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POETAS ARECIBEÑOS
En :.quellos arenales
Donde el mar embravecido, Presenció de Victor Rojas Tanto valor y beroiiJmo.
Eo aquellos altos médanos'. Donde Cerrea propicio, Alanceóalos ingle,e1 Que huyeron despavoridos.
Pueblo valiente y ber6ico En su1 desgracias altivo, Que coo amor lorecuerdo, Pues all1 fnrm6 mi nido.
Habrá ciudades e1pléndida1
Cuyas grandezas admiro, Y otros pueblos r otros campos De mayores atavfos.
Mas yo quiero mi tierruca Sus palmeras y sus rios, Y e! oleaje encrespado De aquel mar, siemprebravfo.
Y al par que sus lindasvegas. Recuerdo con gran cariño Las casitas de mi pueblo Y lapléyade de amigos
El cielo quiera, Senora, Volverme a mi dulce nido, Portando al brazo mi escudo Y seguido de loa mtos.
Y si el destino no quiere Oir mis ruegos, benigno. Que me conceda volver Sobre mi escudo, tendido.
Una Pagina De Gloria
Premiada en el cert.Amen de la Sociedad Econ6mica de Amigo• del Pafe, celebrado en 12 de Octubre de 1892.
!Tierra de Borinquén, mi pecho inflama Con el vivo entusiasmo de tu gloria, Que el fiel patricio tu grandeza ama!
Dame el buril de la veraz historia
Con que el valor bE:r6ico se ;>roclama, Para grabar un himno a la memoria De los que invictos por tu honor lucharon Y al soberbio anglicano derrotaron.
El arpa, dame, armónica y valiente, l>el cantor de la Grecia, el gran Homero, Y el poder de su génio prepotente Que hizo inmortal al ático guerrero; Y derrama tu amor sobre mi frente Con carií'\oso halago placentero, ¡Qué sublime raudal tendrá mi lira Si amor de patria mi canción inspira!
A.oénae Febo en ripidos bridones
El carro de la luz regido habla, Cuando en la rada los -navfos sajones El ancla sueltan al rayar el dfa.
Vése después los rojos batallones
Saltar a los esquifes, y sin guia LC's escollos libra:- a duras penas Abordar de Arecibo a las arenas,
Ajeno al dolo, que el honor maneilla, Y el peligro ignorando del mañana, Duerme el poblado, la futura villa: ..... ,,, Bello edén de la tierra borincana; En tanto, del bretón velera quilla Sorprendió la ribera comarcana; Y a los bo•ques huyeron, en mal hora, Aterrada la gente labradora.
Cabe la márgen de opulento rlo
Que en la onda diil Atlante se derrama, Tranquilo reposaba el caserlo iLa invasión, la in\l'asi6nl En la alta cumbre Retumba el eco del terrible amago; Mas antes de sufrir tal servidumbre
Cuyo saqueo con fruición se trama; Mas, al furor y horrible vocerlo Del invaPor, el r.orazón se inflama En ira santa, y del terror rehecho, Ruge en coraje reanimado el pecho.
Corra la sangre produciendo estrago: Que un sol de fuego la contienda alumbre,
Qae uo dia de luto se prepare aciago, Y todosperezcamos con la lucha; E:3tO doquiera con valor se escucha.
Y el clarln incitando a la batalla Hiere perturbador ¡,¡¡ raudo viento; Grito de guerra por doquier estalla; SE. despierta el dormido sentimiento De morir por la patria, que Pe halla Atada por serpresa a cruel tormento; Y la ansiedad del lance se difunde Por los campos: también el !.error cunde.
A la defensa corre la milicia, A la par infanzones y lanceros: Tropa bisoña, ajena a la pericia, Pero valieutes, decididos, .fieros; El escuadrón simul=t y artificia Fingida retirada a 1011 senderos, Para atraer al llano al eaPmigo Que busca eo los jarale:1 fuerte abrigo. Comanda a los resueltos milicianos Un joven capitán: y "oid, les grita,
¡Defenaores de Es¡¡aña, los britanos Nus injurian! La patria necesita
Que caiga derrotado a nuestra¡:¡ mano� El inglé'\, que a la guen·a no:1 concita!"
Y. blandiendo la ettpada, a la pelea Se lanza audaz el Capitáo Correa.
..
