HUMANITAS 79

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José Luis Cea / Andrés Ollero EL PROCESO CONSTITUYENTE Mattheeuw / Larrú / Donati CAMINO AL SÍNODO DE LA FAMILIA

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AÑOS

R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 7 9 / A ÑO X X

AÑO XX

Jorge Mario Bergoglio EL PLURALISMO TEOLÓGICO

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE


HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITÉ EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Álvaro Ferrer, Luis Fernando Figari, María Esther Gómez de Pedro, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, Cardenal Fernando Sebastián, David L. Schindler, Josef Seifert, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la Facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesora de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Álvaro Ferrer: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Luis Vargas Saavedra: Crítico Literario. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, exrector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C.: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Cardenal Fernando Sebastián: Arzobispo emérito de Pamplona. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


H U M A N I T A S

H umanitas Nº 79 INVIERNO 2015 – AÑO XX

EL PODER COMO OBEDIENCIA / EL PODER Y AUTORIDAD Romano Guardini Henri Hude

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EL PLURALISMO TEOLÓGICO Jorge Mario Bergoglio

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JUAN PABLO II Y LOS PAÍSES COMUNISTAS DE EUROPA ORIENTAL Giovanni Sale

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NOTAS SOBRE EL PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE José Luis Cea Egaña

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El amor de Dios nunca muere EL CAMINO EN LA IGLESIA DE LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR Alain Mattheeuws

92

Autonomía Moral y Comunión Eclesial LA CONCIENCIA MORAL Y LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR Juan de Dios Larrú

118

Entrevista Pierpaolo Donati EL ESTADO FAVORECE EL INDIVIDUALISMO Y PENALIZA LA SOLIDARIDAD Sofía Brahm

140

EL VACÍO CONSTITUCIONAL Andrés Ollero

150

LA FORMACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PASÓ POR DON BOSCO Jorge Mario Bergoglio

159

COMO DON BOSCO: CON LOS JÓVENES Y PARA LOS JÓVENES Alberto Lorenzelli

165

Destacamos en APUNTES Y NOTAS Presentación del libro “El Papa y el Filósofo” EN SIMPOSIO HUMANITAS SOBRE EL BIEN COMÚN GLOBAL Pedro Morandé

174

En la enseñanza de los últimos papas: INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA CONVIVENCIA POLÍTICA Ricardo Riesco

181

Destacamos en LIBROS Austen Ivereigh EL GRAN REFORMADOR. FRANCISCO, RETRATO DE UN PAPA RADICAL Elena Vial

266

Portada: “Virgen” por Antonello de Messina (s. XV).

Sumario Editorial Apuntes y Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores

6 10 174 196 209 266 288


En orden a facilitar el contacto con nuestros lectores y eventuales suscriptores, se pueden consultar los contenidos de este y de los anteriores números de Humanitas en Internet. Dicha información se entrega por medio de resúmenes de cada uno de los trabajos publicados en www.humanitas.cl VER REVISTA DIGITAL

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Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

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HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: DISEÑA UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (56) 22354 6519, Fax (56) 22354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $18.000. Valor por ejemplar, $7.000.



Cr isti a na s Cult ur a y A ntropologí a

Laudato si’

Carta Encíclica de S.S. Francisco Sobre el cuidado de la casa común PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Humanitas obsequia un ejemplar de la encíclica LAUDATO SI’ del Papa Francisco, a los suscriptores que la soliciten a través de: Teléfono (02) 2354 6519

Carta Encíclica de S.S. Francisco Sobre el cuidado de la casa común

DE R E V ISTA

LAUDATO SI’

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COLOQUIO

Encíclica LAUDATO SI’ del Papa Francisco Invitado especial:

Ricardo Lagos Escobar Comentarán: Ignacio Sánchez Díaz, Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile Eduardo Valenzuela Carvallo, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales LUNES 31 DE AGOSTO, A LAS 12 HRS. AULA MAGNA MANUEL JOSÉ IRARRÁZAVAL, CASA CENTRAL, UNIVERSIDAD CATÓLICA (ALAMEDA 340)

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INFORMACIONES E INSCRIPCIONES Revista Humanitas / Centro de Extensión, Pontificia Universidad Católica / Alameda 390 Teléfono: 22354 6519 / www.humanitas.cl / humanitas@uc.cl


HUMANITAS Sumario n° 79 (julio-septiembre 2015)

EL PODER COMO OBEDIENCIA, por Romano Guardini. No es extraño al hombre el conocimiento de la satisfacción que reporta el tener poder y ejercerlo. Sin embargo, para una comprensión más profunda del poder, es importante observar este concepto a la luz de lo que dice la Revelación sobre su naturaleza. Los supuestos básicos para el análisis se encuentran en el libro del Génesis. Apenas narrado el relato de la creación del mundo, se habla de lo que es esencialmente el destino del hombre: alcanzar el dominio de las demás criaturas, pero permaneciendo en una relación de obediencia a Dios y ejerciendo esa potestad como servicio. El hombre está llamado a ser señor, pero manteniéndose fiel a la imagen de Dios que hay en él, y sin pretender ser el arquetipo definitivo. Sin embargo, la serpiente, imagen simbólica de Satanás, confunde ante el hombre los hechos fundamentales de su existencia: la diferencia esencial entre creador y criatura; la relación entre el arquetipo y la copia; la realización de sí mismo en la verdad y en la usurpación; el dominio como servicio y el dominio como pretensión propia. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 24 - 37

EL PLURALISMO TEOLÓGICO, por Jorge Mario Bergoglio. ¿Cómo se puede conservar la necesaria unidad confesional de la fe en un contexto de pluralismo teológico? En 1984, el sacerdote jesuita Jorge Mario Bergoglio —hoy el Papa Francisco— escribió el documento que se publica en las presentes páginas para responder esta pregunta que resulta pertinente también en la actualidad. La solución al problema no se puede realizar por medio de una reducción a la unidad abstracta de un denominador común, tan general como vacío. Ello implica que la pluralidad sea considerada como una realidad negativa, y en torno a ella se genere un espíritu de reacción, de conformismo, de ghetto, de integrismo. De este modo la teología renuncia a su misión creativa, y se transforma en una mera ideología. Tampoco puede resolverse el problema abandonando la preocupación por la unidad de la fe, pues ello presupone una renuncia a la verdad a favor de perspectivas parciales y unilaterales. ¿Cuál es entonces la forma cristiana de reunir unidad y pluralidad? Bergoglio valoriza la reflexión de H. U. Von Balthasar y articula su propio discurso afirmando que el misterio permanece incluso después de ser revelado, por lo que la fe conoce innumerables grados de profundidad. El misterio cristiano no es domesticable, comporta un máximo de unidad en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, y a la vez admite un máximo de diversidad entre sus miembros. Su signo será la unanimidad de la expresión plural. La existencia de la unidad superior permite que se soporten tensiones y conflictos, que puedan aparecer disonancias, y que no exista una confusión con la “cacofonía” de un monismo gnóstico. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 38 - 55

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Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

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JUAN PABLO II Y LOS PAÍSES COMUNISTAS DE EUROPA ORIENTAL, por Giovanni Sale, S.J. Juan Pablo II fue un líder religioso excepcionalmente popular y carismático en el marco del siglo XX. Su magisterio moral y religioso, sobre todo en los últimos años de su pontificado, ha permanecido vigente en el mundo católico y cristiano en general. El presente artículo trata el pontificado de Wojtyla desde una perspectiva histórica y crítica en un intento de iluminar uno de los momentos más complejos de su ministerio: Juan Pablo II, el “pontífice eslavo”, y su relación con el mundo comunista, bien conocido por él por haberlo combatido por largo tiempo desde su época de estudiante, su juventud como sacerdote y sus años de obispo. De gran importancia fueron, en este aspecto, sus tres visitas a Polonia, antes de la caída del Muro de Berlín. Ellas contribuyeron a la disolución del imperio comunista y al nacimiento de una nueva identidad nacional sin derramamiento de sangre. Juan Pablo II no fue solo un Papa global y mediático, sino también profundamente europeo, con un concepto ampliado del continente que no dejaba al margen al mundo eslavo y a su cultura cristiana y popular. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 56 - 77

NOTAS SOBRE EL PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILE, por José Luis Cea Egaña. Reemplazar una Constitución, cualquiera sea el método aplicado, es la encrucijada más seria que un país pueda enfrentar en democracia y con imperio del Derecho. Impulsar tan grave proceso se justificaría únicamente con base en diagnósticos objetivos y confiables. No es, sin embargo, tan elemental exigencia la que se advierte en Chile. En lugar de ello, se detecta el retorno a simplificaciones ideológicas en las que laten añoranzas estatistas de medio siglo atrás, fracasadas aquí y en el mundo. Apreciar hoy las secuelas dolorosas que dejó ese empeño y evitarlo sería un rasgo enaltecedor de quienes anhelan cambios sin recaer en sucesos de inolvidable sufrimiento. Es necesario realizar un análisis del proceso en el que está inmerso el país, para evaluar las alternativas y consecuencias que se presentan ante el futuro. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 78 - 91

EL CAMINO EN LA IGLESIA DE LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR, por Alain Mattheeuw, S.J. Las interrogantes sobre el estado de los divorciados vueltos a casar en la Iglesia y su posibilidad de recibir la comunión eucarística no podrán resolverse si se hace abstracción, como ocurre con demasiada frecuencia, de la economía sacramental y especialmente del vínculo de Cristo con su cuerpo, sacramento de salvación para el mundo. El artículo relee en esta perspectiva las determinaciones del magisterio y los debates recientes. Presenta entonces el posible camino de santidad de los divorciados vueltos a casar: el amor de Dios nunca muere. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 92 - 117

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LA CONCIENCIA MORAL Y LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR, por Juan de Dios Larrú. La decisión de acercarse a la comunión eucarística, ¿puede dejarse exclusivamente a la conciencia individual de los fieles? Si no fuera así, la guía del obispo a través de un sacerdote cualificado, ¿podría ser condición suficiente para acceder a la comunión? La cuestión de fondo que se encuentra detrás de estos interrogantes es la adecuada comprensión de la relación que existe entre la comunión eclesial y la conciencia moral. Para afrontarla, es necesaria una reflexión sobre la naturaleza de la conexión entre conciencia y verdad. Iluminada esta primera cuestión, será posible abordar el tema de la eclesialidad de la conciencia moral. Un estilo pastoral, personalizado y misericordioso, no puede ocultar la radicalidad del Evangelio, ni las exigencias de la verdad del amor que Cristo muerto y resucitado ha encarnado en su propia existencia terrena y ofrece a todo aquel que desee seguirle. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 118 -139

EL ESTADO FAVORECE EL INDIVIDUALISMO Y PENALIZA LA SOLIDARIDAD. Pierpaolo Donati es entrevistado por Sofía Brahm. El profesor Donati, del departamento de Sociología y Derecho de la Economía de la Universidad de Bolonia, se refiere a las políticas familiares en el contexto actual. Es la opinión de uno de los especialistas más reconocidos en el ámbito de la sociología de la familia y autor de un nuevo enfoque en las ciencias sociales llamado “sociología relacional”. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 140 - 149

LA FORMACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PASÓ TAMBIÉN POR DON BOSCO, por Jorge Mario Bergoglio. El 20 de octubre de 1990 Jorge Mario Bergoglio escribió desde Córdoba (Argentina) una larga carta al salesiano Cayetano Bruno, el historiador de la Iglesia argentina, para recordar a Enrique Pozzoli, el salesiano amigo de la familia que lo había bautizado el 25 de diciembre de 1936. En estos fragmentos Bergoglio habla de “sus recuerdos salesianos”, en concreto del año 1949, cuando él tenía 13 años y asistía al colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles en Ramos Mejía, en su ciudad de Buenos Aires. En el bicentenario del natalicio de don Bosco, se reproducen en estas páginas fragmentos de esta misiva en la que se destacan las influencias salesianas del actual Pontífice. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 159 - 163

COMO DON BOSCO: CON LOS JÓVENES Y PARA LOS JÓVENES, por Alberto Lorenzelli, S.D.B. Don Bosco no conoció el Magisterio pontificio sobre la doctrina social de la Iglesia. La Rerum novarum será promulgada tres años después de su muerte. Sin embargo, hoy todos los estudiosos lo reconocen como un santo comprometido con los problemas sociales. Lo peculiar de su concepción es que apunta directamente a la mejoría de una situación de pérdida de dignidad del hombre, a causa de la indiferencia de los poderosos o de discusiones teóricas vanas. Don Bosco no se detuvo a analizar las causas de la situación, a hacer un balance teórico y a elucubrar propuestas de solución; al contrario, se vio impulsado a actuar concretamente para salvar muchas situaciones graves. Se presentan en este artículo sus iniciativas en temas educativos, su valoración del trabajo y su fundación en el contexto de su tiempo y del mundo actual. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 165 - 173

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APUNTES Y NOTAS PRESENTACIÓN DE LIBRO EL PAPA Y EL FILÓSOFO (del periodista Alver Metalli), por Pedro Morandé. Este libro, publicado por Ediciones UC en el marco de los XX años de Humanitas, reúne un largo diálogo con el filósofo uruguayo, fallecido en 2009, Methol Ferré, en la que trasuntan los temas habituales de sus conversaciones en calle Rivadavia, Buenos Aires, con el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Bergoglio. De ahí el título de la obra, que recuerda la sentencia agradecida de quien es hoy el Pontífice de la Iglesia católica: “él (Methol Ferré) nos ha ayudado a pensar”. La obra está prologada por un amigo de ambos, del Papa y del filósofo, el Dr. Guzmán Carriquiry, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA ENSEÑANZA DE LOS ÚLTIMOS PAPAS, por Ricardo Riesco. El cambio en los medios de comunicación supone muchísimo más que una simple revolución tecnológica. Implica, además, la completa transformación del modo en que la humanidad capta el mundo que la rodea y aquello que la percepción verifica y expresa. Por eso, la revolución de los medios reclama con urgencia la inclusión de la “cuestión antropológica” y la preservación de la defensa de la dignidad de la persona por parte de los medios. Es necesario una ética y una moral, una “infoética”, como la denominó Benedicto XVI, tal como existe la bioética en el campo de la medicina y de la investigación científica. BOKO HARAM Y LA SANGRE INOCENTE: ¿DE QUIÉN ES LA CULPA?, por Matthew Kukah. Gran parte de los discursos sobre Boko Haram se han centrado en su ascenso a través de los últimos tres años. Se plantean en esta reflexión los motivos de dicho ascenso, qué relación tiene con el de otros grupos y movimientos, cuáles son sus fuentes de inspiración, por qué su acción se ha desplegado sobre todo en algunos estados de Nigeria y por qué los principales objetivos son el Estado y las fuerzas de seguridad, los cristianos y la educación occidental. Humanitas 2015, LXXIX, págs. 174 - 194

LIBROS “El gran reformador. Francisco, retrato de un Papa radical” por Austen Ivereigh (Ediciones B); “Progetto di dio: la creazione” por Joseph Ratzinger, Benedicto XVI (Marcianum Press); “Un veterano de tres guerras. Recuerdos de José Miguel Varela” por Guillermo Parvex (Academia de Historia Militar de Chile); “La ética o es transfiguración o no es nada” por Alfonso López Quintás (Biblioteca de autores cristianos); “Desde la universidad a la sociedad” por Ignacio Sánchez (Ediciones UC); “San Juan XXIII, maestro espiritual” por Luis Marín de San Martín (Editorial Ciudad Nueva); “Una sola carne y un solo Espíritu. Teología del matrimonio” por José Granados (Ediciones Palabra); “The Radiance of Being. Dimensions of Cosmic Christianity” por Stratford Caldecott (Angelico press); “Lecturas al atardecer. Ocho temas acerca del envejecimiento” por Beatriz Zegers Prado y María Elena Larraín Sundt (Editorial Universitaria); “Don Bosco. Historia de un Cura” por Teresio Bosco (Editorial Don Bosco); “Yo soy Malala” por Malala Yousafzai y Christina Lamb (Editorial Alianza). Humanitas 2015, LXXIX, págs. 266 - 287

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Encíclica Laudato si’

Un hito en la doctrina social de la Iglesia

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o parece desproporcionada la comparación en el sentido de que la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco sea, para la humanidad de comienzos del siglo XXI, lo que fue la Rerum novarum de León XIII para la del mundo de fines del siglo XIX. El llamado al sentido de responsabilidad frente a una sociedad que velozmente se industrializaba, lanzado por el Papa Pecci —recordado como un hito por sus sucesores Pío XI, Pablo VI y Juan Pablo II con sendas encíclicas—, se situaba ante el contexto cultural de ligereza e irresponsabilidad social y política que, muy pronto, llevaría Llama la atención, y a las naciones de Europa y al mundo entero a las dos constituye todo un signo más devastadoras guerras de toda la historia universal.

a meditar, la constatación que hace el Papa Francisco en el sentido de que esa irresponsabilidad social y política no ha tenido hasta ahora cura verdadera.

Llama la atención, y constituye todo un signo a meditar, la constatación que hace el Papa Francisco en el sentido de que esa irresponsabilidad social y política no ha tenido hasta ahora cura verdadera: “la humanidad del período post-industrial quizá sea recordada como una de las más irresponsables de la historia” (LS, 165).

El esfuerzo de este importante documento magisterial, Laudato si’, apunta fundamentalmente en la dirección de subsanar esa irresponsabilidad, remontando desde las consecuencias —siendo ciertamente la crisis ecológica una de las más graves y sintomáticas— a las causas, que el Papa visualiza en el orden antropológico. A pesar de la enorme gravedad de los temas que trata, su esperanza sin embargo no declina, y aguarda así “que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades” (id.). Dicho lo anterior, que puede valer como premisa histórica, conviene en seguida hacer presente la continuidad magisterial en la que se insertan tanto la Rerum novarum como la Laudato si’. En efecto, al contrario de quienes la interpretaron como una apertura al mundo de la época, discordante con la enseñanza de sus predecesores,

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EDITORIAL

lo que la voz de León XIII trajo consigo a la cultura de inicios de la era capitalista fue la proyección, al contexto social y político de la Revolución industrial, de la visión del hombre desarrollada por sus antecesores Pío IX y Gregorio XVI. Estos habían ya advertido, con extraordinaria lucidez y fuerza profética, el desafío que significaba el inmanentismo de la filosofía liberal de su tiempo, que tantos problemas, externos e internos, acarrearían muy luego a la propia Iglesia. Con caracteres distintos, potenciados por una sociedad fuertemente mediatizada, la misma falsa dicotomía se repite hoy. Como si el cuidado de la naturaleza no fuese un tema antiguo en el magisterio y como si de la crisis ecológica no hubiesen ya tratado Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI (cfr. capítulo 4 de la Caritas in veritate), se hace a la Constata que el mundo nueva encíclica, informativamente hablando, objeto de vive, la dinámica de un una mañosa contradicción. Pero más allá de todo ello y de las complejas circunstancias sociales, políticas o económicas frente a las que haya querido responder cada pronunciamiento, lo que debe observarse es la común visión del hombre y de su destino trascendente que inspira todos los documentos papales conocidos, no solo en el ‘ciclo breve’, sino en el ‘ciclo largo’, como aquel que puede comprender desde Gregorio XVI a Francisco, y más.

estado contracultural, profundamente dañino al bien común, del que es difícil evadirse, en el cual la política es dominada por la economía y esta, a su vez, por el “paradigma eficientista de la tecnocracia” (LS, 189). (…)

Una variedad de autorizados analistas ha subrayado y comentado, consistentemente con lo anterior, lo que la encíclica Laudato si’ deja ver de manera inmediata al lector desprejuiciado. Precisa el Papa que “las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía” (LS, 161). Sin embargo no se está frente a un documento “ecologista”, como superficialmente algunos han querido llamarlo, ni tampoco político, económico o técnico. Al igual que sus antecesores, Francisco ha querido hablar de una forma de vivir o, en términos más precisos, de una antropología —de cara ciertamente a un gravísimo problema de hoy, como pudo ser, por citar un ejemplo, el caso de Pío XI frente a las ideologías de su tiempo—, lo cual, en rigor, es común a la totalidad del magisterio.

Constata Francisco que el mundo vive, en este tiempo, la dinámica de un estado contracultural, profundamente dañino al bien común, del que es difícil evadirse, en el cual la política es dominada por la economía y esta, a su vez,

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por el “paradigma eficientista de la tecnocracia” (LS, 189). Obviamente, no se trata de desconocer los progresos de la ciencia y la técnica modernas. Sí, en cambio, de encarar el modo como la humanidad ha asumido la tecnología, en ningún caso de forma integral, lo cual en lugar de extender la mirada y ampliar la razón —reclamo en continuidad con Benedicto XVI—, la empuja cada vez más en una dirección reductiva. De aquí adviene, como consecuencia, un relativismo “todavía más peligroso que el doctrinal” (Evangelii gaudium, 80), por el que el ser humano “termina dando prioridad absoluta a sus conveniencias circunstanciales, y todo lo demás se vuelve relativo”, provocándose, con soporte en esta fragmentación, “al (…) No se trata de mismo tiempo la degradación ambiental y la degradación desconocer los progresos social” (LS, 122).

de la ciencia y la técnica modernas. Sí, en cambio, de encarar el modo como la humanidad ha asumido la tecnología, en ningún caso de forma integral, lo cual en lugar de extender la mirada y ampliar la razón, la empuja cada vez más en una dirección reductiva.

Mientras tanto, como había advertido su antecesor, a quien Francisco cita, si estamos viendo cada vez más que los desiertos exteriores se multiplican en el mundo, es porque antes se han extendido los desiertos interiores. “La crisis ecológica es una eclosión o manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad”, señala el Papa (LS, 119). Una grave dificultad para abordarla, de la que hay que tener conciencia al hacerse cargo del grave problema mundial puesto en foco, es que “no podemos pensar que los proyectos políticos o la fuerza de la ley serán suficientes para evitar los comportamientos que afectan al ambiente, porque, cuando es la cultura la que se corrompe y ya no se reconoce alguna verdad objetiva o unos principios universalmente válidos, las leyes sólo se entenderán como imposiciones arbitrarias y como obstáculos a evitar” (LS, 123). Señalando los falsos atajos dilatorios, que en lugar de enfrentar el desafío ecológico buscan términos medios —y que “son sólo una pequeña demora en el derrumbe”—, Francisco se plantea, sin eufemismos, frente a la necesidad de reformular la noción de progreso y de verdadero desarrollo, no siendo todo lo que se engloba en su nombre digno del hombre. “Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso” (LS, 194). Late en el fondo de todo el documento papal la “antropología teológica” de San Juan Pablo II, así como la concepción creatural del hombre legada a la humanidad contemporánea —conformada de seres fundamentalmente

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EDITORIAL

celosos de su autonomía— por el Concilio Vaticano II, y hondamente desarrollada por el magisterio de los papas Wojtyla y Ratzinger. Para Francisco, en efecto, es la incomprensión de la fe bíblica en el Dios creador lo que ha conducido a un antropocentrismo exacerbado, situado en el corazón de la crisis ecológica. La fe, en cambio, nos hace reconocer que “no somos Dios”, que “la tierra nos precede y nos ha sido dada” (LS, 67). La “ecología del hombre”, como la llamó Benedicto XVI hablando en el Bundestag —asimilable a la ecología integral de que Late en el fondo de todo habla Francisco—, supone que la creatura humana “posee una naturaleza que [él] debe respetar y que no el documento papal la puede manipular a su antojo”. Esta nos pone en estrecha “antropología teológica” relación con el ambiente y con los demás seres vivientes, de San Juan Pablo II, continúa Laudato si’. Y está necesariamente también así como la concepción presente en ella la ley moral, escrita en la propia natucreatural del hombre raleza del animal racional, el hombre —”el único sujeto legada a la humanidad óntico de la cultura” (cfr. Juan Pablo II en la Unesco, contemporánea — 2.VI.80)—, que con su inteligencia sabe descubrirla para conformada de seres crear un ambiente culturalmente digno.

fundamentalmente celosos

“La aceptación del propio cuerpo como don de Dios de su autonomía— por es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como el Concilio Vaticano II, regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de y hondamente dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una desarrollada por el lógica a veces sutil de dominio sobre la creación”. En magisterio de los papas el horizonte del “todo conecta con todo” que desarrolla Wojtyla y Ratzinger. el Papa Francisco en esta encíclica, se comprende en seguida la relación que esto guarda con temas cruciales del debate actual, relacionados con la masculinidad, la femineidad y las manipulaciones ideológicas que incurren en la insania de “cancelar la diferencia sexual porque ya no saben confrontarse con la misma” (LS, 155). Reconocidas y fortalecidas las relaciones constitutivas de la vida humana —con uno mismo, con los demás, con lo creado y con Dios—, se puede entender que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola crisis socio-ambiental” (LS, 139). Dicha mirada unitaria reclama, asimismo, “la necesidad imperiosa del humanismo” (LS, 141). JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE

Director de Humanitas

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SALUDOS RECIBIDOS EN LOS XX Aテ前S DE HUMANITAS

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AÑOS

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Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS Papa emérito Benedicto XVI:

Gràzie per il vostro lavoro intellettuàle e spirituale! ¡Gracias por vuestro trabajo intelectual y espiritual!

El Papa emérito Benedicto XVI hizo llegar a Humanitas este hermoso y honroso saludo autógrafo alusivo a los XX años de esta publicación. Llegó a la Dirección de la revista en un sobre con el timbre de la Secretaría de Estado del Vaticano, que dentro incluía una imagen del Cristo de San Dámaso, en Asís. El 9 de julio de 2013, el ya entonces Papa emérito, Benedicto XVI escribió a la dirección de Humanitas que la antigua amistad que le unía a las personas de la revista la llevaría consigo como un legado “al tiempo del silencio, al que ahora me he retirado, permaneciendo interiormente cercano a su trabajo y al de la Universidad Católica de Santiago”.

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Aテ前S

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Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

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ANGELO CARDENAL SODANO Decano del Colegio Cardenalicio

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AÑOS

XX

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

“Muchas gracias por Humanitas. Hacéis un trabajo muy valioso e importante. Que el Señor os acompañe en la vida y en vuestros trabajos”. PAMPLONA, ESPAÑA

FERNANDO CARDENAL SEBASTIÁN Arzobispo emérito de Pamplona y de Tudela​

“Esta interesante revista ha desempeñado un importante rol en el estudio del magisterio Pontificio durante estos veinte años. Le felicito por la hermosa labor que realizan a través de este medio”. SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA

NICOLÁS DE JESÚS CARDENAL LÓPEZ RODRÍGUEZ Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo Primado de América

Quisiera felicitar a usted, en calidad de director, y a todas las personas que hacen posible el servicio eclesial y social que la publicación de Humanitas lleva a cabo. En estos años he podido siempre observar la calidad y la oportunidad de los artículos publicados, así como la elegancia misma de la maquetación de la revista. Ha sido en todo momento una gran alegría poder colaborar con ustedes en esta misión eclesial, y espero que el futuro nos siga dando ocasiones para continuar en común este camino de evangelización”. VATICANO

MONS. LIVIO MELINA Presidente Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y Familia

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“Al hacerle llegar mi felicitación personal y la del Clero Arquidiocesano del Cusco por vuestro vigésimo aniversario, les agradezco el envío del precioso material condensado en la revista Humanitas, que es de muchísima utilidad para nosotros”. CUSCO, PERÚ

RICHARD DANIEL ALARCÓN URRUTIA Arzobispo del Cusco

“Es motivo de profunda alegría la oportuna iniciativa del doctor Juan de Dios Vial Correa y el notable nivel en el cual la Dirección, el Comité Editorial y la colaboración de Diseña UC han sabido confluir, haciendo que Humanitas celebre sus primeros veinte años de vida. Con sentida gratitud por la creatividad, el perseverante esfuerzo y la belleza-verdad logradas, reciba un cordial abrazo en el Señor y su Madre”. SAN MARTÍN, ARGENTINA

GUILLERMO RODRÍGUEZ-MELGAREJO Obispo de San Martín

“Uniéndome a su alegría por su vigésimo aniversario, los encomiendo a la maternal protección de la Virgen María, pidiéndole que les conceda frutos de santidad y fecundo apostolado cristiano en el campo de la educación”. CALLAO, PERÚ

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JOSÉ LUIS DEL PALACIO PÉREZ-MEDEL Obispo del Callao


AÑOS

XX

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

“…me alegra mucho ver a la revista cumplir 20 años con tan buena salud y tantas perspectivas. Ánimo en esta tarea tan necesaria y, a la vez, exigente”.

MADRID, ESPAÑA

JAVIER PRADES Rector Universidad de San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional.

“Deseo darle mi humilde reconocimiento por el valor de esta publicación que honra la cultura católica chilena, conforme a la tradición de este país que en este campo sobresale entre los países latinoamericanos”. CIUDAD DEL VATICANO

MONS. ANGELO ACERBI Prelado emérito de la Soberana Orden de Malta

“no pasa desapercibido el cuidado en cada detalle que se refleja en todo el quehacer de Humanitas, cómo las portadas de la propia revista, que a su proverbial riqueza de contenidos acompaña con riqueza y variedad de imágenes, complementando tan bien y haciendo tan agradable como interesante su enjundiosa lectura. Ha aportado y sigue contribuyendo tan grandemente al país como a la Iglesia Católica, con una labor que resplandece sin necesidad de aspavientos; una extraordinaria y valiosísima contribución que con denodados esfuerzos y bajo el amparo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Espíritu Santo sin duda continuará iluminando y animando al equipo liderado con tanta sabiduría”. SANTIAGO CHILE

RAFAEL ROSENDE ÁLVAREZ Profesor de Física

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“Humanitas me permite guardar el hilo con Chile y comulgar por la oración con la intelligentia evangélica con que usted y el equipo buscan nutrir el pensamiento de los lectores chilenos y de otros países. Doy gracias a Dios porque Humanitas deja transparentar la belleza de la antropología que da la fe y la fidelidad al evangelio de Cristo y al Magisterio de la Iglesia. Doy gracias por la calidad y profundidad de cada una de sus páginas, cada una iluminando un aspecto de la Verdad, en armonía con la belleza de cada edición. También me regocija la nueva edición en inglés que permite derramar los contenidos de Humanitas, la verdad, en los países de esa lengua. ¿Cuándo en la lengua de Francia que necesita tanto de ello? GALILEA, ISRAEL

HNA. MARIE-PÁQUE Monasterio de Laura Netofa

“En nombre de la Madre Verónica y de todas las hermanas, damos gracias a Dios por vuestra vida y por haberles concedido el don de presentar de forma tan bella el acontecimiento de Cristo. A Él le pedimos que derrame su amor y su ternura en vuestro corazón. LA AGUILERA (BURGOS), ESPAÑA

Monasterio Iesu Communio

“Quiero, ante todo, expresarte mi felicitación por estos ya 20 años de la gran revista que es Humanitas, una efeméride que hace brillar la afinidad, en el espíritu y hasta en la coincidencia del 20 aniversario de su historia, con nuestro semanario “Alfa y Omega”, que hace tan solo unos meses igualmente tuvimos el gozo de festejarlo. Ese mismo “espíritu” que, con dignidad y calidad extraordinarias, ha brillado desde el principio en la revista Humanitas, ciertamente, como reza el lema de su 20 aniversario, “sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura”, desde la Pontificia Universidad Católica de Chile, que precisamente en su revista tiene un brillantísimo portavoz de la única verdadera Luz que guía y salva al mundo”. MADRID, ESPAÑA

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ALFONSO SIMÓN Director y Delegado Episcopal de “Alfa y Omega”


AÑOS

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Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

“Con un corazón agradecido, pedimos al Señor que los bendiga, y los guíe en la edición de Humanitas”. CÓRDOBA, ARGENTINA

HNA. CLARA MARCELA VÉNICA Abadía Gaudium Marie

“Vengo recibiendo la revista Humanitas hace varios años y desde el primer momento quedé muy agradecida, ya que los artículos aportaban a mi fe, a aclararme ciertos conceptos y a estar actualizada. Aquí me toca dar clases en el seminario San Pedro de Pucallpa, en el Amazonas peruano, y he sacado muy buenos artículos de la revista Humanitas para el trabajo con mis alumnos, los cuales también la utilizan para investigar. La revista Humanitas es muy completa y variada en temas de todo tipo. Felicito a todos los que aportan con sus escritos y a usted por ese entusiasmo que lo caracteriza y por todo el esfuerzo que significa publicar esta revista recopilando cada tema y seleccionando a los autores”. PUCALLPA, PERÚ

HNA. FRESIA MARTíNEZ CORNEJO Dominicas de la Anunciata

“Al cumplirse el XX aniversario de Humanitas, le hacemos llegar nuestras felicitaciones y nuestro agradecimiento por esta revista con la cual nos sentimos tan afines por su enfoque católico que alcanza y clarifica los múltiples temas que plantea la realidad. Su apertura a todos los campos de la cultura, la calidad de los escritores, la amplitud de las informaciones, el buen gusto de la presentación, son atractivos pregustados desde la tapa, al recibir cada ejemplar. Celebramos la aparición de cada número. Atesoramos estos ejemplares porque hay que volver de tanto en tanto a ellos para refrescar descubrimientos. Aspiramos a que, en el futuro, la revista siga ayudándonos a orientarnos con la oportunidad de sus artículos: para aclarar lo que se dice y rescatar lo que no se dice en nuestra circunstancia y en el mundo en general”. BUENOS AIRES, ARGENTINA

INÉS Y ENRIQUE CASSAGNE

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El poder como obediencia POR ROMANO GUARDINI


«Para un conocimiento más profundo del poder, es importante lo que dice la Revelación sobre su naturaleza. (…) Después del relato de la creación del mundo, (…) se dice que la naturaleza del hombre es distinta en comparación con los demás seres vivientes. Es creado como todo ser viviente, pero de manera especial, y precisamente a imagen de Dios. Está hecho de tierra, de la tierra donde crece el alimento del hombre, pero en él vive un soplo del aliento divino. Por este motivo, está inserto en el complejo de la naturaleza, pero al mismo tiempo se encuentra en una relación inmediata con Dios y por lo tanto puede adoptar una posición ante la naturaleza. Puede ejercer su imperio sobre esta, y —más aun— debe hacerlo, así como debe ser fecundo para hacer de la tierra la habitación de su descendencia.»

Lorenzo Ghiberti. Puerta del Paraíso, detalle la creación de Adán. Baptisterio San Juan, Florencia (s. XV).

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E

EN ESTE DON DE PODER, EN LA CAPACIDAD DE USARLO Y EN EL CONSIGUIENTE IMPERIO CONSISTE LA NATURAL SEMEJANZA DEL HOMBRE CON DIOS. AQUÍ SE EXPRESA LA DISTINCIÓN ESENCIAL Y LA PLENITUD DE VALOR DE LA EXISTENCIA HUMANA, Y ESTA ES LA RESPUESTA DE LA ESCRITURA A LA INTERROGANTE SOBRE EL ORIGEN DE ESE CARÁCTER ONTOLÓGICO DEL PODER.

l hecho de que el hombre tenga un poder y en su ejercicio experimente especial satisfacción no constituye un aspecto excepcional de la existencia, pero está o al menos puede estar vinculado con sus actividades o con sus condiciones habituales, incluso aquellas que a primera vista no parecen tener relación alguna con el carácter del poder. Evidentemente, todo acto del proceder o del hacer, del poseer o del gozar genera una conciencia inmediata de disponer de un poder. Se puede decir lo mismo de todos los actos vitales. Toda actividad en la cual se explique la inmediatez vital es ejercicio del poder y como tal es advertida… Podría decirse algo análogo del ejercicio del conocer. En sí mismo significa la capacidad de penetrar con la mirada y el intelecto en aquello que es; pero quien conoce experimenta la fuerza que del conocer obtiene. Siente el “tomar conciencia de la verdad” y esto puede transformarse en un sentir “ser dueño de la verdad”. (…)

A imagen de Dios Para un conocimiento más profundo del poder, es importante lo que dice la Revelación sobre su naturaleza. Encontramos los supuestos básicos del mismo ya al comienzo del Nuevo Testamento, donde se habla de lo esencial del destino del hombre. Después del relato de la creación del mundo, se lee en el primer capítulo del Génesis: Dijo Dios: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra; que mande en los peces del mar y en las aves del cielo, en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la tierra”. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó. Después los bendijo Dios con estas palabras: “Sed fecundos y multiplicaos, henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que repta sobre la tierra” (Gn 1, 26-28).

Y en la segunda narración de la creación se lee: Entonces Yahvé Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente (Gn 2, 7).

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HUMANITAS Nº 79 pp. 24 - 37


Para empezar, entonces, se dice que la naturaleza del hombre es distinta en comparación con los demás seres vivientes. Es creado como todo ser viviente, pero de manera especial, y precisamente a imagen de Dios. Está hecho de tierra, de la tierra donde crece el alimento del hombre, pero en él vive un soplo del aliento divino. Por este motivo, está inserto en el complejo de la naturaleza, pero al mismo tiempo se encuentra en una relación inmediata con Dios y por lo tanto puede adoptar una posición ante la naturaleza. Puede ejercer su imperio sobre esta, y —más aun— debe hacerlo, así como debe ser fecundo para hacer de la tierra la habitación de su descendencia. La relación del hombre con el mundo se desarrolla luego en el segundo capítulo y precisamente desde el punto de vista que ya hemos señalado, es decir, que el hombre debe llegar a ser dueño no solo de la naturaleza, sino también de sí mismo; debe tener fuerza no solo para el trabajo, sino también para la propagación de su propia vida: Se dijo luego Yahvé Dios: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada”. Y Yahvé Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada (Gn 2, 18-20).

Así, el hombre reconoció ser esencialmente distinto al animal, y por lo tanto no tener carácter común su vida con la del mismo ni poder propagar por medio de este su propia vida (…).

EL HOMBRE NO PUEDE SER HOMBRE Y JUNTO CON ESO EJERCER UN PODER O NO HACERLO; PARA ÉL ES ESENCIAL EJERCER ESE PODER. A ESO LO HA DESTINADO EL AUTOR DE SU EXISTENCIA. EN EL BURGUÉS, SE PRODUCE UNA FATAL INCLINACIÓN: EJERCER EL PODER DE MANERA CADA VEZ MÁS FUNDAMENTAL, CIENTÍFICA Y TÉCNICAMENTE PERFECTA, Y AL MISMO TIEMPO NO ASUMIR ABIERTAMENTE SU DEFENSA, PROCURANDO EN CAMBIO ENCUBRIRLO BAJO LOS PRETEXTOS DE LA UTILIDAD, DEL BIENESTAR, DEL PROGRESO, ETC.

Un ejercicio esencial Estos textos, que se repiten en todo el Antiguo y el Nuevo Testamento, dicen que al hombre se le ha dado poder tanto sobre la naturaleza como sobre su propia vida. Y también dicen que de este poder nace una autorización y un deber: ejercer un dominio. En este don de poder, en la capacidad de usarlo y en el

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«La humildad en sentido cristiano es una virtud de fuerza, no de debilidad. En el sentido primitivo, humilde es el fuerte, aquel que tiene sentimientos elevados y valerosos. Quien por primera vez realizó una conducta de humildad, haciéndola posible para los hombres, es Dios mismo con la encarnación del Logos.» Fresco de Masaccio, capilla Brancacci (s. XV).

consiguiente imperio consiste la natural semejanza del hombre con Dios. Aquí se expresa la distinción esencial y la plenitud de valor de la existencia humana, y esta es la respuesta de la Escritura a la interrogante sobre el origen de ese carácter ontológico del poder sobre el cual hemos hablado antes. El hombre no puede ser hombre y junto con eso ejercer un poder o no hacerlo; para él es esencial ejercer ese poder. A eso lo ha destinado el Autor de su existencia. Y hacemos bien en recordar que en el protagonista del progreso moderno, incluso en el protagonista de ese desarrollo de poder humano que trae consigo el progreso, y precisamente en el burgués, se produce una fatal inclinación: ejercer el poder de manera cada vez más fundamental, científica y técnicamente perfecta, y al mismo tiempo no asumir abiertamente su defensa, procurando en cambio encubrirlo bajo los pretextos de la utilidad, del bienestar, del progreso, etc. Por lo tanto, el hombre ha ejercido una potencia sin desarrollar la ética correspondiente. Ha nacido así un uso de la fuerza que no está regido esencialmente por la ética y que encuentra su expresión más genuina en la sociedad anónima. Solo cuando se reconocen estos hechos, el fenómeno del poder adquiere todo su peso: su grandeza y su seriedad, esa seriedad que reside en la responsabilidad. Si el poder humano, con la potencia proveniente del mismo, tiene su raíz en la semejanza con Dios, este no es un derecho autónomo del hombre, sino algo que se le ha prestado. Por gracia es señor, y debe ejercer su señorío haciéndose responsable del mismo ante Aquel que es Señor por esencia. El poder se vuelve entonces obediencia y servicio. (…)

sigue en página 32

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EL PODER Y AUTORIDAD Poder es poder actuar, ser una causa, tener energía, producir efectos: eso es en sí mismo excelente. Además, solo un poder puede oponerse a un poder. Para reprimir un poder corrupto y despojar a los corrompidos de su poder, para hacer que lo restituyan, se requiere poder. Para actuar y crear, se requiere poder. Así, criticar a priori el poder como tal es hacer un elogio de la impotencia o soñar con un mundo imaginario o incluso ser candidato al poder denigrando a quienes lo ejercen. Un ciudadano responsable ejerce ciertos poderes y está dispuesto a ejercer otros, en rigor en conciencia y sin vana culpabilidad, en el nivel de responsabilidad en el cual se encuentre situado. El poder que se tiene en el seno de una sociedad no es puramente una fuerza física, sino una fuerza moral, ya que supone hombres asociados viviendo en sociedad, pensantes, organizados y jerarquizados. Quienes ejercen el poder gozan de la confianza de los demás o al menos obtienen provecho de su obediencia. Precisamente la confianza y el reconocimiento, así como el miedo, constituyen la realidad de su poder y lo hacen realmente existir. Quien ejerce el poder nada puede hacer con el mismo, incluso encontrándose instalado en su función, si no goza de una autoridad. Esa autoridad es producto de su legitimidad. En cuanto a su legitimidad, esta proviene para él del respeto por la legalidad (así como por las tradiciones y por el espíritu de las leyes), tanto en su toma de posesión como en el ejercicio de sus funciones; también proviene de las capacidades y virtudes que lo hacen digno de ejercer semejantes poderes; proviene por último, a veces, de un “no sé qué” exaltante, que suele llamarse “carisma”. La autoridad también proviene del sentido de solidaridad, cuando el ciudadano percibe que gracias a su líder (o sus líderes) la sociedad constituye un cuerpo en la forma que le conviene hacerlo, y que en torno a él (o ellos) este cuerpo cuenta con toda la seguridad, libertad, vida e irradiación de que puede y debe estar dotado. El dinamismo colectivo es entonces evidente y se despliega, y el jefe solo debe vigilar, regular y alentar este dinamismo, proporcionando su estímulo, su ayuda y un reconocimiento público a las iniciativas que no cesan de surgir en el cuerpo social. Semejante poder es profundamente reconocido como legítimo, porque es subsidiario, porque proporciona ayuda (subsidium) para toda creatividad social. Ya no es una superestructura onerosa y alienante. Está en servicio. El poder proviene de la organización de los humanos; a la inversa, esta organización no se produce sino en torno al poder. La comunidad suscita al líder y el líder convoca a la comunidad. Saber quién está primero sin duda no es una interrogante teórica, sino más bien histórica. En la Historia, unas veces tiene lugar más bien la primera fórmula y otras veces la segunda, y en ambos casos puede ser (o no) para bien. Por lo tanto, un responsable debe al mismo tiempo respetar la comunidad en la cual preside y utilizar el poder como un bien delegado, pero también saber que la comunidad se disuelve si no la gobierna y utilizar el poder como una fuerza creadora.

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Poder es poder algo. De lo contrario un poder no es sino un puesto, impotente o paralizado. La idea de poder solo adquiere precisión si se pregunta: “¿Poder qué? ¿Poder hacer qué?”. El poder político —o poder civil— es en el seno de la sociedad el órgano cuya función consiste en hacer la ley impuesta a los ciudadanos como tales y hacer que se aplique. Análogamente esto tiene validez en toda comunidad donde un poder dicta reglamentos que en su nivel tienen fuerza de ley, y promueve acciones de interés común. La definición mediante la ley resulta ser demasiado formal. La ley diseña siempre, en forma esquemática, cierta forma de vida. Cada uno desea que se trate de una vida buena, de una vida positiva. Así, el poder no solo debe elaborar leyes para la comunidad, sino también algo útil y beneficioso, de lo cual forma parte la legislación; debe por lo tanto ocuparse de los bienes de la comunidad, de servir a la comunidad administrando sus bienes comunes: en una palabra, de servir el bien común1. En eso consiste su función. ¿Cómo servir el bien común? Tomando todas las decisiones, generales o especiales, y guiando todas las acciones susceptibles de mantener e incrementar el bien común, procediendo cada uno en su nivel y en conformidad con los poderes que ejerce. Todas las leyes deben de este modo determinar modalidades del bien común. Si el poder no está al servicio del bien común, está al servicio de un interés particular. La alternativa es rigurosa. Las formas de gobierno pueden ser distintas según las épocas, los lugares y los pueblos, pero lo que no podría cambiar es que un gobierno injusto sea aquel que gobierna en primer lugar por su propio interés o solo por el bien de parte de la sociedad y no de la totalidad2. Eso también puede producirse en democracia cuando la mayoría política comete injusticias, utiliza el poder únicamente en beneficio propio y abusa al máximo de los demás. Las mejores instituciones nunca sustituirán a la conciencia. Servir o servirse: hay que elegir. El poder solo es justo cuando sirve. Evidentemente, todo servicio merece un salario, pero en general no es indispensable recordar esto. A menudo, los grandes ciudadanos han preferido ser retribuidos con honores. Cuando el poder, en vez de servir, se sirve a sí mismo, es despreciado y provoca malestar. HENRI HUDE

1 Ver su definición en expediente Nº 2, § 9, p. 61., y expediente Nº 6, § 3, p. 149 s. 2 Aristóteles, Política, L. III, cap. 7.

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EL HOMBRE DEBE ALCANZAR EL DOMINIO EN EL SENTIDO MÁS AMPLIO, PERO PERMANECIENDO EN UNA RELACIÓN DE OBEDIENCIA A DIOS Y EJERCIENDO ESE DOMINIO COMO SERVICIO. DEBE LLEGAR A SER SEÑOR, PERO MANTENIÉNDOSE FIEL A LA IMAGEN DE DIOS QUE HAY EN ÉL, Y SIN PRETENDER ÉL SER EL ARQUETIPO. (…)

Copia y arquetipo Sigue luego el relato de la tentación del hombre y podemos suponer a priori que el objeto de esta será el punto decisivo de su existencia, es decir, el poder y su utilización. (…) El hombre debe alcanzar el dominio en el sentido más amplio, pero permaneciendo en una relación de obediencia a Dios y ejerciendo ese dominio como servicio. Debe llegar a ser señor, pero manteniéndose fiel a la imagen de Dios que hay en él, y sin pretender él ser el arquetipo. (…) La serpiente, imagen simbólica de Satanás, confunde ante el hombre los hechos fundamentales de su existencia: la diferencia esencial entre creador y creatura; la relación entre el arquetipo y la copia; la realización de sí mismo en la verdad y en la usurpación; el dominio como servicio y el dominio como pretensión propia. El concepto puro de Dios es impulsado en la mitología, ya que si se dice que Dios sabe que el hombre, mediante el acto prohibido, puede llegar a ser semejante a Él, eso significa que siente su divinidad amenazada por el hombre; entonces su relación con el hombre sería la relación de las divinidades mitológicas, que provienen de las raíces comunes, de la causa primera de la naturaleza y por consiguiente en definitiva ya no son del hombre. (…) Los hombres caen (…) en el engaño y pretenden tener un dominio por fuerza propia. La continuación del relato bíblico tiene auténtico valor de revelación donde dice que la desobediencia no trae consigo el conocimiento que nos hace semejantes a Dios, sino la experiencia mortal de estar “desnudos”. La desnudez de la cual ahora se habla es esencialmente distinta de aquella sobre la cual se habló un poco antes, donde se decía: “estaban ambos desnudos, pero no se avergonzaban”. Ahora está alterada la relación fundamental de la existencia. El hombre, como antes, sigue teniendo poder y posibilidad de dominio, pero se ha quebrado el orden según el cual el poder otorgado no estaba separado de la responsabilidad ante el verdadero Señor. (…)

Un nuevo comienzo La doctrina del Antiguo Testamento es de una simplicidad grandiosa. Podría decirse que tiene algo de clásico al distinguir

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directamente el designio de Dios y la rebelión del hombre, la condición primitiva de lo creado y la decadencia provocada por la rebelión. La imagen que nos presenta el Nuevo Testamento es mucho más difícil de comprender. La Redención no es un mero mejoramiento de las condiciones del ser, situándose en cambio a nivel de la creación. No procede de las estructuras del mundo, ni siquiera de las más espirituales, sino de la pura libertad de Dios. Establece un nuevo comienzo: crea un nuevo lugar para la existencia, un nuevo criterio sobre el bien, una nueva fuerza de realización. Y eso no implica el ejercicio de una magia sobre el mundo ni ser arrebatados a un espacio libre de vínculos; la Redención se lleva a cabo dentro de la realidad del hombre y de las cosas. De esto se desprende una situación compleja, que tal vez se expresa en la forma más clara en la doctrina del apóstol San Pablo sobre la relación entre el hombre viejo y el hombre nuevo. (…) En toda cultura superior, los hombres sabios han conocido el peligro del poder y han hablado de la superación del mismo. Su última palabra se llama moderación y justicia. El poder arrastra hacia la soberbia y el desprecio del derecho. Al hombre violento se contrapone el hombre razonable, que honra a los dioses y a los hombres y es guardián de la justicia. Pero todo esto no es todavía Redención, es la tentativa de encontrar un punto de apoyo en la existencia alterada, de establecer un orden; la existencia no se concibe como un todo, como lo hará en cambio la Redención. ¿En qué consiste, desde el punto de vista de los problemas que nos preocupan, el carácter decisivo del mensaje de la Redención? Este se expresa en una palabra que en el curso de la época moderna ha perdido su significado: la humildad. La humildad ha descendido a significar debilidad, carencia vital, cobardía para afirmar los derechos de la vida, falta de sentimientos nobles; ha llegado a ser lo que en general Nietzsche llama “decadencia” y “moral del esclavo”; pero de este modo el sentido del fenómeno se ha perdido completamente. Y si es preciso sin más reconocer que en el curso de casi dos milenios de la historia cristiana se encuentran conceptos y manifestaciones de humildad correspondientes a esos juicios, estos apuntan a la decadencia, y más bien a la caída de una grandeza que ya no se comprende. La humildad en sentido cristiano es una virtud de fuerza,

EN TODA CULTURA SUPERIOR, LOS HOMBRES SABIOS HAN CONOCIDO EL PELIGRO DEL PODER Y HAN HABLADO DE LA SUPERACIÓN DEL MISMO. SU ÚLTIMA PALABRA SE LLAMA MODERACIÓN Y JUSTICIA. EL PODER ARRASTRA HACIA LA SOBERBIA Y EL DESPRECIO DEL DERECHO. AL HOMBRE VIOLENTO SE CONTRAPONE EL HOMBRE RAZONABLE, QUE HONRA A LOS DIOSES Y A LOS HOMBRES Y ES GUARDIÁN DE LA JUSTICIA.

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no de debilidad. En el sentido primitivo, humilde es el fuerte, aquel que tiene sentimientos elevados y valerosos. Quien por primera vez realizó una conducta de humildad, haciéndola posible para los hombres, es Dios mismo con la encarnación del Logos. En la Epístola a los Filipenses, Pablo dice que Cristo, siendo de condición divina, no codició (como algo que se posee injustamente y se aferra temerosamente, por debilidad) el ser igual a Dios sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre, se rebajó a sí mismo haciéndose obediente LA HUMILDAD HA DESCENDIDO A SIGNIFICAR DEBILIDAD, CARENCIA VITAL, COBARDÍA PARA AFIRMAR LOS DERECHOS DE LA VIDA, FALTA DE SENTIMIENTOS NOBLES; HA LLEGADO A SER LO QUE EN GENERAL NIETZSCHE LLAMA “DECADENCIA” Y “MORAL DEL ESCLAVO”; PERO DE ESTE MODO EL SENTIDO DEL FENÓMENO SE HA PERDIDO COMPLETAMENTE.

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hasta la muerte y una muerte de cruz (Flp 2, 5-8).

En la forma de la humildad Toda la humildad creada desciende de este acto con el cual el Hijo de Dios se hizo hombre: ese acto que Él no realizó impulsado por una necesidad, sino en pura libertad, porque Él, el Soberano, así lo quiso. El nombre de este soberano “porqué” es el amor, y al respecto es preciso observar que la medida de semejante amor no debe obtenerse del hombre, sino de lo que Dios dice de sí mismo, ya que, como la humildad, también lo que el Nuevo Testamento llama amor tiene su comienzo en Dios (1 Jn 4, 8-10). ¿Cómo pudo ocurrir que Él, el Absoluto y Soberano, haya entrado en una unidad existencial con una naturaleza humana; que Él no solo rija la historia, sino que se inserte en la misma; que haya acogido en sí mismo todo cuanto desciende de esa inserción, es decir, el “destino” en el sentido auténtico, todo cuanto es inescrutable? Apenas prescindimos de los criterios de una filosofía puramente naturalista o del concepto del ser absoluto, el mensaje de la encarnación se vuelve mitológico o absurdo; pero ya hacer esto es un absurdo, porque es poner al revés el orden de las cosas. No se puede decir: Dios es así y así, y por eso no puede hacer esto o aquello; es preciso decir en cambio: Él actúa así y por eso manifiesta quién Él es. No es posible expresar un juicio sobre la Revelación; solo se puede reconocer que tuvo lugar, aceptarla y por lo tanto expresar a partir de la misma un juicio sobre el mundo y sobre el hombre. Es este el hecho fundamental del cristianismo: Dios mismo entra en el mundo. ¿Pero cómo?


La serpiente, imagen simbólica de Satanás, confunde ante el hombre los hechos fundamentales de su existencia: la diferencia esencial entre creador y creatura; la relación entre el arquetipo y la copia; la realización de sí mismo en la verdad y en la usurpación; el dominio como servicio y el dominio como pretensión propia. La continuación del relato bíblico tiene auténtico valor de revelación donde dice que la desobediencia no trae consigo el conocimiento que nos hace semejantes a Dios, sino la experiencia mortal de estar “desnudos”. La desnudez de la cual ahora se habla es esencialmente distinta de aquella sobre la cual se habló un poco antes, donde se decía: “estaban ambos desnudos, pero no se avergonzaban”. Ahora está alterada la relación fundamental de la existencia. El hombre, como antes, sigue teniendo poder y posibilidad de dominio, pero se ha quebrado el orden según el cual el poder otorgado no estaba separado de la responsabilidad ante el verdadero Señor.

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PARA JESÚS, LA OBEDIENCIA NO ES ALGO QUE SOBREVENGA EN UN SEGUNDO MOMENTO, SINO QUE CONSTITUYE EL NÚCLEO MISMO DE SU SER. YA ES OBEDIENCIA EL HECHO DE QUE ÉL NO PREDISPONE SU “HORA” DE ACUERDO CON SU PROPIA VOLUNTAD, SINO QUE, CON ABSOLUTA PUREZA, LA VISUALIZA EN LA VOLUNTAD DE DIOS. (...)

El fragmento de la Epístola a los Filipenses dice: en la forma de la humildad. Consideremos la situación existencial de Jesús; la manera como se desarrolla su actividad y toma forma su destino; las formas de sus relaciones con los hombres; el espíritu de sus acciones, de sus palabras, de su conducta, y veremos siempre cómo una potencia elevadísima se traduce en la forma de la humildad. Solo algunos indicios: Él desciende de una antigua estirpe, de reyes; pero esa estirpe ha decaído, llegando a ser insignificante. Sus relaciones económicas y sociales son modestas. Ni siquiera en el apogeo de su actividad Él pertenece a uno de los grupos dominantes, y los hombres que atrae en torno suyo jamás dan la impresión de tener una personalidad o capacidades fuera de lo común. Al cabo de breve tiempo, Él se ve involucrado en un proceso engañador, y el juez romano, en parte espantado y en parte fastidiado, cede ante los enemigos y lo condena a una muerte a la vez angustiosa y deshonrosa. Se ha observado con razón que el destino de los grandes personajes de la historia antigua, incluso cuando conduce a un fin trágico, mantiene siempre cierta proporción, permanece dentro de las medidas de aquello que puede corresponder a un grande; en el caso de Jesús, esa medida no existe y al parecer puede sucederle absolutamente todo. Este sentido ya está prefigurado en la misteriosa figura del “siervo” de la profecía de Isaías (52, 13-53, 12).

La fuerza del siervo En este sentido es empleado por San Pablo el término kenosis, para dar a entender la aniquilación con la cual Él, que está por esencia en morphe theou, en la forma de Dios, descendió a la morphe tou doulou, a la humillación del siervo. Toda la existencia de Jesús es traducción de la potencia (…) en obediencia a la voluntad del Padre, como se manifiesta en muchas situaciones, lo cual (…) es tal que exige un continuo “aniquilamiento”. Para Jesús, la obediencia no es algo que sobrevenga en un segundo momento, sino que constituye el núcleo mismo de su ser. Ya es obediencia el hecho de que Él no predispone su “hora” de acuerdo con su propia voluntad, sino que, con absoluta pureza, la visualiza en la voluntad de Dios. Esta voluntad llega a ser su propia voluntad en sentido

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absoluto: el honor del Padre es su honor. Y no porque él se someta a la orden, sino con plena libertad. El asumir la “fuerza del siervo” no significa debilidad, sino fuerza. (…) Esta es la respuesta del Nuevo Testamento a la interrogante sobre el poder. Este no es rechazado como tal. Jesús trata al poder humano tal como es, como una realidad. Y lo siente. De lo contrario, un episodio como el de la tercera tentación, que es precisamente una tentación de hybris (Mt 4, 8-10), carecería enteramente de sentido. Pero igualmente claro llega a ser su peligro: sublevarse contra Dios hasta dejar de verlo como la realidad más seria; perder las proporciones; ejercer la violencia en todas sus formas. A esto Jesús contrapone la humildad que libera hasta las raíces más íntimas del encantamiento del poder. Se podría preguntar qué sucede entonces en la historia y si la degeneración del poder de hecho se ha superado. No es fácil dar una respuesta. Redención no significa que el mundo en general se haya modificado de una vez por todas, sino que Dios ha dado un nuevo comienzo de la existencia. Este comienzo existe y representa una posibilidad permanente. De una vez por todas se ha hecho manifiesta la posición del poder ante los ojos de Dios; de una vez por todas, en la obediencia de Jesús, se ha dado una respuesta. Pero esta obediencia no es de carácter privado; es abierta y accesible para todos. No es la experiencia y la superación personal del individuo, sino una actitud en la cual cada uno puede participar, con tal que así lo quiera: entendida la palabra “querer” en la plenitud de su significado neotestamentario, que abarca conjuntamente la gracia del querer-poder y la firme resolución del traducir la voluntad en acción. Este comienzo existe y nada podrá anularlo. La medida en que se realiza depende de cada individuo y de cada época. La historia comienza nuevamente con cada hombre, y vuelve a empezar en cada hora, en cada vida humana. Y por este motivo tiene en cualquier momento la posibilidad de empezar de nuevo desde ese comienzo que se le ha puesto.

(...) ESTA VOLUNTAD LLEGA A SER SU PROPIA VOLUNTAD EN SENTIDO ABSOLUTO: EL HONOR DEL PADRE ES SU HONOR. Y NO PORQUE ÉL SE SOMETA A LA ORDEN, SINO CON PLENA LIBERTAD. EL ASUMIR LA “FUERZA DEL SIERVO” NO SIGNIFICA DEBILIDAD, SINO FUERZA.

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El pluralismo teológico POR JORGE MARIO BERGOGLIO, S.J.

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a versión castellana de la obra de Urs von Balthasar La Verdad es sinfónica, que lleva como subtítulo Aspectos del pluralismo cristiano, e igualmente, el trabajo de Karl Lehmann titulado “Die Einheit des Bekenntnisses und der theologische Pluralismus”, resultan un positivo aporte a la teología del pluralismo: la de Von Balthasar asumiendo directamente el problema, la de Lehmann La afluencia de métodos en su relación con la confesión de la fe, y de ahí su título: teológicos diversos, del “La unidad de confesión y el pluralismo teológico”.1 pluralismo interno de las Tomaremos como punto de partida las reflexiones de disciplinas particulares, de dichos autores para incursionar en nuestra reflexión los presupuestos históricos teológica considerando en particular el Documento de y hermenéuticos del contexto socio-cultural, la III Asamblea Episcopal de Puebla.2

Unidad de la fe y pluralismo teológico

configuran –en teología– el fenómeno del pluralismo, el cual no solo permite muchas y diversas síntesis, sino que también –y con frecuencia– ofrece la tentación de un carácter sincretista (…)

La bibliografía sobre los problemas del pluralismo teológico es muy abundante y reveladora de los múltiples puntos de vista desde los que se puede abordar el problema. Al respecto merece especial mención la reflexión de Karl Rahner en diversas publicaciones. Karl Lehmann se plantea, al principio de su trabajo, la pregunta acerca de la libertad de la teología, de los presupuestos y condicionamientos que originaron la situación teológica actual, y subraya —como objeto de su ulterior reflexión— la tensión que existe entre la unidad de confesión y el pluralismo teológico. Constata el hecho de que —en el presente— la diversidad está más acentuada que en el pasado y trasciende el marco de la gama de riquezas y posibilidades para situarse en relación íntima con la evolución de la sociedad moderna en la que se puede constatar una creciente pluralización de la vida, especialización, división del trabajo, diversidad de métodos. Es decir, la afluencia de 1 H. U. von Balthasar, La verdad es sinfónica. Aspectos del pluralismo cristiano, Ediciones Encuentro, Madrid, 1979, 154 págs.; K.Lehmann, “Die Einheit des Bekenntnisses und der theologische Pluralismus”, en G.Burckle – G.Becker (editores). Communicatio Fidei, Festschrift Eugen Biser, Regensburg, Pustet 1983, 432 págs. 2 Este ensayo fue publicado originalmente con el título “Sobre pluralismo teológico y eclesiología latinoamericana” en la revista argentina Stromata n°40 (1984).

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métodos teológicos diversos, del pluralismo interno de las disciplinas particulares, de los presupuestos históricos y hermenéuticos del contexto socio-cultural, configuran —en teología— el fenómeno del pluralismo, el cual no solo permite muchas y diversas síntesis, sino que también —y con frecuencia— ofrece la tentación de un carácter sincretista: se compaginan y regulan conocimientos y postulados que proceden de ámbitos diversos y hasta contrarios. El autor, sobre esta base, plantea el problema de cómo se puede conservar la necesaria unidad de confesión de la fe junto a un pluralismo cultivado con tanta profusión. La solución de este problema entraña también salidas inadecuadas. Por una parte existe el error de quererlo reducir todo a un denominador común, lo cual —en el fondo— implica considerar la (…) Se compaginan y pluralidad como algo negativo. En este caso sería tal la regulan conocimientos y primacía absoluta de las formas tradicionales de confepostulados que proceden sión de fe sobre la misión constante de su traducción, que de ámbitos diversos y originaría un espíritu de reacción, de uniformismo, de hasta contrarios. El ghetto, de integrismo violento, y la teología renunciaría autor, sobre esta base, así a su misión creativa. En esta opción quedaría supriplantea el problema de mida la necesaria diferencia entre unidad de confesión cómo se puede conservar y legítima diversidad de explicación teológica, siendo la la necesaria unidad de resultante de una unidad muerta, artificial, esclavizante confesión de la fe junto a y paralizante del impulso misionero. Las ideas suplen a un pluralismo cultivado con tanta profusión. las personas y se abre camino a la ideología. Por otra parte, el pluralismo no parece tan inofensivo y neutral como algunos lo consideran a primera vista. Porque si llegara a no preocuparse por la unidad de la fe, esto significaría renunciar a la verdad, contentándose con perspectivas parciales y unilaterales. La apelación a la legitimidad del pluralismo, si se convierte en una reivindicación constante, puede significar simplemente comodidad, porque al no existir ninguna relación con lo extraño, uno se instala en su mundo y en sus intereses particulares, se inmuniza, aísla y evita la competencia.3 También resulta nefasto el pluralismo cuando se olvida de los postulados científicos, y actúa y reacciona movido exclusivamente por intereses sociales de carácter político o de crítica sistemática a la Iglesia. De ser así, puede derivar en algo desenfrenado y caprichoso, en una tiranía de fuerzas, que solo aspira a imponer su punto de vista. Se cae en la cerrazón y polarización teológica.4 O sea, en ambos casos mencionados a modo de ejemplo por Lehmann, lo situacional (la tradición en el primer caso, y 3 K.Lehman, “Die Einheit des Bekenntnisses und der theologische Pluralismus”, cit., 170. 4 Ibíd.

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un asunto o ideología concretos en el segundo) se constituye en polo de cerrazón. Tal es el resultado nefasto de una mala comprensión, y por ende de una mala actuación, frente al problema del pluralismo teológico. Y queda pues el planteo sobre los caminos de un pluralismo adecuado, de tal modo que la fe no caiga en las redes de un pluralismo desmedido ni de un brutal uniformismo. ¿Cuál es, pues, la forma cristiana de unidad?

El misterio no es controlable Von Balthasar en su obra aborda este problema y busca dar una respuesta. No queda atrapado en planteos de límites (p. ej. un ‘¿hasta dónde?’ es posible el pluralismo) ni en La solución de este problema discusiones académicas más de tipo formal. Busca dar entraña también salidas una explicación y una solución al problema, y lo hace inadecuadas. Existe el error elaborando una hermenéutica apta para la más amplia de quererlo reducir todo a comprensión del asunto. Este punto, la capacidad de ela- un denominador común. borar hermenéuticas aptas a las realidades teológicas, es En esta opción quedaría uno de los fuertes de Von Balthasar y —por ende— uno suprimida la necesaria de los motivos de que su teología resulte tan sugerente. diferencia entre unidad En una primera parte expone lo que él llama “una de confesión y legítima breve panorámica del pluralismo teológico”; en la diversidad de explicación segunda parte trata de algunos ejemplos ilustrativos teológica. Las ideas suplen a las personas y se abre (Iglesia y mundo, fe y acción, un Dios a la vez próximo camino a la ideología. y lejano, ministerio y existencia, la alegría y la cruz, las tres formas de la esperanza). Von Balthasar va a plantear y a resolver el problema del pluralismo teológico en torno al misterio de la Encarnación y a la Persona de Jesucristo. Parte de la experiencia de Israel, donde se da una “inquietante simultaneidad entre una pluralidad irreductible de revelaciones y un centro irrepresentable (por soberanamente libre) del que todas brotan”; y desde esta experiencia muestra cómo fue el camino para que Israel adquiriera una clara comprensión del misterio y le quedara abierto el camino hacia el designio último del Dios que se revela a sí mismo: la Encarnación del Verbo.5 Es un largo camino de pedagogía hacia la fe. Y en la fe hay una reserva, una renuncia, un “dejar-hacer” al Dios que habla. A través de este “dar-cabida” a la pluralidad de la Palabra, el creyente comienza a vislumbrar el sentido de las palabras que Dios pronuncia. Y este sentido no es otra cosa que el interlocutor mismo, en cuanto quiere comunicarse. La religiosidad natural sufre, pues, un proceso de liberación de las 5 Hans Urs von Balthasar: La Verdad es sinfónica. Aspectos del pluralismo cristiano, cit 16.

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Imagen del Padre Jorge Mario Bergoglio, cuando rector del Colegio Massimo en Buenos Aires.

ofuscaciones creadas por el temor a lo demoníaco y por el ansia de poder, asimismo demoníaca.6 Este Dios, en cuanto quiere comunicarse porque es amor, se revela en Jesucristo. En el “Yo” de Jesucristo radica la medida de la distancia y de la proximidad de Dios al hombre, de la incomprensible cercanía de aquel que continúa siendo inconcebiblemente trascendente a toda realidad humana.7 Esta realidad de mayor distancia y mayor cercanía de Dios al hombre que se da en Jesucristo —este ser in similitudine maior dissimilitudo— ofrece a Von Balthasar la base para la elaboración de dos criterios en los que centrará su reflexión sobre la posibilidad de pluralismo eclesial: el criterio de la projimidad y el criterio de la maximalidad. El criterio de la projimidad supone que todo misterio sigue siéndolo aun después de revelado. El misterio no es “controlable”, esta es la fantasía de toda gnosis que —al pretender controlarlo y, por otra parte, al tener que mantener cierto aspecto mistérico en dicho control— traspola el misterio al control de los ritos de iniciación. Lo mismo sucede en el plano humano de la comprensión del prójimo: “En su dialéctica entre el entender y dejar-en-libertad, la comprensión del prójimo, en cuanto posibilidad de interpretar la manifestación libre que irrumpe en mi propio ámbito espiritual y que procede de más allá de él, se sitúa siempre por encima de lo ‘categorial’ y de lo ‘trascendental’. El yo no dispone de categoría alguna que le permita englobar a ese tú libre y concreto (…). Considerada así, la projimidad es el lugar privilegiado para la comprensión de lo que puede ser la revelación de Dios en Jesucristo”.8 “La comprensión de la fe pasa por diversos estadios, pero ello no requiere decir que el misterio vaya agotándose poco a poco y pueda llegar

Por otra parte, el pluralismo no parece tan inofensivo y neutral como algunos lo consideran a primera vista. Porque si llegara a no preocuparse por la unidad de la fe, esto significaría renunciar a la verdad, contentándose con perspectivas parciales y unilaterales.

6 Ibíd. cit 19s 7 Ibíd 21 8 Ibíd. 26

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El Padre Jorge Mario Bergoglio, provincial de la Compañía de Jesús en Argentina junto al Prepósito general, Padre Peter Hans Kolvenbach.

a ser conceptualizado. La comprensión de la projimidad También resulta nefasto nos preservará de este espejismo: existe el aprender a el pluralismo cuando se conocer la intimidad del prójimo, que nos introduce cada olvida de los postulados vez más profundamente en su libertad soberana; en lugar científicos, y actúa de disminuir, ella crece ante nuestros ojos, y nosotros y reacciona movido crecemos en ella”.9 exclusivamente por Porque toda projimidad es un acercamiento de lo que intereses sociales de me trasciende, ella es la que libera la capacidad inter- carácter político o de pelante de toda letra. Ya no se trata de la disyuntiva ‘o crítica sistemática a letra o espíritu’, sino de la apertura de corazón que llega la Iglesia. De ser así, a descubrir el Espíritu que hay en toda letra revelada. puede derivar en algo En cambio, pretender categorizar la projimidad supone desenfrenado y caprichoso, destruir todo acercamiento a lo que me trasciende. En en una tiranía de fuerzas, este sentido, la ideología es categorizable, pero no puede que solo aspira a imponer gestar un pluralismo. Lo máximo que puede prometerse su punto de vista. Se un diálogo entre ideologías es la cristalización de un cae en la cerrazón y pacto. El género literario para expresar la verdadera polarización teológica. projimidad no es ni la categoría ni la disyuntiva: es la ¿Cuál es, pues, la forma cristiana de unidad? antinomia que —en el plano de la acción— genera alternativas de edificación. Y, en el Evangelio, la projimidad por excelencia, que es la del Dios encarnado, se expresa en género parabólico (el más apto para una antinomia): el buen Samaritano. Allí se detecta la actitud de “seguir de largo” propia de toda distancia medida como suficiente solo por la categorización, lo cual posibilita la confusión de una persona que interpela en su necesidad con un bulto cualquiera, confusión construida sobre la base de la suficiencia. Y allí también se detecta la otra actitud, la del que “se aproxima” movido de misericordia, “se hace prójimo”, porque toda miseria tiene algo de pudoroso y se esconde, y es necesario “hacerse próxi9 Ibíd. 27

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mo” a ella para entenderla. La projimidad adquiere su plenitud en la synkatábasis del Verbo que se hace prójimo. Y, entonces, la última palabra de Dios, el Verbo Encarnado, ya trasciende el ámbito de la revelación y del adoctrinamiento (lo presupone) y se explicita en participación y comunión. Esto, más que palabra y acción, quiere decir sufrimiento y —por tanto— el “abandono de Dios” hasta el descenso a los infiernos. Hay, en el criterio de projimidad hecho eminente en Jesucristo, la realidad de Dios expresándose sub contrario; y esto afecta a todos los órganos y gestos de la Palabra divina, a toda la Iglesia, incluso a la reflexión teológica. La projimidad, llevada a este grado como se El criterio de la expresa en Jesucristo, es institución, es lógica teológica, projimidad supone pero no panteísmo difuso.

que todo misterio sigue siéndolo aun después de revelado. El misterio no es “controlable”, esta es la fantasía de toda gnosis que —al pretender controlarlo y, por otra parte, al tener que mantener cierto aspecto mistérico en dicho control— traspola el misterio al control de los ritos de iniciación.

La ideología domestica al misterio

El otro criterio utilizado por Von Balthasar, la maximalidad, nace de aquí, y configurará un criterio universal y suficiente dentro de cuyos límites es admisible el pluralismo teológico. En tres ámbitos —Dios en sí mismo, Dios para nosotros, Dios en nosotros— se trata de lo mismo. “De aquello que, con toda la claridad de la Palabra de Dios, que se manifiesta en Jesucristo en cuanto que es el Hijo del Padre, se expresa y atestigua en la afirmación: ‘El Padre os ama’ (Jo. 16; 27). Si se considera al mundo tal como es, la afirmación de que Dios nos ama no tendría ningún sentido si su absoluta solidaridad con nosotros no hubiese sido demostrada a través de la Encarnación, la Cruz y la Resurrección de Jesús, y si su más íntima esencia (su Trinidad como amor en sí mismo) no hubiese sido co-revelada a través del comportamiento de Jesús frente al Padre en el Espíritu. Y a esto apunta toda fórmula dogmática y teológica, ya que el acto de fe del cristiano nunca tiene por contenido una simple fórmula o teorema, sino la ‘cosa misma’ a la que remite: ‘Actus credentis non terminatur ad enuntiatum, sed ad rem’ (Santo Tomás, STh, II-II q. 1, a 2 ad 2). Ahora bien, para encontrar la ‘cosa’ es preciso hacer una afirmación; pero, ¿de qué tipo?”10 Según Von Balthasar se la encuentra en aquel enunciado que hace aparecer la acción del amor de Dios por nosotros como divina, es decir, radical, plena, pero también inabarcable, inverosímil. “El criterio radica 10 Ibíd., 59

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en una maximalidad ‘que (de un modo incomprensible) logra introducir ciertas perspectivas que la razón humana consideraría incompatibles con la cosa misma’”.11 Hay que aceptar la maximalidad del amor de Dios pero tal como se encuentra en Jesucristo: en la pobreza y humillación queridas por Dios, que el hombre no puede rechazar bajo el pretexto de que él se representaba la majestad divina de otra manera, es decir, como situada exclusivamente en el cielo.12 En este sentido podemos decir que el criterio de maximalidad puede ser entendido como la eminente explicitación del criterio de projimidad. Dicho en forma negativa por el mismo Von Balthasar: “Allí donde en el esclarecimiento del misterio parece traslucirse un aspecto verdaderamente racional, de tal manera que Entonces se ha se haga retroceder parcialmente su carácter misterial domesticado el misterio, (que muestra la ‘mayor desemejanza’ de Dios, su di- se lo ha alejado, se lo ha vinidad diferenciadora), a fin de dejar al descubierto minimizado en un acto un panorama intelectual abarcable, allí precisamente que ya no es intellectus está la herejía, o, cuando menos, se han rebasado los fidei, sino intellectus límites en que es lícito el pluralismo teológico” (ibíd.). rationis humanae. Entonces se ha domesticado el misterio, se lo ha alejado, Entonces ya no hay dogma se lo ha minimizado en un acto que ya no es intellectus o reflexión teológica, fidei, sino intellectus rationis humanae. Entonces ya no hay sino idea e ideología, dogma o reflexión teológica, sino idea e ideología, pero pero no absoluta, pues no absoluta, pues —como decíamos más arriba— existe existe en este tipo de ideologías plasmadas en la en este tipo de ideologías plasmadas en la categorizacategorización del misterio ción del misterio una dimensión que viene a ser como una dimensión que viene a la caricatura del misterio, una dimensión mistérica que ser como la caricatura del la aproxima a una gnosis. misterio, que la aproxima Nos queda abierta la problemática sobre la relación a una gnosis. ideología-gnosis, la cual afecta al problema del pluralismo, y es la que posibilita la configuración de todo mal pluralismo teológico como un monismo gnóstico con proyecciones programáticas. Cabe, al respecto, la mención de los fundamentalistas actuales como exponentes de esto. Pero esta cuestión la dejamos para otra ocasión. El criterio de maximalidad, como expresión más acabada del criterio de projimidad posibilitará un real pluralismo teológico, pues exige un máximo de unidad en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, juntamente con un máximo de diferencia entre sus miembros. El signo será la unanimidad en la expresión plural. 11 Ibíd., 60 12 Ibíd.

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Un mal enfoque del pluralismo significa lo contrario de esta verdad. Supone que no somos capaces de soportar la unidad superior de la que (a través de su misión y de su gracia) solo somos un fragmento, y, con ello, la unidad queda desplazada del todo a la parte13 y caemos en las ideologías propias del hombre unidimensional, el cual se constituye en “señor” de la verdad. La unidad superior implica soportar tensiones y conflictos que, al decir de Von Balthasar, pueden mostrarse como disonancias, pero que nunca han de confundirse con la cacofonía del monismo gnóstico. Estas tensiones son el “lugar bélico” del Evangelio y la unidad superior a la que aspiramos —unidad en la que se resuelven de manera cualitativamente distinta las tensiones— es la que nos constituye en creaturas, en siervos; es la que nos da referencia a nuestra Un mal enfoque del identidad que, en definitiva, es pertenencia a un cuerpo pluralismo supone que no al que somos llamados, nos trasciende y nos consolida somos capaces de soportar como creyentes.

la unidad superior de la que (a través de su misión y de su gracia) solo somos un fragmento, y, con ello, la unidad queda desplazada del todo a la parte y caemos en las ideologías propias del hombre unidimensional, el cual se constituye en “señor” de la verdad.(…)

Legítimo pluralismo y necesaria unidad: la pertenencia

Algunas conclusiones prácticas sugeridas por Karl Lehmann pueden servir de corolario a la reflexión en torno a estas dos publicaciones. Dejando sentado que la relación exacta entre legítimo pluralismo y necesaria unidad no es fácil de determinar, Lehmann subraya, en primer lugar, que el auténtico pluralismo debe ser consciente de que es parte, nunca el todo. Y el teólogo tiene que hacer todo lo posible para que su verdad tenga cabida en el espacio de la única Iglesia. Por otra parte, la comunión de la Iglesia solo puede garantizarse si esta se expresa claramente en la dinámica concreta de la reflexión teológica. Y aquí entran en juego tres elementos decisivos: la referencia constante a la Sagrada Escritura como fundamento; el conocimiento de las grandes tradiciones cristianas; la comprensión actual del hombre y del mundo. Es importante —dice— que, en el proceso de actualización y traducción de la fe se tengan en cuenta las mediaciones históricas; de lo contrario, puede lograrse una visión muy “actual” en el pleno sentido de la palabra: una visión para hoy y nada más, corta de vista y unilateral, que mañana habrá pasado de moda y será considerada como de “ayer”. Finalmente, el pluralismo de la teología actual exige una gran predisposición para la autodisciplina y el

13 Ibíd. 9

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diálogo. Y todo diálogo ha de ser tamizado por la realidad de la cruz que nos redime de la vaciedad de palabras y juicios. Karl Lehmann propone, para las cuestiones disputadas, el método del consenso14. La tensión entre pluralidad y unidad no solo no puede resolverse acentuando una de las partes y desplazando hacia allí el polo de síntesis, sino que tampoco es posible hacerlo, eclesialmente, ensayando una suerte de equilibrio entre las autonomías de las parcialidades cuya formalidad unitiva sería el sincretismo. En tal caso se lograría solamente una caricatura del verdadero pluralismo, y las opciones inspiradas en tal actitud sincretista podrían resultar útiles solo para el “momento” pero no para el “tiempo”, pues carecen de capacidad para aportar armonía a todo proceso y todo crecimiento. Y —en concreto— carecen de armonía cristiana, por cuanto el sincretismo en este plano constituye un compromiso de parcialidades autónomas en un equilibrio concordado, y no (…) La unidad superior asume ni expresa la armonía cristiana que solo se da implica soportar tensiones pasando por la cruz, algo asintótico que nos conduce y conflictos que, al a tender sin alcanzar, ni como una federación de au- decir de Von Balthasar, tonomías que pretendiese simbolizar la unidad. La pueden mostrarse como unidad de confesión nos invita a no diluir la riqueza disonancias, pero que original de la Palabra de Dios en sus diferencias, y a nunca han de confundirse desechar la pretensión de hacer nosotros las síntesis con la cacofonía del monismo gnóstico. perfectas y controlables. Participar en la unidad de confesión supone aceptar pertenecer, y asumir luego todas las consecuencias de pertenencia que conlleva este tipo de unidad, en nosotros, desde el punto de vista eclesial. Es toda la Iglesia quien tiene toda la verdad de fe, y solamente es posible participar de esta totalidad en la medida que la pertenencia eclesial resulte total.

El caso de América Latina y el documento de Puebla Esta es la perspectiva que encontramos, por ejemplo, en el Documento de la III Conferencia general del Episcopado Latinoamericano de Puebla (1979). Si buscamos definiciones claras de pluralismo en el Documento de Puebla no las encontraremos con facilidad. Hablando del continente americano se dice que “fue evangelizado en la fe católica desde el descubrimiento. Esto constituye un rasgo fundamental de identidad y unidad del Continente y, a la vez, una tarea permanente. 14 K. Lehmann. “Die Einheit des Bekenntnisses und der theologische Pluralismus”, cfr. pp. 171s., 167).

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«Von Balthasar en su obra aborda este problema y busca dar una respuesta. No queda atrapado en planteos de límites (p. ej. un ‘¿hasta dónde?’ es posible el pluralismo) ni en discusiones académicas más de tipo formal. Busca dar una explicación y una solución al problema, y lo hace elaborando una hermenéutica apta para la más amplia comprensión del asunto. La capacidad de elaborar hermenéuticas aptas a las realidades teológicas es uno de los fuertes de Von Balthasar y –por ende– uno de los motivos de que su teología resulte tan sugerente. Él va a plantear y a resolver el problema del pluralismo teológico en torno al misterio de la Encarnación y a la Persona de Jesucristo.»

Por diversas causas se aprecia hoy un creciente pluralismo religioso e ideológico”15. Se trata de un párrafo introductorio al problema del diálogo para la comunión y participación en América Latina. Rescata la pertenencia a la fe católica como rasgo de identidad y unidad, pero a la vez llama la atención sobre el carácter dinámico de tal pertenencia: es tarea permanente. La mención del pluralismo religioso e ideológico da entrada a la reflexión ulterior sobre los pluralismos inadecuados. Pero más que adentrarnos por estos caminos, preferimos acercarnos a la concepción tan rica que Puebla elabora acerca del verdadero pluralismo. Partimos de la concepción teológica de Iglesia que nos presenta. El Documento de Puebla se muestra más rico cuando tiene que poner en juego, a propósito de cualquier situación, criterios de eclesiología, que cuando debe exponerlos sistemáticamente. Dicho de otra manera: no comprenderíamos la amplitud total de la eclesiología de Puebla si nos ciñéramos solamente a los textos que explícitamente hablan de ella. Más bien debemos recurrir al uso que hace del “sensus ecclesiae” a propósito de los diversos temas. Y es aquí precisamente —porque maneja criterios de eclesiología— donde elabora los perfiles del verdadero pluralismo.

