Iberae nº 5

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Iberae 1 © Iberae nº 5 Agosto 2020


Crisol

Sumario.

Por Antonio Ordóñez

V

ivimos un verano extraño, confuso y lleno de incertidumbre. Ahora más que nunca nos hemos de refugiar en la Ciencia con mayúsculas, en el Conocimiento y en la Razón. En este número que esperamos que os aporte buenos ratos de lecturas veraniegas, volvemos a sumergirnos en contenidos que esperamos sean de vuestro disfrute y despierten vuestra curiosidad.

Arqueología

subacuática:

Algo

En el caso del Patrimonio arqueológico submarino la inmersión es literal y conoceremos la belleza, el misterio y más que biodiversidad bajo las aguas. las amenazas que se ciernen sobre él. Por Rafael Castán Andolz.............Pag 4 Nos acercaremos a las maravillas botánicas de la Sierra de Gredos porque el Patrimonio natural siempre tiene espacio de desarrollo en Iberae. ¡Nos encanta la naturaleza!. Muchas veces conocer el pasado remoto nos pone en contexto de la inmediatez y de la volatilidad de lo presente, nada como la Paleontología como para relativizar cualquier aire de grandeza que quiera otorgarse el humano cuando excede por orgullo e ignorancia los límites de lo que la naturaleza puede aguantar, conoceremos estudios que se están desarrollando en este ámbito.

Flora vascular de la sierra de Gre-

Y en este número también hay ingredientes para la reflexión a través de trabajos acerca de cómo estamos ges- dos: Un mosaico de belleza y biotionando los residuos fruto de nuestra manera de vivir y diversidad. de gestionar nuestro mundo “avanzado” y de cómo han Por Modesto Luceño Garcés..........Pag 8 de ser nuestras ciudades dados los cambios que estamos sufriendo. Si el verano se asocia a la playa, no hay nada que evoque de manera más poética el mar que los faros, recorreremos en este número algunos de los que jalonan nuestras costas ibéricas. Y finalmente podremos ahondar en el concepto de Biogeografía, cuando los mapas hablan de la vida. Espero que disfrutéis mucho de este número. Un abrazo y cuidaros mucho.

Antonio Ordóñez Iberae 2

La edad de las rocas

Por Juan Antonio Cárdaba Barradas y María Presumido Gallego...........Pag 15


Crisis y oportunidad

Por Elisa Pozo Menéndez...........Pag 35

¿Dónde acabarán mis residuos?

Por Alberto Vizcaíno López........Pag 21

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Los faros son parte del paisaje, la historia y la cultura

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Por Mario Sanz Cruz...................Pag 24

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Biogeografía y modelos de distribución de especies Por Agustín Castro.....................Pag 30

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ISSN 2659-482X © Iberae 2020

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Arqueología subacuática: Algo más que biodiversidad bajo las aguas

L

Por Rafael Castán Andolz

a relación del hombre con el medio acuático es indiscutible. De hecho, sabemos que antes de la llegada de la agricultura, el hombre ya se había echado a navegar, ya fuera de forma fluvial o marítima. Construyó embarcaciones, por rudimentarias que éstas fueran1, antes que casas. Se estima que hace unos 40.000 años el continente australiano fue poblado por grupos de personas que habían llegado hasta él navegando, más allá de si el destino de estos periplos fue proyectado de forma consciente o simplemente como resultado de una navegación de fortuna2. En torno a los 11.000 años los viajes entre la Grecia continental y la isla de Melos eran habituales para recoger obsidiana3 y hace unos 8.000 años la isla de Chipre fue colonizada. Todos estos hitos históricos no hubieran sido posibles sin el dominio de una técnica náutica más o menos desarrollada y sin la capacidad de orientarse en el mar, aunque antes de la navegación astronómica4, en torno al año 1.000 antes de nuestra era, esa orientación no capacitaba a los navegantes para elegir un destino, sino, tan sólo, para poder ubicar la tierra más próxima. Poco a poco la arquitectura naval fue evolucionando con tipos de casco más seguros, con quillas y orzas, con diferentes tipos de velamen que permitían, incluso, navegar con vientos contrarios, con timones que hacían posible un gobierno de la nave en situaciones adversas, y con estos adelantos, también hubo una mejora en las técnicas de navegación y las embarcaciones contaron, paulatinamente, con un instrumental que hacía más seguro ese aventurarse en el mar. Todo ello dio un nuevo impulso a los movimiento migratorios en determinadas épocas, como ocurrió con el fenómeno de la colonización griega; también, a partir de entonces, el mar era una autopista surcada por vientos, cuyo conocimiento hacía posible el poder dirigirse hacia unas partes u otras dependiendo del soplo de los mismos en determinadas épocas del año, una vía abierta para nuevas conquistas militares o para nuevas empresas comerciales. No es gratuito que todo el Mediterráneo se viera jalonado por una serie de emporios de origen fenicio que facilitaban un comercio, y por ende un desarrollo económico, que hizo de las civilizaciones situadas en sus costas los verdaderos dominadores durante siglos del mundo occidental. Pese a todo, como es normal, cualquier viaje por mar no dejaba de ser una aventura incierta. Las posibilidades de perderse en alta mar o de sufrir un naufragio eran bastante plausibles por numerosos motivos, tormentas, cambios de vientos, incapacidad de hacer frente a un temporal por el tipo de velas o de casco, según épocas, etc. Algunos estudiosos estiman que, sólo en las aguas del Mediterráneo, puede haber en torno a tres millones de pecios5. Cuando esto ocurría, la recuperación de la carga era misión imposible hasta bien entrada la era contemporánea, si exceptuamos el cuerpo de urinatores del ejército romano6. Buceadores han existido siempre, desde el comienzo de la humanidad en todas sus civilizaciones, pero no fue hasta estos urinatores romanos, que hemos comentado, que la finalidad de las inmersiones no era la pesca de esponjas, o la búsqueda de perlas, sino la recuperación concreta de elementos perdidos durante algún naufragio. Como es fácil de imaginar, con unas inmersiones sin apenas elemento que facilitara la respiración bajo el agua, éstas sólo podían hacerse cuando el lugar donde realizar la búsqueda era conocido con exactitud. Esto es lo mismo que afirmar que los lugares a los que se podía acceder eran muy limitados, pues salvo 1 Las primeras embarcaciones eran monóxilas, es decir, construidas con un solo tronco de madera que se horadaba y en cuto hueco viajaban los navegantes; también podían ser simples troncos sobre los que montar a horcajadas. 2 Muchas migraciones eran el producto de un viaje a un lugar mejor que habitar, pero no tenían un destino fijo. La incapacidad para orientarse en aquellos tiempos hacía que fuera la fortuna la que escogiera el punto de destino. 3 Tipo de roca volcánica que al no tener estructura cristalina no puede ser considerado mineral. Sería por tanto un vidrio volcánico natural. Puede ser negro, grisáceo o incluso durado. Por sus propiedades ha sido utilizado para la fabricación de herramientas y joyas. 4. La navegación astronómica consiste en orientarse a través de los astros, por lo tanto era nocturna, pero no tuvo lugar hasta, aproximadamente, el año 1000 a.n.e. 5 Se entiende por pecio a toda nave, o fragmento de ella, que haya naufragado, así como a la carga y enseres transportados. 6 Cuerpo de buceadores del ejército romano desde época republicana con la finalidad de rescatar lo posible de un naufragio. (Aparecen citados por primera vez por Tito Livio en Ab Urbe Condita, VIII 44, 10) Iberae 4


que se viera el hundimiento de una nave en cuestión era prácticamente imposible su ubicación, por una parte, y por la otra, los restos del naufragio debían de estar a una profundidad accesible para un buzo a pulmón o con la ayuda de un odre inflado como única ayuda para respirar. Hasta los años 40 del siglo XX los fondos marinos eran prácticamente insondables. Es cierto que inmersiones con una escafandra a la que se conectaba una narguilé7 ya se conocían desde el siglo XVII. En la obra Arte para fabricar, fortificar y aparejar naos de guerra y mercante, de Thomé Cano y editada en 1611, se indica en varios fragmentos que en toda nao debería figurar, entre su triión un buzo, quien: «mediante su resuello va abajo y recorre por debajo del agua todo el galeón», y que tendría también la función de estar, en caso de batalla, en la parte más baja de la embarcación taponando los agujeros realizados por la balística. Como se puede apreciar, ya iniciado el siglo XVII, aún se depende de la capacidad pulmonar del buzo en cuestión. Será ya en 1623 cuando aparezca el Manuscrito Ledesma8, obra compuesta en dos partes, la primera de las cuales hace referencia a la pesca de ostras, pero la segunda trata de como descender hasta el fondo del mar para recuperar objetos, plata o incluso galeones hundidos, indicando la manera de obrar y los artilugios a utilizar para tal cometido, así como la toma de aire. Según este tratado se podría descender hasta casi los 50 m. de profundidad y durante un tiempo aproximado de entre tres o cuatro horas mediante un sistema de narguilé, como ilustra su lámina nº 6. Esta cuestión era de suma importancia en esos tiempos, ya que el tráfico marítimo entre España y América se había intensificado sobremanera a partir del S. XVI y era preciso poder recuperar la plata y objetos de valor transportados en las embarcaciones que se hubieran ido a pique. Hubo más intentos de lograr sumergirse en las aguas para la recuperación de objetos hundidos. A finales del S. XVIII se diseñó y se llegó a poner en práctica una máquina que, en teoría, permitía trabajar bajo el agua “sin límite de tiempo”. Más allá de las disputas por saber quién fue el inventor de la misma, Pedro Ángel de Albizu9 o Manuel Sánchez de la Campa10, buzo mayor de la Real Armada, la máquina llegó a ser probada en diciembre de 1801 con informe desfavorable por parte de los técnicos de la Real Armada, pero con la venia de intentar ser mejorada. Fuera como fuese quedó patente la posibilidad real de respirar debajo del agua mediante el sistema de narguilé, aunque no de forma ilimitada, ya que el dióxido de carbono lo hace tóxico, por la falta de regeneración de oxígeno, transcurrido cierto tiempo.

(Fig. 1)11

(Fig. 2)12

7 La narguilé es un sistema mediante el cual se proporciona aire directamente a la escafandra estanca de un buzo mediante un cable conectado a un compresor. 8 Pedro de Ledesma fue secretario del Consejo de Indias, primero, con Felipe III y más tarde con Felipe IV. Es el autor de la obra titulada: Pesquería de perlas y salvamento de galeones hundidos en Indias, más conocido como el Manuscrito de Ledesma. 9 A Pedro Ángel de Albizu (arquitecto mayor de Cádiz) se le otorgó una Real Cédula de S. M. concediendo privilegio para usar en los puertos del reino una máquina de bucear que ha inventado, 29 de enero de 1793. AMN-Ms. 834/ doc. 5 10 A Don Manuel Sánchez de la Campa (buzo mayor de la Real Armada) se le otorgó una Real Cédula de S. M. concediendo privilegio para usar en los puertos de España una máquina hidráulica de su invención. Privilegio dado anteriormente a Albizu (véase n. 8) 11 Lamina 6 del Manuscrito de Ledesma: “Otro modo de buscar cualquiera nao o galeón perdido en parte donde hay peñas y fondo desigual alto y bajo y arrecifes que pueden estorbar el de la cadena”. Pedro de Ledesma, 1623. Museo Naval, Madrid. 12 Plan de máquina hidráulica para trabajos en el agua ideada por Burlet Zeres. Archivo General de la Marina Álvaro de Baztán. Ciudad Real PB-138 Iberae 5


Desde entonces, los intentos del hombre por llegar a las profundidades han sido continuos con mayor o menor éxito, pero no fue hasta el año 1943 cuando el todavía militar Jacques-Yves Cousteau, junto con el ingeniero Emile Gagnan, y Frédéric Dumas sacan a la luz el primer equipo de buceo autónomo. Se llamó Acqua Lung (pulmón acuático). Básicamente se trata de un regulador que proporciona aire a presión ambiente al submarinista. Gracias a este equipo autónomo de buceo, la marina francesa pudo prospectar y excavar de forma sistemática, recién terminada la guerra, el pecio de Mahdia, un barco griego del S. I a. n. e. frente a las costa oriental de Túnez, que transportaba diversas obras de arte, en lo fue la primera expedición subacuática de la historia. Jacques-Yves Cosuteau, en una imagen de archivo con su “Acqua Lung”. 1965

Pero la repercusión de este invento ideado por Costeau y Gagnan fue de un impacto mucho mayor. A partir de éste, las inmersiones en el mar dejaron de ser patrimonio de unos pocos, como científicos, pescadores u operarios de diversa índole, para universalizarse llegando a una gran masa de población con fines meramente lúdicos. En 1955 nace en Estados Unidos la primera organización que regula la consecución de licencias para esta práctica, YMCA, en 1956 ACUC imparte cursos de submarinismo; DAN aparecerá en 1980. Gracias a esta vertiginosa carrera, a partir de la década del 70 del siglo pasado, la práctica se generaliza de una forma arrolladora, lo que trajo consigo una visualización de todo aquello que el fondo marino atesoraba hasta cierta profundidad. Los yacimientos arqueológicos no fueron una excepción. Con el aumento de buceadores en las costas de todo el mundo se han multiplicado el número de ojos que escrutan el fondo marino. Los hallazgos de patrimonio sumergido no se han hecho esperar. Hasta este boom las fuentes de un arqueólogo, a parte de la investigación archivística, eran los pescadores con redes y los buzos que se dedicaban a la recolección de esponjas. Ahora lo son también los buceadores recreativos. Así pues, en arqueología, tanto tradicional como subacuática, contamos con dos tipos de yacimientos. Por un lado tenemos el yacimiento producto de una prospección sistemática en algún lugar donde podamos imaginar idóneo por cualquier fuente: histórica, archivística, fuentes originales, etc., y por otro lado tenemos los yacimientos descubiertos por un hallazgo casual, producto de la fortuna.

Arqueólogos subacuáticos trabajando en el pecio Bou Ferrer (Villajoyosa)13

Ánfora halladas en la cueva de Ses Aiguades (Alcudia -Mallorca) dentro del Proyecto IASCM, Foto SONARS (Manel Fumás)

Muchos buceadores se han encontrado en alguna ocasión con un resto cerámico bajo el mar y no pocos, al no saber cómo actuar en un caso así, no ha podido vencer la tentación de llevárselo consigo, en la mayoría de las ocasiones por desconocimiento. Por eso es muy importante una educación sobre el patrimonio sumergido, porque, como dijo Leonardo da Vinci, sólo se ama lo que se conoce. Entre los submarinistas recreativos hay una máxima que siempre se repite en todos los centros de buceo: “Si no sabes lo que es, no lo toques”. Esta frase hace referencia a la flora y fauna que se pueda encontrar en una inmersión, sobre todo por cuestiones de seguridad propia, no vaya a ser que algún temerario vaya a introducir un dedo en la boca de una morena. Pero esta frase habría que hacerla extensiva al patrimonio sumergido también, ya que el daño que se puede hacer puede ser considerable, y no sólo en cuestiones referentes al 13 Fuente https://www.diariodecadiz.es/ocio/Naufragio-Bou-Ferrer-Gades-pecio-Visitable_0_1344766042.html Iberae 6


espolio, protegido por ley14, sino también porque mover de lugar cualquier pieza de un pecio supone descontextualizarlo, es decir, los restos de un naufragio de época romana, por ejemplo, no sólo nos aportan material, sino información esencial. En un pecio de época antigua, lo más seguro es que no quede resto alguno de la embarcación, ya que con el paso de los siglos el maderamen del barco se ha desintegrado, principalmente por la acción del teredos15, pero los restos que se puedan conservar nos van a aportar datos básicos sobre la procedencia del barco, época histórica, sobre si se trataba de una embarcación oneraria16 o militar, saber si lo hallado pertenece a la carga de la nave o se trata, más bien, de los enseres personales de la tripulación. Pero para todo ello es preciso que el yacimiento no este descontextualizado ni expoliado, para poder documentar cada pieza en el lugar donde se ha encontrado, lo que ayudará a saber que parte del cargamento del barco iba a proa a popa, los sistemas de estiba, etc.