Y la exigua legión, de ira impaciente. Ceñida al mando del viril guerrero, Cargó tenaz a la invasora gente
Tifiendo en sangre el cortador acero; El inglés estrategia de repi:nte Con sus bretones envolverla fiero, más el bravo adalid de nuP.vo avanza
Y no hay barrera a su pujantelanza.
Hay por h playa extensos matorrales
Que cubre!! del asalto la contienda: Frondo�os y tupidos carrizales
Q11e a trechos muca tortuosa senda; En estas emboscadas naturales
Se dió principio a la matanza horrendla, Y entre el sajón y el bravo borioque�o Se trabó recia lucha con empefio.
Cuerpo a cuerpoen los médanos se baten
Y la sangre a torr�ntes se derrama; Entrambas bueRte11 con valor combaten
Y socorro elberido eu vano clama; Ma'I las fala11gee del inglés se abaten; Laárdua lid la deciden hierro y lllímas....
Y el leopardo sajón, que al aire ondea, Rodó por tierra en la campal pelea!
Ante el empujedenodado y fiero
Del bravo capitán, Bretal\a cede; El milite 11aj6nes un guerrero
A quien Mavorte su valor concede; Mas, en esta flcasilin, suelta el acero, Se turba, se acobarda, retrocede Y hnyendo atrop«>llndo hácia la rada
Confía a los bajeles la jornada.
Cu!ll se avalancha ol rfo en su avenida
Rompiendo cafias, débilea colunllfl, Y con raudal bullente en PU corrida
Quiebray destrozavallas importunas
Basta queal fin desfoga eu emb�etida
Llevandoal mar las desgajadas dunas, Y deja de su rápida carrera El troncbado despojo en la ribera.
Aef los invencibles campeones
No ceden en la lucha encarnizada
Hasta lanzar la huestede sajones
Dentro del mar, maltrecha y arrollada; E iracundos arrojan sus bridones
Hiriendo entre lo:J hotes lamesnada; La sangre del bretón cubrió el sendero: Despojo fué del invasor artero.
Huye medro110 el derrotado bando
Merced al remo bogador. Los mares
OcultRn el degüello memorando Del sajón, queaq,;¡Jt6 nuestros hogares; Y miéntras la milicia va ento,,ando El hurra de victoriabácia t1os lares, Ganan el horizontE> voladoras Velascobardes, al honor traidoras.
Corred, volad; decid R vuestres duen.os, tA los hijos de Albión! f'IUi, la hidalgufa Tambiénpalpita en pechos borinqueftos;
Qlle un acto de feroz piraterfa
Neamedrenta a estos bravosribereflos; Y sep:m, por si tornanotrodia, QiJe los valientes en empresas graves
Alfuegoentregan las traidoras naves.
Que la sangre que corre en nuestras venas
Es la sangre de Otumba y de Lepanto, Caldeadasenlas trópic11sarenaa; Decidles, quejamás podráel quebranto Forjara nuestro cuello sus cadenas Aunquevenganrodeadasriel espanto: Cual Numancia quemamos los hogares Primero que entregarles nuestro!! lares!
Que el oriflama, que en enlos aires flota, Y a la victoria nos llevó este dfa, Tiene leones cuya garra embota
Del leopardo sajón lavalentia; iOellibro dela patria aquestarota
La página será dP más valía, Paraeterna vergUenzade invasores
Que quie!'an con traición ser vencedores!
Hoy al recuerdo de tan bello dia Dedica Al bardo su vibrantenota, Y en oro y bronce artífice querría La memoria grabar de esta derrota; Que 11i en antes pudieron aporfia Nuestros asuelos derrotarla flota Inglesa. hoy también, si hubiere insulto. La patria encontrada nuestro culto.
Que este peñasco aue Oceano embraza Con la límpida espuma de E'US mares, Siente bullir de la espafiola raza Rangl'e indomable en todos sushogares; A Espat\a, Borinquén so amor enlaza Y Riente, condolida sus pesares; Y amRnte del Progreso, E'ólo pide El rito de la Ley que a ella preside.
Que el sol de Libertad. Que ene11a impera, Aquí también su resplandor derrame; Que luche audaz su juventud guerrera; Que marche al foro el que las leyes ame;
Q,1e a todos no,¡ cobije una bandera D > encampos de Igualdad, Amor se inflame; IY jamás de colono vil renombre Pueda empaftarel borinquefto nombre!
