Revista Ibero 15

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agosto-septiembre DE 2011

Líder Ibero_Sabina Berman Inédito de Javier Sicilia_El otro lado del sótano Poemas inéditos_Homero Aridjis Vida Yovanovich_Fotografía y compromiso vital

Año III

Año III

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

Santiago Corcuera Juan Antonio Estrada José Antonio Ibáñez Aguirre José Rosario Marroquín Farrera Jorge Montaño María Guadalupe Morfín Otero Rodolfo Stavenhagen

›Derechos humanos y justicia

Número 15 Agosto-septiembre de 2011

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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

Derechos humanos y justicia PORTE PAGADO PP15-5159 (PUBLICACIÓN PERIÓDICA) AUTORIZADO POR SEPOMEX

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DIRECTORIO

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UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector Académico IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Consejo editorial: Víctor Gavito, Miguel Ángel Granados Chapa, Sharon Flores Jiménez, Vicente Leñero, José Morales Orozco, S. J., María Nieves Noriega de Autrey, Gonzalo Olivares Velázquez, Eugenio Páramo Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J. Comité de asesores: Carlos Alvarado Santoyo, José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera, Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo, Helena Varela, Gabriela Warkentin Director: Carlos Deveaux Homs Director editorial: Juan Domingo Argüelles Asistente editorial: Beatriz Palacios Administración: Áurea Maristany Información: Angélica Cortés, Paola García Alarcón, Francelia Vargas Redacción: Osvelia ramírez, Pedro Rendón, Abenamar Sánchez

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Revista Ibero

Derechos humanos y justicia 03 Dr. José Morales Orozco, S. J. Carta del Rector 04 Jorge Montaño. Los derechos humanos de los mexicanos en Estados Unidos 08 Santiago Corcuera. Otra vez, desapariciones forzadas en México 10 Rodolfo Stavenhagen. Derechos humanos y justicia para los pueblos indígenas 14 María Guadalupe Morfín Otero. ¿En qué cultura se da el feminicidio? 18 José Rosario Marroquín Farrera. Salvaguardar la dignidad de las personas 20 José Antonio Ibáñez Aguirre. El cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en México

44 24 Juan Domingo Argüelles. El Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana 28 Juan Antonio Estrada. Los derechos humanos y la Iglesia Católica

, Revista de la Universidad Iberoamericana es una publicación bimestral de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A. de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número de Certificado de Licitud de Contenido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Imprenta: Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. Allende No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Servicio Postal Mexicano. Porte pagado PP15-5159, autorizado por SEPOMEX. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariamente el criterio de la institución. No se devuelven originales no solicitados ni se entablará correspondencia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la Universidad Iberoamericana. Año III, número 15, agosto-septiembre de 2011. Fotografía de portada:Corbis. ISSN en trámite.


Arte, tecnología, actualidad, cultura y entretenimiento

32 Líder Ibero. Sabina Berman: No hemos aprendido a ver la cultura como una actividad social y económica. Arturo Sánchez Meyer. 38 La llama inextinguible. Homero Aridjis. Tres poemas inéditos. 40 Mirador. Vida Yovanovich: Fotografía y compromiso vital 44 Trivium_narrativa. El otro lado del sótano (un capítulo inédito de una novela sobre la vida de San Maximiliano Kolbe). Javier Sicilia. 50 Música para camaleones. Qué escuchar y por qué. 52 La voz del libro_el eco de la lectura. Qué leer y por qué 54 Itinerario del ocio. Adónde ir y por qué 56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrumentos que facilitan la vida