Campo de trabajo subacuático con catalogación de piezas17

Modelo de estiba18

Por lo tanto, la actuación correcta ante un hallazgo arqueológico casual sería no tocar nada y dar a conocer la ubicación del mismo a las autoridades pertinentes para la protección del patrimonio sumergido o alguna asociación arqueológica para su conservación y estudio por parte de arqueólogos subacuáticos. También es importante conocer qué entornos son aquéllos que deben ser estudiados por arqueólogos especializados en el medio subacuático, ya que éstos no se limitan exclusivamente a los barcos hundidos. Con las fluctuaciones del nivel del mar en diferentes momentos históricos nos encontramos yacimientos, tales como puertos y diversas infraestructuras, que un momento dado estuvieran en tierra y que ahora se encuentran en el fondo acuático, así como zonas que en algún momento estuvieron sumerCuadrícula utilizada para dividir un campo de trabajo arqueológico. Foto gidas y hoy en día están en tierra, ya sea en la proximidad SONARS (Manel Fumás) de la costa o de las riveras fluviales o lacustres. Estas zonas y la relación de las mismas con el desarrollo humano a través de los siglos, ya sea por cuestiones migratorias, económicas, pesquera o comercio, también serían campo de estudio de la arqueología subacuática. 14 Unesco Convención de 2001 para la protección y salvaguarda del patrimonio cultural sumergido y en España ley del patrimonio de 1985; además están las legislaciones autonómicas y el plan nacional para la protección del patrimonio cultural subacuático (2007) 15 Son conocidos como gusanos de la madera (shipworms en inglés). Se trata de un grupo de moluscos bivalvos marinos de anatomía atípica que se alimentan con la madera sumergida. 16 Nomenclatura con el que se designaba en Roma a los barcos mercantes. Solían contar también con cierto tipo de defensas, siendo algunas de ellas una mezcla entre nave de mercancía y de guerra. 17 Fuente http://perabian2.blogspot.com 18 Fuente: Arqua, Museo Nacional Arqueologia Subacuatica, Cartagena, España museonacional#cartagena#arqua

Rafael Castán Andolz SONARS, Asociación Nal. Arqueología Subacuática Arqueólogo subacuático de SONARS (Asociación Nacional de Arqueología Subacuática) Doctorando en Navegación en el Mundo Antiguo (UCM), ORCID Núm. 0000-0002-8709-4868 Correo electrónico: sonarsasociacion@gmail.com y rafaelcastan@yahoo.es

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Flora vascular de la sierra de Gredos: Un mosaico de belleza y biodiversidad Por Modesto Luceño Garcés

A

pesar de la proximidad geográfica de Gredos a importantes ciudades universitarias, como Madrid y Salamanca, y teniendo en cuenta que vivimos en la era de la información y la comunicación, resulta sorprendente que no se haya elaborado hasta el momento un inventario completo de las plantas vasculares (helechos, gimnospermas y angiospermas) que habitan en dicha sierra, uno de los sistemas montañosos más elevados de nuestro país. Esta paradoja puede explicarse en parte debido a que España no dispone aún de una flora actualizada y completa, de manera que, hasta la aparición de Flora Europaea (Tutin et al., 1968-1980), los interesados en la flora española debían identificar las especies usando una obra del Siglo XIX (Willkomm & Lange, 1861-1880). Afortunadamente, en el último cuarto del Siglo XX, una importante generación de Botánicos, entre los que destacamos a Santiago Castroviejo, Pedro Montserrat, Ginés López, Manuel Laínz, Jorge Paiva, Juan Antonio Devesa y Salvador Talavera, comenzaron a trabajar en Flora ibérica, un ambicioso y apasionante proyecto encaminado a elaborar una flora moderna de la península ibérica que recogerá las aproximadamente 6.200 especies (cerca de 8.000 táxones, si consideramos también las subespecies) que componen la flora peninsular. Por suerte, Flora ibérica está en su fase final, a falta de la publicación del volumen correspondiente a las gramíneas.

ción Mundial sobre Biodiversidad (GBIF; https://www. gbif.org/es/) y Anthos (http://www.anthos.es/), un grupo de entusiastas, formado por profesionales y aficionados a la flora de Gredos, comenzamos en 2017 un proyecto de investigación que debe culminar con la próxima publicación de un catálogo crítico completo de las plantas vasculares autóctonas y naturalizadas que viven en estas montañas. La sierra de Gredos en sentido amplio forma parte de la Cordillera Central y está estructurada por un conjunto de sistemas montañosos de aproximadamente 140 km de longitud y unos 50 de anchura que siguen una orientación predominante NE-SO. De norte a sur podemos distinguir tres sistemas principales: la sierra de Ávila, el eje formado por las sierras de La Paramera, La Serrota y Villafranca, y la sierra de Gredos en sentido estricto, con sus tres macizos: oriental, central y occidental, donde se encuentran las mayores elevaciones de toda la cordillera (Plaza del Moro Almanzor, 2592 m). Al sur de esta última se alzan algunas cadenas menores, entre las que resaltamos la toledana sierra de San Vicente. Todas estas montañas forman parte de cuatro comunidades autónomas (Castilla y León, Extremadura, Madrid y Castilla-La Mancha) y cinco provincias (Madrid, Ávila, Toledo, Salamanca y Cáceres).

Desde el punto de vista geológico, el sustrato de estas Conscientes de la existencia de esta herramienta, así como montañas es de carácter ácido, ya que la roca madre está de las exahustivas bases de datos del Fondo de Informa- constituida fundamentalmente por granitos; sin embargo, Iberae 8


existen numerosos diques de rocas básicas, especialmente el formado por las diabasas de la falla Alentejo-Plasencia, que alcanza por el este amplias áreas serranas del centro-norte de la provincia de Ávila. Así mismo, en la vertiente sur pueden encontrarse suelos de naturaleza básica, debido a la presencia de calizas cristalinas y arcillas calcáreas, generalmente ricas en hierro, mineral que confiere color rojo a los suelos. Además, en algunas zonas del alto Gredos, los granitos presentan los denominados xenolitos, inclusiones ricas en carbonato cálcico que contribuyen a generar suelos de carácter básico. Por último, y a pesar de su poca extensión, merece la pena destacar la presencia puntual de formaciones endorreicas en la zona norte del territorio que generan suelos salinos o subsalinos estacionalmente húmedos. Esta variabilidad litológica es de gran importancia a la hora de comprender la diversidad florística de la sierra. Otro factor ambiental que explica la elevada biodiversidad vegetal del territorio es el clima, cuya variedad incluye desde tipos fuertemente continentales y semiáridos, que albergan plantas esteparias, hasta enclaves con acusada influencia de la humedad atlántica y temperaturas muy suaves que permiten la presencia de especies de preferencias subtropicales, como es el caso de los bosques ribereños de Prunus lusitanica. Los datos de los que disponemos hasta el momento señalan que la flora vascular de Gredos incluye unas 2.000 especies y subespecies de plantas vasculares pertenecientes a numerosos elementos florísticos. Estos elementos pueden dividirse en dos grupos: el formado por plantas endémicas y subendémicas (exclusivas o casi del territorio) y el constituido por táxones de distribución más amplia que están también presentes en el territorio. El conjunto de estos elementos constituye el denominado espectro florístico de Gredos que recogemos en la tabla 1, si bien somos conscientes de que dicho espectro se modificará en cierta medida cuando dispongamos del catálogo crítico de la sierra al que acabamos de hacer alusión. Endemismos 14,77 %

Endemismos gredenses 1,01% Endemismos ibéricos 13,76%

Táxones mediterráneos 28,31%

Circunmediterráneos 17,39% Mediterráneos occidentales 9,33% Orófitos mediterráneos 1,59%

Táxones eurosiberianos 25,89%

Eurosiberianos (s. s.) 11,37% Europeos 10,68% Atlánticos o subatlánticos 3,84%

Táxones con amplia distribución 23,82%

Otros táxones de menor relevancia 7,21%

Desde el punto de vista geobotánico, la sierra de Gredos se ubica en el reino Holártico, más precisamente en la región mediterránea, como muestra el elevado porcentaje de táxones propios de dicha región que aparecen en la tabla 1 (cerca del 28%). No obstante, la influencia del océano Atlántico y la proximidad de Gredos a las regiones templadas y húmedas de la región eurosiberiana, explica el alto porcentaje de táxones característicos de esta región. A efectos del presente artículo consideraremos únicamente los siguientes elementos Endemismos y subendemismos de Gredos La sierra de Gredos cuenta con 17 táxones endémicos -entre ellos un género- y 16 subendémicos, cuya distribución abarca también algún otro territorio ibérico (Tabla 2). Estas cifras son sensiblemente inferiores a las de otras altas montañas ibéricas como Pirineos (unos 170 táxones endémicos), Sierra Nevada (aproximadamente 80 endemismos) y la Cordillera Cantábrica (cerca de 40 táxones endémicos). La ubicación de Gredos en la zona central de la península ibérica, la escasa presencia de suelos básicos y la menor elevación de sus cumbres se encuentran entre los factores que han contribuido a la menor tasa de endemicidad de esta sierra. No obstante, dicha tasa es notablemente más elevada que la de otras montañas del Sistema Central como la Serra da Estrela (2 subespecies endémicas) o la sierra de Guadarrama, que cuenta con entre 1 (Luceño & al., 2016) y 6 endemismos (Baonza, 2015), en función del criterio taxonómico sintético o analítico que se aplique.

Cosmopolitas o subcosmopolitas 6,37% Adventicios o neófitos 2,97% Holárticos 8,11% Paleotemplados 6,37% Boreoalpinos 0,72 % Paleosubtropicales 0,50% Esteparios, subtropicales, etc. 5,99%

Tabla 1. Importancia de los distintos elementos florísticos en la composición de la flora de Gredos.

Pseudomisopates rivas-martinezii Iberae 9


ENDEMISMOS

SUBENDEMISMOS

Antirrhinum grosii

Adenocarpus argyrophyllus

Armeria bigerrensis subsp. bigerrensis

Armeria arenaria subsp. segoviensis

Armeria rivas-martinezii

Centaurea janeri subsp. janeri

Asphodelus oblongicarpus

Centaurea nigra subsp. carpetana

Astragalus devesae

Conopodium bunioides

Centaurea avilae

Dianthus gredensis

Doronicum carpetanum subsp. kuepferi

Doronicum carpetanum subsp. carpetanum

Echinospartum barnadesii

Echium salmaticum

Festuca vettonica

Hippocrepis carpetana

Linaria vettonica

Iberodes brassicifolia

Pseudomisopates rivas-martinezii

Leucanthemopsis boissieri

Ranunculus cherubicus

Ranunculus ollissiponensis subsp. alpinus

Santolina oblongifolia

Reseda gredensis

Saxifraga pentadactylis subsp. almanzorii

Scrophularia bourgaeana

Scrophularia reuterii

Succisella microcephala

Sedum lagascae

Tephroseris coincyi

Teucrium oxylepis subsp. gredense Tabla 2. Endemismos y subendemismos gredenses.

El único género exclusivo de la sierra de Gredos es Pseudomisopates, que incluye únicamente la especie P. rivas-martinezii (falso dragoncillo), de gran interés evolutivo, puesto que se trata de un linaje muy aislado (Jiménez-Mejías et al.; 2015). De esta singular boca de dragón se conocen únicamente tres núcleos poblacionales en los piornales de Cytisus oromediterraneus: uno en la vertiente sur de La Serrota y otros dos en el macizo central de Gredos (vertientes norte y sur). De la misma familia (Plantagináceas) que el falso dragoncillo es la emblemática boca de dragón de Gredos (Antirrhinum grosii), que abunda especialmente en los macizos central y occidental; también la recientemente descubierta Linaria vettonica, conocida hasta el momento de la zona de Arenas de San Pedro, La Vera, el valle del Jerte y la cabecera del valle de Ambroz. Entre las plantas exclusivas de Gredos encontramos algunas que se distribuyen por buena parte del territorio, entre ellas Echinospartum barnadesii, Sedum lagascae, Centaurea avilae, Asphodelus oblongicarpus, Scrophularia reuterii y la conocida manzanilla de Gredos (Santolina oblongifolia); otros endemismos, como Astragalus devesae, Ranunculus cherubicus y Teucrium oxylepis subsp. gredense, se encuentran, por el contrario, muy localizados.

Sedum candollei

bre); Crocus carpetanus, Ranunculus abnormis y R. amplexicaulis (cervunales); Gentiana bory (cervunales higroturbosos); Linaria elegans, Carex reuteriana subsp. reuteriana (bordes y lechos de ríos y gargantas) y la recientemente descrita Carex lucennoiberica, que vive en ventisqueros y lugares donde la nieve permanece durante casi todo el verano.

Endemismos orófitos ibéricos Como se desprende de la tabla 1, los táxones exclusivos de la península ibérica están bien representados en la sierra (13,76% del total). Entre ellos destacamos aquí los siguientes endemismos ibéricos de montaña: Sedum candollei (prados de cumbres); Viola langeana, Androsace vitaliana subsp. assoana, Rumex suffruticosus y Veronica fruticans subsp. cantabrica (suelos pedregosos, roquedos y prados de cum Iberae 10

Crocus carpetanus


Táxones mediterráneos El elemento mediterráneo es, lógicamente, el mejor representado en la sierra, con algo más del 28% sobre el total de táxones. Resulta interesante resaltar que 6 de las 9 aulagas (género Genista), 5 de los 6 codesos (gén. Adenocarpus), 3 de los 6 piornos (gén. Cytisus) y 4 de las 7 jaras (gén. Cistus p.p.) presentes en Gredos son táxones mediterráneos que constituyen una parte importante del paisaje gredense, especialmente el conocido piorno serrano (Cytisus oromediterraneus). De entre las plantas herbáceas destacamos por su vistosidad el lirio español (Iris xiphium), las patitas de burro (Moraea sisyrinchium) y seis especies del género Ophrys (O. apifera, O. dyris, O. lutea, O. scolopax, O. sphegodes y O. tenthredinifera), estas últimas muy raras y localizadas exclusivamente en la vertiente sur del macizo central

altimontanos, por lo que, en términos de biomasa, tienen escasa importancia en el conjunto de la vegetación gredense. Entre estos táxones destacamos aquí Paris quadrifolia, Convallaria majalis, Anthericum liliago, Veratrum album, Streptopus amplexifolius, Lilium martagon, Cephalanthera rubra, Neottia nidus-avis, Carex vesicaria, Carex limosa, Aconitum napellus, Aconitum vulparia subsp. neapolitanum, Caltha palustris, Ranunculus aconitifolius, Trollius europaeus, Actaea spicata, Anemone nemorosa, Pulsatilla alpina subsp. apiifolia, Potentilla palustris, Geum rivale, la carnívora Utricularia minor, Valeriana officinalis y Pyrola minor.