Hacia La Luz
Lema.-Loe 7,rub/011 H red.im,m por lo virtvd 11 el trabajo. (Premiada con Pen,ami,nto de oro en loe JuegoaFloralesde Mayagnez, el 3 de Mayo de 1696.)
Cual marcha en Grecia paladtn heleno a los piticos juegos renombrados, sin égida ni espKda, perfumada la clámide de rosas y luciendo aromada vestidura; y al llegar al estadio concurrido contempla la pale11tra indiferente, al aplauso dispuesto yno a la lucha; mas al vibrar el himno al diosApc,lo tifle la palidez st: noble frente, sintiendo convuh,ivo de la deidad que en el recinto impera agitarse en su pecho el incentivo; y al ver en torno turba placentera de altivos paladines: El hábil luchador de la Beocia, el membrudo espartano, el pastoril rapsoda de la Arcadia y el vigoroso corredor tebano. desciende presto a la incitante arena, el carro veloz monta, la cuádriga refreua de potros corredoreEr, y al sonar del clarfn, apercibido, la brida afloja que al corcel sugeta, y en rápida carrera confundido llegar ansia a la triunfante meta.
Yo, al escuchrsr el nombre de la patria, que un lauro ofrece al QUt! in�pirado cante, y gloria brinda en ahls del progre110, la inspiración sagrada siento arder en mi mente fatigada; y agitandoel eapfritu que opreso repoi;a de mi lira en sus bordones. sacudo suletárgicoquebranto, y aunque arranque a lascuerdas tristessones preludio el himno y entusiasta canto.
A latranquila y plácida engenada doargénteo ria sus criJtales vierte. i,or fin llega lafloti de arribada que dirige Colón. Próspera suerte y fa\'onios suaves hincharon siempre el lino de las naves. Saluda al pueblo indiano la loobarda, y el ancla arrojan las veleras naos. en tanto que el salvaje acude absorto y contempla admirado la ancha vela, el hué�ped raro yla anchacarabela. En la playa arenaia, el Almirante con sagaz intento, de la isla selváticsi y umbrosa en nombre de los Reyes toma asiento. Y arrojando el caftón fulgentellama, 1011 guerreros, po11t.rada la rodilla, al par que flota al vientu el oriflama victorean. iTierra nueva por Castilla!
l.
Primera iniciaci•>n a la cultura, primer albor de no lejano dfa, enquP laluz del Cristiani�mo pura rle las tinieb)a9 de una noche oscura la tierra salvarfal
De sangre fué elbautismo?.... La gra'ldeza que Españ1tiene, ignora el indio bravo, y allivn en !!U rudeza, antes de ser vencido y ser esclavo ooone en campo abierto su fiereza. Y dPsde el risco escueto, que el mar bana. hasta P.I picacho en11uelto en la neblina, el caracol atruena lamontarla y fulgura la llama en lacolina. Alto cenacho, intrépido luciendo, y el hacha d9 granito, manej<1 el indio conterrible grito el sílex cortador. Audaz, corriendo, el arco de ramaje fáciltiende, y. cual león que baja eje la altura. desciende a la llanura y la liza mortal rabioso empr�nde.
El castellano, fiero y cauteleso, refrena de lo\ indios la emboscada, blandiend<, belícoso el filo rluro de tajante espada. A vencer decidido, PI férreo casco y la coraza viste, y embrc1z>tn<.lo lll ianz& enardecido, monla el bridón y a la mesnc1daembiste. Triunfa veloz. Y vencedor potente, pronto alsalvaje a su dominio estrecha, y aUI. donde Luquillo alza la frente, el indio disparó la última flecha.
Cayó el i.alvaje, obscuro troglodita, que el Progreso a sus leyes avasalla, como cae la humilde estalactita al romper e! cantero inCítil valla! La colonia surgió; pobre, azarosa, frágil eeqoife en proceloso atlante; fué su nutriz Quisqueya srenerosa, y con valoree levantó triunf<inte. Después apareció la vil codicia, por compartir losgajes apresados: el odio foé la espuela, y los hombres. corceles desbocados.... Y plantó el Ticio su liviana escuela. Y por traba fatal, en hondos malee, la sed de oro rápida crecfa, (peste devoradora de mortales) en las minas el i11dio se rendta, y hartados de �u lar, como animales, se trajeron esclavos de Etiopfa,
Ya el caracol no suena en la montatía, ni el indio borincano cruzs con la barquilla el mar lejano; ora, cadente, alegra la camp11t1a de la vihuela la sentida nota o el tamboril que tai'!.e el africano!