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erechos humanos y justicia son dos condiciones fundamentales para la convivencia social y el desarrollo personal. El respeto a los derechos humanos supone la vigencia de la justicia, y la vida democrática de una nación se sustenta en ambas. El aumento de la violencia en nuestro país, con los frecuentes y visibles agravios contra migrantes, indígenas, mujeres, o comunicadores, que no se esclarecen y que, muchas veces, involucran a los cuerpos de seguridad de los tres niveles de gobierno, han contribuido a sembrar un clima de desesperanza y de poco aprecio por la cultura de la legalidad entre la ciudadanía. Más aún: no son pocos los que llegan a pensar que la defensa de los derechos humanos es un obstáculo para la procuración de la seguridad en nuestro país. Ahora bien, las diversas formas de discriminación cotidiana, las circunstancias desfavorables para el desarrollo de las personas, los graves crímenes contra las libertades y las garantías individuales, que suman una muy larga y penosa historia de violaciones a los derechos humanos y se han traducido en una estela de injusticia, han convertido estos temas en dos de las demandas ciudadanas más amplias y persistentes. Con el ánimo de situar la importancia de la defensa de los derechos humanos en un contexto como el que atraviesa el país, IBERO trae a este número las voces de autores y actores que, con el pensamiento y la acción, han contribuido para que los derechos humanos y la justicia sean una realidad cada vez más plena en nuestra sociedad.

La verdad nos hará libres Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector

IBEROcarta del rector_

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Los derechos humanos de los mexicanos en Estados Unidos_

Las tendencias xenófobas y racistas, siempre latentes en amplios segmentos de ese país, se multiplicaron ante una evidencia tan irrefutable como la destrucción de las propias torres gemelas.

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l estatus de los derechos humanos en Estados Unidos tuvo un parteaguas innegable en el 9/11. La transformación fue radical tanto en las prácticas cotidianas como en la legislación aprobada en forma apresurada, con la justificación de enfrentar ataques subsecuentes a su territorio. Leyes, reglamentos y bandos locales se adoptaron en los tres niveles de gobierno, teniendo como punto de referencia la draconiana Ley Patriota que amuralló uno de los países más abiertos del mundo. Esta reacción discutible por sus alcances al coartar la vigencia de las libertades fundamentales, implantó en forma inevitable la convicción de que los extranjeros son una especie seudo-maligna orientada a aniquilar a la gran potencia. Este nuevo mantra, estimuló incluso una convocatoria a la ciudadanía, para que coadyu-

Foto:Corbis

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Jorge Montaño_Egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM y doctor por la London School of Economics. Es miembro del Servicio Exterior Mexicano y ha ocupado diversos cargos en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Fue Representante Permanente ante Naciones Unidas y Embajador de México en Estados Unidos. Es profesor del ITAM y miembro fundador del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales. Recientemente fue reelecto por el Economic and Social Council (ECOSOC) como miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de Naciones Unidas, por lo que ha realizado misiones en Guatemala y El Salvador a fin de analizar el cumplimiento de estos países de los Tratados de Fiscalización Internacional de Drogas así como para recomendar apoyo técnico. Ha publicado diversos libros y artículos, y es colaborador de la página editorial de El Universal, y miembro de la Junta Directiva de Foreign Affairs Latinoamérica.

vara en la vigilancia de la paz social, en especial denunciando comportamientos sospechosos de los no nacionales. Las tendencias xenófobas y racistas, siempre latentes en amplios segmentos de ese país, se multiplicaron ante una evidencia tan irrefutable como la destrucción de las propias torres gemelas. Para la ciudadanía, se trató de un ataque inédito en la prolija historia bélica de Estados Unidos, que fue creciendo y mutando como resultado de temores colectivos. Ciertamente, la autoridad aprovechó esta inseguridad para justificar acciones y políticas radicales. El embate de Al Qaeda pronto se convirtió en animadversión contra árabes y musulmanes en general, investidos de enemigos irreconciliables, llegando al extremo de justificar la violación del derecho internacional, con los ataques punitivos de Bush contra Afganistán e Iraq. Los temores se convirtieron también en interrogantes sobre la


_La secuela más perniciosa de inestabilidad post 9/11 fue la demanda de establecer controles especiales a los extranjeros, de quienes la presunción a probar, era que no estaban asociados con los atacantes, propiciando a nivel local persecuciones apoyadas en el color de la piel o en rasgos no anglosajones.