Potentilla palustris

Táxones atlánticos

La relativa cercanía de Gredos al océano Atlántico propicia la existencia en la zona de un elevado número de especies cuyas adaptaciones se ajustan a las condiciones climáticas oceánicas; entre estas se encuentran Thelipteris palustris, Osmunda regalis, Paradisea lusitánica, Narcissus asturiensis subsp. asturiensis, Carex binervis, Carex depressa subsp. depressa, Alnus lusitanica, Genista anglica, Erica tetralix, Erica umbellata, Calluna vulgaris, Gentiana pneumonanthe y Aquilegia vulgaris subsp. dichroa.

Ophrys apifera

Táxones eurosiberianos o circumboreales Las plantas de óptimo eurosiberiano alcanzan también un porcentaje alto (en torno al 27%) del total de los táxones gredenses; sin embargo, resulta pertinente indicar que se trata de especies escasas que, en muchas ocasiones, tienen carácter relíctico en Gredos. Se trata de táxones que habitan en los bosques más húmedos y los megaforbios

Gentiana pneumonanthe Iberae 11


Paradisea lusitanica Iberae 12


Linaria alpina

Táxones de elementos varios con representación reducida Entre estos destacamos aquí los bóreo-alpinos, por ejemplo Athyrium distentifolium, Botrychium lunaria, Huperzia selago, Linaria alpina, Veronica alpina, Silene suecica, Cerastium cerastioides y Omalotheca supina; los esteparios, de entre los que seleccionamos Puccinellia pungens, Carex lainzii y Camphorosma monspeliaca, y los subtropicales, representados por los arbolillos lauroides Prunus lusitanica, Viburnum tinus y Arbutus unedo.

Botrychium lunari

Estado de conservación de la flora de Gredos La impresionante biodiversidad de la flora de Gredos es un patrimonio natural que tenemos la obligación de conservar para las siguientes generaciones y el disfrute de la nuestra. Muchos de los taxones aquí citados son ya muy raros y algunos de ellos se encuentran seriamente amenazados, ya que son exclusivos o casi de estas montañas y sus poblaciones cuentan con pocos individuos; entre ellos destacamos Pseudomisopates rivas-martinezii y Linaria vettonica, que se consideran En Peligro Crítico (CR), Iberodes brassicifolia (En Peligro de Extinción, EN), y Lycopodiella inundata, Carex limosa y Centaurea avilae, las tres con la categoría de Vulnerable (VU).

Linaria vettonica Iberae 13


Además, algunas especies no endémicas cuentan tan solo en la actualidad con entre una y tres poblaciones; este es el caso, entre otras, de Athyrium distentifolium (1 población), Botrychium lunaria (3), Huperzia selago (2), Veronica alpina (1), Pyrola minor (1) y Convallaria majalis (3). Por último, Gymnadenia conopsea y Pyrola chlorantha, parecen haberse extinguido.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Baonza, J. (2015). Flora vascular de interés conservacionista en la sierra de Guadarrama. Poster presentado en el VII congreso de Biología de Conservación de plantas. Vitoria. https://florasierraguadarrama.blogspot.com/2015/10/ flora-endemica-de-la-sierra-de.html Jiménez-Mejías, P.; Fernández-Mazuecos, M.; Amat, M.E. & Vargas, P. (2015). Narrow endemics in European mountains: High genetic diversity within the monospecific genus Pesudomisopates (Plantaginaceae) despite isolation since the late Pleistocene. J. Biogeogr. 42: 1455-1468. Luceño, M.; Vargas, P. & García, B. (2016). Guía de campo del Sistema Central. Ed. Raíces. Madrid. Tutin et al. (eds.) (1964-1980). Flora Europaea, vols. 1-5. Cambridge University Press. Willkomm, H.M. & J.M.C. Lange (1861-1880). Prodromus Florae Hispanicae, vols. 1-3. Sttutgart.

Athyrium distentifolium

Aunque buena parte del territorio forma parte del Parque Regional de la Sierra de Gredos, por lo que su flora está legalmente protegida, las amenazas están lejos de desaparecer. No se trata únicamente de amenazas directas por parte de la acción humana (incremento incontrolado del turismo, recolecciones abusivas, sobrepastoreo, etc.), sino que el mayor peligro viene dado por el cambio climático, con inviernos cada vez más suaves, veranos excesivamente calurosos y una tendencia general a la disminución de las precipitaciones, especialmente de las nevadas, lo que está afectando seriamente a las especies atlánticas, eurosiberianas y bóreo-alpinas.

Iberae 14

Modesto Luceño Garcés Es catedrático de Botánica en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, especialista en el género Carex (Cyperaceae) y en la flora del Sistema Central, especialmente la de la sierra de Gredos. Ha desarrollado su carrera docente e investigadora en varias universidades de Brasil, Suiza y Sudáfrica y es autor de más de 200 artículos científicos y 10 libros”.

Anemone nemorosa


La edad de las rocas

observador se dio cuenta que fósiles y mineralizaciones podían ser clasificados por su modo de origen. Gould Por Juan Antonio Cárdaba Barradas y (1983) identifica en la obra de Steno tres criterios para su estudio y clasificación: María Presumido Gallego

Introducción Es habitual, en nuestra vida cotidiana, que nos pregunten cómo hacemos los geólogos y paleontólogos para conocer la edad de rocas y fósiles, y cómo es posible saber si tienen 15 o 455 millones de años. La respuesta no es sencilla. Normalmente tampoco contamos con el tiempo, o la paciencia suficiente de la audiencia, para entrar en los detalles que permiten entender cómo hemos llegado a poner en hora la historia de la Tierra. En este artículo vamos a detenernos en la obra de varios científicos, que con sus revolucionarias observaciones refutaron el mito de una Tierra joven, e iluminaron la senda de la historia de nuestro planeta.

Principio del moldeado. Cuando un sólido está incluido dentro de otro, puede determinarse cuál se endureció primero prestando atención a la impresión de cada uno sobre el otro. Así las conchas fósiles eran ya sólidas antes de que los estratos que las envuelven, ya que imprimen su forma en la roca. Principio de corte. Las venas de calcita cortan a la roca y los fósiles, rellenando fracturas preexistentes en la propia matriz rocosa ya endurecida.

Principio de similitud. Si una sustancia sólida es, en todos los aspectos, similar a otra, no solo en lo que se refiere a las condiciones de su superficie, sino también en la disposición interna de sus partículas y partes, será también similar a ella en el modo y lugar de su formación. Un sólido en el seno de otro sólido y el fin de Los fósiles no solo tienen un parecido superficial a los la tierra sin memoria seres vivos actuales, sino que su estudio detallado revela una equivalencia de partes que demuestra su origen orgáNiels Stensen (1638-1686), Steno en la versión latina de su nico común. nombre, ha sido doblemente canonizado por la historia, de la ciencia y del clero1, ostentando el mérito de ser considerado el pater noster de la Geología moderna. Nació en Dinamarca, y estudió Medicina y Anatomía que ejerció en diferentes países de Europa. En Florencia escribió su obra clave, “De solido intra solidum naturaliter contento dissertationis prodromus” (Discurso introductorio sobre un cuerpo sólido naturalmente contenido en otro sólido) de la que se deducen los tres principios básicos de la Estratigrafía2, y en la que sienta las bases para la correcta clasificación del medio físico, basándose en las relaciones entre los cuerpos sólidos contenidos en las rocas. En el siglo XVII las Sagradas Escrituras constituían una fuente primaria de sabiduría incuestionable, el mundo había sido creado en una unidad cósmica, permanecido inalterado desde entonces, y con una edad aceptada de unos Figura 1.- Ejemplo de fósiles de braquiópodos y la impronta en forma de molde externo en la roca. Los fósiles no son simples 6.000 años. En este contexto, el contenido de las diferen- formas similares a las especies vivas, el estudio detallado revetes capas rocosas, desde fósiles a minerales, era conside- la una equivalencia total de sus partes. Incluso en su interior, los rado irrelevante, y para explicar su origen se recurría a la fósiles todavía conservan el braquídio, una estructura esquelética que sostiene el lofóforo, un órgano en forma de herradura cubierto sabiduría aristotélica, que consideraba a los fósiles meros de cilios y que rodea la boca, usado para generar corrientes que artificios producidos dentro de las propias rocas por la facilitan la alimentación y el intercambio de gases. fuerza creadora divina, que tendía a reproducir las formas de otros ámbitos de la naturaleza. Steno, magnifico Este conjunto de principios representa la primera base metodológica sólida para el estudio y clasificación del 1 Steno llegó a ser obispo de Ticiópolis (con sede en Armenia, actualmente medio geológico. De forma más canónica, de la obra de Turquía), y el 23 de octubre de 1988 fue canonizado por el catolicismo, en Steno también se deducen los tres principios básicos de la una ceremonia dirigida por el Papa Juan Pablo II. Estratigrafía (Dabrio & Hernando, 2003): 2 La Estratigrafía es la rama de la Geología que trata del estudio, interpretación y correlación de las unidades estratificadas de roca, especialmente las sedimentarias.

Iberae 15


Principio de superposición. Los estratos se depositan abundantes en los estratos. horizontales, y unos sobre otros, de manera que toda capa superpuesta a otra es más moderna que aquella, y a la En el mismo sentido fueron importantes los trabajos de George Cuvier (1769-1832), padre de la anatomía cominversa. parada y fundador de la Paleontología como disciplina Principio de horizontalidad original. Normalmente científica, que permitieron caracterizar las grandes dislos sedimentos se depositan de manera que adquieren una continuidades del registro paleontológico, reconociendo disposición horizontal. grandes extinciones y señalando como causa a grandes catástrofes3. Estas ideas son la base del Principio de siPrincipio de continuidad lateral. Los cuerpos sedi- multaneidad de eventos: En la naturaleza tienen lugar mentarios se extienden en todas direcciones y sentidos fenómenos raros y súbitos (a escala de tiempos geológihasta que su espesor se hace cero o llegan al borde de la cos), que de forma simultánea pueden quedar registrados cuenca de sedimentación. en los estratos de áreas muy distantes, constituyendo un excelente criterio de correlación. Con estos sencillos criterios, Steno sentó las bases para la ordenación cronológica de las capas de la Tierra, apor- Una vez identificados los principios básicos para la intando un sentido histórico a un mundo que, hasta ese terpretación correcta del medio rocoso, el terreno estaba momento, era considerado como producto de un único abonado para abordar la verdadera dimensión temporal acto de creación. En palabras de Gould (1983) “De la re- de nuestro planeta. James Hutton (1726-1797) y Charvolución de Steno deducimos que las rocas sedimentarias les Lyell (1797-1875) comparten, junto a Steno, el privino fueron creadas a la vez que la tierra, sino que se han legio de ser considerados los fundadores de la geología formado del mismo modo que los depósitos de las aguas como ciencia. A ambos les debemos los conceptos de turbias en los ríos, los lagos, o los océanos. Más aún, a Actualismo y Uniformismo4, que ayudaron a cimentar el menudo se encuentran fósiles marinos similares en lo alto concepto de tiempo geológico. Muchos procesos geolóde las montañas y lejos del mar; estos fósiles también se gicos apenas son observables a escala humana, como la solidificaron antes que los estratos que los contienen. Así erosión o la formación de cordilleras, por lo que requería pues, la Tierra tiene una larga historia: tierras y mares han de una cronología mucho más extensa de la Tierra para cambiado de lugar, y de las aguas han emergido monta- poder explicar estos fenómenos. Puede pensarse que la ñas”. Iglesia planteara una oposición directa e implacable, pero ya en el siglo XIX y completa la revolución científica, la El nacimiento de la Bioestratigrafía y el tiem- principal objeción era aportada por la propia ciencia. En po profundo palabras de Ana Rodrigo (2014), se produjo un choque de trenes entre dos metodologías de trabajo: la de los físicos, William Smith (1769-1839) no poseía ningún título uni- asentada desde Newton, profundamente cuantitativa en versitario, pero si una gran pasión por la geología. Traba- su formulación; y la de los geólogos, con una trayectoria jó como topógrafo en gran parte del Reino Unido, y su mucho más corta, más cualitativa y de modelización más experiencia en el trabajo de campo le valió para observar compleja5. Por el “bando” de los físicos Lord Kelvin (Wique los estratos mantenían una sucesión constante de fó- lliam Thomson, 1824-1907) calculó la edad de la Tierra siles, aún en afloramientos alejados unos de otros. Smith mediante el enfriamiento de una masa ígnea, extrapolandescubrió el significado temporal de los fósiles observan- do sus observaciones a una masa y volumen terrestres. do que las faunas iban reemplazándose unas a otras en 3 El catastrofismo de Cuvier representaba una visión contraria al posterior el mismo orden. Esta relación entre fósiles y litologías gradualismo de Lyell, y aunque fue relegado a un segundo plano en cajón le permitió caracterizar las unidades y reconocerlas en de las teorías incorrectas con el triunfo de la evolución, ha sido reivindicado en el marco de la teoría del equilibrio puntuado de Gould y Eldredge (1972) áreas diferentes (Rodrigo, 2014), sentando las bases de la y del descubrimiento de procesos de extinción masiva relativamente rápidos como el que causó la extinción de los dinosaurios. Bioestratigrafía. La aportación de Smith suele condensarse en el Principio de la identidad paleontológica: “los grupos de organismos fósiles se suceden en un orden definido y determinado, de manera que cada periodo puede reconocerse por sus fósiles correspondientes”. Esta afirmación se refiere a los fósiles guía, que son aquellos que tienen un amplia distribución geográfica y una elevada velocidad evolutiva (Dabrio & Hernando, 2003), y además son Iberae 16

4 Dabrio y Hernando (2003) definen ambos conceptos. Actualismo: los fenómenos y procesos que están actuando hoy día son los mismos que han actuado durante los tiempos geológicos, y producen los mismos efectos que produjeron en el pasado. Uniformismo: las leyes y los procesos naturales que rigen esas leyes han permanecido uniformes a lo largo del tiempo geológico. 5 Este choque de trenes entre ciencias exactas y ciencias históricas siguen presente en la sociedad actual, mediante un mayor reconocimiento profesional a disciplinas científicas técnicas o exactas como la ingeniería o la física, y que ha sido incluso caricaturizado en una serie televisiva de éxito (Big Van Theory).


De esta forma era capaz de suministrar cifras, nunca mayores a 100 millones de años, mientras que los naturalistas, por el otro “bando” (incluyendo a Charles Darwin), requerían una edad mucho mayor para explicar el estado actual y la evolución, tanto del paisaje como de los organismos, mediante cambios graduales acumulativos. Este debate continuó sin solución hasta mediado el siglo XX, cuando la desintegración radioactiva se reveló como un método eficaz para contar el tiempo absoluto, demostrndo que vivimos en un planeta con 4.600 millones de años (Ma en adelante), y proclamando el triunfo del tiempo profundo frente a la idea de la Tierra joven.

