en el que Elgar basó su obra. Newman escribió el texto de Gerontius a los sesenta años de edad, siendo ya sacerdote católico, una década antes de que León XIII lo hiciese cardenal. El poema de Newman narra la historia del viaje de un alma hacia la muerte y ofrece una meditación poética de horizonte escatológico en torno de la teología católica del Purgatorio. *Gerontius, nombre derivado de la palabra griega geron («hombre viejo»), es un devoto hombre común que está en su lecho de muerte. El texto relata su paso de este mundo lleno de sombras al mundo invisible de la eternidad, antes de enfrentar el juicio delante de Dios. Se le considera un cántico al Purgatorio, donde el alma ya salvada e invadida de paz, es purificada para poder ser capaz del gozo infinito de los santos, únicos capaces de ver la faz de Dios. La visión de Gerontius es también una meditación sobre la inmortalidad del alma, expresada de un modo pausado y reflexivo, con momentos musicalmente exquisitos; así por ejemplo, cuando oímos la interpretación de “Angel Farewell”, interpretado por los solistas y el coro.

La obra musical El sueño de Gerontius, Opus 38, está escrito para voces y orquesta, en dos partes. Los roles principales son: Gerontius, El Alma de Gerontius, El Ángel, El Sacerdote, El Ángel de la Agonía, Coro y Orquesta. La obra de Elgar utiliza la mayor parte del texto de la primera parte del poema de Newman, que ocurre en la Tierra, pero omite muchas de las secciones más meditativas de la segunda parte en el otro mundo, bastante más larga, estrechando así el flujo narrativo.

En la primera parte, escuchamos a Gerontius como un hombre de fe moribundo, sucesivamente temeroso y esperanzado, pero siempre confiado. Un grupo de amigos (también llamados ayudantes en el texto) se une a él en la oración y meditación. Fallece en paz, y un sacerdote, junto a los ayudantes, lo envía hacia su camino con una despedida. En la segunda parte, Gerontius, ahora llamado El Alma, se despierta en un lugar aparentemente sin espacio ni tiempo, y se da cuenta de la presencia de su ángel de la guarda, que expresa su alegría por la culminación de su tarea (Newman concibió El Ángel de sexo masculino, pero Elgar le asignó el rol a una cantante). Después de un largo diálogo, viajan hacia el trono del juicio. Pasan sin dificultad ante un grupo de demonios y van al encuentro de coros de ángeles, que alaban eternamente a Dios por su gracia y perdón. El Ángel de la Agonía aboga ante Jesús por el perdón de las almas de los fieles. Por último, Gerontius vislumbra a Dios y es juzgado en un solo momento. El Ángel de la Guarda baja a Gerontius al lago tranquilizador del Purgatorio, con una bendición final y la promesa de un nuevo despertar a la gloria.

* Para una explicación más completa sobre la doctrina católica del Purgatorio, ver sección Panorama, página 164