Y de esa emigración vino un progreso! Como de nnbe henchida de negrura brot11 fecunda lluvia! Esmalte impreso que aquilata la joya en hermosura y su valor aumenta con exceso!
La tierra rompe el cortador arado, exótica fagina le acompana, y en el fértil sembrado gentil sube el pimpollo delicado y el estuche pajizo de la cuña. Y el dulce fruto que en cristales brilla, lágrima amarga su plantel abona, que el látigo en la Antilla, por lucrari1e mejor, nada perdona, Mas. al rugido agudo y plaf'lidero que lanzara el esclavo en sufaena, respoodióle un acorde lisonjero, dominador al fin de su honda penai Y alósculo de paz del castellano, sin la mancha infamante, alzó la frante el misero africano enlágrimas bañado su semblante.
Y otro adelanto la clepsidra imprime en la sencilla hbtoria borincana: el pobre ilota, que apenado gime, libre, será el obrerodel maflanal
Y la colonia, uncida a la coyunda de afio!o codex, que la savia agota y hace la vida estéril e infecunda, alegre ve, por la Justicia rota la fuerte ligadura que a la escena delburdo coloniaje la condena. España, conduciendo a la tribuna el génio altivo de su altiva raza, le di6 al colono con prudente mano el derecho civil del ciudadano.
Y el código falaz quedó abolido, la ergá�tula cerrada, rota �I ara infamante del caído y la estátoa del crimen derribada!
Mac; ¡ay! las e!-peranzas de ventara envueltas en la duda y el cinisme, como el peñasco eterno de Sisifo, rodando en el infierno, a veces van cayendo en el abismo. A la onda pura el fango la envenena; en torno de la flor punza la espina; el aguijón se oculta eu la colmena; tras el placer el llanto se avecina!....
Y ¿Qué importa? Doquiera el sér procura ascender en la lucha por la vida, la copa amarga apura; y itl romper el zarzal la vestidura mana sangre caliente de la herida! Siemore, por todas partes, el embate, la emboscada alevosa, la embe11tlda, til ihurra! del que vence en el combate y el jayI desgarrador de la caidal iHay Qlle luchar! Y al defender la idea Jel progreno en su rata gigautea, la lidia al valeroso nunca enerva: !96lo cede cobarde en J.1 pelea el Que se rinde a la inacción proterva! Si se eleva la duda mi�teriosa la disipa la luz desde la cumbre; y si en los negros horizontes posa la inunda esplendorosa del sol que sube la argentada lumbre. Y cuán bello, las sombras di�ipando, es mirar del progreso el solque avanza, y ver en el destello que se expirnde, a un pueblo enamorado de lo grande empapar en sus luces la esperanza!
Levanta, pueblo, la abatida frente y arranca de tu pecho la saeta de la duda ultrajante; tu juventud, que el porvenir le inquieta, granñeza y fama en órbita creciente podrá eucontrar en su labor constante.
Ya la eávia del árbol de tu vida vigorosa se muestra en el ramaje, y acuden con la mies apetecida tus hijos a rendirte su homenaje.
Ya, formidable, lanza su rugido veloz locomotora, y va libertadora a tus pueblos sacando del olvido.
Cruza sutil alambre el oceano tu oslabra llevando a otras regiones, y eslabona tu marcha al soberano impulso redentor de otras naciones,
Del Hudson mercadante al Tá1nesis preciado, a tus puertos concurre el navegante y ate�ora tu fruto delicado. Ya el humo den�o a1,ciende en espirales del taller concurrid<>, donde el artista puli! los metales y sigue al canto, atronador el ruido.
Gime la prensa, y de su seno lanza el papiro, guardiin e.Je las ideas, y con la antorcha de la luz avanza llevando el pensamiento a laa aldea1.
Y doquiera el motor y el poderlo de la rueda Que rápida se agita, el molino que abarca t:I ancho rio, la fragua del ingenio que palpita, y la crencha brumosa t:n el vacfo delvapor que hácia el mar ae precipita.
Todo se debe al pre\'isor trabajo que eugrandece y redime!
A 11u influjo la Grecia fué sublime y Roma a !JU obediencia al mundo trajo( Fuerza generadora que deRcubre a lns pueblos rica senda, y domina al tirano que pretenda oponerse a su marcha redentora!