La tabla Cronoestratigráfica internacional, un calendario para la tierra

estos métodos en todos y cada uno de los estratos de cada afloramiento, basta con que tengamos una intercalación de ceniza volcánica entre alguno de los límites en una ubicación concreta para que, aplicando las leyes de la correlación estratigráfica, podamos establecer una edad para este límite en cualquier parte del mundo. Cuando es posible, estas edades son contrastadas con más de un método, y por fin tenemos una equivalencia fiable entre cronoestratigrafía y geocronología. Desde los años 80 se están identificando en el campo las mejores secciones estratigráficas que marcan la transición entre dos pisos (stages) sucesivos. Estas localizaciones se indican mediante clavos dorados de grandes dimensiones, tanto en campo como en la propia Tabla Cronoestratigráfica7.

La Tabla Cronoestratigráfica es fruto de un ingente trabajo multidisciplinar en el ámbito de las Ciencias de la Tierra, llevado a cabo por multitud de científicos a lo largo de varios siglos, y sometida a continua revisión por la Comisión Internacional de Estratigrafía. Los 4.600 Ma se han dividido en diferentes unidades (cada una con un color característico), ordenadas y caracterizadas por los principios comentados anteriormente, proporcionando un referente temporal en el que se disponen los acontecimientos geológicos y paleontológicos que han marcado la historia de nuestro planeta. Cuando ordenamos las rocas utilizamos dos tipos de unidades cuya característica común es el tiempo. Unas se denominan cronoestratigráficas, y hacen referencia a los estratos que se han depositado durante un tiempo determinado. Las otras reciben el nombre de geocronológicas y son puramente temporales (Rodrigo, 2004). Hasta ahora hemos visto criterios de datación que nos permiten ordenar los estratos y los eventos que representan. Pero, ¿cómo sabemos si esos eventos sucedieron hace 20.000 años o 200 Ma? Para ello necesitamos nuevas técnicas de datación. Al descubrimiento, a finales del siglo XIX, de la desintegración radioactiva de determinados elementos, se le han sumado técnicas como la magnetoestratigrafía, la termoluminiscencia, la datación por resonancia del espín electrónico, etc6. Cada una de estas técnicas abarca un rango temporal determinado, y puede utilizarse sobre cierto tipo de rocas, minerales o fósiles. El método del Carbono 14 solo puede usarse en fósiles con menos de 50.000 años. Por su parte, el método Potasio-Argón nos ofrece un rango amplio de edades desde el millón de años a varios miles de millones de años, pero solo es medible en rocas ígneas. No es necesario aplicar 6 Para ver una breve descripción de estas técnicas y su base científica recomendamos leer el libro de Ana Rodrigo “La edad de la Tierra” editado por el Instituto Geológico y Minero de España, 2014

Figura 2.- Fragmento Tabla Cronoestratigráfica Internacional 2020, mostrando a la derecha de los pisos (stages) los denominados clavos dorados. Fuente: Comisión Internacional de Estratigrafía. 7 Hasta el momento existen 74 clavos dorados repartidos por todo el mundo, 4 de ellos en España.

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Una vez calibradas, cronoestratigrafía y geocronología, no es imprescindible recurrir a los métodos químicos para conocer la edad de las rocas sedimentarias. Reconocer su contenido paleontológico, siempre que presente fósiles guía, suele ser suficiente. Por ejemplo, si estudiando sedimentos cenozoicos, identificamos a la especie de foraminífero8 Igorina pusilla, sabremos que la sección de roca corresponde al piso Selandiense, incluso podremos asignarle un valor geocronológico entre 61,6 y 59,2 Ma.

más rápidos, y por lo tanto tengamos un mayor número de especies en los linajes, lo que permite una mayor precisión temporal. Para su estudio utilizamos principalmente sus dientes, en concreto su premolares y molares, ya que son fácilmente distinguibles por estar adaptados a diferentes modos de alimentación. Además, se trata de piezas que tienden a ser estables debido a su importancia fisiológica, y a conservarse por ser más resistentes que otras partes del esqueleto

A continuación, y a modo de ejemplo, resumimos un caso práctico, al que nos enfrentamos en nuestra rutina laboral, trabajando en la protección y gestión del Patrimonio paleontológico en el ámbito de la construcción, en la ciudad de Madrid.

Para el estudio de micromamíferos se recogen muestras de sedimento, de entre 100 kg y varias toneladas, que son sometidas a la técnica de Lavado-Tamizado-Triado, con la que se consigue eliminar la mayor parte de la matriz arcillosa, y concentrar los fósiles para su posterior selección. El proceso consiste en:

Un caso práctico, los fósiles guía del Mioceno Las leyes actuales protegen el Patrimonio paleontológico, lo que obliga a muchas constructoras y promotoras a contratar a paleontólogos para gestionar los trabajos de prospección y control de movimientos de tierras cuando se realiza algún tipo de obra. Nuestro objetivo es identificar cualquier evidencia fósil contenida en las rocas sedimentarias. En el caso de encontrar yacimientos paleontológicos, debemos evaluar el hallazgo y elaborar una propuesta de estudio, que puede basarse en la excavación, la toma de muestras o la protección del yacimiento, en función del interés científico y las particularidades del proyecto constructivo. Para conocer la edad del yacimiento debemos recurrir a los fósiles guía, que serán diferentes en función del ambiente sedimentario y del contexto temporal. En Madrid, la mayor parte de las rocas sedimentarias que afloran en superficie son rocas detríticas (conglomerados, areniscas, limolitas y lutitas) y químicas (yesos y carbonatos), y se formaron en ambientes aluviales continentales. Pertenecen al Mioceno, concretamente a un lapso temporal entre los 15 y los 9 Ma, abarcando los pisos continentales Aragoniense y Vallesiense9, los cuales albergan importantes yacimientos de vertebrados, entre los que destacan mamíferos y tortugas. En estos yacimientos, los ejemplares que mejor representan el papel de fósil guía son los micromamíferos (roedores, lagomorfos, quirópteros e insectívoros), ya que se caracterizan por ciclos vitales cortos y altas tasas reproductivas, favoreciendo que los cambios evolutivos sean 8 Un foraminífero es un protozoo unicelular que segrega una concha y vive en medios marinos o de agua dulce. Se conocen desde el Cámbrico, hace unos 542 Ma. 9 Pisos (stages) continentales correspondientes al piso marino Langhiense (Langhian en inglés), usado en la Tabla Cronoestratigráfica Internacional. Si es posible se usan los pisos marinos, por su mayor continuidad estratigráfica. Ver figura 2. Iberae 18

• Se recoge manualmente una muestra de sedimento de un único nivel estratigráfico, preferiblemente de granulometría fina, puesto que la energía involucrada en su formación y la tasa de sedimentación son menores, y de esta manera se favorece la concentración de los fósiles. • Se procede a la desecación total del sedimento, y para ello la muestra es extendida a la intemperie sobre plásticos aislantes, para secarlos mediante la incidencia directa de luz solar. • Una vez seco, el sedimento se introduce en cubos con agua, rehidratándolo de nuevo y consiguiendo que dicho sedimento flocule (se disgregue) formando barro. • Después se realiza el lavado con agua a presión moderada para minimizar la rotura de los fósiles, usando una mesa de lavado con tamices de luz de malla decreciente, de 2 mm y 0,63 mm. Este lavado deja en las mallas las partículas de tamaño superior a 0,63 mm, entre los que se encuentran los micromamíferos fósiles. • El concentrado resultante se deja secar a la intemperie. Posteriormente, se tamiza la fracción fina del concentrado en tres tamaños diferentes, mayores de 1,5 mm, 1 mm y 0,63 mm. De esta manera, se obtienen cuatro fracciones con tamaños Ø≥2mm, Ø≥1,5mm, Ø≥1mm, Ø≥0,63mm, que facilitan el siguiente paso. • Finalmente, se trían las distintas fracciones, es decir, se examina de forma sistemática el concentrado, discriminando las partículas minerales de los fósiles. Esta identificación se realiza mediante lupa binocular (entre 7-45 aumentos) para las fracciones de menor tamaño, y a simple vista o mediante lupa de mano o de mesa para las fracciones mayores (Ø≥2mm). Una


vez extraídos los fósiles, se separan las piezas dentales, y se montan en portaobjetos, fijándolos mediante una masilla plástica, no grasa, para su posterior estudio y siglado.

Concretamente, durante el Aragoniense se han descrito tres géneros diferentes de hámsters, Megacricetodon, Democricetodon, y Cricetodon, que se diferencian por un tamaño creciente10.

Las piezas dentales se estudian directamente bajo lupa binocular, o indirectamente a partir de imágenes, a ser posible obtenidas mediante microscopio electrónico de barrido, que proporciona imágenes de alta resolución de la superficie oclusal (ver figuras 4 y 5). Los diferentes dientes son identificados en base a su morfología dental y tamaño. En cuanto a la morfología se describen todas las cúspides, crestas, y valles. Un único diente de apenas 2 mm puede tener más de 30 rasgos morfológicos, aunque solo un puñado presenta tendencias de cambio claras con el tiempo, que nos permiten marcar límites específicos. El tamaño, por su parte, es también variable a lo largo de cualquier linaje, y generalmente responde a una de las pocas leyes orgánicas, la ley de Cope, que establece que los linajes animales tienden a adquirir un mayor tamaño con el tiempo, aunque existen muchas excepciones.

Figura 4. De izquierda a derecha, imágenes de molares de cricétido, glírido y esciúrido obtenidos mediante microscopio electrónico de barrido. Yacimiento de Madrid Río (Hernández-Ballarín et al. 2017).

Tomemos de ejemplo el género Megacricetodon, ya que aparece muy bien representado en los yacimientos españoles del Aragoniense al Vallesiense. Clásicamente se ha identificado una línea evolutiva principal que incluía las especies M. primitivus- M. collongensis - M. crusafonti -M. ibericus, con una distribución temporal desde el Aragoniense inferior al Vallesiense inferior. Daams y Freudenthal (1988), identificaron, para los molares inferiores, las siguientes tendencias evolutivas en este linaje: • Tendencia al aumento de los molares. • Reducción de la longitud mesolófidos. • Progresiva división del anterocónido en los m1.

Figura 3. Nomenclatura de los molares inferiores de la familia cricetidae. (Oliver & Peláez-Campomanes, 2013).

Para los yacimientos miocenos que solemos estudiar, nos resultan especialmente útiles los roedores como los cricétidos (hámsters), glíridos (lirones) y esciúridos (ardillas). Sus patrones dentales son característicos, fácilmente distinguibles con cierto entrenamiento. Los molares de cricétidos y esciúridos se caracterizan por presentar cúspides (conos) aisladas o conectadas mediante crestas (lofos), un patrón bunodonto, típico de mamíferos con hábitos alimenticios variados u omnívoros. Los glíridos, sin embargo, presentan molares con crestas paralelas en número variable según el género. Desde el punto de vista bioestratigráfico, los cricétidos tienen especial interés por su abundancia y sus cambios evolutivos bien caracterizados en el Mioceno medio.

En la figura 5 se muestran los 3 molares inferiores de la especie M. primitivus, con un tamaño inferior al del resto de especies del linaje y características dentales “primitivas”, como mesolófidos desarrollados o anterocónido sin dividir en el primer molar inferior. Este conjunto de características nos permite reconocer a la especie M. primitivus, delimitar la bioestratigrafía del yacimiento a la biozona Db del Aragoniense medio, y asignarle una edad absoluta de entre 15,84-15,68 Ma, gracias a la datación realizada en la cuenca de Calatayud-Daroca por Van Dam et al. (2006) para la biozona Db mediante métodos magnetoestratigráficos. Como hemos visto, la identificación precisa de los fósiles, la Bioestratigrafía y el apoyo de técnicas de datación complementarias, nos permiten asignar edades absolutas a los yacimientos paleontológicos y a las rocas que los contienen, generando escalas de tiempo sujetas a continua revisión, en las que se ordenan cronológicamente 10 El género Megacricetodon puede inducir a error, ya que se trata del más pequeño de los tres géneros. El prefijo mega se refiere al tamaño relativamente grande de sus primeros molares, respecto al segundo y tercer molar. Iberae 19


los eventos más importantes, apuntalando la historia de VAM DAM, J.A., ABDUL AZIZ, H., ÁLVAREZ SIERRA, M.A., HILGE, F.J., VAN DER HOEK OSTENDE, L. W. LOURENS, L. nuestro planeta con clavos dorados.

J. MEIN, P., VANDER MEULEN, A. J. & PELÁEZ-CAMPOMANES, P. 2006. Long-period astronomical forcing of mammal turnover. Nature 443: 687-691.

Figura 5. De izquierda a derecha, primer, segundo y tercer molar de Megacricetodon primitivus. Yacimiento de Madrid Río (Hernández-Ballarín et al. 2017).

Agradecimientos Queremos dar las gracias a Genero Ferrer Megía, que nos ha ayudado con su lectura crítica y acertados comentarios Juan Antonio Cárdaba Barradas y a mejorar la comprensión del manuscrito. Especialmen- María Presumido Gallego te a nuestros compañeros de Fotografía y Biodiversidad, por desarrollar proyectos que permiten dar a conocer el Geólogos por la Universidad Complutense de Madrid, medio natural, y ser una fuente de continuo aprendizaje. especializados en Paleontología e Hidrogeología, respectivamente. Estudiamos Geología por accidente, y encontramos nuestra vocación entre fósiles y salidas al camBIBLIOGRAFÍA po. En 2008 creamos GEOSFERA, empresa dedicada DAAMS, R. & FREUDENTHAL, M. 1988. Cricetidae (Rodentia) a la Protección, Gestión y Divulgación de la Geología y from the type-Aragonian; the genus Megacricetodon. In: Freuden- Paleontología, desarrollando actividades de control pathal, M. (ed.) Micromammals from the Calatayud-Teruel Basin. leontológico en obra civil, y actividades educativas cuScripta Geologica. Spec. Issue, Nº 1: 39-132. rriculares en centros de Educación Infantil, Primaria y DABRIO, C.J. & HERNANDO, S. 2003. Estratigrafía. Colección Secundaria Geociencias.

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https://proyectogeosfera.es/


¿Dónde acabarán mis residuos? Por Alberto Vizcaíno López

V

ivimos en una sociedad que se basa en un modelo lineal de producción y consumo. La mayor parte de los productos que alguna vez tenemos en nuestro poder viaja miles de kilómetros desde que se produce hasta que acaba sus días en forma de residuo. Da igual si hablamos de alimentos, ofrecidos en cualquier época del año gracias a las emisiones de efecto invernadero que permite su transporte desde el lugar del planeta donde sea más barato producirlos, que un teléfono móvil, cuyas materias primas se extraen en varios puntos lejanos, para viajar a fábricas desde las que se desplazan en forma de componentes a otros lugares de ensamblaje, llegan a los centros de consumo y, gracias a una frenética obsolescencia, en poco tiempo salen en contenedores repletos de chatarra electrónica a otros destinos donde acabarán sus días contaminando el agua, el suelo y la atmósfera.