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LA HISTORIA DE GERONTIUS

Elgar no fue el primer compositor en considerar el poema de John Henry Newman. El sueño de Gerontius había sido considerado por Dvorak quince años antes, quien de hecho mantuvo conversaciones con Newman antes de abandonar la idea. Por su parte, Elgar conocía el poema desde 1885 y en 1889 se le había entregado una copia como regalo de bodas, manuscrito que Elgar examinó durante varios años. En el otoño de 1899, después de considerar un tema diferente, decidió abordar el proyecto que a esas alturas conocía muy bien. Sir Edward Elgar La composición procedió rápidamente. Elgar y su editor, August Jaeger, intercambiaron frecuentes cartas, que muestran cómo Jaeger ayudó en la conformación de la obra, y en particular a la representación culminante del estreno. El coro de Birmingham tuvo serios problemas para dominar la compleja composición y los problemas se empeoraron tras la repentina muerte del director del coro. El conductor de la premier, Hans Richter, recibió una copia de la partitura sólo en vísperas del primer ensayo de la orquesta. Los solistas en el Festival de Birmingham, el 3 de octubre de 1900, fueron Marie Brema, Edward Lloyd y Harry Plunket Greene. Como es sabido, la primera representación fue casi un desastre. El coro no podía cantar la música adecuadamente, y dos de los tres solistas fueron reprobados. Elgar se molestó profundamente con la debacle; sin embargo, muchos de los críticos pudieron ver más allá de esta realización imperfecta y el trabajo se estableció rápidamente en Gran Bretaña. Poco después del estreno, el director y maestro de coro alemán, Julio Buths, hizo una traducción al alemán de la obra, con un exitoso desempeño en Düsseldorf, en diciembre de 1901 y posteriormente en mayo de 1902. Los solistas junto a Elgar, que estaba presente en la audiencia, fueron llamados veinte veces a recibir los aplausos del público. La primera representación en Londres ocurrió sólo en 1903, en la Catedral católica romana de Westminster. El fuerte catolicismo de la obra dio lugar a ciertas objeciones por parte de sectores influyentes británicos, motivo por el cual algunos clérigos anglicanos insistieron en que para ser representada la obra en las catedrales inglesas, Elgar debía modificar el texto para bajar el tono de la Iglesia Católica Romana. En general, no hubo objeciones a las palabras de Newman, sino la desaprobación apuntaba a los aspectos doctrinales y dogmáticos contenidos en «El sueño de Gerontius», principalmente sobre el Purgatorio. Posteriormente, el Decano de Gloucester denegaría el acceso a la obra hasta 1910, actitud que persistió

La fuerza interpretativa La obra exige una gran orquesta de proporción, típica del último período romántico, doble coro con Semi-coro y, por lo general, tres solistas. Gerontius es interpretado por un tenor, y El Ángel por una mezzosoprano. El papel del Sacerdote está escrito para barítono, mientras que El Ángel de la Agonía es más

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adecuado para un bajo. Dado que ambos papeles son cortos, suelen ser cantados por el mismo intérprete, aunque en algunas presentaciones ambos roles se asignan a diferentes cantantes. El coro interpreta varios papeles: ayudantes y amigos, demonios, Angélicas (sólo mujeres) y ángeles, así como almas del Purgatorio. Se emplea en diferentes momentos como coro único en cuatro


hasta 1930, cuando el Decano de Peterborough prohibió también la interpretación del trabajo en la Catedral. El sueño de Gerontius se estrenó en Estados Unidos en 1903, en el Carnegie Hall, bajo la batuta de Frank Damrosch. El estreno en Viena ocurrió en 1905, en París en 1906 y en Toronto en 1911, bajo la batuta del propio Elgar. Muchos años después, a fines de los años 50, las ciudades italianas de Roma y Perugia conocerían las primeras ejecuciones de la obra bajo la batuta de Sir John Barbirolli, un eximio conocedor de Elgar, que dedicó mucho esfuerzo a difundir El sueño de Gerontius en las principales ciudades europeas. Muy recordada es la conducción que el maestro Barbirolli hizo en Perugia en 1958, oportunidad donde tradujo el Coro de los Demonios al dialecto napolitano, con un resultado que el propio director calificaría de “electrizante”. Al año siguiente, en 1959, Barbirolli tuvo el honor de conducir la obra ante el Papa Pío XII, en su residencia de verano de Castel Gandolfo, produciendo gran impresión en el Pontífice, quien al término de la ejecución expresó al director: “Figlio mio, questo è un capolavoro sublime!”. El pasado 18 de septiembre, en la víspera de la beatificación del Cardenal John Henry Newman que realizó en Birmingham el domingo 19 el Papa Benedicto XVI, “The Dream of Gerontius” fue interpretado de nuevo en el Town Hall de dicha ciudad —donde se estrenara en 1900— en presencia ahora de la Duquesa de Kent, prima de la Reina Isabel II, y ante un público que llenó la sala y siguió con viva emoción la interpretación a cargo del director Jeffrey Skidmore, de la mezzo soprano Anna Stephany, del tenor Adrian Thompsony y del bajo Roderick Williams. Acompañó la orquesta Age of Enlightenment y el coro Ex Cátedra XL Durante las primeras décadas de la historia de esta obra de Elgar, sobresalieron como Gerontius los tenores Gervase Elwes y John Coates; mientras Louise Kirkby Lunn, Gerhardt Elena y Julia Culp fueron admiradas como El Ángel. Más tarde, destacarán como “El Ángel” las cantantes Muriel Foster, Clara Butt, Kathleen Ferrier y Janet Baker; mientras Stuart Wilson y Richard Lewis lucirán como Gerontius. En la actualidad, El sueño de Gerontius es considerada la mejor composición coral de Elgar. El Diccionario Grove de Música y Músicos lo califica como «entre sus tres mejores obras» y La Guía de Registro como la obra maestra de Elgar, por su grandiosidad y gran sentido profundo. En el Diccionario Oxford, Michael Kennedy escribe: “el trabajo coral se ha vuelto tan popular entre los británicos como “El Mesías” y “Elías”, aunque su popularidad no ha traspasado suficientemente las fronteras del Reino Unido. La música de Elgar es maravillosa en su heroica melancolía. Nadie puede quedar indiferente luego de oír la invocación del Sacerdote a Gerontius: “Proficiscere, anima Christiana”, hacia el final de la Parte I, ni tampoco el emocionado sentir de los coros cuando nos interpretan “Praise to the Holiest” (Alabado sea el Santísimo) en la Parte II, en una forma de antífona; sin desmerecer, por cierto, la belleza de la obra en su contexto integral.