Naturaleza íntima de la Iglesia Hay tres pautas que encuadran la naturaleza íntima de la Iglesia en la concepción descriptiva de Puebla: 15 Puebla. Documento. Texto definitivo, 1099

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1) Ante todo, la presencia viva de Jesucristo, la cual “en el sentir de nuestro pueblo va inseparablemente unida a la de la Iglesia, porque a través de ella su Evangelio ha resonado en nuestras tierras. Tal experiencia entraña una profunda intuición de fe acerca de la naturaleza íntima de la Iglesia”.16 Esta intuición de la Iglesia “inseparable de Cristo”17 ya aparecía explicitada en la Evangelii nuntiandi 18 con rasgos fuertes y nítidos. Cristo, el que está presente en su Iglesia, inseparablemente unido a ella, es el Señor de la Historia, y —por tanto— el inspirador de los caminos de los hombres a los que convoca la Iglesia19 (174) (181). 2) Pero esta presencia viva de Jesucristo, Señor de la Historia, no es una mera ‘habitatio’ (como podría La tensión entre pluralidad también interpretarse a la luz de la inhabitación de la y unidad no solo no puede Trinidad en el creyente) ni tampoco una simple ‘actua- resolverse acentuando tio’ (como en el caso de la actuación directa del Espíritu una de las partes y Santo). Tampoco solamente (porque también lo es en la desplazando hacia allí el Eucaristía y místicamente en el misterio de su prome- polo de síntesis, sino que sa) una ‘presencia real’ de su Persona, en el seno de la tampoco es posible hacerlo, Iglesia. Va más allá: es una presencia comprendida a eclesialmente, ensayando la luz del Misterio de la Encarnación, y que obliga a la una suerte de equilibrio entre las autonomías de Iglesia a “anunciar claramente sin dejar lugar a dudas o las parcialidades cuya equívocos, el misterio de la Encarnación”.20 formalidad unitiva sería el De esta manera, a través del misterio de la Encarnasincretismo.(…) ción del Señor la Iglesia es un camino normativo para el camino del hombre21; y Cristo, el Señor de la Historia, por el misterio de su Encarnación, es presentado como compartiendo22 los sufrimientos23; y Pedro24 como modo de ejercer la autoridad25 en un sentido encuadrante de servicio, sacramento, colegialidad y cabeza. Y, por su manifestación de la presencia del Señor en el Misterio de la Encarnación, la Iglesia —fiel a su condición de sacramento— trata de ser más y más signo transparente de la comunión trinitaria, porque sabe que “la pedagogía de la Encarnación nos enseña que los hombres necesitan modelos preclaros que los guíen”.26 La Iglesia es consciente que no queda a discreción del 16 Ibíd. 221 17 Ibíd. 222 18 Pablo VI, Exhort. Ap. Evangelii nuntiandi (EN), n.16 19 Documento de Puebla, 174; 181. 20 Ibíd. 175 21 Ibid. 223 22 Ibid. 176 23 Ibíd. 181 24 Ibíd. 177 25 Ibíd. 225, 260 26 Ibíd. 272

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hombre aceptar su camino normativo27: este se impone de por sí, no es solo corolario, sino expresión de la fidelidad que tiene la Iglesia en presentar a su Esposo como Verbo Encarnado. Por tanto, en la concepción de Puebla, “la fidelidad a (…) En tal caso se lograría Jesucristo va unida indisolublemente a la fidelidad a la solamente una caricatura Iglesia”28 y nuestro pueblo, como dijimos arriba, siente del verdadero pluralismo, bien esto29, y sabe reaccionar contra el idealismo de y las opciones inspiradas quienes buscan un Cristo vivo sin su cuerpo que es la en tal actitud sincretista Iglesia30, y contra todos aquellos en quienes la ausencia podrían resultar útiles solo de esta síntesis conduce a dualismos, pluralismos desfapara el “momento” pero sados y todo tipo de concepción negadora del misterio no para el “tiempo”, pues de la Encarnación del Señor. Por otra parte, la vivencia carecen de capacidad para de la realidad de la Encarnación que tiene la Iglesia aportar armonía a todo en América Latina es fundamentalmente disciplinada proceso y todo crecimiento. (presencia de Pedro, de la colegialidad episcopal) en Y –en concreto– carecen una trabazón viva, que la aleja tanto de las ideologías de armonía cristiana, por (tendientes por su naturaleza óntica a ocupar el sitio del cuanto el sincretismo Verbo) como de todo “encarnacionismo” indiscreto. “Esta en este plano constituye visión de la Iglesia, como Pueblo histórico y socialmente un compromiso de estructurado, es un marco al que necesariamente debe parcialidades autónomas referirse también la reflexión teológica… La Iglesia, como en un equilibrio concordado, y no asume pueblo histórico e institucional, representa la estructura ni expresa la armonía más amplia, universal y definida dentro de la cual deben cristiana que solo se da inscribirse vitalmente las Comunidades Eclesiales de pasando por la cruz, algo Base para no correr el riesgo de degenerar en la anarquía asintótico que nos conduce organizativa por un lado y hacia el elitismo cerrado o 31 a tender sin alcanzar, sectario por otro”.

ni como una federación de autonomías que pretendiese simbolizar la unidad.

3) Además de presentarse a sí misma como “Pueblo histórico y socialmente estructurado”, la Iglesia en América Latina gusta de verse como “sacramento de comunión, que en una historia marcada por los conflictos, aporta energías irreemplazables para promover la reconciliación y la unidad solidaria de nuestros pueblos”32. De ahí que ponga lo mejor de sí, “el máximo esfuerzo en salvar la unidad, porque el Señor así lo quiere”33, 27 Ibíd. 223 28 Ibíd. 995; EN, n.16 29 Ibíd. 221 30 Ibíd. 1179 31 Ibíd. 261 32 Ibíd. 1302 33 Ibíd. 151

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Juan Pablo II durante su visita a Puebla en 1979.

Participar en la unidad de confesión supone aceptar pertenecer, y asumir luego todas las consecuencias de pertenencia que conlleva este tipo de unidad, en nosotros, desde el punto de vista eclesial. Es toda la Iglesia quien tiene toda la verdad de fe, y solamente es posible participar de esta totalidad en la medida que la pertenencia eclesial resulte total.

llegando al extremo tal de que aun en la denuncia (que considera como un deber, y que debe ser objetiva, valiente y evangélica) debe buscar no condenar definitivamente, sino “salvar al culpable y a la víctima”34. Y pedirá a los Pastores que se preocupen de la unidad35, y a los sacerdotes que sean “ministros de la unidad”36. Detrás de esta vocación a la unidad hay una concepción dinámica de lo que podría llamarse la estabilidad de la Iglesia. Tal estabilidad es concebida como fundamentalmente comunicativa37; de tal modo que se distancia tanto de la “dispersión infecunda”38 como de la cerrazón esclerótica.

Considerar la identidad a la luz de la pertenencia Para el Documento de Puebla también es verdad que la pertenencia total a la Iglesia configura la identidad del cristiano. Describirá tal 34 Ibíd. 1269 35 Ibíd. 526 36 Ibíd. 527 37 Ibíd. 586 s 38 Ibíd. 151

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identidad a la luz del hecho de pertenencia, y las fallas en la identidad tendrán siempre como causa deficiencias en la pertenencia. Puebla rehúye la posibilidad de describir la identidad cristiana y católica con rasgos desencarnados o puramente éticos o psicológicos. La identidad total resiste este análisis y se realiza en la pertenencia plena. Respecto de la pertenencia, Puebla habla de que —en medio de la crisis— hay cosas positivas, y una de ellas es la existencia de “expresiones de una mayor conciencia de pertenencia a la Iglesia”39, cuyos signos son la serenidad, la madurez y el realismo en promover estructuras de diálogo, de participación y de acción pastoral en conjunto. Todos estos son signos de fecundidad. Por otra parte Puebla denuncia a “sectores que no han El sentido eclesial, la tomado conciencia plena de su pertenencia a la Igleidentidad del católico sia”40, y el signo es la incoherencia entre la fe que dicen no es centrífuga, como profesar y practicar y el compromiso real que asumen podría prometerse una en la sociedad: divorcio entre fe y vida agudizado por visión intimista: su el secularismo y por un sistema que antepone el tener esencia es más bien más al ser más. centrípeta, implica en También nota la existencia de “miembros de comucada católico y en cada nidad o comunidades enteras… que van perdiendo el comunidad una capacidad sentido auténtico eclesial”41, y esto sucede cuando la de éxodo de sí mismo pertenencia primordial a la Iglesia palidece ante otra hacia los demás (…) pertenencia —Puebla nombra varias; en este número habla de que tales cristianos son atraídos por instituciones puramente laicas o radicalizadas ideológicamente—. “La pérdida del sentido auténtico eclesial”42 siempre será fruto de actitudes contrarias a la comunión y participación: individualismo pastoral, autosuficiencia, tendencias centrífugas producidas por el influjo del ambiente secularizado. El sentido eclesial, la identidad del católico no es centrífuga, como podría prometerse una visión intimista: su esencia es más bien centrípeta, implica en cada católico y en cada comunidad una capacidad de éxodo de sí mismo hacia los demás y hacia Cristo, única fuerza capaz de consolidar la particularidad de cada hombre en la universalidad del pueblo de Dios. Se plantea, pues, el problema de la identidad católica dentro del plano de la pertenencia: a un pueblo, a Cristo, a Dios. Un rasgo más: el cristiano, en el seno de la Iglesia, va creciendo y madurando, como un joven en su familia. Podemos recurrir también a 39 Ibíd. 781 40 Ibíd. 783 41 Ibíd. 630 42 Ibíd. 627

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esta imagen para percatarnos del sentido que Puebla da a la pertenencia a la Iglesia. Así como “la familia es el cuerpo social primario en el que se origina y educa la juventud”43, así también la Iglesia es el cuerpo en el que llega a la plenitud un bautizado; el marco de seguridad del crecimiento de la identidad del cristiano. Fuera de la Iglesia esta se pierde, se desdibuja en sus trazos fundamentales y no tiene fuerza convocatoria. Puestas las cosas así, la identidad a la luz de la pertenencia, veamos ahora los principales rasgos de identidad católica que menciona Puebla. Deja bien claro que “no es fácil sostener la identidad en un mundo pluralista”44, y —hablando de los pasto- (…) y hacia Cristo, única res— habla de diversas crisis de identidad unidas a un fuerza capaz de consolidar la particularidad de cada sentimiento de frustración pastoral e inseguridad ante hombre en la universalidad avances teológicos y de doctrinas erróneas45; del perderse del pueblo de Dios. Se la identidad por la tentación de hacerse un líder político, plantea, pues, el problema dirigente social o funcionario de un poder temporal46; de la identidad católica del “diluir nuestro carisma (de religiosos) a través de un dentro del plano de la interés exagerado hacia el amplio campo de los problepertenencia: a un pueblo, mas temporales”47. a Cristo, a Dios. Así También la juventud femenina “está pasando por una como “la familia es el crisis de identidad”48. Tal crisis afecta también al modo cuerpo social primario de ser de los pueblos: “A causa de las influencias exter- en el que se origina y nas dominantes o de la imitación alienante de formas educa la juventud”, así de vida y valores importados, las culturas tradicionales también la Iglesia es el de nuestros países se han visto deformadas y agredidas cuerpo en el que llega a minándose así nuestra identidad y nuestros valores pro- la plenitud un bautizado; pios”49. Hay una crisis generalizada de identidad, porque el marco de seguridad del existe también una crisis generalizada de pertenencia. Y crecimiento de la identidad sin embargo los católicos, al igual que los pueblos, saben del cristiano. Fuera de la de la “búsqueda angustiosa de la propia identidad”50. Y Iglesia esta se pierde. la siguen buscando. “El cristiano fortalece su identidad en los valores originales de la antropología cristiana”51, a fin de poder llevar un compromiso audaz y creativo en la elaboración de proyectos históricos conformes a las necesidades de cada momento y de cada cultura. Es decir: la acción del cristiano debe ser 43 Ibíd. 1173 44 Ibíd. 1059 45 Ibíd. 676 46 Ibíd. 696 47 Ibíd. 769 48 Ibíd. 1174 49 Ibíd. 53 50 Ibíd. 233 51 Ibíd. 522

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El obispo Jorge Mario Bergoglio con el cardenal argentino Antonio Quarracino.

Esta pertenencia implica cierta entrega actual de la libertad al Señor de la Historia, y aquí se adhiere al ‘Cuerpo’ de este Señor, que es la Iglesia, como instancia superior que da sentido a la propia existencia. (…)

fruto y coherencia con su identidad y pertenencia a la Iglesia si quiere ser cristiana, fecunda y creativa. De lo contrario resultará una acción divorciada de su pertenencia (e identidad) más honda. Este tipo de esquizofrenias es muy común en una época de crisis; de ahí que el cristiano deba recurrir continuamente a las fuentes de la convocatoria eclesial: el contacto con la Palabra de Dios, la cercanía con el Señor por la Eucaristía, en los sacramentos y en la oración, para “renovar su identidad cristiana”52. Curiosamente en esto de la identidad, se da un recurso a la fuente de convocatoria que es ‘vertical’, y en su misma verticalidad constituye al pueblo de Dios congregándolo en un cuerpo orgánico, en comunión, participante de una misma misión, disciplinado y santo. La pertenencia al cuerpo de la Iglesia no nace de una cierta “afiliación” social, aun nacida de comunión de ideales, sino del recurso a la convocatoria ‘vertical’. En este sentido lo dicho a los religiosos es válido para todos: “No olviden nunca que para mantener un concepto claro del valor de vuestra vida consagrada necesitaréis una profunda visión de fe que se alimenta y mantiene con la oración. La misma que os hará superar toda incertidumbre acerca de vuestra identidad propia, que

52 Ibíd. 798

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os mantendrá fieles a esa dimensión vertical que os es esencial para identificaros con Cristo desde las Bienaventuranzas y ser testigos auténticos del Reino de Dios para los hombres del mundo actual”53.

La creatividad resulta fecunda a partir de la libertad A propósito de la eclesiología en el Documento de Puebla encontramos rasgos definidos: presencia de Jesucristo inseparable de su Iglesia; la referencia al misterio de la Encarnación como camino normativo; sacramento de comunión que nos exige una actitud creativa de participación para salvar la unidad superior. Finalmente una descripción de la identidad cristiana en referencia a su pertenencia a la Iglesia. El hecho de una identidad concebida en su doble parámetro: en cuanto perteneciente y en cuanto actuante marca los dos polos de referencia que posibilitan la concepción pluralista. Toda identidad cristiana —la identidad del cristiano católico latinoamericano— no puede concebirse sin la referencia a la Iglesia, i.e., como pertenencia a la Iglesia. Esta pertenencia —en la dinámica bíblica de (…) Y también tal las ‘maravillas’ del Señor del pasado y la promesa del pertenencia implica una porvenir— implica cierta entrega actual de la libertad misión, cual es la de poner al Señor de la Historia, y aquí se adhiere al ‘Cuerpo’ de en juego el máximo de este Señor, que es la Iglesia, como instancia superior diferencias dentro de esa que da sentido a la propia existencia; y también tal unidad, a fin de que la pertenencia implica una misión, cual es la de poner en creatividad resulte fecunda desde la propia libertad. juego el máximo de diferencias dentro de esa unidad, a fin de que la creatividad resulte fecunda desde la propia libertad. Ahora bien, todo esto supone —implícitamente, porque en el Documento de Puebla no aparece explícitamente mencionado— los criterios de projimidad y maximalidad, que el Documento de Puebla tiene en cuenta en toda la descripción de la identidad cristiana, especialmente en su referencia al misterio de la Encarnación como camino normativo. Sin embargo, hay dos ‘lugares teológicos’ (permítaseme la expresión) en los que el Documento de Puebla resulta especialmente rico en la elaboración del pluralismo (sobre todo al poner en juego los criterios de projimidad y de maximalidad): el diálogo con las culturas (inculturación del Evangelio y evangelización de las culturas) y la piedad popular.

53 Ibíd. 742; son palabras de Juan Pablo II a las religiosas, que asume Puebla.

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Juan Pablo II y los paĂ­ses comunistas de europa oriental POR GIOVANNI SALE

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JUAN PABLO II FUE CIERTAMENTE EL LÍDER RELIGIOSO MÁS POPULAR Y CARISMÁTICO DEL SIGLO XX. SU MAGISTERIO MORAL Y RELIGIOSO, SOBRE TODO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL PONTIFICADO, SE EXTENDIÓ NO SOLO A LOS CATÓLICOS, SINO TAMBIÉN (DE ALGUNA MANERA) A LOS CRISTIANOS DE LAS DIVERSAS CONFESIONES Y A GRAN CANTIDAD DE HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD. SE PUEDE DECIR QUE FUE EL PRIMER PAPA GLOBAL DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA.

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EN ESTE ARTÍCULO, SE ABORDARÁ UNO DE LOS MOMENTOS MÁS COMPLEJOS E INTRINCADOS DE SU MINISTERIO, A SABER, LA RELACIÓN ENTRE EL “PONTÍFICE ESLAVO” Y EL SISTEMA COMUNISTA, POR ÉL BIEN CONOCIDO, HABIÉNDOSE OPUESTO AL MISMO DURANTE LARGOS AÑOS, EN CALIDAD DE ESTUDIANTE, JOVEN SACERDOTE Y OBISPO DE UNA DE LAS DIÓCESIS MÁS IMPORTANTES DE POLONIA (CRACOVIA).

1 A. RICCARDI, La santità di Papa Wojtyla, Cinisello Balsamo (Mi), San Pablo, 2014, 10: S. GAETA – S. ORDER, Karol il Santo. Vita e miracoli, Cinisello Balsamo (Mi), San Pablo, 2014.

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uan Pablo II fue ciertamente el líder religioso más popular y carismático del siglo XX. Su magisterio moral y religioso, sobre todo en los últimos años del pontificado, se extendió no solo a los católicos, sino también (de alguna manera) a los cristianos de las diversas confesiones y a gran cantidad de hombres de buena voluntad. Mediante sus tan numerosos viajes intercontinentales, un sabio uso de los medios masivos de comunicación y las reuniones oceánicas de las cuales fue motor y protagonista (como, por ejemplo, las Jornadas Mundiales de la Juventud), logró transmitir en todos los ángulos del planeta su elevado mensaje religioso de conversión interior, de paz y de respeto a la persona humana, así como hacerse escuchar por centenares de personas de todas las religiones, incluso en temas a veces considerados incómodos por la cultura secular. Se puede decir que fue el primer Papa global de la historia de la Iglesia. Los solemnes funerales, celebrados en la plaza de la basílica vaticana el día 8 de abril de 2005, agruparon, quizás por primera vez en una celebración religiosa, a casi todos los hombres de gobierno más importantes del mundo, pero también a gran parte de los jefes de las Iglesias y comunidades cristianas y a los representantes de otras religiones. La visita a sus restos mortales, expuestos en la basílica vaticana durante algunos días, en conformidad con el antiguo ritual pontificio, atrajo a Roma a millones de personas, no turistas o curiosos, sino verdaderos peregrinos de la fe. En realidad, este fue el primer “milagro” del “Papa mediático y global” cuya canonización fue solicitada por muchos ya con ocasión de sus funerales. Son inolvidables algunas banderas con la significativa inscripción “Santo subito!” (de inmediato)1. La actual canonización constituye de alguna manera la culminación de un movimiento de devoción y fe iniciado en los últimos años del pontificado de Juan Pablo, quien encontrándose ya gravemente afectado por la enfermedad (jamás ocultada, pero tampoco ostentada), encarnó cada vez en mayor medida el “ícono del Cristo sufriente”, dando testimonio con su palabra y con su vida del sentido más profundo del mensaje cristiano, es decir, del amor que se convierte en don de sí mismo y servicio a los demás, y de la esperanza que nos orienta hacia el Cristo resucitado.

HUMANITAS Nº 79 pp. 56 -77


En este artículo, se abordará solamente un aspecto del pontificado de Juan Pablo II, en una perspectiva histórica y crítica, considerando los estudios más actualizados sobre esta delicada materia, con el propósito de iluminar uno de los momentos más complejos e intrincados de su ministerio, a saber, la relación entre el “pontífice eslavo” y el sistema comunista, por él bien conocido, habiéndose opuesto al mismo durante largos años, en calidad de estudiante, joven sacerdote y obispo de una de las

diócesis más importantes de Polonia (Cracovia). Recordemos que ya la elección de un papa polaco, es decir, de un pontífice proveniente del mundo europeo oriental —por muchos años sometido a regímenes comunistas controlados de diversas formas desde Moscú y donde no se respetaba la libertad religiosa—, representaba desde el punto de vista religioso y político un hecho enteramente nuevo. Esto no podía no tener consecuencias importantes para la estabilidad de un régimen (el comunista) que en ese momento parecía granítico, compacto y por lo tanto destinado a persistir durante largo tiempo. El cardenal de Cracovia Karol Wojtyla fue elegido Pontífice el 16 de octubre de 1978, al parecer después de la octava votación de los 111 cardenales reunidos en un Cónclave que duró únicamente tres días y en el cual por primera vez la mayoría estaba constituida por no europeos: 56 contra 55. Giulio Andreotti,

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ESTO NO PODÍA NO TENER CONSECUENCIAS IMPORTANTES PARA LA ESTABILIDAD DE UN RÉGIMEN (EL COMUNISTA) QUE EN ESE MOMENTO PARECÍA GRANÍTICO, COMPACTO Y POR LO TANTO DESTINADO A PERSISTIR DURANTE LARGO TIEMPO

2 G. ANDREOTTI, A ogni morte di papa, Milan, Rizzoli, 1980, 176. 3 Ver L. ACCATTOLI, Karol Wojtyla. L’uomo di fine millennio, Cinisello Balsamo (Mi), San Pablo, 1998, 50.

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siempre bien informado sobre las cosas del Vaticano, escribió al respecto: “La verificada imposibilidad de unificación de los consensos llevó en el intervalo a la convicción de que el momento estaba maduro para una elección distinta. Y la decisión fue admirablemente rápida”. El arzobispo de Cracovia “por una sola papeleta no alcanzó el centésimo voto”2. El “cambio” consistente en elegir un papa no italiano —en las primeras votaciones los cardenales con más votos fueron el montiniano Giovanni Benelli y el batallador arzobispo de Génova Giuseppe Siri— fue sugerido al parecer por el cardenal austríaco Franz König y aprobado inmediatamente después por cardenales alemanes y estadounidenses, entre ellos el cardenal Krol de Filadelfia, de origen polaco3. El pontificado de Juan Pablo II se inauguró con un programa valeroso, inspirado en la irradiación misionera y universal del anuncio del Evangelio. En la célebre homilía del 22 de octubre, pronunciada durante la solemne celebración de iniciación del ministerio petrino, el Papa dijo con voz clara y resuelta: “¡Abrid, más bien abrid de par en par las puertas a Cristo!”. De este modo, se presentaba a los fieles como el nuevo heraldo del Evangelio (lo cual hizo durante todo su largo pontificado), invitando a todos a no tener miedo y a combatir por la tutela de “los derechos de Dios y del hombre” dondequiera fuesen desconocidos o negados. Como veremos, semejante invocación profética no cayó en el vacío; por el contrario, fue vivida (encarnada) y practicada por muchos fieles en conformidad con las circunstancias y las diversas situaciones histórico-religiosas. La elección de un papa polaco fue acogida por la administración soviética con gran sorpresa. Algunos la interpretaron como una especie de complot imperialista, coordinado por los polacos estadounidenses, tramado contra Moscú y su imperio. Los gobiernos comunistas europeos, que por lo demás desde hacía décadas controlaban la vida de las iglesias nacionales y estaban debidamente informados sobre las cuestiones vaticanas, ni siquiera habían previsto la posibilidad de elección de un Papa proveniente de los países del Este. Basándose en la tradición, concebían el papado como “algo totalmente italiano” y no se habían percatado de que a partir del Concilio Vaticano II la Iglesia Católica había cambiado y el Colegio Cardenalicio se había internacionalizado. Ese error, según Andrea Riccardi, “se debía también a una cultura política incapaz de reconocer al


fenómeno religioso una fuerza renovadora, atribuyéndole a lo más el rol de repetición del pasado o una función reaccionaria”4. En realidad, con esa elección se logró con gran rapidez, incluso simplemente bajo el perfil del evento, atravesar la impenetrable “cortina de hierro”, permitiendo a muchos católicos de esos países descubrir los vínculos (formalmente cortados desde hacía un tiempo) que los unían con Roma y tomar conciencia de que eran parte de un mundo y una historia más grandes. Eso activó esperanzas adormecidas, que tuvieron consecuencias inmediatas no solo en el ámbito espiritual, sino también político y social. Esto no ocurrió únicamente en la patria del Papa, sino además en otros países donde en la sociedad los católicos constituían una fuerza consistente, como Hungría, Checoslovaquia, Ucrania, Bielorrusia y también otros. Como se sabe, en la mayoría de los países sometidos a la influencia soviética, los gobiernos comunistas en el poder habrían deseado constituir Iglesias nacionales separadas de Roma y rígidamente controladas por el régimen. Solo en Albania se había proclamado oficialmente el ateísmo de Estado. Entre todas las iglesias del Este, únicamente la polaca mantenía cierta autonomía en relación con el gobierno comunista. Eso se debía al profundo arraigo popular de la fe católica, así como a la política eclesiástica inteligente y con visión de futuro conducida durante varios años por el Cardenal Primado Stefan Wyszynski. En los años 50, durante el pontificado de Pío XII, mientras en la mayor parte de los países controlados por Moscú la Iglesia era perseguida —por ser considerada antiestatal y enemiga del Estado socialista— y los sacerdotes y obispos eran encarcelados, en Polonia se mantenía viva, y de hecho el gobierno, temeroso de su influencia en el pueblo, se veía obligado a pactar con ella los límites y las condiciones de la llamada “libertad de culto”. En los años 60, en un contexto mundial y cultural diferente, la Santa Sede, convencida de que el comunismo tendría larga duración, se dispuso a poner en marcha “discretas y prudentes” negociaciones con algunos países comunistas como, por ejemplo, Hungría y Checoslovaquia, con el fin de entrar en contacto con la llamada “Iglesia del silencio”. De este modo se procuraba ayudar a la Iglesia mártir y sufriente del otro lado de la cortina, asegurándole el mínimo de supervivencia u obteniendo del régimen la liberación de algún obispo. Di-

EL CARDENAL DE CRACOVIA KAROL WOJTYLA FUE ELEGIDO PONTÍFICE EL 16 DE OCTUBRE DE 1978. SE PRESENTABA A LOS FIELES COMO EL NUEVO HERALDO DEL EVANGELIO (LO CUAL HIZO DURANTE TODO SU LARGO PONTIFICADO), INVITANDO A TODOS A NO TENER MIEDO Y A COMBATIR POR LA TUTELA DE “LOS DERECHOS DE DIOS Y DEL HOMBRE” DONDEQUIERA FUESEN DESCONOCIDOS O NEGADOS. SEMEJANTE INVOCACIÓN PROFÉTICA NO CAYÓ EN EL VACÍO.

4 A. RICCARDI, Giovanni Paolo II. La biografia. Cinisello Balsamo (Mi), San Pablo, 2011, 313.

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5 A. CASAROLI, Il martirio della pazienza. La Santa Sede i paesi comunisti (1963-89), Einaudi, Turín, 2000. A propósito de la Ostpolitik vaticana, ver G. Barberini, L’Ostpolitik della Santa Sede. Un dialogo lungo e faticoso, Bolonia, il Mulino, 2007; A. MELLONI, l’Ostpolitik vaticana di Agostino Casaroli, Bolonia, il Mulino, 2006. 6 Ver S. DZIWISZ, Ho vissuto con un Santo. Conversazione con Gian Franco Svidercoschi, Milán, Rizzoli, 2013, 65. Al respecto, en un encuentro del episcopado polaco en 1974, el cardenal Wyszynski pronunció palabras que resultarían ser proféticas: “Un régimen basado en la fuerza es estable en grado mínimo. ¿Por qué motivo entonces la Santa Sede quiere consolidar lo que es polvo y tarde o temprano caerá debido a su propia naturaleza íntima, a su fragilidad interna?”. Era distinto, en cambio, el punto de vista de la Santa Sede. En ese mismo año, Pablo VI, conversando con un obispo polaco, dijo: “El sistema en el cual vivís es estable. No hay perspectivas de que algo cambie. Mientras esta generación vinculada con la Iglesia viva, seréis fuertes. ¿Pero cuando haya pasado? Hoy tenéis un Primado, que es símbolo de unidad y de fuerza (…), tenéis obispos y sacerdotes fieles por tradición. ¿(Pero en el futuro) logrará la Iglesia resistir como hoy? Pensando en esto, la Santa Sede procura establecer contactos con Polonia (…). Creemos que con la ayuda de Polonia podemos sostener a otras Iglesias en los países comunistas” (A, RICCARDI, Giovanni Paolo II. La biografia, op. cit., 323) 7 G. WEIGEL, Testimone della speranza. La vita di Giovanni Paolo II, Milán, Mondadori, 2005, 373.

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«Me he detenido a orar ante la tumba del cardenal Tomášek, que con su sólida fe contribuyó a mantener viva en cada uno la esperanza, incluso en los momentos más oscuros de la opresión, hasta la liberación de la patria.» (Palabras de Juan Pablo II en la Catedral de San Vito, Praga, 27 de abril de 1997).

cha actividad comenzó en los últimos años del pontificado de Juan XXIII y continuó, con algo de incertidumbre, con Pablo VI. Negociar con los comunistas —dijo el principal artífice de la llamada “Ostpolitik vaticana”, el futuro cardenal Agostino Casaroli— era un “martirio de la paciencia”5, pero necesario si se deseaba conseguir algo concreto, lo cual a veces ocurría. En todo caso, como precisó el cardenal Jean-Marie Villot, Secretario de Estado de Pablo VI, la política oriental era más bien ars non moriendi y no modus vivendi. Según monseñor Casaroli, el catolicismo polaco, tal como estaba organizado por el Cardenal Primado, todavía podía resistir diez años, no más. En el futuro sería necesario, según él, llegar a un nuevo acuerdo con el régimen. Sin embargo, los obispos polacos, entre ellos monseñor Wojtyla, no pensaban lo mismo6. Esta posición de Pablo VI y monseñor Casaroli en materia de Ostpolitik no era aceptada por los polacos, entre otros, quienes no deseaban que la Santa Sede se inmiscuyese en los asuntos religiosos de su Iglesia, y sobre todo no querían que el representante vaticano estableciese acuerdos con el gobierno comunista, pasando por alto la autoridad de la jerarquía local. Y sin embargo, cuando correspondió nombrar un nuevo Secretario de Estado, Juan Pablo II eligió precisamente a monseñor Casaroli. El Papa apreciaba en él su espíritu de servicio y la fidelidad a la Iglesia, a pesar de las incomprensiones del primer momento. “Quisiera ser más útil para el Papa —dijo una vez monseñor Casaroli—, pero lo encuentro tan distinto”7. De hecho, en los años siguientes, a solicitud de Juan Pablo II, actuó permanentemente como mediador entre las dos posiciones: la anterior, propia de la Ostpolitik montiniana, y la


«En diciembre de 1981, habiendo fracasado la tentativa de promover una negociación entre Gobierno, sindicato e Iglesia Católica, el Consejo de Estado polaco proclamó la ley marcial y encomendó el poder a un Consejo militar presidido por el general Wojciech Jaruzelski. La segunda visita de Juan Pablo II a Polonia, en junio de 1983, tuvo lugar en un clima de gran tensión política y social».

posición militante, deseada por el nuevo Pontífice con el fin de obtener resultados útiles para las Iglesias del otro lado de la cortina de hierro. En un coloquio con el Secretario de Estado estadounidense Schultz, en 1982, cuando ya estaba encaminada en Polonia la revolución pacífica, el Secretario de Estado, aludiendo al pensamiento del Papa, señaló: “Polonia puede representar un banco de ensayo de relevancia histórica para producir una hendidura en el sistema de dominación soviética: podría abrirse una brecha, no a través —o no solo a través— de Solidarnosc, sino mediante otras fuerzas populares o de producción”. De hecho, así ocurrió en lo sucesivo, y Juan Pablo II tuvo un rol importante en semejante proceso de transformación; más aún, según algunos intérpretes, él “fue un elemento determinante para la caída del régimen comunista en Polonia”8 y —en perspectiva— también para la caída de la totalidad del imperio soviético9. En ese contexto ciertamente se enmarcan los tres primeros viajes del Papa a su patria con anterioridad a la caída del muro de Berlín (1989).

LOS GOBIERNOS COMUNISTAS EUROPEOS, QUE POR LO DEMÁS DESDE HACÍA DÉCADAS CONTROLABAN LA VIDA DE LAS IGLESIAS NACIONALES Y ESTABAN DEBIDAMENTE INFORMADOS SOBRE LAS CUESTIONES VATICANAS, NI SIQUIERA HABÍAN PREVISTO LA POSIBILIDAD DE ELECCIÓN DE UN PAPA PROVENIENTE DE LOS PAÍSES DEL ESTE.

La libertad religiosa y el derecho de los pueblos Como se señaló, Juan Pablo II estaba convencido de que el orden político-social de Europa oriental, incluyendo Polonia, era más aparente que real, y en todo caso “no eterno”, como sostenían diversos ambientes de la diplomacia internacional, entre ellos el estadounidense, así como los representantes de la Ostpolitik vaticana. El Papa, apoyándose en su elevado ministerio espiritual, deseaba ayudar a los pueblos del Este a recuperar

8 S. P. HUNTINGTON, Lo scontro delle civiltà e il nuovo ordine mondiale, Milán, Garzanti, 2000, 162. 9 Ver A. VIRCONDELET, Giovanni Paolo II. La biografia del Papa che ha cambiato la storia, Roma, Lindau, 2005, 328.

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ENTRE TODAS LAS IGLESIAS DEL ESTE, ÚNICAMENTE LA POLACA MANTENÍA CIERTA AUTONOMÍA EN RELACIÓN CON EL GOBIERNO COMUNISTA. ESO SE DEBÍA AL PROFUNDO ARRAIGO POPULAR DE LA FE CATÓLICA, ASÍ COMO A LA POLÍTICA ECLESIÁSTICA INTELIGENTE Y CON VISIÓN DE FUTURO CONDUCIDA DURANTE VARIOS AÑOS POR EL CARDENAL PRIMADO STEFAN WYSZYNSKI.

10 Posteriormente, lamentó el hecho de que el Papa y el Vaticano fuesen excesivamente “recelosos con los países socialistas” (A. GROMYKO, Memorie, Milán, Rizzoli, 1989, 220). Después de la audiencia con el Pontífice, Gromyko se reunió también con el Secretario de Estado cardenal Casaroli, quien entregó al Ministro de Relaciones Exteriores soviético un nutrido memorial diplomático. Este incluía ciertas cuestiones sobre las cuales la diplomacia vaticana trabajaba con afán desde hacía un tiempo, como, por ejemplo, la nómina de obispos en las repúblicas bálticas y la ausencia de una jerarquía católica en Ucrania y Bielorrusia, así como el delicado tema de la libertad religiosa en la Unión Soviética y en los demás países comunistas, tema al cual el nuevo Pontífice atribuía gran importancia.

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su libertad y su identidad histórica (profundamente marcada por el cristianismo), a menudo sustraída por la propaganda y la cultura del régimen. Esta tarea le parecía providencial, como un verdadero mandato encomendado por Dios. Para él ya no existía una “Iglesia del silencio”, como dijo en diversas ocasiones, porque en Roma había un Papa hablando por ella, denunciando las “deformaciones” del sistema comunista, especialmente la negación de toda libertad verdadera, tanto en el ámbito religioso como político y social. No obstante, Juan Pablo II no caía, como algunos pronosticaban, en tonos abiertamente anticomunistas ni recurrió a cruzada epocal alguna contra el “imperio del mal”, como a veces se hiciera en el pasado. En su primer período del pontificado, prosiguió en la dirección trazada en los años anteriores por la diplomacia vaticana. Restableció los contactos con algunos países del Este y después de su elección envió al Secretario soviético Leonid Brezhnev una carta en la cual afirmaba la voluntad de colaborar por la paz mundial y expresaba su auspicio a la posibilidad de desarrollo de la actividad de la Iglesia en el mundo comunista en conformidad con los principios de libertad religiosa universalmente reconocidos y en diversas ocasiones sancionados y declarados por los mismos dirigentes soviéticos. En 1979, el Papa recibió en una audiencia en el Vaticano al Ministro de Relaciones Exteriores soviético Andrej Gromyko. En esta ocasión, Juan Pablo II no solo abordó el tema de la paz —que solía caracterizar los coloquios entre las dos autoridades y representaba el hilo rojo de las diversas negociaciones—, sino también el de la libertad religiosa en los países comunistas. El Ministro escuchó con evidente fastidio las palabras del Papa y respondió, como acostumbraba, de manera evasiva10. En la misma dirección se movía también el primer discurso pronunciado por el Pontífice a los diplomáticos acreditados ante la Santa Sede, en el cual auspiciaba el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con países que anteriormente mantenían vínculos cordiales con la Santa Sede. Evidentemente, esas palabras iban dirigidas sobre todo a los países comunistas, con los cuales el Papa deseaba estrechar nuevamente relaciones diplomáticas estables: era una apertura propiamente tal hacia los gobiernos comunistas del Este de Europa, y especialmente de la Unión Soviética. Semejante instancia de improviso y no negociada fue recibi-


da por los gobiernos comunistas como una indebida injerencia del Vaticano en la política interna de los Estados soberanos. Inmediatamente después, el Presidente del Consejo para asuntos religiosos de la URSS, Vladimir Kuroedov, subrayó en una comunicación oficial que la apertura de relaciones diplomáticas entre el Vaticano y los países socialistas “constituiría reconocer por parte nuestra como Estado a la Santa Sede, cuya única y fundamental función consiste en favorecer el libre cumplimiento de la misión de la Iglesia, lo cual podría conducir al reforzamiento de las posiciones de la Iglesia en general, y en particular en los países socialistas”11. En tal caso, los Nuncios, en calidad de diplomáticos acreditados, habrían podido interferir en la vida religiosa de los países comunistas, generando inestabilidad entre los católicos más fieles al Papa y dificultades de todo tipo para el Gobierno. Era entonces preferible —escribió él— dejar de lado la indiscreta invitación proveniente de Roma. Es preciso destacar, en todo caso, que en relación con el mundo comunista el Papa no se movió únicamente en el plano diplomático, sino también —y sobre todo— en el ámbito del compromiso personal o —mejor dicho— pastoral y misionero, valiéndose de sus incomparables habilidades de “consumado comunicador” y líder carismático, habilidades exageradas por los medios masivos de difusión, los cuales lo siguieron incesantemente durante años en los diversos continentes. Ciertamente, él quería ser la voz de los pueblos cuyos derechos fundamentales eran impunemente atropellados y desconocidos por regímenes tiránicos. El Papa deseaba hablar no solo a los Gobiernos (de cualquier orientación política), sino también a los pueblos, a las naciones. Su respeto por esas naciones motivó sus numerosos viajes a todas partes del mundo para anunciar el Evangelio y para favorecer la identidad de cada una de ellas, de tal manera que cada pueblo se sintiese plenamente acogido al interior de la familia humana, más allá de los bloques y los confines ficticiamente trazados por los poderosos al servicio de la razón de Estado. En todo caso, para Wojtyla, la nación —y por consiguiente el pueblo— antecedía al Estado: la patria, con todo su valor romántico, antes que las instituciones políticas12. Sobre este trasfondo ideológico-religioso se interpretan también los numerosos viajes del Papa a Polonia. En este artículo, nos referiremos solo a los tres primeros, que tuvieron un gran impacto en la

ESTA POSICIÓN DE PABLO VI Y MONSEÑOR CASAROLI EN MATERIA DE OSTPOLITIK NO ERA ACEPTADA POR LOS POLACOS, ENTRE OTROS, QUIENES NO DESEABAN QUE LA SANTA SEDE SE INMISCUYESE EN LOS ASUNTOS RELIGIOSOS DE SU IGLESIA, Y SOBRE TODO NO QUERÍAN QUE EL REPRESENTANTE VATICANO ESTABLECIESE ACUERDOS CON EL GOBIERNO COMUNISTA, PASANDO POR ALTO LA AUTORIDAD DE LA JERARQUÍA LOCAL.

11 Citado en A. RICCARDI, Giovanni Paolo II. La biografia, op. cit., 337. 12 Sobre la noción de nación y de patria en Wojtyla, ver A. CAZZAGO, Giovanni Paolo II. “Ama gli altri popoli come il tuo”, Milán, Jaca Book, 2013.

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“En nombre del futuro del hombre, es necesario pronunciar esta palabra: solidarnosc”. Así fue como el polaco más famoso del mundo se dirigió a los tres millones de fieles reunidos para oír la misa celebrada en Gdansk, Polonia, en junio de 1987. Tass, la agencia de prensa soviética, definió a Wojtyla como “un papa subversivo”. Pero era visto como un libertador en Polonia y en Europa del Este, y con aquel viaje inspiró la fuerza espiritual necesaria para derribar, en 1989, el régimen comunista.

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“Lo ocurrido en Europa del Este habría sido imposible sin su impulso y el papel excepcional, incluso político, que desempeñó en la escena mundial” (Mijail Gorbachov, ex Presidente de la Unión Soviética”.

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totalidad del mundo comunista, contribuyendo, como lo han afirmado repetidas veces autorizados comentaristas políticos, a su disolución.

Los tres primeros viajes del Papa Wojtyla a Polonia

JUAN PABLO II ESTABA CONVENCIDO DE QUE EL ORDEN POLÍTICO-SOCIAL DE EUROPA ORIENTAL, INCLUYENDO POLONIA, ERA MÁS APARENTE QUE REAL, Y EN TODO CASO “NO ETERNO”, COMO SOSTENÍAN DIVERSOS AMBIENTES DE LA DIPLOMACIA INTERNACIONAL, ENTRE ELLOS EL ESTADOUNIDENSE, ASÍ COMO LOS REPRESENTANTES DE LA OSTPOLITIK VATICANA(…)

13 M. GRESCHAT – E. GUERRIERO (eds.), Il grande libro dei Papi, II, Cinisello Balsamo (Mi), San Paolo, 1994, 950.

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El primer viaje de Juan Pablo II a Polonia tuvo lugar en junio de 1979 y duró nueve días (del 2 al 10 de junio). Se llevó a cabo después del dificilísimo viaje a México (en febrero) con motivo de las relaciones sumamente tensas entre el Estado y la Iglesia en ese país, que no obstante resultó ser un verdadero triunfo desde el punto de vista religioso y social. También en este caso el Papa había orientado su misión hacia el pueblo, hacia la nación, superando las dificultades de orden político —y en esta circunstancia también de organización— que le aconsejaban no visitar por el momento esa gran nación católica. Ese viaje al sur del mundo y el contacto con un nuevo contexto religioso y cultural marcado en cierto modo por la teología de la liberación le proporcionaron ciertamente nueva fuerza para afrontar el difícil viaje a su patria. Durante nueve días la fe cristiana volvió al escenario público internacional, mostrando, como ocurriera en México, estar en condiciones de movilizar enormes multitudes, más numerosas que aquellas reunidas por la propaganda comunista. Esas muchedumbres —escribe Luigi Accattoli— ya no se dispersarán: “De asambleas de Iglesia pasarán a ser reuniones sindicales y por último manifestaciones políticas”13. En la homilía de la Misa del 2 de junio en Varsovia, el Papa reivindicó claramente el derecho a la libertad religiosa, la voluntad de construir la unidad espiritual de la Europa cristiana, sabiendo que era preciso enfrentarse con un poder político que ya comenzaba a ver los peligros de una presencia religiosa capaz de movilizar un número increíble de personas. “No se puede excluir a Cristo —afirmó— de la historia del hombre en parte alguna del globo”. Y refiriéndose a la historia de Polonia y a su tradición cristiana, prosiguió: “No es posible comprender sin Cristo la historia de la nación polaca”. Con semejante autoconocimiento, el pueblo debería alcanzar la fuerza para un nuevo despertar espiritual, pero también social y político. De hecho, los polacos lo comprendieron de inmediato.


«Desde Gniezno, donde nació la Polonia Cristiana, lanzó la idea de la unidad espiritual de Europa, basada en las raíces cristianas comunes, denunciando así la lógica de Yalta, que durante décadas dividiera al continente europeo.» Conferencia de Yalta, 1945.

La invocación del Papa: “¡No seáis esclavos!”, fue asimilada por millones de personas y se convirtió en la bandera y el lema de una generación nueva, que logró derrotar pacíficamente el régimen comunista. Después de Varsovia, el Papa se dirigió a Gniezno, donde nació la Polonia cristiana. En ese lugar lleno de recuerdos históricos “quiso volver a dar voz a las lenguas y a los pueblos de los países vecinos para incorporarlos nuevamente en el circuito de la comunidad internacional. Por ese motivo hizo hablar a la ‘Iglesia del silencio’, arrastrándola fuera de las catacumbas donde se había refugiado forzadamente”14. Además, desde ese lugar lanzó la idea de la unidad espiritual de Europa, basada en las raíces cristianas comunes, denunciando así la lógica de Yalta, que durante décadas dividiera al continente europeo. El viaje terminó en su Cracovia. Fue un evento popular sin precedentes: en la inmensa explanada de Blonie, donde se celebraba el jubileo de San Estanislao (patrono de Polonia), había casi dos millones de personas. Aun cuando el régimen procuró mediante todas las formas posibles minimizar la visita papal, censurando imágenes, palabras y gestos, este gran movimiento popular no podía quedar sin efecto. Tras el triunfal viaje de Wojtyla a Polonia, los dirigentes comunistas de los países del Este se percataron de la fuerza desestabilizadora del evento. Durante un encuentro entre los

(…) APOYÁNDOSE EN SU ELEVADO MINISTERIO ESPIRITUAL, DESEABA AYUDAR A LOS PUEBLOS DEL ESTE A RECUPERAR SU LIBERTAD Y SU IDENTIDAD HISTÓRICA (PROFUNDAMENTE MARCADA POR EL CRISTIANISMO), A MENUDO SUSTRAÍDA POR LA PROPAGANDA Y LA CULTURA DEL RÉGIMEN. ESTA TAREA LE PARECÍA PROVIDENCIAL, COMO UN VERDADERO MANDATO ENCOMENDADO POR DIOS.

14 S. DZIWIZS, Una vita con Karol. Conversazione con Gian Franco Svidercoschi, Milán, Rizzoli, 2007, 107; Id., Ho vissuto con un Santo…, op. cit., 66 s.

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EN LA HOMILÍA DE LA MISA DEL 2 DE JUNIO EN VARSOVIA, EL PAPA REIVINDICÓ CLARAMENTE EL DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA, LA VOLUNTAD DE CONSTRUIR LA UNIDAD ESPIRITUAL DE LA EUROPA CRISTIANA, “NO SE PUEDE EXCLUIR A CRISTO —AFIRMÓ— DE LA HISTORIA DEL HOMBRE EN PARTE ALGUNA DEL GLOBO” (…)

15 Ivi, 105. 16 Ver A. RICCARDI, Giovanni Paolo II. La biografia, op. cit., 344. El plan del Papa era en todo caso muy distinto: no solo quería reforzar la vida religiosa en los países del Este, sino también introducir a las naciones eslavas en la nueva Europa, de la cual compartían la fe cristiana y la cultura. “La unidad europea -escribe Riccardi- constituye una de las grandes esperanzas de Wojtyla, al igual que el logro de la libertad religiosa en los países del Este. El Papa no acepta para siempre la división en dos del continente, y cree en cambio en la existencia de fuerzas surgentes y unificadoras en las sociedades europeas, también del Este” (ivi, 345)

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«Negociar con los comunistas —dijo el principal artífice de la llamada “Ostpolitik vaticana”, el futuro cardenal Agostino Casaroli— era un “martirio de la paciencia”, pero necesario si se deseaba conseguir algo concreto, lo cual a veces ocurría. En todo caso, como precisó el cardenal Jean-Marie Villot, Secretario de Estado de Pablo VI, la política oriental era más bien ars non moriendi y no modus vivendi.»

responsables de los departamentos ideológicos, el soviético Kuroedov sostuvo que con la visita del Papa a Polonia había comenzado una nueva etapa de las relaciones entre el mundo comunista y el Vaticano. Esa visita fue resueltamente hostilizada desde Moscú —ese hombre, dijo Brezhnev, “¡solo ocasionará líos!”15— con apoyo, por espíritu de patriotismo, de parte de la directiva comunista polaca. La Iglesia Católica —prosiguió Kuroedov— ya había llegado a ser en los países comunistas una fuerza política no indiferente, con la cual en lo sucesivo sería preciso ajustar cuentas. Además de proteger a los disidentes e influir en los jóvenes e intelectuales, habría apoyado a las fuerzas nacionalistas, presentes en muchos países, y a la inmigración “clerical-burguesa”. Según Gromyko, en cambio, la visita del Papa a Polonia recordaba, como fenómeno político-religioso, el regreso del ayatollah Khomeini a Teherán, que tuviera lugar algunos meses antes. Dichas consideraciones muestran que la directiva soviética tomaba en serio lo que estaba ocurriendo en el Vaticano y temía a la “revolución religiosa” llevada por el Papa Juan Pablo II a Polonia y otros países del bloque comunista. En octubre de 1979, en un nuevo comunicado, Kuroedov sugería a los gobiernos socialistas impedir a las jerarquías vaticanas inmiscuirse en las cuestiones de carácter religioso. Entre las iniciativas prácticas, se recomendaba ejercer presión sobre las Iglesias nacionales y potenciar los contactos y las ayudas económicas a los sostenedores de la teología de la liberación en el sur del mundo16. En este artículo, no es posible seguir el largo recorrido que vincula al Papa polaco con los eventos de su nación en lucha


por la libertad, como, por ejemplo, el nacimiento y el desarrollo del movimiento sindical Solidarnosc, guiado por el “electricista” (como lo definía el régimen) Lech Walesa, las continuas amenazas de invasión soviética y el estado de sitio impuesto desde Moscú, hasta la transición pacífica terminada en 1989, cuando ya el imperio soviético, después de la caída del muro de Berlín, comenzaba a derrumbarse. Jean-Marie Villot, 1978. Habían transcurrido cincuenta años desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. En 1980, en una situación de emergencia nacional, el Papa se dirigió directamente al Jefe de Estado soviético para solicitarle hacer lo posible por evitar la amenazada invasión. Refiriéndose a los artículos de Helsinki, es decir, al principio de no intervención de los Estados signatarios, el Papa recordó a Brezhnev que semejante acto de violencia sería comparable a la invasión nazista de 193917. Es imposible no advertir una estrecha conexión entre el esfuerzo de Juan Pablo II respecto al mundo comunista y el atentado de la Plaza San Pedro del 13 de mayo de 1981 por parte del turco Mehmet Ali Agca (al cual años después el Papa visitó en su celda y perdonó). Sobre este hecho criminal se han intentado —no solo por los historiadores— diversas reconstrucciones, todas sobre la base de una conspiración, y se han señalado distintas hipótesis sobre sus causas. En todo caso, en la época del terrorismo internacional, la imagen del Pontífice cayendo en el papamóvil (alcanzado por tres proyectiles calibre 9 disparados con una pistola Browning) resulta ser una inquietante señal de los tiempos. No se ha podido determinar si detrás del gesto del agresor había un complot internacional (de matriz comunista), pero esas imágenes han ligado para siempre la figura del Papa al clima de incertidumbre y miedo que caracterizaba a la Europa de esos años, marcada por la contraposición ideológica (pero también cultural y económica) entre el Este y el Oeste del Viejo Continente, contraposición que desde hacía ya una década había contagiado a gran parte del planeta18. Ante la opinión pública mundial, el pontificado de Juan

(…) LOS POLACOS LO COMPRENDIERON DE INMEDIATO. LA INVOCACIÓN DEL PAPA: “¡NO SEÁIS ESCLAVOS!”, FUE ASIMILADA POR MILLONES DE PERSONAS Y SE CONVIRTIÓ EN LA BANDERA Y EL LEMA DE UNA GENERACIÓN NUEVA, QUE LOGRÓ DERROTAR PACÍFICAMENTE EL RÉGIMEN COMUNISTA.

17 Ver S. DZIWISZ, Una vita con Karol…, op. cit., 116. 18 Ver A. VIRCONDELET, Giovanni Paolo II…, op. cit., 292.

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“JUAN PABLO II QUISO VOLVER A DAR VOZ A LAS LENGUAS Y A LOS PUEBLOS DE LOS PAÍSES VECINOS PARA INCORPORARLOS NUEVAMENTE EN EL CIRCUITO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL. POR ESE MOTIVO HIZO HABLAR A LA ‘IGLESIA DEL SILENCIO’, ARRASTRÁNDOLA FUERA DE LAS CATACUMBAS DONDE SE HABÍA REFUGIADO FORZADAMENTE” (S. DSIWISZ).

19 Ver M. BRAY, “Giovanni Paolo II”, en Enciclopedia dei Papi, III, Roma, Istituto dell’Enciclopedia italiana, 2007, 685. 20 S. DSIWISZ, Una vita con Karol…, op. cit., 136; Id., Ho vissuto con un Santo, op.cit., 74.

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Pablo II aparecía caracterizado por dos poderosas señales, contradictorias a primera vista: la señal “dramática” del atentado (interpretada en algunos ambientes en clave religiosoapocalíptica) y la señal “pacífica” de los viajes intercontinentales —Juan Pablo II llevó a cabo 104—, en los cuales el Papa se convirtió en mensajero incansable en defensa de la libertad religiosa, los derechos de autodeterminación de los pueblos y los derechos de la persona humana desde la concepción hasta la muerte natural. Volviendo a nuestro tema, en diciembre de 1981, habiendo fracasado la tentativa de promover una negociación entre Gobierno, sindicato e Iglesia Católica, el Consejo de Estado polaco proclamó la ley marcial y encomendó el poder a un Consejo militar presidido por el general Wojciech Jaruzelski19. La segunda visita de Juan Pablo II a Polonia, en junio de 1983, tuvo lugar en un clima de gran tensión política y social. El Papa regresó a su patria para dar ánimo y fuerza al pueblo, que experimentaba la dureza de la ley marcial y de la falta de libertad. En Poznan, Wojtyla señaló por primera vez el nombre Solidarnosc; en Katowice, afirmó que los trabajadores tenían derecho a sindicatos libres; en Breslavia, dijo que era preciso defender las buenas conquistas del sindicato de trabajadores, mientras “los monaguillos levantaban la túnica blanca para mostrar la camiseta con la inscripción roja que llegó a ser famosa en todo el mundo”20. Durante la visita, el Papa tuvo varios encuentros reservados con el general Jaruzelski, tal vez para negociar una difícil reconciliación nacional o tal vez, como algunos han sugerido, para convencer al régimen de que ofreciera mayor libertad a los ciudadanos. El tercer viaje del Papa Wojtyla a Polonia tuvo lugar en junio de 1987, en un contexto histórico-político muy distinto en comparación con los anteriores: ahora las oposiciones, conducidas por Solidarnosc, se habían consolidado firmemente en el país, y en diversas regiones se enfrentaban abiertamente contra un régimen ya deslegitimado. En el encuentro con los jóvenes en Gdynia, el Papa explicó detenidamente el significado de la expresión “solidaridad”; en Westerplatte, exhortó a los jóvenes a la resistencia contra toda forma de injusticia, y de inmediato un millón de personas reunidas en el encuentro gritaron al unísono “Solidarnosc”. Había comenzado una nueva estación para Polonia: el coloso comunista había mostrado sus pies de barro.


«Es imposible no advertir una estrecha conexión entre el esfuerzo de Juan Pablo II respecto al mundo comunista y el atentado de la Plaza San Pedro del 13 de mayo de 1981 por parte del turco Mehmet Ali Agca (al cual años después el Papa visitó en su celda y perdonó)».

La revolución pacífica de Solidarnosc fue plenamente apoyada por el Papa, que ciertamente no carecía de sentido práctico. Sabía que el movimiento corría riesgo de perder su batalla si no contaba con ayuda del Occidente. Meses y meses de huelga, además de generar crisis en las finanzas nacionales, habían puesto de rodillas a muchas familias, que carecían de lo necesario. Durante la proclamación del estado de sitio, la Iglesia polaca organizó comités de ayuda a las familias de los disidentes encarcelados. Esos comités funcionaron sucesivamente como centros de distribución de paquetes de alimentos entregados a las familias de los trabajadores en huelga. En esos años difíciles, “toda la actividad caritativa —dijo Walesa— era desarrollada por la Iglesia, que no era controlada. Esta nos daba el dinero, pero nosotros nunca preguntábamos de dónde venía”21. Entre 1981 y 1984, se calculan alrededor de 700 transportes anuales provenientes del extranjero, cuyo contenido era administrado por centros diocesanos y luego distribuido en las parroquias; pero detrás de esa organización están los hombres del Papa, generalmente eclesiásticos, que iban y venían entre Polonia y el Occidente. La revolución pacífica era ciertamente sostenida por muchos en el mundo occidental, especialmente en los Estados Unidos, donde se encontraba una numerosa comunidad polaca. Se transfirió gran cantidad de dinero a Polonia a través de la mediación del Vaticano y de los “correos papales”. Por lo demás, si se deseaba apoyar a Solidarnosc, evitar un baño de sangre y proceder en conformidad con los tiempos razonablemente largos de la resistencia, era preciso encontrar los recursos ne-

LA DIRECTIVA SOVIÉTICA TOMABA EN SERIO LO QUE ESTABA OCURRIENDO EN EL VATICANO Y TEMÍA A LA “REVOLUCIÓN RELIGIOSA” LLEVADA POR EL PAPA JUAN PABLO II A POLONIA Y OTROS PAÍSES DEL BLOQUE COMUNISTA.

21 G. GALEAZZO – F. GRIGNETTI, Karol e Wanda. Giovanni Paolo II e Wanda Poltawska: storia di un’amicizia durata tutta una vita, Milán, Sperling & Kupfer, 2010, 73, 76.

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HABÍAN TRANSCURRIDO CINCUENTA AÑOS DESDE EL COMIENZO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. EN 1980, EN UNA SITUACIÓN DE EMERGENCIA NACIONAL, EL PAPA SE DIRIGIÓ DIRECTAMENTE AL JEFE DE ESTADO SOVIÉTICO PARA SOLICITARLE HACER LO POSIBLE POR EVITAR LA AMENAZADA INVASIÓN. (…)

«El Secretario de Estado estadounidense Georges Schultz, en 1982, cuando ya estaba encaminada en Polonia la revolución pacífica, el Secretario de Estado, aludiendo al pensamiento del Papa, señaló: “Polonia puede representar un banco de ensayo de relevancia histórica para producir una hendidura en el sistema de dominación soviética.»

cesarios. El Papa “tenía conciencia de la necesidad de un gran movimiento como Solidarnosc, pero estaba lejos, absorbido en el servicio de su ministerio. Esto, sin embargo, confirmaba y suscitaba en tantos el generoso compromiso económico con Solidarnosc y Polonia”22. 1989, como sabemos, fue para Europa del Este el año de los grandes cambios. A fines de enero, Solidarnosc fue reconocido por el gobierno polaco como un sindicato legítimo y adquirió el estatuto de interlocutor social; en noviembre, caía inesperadamente el muro de Berlín. En julio del mismo año, Polonia y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas oficiales, mientras el clima político del país se iba normalizando progresivamente. Sin embargo, el Papa miraba más lejos: su objetivo era llegar al núcleo del imperio comunista. Estaba convencido de que ya había llegado el fin de la época de la ilusión comunista en Europa. De hecho, este final se produjo con bastante anterioridad a lo previsto, especialmente con la Perestroika, valerosamente guiada por el nuevo Secretario Gorbachov, quien después de su visita al Vaticano llegará a ser uno de los jefes de Estado en mayor sintonía con el pensamiento político de Wojtyla.

Juan Pablo II, la Unión Soviética y el fin del imperio comunista

22 A. RICCARDI, Giovanni Paolo II. La biografia, op. cit., 355.

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El primer contacto entre la Santa Sede y la Unión Soviética tuvo lugar en 1988, con ocasión de la solemne celebración del milenario del bautismo de Rusia. Durante esa celebración, Mijaíl Gorbachov, recibiendo al patriarca Pimen, hizo el mea culpa


de los crímenes cometidos por el régimen comunista contra la Iglesia Ortodoxa y aseguró la promulgación de una ley en materia de libertad religiosa. Este hecho fue seguido con gran interés en el Vaticano. Para las celebraciones, el Papa envió a Moscú un considerable número de representantes, entre ellos el Secretario de Estado cardenal Casaroli, el Primado polaco Glemp y el cardenal Martini, Arzobispo de Milán. Delegación de máximo respeto por un evento excepcional. Durante la visita, el cardenal Casaroli fue recibido por el líder soviético, al cual entregó una carta del Papa diciéndole que la Santa Sede estaba muy interesada en la Perestroika. Ambos interlocutores —escribe el bien informado Riccardi23— estuvieron de acuerdo en muchos temas. Gorbachov aseguró al Secretario de Estado que la nueva ley de libertad religiosa eliminaría muchos contrastes que desde hacía tiempo generaban una contraposición entre Moscú y la Santa Sede. El cardenal Casaroli preguntó luego a Gorbachov, en nombre del Papa, si le parecía posible “crear un canal de contactos directos (entre las dos autoridades), como ocurría con los demás países socialistas”. Gorbachov respondió en forma algo dubitativa: “Lo pensaremos”. En todo caso, el interlocutor vaticano tuvo la sensación, no infundada, de que la cuestión se estaba moviendo en la dirección correcta. De hecho, en 1989, monseñor Angelo Sodano, Secretario para las relaciones con los Estados, fue acogido en Moscú como representante de una nación amiga: se le dijo que ya había llegado el momento de restablecer relaciones diplomáticas oficiales entre el Vaticano y el Kremlin, lo cual tuvo lugar en marzo de 1990. Jurij Karlov, el primer Embajador de Rusia en la Santa Sede, llegó a Roma con el ambicioso proyecto de preparar la visita de Wojtyla a Moscú (fijada para 1992). Sin embargo, por sobrevenir contrastes entre el Vaticano y el Patriarcado de Moscú, la situación se fue complicando bastante poco después, y la visita papal proyectada no se hizo ni entonces ni en los años siguientes. Por el contrario, fue muy importante, tanto en el plano histórico como personal, la visita de Gorbachov a Roma y el Vaticano en diciembre de 1989. En el Campidoglio, “el emperador de Oriente” pronunció un discurso memorable en el cual, por una parte, proclamó la necesidad de fijar “principios comunes a toda la humanidad”, y por otra reivindicó vigorosamente la necesidad de la existencia de un imperio socialista con rostro

(…) REFIRIÉNDOSE A LOS ARTÍCULOS DE HELSINKI, ES DECIR, AL PRINCIPIO DE NO INTERVENCIÓN DE LOS ESTADOS SIGNATARIOS, EL PAPA RECORDÓ A BREZHNEV QUE SEMEJANTE ACTO DE VIOLENCIA SERÍA COMPARABLE A LA INVASIÓN NAZISTA DE 1939.

23 Ivi , 367 s.

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humano, en cierto modo alternativo con respecto al occidentalcapitalista, encabezado por los Estados Unidos. En todo caso, la culminación de la visita fue el encuentro con Juan Pablo II en el Vaticano. Constituyó un evento realmente histórico: nunca un líder soviético había atravesado las paredes leoninas. El hecho fue seguido en todo el mundo con gran atención, incluso con cierta aprensión en los ambientes conservadores. Gorbachov dijo al Papa que se sentía en perfecta consonancia con él en muchos temas y consideraba, como él, muy importante el problema de la paz y de la defensa de los derechos humanos. A su vez, el Pontífice afirmó tener gran interés en la Perestroika en curso, y especialmente en el total restablecimiento de la libertad religiosa en la Unión Soviética. Pero el capítulo más interesante del coloquio tenía relación con la evolución del sistema soviético. Gorbachov afirmó que el futuro no debía necesariamente desarrollarse en conformidad con el modelo occidental-estadounidense, sino de acuerdo con la tradición y la cultura de su país. Wojtyla se sintió en sintonía con las palabras del líder soviético y dijo: “No es posible que alguien pretenda que los cambios en Europa y en el mundo se produzcan según el modelo occidental. Eso contradice mis

«Wojtyla se sintió en sintonía con las palabras del líder soviético y dijo: “No es posible que alguien pretenda que los cambios en Europa y en el mundo se produzcan según el modelo occidental. Eso contradice mis convicciones profundas. Europa, como protagonista de la historia mundial, debe respirar con dos pulmones”. Este —repitió el Papa con decisión— es “mi credo europeo”. »

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convicciones profundas. Europa, como protagonista de la historia mundial, debe respirar con dos pulmones”24. Este —repitió el Papa con decisión— es “mi credo europeo”. Estas palabras impresionaron profundamente a Gorbachov, quien desde entonces se sintió ligado personalmente con el Papa polaco. De hecho lo visitó por segunda vez en noviembre de 1990. Este también fue un encuentro sumamente cordial. Por su parte, también Wojtyla estimaba a Gorbachov y le manifestó solidaridad y cercanía en los momentos difíciles de su gobierno, como con ocasión del golpe que llevó al poder en Rusia a Boris Yeltsin. Este tuvo una actitud más reservada y prudente con el Papa. El sueño reformador de Gorbachov, que animó su Perestroika, se quebró en el verano de 1991, con la disolución del imperio soviético: Rusia volvió a sus antiguos confines y muchas naciones obtuvieron, sin derramamiento de sangre, la independencia nacional. La revolución pacífica de 1989 en Polonia corresponde ciertamente con un recorrido iniciado desde hace algunos años en varios países —en Europa y en otras partes del mundo, como Chile, las Filipinas y diversos países africanos— y apoyado en todas partes por la Iglesia Católica, especialmente por Juan Pablo II25. En realidad, el año 1989 marcó una transición sobre la cual se ha reflexionado poco: el fin del instrumento revolucionario (apreciado por la tradición europea y jacobina) y por consiguiente del uso de la violencia política para modificar estructuras político-institucionales consolidadas, y el comienzo de “transiciones democráticas pacíficas”, que modificaban estructuras políticas consideradas definitivas. Según François Furet, “la revolución de 1989 dio el golpe de gracia a la de 1789. Puso fin a dos siglos de revolución francesa”26. No obstante, esta estación política terminó muy de prisa, y otro orden político mundial, ya no marcado por las razones de la Guerra Fría, sino a menudo basado en la violencia y la guerra, tomó la delantera. El mismo Juan Pablo II, en los últimos años de su largo pontificado, denunció repetidas veces este nuevo orden, haciendo un llamado a la concordia entre los pueblos y entre las religiones y a la necesidad de otorgar mayor fuerza y decisión a la mediación de los organismos internacionales, como las Naciones Unidas, para la resolución de las situaciones de crisis humanitaria y política.

SIN EMBARGO, EL PAPA MIRABA MÁS LEJOS: SU OBJETIVO ERA LLEGAR AL NÚCLEO DEL IMPERIO COMUNISTA. ESTABA CONVENCIDO DE QUE YA HABÍA LLEGADO EL FIN DE LA ÉPOCA DE LA ILUSIÓN COMUNISTA EN EUROPA.

24 Citado ivi, 374. 25 Ver M. SIGNIFREDI, Giovanni Paolo II e la fine del comunismo. La transizione in Polonia (19781989), Milán, Guarini e Associati, 2013. 26 F. FURET, Il passato di un’illusione. L’idea comunista del XX secolo, Milán, Mondadori, 1995; Id., Critica alla Rivoluzione francese, Roma, Bari – Laterza, 1995.

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Notas sobre el proceso constituyente en Chile JOSÉ LUIS CEA EGAÑA

E

SE OMITE EL ANÁLISIS HISTÓRICO DE LOS AÑOS INMEDIATAMENTE PRECEDENTES AL COLAPSO DE LA DEMOCRACIA EN SEPTIEMBRE DE 1973, SECUELA DE LO CUAL ES QUE EL GOLPE MILITAR QUEDA INCAUSADO.

s los dos últimos meses han sido publicados doce libros en Chile sobre temas constitucionales. Alrededor de doscientos académicos, principalmente nacionales, contribuyeron con monografías u otra clase de intervenciones a tan singular entusiasmo por compartir ideas, constatar discrepancias y contribuir así al debate en torno del reemplazo o la reforma de la Carta Fundamental. De esa docena de textos me parece el mejor concebido, más completo y desapasionado el publicado por el Centro de Estudios Públicos.* Procuraré explicar las razones que sostienen esa afirmación y resumir los motivos que me inducen a plantear dudas e inquietudes, a veces coincidentes y otras discrepantes, con lo expuesto en esa obra.

Un esfuerzo encomiable Los diálogos referidos se originaron en marzo de 2014, impulsados por cuatro docentes que después destacaron en ellos. Fueron convocados a participar treinta especialistas en derecho público, la mayoría integrantes de la nueva generación de juristas dedicados a las disciplinas de esa área del Derecho en nuestro país. Se reunieron en ocho oportunidades, durante tres meses, buscando encontrar un lenguaje común que expresara la comprensión compartida de la realidad de Chile, las expectativas sociales, los anhelos de cambio y los ideales republicanos que nos caracterizan. Abordaron cuatro áreas temáticas: potestad constituyente, derechos constitucionales, estructura del Estado y régimen político. Se inició cada sesión con la presentación de un documento, preparado por cuatro participantes que sobresalieron en los diálogos correspondientes. * Diálogos Constitucionales. La academia y la cuestión constitucional en Chile (Santiago, Centro de Estudios Públicos, 2015).

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Proceso Constituyente «Hondas discrepancias se advierten leyendo tan extenso texto, las cuales serán peores, por la pasión, en debates del tipo que se ha anunciado como característico del proceso constituyente que ocurriría desde septiembre de 2015 y meses siguientes.»

Contando con valiosas recopilaciones de derecho comparado, trayectoria del constitucionalismo chileno y proposiciones de reforma emanadas de políticos y académicos de la Nueva Mayoría y de la Alianza, en ambiente respetuoso de las ideas se forjó un momento constitucional valioso por sus promisorias consecuencias. El libro fue editado por Lucas Sierra Iribarren y se presenta en una publicación esmerada por la ausencia de erratas. En quinientas cuarenta y dos páginas, los intervinientes intentaron responder a la pregunta siguiente: ¿existe un problema constitucional en Chile? Asumiendo que ese problema existe, se entra en la exposición de tesis generalmente contrapuestas en punto a la amplitud y profundidad de los cambios requeridos. Predomina, sin embargo, la agenda de quienes, al desestimar que, en 2015, se hubiera calmado el impulso por las enmiendas constitucionales, impugnan el Código Político vigente, unos mediante la asamblea constituyente, mientras otros renuevan su confianza en la Presidencia de la República y el Congreso Nacional, debiendo lo aprobado por ellos ser ratificado en un referéndum. Leído el libro, me inquietó concluir si se había cumplido el propósito aludido o, por el contrario, surgieron las hondas divergencias que afectan a amplios sectores de la ciudadanía

SE TORNA OSTENSIBLE EL SILENCIO QUE LAS IMPLICANCIAS ÉTICAS TIENEN PARA EL PLANTEAMIENTO, ADECUADO Y REALISTA DE UNA AGENDA DE CAMBIOS TAN AMBICIOSA, MÁS AÚN A LA LUZ DE LOS ESCÁNDALOS DE CORRUPCIÓN QUE VAN ENLODANDO A AGENTES REPRESENTATIVOS DE LAS MÁS VARIADAS INSTITUCIONES DE CHILE (…)

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(…) NOTABLE ES LA ELUSIÓN DE TEMAS CANDENTES, V.GR., EL LAICISMO PROCLAMADO POR LA NUEVA MAYORÍA; LA EXCLUSIÓN EN LA CONSTITUCIÓN, SALVO UN PAR DE NORMAS, DE LAS INSTITUCIONES ARMADAS; Y LA RESTAURACIÓN DE LA LEY EN LA MAJESTAD POSITIVISTA QUE TRAZÓ J.J. ROUSSEAU EN EL SIGLO XVIII, ES DECIR, LA VOLUNTAD SOBERANA DE LA MAYORÍA, CUALQUIERA SEA, VACIANDO DE SENTIDO A LA SUPREMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN.

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en torno de la oportunidad, la necesidad y el método aplicable, sea la sustitución o la modificación del Código Fundamental. No dudo que imperó el diálogo, focalizado en exponer con la esperanza de ser persuadidos, pero es ilusorio finalizar como se hace al cerrar el texto, que se notó una disposición enorme para arribar a acuerdos. Consiguientemente, contestamos la interrogante recién insertada en términos negativos y lo hacemos por las razones que se enuncian a continuación: Primera, se omite el análisis histórico de los años inmediatamente precedentes al colapso de la democracia en septiembre de 1973, secuela de lo cual es que el golpe militar queda incausado y expresivo nada más que de afanes fascistas; Segundo, se torna ostensible el silencio que las implicancias éticas tienen para el planteamiento, adecuado y realista, de una agenda de cambios tan ambiciosa, más aún a la luz de los escándalos de corrupción que van enlodando a políticos, empresarios y otros agentes representativos de las más variadas instituciones de Chile y que ya habían emergido a mediados de 2014; y Tercero, análogamente notable es la elusión de temas candentes, v.gr., el laicismo proclamado por la Nueva Mayoría; la exclusión en la Constitución, salvo un par de normas, de las instituciones armadas; y la restauración de la ley en la majestad positivista que trazó J.J. Rousseau en el siglo XVIII, es decir, la voluntad soberana de la mayoría, cualquiera sea, vaciando de sentido a la supremacía de la Constitución. Ante tan preocupante panorama, merece replantearse otro interrogatorio, algunas de cuyas preguntas son las siguientes: ¿Qué explica el proceso que vivimos? ¿Cuáles pueden ser sus consecuencias? ¿Estamos conscientes de las alternativas que nos planteamos? ¿Dónde nos hallamos y hacia dónde avanzamos en el curso de tales acontecimientos? ¿Llegaremos al Congreso Nacional, ejerciendo con la Presidenta de la República, la potestad constituyente o, por el contrario, terminaremos sumidos en una asamblea, de la cual nada más que dos partidos de la coalición gobernante han dado a conocer lineamientos mínimos relativos a su configuración? ¿Tendrá lugar, quizás, algo más difícil de ocurrencia, cual es que, en el ambiente de confusión, desconfianza y pérdida de legitimidad que de las instituciones se advierte, no se concrete ninguna de las posibilidades enunciadas?


Proceso Constituyente Constitución de 1833, también conocida como la Constitución de Portales.

La respuesta a esas y otras interrogantes parecidas exige insertarlas en el contexto histórico, cuya omisión en la obra comentada ya realzamos, y trazar un esquema que concilie el tiempo que vivimos con el futuro, dejando así planteada la pregunta esencial: ¿es el momento constitucional de Chile el indicado para acometer un proceso constituyente o, por el contrario, resulta ineludible diferirlo, ponderada la envergadura que tiene, hasta que hayan encontrado solución, aunque sea parcial pero adecuada, la encrucijada ética, unida hoy a la emergente crisis socioeconómica que ya no está situada en un horizonte lejano y que puede devenir devastadora en política?

II. Retrospectiva El Código Político hoy vigente, conocido por algunos como la Constitución de 1980, mientras que otros lo sitúan en 2005, a raíz de las numerosas y profundas enmiendas que tuvo ese año, es un ordenamiento político y jurídico con rasgos singulares que deben ser realzados. Desde luego, se originó como reacción a la neutralidad en que había culminado la Constitución de 1925, al punto que en asuntos clave del régimen socioeconómico, v.gr., la propiedad pública y la privada, el legislador quedaba facultado para decidir soberanamente, sin revisión judicial efectiva. Además, el texto anterior al que rige en la actualidad contemplaba potestades vigorosas a favor de la intervención estatal en

¿ES EL MOMENTO CONSTITUCIONAL DE CHILE EL INDICADO PARA ACOMETER UN PROCESO CONSTITUYENTE O, POR EL CONTRARIO, RESULTA INELUDIBLE DIFERIRLO, PONDERADA LA ENVERGADURA QUE TIENE, HASTA QUE HAYAN ENCONTRADO SOLUCIÓN, AUNQUE SEA PARCIAL PERO ADECUADA, LA ENCRUCIJADA ÉTICA, UNIDA HOY A LA EMERGENTE CRISIS SOCIOECONÓMICA QUE YA NO ESTÁ SITUADA EN UN HORIZONTE LEJANO Y QUE PUEDE DEVENIR DEVASTADORA EN POLÍTICA?

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El presidente Arturo Alessandri Palma y su gabinete firman la Constitución de 1925.

EL CÓDIGO POLÍTICO HOY VIGENTE, CONOCIDO POR ALGUNOS COMO LA CONSTITUCIÓN DE 1980, MIENTRAS QUE OTROS LO SITÚAN EN 2005, A RAÍZ DE LAS NUMEROSAS Y PROFUNDAS ENMIENDAS QUE TUVO ESE AÑO, ES UN ORDENAMIENTO POLÍTICO Y JURÍDICO CON RASGOS SINGULARES QUE DEBEN SER REALZADOS (…)

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todo orden de actividades privadas, especialmente regulables y vigiladas por órganos de la Administración, cuyas decisiones discrecionales no eran recurribles ante los tribunales de justicia. Por último, condensaba el tipo presidencial de gobierno más hegemónico de América Latina, estructurado por una serie de modificaciones introducidas desde 1943 para impedir el clientelismo dominante en el multipartidismo, la demagogia de los parlamentarios, la implantación de políticas económicas de control de la inflación, la planificación para incrementar el bajo crecimiento económico, o la remoción de los obstáculos que impedían a los sectores medio y bajo de la población acceder al goce de derechos sociales coherentes con el Estado de Bienestar propugnado por doctrinas socialdemócratas o, con excepción del gobierno de Jorge Alessandri (1958-1964), por un liberalismo con tonos de sensibilidad social. La Constitución de 1980 no se entiende ni justifica, sin embargo, solo como una reacción correctiva de los fenómenos recién enunciados. Efectivamente, cualquier análisis histórico objetivo impone indagar los acontecimientos que se sucedieron, con velocidad y radicalidad crecientes, desde noviembre de 1964, con la Revolución en Libertad del Presidente Eduardo Frei Montalva y el Partido Demócrata Cristiano, hasta culminar en el quiebre cruento de la tradición democrática chilena en septiembre de 1973 y la implantación, por dieciséis años y medio, de un régimen militar durísimo. Ignorar esos acontecimientos y sus consecuencias, mediante una interpretación, parcial y sesgada, de lo ocurrido y padecido, implica incurrir en tergiversaciones graves de las cuales derivan numerosas consecuencias para comprender, con acierto y perspectiva, el momento político en que nos hallamos.


Proceso Constituyente El Ex-presidente de la República y entonces Presidente del Consejo de Estado, don Jorge Alessandri Rodríguez entrega el texto de la Constitución, luego de su última revisión. (julio 1980)

III. Resurgimiento de las ideologías Los mil días que duró el mandato del Presidente Salvador Allende y la coalición que lo sostenía, la Unidad Popular, terminaron en el quiebre institucional más violento y desgarrador ocurrido en Chile en el siglo XX. Peor aún, ese colapso penetró en el alma nacional provocando la irreconciliación que, originada en violaciones masivas de derechos humanos, no ha podido ser salvada con las comisiones de verdad, conciliación, reparación y mitigación de los atropellos impunes que tuvieron lugar en los años aludidos. Más de mil causas judiciales todavía pendientes, por detenidos desaparecidos, son testimonio irrebatible de la patología recordada. Notablemente exitoso fue el esfuerzo sostenido, a partir de marzo de 1990, para restaurar nuestra tradición democrática, forjar un clima de catarsis que nos reuniera como pueblo integrado y progresar en el diseño e implementación de programas de gobierno que infundieran contenido y sentido de progreso socioeconómico a la política de libre mercado. Diversos comentarios han sido vertidos por observadores nacionales y extranjeros sobre la gestión del gobierno llamado Concertación por la Democracia, victoriosa en las elecciones presidenciales y parlamentarias del año recordado y que continuó en el mando hasta marzo de 2010. ¿Qué ocurrió después? Desde luego, el triunfo de un gobierno de centroderecha, encabezado por el Primer Mandatario Sebastián Piñera Echenique, interrumpió la sucesión de cuatro Jefes de Estado de la Concertación, pero no para cambiar de rumbo en el gobierno

(…) SE ORIGINÓ COMO REACCIÓN A LA NEUTRALIDAD EN QUE HABÍA CULMINADO LA CONSTITUCIÓN DE 1925, AL PUNTO QUE EN ASUNTOS CLAVE DEL RÉGIMEN SOCIOECONÓMICO, V.GR., LA PROPIEDAD PÚBLICA Y LA PRIVADA, EL LEGISLADOR QUEDABA FACULTADO PARA DECIDIR SOBERANAMENTE, SIN REVISIÓN JUDICIAL EFECTIVA.

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POR SUPUESTO, LA CONSTITUCIÓN VIGENTE REQUIERE LOS CAMBIOS QUE FLUYEN DE LA ÉPOCA NUEVA QUE VIVIMOS. RECONOCERLO ASÍ SE TORNA INELUDIBLE, DISPONIÉNDOSE A DIALOGAR PARA PACTAR LOS ACUERDOS QUE PERMITAN IMPLEMENTAR TODAS ESAS MODIFICACIONES SOBRE LA BASE DE LOS CONSENSOS ADECUADOS.

del país, sino que, en el juicio de muchos observadores, con el designio de confirmar la mayor parte de los avances alcanzados por esa coalición e innovar con políticas como el incremento de fuentes de trabajo en un ambiente de confianza para la inversión, el crecimiento económico sostenido y la focalización del gasto social a través de programas de bonificaciones y subsidios para beneficio de los estratos medios de la población, preservando la matriz del Estado subsidiario. Rudo fue el impacto que tuvo en la Concertación la derrota de 2010 y así se notó ya en los años siguientes. Particularmente notable es detenerse en 2011, pues marca el comienzo de un período de oposición, incesante e implacable, que fue aglutinando a los más diversos sectores de la sociedad chilena. Repitiendo, con éxito mayor, lo que había sido la movilización estudiantil masiva efectuada en 2006, se desencadenaron centenares de paros, protestas y marchas en los más variados lugares del país, reaparecieron las usurpaciones de inmuebles, especialmente de establecimientos educacionales; se fueron haciendo frecuentes las interrupciones de faenas, la paralización de ellas y el abuso de las reuniones en lugares de uso público, todas finalizadas

«Así fue siendo introducida la consigna que Chile requería una Carta Fundamental nueva, discutida y aprobada por una asamblea constituyente. Por igual motivo, fue cobrando éxito la consigna que menospreciaba las treinta y dos enmiendas efectuadas, hasta entonces, al Código Político y que lo habían purgado de los enclaves autoritarios. El ambiente adquirió los tonos de agitación creciente en ciudades y campos, fenómeno apreciable en Arica, Iquique, las cercanías de Talca y Puerto Aysén, de modo que no se restringían a las asonadas incendiarias de activistas en La Araucanía. ¿Cuál fue la idea-fuerza? El igualitarismo evidenciado en satisfacer las demandas de grupos de presión presuntamente marginados del progreso colectivo.»

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«Repitiendo, con éxito mayor, lo que había sido la movilización estudiantil masiva efectuada en 2006, se desencadenaron centenares de paros, protestas y marchas, reaparecieron las usurpaciones de inmuebles, especialmente de establecimientos educacionales.»

en desmanes que destruían bienes nacionales o saqueaban negocios y otros establecimientos de particulares. Quedó en evidencia, a partir de aquellas movilizaciones, la multitud heterogénea de demandas y la utilización de ellas por la dirigencia de la oposición para desacreditar al gobierno de la centroderecha. Así fue siendo introducida la consigna de que Chile requería una Carta Fundamental nueva, discutida y aprobada por una asamblea constituyente. Por igual motivo, fue cobrando éxito la consigna que menospreciaba las treinta y dos enmiendas efectuadas, hasta entonces, al Código Político y que lo habían purgado de los enclaves autoritarios. El ambiente, a mayor abundamiento, adquirió los tonos de agitación creciente en ciudades y campos, fenómeno apreciable en Arica, Iquique, las cercanías de Talca y Puerto Aysén, de modo que no se restringían a las asonadas incendiarias de activistas en La Araucanía. ¿Cuál fue la idea-fuerza? El igualitarismo evidenciado en satisfacer las demandas de grupos de presión presuntamente marginados del progreso colectivo.

PERO NO ES SENSATO ADJUDICAR AL TEXTO SUPREMO VIGENTE LOS ESTROPICIOS Y OTROS MALES QUE ESTÁN EN NOSOTROS MISMOS Y NO EN EL LIBRO LLAMADO CONSTITUCIÓN. ESTA, EVIDENTEMENTE, NO ES NI PUEDE SER MÁS DE LO QUE LA CIUDADANÍA, ORIENTADA POR SUS LÍDERES.

IV. Trascendencia de los anuncios de 2013 En noviembre y diciembre de ese año se realizaron elecciones presidenciales y parlamentarias. Por vez primera tuvo aplicación la inscripción automática y el voto voluntario, así como la celebración de votaciones primarias para determinar a los candidatos. La abstención se elevó al 55% del padrón electoral, de modo que la nueva Presidenta de la República, ungida con más del 60% de los sufragantes, realmente representó la primera minoría. Parecido panorama pudo ser observado en las elecciones parlamentarias, de las cuales la Nueva Mayoría, integrada por seis

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FORMAR HÁBITOS CÍVICOS, IGNORADOS U OMITIDOS POR UNA PEDAGOGÍA DESASTROSAMENTE IMPARTIDA Y A LO LARGO DE MÁS DE CUARENTA AÑOS, TAMPOCO ES RESPONSABILIDAD DEL PODER CONSTITUYENTE NI CABE INSERTARLO EN UN CONCEPTO MATERIAL DE LA CONSTITUCIÓN, DELIMITADA POR LO QUE ES SOLO ESENCIALMENTE REPRESENTATIVO DE ELLA.

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partidos en un arco que recorría desde la Democracia Cristiana hasta el comunismo, dio a conocer el programa de gobierno apenas cuarenta días antes de la votación popular. En aquel programa se halla un bosquejo de postulados constitucionales, la síntesis de los cuales puede ser formulada afirmando que Chile estaba en una encrucijada, de la cual era posible salir exitosamente nada más que implementando una Constitución nueva. Tratábase, en otras palabras, de un diagnóstico lúgubre, que solo podía ser evitado con una nueva Carta Política, centrada en el igualitarismo y el Estado prioritario.

V. Diagnóstico calculado El objetivo programático recién señalado se convirtió en el núcleo de la campaña de la Nueva Mayoría y en la meta más relevante del gobierno que asumió el 11 de marzo de 2014. La idea fuerza repetida con perseverancia agobiadora fue que la Carta Fundamental de 1980, o de 2005, una u otra denominación como hemos explicado, era ilegítima en su origen y ejercicio. Consecuentemente, la ciudadanía tenía que comprometerse en el apoyo a una asamblea constituyente que, ejerciendo la potestad de tal, originaria de la Nación, sustituyera el ordenamiento supremo vigente por otro, de hojas en blanco que serían llenadas por los debates y consensos forjados en tal especie de convención. La velocidad de los acontecimientos, la derrota aplastante de la centroderecha en los comicios aludidos, la vaguedad de las premisas básicas del programa de la Nueva Mayoría, el apoyo internacional irrebatible a la Presidenta Bachelet en su segundo gobierno, la falta de líderes y los errores de la centroderecha y otros factores parecidos permiten aseverar que, el diagnóstico estructurado desde los movimientos de 2011, a pesar del designio electoral contingente que lo singularizaba, había sido acogido por la primera minoría ya destacada. Ante esa embestida, manejada con astucia, el desánimo cundió en la centroderecha al punto de rematar derrumbada por las derrotas de 2013. En ella, un rol decisivo lo tuvo el voto voluntario. El diagnóstico tétrico ya anotado fue siendo socializado tenaz y masivamente. Chile, en otras palabras, estaba sumido en una crisis de legitimidad política y socioeconómica, diezmado por el lucro en los más diversos niveles de enseñanza, agobiado por las desigualdades en la distribución del ingreso; en fin, anclado


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en discriminaciones con perjuicio para la mujer, las etnias, los marginados y otros grupos vulnerables. Se tornaba imperativo, entonces, corregir tan injusto estado de cosas. La solución, como hemos dicho, se hallaba en la dictación de una Nueva Constitución, ruta más necia que candorosa, típicamente latinoamericana. Encabezada obnubiladamente por sectores ideológicos muy activos, cuyo designio matriz era recuperar el poder para realizar cuanto la Unidad Popular no pudo hacer desde 1970 a septiembre de 1973, la Nueva Mayoría comenzó su labor en marzo de 2014.