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seguridad fronteriza, cuya responsabilidad debía ser garantizada por Canadá y México. Sobre sus vecinos del norte, recayó la responsabilidad de explicar cómo se habían infiltrado los terroristas por su territorio, que de manera fortuita no lo hicieron por nuestras fronteras. La recién concluida era clintoniana había logrado aciertos en la relación con los vecinos del sur más allá del Suchiate. Se hicieron esfuerzos por consolidar un mercado de libre comercio del continente y en el Capitolio se intensificó el debate para buscar formas alternativas de mejorar el status de la migración ilegal. Desde entonces, está en la agenda del senado la “Dream Act”, legislación orientada a recompensar a los hijos de ilegales que muestran actitudes especiales en beneficio de Estados Unidos, que merecen ser compensadas con la nacionalidad.

Todo se atoró en una administración republicana radical, renuente a reconocer estas actitudes con generosidad institucional, sentimiento agudizado por la incertidumbre de los ataques. Otro veranillo fue la propuesta de ley de los senadores Mc Cain-Kennedy que recogía los puntos esenciales del debate migratorio, aceptable incluso desde nuestra perspectiva. La cercanía con las votaciones primarias de la elección presidencial de 2004, impidió su adopción. Lo que es peor, no se han vuelto a proponer conceptos tan precisos como los que incluía ese fallido proyecto. La secuela más perniciosa de inestabilidad post 9/11 fue la demanda de establecer controles especiales a los extranjeros, de quienes la presunción a probar, era que no estaban asociados con los atacantes, propiciando a nivel local persecuciones apoyadas en el color de la piel o en rasgos no anglosajones. La síntesis más acabada


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de este acoso y hostigamiento de migrantes, fue el surgimiento de legislaciones en los condados, abiertamente hostiles a la población de origen mexicano. Se llegó al extremo de prohibir que condujeran automóviles, aun cuando tuvieran el seguro y licencia en orden. La Ley Patriota dio amplios poderes a los agentes de la ley, para investigar el estatus migratorio de una persona simplemente por su apariencia. Para realizar dicha inspección, no era necesario pertenecer a una corporación especializada en materia migratoria, lo cual generaba equívocos que amedrentaban a los extranjeros. Este panorama subsiste en la actualidad en forma más mesurada. A la amenaza terrorista, se añadió en la primera década del siglo, una crisis económica sin precedentes dentro y fuera de Estados Unidos que impactó en forma severa la percepción del fenómeno migratorio. La respuesta a la crisis se dio en forma inevitable con el surgimiento de una derecha, aglutinada por los principios políticos ultraconservadores del Tea Party. Su animadversión en contra de los extranjeros es parte esencial de su plataforma política, con la cual lograron un triunfo contundente en las elecciones de medio término del pasado noviembre, asumiendo el control de la cámara baja y logrando avances en el senado. Este avance no es cosa menor si se considera que varios integrantes del caucus hispano y congresistas liberales con las mejores posiciones con relación a los migrantes, perdieron su asiento en el Capitolio. Esta mengua de mentes avanzadas en el tema migratorio, incluyó también a miembros del partido republicano, derrotados por la extrema derecha por su filiación “avanzada”. Las legislaciones antimigrantes aprobadas por las legislaturas estatales de Arizona y Alabama son la punta de un iceberg preocupante, precisamente por sus rasgos racistas que parecen ser parte esencial del debate interno que actualmente se realiza en el partido republicano. Otro síntoma del endurecimiento más reciente, son las propuestas en la Casa de Representantes donde la legislatura instalada en enero, ha presentado medidas draconianas en contra de la migración. Inequívocamente, estas posiciones tienen un contenido represivo con el ánimo de evitar el flujo de migrantes, utilizando aviones no tripulados, aumentando el número de efectivos de la patrulla fronteriza e incluso movilizando a la guardia nacional a petición de los gobernadores fronterizos. Las expectativas de atención política al tema migratorio en el Capitolio o en la Casa Blanca son inexistentes, en tanto no mejore la economía. Si el Partido Demócrata desea retener la Casa Blanca y recuperar el espacio perdido en el Legislativo así como en las gubernaturas, debe demostrar resultados abatiendo los índices de desempleo y estimulando los de consumo. En ninguna ecuación política parece viable que el presidente Obama recupere su lista de compromisos con los electores hispanos. Aún más, el discurso republicano muy posiblemente radicalice posiciones demócratas en distritos y estados donde haya un sentimiento sólido antimigrante. Dada la máxima de que toda política es local, la radicalización está asegurada, ya que los electores actúan parroquialmente, privilegiando beneficios comunitarios.