partes, como coro doble en ocho partes o de manera antifonal. El Semi-coro se utiliza para música de textura más ligera y generalmente es interpretado por unos pocos miembros del coro principal; sin embargo, Elgar mismo prefería que el Semi-coro se situara cerca de la parte delantera del escenario. La instrumentación requerida se compone de dos flautas (doble picola), dos oboes y corno inglés,

dos clarinetes en la y clarinete bajo, dos fagots y contrafagot, cuatro cuernos, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales y tres partes de percusión, arpa, órgano y cuerdas. Elgar requirió un arpa adicional en lo posible, además de otras tres trompetas (y cualquier número disponible de percusionistas) para reforzar el clímax en la Parte II, justo antes de la visión de Dios por parte de Gerontius.

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Recibo del British Museum por la entrega del manuscrito original de “The Dream of Gerontius” del Cardenal Newman. Frances Taylor conservó el documento que Newman entregó a “The Month”, hasta que la Congregación lo vendió al museo por 30 libras para sostener el trabajo que las hermanas realizaban con los pobres en Londres.

El famoso poema “The Dream of Gerontius” del Cardenal John Henry Newman vio la luz gracias a la persistente intervención de una dama, Frances Taylor, quien sería luego la fundadora de la Congregación de las Pobres Siervas de la Madre de Dios. Frances Taylor, hija de un pastor protestante y conversa al catolicismo, era entonces la editora de la publicación “The Month” y necesitaba un tema para el próximo número de su revista.

El sueño de Gerontius es una obra maestra, en la cual por primera vez en la música coral inglesa la orquesta es tratada con la misma expresividad que las voces. La música, escrita de forma unitaria, refleja una gran flexibilidad armónica y un fluido cromatismo, combinando momentos grandiosos con otros meditativos. En palabras del propio Elgar, “hay música en el aire y lo único que tienes que hacer es tomar tanto como necesites”.

La forma musical Cada una de las dos partes se divide en distintas secciones, pero se diferencia del oratorio tradicional en que la música continúa sin pausas importantes. Elgar no llamó oratorio a la obra y rechazaba que otras personas utilizaran el término para ello. La Parte I dura aproximadamente 35 minutos y la Parte II, aproximadamente 60 minutos.