VI. Impronta de los hechos La interpretación del proceso experimentado por Chile a partir de marzo de 1990 ha sido dramática y exitosamente tergiversada por los impulsores de un nuevo Código Político. Tan imprevisto como extraño se vuelve comprobar que, entre los denunciantes de aquella tergiversación histórica, se localizan a quienes eran partidarios de reformar la Carta Política, secuela de la cual fue su voto a favor de las enmiendas respectivas. Para unos y otros, sin embargo, todo lo avanzado en el desarrollo humano de nuestro pueblo en ese cuarto de siglo fue secuela de pactos o entendimientos descalificados como espurios. No se altera tal diagnóstico contraponiéndole hechos del tenor siguiente: hemos alcanzado la renta per cápita más alta de América Latina; la reducción de la pobreza de 45% a 11% de la población; el acceso a la educación en todos los niveles y, tratándose de la enseñanza superior, llegando a que siete de cada diez estudiantes sean primera generación en universidades, institutos profesionales y centros técnicos; que el desempleo se haya mantenido en 6% promedio; que el producto interno bruto se incremente en 5 % anual; que el consumo hubiera alcanzado cotas sin precedentes; o por último, que la inversión haya ascendido al 27% y que el ahorro interno exhibiera guarismos semejantes. Eso y más se tornaba insignificante ante la consigna de cambiarlo todo, sustituyendo cuanto había sido logrado con esfuerzo y sacrificio por la quimera de una Carta Suprema nueva, de contenido apenas bosquejado en las bases programáticas del gobierno en funciones, y la aprobación de la cual se mantiene, por las divisiones en la Nueva Mayoría, en un tira y afloja de destino indefinido, oyéndose y leyéndose pronunciamientos

INCUMBE A LA JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL IR ADAPTANDO TALES TEXTOS A LAS EXIGENCIAS DEL CAMBIO DE ÉPOCA, ASUMIENDO QUE LA CONSTITUCIÓN DEBE SER NO SOLO REPRESENTATIVA DEL IDEAL DE DERECHO DOMINANTE EN LA COMUNIDAD, SINO QUE, ADEMÁS, REFLECTANTE DE LAS INQUIETUDES Y AFANES DE PROGRESO SOCIAL. (…)

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(…) EN ESA MISIÓN DE LOS JUECES RADICA EL GERMEN DEL PRECEDENTE JUDICIAL, CLAVE TANTO EN LA ARMONÍA QUE DEBE SINGULARIZARLOS CUANTO EN LA VIGENCIA DE LA SEGURIDAD JURÍDICA.

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de la Presidenta y ministros de Estado que siguen insistiendo en una fórmula casi vacía, esto es, que entraremos en septiembre de 2015 en un proceso constituyente participativo, institucional y democrático, convivido en asambleas, cabildos y otros colectivos. No cede, entonces, la tensión existente entre partidarios de focalizar el proceso en la Presidencia y el Congreso Nacional, por un lado, o radicarlo en una asamblea constituyente, por otro. Pero tampoco cabe duda que la idea de una Constitución nueva, nacida en democracia, ha sido socializada exitosamente por la Nueva Mayoría, desacreditando cuanto se ha progresado, hasta la fecha con treinta y cuatro enmiendas, para vivir en democracia gracias a una Carta Política que ha llegado a ser también plenamente democrática.

VII. Actitud sensata Por supuesto, la Constitución vigente requiere los cambios que fluyen de la época nueva que vivimos. Reconocerlo así se torna ineludible, disponiéndose a dialogar para pactar los acuerdos que permitan implementar todas esas modificaciones sobre la base de los consensos adecuados. Pero no es sensato adjudicar al texto supremo vigente los estropicios y otros males que están en nosotros mismos y no en el libro llamado Constitución. Esta, evidentemente, no es ni puede ser más de lo que la ciudadanía, orientada por sus líderes, decida hacer o no viviendo prácticamente lo proclamado en sus páginas. Vale lo recién expuesto para ilustrar el debate que presenciamos en la actualidad sobre el proceso constituyente. En él se vocean aseveraciones enteramente equivocadas. Por ejemplo, es competencia del legislador y de los órganos administrativos, no del Poder Constituyente, menos el de naturaleza primigenia u originaria, combatir la delincuencia común y la de carácter terrorista, apoyando a las policías para obrar eficazmente; al Ministerio Público a los fines de investigar con diligencia los hechos constitutivos de delito y a los jueces de garantía tratándose de proteger los derechos de las víctimas o cuidar la paz social frente a crápulas que le han desbordado al amparo de un principio de inocencia concebido con ribetes increíblemente desatinados. La angustia padecida por oleadas de asaltos sin castigo, en hogares y recintos de trabajo, es otra prueba de la desconfianza en las instituciones


VIII. Agenda de cambios constitucionales El tiempo determina la vida o el ocaso de las constituciones. Líderes alertas y permeables a tan elemental premisa tienen que forjar los entendimientos que permiten la evolución de los textos fundamentales, incorporándoles las modificaciones que ajusten la letra de las normas a los valores y principios que estructuran las demandas de la sociedad civil en permanente innovación de actitudes, intereses y requerimientos. Incumbe a la jurisprudencia constitucional ir adaptando tales textos a las exigencias del cambio de época, asumiendo que la Constitución debe ser no solo representativa del ideal de Derecho dominante en la comunidad, sino que, además, reflectante de las inquietudes y afanes de progreso social. En esa misión de los jueces radica el germen del precedente judicial, clave tanto en la armonía que debe singularizarlos cuanto en la vigencia de la seguridad jurídica. Ciertamente, nunca ni en todo, un proceso constituyente puede ni debe acoger, sin limitaciones o exclusiones, la plenitud de las

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y que no se corrige con transformaciones constitucionales. Semejante comentario puede ser vertido con respecto a la corrupción, asumiendo que los niveles alarmantes que ella exhibe en el contubernio de intereses políticos y económicos revelan, antes que las deficiencias de una legislación positiva imperfecta e incompleta, la ausencia de los valores que infundan sentido ético a ambas actividades. Formar hábitos cívicos, ignorados u omitidos por una pedagogía desastrosamente impartida y a lo largo de más de cuarenta años, tampoco es responsabilidad del Poder Constituyente ni cabe insertarlo en un concepto material de la Constitución, delimitada por lo que es solo esencialmente representativo de ella. Finalmente, declamar que Chile tendrá un Estado Social de Derecho, con los atributos subjetivos materializados prioritariamente por esa forma estatal, no pasa de ser populismo, habida consideración de la caída de los indicadores socioeconómicos y del ocaso, universalmente reconocido, del Estado de Bienestar. Añadir que las cláusulas del bien común y la función social del dominio innovarán en la finalidad aludida es ignorar cuanto está ya en la Carta Política o intentar infundirle orientaciones ajenas a su significado genuino.

NUNCA NI EN TODO, UN PROCESO CONSTITUYENTE PUEDE NI DEBE ACOGER, SIN LIMITACIONES O EXCLUSIONES, LA PLENITUD DE LAS DEMANDAS ARTICULADAS POR LAS AGRUPACIONES TÍPICAS DE COSMOVISIONES PLURALISTAS. EL BIEN COMÚN, CON EL PRESUPUESTO ÉTICO QUE LO SUBYACE Y ORIENTA, IMPONE DISCERNIR ENTRE LO QUE ES COHERENTE CON ESA FINALIDAD SUPREMA DE LA CONVIVENCIA POLÍTICA (…)

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(…) Y CUANTO HA DE QUEDAR MARGINADO DE ELLA POR CIRCUNSTANCIAS O RAZONES SÓLIDAS Y DIVERSAS. ESE ES EL DESIGNIO SUPREMO DE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA EN LA DEMOCRACIA CONSTITUCIONAL.

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demandas articuladas por las agrupaciones típicas de cosmovisiones pluralistas. El bien común, con el presupuesto ético que lo subyace y orienta, impone discernir entre lo que es coherente con esa finalidad suprema de la convivencia política y cuanto ha de quedar marginado de ella por circunstancias o razones sólidas y diversas. Ese es el designio supremo de la representación política en la democracia constitucional. En otras palabras, se vuelve impostergable recuperar la autoridad de los gobernantes y no seguir escondida en la democracia de la calle, vía de facto que ha ido entronizándose al compás de paros, marchas y protestas que dejan la impresión de haber desbordado a los mandatarios legítimos. Situado en la agenda de cambios que nos ocupa, cabe incluir en ella la descentralización política, abriendo el paso a una regionalización integral y no, como hoy, a lo que tampoco pasa de ser la desconcentración administrativa. Procedente es establecer mayor equilibrio en las potestades del Presidente de la República con el Congreso Nacional, v.gr., revisando el cúmulo de facultades colegisladoras de aquel, incluyendo la iniciativa exclusiva de ley y las urgencias en su tramitación. Insensato, estimamos, embarcar en cambio al país en un ensayo de semipresidencialismo, cuya motivación puede hallarse en la necesidad de conservar unida a la Nueva Mayoría. Extiendo el catálogo a la implantación de instituciones propias de la democracia semidirecta, como la iniciativa ciudadana de reformas a la Carta Magna y de ciertas disposiciones legales. No omito la cuenta pública periódica que deben rendir todos los órganos estatales y la revocación de algunos mandatos al cabo, por ejemplo, de haber sido servidos al promediar el ejercicio de ellos con reprobación de la mayoría de la ciudadanía respectiva. Creo difícil, por otra parte, seguir aumentando los derechos esenciales sin vigorizar el cumplimiento de los deberes correlativos, aseveración que apunta a cuestiones de género, implantación de cuotas para la elección de candidatos o la incorporación de mujeres a cargos públicos no electivos. Lo mismo digo a propósito de la discriminación para beneficios de las etnias o de colectivos que reclaman igualitarismo siendo que distan de ser víctimas por su condición vulnerable. Lejos, muy lejos estoy del laicismo propugnado en el programa de la Nueva Mayoría; la restauración de la ley con perjuicio para la supremacía de la Constitución; o la eliminación de los interesadamente motejados como vetos contramayoritarios, v.gr.,


Epílogo La lectura del libro Diálogos Constitucionales me llevó a escribir las notas que aquí cierro. Repito mi opinión favorable al esfuerzo realizado por quienes organizaron y participaron en tales encuentros. Fue un ejemplo que podría multiplicarse con el ánimo de intercambiar puntos de vista sobre la trascendencia de la etapa de cambios que vive Chile. Ese rasgo no impide, sin embargo, dejar constancia de las hondas discrepancias que se advierten leyendo tan extenso texto, las cuales serán peores, por la pasión, en debates del tipo que se ha anunciado como característico del proceso constituyente que ocurriría desde septiembre de 2015 y meses siguientes. Análoga evaluación hay que hacer de los demás textos aparecidos sobre el tema durante los siguientes meses. Reemplazar una Constitución, cualquiera sea el método aplicado, es la encrucijada más seria que un país pueda enfrentar en democracia y con imperio del Derecho. Impulsar tan grave proceso se justificaría únicamente con base en diagnósticos objetivos y confiables. No es, sin embargo, tan elemental exigencia la que se advierte en Chile, sino que, en lugar de ella, el retorno a simplificaciones ideológicas. En estas laten añoranzas estatistas de medio siglo atrás, fracasadas aquí y en el mundo. Apreciar hoy las secuelas dolorosas que dejó ese empeño y evitarlo sería un rasgo enaltecedor de quienes anhelan cambios, pero sin recaer en sucesos de inolvidable sufrimiento.

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el control preventivo de supremacía por el Tribunal Constitucional y la supresión de la legislación con quórums reforzados. Propugno, en cambio, fortalecer las garantías para infundir eficacia real al goce de los derechos y cumplimientos de los deberes correlativos. Consecuentemente, no me ubico en el sector de los que tachan a esas garantías de ser la vía directa hacia la judicialización de la política. Lejos de eso, se trata de vivir la Constitución y las leyes, ejerciendo las acciones y recursos que el Derecho, con el rango de sistema de límites legítimamente establecido que lo ha de caracterizar, tiene que asegurar a todas las personas como un atributo natural e ineludible de una sociedad civilizada.

SE TRATA DE VIVIR LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES, EJERCIENDO LAS ACCIONES Y RECURSOS QUE EL DERECHO, CON EL RANGO DE SISTEMA DE LÍMITES LEGÍTIMAMENTE ESTABLECIDO QUE LO HA DE CARACTERIZAR, TIENE QUE ASEGURAR A TODAS LAS PERSONAS COMO UN ATRIBUTO NATURAL E INELUDIBLE DE UNA SOCIEDAD CIVILIZADA.

Ver página 570 “El vacío constitucional” por Andrés Ollero Tassara, miembro del tribunal Constitucional de España.

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El camino en la Iglesia de los divorciados vueltos a casar POR ALAIN MATTHEEUWS, S.J.

Camino al Sínodo de la Familia

El amor de Dios nunca muere

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a pena y la rebeldía pesan en los encuentros pastora- Quisiéramos superar las les con divorciados vueltos a casar. De hecho, a menudo contradicciones que el existen ambigüedades en la relación entre estas parejas y nuevo vínculo conyugal los sacerdotes que las acogen, dada la petición explícita de presenta objetivamente la Iglesia Católica de no celebrar un segundo matrimonio en relación con la litúrgico y sacramental. De una y otra parte, todos sufren. promesa del primero y ¿Nos atrevemos, como cristianos y como pastores, a consi- único sacramento del derar la importancia de este sufrimiento y preguntarnos matrimonio y con el signo sobre su sentido? Si la problemática se reduce a una dis- real del cuerpo y de la ciplina y a normas, no podemos sino permanecer en un sangre de Cristo presente en la eucaristía y dándose punto muerto. Ahora bien, no se trata en primer lugar de a su pueblo. una cuestión moral o jurídica, sino de una prueba para el amor. ¿Cómo evitar estar en uno u otro bando cuando es preciso dar una opinión sobre estos puntos? ¿Cómo salir de las dialécticas de oposición, del todo o nada, o de un consenso puramente formal o disciplinario? ¿Se puede salvar el amor humano? ¿Cómo se debe salvar? ¿Cómo poner en práctica la misericordia esperada? Más precisamente, la reflexión pastoral sobre la acogida a los divorciados vueltos a casar requiere una mejor comprensión de la economía de los sacramentos y del orden de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Por otra parte, son numerosos los divorciados vueltos a casar que rehúsan dejar de comulgar en las eucaristías en las cuales participan, a menudo fielmente. Las explicaciones dadas aquí y allí no se escuchan1. Quisiéramos superar las contradicciones que el nuevo vínculo conyugal presenta objetivamente en relación con la promesa del primero y único sacramento del matrimonio y con el signo real del cuerpo y de la sangre de Cristo presente en la eucaristía y dándose a su pueblo2. Aun cuando 1 Incluso el diálogo entre los obispos alemanes y la Congregación para la Doctrina de la Fe, en 1994, al cual nos referiremos más adelante, por iluminador que sea, no nos parece dar un conjunto de argumentos definitivo para unos y otros. 2 Examinaremos más adelante la enunciación precisa de esta tesis expuesta en la exhortación apostólica Familiaris consortio.

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los divorciados vueltos a casar forman parte, de hecho y de derecho, de la comunidad cristiana —esta cuenta con ellos para la oración, los sacramentos, el testimonio y el servicio de la caridad en la Iglesia y en el mundo—, la exigencia que se les impone de no comulgar se traduce casi siempre como “dejar de estar en la comunión de la Iglesia” (excomunión), lo cual es falso. Se dirá entonces que la participación en la misa, el escuchar la Palabra, la oración comunitaria y los servicios que implican el don de sí mismo por amor, como la comunión espiritual en la eucaristía, son para ellos al mismo tiempo accesibles e incluso requeridos; pero en lo esencial de los sufrimientos, las palabras no tienen la misma resonancia y sobre todo ya no llegan al corazón Espíritus bien ni a la razón. ¡La Iglesia parece sumamente infiel a la formados o personas misericordia proclamada por su Señor y su Salvador! bien intencionadas no Por otro lado, tanto tratándose de los partidarios de comprenderán cómo, las segundas nupcias como de las parejas fieles o de los después de una separación esposos que siguen siendo fieles en toda circunstancia al justa o injusta, pero cónyuge que ha partido3, todos nos interpelan sobre la objetivamente de una felicidad de estas nuevas uniones. Algunos preguntarán infidelidad con el si las segundas nupcias no permitirían a los nuevos cónprimer cónyuge, quien yuges vivir en forma más madura la nueva vida conyugal vuelve a casarse pueda y familiar. Se reconocerá que la experiencia del fracaso ser feliz.(…) puede conducir a una verdadera toma de conciencia de lo que es la relación conyugal. Los recién casados podrán obtener de esa experiencia un feliz beneficio para su compromiso: ¡es lo bueno, dicen! Ciertamente, han adquirido experiencia y humildad4. Todo el mundo tiene derecho al error. Es normal que les vaya bien en su pareja y sean felices. Estimulémoslos, dicen a veces ciertos agentes pastorales. Otros cristianos se expresarán así: puesto que son felices, alegrémonos y acojamos la verdad de su unión tanto desde el punto de vista espiritual como sacramental. Reconozcamos así la calidad de este segundo matrimonio y otorguémosle el estatuto de testimonio y quizás también de sacramento en la Iglesia. El sacramento “nuevo” consagraría entonces una verdadera felicidad y daría testimonio de la misma en el cuerpo eclesial. Al contrario, espíritus bien formados o personas bien intencionadas no comprenderán cómo, después de una separación justa o injusta, pero objetivamente de una infidelidad con el primer cónyuge, quien vuelve a casarse pueda ser feliz. Se dirá entonces: lo que hizo anteriormente y el estado de infidelidad en que vive actualmente conducen indefecti3 No hay que olvidar a estos últimos, ciertamente. Pensamos también especialmente en el magnífico testimonio de los miembros de la Communion Notre Dame d’Alliance. 4 Eso implica que el perdón anima los corazones y los intercambios de aquellos y aquellas a quienes concierne.

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blemente a que viva “lejos de Dios”, “lejos de la gracia” del sacramento. ¿Cómo pueden los divorciados vueltos a casar estar en paz en su situación? ¿Cómo no les recuerda su conciencia sus responsabilidades y la injusticia cometida y confirmada por el nuevo vínculo? ¿Y cómo, paradojalmente, puede a veces el cónyuge que permanece fiel ser tan desgraciado y sufrir tanto? Es difícil dar respuestas generales para todas las preguntas delicadas que acabamos de evocar. Las situaciones son muy a menudo especiales5. En primer lugar, se trata de tener la certeza o verificar la validez del “primer” matrimonio. Si esta validez no (…) Se [dirán] se verifica, ¡no estamos hablando de la misma realidad! entonces: lo que hizo Pero además lo que está en juego en estas preguntas no anteriormente y el estado tiene relación únicamente con los sentimientos subjeti- de infidelidad en que vive vos, las intenciones de las personas en estas situaciones actualmente conducen y las condiciones morales, espirituales o jurídicas de indefectiblemente a que las diversas alianzas. El debate sobre los divorciados viva “lejos de Dios”, vueltos a casar exige reflexionar y profundizar sobre “lejos de la gracia” del la condición sacramental de los bautizados y ante todo sacramento. ¿Cómo sobre el modo de ejercer Cristo su acción sacramental en pueden los divorciados la historia de los hombres y en su Iglesia. Efectivamente, vueltos a casar estar en si el matrimonio considerado es inválido, si no ha existido paz en su situación? realmente, se comprende mejor en qué medida puede la ¿Cómo no les recuerda misericordia de Dios ejercerse en la historia y permitir a su conciencia sus alguien, a pesar de todas las dificultades y los posibles responsabilidades y pecados de su primera relación, vivir finalmente feliz la injusticia cometida y confirmada por el en otra relación —un verdadero matrimonio— cuyo nuevo vínculo? carácter sacramental por lo demás la Iglesia podrá reconocer en un momento dado. La verdad del matrimonio único con sus exigencias y el contenido de la promesa que lo constituye deberían, en nuestra opinión, ponerse de manifiesto de mejor manera para iluminar estas distintas situaciones y sus consecuencias. Procedamos por etapas y veamos cómo los desafíos expuestos se sitúan más arriba en el paisaje que llamamos la economía sacramental. Ahí precisamente es posible volver a encontrar la fuente de todo amor: esta brota en todas las condiciones del vínculo matrimonial, sin negar el vínculo sacramental. Para eso, recogeremos en primer lugar la memoria de la fidelidad pascual de Cristo con su Iglesia expresada en la coherencia de la vida sacramental (I). Así tomaremos conciencia de 5 En esta perspectiva, será útil leer X. LACROIX (dir.), Oser dire le mariage indissoluble, París, Cerf, 2001, importante publicación de habla francesa, en la cual se exponen debidamente estas problemáticas.

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mejor manera de lo que está en juego desde el punto de vista eclesial y sacramental en los debates recientes sobre los divorciados vueltos a casar (II). Procuraremos enseguida destacar la fuerza del vínculo entre los cónyuges considerando la participación de Cristo y la obra del Espíritu (III). Para terminar, destacaremos la condición espiritual y el camino de santidad en la Iglesia para aquellos y aquellas que se han vuelto a casar (IV).

I. En la memoria de la Iglesia En 1981, con posterioridad al sínodo sobre la familia, Juan Pablo II invitaba a “distinguir las diversas situaciones” debidamente. Exhortaba “vivamente a los pastores y a toda la comunidad de los fieles para que ayudasen a los divorciados casados de nuevo, procurando con solícita caridad que no se considerasen separados de la Iglesia, pudiendo y aun debiendo, en cuanto bautizados, participar en su vida”6. Los divorciados casados de nuevo no están excomulgados. Siguen siendo miembros de la Iglesia. Es verdad que “están heridos en su vínculo con el Cuerpo de Cristo”7. No tienen acceso al perdón sacramental ni a la comunión eucarística. Eso no significa que ya no sean amados por Dios ni que ya no se les otorgue la misericordia en el corazón: el ritual del sacramento y la teología de la gracia no desconocen este aspecto de la relación del cristiano con Dios8.

1. Dureza de una “ley” de Cristo y “camino de todo cristiano” Tras sufrimientos insoportables, numerosos cristianos separados y luego divorciados llegan a contraer una nueva unión. Algunos lo hacen con prudencia, a veces sin atreverse a casarse por el civil. Pueden medir las dificultades ya enfrentadas, pero piensan y desean rehacer su vida, volver a encontrar la paz y la felicidad en una relación nueva y sólida. Es así como piensan continuar siguiendo a Cristo, encaminándose como todo cristiano con Aquel que es “el camino, la verdad y la vida” (Jn, 14, 6). Algunos han permanecido cercanos a la Iglesia y a la vida sacramental. Otros están heridos, y si bien conocen la “práctica” de la Iglesia, no la comprenden ni la aceptan. Sufren con esta “ley” que

6 Juan Pablo II, Exhortación postsinodal Familiaris consortio (FC), “sobre la misión de la familia cristiana”, 84, 7 Comisión Familiar del Episcopado (Francia), Les divorcés remariés dans la communauté chrétienne (Los divorciados casados de nuevo en la comunicad cristiana), París, Centurion, 1992, p. 62. 8 Ver G. MÛLLER, Le pouvoir de la grâce. L’indissolubilité du mariage, les divorcés remariés et les sacrements, Paris, Parole et Silence, 2013, p. 31.

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ellos dicen no ser de Cristo, sino de la Iglesia. ¿Cómo medir el precio de la fidelidad en este contexto? ¿Qué significa “encaminarse” en la vía de Cristo? Si escuchamos a este último dialogar con los fariseos sobre el respeto al designio de Dios en el origen y enunciar firmemente la prohibición del acecho, del repudio (Mt 19)9, ¿qué podemos todavía esperar? ¿Qué significa esta ley de caridad tan dura y tan rigurosa? a) Del acatamiento de la ley al cumplimiento pascual

Toda ley se manifiesta comúnmente como un límite, como un principio de frustración, como una negación de nuestra libertad y de nuestra autonomía. A primera vista, una ley así en la Iglesia difícilmente puede parecer un “camino de luz”: en todo caso, de entrada alude a un “tiempo” de duelo, de aprendizaje de signi- Las situaciones son muy ficados, de apertura de una conciencia poco acostum- a menudo especiales. En brada a plantear un juicio en semejante contexto de primer lugar, se trata de sufrimientos. La ley es una carga pesada. ¿Pero no es tener la certeza o verificar propio del fariseo hacer llevar cargas insostenibles a la validez del “primer” los demás? ¿Por qué no vivir, no bajo la ley, sino como matrimonio. Si esta validez no se verifica, ¡no un simple bautizado? estamos hablando de la Después de verificarse la validez del matrimonio, misma realidad! los bautizados enfrentan una opción que les parece imposible y que sobrepasa sus fuerzas personales. ¿Permanecer fiel a alguien que a uno lo ha abandonado? ¿Permanecer fiel a un compromiso que ni el cónyuge ni Dios siquiera parecen haber cumplido? El acto de fe en la presencia fiel de Cristo, quien estableció la alianza sacramental destruida desde el punto de vista humano, requiere toda la gracia de Dios: esta se ofrece al cristiano aun cuando es inaccesible para la naturaleza humana. No se trata de respetar un ideal teórico o una disposición jurídica. El fiel es llamado a reconocer en la fe la persistencia, en su alma y en su memoria de bautizado, del compromiso de Dios, siempre y misteriosamente fiel. En las circunstancias señaladas, este acto de fe se asimila con la obediencia de Cristo hasta morir en la cruz. La renuncia exigida a una nueva unión promisoria tiene algo de martirio. La Iglesia 9 La intención de Cristo es clara en este diálogo en el cual se sitúa como “nuevo Moisés” frente a los fariseos, intérpretes con Moisés de la ley y promotores del repudio. Por otro lado, la investigación exegética se quebró en la interpretación de la excepción de Mateo (pornéia). Es interesante consultar J. COTTIAUX, La sacralisation du mariage. De la Genèse aux incises matthéennes, París, Cerf, 1982. En cuanto al enunciado de Cristo sobre el designio de Dios en el origen, caben pocas dudas: la unidad y la indisolubilidad del vínculo conyugal son propias de la bondad del Creador y Cristo está dispuesto a salvar este vínculo original por amor y en el amor. Para la excepción de pornéia, es preciso pensar no solo en la interpretación más adecuada, sino también en cómo es posible elaborar una norma disciplinaria a partir de un versículo tan sujeto a controversia en la historia de la teología.

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sabe por experiencia que muchos de sus hijos han preferido más bien asumir una nueva vida (vínculos y compromisos nuevos en su vida) que la fidelidad del martirio. Sus tesoros de indulgencia son inagotables10.

¿Pero cómo podría la Iglesia renegar de la palabra dada por Cristo en el sacramento del matrimonio? Este —consumado un día— solo puede ser disuelto por la muerte; no se puede borrar. Es imposible por lo tanto celebrar como un matrimonio la nueva unión que se busca. Precisamente por respeto a las personas divorciadas y por respeto a la presencia de Cristo inscrita en su destino como un vínculo indestructible, la Iglesia no puede reconocer en estas nuevas uniones un matrimonio verdadero y sacramental. Sin juzgar la conciencia de nadie, Juan El debate sobre los Pablo II recordaba en Familiaris consortio:

divorciados vueltos a casar exige reflexionar y profundizar sobre la condición sacramental de los bautizados y ante todo sobre el modo de ejercer Cristo su acción sacramental en la historia de los hombres y en su Iglesia.

El respeto debido al sacramento del matrimonio, a los mismos esposos y sus familiares, así como a la comunidad de los fieles, prohíbe a todo pastor —por cualquier motivo o pretexto incluso pastoral— efectuar ceremonias de cualquier tipo para los divorciados que vuelven a casarse. En efecto, tales ceremonias podrían dar la impresión de que se celebran nuevas nupcias sacramentalmente válidas y como consecuencia inducirían a error sobre la indisolubilidad del matrimonio válidamente contraído11.

Esta opinión es firme y pretende ser prudencial12. Como lo expresaba recientemente el cardenal G. Müller: Sobre todo las controversias con los fariseos dieron a Jesús la oportunidad para abordar este tema. Tomó expresamente distancia con una práctica veterotestamentaria del divorcio, que Moisés permitió a causa de la “dureza de corazón” de los hombres, y se remitió a la voluntad originaria de Dios (Mc 10,5-9; Mt 19,4-9; Lc 16,18). En su enseñanza y en su práctica, la Iglesia Católica siempre se ha referido a estas palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio. El pacto que une

10 A. CHAPELLE, Sexualité et Chasteté, curso mimeografiado del IET, Bruselas, 1995, pp. 216-217. 11 FC 84. 12 La carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a los obispos, “Sobre la recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar” (citada en adelante como RCE), lo recuerda: “Fiel a la palabra de Jesucristo, la Iglesia afirma que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el anterior matrimonio” (Doc. cat. 2013, 6 nov. 1994. p. 930). Esta Carta contribuye, en un lenguaje preciso, con elementos preciosos para la acogida pastoral de los divorciados casados de nuevo y para una mejor comprensión de la “lógica” sacramental. Es de utilidad para comentar FC 84.

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interiormente a ambos cónyuges está establecido por Dios mismo. Señala una realidad que proviene de Dios y por lo tanto ya no está a disposición de los hombres13.

Semejante posición no es puramente práctica14. Expresa también, sin duda en forma abrupta, la certeza del cuerpo eclesial de que Dios ama a todos sus hijos, que a ninguno abandona y que permanece presente para cada uno incluso en los gestos, las reflexiones personales que oponen a un hijo de Dios a su Padre. Estas situaciones y los significados profundos que tienen en los corazones son propias de la relación inmediata de cada criatura con su Dios, creador y Padre. En este impulso que respeta la intimidad personal de la fe, la Iglesia concuerda con la disposición divina revelada La verdad del matrimonio en el diálogo de Jesús con los fariseos (Mt 19) e invita a único con sus exigencias los cristianos que se encuentran en estas situaciones a y el contenido de la “conservar la fe” y a educar “cristianamente a sus hijos”, promesa que lo constituye como lo señala el Catecismo de la Iglesia Católica15. Los deberían, en nuestra cristianos comprometidos en nuevas uniones pueden opinión, ponerse de encontrar en ellas alegrías, dedicación y un afecto: la manifiesto de mejor experiencia lo muestra. La Iglesia ve, observa, conoce manera para iluminar y da gracias por los incrementos de la liberalidad divina. estas distintas situaciones Como bautizados casados de nuevo, como pecadores, y sus consecuencias. como todos los hijos de Adán, ellos siguen siendo llamados a la santidad16. b) En el camino del cielo, el amor de Dios no ha muerto Estos desafíos pastorales son tan dolorosos que experimentamos la tentación de hacer abstracción del poder del Espíritu presente en esas situaciones. Llegamos a sectorizar el problema para resolverlo mejor, lo formalizamos, procuramos resolverlo mediante nuevas normas prácticas y eclesiales. En realidad, lo enquistamos. Corremos riesgo entonces de 13 G. MÜLLER, Le pouvoir de la grâce, op. cit. n. 8, pp. 17-18. 14 En conformidad con los países y las diócesis, se ha experimentado con acompañamientos y rituales de oración propuestos a diversos grupos. A veces todavía están ad experimentum, pero todos dan testimonio de un deseo eclesial de manifestar la conservación de una gracia, de una benevolencia y de una bendición de Dios para todos sus hijos. En Francia, se reúnen grupos periódicamente con teólogos, obispos, divorciados casados de nuevo y separados, para reflexionar sobre su situación y sobre su servicio eclesial, pero sin ambigüedad en cuanto al valor sacramental de una nueva unión. 15 CIC 1651. 16 “El arrepentimiento, la humildad y la abnegación son para ellos, como para todos, los caminos obligados. La esperanza de la gracia y de la caridad sigue siendo en ellos y para ellos un testimonio de la perfección cristiana. Siguen, como todos, llamados a la beatitud y a la santidad del Padre de los cielos” (A. CHAPELLE, Sexualité et Chasteté, op. cit. n. 10, pp. 216-217.

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dramatizar la situación o de dejar de observar los caminos de apertura que Dios mismo, los hechos y las personas están diseñando en la historia sagrada del pueblo de Dios. Transformamos a menudo un asunto delicado en un problema sin solución y desvinculado en lo sucesivo de la condición común del bautizado y de la situación habitual de la Iglesia. Tenemos entonces la tentación de instaurar pastorales especiales para tal o cual grupo humano o de fieles en situación difícil. ¿Es tan feliz esta opción? Porque, sin establecer comparaciones demasiado estrictas, ¿no es acaso el camino de los “fieles divorciados” semejante al de todos los cristianos, en sus combates por la fidelidad y su amor a la verdad y a la justicia? En el camino de santidad, el Espíritu permanece Transformamos a presente en el corazón de todos los bautizados. Por este motivo, Juan Pablo II, sin negar las dificultades menudo un asunto de las situaciones, animaba a reflexionar sobre la presencia delicado en un de esos hermanos y hermanas en el seno de una misma problema sin solución comunidad eclesial, constituida para todos17. Hay quie- y desvinculado en lo nes se consideran inocentes por haber sido abandonados sucesivo de la condición injustamente por su legítimo(a) esposo(a). La economía común del bautizado y sacramental de su vida está alterada, pero no transformada de la situación habitual en desierto mortífero18. El sufrimiento no los ha alejado de la Iglesia. Tenemos de la esencia de la vida eclesial. La Alianza indefectible entonces la tentación de instaurar pastorales que Cristo y su Iglesia inscribieron en ellos mediante el especiales para tal o cual matrimonio persiste como un memorial. Esta Alianza grupo humano o de fieles sigue produciendo su fruto, de manera suave o cortante: en situación difícil. ¿Es denuncia objetivamente la ruptura producida en los destan feliz esta opción? tinos que Cristo mismo selló. Denunciar no es juzgar los corazones; es decir la verdad de una situación y muy a menudo describir un hecho. Esta denuncia dice, en forma lejana, inconsciente a veces o arcaica desde el punto de vista de las reacciones psicológicas, que el Señor sigue siendo en toda alianza el único testimonio de la gracia siempre ofrecida por su misericordia inscrita en la historia humana, que siempre es especial. La condición de los divorciados casados de nuevo no se integra de manera coherente con el orden sacramental19. Ciertamente, la mayor parte del tiempo no es “irregular” desde el punto de vista de la ley civil, que en muchos estados reconoce y facilita las separaciones y los divorcios. Por otra parte, la cuestión del compromiso interpersonal 17 FC 84, op. cit. n. 6. 18 Es conveniente recordar también que la participación en la vida de la Iglesia no se reduce ni a la misa ni a la recepción de la eucaristía. 19 Ver Congregación para la Doctrina de la Fe, RCE, op. cit. n.12, p. 931; A. LÉONARD, Séparés, divorcés, divorcés remariés, l’Église vous aime, París, Emmanuel, 1996, pp. 106-107.

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y de su simbolismo, así como la relación con los hijos de toda unión, demuestra la complejidad de estas nuevas uniones. En el plan de Dios, persiste la interrogante sobre la permanencia del sacramento como tal: ¿hablan los esposos en nombre de Dios cuando dicen que el amor ha muerto? Cuando dicen que su nuevo amor es testimonio de la fidelidad divina en su vida, ¿hasta dónde enuncian una verdad teológica y espiritual? Ser divorciado casado de nuevo representa de alguna manera el “cambio de bobina” de la película de la felicidad familiar, marcado por un “fracaso” irreversible para algunos y por consiguiente para Dios y su Iglesia. Y sin embargo el amor de Dios no ha muerto. Esta condición de vida nueva (segundas nupcias) constituye objetivamente una transgresión manifiesta de la ley sacramental del matrimonio, que no es una ley civil ni consuetudinaria, sino una ley personal del don exclusivo de sí mismo a otro en el seno del misterio sacramental de la Iglesia; es así una distorsión de la vida sacramental y eclesial de esos bautizados. Precisamente por este motivo la Iglesia no puede superar semejantes heridas sin herirse ella misma y asumir con Cristo las consecuencias de esos actos de libertad de sus miembros. Si hay violencia en el amor, solo el amor puede asumir personal, histórica y sacramentalmente esas situaciones impregnadas de violencia. Así, buscar únicamente soluciones jurídicas o de corto plazo, o acomodarse a esas rupturas de la alianza matrimonial podría constituir un aplacamiento temporal de un sufrimiento, pero difícilmente un camino de gracia. Además y siempre, debemos buscar el sentido “espiritual” de semejante herida del vínculo conyugal sin negar la “letra” de la relación corporal entre un hombre y una mujer sellada por un verdadero consentimiento. ¿Cómo encontrar un significado para esas opciones de libertad? ¿Cómo puede cada bautizado dar un paso hacia el misterio de Cristo y de su Iglesia en el poder del Espíritu?

2. Una coherencia sacramental de la caridad a) El don íntimo, perfección en el amor Precisamente bajo esta luz la Iglesia interpela a sus fieles. Volver a su primer matrimonio es a menudo impracticable para ellos. ¿Les conviene por eso permanecer comprometidos en estos nuevos vínculos? Puede haber motivos humanamente decisivos para mantenerlos. Se han concebido hijos: han nacido y deben educarse. No sería correcto no ser responsables de ellos en la vida de todos los días. Su felicidad se sitúa en la nueva

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relación conyugal, así como el crecimiento de su fe y el conocimiento de la Iglesia. De lo contrario ¿cómo mirarlos, además y siempre, con la mirada de Dios mismo? Si la separación de los nuevos esposos es imposible, se dice a menudo que deberían renunciar al acto específico del matrimonio. Se comprende el alcance moral y simbólico de semejante renuncia. ¿Pero no es preciso recordar que la nueva vida de los esposos es de suyo “conyugal” puesto que viven bajo el mismo techo y procuran estar en comunión con un solo corazón? Se puede hablar de vivir como hermanos y hermanas; pero esta vida íntima pertenece a los nuevos “esposos” y sería un error centrarse únicamente en el acto sexual de esta nueva unión20. Dicho acto no lo dice todo sobre este nuevo “don de sí mismo”, sobre esta nueva vida entre dos o en una familia reconstituida. Persisten ambigüedades Juan Pablo II, sin negar y pastoralmente no es adecuado establecer un criterio las dificultades de las íntimo de ese carácter para el acceso, por ejemplo, a los situaciones, animaba sacramentos. Esta exigencia resulta ser, para más de a reflexionar sobre una persona, incomprensible y desprovista de sentido la presencia de esos práctico. Al igual que en el martirio y la virginidad, hermanos y hermanas ¿se requerirían otros ojos —los ojos de una fe que se en el seno de una misma expande en el conjunto del cuerpo de Cristo— para des- comunidad eclesial, cubrir ese misterio de una caridad ejercida en un estado constituida para todos. matrimonial nuevo y en aparente contradicción con las características del cuerpo eucarístico? Ahora bien, la Iglesia no llama en menor medida a la perfección de la caridad a esos hombres y esas mujeres: los caminos de la gracia son multiformes y Dios puede ofrecer su perdón en el fondo de los corazones. En Dios hay una mirada especial y una espera graciosa para los corazones heridos y humillados, incluso antes que pecadores iluminados y perdonados por esa mirada hayan podido ajustar toda su vida en la carne a la novedad del Espíritu21. Es posible descubrir y distinguir apaciblemente esta certeza. La santidad de los esposos cristianos que se han divorciado y viven en otras uniones humanas no es medida solamente por la ley sagrada desconocida por ellos y que no desaparecerá. La santidad de Dios es 20 Ver especialmente la Carta pastoral de los obispos del Alto Rin, “Divorciados vueltos a casar: el respeto a la decisión tomada en conciencia” (citada en adelante como DV): “Desde hace mucho tiempo, la Iglesia ha autorizado la admisión en la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar cuando, junto con tener una estrecha comunidad de vida, viven en continencia, como hermanos y hermanas. A esto se llama también la “práctica habitual de la Iglesia” (probata praxis Ecclesiae). Muchas personas consideran esa posición contraria a la naturaleza y a la fe. En este caso, para sostener cualquier juicio, es preciso recurrir al realismo y a la objetividad, pero también al tacto y a la discreción” (Doc. cat. 2082, 21 de noviembre de 1993, p. 1991). Los obispos alemanes se refieren aquí a FC 84 y a la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 11 de abril de 1973 (Doc. cat. 1637, 5 de agosto de 1973, p. 707). 21 Es una manera de expresar desde el punto de vista de Dios lo que FC 34 evocaba hablando de la ley de gradualidad.

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don del Espíritu al corazón traspasado en el cual la fe hace operar por la caridad (Ga 5,6) las renuncias requeridas al ritmo providencial de la vida y de la muerte. La santidad sigue siendo ofrecida a esos cristianos por la misericordia de Dios. Puede pasar por la humillación del publicano; está constituida por la dulzura y la humildad del Corazón de Dios22. b) Ruptura de alianza y comunión de Cristo y de su Iglesia

La Iglesia no admite a los divorciados vueltos a casar en la reconciliación por el sacramento de la Esta condición de penitencia y en la comunión eucarística 23. Esta dis- vida nueva (segundas posición no implica un juicio de la conciencia de las nupcias) constituye personas; tampoco implica la ausencia de la gracia de objetivamente una Dios cuya misericordia llega a los corazones contri- transgresión manifiesta tos. Dios se expresa ciertamente en sus sacramentos de la ley sacramental acogidos libremente y con un corazón abierto; pero la del matrimonio, que manifestación de su gracia y la expresión de sus dones no es una ley civil ni consuetudinaria, sino no se limitan a la práctica del septenario24. A partir una ley personal del don del Concilio Vaticano II, especialmente, estamos en exclusivo de sí mismo a condiciones de comprender mejor cómo la totalidad otro en el seno del misterio de la Iglesia, del cielo y de la tierra, es signo para la sacramental de la Iglesia; salvación del mundo25. Cada sacramento se sitúa en es así una distorsión de la este nuevo paradigma. Este amplio horizonte nos vida sacramental y eclesial permite creer en la acción inmediata del Salvador en de esos bautizados. (…) el corazón de todos los bautizados y en la mediación de la comunidad eclesial que celebra los sacramentos. Estamos pues invitados a considerar el despliegue de la gracia de los sacramentos en la Iglesia, la cual es desde ese momento sacramento de salvación para aquellas y aquellos que no pueden vivir los sacramentos. De ahí se desprende la importancia para los divorciados vueltos a casar de participar en la vida eclesial de su comunidad, y para la comunidad de ser acogedora con los divorciados vueltos a casar. Los sacramentos son para la salvación de todos. La Iglesia es la matriz espiritual 22 A. CHAPELLE, Sexualité et Chasteté, op. cit. n. 10, pp. 216-217. 23 Ver FC 84; CIC 1650, 2384; Congregación para la Doctrina de la Fe, RCE, op. cit. n. 12, pp. 930-932. 24 “Dios no vinculó su poder con los sacramentos hasta el punto de no poder otorgar sin ellos el efecto sacramental” (TOMÁS DE AQUINO, ST IIIa, q. 64, art. 7, corp.). 25 Entre los diversos títulos utilizados por el Concilio Vaticano II, se encuentra esta definición de la Iglesia-sacramento en Lumen Gentium, que otorga un nuevo horizonte eclesiológico al septenario: “La Iglesia es en Cristo tanto signo como instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (LG 1); la Iglesia es un signo para la humanidad: es el “sacramento universal de la salvación” (LG 48). El amor que salva (Cristo) siempre está presente y siempre es acogido en su cuerpo, que es la Iglesia.

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de este septenario; pero Dios, que así procede, también procede de distintas maneras, y se comunica con quien desea y cuando lo desea, del modo que le resulta adecuado y que se adapta a tal o cual de sus hijos. Este enunciado doctrinal debería renovar nuestra confianza en la misericordia de Dios con cada uno de aquellos que, como todos, es pecador llamado a la santidad. Esa confianza debe poder acoger una gran variedad de las expresiones de la misericordia divina en el seno de su Iglesia y en el mundo. Para los divorciados vueltos a casar, la “imposibilidad” de comulgar no es una sanción. Tampoco es una medida disciplinaria y práctica por procurar evitar un escándalo o una relajación de la disciplina de los sacramentos. Doctrina y pastoral se conjugan en este caso en particular para manifestar una organicidad de la misericordia divina en la Iglesia. Esta organicidad es multiforme. Tenemos dificultad para imaginarla, aceptarla, explicitarla. Y sin embargo (…) Precisamente por se trata de dar cuenta de la misma en la catequesis y este motivo la Iglesia no en la educación para el perdón y para la verdadera puede superar semejantes comunión espiritual. Eso resulta ser difícil, tanto en heridas sin herirse ella el lenguaje como en los gestos requeridos.

misma y asumir con Cristo las consecuencias de esos actos de libertad de sus miembros.

Se trata precisamente de la economía sacramental de la Iglesia. Los bautizados tienen participación en la fe en la vida de Cristo y en su alianza con la Iglesia; son confirmados en los dones del Espíritu y convidados a la comunión eucarística, al Acto de Cristo en que su Alianza redentora se selló en su cuerpo entregado y en su sangre derramada. El sacramento del matrimonio inscribió visible y realmente la vida conyugal en el admirable intercambio en que el amor humano llega a ser prenda y testimonio del Amor de Dios a la humanidad. ¿Cómo permitir que marque la propia vida una ruptura de alianza 26 y comulgar en el sacramento donde se entabló esta comunión?27

La Iglesia conserva una exigencia sacramental enteramente respetuosa del memorial de la Alianza divina entablada en el cuerpo y la sangre de Cristo. ¿Porque qué es comulgar sino ser incorporado en el amor crucificado del Señor y tener participación en su don de vida?

26 El Catecismo de la Iglesia Católica habla de una “situación de adulterio público y permanente” (CIC 2384). ¿No debería este vocabulario de la objetividad moral ser enriquecido por otro vocabulario que considere la presencia divina en el interior de los corazones que viven un amor de respeto y de búsqueda de Dios? 27 A. CHAPELLE, Sexualité et Chasteté, op. cit. n. 10, pp. 216-217.

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A partir de Familiaris consortio, esta doctrina se ha precisado y recordado públicamente. Fue motivo de un diálogo, que continúa hoy28. En 1994, la Congregación para la Doctrina de la Fe reafirmó esta adhesión. Reflejaba “opiniones teológicas y directrices episcopales susceptibles de inducir una jurisprudencia y una práctica pastorales en menor conformidad con la doctrina y con la disciplina sacramental de la Iglesia29. Un año antes, tres obispos alemanes de la región del Alto Rin efectivamente habían publicado una Carta pastoral sobre la pastoral de los divorciados vueltos a casar30. La Congregación para la Doctrina de la Fe destacaba los puntos más importantes de las proposiciones de los obispos alemanes:

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II. El diálogo doctrinal y pastoral en y sobre el cuerpo de la Iglesia

(…) se propusieron, en diversas regiones, durante los ¿Cómo permitir que últimos años, diferentes prácticas pastorales según las marque la propia cuales una recepción global de los divorciados vueltos vida una ruptura de a casar en la Comunión eucarística ciertamente no alianza y comulgar en sería posible; pero podrían tener acceso a la misma en el sacramento donde se determinados casos en que se sintiesen autorizados a entabló esta comunión? conciencia para hacerlo. Así, por ejemplo, cuando han sido abandonados de manera totalmente injusta a pesar de haberse esforzado sinceramente por salvar su matrimonio anterior, o cuando están convencidos de la nulidad del matrimonio anterior sin poder demostrarla en el fuero externo, o cuando ya han recorrido un largo camino de reflexión y de penitencia, o incluso cuando, por motivos moralmente válidos, no pueden cumplir con su obligación de separarse. De distintas partes también se propuso que, para examinar objetivamente su verdadera situación, los divorciados vueltos a casar deberían entablar una conversación con un sacerdote prudente y experimentado. Este sacerdote, no obstante, debería respetar su eventual decisión en conciencia de recibir la eucaristía, sin implicar eso una autorización oficial. En esos casos y otros parecidos, se trataría de una práctica pastoral tolerante y benévola con el fin de hacer justicia a las diversas situaciones de los divorciados vueltos a casar31.

28 En 1992, el Catecismo de la Iglesia Católica fue especialmente explícito (CIC 1646-1651 y 2382-2386). 29 Congregación para la Doctrina de la Fe, RCE, op. cit., n. 12, p. 930, § 3. 30 Carta pastoral de los obispos del Alto Rin, DV, op. cit., n. 20. Los obispos signatarios eran O. Saier, K. Lehmann y W. Kasper. 31 Congregación para la Doctrina de la Fe, RCE, op. cit., n. 12, p. 930 (§ 3 y 4).

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La Congreación respondía: La estructura de la Exhortación (Familiaris consortio) y el tenor de sus palabras permiten comprender claramente que esa práctica, presentada como obligatoria, no puede modificarse sobre la base de las distintas situaciones. El fiel que vive habitualmente “more uxorio” con una persona que no es su esposa legítima o su marido legítimo no puede recibir la comunión eucarística. Si a juicio de este fiel fuese imposible proceder de este modo, los pastores y los confesores tendrían, considerando la gravedad del asunto, así como las exigencias del bien espiritual de la persona y del bien común de la Iglesia, la importante obligación de advertirle que semejante juicio en conciencia está en patente oposición con la doctrina de la Iglesia. Deben también recordar esta doctrina en la enseñanza a todos los fieles que les son confiados32.

Así, la Carta recuerda a todos que el acceso a la comunión eucarística y la certeza de la validez de un matrimonio no incumben puramente a la conciencia individual, sino también deben poder considerarse como un asunto y una situación eclesiales y sociales33. Es preciso apuntar siempre a una coherencia entre el juicio personal y el de la Iglesia como cuerpo34. En este debate, los tres obispos a cargo de esta declaración buscaron el diálogo y quisieron señalar en esa época su concordancia con la Santa Sede “sobre los principios obligatorios para toda la Iglesia”35. 32 Ibíd. (§ 5 y 6); cf. CIC 978, 2. 33 Ibíd., p. 931 (§ 7 y 8). 34 Ibíd., p. 931 (§ 9). 35 “Mensajes de los obispos de la Provincia eclesiástica del Alto Rin”, Doc. cat. 2103 (6 nov. 1994), p. 934 (§ 3).

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Precisaban no obstante: De acuerdo con la doctrina tradicional de la Iglesia, la norma general debe, en cada caso, aplicarse a la persona concreta y a su situación individual, sin por eso suprimirse esta norma. “El derecho de la Iglesia no puede establecer sino un orden general, sin poder regular todos los casos particulares, a menudo muy complejos” (Catecismo católico para adultos. La confesión de fe de la Iglesia, publicado por la Conferencia Episcopal Alemana, p. 395). La tradición doctrinal de la Iglesia ha desarrollado al respecto la “épikie” (equidad), la disciplina de la Iglesia, el principio de la equidad canónica (aequitas canonica). “La estructura de la Ahí no hay una supresión del derecho vigente ni de la Exhortación (Familiaris ley aplicable. Solo se trata de aplicarlos, en situaciones consortio) y el tenor de difíciles y complejas, “en conformidad con el derecho sus palabras permiten y la equidad”, de manera que se considere el carácter comprender claramente único de la correspondiente persona, lo cual nada tiene que esa práctica, que ver con una “pastoral de situación”36.

presentada como obligatoria, no puede modificarse sobre la base de las distintas situaciones. El fiel que vive habitualmente “more uxorio” con una persona que no es su esposa legítima o su marido legítimo no puede recibir la comunión eucarística”. (CDF, nota 31).

Agregaban estos obispos: “Por lo demás, dado el caso considerado, no podría tratarse de la aprobación de un determinado trámite, sino más bien de un acto de tolerancia, dado el esfuerzo de objetividad37. ¿Cuál es el sentido todavía actual de este debate sino el de invitarnos a profundizar la relación justa entre la norma objetiva general y la decisión personal de acuerdo con el juicio de la recta conciencia? En este tipo de reflexión, también conviene poner en práctica la distinción entre la interpretación jurisprudencial de la ley y la rectitud del juicio particular de la razón práctica, es decir, de la conciencia38. Esos obispos aclaraban su posición pastoral de la siguiente manera:

En resumidas cuentas, en estos asuntos se trata de la justa relación entre la norma objetiva general y la decisión personal en conciencia. Los hombres de nuestro tiempo tienen un sentido agudo de este debate. Ciertamente, a menudo se minimiza y lesiona la norma objetiva (…), pero en definitiva no es posible convencer sobre la fuerza de la norma objetiva sin considerar la vida concreta sumamente compleja de los 36 Ibíd., p. 934 (§ 4).36 37 Ibíd. (§ 5). 38 Ver Juan Pablo II, Veritatis splendor 54-64.

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hombres y la dignidad personal única de cada individuo, tal como debe expresarse en una conciencia iluminada. El Concilio Vaticano II señala expresamente que “los dictámenes de la ley divina son percibidos y reconocidos por el hombre por medio de su conciencia” (Concilio Vaticano II: Declaración Dignitatis humanae sobre la libertad religiosa 3). Esta indicación muestra de modo ejemplar el vínculo indisoluble entre la conciencia y la norma. Mientras más pura llegue a ser la conciencia, en mayor medida estará en condiciones de transmitir la exigencia del orden divino y de aplicarla a la situación concreta sin desvirtuarla39.

Finalmente, este intercambio aclara también la inserción de las Iglesias en particular en la Iglesia universal, “en la comunidad mundial del Colegio de los obispos, con y bajo el Sucesor del apóstol Pedro40. Este debate volvió a ser de actualidad en el último consistorio, en enero de 2014, en Roma, con la exposición inaugural del cardenal Kasper41. Así se puede formalizar una problemática moral delicada y fundamental. ¿Pero es suficiente plantear la cuestión en términos de norma, de moral, de conciencia personal y eclesial? ¿No atañe en primer lugar a la constitución del cuerpo de la Iglesia y a la acción de Cristo, que se compromete realmente en este cuerpo y mediante actos precisos? Las preguntas hechas actualmente todavía nos parecen efectivamente tener relación con la articulación de la Iglesia sacramento con el septenario propiamente tal. Más que buscar nuevas normas y criterios vinculados con el acceso de los divorciados vueltos a casar a la comunión sacramental o a un nuevo matrimonio, ¿no sería preciso tomar nota de la coherencia de la economía sacramental y poder situar de manera adecuada a cada bautizado en esta coherencia? Esta implica los sacramentos de la iniciación cristiana y la gracia única del consentimiento interpersonal de los esposos en el sacramento del matrimonio. Dios interviene en la historia; su acción está encarnada en su Iglesia. Debemos asumirla cada uno y como cuerpo eclesial. Dios es fiel y lo dice con gestos y palabras consagrados. En esta perspectiva, la conciencia cristiana se manifiesta ciertamente como un santuario, pero nunca está aislada: siempre es intersubjetiva, especialmente en la preparación y el acceso a un gesto sacramental. El acto de Cristo y el de la Iglesia en todo sacramento no se pueden negar: existen en la historia del bautizado y se inscriben en la historia de la 39 “Mensajes de los obispos de la Provincia eclesiástica del Alto Rin”, op. cit. n. 33, p. 935 (§ 6). 40 Ibid. Ver H. de LUBAC, Les églises particulières dans l’Église universelle, París, Aubier, 1971, p. 57-197. 41 No entramos explícitamente en el análisis ni en las discusiones de esta exposición: deseamos simplemente proporcionar los elementos que nos parecen formar parte de este debate y destacar lo que ahí está en juego.

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III. El poder del vínculo

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Iglesia como cuerpo. Así, es preciso reconocer que estas interrogantes siempre son del orden de la conciencia personal, pero nunca están al margen de la conciencia del cuerpo eclesial y especialmente de la conciencia de Cristo, siempre vivo en la historia. En las situaciones pastorales, es lo que todos los sacerdotes hacen normalmente, mediante sus consejos y decisiones, ante la diversidad de interrogantes complejas con las cuales se enfrentan. Por amor, como buenos pastores, ya plantean a menudo con las personas un juicio prudencial vinculado con un acto o varios actos en particular. ¿No es esta actitud y esta vida, en su organicidad eclesial, lo que habría que promover e iluminar en el poder del Espíritu?42

No se puede entonces afirmar que Cristo ya no está vinculado con el compromiso adquirido en el consentimiento inicial del matrimonio. Lo asumió y sigue asumiéndolo en la historia de los hombres. El vínculo deshecho entre los cónyuges está salvaguardado en Cristo, especialmente en la relación esponsal de Cristo y su Iglesia. (…)

El poder del vínculo matrimonial, sacramental, da testimonio de una permanencia de la gracia ofrecida: esta procede del acto de Cristo en todo sacramento, pero también expresa la acción multiforme del Espíritu de amor. Las consideraciones, leídas en diversos ámbitos, en régimen católico romano, no mencionan suficientemente esta característica pneumatológica del vínculo indisoluble del matrimonio. Si Dios participa en la historia de los hombres, no lo hace de manera formal y jurídica, sino personal: en su Espíritu. Recordemos la profundidad con la cual la Santísima Trinidad ha marcado a los bautizados con la señal de la cruz y los ha salvado del pecado y de la muerte. Los sacramentos de la iniciación cristiana conducen al adulto a los sacramentos del servicio de la comunión y de la misión, matrimonio y sacerdocio 43. La misión resulta ser la tarea de todo cristiano en el seno de una Iglesia que es en sí misma, como un cuerpo y no como una suma de individuos, sacramento para el mundo. Los sacramentos de la iniciación cristiana cimientan además y siempre toda vida cristiana y son la fuente permanente de la gracia de la fe, de la esperanza y de la caridad, también en el curso de uniones ulteriores. Recordemos esto, sin embargo: en régimen católico, no es posible sacramentalización alguna de una nueva unión, por respeto a la participación de Cristo y de la Iglesia en el consentimiento único de los esposos, por respeto a la 42 Ver É JACQUINET y J. NOURRISSAT, Fidèles jusqu’à l’audace. Divorcés remariés: un chemin nouveau dans l’Église, París, Salvator, 2008. Se podrá adoptar provechosamente el lenguaje empleado en este ensayo lleno de experiencia. 43 CIC 1534.

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persona del primer cónyuge y porque persiste el desgarro del Cuerpo místico de Jesucristo (Ef 5)44.

1. Gracia y felicidad me acompañan todos los días de mi vida (Sal 23, 6) ¿Qué ocurre con la gracia y la felicidad de los casados de nuevo si el matrimonio anterior es válido y la nueva unión no puede significar sacramentalmente la unión entre Cristo y la Iglesia? Se trata, también en esto, de reconocer un modo de proceder de Dios en la historia, más allá de la responsabilidad personal de los esposos en sus diversas relaciones. Todavía está presente la gracia sacramental de la primera relación, sobre todo si hay hijos. Por otra parte, la nueva relación, estable, fiel y fecunda, tampoco podrá disolverse en nombre del respeto a una ley moral o del respeto intangible a la primera relación. ¿Estamos en un punto muerto? Si hubo sacramento de matrimonio válido, este presuponía al mismo tiempo el bautismo, la confirmación y la eucaristía: la iniciación cristiana. El matrimonio es el “sí” pronunciado en el tiempo por un hombre y una mujer que al darse uno al otro se han dado a Jesucristo y así han actualizado los sacramentos de su iniciación cristiana. Cristo ha estado presente en este matrimonio actuando en ellos de doble manera. De manera interior en el libre consentimiento de ambos, ha acompañado libremente el “sí” ofrecido en la Iglesia por los nuevos esposos. Presente asimismo en la persona del ministro ordenado, ha invitado a los esposos a intercambiar su consentimiento y lo ha ratificado al final del intercambio. Esa intervención de Cristo en la historia de los esposos no es anodina. Dios está de manera interior en la libertad personal de los esposos y los ha inscrito como tales en el cuerpo de la Iglesia para la totalidad del tiempo de su historia en la tierra. Los testigos del matrimonio han visto y escuchado el “sí” de los esposos. Este “sí” tiene una inequívoca seriedad: une la tierra y el cielo mientras los esposos están vivos en la tierra. La indisolubilidad es una exigencia del consentimiento: una exigencia que los esposos asumen no solo en Cristo, sino por Él. Dios también se compromete. Lo hace en Su Iglesia con la cual Él constituye un cuerpo.

2. Mediante su Espíritu, Cristo está presente en toda historia humana Cristo permanece por lo tanto presente en esa unión consumada en un momento de la historia. Hay quienes dicen que el amor ha 44 “La Iglesia se remite a Dios. En esas circunstancias adversas, esos cristianos, como todos los bautizados, siguen llamados a la santidad. Son tal vez humillados por una imposibilidad, en mayor o menor medida supuesta, en mayor o menor medida imputable, de observar en lo sucesivo y cada día todos los mandamientos de Dios. Se entregan poco a poco al Amor misericordioso que perdona, fortalece y restaura su capacidad de hacer el bien, de amar al Dios Santo de todo corazón y a su prójimo más que a ellos mismos” (A. CHAPELLE, Sexualité et Chastete, op. cit., n. 10, pp. 216-217.

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muerto para los esposos que se separan. A menudo es verdad que el amor conyugal se ha agotado y ha encallado en los mutuos rechazos de ambos cónyuges. Esas heridas también han lesionado la relación con Cristo, que se comprometió realmente en esa unión; pero el Cristo herido se ocupa personalmente de los esposos y sigue amándolos juntos, como pareja: es y sigue siendo la fuente interior de todo amor personal para esos bautizados45. Si bien el bautizado es infiel, Cristo, él, no lo es. Es el origen y el fin de toda fidelidad: es el alfa y el omega de la misma. No se puede entonces afirmar que Cristo ya no está vinculado con el compromiso adquirido en el consentimiento inicial del matrimonio. Lo asumió y sigue asumiéndolo en la historia de los hombres. El vínculo deshecho entre los cónyuges está salvaguardado en Cristo, especialmente en la relación esponsal de Cristo y su Iglesia. Esta inscripción no es la (…) Esta inscripción no de un registro; es inscripción de amor en el cuerpo de es la de un registro; es Cristo. Es por eso que un verdadero matrimonio no puede inscripción de amor en borrarse ni olvidarse: está en la memoria y el poder del el cuerpo de Cristo. amor de Cristo en su Iglesia. El sacramento del matrimonio Es por eso que un existe plenamente, como algo desarmado a la vista de los verdadero matrimonio hombres por la separación de los esposos y la disociación no puede borrarse ni de facto de su unión, pero sellado en el compromiso de olvidarse: está en la Cristo, esposo de cada cónyuge y comprometido de una memoria y el poder del amor de Cristo en vez y para siempre en su unión. Este compromiso expresa su Iglesia. el poder del Espíritu del amor en la historia humana46. Toda fidelidad es un bien digno de protegerse y de fortalecerse. Cristo cumple esta exigencia. Esta obra no es virtual ni genérica: incumbe a las personas en su singularidad. Es una característica del aporte de Cristo a la salvación de esas personas en su historia de santidad. Así, la fidelidad de los esposos separados y divorciados, para ser verdadera, pasa en un primer momento por el perdón otorgado al cónyuge del cual se han separado y siguen separados. Todo nuevo encuentro en este contexto debe estar purificado del espíritu de revancha. El camino espiritual, que ocupa a veces el tiempo de toda una vida, consiste en encomendarse a Dios humildemente, perdonar, hacer penitencia y ejercer todo lo posible la caridad: este camino es, ya en la tierra, luz y vida. Es una expresión del amor47. 45 La espiritualidad del corazón de Jesús podría encontrar aquí un punto más de aplicación y ser fuente de curación para numerosos corazones heridos. 46 Ver A. MATTHEEUWS, “La permanence du sacrement de mariage au cœur du divorce”, en A. Bandelier, (dir.), Séparés, divorcés à cœur ouvert, París, Lethielleux, Parole et Silence, 2010, pp. 117-140. Hemos procurado mostrar ahí lo que recubre la permanencia del sacramento en situaciones de heridas y de rupturas temporales o definitivas del vínculo. 47 “El bien de la fidelidad subsiste en el perdón otorgado al cónyuge del cual uno está separado, debiendo el nuevo encuentro purificarse del espíritu de revancha, es decir, del odio. Encomendarse a Dios en la humildad, perdonar, hacer penitencia y ejercer la caridad: ese es el camino de una restauración ya en ejecución en esta vida. Pero hay heridas que solo sanan con la muerte” (A. CHAPELLE, Sexualité et Chasteté, op. cit., n. 10, pp. 216-217).

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Como bien sabemos, hay heridas que solo sanan con la muerte. En este sentido, es preciso reflexionar sobre la muerte, es decir, el paso a la vida eterna, la Pascua definitiva, como un camino de vida y de acceso a la paz del corazón en todas las relaciones. Esta paz puede encontrarse en el reconocimiento civil. Si el compromiso es serio, este reconocimiento le otorga un alcance moral que es conveniente apreciar desde el momento en que se expresa48. La nueva unión —una herida para la fidelidad de Cristo, pero asumida por Él— también se inscribirá en el cuerpo de la Iglesia; pero un sacramento no puede sellar la nueva relación por respeto a Cristo, que sigue siendo fiel, y a la persona del primer cónyuge, y porque el desgarro del Cuerpo eclesial permanece mientras dicho cónyuge sobrevive en la tierra. La objetividad de estas condiciones morales y eclesiales indica, sin embargo, como por contraste, la posibilidad y las condiciones de felicidad de los divorciados vueltos a casar. Por ser bautizados, llamados por Cristo, todavía y siempre deben vivir la santidad de Dios. Humillados por el fracaso anterior de su primera unión y marcados por una impotencia que a menudo experimentan como una desventaja para la vida cristiana, pueden observar los mandamientos de Dios y entregarse al Amor misericordioso que se les ofrece mediante los caminos determinados por Dios. Dios siempre les otorga la gracia de ir hacia Él, de hacer el bien, de amar a su prójimo. Si aman a ese prójimo más próximo que es su nuevo cónyuge, está bien: y este bien es una gracia que Dios les permite vivir todavía y siempre. Sin embargo, Dios sigue siendo fiel al único matrimonio: no puede renunciar a la palabra dada, aun cuando los esposos ya no crean en ella. Pero —paradoja del poder divino— Dios es fiel a todo amor y también está presente en lo que se dice y se vive en la relación de los divorciados vueltos a casar, porque en la bondad de este mundo nada está fuera del plan de Dios. Dios no modifica las gracias otorgadas en el bautismo y en el matrimonio. Estas gracias adquieren una expresión distorsionada en la historia, pero Dios no está ausente ante esas distorsiones. Dios es y sigue siendo maestro de la historia. Acompaña cada paso de la libertad humana. Si esos pasos lo glorifican, demos gracias; si lo hieren, también podemos darle gracias, porque su amor va hasta el final y Él asume todos nuestros rechazos en su Pascua. La verdad del misterio pascual de todo sacramento se despliega así sobrepasando todos nuestros esquemas reductivos. Fortalecida por esta fe en Dios infinitamente fiel y siempre presente para sus hijos infieles, la comunidad eclesial, independientemente de cuál sea su figura concreta, 48 Si bien en principio no es conveniente estimular a quienes se separan a casarse por el civil con otra persona, desde el momento en que asumen una nueva unión y se han comprometido, puede ser bueno, si nos piden consejo, manifestar el peso moral “positivo” de este compromiso social e invitarlos a respetar todas sus consecuencias.

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IV. El estado espiritual de aquellos y aquellas que se han vuelto a casar

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siempre que tenga su “centro” en la eucaristía de su Señor y Maestro, debe acoger y acompañar a estos hermanos y hermanas, divorciados vueltos a casar, para que avancen en el amor y la verdad en el camino de la santidad.

¡Que los divorciados vueltos a casar puedan ser felices, sean buenos consigo mismos y con sus personas cercanas, con la Iglesia y con el mundo corresponde al plan de la salvación! Tam- Podemos releer en la Biblia bién se les dirige este llamado ético, acompañado por la una letanía de afirmaciones gracia. Esta gracia es personal: surge al mismo tiempo del con respecto a la fidelidad de Dios. Fiel, nuestro Dios corazón de Cristo, del poder del Espíritu y de la misericorlo es también a través de dia del Padre. La Iglesia es su bienaventurada mediadora, nuestras infidelidades. Es especialmente para sus hijos sufrientes. La misericordia Él la roca y la salvación de divina es para todos: a veces requiere toda una vida para todo amor. Acompaña sin ejercerse y establecernos en la verdad. En el cielo ya no cesar nuestras historias habrá ni hombre ni mujer, ni judío ni pagano, ni libre ni ahí donde las hemos esclavo (Ga 3,28); pero en la tierra se necesita tiempo para conducido. Ninguna que la verdad de una alianza se construya o se edifique de situación está fuera de nuevo; a veces la reconstrucción “como antes” ha llegado su Amor. Así obra Dios a ser imposible. Sin embargo, el amor permanece como por consiguiente en toda promesa en el hoy de Dios y en su eternidad. nueva unión: purifica sus Así debemos afirmar la fidelidad de Cristo al consenti- características respetando miento único de los esposos. Esta no se pierde en la historia las libertades que se han de los hombres como el agua en la arena; no se bloquea con dado torpemente o en los rechazos, las infidelidades y las nuevas opciones. Tiene forma inmoral. una fecundidad: restaura a todo hombre en su ser profundo y lo habilita para entrar en el Amor eterno, en el día elegido. La fidelidad de Cristo a la esencia de todas las separaciones es siempre la fuente de todo bien. Puede expresarse y ejercerse de diversas maneras. Si sostenemos que el único matrimonio de los esposos reside en Cristo, afirmamos también que él sigue siendo fuente de gracia para los esposos, donde se encuentran, tal como están, incluso en su nueva relación. Siempre está arraigada en el ser bautismal de ellos. Podemos releer en la Biblia una letanía de afirmaciones con respecto a la fidelidad de Dios. Fiel, nuestro Dios lo es también a través de nuestras infidelidades. Es Él la roca y la salvación de todo amor. Acompaña sin cesar nuestras historias ahí donde las hemos conducido. Ninguna situación está fuera de su Amor. Así obra Dios por consiguiente en toda nueva unión: purifica sus características respetando las libertades que se han dado torpemente o en forma inmoral. Lleva consigo, en todas partes

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“Virgen� por Antonello de Messina.


y siempre, el pecado del mundo y por ahí ejerce su Salvación: ¡a su manera, que siempre nos sobrepasa! ¿Cómo alcanza su gracia a los hombres? De manera inmediata: Dios habla al corazón de sus hijos. Pero también de manera mediata: Dios habla en los acontecimientos y en el seno de su Iglesia. Dios no olvida su compromiso en el sacramento del matrimonio: así, el primer consentimiento matrimonial sigue siendo un canal de verdad y de gracia mediante el cual los esposos divorciados vueltos a casar reciben todavía y siempre una señal de la presencia divina. Sería bueno que tomen conciencia de la misma y la mantengan. El signo eclesial del sacramento del matrimonio permanece, no como una norma exterior y formal, sino como una estela —¡una Dios no olvida su roca donde brota el agua viva!— en el camino de la santi- compromiso en dad cristiana de quienes lo han vivido. Ninguna solución el sacramento del pastoral puede hacer abstracción de esta realidad: es inelu- matrimonio: así, el dible. Dios sigue estando presente ahí, en sufrimiento y en primer consentimiento gloria, y por ahí también da cuenta de su presencia en las matrimonial sigue nuevas determinaciones personales e institucionales de los siendo un canal de verdad esposos. Si decimos y volvemos a decir que Dios obra en la y de gracia mediante nueva unión es para afirmar que es misericordiosamente el cual los esposos fuente de amor y de felicidad. Lo que es bueno en la nueva divorciados vueltos a unión no puede estar fuera del campo de la gracia, fuera casar reciben todavía y de la acción divina. Así, esa misericordia siempre se ejerce, siempre una señal de la de manera paradojal, para aquellos y aquellas que siguen presencia divina. la línea lineal del tiempo y olvidan el movimiento de lo Eterno en la historia humana; pero Dios está presente y siempre llama a la santidad en las condiciones libres del cuerpo de cada uno. A los esposos se encomienda la tarea de responder, según sus fuerzas, a este llamado. A la Iglesia, como cuerpo, se asigna la preocupación de manifestar todos los aspectos de este llamado y de acompañar las respuestas al mismo con consejos y un lenguaje adecuados. Todo debe llevarse a cabo en la acción y mediante la reflexión eclesial, teniendo siempre conciencia y fortaleciendo esta conciencia del carácter personal de estos asuntos. Incumben a hermanos y hermanas en Cristo, que llevan con nosotros, y nosotros con ellas, el yugo suave y la carga ligera de Jesús (Mt 11,30). Este consuelo nos sitúa en el camino de las virtudes teologales, ya que para ellos y para la Iglesia “su carga no es suave y ligera por ser pequeña e insignificante, sino se vuelve ligera porque el Señor —y con Él toda la Iglesia— participa ahí. La acción pastoral, que debe llevarse a cabo con total dedicación, tiene que proporcionar esta ayuda basándose en la verdad y también en el amor”49. 49 Congregación para la Doctrina de la Fe, RCE, op. cit., n. 12, p. 932.

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La conciencia moral y los

divorciados vueltos a casar: entre la autonomía moral y la comunión eclesial POR JUAN DE DIOS LARRÚ

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l cardenal Kasper, en su intervención en el consistorio del 20 de febrero de 2014, propuso lo que denominó un cambio de paradigma a la hora de afrontar el problema de los divorciados vueltos a casar1. Tal propuesta de modificación de perspectiva era motivada por la insuficiencia de una visión de la cuestión desde la Iglesia como institución sacramental y la necesidad de incorporar el punto de vista de quien sufre y pide ayuda. Según la lógica de su discurso, la Iglesia ha de situarse menos institucionalmente y más misericordiosamente. Desde esta perspectiva, el mencionado cardenal afirma un poco más adelante que las situaciones son muy diferentes y deben distinguirse atentamente. La exhortación apostólica Familiaris consortio reconoció con gran realismo las diferentes situaciones: “Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista de la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido”2. Tras exhortar vivamente a los pastores y a toda la comunidad eclesial a ayudar a los divorciados, mostrándoles la caridad de Cristo y la solicitud maternal de la Iglesia, san Juan Pablo II recordaba la praxis de la Iglesia en estos términos: “La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que 1 Cfr. W. Kasper, El evangelio de la familia, Sal Terrae, Santander 2014, 57. 2 Juan Pablo II, Exhortación apostólica post-sinodal Familiaris consortio, n.84: AAS 74 (1982) 185.

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se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio”3. Este nexo entre sacramento de la Eucaristía y sacramento del matrimonio ha sido retomado y reafirmado de nuevo por Benedicto XVI en la exhortación apostólica post-sinodal Tras la publicación de Sacramentum caritatis 4. La exhortación se apoya en la la encíclica Veritatis doctrina del Catecismo de la Iglesia Católica5, según splendor y siguiendo el cual el vínculo matrimonial es establecido por Dios las indicaciones mismo, de modo que el matrimonio celebrado y con- contenidas en la misma, sumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás la Congregación para (cfr. CIC 1141). De este modo la expresión eucarística la Doctrina de la Fe del amor irreversible de Dios en Cristo por su Iglesia y en 1994, como ha la indisolubilidad del vínculo conyugal se encuentran recordado el cardenal en una estrecha relación. El fundamento de todo amor Müller, rechazó un concepto problemático humano se encuentra en el amor divino. Desde la lectura atenta de estos documentos, la afir- de conciencia en los siguientes términos: mación de Kasper de que la respuesta solamente puede “Es verdad que el ser diferenciada, pues no puede haber una solución juicio sobre las propias general para todos los casos, resulta ambigua y necedisposiciones con miras sitada de clarificación. Para despejar la ambigüedad, al acceso a la Eucaristía es preciso reconocer que de la indudable existencia de debe ser formulado situaciones muy diversas no se infiere necesariamente por la conciencia que no se pueda encontrar una praxis común para todas moral adecuadamente las personas que vivan objetivamente en una determi- formada. (…) nada situación. Indudablemente la vida de las personas contiene una enorme cantidad de circunstancias y matices que no se pueden menospreciar ni pasar por alto. La atención pastoral ha de acompañar y guiar a las personas concretas en su itinerario vital. Por otro lado, parece claro que este estilo pastoral personalizado y misericordioso no pueda ocultar la radicalidad del Evangelio y las exigencias de la verdad del amor que Cristo muerto y resucitado ha encarnado en su propia existencia terrena y ofrece a todo aquel que desee seguirle.

3 Ibídem. 4 Benedicto XVI, Exhortación apostólica post-sinodal Sacramentum caritatis, n. 29: AAS 99 (2007) 130. 5 C atecismo de la Iglesia C atólica, n. 1640.

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Haciendo referencia a FC n. 84, el cardenal Kasper plantea una primera situación según la cual en algunos casos las personas divorciadas y vueltas a casar están subjetivamente seguras en conciencia de que su matrimonio anterior nunca había sido válido. Añade además, a continuación, que muchos pastores están convencidos de que un gran número de matrimonios no han sido contraídos de forma válida. Familiaris consortio constató, en tal sentido, la urgente necesidad de una evangelización y catequesis prematrimonial y postmatrimonial puestas en práctica por toda la comunidad cristiana, para que todo hombre y toda mujer que se casan, celebren el sacramento del matrimonio no solo válida, sino también fructuosamente6. La propuesta que hace el cardenal alemán es que además de la vía jurídica se abra la posibilidad a otros procedimientos más (…) Pero es pastorales y espirituales. Concretamente, se apunta a que también cierto que el obispo de cada diócesis podría designar esta tarea a el consentimiento, un sacerdote con experiencia espiritual y pastoral, como sobre el cual se funda el penitenciario o el vicario episcopal. En realidad, no se el matrimonio, no es trata de una propuesta novedosa, sino de una cuestión ya una simple decisión planteada y debatida en los años 80, en torno al sínodo privada, ya que crea sobre la familia de aquel año7. El debate que recorre la para cada uno de los década posterior conoce diferentes propuestas. Entre ellas cónyuges y para la cabe mencionar la atribución a la enseñanza de Cristo pareja una situación sobre la indisolubilidad del matrimonio de un carácter de específicamente eclesial “ideal normativo”, por lo que se podría adoptar el criterio y social. (…) flexible de la “oikonomía”, propia de las Iglesias orientales o aplicar la epiqueia8. Otros afirman que la Eucaristía no ha de ser vista como un vértice para los perfectos, sino pan para el camino que ayuda a los pecadores9. Otros, sin querer poner en discusión la doctrina, apuestan por soluciones “pastorales” abiertas, sobre la base del respeto a la conciencia10. Finalmente se propone también una solución “en el fuero interno” para los convencidos en conciencia de la nulidad de 6 Juan Pablo II, Exhortación apostólica post-sinodal Familiaris consortio, n. 68: AAS 74 (1982) 165. 7 Véase, por ejemplo: Commisione Episcopale per la Dottrina della Fede, la C atechesi e la cultura-Commisione Episcopale per la Famiglia, Nota pastorale “La pastorale dei divorziati risposati e di quanti vivono in situazioni matrimoniali irregolari o difficili (26.04.1979), en Enchiridion CEI, vol II: 1975-1979, Edizioni Dehoniane, Bologna 1985, 1249-1270. 8 B. Häring, Pastorale dei divorziati, Edizioni Dehoniane, Bologna 1990. Sobre la cuestión de la epiqueia pueden verse los artículos de A. Rodríguez-Luño, “La virtù dell’epicheia. Teoria, storia e applicazione (I). Dalla Grecia classica fino a F. Suárez”, en Acta Philosophica VI (1997) 197-236; Id., “La virtù dell’epicheia. Teoria, storia e applicazione (II). Dal cursus theologicus dei salmanticenses fino ai nostri giorni (1998)”, en Acta Philosophica VII (1998) 65-88. Del mismo autor puede verse también: “L’epicheia nella cura pastorale dei fedeli divorziati risposati”, en L’Osservatore Romano, 26-XI-1997, 9, publicado también en el volumen: Congregazione per la Dottrina della Fede, Sulla pastorale dei divorziati risposati. Documenti, commenti e studi (Documenti e Studi, n. 17), Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1998, 75-87. 9 J.M. Powers, Eucharistic Theology, Herder, New York 1967. 10 M. Legrain, Les divorcés remariés, Centurion, Paris 1987; Id., “Les catholiques divorcés remarIés. Recherches actuelles”, en Lumière et Vie (1992) 51-63; A. Le Bourgeois, Cristiani divorziati risposati, Paoline, Cinisello Balsamo 1991.

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su precedente matrimonio sin necesidad de mostrar las pruebas a nivel de un proceso canónico11. En 1993 tres obispos alemanes de la provincia de Oberrhein12 publican una carta pastoral y un Directorio sobre el tema13. La Congregación para la Doctrina de la Fe, tras detenido estudio de la cuestión, publicó poco más de un año después una carta dirigida a los obispos14. Existen magníficas síntesis de estos debates que son clarificadores para recordar los planteamientos y las soluciones ofrecidas15. En un reciente libro entrevista realizado al cardenal Müller, este señala que “a menudo se sugiere que la decisión (…) Por lo tanto el de acercarse a la comunión eucarística debería dejarse a la juicio de la conciencia conciencia personal de los divorciados vueltos a casar”16. sobre la propia La pregunta que surge inmediatamente es la siguiente: la situación matrimonial decisión de acercarse a la comunión eucarística, ¿puede de- no se refiere únicamente jarse exclusivamente a la conciencia individual de los fieles? a una relación Si no fuera así, la guía del obispo a través de un sacerdote inmediata entre el cualificado, ¿podría ser condición suficiente para acceder a la hombre y Dios, como si comunión? La cuestión de fondo que se encuentra detrás de se pudiera dejar de lado estos interrogantes es la adecuada comprensión de la relación la mediación eclesial, que existe entre la comunión eclesial y la conciencia moral. que incluye también Para afrontarla, es necesario, en primer lugar, una reflexión las leyes canónicas que obligan en conciencia. sobre la naturaleza de la conexión entre conciencia y verNo reconocer este dad. Una vez iluminada esta primera cuestión, será posible aspecto esencial abordar el tema de la eclesialidad de la conciencia moral.

El nexo entre conciencia y verdad

significaría negar de hecho que el matrimonio exista como realidad de la Iglesia, es decir, como sacramento”.

La encíclica Veritatis splendor afrontó la conexión entre conciencia y verdad en su segundo capítulo (nn. 54-64), tras haber tratado la relación entre ley-libertad (nn. 35-53) y para abordar a continuación la relación elección fundamental-actos concretos (nn. 76-70) y la estructura del acto moral (nn. 71-83). Al iluminar estas cuestiones, 11 F. Bersini, Il diritto canonico matrimoniale. Commento giuridico-teologico-pastorale, Leumann, Torino 1994, 68-74; G. Piana, “I divorziati risposati e il loro acceso ai sacramenti”, en Aa.Vv. Dopo il matrimonio. I divorziati risposati nella Chiesa cattolica, Edizioni La Meridiana, Molfetta 2002, 73-87. En sendos artículos en L’Osservatore Romano, M.F. Pompedda (13.09.1987) y W. May (6.03.1991) responden con autoridad y eficacia a algunas de estas propuestas. 12 Se trata de O. Saier, arzobispo de Friburgo en Brisgovia, K. Lehmann, obispo de Mainz, y W. Kasper, obispo de Rottenburg-Stuttgart 13 Vescovi dell’Oberrhein, “Per l’accompagnamento pastorale di persone con matrimoni falliti, divorziati risposati” e “Principi fondamentali per l’accompagnamento pastorale” (10.07.1993), en Il Regno-Documenti 38 (1993) 613-622. 14 Congregazione per la Dottrina della Fede, Lettera ai vescovi della Chiesa cattolica circa la recezione della comunione eucaristica da parte di fedeli divorzati risposati (14.09.1994). 15 G. Marchesi, “Un problema per la Chiesa: la cura pastorale dei divorziati”, en La Civiltà Cattolica (1994) 486-495; L. Melina, “Il ruolo della coscienza nell’accesso alla comunione eucaristica dei divorziati risposati”, en Anthropotes XI/1 (1995) 125-137 (trad. española en Ecclesia IX (1995) 47-67). 16 G. Müller, La esperanza de la familia, BAC, Madrid 2014, 39.

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La idea moderna de conciencia se sintetiza en la categoría del cogito cartesiano. Para muchos de nuestros contemporáneos significa pura subjetividad. En este sentido se ha verificado un proceso de profunda secularización y emotivización de la conciencia. Hoy se confunde con frecuencia con la opinión personal, el sentimiento subjetivo, o el libre arbitrio.

el documento buscaba clarificar la relación entre la fe y la moral a nivel teológico, y el nexo verdad y libertad a nivel filosófico. Tras la publicación de la encíclica y siguiendo las indicaciones contenidas en la misma, la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1994, como ha recordado el cardenal Müller17, rechazó un concepto problemático de conciencia en los siguientes términos: “Es verdad que el juicio sobre las propias disposiciones con miras al acceso a la Eucaristía debe ser formulado por la conciencia moral adecuadamente formada. Pero es también cierto que el consentimiento, sobre el cual se funda el matrimonio, no es una simple decisión privada, ya que crea para cada uno de los cónyuges y para la pareja una situación específicamente eclesial y social. 17 G. Müller, La esperanza de la familia, BAC, Madrid 2014, 39.