Alza la frente, Borinquén gallarda, y ostenta con orgullo tu bellez1t, Quea tus piei la feraz naturaleza con su venero inagotable aguarda! Arranca diligente de su seno e1 secreto tesoro
,
Descubre y talla el mármol giganteo con el vistosoarreo; y al fundar la e:;tat.uaria roba al cielo la lumbre necesaria siguiendo valerosa a Prometeo. Labora, emula, eren; a tus pue-rtos la nave diestra acorre; e::1piga con furor IR nueva idea; y 111 pctr que al sabio, al labrador socorre! inunde de tus bijcs en el pecho tu santo amor, que Dios jamcts coarta, y éforos, como E3parta, formarás que defiendan tu derecho. En la virtud con mano cariilosa, educa al varón fuert:?, y la progenie honrosa vendrá au'!tero Jl tui plantas a ofrecerte. Llena de luz tu joven Ateneo. que el cer.ibro il,imine al ciudadano, y templa de tus hijos el de�eo de saber, sin cruz:1r el oceano. As!, serás un pueblo. que se expande, que alegre Cllnta o oue furioso ruj�; pueblo virtuoso, luchitdor y grunrle, fniarte y tenaz, de varonil empuje. MaR, si ca,.._ f'TI I!\ inerci1t perezosa y rindes cultoal vicin degradante, tendrá'! una infamante muchedumbre por hi.io�, haraposa, ¡Que el p,1eblo que al trabajo marcha esquivo y i>ólo tienPpor brillante idea del lujo y la moliciP el atractivo, jamás tendrá fructifera tarea y siempre esclavo gemirá cautivo!
Genesis I
Juan Ponce De Leon
Salta del batel en tierra el valiente castellano, di!lonesto en sus aventuras n dar m<tnñnhlr•� y tajos; luce el airoso plumón en el reluciente casco, puñal florentino al cinto y el espadoo al costado. Con ballestas y arcabuces le siguen los castellanos, brilhindo el sol de Borinquen en sus petos acer11dos. El pali!.dlo atrevido lleva en la potente mano de los Católicos Rey�s el estandarte morado; y avanza con susparciales por escabrosos atajos, con pie firme y brazo fuerte, en busca de BU" contrarios. Tiende el sol gasas de oro por los bosques solitariott, y tiemblan en lai1 lianas aljófares nacarados Hay ópalos por loscielos y azahareR por los llanos. y entre lirios y amapolnt1 preludia el viento suscantos. Ronco murmura el torrente, aroman los verdes prados, las torcaces se querellan. y el ruisef\Or, preludiando su armónica y dulce nota, trina en la rama de un árbol. Lae palmeras ee divisan en los abruptos collados, y la gigantesca ceiba tiende soberbia su manto. Ante el hermoso paisaje y el vivo azul del espRcio, el escuadrón se detiene d., la tierra enamorado.
¡Tierra hermosa de Borinqoen perdida en e! or.eano: tierra a merced del más fuerte por serle contrario el hado.... !
Levantan el campamento alpgres los cat1tellanos, y dejando el arc�buz vivaquean los soldado■• Y bajo un toldo de ramaa durmió, como un soberano, el Juan Ponce, adormecido con los efl1.1vios del campo.
Ii
Guarionex
Seguido d.a sus flecheros marcha Guarionex, altivo a degollar castellanos y per:1egu1r enemigo•. Arde yu Sotomayor por la:1 llamas sorprendido y el incendio se propaga devorando el caserfo. Silban lüs agudas flechas, y al asalto prevPnidos, hitcha de sllice férreo maneja arrogante el Indio. La macana de palmera tiene cortantes los filos, y el gttanín de oro, brillante, luce Guarionex erguido, las plumA, de eu penacho agita el viento al c.ipricho, brillando torna➔oladae con los aolor�s más vivos; el cacique es el primero en arr<,jnse al peligro, y a los flecheros seduce con 1u formidablegrito; el RRalto está empeñado, y el viento lleva, en sus giros, del arcabuz el estruendo, y el clamor de los heridoQ; fue�o vomita el incendio; flechas arrojan Iris indio!'; y un puf\ado de valientes deñendPn el ca@erfo.
