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LOS PINOS DEL CEMENTERIO

iComoacuden a la mente en tropel tantos recuerdos! Aqutla ruinosa ermita con sucampanarioesbelto, sus paredetf agrietada, y sus inclinados teehos. Allf las tapias rafdaa delantiguocementerio, con loa blanQueados nichos y lospobres mausoleos.

iLa legión de loit estragos como el huracán violento, en sus briosos corceles cabalgó por éste suelo!

;Todo se ha hundido en la nada doatrozadopor el tiempo, o por la mano del hombre, siempre cruel con lo Que ea viejo! Soloquedan unos pinos añosos y macilentos, que llaman en el villaje ¡los pinos del cementerio!

Son tres: el grupo semeja tres ancianos corpulentos, fatigados porloe anos, rendidos por el invierno. Uno quebró el vendaba!, torció su ramaje el cierzo, pero se levonta erguido, batallador y soberbio. Los otros dos están tristes, deshojados, m6stios, secos, sin esmeralda sus copas y sus troncos cenicientos. Representan otra éooca, representan otros tiempos; más, todos ven eon caritio ;Los pinos del cementerio!

En esta loma parduzca, de antaiiollamada "El Cerro", hoy se erige un hospital, refugio de los enfermos: Tiene arcadas, tiene ojivas, galertas, flores, huerto....

¡pero ruedan por los aires, cual quejumbrosos lamemtos, ayes dolientes que pasan en las ráfagas envueltosr lLa legión de los estragos como elhuracán violento, en sus brioso'\ corceles cabalgó por él'te suelot fLas tapias se han destrutdo, los sepulcros 11e bqn abierto, las fosas se han socavado, �e han revolcarlo los huesos!

¡Solo esperan el ultraje Los pinos del cementerio!

Era una tarde lluviosa, ¡cuáo triste gemfa el vieotor y la luz palidecfa en los últimos reflejos ..... Yo contemplaba a un faqufn cavando en hondos cimientos. el ganaoan avanzaba, avanzaban los obreros...... y cuando estaba abatraido en profundos pen1amientos, una voz suena a mi lado coa un sonido siniestro, •·¡ Et1 nece•utrio tronchar los pinos del cementerio!"

¡Tronchar los pinos!-repito.

¡Troncharlos!-dice el bracero: Hay Que seguir las paredes, se nece'lita el terreno...... El viento zumba en las ramas, 11emeja una voz de duelo.

Miro el sombrío pinar, y al mirarlo me dá miedo: meparece un homicidio lo que propone el obrero. ilA legi6n de los estragos como el huracán violento,

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