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En los años 60 del siglo pasado se va a reavivar el debate sobre la conciencia con la recuperación de la subjetividad que caracteriza a la modernidad. El Concilio Vaticano II va a hablar de la conciencia como voz de Dios, “el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella” (GS 16), inspirándose en Agustín y Newman. Por lo tanto el juicio de la conciencia sobre la propia situación matrimonial no se refiere únicamente a una relación inmediata entre el hombre y Dios, como si se pudiera dejar de lado la mediación eclesial, que incluye también las leyes El libro del Evangelio entronizado canónicas que obligan en en una sesión del Concilio Vaticano II. conciencia. No reconocer este aspecto esencial significaría negar de hecho que el matrimonio exista como realidad de la Iglesia, es decir, como sacramento”18. El párrafo rebate un presupuesto que aparece hoy, con frecuencia, comúnmente aceptado. A saber, la atribución a la conciencia personal del poder de decidir en último término, basándose en la propia convicción, lo que es bueno o no para cada uno. Como hemos dicho, la mencionada 18 Congregazione per la Dottrina della Fede, Lettera ai vescovi della Chiesa cattolica circa la recezione della comunione eucaristica da parte di fedeli divorzati risposati (14.09.1994) n. 8.

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carta se apoya en la reflexión sobre la conciencia moral que realiza la encíclica Veritatis splendor. En el n. 55 de este documento se lleva a cabo un discernimiento acerca de algunas corrientes contemporáneas sobre la naturaleza de la conciencia. Se recoge la opinión de algunos teólogos que aportan cuatro razones principales para una renovada concepción de la conciencia moral: a) una cierta visión reductiva de la J.H. Newman es, en este conciencia en el pasado, b) la insuficiencia de las normas contexto, un excepcional para agotar la riqueza de la vida moral, c) la complejidad testigo de la conciencia del fenómeno de la conciencia moral, y d) la exaltación de la en su íntima conexión conciencia como sagrario del hombre en el que dialoga en con la verdad. su intimidad exclusivamente con Dios. Veamos brevemente (...) Nacido y crecido en qué consisten estas razones. en el anglicanismo, por En primer lugar, algunos teólogos afirman que se ha fidelidad a la voz de la verificado en el pasado una reducción de la conciencia conciencia, se adhiere moral. Tal visión reductiva consiste fundamentalmente en finalmente, después de que la misma se comprende como una simple aplicación una larga y accidentada mecánica de normas morales generales a cada caso de la búsqueda, a la Iglesia vida de la persona. La normativa, sin embargo, es incapaz católica. Entró en de acoger y tener en cuenta toda la irrepetible especificidad ella únicamente por de todos los actos concretos de las personas. Aunque pueadherirse a la voz de una verdad reconocida da ayudar a una justa valoración de la situación, la norma y amada, más allá de no puede sustituir a las personas en tomar una decisión los propios intereses y personal sobre cómo comportarse en determinados casos gustos, abandonando, particulares. Se trataría, por consiguiente, de recuperar el además, amigos, carrera, insustituible carácter “personalista” de la conciencia en la hábitos del anglicanismo vida moral del cristiano, pasando de una visión reductiva y acercándose a un de la conciencia meramente aplicativa, a una visión creativa mundo católico que no le de la conciencia más personalista. Además, se añade que las normas no son tanto un atraía sentimentalmente criterio objetivo vinculante para los juicios de conciencia, y que le auguraba dificultad. sino más bien una perspectiva general que, en un primer momento, ayuda al hombre a dar un planteamiento ordenado a su vida personal y social. En tercer lugar, otra cuestión que aparece en las argumentaciones es la complejidad típica del fenómeno de la conciencia. Esta complejidad tiene que ver tanto con su profunda relación con toda la esfera psicológica y afectiva, cuanto como con los múltiples influjos del ambiente social y cultural de la persona19. 19 En este ámbito de estos debates es interesante el volumen: G. Borgonovo (a cura di), La coscienza: Conferenza internazionale patrocinata dallo “Wethersfield Institute” di New York, Orvieto, 27-28 maggio 1994, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano, 1997.

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La vía de la conciencia hacia Dios: conciencia y verdad en Newman

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El nexo entre verdad y conciencia se ha de pensar no de un modo abstracto, sino teniendo en cuenta que se ha verificado un relativismo que ha diluido la verdad en mera opinión y una emotivización de la conciencia que la ha reducido a impulso emotivo. Según esto, el parámetro de la acción se reduce a su tolerabilidad psicológica. Se considera bueno aquello que aumenta el bienestar y malo lo contrario. Esta regresión emotiva de la conciencia la privatiza, la reduce al sentir y asume casi de modo espontáneo un tono narcisista.

Para Newman,

La idea moderna de conciencia se sintetiza en la categoría la mirada sobre el del cogito cartesiano. Para muchos de nuestros contempo- mundo sin escuchar ráneos significa total independencia, absoluta autonomía, la voz que habla en la pura subjetividad. En este sentido se ha verificado un conciencia produce en el proceso de profunda secularización y emotivización de la hombre dos resultados conciencia. Debido a ello hoy se confunde con frecuencia extremos: el ateísmo con la opinión personal, el sentimiento subjetivo, o el libre o el panteísmo. La conciencia marca el arbitrio. Este proceso pasó inadvertido con el nacimiento de la punto de cruce entre teología moral bajo la forma de la casuística. Para la ma- la religión natural y nualística, la conciencia moral parecía tener un estatuto bas- la religión revelada. Es una fisura en la tante claro; se consideraba como una facultad que aplicaba inmanencia que se abre a la situación la norma conocida por la razón. Un filósofo a la trascendencia, es un contemporáneo ha definido el cambio que se produce en filón de revelación. esta época como el paso de la filosofía moral a la filosofía de la moral20. En los años 60 del siglo pasado se va a reavivar el debate sobre la conciencia con la recuperación de la subjetividad que caracteriza a la modernidad21. El Concilio Vaticano II va a hablar de la conciencia como voz de Dios, “el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella” (GS 16), inspirándose en Agustín y Newman. J.H. Newman es, en este contexto, un excepcional testigo de la conciencia en su íntima conexión con la verdad22. Su interés por el tema 20 G. Preti, Alle origini dell’etica contemporánea. Adamo Smith, La Nuova Italia, Firenze 1977, 17s. 21 Cfr. G. Madinier, La coscienza morale, PUF, Paris 1954. 22 Sobre Newman, puede verse entre los numerosos estudios sobre él: H. Geibler, Gewissen und Wahrheit bei J.H. Newman, Peter Lang, Frankfurt am Main 1992; J. Honore, Newman, sa vie et sa pensée, Desclée, Paris 1988; J.H. Walgrave, “La conscience morale et la specificité de la morale chrétienne selon J.H. Newman”, en Studia Moralia 14 (1976) 105-119; G. Borgonovo, Soggeto morale e Chiesa. Lutero, Erasmo, Newman e Guardini a confronto, Piemme, Casale Monferrato 2000.

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es de carácter teórico y se alimenta sea de la confrontación polémica entre catolicismo y nueva cultura liberal, sea de la controversia entre catolicismo y anglicanismo. Como es bien sabido, nacido y crecido en el anglicanismo, por fidelidad a la voz de la conciencia, se adhiere finalmente, después de una larga y accidentada búsqueda, a la Iglesia católica. Entró en ella únicamente por adherirse a la voz de una verdad reconocida y amada, más allá de los propios intereses y gustos, abandonando, además, amigos, carrera, hábitos del anglicanismo y acercándose a un mundo católico que no le atraía sentimentalmente y La conciencia tiene una que le auguraba dificultad. San Juan Pablo II dibujó así su fuerza ineludible, que figura: “pocas personas han sostenido todos los derechos supera al individuo y se de la conciencia como lo ha hecho él; pocos escritores han impone a él. El hombre hablado de modo tan persuasivo la causa de su autoridad no tiene poder sobre ella y su libertad, y no obstante, no ha permitido nunca que la si no es con una extrema más mínima señal de subjetivismo o relativismo contamidificultad, pues él no la nase su enseñanza”23. ha creado y no puede La conciencia, dentro de su teología marcada netamente destruirla. Puede, en por su periplo biográfico, es el tema principal y el punto determinados casos y de partida de su pensamiento moral y religioso. Conviene situaciones, silenciarla, tener en cuenta que la centralidad del concepto de cono puede distorsionar sus ciencia en Newman está unida a la centralidad previa del afirmaciones, pero no concepto de verdad y solo puede entenderse desde esta. puede desvincularse de Para él, todos los hombres tienen naturalmente una conella. Puede desobedecerla ciencia moral. La experiencia originaria de la conciencia es o rechazar su uso, pero de carácter religioso. Tal experiencia está relacionada con ella de todos modos lo que Newman denomina “sentido del deber”, que se dispermanece. tingue del “sentido moral” concebido como el juicio sobre la moralidad de las acciones particulares24. La distinción entre ambos es ilustrada con la analogía sobre el carácter universal y particular del sentido estético. Ambos sentidos son inseparables pues constituyen dos dimensiones irreductibles de una misma experiencia. La aproximación a la conciencia desde el término “sentido” es muy significativa. Algún autor lo ha relacionado con el “sentido del bien”25. Para Newman, la mirada sobre el mundo sin escuchar la voz que habla en la conciencia produce en el hombre dos resultados extremos: el ateísmo o el panteísmo. La conciencia marca el punto de cruce entre la religión natural y la religión revelada. Es una fisura en la inmanencia 23 Juan Pablo II, “Messaggio all’Arcivescovo di Birmingham nel I Centenario della morte del Cardinale Newman”, en Insegnamenti di Giovanni Paolo II XIII, 1 (1990), Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1992, 1625. 24 Cfr. G. Angelini, “La coscienza nel pensiero di J.H. Newman”, en Teologia 15 (1990) 243-263; A. Fumagalli, L’eco dello Spirito. Teologia della coscienza morale, Queriniana, Brescia 2012, 251-263. 25 G. Madinier, La conscience morale, Presses Universitaires de France, Paris 1954.

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que se abre a la trascendencia, es un filón de revelación26. Es muy famoso su comentario en la Carta al Duque de Norfolk: “Ciertamente si yo debiera llevar la religión a un brindis después de una comida —cosa que no es muy indicado hacer— entonces yo brindaría por el papa. Pero primero lo haría por la conciencia y después por el papa”27. Newman afirma, por tanto, el primado de la conciencia incluso con respecto al Papa, de quien se había proclamado poco antes, en el Concilio Vaticano I, la infalibilidad ex cathedra. Con esta carta, En el momento difícil Newman pretende responder a las críticas de Gladstone, de su conversión, que sostenía que los católicos, después de la proclamación Newman reivindica de la infalibilidad pontificia, eran súbditos británicos no con fuerza que esta no fiables dado que habían sometido su propia conciencia al se debió a gustos, intereses o cálculos Papa, renunciando a ella. Newman propone una interpretación del papado que subjetivos, sino a salva el primado de la conciencia, desplazando tanto la la pura y simple posición liberal de Gladstone, cuanto la ultramontanista del obediencia a la verdad. tradicionalismo católico. “Si el papa hablase contra la con- Se evidencian así —dice ciencia, en el verdadero sentido de la palabra, cometería un J. Ratzinger— dos acto suicida. Perdería todos sus fundamentos, porque su mi- criterios para discernir sión es proclamar la ley moral, y proteger y reforzar aquella una auténtica voz de «Luz que ilumina a todo hombre que viene al mundo». Sobre la conciencia: que no coincide con los propios la ley de la conciencia y sobre su carácter sagrado se basan deseos y los gustos tanto la autoridad del papa como su ejercicio ministerial”28. personales; y que no se Por consiguiente, la autoridad del Papa no puede conidentifica con aquello tradecir a la conciencia y a sus derechos porque se funda que es socialmente precisamente sobre ella. El término medio que asegura la más ventajoso, con el conexión entre conciencia y autoridad es la verdad. En la consenso del grupo o con concepción de conciencia de este pensador inglés el punto las exigencias del poder de referencia esencial es, de hecho, la verdad. La concien- político y social. cia es una luz interior que refleja la Luz trascendente de la verdad, y una voz que resuena en lo íntimo haciéndose eco de la voz 26 J.H. Newman, Ensayo para contribuir a una gramática del asentimiento, Encuentro, Madrid 2010: “Nuestro gran maestro interior de religión es nuestra conciencia. La conciencia es una guía personal, y la uso porque tengo que usarme a mí mismo. Soy tan incapaz de pensar con una mente que no sea la mía como de respirar con los pulmones de otro. La conciencia está más cerca de mí que cualquier otro medio de conocimiento. Y del mismo modo que se me ha dado a mí, también se le ha dado a otros; y puesto que es llevada consigo por cada individuo en su propio corazón y no requiere nada además de ella misma, está por consiguiente adaptada para comunicar a cada uno separadamente ese conocimiento que es lo más decisivo para el individuo... La conciencia, por otra parte, nos enseña no sólo que Dios es, sino qué es; proporciona al espíritu Su imagen real, como medio para su adoración; nos da la regla dictada por Él de lo correcto y lo incorrecto, y un código de deberes morales. Además, está constituida de tal manera que, si se la obedece, se hace más clara en sus mandatos, y su campo se amplía, y corrige y completa la fragilidad accidental de sus enseñanzas iniciales”. 27 J.H. Newman, A Letter Addressed to His Grace the Duke of Norfolk: On Occasion of Mr. Gladstone’s Recent Expostulation, Catholic Publication Society, New York 1875 (trad. esp.: Carta al Duque de Norfolk, Rialp, Madrid 2013, 82). 28 J.H. Newman, Carta al Duque de Norfolk, Rialp, Madrid 2013, 252.

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Para oír la voz de la conciencia es necesario superar las mistificaciones del pensamiento contemporáneo. Los derechos de la conciencia se fundan en el deber de buscar la verdad. En este sentido, Newman afirma el primado de la conciencia y de sus derechos. Como ha hecho notar J. Ratzinger, el sujeto encuentra en él una atención que no había recibido en el ámbito de la teología católica, quizás desde el tiempo de San Agustín. Conviene advertir cómo con ello se aleja de la línea de la filosofía subjetivista de la modernidad. Newman se contrapone netamente al liberalismo, que hace de los gustos subjetivos, de las opiniones individuales el criterio inapelable de la verdad, contra toda autoridad.

misma de la verdad divina. La autoridad de la conciencia depende, por consiguiente, de la verdad y solo en esta dependencia de la verdad salvaguarda su dignidad y garantiza sus derechos. La conciencia tiene en consecuencia una estructura intencional: tiende más allá de sí misma29. En la conciencia el hombre no percibe solo la voz del propio yo. Newman compara la conciencia con un mensajero de Dios que nos habla como detrás de un velo, y nos educa y guía a través de sus representantes. Se atreve incluso a denominar la conciencia como el originario vicario de Cristo y de atribuirle los tres «oficios» mesiánicos del profeta, del rey y del sacerdote. Es “el primer vicario de Cristo, un profeta en sus informaciones, un monarca en su perentoriedad, un sacerdote en sus bendiciones y anatemas”30. Esto significa que la conciencia tiene una fuerza ineludible, que supera al individuo y se impone a él. El hombre no tiene poder sobre ella si 29 J.H. Newman, El asentimiento religioso. Ensayo sobre los motivos racionales de la fe, Herder, Barcelona 1960, 119: “La conciencia, en cambio, no descansa en sí misma, sino que se extiende hacia algo que la trasciende, y puede entrever borrosamente una sanción más alta que ella misma en sus decisiones, como se ve por el agudo sentido de obligación y responsabilidad que las informa”. 30 J.H. Newman, Carta al Duque de Norfolk, Rialp, Madrid 2013, 248-249.

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La conciencia es el tema principal y el punto de partida de su pensamiento moral y religioso. Conviene tener en cuenta que la centralidad del concepto de conciencia en Newman está unida a la centralidad previa del concepto de verdad y solo puede entenderse desde esta. Para él, todos los hombres tienen naturalmente una conciencia moral. La experiencia originaria de la conciencia es de carácter religioso. Tal experiencia está relacionada con lo que Newman denomina “sentido del deber”, que se distingue del “sentido moral” concebido como el juicio sobre la moralidad de las acciones particulares.

no es con una extrema dificultad, pues él no la ha creado y no puede destruirla. Puede, en determinados casos y situaciones, silenciarla, o puede distorsionar sus afirmaciones, pero no puede desvincularse de ella. Puede desobedecerla o rechazar su uso, pero ella de todos modos permanece. Para oír la voz de la conciencia es necesario superar las mistificaciones del pensamiento contemporáneo31. Los derechos de la conciencia se fundan en el deber de buscar la verdad32. En este sentido, Newman afirma el primado de la conciencia y de sus derechos. Como ha hecho notar J. Ratzinger, el sujeto encuentra en él una atención que no había recibido en el ámbito de la teología católica, quizás desde el tiempo de San Agustín. Conviene advertir cómo con ello se aleja de la línea de la filosofía subjetivista de la modernidad. Newman se 31 J.H. Newman, Carta al Duque de Norfolk, Rialp, Madrid 2013, 75ss. 32 J.H. Newman, Essay on the Development of Christian doctrine, London 1878, 357: “La conciencia tiene derechos porque primero tiene deberes” y el primer deber es el de buscar, escuchar y obedecer a la verdad. “Hay una verdad, hay una sola verdad… nuestro espíritu está sometido a la verdad, no es superior a ella, y está llamado no tanto a disertar sobre ella, sino a venerarla”.

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contrapone netamente al liberalismo, que hace de los gustos subjetivos, de las opiniones individuales el criterio inapelable de la verdad, contra toda autoridad33. Esto implica una purificación de la conciencia. Para obedecer a la voz de la verdad es necesario mantener una distancia de los propios intereses inmediatos, de los propios gustos, de la voluntad de encontrar un consenso externo para las opciones personales y los propios juicios. En el momento difícil de su conversión, Newman reivinPara poder integrar dica con fuerza que esta no se debió a gustos, intereses o ambas dimensiones es cálculos subjetivos, sino a la pura y simple obediencia a la preciso comprender verdad. Se evidencian así —dice J. Ratzinger— dos criterios cómo la conciencia se para discernir una auténtica voz de la conciencia: que no origina en el ámbito coincide con los propios deseos y los gustos personales; y comunional de la vida que no se identifica con aquello que es socialmente más moral. De este modo, es ventajoso, con el consenso del grupo o con las exigencias necesario afirmar que la del poder político y social. conciencia es despertada Los grandes testimonios de la conciencia son los márpor el amor de Dios y de tires. Newman tiene presente sobre todo a santo Tomás los demás. La conciencia Moro, que en la angustia ha elegido obedecer a la verdad no es autoconciencia antes que al rey, seguir la voz de la conciencia antes que que se autorigina, sino al cálculo de las ventajas o al consejo de los “amigos”. El que tiene una dimensión testimonio de Tomás Moro nos recuerda que desde san Juan intrínsecamente filial. Bautista la Iglesia ha conocido testigos que han derramado Como afirma Spaemann, su sangre en defensa de la santidad del vínculo conyugal.

para estar seguro de no autoengañarse el hombre debe vivir confrontándose con otros a propósito del bien y de lo justo, en una comunidad moral.

La conciencia moral en la teología contemporánea

El planteamiento de Newman sobre el intrínseco nexo entre conciencia y verdad va a ser precursor e inspirador del Concilio Vaticano II. Los documentos conciliares tratan sobre la conciencia moral en diversos lugares, pero el más célebre es el que se encuentra en el n. 16 de la constitución Gaudium et spes34 . En la historia de la redacción de este número se puede evidenciar cómo en 33 En la famosa poesía Lead kidly light compuesta en Sicilia en el año 1833 dice: “amaba escoger y entender mi camino. Ahora en cambio rezo: guíame tú, Señor!”. 34 Cfr. A. Meneguolo, La coscienza morale cristiana nella discussione e nel magistero del Concilio Ecumenico Vaticano II, Estratto tesi Laurea Facoltà Teologica dell’Italia Settentrionale, Glossa, Milano 1983; D. C apone, “La teologia della coscienza morale nel concilio e dopo il concilio”, en Studia Moralia 24 (1986) 221-249; S. Majorano, “La coscienza nella riflessione del magistero: dal concilio Vaticano II a oggi”, en Credere Oggi 128 (2002) 57-69; S. Majorano, “Coscienza e verità morale nel Vaticano II”, en N. Napela - T. Kennedy (eds), La coscienza morale oggi. Omaggio al prof. Domenico Capone, Editiones Academiae Alphonsianae, Roma 1987, 259-278; L.A. Anaya, La conciencia moral en el marco antropológico de la Constitución Pastoral “Gaudium et Spes”, Editorial de la Universidad Católica Argentina, Buenos Aires 1993.

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la primera parte del citado número se habla de la conciencia moral en su relación con la ley, y en la segunda se expone una visión relacional como lugar de encuentro del hombre con Dios. Se verifica, por tanto, un cambio de acento desde una concepción natural a una concepción interpersonal de la ley. La dignidad de la conciencia moral no se afirma en términos absolutos, sino a condición de que Algunos teólogos busque la verdad sobre el bien. En la concepción relacional contemporáneos de la conciencia no solamente hay que tener en cuenta la han elaborado en el relación Dios-hombre, sino también la mediación eclesial postconcilio una visión y las relaciones entre los hombres. Para algunos autores eclesial desde la clave de se verifica un velado carácter de compromiso, una ambi- la comunión. El término güedad o una tensión irresuelta entre una visión legalista tiene un carácter teológico, cristológico, y personalista de la conciencia. J. Ratzinger35 afirma que el texto conciliar no hace ninguna histórico-salvífico referencia a la contestación proveniente desde la sociología y eclesiológico. Por y la psicología de lo profundo que niega el carácter tras- consiguiente, encierra también la dimensión cendente de la conciencia. Como consecuencia de ello da sacramental, que en san la impresión de ser precrítico y superficial y, por lo tanto, Pablo aparece de forma insuficiente para un cristiano que debe vivir en el mundo plenamente explícita: moderno. Detrás de ello se encuentra el hecho de que aunque “El cáliz de bendición el documento toma su inspiración de Newman, a la hora de que bendecimos, ¿no la verdad se redacta desde esquemas escolares que no son es la comunión de la sino una versión ligera de la tradición escolástica. Ratzinger sangre de Cristo? Y considera que la insuficiente atención a la modernidad no se el pan que partimos, limita a este número de la constitución pastoral, sino que pue- ¿no es la comunión de extenderse a la globalidad del texto de la Gaudium et spes. del cuerpo de Cristo? La disputa medieval sobre la conciencia errónea36 tiene Porque el pan es uno, en Pedro Abelardo su epicentro con su afirmación de que aun siendo muchos, el pecado no es sino contra la conciencia37. Su postura somos un solo cuerpo, pretende corregir el objetivismo y legalismo precedentes, pues todos participamos reflejados en los libros penitenciales. La visión moderna de ese único pan...” sobre la conciencia se puede sintetizar en la postura (1Co 10, 16-17). paradigmática de Fichte que sostiene la tesis de que la conciencia errónea no existe, siempre es recta: “La conciencia nunca yerra, y no puede errar; pues es la conciencia inmediata de nuestro 35 J. R atzinger, “Kommentar zum Vorwort und zum ersten Kapitel des ersten Teils der Pastoralkonstitution über die Kirche in der Welt von heute‚ Gaudium et spes”, en H.S. Brechter et alii, Lexikon für Theologie und Kirche. Zweite, völlig neu bearbeitete Auflage. Das Zweite Vatikanische Konzil. Konstitutionen, Dekrete und Erklärungen. Lateinisch und Deutsch. Kommentare. Teil III Freiburg im Breisgau-Basel-Wien 1968, 313-354 (= Gesammelte Schriften, Bd. 7/2, 795-862). 36 T. Belmans, “Le paradoxe de la conscience erronée d’Abelard à Rahner”, en Revue Thomiste 90 (1990) 570-586. 37 Pedro Abelardo, Scito te ipsum seu Ethica XIII; PL 178, 635 C: “Peccatum non est nisi contra coscientiam”.

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Yo puro originario, a la cual ninguna otra conciencia es superior, que no puede ser examinada y corregida según ninguna otra conciencia, que es ella misma juez de toda convicción, pero que no reconoce ningún juez superior sobre sí. Decide en última instancia y es inapelable”38. A pesar de la crítica de Hegel, y de la más radical aún de Schopenhauer, Spencer, Nietzsche y Freud, la tesis de Fichte sobre la inEs bien conocido que falibilidad de la conciencia se ha impuesto en la literatura en la modernidad se ha teológica popular. verificado un complejo A. Fumagalli ha sintetizado recientemente las diferentes fenómeno de progresiva explicaciones contemporáneas de la conciencia moral eliy radical subjetivización giendo como criterio la conjunción de objetividad divina de la moral. Se trata y subjetividad humana39. Según este autor, las propuestas del notorio proceso de K. Demmer, desde una perspectiva trascendentalde emancipación de hermenéutica, y de G. Angelini, desde una aproximación la conciencia moral fenomenológica particular, son las que logran con difecristiana respecto a rentes matices una mayor integración de las dimensiones la comunión eclesial. antropológica y teológica de la conciencia moral. Emanciparse es Demmer40, con su interpretación hermenéutica, evita la liberarse de la patria reducción de la conciencia a la razón abstracta, pero sin potestad, de cualquier embargo sus premisas metodológicas fundadas en una clase de subordinación antropología teológica rahneriana contienen un acento o dependencia. Así, el intelectualista que no supera tanto por su insistencia en hombre contemporáneo cuanto por no afrontar la cuestión central parece liberarse de toda lo trascendental 41 de la alteridad . Para Bastianel, la conciencia del creyente “carga institucional” para abrirse al ideal de es autónoma respecto de las elecciones que se imponen en la autonomía que nace un determinado contexto. Schockenhoff, discípulo de Demmer, a diferencia de con “la mayoría Fichte, sí que admite la posibilidad de que la conciencia de edad” proclamada por la Ilustración. yerre. Según él, acierta cuando coincide con la esencia del propio sujeto y se equivoca cuando se aparta de dicha esencia. Ahora bien, esa es la única medida de la conciencia; sería un error juzgarla desde una instancia distinta del propio yo y, presuntamente, superior a él: “En referencia a la cualidad de la conciencia como tal, no tiene ningún sentido hablar de error, porque este no puede ser verificado a partir de un punto de observación superior”42. 38 J.G. Fichte, Das System der Sittenlehre nach den Prinzipien der Wissenschaftslehre, Meiner, Hamburg 1798, 170. 39 Cfr. A. Fumagalli, L’eco dello Spirito. Teologia della coscienza morale, Queriniana, Brescia 2012, 298-320. 40 A. Fumagalli - V. Viva (edd), Pensare l’agire morale. Omaggio italiano a un maestro internazionale: Klaus Demmer, San Paolo, Cinisello Balsamo 2011. 41 Una presentación crítica de su planteamiento puede verse en M. Chiodi, Teologia morale fondamentale, Queriniana, Brescia 2014, 401-408. 42 E. Schockenhoff, Das umstrittene Gewissen. Eine theologische Grundlegung, Mainz 1990, 136.

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En todas estas concepciones se puede observar la dificultad de integrar la intimidad y la trascendencia como las dos notas características de la conciencia moral. Si se enfatiza la primera, se puede terminar en una visión oracular de la conciencia, clausurada en un sentir emotivo. Si en cambio se absolutiza la segunda, se puede llegar a una visión mecanicista de la conciencia, mera aplicación automática que prescinde del sujeto concreto. Para poder integrar ambas dimensiones es preciso comprender cómo la conciencia se origina en el ámbito comunional de la vida moral. De este modo, es necesario afirmar que la conciencia es despertada por el amor de Dios y de los demás. La conciencia Siguiendo este modelo no es autoconciencia que se autorigina, sino que tiene una ilustrado, un buen dimensión intrínsecamente filial. Como afirma Spaemann43, número de fieles se para estar seguro de no autoengañarse el hombre debe vivir aleja de las indicaciones confrontándose con otros a propósito del bien y de lo justo, en morales del Magisterio, una comunidad moral. Este despertar implica que necesita no solo a nivel práctico, ser activada, que su naturaleza es la de ser una iniciativa sino también a nivel iniciada. Veamos, por tanto, un poco más detenidamente la de convicciones. estrecha relación entre conciencia moral y comunión eclesial. La consecuencia de

Conciencia moral y comunión eclesial

esta emancipación es que la enseñanza, la predicación y el testimonio de la Iglesia encuentran hoy un singular rechazo en el ámbito de la moral.

Algunos teólogos contemporáneos, entre los que destaca J. Ratzinger, han elaborado en el postconcilio una visión eclesial desde la clave de la comunión. El término tiene un carácter teológico, cristológico, histórico-salvífico y eclesiológico. Por consiguiente, encierra también la dimensión sacramental, que en san Pablo aparece de forma plenamente explícita: “El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Porque el pan es uno, aun siendo muchos, somos un solo cuerpo, pues todos participamos de ese único pan...” (1Co 10, 16-17). El otro texto neotestamentario decisivo para comprender el significado de la comunión es 1Jn 1,3-7. S. Juan habla en él de su encuentro personal con el Verbo encarnado. Lo hace en términos de lo que han visto sus ojos y han tocado sus manos. Este encuentro ha significado para él la comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. La comunión con el Verbo de la vida deviene vida justa, amor y comunión recíproca: “Si caminamos en la luz, como Él está en la luz, estamos en comunión unos con otros” (1Jn 1,6). 43 R. Spaemann, Moralische Grundbergriffe, Beck, München 1983, 73-77.

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LA CIUDADANÍA DE LA FAMILIA EN LA “RELATIO SYNODI” La nueva atención pública y política hacia los temas de la familia es un signo de esperanza. Ciertamente no faltan ambigüedades y peligros en esta sensibilidad por las políticas familiares y por la atención jurídica a la familia. Pero indudablemente es una oportunidad para generar una cultura más familiar desde la visión cristiana del mundo. Esta dimensión social de la pastoral familiar es especialmente importante dado el creciente proceso de privatización que ha vivido la familia desde el iluminismo, que ha debilitado notablemente la presencia pública de la familia. La familia burguesa que se constituye como fin en sí misma, con una lógica interna ajena al ámbito social y que vive en el mundo cerrado del bienestar emotivo, no es en absoluto un planteamiento sostenible. Lo que se encuentra en juego en esta dimensión social no es, ni más ni menos, que el bien común y su relación con el matrimonio y la familia. En la encíclica Caritas in veritate, el bien común aparece en estrecha relación con el amor1. En este sentido, el bien común no es una cosa buena a compartir, ni una serie de funciones que pueden ser sustituidas por otras instancias, sino que es un bien relacional y operativo. Es un bien que une a las personas en cuanto las trasciende. Esa experiencia del bien común se realiza en la familia de un modo único y privilegiado, en cuanto que es lugar primigenio en el que se experimenta la comunión de personas2. Aunque en ocasiones no se desee reconocer, la familia es y sigue siendo la raíz de la sociedad. La expresión “raíz de la sociedad” es preciso comprenderla no según una analogía biológica, sino sociológica. Para ello es necesario recurrir a una razón relacional y no únicamente a una razón técnica, instrumental o funcional. Esta razón es capaz de descubrir que la familia constituye el bien relacional primario del que depende la realización de la humanidad de la persona y la sociedad. La realidad familiar es originaria y original. Es por ello necesario reconocer el genoma social de la familia y comprender cómo es origen y fuente de la sociedad. Donati ha acuñado el término ciudadanía de la familia que adquiere una importancia decisiva en el debate actual sobre la familia. Este concepto implica reconocer que existen derechos-deberes inherentes a las relaciones de la familia, derechos que van más allá de los meramente individuales. La familia no puede entonces ser anulada bajo el imperativo de una indiferencia o neutralidad ética, pues su existencia no depende de una legitimación política arbitraria. Este concepto de ciudadanía de la familia no surge de un planteamiento

1 J.J. Pérez Soba – R. Rubio (eds.). La doctrina social de la Iglesia. Estudios a la luz de la encíclica Caritas in veritate (BAC, Madrid 2014) 2 Juan Pablo II, Carta a las familias, n. 10 – Francisco, Lumen fidei, nn 50-52.

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estatalista, sino de uno societario; es parte de un pensamiento que atribuye una prioridad a la sociedad civil respecto al Estado. Se sigue naturalmente de aquí la necesidad de abandonar el modelo asistencialista, en el que el Estado asiste u otorga derechos a las familias. Es necesario caminar hacia un modelo que dé un verdadero protagonismo a las mismas familias. Esto supone elaborar una nueva cultura familiar. Y la historia demuestra que las sociedades en declive han podido levantarse de nuevo solo cuando han conseguido elaborar precisamente esta cultura familiar Otro asunto que es necesario promover es el modo en que la familia favorece las virtudes sociales: confianza, cooperación, reciprocidad, solidaridad… La fuerte pérdida de estas virtudes, tanto a nivel privado como público, no se debe imputar a la familia, sino a los procesos de modernización que han privatizado a la familia erosionando y cancelando su papel como sujeto social. La emergencia de la familia que vivimos hoy pide respuestas y propuestas audaces. La familia no está superada, sino que es una realidad dinámica vital para que se dé una integración entre la naturaleza y la cultura3. A fin de cuentas, se trata de poner de manifiesto que el destino de la familia y el de la sociedad son inseparables, y que solo reconociendo la ciudadanía de la familia podrá realmente nuestra sociedad tener futuro4.

JUAN DE DIOS LARRÚ Del artículo “La pastoral familiar y la fecundidad de la Iglesia a la luz de la Relatio synodi”. Revista española de Teología, Universidad de San Dámaso.

3 L. Melina (a cura di). II criterio de la natura e il futuro della famiglia (Cantagalli, Siena 2011). 4 Cf. L. Melina, La roccia e la casa. Socialitá, bene comune e famiglia (San Paolo, Milano 2013).

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Si bien la eclesiología de comunión es, en su aspecto más íntimo, una eclesiología eucarística, como ocurrió con la eclesiología del pueblo de Dios, también con respecto a la comunión se produce una progresiva horizontalización, que redujo su original significado teológico44. Por consiguiente se difundió de nuevo el motivo del “igualitarismo” según el cual en la comunión únicamente podría haber plena igualdad. De este modo, la reciprocidad amorosa de la comunión eclesial se puede interpretar erróneamente desde una reciprocidad de conciencias, donde todos tienen los mismos derechos dado que todos somos iguales. Es bien conocido que en la modernidad se ha verificado Para algunos, se trataría un complejo fenómeno de progresiva y radical subjetivizade que el sensus ción de la moral. Se trata del notorio proceso de emancipafidelium entrara a ción de la conciencia moral cristiana respecto a la comunión formar parte de la eclesial. Emanciparse es liberarse de la patria potestad, de verdad moral como cualquier clase de subordinación o dependencia. Así, el recepción verificada hombre contemporáneo parece liberarse de toda “carga de la doctrina. La institucional” para abrirse al ideal de la autonomía que nace propuesta en el fondo con “la mayoría de edad” proclamada por la Ilustración. consiste en que el Siguiendo este modelo ilustrado, un buen número de fieles método democrático se aleja de las indicaciones morales del Magisterio, no solo se llegue a incorporar a nivel práctico, sino también a nivel de convicciones. La en la estructura de la consecuencia de esta emancipación es que la enseñanza, enseñanza moral de la la predicación y el testimonio de la Iglesia encuentran hoy Iglesia. (…) un singular rechazo en el ámbito de la moral45. Como vías de solución a la cuestión se han formulado dos alternativas insuficientes y solamente en apariencia antitéticas:

a) Un pluralismo ético dentro de la unidad eclesial La primera propuesta defiende la posibilidad de un legítimo pluralismo ético compatible con la unidad de la Iglesia46. A la hora de explicar este pluralismo los autores que lo proponen siguen diferentes modalidades. Para algunos, se trataría de que el sensus fidelium entrara a formar parte de la verdad moral como recepción verificada de la doctrina. La propuesta en el fondo consiste en que el método democrático se llegue a incorporar en la estructura de la enseñanza moral de la Iglesia. Las dificultades de esta propuesta estriban en el modo de concebir la relación 44 Ver al respecto Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre algunos aspectos de la Iglesia considerada como comunión (Communionis notio), (28.05.1992). 45 En determinados momentos del postconcilio se habló de un auténtico “cisma moral latente” en el interior de la Iglesia: cfr. L. Melina, La morale: tra la crisi & rinnovamento, Ares, Milano 1993, 8. 46 Así, por ejemplo, con distintas variantes, J. Fuchs, B. Fraling o B. Häring.

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entre Magisterio y sensus fidelium y en la distinción en sentido teológico entre este y la opinión pública47. Si se identifican sin más, la verdad moral quedaría entonces a merced de la opinión de la mayoría. Pero lo que es opinable no puede aspirar a fundar la verdad y una opinión mayoritaria no puede garantizar en sí misma la universalidad. Para no acabar en una penosa confusión, es preciso establecer el sentido de la fe48, el sensus fidei (que incluye también el sensus morum), como el criterio del sentir de los fieles (sensus fidelium), de modo que la obediencia al Magisterio sea un elemento interno y cualificante del (…) Las dificultades de esta propuesta sensus fidelium49. Para otros, sería preciso distinguir entre el centro y la estriban en el modo periferia en la adhesión al Magisterio. La identidad católica de concebir la relación estaría garantizada por la recepción del kerygma como puro entre Magisterio y sensus fidelium y en anuncio y de lo que implica el testimonio público de la fe; la distinción en sentido la moral, sobre todo la “privada”, sería periférica, y debería teológico entre este ser dejada al individuo en su aspecto normativo.

b) El proyecto de una ética mundial en el pluralismo dogmático

y la opinión pública. Si se identifican sin más, la verdad moral quedaría entonces a merced de la opinión de la mayoría. Pero lo que es opinable no puede aspirar a fundar la verdad y una opinión mayoritaria no puede garantizar en sí misma la universalidad.(…)

La segunda propuesta pretende construir un proyecto de ética mundial en el que las diferencias dogmáticas cedan ante el reconocimiento de valores éticos comunes. Estos valores constituirían la fuente de un nuevo humanismo, como fundamento de un ecumenismo global50. Las religiones, por consiguiente, son invitadas a compatibilizar sus diferentes mensajes morales en orden a evitar toda clase de fanatismo y contribuir al pacifismo, a la exclusión de la fuerza, a la tolerancia, etc… Es preciso notar cómo en estos planteamientos se cae en ocasiones en un círculo vicioso, pues se sitúa el fundamento de la ética en el absoluto religioso, pero resulta que en caso de conflicto entre fundamentos religiosos, el árbitro decisivo será el fundamento ético. Aunque aparentemente muy diversas, tanto la vía del pluralismo ético como la del proyecto de una ética mundial tienen en común ser dos patentes expresiones de la fractura entre fe y vida, denunciada por 47 Cfr. D. Vitali, “Sensus fidelium e opinione pubblica nella Chiesa”, en Gregorianum 82 (2001) 689-717. 48 Concilio Vaticano II, Lumen Gentium n. 12. 49 G. Angelini, “Il sensus fidelium in materia morale”, en Teologia 32 (2007) 56-70. 50 Así, por ejemplo, H. Küng, Proyecto de una ética mundial, Trotta, Madrid 1991; H. Küng - K.J. Kuschel, Hacia una ética mundial: declaración del Parlamento de las Religiones del mundo, Trotta, Madrid 1994; H. Küng, Una ética mundial para la economía y la política, Trotta, Madrid 1999.

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el Concilio Vaticano II (GS 43). Ambas buscan como un modelo eclesial alternativo, en el que la Iglesia deja de ser reconocida como “madre” del sujeto moral cristiano, que ahora define autónomamente su identidad ética y los criterios de sus elecciones mundanas. La conciencia moral, siendo una instancia íntima y personal, no disoluble en un sujeto colectivo, es al mismo tiempo despertada por la presencia y la acción de los demás. En este diálogo e intercambio con los demás sobre lo bueno y lo justo, la conciencia puede alcanzar su auténtica medida. Esta apertura a la verdad moral, necesaria para todos, invita a la docilidad y a considerar la comunión interpersonal (…) Para no acabar en como una dimensión interior a la conciencia. Este método una penosa confusión, comunional de la conciencia nos ayuda a comprender la es preciso establecer forma cristiana de la conciencia moral y su dinamismo el sentido de la fe, el de formación en el seno de la comunión eclesial vivida51. sensus fidei (que El punto genético de la misma es el acto de fe como resincluye también el puesta a la Revelación de un Dios tripersonal, por el que se sensus morum), como reconoce en Jesús, al Hijo de Dios52. La forma eclesial de la fe el criterio del sentir se corresponde, de este modo, con la forma eclesial de la conde los fieles (sensus ciencia moral. De este modo, la fe es un principio generativo y fidelium), de modo operativo que sostiene y hace crecer la identidad narrativa del que la obediencia al sujeto en la Iglesia como lugar de la vida moral53. Desde este Magisterio sea un punto de vista, es necesario descartar una visión autónoma elemento interno y del creyente en su conciencia moral54. La conciencia moral cualificante del es siempre una conciencia despertada por el amor55. En tal sensus fidelium. dirección, la luz que ofrece el Concilio se puede interpretar desde la riqueza antropológica de la conexión entre persona y verdad del amor, y el papel que el Espíritu Santo juega en el dinamismo de la acción humana, de modo que el don de la sabiduría y virtud de la prudencia ocupan un puesto directivo y arquitectónico en el desarrollo de la acción.

Conclusión Hemos tomado como punto de partida para nuestra reflexión la propuesta de cambio de paradigma del cardenal Kasper en el consistorio de febrero de 2014 ante el problema de los divorciados vueltos a casar. Entre 51 L. Melina, “Coscienza morale e communio”, en L. Melina, Cristo e il dinamismo dell’agire. Linee di rinnovamento della Teologia Morale Fondamentale, PUL-Mursia, Roma 2001, 231-240. 52 L. Melina, “Autonomismo ético e coscienza filiale”, en Itinerarium 12 (2004) 113-124. 53 L. Giussani, “La Chiesa come luogo di moralità”, en Communio 34 (1977) 13-18. 54 Una panorámica de los autores que defienden esta concepción puede verse en: S. Bastianel, Autonomia morale del credente. Senso e motivazioni di un’attuale tendenza teologica, Morcelliana, Brescia 1980. 55 J.J. Pérez-Soba, “La vía de la interioridad: conciencia y amor”, Cuadernos de pensamiento 21 (2008) 51-80.

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las soluciones insinuadas, se encontraba aquella de que sería plausible, en determinados casos, abrir la posibilidad de un procedimiento más pastoral y espiritual. La pastoralidad y la espiritualidad de su propuesta obligan a repensar la relación entre conciencia moral y comunión eclesial. En un conocido artículo con el que concluye el que se consideró principal “libro contestación” a la Veritatis splendor, el primer promotor de la corriente denominada “autonomía teónoma”56 se hacía una pregunta sobre el “ser moral” de la Iglesia: “¿Es la Iglesia, hoy en día, todavía ‘éticamente habitable’?”57. Con ella quería manifestar una real preocupación y poner de relieve el profundo malestar ante la crisis del anuncio moral cristiano. Para el teólogo de Tubinga, la esperable respuesta del creyente habría de ser afirmativa, pero sobre la base de Las religiones, una experiencia personal de la Iglesia como hogar58. por consiguiente, En el mencionado artículo, cuando este teólogo alemán son invitadas a habla de “habitabilidad” de la Iglesia se refiere expresa- compatibilizar sus mente a hacer de ella un “hogar”59. Para él, los presupues- diferentes mensajes tos de esta habitabilidad eclesial son la racionalidad y la morales en orden a plausibilidad. Sin embargo, al explicar su propuesta toma evitar toda clase de como punto clave la existencia de un diálogo en el interior fanatismo y contribuir de la Iglesia. Las proclamaciones excesivas del Magisterio al pacifismo, a la dificultarían entonces tal diálogo, que se debería concebir exclusión de la fuerza, a sí mismo de modo más dialogante. De este modo, para a la tolerancia, etc. estos autores, las soluciones para hacer más habitable la Iglesia brotan no de una comprensión más profunda de la realidad eclesial, sino de las condiciones de posibilidad que faciliten el diálogo. En el fondo, la esperanza de la habitabilidad se centra en mantener esa posibilidad de diálogo hasta el final. Como hemos podido verificar, la conexión entre conciencia y verdad no es dialogal. Newman ha mostrado que el camino que guía a la conciencia hacia la búsqueda de la verdad divina es el sendero de la purificación del corazón y la conversión personal. No es una ruta que se pueda recorrer sin la gracia y la misericordia divina. Estas siempre vienen mediadas por la comunión eclesial, y tienen la capacidad de transformar profundamente el corazón humano, siempre que el hombre se deje mirar y tocar cooperando a la acción divina.

56 El libro de referencia es: A. Auer, Autonome Moral und Christlicher Glaube, Patmos, Düsseldorf 1971. 57 A. Auer, “Es la Iglesia, hoy en día, todavía ‘éticamente habitable’”,en D. Mieth (ed.), La teología moral, ¿en fuera de juego? Una respuesta a la encíclica “Veritatis splendor”, Herder, Barcelona 1995, 335-357. 58 A. Auer, art. cit., 355. 59 A. Auer, “¿Es la Iglesia, hoy en día, todavía “éticamente habitable”?”, en Aa. Vv., La teología moral en fuera de juego. Una respuesta a la encíclica “Veritatis splendor”, Herder, Madrid 1995, 354.

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Entrevista a Pierpaolo Donati, profesor del Instituto Juan Pablo II para la familia

El Estado favorece

el individualismo y penaliza la solidaridad

JUAN P ABLO II PENSABA LA FAMILIA COMO UNA ALTERNATIVA A ESTA CONTRAPOSICIÓN, DERECHA E IZQUIERDA, COMUNISMO Y LIBERALISMO, DE FORMA TAL QUE LA FAMILIA CONSTITUIRÍA EL PILAR BÁSICO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA SOCIEDAD, UNA SOCIEDAD DE LA SOLIDARIDAD, O, EN PALABRAS DE PABLO VI, UNA CIVILIZACIÓN DEL AMOR.

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E

l profesor del departamento de Sociología y Derecho de la Economía de la Universidad de Bolonia, Pierpaolo Donati, es uno de los sociólogos más reconocidos en el ámbito de la sociología de la familia, y ha desarrollado un nuevo enfoque en las ciencias sociales llamado “sociología relacional”. Ha publicado 102 libros y cerca de 600 ensayos, artículos e informes de investigación. Es también integrante de la Junta de Departamento y director del Centro Studi y Ricerche sulla Innovazione Sociale (CESIS) y director de diversas revistas, destacando Sociologia e Politiche Sociali, de la que también es fundador. Ha participado en diversos comités e instituciones vinculadas al desarrollo social y la familia, siendo el más reciente su cargo de director del Observatorio estatal de la familia, de la Presidencia del Consejo de Ministros, en Roma, entre 2004 y 2013. En 1994 recibió un reconocimiento de la ONU como miembro experto distinguido en el curso del Año Internacional de la Familia. Mantiene una estrecha relación de colaboración con el Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, que además le otorgó el título de doctor honoris causa en matrimonio y familia.

HUMANITAS Nº 79 pp. 140 - 149


En mayo recién pasado visitó por primera vez Chile, invitado por el Centro UC de la Familia con motivo de la publicación y traducción de su libro «La política de la familia, por un welfare relacional y subsidiario»; en su visita aprovechó de dictar distintas conferencias relacionadas con las políticas familiares y se dio tiempo para conversar con revista Humanitas y explicar sus ideas fundamentales. —El Pontificio Instituto Juan Pablo II fue creado en 1981 por el mismo Papa, ahora canonizado. Eso sucedió en tiempos de la Guerra Fría, un contexto que afectaba a la familia de manera radicalmente distinta al contexto actual: ya cayó el muro de Berlín y este fenómeno podría interpretarse como el triunfo de la sociedad libre. ¿Fue este también un triunfo para la familia? —No, claro que no. El Instituto Juan Pablo II fue creado en el período de la Guerra Fría, en momentos de contraposición entre el comunismo y el capitalismo. En ese momento, el Papa Juan Pablo II, quien fue el Papa de la familia, tenía claro que la familia era un tema que no podía ser tratado en términos de contraposición entre una economía comunista y otra de mercado libre de tipo occidental. Él pensaba la familia como una alternativa

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LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN HA SIGNIFICADO LA MUERTE DEL COMUNISMO COMO IDEOLOGÍA TOTALITARIA, PERO TAMBIÉN EL SURGIMIENTO DE LOS NUEVOS DESAFÍOS QUE TRAE EL LIBERALISMO OCCIDENTAL. EN EL LIBERALISMO OCCIDENTAL HAY VALORES IMPORTANTES, COMO LA LIBERTAD, PERO EL PROBLEMA ES QUE ESTE CONCEPTO DE LIBERTAD NO HA SIDO BIEN ENTENDIDO (…)

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a esta contraposición, derecha e izquierda, comunismo y liberalismo, de forma tal que la familia constituiría el pilar básico para la construcción de una nueva sociedad, una sociedad de la solidaridad, o, en palabras de Pablo VI, una civilización del amor. Para Juan Pablo II la familia es el paradigma de una sociedad de relaciones sociales, humanas, interpersonales, cuya base es el don gratuito, la reciprocidad, el reconocimiento del otro, la solidaridad. En ella está depositada la capacidad de construir formas sociales que no son ni capitalistas ni comunistas en el sentido clásico. Está claro que la caída del muro de Berlín para el Papa significó la victoria de la antropología cristiana, de la antropología relacional por sobre la ideología totalitaria del comunismo. Pero esto no quería decir que se debía entrar en el campo del liberalismo capitalista occidental. La idea era que la familia pudiese ser la expresión de un paradigma antropológico relacional, donde la relación familiar se comprende como constitutiva y expresión de la riqueza humana. El Papa no pretendía impulsar una tercera vía entre comunismo y liberalismo, sino poner el problema de la antropología y del futuro de la sociedad en otro plano, a otro nivel, no en una mediación entre dos polos. La caída del muro de Berlín ha significado la muerte del comunismo como ideología totalitaria, pero también el surgimiento de los nuevos desafíos que trae el liberalismo occidental. En el liberalismo occidental hay valores importantes, como la libertad, pero el problema es que este concepto de libertad no ha sido bien entendido: el desafío está en convertir la libertad negativa, es decir, la libertad «de» algo, en la libertad positiva, en libertad para un proyecto, para algo positivo. En la libertad positiva la familia es la estrella polar, es la primera fuerza, la primera esfera social porque ella es la fuente de las virtudes públicas, la raíz de la sociedad, aquello que llamamos el capital humano, social y espiritual de la sociedad. Si uno quiere cambiar la sociedad, tener un proyecto de sociedad con dimensión humana, tiene que partir desde la familia, tiene que cambiarla desde el núcleo fundamental, desde lo que es


la raíz. La familia es esa semilla que puede desarrollar las raíces de la sociedad, no hay otra forma social que pueda hacer esto, no tiene sustitutos funcionales. —El problema de la libertad negativa podría estar vinculado al problema del individualismo, del cual mucho se ha hablado en la Iglesia en el último tiempo. ¿Qué comentario tiene sobre este diagnóstico? —En mi opinión esta difusión del individualismo se debe a las instituciones mismas. Se trata de un individualismo institucionalizado, es decir, es el mismo Estado y las instituciones públicas las que favorecen el individualismo, pues penalizan la solidaridad y premian las conductas individualistas. No es que los individuos hoy opten por tener comportamientos individualistas, sino que las instituciones mismas, las leyes, el sistema fiscal, el sistema tributario, escolar, sanitario, premian a los individuos como individuos y penalizan las relaciones sociales como el matrimonio o la tenencia de hijos. Lo que hay que cambiar son las instituciones, es decir, éstas tienen que cambiar los criterios con los cuales operan desde el punto de vista de los beneficios y servicios, tienen que premiar la solidaridad, lo que significa premiar aquellas acciones que toman responsabilidades sociales. Reconocer desde el punto de vista de las instituciones a la familia y a las relaciones solidarias es lo único que puede contrastar con lo que llamamos el individualismo institucionalizado. En el plano de la familia, dado que las instituciones premian al individuo como tal y no a la solidaridad, la sustancia de la familia, que es ser una relación de reciprocidad, de cooperación, de solidaridad, se destruye poco a poco, hay una opresión sobre la familia desde las instituciones públicas, desde el Estado y sus aparatos. Hay un proceso de desfamiliarización de la sociedad, es decir, la sociedad premia a los individuos en la medida en que los individuos se hacen independientes de las relaciones familiares. Esto significa neutralizar a la familia.

(…) EL DESAFÍO ESTÁ EN CONVERTIR LA LIBERTAD NEGATIVA, ES DECIR, LA LIBERTAD «DE» ALGO, EN LA LIBERTAD POSITIVA, EN LIBERTAD PARA UN PROYECTO, PARA ALGO POSITIVO. EN LA LIBERTAD POSITIVA LA FAMILIA ES LA ESTRELLA POLAR, ES LA PRIMERA FUERZA, LA PRIMERA ESFERA SOCIAL PORQUE ELLA ES LA FUENTE DE LAS VIRTUDES PÚBLICAS, LA RAÍZ DE LA SOCIEDAD, AQUELLO QUE LLAMAMOS EL CAPITAL HUMANO, SOCIAL Y ESPIRITUAL DE LA SOCIEDAD.

—¿Solo son las instituciones las que deben cambiarse o también es importante cambiar la cultura, el corazón de las personas? —Está claro que los corazones son importantes, pero si las

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RECONOCER DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LAS INSTITUCIONES A LA FAMILIA Y A LAS RELACIONES SOLIDARIAS ES LO ÚNICO QUE PUEDE CONTRASTAR CON LO QUE LLAMAMOS EL INDIVIDUALISMO INSTITUCIONALIZADO. (…)

estructuras mantienen esta actitud y trabajan prácticamente e institucionalmente para premiar a aquellos que no tienen el corazón de la familia, aquellos que sí tienen el corazón de la familia, ¿qué pueden hacer? Hay un problema muy grande porque la familia está sufriendo, ya que no está siendo reconocida como familia. Claro que el corazón es importante, pero el corazón tiene que ser sostenido y apoyado por las instituciones. Si no hay un reconocimiento institucional, ¿qué pasa? Pasa que el matrimonio deviene una cuestión de afecto y nada más, es una cosa que se privatiza más y más. Si no hay reconocimiento institucional, hay un proceso de privatización de la familia que es, finalmente, la muerte de la familia. —De acuerdo con su diagnóstico los estados, a través de sus políticas familiares, han tenido una actitud neutral frente a la familia, buscando no dar muchas definiciones de la misma y dejando que estas se autoconstituyan individualmente. ¿Nos podría explicar su análisis de las políticas familiares existentes hoy en día? —En las décadas pasadas había tres modelos de política

Conferencia del profesor Pierpaolo Donati, en el Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, organizado por el Centro UC de la Familia y revista Humanitas.

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familiar, de definición de la familia y de programas para la familia, que son el modelo liberal, típico de Estados Unidos; el modelo socialista, presente en los países escandinavos y de los países «comunistas»; y el modelo corporativo, de origen alemán, realizado desde el gobierno de Von Bismarck. Los tres tienen diferencias fundamentales; sin embargo, el modelo socialista y el modelo liberal se parecen en el hecho de que ninguno de los dos tiene una definición institucional de la familia. El modelo corporativo reconoce un poco más a la familia, tiene una definición institucional de familia, pero la reconoce limitadamente, pues la reconoce enmarcada en el contexto del trabajo y no dice nada respecto de aquellos que se encuentran fuera del ámbito laboral: el bienestar está conectado a la profesión. Estas políticas familiares son limitadas en términos de equidad social, de distribución. Las mujeres que realizan trabajo doméstico no reciben nada. —Las formas de familia son cada vez más heterogéneas. En Chile, por ejemplo, se ha tenido un gran crecimiento de los hogares con mujeres solas a cargo de sus hijos y una disminución de los matrimonios. ¿Cómo hacer coincidir este pluralismo con la necesidad que usted plantea de definición institucional de la familia? —El pluralismo yo lo entiendo como diversidad en las maneras en que el genoma de la familia puede actualizarse. El genoma de la familia, su ADN, es el don, la reciprocidad, la sexualidad de la pareja y la generatividad. Este ADN puede realizarse de maneras diferentes. Por ejemplo, las parejas pueden tener diferentes arreglos a la hora de dividirse el trabajo doméstico y extradoméstico, se pueden tener más o menos hijos, se puede dar una relación más solidaria entre los miembros o más autónoma. Para mí esto es pluralismo. El hombre y la mujer pueden tener diferentes roles, pero lo importante es que haya una pareja, es decir, un vínculo familiar entre un hombre y una mujer. Las familias con madres solas, por ejemplo, también son familias, pero esta es una forma débil de familia; de hecho, esta es la forma más débil de la sociedad. Por lo mismo, la sociedad tiene que aumentar los gastos para estas familias, pues tienen muchísimas necesidades. Entonces, las formas débiles constituyen un cierto pluralismo, pero

(…) DADO QUE LAS INSTITUCIONES PREMIAN AL INDIVIDUO COMO TAL Y NO A LA SOLIDARIDAD, LA SUSTANCIA DE LA FAMILIA, QUE ES SER UNA RELACIÓN DE RECIPROCIDAD, DE COOPERACIÓN, DE SOLIDARIDAD, SE DESTRUYE POCO A POCO, HAY UNA OPRESIÓN SOBRE LA FAMILIA DESDE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS, DESDE EL ESTADO Y SUS APARATOS.

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este pluralismo debe entenderse bien. Hay un pluralismo solidario, que constituye un recurso para la sociedad; y hay otro pluralismo que es un problema para la sociedad, es una condición de debilidad que la sociedad tiene que colmar. Por lo tanto, pluralismo sí, pero con la idea de que debe ser manejado de tal manera que las formas débiles y fracturadas puedan llegar a ser más sólidas.

SI NO HAY UN RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL, ¿QUÉ PASA? PASA QUE EL MATRIMONIO DEVIENE UNA CUESTIÓN DE AFECTO Y NADA MÁS, ES UNA COSA QUE SE PRIVATIZA MÁS Y MÁS. SI NO HAY RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL, HAY UN PROCESO DE PRIVATIZACIÓN DE LA FAMILIA QUE ES, FINALMENTE, LA MUERTE DE LA FAMILIA.

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—Usted plantea en su libro que el análisis que realiza está relacionado a su vez con propuestas concretas de acción. ¿Podría explicarnos, a grandes rasgos, en qué consiste su propuesta de política familiar? —El centro de la propuesta consiste en primer lugar en que la sociedad tiene que reconocer a la familia y tratarla de una manera proporcional a sus responsabilidades sociales. Es decir, la sociedad tiene que distinguir entre las formas familiares que no toman responsabilidades sociales respecto a las otras que toman más responsabilidades. Entonces hay que diseñar las políticas públicas de manera que las formas que toman más responsabilidades entre los miembros y hacia la sociedad sean premiadas y no penalizadas. Porque ahora pasa lo contrario. El segundo principio de mi propuesta es el de subsidiariedad. Es decir, que el Estado no debe sustituir a la familia en sus tareas, sino que debe ayudarla. El Estado tiene que ayudar a la familia a hacer lo que esta tiene que hacer, no sustituyendo, colectivizando o publicitando las funciones de la familia, sino ayudar sosteniendo a la familia a través de las condiciones que ofrece. Hay que poner las condiciones para que las familias puedan hacer elecciones proporcionadas a sus necesidades. El tercer principio es la necesidad de un welfare relacional. El bienestar de la familia consiste en sus relaciones; por lo tanto, las políticas públicas tienen que direccionarse a las relaciones y no a los individuos como tales. Esto quiere decir que el Estado tiene que enfocar sus políticas familiares de manera de reforzar, promover y favorecer las relaciones familiares y no a los individuos como individuos. Son las relaciones las que hacen a la familia, que influyen sobre el bienestar de los miembros. Está claro que el hijo será mejor educado en la medida


que funciona la relación entre sus padres. Si la relación entre sus padres no funciona bien, el hijo tendrá muchos problemas; aunque no sea consciente de ello, el hijo siente y percibe la relación entre los padres y vive las consecuencias de esta relación. —La tradición social católica, especialmente con Juan Pablo II, ha tocado ampliamente el concepto de subjetividad social. Usted en su libro habla de subjetividad social de la familia e incluso de una “ciudadanía de la familia”. ¿Por qué hablar de subjetividad de la familia constituye un factor tan relevante en su propuesta? —La sustancia de lo que es ser sujeto social se encuentra en la tradición católica, pero el término aplicado a la familia apareció con Juan Pablo II. Que la familia sea sujeto quiere decir que es una persona moral, esta es la base de lo que llamo «ciudadanía de la familia», porque ciudadanía significa la tenencia de un complejo de derechos y deberes frente a la comunidad política. ¿Qué quiere decir sujeto? Sujeto quiere decir una persona moral en el sentido que no es una persona individual, sino colectiva. ¿Por qué es social? Social significa relacional, significa que esta persona moral está constituida relacionalmente. ¿Por qué tiene subjetividad la empresa? La empresa tiene una subjetividad porque es una persona moral frente a la sociedad, tiene que dar cuenta de lo que hace, tiene un problema de responsabilidad social para el ambiente y para la comunidad social. Nosotros decimos entonces que la empresa es una entidad jurídica como empresa, tiene

EL ESTADO TIENE QUE ENFOCAR SUS POLÍTICAS FAMILIARES DE MANERA DE REFORZAR, PROMOVER Y FAVORECER LAS RELACIONES FAMILIARES Y NO A LOS INDIVIDUOS COMO INDIVIDUOS. SON LAS RELACIONES LAS QUE HACEN A LA FAMILIA, QUE INFLUYEN SOBRE EL BIENESTAR DE LOS MIEMBROS. ESTÁ CLARO QUE EL HIJO SERÁ MEJOR EDUCADO EN LA MEDIDA QUE FUNCIONA LA RELACIÓN ENTRE SUS PADRES.

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responsabilidad como empresa, tiene subjetividad. ¿Y por qué no lo decimos de la familia? La sustancia de la familia es ser relación. Lo que constituye a una familia no es una vivienda, un lugar físico, un patrimonio económico... aunque sean importantes. Desde un punto de vista antropológico y sociológico se puede ser familia sin nada de esto, porque hay una relación. Casi nadie piensa en estos términos...

QUE LA FAMILIA SEA SUJETO QUIERE DECIR QUE ES UNA PERSONA MORAL, ESTA ES LA BASE DE LO QUE LLAMO «CIUDADANÍA DE LA FAMILIA», PORQUE CIUDADANÍA SIGNIFICA LA TENENCIA DE UN COMPLEJO DE DERECHOS Y DEBERES FRENTE A LA COMUNIDAD POLÍTICA. (…)

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—¿Por qué nadie piensa en esos términos? —Porque no piensan relacionalmente, porque no se ven las relaciones. De aquí la importancia de la teoría relacional de la sociedad. La sociología relacional. Hay que formar una cultura nueva que vea y maneje las relaciones. Vemos a los individuos y a las instituciones, ¿pero somos capaces de ver las relaciones entre las personas? Si un miembro de la familia está hospitalizado, podemos decir que la familia es un sujeto social del hospital. Esto se comprende muy bien en el caso del nacimiento de un hijo, en el parto; hacer participar al padre en el parto es una manera de ver a la familia dentro del hospital. Esta idea de la familia como sujeto social quiere decir que cuando el miembro de la familia está en la escuela, en una asociación, en un partido político, ahí está la familia presente como sujeto social. Esto es muy importante en el caso de las empresas. En este caso decir que la familia es sujeto social significa que la empresa está hecha por el empresario, la organización, los medios, pero también por la familia. Este es el desafío de la conciliación familia y trabajo o, como digo yo, de los contratos relacionales. Los contratos relacionales son contratos que no solamente explicitan el salario o las normas contractuales, sino también incluyen a la familia del trabajador. Incluir a la familia es tomar en cuenta si el trabajador es joven con hijos pequeños, o si tiene personas ancianas a quienes cuidar. Cada trabajador tiene necesidades muy diferentes y todas estas necesidades familiares, adaptadas al trabajador, dan cuenta de una personalización de los servicios en función del hecho de que el trabajador tiene una familia y la familia es un sujeto. Si se hace esto, el trabajador trabaja mejor, hay


un mejor clima laboral, hay mayor fidelización con la empresa. Esta es una inversión para la empresa. La familia es parte del ambiente humano de la empresa, que la empresa debe procurar no destruir. —Finalmente, ¿nos podría contar cómo usted ha llegado a producir una sociología totalmente nueva que dialoga con la mirada cristiana de la sociedad? —Yo soy sociólogo, me interesa hacer sociología, que es una ciencia de la sociedad, me interesa comprender la sociedad y explicar los fenómenos sociales. Esta es mi primera intención al hacer sociología. Creo que hay que basarse en la racionalidad del conocimiento, darse cuenta de lo que pasa en términos humanos. Pero está claro que la doctrina católica, la teología y sus contenidos no son algo incomparable con la investigación sociológica. Pueden ser un recurso para la sociología. Yo tomo la teología como una especie de hipótesis que tengo que verificar dentro de los hechos sociales. Yo no hago lo que muchos católicos hacen separando radicalmente ambas esferas. Muchos sociólogos católicos con la voluntad quieren transformar instituciones como el matrimonio, pero eso es un error, pues no comprenden que las instituciones son verdaderos fenómenos sociales. La Iglesia no puede no decir la verdad respecto a lo que sucede en la sociedad.

(…) ¿QUÉ QUIERE DECIR SUJETO? SUJETO QUIERE DECIR UNA PERSONA MORAL EN EL SENTIDO QUE NO ES UNA PERSONA INDIVIDUAL SINO COLECTIVA. ¿POR QUÉ ES SOCIAL? SOCIAL SIGNIFICA RELACIONAL, SIGNIFICA QUE ESTA PERSONA MORAL ESTÁ CONSTITUIDA RELACIONALMENTE.

Entrevista realizada por SOFÍA BRAHM

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El vacío constitucional POR ANDRÉS OLLERO TASSARA

Aparte de la conferencia pronunciada en la Universidad Rey Juan Carlos, en Madrid, por el académico Andrés Ollero Tassara, miembro del Tribunal Constitucional español. El autor pone a luz los vacíos culturales y morales que enervan, en el contexto presente, los procesos jurídicos y constitucionales.

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euerbach, en su libro “La Esencia del cristianismo” de 1848, indica que no es Dios quien ha creado al hombre a su imagen, sino que es el hombre, en un intento cobarde y apocado de superar sus miedos y limitaciones, el que ha creado una imagen a la que llama Dios, para superarlos. De ahí que cuanto más engrandece el hombre a Dios, más se empobrece a sí mismo. La izquierda hegeliana consolidará ese planteamiento que en el fondo alimenta, de manera más o menos consciente, al laicismo actual. La religión en la vida pública no pinta nada; incluso no solo no pinta nada, sino que estorba y es perturbadora. Curiosamente el último documento que ha publicado la Comisión Teológica internacional de la Iglesia Católica (en 2014) tiene un título que puede dejar asombrado, porque habla de la realidad trinitaria y de la relación entre religión y violencia. Sale al paso de autores que abordan la cuestión desde una perspectiva particularmente anti-religiosa. Para ellos, el monoteísmo lleva inevitablemente a un fundamentalismo que deriva hacia la violencia. De ahí que se ofrezca una argumentación teológica de por qué eso no es así. Si se parte de la idea de que negar a Dios es obligado para ser realmente humanos, evidentemente la consecuencia socio-política sería fácil.

Laicidad y ley natural: cognitivismo ético En el fondo la laicidad hay que vincularla, inevitablemente, a lo que los clásicos llamaron ley natural; o sea, a lo que de manera más técnica llamaríamos cognitivismo ético. Implica admitir que hay exigencias éticas con una realidad objetiva, racionalmente cognoscible; no expresan

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simplemente un elemento volitivo, emocional o sentimental, que tiene que ver con lo que uno quiera o desee y no con lo que uno pueda conocer racionalmente. Cuando la ley natural era compartida, de manera general, cumplía una función muy eficaz. En lo relativo a la relación entre religión y violencia, ayudó a superar en Europa las guerras de religión; el derecho natural sirvió de fundamento a un novedoso derecho internacional. El laico Grocio defendió lo aprendido de Francisco de Vitoria, que era un fraile. También la configuración del trato con los habitantes del mundo americano se irá basando en una igualdad iusnaturalista. Al margen de las vicisitudes de la historia concreta, Francisco de Vitoria lo tenía muy claro; de ahí su vanguardismo. También si hoy apareciera un selenita habría que plantearse si le afecta o no la Declaración de Derechos Humanos. El problema es que ha entrado en crisis esa capacidad de El derecho expresa encuentro. En la posguerra la querencia fenomenológica un mínimo ético, convirtió el derecho natural en Natur der Sache (naturale- indispensable para que za de la cosa), pero se estaba hablando de lo mismo: una podamos convivir. realidad cognoscible racionalmente, que debe controlar El “no matar” no es un cómo se ejercita el poder. En las constituciones que se maximalismo moral, promulgan después de la segunda guerra mundial, tras sino que pertenece a ese la triste experiencia del Holocausto, se da un giro muy mínimo ético; no es un relevante: los derechos no hay ya que entenderlos en el maximalismo ético de no marco de las leyes, entendiendo por derechos lo que las se sabe qué religión, sino leyes nos concedan, sino que son las leyes las que deben un mínimo ético para ser interpretadas en el marco de los derechos. Para eso que todos mantengamos están los tribunales constitucionales, que dictaminarán la cabeza en su sitio. que una ley es nula si vulnera el contenido esencial de un derecho. Por supuesto que eso, si no se es iusnaturalista, resulta difícilmente inteligible. De todas maneras, todo el mundo parece entenderlo muy bien, porque hoy día resulta más conveniente mostrarse contradictorio que parecer iusnaturalista. Benedicto XVI ante el Bundestag (2011) dijo una frase que me impresionó, porque yo di mis primeros pasos en la docencia universitaria dando clases de derecho natural, que es como se llamaba entonces la asignatura conocida hoy como Teoría del Derecho. Dijo: “Después de la Segunda Guerra mundial, y hasta la formación de nuestra Ley Fundamental, la cuestión sobre los fundamentos de la legislación parecía clara. En el último medio siglo se produjo un cambio dramático de la situación. La idea del derecho natural se considera hoy una doctrina católica más bien singular, sobre la que no vale la pena discutir fuera del ámbito católico, de modo que casi nos avergüenza hasta la sola mención del término.”

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Esto dicho por un profesor de la categoría de Benedicto XVI, entonces Papa y hoy Papa Emérito, impresiona. Y esto ¿a qué se ha debido? Pienso que a dos factores: en primer lugar, a que nos encontramos con una ley natural cuya interpretación parece monopolizada por representantes de lo sobrenatural. Esto empieza a complicar la cuestión. En la Iglesia católica se entiende que la jerarquía, el magisterio, es intérprete auténtico de la ley natural; no la inventa ni la crea, pero fija su interpretación adecuada. Esto produce un solapamiento de lo natural y lo sobrenatural que genera cierta complicación. Si la ley natural parece elevarse más allá de lo natural, mal asunto. Por ejemplo, puede invitar al ciudadano a pensar que “no matar” es un precepto moral muy importante; que “no robar” es un precepto moral muy importante; “no mentir” sería otro precepto moral de importancia. Todos tan importantes moralmente como para que el derecho deba apoyar coactivamente su observancia práctica. Eso no lo veo tan claro. El hecho de que en el Sinaí se hablara de “no matar”, no quiere decir que se enunciara un precepto moral; se trataba de un precepto jurídico-natural. La moral nos invita a unas exigencias maximalistas que nos lleven a la perfección. El derecho, por el contrario, expresa un mínimo ético, indispensable para que podamos convivir. El “no matar” no es un maximalismo moral, sino que pertenece a ese mínimo ético; no es un maximalismo ético de no se sabe qué religión, sino un mínimo ético para que todos mantengamos la cabeza en su sitio. Lo que ocurre es que, aparte de expresar un mínimo ético, es indispensable para convivir; esto es lo que genera una obligación moral. A nadie puede extrañar que todo maximalismo ético comience por respetar el mínimo ético. El precepto no es jurídico porque sea muy relevante moralmente; se ve acompañado por una obligación moral como consecuencia de su importancia jurídica; porque sin respetarlo no se puede convivir y estamos moralmente obligados a convivir con los demás. Situado en esta confusión, el católico radical exige que sea la jerarquía la que dé la cara cuando la ley natural sea cuestionada; se queja de que el obispo no habla, el obispo no dice; el obispo o el Papa... Se refugia en un puro clientelismo. Por otra parte, cuando la jerarquía cumple su obligación, que es instruir a sus fieles, nunca faltan otros ciudadanos que los acusan de estar practicando un intrusismo político, al ocuparse de algo más que de decir misa. Añadamos a esto que se ha secularizado el fundamento de la dignidad humana. El mismo Grocio ya plantea que habría que obedecer al derecho natural, aunque Dios no existiera... De ahí pasamos a un decaimiento de la ilustración, de la Aufklärung, que es lo que preocupa tanto a Habermas como a Ratzinger; por eso se pusieron de acuerdo con

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tanta facilidad en algunos aspectos. El problema es hoy en día que no parece haber nadie capaz de fundamentar racionalmente la dignidad humana. No es pequeño problema. La dignidad humana se ha convertido en un concepto vacío; algo que no significa nada. No es de extrañar que se soliciten derechos para los animales; si más de uno acaba tratando a su pareja como a un animal de compañía, o a los hijos (deseados, por supuesto) como si fueran su mascota. Pretender desde tal planteamiento que los animales tengan derechos, me parece un alarde de coherencia.

Pretendida neutralidad del laicismo El laicista suele erigirse en paladín de una presunta neutralidad. Nos habla de un ámbito —al que llama ética pública— que todos debemos compartir. No tendría nada que ver con la religión, que sería un capricho privado; cada uno en su casa que practique la que quiera. A esto es a lo que llamo nacional-laicismo, porque se alimenta de los complejos derivados de la condena del nacional-catolicismo franquista. De ahí surge la expulsión de lo religioso del ámbito público, e incluso actitudes inquisitoriales claramente antidemocráticas. No es raro que en el debate público, si alguien propone que la vida del no nacido debe ser respetada, le repliquen: “eso lo dirá usted porque es católico”. De acuerdo con el citado epígrafe a nadie le importa si yo soy católico o no. Si yo utilizara un argumento religioso, sería lógico que se considerara que no viene a cuento; pero, si no lo utilizo, nadie puede descalificarme por el hecho de ser creyente. Eso sería una clara discriminación por razón de religión, opuesta a la Constitución.

Se ha secularizado el fundamento de la dignidad humana. De ahí pasamos a un decaimiento de la ilustración, de la Aufklärung, que es lo que preocupa tanto a Habermas como a Ratzinger; por eso se pusieron de acuerdo con tanta facilidad en algunos aspectos. El problema es hoy en día que no parece haber nadie capaz de fundamentar racionalmente la dignidad humana.

Tres autores no-católicos He escogido tres autores, ninguno de ellos católico, para ver cómo intentan solucionar estas cuestiones. John Rawls se convirtió en máximo exponente de la ética y filosofía política norteamericanas. No es nada laicista, ya que muestra mucho sentido común. Lo que no comparte son planteamientos metafísicos, incluida la ley natural en su versión clásica. Entiende que hemos de fundamentar nuestros planteamientos éticos en un consenso solapado, en el sentido de entrecruzado. Debemos armonizar lo que él llama doctrinas

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«Rawls, aunque rechaza lo que llama el celo por la verdad absoluta, lo que rehúye es que una única concepción del mundo domine en toda la sociedad. Defiende la primacía de la consensuada “razón pública”.»

comprehensivas, o sea, visiones globales de la realidad y de la existencia humana, concepciones del mundo. Es preciso entrecruzarlas y tejer un consenso cuyo resultado sería la razón pública. ¿Quién es el intérprete de la razón pública?, ¿el Arzobispo de Nueva York?: no. Para él, el intérprete de la razón pública será en su país el Tribunal Constitucional, o sea, el Tribunal Supremo. Las religiones en Norteamérica son muchas; no es como aquí, que hablar de religión es hablar de determinados obispos, siempre los mismos. Aportarán a ese consenso elementos de su ética comprehensiva y enriquecerán así la razón pública. Considera pues que expulsar lo religioso del ámbito público es empobrecer la vida social. Para él, es imposible entender a Martin Luther King y su lucha por los derechos humanos si le obligáramos a prescindir de su religión; era precisamente el motor de sus sueños. Ser creyente no le impedía hacer uso de argumentos perfectamente compartibles por cualquiera con dos dedos de frente. Rawls, aunque rechaza lo que llama el celo por la verdad absoluta, lo que rehúye es que una única concepción del mundo domine en toda la sociedad. Defiende la primacía de la consensuada “razón pública”, a la vez que considera que la existencia de un magisterio eclesiástico en una democracia es algo de lo más normal, que cualquiera que tenga razón, pública o privada, entiende fácilmente. “Cualesquiera que sean las ideas comprehensivas, religiosas, filosóficas o morales,...”; porque él trata por igual esas tres fuentes. Igual de absurdo sería desterrar la religión de lo público como desterrar la filosofía. No tiene sentido que si alguien afirma “creo que esto habría que resolverlo así”, se le puede alegar “es que usted es filósofo”... “Las ideas comprehensivas, religiosas, filosóficas o morales que tengamos, todas son aceptadas libremente, políticamente hablando, pues dada la libertad de culto y la libertad de pensamiento, no puede decirse sino

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que nos imponemos esas doctrinas a nosotros mismos”1. Si un ciudadano quiere asumir una doctrina, ¿cómo se le va a negar esa libertad? ¿Va a tener que imponerse la doctrina de usted?... En el caso de Jürgen Habermas lo que abordará es si las confesiones religiosas pueden aportar razones al debate público. Puede sorprender esta postura. Leí por primera vez a Habermas en 1970 en Alemania, cuando suscribía una teoría crítica marxista. Defendía la necesidad de teorizar movidos por un interés directivo del conocimiento emancipador. Habermas se encuentra ahora ante una sociedad con un déficit ético notable, totalmente economicista. Como era y sigue siendo anticapitalista, parece convencido de que de Wall Street no va a venir la solución de este problema. Aun siendo agnóstico, tiene la esperanza de que sean las religiones las que aporten los necesarios elementos al debate público; para superar, por ejemplo, la legitimación de la eugenesia. Afirma que la posibilidad de elegir el sexo del hijo es una postura antiética por definición. El diagnóstico pre-implantatorio le parece aún más éticamente rechazable que el aborto porque, partiendo de la igualdad de todos los seres humanos, no admite que alguien pueda planificar a otro... El problema no es solo que se estén vulnerando los derechos del otro, sino que se está traicionando nuestra auto-conciencia ética como seres humanos; no se trata de que no se respete la dignidad del feto, es que no respetaríamos la nuestra.

Se muestra muy crítico ante el laicismo. Plantea en qué medida los creyentes están siendo discriminados. Hasta ahora a los únicos

Para él, es imposible entender a Martin Luther King y su lucha por los derechos humanos si le obligáramos a prescindir de su religión; era precisamente el motor de sus sueños. Ser creyente no le impedía hacer uso de argumentos perfectamente compartibles por cualquiera con dos dedos de frente.

1 RAWLS, J.: El liberalismo político. Barcelona, Crítica, 1996, p.257.

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a los que el Estado liberal ha exigido dividir su identidad en privada y pública ha sido a los ciudadanos creyentes. Son ellos los que tienen que aprender a traducir sus convicciones religiosas a un lenguaje secular si aspiran a que sus argumentos encuentren una aprobación mayoritaria; mientras, los agnósticos no tienen que aprender nada. El Estado liberal incurre así en una contradicción cuando imputa a todos los ciudadanos un ethos político, que distribuye de manera desigual las cargas cognitivas entre ellos. La institucionalización de la traducibilidad de las razones religiosas (usted tiene que traducir eso para que yo lo pueda entender) convive con la primacía institucional concedida a las razones de los agnósticos sobre las religiosas. Se exige a los ciudadanos creyentes un esfuerzo «Jürgen Habermas se encuentra ahora de aprendizaje y adaptación que ante una sociedad con un déficit ético se ahorran los ciudadanos agnósnotable, totalmente economicista. Aun siendo agnóstico, tiene la esperanza de ticos. ¿Cuál es su solución?: que que sean las religiones las que aporten aprendan unos y otros. Cuando los necesarios elementos al debate público; para superar, por ejemplo, la Benedicto XVI va a Regensburg, legitimación de la eugenesia». olvidándose de que ya no es Profesor sino Papa, deja entrever que a la Iglesia Católica le ha costado siglos estar en condiciones de dialogar con la modernidad, mientras los islámicos lo tienen difícil; no asumen la ley natural y por tanto les resultará complicado ese diálogo, al no contar con un campo racional que les sirva de punto de encuentro. Mientras él decía esto, Habermas sugiere que también a los agnósticos les queda una tarea pendiente: tienen que hacerse a la idea de que ellos deben a su vez aprender a dialogar con los creyentes. No cabe entender como algo natural y sobreentendido que los ciudadanos agnósticos saben que viven ya en una sociedad post-secular y han superado el laicismo. Todos somos iguales y hay que compartir argumentos. Ajustar sus actitudes epistémicas a la persistencia de comunidades

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religiosas requiere un cambio de mentalidad no menos cognitivamente exigente, para los agnósticos, que la adaptación de la conciencia religiosa a los desafíos de un entorno que se seculariza cada vez más. Con arreglo a los criterios de la Ilustración, los ciudadanos agnósticos han de comprender su falta de coincidencia con las concepciones religiosas, como un desacuerdo con el que hay que contar razonablemente2.

Rechaza en consecuencia todo intento La propuesta de Ronald Dworkin de expulsar a lo religioso del ámbito «es establecer una simetría lo ético y lo económico. público. Es preciso dar paso a un doble entre Al igual que el mercado es aprendizaje. No tiene sentido oponer el resultado de una serie de decisiones individuales, la un tipo de razón, la de los agnósticos, ética pública debería serlo de a las razones religiosas, en virtud del actitudes individuales ajenas a normas impuestas.» supuesto de que las razones religiosas provienen de una visión del mundo intrínsecamente irracional. La razón opera en las tradiciones religiosas igual que en cualquier otro ámbito cultural, incluida la ciencia. Afirmará que el criterio de lo verdadero y lo falso no lo fija la ciencia, sino que esta forma parte de una historia de la razón a la que pertenecen también las religiones. A nivel cognitivo general solo existe una y la misma razón humana; los creyentes no son irracionales. Por último, Ronald Dworkin, desde su individualismo ético mantiene un planteamiento muy distinto de los dos anteriores. Critica a Rawls, en el marco de la polémica de si la mayoría, en una sociedad democrática, puede imponer un determinado modelo ético de concebir la vida, porque le resulte así más fácil desplegar la vida dentro de su concepción del bien3. Va a enfrentarse a lo que considera paternalismo. Consiste en obligar a alguien a hacer algo por su bien; prefiere que de su bien se ocupe cada cual. Lo lleva al extremo porque, como es

2 HABERMAS, J.: La religión en la esfera pública. Los presupuestos cognitivos para el ‘uso público de la razón’ de los ciudadanos religiosos y seculares en “Entre naturalismo y religión”, Barcelona, Paidós, 2006, p.147. 3 DWORKIN, R.: Virtud soberana. La teoría y la práctica de la igualdad, Barcelona, Paidós, 2003, p.169, nota 23.

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individualista, llega a defender que en un debate sobre el aborto los varones no tienen nada que decir, hasta que no demuestren haberse quedado embarazados; lo cual hoy por hoy sigue siendo un poco complicado. Esto revela que ha perdido todo sentido de lo social; ante la realidad de que cabe eliminar a seres humanos, a mí me tiene que traer sin cuidado. El que, por ejemplo, casi no haya ya niños con síndrome de Down en España no es algo que me deba afectar. Considera que Rawls está influido por algunos filósofos y sociólogos que afirman que solo se puede llevar una vida verdaderamente deseable en un ambiente de homogeneidad moral, y quizás incluso religiosa; lo que le parece fatal. Su propuesta es establecer una simetría Todos somos iguales entre lo ético y lo económico. Al igual que el mercado es el y hay que compartir resultado de una serie de decisiones individuales, la ética argumentos. Ajustar pública debería serlo de actitudes individuales ajenas a sus actitudes epistémicas a la normas impuestas. Si establecemos un paralelismo con persistencia de el entorno ético, tenemos que rechazar la afirmación de comunidades religiosas que la teoría democrática atribuye a la mayoría el control requiere un cambio total de ese entorno. Debemos insistir que en el entorno de mentalidad no ético, como en el económico, es producto de decisiones 4 menos cognitivamente individuales de las personas . Lo complement a rá con ot ro det a l le, t a mbién exigente, para los economicista, al aludir a las externalidades: entre las agnósticos, que la adaptación de la preferencias que tienen los ciudadanos hay unas persoconciencia religiosa a los nales, que tienen que ver con sus problemas individuales, desafíos de un entorno mientras que hay otro tipo de preferencias, que él rechaza, que se seculariza cada relativas a cuestiones impersonales5, que no le afectan vez más. directamente, por lo que no deberían tenerse en cuenta. * Ver página 498 “Notas sobre el proceso constituyente en Chile”, por José Luis Cea Egaña.

4 DWORKIN, R.: Virtud soberana, op. cit., pág. 234. 5 Ibídem, p.27.

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La formación del Papa Francisco pasó también por Don Bosco POR JORGE MARIO BERGOGLIO SJ

Bicentenario del nacimiento de Don Bosco

La vida en el colegio era “un todo”

El 20 de octubre de 1990 Jorge Mario Bergoglio escribió desde Córdoba (Argentina) una larga carta al salesiano Cayetano Bruno, el historiador de la Iglesia argentina, para recordar a Enrique Pozzoli, el salesiano amigo de la familia que lo había bautizado el 25 de diciembre de 1936. En estos fragmentos Bergoglio habla de “sus recuerdos salesianos”, en concreto del año 1949, cuando él tenía 13 años y asistía al colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles en Ramos Mejía, en su ciudad de Buenos Aires.