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Parte I 1. Preludio (Lento, místico - Moderato -

Andantino - Come prima)

2. Jesús, María - Estoy cerca de la muerte

(Gerontius)

3. Kyrie eleison... Santa María, ruega por él

(Semi-coro/Coro)

4. Despierta, alma mía, que desfalleces

(Gerontius)

5. Ten misericordia, ten piedad (Coro) 6. Sanctus fortis, Sanctus Deus (Gerontius) 7. No puedo más (Gerontius) 8. Rescátalo, Oh Señor... Noé de las aguas

(Coro/Gerontius/Semi-coro)

9. Novissima hora est (Gerontius) 10. Proficiscere, anima Cristiana (Sacerdote) 11. Ve en nombre de los Ángeles y Arcángeles

(Coro/Sacerdote/Sema-coro)


Parte I (comentario) La obra comienza con un preludio orquestal, que presenta los motivos más importantes. En un análisis detallado, el amigo y editor de Elgar, August Jaeger, identificó y puso nombre a estos temas, de acuerdo con sus funciones en la obra. Gerontius canta una oración, sabiendo que su vida lo abandona y dando voz a su temor, y pide a sus amigos que recen con él. Durante gran parte de la música del solista, Elgar escribe en un estilo que alterna entre exactamente anotado, recitativo totalmente acompañado y frases en estilo arioso, ligeramente acompañado. El coro añade textos piadosos escritos en fuga de cuatro partes. La siguiente alocución de Gerontius es un aria en gran escala de Sanctus fortis, un credo largo que finalmente vuelve a las expresiones de dolor y miedo. Una vez más, en una combinación de coro convencional y recitativo, los amigos interceden por él. Gerontius, en paz, se rinde y el sacerdote recita la bendición «¡Ve a tu viaje, alma cristiana!» (Traducción de la letanía Ordo Commendationis Animae). Esto lleva a un largo coro para las fuerzas combinadas, que pone fin a la Parte I.

Parte II 1. 2. 3. 4.

Andantino Me quedé dormido (Alma de Gerontius) Mi trabajo está hecho (Ángel) Es un miembro de esa familia ... ¡Salve! mi hijo y hermano (Alma/Ángel) 5. Cae un presagio sobre ti (Ángel/Alma) 6. ¡Pero escucha! por mi sentido ... humildes terrones de tierra bruta (Alma/Ángel/ Coro) 7. Desposeídos, apártense a un lado, rechazados (Coro/Ángel) 8. La mente audaz e independiente (Coro) 9. No veo aquellos falsos espíritus... Hubo un mortal (Alma/Ángel) 10. Alabado sea el Santísimo…Sabemos que han pasado la puerta (Sema-coro/Coro/Ángel) 11. Gloria a Dios... ¡Pero escucha! una gran armonía misteriosa (Coro/ Sema-coro/Ángel/Alma) 12. Y ahora el umbral... Alabado sea el Santísimo (Ángel/Coro)

13. Tu juicio ya se acerca (Ángel/Alma) 14. ¡Jesús! por ese temor estremecedor

(Ángel de la Agonía/Alma)

15. Voy ante mi juez... Ten piedad, ten

misericordia (Alma/Sema-coro/ Coro)

16. ¡Alabado sea Su Nombre! ... Llévame lejos

(Ángel/Alma)