Contenedores para el reciclaje en la ciudad de Madrid

Por supuesto. Es una obligación legal. Así lo establece la normativa vigente y, si no se lo cree, consulte las ordenanzas municipales de su ayuntamiento. La sanción por dejar la basura fuera del lugar previsto ronda los setecientos euros. También por conciencia ambiental. Si no entrega adecuadamente sus residuos nadie podrá hacer nada por ellos. Ahora bien el reciclaje no ocurre en el contenedor amarillo. Es más, muchos de los residuos, incluso algunos de los que cuentan con un contenedor específico para su recogida, no pueden reciclarse. Al menos no con un proceso lo suficientemente económico para resultar rentable frente a la alternativa de fabricarlo desde materias primas nuevas.

Contra esta locura de comprar, tirar y vuelta a comprar se levantan propuestas que promueven el residuo cero, alargar la vida útil de nuestros productos, fomentar el consumo de productos locales y de temporada… y reciclar. El reciclaje como panacea para todos los males de un sistema insostenible que debería empezar por cerrar los flujos de materiales. Porque la utopía de un crecimiento infinito en un planeta que tiene unos límites muy concretos no es posible. Porque cada vez escasean y escasearán más Eso explicaría muchas de las cifras sobre reciclaje que velos recursos no renovables que componen los elementos mos publicadas en los medios. La industria del vidrio, a básicos de nuestro nivel de vida. pesar de contar con un canal separado de recogida para los envases de este material, reconoce que está reciclando Coche grande, móvil grande, muchos viajes, más autofo- un 72% de los envases que se ponen en el mercado. Algo tos en herramientas sociales de Internet… no hay planeta menor es el dato para las latas de aluminio, y eso que este Tierra suficiente para dotar a cada uno de sus habitantes sector afirma que se podrían reciclar infinitamente. de todas esas cosas que parecen ser el espejo en el que nos miramos cuando queremos medir nuestro nivel de El drama viene con los envases de plástico. A partir de las éxito. Conformarse con poco no parece ser una opción. estadísticas oficiales de las administraciones competentes Vive deprisa, consume mucho y deja una gran huella eco- Greenpeace elaboró el informe “MALDITO PLÁSTIlógica para las generaciones siguientes. CO: Reciclar no es suficiente”, en el que se recogía que solo el 25,4% de los envases plásticos se recuperaron en ¿Qué fue del desarrollo sostenible? ¿De la solidaridad con España en 2016. Recuperar tampoco es sinónimo de retodas las generaciones presentes y futuras? ¿A quién le ciclar. En España, en los últimos años, arde una media preocupa cuando puede purgar sus pecados tirando la ba- de una instalación de gestión de residuos a la semana. sura en contenedores de colores? Que, cuando se busca Gestores entre los que se encuentran varias decenas de en análisis específicos, se encuentran plásticos y sustan- recuperadores homologados por Ecoembalajes España, cias plastificantes en las heces, la orina y la sangre de los S.A. (empresa popularmente conocida como Ecoembes). seres humanos: contenedor amarillo. Que llueven microplásticos en parques nacionales, llegan transportados por Instalaciones que forman un eslabón clave de esa pretenel aire a la nieve del ártico o están convirtiendo lo que dida economía circular que se convierte en pesadilla cada deberían ser paraísos de la biodiversidad submarina en vez que los residuos que depositamos en el contenedor vertederos… da igual, lo importante es que usted utilice amarillo y se rescatan en plantas de clasificación de envalos contenedores de colores. ses se convierten en contaminación para el agua, el suelo Iberae 21


y la atmósfera. Miles de toneladas que en vez de pasar a ser materia prima se transforman en emisiones de gases de efecto invernadero y sustancias tóxicas para la salud de las personas y los ecosistemas.

Conocemos los efectos y los límites del sistema. También las consecuencias del modelo de consumo. Por más que se regulan los traslados de residuos vemos que los equipos eléctricos y electrónicos que desechamos donde nos los podemos permitir acaban sistemáticamente en países donde la desesperación permite despiezarlos para rescatar, con procedimientos altamente contaminantes y peligrosos para la salud de quienes los practican, pequeñas cantidades de metales que vender a una industria que no ha sido capaz de cerrar el ciclo con medios propios.

En nuestra sociedad, con un modelo de producción y consumo basado en el usar y tirar el reciclaje es imprescindible. Tanto para reducir la necesidad de espacio ocupado por el depósito en vertederos o las emisiones causadas por la incineración, como para tratar de recuperar valiosas materias primas cuya escasez amenaza la oferta a medio y largo plazos de productos que se han convertido Podríamos seguir analizando flujos de residuos, como el en pilares de nuestra forma de vida. de los neumáticos, los sacos de escombros que se amontonan en cada esquina de los barrios periféricos de las La economía circular sigue siendo una utopía. Quizá un grandes ciudades… la promesa del reciclaje no parece modelo con el que empezar a pensar diferente. Pero, por frenar el impacto de nuestros residuos y la ecofatiga emejemplo para los envases de plástico, es algo que está le- pieza a hacer mella. jos, muy lejos de nuestro alcance. Según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur apenas dos de cada cien en- Así las cosas ¿qué puedo hacer para asegurarme de que vases de plástico se vuelven a convertir, después de todo mis residuos acaban en el lugar adecuado? La solución al el ciclo de recogida, clasificación, tratamiento y reciclaje, problema es relativamente sencilla. Un gesto simple que en nuevos envases de plástico. A pesar del supuesto buen todos y cada uno de nosotros podemos hacer: reducir la funcionamiento del contenedor amarillo. El 98% de los cantidad de residuos que generamos. Si, por vivir en una envases de plástico seguirían estando en una economía ciudad privilegiada donde las características organoléptilineal. Y cada vez generamos más envases de plástico de cas lo permiten, bebes agua de grifo en vez de comprar botellas de plástico estás haciendo una contribución imusar y tirar.

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portante a la salud del planeta y a tu bolsillo.

convirtiéndose en gases de efecto invernadero. También te puedes lavar las manos en vez de refugiarte en la falsa Quizá no puedas evitar el agua embotellada, o te toque seguridad de unos guantes de plástico que, salvo en usos comprar una botella de plástico de vez en cuando. Reuti- profesionales, no te garantizan una mejor salud. Ni a ti, ni lízala. Si cada envase que cae en tus manos lo utilizas una al planeta que habitamos. segunda vez habrás reducido a la mitad el problema ¿Por qué sacar una botella de agua cada vez que pasas delante ¿Has pensado en reutilizar? En vez de destinar las cosas de la máquina de la oficina si puedes rellenar la que llevas que no utilizas, ropa, juguetes, electrodomésticos, muevacía en la mano? Tirar una a la semana es mejor que tirar bles o lo que sea, a la destrucción que supone el reciclaje una docena. podrías dejarlas para que otros resolviesen su necesidad de esos objetos, evitando la generación del residuo y reduciendo la extracción de materias primas. Piénsalo. Quizá esos juguetes podrían dar servicio en la sala de espera de un centro médico o en las aulas de educación infantil de un colegio público. Tal vez tu ropa pueda servir para otras personas menos preocupadas por las modas que vienen y van. O para hacer retales para a saber qué. Tu ordenador y tu tablet… ¿Por qué los cambias? ¿Ya no mueven un sistema operativo ligero o algún paquete ofimático de código libre y abierto? Son muchos los centros escolares que han evidenciado brechas digitales fácilmente salvables con tecnología que, quizá, tienes ¿Qué tal si dedicas un rato a hacer la compra en comercios arrinconada en tu trastero o en el fondo de algún cajón. de tu barrio? ¿Tienes a mano tiendas que vendan productos de proximidad? No sólo ahorrarías las emisiones de tu ¿Dónde acabarán mis residuos? No lo sé. La legislación coche camino al centro comercial, también las de frutas dice que debería poder devolverlos a los establecimientos y verduras viajando plastificadas desde otro continente. que pusieron en el mercado los productos que ya no me Porque lo que te han contado del pepino plastificado no sirven. Sí, para la inmensa mayoría de las cosas que comes del todo cierto. El único que necesita retractilar horta- pras existe la obligación legal, por parte de quien te las lizas en origen es el distribuidor que necesita que se con- vendió, de recibir de vuelta aquello que comprase cuando serven durante semanas de desplazamientos cargas y des- ya no te sirva. Especialmente si vas a sustituirlo por un cargas hasta llegar al lineal del hipermercado. Las cebollas producto nuevo similar. que viajan decenas unos pocos cientos de kilómetros de una provincia a otra no necesitan bandejas individuales ¿Te imaginas que esto se cumpliese y los distribuidores de poliestireno. Ni una pegatina con un código de barras sintiesen la necesidad de hacer algo con todos los resipara que las cargues a tu cuenta la intervención de terce- duos que genera su modelo de negocio? Quizá entonces empezaría una verdadera economía circular. Una basada ras personas. en alargar la vida útil de los productos, en crear valor en El frutero de tu barrio te agradecerá el gesto. El, su fami- la reparación y el mantenimiento, en la remanufactura de lia y todo el barrio. Porque con tu compra de proximidad las cosas que dejan de ser funcionales. Mientras tanto ¿secontribuyes a una economía más local y resiliente que la guimos soñando? que creamos a golpe de tarjeta de crédito en el terminal de un establecimiento que ha eliminado a los profesio- Alberto Vizcaíno López nales de la alimentación y a las personas que atendían las cajas. Los sustituye por film, guantes y bolsas, creando Es Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universiuna falsa sensación de progreso que plastifica el planeta, dad de Alcalá con 17 años de experiencia asesorando a empresas sobre gestión ambiental, cumplimiento legal y distribuye miseria en origen y genera paro en destino. responsabilidad corporativa. Participa en programas de También puedes utilizar mascarillas reutilizables y lavar- formación e imparte conferencias sobre producción y las. Individualmente no son mucho, menos de 10 gramos consumo sostenible. Desde 2007 comparte sus inquietude fibras sintéticas listas para usar y tirar. Pero si sumas las des sobre el modelo de desarrollo en el blog Productor de de todos los días y las de todas las personas son muchas Sostenibilidad (www.productordesostenibilidad.es – @altoneladas de recurso fósil que acabará contaminando y vizlo), galardonado como Mejor Blog de Medio Ambiente 2016 en los Premios 20 Blogs. Iberae 23


Los faros son parte del paisaje, la historia y la cultura Por Mario Sanz Cruz

S

e ha dicho que los faros son los únicos edificios que no afean la naturaleza, que la complementan. No estoy de acuerdo en todos los casos, pero sí en una buena parte de ellos.

Los faros son importantes ayudas a la navegación, que van a seguir funcionando por mucho que las tecnologías sigan avanzando a toda velocidad. Para los marinos, su luz sigue siendo imprescindible, por más que los barcos se llenen de pantallas de radar, GPS, etc. Así que, la observación directa de los faros sigue vigente. Su luz continúa y continuará orientando a los navegantes, pero lo que sí ha cambiado mucho es la función de los fareros, declarados a extinguir desde 1993. El hecho de que no haya habido oposiciones desde 1991, ha ido diezmando el cuerpo, llegando a poco más de cuarenta fareros, que quedamos en la actualidad. Debido a esto, cada día hay más faros con su luz funcionando automáticamente, pero con sus edificios vacíos. En poco más de diez años nos habremos jubilado todos, y todos los faros se quedarán sin farero. Las administraciones parecen no darse cuenta de que los faros son un importante patrimonio cultural que merece la pena conservar y que la gente pueda disfrutar. Gran parte de nuestros faros son edificios históricos, todos son edificios singulares y, la mayoría, están situados en los mejores balcones al mar, en ubicaciones privilegiadas, muchas de ellas de elevado valor ecológico y paisajístico. El ministerio de turno pretende sacar rendimiento de estos edificios, ofreciéndolos para albergar establecimientos de hostelería, lo que es una forma de conservarlos, pero un tanto elitista. Si se pensase más en la sociedad que en el rendimiento, se dedicarían más a contener museos que nos hablen de su historia, centros de interpretación que nos sensibilicen con la naturaleza en la que están integrados o cualquier otro tipo de equipamiento cultural, haciéndolos visitables y vivos.

Faro de Saint Mathieu. Foto. Mario Sanz.

En Portugal, los faros están gestionados por el Ejército, que los mantiene en perfecto estado de conservación, y casi todos son visitables, al menos un día a la semana. Por suerte, algunos faros españoles son accesibles y se han convertido en referentes de las regiones donde se encuentran. No podía ser menos nuestro más señero faro, la Torre de Hércules, en La Coruña, que es el faro en funcionamiento más antiguo del mundo.

En otros países, se están poniendo en valor los faros. Un ejemplo loable es el de la costa sur de Estados Unidos, donde prácticamente todos los faros se han restaurado y se han convertido en centros de interpretación de faros o de la naturaleza y sociedad que les rodea. En la Bretaña francesa, muchos de sus faros pueden ser visitados, algunos albergan museos y colecciones de objetos relativos a los faros o el mar, y sus imágenes se han convertido en iconos que se reflejan en innumerables objetos de decoración, marcas de galletas, latas de conserva y un largo etcétera. Iberae 24

Torre de Hércules. Foto. Mario Sanz.

Este faro romano fue edificado en el siglo II, por mandato del emperador Trajano al arquitecto Cayo Servio Lupo, y ha sufrido numerosas reformas. Actualmente el faro es visitable, en su base hay ruinas romanas que merece la pena conocer, y desde su balcón puede verse una magni-


fica panorámica de la ciudad de La Coruña y del inmenso Eduardo Sanz ha sido uno de los mayores apasionados por los faros que ha tenido este país; pintando innumeocéano Atlántico. rables cuadros con los faros como protagonistas. De heEn 2009 este faro, cargado de historia por los cuatro cho, el primer paisaje que pintó, a los quince años, fue costados, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad. “El faro de la Isla de Mouro”. Eduardo hizo varias rutas Ciertamente este faro es omnipresente en Coruña, im- visitando faro por faro todos los que pudo del territorio pregnándolo todo, desde el escudo de la ciudad a innume- español, realizó muchas exposiciones con sus cuadros de rables representaciones en cerámica y objetos artísticos faros y con objetos de coleccionismo que tienen que ver y turísticos. A su alrededor un parque escultórico al aire con faros. Además, editó varios libros con sus dibujos y libre enriquece el, ya de por sí bello, entorno de este faro. cuadros sobre faros, donde narraba sus experiencias en los viajes para visitarlos. Pero, su obra maestra, realizada El segundo faro más antiguo de España es el mallorquín junto a su mujer, la pintora Isabel Villar, ha sido el Centro de Porto Pi, del que hay referencias desde el año 1300 y se de Arte Faro de Cabo Mayor que, con la indispensable estima que fue construido unos diez años antes. También colaboración de la Autoridad Portuaria de Santander y de ha sufrido diferentes reformas, y en la actualidad se en- Puertos del Estado, ha convertido este emblemático faro cuentra perfectamente restaurado. Fue declarado Monu- en un museo de su obra y de sus colecciones sobre faros, mento Histórico-Artístico en 1983 y sigue funcionando, abierto al público desde 2006. pese al crecimiento del puerto de Palma. Desde 2004, en los edificios anejos, alberga una espléndida exposición de antiguos equipos de los faros baleares, que impresiona a todos los visitantes. El de Porto Pi es el primer museo que se inauguró en España, dedicado íntegramente a las señales marítimas.