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i experiencia más fuerte con los salesianos fue en el año 1949, cuando cursé como interno el sexto grado en el colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, en Ramos Mejía (…). Me cuesta hacer

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una descripción parcial de diversos aspectos del colegio, simplemente porque muchas veces he reflexionado sobre ese año de vida y, poco a poco, se fue configurando la reflexión de conjunto, que es la que quisiera compartir aquí. Soy consciente de que será algo intelectualizado quizás, sin la frescura de la anécdota simple, pero —por otra parte— también sé que esta visión de conjunto es la que fui elaborando yo, y nace de mi experiencia: es objetiva a mi juicio”. La vida de colegio era “un todo”. Uno se sumergía en una trama de vida, preparada como para que no hubiera tiempo ocioso. El día pasaba como una flecha sin que uno tuviera tiempo de aburrirse. Yo me sentía sumergido en un mundo, el cual si bien era La vida de colegio era preparado “artificialmente” (con recursos pedagógicos), “un todo”. Uno se no tenía nada de artificial. Lo más natural era ir a misa sumergía en una trama a la mañana, como tomar desayuno, estudiar, ir a clases, de vida, preparada jugar en los recreos, escuchar las “Buenas noches” del como para que no padre Director. A uno le hacían vivir diversos aspectos hubiera tiempo ocioso. ensamblados de la vida, y eso fue creando en mí una El día pasaba como conciencia: conciencia no solo moral, sino también una una flecha sin que especie de conciencia humana (social, lúdica, artística, uno tuviera tiempo etc.). Dicho de otra manera: el colegio creaba, a través del de aburrirse. Yo me despertar de la conciencia en la verdad de las cosas, una sentía sumergido en cultura católica que nada tenía de “beata” o “despitada”. El un mundo, el cual si estudio, los valores sociales de convivencia, las referencias bien era preparado sociales a los más necesitados (recuerdo haber aprendido “artificialmente” (con recursos allí a privarme de cosas para darlas a la gente más pobre pedagógicos), no tenía que yo), el deporte, la competencia, la piedad… todo era nada de artificial. real y todo formaba hábitos que, en su conjunto, plasmaban un modo de ser cultural. Se vivía en este mundo pero abierto a la trascendencia del otro mundo. A mí me resultó más fácil luego en la secundaria hacer la “transferencia” (en sentido pedagógico) a otras realidades. Y esto simplemente porque las realidades vividas en el colegio las había vivido bien: sin distorsiones, con realismo, con sentido de responsabilidad y horizonte de trascendencia. Esta cultura católica es —a mi juicio— lo mejor que he recibido en Ramos Mejía. Todas las cosas se hacían con un sentido. No había “sin sentidos” (al menos en el orden fundamental; porque accidentalmente había impaciencias de algún educador o pequeñas injusticias cotidianas, etc.). Yo aprendí allí, inconscientemente casi, a buscar el sentido a las cosas. Uno de los momentos clave de esto, de aprender a buscar el sentido a las cosas, eran las “Buenas noches” que habitualmente daba

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el padre Director. A veces lo hacía el padre Inspector, cuando pasaba por el colegio. Al respecto recuerdo una, como si fuera hoy, que dio Mons. Miguel Raspanti, inspector en ese entonces. Sería a principios de octubre del 49. Había viajado a Córdoba porque su mamá había muerto, el 29 de septiembre. A su regreso nos habló de la muerte. Ahora, a los casi 54 años, reconozco que esa platiquita nocturna es el punto de referencia de toda mi vida posterior respecto al problema de la muerte. Esa noche, sin sustos, sentí que algún día yo iba a morir y eso me pareció lo más natural. Cuando, uno o dos años después, me enteré de cómo había muerto el padre Isidoro Holowaty, cómo había aguantado por mortificación tantos días el dolor de vientre (él era enfermero) hasta que un miércoles, cuando el padre Una dimensión que Pozzoli fue a confesar a los salesianos de allí, le ordenó que creció mucho en mis viera al médico; bueno, al enterarme de esto me pareció años posteriores al lo más natural que un salesiano muriera así, ejercitando año de colegio fue mi virtudes. Otra “Buenas noches” que hizo mella fue una capacidad de sentir que dio el padre Cantarutti sobre la necesidad de pedir bien; y me di cuenta de a la Santísima Virgen para acertar en la propia vocación. que la base fue puesta Recuerdo que esa noche fui rezando intensamente hasta en el año de internado. el dormitorio (se debió notar algo porque dos días des- Allí me educaron pués el padre Avilés me hizo un comentario de paso)… el sentimiento. Los y, después de esa noche, nunca me dormí si no rezando. salesianos tienen una Era un momento psicológicamente apto para dar sentido especial habilidad para esto. No me refiero a al día, y a las cosas.

la “sensiblería”, sino

En el colegio aprendí a estudiar. Las horas de estudio, en al “sentimiento” como silencio, creaban un hábito de concentración, de dominio valor del corazón. No de la dispersión, bastante fuerte. También, con ayuda de tener miedo a sentir y a los profesores, aprendí método de estudio, reglas nemo- decirse a sí mismo lo que técnicas, etc. El deporte era un aspecto fundamental de uno está sintiendo. la vida. Se jugaba bien y mucho. Los valores que enseña el deporte (además de la sanidad de vida que crea) ya los conocemos. Tanto en el estudio como en el deporte tenía cierta importancia la dimensión de la competencia: nos enseñaban a competir bien y a competir en cristiano. Con los años oí ciertas críticas a este aspecto competitivo de la vida… pero curiosamente las hacían cristianos “liberados” de ese aspecto pedagógico, pero que en la vida diaria se sacaban los ojos compitiendo por dinero o por poder… y no competían en cristiano. Una dimensión que creció mucho en mis años posteriores al año de colegio fue mi capacidad de sentir bien; y me di cuenta de que la base fue puesta en el año de internado. Allí me educaron el sentimiento.

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Los salesianos tienen una especial habilidad para esto. No me refiero a la “sensiblería”, sino al “sentimiento” como valor del corazón. No tener miedo a sentir y a decirse a sí mismo lo que uno está sintiendo. La educación de la piedad era otra dimensión clave. Una piedad varonil, acomodada a la edad. Dentro de la piedad merece una especial mención la devoción a la Santísima Virgen. A mí me la grabaron a fuego… y, por lo que recuerdo, a mis compañeros también. Y el recurso a Nuestra Señora es clave para la vida. Va desde la conciencia de tener una Madre en el Cielo que me cuida hasta el rezo de las tres avemarías, o del Rosario. Pero la Virgen ha quedado y no ha podido irse del cordón de nosotros. También nos inculcaban, y quedaba grabado, un respeto y amor al Papa. A veces he oído críticas sobre la “piedad” que se nos inculcaba en el colegio (años después las oí), ¿Cómo manejaban pero siempre son las consabidas cantinelas de aquel que las crisis nuestros no quiere ir a misa porque en el colegio lo obligaban, etc. educadores? Nos Esta es una crítica anacrónica porque se traslada al campo hacían sentir que de la pedagogía de la piedad un problema puntual como podíamos confiar, que es la rebeldía adolescente o juvenil.

nos querían; sabían escuchar, nos daban buenos consejos, oportunos… y nos defendían tanto de la rebeldía como de la melancolía.

Muy unido al amor y a la devoción a la Virgen Santísima estaba el amor a la pureza. Al respecto (y creo que respecto de todo el sistema preventivo de Don Bosco) hay una incomprensión muy grande. A mí me enseñaron a amar la pureza sin ningún tipo de enseñanza obsesiva. No había obsesión sexual en el colegio, al menos el año que estuve yo. Más obsesión sexual he encontrado más adelante en otros educadores o psicólogos que hacían ostensiblemente gala de un “laissez-passer” al respecto (pero que en el fondo interpretaban las conductas con una clave freudiana que olfateaba sexo en todas partes). Existía también lugar para los hobbies, trabajos de artesanía, inquietudes personales. P.ej. el padre Lambruschini nos enseñaba a cantar, con el padre Avilés aprendí a hacer un gelatógrafo y a usarlo; había un padre ucraniano (padre Esteban) y los que queríamos aprendíamos a ayudarle con la misa en rito ucraniano… y así tantos recursos (teatro, armar campeonatos, actos académicos, taxidermia, etc. ) que canalizaban hobbies e inquietudes. Se nos educaba en la creatividad. ¿Cómo manejaban las crisis nuestros educadores? Nos hacían sentir que podíamos confiar, que nos querían; sabían escuchar, nos daban buenos consejos, oportunos… y nos defendían tanto de la rebeldía como de la melancolía.

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Si esos hombres que yo conocí en el colegio —y con esta reflexión termino— pudieron crear una “cultura católica”, fue porque tenían fe. Creían en Jesucristo, y —un poco por fe y otro poco por caraduras— se animaban a “predicar”: con la palabra, con sus vidas, con su trabajo. No tenían vergüenza de cachetearnos con el lenguaje de la cruz de Jesús, que es vergüenza y locura para otros. Me pregunto: cuando una obra languidece y pierde su sabor y su capacidad de leudar la masa, ¿no será más bien porque Jesucristo fue suplido por otro tipo de opciones: psicologistas, sociologistas, pastoralistas? No quiero ser simplista en esto, pero no dejo de preocuparme por el hecho de que —por hacer gestos radicales de inserción social— se abandone la adhesión a Jesucristo vivo y la consiguiente inserción en cualquier medio ambiental, incluso el educativo, para construir una cultura católica.

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Todas estas cosas configuraban una cultura católica. A mí me prepararon bien para el secundario y para la vida. Nunca (al menos en lo que recuerdo) se negociaba una verdad. El caso más típico era el del pecado. Es parte de la cultura católica el sentido del pecado… y allí en el colegio lo que yo traía de mi casa en este sentido se fortaleció, tomó cuerpo. Uno después podía hacerse el rebelde, el ateo, pero en el fondo estaba grabado el sentido del pecado; una verdad que no se tiraba por la borda, para hacerlo todo más fácil. Hablo de cultura católica porque todo lo que hacíamos y aprendíamos también tenía una unidad armoniosa. No se nos “parcializaba”, sino que una cosa se refería a la otra y se complementaban. Inconscientemente uno se sentía creciendo en armonía, lo cual por supuesto no podía explicarlo en ese momento, pero luego sí. Y, por otra parte, todo era de un realismo contundente. Hablo de cultura

católica porque todo lo que hacíamos y aprendíamos también tenía una unidad armoniosa. No se nos “parcializaba”, sino que una cosa se refería a la otra y se complementaban. Inconscientemente uno se sentía creciendo en armonía, lo cual por supuesto no podía explicarlo en ese momento, pero luego sí.

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“OS ESPERO A TODOS EN EL CIELO” Mis queridos y amados hijos en Jesucristo: Antes de partir para mi eternidad, debo cumplir con vosotros algunos deberes y satisfacer así un vivo deseo de mi corazón. Ante todo, os agradezco con el más vivo afecto de mi corazón la obediencia que me habéis prestado y cuanto habéis trabajado para sostener y propagar nuestra Congregación. Yo os dejo aquí en la tierra, pero solo por un poco de tiempo. Espero que la infinita misericordia de Dios haga que podamos encontrarnos todos un día en la feliz eternidad. Allí os aguardo. Os recomiendo que no lloréis mi muerte. Es una deuda que todos tenemos que pagar, pero después nos serán ampliamente recompensados todos los sufrimientos soportados por amor a nuestro maestro Jesús. En lugar de llorar, haced firme y eficaz propósito de permanecer seguros en la vocación hasta la muerte. Vigilad y procurad que ni el amor del mundo, ni el afecto a los parientes, ni el deseo de una vida más cómoda os induzcan al gran error de profanar los sagrados votos y traicionar así la profesión religiosa con la que nos hemos consagrado al Señor. Ninguno tome otra vez lo que hemos dado a Dios. Si me habéis amado hasta ahora, seguid haciéndolo en adelante con la exacta observancia de nuestras Constituciones. Vuestro primer rector ha muerto. Pero nuestro verdadero superior, Cristo Jesús, no morirá. Él será siempre nuestro maestro, nuestro guía, nuestro modelo; pero recordad que, a su tiempo, Él mismo será nuestro juez y recompensará nuestra fidelidad en su servicio. Vuestro rector ha muerto, pero será elegido otro que cuide de vosotros y de vuestra eterna salvación. Oídlo, amadlo, obedecedlo, rogad por él, como lo habéis hecho por mí. Adiós, queridos hijos, adiós. Os espero en el Cielo. Allí hablaremos de Dios, de María, Madre y sostén de nuestra Congregación; allí bendeciremos eternamente a nuestra Congregación, la observancia de cuyas reglas contribuyó poderosa y eficazmente a salvarnos. Sit nomen Domini benedictum ex hoc nunc et usque in saeculum. In te, Domine, speravi non confundar in aeternum. Testamento espiritual de san Juan Bosco DB, Memorie dal 1841 al 1884-5-6, ASC 132, quaderni-taccuini 6.

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Bicentenario de Don Bosco: con

los jóvenes y para los jóvenes

Bicentenario del nacimiento de Don Bosco

Simposio a los 6 años de la Caritas in veritate

POR ALBERTO LORENZELLI, SDB

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El bicentenario del natalicio de Don Bosco es un año jubilar, un año de gracia, que queremos vivir no solo en la Familia Salesiana, sino en la Iglesia y en la sociedad civil, con un profundo sentimiento de gratitud y alegría al Señor, porque Él mismo nos ha dado nuestro Padre Don Bosco con toda la riqueza de su carisma, espiritualidad y santidad.

l bicentenario del natalicio de Don Bosco es un año jubilar, un año de gracia, que queremos vivir no solo en la Familia Salesiana, sino en la Iglesia y en la sociedad civil, con un profundo sentimiento de gratitud y alegría al Señor, porque Él mismo nos ha dado nuestro Padre Don Bosco con toda la riqueza de su carisma, espiritualidad y santidad. En su última encíclica, Laudato Si’, el Papa Francisco expresa: “Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco” (n. 229). Don Bosco no conoció el Magisterio pontificio sobre la doctrina social de la Iglesia. La Rerum novarum (1ª encíclica social) será promulgada tres años después de la muerte de Don Bosco. Pero hoy, todos los estudiosos reconocen que Don Bosco es un santo comprometido con lo social, entre los más elocuentes del siglo XIX en Italia. Me parece oportuno destacar, por ejemplo algunos puntos de la Caritas in veritate que en la obra de don Bosco logran explicitarse de manera más evidente:

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1. “El amor —‘caritas’— es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz” (CIV 1). 2. “Se ama al prójimo tanto más eficazmente cuanto más se trabaja por un bien común que responda también a sus necesidades reales” (CIV 7). 3. “El primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad” (CIV 25). 4. “Ante los problemas dramáticos..., razón y fe se ayudan mutuamente. Solo juntas salvarán al hombre. Atraída por el puro quehacer técnico, la razón se ve abocada a perderse en la ilusión de su propia omnipotencia. La fe sin la razón corre el peligro de alejarse de la vida concreta de las personas” (CIV 74).

Lo social en Don Bosco es entendido como el conjunto de problemas a resolver de una sociedad. Lo peculiar de esta concepción es que apunta directamente a la mejoría de una situación de pérdida de dignidad del hombre, a causa de la indiferencia de los poderosos o de discusiones teóricas vanas.

Don Bosco y su tiempo

Don Bosco inicia su misión en la ciudad de Turín. Una ciudad que tenía un tejido muy abierto, desmenuzado en actividades productivas, no ciertamente industriales, sino de tipo artesanal, aunque a veces las técnicas usadas eran las de las innovaciones que se conocían en el resto de Europa. Esta ciudad de servicios exigía una masa de hombres, mujeres y campesinos, que venían con un espíritu que recordaba todavía la costumbre de la edad moderna, cuando los pobres del campo, en los momentos de dificultad, acudían a las grandes ciudades, porque allí era más probable encontrar recursos para la propia vida. Por tanto, venían a Turín muchos pobres, hoy diríamos marginados, porque Turín era el centro, donde era posible aprovechar la oportunidad de sobrevivir. La sociedad turinesa de mitad del siglo XIX presenta características muy evidentes: pobreza, trabajo infantil, abandono de los niños, miserias materiales y morales, disgregación de la familia, falta de respeto a la dignidad humana, laicismo, etc. La diferencia entre el “obrerismo proletario” y “el egoísmo de la clase patronal” lleva a la acumulación de riquezas en manos de los últimos y la miseria de los demás; paso seguido, el desamparo de la clase obrera, la ruptura de las familias, el abandono moral unido al material, la laicización de la gente y el consiguiente materialismo. El último resultado de esta cadena es la pérdida de dignidad del hombre. Lo social en Don Bosco es entendido como el conjunto de problemas a resolver de una sociedad. Lo peculiar de esta concepción es que apunta directamente a la mejoría de una situación de pérdida de dignidad del

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Bicentenario del nacimiento de Don Bosco

«Don Bosco claramente ha querido: a.- Dar al trabajo el sitio que se merece en el campo de la educación y de la estima social. No un yugo humillante, ni una diversión, ni un pasatiempo; sino un sagrado deber, un noble ideal, un potente factor de bienestar material y moral, individual, familiar, social. b.- Formar obreros conscientes e integrales: moral, técnica, intelectualmente dotados para su misión. c.- Eliminar el contraste entre el estudio y el trabajo manual, entre la clase estudiantil y la clase artesana u obrera.»

hombre, a causa de la indiferencia de los poderosos o de discusiones teóricas vanas. Don Bosco no se detuvo a analizar las causas de la situación, a hacer un balance teórico y a elucubrar propuestas de solución; al contrario, se vio impulsado a actuar concretamente para salvar muchas situaciones graves.

El trabajo El trabajo es uno de los pilares del “sistema social” de Don Bosco: muchas de sus referencias en la sociedad son al mundo del trabajo, la relación estrecha entre trabajo y sociedad, el trabajo como factor de armonía social y la educación para el mismo. Es básicamente el elemento en torno al cual se mueven las teorías económicas emergentes en la época de Don Bosco —liberalismo y marxismo— y el mismo santo lo vivió también como factor de dinamismo y cambio social. Don Bosco claramente ha querido: 1. Dar al trabajo el sitio que se merece en el campo de la educación y de la estima social. No un yugo humillante, ni una diversión, ni un

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pasatiempo, sino un sagrado deber, un noble ideal, un potente factor de bienestar material y moral, individual, familiar, social. 2. Formar obreros conscientes e integrales: moral, técnica, intelectualmente dotados para su misión. 3. Eliminar el contraste entre el estudio y el trabajo manual, entre la clase estudiantil y la clase artesana u obrera.

Don Bosco buscó asesorar a los jóvenes en sus experiencias y contratos laborales, mediando como contratista con los patrones, asegurando un mínimo de condiciones de salario, extensión laboral y moralidad del ambiente. Esta mediación entre aprendices y patrones fue un primer paso en el mundo del trabajo, de una magnitud mucho más importante de lo imaginado.

Las iniciativas en el mundo del trabajo fueron tal vez las primeras de la obra educativa de Don «En el segundo panel del simposio Bosco, aparte de la cate- “El Bien común global” el Padre quesis. Alberto Lorenzelli presentó una Don Bosco buscó aseso- semblanza de San Juan Bosco en el rar a los jóvenes en sus ex- bicentenario de su nacimiento.» periencias y contratos laborales, mediando como contratista con los patrones, asegurando un mínimo de condiciones de salario, extensión laboral y moralidad del ambiente. Esta mediación entre aprendices y patrones fue un primer paso en el mundo del trabajo, de una magnitud mucho más importante de lo imaginado. Don Bosco hacía un verdadero contrato entre ambas partes, asegurando más ventajas para todos: a los patrones les exigía la enseñanza de un oficio a los jóvenes, la corrección amable, pagarles convenientemente y aumentar su salario, darles los días festivos de descanso, en fin, no explotarlos; por su parte, los aprendices quedaban obligados a ser cumplidores, puntuales, respetuosos y obedientes. Don Bosco acompañaba personalmente a ambas partes para lograr el cumplimiento esperado. Fue una iniciativa con ciertos rasgos de “sindicalismo”, hasta el punto de que algunos autores hablan de Don Bosco como el “primer sindicalista italiano”, defensor de los trabajadores y el trabajo. La segunda etapa de las iniciativas en el mundo laboral es la creación de talleres de artesanos, primer paso hacia las escuelas profesionales. Don Bosco observó el ‘mal ambiente’ que había en los talleres de Turín y los peligros a los que los jóvenes quedaban expuestos y decidió llevarlos a trabajar consigo. Lo interesante de esta iniciativa es que en

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El Sistema Preventivo: educar evangelizando

Bicentenario del nacimiento de Don Bosco

principio no fue con la intención exclusiva de enseñarles un oficio, sino para que trabajaran en un ambiente ‘saludable’. Estos talleres lograban su misión: educar a los jóvenes en el trabajo, enseñarles un oficio y, sobre todo, “sustraer del peligro a sus queridos jóvenes”. La máxima “buenos cristianos y honrados ciudadanos” sigue siendo el faro que dirige la acción salesiana. Indudablemente este es el aporte mayor de Don Bosco en cuanto al compromiso socio-político: desde una esmerada educación cristiana e instrucción técnico-profesional, formar ciudadanos solidarios y responsables en el cumplimiento de sus deberes.

La segunda etapa de las

El sistema educativo que Don Bosco nos dejó está es- iniciativas en el mundo trechamente unido a su persona, a su forma de actuar y laboral es la creación de de responder a los retos que le plantearon sus tiempos. talleres de artesanos, El Sistema Preventivo es una relectura de lo que el mis- primer paso hacia las mo Don Bosco pudo conocer en las experiencias de San escuelas profesionales. Felipe Neri y de los Oratorios de Milán, enriqueciéndolas Estos talleres lograban con su aporte personal y original. En efecto, Don Bosco su misión: educar a los no nos ha dejado una teoría educativa plasmada en unos jóvenes en el trabajo, escritos o instituciones ya hechas, sino un estilo de actuar, enseñarles un oficio y, sobre todo, “sustraer una historia personal. Su originalidad, por tanto, hay que del peligro a sus buscarla en la praxis y en el quehacer diario. queridos jóvenes”. Por otro lado, el Sistema Preventivo en Don Bosco no se limita a una realidad pedagógica, sino que está íntimamente unida a otras preocupaciones que la inspiran y a veces la superan: la preocupación caritativa, por la que quería liberar de la pobreza y miseria a los jóvenes y se sometía por ellos a la penosa tarea de pedir limosna; la tensión pastoral que le llevaba a buscar la salvación cristiana del pueblo y a intervenir en un campo mucho más amplio: prensa, misiones, devoción popular, etc.; su misión de fundador de una nueva forma de vida religiosa adecuada a los tiempos y a una sociedad cada vez más autónoma y secular. Todas esas realidades se fundieron en una vigorosa síntesis que Don Bosco mismo llamaba “su Sistema”. El centro de interés de la práctica tanto educativa como pastoral de Don Bosco es la persona del joven considerada en toda su integralidad, como persona en este mundo en relación con Dios: hacer del joven “un honrado ciudadano y un buen cristiano”. “Este sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor”.

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«La Misión asume en aquellos años grandes tareas que son parte de la realidad de este inmenso e inexplorado territorio. Debemos recordar la exploración en este inmenso territorio del joven salesiano Alberto De Agostini, que llega a Chile poniendo al servicio de la zona todas sus habilidades de cartógrafo, botánico y fotógrafo que aportará a la valorización del territorio, hoy destino de un calificado turismo proveniente de todas partes.»

El centro de interés de la práctica tanto educativa como pastoral de Don Bosco es la persona del joven considerada en toda su integralidad, como persona en este mundo en relación con Dios: hacer del joven “un honrado ciudadano y un buen cristiano”.

Así definía Don Bosco su sistema educativo. Este trinomio, que sintetiza la misión educativa y pastoral de Don Bosco, cubre todos los aspectos de la educación y los funde y relaciona mutuamente. El estudio y preparación profesional, el deber y responsabilidad, la buena educación, el trabajo y la profesionalidad, la moderación y la sociabilidad son expresiones de la razón, o dimensión cultural del proyecto, inspirada por la fe que aporta las motivaciones profundas y los valores fundamentales. La moralidad y la conciencia, la fe y la apertura a la trascendencia, la catequesis y formación religiosa, la práctica y el compromiso en la comunidad eclesial constituyen la dimensión religiosa, encarnada en las esperanzas humanas, dándoles profundidad y sentido definitivo. La cercanía grata y compartida, el afecto demostrado sensiblemente a través de gestos comprensibles, la confianza y la relación educativa positiva concretan el principio metodológico de la amabilidad, que es la traducción pedagógica de la caridad cristiana que acompaña, anima y sostiene la realización de los otros dos principios.

La Congregación Salesiana en el mundo hoy Son muy variados los ámbitos en los cuales se desarrolla la tarea educativa y evangelizadora de los hijos de Don Bosco. Actualmente

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Bicentenario del nacimiento de Don Bosco los salesianos en el mundo son 16.000, presentes en los “Este sistema cinco continentes y en 133 países. Podríamos decir una descansa por entero “multinacional” de la educación. Millones de estudiantes en la razón, en la frecuentan nuestros colegios, universidades e institutos su- religión y en el periores de educación. Ofrecemos nuestro servicio pastoral amor”. Así definía en las iglesias locales con las parroquias y santuarios, en Don Bosco su sistema los oratorios y centros juveniles, en las misiones “ad gen- educativo. Este tes”, en la promoción humana y social de los indígenas. trinomio, que sintetiza Aseguramos una presencia testimonial en países islámicos la misión educativa y pastoral de Don y en conflictos bélicos y sociales. Numerosos son los centros de recuperación y acogida de Bosco, cubre todos los niños, adolescentes y jóvenes adictos, en situación de calle, aspectos de la educación y los funde y relaciona refugiados, abusados por el turismo sexual, niños soldados mutuamente. y cárceles de menores. El elenco podría ser mucho más amplio, me limito a presentar algunos para hacer presente cómo el paradigma educativo de Don Bosco encuentra terreno fértil en todas estas situaciones difíciles y con una extraordinaria eficacia con jóvenes de distintas razas, culturas y religiones.

La Congregación Salesiana en Chile hoy En Chile, la Congregación Salesiana lleva una presencia de 128 años. Fue uno de los lugares del mundo adonde llegaron los primeros misioneros Salesianos enviados directamente por Don Bosco.

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En la Patagonia Chilena y Argentina se instalan con los primeros centros educativos para niños y jóvenes de la zona. La Misión asume en aquellos años grandes tareas que son parte de la realidad de este inmenso e inexplorado territorio. Vale la pena recordar la valiosa acción evangelizadora con las minoría étnicas locales que llevan adelante junto a Mons. Fagnano. Una evangelización que apunta, entre otras cosas, a salvar la dignidad de un grupo étnico en extinción. Debemos recordar la exploración en este inmenso territorio del joven salesiano Alberto De Agostini, que llega a Chile poniendo al servicio de la zona todas sus habilidades de cartógrafo, botánico y fotógrafo que aportará a la valorización del territorio, hoy destino de un calificado turismo proveniente de todas partes. En Chile, la En la actualidad y en un momento de grandes cambios en Congregación la educación de nuestro país, donde existe un cierto temor Salesiana lleva una a ir a las periferias existenciales, siguiendo el ejemplo de presencia de 128 años. nuestro Padre Don Bosco, los salesianos en Chile optamos Fue uno de los lugares del mundo adonde una vez más por estas periferias territoriales, por lo que llegaron los primeros somos conocidos y valorados, como es la educación. Hoy misioneros salesianos escogemos por seguir educando y evangelizando en sectores enviados directamente populares, potenciando nuestra presencia en Alto Hospiciopor Don Bosco. En la Iquique, Copiapó, San Ramón en Santiago y dentro de poco Patagonia Chilena y en Calama. Al mismo tiempo vamos incrementando la red Argentina se instalan de colegios técnicos profesionales. En nuestros mismos con los primeros colegios caminamos hacia la inclusión, calidad y gratuidad centros educativos para “dar más a los que han recibido menos”. Subrayo nuestra opción por aquellos que viven situaciones para niños y jóvenes de la zona. de vulnerabilidad. La “Fundación Don Bosco” en Santiago, con diversos proyectos y programas: hogares para niños de calle, centro diurno para adolescentes en dificultad, hogares para diferentes tipos de adicciones; la “Fundación CENLAVI” en Puerto Montt, con una escuela para niños con capacidades diferentes, un hogar para adolescentes con dificultades sociales y la atención a los adultos de calle en Valparaíso. Nuestras obras tradicionales: los colegios y parroquias, nos han puesto en evidencia que es necesario abordar situaciones muy complejas de muchos niños y jóvenes que viven en situación de marginalidad. Ha sido necesario poner en marcha programas y estructuras de acogida y acompañamiento para restablecer en estos jóvenes las confianzas en sí mismos. El sistema preventivo en estas situaciones viene integrado con acciones directas de terapias y programas de formación escolar y laboral.

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Bicentenario del nacimiento de Don Bosco

El cardenal Raúl Silva Henríquez: Un chileno conquistado por Don Bosco

A uno de los colegios salesianos de Santiago en los años 20, toca la puerta un joven estudiante de derecho de la Universidad Católica de Chile, pidiendo conocer la vida de Don Bosco y el camino para ser salesiano. Este joven conquistado por Don Bosco es Raúl Silva Henríquez. Es conocida por todos su trayectoria en la Congregación Salesiana por su espíritu de laboriosidad, capacidad emprendedora, la formación de los jóvenes y la promoción de obras sociales para mejorar las condiciones de los más humildes y su anhelo de llevar a todos al encuentro con la persona de Jesucristo. Así, también, es conocida por todos su entrega como pas- Los salesianos en Chile tor de la Iglesia Chilena, que lo llevará a poner al centro de optamos una vez más su quehacer, la pasión y el amor a los hombres de su tierra. por estas periferias A todos nos ha dejado esculpida la profunda animación territoriales, por lo evangélica y la raíz de su fuerza realizadora en su sueño que somos conocidos y valorados, como para Chile. es la educación. Así se expresa: “quiero para mi patria, lo más sagrado que yo pueda decir: que vuelva su mirada hacia el Señor. Un país fraterno sólo es posible cuando se reconoce la paternidad bondadosa de nuestro Dios. He dedicado mi vida a esa tarea. Que los hombres y mujeres de mi tierra conozcan al Dios vivo y verdadero, que se dejen amar por Él y que lo amen con todo corazón Quiero que mi patria escuche la Buena Noticia del Evangelio de Jesucristo, que tanto consuelo y esperanza trae para todos. Este es mi sueño para

Hoy escogemos por seguir educando y evangelizando en sectores populares, potenciando nuestra presencia en Alto Hospicio-Iquique, Copiapó, San Ramón en Santiago y dentro de poco en Calama.

Chile y creo que con la ayuda de María, ese sueño es posible convertirlo en realidad”.

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APUNTES Y NOTAS Presentación libro “El Papa y el Filósofo”

EN SIMPOSIO DE HUMANITAS SOBRE EL BIEN COMÚN GLOBAL por Pedro Morandé

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engo el gusto de cumplir con el encargo de presentar el libro “El Papa y el Filósofo”, escrito por el periodista italiano Alver Metalli. No es un libro completamente nuevo, sino una reedición de un

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texto anterior llamado “América Latina del siglo XXI”, escrito en preparación de la Conferencia Episcopal de Aparecida. Aborda el pensamiento de uno de los intelectuales católicos latinoamericanos HUMANITAS Nº 79 pp. 174 - 180


más brillantes del siglo XX, el uruguayo el pensamiento que inspira al Pontífice, Alberto Methol Ferré, que falleció el año sino también su trasfondo cultural y 2009. Tuvo un destacado rol en la Con- social que le da una fisonomía concreta ferencia Episcopal de Puebla en 1979 y a dicho pensamiento. conoció al actual Papa Francisco en 1978, Desde luego, tenían amigos comunes, precisamente en la antesala de Puebla. como monseñor Antonio Quarracino, ArEl Papa era entonces “provincial” de los zobispo de la Plata y después de Buenos jesuitas en Argentina y Aires, que como secretario desarrollaron, desde esos y después presidente del EL LIBRO “EL PAPA Y EL años, una intensa relaCELAM trabajó estrechaFILÓSOFO”, ESCRITO ción, aunque Methol, por mente con Methol en el POR EL PERIODISTA el año de su fallecimiento, Departamento de Laicos ITALIANO ALVER no alcanzó a enterarse que de dicho organismo, como METALLI, ABORDA EL sería su amigo Bergoglio también en su Comisión PENSAMIENTO DE UNO el Papa que sucedería a Teológico Pastoral, que era DE LOS INTELECTUALES Bened icto XVI t ras su el grupo pensante e inteCATÓLICOS LATINOAMERICANOS renuncia. De modo que lectualmente más influMÁS BRILLANTES DEL el libro se refiere a la reyente de la organización, y SIGLO XX, EL URUGUAYO lación entre Bergoglio, el fue también quien solicitó ALBERTO METHOL Papa, y Alberto Methol a la Santa Sede que hiciera FERRÉ, QUE FALLECIÓ Ferré, el Filósofo. a Bergoglio su obispo auEL AÑO 2009. TUVO Me decía el también xiliar en Buenos Aires y UN DESTACADO ROL Filósofo y Político italiaque después lo sucedería. EN LA CONFERENCIA no Rocco Butiglione que Pero, tal vez, la figura inteEPISCOPAL DE PUEBLA EN 1979 Y CONOCIÓ AL era una responsabilidad lectualmente más decisiva ACTUAL PAPA FRANCISCO de los intelectuales latien la formación de ambos EN 1978, PRECISAMENTE noamericanos mostrar al y en su orientación ecleEN LA ANTESALA DE mundo las fuentes y la siológica fue la del teólogo PUEBLA. EL PAPA ERA experiencia que formaron Lucio Gera, quien desarroENTONCES “PROVINCIAL” al actual Pontífice argentilló una teología del Pueblo DE LOS JESUITAS no, puesto que aunque en de Dios, en consonancia EN ARGENTINA. Europa y Estados Unidos con el Concilio Vaticano se aprecia su sencillez y II, pero que, siguiendo el cercanía con la gente, no se entiende ade- misterio de la encarnación, veía a dicho cuadamente su orientación ni el rumbo pueblo en sus concretas realidades hisque quiere darle a la Iglesia del futuro. tóricas, políticas, sociales y culturales. Pienso que este libro colabora decidida- El Pueblo de Dios vivía, se desarrollaba mente en esta dirección y que el perio- y actuaba en medio de los pueblos histódista italiano que lo escribe, radicado por ricos de la tierra. décadas en América Latina, ha sabido Todos los pontificados posteriores al con sus entrevistas comprender no solo Vaticano II han tratado de reconocer y de

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El origen de este libro es un importante acontecimiento en el cual el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, tuvo un rol fundamental: la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano que se llevó a cabo en el santuario de Aparecida, Brasil, en mayo de 2007. No resulta aventurado afirmar que precisamente en Aparecida se oculta en parte el secreto de la elección de Bergoglio al solio pontificio. El filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré ha contribuido al debate de aquellos días con la conversación que recoge este libro, un mosaico temático de la América Latina contemporánea realizado con la convicción de que el presente no se comprende solamente analizando la actualidad o con la asidua lectura de la crónica diaria. De aquí surge la trayectoria que atraviesa estas páginas: desde el hoy de América Latina hacia su pasado más reciente y más remoto, en un viaje hacia las fuentes donde nacen los fenómenos que se manifiestan hoy en día, se regresa al presente con un mayor bagaje de hipótesis explicativas, y con ellas se parte nuevamente para indagar el futuro. El pensamiento de Methol Ferré emerge airoso, vivaz, se mueve seguro entre los pliegues de la historia latinoamericana. Luego de leer estas páginas, el lector comprenderá cabalmente por qué el papa Francisco ha dicho de Methol Ferré: “Nos ha ayudado a pensar”.

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El Papa y el Filósofo

Alver Metalli es de nacionalidad italiana, periodista y escritor. Durante muchos años fue corresponsal para América Latina, donde se ha radicado. Vivió en la Argentina, México y Uruguay. Actualmente reside en Buenos Aires. Es autor de ensayos como Crónicas latinoamericanas (1988) y La América Latina del siglo XXI (2006) y publicó las novelas La herencia de Madama (2006), Lobo siberiano (2010), Los dioses inútiles (2010), L’ombra dei Guadalupes (2010), La vecchia ferrovia inglese (2011), Il giorno del giudizio (2011), L’Uomo dell’acqua (2012). Tiene en preparación el relato Las dos Adelias.

Alver Metalli

asumir esta realidad histórica concreta Esta visión venía desarrollándose tamcon que se desarrolla la dinámica eclesial. bién de un modo propio en América LatiPablo VI en Evangelii nuntiandi habla de la na por los herederos católicos de Rodó y cultura humana común, pero también de la generación del 900, como lo mostraba la las culturas, en plural, que configuran la reflexión de Methol. Este reconocimiento fisonomía de los pueblos. permitía valorizar la proEl origen de este libro es un importante acontecimiento en el cual el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, Este texto fue la base para pia historia del catolicismo tuvo un rol fundamental: la V Conferencia General del Episcopado Papa y el Filósofo que en ElAmérica Latina la latinoamericano, y cerrar Latinoamericano que se llevó a cabo en el santuario de Aparecida, Brasil, en mayo de 2007. No resulta aventurado afirmar que precisaconferencia episcopal de el arco transcurrido entre mente en Aparecida se oculta en parte el secreto de la elección de Bergoglio al solio pontificio. Puebla reconociera y valoel Primer Concilio Plenario El filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré ha contribuido al debate de aquellos días con la charla que constituye este libro, un mosaico rara la historia particular Latinoamericano de fines temático de la América Latina contemporánea realizado con la convicción de que el presente no se comprende solamente analizando la de la evangelización consdel siglo XIX hasta los moactualidad o con la asidua lectura de la crónica diaria. De aquí surge la trayectoria que atraviesa estas páginas: desde el hoy de América tituyente de esta región, su mentos en que se desarroAlberto Methol Ferréen un viaje hacia Latina hacia su pasado más reciente y más remoto, las fuentes donde nacen los fenómenos que se manifiestan hoy en día, religiosidad popular, sus llaba Puebla, a fines de los Alver Metalli se regresa al presente con un mayor bagaje de hipótesis explicativas, y con ellas se parte nuevamente para indagar el futuro. pobres y abandonados, así setenta, tensionados por El pensamiento de Methol Ferré emerge airoso, vivaz, se mueve secomo también el conjunto las disputas ideológicas guro entre los pliegues de la historia latinoamericana y en algunos momentos crepita como una mazorca sobre las brasas. Luego de leer de los constructores de la promarxistas, proliberaestas páginas, el lector comprenderá cabalmente por qué el papa Francisco ha dicho de Methol Ferré: “Nos ha ayudado a pensar”. sociedad. Juan Pablo II y les y proideologías de la EL PERIODISTA ITALIANO Benedicto XVI, quienes seguridad nacional que QUE LO ESCRIBE, vivieron desde distintos sustentaban los gobiernos RADICADO POR contextos los horrores de militares, y que amenaDÉCADAS EN AMÉRICA la segunda guerra munzaban quitar a la Iglesia LATINA, HA SABIDO dial y de su antisemitismo, sus propias categorías de CON SUS ENTREVISTAS también plantearon el misinterpretación. COMPRENDER NO SOLO terio de la encarnación de Personalmente, fui tesEL PENSAMIENTO QUE Cristo-Logos en el contexto tigo de estas discusiones. INSPIRA AL PONTÍFICE, SINO TAMBIÉN SU de historias y culturas En agosto de 1976, f ui TRASFONDO CULTURAL particulares. En Amériinvitado por el CELAM a Y SOCIAL QUE LE DA UNA ca Latina, Gera y Methol participar en ese famoso FISONOMÍA CONCRETA A Ferré no se cansaron de encuentro en Bogotá sobre DICHO PENSAMIENTO. proclamar que Cristo era la religiosidad popular la mayor “inteligencia de la latinoamericana. Alberto historia”, a condición de que no se lo des- Methol repetía después, entusiasmado, encarnara y concibiera abstractamente. El que en los documentos de ese encuentro itinerario de la Iglesia latinoamericana se encontraba “in nuce” lo más impordesde Puebla hasta Aparecida, en que tante de la novedad que se manifestaría Bergoglio fue el presidente de la comi- en Puebla: la afirmación de que América sión redactora de su documento final, Latina tiene un “sustrato cultural” catóestá marcado por esta comprensión de la lico y mestizo, la valoración de la religiohistoria y cultura real y específica de los sidad popular como fiel expresión de ese pueblos que habitan este territorio. sustrato, la lectura y discernimiento de

El Papa y el Filósofo Prólogo de Guzmán Carriquirry

Alberto Methol Ferré

(1929-2009). Durante veinte años fue asesor de la Comisión Teológico-Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano con sede en Bogotá, Colombia. Publicó, entre otras obras, La crisis del Uruguay y el Imperio Británico (1959), El Uruguay como problema (1967, 1971, 1973, 2010), Iglesia y laicado militante (1976), Puebla, proceso y tensiones (1979), El risorgimento católico latinoamericano (1987), Perón y la alianza argentino-brasileña (2000), La América Latina del siglo XXI (2006), Los Estados continentales y el Mercosur (2009). Las múltiples vertientes de su discurso y escritura confluyen en la asociación que se constituyó después de su muerte y en el sitio de internet www.metholferre.com.


los acontecimientos y de las ideologías la causalidad humanas, como expresaba desde el ethos propio de la cultura lati- luminosamente el magisterio del Papa noamericana. En suma, la fe y la cultura Wojtyla. Se trata de la capacidad de se elevaban a la categoría de criterio de síntesis unitaria que la subjetividad hudiscernimiento de la historia tanto de los mana va construyendo en medio de las pueblos latinoamericanos circunstancias históricas. como de la Iglesia. Evidentemente, un criLO MÁS IMPORTANTE DE LA NOVEDAD QUE Uno de los factores nueterio de lectura de la realiSE MANIFESTARÍA EN vos e inesperados de Puedad social como este no se PUEBLA: LA AFIRMACIÓN bla fue la imponente figura aprende de una vez, sino DE QUE AMÉRICA y magisterio de Juan Pablo con la experiencia de toda LATINA TIENE UN II, especialmente su antrola vida. Como le gustaba “SUSTRATO CULTURAL” pología cristológica. Poco decir también a Alberto CATÓLICO Y MESTIZO, tiempo después, en 1980, Methol, “Dios suele escriLA VALORACIÓN DE la anudaría en relación con bir derecho con líneas torLA RELIGIOSIDAD POPULAR COMO FIEL la cultura en su memorable cidas”. La historia humana EXPRESIÓN DE ESE discurso ante la Unesco está llena de santidad y SUSTRATO, LA LECTURA en París, dando un paso pecado, de libertades y Y DISCERNIMIENTO DE gigantesco en la clarificaesclavitudes, de heroísmos LOS ACONTECIMIENTOS ción del concepto de culy bajezas, de fidelidades Y DE LAS IDEOLOGÍAS tura al trasladarlo desde y abandonos. Por ello, su DESDE EL ETHOS la dimensión descriptiva, manera de mirar la realiPROPIO DE LA CULTURA aplicada a caracterizar dad histórico-social estaba LATINOAMERICANA. los estilos de vida de los abierta a pensar las paradoEN SUMA, LA FE Y LA CULTURA SE ELEVABAN pueblos, a la dimensión jas y contradicciones, pero A LA CATEGORÍA ontológica, referida al ser siempre en busca de una DE CRITERIO DE mismo del hombre. síntesis, de una capacidad DISCERNIMIENTO DE A partir de este magispara asumir. Desde Puebla LA HISTORIA TANTO terio las reflexiones de quedó prácticamente como DE LOS PUEBLOS Methol y las de muchos un lema la afirmación de LATINOAMERICANOS amigos latinoamericanos San Irineo de Lyon: “lo COMO DE LA IGLESIA. recibieron una orientación que no es asumido, no es decisiva. En un artículo redimido”. de “Víspera” él había escrito que hacía Esta misma mirada aplicaba Alberto falta en América Latina una “sociología Methol a sus debates intelectuales, a sus de la cultura” que nunca había existido. contradictores y adversarios. A todos traPersonalmente, lo entendí desde el pri- taba de comprenderlos en su propia lógica mer instante como un nuevo paradigma, y en sus concretas circunstancias, buscancomo un modo de mirar la totalidad de do quienes habían sido sus maestros y por la realidad histórico-social desde su hu- qué pensaban del modo que lo hacían. No manidad misma, desde la subjetividad y trataba de contradecir sus argumentos,

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sino de asumirlos, de superarlos en el con- ethos de los pueblos no se forma con escritexto de una nueva y más amplia síntesis. tos ni procedimientos. De ahí que la exFue su actitud, por ejemplo, en el caso de periencia de religiosidad popular ocupara la discusión con Gustavo Gutiérrez y su tempranamente el espacio público vivido teología de la liberación. Le reprochaba y compartido por la población. No tal vez que en su lógica, el pobre se transformaba de manera permanente, pero con claridad en una categoría abstracta, funcional para en las fechas del calendario festivo de la la interpretación marxista Iglesia. La a menudo baja asumida a priori, pero ortodoxia de las creencias EL ETHOS DE LOS quedaba despojado de su fue compensada con una PUEBLOS NO SE FORMA religiosidad real, de su gran capacidad de acogida CON ESCRITOS NI cultura y de su historia. que se manifiesta en las PROCEDIMIENTOS. Comprendía el interés de familias y en las cofradías DE AHÍ QUE LA pensar la teología desde y organizaciones que sosEXPERIENCIA DE suelo lat i noamericano. tienen el culto popular. RELIGIOSIDAD Pero en lugar de apresuComo en América Latina POPULAR OCUPARA TEMPRANAMENTE rarse hacia la abstracción no tuvimos Reforma, ni EL ESPACIO PÚBLICO de categorías analíticas guerras de religión, ni heVIVIDO Y COMPARTIDO pre-condicionadas, proporejías, ni la pretensión del POR LA POBLACIÓN. NO nía más bien una herme“cuius regio eius religio”, lo TAL VEZ DE MANERA néutica de la historia desde nacional se identificó antes PERMANENTE, PERO el interior de los procesos con la presencia popular CON CLARIDAD EN sociales en curso. Después del espacio público que LAS FECHAS DEL de la aparición de “Libercon las instituciones del CALENDARIO FESTIVO DE LA IGLESIA. tatis conscientia” (1986) Estado. Tampoco se intendel cardenal Ratzinger, tó reducir la conciencia solía decir que el cardenal religiosa a moralismos. Se había salvado lo mejor de la teología de han dado, por cierto, diferencias entre los Gustavo Gutiérrez, quedando como un distintos países, pero lo grueso de esta aporte de la teología latinoamericana a misma tendencia ha sido compartida. la teología universal. Le escuché muchas veces a Methol La cultura latinoamericana fue durante explicar el paralelismo entre la expemucho tiempo y quizás hasta en la actua- riencia cultural del catolicismo polaco lidad mayoritariamente de tradición oral. que mantuvo su identidad, no obstante El hecho cristiano se desarrolló como cul- obedecer su estructura institucional a tura a la sombra de los rituales y prácticas los intereses de las potencias invasoras, de devoción, de la representación de auto- y el catolicismo popular latinoamericano sacramentales, de los milagros y los pro- que, aunque con instituciones soberanas, mesantes, del baile y el canto, antes que había sepultado el sueño de la Patria de las lecturas y reflexiones teológicas. Grande y su unidad, con pequeñas reLa mayoría no sabía leer. Sin embargo, el públicas oligárquicas de escasa susten-

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tabilidad geopolítica. El reconocimiento Alberto Methol era un gran admirador de la Iglesia en Puebla de la cultura y de del filósofo católico italiano de la política la religiosidad popular le hacían abrigar Augusto Del Noce. Varias veces me habló la esperanza del resurgimiento del sueño del gran impacto que había significado de la Patria Grande. para él la lectura de su libro “El proMethol era también un gran conocedor blema del ateísmo” y “El suicidio de la de la geopolítica. Señalaba que la expe- revolución”. Le servían para comprender riencia norteamericana el ocaso intelectual del primero, la soviética desmarxismo, transitándose PIENSO QUE EL pués y posteriormente la desde un “ateísmo meHORIZONTE MÁS AMPLIO de la unidad europea mossiánico” a un “ateísmo CON QUE METHOL traban fehacientemente libertino” consumista y INTERPRETABA LOS que solo tenían viabilidad hedonista. Pero siempre HECHOS HISTÓRICOS los Estados continentes. pensó que la política era la DE SU GENERACIÓN Pensaba que América Lainstancia donde finalmenFUE EL HORIZONTE tina podría conseguirlo si te desembocaban todas ABIERTO POR EL CONCILIO VATICANO II Argentina se integraba con las contradicciones de la EN SU RELACIÓN CON LA Brasil, por las dimensiones sociedad para su arbitraje MODERNIDAD. PENSABA de su poder comprador o resolución. No es que la QUE ESTE MAGNO y con Chile para salir al síntesis no se produjese EVENTO ECLESIAL Pacífico e integrar su coantes en el plano de la culHABÍA RECONCILIADO mercio con los países de tura, sino que en la política A LA IGLESIA CON LA su cuenca. Era la tesis del adquirían su efectividad REFORMA Y CON LA ABC de Perón, la que siemy su capacidad operativa. ILUSTRACIÓN. pre tuvo como punto de Pero entendía la política referencia. Con el término desde sus determinaciones de la Alianza para el Progreso, los países históricas. En ese sentido, fue un gran hislatinoamericanos comenzaron a hablar toriador, como también un gran sociólogo. fuertemente de integración, creándose No podía comprender el corto plazo sin varias asociaciones internacionales para la mediación del mediano y largo plazo. ello. Sin embargo, las diferencias de las Pienso que el horizonte más amplio con políticas económicas practicadas por que Methol interpretaba los hechos hiscada uno tornaron la integración en un tóricos de su generación fue el horizonte ideal inviable. Por ello fue un decidido abierto por el Concilio Vaticano II en su promotor del Mercosur, desde sus inicios. relación con la modernidad. Pensaba que Pero siempre vio esta propuesta como un este magno evento eclesial había reconcicamino orientado hacia la construcción liado a la Iglesia con la Reforma y con la latinoamericana del Estado continente. La Ilustración. Por una parte, la constitución integración no solo debía ser económica, Lumen gentium propone el sacerdocio sino también cultural, educacional, con universal de los fieles y estimula el papel libre tránsito de personas. evangelizador de los laicos en el mundo.

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Por otra, la constitución Gaudium et spes Él escribió sobre el “resurgimiento cavalora el papel de la ciencias y de la téc- tólico latinoamericano”. Su intención era nica, de la economía y de la política, de la hacer comprender la convergencia de las familia y de la cultura, todo ello fundado orientaciones universales con el catolicismo en la dignidad de la persona humana nacional popular que se había desarrollado y de sus derechos. El conjunto de estos en nuestros países. A algunos podría haaspectos, a juicio de Methol, terminaba berles parecido algo forzado. Pero sin esta con la larga etapa en que sustancia histórica propia la Iglesia había estado a la de nuestra cultura se habría AÑORABA UNA IGLESIA defensiva frente a la mocorrido el riesgo, tantas QUE NO MIRARA ATRÁS Y dernidad o reivindicando veces experimentado, de QUE NO SE LAMENTARA idealizadamente el munque el magisterio universal PERMANENTEMENTE do premoderno, abriendo no lograra tomar cuerpo DE LAS IDEOLOGÍAS un horizonte de diálogo ni encontrar un sujeto hisMODERNAS Y DE LA con los no católicos y de tórico concreto capaz de SECULARIZACIÓN, aceptación de las nuevas encarnarlo y de asumirlo. SINO QUE SE LANZASE HACIA EL FUTURO circunstancias históricas Esto fue lo que le dio PROPOSITIVAMENTE que daría a la Iglesia nueuna gran esperanza de EN LO QUE, vos impulsos y la posibilique una Iglesia latinoaPOSTERIORMENTE, dad de nuevos liderazgos. mericana fuese asumiendo JUAN PABLO II Añoraba una Iglesia que una gravitación universal. LLAMARÍA NUEVA no mirara atrás y que no Su amigo Bergoglio, que EVANGELIZACIÓN. se lamentara permanenen su encuentro con el ex temente de las ideologías Presidente uruguayo José modernas y de la secularización, sino Mujica lo recordaron como aquel que “les que se lanzase hacia el futuro propositi- abrió la mirada y les enseñó a pensar”, vamente en lo que, posteriormente, Juan realizó esta esperanza, aunque él no esPablo II llamaría Nueva Evangelización. tuviera vivo para contemplarla.

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En la enseñanza de los últimos papas:

INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA CONVIVENCIA POLÍTICA por Ricardo Riesco

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l cambio en los medios de comunicación supone muchísimo más que una simple revolución tecnológica. Implica, además, la completa transformación del modo en que la humanidad capta el mundo que le rodea y aquello que la percepción verifica y expresa. Por eso, la revolución de los medios reclama con urgencia la inclusión de la llamada “cuestión antropológica” y la preservación de la defensa de la dignidad HUMANITAS Nº 79 pp. 181 - 187

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de la persona por parte de los medios. que, por cierto, hay siempre una dosis muy Es necesario una ética y una moral, una grande de espectacularidad. “infoética”, como la denominó Benedicto Sabemos que esa información que reciXVI, tal como existe la bioética en el cam- bimos no es toda la información. Está tamipo de la medicina y de la investigación zada. Ha sido seleccionada y ciertamente científica. La exposición indiscriminada mutilada de acuerdo con los más diversos a los medios de comunicación tiene criterios. Porque los medios son justamente consecuencias y amenaza empobrecer eso, medios a través de los cuales el ojo y la nuestras habilidades reflexivas. mirada del comunicador nos hacen llegar Hoy, como nunca antes en la historia, una realidad que está siempre mediada vivimos con la sensación según las disposiciones de de que el mundo está, de los tiempos. HOY, COMO NUNCA algún modo, instantáneaCabe preguntar cuál es ANTES EN LA HISTORIA, mente omnipresente en la nuestra capacidad real de VIVIMOS CON LA conciencia del hombre y de distinguir entre la interSENSACIÓN DE QUE toda la humanidad. Los sipretación que recibimos EL MUNDO ESTÁ, tios más lejanos del planeta y la realidad auténtica y DE ALGÚN MODO, INSTANTÁNEAMENTE y los acontecimientos que completa de la que se trata. OMNIPRESENTE EN allí acaecen son conocidos Es un deber hacerlo, ya que LA CONCIENCIA DEL por todos y forman parte de somos conscientes de que HOMBRE Y DE TODA LA nuestra vivencia cotidiana. la primera acción del homHUMANIDAD. Y esto no sucede de una bre y del espíritu humano manera neutra, abstracta, es darle sentido a nuestra vaga o difusa. No; el mundo se nos hace propia vida, sin mediación externa. A estas casi familiar, “en vivo y en directo”. Por interrogantes podríamos agregar otras dos ello esa presentación conlleva toda la que inciden en la complejidad del tema. carga de emoción, de dolor, de urgencia y En primer lugar, ¿podemos hablar de curiosidad que gravan estos hechos. Si bien realidad para referirnos a algo a lo que yo, no somos actores, sí somos testigos semidi- individual y libremente como persona, no rectos —pasivos— de la historia mundial he conferido ningún sentido? Sabemos que vivimos a través de mensajes breves, que “…nadie ama lo que no conoce”; y emotivos, pero siempre fragmentados. también el correlato de este aforismo, que La naturaleza y las consecuencias de dice “…solo dejan de odiar quienes dejan estos hechos observados no son triviales. de ignorar”. Conforman una abigarrada secuencia de Y segundo, tampoco podemos eludir catástrofes naturales, enfrentamientos aquella interrogante clásica y que parebélicos, accidentes de gran envergadura, ciera ser, una vez más, la gran tentación reuniones políticas y económicas, impor- de nuestro tiempo, a saber: ¿Existe verdatantes efemérides, espectáculos deportivos deramente algún sentido en los aconteciy culturales, etc. que desfilan ante noso- mientos y sucesos temporales que no haya tros. Una exposición de la realidad en la sido puesto por el hombre?

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De hecho, no existe comunicación fuera dad y un servicio a la Belleza, siempre que de un contexto determinado. Los mismos sepan ponerse al servicio del crecimiento elementos, imágenes, sonidos, reaccio- humano, cultural y civil de la sociedad. nes, etc. asumen significados diferentes Hay que prestar también atención a la según el entorno. Así, la grafía o el so- Instrucción Pastoral Aetatis Novae sobre nido requieren de un ambiente concreto las Comunicaciones Sociales de San Juan para transformarse en palabras. En un Pablo II (1992). Allí, el Papa Wojtyla, al sentido más amplio, toda comunicación igual que lo hizo Benedicto posteriormenes tributaria de una cosmovisión, de te, calificó como una gran revolución lo una imago mundi, de una acontecido en materia de weltanschauung. Porque comunicaciones. Insistió en SI BIEN NO SOMOS es la cultura aquello que que la revolución tecnológiACTORES, SÍ les confiere a las palabras ca es un punto de partida SOMOS TESTIGOS y a los signos su sentido, y no de llegada de este SEMIDIRECTOS transformando aquellas fenómeno. Señaló que se –PASIVOS– DE LA imágenes y signos en lenestán produciendo impacHISTORIA MUNDIAL guaje y haciendo posible tos profundos en muchos QUE VIVIMOS A de esta forma la comuniámbitos. Y advirtió que TRAVÉS DE MENSAJES cación entre los hombres. no hay lugar en el mundo BREVES, EMOTIVOS, PERO SIEMPRE El Papa Francisco ha donde no se haga sentir FRAGMENTADOS. exhortado en muchas ocael impacto de los medios siones a “mantener el nivel de comunicación sobre las ético” en los medios. Ha dicho que la actitudes religiosas y morales, los sistemas calidad ética de la comunicación es fruto, políticos y sociales y sobre la educación. en último análisis, de conciencias atentas, Sabemos que tanto el epicentro como el no superficiales, siempre respetuosas a las hipocentro de la denominada sociedad del personas, sea de aquellas que son objeto conocimiento, de la información y de las de información o ya sea de los destina- comunicaciones del mundo global contemtarios del mensaje. Insiste en que cada poráneo, se expresa principalmente en el uno, en su propio rol y con su responsa- sector terciario de la economía y, de modo bilidad privativa, está llamado a vigilar especial, en el de los servicios. El mundo de para mantener alto el nivel ético de la las comunicaciones es emblemático en este comunicación y evitar las cosas que hacen sentido. El Papa Juan Pablo II dijo así que tanto mal, a saber: la desinformación, la los medios representan hoy el ágora de los difamación y la calumnia. tiempos modernos. Esta nueva plataforma Varias veces recuerda el mismo Papa de encuentro está unificando a la sociedad que los medios de comunicación además y transformándola en una “aldea global”. de informativos, son formativos. Son un Benedicto XVI lo calificó como “areópago” servicio público, lo que equivale a decir de la actualidad. Sin duda, todos vivimos que son un servicio al Bien Común; un hoy siendo parte de una inédita historia servicio a la Verdad, un servicio a la Bon- universal común en tiempo presente.

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A modo de ejemplo basta recordar su experiencia vital directa a través de los el papel trascendental, gigantesco y sin medios de comunicación. parangón de las comunicaciones en los La utilización masiva de los nuevos cambios que ocurrieron en los años 1989 medios ha dado lugar a una suerte de y 1990 en Europa Oriental. Tuvieron un nuevos lenguajes semi-vernaculares y a alcance universal que, con el desmoro- nuevos comportamientos. Lo anterior es namiento interno pacífico de la ex Unión especialmente manifiesto en la juventud. Soviética, pusieron fin a la Estas innovaciones han Guerra Fría. Lo acaecido generado, por un lado, un NO EXISTE no se puede explicar si no acercamiento diferente y COMUNICACIÓN FUERA es por las comunicaciones. una notoria e imprevisDE UN CONTEXTO Fue un impacto impredeta uniformidad de comDETERMINADO. LOS cible, imposible de moriportamiento y relacionaMISMOS ELEMENTOS, gerar, encauzar, ni mucho miento de la humanidad IMÁGENES, SONIDOS, menos detener e impedir que abarca una dimensión REACCIONES, ETC. por las férreas fronteras universal-global. Han sido ASUMEN SIGNIFICADOS DIFERENTES SEGÚN geográficas, cortinas de capaces de promover y geEL ENTORNO. EN UN hierro, muro de Berlín de nerar formas y estructuras SENTIDO MÁS AMPLIO, las políticas e ideologías que contribuyen a rediseTODA COMUNICACIÓN de la época. ñar y acercar a la sociedad ES TRIBUTARIA DE UNA Es evidente para todos en su siempre compleja COSMOVISIÓN, DE UNA que los noticiarios de terelación con el Estado y su IMAGO MUNDI, DE UNA levisión tienen un alto Gobierno. La forma de esta WELTANSCHAUUNG. componente de noticias delicada y sensible relación i nter nacionales que es ha sido siempre crucial en equivalente o incluso mayor que las todo tiempo y sociedad. noticias nacionales. Por otro lado, las auCabe a la vez observar que estos medios diencias alcanzadas son de tal magnitud modernos han impulsado un enorme que para muchos son el principal, si no a desarraigo en muchas personas en las que veces el único, instrumento informativo prima la desorientación, el desconcierto y formativo de orientación e inspiración y la confusión. Es común que se actúe para los comportamientos individuales, sin saber hacia qué dirección se va. Una familiares y sociales. alta proporción de preguntas queda sin Esto ha determinado que aquello que respuesta. Observamos casi a diario cómo los hombres y mujeres de nuestro tiempo flaquean intuiciones básicas y certezas. saben y conocen, e incluso el modo en que Por doquier se cuestiona y desafía el ellos piensan, es condicionado en buena entramado republicano y la institucionaparte por los medios de comunicación. lidad democrática. Muchas instituciones Así, para centenares de millones de habi- pierden credibilidad. Sin duda vivimos, en tantes del mundo, la experiencia humana muchos sentidos, una época de creencias como tal ha llegado a ser al mismo tiempo y fidelidades débiles.

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Todo lo descrito concierne a creyentes A nivel académico está irrumpiendo y no creyentes. De algún modo afecta a con fuerza el concepto de “glocalización”. nuestra complejidad de vivir, no obstante Es una suerte de sincretismo entre globala creciente prosperidad económica del lización y localización. El concepto alude mundo. Este avance de las comunicaciones a la modalidad de acción de las personas paradójicamente ha hecho a muchos sen- en este mundo de la conectividad medial tirse como náufragos en su vida personal. total que nos rige. En efecto, todo ciudaEs reconocida e indiscutidano debería según esto ble la trágica soledad y el actuar con la siguiente RECUERDA EL MISMO aislamiento de multitud de máxima: “Think Global, PAPA QUE LOS MEDIOS personas en las grandes mebut act Local”. Es también DE COMUNICACIÓN galópolis contemporáneas. otro corolario de la revoluADEMÁS DE Se ha dicho con propieción de los medios. INFORMATIVOS, SON dad que vivimos en un De algún modo, se ha FORMATIVOS. SON UN mundo en el que el hombre generado un curioso acerSERVICIO PÚBLICO, LO QUE EQUIVALE A DECIR tiene miedo al hombre; miecamiento de los escenarios QUE SON UN SERVICIO do a la vida tanto o más quimás lejanos y remotos y, AL BIEN COMÚN; UN zás que a la muerte. Miedo contrario sensu, se ha proSERVICIO A LA VERDAD, tal vez al todo y a la vez a la ducido simultáneamente UN SERVICIO A LA nada; incluso a veces miedo una suerte de alejamiento BONDAD Y UN SERVICIO a nuestro propio miedo. —incluso distanciamienA LA BELLEZA, SIEMPRE En este sentido, resueto— del entorno más cercaQUE SEPAN PONERSE nan aquellas premonitorias no, propio y familiar. AL SERVICIO DEL CRECIMIENTO HUMANO, palabras de San Juan Pablo Los medios saben que CULTURAL Y CIVIL DE II en su primera aparición es posible influir sistemáLA SOCIEDAD. en el balcón de la Iglesia tica y persistentemente, San Pedro en el Vaticano según métodos científicos en la asunción como Pontífice: “Non abiatte establecidos, para construir una opinión paura!... ¡No tengáis miedo!”. Un llamado pública. Esa capacidad es utilizada al que, mirado y escuchado desde el presen- momento de inducir a la opinión pública te, parece profético y providencial. en busca de legitimar el poder político y Además de su indiscutida capacidad de consolidar el poder económico. unir y conducir a toda la sociedad hacia Tradicionalmente la idea que inspira el una convergencia, los medios tienen tam- concepto de Bien Común es la visión de la bién, contrario sensu, el riesgo de separar y sociedad (ciudadano, familia, etc.) como dividir a una sociedad y a sus personas. conformando un solo cuerpo, como un Una misma revolución tecnológica es organismo: “El bien de la mano es el bien capaz de engendrar unión y segregación del cuerpo entero, así como el bien del al mismo tiempo. Ella le impone, por lo cuerpo entero es también el de la mano”. tanto, una responsabilidad adicional a los Sin embargo, los tiempos contempomedios de comunicación en esta materia. ráneos parecieran tener dificultades con

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esta concepción clásica. En esto hay que formación, la difamación, la calumnia o decir que la Doctrina Social de la Iglesia el animo injuriandi? Católica ha aportado una lectura disEn el mundo de las comunicaciones tinta y bastante más actualizada, como debemos aprender a discernir con certeza lo hace la encíclica Caritas in veritate de y prístina claridad qué es y cómo se debe Benedicto XVI. Nuevos desafíos como la diferenciar entre la opinión pública y la opiglobalización, el relativismo moral, los nión publicada, que ciertamente no son conrebrotes de anarquía, el terrorismo en sus ceptos equivalentes. Este tema no es trivial distintas versiones, el racismo o el nar- ni marginal porque ningún contenido de cotráfico son retos cuasi universales que información es aséptico sino mediado. se observan localmente. La información mediada El progreso tecnológico es, en algún grado, una EL PAPA FRANCISCO en las comu n icaciones suerte de denuncia. Y lo ADVIRTIÓ QUE NO HAY modernas debe entenderse que es peor y más grave: LUGAR EN EL MUNDO como un estar instantánea los medios están emitienDONDE NO SE HAGA y perfectamente conectado do unilateralmente, sin SENTIR EL IMPACTO en todo tiempo y lugar. el debido y justo proceso, DE LOS MEDIOS DE Sin embargo, convengauna especie de sentencia. COMUNICACIÓN mos que sabemos poco del Sabemos cómo se maneja, SOBRE LAS ACTITUDES RELIGIOSAS Y MORALES, significado y de la profunpor algunos, el derecho a LOS SISTEMAS POLÍTICOS didad de esta perpetua coréplica. No desconocemos Y SOCIALES Y SOBRE nexión. Son muy obvios los la existencia de normas leLA EDUCACIÓN. graves reparos acerca del gales, regulatorias, ni la vivalor informativo y sobre gencia de códigos deontotodo del valor antropológico formativo lógicos que sin duda los hay y funcionan. de ese estar eternamente “comunicado”, Pero en razón de la complejidad y la que estrecha y amenaza conculcar los velocidad del avance tecnológico, se sobreindispensables espacios para la contem- pasan continuamente las figuras morales plación. En efecto, campea una primacía y legales ya tipificadas. Es un hecho cotidel dato aislado, pirotécnico, a costa de diano el enfrentar vacíos legales relativos un debilitamiento —si no ausencia— de a las complejas figuras éticas que desata una reflexión y de un pensamiento lógico la innovación científica. Por lo demás, esto y causalmente entrelazado. no es exclusivo de los medios, sino que En otro orden de cosas, cabe pregun- es de similar ocurrencia en las ciencias tarse: ¿Cuál es, cómo opera y cómo se en general y en distintas instituciones y inserta en el entramado institucional poderes del Estado. de una sociedad la legitimación de los La relación de los medios de comunicamedios de comunicación? Y en seguida, ción y la política es un tema mayor y aún ¿cuál es el nivel de responsabilidad, más complejo. El indiscutido efecto de pequién y cómo se ejerce cuando se falta a netración de los medios es conocido hace la ética, a la verdad, e irrumpe la desin- ya mucho en los gobiernos, parlamentos y,

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en especial, por las propias personas que privados ejercen una influencia anormal son parlamentarios. De ahí la tentación de en su programación y contenidos. Se apelar a la opinión publicada, las encuestas privilegia el rating y la popularidad, en o al people meter. Vale decir, ya no operan desmedro de la calidad. El Estado y los los políticos como orientadores top down, privados se alienan en un mínimo común como fuera tradicional hacerlo no hace denominador. Los del Estado se esfuerzan tanto tiempo cuando desempeñaban una en incentivar el adoctrinamiento ideolólabor conductora como formadores y orien- gico-político, a la vez de erosionar los cótadores políticos de la ciudadanía. digos morales y valóricos de la sociedad; Parece que en una democracia popular mientras que los segundos, los privados, de masas, lo que ha de regir empujados por motivos es el bottom up, vale decir, el mercantiles, se esfuerzan LA UTILIZACIÓN sentir de las bases: la calle por crear necesidades y MASIVA DE LOS NUEVOS es lo decisivo. La expresión modelos artificiales de MEDIOS HA DADO “políticamente correcto” consumo. LUGAR A UNA SUERTE es lo que manda hoy; es el Es probable que el acDE NUEVOS LENGUAJES ídolo del foro. tual y futuro uso de los SEMI-VERNACULARES Por lo visto, parece que medios de comunicación Y A NUEVOS se está imponiendo con pueda tender hacia servir COMPORTAMIENTOS. LO ANTERIOR ES fuerza en el mundo una ideologías oficiales o como ESPECIALMENTE suerte de humanismo mainstrumentos de poder MANIFIESTO EN terialista. Se tiende a penpolítico o como palancas LA JUVENTUD. sar que todo lo que existe de poder económico. Por se le ofrece al hombre como esta vía se infieren daños a material dispuesto para su elaboración. diario al hombre de hoy y pueden llegar Así, sería parte de la historia del hombre a ser ominosos fantasmas para el futuro. de este tiempo el creer, o haber creído, Seamos capaces de reconocer, con igual que todo —la naturaleza, la sociedad y, claridad, que no hay manera de superar lo que es más grave, la propia mente hu- esos peligros de los sistemas técnicos mana— sería material dispuesto para ser modernos si no es rescatando el sentido manejado a su voluntad. El hombre sería del hombre que le restituya su verdadera solo algo así como un simple eslabón más dignidad. Esa dignidad propia del hombre de la historia biológica. que ha descubierto que tanto él como el ¿Y qué decir de la propiedad de los me- mundo tienen un sentido que es anterior dios de comunicación? Tengamos claro a la posibilidad misma que poseemos de que tanto los medios estatales como los conferirles nosotros sentido a las cosas.

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BOKO HARAM Y LA SANGRE INOCENTE: ¿DE QUIÉN ES LA CULPA? por Mons. Matthew Kukah, ex secretario general de la Conferencia Episcopal de Nigeria

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Para responder estas ran parte de los discurES PRECISO SITUAR A BOKO HARAM preguntas, es preciso sisos sobre Boko Haram se EN EL SURCO DEL tuar a Boko Haram en el han centrado en su ascenso MOVIMIENTO DE surco del movimiento de de los últimos tres años. MUHAMMAD MARWA, Muhammad Marwa, coEn todo caso, me parece CONOCIDO COMO nocido como Maitatsine, importante preguntarse MAITATSINE, QUE INICIÓ que inició en los años 70 cuáles son los motivos de EN LOS AÑOS 70 UNA una intensa actividad de dicho ascenso, qué relación INTENSA ACTIVIDAD predicación islámica en tiene con el de otros grupos DE PREDICACIÓN ISLÁMICA EN EL NORTE el norte de Nigeria, de la y movimientos, cuáles son DE NIGERIA, DE LA CUAL cual surgió una serie de sus fuentes de inspiración, SURGIÓ UNA SERIE DE revueltas contra el Estado. por qué su acción se ha REVUELTAS CONTRA Además, después de ser desplegado sobre todo en EL ESTADO. asesinado Maitatsine en algunos estados de Nige1980, en un encuentro arria (especialmente Borno y Yobe) y por qué los principales objetivos mado con el ejército y su grupo disperso, son el Estado y las fuerzas de seguridad, algunos miembros se establecieron en diversas zonas del norte, las cuales hoy los cristianos y la educación occidental.

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representan los epicentros de las opera- En el origen de la opción violenta ciones de Boko Haram. Entretanto, la globalización, los conLos motivos que condujeron a Boko Hatactos internacionales de muchos ni- ram al uso de la violencia son complejos, gerianos (sobre todo con ocasión de la pero es posible señalar algunos. Ante todo, peregrinación a La Meca) y el aumento si el gobierno federal hubiese tenido un del financiamiento externo destinado a mejor conocimiento del problema, habría la predicación estaban transformando a podido actuar de distinta forma. Al comienNigeria del Norte en una zo se cometieron demasiacaldera con diversas tendos errores. Por ejemplo, EL GOBIERNO FEDERAL dencias islámicas de gran el gobierno federal creyó CREYÓ DURANTE influjo en las mentes de durante mucho tiempo que MUCHO TIEMPO QUE los musulmanes pobres y Boko Haram era un complot BOKO HARAM ERA UN analfabetos. En este conCOMPLOT URDIDO urdido por musulmanes del POR MUSULMANES texto, surgió la figura de norte para desestabilizar DEL NORTE PARA Mallam Mohammed Yuel gobierno del Presidente DESESTABILIZAR suf, que a fines de los años cristiano Jonathan. Esta idea EL GOBIERNO DEL 90 fundó un movimiense difundía en el liderazgo PRESIDENTE CRISTIANO to conocido como Jamâ’at pentecostal de la comuniJONATHAN. ESTA Ahl al-Sunna li-l-da’wa dad cristiana, según la cual IDEA SE DIFUNDÍA wa-l-jihâd (Asociación de Boko Haram representaba la EN EL LIDERAZGO sunitas para la predicación expresión final del choque PENTECOSTAL DE LA COMUNIDAD CRISTIANA, y la yihad), hoy conocido inevitable entre las fuerzas SEGÚN LA CUAL BOKO como Boko Haram. Yusuf, oscuras del Islam y la luz de HARAM REPRESENTABA que era un predicador muy Cristo. El atentado contra la LA EXPRESIÓN carismático, invitaba a sus Iglesia Católica de Madalla y FINAL DEL CHOQUE secuaces a combatir contra otras iglesias en el norte del INEVITABLE ENTRE LAS el predominio de la cultura país confirmaba este penFUERZAS OSCURAS DEL occidental transmitida en samiento. Dado el escaso ISLAM Y LA LUZ las escuelas, a oponerse a conocimiento del Presidente DE CRISTO. los sistemas económicos y algunos de sus principales y políticos no islámicos o colaboradores sobre la comanti-islámicos, a luchar por la restaura- pleja naturaleza del norte del país, la idea de ción de la sharia y a eliminar la injusticia una oscura conspiración musulmana parey la corrupción. Originalmente, al pare- cía plausible1. Había quienes, sin embargo, cer Yusuf no era partidario del uso de la pensaban otra cosa. Yo mismo expliqué en violencia en la búsqueda de estos fines. diversos artículos y conferencias públicas2

1 El Presidente no tenía experiencias anteriores a nivel nacional. La mayor parte de los jefes de seguridad, con excepción del Inspector General de la Policía, eran cristianos del sur, con un conocimiento limitado del Islam y de la región septentrional. 2 MATTHEW KULAH, Be Still and Know that I am God: An Appeal to Nigerians, 22 de enero de 2012.

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que estábamos enfrentando un desafío a 90, algunos movimientos musulmanes ninuestra convivencia y no una guerra de re- gerianos entraron en contacto con Al Qaeligión entre cristianos y musulmanes, como da. Era la época en la cual Osama bin Laden se pensaba comúnmente; pero estas ideas se estableció en Sudán y es probable que parecían extrañas a muchos, y nos acusaron Muhammad Yusuf se hubiese beneficiado de no apoyar a la Iglesia y no tener interés con los fondos proporcionados por Bin en el destino de los cristianos. Laden para la creación de células en NigeEn segundo lugar, el gobierno federal ria3. Posteriormente, los ataques del ejército consideró que Boko Haram era un proble- nigeriano hicieron a los miembros de Boko ma de orden público y decidió intervenir Haram huir hacia países como Afganistán, militarmente. Una vez más algunos de Argelia, Chad, Níger, Malí y Somalia. Al nosotros señalamos que dispersarse, estos miemno era el camino indicado, bros quedaban expuestos YA EN LOS AÑO 90, por cuanto la intervención a versiones más radicales ALGUNOS MOVIMIENTOS MUSULMANES militar presentaba algunos de la ideología antagonista NIGERIANOS ENTRARON problemas: el precio en y al mismo tiempo se vinEN CONTACTO CON términos de vidas inocenculaban con grupos como AL QAEDA. ERA LA tes era demasiado alto, y Ansar Dine (Defensores ÉPOCA EN LA CUAL muchas personas, quizás de la Fe), AQMI o el MoviOSAMA BIN LADEN SE parientes de miembros de miento para la Unicidad y la ESTABLECIÓ EN SUDÁN Boko Haram, eran deteniYihad en África Occidental Y ES PROBABLE QUE das sin proceso y a veces (MUYAO o MUJAO). Más MUHAMMAD YUSUF SE HUBIESE BENEFICIADO asesinadas por las fuerzas recientemente, el colapso CON LOS FONDOS de seguridad, como le ocudel régimen de el-Gaddafi PROPORCIONADOS POR rrió, por ejemplo, al suegro y los desarrollos en países BIN LADEN PARA LA de Yusuf. Además, Boko como Malí han permitido a CREACIÓN DE CÉLULAS Haram, al encontrarse commiles de jóvenes transitar a EN NIGERIA. batiendo en una guerra para través de las fronteras porola cual no estaba preparado, sas de Malí, Somalia, Chad, comenzó a atacar los puestos de policía en Níger y Camerún. Muchos de estos jóvenes, busca de armas, llegando a ser cada vez sobre todo los provenientes del ejército más violento. libio, tenían acceso a armas pesadas. Habiendo adoptado un enfoque puramente militar y careciendo de un diagnósLas relaciones con el exterior tico correcto, el gobierno federal terminó Es preciso además considerar que el financiando la rebelión. El aumento sorgobierno federal no percibió la dimensión prendente del presupuesto militar condujo internacional de Boko Haram. Ya en los año a la corrupción de las fuerzas armadas, a la

3 Curbing Violence in Nigeria (2): the Boko Haram Insurgency, International Crisis Group. Africa Report (218), 3 de abril de 2014, 23.

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pérdida de la moralidad y del sentido de las fusión en cuanto a la forma de enfrentar la prioridades y a la infiltración de miembros situación. Obviamente, el ejército ha seguido de Boko Haram en el ejército. Además, en sosteniendo que con más recursos podría los primeros días de la revuelta, las fuerzas haber ganado la guerra, pero se trata de armadas se enemistaron con muchas comu- un error de evaluación. No parece que el nidades, procediendo a arrestos arbitrarios, gobierno haya prestado especial atención a cometiendo homicidios y secuestros, y tor- los análisis serios y profesionales sobre los turando a civiles inocentes. miembros de Boko Haram No es sorprendente por lo y los motivos que los han HABIENDO ADOPTADO tanto que el nacimiento de la impulsado a la militancia UN ENFOQUE entidad que llegó a ser conoyihadista. Parece en cambio PURAMENTE MILITAR cida como Civilian Joint Task que el gobierno, como es Y CARECIENDO DE Force, constituida por mucomprensible, se ha intereUN DIAGNÓSTICO chachos jóvenes del lugar, sado más en ganar la guerra; CORRECTO, haya sabido conquistar la pero es imposible ganar EL GOBIERNO FEDERAL TERMINÓ confianza de las comunidauna guerra o encontrar un FINANCIANDO LA des, logrando algunos triunremedio sin un diagnóstico REBELIÓN. EL AUMENTO fos impresionantes contra preciso. ¿Cuál es entonces el SORPRENDENTE los insurrectos. Se dice de camino a seguir? DEL PRESUPUESTO hecho que los miembros de MILITAR CONDUJO A Boko Haram temen más a la LA CORRUPCIÓN DE LAS ¿Cómo salir del paso? Civilian Joint Task Force que FUERZAS ARMADAS, Nigeria está llamada a los soldados del ejército A LA PÉRDIDA DE LA a una especie de examen MORALIDAD Y DEL nigeriano. Obviamente, es SENTIDO DE LAS de conciencia. El gobierno de esperar que esta no se PRIORIDADES Y A LA debe considerar seriamente convierta en el monstruo INFILTRACIÓN DE las condiciones que han de mañana, ahora que el MIEMBROS DE BOKO llevado al nacimiento de gobierno estatal contribuye HARAM EN EL EJÉRCITO. Boko Haram. La violencia a adiestrarla y suministra homicida de Boko Haram armas para usar en vez de ha sido favorecida por la escasa vigilancia arcos, flechas, macetas y palos. La tendencia homicida de Boko Haram de las fronteras y por la complicidad de las desafía toda argumentación racional, por élites musulmanas. Se requiere un sistema lo cual es difícil dar una explicación clara de protección de las fronteras que no esté de la situación en la cual nos encontramos sujeto a la complicidad y a la corrupción actualmente. Lo único que podemos decir es criminales de común propagación en los que Nigeria está viviendo su peor momento. servicios de inmigración. Los límites con La reacción de la comunidad internacional Camerún, Chad y Níger resultan ser más en cierto modo ha tenido lugar demasiado problemáticos a causa de los vínculos histarde, una vez más porque al parecer en el tóricos que unen a las poblaciones: Boko gobierno de Nigeria ha habido cierta con- Haram ha sabido jugar en beneficio propio

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con la común pertenencia a la cultura impacto acumulativo de estas frustraciones. Kanuri de las poblaciones de esas zonas. Los sucesivos dirigentes políticos han Evidentemente, lo que hoy ocurre es hecho muy poco por formar una nación producto de años de corrupción y de la in- unida, a raíz de lo cual la diferencia entre adecuada gestión de los recursos estatales, comunidades ha seguido aumentando, que han condenado a nuestros ciudadanos a sobre todo ante el colapso de las infraestrucuna vida de miseria e indigencia. En el dis- turas, que ha hecho imposible los desplazacurso de Boko Haram se reiteran continuas mientos a través del país. Los musulmanes referencias a la justicia y a la aplicación de tienen la sensación de estar confinados en la sharia como remedio para los males del un espacio demasiado restringido a causa país; pero esto obviamente de la presencia de personas solo constituye una manera que consideran extranjeras, LA TENDENCIA de canalizar la frustración y en especial la comunidad HOMICIDA DE BOKO ya difundida en todo el país, cristiana. Los no musulmaHARAM DESAFÍA TODA porque además la pobrenes del norte de Nigeria han ARGUMENTACIÓN za es condición necesaria, seguido prosperando en RACIONAL, POR LO pero no suficiente, para el medio de las dificultades y CUAL ES DIFÍCIL DAR surgimiento de la violencia. este desarrollo ha provocaUNA EXPLICACIÓN En nuestra situación, la frusdo envidia en sus vecinos CLARA DE LA SITUACIÓN EN LA CUAL NOS tración acumulada con los musulmanes. ENCONTRAMOS años entre los musulmanes Es importante por lo tanACTUALMENTE. pobres debido a las mentito que el gobierno se centre ras y a los engaños de sus en la creación de una nación élites no ha encontrado válvulas de escape unida, especialmente aplicando el principio adecuadas y pacíficas. Los musulmanes constitucional de los derechos de ciudadanía del norte se han ocupado durante largo a todos los nigerianos. El gobierno federal tiempo de la gestión de los asuntos del país, debe proceder con urgencia para enfrentar ocupando posiciones de importancia clave los problemas de corrupción, poniendo fin en la vida pública; pero en vez de propor- a la impunidad en la vida pública y echancionar servicios a su pueblo, han seguido do las bases para un nuevo gobierno. Los centrándose en acciones hipócritas, como niveles cada vez más elevados de pobreza y la construcción de mezquitas, la organiza- desigualdad son moralmente inaceptables, ción de la peregrinación y la exhibición de y Nigeria no podrá encontrar la paz si no su propia devoción. Tras volver el país al enfrenta seriamente estos problemas. gobierno civil a fines de los años 90, ellos Se está recorriendo el camino de la amhan sostenido abiertamente la adopción y nistía, si bien es difícil encontrar los mediala aplicación de la sharia. Esas reivindica- dores justos y lograr restablecer un clima ciones en modo alguno han desaparecido. de confianza, sobre todo si se consideran Lo que Boko Haram está poniendo en las fracturas y la desconfianza que se han escena con su pretensión de establecer un generado entre cristianos y musulmanes Estado islámico es la manifestación del en los estados septentrionales de Nigeria.

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NIGERIA Y BOKO HARAM • Boko Haram se funda en el año 2002 • Nombre árabe oficial: Jama’atu Ahlis Sunna wal-Jihad Lidda’awati, significa «Gente comprometida con la Propagación de Enseñanzas y Yihad del Profeta» • Inicialmente este grupo se oponía a la educación occidental, de ahí su nombre más conocido Boko Haram, que significa “La educación occidental está prohibida” • Fundador: Mohammed Yusuf (muere en 2009); sucesor: Abubakar Shekau. • Acciones: miles de muertos, en su mayoría en el noreste de Nigeria. • Víctimas: tres millones de personas afectadas. Declarado grupo terrorista por Estados Unidos en 2010.

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1 Ciudad: Abuja (capital del país)

Número víctimas mortales: 104

6 Ciudad: Potiskum

Número víctimas mortales: 107

2 Ciudad: Kaduna

7 Ciudad: Damaturu

Número víctimas mortales: 40

3 Ciudad: Kano

Número víctimas mortales: 125

Número víctimas mortales: 21

8 Ciudad: Maiduguri

Número víctimas mortales: 199

4 Ciudad: Jos

9 Ciudad: Mubi

Número víctimas mortales: 117

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Ciudad: Azare Número víctimas mortales: 27

10 Ciudad: Biu

Número víctimas mortales: 45 Número víctimas mortales: 18

Atentados de algunas de las principales ciudades donde Boko Haram con víctimas mortales desde enero de 2014 (Fuente: Amnistía Internacional).