_La combinación de la derechización militante y racista con la crisis económica sin solución en el corto o mediano plazo, cancela opciones que apunten a un proceso que en forma gradual siente las bases de una reforma migratoria. Sin duda, es hoy un escenario inalcanzable.

Las organizaciones hispanas han perdido espacios políticos ante el peso específico de la crisis económica. Su argumentación a favor de las distintas variantes para lograr la regularización de la migración ilegal, no son viables en periodos electorales, regulados por indicadores económicos de emergencia y una retórica proclive a descalificar la mano de obra explotada y desprotegida por las leyes. Este doble discurso está creciendo en importancia y sin duda dominará el debate electoral. Los políticos hispanos no estarán al margen de este entorno, que inevitablemente reduce las expectativas que en el 2008 los llevó a votar por Obama e incluso a registrarse como miembros del Partido Demócrata. No es exagerado señalar que nuestros connacionales enfrentan una situación de asedio sin precedente histórico, en términos de que cambien las tendencias negativas en el corto plazo. La combinación de la derechización militante y racista con la crisis económica sin solución en el corto o mediano plazo, cancela opciones que apunten a un proceso que en forma gradual siente las bases de una reforma migratoria. Sin duda, es hoy un escenario inalcanzable. México tiene posibilidades de movilizar su red de cincuenta consulados, para brindar apoyo consistente en materia de protección a sus ciudadanos, en especial contra de las embestidas de la extrema derecha. En forma activa puede también movilizar a los medios de comunicación locales con mensajes precisos en contra de actitudes discriminatorias. Estas estrategias deben hacerse con prudencia, apoyándose en las organizaciones hispanas. El activismo mexicano en forma directa, es contraproducente como se evidenció en California en 1994 en la lucha contra la propuesta 187, donde las cúpulas hispanas se inconformaron contra acciones directas de nuestro gobierno en territorio estadounidense. No debe descartarse la posibilidad de convocar a gobiernos de la región a presentar posiciones conjuntas, en especial con el gobierno federal, en el cabildeo en el Capitolio, en medios de comunicación y a nivel local, particularmente en metrópolis como Los Ángeles, Nueva York o Chicago. Las escasas ocasiones que se ha actuado en esta forma, han generado reacciones favorables e incluso respuestas apresuradas para evitar comentarios negativos de la oposición. En todo caso, la peor actitud en la coyuntura actual es la inacción.


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y maestro en Derecho por la Universidad de Cambridge. En la Ibero ha sido coordinador de la Maestría en Derechos Humanos y del Programa de Derechos Humanos. Fue integrante del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, entre julio de 2004 y junio de 2010, y fue su presidente entre 2006 y 2009. Asimismo, presidió el Comité Coordinador de los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos humanos de la ONU, entre junio de 2009 y junio de 2010. Es autor del libro Derecho constitucional y derecho internacional de los derechos humanos (Oxford University Press, 2002).