Salazu los acaudilla, capitán de muchos brfos, cuya espada cortadora por doquier abre cumino; má�. CPrlPn lo" CA"tellanos y retroceden vencidos carl'inArdo },'i.ci° Caparra
Sin n-lC::lo.l1uo. u.G-. :' seguaOIJ,
QU8·1,, ~, .,,/1. •• ••···-·•-• deg .. ,.,, camin ndo hácia Cap sin epe a nzasde a guido sde Gu ariont-x que l11c P elguanfo degollando vic torio a l l s
Iii Caparra
Cabefr gosa ribera batalla el indioarrogante, ddfendie n do a sangre y fu 1w3t ierras y sushog Má" un l1rodearcabu decidió del duro tr ance, dando m ué rte aljefd i que d1r1gia elcombate; cual se d oblega «'I arbusto, quevit wtt;> ico11trurios b a�isucumb ió elmdfgen victima de la catá trofe. Los i dio'!se desparram porl s CP rro y maizales y a los piés de triu:1fa searrodillaro ncobard El vencedor lnll conde a t abaJaren lo s caucP.R ynb scar el oro an3iud p�rd iendoRus liberta tleR Yen l R" márge nesdel ri llora el i ndio sus pesa olvidan do msfe tiche11, susco <1t11mbr es y lengua j recibió eno az el bautism adoróa11'l Virge11-M y al invicto pnlad!n re df a sus homenajPs. MP clócon los castellano" el l cho d amor, 11u s yjuntos aran la tierra, yunidosRizan hogares.
¡D lce R ma nec rde un p de patri nue va celajes: la conju ció d d
Cayetano Coll Y Toste
la fecunda obra del Arte....! Y en Cai,1trra, Juan df' P(Jnce al �ie deextensos palmare�, levantó humilde villorrio do l,,dcristianos mornsen. Y en un mode�to buhfo con p1fanos y timbales, en rftmica y dulce nota cantóse el Regina Mater!
El Martir De Atenas
Oda Filosofica
Le philosophie o eté eufanlée dans le aang den9 lea larmes. Cousain.
Congregado el Aréooago, da el fallo, vPndido al oro y a falaces ruegos:
..A Sócrates. filósofo vor enemigo de los dioses griegos e inducir la juventud de Atenas por la torcida ruta, le condenan lo" áticos arcontes a beber en castigo la cicuta."
Indignado Platón con la sentencia alza la vuz, y coo la vista ardiente, el cefio adusto y pálida la frente, apo3trofa a los jueces inhumanos, que henchidos de codicia, transforman en guarida de tiranos f'l templo consagrado a la justicia. Y al querer confundir con su elocuencia aquel antro de t1éres ,dn conciencia, ordenaron los jueces el silencio, y el discfpulo amado se vió por los arcontes it forzoso mutismo condenado. ¡Qhl falsarios! ioh! ley! La opresa raza por pan de la verdad tiene el tormento!. .....
{Y siempre la mordaza queriendo subyugar al pensamiento!
Allf, en el templo que pre11idti Themis y por un tribunal que cruel delira, fingiendo castigar culpable odioso, fué hollada la verdad oor la mentira: como en estadio estrecho y ar�noso cae vencido el atleta que uoa legión de bárbaros sujeta.
Triunfó el crimen; en negro calabozo, (no tanto como el ánima de Anito), sepultaron al sabio venerable a pagar con la vida su delito.
Y el heróico recinto de Teseo, la ciuaad del Acrópolis gigante. la Que guarda el Pritánf'O y el Liceo y el Pórtico de Júpiter Tonante; la plltria deTernfstoc(e,., do el arca de los preceptos de Sol6n se ostenta: la que tiene el Olimpo por comarca y el monte Hime:to pur sefial sangrienta; hoy transformada en meretriz impura, las p11oilas llorosas y sombrlas, mAnchada del festín la vet1tidura y henchida del licor de h1B orgf:u�. ve conrlucir tranquila, indiferente, a h1. infame c1tverna de granito. iil filó�ofo augusto. en cuya frente fulgura el resplandor del Infinito!
!Pobre, beróica ciudadf La férrea mano del dictador de..troza tu diadema; servil y degradado el ciudadano, vilhno ostenta como noble lema proclamar hsbondades del que adula eus torpes liviandades.
.. .. ..
¡Tus inclitos varones rodaron con las guerras al abiRmo, y los libres y r,atrios corazone11 c0rnienrlo ei;tán el pan del ostracismo!...... iAy! JYd. tu juventud no corre diestra a rliQputar el premio en IR palestra del púgil; olvidando el ejercicio, loea se arroja en el fugar del vicio!