17. Señor, Tú has sido nuestro refugio (Coro) 18. Suave y dulcemente (Ángel/Coro/Sema-coro)

Parte II (comentario) En un cambio total de estado de ánimo, la Parte II comienza con una simple frase de cuatro notas para las violas, que introduce un tema suave, balanceante, para las cuerdas. Esta sección está en compás ternario, al igual que bastante de la segunda parte. La música del Alma expresa asombro ante su nuevo entorno, y luego se oye al Ángel que expresa una tranquila alegría por la culminación de su tarea. Ambos conversan en un extenso dúo, combinando nuevamente recitativos con secciones puramente cantadas. En forma creciente, una música con mucho movimiento anuncia la aparición de los demonios: ángeles caídos que expresan intenso desprecio por los hombres, simples mortales por quienes fueron suplantados. Al principio, los hombres del coro cantan frases cortas en estrecha armonía, pero a medida que su ira se hace más intensa, la música cambia a una fuga bulliciosa, interrumpida por gritos de risa burlona. Gerontius no puede ver a los demonios y pregunta si pronto verá a su Dios. En un recitativo apenas acompañado que recuerda la apertura misma de la obra, el Ángel le advierte que la experiencia va a ser casi insoportable y, en términos velados, describe los estigmas de San Francisco. Se escuchan ángeles que ofrecen alabanzas una y otra vez. La intensidad va creciendo poco a poco y, finalmente, el coro completo da voz a un arreglo de la sección que comienza con Alabad al Santísimo en las Alturas. Luego de un breve pasaje orquestal, el Alma oye los ecos de los amigos que dejó en la tierra, que siguen orando por él. Se encuentra con el Ángel de la Agonía, cuya intercesión fue compuesta como un aria apasionada para el bajo. El Ángel del Alma, sabiendo que ha llegado el momento tan esperado, canta un Aleluya.

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Another marvel: some one has me fast Within his ample palm; ‘tis not a grasp Such as they use on earth, but all around Over the surface of my subtle being, As though I were a sphere, and capable To be accosted thus, a uniform And gentle pressure tells me I am not Self-moving, but borne forward on my way. And hark! I hear a singing; yet in sooth I cannot of that music rightly say Whether I hear, or touch, or taste the tones. Oh, what a heart-subduing melody!

Soul N ow know I surely that I am at length Out of the body; had I part with earth, I never could have drunk those accents in, And not have worshipp’ d as a god the voice That was so musical ; but now I am So whole of heart, so calm, so self-possess’ d, With such a full content, and with a sense So apprehensive and discriminant, As no temptation can intoxicate. N or have I even terror at the thought That I am clasp’ d by such a saintliness.

* Estrofas del poema “The Dream of Gerontius” por John Henry Newman.

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Soul Take me away, and in the lowest deep There let me be, And there in hope the lone night-watches keep, Told out for me. There, motionless and happy in my pain, Lone, not forlorn,— There will I sing my sad perpetual strain, Until the morn. There will I sing, and soothe my stricken breast, Which ne’er can cease To throb, and pine, and languish, till possest Of its Sole P eace. There will I sing my absent Lord and Love:— Take me away, That sooner I may rise, and go above, And see H im in the truth of everlasting day.


PROFUNDIZANDO EL SUEÑO DE GERONTIUS

La mayor parte de los registros están dirigidos por maestros británicos, con la excepción de un registro efectuado en 1960, en Alemania, bajo la batuta de Hans Swarowsky y de otro efectuado en Rusia, en 1983 (cantado en inglés), conducido por Yevgeny Svetlanov. El primer registro completo de la obra, realizado por EMI en 1945, fue dirigido por Sir Malcolm Sargent, con la Huddersfield Choral Society y la Orquesta Filarmónica de Liverpool. La primera grabación estereofónica, realizada por EMI en 1965, fue dirigida por Sir John Barbirolli. El registro se mantiene en los catálogos destacando la notable interpretación de la mezzo-soprano británica Janet Baker en el rol de “El Ángel”, junto al tenor Richard Lewis como Gerontius y Alma de Gerontius y el bajo Kim Borg en los roles de El Sacerdote y El Ángel de la Agonía. Versión muy recomendable por su extraordinario nivel interpretativo. Benjamin Britten también registró la obra para Decca, en 1971, destacando su fidelidad a la partitura de Elgar y su gran fuerza interpretativa.