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El gobierno federal ha dado señales con- obsesión con la sharia como condición pretradictorias. Ha encaminado al menos tres via de cualquier tentativa es un obstáculo iniciativas, pero sin dar curso a ninguna. relevante para cualquier solución. En este momento, está en funciones un En segundo lugar, las relaciones entre nuevo Comité, pero solo Dios sabe lo que el gobierno federal y los gobiernos de los surgirá de sus conclusiones. estados involucrados en la revuelta son La obsesión del gobierno con el uso pésimas, en parte porque los gobernantes de la fuerza para derrotar a Boko Haram de estos estados militan en partidos que a puede explicar la evidente falta de interés nivel federal están en la oposición. en un diagnóstico adecuado. Pensemos en En tercer lugar, los gobernantes anteriores las iluminadoras investiy actuales del norte están gaciones emprendidas por enteramente inertes ante LA TAREA MÁS GRANDE grupos como International los desarrollos acaecidos en QUE DEBE EMPRENDER Alert, International Crisis sus estados. A diferencia NUESTRA NACIÓN Group y muchas embajadas de sus homólogos del sur, ES POR LO TANTO extranjeras en Nigeria. No los estados del norte tienen LA CONSTRUCCIÓN está claro en qué medida indicadores de desarrollo DE UN PAÍS DONDE esta información confluye más bajos en muchos secLA DIFERENCIA NO en las respuestas políticas tores importantes, desde la OBSTACULICE LA CELEBRACIÓN DE del gobierno federal. Aun salud hasta la seguridad, la NUESTRA HUMANIDAD cuando la revuelta debiese instrucción, las infraestrucCOMÚN. LOS OBJETIVOS terminar hoy mismo, es turas… No se trata tanto de Y LOS IDEALES DE necesario emprender una un problema de dinero, sino NUESTRAS RELIGIONES reflexión seria para trazar el de cómo se gasta. Como ya SON NUESTRA camino a seguir. Se ventila he dicho, muchos gobernanMEJOR CARTA. un plan Marshall para el tes creen que la instrucción norte y hay quienes hablan coránica, la construcción de de la amnistía como base para emprender mezquitas y la peregrinación son mucho la partida. más importantes que la instrucción de tipo occidental y que la adquisición de capacidades que consideran contrarias al Islam. La Un país por reconstruir tarea más grande que debe emprender nuesEn la medida en que estos argumen- tra nación es por lo tanto la construcción de tos puedan ser plausibles, es necesario un país donde la diferencia no obstaculice la comprender la diferencia de orientación celebración de nuestra humanidad común. cultural y de expectativas entre el delta Los objetivos y los ideales de nuestras redel Níger y el norte. Ante todo, los irre- ligiones son nuestra mejor carta. Nuestro ductibles de Boko Haram son contrarios a desafío consiste en salvar a la religión y sus la instrucción occidental, que proporciona enseñanzas sagradas de los abusos de los los instrumentos y las capacidades para la fanáticos y de los extremistas, ya sean homincorporación en un Estado moderno. Su bres políticos o yihadistas criminales.

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La Palabra del Papa

AMAR AL CÓNYUGE COMO CRISTO AMA A SU IGLESIA “La vida de la Iglesia se enriquece con la belleza de esta alianza esponsal, así como se empobrece cada vez que la misma se ve desfigurada. La Iglesia, para ofrecer a todos los dones de la fe, del amor y la esperanza, necesita también de la valiente fidelidad de los esposos a la gracia de su sacramento”, señaló S.S. Francisco en el marco de la catequesis sobre la familia.

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s lo que el apóstol Pablo resume en su célebre expresión: «Es este un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia» (Ef 5, 32). Inspirado por el Espíritu Santo, Pablo afirma que el amor entre los cónyuges es imagen del amor entre Cristo y la Iglesia. Una dignidad impensable. Pero en realidad está inscrita en el designio creador de Dios, y con la gracia de Cristo innumerables parejas cristianas, incluso con sus límites, sus pecados, la hicieron realidad. HUMANITAS Nº 79 pp. 196 - 208

San Pablo, al hablar de la vida nueva en Cristo, dice que los cristianos —todos— están llamados a amarse como Cristo los amó, es decir, «sumisos unos a otros» (Ef 5, 21), que significa los unos al servicio de los otros. Y aquí introduce la analogía entre la pareja marido-mujer y Cristo-Iglesia. Está claro que se trata de una analogía imperfecta, pero tenemos que captar el sentido espiritual que es altísimo y revolucionario, y al mismo tiempo sencillo, al alcance de cada hombre y

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El sacramento del matrimonio es un gran acto de fe y de amor: testimonia la valentía de creer en la belleza del acto creador de Dios y de vivir ese amor que impulsa a ir cada vez más allá, más allá de sí mismo y también más allá de la familia misma. mujer que confían en la gracia de Dios. El marido —dice Pablo— debe amar a la mujer «como cuerpo suyo» (Ef 5, 28); amarla como Cristo «amó a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella» (cf. v. 25-26). Vosotros maridos que estáis aquí presentes, ¿entendéis esto? ¿Amáis a vuestra esposa como Cristo ama a la Iglesia? Esto no es broma, son cosas serias. El efecto de este radicalismo de la entrega que se le pide al hombre, por el amor y la dignidad de la mujer, siguiendo el ejemplo de Cristo, tuvo que haber sido enorme en la comunidad cristiana misma. Esta semilla de la novedad evangélica, que restablece la originaria reciprocidad de la entrega y del respeto, fue madurando lentamente en la historia, y al final predominó. El sacramento del matrimonio es un gran acto de fe y de amor: testimonia la valentía de creer en la belleza del acto creador de Dios y de vivir ese amor que impulsa a ir cada vez más allá, más allá de sí mismo y también más allá de la familia misma. La vocación cristiana a amar sin reservas y sin medida es lo que,

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con la gracia de Cristo, está en la base también del libre consentimiento que constituye el matrimonio. La Iglesia misma está plenamente implicada en la historia de cada matrimonio cristiano: se edifica con sus logros y sufre con sus fracasos. Pero tenemos que preguntarnos con seriedad: ¿aceptamos hasta las últimas consecuencias, nosotros mismos, como creyentes y como pastores también, este vínculo indisoluble de la historia de Cristo y de la Iglesia con la historia del matrimonio y de la familia humana? ¿Estamos dispuestos a asumir seriamente esta responsabilidad, es decir, que cada matrimonio va por el camino del amor que Cristo tiene con la Iglesia? ¡Esto es muy grande! En esta profundidad del misterio creatural, reconocido y restablecido en su pureza, se abre un segundo gran

¿Aceptamos hasta las últimas consecuencias, nosotros mismos, como creyentes y como pastores también, este vínculo indisoluble de la historia de Cristo y de la Iglesia con la historia del matrimonio y de la familia humana? ¿Estamos dispuestos a asumir seriamente esta responsabilidad, es decir, que cada matrimonio va por el camino del amor que Cristo tiene con la Iglesia? ¡Esto es muy grande!


La ruta está de este modo marcada para siempre, es la ruta del amor: se ama como ama Dios, para siempre. Cristo no cesa de cuidar a la Iglesia: la ama siempre, la cuida siempre, como a sí mismo. Cristo no cesa de quitar del rostro humano las manchas y las arrugas de todo tipo. horizonte que caracteriza el sacramento del matrimonio. La decisión de «casarse en el Señor» contiene también una dimensión misionera, que significa tener en el corazón la disponibilidad a ser intermediario de la bendición de Dios y de la gracia del Señor para todos. En efecto, los esposos cristianos participan como esposos en la misión de la Iglesia. ¡Se necesita valentía para esto! Por ello cuando saludo a los recién casados, digo: «¡Aquí están los valientes!», porque se necesita valor para amarse como Cristo ama a la Iglesia. La celebración del sacramento no puede dejar fuera esta corresponsabilidad de la vida familiar respecto a la gran misión de amor de la Iglesia. Y así la vida de la

Iglesia se enriquece con la belleza de esta alianza esponsal, así como se empobrece cada vez que la misma se ve desfigurada. La Iglesia, para ofrecer a todos los dones de la fe, del amor y la esperanza, necesita también de la valiente fidelidad de los esposos a la gracia de su sacramento. El pueblo de Dios necesita de su camino diario en la fe, en el amor y en la esperanza, con todas las alegrías y las fatigas que este camino comporta en un matrimonio y en una familia. La ruta está de este modo marcada para siempre, es la ruta del amor: se ama como ama Dios, para siempre. Cristo no cesa de cuidar a la Iglesia: la ama siempre, la cuida siempre, como a sí mismo. Cristo no cesa de quitar del rostro humano las manchas y las arrugas de todo tipo. Es conmovedora y muy bella esta irradiación de la fuerza y de la ternura de Dios que se transmite de pareja a pareja, de familia a familia. Tiene razón san Pablo: esto es precisamente un «gran misterio». Hombres y mujeres, lo suficientemente valientes para llevar este tesoro en «vasijas de barro» de nuestra humanidad, son —estos hombres y estas mujeres tan valientes— un recurso esencial para la Iglesia, también para todo el mundo. Que Dios los bendiga mil veces por esto. Vaticano (6-V-2015)

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LA FINURA DEL QUERER: PERMISO, GRACIAS Y PERDÓN “Entendemos la buena educación en sus términos auténticos, donde el estilo de las buenas relaciones está firmemente radicado en el amor del bien y en el respeto por el otro. La familia vive de esta fineza del quererse”, dijo S.S. Francisco durante una audiencia general dedicada a la familia donde también se celebró a Nuestra Señora de Fátima.

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a catequesis de hoy es como la puerta de ingreso de una serie de reflexiones sobre la vida de la familia, su vida real, con sus tiempos y sus acontecimientos. Sobre esta puerta de ingreso están escritas tres palabras, que he utilizado en la plaza diversas veces. Y estas palabras son: “permiso”, “gracias”, “perdón”. En efecto, estas palabras abren el camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras simples, ¡pero no así

Un gran Obispo, san Francisco de Sales, solía decir que “la buena educación es ya media santidad”. Pero atención: en la historia hemos conocido también un formalismo de las buenas maneras que puede transformarse en máscara que esconde la aridez del alma y el desinterés por el otro.

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simples para poner en práctica! Encierran una gran fuerza; la fuerza de custodiar la casa, también a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio, su falta poco a poco abre grietas que pueden hacerla incluso derrumbar. Nosotros las entendemos normalmente como las palabras de la “buena educación”. Está bien, una persona educada pide permiso, dice gracias o se disculpa si se equivoca. Está bien, pero la buena educación es muy importante. Un gran Obispo, san Francisco de Sales, solía decir que “la buena educación es ya media santidad”. Pero atención: en la historia hemos conocido también un formalismo de las buenas maneras que puede transformarse en máscara que esconde la aridez del alma y el desinterés por el otro. Se suele decir: “Detrás de tantas buenas maneras se esconden malas costumbres”. Ni siquiera la religión está protegida de este riesgo, que hace deslizar la observancia formal en la mundanidad espiritual. El diablo que tienta a Jesús ostenta buenas maneras —pero es realmente un señor,


un caballero— y cita las Sagradas Escrituras, parece un teólogo. Su estilo parece correcto, pero su intención es aquella de desviar de la verdad del amor de Dios. Nosotros, en cambio, entendemos la bue-

na educación en sus términos auténticos, donde el estilo de las buenas relaciones está firmemente radicado en el amor del bien y en el respeto por el otro. La familia vive de esta fineza del quererse. (Vaticano, 13-IV-2015)

LA FAMILIA ES LA OBRA MAESTRA DE LA SOCIEDAD “Jesús nos enseña que la obra maestra de la sociedad es la familia: el hombre y la mujer que se aman. ¡Esta es la obra maestra! Desde los tiempos de las bodas de Caná, muchas cosas han cambiado, pero ese «signo» de Cristo contiene un mensaje siempre válido”, señaló S.S. Francisco en la audiencia general de los miércoles al referirse a la belleza del matrimonio cristiano.

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l evangelista san Juan, al inicio de su Evangelio, narra el episodio de las bodas de Caná, en la que estaban presentes la Virgen María y Jesús, con sus primeros discípulos (cf. Jn 2, 1-11). Jesús no solo participó en el matrimonio, sino que «salvó la fiesta» con el milagro del vino. Por lo tanto, el primero de sus signos prodigiosos, con el que Él revela su gloria, lo realizó en el contexto de un matrimonio, y fue un gesto de gran simpatía hacia esa familia que nacía, solicitado por el apremio maternal de María. Esto nos hace recordar el libro del Génesis, cuando Dios termina la obra de la creación y realiza su obra maestra; la obra maestra es el hombre y la mujer. Y aquí, Jesús co-

mienza precisamente sus milagros con esta obra maestra, en un matrimonio, en una fiesta de bodas: un hombre y una mujer. Así, Jesús nos enseña que la obra maestra de la sociedad es la familia: el hombre y la mujer que se aman. ¡Esta es la obra maestra! Desde los tiempos de las bodas de Caná, muchas cosas han cambiado, pero ese «signo» de Cristo contiene un mensaje siempre válido. Hoy no parece fácil hablar del matrimonio como de una fiesta que se renueva con el tiempo, en las diversas etapas de toda la vida de los cónyuges. Es un hecho que las personas que se casan son cada vez menos; esto es un hecho: los jóvenes no quieren casarse. En muchos

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El matrimonio consagrado por Dios custodia el vínculo entre el hombre y la mujer que Dios bendijo desde la creación del mundo; y es fuente de paz y de bien para toda la vida conyugal y familiar. países, en cambio, aumenta el número de las separaciones, mientras que el número de los hijos disminuye. La dificultad de permanecer juntos —ya sea como pareja, que como familia— lleva a romper los vínculos siempre con mayor frecuencia y rapidez, y precisamente los hijos son los primeros en sufrir sus consecuencias. Pero pensemos que las primeras víctimas, las víctimas más importantes, las víctimas que sufren más en una separación son los hijos. Si experimentas desde pequeño que el matrimonio es un vínculo «por un tiempo determinado», inconscientemente para ti será así. En efecto, muchos jóvenes tienden a renunciar al proyecto mismo de un vínculo irrevocable y de una familia duradera. Creo que tenemos que reflexionar con gran seriedad sobre el por qué muchos jóvenes «no se sienten capaces» de casarse. Existe esta cultura de lo provisional... todo es provisional, parece que no hay algo definitivo. Una de las preocupaciones que surgen hoy en día es la de los jóvenes que no quieren casarse: ¿Por qué los jóvenes no se casan?; ¿por qué a menudo prefieren una convivencia, y muchas veces «de responsabilidad limitada»?; ¿por qué muchos —incluso entre los bautizados— tienen poca confianza en el matrimonio y en la familia? Es importante tratar de entender

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si queremos que los jóvenes encuentren el camino justo que hay que recorrer. ¿Por qué no confían en la familia? Las dificultades no son solo de carácter económico, si bien estas son verdaderamente serias. Muchos consideran que el cambio ocurrido en estas últimas décadas se puso en marcha a partir de la emancipación de la mujer. Pero ni siquiera este argumento es válido, es una falsedad, no es verdad. Es una forma de machismo, que quiere siempre dominar a la mujer. Hacemos el ridículo que hizo Adán, cuando Dios le dijo: «¿Por qué has comido del fruto del árbol?», y él: «La mujer me lo dio». Y la culpa es de la mujer. ¡Pobre mujer! Tenemos que defender a las mujeres. En realidad, casi todos los hombres y mujeres quisieran una seguridad afectiva estable, un matrimonio sólido y una familia feliz. La familia ocupa el primer lugar en todos los índices de aceptación entre los jóvenes; pero, por miedo a equivocarse, muchos no quieren tampoco pensar en ello; incluso siendo cristianos, no piensan en el matrimonio sacramental, signo único e irrepetible de la alianza, que se convierte en testimonio de la fe. Quizás, precisamente este miedo de fracasar es el obstáculo más grande para acoger la Palabra

El testimonio de la dignidad social del matrimonio llegará a ser persuasivo precisamente por este camino, el camino del testimonio que atrae, el camino de la reciprocidad entre ellos, de la complementariedad entre ellos.


de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal y a la familia. El testimonio más persuasivo de la bendición del matrimonio cristiano es la vida buena de los esposos cristianos y de la familia. ¡No hay mejor modo para expresar la belleza del sacramento! El matrimonio consagrado por Dios custodia el vínculo entre el hombre y la mujer que Dios bendijo desde la creación del mundo; y es fuente de paz y de bien para toda la vida conyugal y familiar. Por ejemplo, en los primeros tiempos del cristianismo, esta gran dignidad del vínculo entre el hombre y la mujer acabó con un abuso considerado

en ese entonces totalmente normal, o sea, el derecho de los maridos de repudiar a sus mujeres, incluso con los motivos más infundados y humillantes. El Evangelio de la familia, el Evangelio que anuncia precisamente este Sacramento acabó con esa cultura de repudio habitual. La semilla cristiana de la igualdad radical entre cónyuges hoy debe dar nuevos frutos. El testimonio de la dignidad social del matrimonio llegará a ser persuasivo precisamente por este camino, el camino del testimonio que atrae, el camino de la reciprocidad entre ellos, de la complementariedad entre ellos. (Vaticano, 29-IV-2015)

VER, RECORDAR Y CONTAR “Los apóstoles, que vieron con los propios ojos al Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión; cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros”, señaló S.S. Francisco a los fieles después del Regina Coeli, el 19 de abril de 2015

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n las lecturas bíblicas de la liturgia de hoy resuena dos veces la palabra «testigos». La primera vez es en los labios de Pedro: él, después de la curación del paralítico ante la puerta del templo de Jerusalén, exclama: «Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros so-

mos testigos de ello» (Hch 3, 15). La segunda vez, en los labios de Jesús resucitado: Él, la tarde de Pascua, abre la mente de los discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: «Vosotros sois testigos de esto» (Lc 24, 48). Los apóstoles, que vieron con los propios ojos al Cristo resucitado, no podían

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callar su extraordinaria experiencia. Él se había mostrado a ellos para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión; cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está vivo. Podemos preguntarnos: pero, ¿quién es el testigo? El testigo es uno que ha visto, que recuerda y cuenta.Ver, recordar y contar son los tres verbos que describen la identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto, con ojo objetivo, ha visto una realidad, pero no con ojo indiferente; ha visto y se ha dejado involucrar por el acontecimiento. Por eso recuerda, no solo porque sabe reconstruir de modo preciso los hechos sucedidos, sino también porque esos hechos le han hablado y él ha captado el sentido profundo. Entonces el testigo cuenta, no de manera fría y distante, sino como uno que se ha dejado cuestionar y desde aquel día ha cambiado de vida. El testigo es uno que ha cambiado de vida. El contenido del testimonio cristiano no es una teoría, no es una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones o un moralismo, sino que es un mensaje de salvación, un acontecimiento concreto, es más, una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. Él puede

Podemos preguntarnos: pero, ¿quién es el testigo? El testigo es uno que ha visto, que recuerda y cuenta. Ver, recordar y contar son los tres verbos que describen la identidad y la misión.

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El contenido del testimonio cristiano no es una teoría, no es una ideología o un complejo sistema de preceptos y prohibiciones o un moralismo, sino que es un mensaje de salvación, un acontecimiento concreto, es más, una Persona: es Cristo resucitado, viviente y único Salvador de todos. ser testimoniado por quienes han tenido una experiencia personal de Él, en la oración y en la Iglesia, a través de un camino que tiene su fundamento en el Bautismo, su alimento en la Eucaristía, su sello en la Confirmación, su continua conversión en la Penitencia. Gracias a este camino, siempre guiado por la Palabra de Dios, cada cristiano puede transformarse en testigo de Jesús resucitado. Y su testimonio es mucho más creíble cuanto más transparenta un modo de vivir evangélico, gozoso, valiente, humilde, pacífico, misericordioso. En cambio, si el cristiano se deja llevar por las comodidades, las vanidades, el egoísmo, si se convierte en sordo y ciego ante la petición de «resurrección» de tantos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, como podrá comunicar la potencia liberadora de Jesús vivo y su ternura infinita? Que María, nuestra Madre, nos sostenga con su intercesión para que podamos convertirnos, con nuestros límites, pero con la gracia de la fe, en testigos del Señor resucitado, llevando a las personas que nos encontramos los dones pascuales de la alegría y de la paz. (Vaticano, 19-IV-2015)


LA CERTEZA DE LA RESURRECCIÓN “La Resurrección de Cristo actúa en la historia como principio de renovación y esperanza. Cualquier persona desesperada y cansada hasta la muerte, si confía en Jesús y en su amor, puede volver a vivir”, señaló S.S. Francisco en la Plaza de San Pedro durante el tradicional rezo del Angelus con los fieles.

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l Evangelio de hoy presenta el relato de la resurrección de una niña de doce años, hija de uno de los jefes de la sinagoga, el cual se echa a los pies de Jesús y le ruega: «Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva» (Mc 5, 23). En esta oración vemos la preocupación de todo padre por la vida y por el bien de sus hijos. Pero percibimos también la gran fe que ese hombre tiene en Jesús. Y cuando llega la noticia de que la niña ha muerto, Jesús le dice: «No temas, basta que tengas fe» (v. 36). Dan ánimo estas palabras de Jesús, y también nos las dice a nosotros muchas veces: «No temas, basta que tengas fe». Al entrar en la casa, el Señor echa a la gente que llora y grita y dirigiéndose a la niña muerta dice: «Contigo hablo, niña, levántate» (v. 41). Inmediatamente la niña se levantó y echó a andar. Aquí se ve el poder absoluto de Jesús sobre la muerte, que para Él es como un sueño del cual nos puede despertar. En el seno de este relato, el evangelista introduce otro episodio: la curación de

una mujer que desde hacía doce años padecía flujos de sangre. A causa de esta enfermedad que, según la cultura del tiempo, la hacía «impura», ella debía evitar todo contacto humano: pobrecilla, estaba condenada a una muerte civil. Esta mujer anónima, en medio de la multitud que sigue a Jesús, se dice a sí misma: «Con sólo tocarle el manto curaré» (v. 28). Y así fue: la necesidad de ser liberada la impulsó a probar y la fe «arranca», por así decir, la curación al Señor. Quien cree «toca» a Jesús y toma de Él la gracia

Jesús ha resucitado, ha vencido la muerte, y por su victoria también nosotros resucitaremos. Esta fe, que para los primeros cristianos era segura, puede empañarse y hacerse incierta, hasta el punto que algunos confunden resurrección con reencarnación.

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La fe es una fuerza de vida, da plenitud a nuestra humanidad; y quien cree en Cristo se debe reconocer porque promueve la vida en toda situación, para hacer experimentar a todos, especialmente a los más débiles, el amor de Dios que libera y salva. que salva. La fe es esto: tocar a Jesús y recibir de Él la gracia que salva. Nos salva, nos salva la vida espiritual, nos salva de tantos problemas. Jesús se da cuenta, y en medio de la gente, busca el rostro de aquella mujer. Ella se adelanta temblorosa y Él le dice: «Hija, tu fe te ha salvado» (v. 34). Es la voz del Padre celestial que habla en Jesús: «¡Hija, no estás condenada, no estás excluida, eres mi hija!». Y cada vez que Jesús se acerca a nosotros, cuando vamos hacia Él con fe, escuchamos esto del Padre: «Hijo, tú eres mi hijo, tú eres mi hija. Tú te has curado, tú estás curada. Yo perdono a todos, todo. Yo curo a todos y todo». Estos dos episodios —una curación y una resurrección— tienen un único centro: la fe. El mensaje es claro, y se puede resumir en una pregunta: ¿creemos que Jesús nos puede curar y nos puede despertar de la muerte? Todo el Evangelio

está escrito a la luz de esta fe: Jesús ha resucitado, ha vencido la muerte, y por su victoria también nosotros resucitaremos. Esta fe, que para los primeros cristianos era segura, puede empañarse y hacerse incierta, hasta el punto que algunos confunden resurrección con reencarnación. La Palabra de Dios de este domingo nos invita a vivir en la certeza de la resurrección: Jesús es el Señor, Jesús tiene poder sobre el mal y sobre la muerte, y quiere llevarnos a la casa del Padre, donde reina la vida. Y allí nos encontraremos todos, todos los que estamos aquí en la plaza hoy, nos encontraremos en la casa del Padre, en la vida que Jesús nos dará. La Resurrección de Cristo actúa en la historia como principio de renovación y esperanza. Cualquier persona desesperada y cansada hasta la muerte, si confía en Jesús y en su amor, puede volver a vivir. También recomenzar una nueva vida, cambiar de vida es un modo de resurgir, de resucitar. La fe es una fuerza de vida, da plenitud a nuestra humanidad; y quien cree en Cristo se debe reconocer porque promueve la vida en toda situación, para hacer experimentar a todos, especialmente a los más débiles, el amor de Dios que libera y salva. Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen María, el don de una fe fuerte y valiente, que nos empuje a ser difusores de esperanza y de vida entre nuestros hermanos. (Vaticano, 28-VI-2015)

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LA ESCLAVITUD HOY: UNA LLAGA EN EL CUERPO DE LA HUMANIDAD CONTEMPORÁNEA “Lamentablemente, en un sistema económico global dominado por el beneficio, se han desarrollado nuevas formas de esclavitud en cierto modo peores y más inhumanas que las del pasado. Más aún hoy, por lo tanto, siguiendo el mensaje de redención del Señor, estamos llamados a denunciarlas y combatirlas”, señaló S.S. Francisco durante su discurso a los participantes de la Sesión Plenaria de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.

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oy, entre estos hermanos más necesitados, están los que sufren la tragedia de las formas modernas de esclavitud, del trabajo forzado, del trabajo esclavo, de la prostitución, del tráfico de órganos, de la droga. San Pedro Claver, en un momento histórico en el que la esclavitud estaba muy difundida y socialmente aceptada, lamentablemente —y escandalosamente— también en el mundo cristiano, porque era un gran negocio, sintiéndose interpelado por estas palabras del Señor, se consagró para ser «esclavo de los esclavos». Muchos otros santos y santas, como por ejemplo san Juan de Mata, combatieron la esclavitud, siguiendo el mandato de Pablo: «Ya no como esclavo ni esclava, sino como hermano y hermana en Cristo» (cf. Flm 1, 16). Sabemos que la abolición histórica de la esclavitud como estructura social es la con-

secuencia directa del mensaje de libertad que Cristo trajo al mundo con su plenitud de gracia, verdad y amor, con su programa de las Bienaventuranzas. La conciencia progresiva de este mensaje en el curso de la historia es obra del Espíritu de Cristo y de sus dones comunicados a sus santos y a numerosos hombres y mujeres de buena voluntad, que no se identifican con una fe

Sabemos que la abolición histórica de la esclavitud como estructura social es la consecuencia directa del mensaje de libertad que Cristo trajo al mundo con su plenitud de gracia, verdad y amor, con su programa de las Bienaventuranzas.

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La conciencia progresiva de este mensaje en el curso de la historia es obra del Espíritu de Cristo y de sus dones comunicados a sus santos y a numerosos hombres y mujeres de buena voluntad, que no se identifican con una fe religiosa, pero que se comprometen por mejorar las condiciones humanas. religiosa, pero que se comprometen por mejorar las condiciones humanas. Lamentablemente, en un sistema económico global dominado por el beneficio, se han desarrollado nuevas formas de esclavitud en cierto modo peores y más inhumanas que las del pasado. Más aún hoy, por lo tanto, siguiendo el mensaje de redención del Señor, estamos llamados a denunciarlas y combatirlas. En primer lugar, debemos tomar más conciencia de este nuevo mal que, en el mundo global, se quiere ocultar por ser escandaloso y «políticamente incorrecto». A nadie le gusta reconocer que en su ciudad, en su barrio también, en su región o nación existen nuevas formas de esclavitud, mientras sabemos que esta plaga concierne a casi todos los países. Tenemos que denunciar este terrible flagelo con su gravedad. Ya el Papa Benedicto XVI condenó sin medios términos toda violación de la igualdad de la dignidad de los seres humanos (cf. Discurso al nuevo embajador la República de Alemania ante la Santa Sede, 7 de noviembre de 2011).

Por mi parte, he declarado más veces que estas nuevas formas de esclavitud —tráfico de seres humanos, trabajo forzado, prostitución, comercio de órganos— son crímenes gravísimos, «una llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea» (Discurso a la II Conferencia internacional sobre la trata de personas, 10 de abril de 2014). Toda la sociedad está llamada a crecer en esta toma de conciencia, especialmente en lo que respecta a la legislación nacional e internacional, de modo que se pueda aplicar la justicia a los traficantes y emplear sus ganancias injustas para la rehabilitación de las víctimas. Se deberían buscar las modalidades más idóneas para penalizar a quienes se hacen cómplices de este mercado inhumano. Estamos llamados a mejorar las modalidades de rescate e inclusión social de las víctimas, actualizando incluso las normativas sobre el derecho de asilo. Debe aumentar la conciencia de las autoridades civiles acerca de la gravedad de esta tragedia, que constituye un retroceso de la humanidad. Y muchas veces —¡muchas veces!— estas nuevas formas de esclavitud son protegidas por instituciones que deben defender a la población de estos crímenes. Queridos amigos, os aliento a proseguir con este trabajo, con el que contribuís a hacer el mundo más consciente de tal desafío. La luz del Evangelio es guía para quien se pone al servicio de la civilización del amor, donde las Bienaventuranzas tienen una resonancia social, donde existe una real inclusión de los últimos. Es necesario construir la ciudad terrena a la luz de las Bienaventuranzas, y así, caminar hacia el cielo en compañía de los pequeños y de los últimos. (Vaticano, 18-IV-2015)

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PANORAMA VIAJES APOSTÓLICOS DEL PAPA FRANCISCO ECUADOR 5 - 8 de julio 2015

El Papa Francisco visitó Ecuador entre los días 5 y 8 de julio. Esta visita marca el final de un paréntesis de treinta años desde la llegada del Papa Juan Pablo II a dicho país en 1985. Francisco inició el recorrido por el Parque Samanes, Guayaquil, donde se ofició la primera de las dos Homilías de la visita papal. Los más de 800 mil fieles esperaban desde tempranas horas del día anterior, y sin importar las altas temperaturas, quisieron acompañar al Sumo Pontífice en tierras costeñas. Ese día se reunió en el Colegio Javier con la Comunidad de los Jesuitas y el séquito papal. Por la tarde, ya en Quito, se reunió con el Presidente Rafael Correa en el Palacio Carondelet. El día 7 de julio, sostuvo un encuentro con los obispos

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de Ecuador en el centro de congresos del Parque del Bicentenario y posteriormente hubo una Santa Misa en el Parque del Bicentenario a la cual asistieron alrededor de un millón de personas. Su visita prosiguió con un encuentro con el mundo de la escuela y de la universidad en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, luego un encuentro con la sociedad civil en la Iglesia de San Francisco, para finalizar el día con una visita privada a la Iglesia de la Compañía. Antes de partir rumbo a Bolivia el 8 de julio, visitó la casa de reposo de las Misioneras de la Caridad y tuvo un encuentro con el clero, religiosos, religiosas y seminaristas en el Santuario Nacional Mariano El Quinche.

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“Evangelizar es nuestra revolución”

Francisco acuña frases como relámpagos que atrapan la atención y señalan el centro de gravedad de su predicación. De la intensa etapa ecuatoriana, la primera de su primer viaje a la América de habla hispana, me quedo con estas dos: “la familia necesita hoy este milagro”, y “evangelizar, esa es nuestra revolución, nuestro más profundo y constante grito”. En efecto, entre tantas perspectivas (todas necesarias) han despuntado en las palabras del Papa la pasión por la familia y por la evangelización. La primera gran homilía de este viaje, y no por casualidad, estuvo dedicada a la familia, a la belleza de su vocación y misión pero también a las heridas que porta consigo en este momento de la historia. El marco fue la ciudad de Guayaquil y Francisco no dudó en hacer referencia a la gran cita del próximo Sínodo de los obispos, que busca “madurar un verdadero discernimiento espiritual y encontrar soluciones y ayudas concretas a las muchas dificultades e importantes desafíos que la familia hoy debe afrontar”. La homilía había arrancado del pasaje evangélico de las bodas de Caná y el Papa quiso fijarse primero en María, que está atenta a las necesidades de los novios, no se enfrasca en su mundo, no comenta ni murmura, y se da cuenta de que falta el vino, signo de alegría, de amor, de abundancia. ¡En cuántas familias falta hoy ese vino!: rupturas matrimoniales, desconexión con los hijos, abandono de los ancianos… Francisco ha querido mirar todas esas heridas, de las

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que ha venido hablando en múltiples intervenciones a lo largo de los últimos meses. Y calibrando la magnitud de los problemas, ha querido recordar que María no acudió al mayordomo que servía en las bodas de Caná, sino que presentó directamente la dificultad de los esposos a su Hijo: “Ella nos enseña a poner a nuestras familias en manos de Dios”. No es una salida piadosa por la tangente, como pensarán algunos. Sabemos que Jesús, a instancias de su Madre, adelantó “su hora” y transformó el agua en un vino mucho mejor que el que se había servido hasta el momento. “La familia hoy necesita de este milagro”, dijo el Papa. Me ha recordado aquellas palabras de Jesús a sus discípulos sobre el matrimonio: “para vosotros es imposible, no para Dios”. Notemos que en ningún momento el Papa ha rebajado el horizonte del matrimonio y de la familia que Jesús desplegó frente al escepticismo y los apaños de unos y de otros. Pero al mismo tiempo ha tenido esa mirada llena de misericordia hacia los que se atascan (nos atascamos) en el camino. Y ha sido preciosa la firme certeza con que el Sucesor de Pedro ha hablado a las familias, asegurándoles que el mejor de los vinos, como en Caná, está por ser tomado, aunque todas las variables y estadísticas digan lo contrario. Es preciso tener paciencia y esperanza, y hacer como María: rezar, actuar, abrir el corazón…


El segundo momento que ha centrado la visita a Ecuador tuvo lugar en el Parque del Bicentenario, en Quito, lugar de fuertes resonancias para la historia de este país. Francisco abordó aquí su gran tema de la Iglesia en salida, que busca al hombre en las encrucijadas de su existencia, tal vez muy alejadas de la propuesta cristiana. De nuevo ha recordado que la evangelización no consiste en hacer proselitismo (una caricatura de la evangelización), sino en “atraer con nuestro testimonio a los alejados, acercarse humildemente a aquellos que se sienten lejos de Dios en la Iglesia… a los que son temerosos o a los indiferentes para decirles: El Señor también te llama a ser parte de tu pueblo y lo hace con gran respeto y amor”. Junto a esa perspectiva de la misión como testimonio ofrecido a la libertad del otro, destaca otra línea-fuerza: que la misión de la Iglesia coincide con su identidad como pueblo en camino, que tiene la vocación de incorporar en su marcha a todas las naciones de la tierra.

Y cuanto más intensa es la comunión entre nosotros, advirtió Francisco citando a San Juan Pablo II, tanto más se ve favorecida la misión. Poner a la Iglesia “en estado de misión”, reclama en primer lugar “recrear la comunión entre nosotros”. Una comunión que no se fundamenta en tener los mismos gustos, las mismas inquietudes, los mismos talentos. Si somos hermanos es porque Dios nos ha creado y nos ha destinado, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, porque nos ha dado el Espíritu de su Hijo Jesús, que nos ha rescatado con su sangre… Recordemos que la Iglesia no es una ONG. Esa unidad misteriosa es la salvación que realiza Dios y que anuncia gozosamente la Iglesia. Por eso, concluyó el Papa, “evangelizar es nuestra revolución”. Comunicar el tesoro de la fe es la tarea para la que hemos sido llamados, y no hay nada que pueda cambiar el mundo tan profundamente como eso. Palabra de Francisco, llamada a descolocar a quienes pretenden ideologizar la fe, desde la izquierda y desde la derecha. José Luis Restán Páginas Digital

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BOLIVIA 8-9 julio 2015 El

miércoles 8 de julio, el Papa Francisco aterrizó en el aeropuerto de La Paz, Bolivia, donde le esperaba una alegre ceremonia de bienvenida. Allí, el Sumo Pontífice dio su primer discurso en el que valoró los “pasos importantes” que Bolivia está dando para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del país, y afirmó que ello “requiere un espíritu de colaboración ciudadana, de diálogo y participación de los individuos y actores sociales en las cuestiones que interesan a todos”. También tuvo palabras para las familias y su espacio en la sociedad. Con respecto a ello, afirmó que “la familia merece una especial atención por parte de los responsables del bien común porque es la célula básica de la sociedad”. A continuación, se trasladó en papamóvil al Palacio del Gobierno. El recorrido, en el que una multitud de personas lo iban saludando efusivamente desafiando al frío (que él combatió con un abrigo y un poncho blanco), incluyó una breve parada para recordar y rezar por el jesuita Luis Espinal, que fue asesinado en Bolivia en 1980 por predicar el Evangelio de la libertad. Luego realizó una visita de cortesía al Presidente Evo Morales, en el Palacio de Gobierno. Al atardecer, tuvo un encuentro con las autoridades civiles en la catedral de La Paz y, al caer la noche, el Santo Padre se dirigió en avión hacia Santa Cruz de la Sierra.

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Al día siguiente, presidió la Santa Misa en la Plaza del Cristo Redentor, junto a miles de fieles que le esperaban con alegría. En su Homilía, el Santo Padre centró su exposición en la memoria de los pueblos como el “gozo y el dolor de una tierra”, y añadió que son muchas las ocasiones en las que “pretenden anestesiarnos la memoria y así se debilita la esperanza y se van perdiendo los motivos de alegría. Comienza entonces a ganarnos una tristeza que se vuelve individualista, que nos hace perder la memoria del pueblo amado, del pueblo elegido. Y esa pérdida nos disgrega, hace que nos cerremos a los demás, especialmente a los más pobres”. El Papa Francisco consideró que, siguiendo el ejemplo de Jesucristo es posible hacer frente a este mal de la disgregación: “Jesús logra transformar una lógica de descarte en una lógica de comunión, en una lógica de comunidad”. Por la tarde, se reunió con sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en la escuela Don Bosco para finalmente participar en el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en la sede Expo Feria. El viernes por la mañana visitó el centro de reeducación Santa Cruz-Palmasola y antes de partir rumbo a Asunción, Paraguay, el Santo Padre sostuvo un encuentro con los obispos de Bolivia en la iglesia parroquial de La Santa Cruz.


PARAGUAY 10-12 julio 2015

El último tramo de su viaje a América Latina fue Paraguay. Desde el 10 al 12 de julio el Santo Padre estuvo en Asunción, la capital paraguaya en donde se inició con una visita de cortesía al Presidente de la nación Horacio Cartes en el jardín del Palacio López, para posteriormente visitar diversas zonas del país. El sábado 11 tuvo un encuentro con las autoridades y con el cuerpo diplomático, luego visitó el hospital general pediátrico Niños de Acosta Ñu y luego en la plaza del Santuario Mariano de Caacupé, hubo una multitudinaria misa. Por la tarde tuvo un encuentro con representantes de la sociedad civil en el Estadio León

Condou de la escuela San José y cerró el día con el rezo de Vísperas con los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y movimientos católicos en la Catedral Metropolitana de la Asunta. El último día se inicio con la visita a la población del Bañado Norte (Capilla de San Juan Bautista), para luego presidir la Santa Misa en el campo grande de Ñu Guazú. Durante el almuerzo tuvo un encuentro con los obispos de Paraguay y con el séquito papal. Antes de partir en vuelo a Roma, se reunió con una gran multitud de jóvenes en la Costanera.

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“La fe sin solidaridad es una fe sin Cristo”

La última jornada del viaje apostólico del Papa Francisco a Paraguay se abrió con su visita al Bañado Norte, una zona pobre de la ciudad de Asunción, en la que están en curso varios proyectos de asistencia de la Iglesia y del Estado. Más de dos mil personas esperaban al Santo Padre en el campo de deportes de la zona. Apenas llegó manifestó su alegría por la visita: ‘’No podía estar en Paraguay sin estar con ustedes, sin estar en esta ‘su’ tierra —dijo—. Nos encontramos aquí en esta Parroquia llamada Sagrada Familia y les confieso que desde que comencé a pensar en esta visita, desde que comencé a caminar desde Roma hacia acá, venía pensando en la Sagrada Familia. Y, cuando pensaba en ustedes, me recordaba la Sagrada Familia. Ver sus rostros, sus hijos, sus abuelos. Escuchar sus historias y todo lo que han realizado para estar aquí, todo lo que pelean para tener una vida digna, un techo. Todo lo que hacen para superar la inclemencia del tiempo, las inundaciones de estas últimas semanas, me trae al recuerdo todo esto, a la pequeña familia de Belén. Una lucha que no les ha robado la sonrisa, la alegría, la esperanza. Una pelea que no les ha sacado la solidaridad; por el contrario, la ha estimulado, y la ha hecho crecer’’. ‘’Me quiero detener con José y María en Belén —continuó—. Ellos tuvieron que dejar su lugar, los suyos, sus amigos. Tuvieron que dejar lo propio e ir a otra tierra. Una tierra en la que no conocían a nadie, no tenían casa,

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no tenían familia. En ese momento, esa joven pareja tuvo a Jesús. En ese contexto, en una cueva preparada como pudieron, esa joven pareja nos regaló a Jesús. Estaban solos, en tierra extraña, ellos tres. De repente, empezó a aparecer gente: pastores, personas igual que ellos, que tuvieron que dejar lo propio en función de conseguir mejores oportunidades familiares. Vivían en función también de las inclemencias del tiempo y de otro tipo de inclemencias… Cuando se enteraron del nacimiento de Jesús, se acercaron, se hicieron prójimos, se hicieron vecinos. Se volvieron de pronto la familia de María y José. La familia de Jesús’’ ‘’Esto es lo que sucede cuando aparece Jesús en nuestra vida. Eso es lo que despierta la fe. La fe nos hace prójimos... nos aproxima a la vida de los demás. La fe despierta nuestro compromiso con los demás, la fe despierta nuestra solidaridad: una virtud, humana y cristiana, que ustedes tienen y que muchos, muchos, tienen y tenemos que aprender. El nacimiento de Jesús, despierta nuestra vida. Una fe que no se hace solidaridad, es una fe muerta, o una fe mentirosa’’. “Por más misa de los domingos, si no tenés un corazón solidario, si no sabés lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil, o es enferma, o está muerta. Es una fe sin Cristo. La fe sin solidaridad es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos. Entonces viene ese dicho, que espero recordarlo bien, pero que pinta


este problema de una fe sin solidaridad: “Un Dios sin pueblo, un pueblo sin hermanos, un pueblo sin Jesús”. Esa es la fe sin solidaridad. Y Dios se metió en medio del pueblo que Él eligió para acompañarlo, y le mandó su Hijo... para salvarlo, para ayudarlo. Dios se hizo solidario con ese pueblo, y Jesús no tuvo ningún problema de bajar, humillarse, abajarse, hasta morir por cada uno de nosotros, por esa solidaridad de hermano, solidaridad que nace del amor que tenía a su Padre y del amor que tenía a nosotros’’. ‘’Como les decía, el primero en ser solidario fue el Señor, que eligió vivir entre nosotros, eligió vivir en medio nuestro. Y yo vengo aquí como esos pastores que fueron a Belén. Me quiero hacer prójimo. Quiero bendecir la fe de ustedes, quiero bendecir sus manos, quiero bendecir su comunidad. Vine a dar gracias con ustedes, porque la fe se ha hecho esperanza y es una es-

peranza que estimula al amor. La fe que despierta Jesús es una fe con capacidad de soñar futuro y de luchar por eso en el presente. Precisamente por eso yo los quiero estimular a que sigan siendo misioneros de esta fe, a seguir contagiando esta fe por estas calles, por estos pasillos. Esta fe que nos hace solidarios entre nosotros, con nuestro hermano mayor, Jesús, y nuestra Madre, la Virgen. Haciéndose prójimos especialmente de los más jóvenes y de los ancianos. Haciéndose soporte de las jóvenes familias, y de todos aquellos que están pasando por momentos de dificultad. Quizás el mensaje más fuerte que ustedes pueden dar hacia afuera es esa fe “solidaria”. El diablo quiere que se peleen entre ustedes, porque así divide y los derrota y les roba la fe. ¡Solidaridad de hermanos para defender la fe! ¡Solidaridad de hermanos para defender la fe! Y, además, que esa fe solidaria sea mensaje para toda la ciudad’’.

Las homilías del Papa Francisco durante su viaje a Ecuador, Bolivia y Paraguay pueden leerse en www.humanitas.cl

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en el á mbito de

HUM A NITAS

Simposio: El bien común global De la Caritas in veritate (Benedicto) a Laudato Si’ (Francisco)

Al conmemorarse seis años de la encíclica social del Papa emérito Benedicto XVI, en coincidencia con la promulgación de la primera encíclica social del Papa Francisco, Revista Humanitas, y la Fundación Cardenal Raúl Silva Henríquez, realizaron un simposio que tuvo como base el planteamiento del profesor Stefano Zamagni, «El bien común global - Hacia una economía más inclusiva», del cual Humanitas preparó el Cuaderno n° 33, para colaborar con la profundización de la temática del Bien Común en el marco del fenómeno de la globalización, visto ahora a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. Zamagni fue el principal colaborador de Benedicto XVI en la elaboración de la encíclica Caritas in veritate, y en su estudio se revisan los aspectos más actuales y a la vez pendientes de dicho documento pontificio. El primer panel “Estado-Mercado – Sociedad Civil en equilibrio: ¿un bien o un mal para el desarrollo de Chile?” contó con la participación de Eugenio Tironi, José María Eyzaguirre y Rolando Medeiros. En la segunda parte del simposio titulada “Signos de los tiempos: Para una relación nueva entre Política, Finanza y Economía”, expusieron Mauricio Larraín, Carolina Dell’ Oro y el Padre Alberto Lorenzelli, superior de los Salesianos de Chile, quien presentó a Don Bosco en el bicentenario de su nacimiento, como signo profético y ejemplo de Santidad Social. En el marco de este mismo encuentro, el académico Pedro Morandé presentó el libro «El Papa y el filósofo», una de las publicaciones extraordinarias con que Humanitas conmemora este año su vigésimo aniversario, obra que hace presente hasta qué punto el Papa Francisco es la encarnación pastoral de la sustanciosa enseñanza doctrinal legada por Benedicto XVI. Para concluir el Simposio, Mons. Manuel Camilo Vial tocó el tema del bien común a partir de la experiencia del Cardenal Raúl Silva Henríquez. El acto, que se realizó el 22 de junio pasado en el Aula Magna Manuel José Irarrázaval, contó con la asistencia de más de 200 personas.

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Seminario Internacional Beato John Henry Newman y la Universidad

Como una reflexión sobre la educación universitaria a la luz del legado del Beato John Henry Newman, revista HUMANITAS organizó el Seminario Internacional «Newman interpela a la Universidad Contemporánea”. El encuentro, al que asistieron cerca de 200 personas, se realizó el 3 de agosto pasado, en el Salón de Honor de la Casa Central de esta Universidad. J.H. Newman es uno de los más destacados pensadores que han escrito sobre el tema de la universidad y cuyas enseñanzas continúan arrojando luz sobre el panorama intelectual del mundo globalizado. Durante el acto se reflexionó sobre la naturaleza de la universidad y la educación universitaria, de la mano de John Henry Newman. Las reflexiones de Newman fueron recomendadas por Benedicto XVI en la ceremonia de su beatificación el 19 de septiembre de 2010: «El servicio concreto al que fue llamado el Beato John Henry Newman incluía la aplicación entusiasta de su inteligencia y su prolífica pluma a muchas de las más urgentes ‘cuestiones del día’», explicó el hoy Papa emérito. «Sus intuiciones sobre la relación entre fe y razón, sobre el lugar vital de la religión revelada en la sociedad civilizada, y sobre la necesidad de una educación esmerada y amplia fueron de gran importancia no solo para la Inglaterra

victoriana. Hoy también siguen inspirando e iluminando a muchos en todo el mundo». El primer panel estuvo encabezado por el Prof. Reinhard Hütter, catedrático de teología de la Duke Divinity School en Durham, quien impartió la conferencia «La provocativa visión de John Henry Newman» y contó con los comentarios del rector de la Universidad, Ignacio Sánchez, así como con los del ex ministro de Educación José Joaquín Brunner y los del ex rector de la Universidad de Chile Luis Riveros. La segunda parte del seminario se inició con la ponencia de Mons. Fernando María Cavaller, presidente de la Asociación Argentina de Amigos de Newman; y luego con la participación del P. Miguel Luis González y del profesor de Filosofía de la Universidad Católica Rodrigo Figueroa. Los asistentes al Seminario recibieron una copia del estudio Conciencia y Verdad, del entonces cardenal Joseph Ratzinger, sobre la visión del Beato sobre estas dos nociones y pudieron apreciar un ejemplar de la primera edición del libro Apologia pro Vita Sua (Una defensa de la propia vida) con el autógrafo original de su autor, el Beato John Henry Newman. Se pueden leer las ponencias de este seminario en www.humanitas.cl

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IN MEMORIAM Gisela Silva Encina

El miércoles 29 de julio fue llamada a la casa del Padre la entrañable colaboradora de Humanitas y parte de su Consejo, desde el momento de su fundación, Gisela Silva Encina. Nieta del reconocido historiador y Premio Nacional de Literatura Francisco Antonio Encina, Gisela Silva heredó las cualidades de su célebre abuelo y desde muy joven mostró la virtud natural del buen escribir. Fue la suya, sobre todo, una pluma puesta al servicio de la fe católica, lo que la llevó, en los tiempos de la Guerra Fría, a la investigación sobre la sufriente Iglesia del Silencio, lo que dio origen a una importante obra. Colaboró en la prensa nacional, principalmente en el suplemento Artes y Letras de “El Mercurio”, hasta 1995, con artículos relativos al tema de Europa del Este y otros propios de la cultura cristiana, y asimismo comentarios de libros relacionados con historia y religión. A partir de ese año integró el Consejo de Consultores y Colaboradores de esta revista, que mucho debe a su constante apoyo redaccional y a su vida de oración. En efecto, es de especial aprecio y digno de destacarse su trabajo por dar a conocer figuras nuevas en la historia de la Iglesia, así por ejemplo

Santa Maravillas de Jesús y sus fundaciones carmelitanas. Su vasta cultura le permitía siempre abordar el comentario de libros relacionados con muy variados temas. De como siempre fue Gisela, debe señalarse, en cuanto una nota especial, característica de sus últimos años, su creciente volcamiento a la vida de oración y a la conciencia de la brevedad de la existencia humana. Gozaba del privilegio de tener en su casa de campo, donde vivía la mayor parte de su tiempo, en San Javier, una capilla con el Santísimo Sacramento, ante quien consagraba diariamente horas de adoración. Era su cielo en la tierra del que esperamos goza ya plenamente. Su disposición habitual era el agradecimiento y la preocupación bondadosa por los demás, especialmente por los que sufren. Su amor por la Iglesia la llevó a dar generosa y silenciosamente su apoyo a sacerdotes jóvenes en formación y a nuevas congregaciones de religiosos y religiosas que se asentaban en el país. La huella que dejó su paso por la vida está registrada en muchos folios de la vida pública, pero sobre todo en infinidad de corazones tocados por su clarividencia, firmeza y bondad. J.A.A.

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JEAN LUC MARION:

“DIOS HA MUERTO”: NIETZSCHE ABRE LA CUESTIÓN DE DIOS En el libro «Regards sur notre monde» (Mame, Paris, 2012) A. C. Fournier entrevista sucesivamente a cinco de los más importantes intelectuales franceses actuales. Entre ellos, además de Marion, a Rémi Brague y Edgar Morin. Reproducimos a continuación la respuesta de Jean Luc Marion, miembro de la Academia francesa que nos visita próximamente, sobre el conocido aserto de Nietzsche acerca de Dios.

P: Se comprende mejor su reinterpretación de la frase de Nietzsche: “Dios ha muerto”, que a muchos les pareció muy escandalosa. Usted habla de un ídolo intelectual de lo divino. ¿Es esto una referencia a la aprehensión de Dios como autor moral del mundo? A partir del momento en que Kant define a Dios como autor moral del mundo, el mundo no puede existir sin un autor moral. Usted dice que “Dios ha muerto”, eso significa que el autor moral ha muerto. ¿Cómo define usted esa frase de Nietzsche? ¿Cómo la interpreta? R: La interpreté en el sentido en que el mismo Nietzsche la comenta en un fragmento sumamente claro: “En el fondo, únicamente es rechazado el Dios moral”. La noción de Dios moral, como usted recuerda, viene de Kant a través de Fichte. No siendo ya el “Dios supremo” sostenible ni accesible en filosofía teórica, pasa a ser el Dios de la moralidad en la Crítica de la razón práctica, accesible y fundamental, al cual se puede asignar un rol metafísico. Después de Kant, se puede decir que la filosofía alemana, en forma positiva o negativa, con Feuerbach, Schopenhauer y el mismo Nietzsche, se centró en la validez de esas definiciones de Dios como fundamento de la moral, como el legislador del bien y del mal. Y tan pronto como Nietzsche comenzó a comprender que bien y mal son como valores que dependen de la evaluación que algunos hacen de ellos, desde ese momento quedó claro que no podían ofrecer el lugar de lo divino. El lugar de lo divino no puede estar en la moralidad por cuanto nosotros somos capaces de redefinir la moralidad mediante evaluaciones, ya que si podemos pensar más allá del bien y el mal, podemos pensar más allá de ese Dios que supuestamente los garantiza, y por consiguiente el autor, retribuidor y juez del bien y del mal, ya no está en primer lugar: al menos esta definición ya no es digna de Dios. Por otra parte, el mismo Nietzsche declara que la interrogante planteada apunta a los nuevos dioses, a saber si hay otra forma de pensar en lo divino. El período final de Nietzsche consiste en una obsesión con la búsqueda de los nombres de este nuevo dios. Dionisio es uno de esos nombres, otro es el Crucificado. Y en definitiva se identifican en la persona de Nietzsche mismo, posición evidentemente insostenible.

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Nietzsche en cierto modo llevó muy lejos el avance hacia un Dios más allá del bien y el mal, eliminando la última condición especulativa fuerte concedida a Dios, establecida por la metafísica. Lejos de cerrar la interrogante sobre Dios -Heidegger tiene toda la razón-, la abre, por el contrario, para bien. Y el siglo XX se caracteriza por esta reapertura de la interrogante sobre Dios más allá de sus arreglos y definiciones metafísicas. No hay que equivocarse en cuanto a lo que significa “la muerte de Dios”: para mejor o peor, nuestra época está asediada por nuevas figuras de lo divino, con sus derivaciones de todo tipo, en una especie de competencia actualmente en curso, que ha llegado a ser posible por la incapacidad de la metafísica para fijarlas (esas figuras). En vez de poner el grito en el cielo ante el irracionalismo, el conflicto de civilizaciones, pidiendo el retorno de lo religioso —¡como si alguna vez hubiese desaparecido!— jactándose de ello o inquietándose tontamente, sería preferible comprender esta situación y el carácter no esquivable de la interrogante.

COLOQUIO CON JEAN-LUC MARION EN LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE 8-11 SEPTIEMBRE 2015

El martes 8 de septiembre, a las

18:30 hrs., en el Aula Magna Manuel José Irarrázaval de la Casa Central, se iniciará el Coloquio “La fenomenología de la donación en Jean-Luc Marion” con una conferencia «La cuestión de lo incondicional» por el profesor Jean-Luc Marion, miembro de la Académie Française, profesor de la Universidad Católica de París y de la Universidad de Chicago, profesor Emérito de la Universidad París IV Sorbonne. El miércoles 9, desde las 10:00 hrs. en el Instituto de Filosofía del Campus San Joaquín, de esta Universidad, participarán los profesores Eric Pommier (PUC), Luis Flores Hernández (PUC), Francisco de Lara (PUC), Ericson Falabretti (PUCPR), Andrea Potestá (PUC), Merleau-Ponty y Jean-Luc Marion. El jueves 10 de septiembre, desde las 10:00 hrs. en el Instituto de Filosofía del Campus San Joaquín, los profesores Luis Flores Hernández (PUC), Patricio Mena Malet (UFRO), César Lambert (PUCV), Mariano de la Maza (PUC), Santiago Orrego (PUC), Eduardo Silva (UAH), presentarán sus conferencias dedicadas al tema. La conferencia de clausura de este Coloquio “Los límites de la fenomenalidad”, estará a cargo del profesor Jean-Luc Marion y se realizará el viernes 11, en el Auditorio de Letras del Campus San Joaquín, a las 11:00 hrs. Ver programa completo: www.humanitas.cl

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LA UNIVERSIDAD CATÓLICA CELEBRA LOS 90 AÑOS DEL RECTOR EMÉRITO JUAN DE DIOS VIAL CORREA El pasado martes 19 de mayo, el Salón de Honor de la Pontificia Universidad Católica de Chile acogió la celebración de los 90 años del rector emérito Juan de Dios Vial Correa. La apertura del acto contó con las palabras del rector Ignacio Sánchez, de los profesores de Medicina Cecilia Koenig y Flavio Nervi y del académico, Pedro Morandé. A sus 90 años, la jovialidad del rector emérito Juan de Dios Vial Correa sigue intacta. Y así quedó de manifiesto durante la ceremonia en honor a sus nueve décadas, en donde quien fuera la máxima autoridad de la Universidad Católica tomó la palabra para repasar parte de su legado: “Después de muchos años, veo cómo ha estado en acción, en todos los cambios y peripecias, el sentido, el espíritu de la Universidad Católica, que para mí ha sido una experiencia de libertad y un llamado a la creación”. El profesor Pedro Morandé repasó algunos de los momentos vividos junto al rector Vial y habló de la vocación de servicio que siempre ha acompañado su labor como primera autoridad de la Universidad: “Me consta que no buscó la Rectoría, sino que tuvieron que ir a buscarlo al laboratorio. Entendió siempre que era un servicio. Sobrio y desinteresado, pensó siempre la universidad, sin embargo, como una comunidad académica a la que le es exigible la excelencia en el servicio que presta a la sociedad”. Y añade: “Me impresionó escuchar por primera vez, de su boca, que Chile no sería el mismo sin la existencia de la Universidad Católica. Su historia está entrañablemente unida a la historia de nuestro país”. El rector emérito fundó revista Humanitas por Decreto de Rectoría de 1995 y es parte del Comité editorial de revista Humanitas desde sus inicios. En sus palabras el profesor Morandé recordó“ que como rector, y después como integrante del Comité Editorial de Humanitas, ha sido un sostén fundamental para su existencia y difusión de esta, y que hasta el día de hoy, es una de las más prestigiadas revistas de la Universidad” Durante la ceremonia, se le manifestó al rector Vial que desde ese día, la plaza principal del Centro de Extensión de esta Universidad llevará su nombre en homenaje a su entrega no solo como rector, sino también como profesor, decano y hombre de fe.

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Juan de Dios Vial Correa nació en el año 1925. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio de los Sagrados Corazones de la Alameda. A comienzos de los cincuenta, Madrid se convirtió en la capital escogida para realizar su posgrado en el Instituto Cajal. Posteriormente obtuvo las becas Rockefeller (1957) y Fulbright (1973) y pudo realizar algunas actividades académicas en la Washington University en Saint Louis. En 1979, fue nombrado profesor titular de la PUC y, en abril de 2002, en consideración a su gran aporte a dicha Universidad, recibió el grado académico honorífico de Doctor Scientiae et Honoris Causa. A él le correspondió dirigir esta Casa de Estudios entre el período 1984-2000, años de la difícil etapa de transición a la democracia que Chile vivió durante algún tiempo, coincidente con su mandato rectorial.

Experto italiano presenta libro “La Política de la Familia: por un welfare relacional y subsidiario”

El Centro UC de la Familia junto a Revista Humanitas realizaron la presentación del libro “La Política de la Familia: por un welfare relacional y subsidiario”, del sociólogo y filósofo italiano Pierpaolo Donati, quien plantea la construcción de políticas familiares para que estas sean realmente tales y no propuestas que afecten a cada integrante de la familia por separado, aspirando a contribuir de forma efectiva en el fortalecimiento de esta célula vital de la sociedad. El profesor Donati es académico del Departamento de Sociología y Derecho de la Economía de la Universidad de Bolonia, miembro del Pontificio Consejo para las Ciencias Sociales e integrante de la Junta de Departamento y director del Centro de Estudios e Investigación sobre Innovación Social (CESIS). También se ha desempeñado como docente en distintas universidades en materias relativas a la sociología, sanidad y bienestar y ha participado en varias investigaciones en el ámbito de la Unión Europea. Adicionalmente ha sido director de diversas revistas y ha publicado 102 libros y cerca de 600 ensayos, artículos e informes de investigación. La jornada se realizó el 24 de junio pasado, en la Universidad Católica, y fue inaugurada con una ponen-

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cia del investigador italiano, quien detalló a la concurrencia los principios gestores del documento. En palabras de su propio autor, “el volumen delinea las razones por las cuales la familia no puede ser “neutralizada”, es decir, hecha in/diferente (‘sin diferencias entre las distintas formas’), para la esfera pública. En consecuencia, destaca la necesidad de políticas sociales que confieran a la familia una nueva subjetividad social”. Donati profundizó en cuáles son los principales puntos de vista contemplados en el documento, que de manera conjunta construyen un análisis diferencial, es decir, enfocado en “resaltar aquello que hace la diferencia desde el punto de vista de la familia (no del Estado o de la empresa, o de otras instituciones o intereses), es decir, aquello que diferencia lo que es familia y aquello que no es familia, resaltando las diferencias a través de distinciones que en el campo estudiado son escondidas, no son dichas o no son”. Posteriormente, se dio paso a un panel moderado por la socióloga Sofía Brahms e integrado por el profesor Manfred Svenson, doctor en Filosofía y académico de la Facultad de Filosofía de la Universidad de los Andes; profesora Carmen Domínguez, directora del Centro UC de la Familia; y el investigador Pierpaolo Donati.


8. XII. 2015 – 20.XI.2016

LOGO JUBILEO DE LA MISERICORDIA El arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, presentó desde el Vaticano el logo del Jubileo de la Misericordia, cuyo lema está tomado del Evangelio según San Lucas: “Misericordiosos como el Padre”. El logo es obra del sacerdote jesuita P. Marko I. Rupnik y se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia, “para vivir la misericordia siguiendo el ejemplo de Jesucristo, sin juzgar ni condenar, sino perdonando y amando sin medida”. Mons. Fisichella explicó que este logo “muestra al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, ya que indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención”. El dibujo “destaca la imagen del Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. Además, un detalle particular es como el Buen Pastor carga sobre sí la humanidad con extrema misericordia, pero sus ojos se confunden con los del hombre”, dijo la autoridad vaticana. El arzobispo Fisichella destacó que en esta imagen Cristo mira con los ojos de Adán, y este lo hace con los ojos de Cristo. “Así, cada

hombre descubre en Cristo, nuevo Adán, la propia humanidad y el futuro que lo espera, contemplando en su mirada el amor del Padre”, remarcó. La escena se coloca dentro de una “mandorla”, la “almendra”, una figura importante en la iconografía antigua y medieval que evoca la presencia de las dos naturalezas, divina y humana, en Cristo, y que dentro del arte suele servir como marco para personajes sagrados. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona. El logo fue registrado ante los organismos internacionales competentes para evitar cualquier uso inapropiado y salvaguardar su propiedad, de modo que cualquier uso distinto al puramente religioso será denunciado. El Jubileo de la Misericordia fue anunciado oficialmente por el Papa Francisco mediante la Bula “Misericordiae vultus”. Comenzará el 8 de diciembre de 2015, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y se extenderá hasta el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey del Universo.

Sitio Internet oficial del jubileo: www.iubilaeummisericordiae.va - www.im.va

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NUEVO DOCTOR DE LA IGLESIA

EN LA POESÍA MÍSTICA DE SAN GREGORIO DE NAREK EL PODER DE LAS LÁGRIMAS Poeta, monje, teólogo, filósofo y místico, Gregorio de Narek (951-1010/11) desde el domingo 12 de abril es doctor de la Iglesia. Ya considerado santo en el martirologio romano que lo recuerda el 27 de febrero, ahora este místico poeta armenio se convierte en el trigésimo sexto doctor de la Iglesia católica. Fue Benedicto XIV quien estableció los tres requisitos necesarios para la concesión de este título: doctrina eminente, insigne santidad de vida y declaración del Sumo Pontífice o de un Concilio. Con estos tres requisitos el Papa Lambertini había resumido las condiciones en base a las cuales la Iglesia, a lo largo de los siglos, había reconocido o declarado a algunos santos doctores de la Iglesia. Y aunque la insigne santidad de vida constituye un requisito previo y la declaración por parte del Papa o de un Concilio sigue siendo el acto formal del reconocimiento del doctorado, la doctrina eminente es la cualidad específica y determinante para el reconocimiento del título. Gregorio de Narek resume en su persona todos estos requisitos. Sobrino de Anania Narekatsi; “padre” del monasterio de Narek, uno de los vardapet —título eclesiástico armenio para padre, maestro, doctor— más célebres de la época, apodado “filósofo”, Gregorio entra de pequeño en el monasterio, donde recibe una riquísima formación del abad Anania, que le permite leer todas las grandes obras patrísticas, tanto griegas como orientales, y alimentar su meditación diaria con un inmenso tesoro de lecturas espirituales. Pasa toda su vida en el recogimiento, rezando, enseñando, contemplando y escuchando la naturaleza circundante. Y

Monseñor Jean Laffitte Nuevo Prelado de la Orden de Malta

El 4 de julio pasado, el Santo Padre Francisco n o m b r ó a monseñor Jean Laffitte nuevo Prelado de la Orden de Malta. Monseñor Laffitte nació en Francia en 1952. Estudió Filosofía y Teología en la Pontificia Uni-

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versidad Gregoriana, en Roma, así como Teología Moral en el Pontificio Instituto Juan Pablo II. Posee además un grado en Ciencias Políticas. En 1989, fue ordenado sacerdote. Actualmente es obispo titular en Entrevaux y secretario del Pontificio Consejo para la Familia. Monseñor Laffitte es miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista Humanitas desde 2009 y ha colaborado en diversas oportunidades con estas páginas.


alternando incesantemente el trabajo y la oración, Gregorio comienza a manifestar una fuerte propensión a reelaborar la tradición recibida mediante un lenguaje poético de los más elevados de la historia cristiana. Fue un maestro muy famoso, y aun en vida gozó de fama de santidad. El monasterio de Narek, fundado en 935, se encontraba al sudeste del lago de Van, a casi cuatro kilómetros de la costa y a una altura de 1.650 metros. Fue destruido durante los trágicos hechos de 1915, y refundado recientemente. Después de su muerte, el cuerpo de Gregorio fue colocado en la iglesia del monasterio dedicada a santa Sandujt, hija, según la tradición, del rey Sanatruk, y primera mártir armenia del siglo I, asesinada a causa de su fe por orden de su padre. En 1021 las reliquias del santo fueron trasladadas a Sebaste, actual Sivaz, en la antigua provincia de Armenia menor, en Anatolia central. La aldea donde depositaron las reliquias se denominó después Narek, en recuerdo del monasterio en el que Gregorio había pasado su vida. Los siglos IX y X marcaron la historia armenia con una de las renovaciones más fecundas y felices. Y si la ciudad de Ani, que hoy descansa en el suntuoso y melancólico silencio de sus ruinas, y la incomparable joya de la iglesia de Aghtamar, a orillas del lago de Van, son los símbolos más significativos de dicho renacimiento, “la creación poética de vidente de Narek —según el padre Bogos levon Zekiyan—, es su digno contrapeso como monumento literario”. En el año 1003 escribió su obra más famosa, el Libro de las Lamentaciones —una colección de noventa y cinco oraciones de estilo poético—, también conocida como Narek, por el nombre del monasterio. Es una de las mayores obras maestras de la poesía y de la mística de todos los tiempos. Narek es, para usar las palabras del nuncio apostólico en Bielorrusia, monseñor Claudio Gugerotti, “el testimonio de una aventura espiritual, es la historia de un hombre y de sus miedos, de sus aspiraciones altísimas, del vértigo de un hambre de Dios. Pero Narek es también el poder de un lamento que logra arrancar el perdón”. A esta figura luminosa de la Iglesia universal se le dedicará un congreso que se celebrará en Roma, entre octubre y noviembre, y en el que participarán los mayores estudiosos de la obra de San Gregorio. Rossella Fabiani L’Osservatore Romano

XXX aniversario del Instituto Sacro Cuore «La educación es el verdadero motor de la historia» «Todos hablan de derechos, todos quieren derechos y es necesario que los que tienen una sensibilidad humana integral, sea cristiano o no, sigan luchando para que el derecho a la libertad de educación también sea confirmado íntegramente». Son palabras del arzobispo de Milán, cardenal Angelo Scola, en su encuentro con alumnos y profesores del

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Instituto Sacro Cuore, durante su visita con motivo del trigésimo aniversario de la presencia de esta fundación en la ciudad milanesa. En su reflexión, el arzobispo admitió que «mirar al hombre entero y a todos los hombres es difícil para el europeo de nuestros días. La fragmentación está venciendo a todos los niveles. Por eso, creo que vuestra escuela es un fenómeno importante e imponente de civilización, porque al menos vosotros resistís al riesgo de la fragmentación del sujeto». Para añadir justo después: «Al peligro de la fragmentación de los objetos del saber es difícil resistir en la cultura actual, pero lamentablemente la fragmentación también ha afectado al sujeto: vivimos en compartimentos estancos porque falta un principio existencial sintético que permita una mirada hacia el hombre entero y hacia todos los hombres». La indicación del cardenal era por tanto la de la fe de «aquellos que se abandonan totalmente a Cristo, que llegan hasta el pensamiento de Cristo, que juzgan la realidad según la frase de Pablo: “recapitular en Cristo todas las cosas”». Por lo demás, «la vida se vive como vocación porque toda la vida es respuesta a una llamada». El arzobispo recordó ante todo que las palabras de Jesús sobre el bien de la vida –«Solo Dios es bueno»– muestran bien que él vino a liberarnos del mal, hasta del más tremendo, y de la banalidad radical («pensad en Juan el Bautista, un profeta de tal estatura asesinado por el caprichito de una joven que baila bien, manipulada por una madre llena de lujuria y ansia de poder...») e involuntaria («alguien que interpreta mal lo que tú dices, o a quien le llega por cotilleos o murmuraciones una opinión tuya injusta, o que cuenta cosas que tú has dicho...»). También por esto dijo en su calvario: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen». Esa es la misericordia «de la que tantas veces habla el Papa Francisco: intentar cambiar el corazón y reorientarlo desde el escándalo por el mal hacia una acogida que acompaña». El mal no es invencible, ha sido vencido, «aunque no derrotado totalmente, porque espera nuestra conversión, nuestra libertad, nuestro sí a Cristo mediante la invocación del perdón y la conciencia de que me toca a mí ponerme en juego en primera persona».

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Compañía de las Obras Una mirada nueva sobre las tareas diarias

«La vida está hecha de decisiones, grandes y pequeñas. Pero no siempre nos damos cuenta de cuáles son los criterios que nos guían, ni hasta qué punto nos influye la mentalidad dominante. La tendencia de moda marca la agenda, y nos lleva a tener unas prioridades que terminan convirtiéndose en costumbres y cristalizando en el típico «siempre se ha hecho así». Ese es el verdadero enemigo a combatir dentro de nosotros, afirmó Bernhard Scholz, presidente de la Compañía de las Obras, al inaugurar la última asamblea general de la CdO, celebrada en la Universidad Urbaniana de Roma en mayo pasado. El primer día, una serie de encuentros y testimonios; el segundo, una mirada al futuro, con la participación, entre otros, del eurodiputado Massimiliano Salini y el ministro Giuliano Poletti. Por ese «“siempre se ha hecho así” solemos descuidar el valor cognitivo de las relaciones», dijo Scholz: «Sin embargo, solo en un diálogo explícito es posible tomar conciencia de las cosas, también de cómo estoy guiando la empresa. De otro modo, si me quedo «conmigo mismo», solo veo lo que ya he visto antes. Pierdo la ocasión de descubrir realmente todo mi potencial, y me quedo en una cultura plana, un mundo lleno de talentos que no salen a la luz. Trabajar juntos es difícil, pero es hermoso; no por un buen propósito abstracto, ni por un genérico «tenemos que querernos», sino porque la propia realidad nos lo pide. En vez de buscar recetas preparadas para resolver los problemas, debemos intentar estar con personas que nos ayuden a tener un juicio y una mirada nueva sobre las cosas de siempre».


Mons. Óscar Romero Levadura de reconciliación para América

Una gran noticia recorrió toda Latinoamérica. El día 24 de mayo de este año, la Iglesia Católica beatificó al arzobispo Óscar Romero, asesinado por odio a la fe en El Salvador el 24 de marzo de 1980, mientras celebraba la Misa, y por lo tanto declarándolo mártir. El testimonio cristiano de Mons. Romero durante su vida y su muerte es contundente. Sabía del riesgo que corría su vida pero decidió libremente permanecer en su diócesis. Un mes antes de su muerte había escrito: «Él (Cristo) asistió a los mártires, y si es necesario lo sentiré muy cerca al entregarle mi último suspiro. Pero más valioso que el momento de morir es entregarle toda la vida y vivir para Él». El Papa Francisco describió a Romero como «un obispo celoso que, amando a Dios y sirviendo a los hermanos, se convirtió en imagen de Cristo Buen Pastor. En tiempos de difícil convivencia, Monseñor Romero supo guiar, defender y proteger a su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con toda la Iglesia. Su ministerio se distinguió por una particular atención a los más pobres y marginados. Y en el momento de su muerte, mientras celebraba el Santo Sacrificio del amor y de la reconciliación, recibió la gracia de identificarse plenamente con Aquel que dio la vida por sus ovejas». El arzobispo beatificado es uno de los mártires más famosos del siglo XX. Ya Juan Pablo II lo había considerado uno de los nuevos mártires durante la celebración del Gran Jubileo en el Coliseo Romano el 7 de mayo del año 2000. Romero fue un hombre de profunda fe que se refería a Jesús como «alegría cristiana de mi vida», que escogió como lema episcopal «Sentir con la Iglesia», aprendido de los ejercicios espirituales de san Ignacio. Manifestó una especial fidelidad a los Papas

que conoció, desde Pío XI hasta Juan Pablo II, lo que le llevó a decir: «la gloria más grande de un pastor es vivir en comunión con el Papa». Escribió en sus notas: «¡qué paradoja...! En la medida que crece en mí una adhesión a Roma, me identifico más con mi nueva diócesis y mi patria». En el clima de la guerra fría que asolaba el mundo le tocó vivir una época de grandes convulsiones en su país. ¿A qué nos desafía el testimonio del mártir Romero? El Papa Francisco lo sintetizó en la carta que envió el día de la beatificación: «La voz del nuevo Beato sigue resonando hoy para recordarnos que la Iglesia, convocación de hermanos en torno a su Señor, es familia de Dios, en la que no puede haber ninguna división. La fe en Jesucristo, cuando se entiende bien y se asume hasta sus últimas consecuencias, genera comunidades artífices de paz y de solidaridad. A esto es a lo que está llamada hoy la Iglesia en El Salvador, en América y en el mundo entero: a ser rica en misericordia, a convertirse en levadura de reconciliación para la sociedad». Julián de la Morena Huellas

Mons. Alejandro Goic: «No hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de niños y niñas»

La Conferencia Episcopal chilena presentó en mayo pasado, el documento con las líneas a seguir por la Iglesia Católica ante casos de abuso sexual, el cual es vinculante y comenzó a regir desde el 16 de julio. El texto está titulado «Cuidado y Esperanza. Líneas Guía de la Conferencia Episcopal de Chile para tratar los casos de abusos sexuales a menores de edad» y su decreto de promulgación fue firmado el 24 de mayo por todos los obispos diocesanos en el país.

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El obispo de Rancagua y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, sostuvo que ha habido un antes y un después tras los casos de abuso sexual como el caso de Fernando Karadima: «Ayer éramos los obispos quienes clamábamos verdad y justicia. Hoy hermanos y hermanas nuestras exigen de nosotros, pastores, garantías más contundentes de que no hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de niños, niñas y jóvenes». El presidente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas declaró que «los abusos contra menores perpetrados por clérigos marcan ciertamente un antes y un después en la vida eclesial chilena y nos preguntamos: ¿Qué nos ocurrió? ¿Cómo pudimos llegar al contrasentido de nuestra misión que significa el daño a menores? ¿Cómo recuperar nuestra debilitada credibilidad de hoy?». «Corresponderá a otras generaciones poder mirar en perspectiva en qué fallamos. A nosotros, los obispos de la Iglesia Católica del Chile del 2015, nos toca dar un paso relevante en este acompañamiento y reparación», expresó. Presentado por el secretario general de la Conferencia Episcopal, Cristián Contreras, el texto entrega procedimientos en el manejo de los casos de abuso, tanto para asistir a las víctimas como para formar a la comunidad eclesial en la protección de los menores de edad. En torno a la prevención, se considera a la formación en la temática del abuso sexual para todas las personas que prestan un servicio pastoral, «con indicación clara de sus contenidos y alcances, como una estrategia básica de prevención». Además, se dispone que respecto de quienes prestan los servicios en la Iglesia «se deberá verificar además que no tienen juicios pendientes en estas materias» y que «quienes contravengan las políticas de prevención establecidas, estarán inhabilitados para prestar sus servicios en la Iglesia». También se entregan los procedimientos a seguir frente a las denuncias en el ámbito canónico, incluyendo la relación con las denuncias ante las autoridades estatales, «donde se reafirma la idea de alentar a que las víctimas ejerzan su derecho de acudir ante la justicia» Mientras que en uno de los capítulos se establecen también «normas de carácter general para el cuidado de quien resulte denunciado, exhortándose a los clérigos que han causado daño a otros, a ‘responder de sus actos delante de Dios, de la sociedad y de sus superiores’» y se incluyen «normas para la supervisión de aquellos sancionados que permanecen en estado clerical».

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Nuevo obispo auxiliar de Santiago Mons. Jorge Concha Cayuqueo, franciscano

El papa Francisco nombró obispo auxiliar de la arqui-

diócesis de Santiago de Chile al Rvdo. P. Jorge Enrique Concha Cayuqueo, O.F.M., hasta ahora ministro provincial de la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad de Chile, asignándole la sede titular de Carpi. La noticia de dicho nombramiento se divulgó el 14 de julio pasado. Hasta ahora la arquidiócesis de Santiago cuenta con otros cuatro obispos auxiliares: Mons. Andrés Arteaga Manieu, Mons. Pedro Ossandón Buljevic, Mons. Fernando Ramos Pérez y Mons. Galo Fernández Villaseca. Mons. Jorge Enrique Concha Cayuqueo nació en Carahue, diócesis de Temuco, el 8 de junio de 1958. De 1966 a 1973 cursó la enseñanza básica y la enseñanza media desde 1974 a 1978 en el Liceo Superior de Hombres de Nueva Imperial y en el Colegio de La Salle de Temuco. El 16 de enero de 1978 ingresó al Postulantado de la Orden de los Hermanos Menores en San Francisco de Mostazal y el 16 de julio del mismo año ingresó al Noviciado. El 16 de enero de 1980 hizo su Primera Profesión y el 23 de diciembre de 1983 la Profesión Solemne en la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad de Chile. El 22 de mayo de 1986 recibió la ordenación diaconal de manos de Mons. Sergio Valech Aldunate, obispo auxiliar de Santiago. El 20 de diciembre de 1986 en la misma parroquia San José, fue ordenado sacerdote por Mons. Jorge Hourton Poisson, obispo auxiliar de Santiago. En junio de 1996 obtuvo el Doctorado en Ciencias Sociales por la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, Italia. En el año 2011 fue elegido Ministro Provincial de la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad de Chile. En el año 2012 asumió como Presidente de la Conferencia de Ministros provinciales del Cono Sur (Argentina, Paraguay y Chile). En marzo de 2014 fue elegido como primer Vicepresidente de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile (CONFERRE). Además, fue miembro de La Comisión Nacional de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso (CONEDI).


IMPORTANTE CONFUSIÓN La identificación de una filosofía social y política con un partido político, en el formato de una religión, tuvo su más desbordante expresión en las estatolatrías que dominaron gran parte de la historia del siglo XX. Fueron la expresión más radical de una ilustración degradada, apuntó Vaclav Havel. La más extendida en tiempo y espacio, pensada en los confines de la Europa ilustrada por un ideólogo enraizado, familiar y culturalmente, en el judeo-cristianismo, Karl Marx, hizo lo suyo —como tantos críticos lo han observado— invirtiendo la forma de este credo en un molde férreo, donde Dios no solo no existía, sino que la dinámica propia del sistema haría que se lo prohibiese, bajo las penas más severas. El Partido —el Comunista o el Nacionalsocialista— y su tiránico conductor serían, para este racionalismo “ilustrado” en desvarío, los únicos capaces de guiar la marcha de sus pueblos, como nuevos profetas en el desierto, hacia las cumbres predeterminadas de la historia. Quien no se “bautizaba” en el Partido -sobre todo en los tres cuartos de siglo que duró la Unión Soviética- carecía de condiciones laborales para asegurar su subsistencia. El avance hacia la victoria, sin marcha atrás, impulsado por esa especie de escatología intramundana, dejaría a su paso, como sabemos, catástrofes y mortandades de las que la humanidad no tenía memoria. Cuando Agustín Squella homologa el sacramento del bautismo, a través del cual los padres inician en la vida religiosa a sus hijos, con el abuso de una hipotética inscripción del recién nacido en determinado partido político, induce, sin medirlo, a la misma confusión criteriológica que alimentó esa noche de la historia antes referida. Como ha dicho con su acostumbrada elocuencia el Papa Francisco, sería ignorar la naturaleza de las cosas identificar el bautismo con la obtención de un carnet, siendo que lo que este produce es una “pertenencia”. En Japón, donde el cristianismo fue prohibido por el divino emperador durante 200 años, esta “pertenencia” se transmitió secretamente, al precio de la vida, porque esos heroicos nipones, bautizándose de padres a hijos, supieron vivir inmersos en el andar del Pueblo de Dios, realidad espiritual, que está más allá del espacio y el tiempo, que se alimenta de una escatología de horizonte eterno, y que tiene consecuencias ontológicas que cada cual, andando por los valles y montes de su vida, podrá íntimamente verificar. Ese mismo Pueblo de Dios que hace varios milenios recibió en el Sinaí una declaración de amor y predilección, que conmemora hoy la fiesta judía de Pentecostés, fiesta de la Alianza. Y que el “nuevo Israel” celebra el mismo día, con fiesta del mismo nombre, Pentecostés, en agradecimiento al don de “pertenencia” que recibieron hace dos mil años los ciento veinte reunidos en el Cenáculo. Jaime Antúnez Aldunate

*Artículo publicado en el diario El Mercurio, 25.V.15

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Persecución religiosa La Iglesia norcoreana

«E stán infiltrando a espías en las delegaciones internacionales que entran en el país para difundir sus creencias religiosas y supersticiosas, que son un veneno que corrompe el comunismo y paraliza la conciencia de clase». Con estas palabras advertía, no hace mucho, el régimen comunista de Pyongyang a su ejército. Oficialmente ateo, el estado de Corea del Norte se opone con fuerza a toda actividad religiosa realizada por cualquier grupo. Esta represión religiosa es una característica permanente de la política gubernamental desde la división de la península en el año 1953. Los más de trescientos mil cristianos norcoreanos acabaron desapareciendo sin dejar huella. De los sacerdotes y religiosas que por aquel entonces vivían en Corea del Norte no se sabe nada, por lo que se asume que fueron perseguidos hasta la muerte. Todos los misioneros extranjeros fueron expulsados. Las tres jurisdicciones eclesiásticas también fueron aniquiladas. El Santo Padre ha mantenido el clero asignando las sedi vacanti et ad nutum Sanctae Sedis, es decir sedes vacantes administradas por obispos externos nombrados por Roma, para dar fe de la terrible persecución que padecen. En el anuario pontificio todavía figura monseñor Francis Hong Yong–Ho como obispo de Pyongyang. Pese a estar desaparecido desde 1962, nunca fue declarado oficialmente muerto. El destino de los obispos es un fiel reflejo de lo ocurrido con toda la Iglesia norcoreana. Este país–gulag, cerrado a cal y canto a las miradas ajenas, en la actualidad cuenta con 24 millones de habitantes y se estima que al menos 8,7 millones necesitan ayuda alimentaria. Este drama humanitario,

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en el que cientos de miles de personas agonizan en campos de trabajo bajo la represión más brutal, parece no tener eco en nuestras conciencias o como diría un coreano «la ignorancia es medicina y el conocimiento es una enfermedad»: mejor no saber. Para el régimen de esta «poderosa y próspera nación» y para su «Brillante Líder» Kim Jung–Un, si hay algo peor que un americano, es un coreano cristiano. En efecto, la única religión permitida es el culto a la personalidad del «Padre de la Patria» y «Gran Líder» Kim Il–Sung y del «Querido Líder» Kim Jong–Il, abuelo y padre del actual dictador Kim Jong–Un. Todos ellos son glorificados como semidioses en la literatura, música, teatro y cine norcoreanos. Son reverenciados e idolatrados en actos públicos y es obligatorio que en todos los hogares, oficinas y edificios haya cuadros del «Gran Líder» y del «Querido Líder». Cualquiera sobre el que caiga la sospecha de ser creyente es objeto de violencia y de una brutal represión, no solo él, sino también su familia. Ser cristiano es condenarse como «espía del enemigo, traidor de la patria, veneno que corrompe el comunismo y paraliza la conciencia de clase» por poner solo algún ejemplo típico de la retórica comunista. En Corea del Norte, según testimonios de personas que han podido huir del país, «si te descubren con una biblia, no hay manera de escapar de la muerte».