Faro de Cabo Mayor. Foto. Mario Sanz.

Las posibilidades de convertir los faros en focos de cultura son infinitas. Una nueva faceta la muestra el faro de Torrox, en Málaga, convertido en un Centro de interpretación, que ilustra a los visitantes sobre la historia del lugar, que es larga y muy interesante. Fue uno de sus fareros, Tomás Ruiz García, que llegó a Torrox en 1905, el descubridor de las ruinas de la villa romana “Mansio Caviclum”, ubicadas en el mismo recinto de ese faro; también fue el que informó del hallazgo a la Real Academia de Historia y el que inició las excavaciones, ante la pasividad de las administraciones públicas. Muchos años Faro de Porto Pi. Foto. David Moré. después, el ayuntamiento de Torrox ha puesto en valor El faro de Cabo Mayor, en Santander, es un envidiable este yacimiento, reconociendo la meritoria labor de Toejemplo de lo que se puede hacer con un faro, si hay per- más Ruiz. sonas relevantes que lo fomenten. El pintor santanderino Iberae 25


Faro de Torrox. Foto. Mario Sanz.

El faro de Lekeitio, en Vizcaya, está situado en una prolongación del cabo de Santa Catalina, en un acantilado de poca altura, tan metido en el mar que, cuando hay temporal, las olas bañan su linterna, provocando algunas goteras en las viviendas. Este edificio sencillo, de planta baja y terraza plana, con escaleras dobles que bajan de la entrada al nivel donde está el faro, desde hace unos años, se ha convertido en el Centro de Patrimonio Marítimo, un centro de interpretación de la tecnología de la naveFaro de Cabo de Peñas. Foto. Mario Sanz. gación, donde los visitantes experimentan las sensaciones más intensas que el mar puede dar, sin el peligro de vivir- Parte de las instalaciones del faro de Cabo de Creus, en las en directo. Gerona, con una espectacular situación dentro del parque natural marítimo-terrestre del mismo nombre, se han convertido en el Espacio Cabo de Creus, un museo de divulgación sobre la gran riqueza medioambiental que le rodea.

Faro de Lekeitio. Foto. Mario Sanz.

El amplio edificio del faro asturiano de Cabo de Peñas, se ha convertido en el Centro de Recepción de Visitantes e Interpretación del Medio Marino de Peñas. El faro está dentro del Paisaje Protegido del Cabo de Peñas, un espacio de gran valor paisajístico y ecológico. Desde la entrada del edificio hasta el borde de los impresionantes acantilados se ha realizado una senda de pasarelas de madera que lleva al visitante por un itinerario salpicado de paneles explicativos sobre los muchos valores de ese paisaje protegido. Iberae 26

Faro de Cabo de Creus. Foto. Mario Sanz.

El también gerundense faro de Tossa de Mar, en su promontorio urbano, se ha convertido en un museo sobre faros, gracias a la iniciativa de David Moré, el archivero de la localidad, descendiente directo de fareros y autor de numerosos libros y actividades en torno a los faros. Este


pequeño museo alberga la colección titulada “Faro de En Andalucía destaca el gaditano faro de Chipiona, moTossa. Un siglo de señales marítimas en la Costa Brava”. numental construcción de piedra, con la torre más alta de todos los faros españoles, de 63,5 m. de altura. Este bello faro urbano, puede ser visitado en visitas guiadas y alberga una pequeña exposición con objetos relacionados con la señalización marítima.

Faro de Tossa de Mar. Foto. Mario Sanz.

Otros faros españoles cuentan con pequeñas exposicioFaro de Chipiona. Foto. Mario Sanz. nes y pueden ser visitados, como los faros coruñeses de Finisterre y Cabo Vilano, incluidos en “O camiño dos Estos y otros faros que se han socializado, para disfrufaros”, una preciosa ruta por la naturaleza y las señales te de todos, son ejemplos de lo que debería hacerse con marítimas de esta histórica costa gallega. muchos más, como el monumental faro de Cabo de Palos, que últimamente está organizando visitas; La preciosa Farola urbana de Málaga, el histórico faro de Tarifa, el magnífico faro de Cabo de Gata, el impresionante faro de Machichaco, el faro urbano de Peñíscola y un largo etcétera.

Faro de Finisterre. Foto. Mario Sanz.

Farola de Málaga. Foto. Mario Sanz.

Faro de Cabo Vilano. Foto. Mario Sanz.

Por la parte que me toca más de cerca, tratando de poner en valor el faro en el que llevo viviendo y trabajando desde 1992, me he empeñado en convertir Mesa Roldán, no solo en un museo, sino en un faro para la cultura, un faro visitable y disfrutable. El faro de Mesa Roldán está situado en una meseta a más de doscientos metros sobre el nivel del mar, dentro del parque natural Cabo de Gata-Níjar, en un entorno semidesértico, con unas espectaculares vistas de la escarpada costa, prácticamente virgen. Una ubicación que le da el privilegio de ser uno de los más impresionantes balcones al mar de la costa mediterránea. Iberae 27


Faro de Mesa Roldán. Foto. Mario Sanz.

Cuando llegué a este faro, cambiando las calles de Madrid por esta borrachera de naturaleza y mar, algo se movió dentro de mí, un sentimiento de pertenencia a la naturaleza, que nunca había notado, empezaba a despertarse. Cuando llevaba cinco meses en el faro, el ministerio de Obras Pública declaro a extinguir el cuerpo de Técnicos Mecánicos de Señales Marítimas (fareros), y pocos meses después, el compañero que estaba conmigo se trasladó al faro de Cabo de Gata, dejándome solo en este privilegiado promontorio.

Fueron pasando los años y la vivienda libre del faro de Mesa Roldán se fue convirtiendo en un pequeño museo. En él, las antiguas ópticas o lámparas de faros se mezclan con recuerdos de las personas que han dado vida a su luz, con obras de arte y con todo tipo de coleccionismo sobre faros, formando una colección ecléctica, participativa y crecedera, ya que, continuamente, se incrementa con aportaciones de familiares de antiguos fareros y particulares.

Por empeño propio, apoyo de muchas personas sensibles Yo que era un advenedizo en esta profesión, una persona y con el beneplácito de la Autoridad Portuaria de Almede interior sin ninguna tradición que me relacionara con ría, desde este faro se han hecho observaciones y cursos el mar, llegué el último a este faro y me quedé agarrado a sobre cetáceos, presentaciones de libros, encuentros literarios, visitas guiadas al museo y todo tipo de actividades un mundo que se acababa, con uñas y dientes. culturales relacionadas con los faros o la naturaleza. Poco a poco fui tomando una tarea que nadie me había encomendado, mantener la memoria del faro y de los fa- Los fareros, declarados a extinguirnos, nos acercamos a reros que me había precedido. Empecé a leer los Diarios toda velocidad a la edad de jubilación y los faros se van de Servicio del faro, y fui descubriendo cómo había sido quedando vacíos. Mi empeño es que cuando eso suceda, la vida de mis antecesores. Después me empapé de la do- Mesa Roldán se quede como museo abierto al público, de cumentación que se encontraba en los demás faros de la manera que sea posible; que todos los faros se conserAlmería y Granada, y la cosa se fue ampliando a heme- ven funcionando, se aprecien, se restauren, se socialicen rotecas y archivos. Esto me llevó a escribir varios libros y se utilicen como faros culturales, que den tanta luz a los sobre los faros y los fareros; además de atesorar cualquier marinos como a las personas que los aprecian desde el objeto, documento o fotografía que caía en mis manos. interior, a las personas que se inspiran en ellos, llevadas A la vez, iba implicándome en la defensa del parque na- por su romanticismo, por su historia o su singularidad. tural, colaborando con la Asociación Amigos del Parque, de la que fui directivo, y con su revista El Eco del Parque, participando en el equipo de redacción y coordinación durante más de diez años. Iberae 28


Mario Sanz Cruz Nació en Madrid, en 1960. Tras vivir con sus padres en Málaga, Almadén, Palma de Mallorca y León, volvió a Madrid. Allí pasó casi toda la infancia y la juventud, cursando estudios de magisterio en la Escuela Normal. Es farero en el faro de Mesa Roldán, Carboneras (Almería), desde 1992. Es autor de las publicaciones: Faro de Mesa Roldán - Apuntes para una historia (2003), Faros de Almería - Mucho más que señales marítimas (2007), Faro de Sacratif Faros de la costa de Granada, con Francisco García Morón (2010); Un recorrido por los faros de la costa vasca, con Nuria Ruiz Cavestany (2011); Calas de Almería (2011); Voces de Carboneras, con Mireille Boccara (2012), Crónica de Carboneras, con José Antonio Marín Mateos (2015), Faros sobre un mar de tinta, ilustrado por Itzi Hernando (2016); Naufragios y sucesos en el mar de Almería. Siglo XIX, con Ángel Carralero Daffós (2017); Los pájaros de mi playa, guion cinematográfico (2017), Eso no estaba en mi libro de historia sobre los faros, Editorial Almuzara (2020). Ha coordinado las antologías: Con el mar de fondo (2007); Lo demás es oscuridad, con Pilar Quirosa-Cheyrouze (2013), Donde el mar se hace Carbón (2015), La narrativa tenía un precio (2016), Cortos de película, para rodar en Almería (2017), Quiero comerme el mundo, con Ernesto Pedalino (2018) y La banda sonora (2019). Cuenta con varios premios de relato y poesía; numerosas colaboraciones en revistas y periódicos como El Eco del Parque, Axarquía, Farúa, Instituto Andaluz del Patrimonio, Almería Hoy, etc.; y gran cantidad de relatos y poemas en publicaciones conjuntas. Es colaborador del programa de radio “Más que uno, Almería”, de Onda Cero; organizador de las jornadas “Carboneras Literaria” y miembro del Instituto de Estudios Almerienses. Coordina la exposición itinerante Lo demás es oscuridad, la sala de exposiciones La Galería del hotel Real de Agua Amarga y gestiona su museo sobre faros en el Faro de Mesa Roldán. Ha sido jurado en varios concursos de guiones para cortos, es miembro de la organización del Festival Internacional de Cine Medioambiental de Carboneras, “Pantalla Verde”. Fomenta todo tipo de eventos y publicaciones, y se considera un agitador cultural.

Museo del faro de Mesa Roldán. Foto. Mario Sanz

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Biogeografía y modelos de distribución de especies Por Agustín Castro

principalmente el clima (temperatura y precipitación, simplificando el asunto). No obstante, es necesario aclarar que las distribuciones no solo responden a este tipo de factores abióticos, sino también a las interacciones con otras especies (factores bióticos, como pueden ser la depredación, el mutualismo o la simbiosis) y, no hay que olvidar, a los procesos históricos que han ido actuando a lo largo de la escala temporal geológica. Esta realidad puede obligar a investigar las distribuciones de las especies desde diferentes perspectivas, haciendo necesario valorar el efecto que podrían tener sobre ellas un buen número de diferentes determinantes potenciales.

La Biogeografía es una disciplina científica que estudia la distribución de los seres vivos en la tierra, buscando tanto describir estas áreas, como explicar cuales han sido sus determinantes. Atendiendo además al objeto de estudio suele dividirse a su vez en dos ramas, (1) la Zoogeografía, centrada en la distribución de las especies animales y, (2) la Fitogeografía, dedicada a las del mundo vegetal. ¿Qué hacen los biogeógrafos? Sencillamente, intentar A la hora de estudiar la manera en que se distribuye una contestar a la pregunta ¿por qué los organismos se enespecie tenemos que tener en cuenta dos conceptos. Por cuentran y viven donde lo hacen? un lado, el de “distribución real”, que refleja exactamenPodemos encontrar organismos en prácticamente cual- te el espacio geográfico en el que existe certeza de la exisquier rincón de nuestro planeta, desde las zonas más altas tencia de esta, y que puede representarse, por ejemplo, y frías, en la alta montaña, hasta las más áridas y extrema- a partir de las citas de observaciones registradas en las damente cálidas de los territorios desérticos. Igualmente, campañas de trabajo de campo. Por otro lado, tenemos el existe una enorme biodiversidad en los ecosistemas acuá- concepto de “distribución potencial”, que hace alusión ticos, que pueden albergar vida incluso a profundidades al territorio que podría ser ocupado, al presentar similares de hasta varios kilómetros. Hoy sabemos también, y cada condiciones a las de aquellos lugares donde hay certeza vez comprendemos mejor, como ciertas especies son ca- de la presencia de la especie. En realidad, debemos tener paces de vivir en lugares donde las condiciones ambien- en cuenta que es difícil alcanzar a conocer la distribución tales distan mucho de ser lo que podríamos considerar “la real, más aún si la escala espacial de trabajo con la que media” para el grueso de las que constituyen la biosfera estamos tratando es grande. Esto, además, no es algo que en nuestro planeta (organismos denominados extremófi- ocurra solo en especies poco conocidas (donde el sesgo los, según diversas condiciones, como pueden ser la tem- es generalmente aún más pronunciado y evidente), sino peratura, humedad, salinidad y valores de pH, entre otras también, en las más comunes (por ejemplo, en aquellas zonas del área de distribución que resultan más inaccesimuchas). bles a los muestreos). Así, trabajar con la distribución poLas especies presentan, en un primer nivel, áreas geográ- tencial a gran escala espacial nos va a permitir una aproficas delimitadas, y determinadas, por los valores de los ximación objetiva al conocimiento de la distribución de rangos de un número dado de factores y condiciones am- las especies que, de otra forma, sería imposible abordar y, bientales. Esto vendría a decir, sencillamente, que no va- alcanzar una cierta capacidad explicativa sobre los factomos a encontrar a todas las especies viviendo en cualquier res que las determinan. lugar de la tierra, dado que estas responden a diversas características del espacio físico en el que se desarrollan. Modelos predictivos de la distribución espacial Así, aunque existen especies cosmopolitas (como, por de las especies ejemplo, la lechuza común Tyto alba o, el mismo hombre Homo sapiens, hay otras que muestran restricciones La generalización de la utilización de los Sistemas de claras en su respuesta ante el ambiente. Así, el búho nival Información Geográfica (SIG, o GIS en inglés: GeoBubo scandiacus se encuentra confinado a los hábitats de graphic Information System) y el uso de métodos de la tundra ártica, en el Polo Norte, mientras el pingüino análisis estadístico multivariante han hecho cada vez emperador Aptenodytes forsteri lo está estrictamente a los más popular el trabajo con herramientas que permiten ambientes marinos de aguas oceánicas frías, con una dis- analizar patrones espaciales y, en el caso que nos ocutribución circumpolar entre la franja de los 66 y 77 grados pa ahora, concretamente, el desarrollo de modelos de distribución de especies. Igualmente, esta difusión del de latitud Sur, en la Antártida. uso de los modelos espaciales ha sido posible, más reEn los ambientes terrestres, por ejemplo, buena parte cientemente, por el creciente número de plataformas de de los patrones generales de distribución que observa- ciencia ciudadana que han puesto a disposición de inmos están determinados por la respuesta de las especies vestigadores, y naturalistas, información georeferenciada a variaciones en las condiciones físicas ambientales, de una enorme variedad de especies y grupos de estas. Iberae 30


De todas las herramientas de análisis espacial con las que podemos estudiar la distribución de las especies, destacan claramente hoy en día los modelos predictivos. Esta metodología se ha convertido a lo largo de las últimas décadas en un importante instrumento para múltiples trabajos dentro de la biología de la conservación, la gestión de los ecosistemas, el desarrollo de redes de espacios naturales protegidos y corredores ecológicos, la evaluación de impacto ambiental, la predicción de la distribución potencial de las especies, el estudio de la respuesta de los organismos al cambio climático y, la gestión de las especies exóticas invasoras, entre otros muchos. Un modelo predictivo de distribución espacial nos permite obtener la distribución potencial de una especie atendiendo a una serie de factores determinantes, cuya relación precisamente quiere estudiarse. Estos factores son tenidos en cuenta y definidos por el investigador, a priori, en base a la definición de una serie de hipótesis previas de trabajo. Aunque como hemos visto hay cientos de aplicaciones, generalizando, con los modelos obtenidos vamos a ser capaces de (a) delimitar la distribución potencial de la especie de forma cartográfica, (b) describirla, mediante los estadísticos de las variables (factores) que han resultado determinantes para la distribución que obtuvimos, ver Castro & Real (2007) y, (c) alcanzar una cierta capacidad explicativa con la que entender por qué la especie se localiza donde lo hace y cómo podría verse modificada su distribución si se produjeran cambios en esos factores determinantes. ¿Os acordáis de qué pregunta intentaba contestar el biogeógrafo? La capacidad explicativa del modelo depende mucho del número y la naturaleza de las variables que entran a formar parte de este, así como de la intensidad de las interacciones que puedan estar produciéndose entre ellas. Podríamos tener, por ejemplo, distribuciones explicadas mayoritariamente por patrones puramente espaciales, topográficos o climáticos o, como suele ser más habitual, por una combinación de estos factores.

ruega, Suecia y Finlandia. Las presencias de la especie han sido representadas con los centroides de las cuadrículas de una malla UTM de 50x50km. Fuente: The EBBC Atlas of European Breeding Birds. Their Distribution and abundance. HAGEMEIJER, Ward J. M.; BLAIR, Michael J. Ed.: Berkhamsted. Poyser T.& A. 1997. 1st Edition.