El Alma va ahora ante Dios y, en una enorme explosión orquestal, es juzgada en un instante. En este punto de la partitura, Elgar indica «por un momento, cada instrumento debe ejercer toda su fuerza». Esto no aparecía en el diseño original de Elgar, sino que fue insertado ante la insistencia de Jaeger y permanece como testimonio de la positiva influencia musical de su importante amistad con Elgar. En un aria de angustia, el Alma suplica entonces ser llevada. Un coro de almas canta las primeras líneas del Salmo 90 («Señor, tú has sido nuestro refugio») y, por fin, Gerontius se une a ellas en el Purgatorio. La última sección combina al Ángel, al Coro y al Semi-coro en una prolongada canción de despedida, y la obra termina con amenes superpuestos.

La dedicatoria Elgar siguió la práctica de Johann Sebastian Bach al dedicar su obra “A la mayor gloria de Dios“, «AMDG» (ad maiorem Dei gloriam ó AMDG), junto a una frase del poeta Virgilio y una cita de John Ruskin de su obra “Sésamo y lirios”. El director de orquesta Richter también autografió una copia

de la partitura con la siguiente inscripción: «Podremos olvidar al Coro o a los personajes, pero jamás podremos olvidar las alas de su genio tan original.» El sueño de Gerontius representa la ancianidad y la proximidad a la muerte, que conscientemente sentía John Henry Newman al momento de escribir su poema, un documento de valor poético y teológico, y además un testimonio estremecedor de un hombre que empieza a vislumbrar su enfrentamiento con el destino de su alma. Como asceta, Newman debe haber tenido presente esto durante toda su vida, pues no hay que olvidar que él no escribió Gerontius en forma inmediata, sino cuando había alcanzado la completa madurez, con la intuición más cercana de su mortalidad, y revelándonos así que Gerontius no era otro que el propio Newman. El tema de Gerontius está relacionado con la muerte, El tema de Gerontius es la muerte, pero desde una perspectiva religiosa, no como una aniquilación sino como un tránsito hacia otro estado: Gerontius, protagonista en la Parte I, es suplantado por El Alma de Gerontius en la Parte II. Así, el poema de Newman es un auténtico monumento a la esperanza, profundamente internalizado y maravillosamente musicalizado por el genio de Sir Edward Elgar.

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Sobre los Autores CARDENAL LLUÍS MARTÍNEZ SISTACH. Arzobispo de Barcelona. CARMEN DOMÍNGUEZ. Profesora de Derecho Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Directora del Centro UC de la Familia. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. JOAQUÍN ALLIENDE LUCO. Sacerdote schoenstatiano. Presidente de Ayuda a la Iglesia que Sufre. MAGDALENA OSSANDÓN. Periodista. JOSÉ MORALES MARÍN. Sacerdote. Doctor en Sagrada Teología por la Universidad Lateranense. Profesor de Teología dogmática en la Universidad de Navarra. ROBERT SPAEMANN. Filósofo alemán. Catedrático emérito en la Universidad de Munich. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. TONY ANATRELLA. Sacerdote. Psicoanalista y especialista en psiquiatría social. Profesor de las Facultades Libres de Filosofía y Psicología de París y de la Escuela Catedral de París. Consultor del Pontificio Consejo para la Familia y el Pontificio Consejo para la Salud. JOAQUÍN SILVA SOLER. Decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

ANDRÉS ARTEAGA MANIEU. Obispo Auxiliar de Santiago. Vice Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. CARDENAL JORGE MEDINA. Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. CARDENAL ANGELO SCOLA. Patriarca de Venecia. Ex Rector de la Universidad Lateranense. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. AUGUSTO ZULIANI. Redactor de la revista italiana Studi Cattolici. AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS GONZALO IBÁÑEZ SANTA MARÍA. Abogado y profesor de Filosofía. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. MAURO MATTHEI O.S.B. Sacerdote y monje. Historiador. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. HÉCTOR AGUER. Arzobispo de La Plata, Argentina. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. JAIME ANTÚNEZ. Director de Revista HUMANITAS. FERNANDO MARTÍNEZ. Encargado sección Música de revista HUMANITAS.

COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de Revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Ex decano y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Rector de la Universidad San Sebastián. Francisco Rosende. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex Presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de Número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex Rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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