Libia Un martirio continuo

«Consternación y dolor» por la «enésima estremecedora violencia perpetrada contra los cristianos inocentes en Libia», expresó el Papa Francisco en un mensaje enviado al patriarca de la Iglesia ortodoxa tewahedo etiópica,


Abuna Matthias, tras la difusión del vídeo que muestra el bárbaro asesinato de 28 cristianos coptos etíopes, en abril pasado. «Sé que Vuestra Santidad —escribe el Pontífice— sufre profundamente en el corazón y en la mente al ver a sus fieles asesinados por el solo motivo de ser seguidores de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Me dirijo a usted con profunda solidaridad espiritual, para asegurarle mi cercanía en la oración ante el continuo martirio impuesto en modo tan cruel a los cristianos en África, en Oriente Medio y en algunas regiones de Asia». «No representa ninguna diferencia —recuerda el Papa— que las víctimas sean católicas, coptas, ortodoxas o protestantes. Su sangre es única e igual en su confesión de Cristo. La sangre de nuestros hermanos y nuestras hermanas cristianos es un testimonio que grita para hacerse oír por todos los que aún saben distinguir entre el bien y el mal». Y este grito, añade, «debe ser escuchado sobre todo por quienes tienen en las manos el destino de los pueblos». Al recordar que «en este período estamos llenos de la alegría pascual de los discípulos a quienes las mujeres le llevaron el anuncio de que “Cristo ha resucitado de los muertos”», el Pontífice reconoce que «este año nuestra alegría, que nunca disminuye, se ve oscurecida por una profunda tristeza». Sin embargo, afirma, «sabemos que la vida que vivimos en el amor misericordioso de Dios es más fuerte que el dolor que todos los cristianos experimentan, un dolor compartido por hombres y mujeres de buena voluntad en todas las tradiciones religiosas».

Consejo para el Diálogo Interreligioso Más que nunca hay espacio para el diálogo con los musulmanes

D eclaración del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, en abril pasado: «Los acontecimientos de los últimos tiempos hacen que muchos nos pregunten: “¿Hay todavía espacio para el diálogo con los musulmanes?” La respuesta es: sí, más que nunca. En primer lugar, porque la gran mayoría de los musulmanes no se reconoce en la barbarie a la que asistimos.

Por desgracia, hoy en día la palabra “religión” se asocia a menudo con la palabra “violencia”; en cambio los creyentes deben demostrar que las religiones están llamadas a ser portadoras de paz y no de violencia. Matar, invocando una religión, no es solo una ofensa a Dios, sino también una derrota para la humanidad. El 9 de enero de 2006 el Papa Benedicto XVI, dirigiéndose al Cuerpo Diplomático y hablando sobre el peligro del choque de civilizaciones y, en particular, del terrorismo organizado, afirmó: ‘’Ninguna circunstancia puede justificar esta actividad criminal, que llena de infamia a quien la realiza y que es mucho más deplorable cuando se apoya en una religión, rebajando así la verdad pura de Dios a la medida de la propia ceguera y perversión moral”. En los últimos tiempos asistimos a una radicalización del discurso comunitario y religioso, que lleva aparejado el riesgo de un aumento del odio, de la violencia, del terrorismo y de la creciente y banal estigmatización de los musulmanes y de su religión. En este contexto, estamos llamados a fortalecer la hermandad y el diálogo. Los creyentes constituyen un formidable potencial de paz, si creemos que el hombre fue creado por Dios y que la humanidad es una sola familia y, más aún, si consideramos, como cristianos, que Dios es Amor. Seguir dialogando, incluso cuando se experimenta la persecución, puede convertirse en signo de esperanza. No es que los creyentes quieran imponer su visión de la persona y de la historia, sino proponer el respeto de las diferencias, la libertad de pensamiento y de religión, la protección de la dignidad humana y el amor a la verdad. Debemos tener el coraje de replantearnos la calidad de la vida familiar, los métodos de enseñanza de la religión y de la historia, el contenido de los sermones en nuestros lugares de culto. Sobre todo la familia y la escuela son las claves para que el mundo del futuro se base en el respeto mutuo y en la fraternidad. Uniendo nuestra voz a la del Papa Francisco decimos: ‘’Por tanto, la violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena, porque el Todopoderoso es Dios de la vida y de la paz. El mundo espera de todos aquellos que dicen adorarlo, que sean hombres y mujeres de paz, capaces de vivir como hermanos y hermanas, no obstante la diversidad étnica, religiosa, cultural o ideológica’’ (Ankara, 28 de noviembre 2014).»

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800 manuscritos históricos de la Iglesia Fueron salvados por un fraile dominico iraquí

Un fraile dominico iraquí es el responsable de que los importantes manuscritos de Mosul y Qaraqosh, que dan testimonio de la presencia cristiana desde el nacimiento de la Iglesia, se hayan salvado después de la toma del territorio en medio del difícil conflicto que azota el país. “Son como un puente entre las civilizaciones, que dan fe del pasado y dicen muchas cosas sobre el presente”, afirmó el Padre Najeeb Michaeel, cuya determinación fue destacada por la agencia AFP. “Era absolutamente necesario que esos manuscritos, conservados en la biblioteca de los dominicos en Mosul y luego en Qaraqosh, escaparan a la destrucción sistemática del patrimonio cultural“, expresó el religioso. Sin embargo, esta tarea no estuvo exenta de graves riesgos y dificultades. Diez días antes de que la ciudad de Qaraqosh cayera bajo sus atacantes, el fraile decidió huir con los valiosos documentos a través de territorios en combate. El P. Michaeel relató la forma como protegieron los manuscritos: “Evacuamos en camión una buena parte de los manuscritos de Qaraqosh a Erbil, en el Kurdistán (iraquí), que se encuentra a 70 kilómetros”. Al llegar a la frontera, se impidió el paso del vehículo y el religioso tuvo que confiar estos tesoros culturales a las familias que cruzaban la frontera para huir de la violencia. “Estábamos ahogados en medio del inmenso éxodo de poblaciones cristianas y yazidíes, que huían masivamente para refugiarse en Erbil”, recordó. Los documentos fueron recuperados y dispuestos en un lugar discreto, días antes de que las bibliotecas de sus dos ciudades originarias fueran destruidas. Fray Najeeb Michaeel explicó que la salvaguarda de los manuscritos se relaciona con el carisma dominico, que busca “contemplar y transmitir lo que se ha con-

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templado”. El esfuerzo de preservación de los religiosos les permite contar con un respaldo digital de una gran parte del patrimonio perdido en la guerra. “Desde 1990, hemos digitalizado en total 8.000 manuscritos de la región. Pero hoy en día la mitad de los originales no existen”. Siete de los manuscritos rescatados por el fraile se encuentran en una exposición temporal en París, Francia.

Año del desarrollo sostenible “Cumbre para la adopción de la agenda para el desarrollo post 2015”

En septiembre el Papa Francisco hablará en la Asamblea General de las Naciones Unidas a 70 años de su fundación. La sesión inaugural de alto nivel, en la que intervendrá el Papa ha sido denominada “Cumbre para la adopción de la agenda para el desarrollo post 2015” (25-27 sept). EL 2015 es “el tiempo de la acción global”, según Ba Ki Moon, Secretario General de la ONU: “Durante todo este año en particular tenemos la oportunidad indudable de la responsabilidad de adoptar el desarrollo sostenible, para reestructurar el sistema financiero global en concordancia con nuestras necesidades, y de responder finalmente y urgentemente al desafío del cambio climático inducido por el hombre”. La Unión Europea ha definido el año 2015 “Año Europeo para el desarrollo” y en este horizonte se desarrolla la Expo Milán. Por su parte, Francia va a acoger y presidir la XXI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015, también llamada “París 2015” del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Es una fecha crucial, ya que debe desembocar en un nuevo acuerdo internacional sobre el clima aplicable a todos a todos los países, con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C


ENCÍCLICA LAUDATO SI’ ENTRE CATASTROFISMO ECOLÓGICO Y ECOLOGÍA LIGHT Precedida de un sabotaje informativo y seguida de polémica —sobre todo en ciertos sectores de Estados Unidos, vinculados a las industrias del petróleo y el carbón— se publicó el 18 de junio pasado el texto oficial de la encíclica Laudato si’, que es el primer gran documento ecológico de la Historia. De ahí la expectación internacional que ha despertado, acrecentada por el hecho de ir dirigida a “creyentes y no creyentes”. Lo cual no significa que la Iglesia católica deje de aportar su propia perspectiva, con base teológica, pero con trasfondo sociológico y científico resaltables, aunque sin pretensión de intervenir en debates políticos. Lo primero que hago al leer un documento o un trabajo de cierta importancia es zambullirme en sus notas, luego voy al texto. Me ha sorprendido en esta encíclica la cantidad de citas de declaraciones y documentos emitidos por Conferencias Episcopales y otros entes eclesiales de todo el mundo (Bolivia, Canadá, Argentina, Estados Unidos, Japón, Aparecida, etc.) sobre la cuestión ecológica. Lo que muestra el serio análisis al que, desde diversos ángulos, viene sometiendo el tema la propia Iglesia Católica. No puede extrañar así que en el texto se califique como “un bien para la humanidad” la sincera exposición de los desafíos ecológicos que derivan de las convicciones religiosas. Con ello Francisco abre un nuevo frente en el magisterio de la Iglesia -el ecológico-, así como León XIII redescubrió el filón del magisterio social. Respetar la diversidad de puntos de vista Ahora bien, en un tema con tantas implicaciones científicas y sociológicas la prudencia de Francisco le lleva a afirmar que no es su intención “proponer una palabra definitiva”. En bastantes cuestiones concretas quiere limitarse a “promover un debate honesto”, respetando “la diversidad de puntos de vista”. Pero sin olvidar dos hechos que considera evidentes: el “rápido deterioro” de esa “casa común” que es la Tierra, y “la debilidad de las reacciones en el escenario de la política internacional”, probablemente presionada por la alianza entre economía y tecnología, y condicionada por intereses particulares y económicos, en verdadera contienda con el bien común. Algunos han acusado a la primera parte de la encíclica (“Lo que le está pasando a nuestra casa”) de “eco-catastrofista”. Pero quien la lee sin prejuicios lo que capta es el deseo de conectar —buscando soluciones positivas— los abusos ecológicos con repercusiones sobre los países más pobres. El intento de creación de una cultura ambiental fundada no sobre catastrofismos milenaristas, sino sobre el pragmatismo. No sobre una visión politizada de los problemas ambientales, cuanto la adopción de líneas de actuación positivas.

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En este sentido, conviene destacar el estímulo que la encíclica aporta a las “buenas prácticas”, basadas en “un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que requiere llevar al máximo la eficiencia, la reutilización y el reciclado”. Lo que apunta a una tercera revolución industrial, en momentos de “ocaso del viejo capitalismo agresivo”, como señala Jeremy Rifkin. Desde luego, ante la encíclica, se inquietará aquel establishment económico y político firmemente dependiente de los combustibles fósiles. Pero debería ser él mismo el que virara, poco a poco, hacia nuevas fuentes de energías renovables, como parece inevitable. ¿Ecología light? La mesura del planteamiento no significa que Francisco acuda en su discurso a un ecologismo light, a un “barniz ecológico” sin carne ni sangre teológica. Retrotrayéndose al “cultivar y custodiar la Tierra” (Génesis 2,15) del mandato bíblico, observa que en él se incluye “proteger”, “cuidar” y “vigilar”. Desde esos parámetros, por ejemplo, se lamenta de que la crisis financiera de 2007/2008 era una ocasión estupenda para retornar a los principios éticos y para revisar los “criterios obsoletos” que continúan gobernando el mundo. Por eso -dice- la misma “creación que sufre dolores de parto” es la misma que sufre la explotación y la destrucción de la naturaleza, con una verdadera acción de “saqueo”, con el agotamiento de los recursos naturales, y la extensión desbordante a toda la población mundial del consumo salvaje. Ecología humana En Laudato si’ no solamente se contiene un grito de alarma hacia la paulatina erosión del planeta por una descontrolada actividad humana. También se reafirman problemas de “ecología humana” y “ecología integral”, tan cercanos al Magisterio de la Iglesia como la función social del derecho a la propiedad privada, que “no es absoluto o intocable”, pues está sometido a la “hipoteca social”, de la que habla Juan Pablo II; el respeto a la vida, “en la que no parece muy compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto”; el rechazo del relativismo , que corrompe a la cultura “cuando no se reconoce ninguna verdad objetiva y que hace de las leyes imposiciones arbitrarias”, o el peligro de una guerra química o nuclear, que aún se cierne sobre la humanidad. De especial interés es la fórmula que acuña Francisco del “débito ecológico”, es decir, la responsabilidad de los países del Norte con los países del Sur, que “continúan alimentando el desarrollo de los países más ricos…, con un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso”. Este débito exige que los países desarrollados “limiten el consumo de energías no renovables, aportando a los no desarrollados recursos para promover políticas y programas de desarrollo sostenible”. En fin, esta encíclica está llamada a ser polémica. Un solo ejemplo: Obama acaba de elogiarla y Bush III la mira con recelo. Pero la polémica —en mi opinión— perderá fuerza cuando se la lea a fondo y se descubra su riqueza teológica, moral e, incluso, de ciudadanía ecológica. Como se ha dicho, contiene una verdadera mirada “divina” sobre la Tierra y las personas que la ocupamos. Rafael Navarro-Valls Zenit

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Ante la Encíclica Laudato si’

Lo que en síntesis nos propone el Papa Francisco es humanizarnos para rehumanizar el mundo. Así, asumiendo una ecología humana interior, efectuaremos una ecología universal exterior. Porque si el hombre ha echado a perder el mundo, para poder mejorarlo, debe mejorarse a sí mismo y pasar de destructor a reconstructor. “Si el ser humano se declara autónomo de la realidad y se constituye en dominador absoluto, la misma base de su existencia se desmorona, porque, «en vez de desempeñar su papel de colaborador de Dios en la obra de la creación, el hombre suplanta a Dios»”. “…la acción de la Iglesia no sólo intenta recordar el deber de cuidar la naturaleza, sino que al mismo tiempo «debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo. » “La naturaleza no es otra cosa sino la razón de cierto arte, concretamente el arte divino, inscrito en las cosas, por el cual las cosas mismas se mueven hacia un fin determinado. Como si el maestro constructor de barcos pudiera otorgar a la madera que pudiera moverse a sí misma para tomar la forma del barco”. “…la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán.” Fuera de la urgencia de salvar al planeta para salvarnos y salvar a nuestros descendientes, que es una urgencia de sobrevivencia, hay la responsabilidad de cuidar y labrar el mundo que se nos ha dado, y que existía antes que nosotros, y que existía en mejor estado por eso mismo.

“…hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres.” “…ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo.” Para los cristianos, este mundo es obra de Dios — Creación que alaba a su Creador— y nos ha sido encomendada para nuestro bien, sin desmedro de ella. El Papa cita y aclara desde la Biblia, el encargo del don divino, que no entraña dominación tiránica de la Naturaleza: “la forma correcta de interpretar el concepto del ser humano como «señor» del universo consiste en entenderlo como administrador.” “Sobre muchas cuestiones concretas la Iglesia no tiene por qué proponer una palabra definitiva y entiende que debe escuchar y promover el debate honesto entre los científicos, respetando la diversidad de opiniones. Pero basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común.” “Si de verdad queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje.”

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“…fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia.” Esta Creación en la cual vivimos y morimos, refleja a la Trinidad en su dinámica de impulsos creativos que van y vienen suscitándose, desde el átomo a las galaxias, tal como nuestras células. Y esta obra divina merece toda nuestra reverencia. Dando como ejemplo a San Francisco de Asís, el Papa que ha escogido ese mismo nombre y ejemplo, exalta la fraternidad del santo respecto de los astros y los seres, sintiéndolos creados como él y, por lo tanto, hermanos y hermanas. Por lo cual si se siente de veras esta hermandad cósmica ante el Padre común, debemos cuidar hermanablemente de todo el cosmos, nuestro incontable pariente. La manera como el hombre ha ido malogrando el mundo y a la vez malogrando a sus congéneres, es el resultado de un auge formidable de la tecnología, cuyos beneficios quedan mermados ante sus estropicios, pues “la técnica separada de la ética difícilmente será capaz de autolimitar su poder.” Creyendo que la técnica resolverá hambre, pobreza y ecología malherida, los poderosos han fomentado el consumismo exacerbado y el desequilibrio de los

recursos. Propone el Papa que moderemos nuestro abuso y malgasto de materias. Pide que los organismos internacionales acometan de veras la implementación de los acuerdos ecológicos ya existentes y dialoguen para perfeccionarlos, acabando así con “la globalización de la indiferencia.” Denuncia la idolatría del rédito, la ganancia como razón única de la economía que no considera a los pobres ni al planeta. “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.” “Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios.” “Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir.” “…evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias. “detenerse a dar gracias a Dios antes y después de las comidas.” “El hecho de reutilizar algo en lugar de desecharlo rápidamente, a partir de profundas motivaciones, puede ser un acto de amor que exprese nuestra propia dignidad. “Se puede necesitar poco y vivir mucho, sobre todo cuando se es capaz de desarrollar otros placeres y se encuentra satisfacción en los encuentros fraternos, en el servicio, en el despliegue de los carismas, en la música y el arte, en el contacto con la naturaleza, en la oración. La felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida.” Podemos cerrar este comentario con esta última cita: “Si el mundo tiene un principio y ha sido creado, busca al que lo ha creado, busca al que le ha dado inicio, al que es su Creador. Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza.” Luis Vargas Saavedra

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Antecedente poético

El cántico de las creaturas La letra y el espíritu de este poema de San Francisco de Asís constituyen toda una perspectiva y una clave para comprender la encíclica del Papa Francisco sobre el medio ambiente.

Al titular inusualmente su nueva encíclica «Laudato si’» —en italiano y no en latín—, el Papa Francisco ha puesto de actualidad uno de los poemas más tempranos que se hayan escrito en lenguas románicas, y también uno de los más hermosos: el «Cántico de las creaturas» de San Francisco de Asís. Laudato si’ (alabado seas) es el estribillo de ese poema que alaba al Creador por todos los seres de la naturaleza, cantados de la manera más simple y sincera que pueda darse, en una lengua romance incipiente ligada todavía a la matriz latina, como corresponde al temprano siglo XIII. No es solo el título ni la referencia explícita lo que relaciona al Papa con el santo: la letra y el espíritu de ese poema constituyen toda una perspectiva y una clave para comprender el nuevo documento sobre el medio ambiente. Lo que el Francisco de Roma y el Francisco de Asís hacen, cada uno en su época y a su modo, es verbalizar el clásico «amare Deum in mundo» y «amare mundum in Deo», a saber, ese amor que pasa por todas las creaturas camino de su Creador, y que pasa por el poder y la sabiduría del Creador rumbo a la belleza de sus creaturas todas, hasta romper en un cántico de alabanza y gratitud. El Cántico franciscano prolonga una tradición de hondas raíces bíblicas. Recordaré dos de ellas. El salmo 136 es una letanía que alaba a Dios por sus obras sucesivas: porque «Él hizo los cielos con inteligencia», porque «Él hizo las grandes luminarias», porque «Él da alimento a todos los vivientes», etc. Y en el libro de Daniel se contiene el canto llamado «De los tres jóvenes», que, castigados con el fuego por el rey Nabucodonosor, glorifican a Dios llamando a todas las creaturas a bendecirlo: al sol y la luna, a la lluvia y el rocío, a la luz y las tinieblas, a las nubes y relámpagos... El Catecismo de la Iglesia Católica reproduce el

Cántico de San Francisco en una traducción castellana bastante correcta: «Loado seas por toda creatura, mi Señor / y en especial loado por el hermano sol / que alumbra y abre el día y es bello en su esplendor...». Pero el idioma actual y más elaborado de esta versión, por una parte, y su verso métrico (el alejandrino) por otra, pierden algo del aire ingenuo, fresco, rudo y fuerte del original, que —por ejemplo— completa la estrofa citada afirmando del sol: «cum grande splendore /de te, Altissimo, porta significazione», estupenda manera de decir lo que en castellano se empobrece así: «y lleva por los cielos noticia de su autor». «Portar significación de Ti» es más rotundo que «llevar noticia», porque está más cerca de afirmar a Dios como el Sol de todos los soles. Se me perdonará que cite en italiano arcaico (fácilmente comprensible) el encantador pasaje original acerca de nuestra hermana el agua: «Laudato sie, mi Signore, / per sor’ acqua / la quale é molto utile / et úmile et pretiosa et casta». Estos adjetivos que cualifican al agua, sobre todo el «humilde» y el «casta», son un recio hallazgo poético que nos da hermandad (ojalá nos la diera) con la linfa vital del planeta: ¡humilde y casta! Por último, quiero encarecer el coraje sobrenatural necesario para cantar con alegría nada menos que a la muerte: «Laudato sie, mi Signore, / per sora nostra / morte corporale (...)». A los ojos del santo, hasta lo más oscuro de la existencia humana, lo que entró en ella solo a causa del pecado, puede ser motivo de común hermandad, y por tanto de alabanza al Creador. El sol, la luna, las estrellas, el viento, el aire, las nubes, el sereno, el agua, el fuego, la tierra, las flores, la vida y la muerte humana desfilan por este poema, que me gusta imaginar como precedente del magnífico verso del Dante: «l’ Amor che fece il sol e l’ altre stelle», el Amor que hizo el sol y las estrellas. Ignacio Valente

*Artículo publicado en el diario El Mercurio, 28.VI.15

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FABRICE HADJADJ, FILÓSOFO

UN ANARQUISTA Y VIOLENTO ANTI-CRISTIANO INICIA SU CONVERSIÓN, SUPLICANDO A DIOS SALUD PARA SU PADRE Fabrice Hadjadj es un destacado intelectual católico. Las obras de este pensador y profesor francés se están convirtiendo en referencia para otros pensadores al punto que Juan Manuel de Prada ha dicho de su libro La fe de los demonios que es “el mejor libro de teología divulgativa que se ha escrito en décadas”. Fabrice es un converso, pero se ha hablado muy poco de este proceso, quizás porque él mantiene que la conversión solo es el punto de salida, no el de llegada. Sin embargo, su camino dice mucho de cómo el poder salvífico y la misericordia de Dios pueden dar un vuelco a la vida de todos, en un pestañear de ojos. “La Palabra me daba urticaria” “Mi familia era judía y de extrema izquierda y yo crecí en el espíritu de la revuelta”, cuenta el mismo Hadjadj. Desarrolló un ateísmo marcado por el anarquismo y además la lectura de Nietzsche le llevó al nihilismo aumentando en él una “violencia anti-cristiana”, pues la palabra de Dios “me daba urticaria”. Pese a las seguridades que este joven francés creía tener, Dios siempre sorprende y le tenía deparada una gran sorpresa. “Un día un amigo mío publicó un libro de aforismos, en el que cada uno de ellos venía precedido por una cita bíblica”, recuerda Fabrice, que gracias a esto vio la oportunidad de ridiculizar a Dios. “Quería leer la Biblia para hacerme reír”, afirma. “Había encontrado un procedimiento mordaz para ridiculizar las Escrituras. El problema es que para burlarse bien de la Biblia, hay que leerla”. La lectura de Isaías y Job Con su intención de burlarse de la Iglesia y de Dios, continua, “comencé con la lectura de Isaías y de Job. ¡El shock! ¡Qué soplo más increíble! Más tarde releí los Evangelios. ¡Cuánta sencillez unida a tanta profundidad! La palabra de Jesús no era una palabra como cualquier otra: era la palabra en carne, en hueso y en espíritu”. “Había querido desviar la Escritura, y era ella la que me devolvió al camino”, agregó. Ese fue el primer encuentro que tuvo con Dios y que le fascinó. Algo que ya tenía en su corazón aunque olvidase lo ocurrido. Sin embargo, “unos meses más tarde mi padre enfermó. No sabía qué hacer para ayudarle. Corrí a la iglesia de Saint-Séverin, cerca de mi casa en París. Esta era la iglesia en la que me había burlado de los feligreses unos días antes. Entonces oré y fue una revelación. No era una gran luz, era una voz descendiendo del Cielo. Estaba en paz y la paz me mostró que la oración es la esencia de la palabra, el lugar propio del hombre”.

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Cuenta el mismo Hadjadj que “otro signo de Dios en mi vida fue el juicio a Paul Touvier”, un colaboracionista nazi condenado por crímenes contra la humanidad por ordenar fusilar a siete judíos en 1944. “Asistí porque un amigo mío era abogado en el juicio. Vi a ese tipo en el banquillo de los acusados, un tipo como tú y yo que no podía ver al diablo”. Esa tarde en su casa este joven se preguntaba si “habría sido mejor que este hombre”. “De repente descubrí mi miseria interior” y pensó en Cristo, “como un Inocente, un absoluto Inocente vino para redimirme con toda la humanidad manchada por el mal, para salvarme con todos, víctimas y verdugos”. Cinco años más tarde “fui bautizado en la Abadía de Solesmes”. Supo años más tarde que fue precisamente el lugar en el que el condenado en el juicio al que asistió y que le abrió los ojos se había escondido durante meses. Profesor, padre de familia y defensor de la vida Su vida cambió por completo tras descubrir la fe. No quería tener hijos y ahora tiene seis. Desde su columna en Le Figaro y desde otros medios ha sido uno de los intelectuales que con más vehemencia ha argumentado contra el “matrimonio homosexual” y la adopción por parte de homosexuales aprobada en Francia recientemente. Actualmente es además de un importante escritor, profesor de Filosofía en institutos, universidades y en el Seminario de Toulon. Pese a la historia de conversión que hizo Dios con él, a Fabrice no le gusta hablar demasiado de ella. “No me gusta ser anecdótico y retrospectivo. La conversión es un punto de partida, no de llegada. Es como un nacimiento. Pero no se puede preguntar a los conversos únicamente por aquello que sucedió en el momento del parto. Me he preguntado a menudo sobre mi bautismo, que fue algo extraordinario. Pero me preguntan menos por mi matrimonio que, sin embargo, es el cumplimiento de mi bautismo. Podría escribir miles de páginas sobre mi conversión. Pero si dijese aquello que hizo que me hiciera cristiano sería prisionero de algo que pertenece al pasado. Debo siempre poder decir que si soy cristiano es también gracias a ella, que está a mi lado. Lo que fundamenta la fe es sobre todo el asombro ante aquello que me rodea”. El demonio, muy presente en el mundo de hoy Uno de sus libros más importantes trata precisamente sobre el demonio, el príncipe de este mundo. Así, advierte de que “hay que entender que el ateísmo y el liberalismo no son los peores dolores de cabeza, ya que el diablo no es ateo. Entonces, para evitar las trampas de un demonio, que sabiendo exactamente la verdad, sabe llevarnos a errores dándoles un aspecto atractivo: utiliza nuestra energía para luchar contra un error haciéndonos caer en el error opuesto”. Del mismo modo, dijo que los cristianos deben tener cuidado con la “fe desencarnada, en la que uno se dedica a ‘organizaciones benéficas imaginarias’ y nos olvidamos de amar a nuestro prójimo en nuestra casa o en nuestra propia cama”. Su vida y su experiencia le han aconvertido en uno de los pensadores de la Iglesia más acreditados para el diálogo fe-razón y con el mundo no creyente. “Hoy en día está de moda decir ‘soy ateo’, ‘soy homosexual’, etc…Nadie dice ‘soy un hombre’. Lo importante para el creyente es comprender que ante él tiene siempre a un hombre. Uno que está como yo expuesto al pecado y a la muerte y que tal vez un poco menos consciente del Misterio”.

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“Pérdida de identidad” Congreso Internacional de Formadores y Formadoras para la vida consagrada

“Sintamos hoy el llamado de los nuevos contextos geográficos y las culturas que se manifiestan de manera intensa”, señaló el cardenal Joao Braz de Aviz, Prefecto

de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, al comienzo del Congreso Internacional de Formadores y Formadoras para la Vida Consagrada, que se celebró en Roma en abril pasado, con la participación de 1.200 religiosas y religiosos de todo el mundo. El cardenal Braz de Aviz dio un discurso basado en la Carta Apostólica del Papa Francisco para el Año de la Vida Consagrada para animar a los religiosos a seguir tres consejos del Santo Padre: “Mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión, y abrazar el futuro con esperanza”. “En efecto, los contextos han cambiado y estamos

REVISTA CRISTIANDAD: CELEBRACIÓN NÚMERO 1.000

UN ENCUENTRO PERSONAL CON CRISTO Apartes de la conferencia del profesor Guzmán Carriquiry, secretario a cargo de la vicepresidencia de la Pontificia Comisión para América Latina con motivo del número 1.000 de la revista Cristiandad.

Lo que está en juego es algo originario, profundo y crucial: es la naturaleza misma y la significación del acontecimiento cristiano en la vida de las personas. Es redescubrir la dignidad y la belleza, la razonabilidad, alegría y responsabilidad de ser cristiano, en un mundo que tiende a ser “post-cristiano”. (…) El Papa quiere concentrar efectivamente la vida de la Iglesia, de los cristianos, en lo esencial de la Buena Nueva; la fe cristiana no es, ante todo, una doctrina, una ideología, ni tampoco un conjunto de normas morales, menos aún un espiritualismo de “bellas almas”. Es un hecho, históricamente acaecido, el Verbo de Dios hecho carne, según el designio misericordioso del Padre, muerto en Cruz por nuestros pecados y resucitado por la potencia de Dios, que viene a nuestro encuentro, por gracia del Espíritu Santo, llamándonos a su seguimiento, a la comunión con Él en su pueblo y cuerpo, que es la Iglesia, hasta poder llegar a experimentar milagrosamente que “no soy quien vivo, sino Cristo que vive en mí” (Gal 2, 20). ¡Es Cristo reconocido como el Señor y Salvador! ¡Es el Reino de Dios, presente y operante en la historia! Es esta centralidad esencial del Evangelio “lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y a la vez lo más necesario. La propuesta se simplifica, sin perder por ello profundidad y verdad, y así se vuelve más contundente y radiante”, nos dice el Papa Francisco1. Esta es la respuesta satisfactoria a la pregunta que inquieta los corazones: ¿cómo llegar a vivir una vida verdadera y feliz? Para que arraigue a fondo esta invitación a la conversión, el Papa Francisco no ceja de buscar todos los medios, guiado por el Espíritu de Dios, por su experiencia pastoral y por su temperamento personal, para

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perdiendo nuestra propia identidad. Se nos llama a un nuevo y más profundo compromiso”, afirmó, e invitó a los formadores del Ordo Virginum, de los Institutos Seculares, de las Sociedades de Vida Apostólica y los Institutos de Vida Consagrada, a trabajar para reafirmar la identidad de la vida consagrada en la Iglesia y el mundo. Siguiendo el llamado del Papa Francisco, el cardenal brasileño explicó que “en una sociedad del desencuentro, de la difícil convivencia entre distintas culturas, del aprovecharse de los más débiles, de las desigualdades, estamos llamados a ofrecer un modelo concreto de comunidad que a través del reconocimiento de la dignidad

de cada persona y el compartir del don del cual cada uno es portador, permita vivir relaciones fraternas”. Por su parte, Michelina Tenace, docente de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, señaló que la formación integral debe cuidar de todas las dimensiones: intelectual, emotiva, individual, comunitaria, personal, social, afectiva y sexual, en conformidad con las enseñanzas de Cristo. El Año de la Vida Consagrada comenzó el 29 de noviembre de 2014 y concluirá el 21 de noviembre de 2015, en el marco de los cincuenta años del “Perfectae caritatis”, el decreto del Concilio Ecuménico Vaticano II sobre la adecuada renovación de la vida religiosa.

llegar al corazón de las personas que tiene delante. Palabras, gestos, silencios, repeticiones, oraciones… Sabe que la atracción sorprendente que ha suscitado su persona, incluso más allá de los confines eclesiásticos y entre muchos que habían pensado haber cerrado sus cuentas con la fe y la Iglesia, es fenómeno complejo no encasillable según análisis sociológicos o psico-culturales. Hay en ello dosis difusas de impactos mediáticos y simpatía natural, para muchos se agrietan muros de rechazos y prejuicios muy alzados, para otros muchos implica un replantearse personal de preguntas y expectativas en su corazón, para tantos lleva a un reflorecer de la fe o a su revitalización… Es tiempo providencial para la siembra del Evangelio. (…) El Santo Padre no se cansa de plantear —y de plantearse— la pregunta decisiva, que incluso plantea a los obispos italianos reunidos en asamblea plenaria: “¿Quién es Jesús para mi vida? ¿Cómo ha marcado la verdad de mi historia?2” ¿Qué es la conversión a la que estamos todos llamados, sino “el don de reconocerse pecador” y de confiarse mendicante a la gracia de Dios misericordioso, para tener a Cristo presente en la trama de nuestra vida, iluminándola, cambiándola no obstante nuestras distracciones, resistencias y caídas, haciéndola crecer en humanidad, en amor y verdad, en felicidad y esperanza? El Papa nos invita a liberarnos, por gracia de Dios, de nuestros ídolos para readquirir la libertad de los hijos de Dios. Esa es la cuestión prioritaria: rehacer la fe de los cristianos. Todos estamos llamados a vivir la fe como nuevo inicio, como esa novedad sorprendente de la vida, esplendor de verdad y promesa de felicidad, que reenvía al acontecimiento que la hace posible y fecunda. Solo en el estupor de ese encuentro con Cristo, cuya presencia se trasluce en el testimonio de sus apóstoles y discípulos, sobreabundante a todas nuestras expectativas pero percibido y vivido como plena respuesta a los anhelos de verdad y felicidad del “corazón” de la persona, el cristianismo no queda reducido a una lógica abstracta, sino que se hace “carne” en la propia existencia.

1 Francisco, Evangelii gaudium, 34. 2 Francisco, alocución al Episcopado italiano, 27.II.2014.

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P​ adres de santa Teresita de Lisieux Serán canonizados en pleno Sínodo de la Familia

La canonización de los padres de santa Teresita, muy esperada en Lisieux, Alençon y otros lugares, tendrá lugar el próximo 18 de octubre, es decir, en el corazón del Sínodo de la familia y en la jornada misionera mundial. Y no es por casualidad: esta pareja tenía la fibra misionera arraigada en la ofrenda y la oración y supo comunicarla a sus cinco hijas, una de ellas Teresa de Lisieux, que entró al Carmelo para salvar almas y fue declarada “patrona de las misiones” en 1927 (aun pasando su corta vida religiosa tras las rejas de un monasterio). Los esposos serán proclamados santos durante el Sínodo de la familia, reunido en el Vaticano del 4 al 25 del próximo mes de octubre. En la misa de apertura del Sínodo extraordinario sobre la familia en octubre de 2014, el Papa veneró las reliquias de los esposos Martín. La canonización de los padres de santa Teresita ha sido posible gracias a la curación milagrosa atribuida a su intercesión: la curación inexplicable de una niña de la diócesis española de Valencia.

Muere la hermana Nirmala Sucesora de la Madre Teresa de Calcuta

La hermana Nirmala Joshi, sucesora de la Madre Teresa al frente de la congregación de las Misioneras de la Caridad, murió el 23 de junio pasado por un paro cardíaco, a

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los 81 años de edad, en la ciudad oriental india de Calcuta. El arzobispo de Calcuta, Thomas D’Souza, explicó al diario Indian Express que la religiosa, que «dio su último suspiro en paz», padecía problemas del corazón y aunque había estado hospitalizada, falleció en una de las casas de las misioneras de la Caridad. Nirmala Joshi (1934) nació en un campamento militar en el estado indio de Jharkhand, limítrofe a Bengala, como hija de un soldado nepalí de las tropas de los conocidos guerreros Gorkha del Imperio Británico. Criada en una familia de brahmanes, la casta más alta de la India, se convirtió al catolicismo y se unió a las Misioneras de la Caridad en 1976 inspirada por el trabajo a favor de los pobres de la Madre Teresa, que había fundado la congregación en Calcuta en 1950 Durante muchos años dirigió la rama contemplativa de la orden y supervisó las actividades de la congregación en Europa y Estados Unidos. Tras la muerte en 1997 de la Madre Teresa, beatificada en 2003, la hermana Nirmala pasó a ocupar su puesto en la dirección de las Misioneras de la Caridad hasta 2009, cuando pidió ser relevada para llevar «una vida de contemplación”. Nirmala, que en sánscrito significa pura, fue la única hindú en la lista de candidatas. Cuba Una Radio Católica digital para que se abra al mundo “Cristo en línea” estación de radio católica por internet donde se comunican “los valores evangélicos de manera positiva y propositiva” (cfr. Conclusiones de Aparecida N° 497). Así la definen en su página el grupo de laicos y laicas, religiosos, religiosas y sacerdotes que integran las distintas diócesis, congregaciones y movimientos laicales que trabajan juntos para sacar adelante este proyecto radial. En principio, la característica de Cristo en Línea es seguir la espiritualidad de la Comunión y el llamado del Papa a crear redes. La noticia publicada por el CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana) señala que la visita del Papa Francisco a la isla de Cuba se transmitirá por la radio digital cristoenlinea.com que nació en la Diócesis de Saltillo, México, y ha crecido a nivel nacional e internacional, y desde hace algunas semanas cuenta también con una cabina en Cuba.


El sacerdote fundador de la estación en la red explicó que “en Cuba el programa no se transmite en vivo porque las prestaciones de Internet no son suficientes; sin embargo, envían el programa, que se denomina Día a Día, y se reproduce jueves y viernes”.

200 años de Don Bosco Pontífice conmemoró con salesianos en la Basílica de María Auxiliadora

El Papa exaltó el carisma de Don Bosco resaltando que él dedicó su vida al trabajo con la juventud, sobre todo la más sufrida y excluida de la sociedad, utilizando los medios e instrumentos más peculiares para atraerla a Jesús. Para Francisco, los jóvenes del tiempo de Don Bosco, dijo al concluir, no eran muy diferentes de los jóvenes de nuestros días. Por todo el mundo hay jóvenes que necesitan de la orientación que el Santo ofrecía y sus hijos hoy ofrecen.

El Amor más grande El Papa Francisco reza ante la Sábana Santa por los crucificados hoy

Durante su visita a Turín, el Papa Francisco fue a visitar el Santuario de la Consolata. En seguida fue hasta la Basílica de María Auxiliadora para tener un encuentro con los presbíteros y hermanos salesianos y con las Hijas de María Auxiliadora, ambas instituciones fundadas por San Juan Bosco. El discurso del Papa fue entregado en manos a la Familia Salesiana allí reunida. El Santo Padre afirmó que, en su «peregrinación a Turín, dedicada a la veneración de Jesús crucificado, estampado en la sábana del Santo Sudario», quiso visitar el lugar que representa el corazón de la vida y la obra de San Juan Bosco. Él quería celebrar con los Salesianos el segundo centenario del nacimiento de su fundador. Refiriéndose a la persona de Don Bosco, el Papa quiso destacar en el gran Santo tres aspectos que más lo impresionan: su inamovible confianza en la divina Providencia; su vocación sacerdotal, totalmente dedicada al servicio de los jóvenes, sobre todo de los más pobres; y su servicio dócil, leal, fiel y actuante a la Iglesia y la persona del Sucesor de Pedro. Dentro de este contexto de conmemoraciones y reconocimientos, el Papa agradeció a toda la extensa Familia Salesiana por el servicio que ha prestado a la Iglesia en todo el mundo. Agradeció por el bien que las instituciones salesianas proporcionan a la Iglesia con su trabajo, de modo especial entre la juventud.

El Papa Francisco rezó delante de la Sábana Santa de Turín el 21 de junio pasado en el marco de su viaje apostólico también para celebrar el bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco. Tras el encuentro con el mundo del trabajo, en la Placita Real, el Pontífice se trasladó a la Catedral de San Juan Bautista, donde está expuesta al público la Ostensión, muestra que lleva como lema “El Amor más grande” para indicar el don de la salvación. Ante el Santo Sudario, Francisco se postró en recogimiento en el altar mayor del templo, allí rezó durante unos minutos en silencio, y con la luz apagada, ante la tela de lino que muestra la imagen de un hombre con marcas físicas propias de la crucifixión. La Iglesia ha suspendido el juicio sobre la autenticidad de la Sábana Santa. Al respecto, el Papa señaló la Síndone como “un ícono” único en su género y negó que se trate de una simple “reliquia”. Ciertamente, no existen imágenes parecidas. La ciencia prosigue la búsqueda de la «verdad», mientras que para la Iglesia es un misterio desde la fe.

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Tres puntos clave en el debate científico sobre el Santo Sudario

científicos —especializados en estudios biológicos de tejidos y químico físicos— consideran que la Síndone es compatible con la época de Cristo.

1. No es una pintura y hay sangre humana en la Sá-

bana. “La profundidad de la huella sobre la tela es de apenas unos milímetros: un colorante hubiera mojado las fibras de manera más amplia”, indicó a Familia Cristiana (no.16-2015) Bruno Barberis, presidente del Centro Internacional de Sinodología y docente de física matemática en la Universidad de Turín.

3. La prueba del Carbono 14. Algunos estudios científicos ubican la Sábana Santa en la época de Cristo; otros como la prueba del Carbono 14 llegaron a la conclusión de que era medieval (1260-1390), aunque los resultados recibieron objeciones debido a que la muestra del experimento estaría «contaminada» debido a que la tela ha sido más de una vez «remendada».

Entre otras curiosidades, sobre la tela existen huellas de sangre humana (del grupo AB), las cuales no han sido puestas con un pincel. La ciencia explica parcialmente que las manchas de sangre son las que deja un cadáver cuando el suero se separa de la célula, dejando señales más claras al lado de aquellas más oscuras, o cuando se evidencian heridas inmediatamente después a la muerte.

De hecho, algunas partes de la tela han sufrido daños de incendios. Es posible que el pedazo cortado para la prueba no fuera el más apto. Hasta el momento, el debate científico queda abierto a la espera de nuevas pruebas y métodos.

2. El tejido de la Sábana está impregnado de polen

de la vegetación desértica de Palestina. Algunos

“La Sábana Santa atrae hacia el rostro y el cuerpo martirizado de Jesús y, al mismo tiempo, hacia el rostro de cada persona que sufre o es perseguida injustamente”, indicó Francisco en la homilía en la plaza de Victorio de Turín, ante 45.000 fieles.

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VLADIMIR SOLOVIEV

EL PROFETA DE MOSCÚ Quizás el siglo XX hubiese sido distinto si las naciones europeas hubieran compartido un mismo credo. Pero, a finales del XIX, la fragmentación de la cristiandad en una pluralidad de Iglesias nacionales ahondó en las heridas sociopolíticas que sumieron al mundo en la tiniebla. En ese contexto, el filósofo ruso Vladimir Soloviev apuntó hacia la unidad con Roma para lograr la unidad del género humano. Su voz profética sigue siendo hoy un reto.

Vladimir Soloviev nació el 16 de enero de 1853 en Moscú, capital de aquella Rusia zarista cuya progresiva decadencia llevaría, 50 años después, a una fractura social de la que se nutriría el comunismo como un ave carroñera. Filósofo, poeta, moralista y teólogo, su vida fue una entrega al servicio de la Verdad. A los 14 años, se decía nihilista ateo, y se negó a practicar en actos religiosos. Sin embargo, según maduraba, veía cómo los jóvenes se hundían en el materialismo práctico y daban la espalda a la vida de piedad y a las Humanidades. Asqueado de tanto vacío, abdicó del materialismo y, tras superar diversos sistemas filosóficos (idealismo, positivismo, racionalismo…), llegó a la conclusión de que la Verdad se encontraba en la fe cristiana, a la que se abrazó con fervor de converso. Desde entonces, intentó sanear la conciencia eslava y hacer realidad la oración de Cristo por la unidad, pues «la unión de las Iglesias prepara la unión del género humano». El Newman ortodoxo Aunque al principio no abandonó la ortodoxia para que sus razones no fuesen descartadas en el seno de su jerarquía, su lucha por la unidad le llevó a cuestionar las razones del cisma con Roma. Y lo hizo de tal modo que fue apodado como el Newman ortodoxo, en alusión al célebre anglicano John Henry Newman, converso al catolicismo. «No se puede anular la evidencia —decía— de que fuera de Roma no hay más que Iglesias nacionales, como la armenia y la griega; Iglesias de Estado, como la rusa y la anglicana; o sectas fundadas por particulares, como luteranos, calvinistas, etc. Solo la Iglesia católica romana no es ni Iglesia nacional, ni Iglesia de Estado, ni secta fundada por hombre. Es la única Iglesia que conserva y afirma el principio de la unidad social universal contra el egoísmo de los individuos y el particularismo de las naciones; es la única que conserva y afirma la libertad del poder espiritual contra el absolutismo de Estado; es la única, en una palabra, contra la cual no han prevalecido las puertas del infierno». Soloviev se sentía parte de la Iglesia católica universal romana. Sin embargo, sostenía que no era miembro de la Iglesia latina: dado que san Pedro recibió de Cristo las llaves de la Iglesia, fue obispo de Roma, y de Roma nace la autoridad de sus sucesores, «es la Iglesia de Roma, y no la latina, la que es mater et magistra omnium Ecclesiarum; es el obispo de Roma, no el Patriarca de Occidente, el que habla infaliblemente ex cathedra».

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Su argumento había quedado más claro en las nueve preguntas que dirigió a la jerarquía ortodoxa, con motivo de una controversia sobre el papel de la religión en la política. Soloviev evidenció que la división del cisma de Occidente, tras la famosa polémica del filioque en el Credo (una de las grandes divisiones históricas entre católicos y ortodoxos), fue un pretexto oriental, pues ningún Concilio lo había condenado como herejía, e incluso san Máximo el confesor,Padre de la Iglesia ortodoxa, lo justificaba. «¿Cuáles son las otras doctrinas heréticas de la Iglesia romana, y en qué Concilios han sido anatematizadas?», añadía. La respuesta era «ninguna». Además, mostró que Roma no pudo ser causante del Cisma, pues cisma «es separarse de la autoridad eclesiástica legítima», y la Iglesia de Roma es la autoridad suprema recibida de Cristo y «no tiene por encima autoridad de la que pueda separarse». Luego, «si no es culpable de herejía ni puede estar en estado de cisma, ¿no hay que reconocer que esta Iglesia forma parte de la única Iglesia católica de Cristo, y que la separación de las Iglesias no tiene motivos religiosos ni eclesiásticos, sino que es obra de política humana?», bramaba con voz de profeta. Una invitación subversiva Soloviev pidió al Papa que reconociera los pecados cometidos por Roma cuando el Cisma, mas como eran los mismos, decía, que tras el Cisma cometieron todas las ramas de la ortodoxia, invitó a los jerarcas ortodoxos a reconocer «por supremo poder, en materia de religión, al que ha sido reconocido como tal por san Ireneo, san Dionisio, san Atanasio, san Juan Crisóstomo, san Cirilo, san Faviano, san Máximo el confesor, san Teodoro el estudita, san Ignacio, etc., a saber, el apóstol Pedro, que vive en sus sucesores, y que no oyó en vano las palabras del Señor: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Cuatro años antes de morir, en 1896, en la capilla moscovita de Nuestra Señora de Lourdes, profesó su adhesión al Papa. En una Rusia y en una Europa cada vez más enconadas, su oración se clavó en el corazón de Roma, como una súplica a Cristo por medio de su Vicario, para interceder por la unidad de las Iglesias y por la de todos los hombres: «¡Ábreles, Llavero de Cristo, y que la puerta de la Historia sea para ellos, y para el mundo entero, la puerta del reino de Dios». José Antonio Méndez Alfa y Omega

Por primera vez en 800 años de historia Una católica regirá los destinos de Oxford

El pasado 28 de mayo se produjo un hito en la Universidad de Oxford: por primera vez en sus 800 años de historia, una católica, Louise Richardson, fue nombrada vicecanciller y tomará posesión del cargo el próximo 1 de enero. El canciller seguirá siendo el también católico Lord Patten, ex ministro conservador y último gobernador colonial de Hong Kong, elegido por primera vez en 2003. Sin embargo, su cargo es puramente honorífico, mientras que el de vicecanciller tiene carácter ejecutivo. Y lo suele ocupar una persona con amplio bagaje académico. Licenciada en Historia por el Trinity College de Dublin,

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obtuvo el Máster en Ciencia Política en la Universidad de California y se doctoró en la Universidad de Harvard, donde impartió clases durante más de veinte años. En 2009, se trasladó a la universidad escocesa de Saint Andrews. Asimismo, es una de las mayores expertas en terrorismo internacional y autora de numerosas publicaciones.


ANGLICANORUM COETIBUS

DEL ANGLICANISMO AL CATOLICISMO En enero de 2013, un

grupo de religiosas anglicanas de Wantage (Reino Unido) fueron acogidas por la Iglesia católica. Durante largo tiempo, pertenecieron a la comunidad de Santa María Virgen, una de las primeras órdenes religiosas surgidas en el anglicanismo, hace ya más de un siglo. Desde siempre, esta comunidad se había distinguido por su profunda devoción mariana, su labor social entre los pobres y por su singular cercanía con la Iglesia católica. De alguna manera, estas hermanas anhelaron siempre la comunión con Roma, con el Santo Padre y, en definitiva, con la Iglesia Universal, brecha esencial que separa la Iglesia de Inglaterra de la católica. Al igual que ellas, eran cada vez más los sacerdotes, parroquias y laicos que deseaban entrar corporativamente en comunión plena con el catolicismo. Ante esta creciente demanda, a finales del 2009, Benedicto XVI hizo pública la Anglicanorum coetibus, una constitución apostólica en la que quedaron recogidas las bases que debían seguir los fieles anglicanos que desearan unirse a la Iglesia católica. El Papa quiso así abrir un camino que permitiera a acoger a los devotos de la Iglesia de Inglaterra en el seno de la Iglesia católica, asumiendo criterios como los que él mismo cita en la Anglicanorum coetibus: “Toda división entre los bautizados de Jesucristo es una herida a lo que la Iglesia es y a aquello para lo que la Iglesia existe”. Las hermanas de Wantage vieron en esta constitución la vía perfecta para hacer realidad su deseo. La peregrinación hacia Roma de los fieles anglicanos suele estar siempre marcada por unos signos característicos. En primer lugar, este cambio no se considera la “huida” de una religión. No es una conversión ni un traslado. Se trata más bien de un “volver a los orígenes”, un regresar a las raíces genuinas de la religión. Así lo recordó el Padre Daniel Seward, responsable del oratorio de Oxford, en la celebración que acogió oficialmente a las hermanas de Wantage en la Iglesia católica: “No os unís a algo extraño, sino a vuestra propia partida de nacimiento”. Algo parecido le sucedió a John Henry Newman. El beato inglés perteneció durante largo tiempo a la Iglesia de Inglaterra, y solo pasados los años, descubrió en el catolicismo el camino para hacer fructificar todo lo que el anglicanismo le había enseñado. Otro signo que caracteriza a los fieles anglicanos que deciden acogerse a la comunión católica es que suelen ser personas adultas que durante mucho tiempo han convivido bajo unas costumbres, unas liturgias y una comunidad de la que resulta difícil desprenderse después de tanto tiempo de convivencia. Si bien es cierto que se les permite mantener sus tradiciones espirituales y litúrgicas, desde luego no es un camino fácil. En el caso de las religiosas de Santa María Virgen, fue especialmente doloroso tener que abandonar al resto de hermanas que decidieron continuar en la comunión anglicana con las que llevaban conviviendo durante toda la vida. Lo interesante y nuevo de esta historia es que, desde la Anglicanorum coetibus del Papa Benedicto XVI, se han integrado en la Iglesia católica desde sacerdotes hasta obispos, pasando por parroquias y grupos e incluso laicos. Sin embargo, es la primera vez que un grupo de religiosas toma la decisión unánime de acogerse al catolicismo y deciden juntas formar una nueva comunidad esta vez bajo la Regla de San Benito y con el nuevo nombre de Hermanas de la Bienaventurada Virgen María.

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Valoración de la música Benedicto XVI recibe doctorado Honoris Causa

En un acto académico en Castel Gandolfo, el Papa emérito Benedicto XVI hizo una excepción en la vida de reserva y discreción para participar en el acto público de la entrega de un doctorado honoris causa de la Pontificia Universidad Juan Pablo II y la Academia de Música de Cracovia como reconocimiento a su valoración de la música sacra durante su servicio a la Iglesia como cardenal y como Pontífice. En el encuentro, en el cual también participó el cardenal polaco Stanislaw Dziwisz, el Pontífice emérito relató recuerdos personales sobre la excelencia de esta forma de arte al servicio de la Liturgia. Benedicto XVI hizo una reflexión sobre el arte de la música. «Pienso que se pueden localizar tres ‘lugares’ de los cuales proviene la música», afirmó el Papa emérito. Uno de ellos sería el amor, cuando la apertura a «otra dimensión del ser, una nueva grandeza y amplitud de la realidad», empuja a los hombres a «expresarse de un modo nuevo». Otro de los lugares sería la tristeza, el encuentro con la muerte y el dolor en el que surgen «dimensiones de la realidad que no pueden encontrar respuesta solo en los discursos». Por último y como lugar

más alto está «el encuentro con el divino, que desde el inicio es parte de lo que define al humano». Para Benedicto XVI, «en los otros dos ambientes —el amor y la muerte— el misterio divino nos toca y, en este sentido, es el ser tocados por Dios lo que en conjunto constituye el origen de la música». Tanto la adoración como los sentimientos humanos se expresan en los Salmos, origen de la música sacra. «Se puede decir que la calidad de la música depende de la pureza y de la grandeza del encuentro con lo Divino, con la experiencia del amor y del dolor. Cuanto más pura y verdadera es esta experiencia, tanto más pura y grande será también la música que de ella nace y se desarrolla». Benedicto XVI destacó la música sacra como «una realidad de rango teológico y de significado permanente para la fe de toda la cristiandad, también si no es necesario que sea realizada siempre o en cualquier lugar». A su vez, recordó que la música sacra «no puede desaparecer de la liturgia y que su presencia puede ser un modo del todo especial de participación a la celebración sagrada, al misterio de la fe».

Emigrantes llegados por mar ‘La crisis del Mediterráneo se convierte en una crisis de refugiados’

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) alertó en julio pasado de que la gran mayoría de las 137 mil personas que cruzaron el Mar Mediterráneo hacia Europa en los primeros seis meses de 2015, estaban huyendo de la guerra, el conflicto o la persecución. «Eso con-

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vierte la crisis en el Mediterráneo en una crisis de refugiados», subrayó la agencia en un comunicado. ACNUR explicó que una tercera parte de los hombres, mujeres y niños que desembarcaron en Italia o Grecia provenían de Siria, y en segundo y tercer lugar, de Afganistán y


Eritrea, e indicó que la situación en esas naciones los califica «casi de manera universal para el estatus de refugiado u otras formas de protección». Asimismo, la agencia de la ONU especificó que los datos recibidos de Grecia, Italia, Malta y España indican un incremento del 83 por ciento en el número de refugiados y migrantes que cruzaron el Mediterráneo de enero a junio de este año, alcanzando las 137 mil personas, en comparación con las 75 mil en el mismo período del año pasado. Por su parte, el alto comisionado António Guterres insistió en la importancia de aclarar que la mayoría de

esas personas «son refugiados que buscan protección de la guerra y la persecución», en momentos en que Europa debate cómo lidiar con la crisis del Mediterráneo. Guterres destacó que «Europa tiene la clara responsabilidad de ayudar a quienes buscan protección ante la guerra y la persecución», negarles esa ayuda representa una amenaza a las bases fundacionales del sistema humanitario por el que los europeos trabajaron muy duro. En esta línea, el Alto Comisionado de ACNUR llamó a los países de la UE a asumir su parte en la respuesta a esta crisis de refugiados, tanto en el interior como en el extranjero.

Estados Unidos Corte Suprema aprueba matrimonio gay

La Corte Suprema de Estados Unidos decidió aprobar el 26 de junio pasado, el matrimonio gay como un “derecho constitucional” y estableció que las uniones de parejas del mismo sexo deben ser reconocidas como tales en todos los estados del país. En una decisión de 5 votos contra 4 se establece que las uniones del mismo sexo deben ser reconocidas como “matrimonio” bajo la enmienda 14. La decisión tomada en relación al caso de Obergefell vs. Hodges tiene que ver con una acusación hecha contra las autoridades del estado de Ohio en donde no se reconoció como matrimonio las uniones homosexuales realizadas en otros estados. Los defensores del matrimonio como la unión duradera de un hombre y una mujer recordaron que esta institución también está intrínsecamente relacionada con la procreación de los hijos y no puede redefinirse. El “matrimonio” del mismo sexo no se estableció en Estados Unidos sino hasta 2004, luego de que una corte de Massachusetts fallara a favor de que el estado otorgara las licencias a las parejas homosexuales. En respuesta a esa decisión algunos pidieron una enmienda constitucional federal para proteger la definición del matrimonio. Los votantes en 30 estados

aprobaron enmiendas constitucionales y referéndums para fortalecer la definición legal del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Muchos de estos esfuerzos han sido revertidos con demandas estatales o federales. En 2013 la Corte Suprema rechazó una apelación presentada por los que apoyaron la Proposición 8 en el estado de California que establecía que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer. La Corte también se ha negado a recibir casos similares de otros estados. Esta decisión junto a otras anteriores similares han generado diversos conflictos relacionados a la libertad religiosa. Muchos padres han debido enfrentarse a una serie de dificultades al intentar sacar a sus hijos de diversas clases en donde se promueven las relaciones homosexuales, mientras que diversos negocios han sido enjuiciados por manifestar sus reservas para participar de celebraciones de parejas del mismo sexo. Varias agencias de adopción católicas se han visto forzadas a cerrar porque algunas leyes exigen entregar a los menores a parejas homosexuales en contra de su creencia religiosa.

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SOBRE EL “MATRIMONIO HOMOSEXUAL” Mientras la revista norteamericana FIRST THINGS —en cuyo Consejo participan distinguidas personalidades católicas como Mary Anne Glendon y George Weigel— prepara para su próximo número una respuesta a la polémica decisión de la Corte Suprema de EE.UU., reproducimos por su interés párrafos de la polémica sostenida en la edición anterior al fallo por su director, R. R. Reno, en respuesta a la interpelación de algunos líderes gay: «Es muy difícil entender cómo algunos cristianos —y tal vez la mayoría— no comprenden la fundamental amenaza que el matrimonio homosexual [entre dos personas del mismo sexo] significa para la visión bíblica del matrimonio. El divorcio hiere al matrimonio. La cohabitación y una mentalidad contraceptiva refleja una indiferencia privada respecto del bien del matrimonio. Pero el matrimonio homosexual hace algo mucho más fundamental: hace valer el control público sobre el matrimonio, lo escinde de la realidad de nuestros cuerpos en cuanto macho y hembra, y lo reconstituye tan solo como una unión puramente afectiva por el bien de… la unión afectiva. «Tan solo un ciego puede dejar de ver la diferencia. El recurso de la pornografía, la mentalidad contraceptiva, el sexo prematrimonial, el adulterio son transgresiones que ignoran la ley divina, en ocasiones con un soberbio desdén al decir: “Al diablo con la moralidad tradicional; yo haré lo que me plazca.” Pero el matrimonio homosexual es diferente. Insiste en reclamar para sí la aprobación pública del lazo matrimonial. Nadie llama a favor de bendecir los preservativos [condones]. Entretanto, fotógrafos dedicados al registro de matrimonios son llevados ante los tribunales por negarse a captar celebraciones entre personas del mismo sexo. «Permítanme enfocar esto desde otro ángulo. Onán nos recuerda que los seres humanos desde siempre han buscado el sexo sin consecuencias —el impulso contraceptivo—. El Antiguo Testamento permite el divorcio como una concesión a la debilidad humana, tanto como hacen otros sistemas religiosos. La prostitución, el adulterio, la fornicación son algo perenne. Todos reflejan nuestro

fracaso en cuanto a vivir de acuerdo a la visión bíblica del sexo y del matrimonio. ¿Pero qué sucede con el matrimonio homosexual? No es un fracaso demasiado humano. En lugar de eso constituye una reafirmación de la voluntad humana, el abuso de una institución sagrada para servir a una ideología contemporánea. ¿Dónde podemos hallar esto en la Biblia? En la prostitución del pueblo de Israel a Baal. «Habrá más de alguno que pensará que traer a primer plano el error del matrimonio gay nos hará parecer homofóbicos. ¿Parecer? El Cristianismo se contrapone a la ideología contemporánea que nos equipara con nuestros deseos sexuales y nos dice que tenemos el derecho de satisfacerlos. Nos oponemos al gnosticismo que dice que nuestros cuerpos no tienen un significado moral intrínseco y son meros instrumentos al servicio de nuestros delicados sentimientos interiores. Nosotros reafirmamos la unión entre un hombre y una mujer como algo normativo, superada únicamente por la sublime y sobrenatural vocación de la vida en celibato dedicada al servicio divino. El Cristianismo no puede

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evitar ser visto como antigay, pues en nuestros días la falta de disposición de ser “pro-gay” invariablemente será considerada como “anti-gay”. «Los cristianos estamos “por la persona”. Simpatizo profundamente con aquellos que quieren ofrecer hospitalidad y acompañamiento a nuestros amigos homosexuales —y eso incluye amigos que no obedecen a las normas bíblicas, e R.R.Reno incluso amigos homosexuales que son casados—. Yo tengo semejantes amigos, como también tengo amigos divorciados y amigos que cohabitan, así como amigos que han robado, estafado y mentido. El grupo de los perfectos es asombrosamente pequeño y yo no me cuento entre ellos. Pero no podemos negar la realidad: nosotros somos los niños

malos de la revolución sexual. Nosotros somos los herejes de nuestro tiempo: prohibimos cuando está prohibido prohibir. Ningún recurso ante la enorme catedral de la Cristiandad cambiará eso. «Hoy, la abrumadora mayoría de las personas no disfrutan el matrimonio heterosexual. Hace 40 años, el 70 por ciento de los estadounidenses adultos eran casados. Hoy solo el 50. La caída se debe al colapso del matrimonio entre los miembros de la clase trabajadora y los pobres. Tal vez solo aquellos encerrados tras las verjas del mundo moral de la élite norteamericana podrían imaginar que nuestro gran experimento de liberación sexual no haya impactado con un alto costo a los más vulnerables. El matrimonio homosexual es un bien propio del lujo de los ricos, pagado por los pobres. «Alguien ha preguntado si acaso FIRST THINGS publicaría artículos argumentando a favor de la validez de las “relaciones gay monógamas y de por vida.” No, nosotros no lo haremos. En medio del clima reinante es imposible que una persona que pretenda o siquiera intente disentir públicamente de las «ortodoxias» relativas a derechos de los homosexuales consiga una cátedra en una institución de educación superior; por igual motivo es cada vez más difícil llegar a ocupar un alto cargo en una empresa o un empleo en un bufete de abogados de cierta importancia. Ciertamente, el New York Times se abstendrá de publicar aun las más modestas desviaciones de estas ortodoxias. Y me atrevería a decir que uno no hallaría tampoco cabida en la Iglesia Episcopal a menos que suscriba la misma «ortodoxia» o politicaly correctness. Pretender que hay un debate público honesto en torno de la agenda de los derechos de los homosexuales constituye un acto de deshonestidad. «Y no solo de deshonestidad. Hay muchas personas valientes que han rehusado capitular ante la despiadada supresión jacobina de toda forma de disidencia. Muchos han llegado a pagar un alto precio, incluyendo autores homosexuales que defienden las enseñanzas cristianas. Si hubiéramos de jugar el inútil juego del “diálogo” en esta materia, la consecuencia sería clara: estas personas habrían sacrificado neciamente sus fuentes de sustento y su reputación por el bien de la ambigüedad, no de la verdad. La verdad —es la paradoja— constituye en este caso un acto de traición.»

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Encuentro Mundial de las Familias 2015 «La familia co-edifica la Iglesia y sostiene la sociedad».

Una delegación de Estados Unidos visitó la Santa Sede para realizar la presentación oficial del Encuentro Mundial de las Familias 2015 a realizarse en la ciudad de Filadelfia en septiembre próximo. El evento fue presidido por el Arzobispo Mons. Vincenzo Paglia, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, y el Arzobispo de Filadelfia, entre otros. «Es un deber», enfatizó Mons. Paglia al hablar de la importancia de cuidar y promover la familia a través de un evento como este. «La familia co-edifica la Iglesia y sostiene la sociedad». La tarea del EMF es de tal trascendencia que requiere del apoyo espiritual de los creyentes de todo el mundo, de lo cual también se ocupa el presidente del Pontificio Consejo: «en los próximos días voy a escribir a todos los monasterios del mundo para pedir que acompañen con su oración estos días tan importantes», anunció. El Encuentro será la oportunidad de destacar los enormes beneficios de la promoción de la familia, con la ayuda de la Iglesia universal y de la «sociedad civil que no puede permanecer indiferente ante tanta belleza y bondad, eficaz y vital». El carácter mundial del Encuentro se manifestará de diversas maneras. Familias de grandes ciudades de los cinco continentes harán la

ofrenda del Evangelio según San Lucas en la Eucaristía que presidirá el Papa Francisco el día 27 de septiembre, a la cual se calcula asistirán 1,5 millones de personas. Los temas tratados en el Congreso incluyen las nuevas tecnologías, la fertilidad de la unión conyugal, las crisis matrimoniales, entre otras. Ponentes notables como el Card. Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Card. Sean O’Malley, Arzobispo de Boston, o el Card. Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, figuran entre los participantes.

Comunicación católica en línea Catholic.net cumple 15 años de exitosas labores

Catholic.net —que cumple 15 años de existencia— es toda una institución en la comunicación católica. Más que un portal es un ‘macroportal’, donde el cibernauta puede encontrar desde la información del día a día de la Iglesia, hasta material de todas las ramas del saber cristiano, de las fuentes más eruditas, firmes y reputadas. También son dignas de nota —entre muchas otras secciones y divisiones— sus comunidades virtuales, que agrupan abogados, catequistas, educadores, psicólogos, etc., en torno a la atención de las personas que así lo requieran. Su dirección es www.catholic.net

1.000 años de existencia

Catedral de Nuestra Señora de Estrasburgo El cardenal francés Paul Poupard, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Cultura, fue nombrado como enviado especial del Papa Francisco con ocasión de las conmemoraciones de los 1.000 años de fundación de la Catedral de Estrasburgo, más correctamente Catedral de Nuestra Señora de Estrasburgo. Desde el segundo semestre del año pasado, numerosos eventos culturales y espirituales están siendo organizados en la capital alsaciana para celebrar esta verdadera joya de la arquitectura religiosa católica. En junio pasado, mil fieles se reunieron en la Catedral para la celebración de una Santa Misa. Los participantes de este acto recibieron el nombre de «constructores de hoy».

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INSTRUMENTUM LABORIS

PARA EL SÍNODO DE LA FAMILIA E n octubre próximo, comenzará en Roma el Sínodo Ordinario de la Familia. Por eso, se hizo público el Instrumentum Laboris, es decir, el documento con el que prepararán el encuentro de octubre y que usarán como referencia durante el mismo. Este material de trabajo fue elaborado con las respuestas que los fieles de todas las partes del mundo aportaron al cuestionario que fue enviado desde el Vaticano a todas las Conferencias Episcopales. Tal y como se recuerda en la introducción del documento, “después de haber reflexionado en la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de octubre de 2014, sobre Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización, la XIV Asamblea General Ordinaria, que tendrá lugar del 4 al 25 de octubre de este año, tratará el tema La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. Asimismo, se indica que este camino sinodal está marcado por tres momentos íntimamente relacionados: la escucha de los desafíos de la familia; el discernimiento de su vocación; la reflexión sobre la misión. El documento de casi 80 páginas está dividido en tres partes. —La primera parte, llamada “La escucha de los desafíos de la familia”, reflexiona en cuatro capítulos sobre “la familia y el contexto antropológico-cultural”, “la familia y el contexto socio-económico”, “familia e inclusión”, “familia, afectividad y vida”. —En la segunda parte, que aborda el “Discernimiento de la vocación familiar”, sus capítulos tratan la “familia y pedagogía divina”, “familia y vida de la Iglesia”, “familia y camino hacia su plenitud”. Entre los temas: plenitud sacramental, la indisolubilidad como don y tarea, la fecundidad de los cónyuges, el miedo de los jóvenes a casarse. —Finalmente, la tercera parte, llamada “La misión de la familia hoy”, trata en varios capítulos sobre “familia y evangelización”, “familia y formación”, “familia y acompañamiento eclesial” y “familia, reproducción, educación”. El renovado interés por la familia —asegura el cardenal Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos en la introducción— suscitado por el Sínodo se confirma por la amplia atención que le reservan no solo desde los ambientes eclesiales, sino también de parte de la sociedad civil.

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«CHESTERTON DEMOSTRÓ QUE EL INGENIO Y EL HUMOR SON GRANDES ARMAS EVANGÉLICAS» Un obispo vestido de payaso. Bajo este curioso lema, un congreso celebrado en Italia reflexionó sobre la teología de la risa en Chesterton, y sus aplicaciones para la apologética y la evangelización en el tercer milenio. En palabras del experto Dermot Quinn, «Chesterton creía profundamente y demostró brillantemente que el ingenio y el humor están entre las más versátiles de esas armas evangélicas» «Dios nos libre de los santos encapotados, decía santa Teresa de Ávila. Chesterton habría respondido a eso con un ¡Amén! bien alto. Cuando pensamos en Chesterton, es como un hombre riéndose a carcajadas, siempre feliz en compañía de sus amigos, con frecuencia con un puro o una copa en la mano». Esta descripción del gran autor inglés que ofreció a Alfa y Omega el experto Dermot Quinn fue el punto de partida que inspiró a los organizadores del V Congreso sobre Chesterton organizado en Italia: el G. K. Chesterton Institute for Faith and Culture, de la Universidad estadounidense Seaton Hall —al que pertenece Quinn—; La Civiltà Cattolica, y la asociación cultural BombaCarta. El encuentro, celebrado en Roma, tuvo como lema “Un obispo vestido de payaso”: Lo que significa la apologética en el tercer milenio. Esta curiosa definición de Chesterton se debe a Emilio Cecchi, primer traductor al italiano del escritor inglés. Los organizadores también creen que se puede aplicar perfectamente al Papa Francisco, y su constante llamada a difundir la alegría del Evangelio. El objetivo del encuentro era «reflexionar sobre la apologética y la relación (extraña pero real) entre la apologética y el humor, la razón y la risa, la fe y el buen humor». Todo ello, partiendo de los fundamentos de la filosofía de Chesterton, una «filosofía verdaderamente católica, alejada miles de kilómetros de la de algunos imitadores contemporáneos». El padre Ian Boyd, Director del G.K. Chesterton Institute, también describe al escritor como alguien con un sentido del humor «siempre ligero y burlándose de sí mismo. Se ríe de sí mismo al mismo tiempo que anima a sus lectores a unirse a la risa». Pero no se trata solo de un rasgo del carácter. De hecho, en su juventud tenía una actitud mucho más oscura y llegó a plantearse el suicidio. Es algo más profundo: «Chesterton creía en que la gente era esencialmente decente y también creía que se debía mirar la vida como algo alegre. Para él era una historia contada por Dios y una historia que a pesar de sus sufrimientos accidentales tiene un final feliz».

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El secreto del cristiano Quinn va más allá al explicarlo, y afirma que Chesterton, «aunque una vez remarcó que no había nada tan risible como una teoría de la risa, tenía una teoría», e incluso una teología de la risa. «La alegría, como dice al final de Ortodoxia, es el gigantesco secreto del cristiano; y es difícil concebir la alegría sin risa. De hecho, el último párrafo de ese maravilloso libro habla de forma bastante mística de esos aspectos de Dios todavía ocultos para nosotros; y una de esas cosas, pensaba Chesterton, era Su júbilo. A través de sus escritos (como por ejemplo cuando habla de san Francisco), Chesterton habla de que la risa es tan divina como las lágrimas. Así que, de una forma muy real, ve la risa como un anticipo terreno del banquete celestial que todos esperamos compartir». ¿Cómo se relaciona todo esto con el objetivo del congreso? Es decir, ¿cómo ayuda el sentido del humor de Chesterton a la apologética y la evangelización del siglo XXI? El padre Boyd afirma que de Chesterton podemos aprender que «la nueva apologética debe apelar a la imaginación además de al intelecto humano. Chesterton dijo una vez que uno nunca debe creer en nada que no pueda contarse con imágenes de colores». «En el corazón de la nueva evangelización, tal como yo la entiendo —añade Quinn—, hay una llamada a una renovación cultural. La predicación del Evangelio en nuestro tiempo debe ser encarnada en el sentido más profundo, desplegando todo lo que es auténticamente humano para mostrarnos tanto la humanidad como la divinidad de Cristo. Chesterton creía profundamente y demostró brillantemente que el ingenio y el humor están entre las más versátiles de esas armas evangélicas». Lo opuesto de divertido no es aburrido Esto se traduce en un «consejo muy realista para la nueva evangelización»: al escritor «le gustaba decir que lo opuesto de divertido no es serio. Lo opuesto de divertido es aburrido. Lo que quería decir es que no importa si dices la verdad en francés o en alemán o, en este caso, usando un chiste o no usándolo. Si una broma puede verbalizar el fondo de lo que quieres decir, úsala. De hecho, en un sentido incluso más profundo, la risa es el camino para ganar almas. ¿Realmente vamos a atraer a la gente con pesadumbre y mal humor? Chesterton era un católico de pasteles y cerveza, que creía (como dijo una vez) que lo que tenemos que hacer es enseñar a la gente cómo disfrutar del disfrute. Si la risa no es parte de este lote, no creo que nuestra nueva evangelización llegue muy lejos». A la vista de todo esto, quizá la risa sea parte del hilo del que habla el padre Brown, protagonista de las historias de detectives de Chesterton, en una de las citas favoritas del padre Boyd. Al preguntarle cómo había descubierto a un delincuente —al que no entregó a la policía—, el sacerdote responde que «lo atrapé con un anzuelo invisible, con un sedal también invisible, lo bastante largo para dejarlo vagar hasta el fin del mundo, y aun así, para traerlo de vuelta de un tirón del hilo. Porque Él nos hizo pescadores de hombres». María Martínez López Alfa y Omega

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Florencia Exhibición del Códice más antiguo de la Biblia Vulgata

La Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia, Italia, realiza una exhibición hasta octubre de 2015 sobre uno de los más valiosos manuscritos de la Sagrada Biblia en lengua latina: el Codex Amiatinus. Este importante documento es la copia más antigua de la traducción de la Sagrada Biblia hecha por San Jerónimo al idioma latín, edición conocida como la Vulgata. Los asistentes podrán conocer los contenidos del enorme libro de más de 75 libras de peso y 1.040 hojas de pergamino de becerro a través de una copia idéntica en exhibición y una versión digital que los espectadores podrán manipular para apreciarla página por página. Los textos copiados a mano y las ricas decoraciones e ilustraciones de las páginas podrán ser admirados para contemplar la extraordinaria belleza y devoción empleados en la preservación de la Revelación divina. El Codex Amiatinus fue elaborado en el siglo VIII por el monasterio inglés de Wearmouth-Jarrow, por encargo del Abad Ceolfrid, quien conocía a San Beda el Venerable, lo cual hace posible que el Santo, uno de los más cultos religiosos de su época, pueda tener alguna relación con la elaboración del documento. La Sagrada Biblia fue enviada como obsequio a la Basílica de San Pedro en Roma y donada posteriormente a la Abadía del Santo Salvador en Monte Amiata, motivo por el cual el códice es conocido como la «Biblia Amiatina». La obra fue expropiada por el Gran Duque de Toscana, Pietro Leopoldo, en el siglo XVIII, durante la supresión de numerosas órdenes religiosas en sus dominios, y conservado en la Biblioteca Medicea Laurenziana en Florencia, la cual organiza la presente exposición. Además de conocer el Codex Amiatinus, los visitantes podrán apreciar los originales de siete Biblias tempranas de particular interés.

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Cinco años de adoración continua Parroquia en honor del Corpus Christi en China

La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, recientemente celebrada alrededor del mundo, fue marcada en la parroquia del Corpus Christi en Liao Ning, China, con un logro muy especial. Se completaron cinco años de adoración eucarística ininterrumpida, que se han convertido en fuente de espiritualidad y apostolado para la comunidad local. La adoración, hecha las 24 horas del día y los siete días de la semana, «ha hecho sentir las abundantes gracias de Cristo en nosotros. Sentimos cada minuto que pasamos con Él los milagros de la fe», explicaron los fieles a Agencia Fides. En la predicación de la Solemnidad, el párroco agradeció a la comunidad el compromiso de mantener la adoración eucarística y el testimonio que este ejemplo representa para toda la comunidad. «Estoy seguro de que se transformará en más abundantes frutos misioneros de los que ya hemos recogido», indicó. Se calcula que en China continental habitan unos nueve millones de católicos (un 0,7% de la población total), según datos del Pew Research Center de los Estados Unidos. Sin embargo, la división de la Iglesia a causa de las restricciones a la libertad religiosa en el país hace que sea imposible estimar con precisión el número de creyentes perteneciendo a la llamada «Iglesia subterránea», la cual debe ejercer su apostolado desde la clandestinidad.

El desafío de vivir VI Congreso Católicos y Vida Pública

El jueves 4 de junio se celebró la VI edición del Congreso Católicos y Vida Pública Santiago, bajo el lema “El desafío de vivir” en el que se reflexionó sobre diversos


temas enfocados en la defensa de la vida y la familia, como aporte de la institución en el actual debate sobre el valor de la vida. El evento se llevó a cabo en el Aula Magna de la Universidad Santo Tomás y fue inaugurado con una misa presidida por el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati. En su homilía el Purpurado dijo que “el Congreso Católicos y Vida Pública es una tarea que el mismo Señor nos ha dejado, invitándonos a comprometernos con el bien común de todos”. “Ante el desafío de vivir, es urgente actuar para salvaguardar el valor de la vida”, agregó. Jaime Vatter, rector nacional; Rafael Ortega, director del Congreso Católicos de España, y Aníbal Vial presentaron el Congreso. La primera ponente fue la doctora Paulina Taboada, miembro de la Pontificia Academia para la Vida, quien se refirió a la labor que realiza este organismo del Vaticano difundiendo la cultura del amor, la defensa de la vida humana y dignidad de las personas, labor liderada por quien fuera su primer presidente, el doctor laico francés Jerome Lejeune, que fue un “servidor de la vida”. Más tarde se realizó una mesa redonda con el tema “La familia ante el desafío de vivir”, que contó con la participación de la presidenta de la Fundación Chile Vive Sano y ex primera dama, Cecilia Morel, quien destacó la importancia de que el matrimonio se mantenga unido a pesar de las dificultades. Otro de los participantes fue Gonzalo Cruzat, promotor de la donación de órganos y padre de Felipe Cruzat, el niño de 11 años que el año 2009 murió tras una larga espera por un trasplante de corazón, quien se refirió al difícil momento que como familia tuvieron que vivir en ese tiempo. “La enfermedad de mi hijo nos unió, esto fue clave para, a pesar del dolor, disfrutar de la vida”, sostuvo. Mientras que el tercer integrante del panel, Mario Gómez, uno de los 33 mineros rescatados de la mina San José, afirmó que mien­tras estaba atrapado junto a sus compañeros “había que con­servar la fe. Nunca bajé los brazos y siem­pre insté a mis compañeros a tener fe y esperanza de vivir”. Mesa de jóvenes y de inicio de la vida completaron la tarde. En esta última el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, señaló que seguirán batallando para que Chile no apruebe el aborto. “Las encuestas son indicadoras de un cierto apoyo de

procedimientos, como las causales que se están proponiendo, pero mucho de ese apoyo es reflejo de falta de información”, aseguró. Los proyectos Acompañar-es y Esperanza, de la mano de sus fundadores, expusieron sobre las formas concretas de ayudar a las mujeres embarazadas con dificultades.

Marcha por la vida Más de cinco mil asistentes en San Bernardo, Chile

El pasado domingo 31 de mayo, más de cinco mil asistentes se congregaron frente a la Catedral de San Bernardo, para manifestar su rechazo al proyecto de ley que pretende despenalizar el aborto en determinadas circunstancias. Familias, jóvenes y niños marcharon por una de las calles principales de la comuna, respondiendo masivamente a la convocatoria hecha por «Chile es Vida», agrupación que reúne a todas las organizaciones que se oponen a iniciativas contrarias al derecho a la vida. La actividad contó con la presencia de varias autoridades como el senador Manuel José Ossandón, el diputado Jaime Bellolio, la alcaldesa Nora Cuevas, concejales de la comuna; y también del obispo de San Bernardo, monseñor Juan Ignacio González. La marcha concluyó en el frontis del teatro municipal, en que algunas mujeres compartieron con los asistentes sus experiencias acerca del aborto. De igual manera un médico expuso algunos argumentos para estar en contra de este tipo de leyes abortistas.

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PROYECTO DE IDENTIDAD DE GÉNERO Tanto el Movilh como la Fundación Iguales anunciaron que el siguiente punto de su agenda, después de la aprobación de la Ley de Unión Civil, será el proyecto de ley sobre identidad de género, que actualmente se tramita en el Senado, en Chile. Casi simultáneamente salió a la luz pública el caso de un niño de cinco años, a quien la familia decidió cambiarle el nombre y tratarlo como mujer, porque, según los especialistas, tendría la condición de transexual: biológicamente es varón, pero psicológicamente sería una niña. En este ambiente, no sorprende que, entre las prioridades que la Presidenta Bachelet fijó en su discurso del 21 de mayo, estuviera la presentación de indicaciones del Ejecutivo a la referida iniciativa legal. No hay duda de que las personas transexuales merecen respeto, comprensión y acogida. Pero, por lo mismo, no resulta apropiado camuflar lo que, según la psiquiatría, es un genuino trastorno mental conocido como disforia de género. Hay que aclarar que el «cambio de sexo» no es posible: las cirugías de «reasignación de sexo» obtienen una apariencia más o menos lograda de la genitalidad deseada, pero la persona sigue siendo genética y biológicamente varón o mujer. De poco le sirve a la persona trans un cambio del sexo en el Registro Civil; se trata igualmente de un enmascaramiento: él o ella seguirán teniendo el sexo original, más allá de lo que digan sus papeles. Lo que resulta criticable es que la delicada —y muchas veces dramática— situación de las personas transexuales haya pasado a ser utilizada como emblema de combate para imponer una concepción que plantea que la identidad de la persona puede desligarse de las determinaciones biológicas que conforman su realidad corporal. Es lo que se conoce como la ideología de género y que pretende suplantar, en el lenguaje y la cultura, el concepto de sexo por el de género, entendido este como una condición que depende de la autopercepción de cada individuo. Se asume el viejo dualismo que considera que el cuerpo no es más que un envoltorio material en el que reside el yo psicológico. La conciencia subjetiva determinaría autónomamente su identidad y el cuerpo debería adaptarse a lo que ella determine.

Asociación Ciencia y Vida ¿Cuál ciencia para cuál vida?

El Papa Francisco recibió en la Sala Clementina a los participantes en el congreso ‘’¿Cuál ciencia para cuál vida?’’, promovido por la Asociación Ciencia y Vida que tuvo lugar a fines de mayo pasado en Roma. ‘’Vuestro servicio en favor de la persona es importante y alentador —señaló el Santo Padre—. Efectivamente la tutela y la promoción de la vida representan una tarea fundamental, tanto más para una sociedad marcada por la lógica negativa del descarte... Para tutelar a la persona dais primacía a dos acciones esenciales: salir para encontrar y encontrar para sostener’’. ‘’El amor de Cristo os empuja a haceros servidores

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de los pequeños y los ancianos, de cada hombre y cada mujer para los cuales hay que reconocer y defender el derecho primordial a la vida —prosiguió el Pontífice—. La existencia de la persona, a la que dedicáis vuestra solicitud, es también vuestro principio constitutivo; es la vida en su profundidad insondable la que origina y acompaña todo el camino científico; es el milagro de la vida el que siempre pone en crisis cualquier forma de presunción científica, restituyendo la primacía a la maravilla y a la belleza...Nosotros reiteramos que una sociedad justa reconoce como primario el derecho a la vida desde su concepción


Por eso, los transexuales aparecen ahora subidos al mismo carro de lucha que lesbianas y homosexuales, agrupados con una sigla que va incrementándose en la medida en que aparecen nuevos «géneros»: LGBT (lesbiana, gay, bisexual, transexual), LGBTI (se añade el intersexual), LGBTIQ (se agrega el llamado queer) y así hasta llegar —por ahora— a LGBTTTQQIAA (por razones de espacio omitimos los significados de cada letra). Una vez desarticulada la noción de identidad sexual, como integradora de lo psicológico y lo corporal, y cuya expresión se encuentra en la recíproca relación entre hombre y mujer, se desnaturalizan las realidades propias de la familia: el matrimonio, la filiación, la paternidad y la maternidad. Lamentablemente, el proyecto de ley sobre identidad de género no está diseñado para ofrecer soluciones a las personas transexuales, sino para legalizar e institucionalizar la ideología de género. Se plantea que basta la declaración del interesado, más una información sumaria de testigos, para que el juez resulte obligado a modificar la inscripción de nacimiento en cuanto al nombre y al sexo. Es más, se le prohíbe solicitar informes médicos que constaten la presencia de una disforia de género. De llegar a aprobarse esta iniciativa, el Registro Civil perderá toda confiabilidad en cuanto al sexo (biológico) de las personas inscritas y dejará de cumplir su rol de constatación pública de hechos objetivos y verificables, que justifica su existencia. Con razón ha dicho el Papa Francisco que la ideología de género parece expresar una frustración «que quiere eliminar la diferencia sexual porque ya no sabe enfrentarse a ella», sin advertir que «quitar la diferencia es el problema, no la solución». Hernán Corral * Publicado originalmente en El Mercurio, 4.VI.15.

hasta su término natural. Sin embargo, me gustaría que fuéramos más allá y que pensáramos atentamente en el tiempo que une el principio con el final. Por lo tanto, reconociendo el valor inestimable de la vida humana, tenemos que reflexionar también sobre cómo la usamos’’. Francisco subrayó que el grado de progreso de una civilización se mide antes por la capacidad de defender la vida, sobre todo en sus fases más frágiles, que por la difusión de la tecnología. ‘’Cuando hablamos del ser humano —afirmó— no olvidemos nunca todos los atentados a la sacralidad de la vida humana. Es

atentado a la vida la plaga del aborto. Es atentado a la vida dejar morir a nuestros hermanos en las naves en el canal de Sicilia. Es atentado a la vida la muerte en el puesto de trabajo porque no se respetan las condiciones mínimas de seguridad. Es atentado a la vida la muerte por desnutrición. Son atentados a la vida el terrorismo, la guerra, la violencia, pero también la eutanasia’’. ‘’Os animo —concluyó— a relanzar una nueva cultura de la vida que instaure redes de confianza y reciprocidad y ofrezca horizontes de paz, de misericordia y de comunión’’.