Figura 1. Distribución de la lechuza gavilana Surnia ulula

Para complementar esta información ha sido también habitual incluir datos publicados en artículos de investigación, textos de divulgación y/o trabajos realizados por alguna de las organizaciones dedicadas al estudio de la especie o grupo taxonómico bajo estudio (por citar solo algunas, la Sociedad Española de Ornitología SEO, la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos SECEM o, la Sociedad Andaluza de Entomología SAE).

En los últimos años, cada día es más habitual consultar y utilizar los datos almacenados en plataformas de ciencia ciudadana como pueden ser eBird (www.ebird.org), Ornitho Euskadi (www.ornitho.eus), Observado España (www.observado.es), GBIF (www.gbif.org) o Biodiversidad Virtual (www.biodiversidadvirtual.org), por citar solo algunas de las más usadas en nuestro país. En la Fuentes de información biogeográfica. Distribu- figura 2 pueden verse las citas registradas en eBird para el alimoche común Neophron percnopterus durante la época ción de las especies. reproductora (meses de mayo-junio y entre los años de Como ya hemos comentado anteriormente, en los estu- 2010 y 2019), en el territorio de Andalucía. dios biogeográficos se trabaja a una gran escala espacial. Esto hace que los datos de distribución que se han de Hoy en día son miles las personas que participan de una utilizar para la investigación sean obtenidos a partir de forma u otra en el desarrollo y la evolución de estos sisfuentes especializadas en este tipo de información. Tradi- temas de información, aportando sus observaciones en cionalmente se ha trabajado con atlas de distribución pu- el campo, realizando revisiones taxonómicas a las citas blicados por diferentes organismos oficiales (y otras fuen- registradas o, manteniendo operativa y disponible la intes confiables), buscando siempre que la escala geográfica fraestructura de datos. Con la baja inversión que se está y la extensión territorial que estos cubren fueran acorde dedicando actualmente a los estudios de esta naturaleza, con nuestra área de estudio. En la figura 1 se muestra la concretamente para el conocimiento de la biodiversidad distribución de la lechuza gavilana Surnia ulula en No- y/o censado de especies de nuestra flora y fauna, muchos Iberae 31


estudios biogeográficos serían simplemente imposibles de acometer, o actualizar, sino fuera por la existencia de esta colaboración ciudadana.

Figura 2. Citas registradas en eBird para el alimoche común Neophron percnopterus durante la época reproductora (meses de mayo-junio y entre los años de 2010 y 2019), en el territorio de Andalucía.

Por último, no podemos olvidar y destacar las “comunicaciones personales” como fuentes de información, ofrecidas por un numeroso y diverso panel de expertos (investigadores, aficionados y naturalistas, en general), que en muchas ocasiones nos permite contar con información relevante, no publicada.

Factores que determinan las distribuciones de las especies. Para inferir los factores que determinan la distribución de las especies, hemos de utilizar un set de variables. La selección inicial es parte del planteamiento de la hipótesis de trabajo. El hecho de que el clima sea uno de los factores más determinantes de la distribución de las especies en los ecosistemas terrestres hace que la mayoría de los modelos de distribución que se desarrollan incluyan este tipo de variables o, que incluso, utilicen únicamente variables de este tipo. No obstante, puede ser necesario utilizar otras variables de naturaleza totalmente diferente. Las variables de una misma naturaleza pueden agruparse en factores (por ejemplo, latitud y longitud, en el factor espacial y/o, la elevación y pendiente, en el topográfico). Igualmente, y como vimos ya al comienzo, estos pueden ser categorizados como factores de tipo abióticos (por ejemplo, los espaciales, topográficos y climáticos) o, bióticos (como son los que miden la competencia intra e interespecífica o, las interacciones ecológicas de parasitismo y de depredación, entre otras). La figura 3 muestra como ejemplo las variables latitud y longitud geográficas para el territorio de Europa. En la figura 4 se representa la variable altitud media de Andalucía. Iberae 32

Figura 3. Muestra como ejemplo las variables latitud (mapa superior) y longitud (mapa inferior) geográficas para el territorio de Europa.

Figura 4. Se representa la variable altitud media de Andalucía.

Además de las variables mencionadas, puede ser buena idea usar las que reflejen el tipo de suelo, la cobertura de vegetación forestal o, aquellas variables que puedan indicar una medida del grado de influencia humana sobre la especie de estudio, como podrían ser la distancia a centros urbanos de más de 500.000 habitantes o, a las principales vías de circulación (autopistas y autovías). Esto dependerá, claro está, de la especie con la que estemos trabajando, del tamaño del área de estudio y, sobre


todo, de las hipótesis iniciales de trabajo. En ocasiones tendremos que crear nuestras propias variables mediante la utilización de diversas herramientas dentro de Sistemas de Información Geográfica como ARCGIS o QGIS, por citar algunos. En otras, sin embargo, podremos simplemente descargar las que nos hacen falta desde alguna base de datos o repositorio en internet. Por ejemplo, algunas de las variables climáticas más utilizadas para la modelación de distribuciones potenciales en MAXENT (software dedicado al análisis predictivo utilizando archivos cartográficos) están alojadas en la web de WorldClim, de acceso libre y gratuito. Figura 5. Variable BIO1 (temperatura media anual). Fuente: www.worldclim.org. En esta página web encontramos variables climáticas no solo para periodos temporales pasados y recientes, sino también, para periodos futuros (años 2021-2040, 2041-2060, 2061-2080, 2081-2100), lo que nos permite realizar análisis sobre la respuesta de las especies ante los diferentes escenarios de cambio climático. Figura 6. Ejemplo de salida en MAXENT. Modelo de distribución potencial del alimoche común Neophron percnopterus en España peninsular y Baleares.

Figura 5. Variable BIO1 (temperatura media anual). Fuente: www. worldclim.org.

Un ejemplo: Áreas climáticamente favorables para el cárabo común Strix aluco en la España peninsular. Para finalizar, os detallo como ejemplo uno de los modelos que he ido haciendo a lo largo de estos años para especies de rapaces nocturnas. En el año 2011 desarrollamos un trabajo que consistía en la obtención de áreas de favorabilidad climática para el cárabo común en la España peninsular. Los datos de distribución de la especie estaban en forma de presencias y ausencias según cuadrículas UTM 10 x 10 km, obtenidas a partir del Atlas de aves reproductoras de España, de Marti & Del Moral (2003). La especie estaba presente en 2.609 cuadrículas, lo que se correspondía con el 50.49% del territorio de estudio. En este caso utilizamos 22 variables climáticas, dado que queríamos estudiar la posibilidad de obtener un modelo válido para la especie, basado exclusivamente en este factor (climático). Se puede consultar en detalle la metodología empleada en Castro et al., 2008 y Castro & Real, 2012. Simplemente, resaltaré que la función de favorabilidad utilizada generó un modelo de distribución parsimonioso, con únicamente 6 de las 22 variables consideradas inicialmente. El modelo clasifica correctamente el 71.4% del total de las cuadrículas existentes el territorio de la España peninsular (número de cuadrículas totales, 5.167). A nivel explicativo, describe satisfactoriamente la distribución del cárabo común atendiendo a un número muy limitado de variables, todas ellas relacionadas con la disponibilidad hídrica. Las variables incluidas en el modelo sugieren que las zonas de mayor aptitud territorial para la especie son aquellas que están influenciadas por valores altos y constantes de precipitación y humedad. Los territorios de la España peninsular fueron clasificados en áreas de alta favorabilidad (17.34% del total del territorio de estudio, con el 85% de estas ocupadas por la especie), de favorabilidad intermedia (72.42%, de las que el 48.05% estaban ocupadas) y, desfavorables (10.24%, con solo un 10.02% de ocupación).

Figura 7. A la izquierda presencia de cárabo común Strix aluco y a la derecha modelo potencial de la distribución del cárabo. Figura 6. Ejemplo de salida en MAXENT. Modelo de distribución potencial del alimoche común en España peninsular y Baleares. Iberae 33


Enlaces:

Cárabo común Strix aluco fotografía Raúl Ruiz

MAXENT https://biodiversityinformatics.amnh.org/open_ source/maxent/

• WorldClim 2: new 1km spatial resolution climate surfaces for global land areas. Fick, S.E. and R.J. Hijmans, 2017. International Journal of Climatology 37 (12): 4302-4315.

WORLDCLIM www.worldclim.org

Bibliografía: • Castro, A. & Real, R. Caracterización climática del área de distribución del lirón gris Glis glis (Linnaeus, 1766) en la España peninsular. Galemys, 19(2):19-31. 2007. • Castro, A. & Real, R. Obtaining climatically favourable areas for the tawny owl (Strix aluco) in the Peninsular Spain. En: Ecology and Conservation of European Forest-Dwelling Raptors – Capítulo 15. (Editores: Zuberogoitia, I. & Martínez, J. E., 2012). Diputación Foral de Bizkaia. Páginas 148-153. • Castro, A., Muñoz, A-R. & Real, R. Modelling the spatial distribution of Tengmalm’s owl Aegolius funereus in its Southwestern Palaeartic limit (NE Spain). 2008. Ardeola, 55(1): 71-85. • Hagemeijer, Ward J. M.; Blair, Michael J. The EBBC Atlas of European Breeding Birds. Their Distribution and abundance.. Ed.: Berkhamsted. Poyser T.& A. 1997. 1st Edition. • Martí, R. & Del Moral, J. C. (Eds.) Atlas de las Aves Reproductoras de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza-Sociedad Española de Ornitología. 2003. Madrid. Iberae 34

Agustín Castro Es biólogo, especializado en zoología y gestión de espacios naturales. Actualmente es investigador predoctoral del Departamento de Biología animal de la Universidad de Málaga, en el área de Biogeografía, Diversidad y Conservación. Su actividad investigadora se centra en la modelación espacial de la distribución de especies de vertebrados, principalmente, de rapaces nocturnas. Compagina su actividad con la divulgación de las ciencias de la naturaleza, siendo responsable del proyecto Divulga Natura, en Málaga.


Crisis y oportunidad Por Elisa Pozo Menéndez ¿Cuándo es la última vez que has tenido contacto con la naturaleza? Tocar, sentir, oler, observar… Uno de los mayores problemas de salud asociados a la vida urbana en las ciudades modernas es la falta de contacto con la naturaleza, que tiene una relación directa con nuestra salud mental, alergias y problemas respiratorios, y problemas de obesidad y cardiovasculares (Land Use Consultants and CREH, 2007).

inventos así como los distintos descubrimientos que ayudaban a entender mejor el mundo y, por lo tanto, hacer un nuevo uso de los recursos del planeta. Por ejemplo, muchas de las ciudades más prósperas de Italia en la actualidad habían sido fundadas por los etruscos en tierras muy fértiles y de gran riqueza mineral (Walker, 2003). El conocimiento a través de la observación e interpretación del entorno ha sido siempre una característica normalmente atribuida a los sabios de las tribus, quienes tomaban algunas de las decisiones más importantes como, por ejemplo, su lugar de asentamiento. Así, mediante la observación de los vientos dominantes, la salud de los animales del lugar, la orientación solar y algunos parámetros adicionales, las ciudades se fundaban respetando una tradición basada en el conocimiento, aunque aderezada con ritos místicos para guardar también el secreto entre los que ostentaban más poder (Pozo Menéndez, 2020). Estas reglas fundacionales, presentes en muchas culturas, permanecen vivas en muchos casos a través de criterios bioclimáticos y elementos de la arquitectura tradicional o vernácula (Neila González, 2004), aunque muchos se han ido perdiendo progresivamente.

Imagen 2. Relieve del Museo Arqueológico de Aquileia (Italia). Esta escultura representa el antiguo ritual sagrado de fundación de una ciudad con el arado para la delimitación de los lindes del perímetro urbano. Fuente: Twitter Antigua Roma al Día. @antigua_roma. Publicado el 21/04/2017. Consultado el 11/01/2020.

Imagen 1. Portada del famoso libro “Biophilia”, de Wilson E. (1984), donde se desarrolla la hipótesis de la necesidad de naturaleza del ser humano.

El ser humano creó las ciudades como una forma de organización óptima de los recursos. No solo el aprovechamiento de los recursos naturales para la búsqueda de protección y refugio o explotación de bosques, cursos de agua y minas, sino para la optimización de los propios recursos humanos. Los ganaderos, artesanos, agricultores, soldados, constructores… comunidades y ciudades se fueron complejizando gracias a la creación de nuevos

Saltando miles de años en la historia, nos situamos en un contexto un poco más próximo: la revolución industrial. Este período se caracteriza por una de las mayores transformaciones en la historia de la humanidad, pero en el tema que nos centramos, el gran cambio fue la migración masiva de la población a las ciudades para poder trabajar en las industrias y minas. Esta nueva población requería rápidamente un lugar donde dormir y surgieron viviendas y infraestructuras para poder albergar a los trabajadores y a sus familias. Sin embargo, la salud de la población se veía comprometida por la insalubridad del ambiente urbano: contaminación, ruido, infraviviendas, falta de ventilación e iluminación, falta de infraestructura para la gestión de residuos y agua, etc. Nos encontramos en los inicios de la disciplina del urbanismo moderno, donde las consideraciones ambientales se vuelven una prioridad para asegurar la salud de las personas, sobre todo para evitar las graves consecuencias de la exposición a estos Iberae 35


factores negativos. Las epidemias y los factores ambientales eran problemas recurrentes que asolaban la población sin ningún tipo de sesgo social generando importantes impactos para la economía. Y es en esta época cuando se pone en valor la salud a la hora de llevar a cabo importantes proyectos urbanos. Distintas disciplinas intervienen en la ideación e imaginación de nuevos escenarios urbanos que devolvieran a la ciudad aquello de lo que carecía de una forma sustancial: la integración de la naturaleza en su concepción (Higueras García y Pozo Menéndez, 2020). Bien es cierto que la evolución de las ciudades ha incorporado la vegetación y los jardines desde siempre, pero de alguna forma existía todavía un equilibrio entre la explotación de los recursos, la gestión de los residuos, la conexión con el mundo natural. Para organizar los nuevos desarrollos urbanos y remodelar los cascos históricos surgen distintos movimientos para permitir que la gran densidad y la naturaleza convivan. También nuevas formas de planificación urbana para permitir disfrutar de los beneficios del campo desde la ciudad y con propuestas para nuevos modelos productivos, probando nuevas formas de organizar las ciudades y a las sociedades en una búsqueda hacia la equidad y bienestar social.

A principios de siglo XX, la intensificación de la producción alimentaria y el descubrimiento de la penicilina, y más tarde de las vacunas, permitieron reducir la mortalidad, sobre todo la infantil, y estos avances repercutieron directamente en aumentar la esperanza de vida de la población. La industrialización permitió cambiar los sistemas productivos, donde se incluyó también la arquitectura. Cambiaron los tiempos de producción, acelerándose de forma vertiginosa, y progresivamente esto también afectó a los tiempos de consumo. Irrumpió el coche como adquisición casi obligatoria para el ciudadano medio para que pudiera desplazarse de la ciudad a su casita en el campo - el pseudo-campo periférico, porque un chalet con césped y sin bichos no es campo “de verdad” - y para resolver la necesidad de provisiones se inventaron los grandes centros comerciales a donde se podía ir en coche y comprar todo lo que hacía falta – comida, ropa, electrodomésticos… - en una sola tarde, en el mismo lugar, donde además se podía socializar en un entorno controlado y seguro. Surgió una clase trabajadora en oficinas en despachos acondicionados dedicada a una producción inmaterial de procesos administrativos, gestión y mundos virtuales.

Imagen 4. Vista aérea de Arroyomolinos, en Madrid. Distintas organizaciones espaciales de chalets unifamiliares con piscina privada y jardincito. Fuente: Google Maps, 2020.

Imagen 3. El futuro esperado de la Ciudad Jardín de Ebenezer Howard. Fuente: Howard E. (1898). Garden Cities of To-morrow. Iberae 36

La inercia de estas velocidades de consumo, explotación y desarrollo consiguieron un ritmo acelerado que ha calado en todos los sectores y se mantiene a día de hoy – no ha pasado tanto tiempo-. La comida es rápida, la ropa y los zapatos pasan de moda en cuestión de meses, programas de lavado instantáneo y máquinas que cocinan por nosotros y nos ahorran tiempo. Los viajes turísticos nos transportan en cuestión de horas a la otra parte del mundo sin necesidad de 80 días de aventuras. Hasta nuestro metabolismo necesita acelerar para quemar calorías excedentes, ya que este nuevo ecosistema donde vive la sociedad moderna ha dado paso a otras enfermedades que no son contagiosas, pero igualmente se han convertido en grandes problemas de salud pública. La obesidad, los problemas cardiovasculares, enfermedades respiratorias, problemas de salud mental, la soledad… son las nuevas “epidemias” de la ciudad, combinadas con las de toda la vida – contagiosas y mortales - como la peste, la gripe o la Covid-19. También la rapidez en recetar una pastilla


anti-depresiva para curar los síntomas de las depresiones de una forma rápida y casi instantánea como quien se prepara el cacao batido para merendar, en vez de procesos de aprendizaje de gestión emocional o actividades en grupo. Por cierto, en algunos países como Reino Unido, los médicos pueden recetar el salir al campo a tomar el aire o unirte a alguna actividad en distintas asociaciones para socializar y conocer gente. Frente a esta situación, existen también grandes movimientos que se cuestionan desde hace décadas los patrones de consumo, la explotación de los recursos y las limitaciones del planeta para satisfacer nuestras necesidades. Cabe preguntarse si este sistema que nos permite consumir más y tenerlo todo realmente nos permite tener más tiempo para disfrutar de la vida o si, en realidad, es la respuesta automática que surge para poder ahorrar el dinero necesario para pagarse todas esas necesidades. Nos preguntamos: ¿cuál es la esencia del ser humano y cuál la de la ciudad?

Imagen 5. Grupos de consumo en las ciudades. Estos grupos permiten la creación de redes de cercanía para socializar con el objetivo de acceder a productos de calidad de productores locales y de proximidad, con una conciencia ecológica de los procesos de producción alimentaria y de huella de impacto ambiental. Fuente: Asociación Vecinal Independiente de Butarque. Madrid. Disponible en: https://www.butarque.es/grupo-de-consumo-ecologico-2016/

Las novelas imaginadas como “Un mundo feliz” (Huxley, 1932), “Farenheit 451” (Bradbury, 1953) o “Momo” (Ende M., 1973) u obras cinematográficas con contenidos similares de futuros cibernéticos nos presentan un futuro que no difiere demasiado de nuestras sociedades actuales y cada vez son más fáciles de imaginar. Quizá no como un sistema generalizado, pero sí experiencias puntuales de sociedades donde están explorando algunos de estos límites. La vida en las grandes ciudades se cuestiona constantemente: ¿vivir para trabajar o trabajar para vivir? Un sistema donde el ciudadano medio se enfrenta al miedo o la inseguridad de no poder pagar todos esos bienes que “tenemos” que consumir: una hipoteca, la moto o el coche, la segunda casita en la pradera, la última videoconsola del mercado para nuestros hijos o la residencia que permita tener a nuestros padres en un lugar que se promete seguro y les den algo de comer de vez en cuando. Todo ello con sus correspondientes seguros asociados. La

clase media cultiva intereses de sus respectivas hipotecas en vez de pagar los diezmos del campo, a cambio de una libertad condicionada, adormecida con series tras la jornada laboral. Sin duda, estamos en un momento apasionante de la historia donde hace falta creatividad y nuevas ideas que transformen y adapten el sistema poniendo en cuestión la esencia del mismo. O quizá ideas no tan nuevas, pero iniciativas más arriesgadas y comprometidas por una economía circular o un modelo de cooperación social. Los principios de estas ideas no son invenciones del siglo XXI. La Covid-19 ha hecho visible la necesidad de volver a escuchar a los “sabios”, los científicos, los observadores, para salir de la mejor forma posible de este paréntesis de reflexión a escala mundial. Al menos los que podemos permitirnos ese lujo, porque la complejidad social necesita también de una preocupación por el día a día y dejarse de reflexiones académicas. Cambio climático, desigualdad social, equidad, la integración de los cuidados… son algunos de los temas que se predican en artículos científicos de alto impacto. Pero nos falta el respeto por el saber y de aquellos que son capaces de ver más allá en sus observaciones del momento actual. En estos momentos de incertidumbre y de crisis surgen distintas iniciativas múltiples para apostar por un nuevo modelo, donde algunos de los puntos clave son la adaptación de los sistemas urbanos a todos los usuarios y a sus necesidades específicas en beneficio de la mayoría. Porque la ciudad surgió para optimizar los recursos y lleva décadas alejada de este objetivo. En este contexto, la salud vuelve una vez más a ser el punto clave para la acción, quizá por la sensibilidad ante la crisis que acabamos de padecer, pero ya era uno de los objetivos a nivel mundial (Naciones Unidas, 2015). Muchas ciudades se han puesto en marcha para intentar aprovechar este escenario de “laboratorio” y probar nuevas fórmulas que resuelvan los problemas asociados a la movilidad, a la contaminación del aire y a la precariedad de las viviendas en el interior de viviendas de manzanas urbanas. Es en este contexto que también la necesidad de optimizar los recursos humanos se vuelven necesarias, apostando por nuevas formas de colaboración entre disciplinas, aprendiendo a observar de una forma más integral el entorno que nos rodea, incorporando una mirada hacia lo natural, lo social, lo económico y lo cultural, entre otras. Y es en este momento cuando Madrid da esperanza a sus ciudadanos intentando dar un paso adelante para recuperarse del retraso que lleva en temas de sostenibilidad. Una llamada internacional a reflexionar sobre estos temas a través de un concurso de Bosque Metropolitano. La voluntad de generar un sistema perimetral de naturaleIberae 37


za, una infraestructura verde, que articule los ecosistemas miten poner en valor a la naturaleza dentro de nuestras fragmentados y aislados de la capital es un proyecto ilu- regulaciones de planificación. sionante y esperanzador de gran escala capaz de revertir un proceso de degradación de calidad de vida que estaba poniendo en cuestión el atractivo de la capital para mucha población. Para los que han conocido la evolución del arroyo Manzanares en su paso por la capital y su transformación en el proyecto “Madrid Río”, comprenderán el potencial de la propuesta actual, de recuperar los sistemas naturales del territorio, y conectar a la ciudadanía con la naturaleza sin necesidad de irse a 50 km a buscar libélulas y vida no humana.

Imagen 6. Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. Fuente: Naciones Unidas (2015).

Imagen 8. Plan de infraestructura verde y biodiversidad de Madrid. Fuente: Ayuntamiento de Madrid (2019).

Imagen 7. La vegetación de ribera ha ido generando nuevos ecosistemas en el paso del Manzanares por la ciudad de Madrid, atrayendo no solo a nuevos bichitos que visitan el río y anidan en sus alrededores, sino también una gran parte de la población que busca un lugar de ocio y actividad en contacto con la naturaleza. Fuente: Ciudad Sostenible, 2019.

La infraestructura verde y azul son conceptos que surgen, justifican y defienden esa necesidad de naturaleza y para definir una normativa que le reserve un lugar en el territorio. Se define como “una red estratégicamente planificada de espacios naturales y seminaturales para ofrecer una amplia gama de servicios ecosistémicos ” (Valladares, Gil y Forner, 2017). En el mundo moderno, frente a las infraestructuras grises para el tráfico rodado, y para completar las infraestructuras básicas urbanas para el agua, energía y gestión de residuos, estas infraestructuras perIberae 38

Sin duda, resulta una oportunidad para conectar la ciudad de cemento y hormigón con la naturaleza, para poder convivir con ella de una forma simbiótica, y no parasitaria ni fagocitaria. Hasta finales de septiembre el concurso mantendrá numerosas cabezas en todo el mundo pensando en diseños, sistemas de recuperación ecológica y escenarios ideales para la recuperación de Madrid. Una oportunidad de recuperar la memoria del lugar y sus elementos naturales que en su día permitían ese equilibrio entre ciudad y territorio. Los servicios ecosistémicos hacen posible la vida humana, por ejemplo, al proporcionar alimentos nutritivos y agua limpia; al regular las enfermedades y el clima; al apoyar la polinización de los cultivos y la formación de suelos, y al ofrecer beneficios recreativos, culturales y espirituales.


Referencias

torios. Cuadernos de Investigación Urbanística. No. 128. Pp. 59-70. DOI: 10.20868/ciur.2020.128.4393 Ayuntamiento de Madrid (2019). Plan de Infraestructu- Walker J.M. (2003). Los etruscos. Madrid: Edimat. ra verde y biodiversidad de Madrid. Disponible en: https://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/ Wilson E. O. (1984). Biophilia. Harvard University Press. Medio-ambiente/Parques-y-jardines/Plan-de-Infraes- Cambridge, Massachussets and London, England. tructura-Verde-y-Biodiversidad/?vgnextoid=5fdec0f221714610VgnVCM2000001f4a900aRCRD&vgnextchannel=2ba279ed268fe410VgnVCM100000 0b205a0aRCRD Bradbury R. (1967). Fahrenheit 451. Traducción de Alfredo Crespo López. DeBolsillo: Barcelona. Ciudad Sostenible (2019). Evaluación de la infraestructura verde de Madrid: hacia una mejora de la resiliencia socio-ecológica. Disponible en: https://www. ciudadsostenible.eu/miradas-urbanas/transitando/ evaluacion-de-la-infraestructura-verde-de-madrid-hacia-una-mejora-de-la-resiliencia-socio-ecologica/ Ende M. (2015) Momo. Traducción de Begoña Llovet Elisa Pozo Menéndez Barquero. Alfaguara. Arquitecta urbanista con especialización en medio amValladares F., Gil P. y Forner A. (coord.) (2017) Bases biente y sostenibilidad por la Universidad Politécnica de científico-técnicas para la Estrategia estatal de infraes- Madrid. Ha realizado los estudios de máster “Villes Duratructura verde y de la conectividad y restauración ecoló- bles” (Institut Français d’Urbanisme, 2014) y “Arquitecgicas. Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y tura Bioclimática y Medio Ambiente” (UPM, 2019) y los cursos de especialización de Prevención de la Demencia Medio Ambiente. Madrid. (Universidad de Tasmania, 2020), Diseño y Demencia Higueras García E. y Pozo Menéndez E. (2020). Urba- (Universidad de Stirling, 2020) y Envejecimiento activo, nismo y salud: ¿Son las ciudades europeas resilientes a las calidad de vida y género (CSIC, 2019). Es investigadopandemias? The Conversation. 23 de abril 2020. Dispo- ra de doctorado en salud urbana y envejecimiento salunible en: https://theconversation.com/urbanismo-y-sa- dable. Desde 2018 forma parte del grupo de investigalud-son-las-ciudades-europeas-resilientes-a-las-pande- ción ABIO (UPM), coordinando los proyectos europeos mias-136758 UNI-Health (2019) y URB-HealthS (2020), que siguen su línea de trabajo dentro del marco EIT Health. TraHoward E. (1965). Garden Cities of To-morrow. MIT baja con distintos estudios de arquitectura y urbanismo Press. en proyectos diversos aportando su visión interdisciplinar y experiencia internacional. Desde 2017 es profesora de Huxley A. (1932) Un mundo feliz. DeBolsillo: Barcelona. herramientas digitales y fIujos de trabajo en el Instituto Europeo de Diseño de Madrid. Desde 2006 particiLand Use Consultants in association with the Centre for pa y colabora con numerosas asociaciones y ONGs en Research into Environment and Health (CREH) (2007). proyectos de inclusión social con distintos colectivos en Delivering Healthier Communities in London. London: situación de vulnerabilidad. Actualmente coordina y apoNHS London Healthy Urban Development Unit. ya una asociación de personas mayores en el distrito de Naciones Unidas (2015). Objetivos de Desarrollo Soste- Usera (Madrid) preocupadas por la salud de la ciudad y la nible 2030. Disponible en: https://www.un.org/sustaina- degradación de sus barrios. bledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/

Neila González J. (2004). Arquitectura bioclimática en un entorno sostenible. Ed. Madrid: Munillairea. Pozo Menéndez E. (2019) Sal y salud. Poblaciones y terriIberae 39


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