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LOS SANTOS DE LA SANTA EL EJEMPLO DE SANTA TERESA DE JESÚS HA LLEVADO A MUCHOS DE SUS HIJOS ESPIRITUALES AL CIELO

Quien se deja amar por Cristo para amarle más a Él y a los hombres «jamás va solo al cielo; siempre lleva mucha gente tras de sí», decía santa Teresa. Y ella misma lo hizo vida. Su ejemplo e intercesión han llevado a incontables almas a Dios, y de ellas, algunas a los altares. Su querido compañero Juan de la Cruz; sus hijas espirituales Teresita de Lisieux, Maravillas de Jesús y Edith Stein, o el fundador de la Institución Teresiana, Pedro Poveda, son solo algunos de los que grabaron en su corazón los consejos de la Santa. «Caminemos para el cielo/ hijos del Carmelo» Eran ya tantas veces en que tornaba yo a caer, que esto me fatigaba. Mas considerando en el amor que me tenía, tornaba a animarme, que de su misericordia jamás desconfié. (…) Entendamos que la perfección verdadera es amor de Dios y del prójimo, y mientras con más perfección guardemos estos dos mandamientos, seremos más perfectos. (…) Mirad que, aunque no somos santos, es gran bien pensar que, si nos esforzamos, Dios nos da la mano para serlo. Santa Teresa de Jesús

SANTA TERESA / V CENTENARIO

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LA ALEGRÍA DEL SERVICIO

Andad alegres, sirviendo en lo que les mandan. (…) Si estáis alegres, miradle resucitado; que solo imaginar cómo salió del sepulcro os alegrará. Mas ¡con qué claridad y con qué hermosura! ¡Con qué majestad, qué victorioso, qué alegre! Como quien tan bien salió de la batalla adonde ha ganado un tan gran reino, que todo le quiere para vos, y a vos con Él. Santa Teresa de Jesús

No queremos más que servir al Señor con alegría, donde quiera que Él nos lleve. (…) Confía en el Señor, que con tan inmenso amor te llama, y en Él encontrarás todo lo que tu corazón puede desear, la felicidad verdadera, no esa ficción que el mundo ofrece. (…) El Señor tiene cuidado de mí, ¿cómo me podrá dar descontento cualquier cosa que me venga? Santa Maravillas de Jesús

LA CRUZ, A LA LUZ DEL CRUCIFICADO

En la cruz está la vida y el consuelo, y ella sola es el camino para el cielo. (…) Después que se puso en cruz el Salvador, en la cruz está la gloria, y el honor; y el padecer dolor, vida y consuelo, y el camino más seguro para el cielo.

Cuando se le ofreciere algún sinsabor y disgusto, acuérdese de Cristo crucificado, y calle. Viva en fe y esperanza, aunque sea a oscuras, que en esas tinieblas ampara Dios al alma. Arroje el cuidado suyo en Dios, que Él le tiene; ni la olvidará. No piense que la deja sola, que sería hacerle agravio. Lea, ore, alégrese en Dios, su bien y salud, El cual se lo dé y conserve todo hasta el día de la eternidad.

Santa Teresa de Jesús

San Juan de la Cruz

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EL DIÁLOGO CON DIOS TE CAMBIA LA VIDA

Espero yo en la misericordia de Dios, que nadie le tomó por amigo que no se lo pagase; que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama. ¡Oh bondad infinita de Dios (…), que toda me querría, cuando esto os veo, deshacer en amaros! ¡Oh, qué buen amigo hacéis, Señor mío! ¡Cómo le vais regalando y sufriendo [al alma], y esperáis a que se haga a vuestra condición, y mientras le sufrís Vos la suya! ¡Tomáis en cuenta, mi Señor, los ratos que os quiere, y con un punto de arrepentimiento olvidáis los que os ha ofendido! Santa Teresa de Jesús

La obra de la salvación se realiza en la soledad y el silencio. En el diálogo silencioso del corazón con Dios se preparan las piedras vivas de las cuales está construido el reino de Dios y se modelan los instrumentos selectos que ayudan en la construcción. (…) Todos necesitamos de esas horas en las que escuchamos en silencio y dejamos que la Palabra divina obre en nosotros hasta el momento en que ella nos conduce a ser fructíferos en la ofrenda de la alabanza y en la ofrenda de las obras concretas. Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)

EL AMOR ES EL ORIGEN DE LA FE

¡Oh Amor, que me amáis más de lo que yo puedo amar ni entiendo! ¿Para qué quiero, Señor, desear más de lo que Vos quisiereis darme? ¿Para qué me quiero cansar en pediros cosa pedida por mi deseo, pues todo lo que mi entendimiento puede organizar y mi deseo desear, ya sabéis Vos en qué termina, cuándo yo no entiendo lo que más me aprovecha? Santa Teresa de Jesús

Yo soy esa hija, objeto del amor previsor de un Padre que no ha enviado a su Verbo a rescatar a los justos, sino a los pecadores.

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Él quiere que yo le ame porque me ha perdonado, no mucho, sino todo. No ha esperado a que yo le ame mucho, sino que ha querido que YO SEPA (sic) hasta qué punto Él me ha amado a mí, para que ahora yo le ame a Él ¡con locura! (…) De lo que estoy segura es de que la misericordia de Dios me acompañará siempre. Santa Teresita de Lisieux

LA FORTALEZA DE LA IGLESIA ES EL EJEMPLO DE LOS SANTOS

¡Oh grandísimo mal de religiosos adonde no se guarda religión! (…) Más ha de temer el fraile y la monja que ha de comenzar de veras a seguir del todo su llamamiento, a los mismos de su casa, que a todos los demonios. (…) Y no sé de qué nos espantamos haya tantos males en la Iglesia, pues los que habían de ser los dechados para que todos sacasen virtudes, tienen tan borrada la labor que el espíritu de los santos pasados dejaron en las religiones. Plega a la Divina Majestad ponga remedio en ello, como ve que es menester. (…) Porque andan ya las cosas del servicio de Dios tan flacas, que es menester hacerse espaldas unos a otros los que le sirven para ir adelante. Santa Teresa de Jesús

Se debe hablar para confesar a Cristo, hacer profesión de fe, cuando lo exija el bien de la Iglesia y el provecho del prójimo. Seriamente, sin provocaciones, pero sin cobardías; sin petulancias, pero sin pusilanimidad; con caridad, pero sin adulaciones; con respeto, pero sin timidez; sin ira, pero con dignidad; sin terquedad, pero con firmeza; con valor, pero sin ser temerarios. (…) Ahora es tiempo de redoblar la oración, de hacer más penitencia, de sufrir mejor, de derrochar caridad, de hablar menos, de vivir muy unidos a Nuestro Señor, de ser muy prudentes, de consolar al prójimo, de alentar a los pusilánimes, de prodigar misericordia, de vivir pendientes de la Providencia, de tener y dar paz, de edificar al prójimo en todo momento. Nunca como ahora debemos estudiar la vida de los primeros cristianos para aprender de ellos a conducirnos en tiempos de persecución. ¡Cómo obedecían a la Iglesia, cómo confesaban a Jesucristo, cómo se preparaban para el martirio, cómo oraban por sus perseguidores, cómo perdonaban, cómo amaban, cómo bendecían al Señor, cómo alentaban a sus hermanos! San Pedro Poveda José Antonio Méndez Alfa y Omega

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Iglesia católica Anuario Pontificio 2015

Se publicó recientemente el Anuario Pontificio 2015 y el nuevo Anuario Estadístico de la Iglesia católica. El primero registra las novedades relativas a la vida de la Iglesia de febrero de 2014 al mismo mes de 2015 y en el segundo los cambios que han tenido lugar en 2013. Las estadísticas, que se refieren al año 2013, muestran las dinámicas de la Iglesia Católica en las 2.989 circunscripciones eclesiales del planeta. Por lo que respecta al número de católicos en el mundo, en 2005 era de 1.115 millones frente a los 1.254 millones de 2013 con un aumento de 139 millones de fieles. En el transcurso de los dos últimos años la presencia de católicos bautizados en el mundo ha aumentado del 17,3%, al 17,7%. Los católicos han aumentado en África (34%) que ha acusado, entre 2005 y 2013, un aumento de su población del 1,9% . En el continente asiático también se ha registrado un aumento de católicos superior al de la población (2,9% frente al 3,2%). En América el aumento de los católicos es igual al aumento de la población (los

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católicos son aquí el 63%). Su número es estacionario en Europa y en Oceanía es también estable. El número total de sacerdotes, seculares y religiosos pasó de 414.313 en 2012 a 415.348, a finales de 2013. Los candidatos al sacerdocio, diocesanos y religiosos han pasado de los 120.616 de 2011 a los 118.251 de 2013 con una disminución del 2%. El único incremento es el de África (+1,5%), mientras Asia, Europa y Norte América registran una contracción del 0,5%, 3,6% y 5,2%, respectivamente. Los religiosos profesos no sacerdotes aumentan en 1% pasando de 54.708 en 2005 a 55.000 en 2013. Su número crece en África (+6%) y Asia (+30%) y disminuye en América (-2,8%), en Europa (-10,9 %) y Oceanía (-2%). Una dinámica en fuerte decremento atraviesa el mundo de las religiosas profesas que en este momento son 693.575, frente a las 760.529 de 2005. Hay menos religiosas en Europa (-18,3%), Oceanía (-17,1%) y América (-15,5%). Sin embargo, su aumento es significativo en África (+18%) y Asia (+10%).


Junípero Serra, nuevo Santo Viento impetuoso En la conclusión de un encuentro sobre el beato Junípero Serra, evangelizador de California en el siglo XVIII —que será canonizado por el Papa Francisco el próximo 23 de septiembre en Washington D.C., Estados Unidos—, el Pontífice recuerda su testimonio:

«Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra» (Hch 13, 47; cf. Is 49, 6). Estas palabras del Señor, en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que acabamos de leer, nos presentan la misionariedad de la Iglesia que es enviada por Jesús a salir para anunciar el Evangelio. Así sucedió, desde el primer momento, con los discípulos cuando, desencadenada la persecución, salieron de Jerusalén (cf. Hch 8, 1-3). Esto es válido también para la multitud de misioneros que llevaron el Evangelio al Nuevo Mundo y al mismo tiempo defendieron a los indígenas contra los abusos de los colonizadores. Entre ellos estaba también fray Junípero; su obra de evangelización nos trae a la memoria los primeros «12 apóstoles franciscanos» que fueron los pioneros de la fe cristiana en México. Él fue protagonista de una nueva primavera evangelizadora en esas extensas tierras que, desde hacía doscientos años, habían sido alcanzadas por los misioneros provenientes de España, desde Florida hasta California. Mucho tiempo antes que llegasen los peregrinos del Mayflower al litoral atlántico norte. “La vida y el ejemplo de fray Junípero ponen de relieve tres aspectos: su impulso misionero, su devoción mariana y su testimonio de santidad. “(…) Contemplamos el testimonio de santidad de fray Junípero —uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, santo de la catolicidad y especial protector

de los hispanos del país—, para que todo el pueblo americano descubra la propia dignidad, consolidando cada vez más la propia pertenencia a Cristo y a su Iglesia. Que en la comunión universal de los santos y, en especial, en la corona de los santos americanos, nos acompañe fray Junípero Serra e interceda por nosotros, junto a tantos otros santos y santas que se han distinguido con diversos carismas. “(…) Que un viento impetuoso de santidad recorra el próximo Jubileo extraordinario de la misericordia en todas las Américas”. Transcurre, asimismo, en este momento un fuerte debate debido a las intenciones de retirar del Capitolio la imagen del futuro santo Fray Junípero Serra, pese a que más de 50 mil personas han pedido que no sea removido. El Capitolio de Estados Unidos acoge en su rotonda 100 estatuas que recuerdan a importantes figuras de la historia de la nación. Entre ellas la imagen de Fray Junípero Serra, misionero español del siglo XVIII y llamado Padre de lo que es actualmente California, al haber fundado 18 misiones sobre las cuales se erigieron las ciudades más importantes del estado. La campaña “Salvemos a Serra” promueve que los ciudadanos se pongan en contacto con sus legisladores para pedirles que se opongan al retiro de la imagen del Beato Junípero Serra.

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LIBROS El gran reformador. Francisco, retrato de un Papa radical Chesterton dijo que “lo que san Benito almacenó, san Francisco lo prodigó, el grano que se acopió en los graneros se desparramó por el mundo convertido en simiente”. Ivereigh, en el libro que aquí se comenta*, en una comparación audaz, cree que lo mismo sucederá ahora entre el Papado de Benedicto XVI y el Papa Francisco.

L

a alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesucristo. Quienes se dejan salvar por él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace la alegría. En esta exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años” (Evangelii gaudium). “Allá lejos y hace tiempo”, el primer capítulo de esta historia apasionante, es como suele ser en muchas biografías, un período feliz, niñez y adolescencia en una familia italiana muy unida, primeros barruntos

de vocación, trabajo esforzado guiado por un padre que quería salir de la pobreza, amistades, tango y fútbol. Hay muchas anécdotas del personaje y también de estos padres que conseguían que sus hijos escucharan ópera después de almuerzo y leyeran Los Novios de Manzoni, y sobre todo de la abuela Rosa, protagonista ya de varios discursos papales, que le enseñó el piamontés y lo fortificó en la fe. Pero Ivereigh aprovecha su doctorado en Oxford sobre Iglesia y política en Argentina para agregar algo más, un resumen de la historia de Argentina, prácticamente desde la dictadura de Rosas hasta el peronismo y descripción incluida de la gigantesca emigración italiana del siglo 19 y 20 que

* Austen Ivereigh, El gran reformador. Francisco, retrato de un Papa radical, Ediciones B, Chile S.A, Santiago de Chile, 2015, 567 págs.

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llevó a Borges a decir que no se consideraba argentino porque no tenía ningún apellido italiano. Los Bergoglio era una familia más de esta oleada, con su cura italiano salesiano incluido que aconsejaba en todo al padre de Jorge. Este trasfondo le da más profundidad al personaje y otorga a la biografía un sello especial. Dios “primereó” a Jorge, como a él le gustaba decir, el 21 de septiembre de 1953, en plena primavera porteña, el día de la fiesta del estudiante, confesándose con un sacerdote que no conocía, en la Basílica de San José. Tres años después entró al Seminario y dos años más tarde vio su vocación de jesuita. Entretanto había sufrido una grave enfermedad que le llevó a perder el pulmón derecho. El autor juega nuevamente con la historia, comparando su experiencia con la de san Ignacio, quien después de una larga enfermedad se decide por Dios. Dice que el actual Papa se parece a san Ignacio en ser un místico que se guía por el discernimiento espiritual unido a una capacidad política innata que puede llamarse encanto para convencer a las personas y… porque los dos son grandes escritores de cartas. San Ignacio escribió 7.000 en 16 años y el Papa Francisco prefiere las cartas, aunque lo han convencido también los métodos electrónicos. Después de resumir certeramente la epopeya de Ignacio y los primeros, Ivereigh describe uno de los apostolados más hermosos de los jesuitas, las reducciones guaraníes en Paraguay que inspiraron

la película La Misión, y continúa con la historia de la Compañía hasta su disolución y posterior restablecimiento mundial y extensión en Argentina. Su largo período de formación abarcó de 1958 a 1971 y Jorge Bergoglio pronunció sus últimos votos en 1973. En el colegio Máximo tuvo como director espiritual al padre Miguel Fiorito y fue profesor de Literatura por dos años en el colegio Inmaculada Concepción de Santa Fe. Allí consiguió que Borges diera a los alumnos seis clases de literatura gauchesca y después les prologara un libro con cuentos originales. Fue un triunfo pedagógico. Entre los jesuitas del período posconciliar, la gran interrogante de ese tiempo era cómo debería ser un futuro jesuita. Fueron tiempos de crisis en que la Iglesia se vio muy sacudida por el posconcilio. El Vaticano II produjo unos documentos magistrales, llenos de esperanza, pero, como resumió acertadamente Benedicto XVI, “el Concilio que llegó al pueblo fue el de los medios, no el de los Padres”. La provincia argentina de la Compañía de Jesús se vio especialmente afectada, quizás por el complicado momento político que vivía el país. En el retiro previo a su ordenación, Bergoglio escribió un Credo personal que terminaba así: “Y espero en la sorpresa de cada día en que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado que me acompañarán

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siempre hasta ese encuentro definitivo con ese rostro maravilloso que no sé cómo es, que le escapo continuamente, pero quiero conocer y amar”. Nombrado maestro de Novicios a los 35 años y Provincial a los 38. “Una locura”, como diría él mismo, pero que se explica por el gran prestigio que tenía en la Orden y por las difíciles circunstancias. “Fue nuestro piloto de tormentas, recuerda alguno”. En su primera alocución como provincial, dijo: “Este pueblo fiel no divorcia su fe cristiana de sus proyectos históricos, ni tampoco los mezcla en un mesianismo revolucionario. Este pueblo cree en la Resurrección y la Vida, bautiza a sus hijos y entierra a sus muertos. Nuestro pueblo reza, y ¿qué pide?: la salud, el trabajo, el pan, el entendimiento familiar; y para la patria, la paz. Algunos piensan que esto no es revolucionario; pero el mismo pueblo que pide la paz, sabe de sobra que esa paz es fruto de la justicia”. Su labor como Provincial fue fructífera, pero no bien comprendida por todos. Ivereigh resume escuetamente: “Fue porque Bergoglio se aferraba a la idea de reforma y no de ruptura —de reforma y no de revolución— por lo que sus compañeros jesuitas instaron a Roma a que lo nombraran provincial y por lo que pasó a ser impopular entre los intelectuales de vanguardia de su provincia. Fueron ellos posteriormente quienes divulgaron la falsa idea de que Bergoglio era un conservador y el mito de que quería hacer retroceder a los jesuitas al momento anterior al Concilio. Sus decisiones y sus escritos revelan una historia contraria a ese relato”. Después de provincial, con otros cargos de responsabilidad, insistió en la formación

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de la juventud, acudiendo a las fuentes de San Ignacio, combinándolas con el fomento de un trabajo directo con los pobres, metiendo a los alumnos en los barrios obreros cercanos al Colegio Máximo y en las “villas miseria”. Viajó a Alemania para hacer una tesis doctoral, pero volvió pronto a Argentina. Como profesor de Teología Pastoral en el Máximo, mantenía y aumentaba su prestigio, tanto que seguía siendo un problema para algunos. Fue destituido y enviado a Córdoba como confesor. Según Ivereigh, se pidió a sus discípulos que no mantuvieran contacto con él, enviando a algunos fuera del país a obtener diferentes doctorados. Fue un retiro de dos años, penoso para él, y que terminó bruscamente cuando el Papa lo nombró Obispo Auxiliar de Buenos Aires y no volvió a pisar las sierras de Córdoba. Entre sus problemas como Provincial hay uno que tuvo consecuencias posteriores en su elección como Papa. Dos jesuitas que fueron encarcelados y torturados por los militares dijeron que el Provincial Bergoglio no los había ayudado y una catequista llegó a decir que él los había entregado. La historia la hicieron correr dos periodistas. Él se defendió de los cargos que se probaron calumniosos, pero estos volvieron a aparecer antes, durante y después del Cónclave. Fue entonces cuando mucha gente a quien él había ayudado y protegido en épocas de represión se decidió a hablar y se conocieron historias increíbles. Consagrado Obispo por el cardenal Quarracino en junio de 1972, su recordatorio fue una estampa de la “Virgen desatanudos” que había conocido en Alemania. Le correspondió la Vicaría de Flores, la más pobre de Buenos Aires, con 45


parroquias, distribuidas en cinco barrios de gente obrera y de clase media baja, la mayor parte de las “villas miseria” y casi todos los santuarios populares de la ciudad. Estaba “en su salsa”. Trató de mantener un perfil muy bajo, pero se dio a conocer como un hombre muy piadoso (estaba en oración de 4 a 6 de la mañana), trabajador infatigable y de vida muy austera, con disposición muy abierta hacia sus sacerdotes. Lo podían llamar cuando quisieran, los iba a ver, tomaba mate con ellos, les preguntaba cuánto rato dedicaban a la oración y si era el caso, reemplazaba a algún párroco que no tenía quién lo sustituyera en sus vacaciones. Visitaba a los enfermos y en alguna ocasión les hacía la comida y hasta limpiaba la casa. Entre sus amistades inusitadas estaba el rabino Abraham Skorka, que había estudiado química como él. Tenía y tiene varios santos de su devoción, pero mantiene una relación muy estrecha con santa Teresita del Niño Jesús, y su intervención con una rosa blanca, según la tradición carmelitana. Pronto pasó a ser vicario general y por tanto la mano derecha de Quarracino, que lo estimaba mucho. Después de la muerte de los cardenales Pironio y Quarracino, pasó a ser Arzobispo de Buenos Aires y posteriormente Juan Pablo II lo hizo cardenal en 2001. Austen Ivereigh procura explicar con sumo detalle la situación política de Argentina, en ese entonces, para clarificar los encontrones del cardenal con el Gobierno y también se adentra en lo que sucedía en el Vaticano en los años de grave enfermedad de Juan Pablo II. Aquí me parece que su opinión sobre el cardenal Sodano, mano derecha del Papa, es muy dura, haciéndolo responsable de muchos problemas muy

complejos para recaer en una sola persona, que secundaba fielmente al Papa enfermo. En una época de cruciales decisiones en política, al cardenal Bergoglio le tocó vivir una experiencia singular en 2010 con la cuestión del matrimonio gay. La declaración pública de los obispos era la esperada, como convicción de la Iglesia, pero además, Bergoglio escribió privadamente a los cuatro conventos de carmelitas una carta muy fuerte contra las consecuencias que traería la adopción de hijos por parte de matrimonios gay. Les pedía oraciones especiales, diciéndoles que esta propuesta era un típico asalto del diablo, con todas las señales que acompañan su actuación. Esta carta se filtró y produjo un gran escándalo. Se lo insultó en forma bestial. A la muerte de Juan Pablo II, de quien Bergoglio destacaba apasionadamente su coherencia total, el cardenal de Buenos Aires participó naturalmente en el Cónclave y se produjo un movimiento de votaciones a su favor, que él con lágrimas en los ojos pidió no continuar para que no se viera como un enfrentamiento con Ratzinger, que parecía ser el sucesor natural del Papa polaco, como realmente lo fue. Cuando se produjo la inesperada renuncia de Benedicto XVI, Bergoglio viajó al Cónclave tranquilo o al menos eso fue lo que dijo, porque creía que por su edad nunca sería elegido. Ya había presentado su carta de renuncia como todo obispo a los 75 años. Y vino su elección, con su primera alocución al pueblo de Roma en que pidió oraciones por Benedicto XVI y una oración para él antes de bendecir al pueblo, su inspirado discurso para la asunción del mando, centrado en la figura de san José, y los miles de pequeños y no tan pequeños

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gestos que buscan conectarse directamente con la gente: el besar a un hombre con una enfermedad repulsiva, vivir en Santa Marta, llamar por teléfono a su antiguo diarero en Buenos Aires, recorrer a pie la plaza de San Pedro durante las audiencias, sus metáforas tan vivas – “se nos van las 99 ovejas y nos quedamos peinando a la que permanece dentro”, “la Iglesia es un hospital de campaña”, “quiero pastores con olor a oveja”, “no podemos predicar con cara de vinagre”, “somos la Iglesia de Jesucristo, no somos una ONG”, “Jesús toca a la puerta para que lo dejen entrar, pero también para que lo dejen salir”… Francisco despliega incesantemente gestos históricos nunca vistos. Ya en su identidad se encuentra esta calidad de “primero”: Francisco es el primer Papa posconciliar que no formó parte del Concilio Vaticano II, sino que es producto del espíritu que allí se forjó. Francisco será, también, el primer Papa que enterrará a otro Pontífice. Esta última perspectiva ha vinculado íntimamente su ministerio con la figura paterna de Benedicto XVI, quien visionariamente identificara el fin de una era y alimentara el surgimiento de una nueva surgida desde la Iglesia latinoamericana. De Benedicto XVI el Papa dice que es como tener un abuelo en casa. Chesterton dijo que “lo que san Benito almacenó, san Francisco lo prodigó, el grano que se acopió en los graneros se desparramó por el mundo convertido en simiente”. El autor, en una comparación audaz, cree que lo mismo sucederá ahora entre el Papado de Benedicto XVI y el Papa Francisco. Ciertas entrevistas suyas a la prensa han causado escozor por respuestas que se consideran ambiguas y se ha compro-

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bado con estupor que el Papa no había revisado el texto y que el entrevistador había escrito de memoria sin grabadora, lo que naturalmente ha producido disgustos. Sin embargo, la obra —en su interesante epílogo— recoge las advertencias de su encargado de prensa, el Padre Lombardi ,que ha descrito el discurso de Francisco como totalmente novedoso, informal, un discurso que requiere de una “hermenéutica nueva”, en la que debe interpretarse “más que términos concretos” el significado “general”. El libro expone también algunas resoluciones del Papa que apuntan a cambios profundos dentro de la estructura de la Iglesia, como nombrar un consejo de obispos y cardenales de todo el mundo para que lo asesoren en el gobierno; convocar a un grupo de economistas para que examinen las finanzas del Vaticano y planifiquen una gestión orientada a la transparencia; darles relevancia a los Sínodos de Obispos que se celebran cada tres años. Sin embargo, la presentación del reformismo radical que caracteriza a Francisco es observada en equilibrio con su visión del papado como preservador de la doctrina de Jesucristo. Francisco ha inaugurado su nuevo estilo sin cambiar una coma del magisterio. No es trivial que él mismo se haya identificado en una carta dirigida al arzobispo Agostino Marchetto en 2013, con la visión más conservadora del Concilio Vaticano II, la abrazada por Benedicto XVI, su predecesor. Dice Ivereigh: “El radicalismo de Francisco no debe confundirse con una doctrina o una ideología progresistas. Es radical porque es misionero, y místico” (p. 516). El libro enfatiza que cada vez que una expresión del Pontífice o una actitud lo


hacen parecer más progresista, la prensa lo magnifica como un hombre de izquierda, pero bajo esa radicalidad, de esa conciencia de reformador hay unos cimientos muy hondos, anclados en la doctrina de la Iglesia y en una vida de oración muy profunda. Es gracias a este ir más allá de las facciones que Francisco constituye la gran esperanza de sanar, al fin, la conflictiva división entre católicos liberales y conservadores. El mensaje de Francisco no es ni el del progresismo, ni el del conservadurismo.

Por sobre esta separación reductiva, su obra es reunificada en un nuevo concepto: el de una misión en la Misericordia de Cristo; una misión que no reniega ni trastoca la doctrina del Evangelio y que integra un poderoso intelecto, mentalidad política y sofisticación teológica con una robusta fe en el Dios de Jesucristo y una conciencia atenta y vigilante frente a la acción del padre de la mentira. ELENA VIAL Adquirir vía Internet en www.edicionesb.cl

Proyecto de Dios: La creación La presente obra* es recomendable desde todos los puntos de vista. Ella entera constituye un buen ejemplo de la agudeza intelectual del Pontífice, pero también de su sutileza y finura a la hora de establecer conexiones argumentales entre los distintos temas que trata. Constituye además —a pesar de su fecha de redacción, hace ya treinta años— un visionario y certero análisis de las nociones tradicionales de la teología católica como incrustadas en un horizonte de significado capaz de aproximarse fructíferamente a los vaivenes del mundo contemporáneo.

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a obra que ahora comentamos constituye la versión italiana del original en idioma alemán, publicado en 2009 en Regensburg, que recoge las seis conferencias que el entonces cardenal Ratzinger impartiera en la Bischöfliches Bildhaus St. Georgen am Längsee en Kärten (Austria), en septiembre de 1985. El libro se estructura en dos partes: la primera aborda el problema de la creación (pp. 41-146), mientras que la segunda

versa sobre la Iglesia (pp. 119-188). La obra incluye además tres apéndices: Fe en la creación y la teoría evolucionista; la Audiencia General del 9 de noviembre de 2005, y el Discurso ante la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de la Ciencia (31 de octubre de 2008). Por razones de espacio, este comentario solo se referirá a la primera parte, la cual reviste un enorme interés para desentrañar los acontecimientos espirituales del mundo

* Joseph Ratzinger –BenedictoXVI, Progetto di dio: la creazione, Marcianum Press, Venecia, 2012, 207 págs.

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contemporáneo tanto en lo que se refiere al significado del universo corpóreo como al del fin del hombre. En lo que se refiere a la primera parte, el Papa Benedicto toma como punto de partida el texto del génesis sobre la creación del mundo, y se pregunta por el grado de verdad científica que contiene, más allá de su belleza, y cómo la Iglesia ha enfrentado la dialéctica entre texto sagrado y ciencia empírica. La respuesta común de la Iglesia desde los años treinta —sostiene— es que la Biblia no es un manual de ciencia natural; se trata de un texto religioso, y por lo tanto no debe buscarse una respuesta científico-natural. No se puede aprender de la Biblia cómo surge el universo natural; solo contiene conocimiento religioso. Utiliza imágenes para hacer comprender lo esencial (p. 42). Es preciso distinguir entre la forma de la representación (entre imagen y significado), y el contenido de lo representado. La forma debe leerse según lo que era comprensible en ese entonces. Solo lo esencial, que trasciende a las imágenes, es lo que debe entenderse como permanente. Las Escrituras no buscan narrar cómo nacen los seres, sino que, a través de las imágenes, intenta comunicar que Dios ha creado el universo; la Biblia es, comenta el Papa Benedicto, la irrupción decisiva de Dios en el mundo, de la superación del miedo y de la producción de un espacio para la razón, en tanto es el resumen decisivo y paradigmático de la creación (p. 55). La racionalidad de la creación proviene de la racionalidad de Dios, y la lectura de las Escrituras debe hacerse con Cristo, que muestra cuál es el contenido auténtico y permanente de los textos. Cristo, como horizonte hermenéu-

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tico, libera de una falsa literalidad en la interpretación (p. 60). Frente a la pregunta por la razón de la creación, el Papa Benedicto XVI responde que se puede concluir que esta ha sido hecha para constituir un espacio de adoración, lo que es coherente con la filosofía escolástica, donde la creación es un acto de amor que Dios no necesita, en sentido metafísico. En esa no-necesidad es donde se abre la adoración: el centro verdadero, la fuerza motriz intrínseca y ordenadora tanto del ritmo de las estrellas como de nuestra vida es la adoración (p. 69). Esto significa —concluye el Papa emérito— que, dentro de la creación libre, nada puede ser antepuesto al servicio de Dios. Porque el hombre, en la libertad de la adoración, participa de la libertad y de la paz de Dios. En este contexto, concluye, hay un pasaje que requiere una exégesis particular: aquel en que se dice que Dios ha sometido la tierra a los hombres (Gn., 1, 28), por cuanto ha servido de pretexto para atacar el cristianismo. El verdadero significado de este texto no lleva a la anulación del hombre para que el mundo natural vuelva a estar sano (ya que habría enfermado por la acción humana), sino en comprender que el dominio de la tierra solo es creador en unidad con el Artífice (p. 81). Probablemente el capítulo más interesante para los tiempos que corren sea el que lleva por título “El hombre como proyecto de Dios” (pp. 83-100). ¿Qué se responde frente a la pregunta “qué es el hombre”? Hay muchas respuestas, sostiene el Papa, pero la más importante es la que dice relación con que el ser humano no es solo una esencia, como la de otros entes corpóreos, sino que es una realidad inefable para la


cual Dios tiene un proyecto específico y único, que este puede realizar libre y creativamente. El hombre no es un error de la creación, ni tampoco una realidad fungible que pueda quedar a merced de la voluntad de uno o de muchos, sino que es querido directamente, como fruto del amor. De este modo, la pregunta por qué es el hombre no encuentra su respuesta en una teoría, sino en la imagen de Cristo (p. 99-100). Esta vida, que es fruto del amor, es lo que debe salvaguardarse del pecado. La profunda inteligencia del Papa Benedicto —uno de los teólogos más destacados de nuestro tiempo— le lleva a enunciar un vínculo entre la relación creacional y la salvación (p. 116), por cuanto el hombre, que no es causa de sí mismo, sino que responde a la acción creadora de la sabiduría divina, tampoco puede salvarse a sí mismo. En la segunda parte del libro se aborda la cuestión de la unidad de la Iglesia, que se da como “Cuerpo de Cristo” en todas las dimensiones de su colegialidad (pp. 147-70), y —como un derivado de este problema central— la relación entre unidad y pluralismo en el ámbito político y social. El Papa distingue entre unidad y uniformidad. Esta última noción hace referencia a un efecto histórico-cultural: la homogeneización del pensar, del hablar y del comportarse a través de los medios de comunicación, lo que produce resultados culturales prefabricados (p. 174). La concordia política, de

que hablaba Aristóteles, no tiene relación con este significado de uniformidad, pero sí con la unidad. Podría decirse que la falta de igualdad en los aspectos accidentales es lo complementario de esta concordia; mientras la identidad esencial constituye su substancia. Así, la uniformidad accidental es más bien un defecto, a diferencia de la unidad, que apunta al destino común de todos los miembros de la especie humana. La Iglesia, como explica Benedicto XVI, es la dimensión trascendental y sobrenatural de esa unidad puramente esencial. En este contexto, el pluralismo requiere ser bien entendido para interpretar correctamente la condición humana. El Papa se refiere al desprecio epocal, posmoderno, por la verdad, que es reducida a la verificación, frente a lo cual toda afirmación universal —el Magisterio entre ella— se convierte en una exposición absurda; de ahí la violencia con que es combatido (p. 177). La pretensión de comprender la verdad como un patrimonio común y vinculante, por lo tanto, resulta arrogante e infundada. En consecuencia, hay dos formas de entender el pluralismo: desde la semejanza, es decir, desde un principio de unidad común, o desde la diferencia, lo que viene a ser, a fin de cuentas, una configuración metodológica contemporánea del nominalismo. La presente obra es recomendable desde todos los puntos de vista. Ella entera constituye un buen ejemplo de la agudeza

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intelectual del Pontífice, pero también de su sutileza y finura a la hora de establecer conexiones argumentales entre los distintos temas que trata. Constituye además —a pesar de su fecha de redacción, hace ya treinta años— un visionario y certero análisis de las nociones tradicionales de la

teología católica como incrustadas en un horizonte de significado capaz de aproximarse fructíferamente a los vaivenes del mundo contemporáneo.

Un veterano de tres guerras. Recuerdos de José Miguel Varela

dar orden y concierto a ese material ha sido sin duda titánico y por eso corresponde agradecer y felicitar al autor. Sobre todo, por lo que resultó: un libro que nos da una visión muy novedosa y, a la vez, muy profunda, de episodios fundamentales para entender la historia de nuestra patria. De hecho, es como ver la historia desde dentro de ella, esto es, no contada por historiadores profesionales que reorganizan los hechos y que dan cuenta de ellos una vez que los han estudiado. En este caso, es la historia tal como la vivió uno de sus protagonistas. Él cuenta lo que fueron sus experiencias, pero lo hace no solo como una simple crónica, sino explicando a través de ella el curso que tomaban los acontecimientos. Hay momentos donde la narración provoca mucha emoción, como cuando evoca lo que fueron las grandes cargas de caballería en la Guerra del Pacífico, o la necesidad de contar con protección militar cuando fue comisionado por el Gobierno para ordenar la entrega de tierras en la Araucanía porque era tan atacado por unos y por otros; o cuando fue testigo casi con desesperación del darse «vuelta la chaqueta» antes o durante la batalla de Placilla en 1891 por parte de regimientos completos del ejército presidencial. O como, cuando después de ser herido casi mortalmente en esta batalla, pudo a duras penas sobrevivir y llegar a Santiago casi ocho días después esquivando las patrullas del bando vencedor. Se queja amargamente del abandono y el olvido en que los gobiernos posteriores y el país dejaron caer al grueso de las tropas que fueron al norte en 1879 y que constituyeron la base del triunfo. Abandonados a su suerte, esos soldados fueron a engrosar los grupos de bandoleros que asolaban por todas partes y que él enfrentó con decisión pero no con poco dolor en la Araucanía. Fue triste su suerte personal, como la de tantos otros soldados que no habían vacilado en arriesgar su vida en la Guerra del Pacífico, y que después de 1891 sufrieron degradación, expulsión de las filas y encarni-

Guillermo Parvex Academia de Historia Militar de Chile Santiago de Chile, 2015 500 págs.

Notable libro que recoge las memorias e impresiones de este personaje, José Miguel Varela, abogado de profesión y militar de ocasión. Lo cual no tendría nada de novedoso si no fuera por la circunstancia de que aquello que denominamos «ocasión» está dado por su participación en tres guerras durísimas como fueron la de 1879 contra Perú y Bolivia; la de pacificación y ocupación de la Araucanía donde le correspondió medirse tanto con grupos indígenas como también con bandoleros y con grupos de colonos; y, por último, la guerra civil de 1891 en la cual, combatiendo por el Presidente Balmaceda, poco faltó para que un sablazo le arrancara la vida. Es un libro extremadamente interesante en el cual Guillermo Parvex plasma lo que fueron los recuerdos e impresiones de Varela tal como ellos se encuentran en múltiples y muy variadas fuentes: cartas, diarios de vida, crónicas escritas y conversadas, etc. El trabajo de

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RAÚL MADRID Adquirir vía Internet en www.macianumpress.it


zada persecución. Muchos, para sobrevivir, debieron ir a buscar nuevos horizontes lejos de la Patria a la que tanto habían dado. Un libro, en síntesis, que nos da esta novedosa visión de la historia patria tan necesaria para comprenderla de modo cabal. Gonzalo Ibáñez S.M. Adquirir vía Internet en www.academiahistoriamilitar.cl

La ética o es transfiguración o no es nada Alfonso López Quintás Biblioteca de autores cristianos Madrid, 2014 871 págs.

Las cincuenta obras publicadas por el Dr. Alfonso López Quintás, catedrático universitario y académico, culminan en ocho que podemos calificar de sobresalientes, por la fecundidad que encierran. Tal fecundidad se muestra a diario en la actividad creciente de la Escuela de Pensamiento y Creatividad. Esas ocho obras culminan, a su vez, en este nuevo libro, que las supera ampliamente por la decisión con que aplica su idea de la “mirada profunda” a la gran tarea de promover la vida ética por vía de descubrimiento. El autor parte de la situación de emergencia educativa en que nos hallamos y que A. MacIntyre describió con estas palabras: “Ha habido una catástrofe que interrumpió la transmisión del saber moral y, más ampliamente, de sus fundamentos”. ¿Cómo salvar esta quiebra? Según López Quintás, solo hay un camino eficaz: vivir el proceso de desarrollo humano de modo tan auténtico que nos haga saber, por propia experiencia, que la vida ética

supone un ascenso ilusionante a la plenitud de la vida personal. Este proceso ascensional ha de articularse tan bien que, cuando alguien inicie el proceso de crecimiento, intuya que está comenzando una vida nueva, abierta a inmensas posibilidades de realización, y, a cada paso que dé, se sienta con más energía e ilusión para seguir la marcha. Este ascenso cada vez más ilusionado y decidido hacia la plenitud personal es fuente de dicha creciente y energía renovada. Tal plenitud implica que uno se va sintiendo más realizado como persona y más seguro en sus determinaciones. Realizados nos sentimos —según la mejor ciencia antropológica actual– cuando creamos relaciones de auténtico encuentro. Seguros nos hallamos cuando elegimos en cada momento, no en virtud de nuestros gustos, sino de nuestro afán de realizar en la vida el ideal de la unidad, que va unido de raíz al ideal de la bondad, la justicia, la belleza. Al tomar estos ideales como canon de la propia conducta, nos sentimos instalados en la verdad, en la que se afirma nuestra propia verdad de seres humanos. Tal seguridad se consolida al observar que tales ideales, al ser asumidos por nosotros, transfiguran toda nuestra vida: la libertad de maniobra se trueca en libertad creativa; la vida anodina se convierte en vida creativa; la vida insensata se llena de sentido; el lenguaje deja de ser visto como mero instrumento de comunicación para ejercer el valioso papel de vehículo del encuentro; la afectividad se perfecciona y da lugar al amor personal… Al seguir este proceso de ascenso —bien clarificado por la mirada profunda—, advertimos que, para elevarnos a la cima de la vida ética, hemos de integrar cuatro niveles distintos y complementarios. Cada uno de ellos se rige por una lógica peculiar. El que se atenga fielmente a cada una de ellas piensa y se expresa con precisión. En cambio, quien analice una realidad o un acontecimiento de un nivel determinado con términos propios de otro nivel provoca una confusión grave. De ella se derivan multitud de malentendidos que bloquean nuestro proceso de desarrollo. Entre las claves de orientación que ofrece este libro, resalta una según la cual “desde un nivel inferior no puede conocerse lo que sucede en el nivel inmediatamente superior”. Esto nos inspira la siguiente regla pedagógica: Antes de enseñar ética, estética, axiología y religión debemos ayudar a los alumnos a subir al nivel 2. Este los llevará al nivel 3 y los dispondrá, con ello, para adentrarse en el nivel 4. Si permanecen en el nivel 1, no

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entenderán nada de cuanto se les diga sobre los niveles superiores. ¿Nos imaginamos lo que esto significa para su formación? Este bello libro nos muestra la serie de transfiguraciones que llevamos a cabo cuando vivimos una vida ascendente. Por descubrir el nexo profundo que hay entre el desarrollo del hombre, las diversas transfiguraciones que va realizando y su ascenso a los niveles de realidad más altos, este libro se va a convertir en un referente para los estudios de antropología filosófica y ética. Es un libro creativo desde el comienzo, y aumenta su creatividad a medida que realiza nuevas y más valiosas experiencias. Estas, bien comprendidas y realizadas, son una fuente impresionante de energía y de luz. No

es extraño que el libro culmine en la seguridad de que el valor existe y que la opción por el bien, la justicia, la belleza y la verdad nos eleva a nuestra máxima realización personal. Esperamos con ansia la aparición del prometido volumen en el que abordará el autor el tránsito del nivel 3 —el de los grandes valores— al nivel 4, el propiamente religioso. Las múltiples y agudas puntualizaciones metodológicas del libro aquí comentado darán allí la medida de su eficacia. Luis Aymá Adquirir vía Internet en www.baceditorial.com

DESDE LA UNIVERSIDAD A LA SOCIEDAD Se presenta en estas páginas el prólogo del rector emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan de Dios Vial Correa al libro del actual rector, Ignacio Sánchez Díaz, Desde la Universidad a la sociedad, publicado recientemente por Ediciones UC.

La universidad vive de la verdad de sus logros. Sin embargo en la universidad contemporánea esta afirmación lleva a una situación paradójica. Las innumerables ramas de la ciencia entregan verdades reconocibles en número increíble. Pero en la misma medida parece desvanecerse la posibilidad de una verdad fundante. Esto constituye en educación una insuficiencia grave, porque los fines de la educación han tenido que ver con el fin mismo del hombre, y nos estamos hallando más bien sumergidos en un conocimiento instrumental, en el cual no se puede discernir nada que tenga un carácter verdaderamente fundamental. El conocimiento limitado a lo instrumental expresa un nihilismo ontológico, que afecta por supuesto también al propio hombre que aparece sin valor intrínseco ni trascendencia. En la universidad, y a través propiamente de su enseñanza y formación, se puede dar una lucha razonada por la verdad fundamental en lo humano. Esta tensión es lo que anima buena parte del debate por la universidad hoy día: no se trata tanto de cómo alcanzar determinados fines, sino de por qué buscarlos. Hacia el año 800 de nuestra era, el monje Alcuino de York traído por Carlomagno desde Irlanda enseñaba Gramática, ciertamente de nivel elemental. Y él mismo relata que preguntados sus alumnos por el último objeto de aquel esfuerzo sacrificado, hecho en tiempos tan difíciles, ellos dieron una respuesta que sigue siendo válida. Preguntaba Alcuino “¿quid quaeritis?” ¿Qué buscáis?, y ellos respondían: “¡felicitatem quaerimus!” ¡Buscamos la felicidad”. Eran conscientes de que el camino del saber es un camino de plenitud humana. Aun hoy, en una sociedad trivializada, los entendemos: sabemos que en el debate sobre educación superior se juega

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un aspecto determinante de nuestro destino como sociedad. Pero para abordar un problema tan complejo como es el de la educación superior hoy día, hay que recorrer múltiples caminos, algunos bien distantes de la vía establecida de los programas universitarios. Uno de ellos es el que se esboza en este libro, y es el de seguir la vida universitaria en las reflexiones de alguien que, inmerso en su agitado ambiente, tenga la capacidad de juicio sereno y discriminatorio que permite discernir en las fluctuaciones del acontecer cotidiano, las grandes líneas de evolución y acción social que se están desarrollando. Una persona así es el Dr. Ignacio Sánchez Díaz, médico, pediatra de vasta experiencia, autor de valiosos libros de su especialidad, profesor por mucho tiempo, y que ha ejercido durante cinco años el cargo de Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, impulsor de iniciativas de gran impacto y que ha adquirido una fuerte influencia en el ambiente nacional. Sus contribuciones científicas y académicas hacen que sea interesante y estimulante conocer su pensamiento en todo un conjunto de cuestiones que han emergido en la vida universitaria y cultural del país. En este libro se contienen escritos de órdenes diversos agrupados según su naturaleza. Hay documentos oficiales, tales como cuentas anuales; hay otros, ya de autoría única, ya realizados en equipo, que versan sobre temas de actualidad en la vida pública. Especialmente atrayentes por lo novedosos, resultan escritos ocasionales que abordan la vida universitaria en su agitado desarrollo y enfrentada a continuos y diversos desafíos. Allí aparece en acción la universidad encargada por la Iglesia de una tarea fundacional, heredera creativa de una tradición milenaria, testigo de la riqueza que hay en la mutua penetración de dos órdenes, el del hombre que busca la verdad y el del hombre a quien se le ha abierto la Verdad. Hay aquí escritos sobre el significado de la educación superior en un contexto general y sobre los elementos distintivos de una institución de identidad católica. Son temas sobre los que hay que volver continuamente y que se plantean a menudo en una perspectiva polémica, en una sociedad secularizada y propensa a la homogeneización y difuminación de los valores. Sin embargo, de la claridad en estos aspectos ha dependido en gran parte la capacidad que ha tenido la Universidad Católica de dejar un sello propio y duradero en la vida pública chilena. Los artículos vuelven reiteradamente sobre el tema de la calidad de la enseñanza, asunto de máxima importancia: donde no hay aspiración constante y sacrificada a la más alta calidad posible, no hay universidad. En esa búsqueda de calidad, la propia vida universitaria se suma a muchas iniciativas sociales, como la nivelación de oportunidades desde la primera infancia, la disminución de las brechas entre los sistemas educacionales, los procesos educativos y su regulación. El tema de la acreditación donde se propone una serie de cambios, merece una especial y justificada atención: en un sistema educativo que ha crecido de manera explosiva y que cubre

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una amplia gama de niveles y caminos, la acreditación es un medio para asegurar la adecuación de los esfuerzos educativos a las aspiraciones de la sociedad. La experiencia chilena muestra cuán arduo y conflictivo puede ser el manejo de un sistema de acreditación que resguarde la fe pública en las universidades. El tema de la calidad de la enseñanza se entrelaza con otros que tienen que ver con concepciones sociales y políticas públicas. Por supuesto que tiene también que ver con los instrumentos que se usan habitualmente para regular el ingreso, tales como la PSU o el “ranking”. Ellos no afectan solo a los elementos cognitivos de una población estudiantil, sino también a su estructura social. El análisis de estas relaciones ofrece un campo fascinante de estudio del fenómeno universitario y de su repercusión en toda la vida de la sociedad y está abordado en varios artículos, no solo desde un punto de vista técnico sino en la perspectiva de un avance en la inclusión social y en la superación de desigualdades injustas, esto es en la vocación y la determinación de construir un mundo más digno del hombre. En el conjunto de esos trabajos, la calidad y su acreditación dejan de ser miradas solo como medios y pasan a integrar el núcleo de los fines propios de la universidad, íntimamente relacionados con el conjunto de la vida social. Institucionalidad universitaria Las universidades están construidas con hombres. Esta vieja frase medieval señala que no es lo importante en ellas su dotación material, sea en edificios, aparatos, organizaciones. Lo decisivo es el aporte espiritual de los profesores, su capacidad para encender en sus alumnos la llama de la búsqueda, el interés por el conocimiento, el “gaudium de veritate”. Y creo que hoy, más de mil años después, eso sigue siendo verdad, y el que estudia, aun el más modesto e incipiente, busca y experimenta al menos la alegría de saber, a no ser que el sistema docente que lo envuelve asfixie ese movimiento del espíritu. En un genuino ambiente universitario, los alumnos llegan a superar a sus maestros, lo que determina un ambiente en el cual el más genuino deseo del que aprende es enseñar. Ese ambiente de superación es lo que hace que las universidades contribuyan a mejorar la vida de las personas y ejerzan una acción de bien público notable. Desde la Edad Media ellas forman —o pueden llegar a formar— un ambiente de aprecio y respeto por los bienes del espíritu. Y esta acción explica por qué la sociedad civil se enriquece a sí misma cuando comprende, apoya y fomenta la acción de las universidades, y especialmente aquella parte de ella que suele ser más difícil de entender, la de la investigación por cuyo intermedio la sociedad se mueve en el mar sin orillas de lo desconocido. Esta dinámica de aprender y enseñar debe mover toda la vida universitaria y la marca con una voluntad de reforma seria y responsable, muy distinta de la agitación frívola y de la inercia perezosa (“universitas semper reformanda”). Desde el ángulo de la visión pastoral se reflexiona acerca de un aspecto básico de la institucionalidad de nuestra universidad que es su relación con la Iglesia. Ella destaca a la luz de la misión de la Universidad Católica, en el marco de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae que aclara y

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pone al día la institucionalidad propia de la UC de un modo que resulta iluminador especialmente en el contexto de reforma de la institucionalidad del sistema de educación superior del país. La universidad es parte de la Iglesia, nacida de su propio corazón, y participa por tanto de su misión evangelizadora. Se refleja en su estructura interna, en su gobierno, en el rol que en él juegan profesores, estudiantes y administrativos En este libro, el Rector se refiere a numerosos temas que tienen que ver con el multiforme compromiso de la Universidad en la obra evangelizadora de la Iglesia: así por ejemplo se refiere al Año de la Fe, a los Papas Benedicto y Francisco, y a su propia experiencia en el último Encuentro de la Juventud realizado en Río de Janeiro, donde es testigo de la maravilla y la alegría de la fe de los jóvenes. La universidad como institución inmersa en el mundo contemporáneo participa también de sus lutos y dolores. Ella afronta un mundo en el cual la mutilación del secularismo, toca de lleno a la misma persona del hombre creado a imagen y semejanza de Dios. A la serie cruel de guerras y revoluciones sangrientas, se viene a sumar el rechazo del ser humano en el inicio de su vida, y la afrentosa defensa del crimen del aborto. El libro reproduce varios textos en Defensa de la Vida donde queda clara la postura de la Universidad en esta nueva fase de una vieja lucha por la dignidad del hombre. Una gran universidad moderna no puede funcionar sin una cantidad enorme de recursos. Algunos provienen de las rentas de su patrimonio, otros del pago de sus servicios docentes, otros de contribuciones del Estado, ya sea a la docencia, ya a proyectos de investigación, otros finalmente de instituciones o de personas naturales, como donaciones, legados etc. La diversidad en las fuentes de recursos es paralela a la de su distribución, y se exige una administración eficiente que permita sustentar el trabajo conjunto. El financiamiento de la universidad y su regulación son expresión de la consideración que a la sociedad le merece la educación de sus miembros y su contribución a la gran empresa universal de la cultura. No son acciones ajenas a lo académico, sino aspectos especiales de una misma tarea. Varias modalidades y problemas relacionados con el financiamiento se han transformado en asuntos públicos de gran magnitud y se encuentran abordados en artículos diversos cuyo conjunto da luz sobre problemas urgentes de la educación superior. Temas como los que se esbozan en la presentación son tratados en este libro, que viene a ser como una respuesta a los múltiples desafíos que afronta una Universidad. Y una Universidad Católica. Como se ha mostrado muchas veces en su historia, la Universidad está llamada a un íntimo contacto con su mundo y su época. Aunque el desarrollo de este libro siga un orden no convencional, el que recorra sus páginas recibirá un eco de la pugna cultural de nuestro tiempo: cómo llevar los beneficios del saber y de la ciencia a un número cada vez mayor de seres humanos, y cómo procurar que ese progreso no se pierda en una pura manipulación del mundo, sino que abra nuevos caminos para lo auténticamente humano. La universidad y la sociedad, el ser humano y su mundo, se expresan aquí con la vivacidad de un encuentro y un descubrimiento. JUAN DE DIOS VIAL CORREA Adquirir vía Internet en www.ediciones.uc.cl

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San Juan XXIII maestro espiritual Luis Marín de San Martín Editorial Ciudad Nueva Madrid, 2014 224 págs.

El agustino Luis Marín de San Martín nos ofrece una perspectiva interesante y muy actual de uno de los santos más conocidos y queridos del siglo XX: Angelo Giuseppe Roncalli, conocido más popularmente como “Il Papa Buono”. Luis Marín sabe reflejar magistralmente y con claridad esos rasgos que poco a poco van contribuyendo a hacerle justicia a este Santo contemporáneo. Ciertamente que asumir el desafío de escribir acerca de Juan XXIII no es tarea fácil, pero el autor ha sabido elegir y describir los hechos a través de los testimonios y rasgos de su persona, que a través de sucesivas miradas, terminan por dibujar la figura de este Pontífice. Se preguntará cómo escribir acerca de alguien sin traicionarlo, cómo reflejar justamente esos rasgos de su persona que lo hacen único, sin caer en ditirambos y extremas alabanzas que desdibujen su polifacética personalidad. Sin duda y así lo confirman los que lo conocieron en persona, Juan XXIII poseía una personalidad atrayente. Su sonrisa amplia y mirada profunda reflejan un alma bondadosa que impactó a tantos de sus contemporáneos desde los primeros contactos. Su pontificado fue breve, pero no por eso menos intenso. Apenas a tres meses de haber asumido convoca al Concilio Vaticano II, que fue clave para la renovación espiritual y pastoral de la Iglesia Católica

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del siglo XX. Es beatificado por Juan Pablo II en el Jubileo del año 2000 y posteriormente canonizado por Benedicto XVI el 27 de abril del 2014. El autor ya al inicio de su libro nos devela la figura de Juan XXIII con un título ambicioso y sugerente, con la intención de desafiar y despertar nuestra curiosidad para acercarnos a la persona tras el Papa: “Quién era y cómo era”. Los capítulos muestran rasgos comunes entre el Papa Francisco y Juan XXIII, ambos caracterizados por su intención de proponer y materializar un nuevo estilo de pontificado, que se concreta en un proceso renovador y revitalizador de la vida cristiana, con especial énfasis en la fidelidad al depósito de la fe, por una parte, y por otra, abierto al diálogo trasparente con el mundo contemporáneo. Nace en una numerosa y humilde familia de aparceros. Gracias a una beca pudo continuar sus estudios teológicos en Roma llegando al grado de doctor en Sagrada Teología; se ordena de sacerdote el 10 de agosto de 1904. Su vida da un vuelco inesperado cuando el Obispo de Bergam, Giacomo Maria RandiniTedeschi, prototipo de prelado renovador y abierto a lo social, lo llama como secretario particular en 1905, dejando a medio concluir sus estudios de Derecho Canónico. El año 1925 el Papa Pío XI lo nombra visitador de Bulgaria y obispo titular de Areopolis iniciando sus largos años de servicio diplomático. Fueron años de contacto no fácil con la Iglesia Ortodoxa, pero que sentaron las bases de su espíritu ecuménico. En plena Segunda Guerra mundial realizó numerosas gestiones humanitarias a favor del pueblo judío y prisioneros de guerra. Designado nuncio apostólico en Francia en 1945, para ser nombrado posteriormente patriarca de Venecia, donde se presenta con un discurso sencillo, en que resume su historia y personalidad: “Vengo de la humildad y fui educado en una pobreza contenta y bendita, que tiene pocas exigencias y que protege el florecer de las virtudes más nobles y altas y prepara para las elevadas ascensiones de la vida… La Providencia me sacó de mi pueblo natal y me hizo recorrer los caminos del mundo en Oriente y Occidente acercándome a gentes de religiones e ideologías diversas, en contacto con los problemas sociales, agudos y amenazantes, y conservándome la calma y el equilibrio…” Todo ello lo hizo auscultar rigurosamente los signos para res-


ponder de forma renovada y profunda a los desafíos de su tiempo. Participa en el cónclave de octubre del año 1958 donde es nombrado Papa continuando con su activa vida pastoral. Una vez investido, ejerce la autoridad, como lo describirán sus contemporáneos, dotado de incuestionable carisma de pastor, ejerciéndola con misericordia. En él no se confunde la bondad con la debilidad ni la sencillez con la simplicidad. Hace propio en cada una de sus decisiones aquello que reza su lema episcopal: “Oboedientia et pax”, fiel reflejo de su espiritualidad cristocéntrica, que sella a fuego su actitud frente a la vida. En no pocas ocasiones motivó y aconsejÓ a sacerdotes a “obedecer siempre, con sencillez y bondad, y dejar hacer al Señor”; en otras palabras, dejar que Dios sea Dios en tu vida. Pero no hay mejor ejemplo que predicar con las propias actitudes y claramente en él se materializan naturalmente estos consejos, en su carácter afable y sonrisa fácil, y que por sobre todo conserva siempre su buen humor, tan lejos del estereotipo del prelado grave y silencioso que marca su distancia por las obligaciones de su cargo. Lo describe como observador y de gran curiosidad, de conversa fácil y amena, a todos hacía sentirse cómodos y seguros. Nos relata que incluso siendo Papa hizo abolir el tradicional beso en los pies que debían dar los cardenales al pontífice, e incluso a su ayudante de cámara lo animó a “no hacer tantas genuflexiones, basta que por la mañana besara el anillo dándole los buenos días y al final de la jornada las buenas noches y si quiere arrodillarse que vaya a la capilla y lo haga ante el Santísimo”. Todas estas características marcan su peculiar forma de gobernar la Iglesia, rechaza tanto el autoritarismo como el paternalismo; el primero, según él, sofoca la vida, lleva

a una disciplina rígida, exterior, detiene las legÍtimas iniciativas y no sabe escuchar; confunde la dureza con la firmeza. El paternalismo por su parte falsifica la paternidad, mantiene bajo tutela a los súbditos para imponer la superioridad y no respeta el derecho de sus subordinados. El ambiente rural y religioso en el que se desarrolla en su niñez y adolescencia ejerce en él gran influencia, fue la mejor escuela que permeó esa religiosidad de hombre DEcampo, simple y auténtica marcada por la eucaristía y la sencilla vida de pueblo, donde recibe orientación y acompañamiento espiritual en sus primeros pasos en la fe de su querido párroco. La santidad la experimenta como una exigencia y necesidad que brota de una auténtica vida cristiana. Ve en cada acontecimiento la mano de Dios y confía plenamente en la Divina Providencia, reflejado en su insistente optimismo que le ganó más de alguna ácida crítica en torno a cierta “ingenuidad de provinciano”. Pero, sin embargo, está lejos de ser un ingenuo, veía con claridad los peligros de su tiempo, pero ponía especial atención sobre todo en las posibilidades que surgen en las dificultades, siguiendo a la recomendación agustiniana: “hay que diferenciar el error del errante, se debe rechazar decididamente el error, pero considerar y salvar al errante”. El Papa Juan no fue un gran teólogo ni un destacado orador, sino fue por sobre todo un pastor de gran corazón, que con lucidez sabía mirar por sobre los contratiempos y dificultades, para descubrir la huella por donde transita Cristo. Mauricio Bello Araya Adquirir vía Internet en www.ciudadnueva.com

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El resplandor del ser The Radiance of Being. Dimensions of Cosmic Christianity Stratford Caldecott Angelico press 2013 204 págs.

Resumo lo medular de este facetado libro. Esa “Radiance” del título es el esplendor fulgurante: la irradiación de la Luz-Logos-Trinidad, con que los

UNA SOLA CARNE EN UN SOLO ESPÍRITU. TEOLOGÍA DEL MATRIMONIO En el marco del andar de la Iglesia hacia el sínodo de la familia, Revista Humanitas reproduce en sus páginas el comentario de un nuevo libro1 del profesor José Granados sobre el matrimonio. El manual recoge las enseñanzas más iluminadoras de Juan Pablo II y Benedicto XVI en lo que respecta al amor, y logra una singular síntesis que servirá para preparar el camino hacia el sínodo. Juan de Dios Vial Larrú2 escribe el presente comentario para Revista Española de Teología (N°75, 2015), del que reproducimos algunas de sus partes.

Este volumen del profesor José Granados, vicepresidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, es un manual sobre el sacramento del matrimonio. La obra constituye una reflexión sistemática y actualizada sobre el matrimonio. El punto de partida de esta reflexión sobre el matrimonio es el misterio pascual de Cristo. La luz de la Resurrección ilumina el misterio de las bodas desde sus inicios creaturales hasta su destino escatológico definitivo. Siguiendo la tradición asiática y la exégesis de Tertuliano sobre 1Co 6,17 “el que se une al Señor es un Espíritu con Él”, el autor afirma que donde la carne es una, uno es también el espíritu. Carne y espíritu no se contraponen, sino que se reclaman mutuamente. La segunda parte titulada El matrimonio, sacramento de la redención y de la consumación en Cristo, sin desatender nunca la historia, tiene un carácter más sistemático. En esta parte se estudian sucesivamente en siete hermosos capítulos cuestiones esenciales para comprender la naturaleza del matrimonio. En primer lugar, la institución del matrimonio por Cristo el Esposo de la Iglesia en el misterio pascual. La institución del matrimonio tiene relación con el triple cuerpo de Cristo del que hablaban los medievales: el cuerpo que asumió en su vida terrena, muerto y resucitado; el cuerpo de la Iglesia, y el cuerpo de la Eucaristía que se ofrece sobre el altar. En segundo lugar, la cuestión del signo y la gracia. Si el signo apunta siempre más allá de sí mismo, hacia el misterio de Dios, por una parte la gracia hace presente y activa 1 José Granados, Una sola carne y un solo Espíritu. Teología del matrimonio, Ediciones Palabra, Madrid 2014, 398 págs. 2 Véase su artículo “Autonomía Moral y Comunión Eclesial: La conciencia moral y los divorciados vueltos a casar” p. 538

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humanos, basándonos en el Génesis, imaginamos metafóricamente a Dios. La creación de la luz cósmica, que la Ciencia, incapaz de justificarla, solo puede conjeturarle su comienzo, es entendida y venerada por la fe cristiana como un portentoso e incesante acto de amor de Dios hacia su Creación, y como una dádiva de existencia para que los seres puedan recibir y devolver amor al Creador y a sus congéneres. De manera que la irradiación de amor suscita más amor hacia el Amor.

Prosiguiendo su fe en la Trinidad, Caldecott señala que todo el cosmos la alaba, la celebra y la canta. Incluso lo inanimado. Pero no cae en panteísmo, pues aclara que “las cosas no son dioses”, pero sí pueden estar patrocinadas por ángeles. Esto lo sugiere como una hipótesis. Habría un ángel para cada especie —un ángel para todos los perros, otro para los pulpos, etc.—. E indica que este patrimonio guardián está intuido en las Ideas de Platón: la idea mesa que produce las

la presencia y compañía de Cristo en el camino de la vida matrimonial. En los dos siguientes capítulos se estudia el desarrollo en el tiempo del matrimonio. De este modo, en tercer lugar se profundiza en la celebración del sacramento, los elementos centrales del rito, los ministros, y el papel de la fe en el mismo. En cuarto lugar se profundiza en la indisolubilidad del matrimonio como un verdadero evangelio, exponiendo con claridad y lucidez los debates contemporáneos recientes sobre esta cuestión y los problemas pastorales que se plantean. En este sentido, la primera cuestión para los divorciados que viven en nueva unión no debe ser tanto su relación con la Eucaristía, sino su acercamiento a la Penitencia. En quinto lugar se aborda la relación del matrimonio y la Iglesia como misterio de comunión en un camino de ida y vuelta: de la Iglesia al matrimonio y de este a la Iglesia. La autoridad de la Iglesia sobre el matrimonio es un servicio a la verdad del amor conyugal. En sexto lugar se ilumina la relación entre el matrimonio y la virginidad inaugurada por Jesús. Si no han faltado quienes han presentado la virginidad cual si fuera lo contrario del matrimonio, la Iglesia nunca exaltó la misma a costa de las nupcias. En el séptimo capítulo de la segunda parte se estudia la presencia y la obra del Espíritu en el matrimonio. A través de su amor mutuo se abre para los esposos un camino de santidad hacia la unión con Dios. La ruta que pasa por la relación concreta de los cónyuges en el cuerpo y en el tiempo. El Espíritu, donándose en la unión de los esposos, genera un amor nuevo: la caridad conyugal; de este modo el amor humano es conducido hacia el Padre por el Espíritu Santo, vínculo de unión entre Cristo y la Iglesia. El manual, bebiendo de la mejor tradición de la Iglesia, y alimentándose de la fecundidad de la teología del cuerpo de san Juan Pablo II y de la teología del amor esbozada por Benedicto XVI, logra una singular síntesis con un lenguaje claro y profundo. Es necesario agradecer a la editorial Palabra la publicación de esta luminosa obra, y desear que sea muy leída y estudiada en el camino de los próximos sínodos sobre la familia. Adquirir vía Internet en www.palabra.es

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mesas, la idea fuente que colma las fuentes, etc. Una actitud clave de Caldecott es su apertura teológica, su catolicismo de par en par a cuantos visos o aspectos de verdad puedan hallarse en otras creencias. No un ecumenismo cándido, sino un escrutinio desprejuiciado, incluso pródigo. Así ahonda en ciertas interpretaciones del Corán escritas por místicos sufíes, que ciertamente poseen matices de verdad cristiana, y con los cuales podría comenzarse un diálogo, un acercamiento, una confluencia. La actitud es constructiva y ojalá suscite apoyo, pero uno piensa que en el dividido y acéfalo Islam solo podrían producirse reacciones personales en una élite intelectual, sin autoridad para mover la totalidad de los creyentes. Caldecott se declara “editor de teología,” y no teólogo, es decir, comentador y exégeta que enseña teología. Lo hace con claridad, explica bien, y vamos captando la racionalización de la fe efectuada por lumbreras desde el comienzo del cristianismo a hoy. Resulta un despliegue de sutilezas conceptuales, llevadas al máximo en los intentos por comprender e imaginar cómo es la Santísima Trinidad y cómo sucede la transubstanciación eucarística. Todo ello señala que este libro será entendido y eficaz para laicos informados, con formación tanto filosófica como teológica. Mis reparos van a la extensión excesiva de los acápites. Sobra mucho. Mejoraría tanto con una reducción de las notas al pie de página que son tantas y tan continuas que forman un sub-libro; y ganaría tanto si se hubiera sometido a síntesis la causa trinitaria y sus efectos cósmicos, precisando cómo se debería llevar a la práctica cuanto el libro propone. Acude la advertencia papal: “…no debe prevalecer el aspecto teórico-doctrinal abstracto” sino que “debemos perseguir el esfuerzo de traducirlos en propuestas concretas y comprensibles”. Exhortación del Papa Francisco en su discurso en la apertura de la Asamblea de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) el 18 de mayo de 2015. Luis Vargas Saavedra Adquirir vía Internet en www.angelicopress.com

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Lecturas al atardecer. Ocho temas acerca del envejecimiento Beatriz Zegers Prado y María Elena Larraín Sundt, ed. Editorial Universitaria Santiago de Chile, 2014 203 págs.

Hay libros que otorgan entretención, otros información, saber, ciencia, cultura, pero son muy contados los que nos dan verdadera sabiduría. Es que constituye una verdadera ciencia, mejor, auténtica sabiduría, el saber envejecer. Siempre me ha gustado saborear las preguntas que se hace el poeta T. S. Eliot en el coro de las Rocas: “¿Dónde se encuentra el conocimiento que hemos perdido con la información? ¿Dónde se encuentra la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento?” Distingue entre información, conocimiento y sabiduría. No son lo mismo. Se suele decir que estamos en la sociedad de la información. Se habla de carreteras informativas y estamos inundados de variadas informaciones. Hay mucha infobasura. Más bien habría que decir que entramos a la era de la evaluación de la información, y para ello se requiere de sólidos conocimientos para saber cribar la información relevante de la que no lo es. Pero también comprobamos que muchos hombres saturados de conocimientos específicos carecen de sabiduría. Y, asimismo, personas que tienen poca cultura, pero que saben plantearse las cuestiones últimas que otorgan sentido, son tan atinados en sus juicios, tan sensatos en la apreciación de las cuestiones humanas, que muchos atiborrados de erudición. El viejo adagio escolástico “natura ad unum, ratio ad opposita”, la naturaleza es unívoca y, en cambio, lo propio de los seres libres es el poder dirigirse a opuestos, tanto a lo más noble como a su contrario. Así el


sufrimiento puede enaltecer y dignificar a una persona, como también puede envenenarla y llenarla de envidia y resentimiento. La vejez puede llevar al anciano a llenarse de mañas, apegos, envidias y rigidices, pero también puede otorgar madurez, sabiduría y serenidad que la experiencia sabe aquilatar. Es inevitable que la vejez lleve a plantearse las cuestiones neurálgicas de toda existencia: el amor y la muerte, el tiempo y la libertad, el perdón y la conversión, esta vida y el más allá. Este libro, se dice en el preámbulo, está dirigido a los protagonistas de este proceso inevitable del envejecimiento: “Serán ellos los principales intérpretes de estas líneas y quienes juzgarán si hemos sido capaces de responder, al menos en cierta medida, a algunas de las muchas interrogantes que seguramente se han planteado a fin de comprenderse mejor, resolver conflictos antiguos o recientes, encauzar sus vidas de manera positiva o, quizás, encontrar nuevos derroteros contemplando los vastos y anchurosos horizontes que se abren al atardecer de la vida”. Confluyen en esta obra varios enfoques de carácter interdisciplinario: la geriatría, la psicología y psicoterapia, la psiquiatría, la sociología, la antropología filosófica, la ética y la literatura. Quisiera centrarme en esta última perspectiva y dejo a otros abordar cuestiones filosóficas y psíquicas. Esta obra hace uso de excelentes narraciones literarias muy atingentes e iluminadoras. Son muchos los autores de novelas, biografías y autobiografías, e incluso cineastas, que acuden a reforzar planteamientos filosóficos y psicológicos que se dan cita en la adultez avanzada. La lista es impresionante: Susana Tamaro (Donde el corazón te lleve), Marie-Sabin Roger (Tardes con Margarita), José Luis Sampedro (La sonrisa etrusca), José Musalem (Mi vida entre líneas), Isabel Allende (Retrato en sepia), Franz Kafka (Carta al padre), Akira Kurosawa (Rapsodia en agosto), Philip Roth (Patrimonio: una historia verdadera), Miguel Delibes (La hoja roja; Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso), Gabriel García Márquez (El coronel no tiene quien le escriba; El amor en tiempos del cólera; Funerales de Mama Grande), Herman Hesse (Elogio de la vejez), Telma Wallis (Las dos ancianas), Pedro Prado (Cartas a Manuel Magallanes Moure; Antología. Las estancias del amor), Paul Claudel (La nieta del señor Linh), Yasur Kawabata (La casa de las bellas durmientes), Rainer Maria Rilke (Cartas a un joven poeta), León Tolstoi (La novela del matrimonio), Stephan Zweig (Viaje al pasado), Tatiana de Rosnay (La casa que amé), John Banville (El mar), Karol

Wojyla (El taller del orfebre), Clives Staples Lewis (Una pena observada), John Bayley (Elegía a Iris), Joyce Carrol Oates (Memorias de una viuda), Vita Sackville-West (Toda pasión apagada), Sandor Márai (Diarios,1984-1989), Iréne Némirovski (Nieve en Otoño), Simone de Beauvoir (Una muerte muy dulce), Umberto Eco (La misteriosa llama de la reina Loana), Sofocles (Edipo Rey), Marguerite Yourcenar (Memorias de Adriano), Doris Lessing (Diario de una buena vecina), Honoré Balzac (Papá Goriot), Isak Dinesen (Memorias de África), Paul Auster (Diario de invierno), David Lodge (La vida en sordina). Al recurrir a estos fragmentos literarios la lectura se hace muy vívida y amena; se sabe concretar las principales ideas de carácter más abstracto y académico. El nutrido elenco bibliográfico es impresionante en obras de psicología, filosofía y medicina; muy amplio y documentado. Pero mi interés se ha centrado en mostrar cómo la literatura le da forma a la experiencia vivida, incluso la constituye como tal y la anticipa. Solo se entiende lo que se ha vivido, o lo que está por vivir, cuando se lo narra. No se narra para recordar, sino para ver y hacer inteligible lo vivido. Si muchas veces se lee literatura para ser otro del que se es, en otras ocasiones se descubre quién se es al leer un texto que puede desenmascarar falsas identificaciones que llevan al sin sentido y la ruina. Ya decía Jean Paul Sartre, en La Náusea, que “el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que sucede, y trata de vivir su vida como si la contara”. Y García Márquez ha publicado su autobiografía precisamente bajo el título Vivir para contarla. Y parafraseando a Ortega, en el ser humano es más importante la Razón Narrativa que la Razón Lógica. Hay mucho más y mejor psicología en Dostoievski y Kierkegäard que en la superabundante bibliografía de una Psicología positivista que anhela parecer científica. Por algo este libro lleva por título “Lecturas al atardecer”. Los grandes textos literarios que este libro nos presenta no deben ni pueden sustituir a la Psicología de la Tercera edad, pero sí pueden ser, como lo demuestran Beatriz Zegers y María Elena Larraín, una gran ayuda. En definitiva, la narración que únicamente cuenta es la que inspira el silencio, es la que procede de una vida real y verdadera. No en vano Dios ha creado al hombre para que con su vida le contara historias. Y una vejez llevada con sabiduría siempre es digna de ser contada. Jorge Peña Vial Adquirir vía Internet en www.universitaria.cl

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Don Bosco. Historia de un Cura Teresio Bosco Editorial Don Bosco Santiago de Chile, 2014 356 págs.

En el año de la celebración del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, la Congregación de los Salesianos de Chile, y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora publican este libro. Se trata de una de las más calificadas biografías de don Bosco escritas por un salesiano que es periodista y literato, Teresio Bosco. Tal vez el nombre haría pensar en un lejano pariente del santo del mismo nombre. En realidad no es así. Solo una coincidencia de nombre. Se trata de un salesiano hijo espiritual del santo que ha dedicado largos años de su vida a escudriñar en los comienzos de su obra. Finalmente ha logrado plasmar en las más de 300 páginas y 73 capítulos (incluyendo la presentación) un relato directo, simple y luminoso de la vida de don Bosco y de su vida desde su primer sueño a los nueve años cuando intuye que su camino será en medio de los jóvenes. Teresio Bosco relata las intuiciones de don Bosco, los sueños que periódicamente se repiten y el modo en el que el joven Juan va formándose en el camino que Dios por las indicaciones de la Virgen María. Es interesante la forma en la que el autor presenta en esta etapa de pre-adolescencia y adolescencia a la madre de don Bosco, Mamá Margarita. Fue ella un puntal de apoyo que lo llevará a crecer, a formarse hasta llegar al sacerdocio, cuya primera intuición según relata el autor del libro está implícita ya en su primer sueño. Su madre se convertirá en una colaboradora de su hijo y será una de las primeras personas que pondrá en acto el método educativo de don Bosco. Esta visión educativa crecerá y se enriquecerá en la experiencia cotidiana y llegará a ser denominada el método Preventivo. La razón de cada joven y su sentido religioso en la “amorevolezza” que puede traducirse como la amabilidad del educador, la manera como se acercará y abordará la problemática de cada joven también serán decisivos para solucionar los problemas de aquellos que son tristes y rebeldes. Los oratorios son los lugares clave que reciben a los jóvenes de una cierta manera y los transforman en hombres con su dignidad y capacidad de sentirse constructores de su propia historia.

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La lectura del libro se hace aún más interesante cuando, desde los oratorios, se pasa a la creación de los primeros colegios para dar cultura a aquellos que tienen talentos y capacidades para aprender y hacer ciencia. Paralelamente, se describen los proyectos de don Bosco a formar en los oficios a los que tienen otras habilidades no relacionadas con los estudios de ciencia. Todas estas realidades están relatadas dinámicamente e invitan a pensar cómo el estilo y los caminos fundacionales de la obra de don Bosco responden a las complejidades de su época, la ciudad de Turín, una de las primera en el mundo que vive los efectos de la Revolución Industrial de los comienzo del siglo XIX. De este modo la población se enfrenta a un escenario de gran producción de riquezas y de crecimiento económico cuyo precio social es la marginación y el surgimiento de nuevos rostros de la pobreza como contraparte. Oratorios para acoger y conocerse recíprocamente; colegios para educar y formar en la ciencia y en la cultura y escuelas para aprender oficios y trabajos son los pilares en los cuales se experimenta y profundiza el ‘’método preventivo salesiano’’ que el autor describe a lo largo de todo el volumen como el fundamento de la espiritualidad salesiana; el aporte de don Bosco a su época y a su entorno. Una semilla que germinará con Bosco aún en vida. El autor describe cómo la semilla que planta primero en Turín pronto se replicará en todas las latitudes del mundo a partir de la lejana Tierra del Fuego, lugar adonde llegan los primeros misioneros salesianos. Esta semilla se transformará en una gran constelación con la difusión de la obra en el mundo llegando en la situación actual a cubrir 132 países con más de 2.000 obras que responden a situaciones y contextos diferentes. Se transmiten de ese modo las ideas fuerza de un carisma caracterizado por la tarea de transformar el ambiente elevándolo en su dignidad y hacerlo más parecido al designio de Dios sobre la humanidad. Este parece ser el sabor que deja la lectura de este apasionado hagiógrafo, Teresio Bosco . El libro concluye con un capítulo dedicado a Chile, son fotos que solo indican los principales 45 lugares de Obras y presencias salesiana y de las Hijas de María Auxiliadora. Detrás de cada foto hay una historia de un cura. Nello Gargiulo Adquirir vía Internet en www.edebe.cl


Yo soy Malala Malala Yousafzai con Christina Lamb Editorial Alianza Madrid, 2013 356 págs.

Prefiero recibir tu cuerpo acribillado a balazos con honor que la noticia de tu cobardía en el campo de batalla. Muestra del criminal terror talibán que enloquece al mundo, Malala Yousafzai del valle de Swat, en Pakistán ,fue baleada en el cerebro por un energúmeno talibán que asaltó su autobús de colegio. Junto a ella fueron heridas dos niñas más. Malala todavía no era adolescente. ¿Su crimen? Defender que las niñas tenían que ir al colegio y educarse. “Un niño, un lápiz, un maestro y un libro pueden cambiar el mundo”, era su lema. Su historia se relata en este libro lleno de esperanza y encanto escrito entre Malala y la periodista Christine Lamb. Malala es hija de P. Yousafzai,un miembro de la raza pashtún, muy pobre y con una vocación impresionante por la enseñanza. Siendo un joven profesor de inglés que no tenía dónde caerse muerto, fundó con un amigo una escuela tan mísera como ellos mismos. Pero Yousafzai consiguió salir adelante y al momento del crimen contra Malala era dueño del colegio Nashur, un instituto de cierta envergadura para niños y niñas. La historia reciente de Pakistán lo había convertido en un líder político que defendía con pasión los derechos de niños y niñas a la educación. Y aquí se enlaza su trayectoria con la de su única hija mujer. Malala tenía 11 años cuando comenzó a acompañarlo a las asambleas y a defender una posición simple y clara con la misma fuerza que su padre. Se hizo la favorita de canales de TV y periodistas, ganó premios.

En el libro ella cuenta con sencillez la historia de su país, tan intrincada que parece imposible, pero que en rasgos fundamentales es verdadera. La llegada de los talibanes a la capital del país significó, además, la destrucción de cientos de escuelas. Malala seguía hablando y llegó a tener un diario clandestino en la BBC-Gul Makai- donde hablaba de una niña en un régimen de terror. La familia, formada además por una madre encantadora y muy piadosa, caritativa con los más pobres y analfabeta, y dos niños de carácter agitado, sufrió todas las penalidades de los habitantes del valle de Swat, emigrados a la fuerza, convertidos en PDI —personas desplazadas internamente— que enriquecieron un refrán ancestral. “Ningún pashtún abandona gustosamente su tierra. Se marcha por la pobreza o se marcha por amor”. Y ahora, una tercera razón, los talibanes. Volvieron a un valle de Swat muy destrozado y diferente. Para empezar, allí los norteamericanos habían matado a Bin Laden y los habitantes se preguntaban con razón: ¿Cómo había estado oculto allí durante tantos años? ¿Complicidad con el ejército o con el gobierno del país? Ciertamente los talibanes no habían desaparecido. Comenzaron nuevamente con un terror selectivo y una víctima escogida fue Malala, la niña que hoy es Premio Nobel de la Paz. Sobrevivió de milagro, quizás por las constantes oraciones de su madre. Quedó completamente desfigurada, pero un largo tratamiento en Birmingham logró su casi completa rehabilitación. Toda la familia vive hoy en Birmingham, muy lejos del valle de Swat. Es una historia de heroísmo y dolor, pero en ningún caso un libro amargo. Sus autoras se las arreglan para presentar la naturaleza de un valle precioso y sobre todo el crecimiento de una niña con sus alegrías, sus peleas escolares, su unidad familiar, sus costumbres ancestrales. Hay páginas que parecen la vida de una adolescente como tantas, en que uno casi olvida la tragedia que subyace en el relato. “Armas de las tinieblas, ¿por qué no voy a maldeciros? Habéis reducido a escombros hogares llenos de amor”. E.V. Adquirir vía Internet en www.alianzaeditorial.es

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Sobre los Autores JORGE M AR IO BERGOGLIO. Al momento de pronunciar esta conferencia (1984), el autor, hoy Papa Francisco, era rector del Colegio Máximo de San Miguel (Buenos Aires) y de las facultades de Filosofía y Teología de la misma Casa. El artículo “La vida en el colegio era un todo” fue escrito por el autor en 1990. GIOVANNI SALE. Sacerdote jesuita. Redactor de la revista La Civiltà Cattolica. Este artículo ha sido traducido del número 3.931 de esta publicación. JOSÉ LUIS CEA EGAÑA. Presidente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Abogado y profesor de Derecho de la Universidad Católica de Chile. Miembro y ex presidente del Tribunal Constitucional de Chile. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE. Director de revista Humanitas. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales Políticas y Morales, Instituto de Chile ALAIN MATTHEEUWS. Sacerdote jesuita. Profesor del Institut d’études théologiques, Facultad Jesuita de Teología en Bruselas. JUAN DE DIOS LARRÚ. Profesor de Ética en la Universidad San Dámaso de Madrid y de Moral Fundamental en la Sección Española del Pontificio Instituto Juan Pablo II. PIERPAOLO DONATI. Catedrático de sociología de la Universidad de Bolonia. Profesor invitado del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia. SOFÍA BRAHM. Socióloga. Investigadora del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Chile. ANDRÉS OLLERO. Profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Miembro del Tribunal Constitucional español.

ROMANO GUARDINI. Filósofo y teólogo ítalogermano (1885-1968). Primer titular en la Universidad de München de la Cátedra que hoy lleva su nombre: Seminar für Christ liehe Weltanschauung. HENRI HUDE. El texto “El poder y la autoridad”, publicado en esta edición, corresponde a la tercera parte de su libro “L’Ethique des décideurs”. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista Humanitas. ALBERTO LORENZELLI SDB. Superior de la Orden Salesiana en Chile. RICARDO RIESCO. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián. Del Comité Editorial de revista Humanitas. PEDRO MORANDÉ. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Del Comité Editorial de revista Humanitas. MATTHEW KUKAH. Obispo de Nigeria. Fue secretario general de la Conferencia Episcopal Nigeriana (1994-2000) y miembro de la Comisión de investigación sobre violación de los derechos humanos del Gobierno Federal de Nigeria (1990-2001). El presente texto fue publicado originalmente en la revista Oasis, N° 20. AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS Elena Vial. Colaboradora permanente de revista Humanitas. Raúl Madrid. Del Consejo de revista Humanitas. Juan de Dios Vial Correa. Del Comité Editorial de revista Humanitas. Luis Vargas Saavedra. Del Consejo de revista Humanitas. Nello Gargiullo. Secretario ejecutivo Fundación Cardenal Raúl Silva Henríquez. Rafael Navarro-Valls. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Francisco Rosende. Ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Ex decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITÉ EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Álvaro Ferrer, Luis Fernando Figari, María Esther Gómez de Pedro, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, Cardenal Fernando Sebastián, David L. Schindler, Josef Seifert, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.

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EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la Facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesora de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Álvaro Ferrer: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Luis Vargas Saavedra: Crítico Literario. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, exrector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C.: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Cardenal Fernando Sebastián: Arzobispo emérito de Pamplona. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


José Luis Cea / Andrés Ollero EL PROCESO CONSTITUYENTE Mattheeuw / Larrú / Donati CAMINO AL SÍNODO DE LA FAMILIA

XX

AÑOS

R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 7 9 / A ÑO X X

AÑO XX

Jorge Mario Bergoglio EL PLURALISMO TEOLÓGICO

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE


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