Otra vez, desapariciones forzadas en México_

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uchos creímos que México ya había superado definitivamente la posibilidad de que en el país se cometieran desapariciones forzadas de manera recurrente. Todos sabemos, aunque se recuerde poco, que en la década de los setentas, durante la llamada “Guerra Sucia”, se dio una persecución, con conocimiento del ataque, a disidentes políticos. Esa persecución condujo a masacres, torturas y desapariciones. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos investigó cientos de casos y llegó a la conclusión de que, cuando menos en 532 sucesos, había elementos de investigación para poder afirmar que se trataban de desapariciones forzadas, y estableció que, por lo menos 275 de ellos, en efecto constituían desapariciones forzadas. Durante el sexenio de Vicente Fox se hicieron esfuerzos adicionales para investigar casos de desaparición forzada y se constituyó la Fiscalía Especial sobre Movimientos Sociales y Políticos del pasado (FEMOSPP). Esta Fiscalía investigó 797 casos. Es la hora, a más de treinta años de distancia, en que todos estos crímenes permaneces impunes.

Foto: Corbis

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Santiago Corcuera_Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

Después de ese negro capítulo de nuestra historia, se abrió otro no menos oscuro, durante el sexenio de Ernesto Zedillo. En aquellos años se planeó y puso en práctica una guerra de baja intensidad en el estado de Chiapas en contra de los integrantes y simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En el contexto de esa guerra de baja intensidad se cometieron incontables violaciones graves de derechos humanos, incluyendo masacres, ejecuciones sumarias individuales, detenciones arbitrarias, tortura y persecución a defensores de derechos humanos. Los funcionarios públicos que planearon y ordenaron la ejecución de estas acciones también se encuentran libres, y algunos de ellos en funciones públicas, recibiendo su sueldo del producto de nuestro trabajo. Cuando “llegó la democracia”, en el año 2000, percibimos algunas luces. Sin duda, la política exterior sembrada por el Secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda Gutman, y la Secretaria Mariclaire Acosta Urquidi, hincó raíz. No importó su salida de la SRE. Sus políticas se mantuvieron durante todo el sexenio. A nivel interno, se hicieron algunos esfuerzos, que a la postre probaron ser fallidos, pero que al anunciarse produjeron alguna esperanza. Durante ese sexenio no se tenía noticia de que en México se estuvieran cometiendo nuevas desapariciones forzadas. En marzo de este año visitó México el Grupo de Trabajo sobre


Desapariciones Forzadas o Involuntarias del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y emitió un comunicado el 31 de marzo. ¡Qué situación tan espantosa describe este comunicado! El Grupo de Trabajo informó que tuvo conocimiento de que en México se han cometido más de 3,000 desapariciones forzadas, que según informes de la CNDH, en 2009, dicha institución recibió reportes de 9,578 casos de secuestros de migrantes, y que entre abril y septiembre del 2010, al menos 11,333 migrantes fueron secuestrados. El Grupo de Trabajo señala que estos secuestros de migrantes son perpetrados principalmente por organizaciones criminales, pero, señala, que en algunas ocasiones se tenían indicios de que agentes estatales colaboraban con las organizaciones criminales para cometer esos secuestros, convirtiéndolos así en verdaderas desapariciones forzadas. Al 31 de marzo, el Grupo de Trabajo indicaba que no era posible aceptar que todos los secuestros de migrantes fueran

En mi labor de acompañamiento reciente a familiares de desaparecidos, he podido constatar que, a pesar de tener documentadas decenas de casos que me consta que cumplen claramente con los requisitos exigidos por el Grupo de Trabajo para ser aceptados, los familiares deciden no remitirlos a la ONU, ni a la CNDH, ni mucho menos a las agencias del ministerio público. Tengo la convicción de que, además de los 3,000 casos de los que las organizaciones civiles afirman tener conocimiento, y de los miles de casos de migrantes desaparecidos de que se tiene conocimiento a través de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, hay muchos más, que ni siquiera a las ONG les han sido informados por los familiares de las víctimas. El problema del subrregistro de desapariciones forzadas, por desgracia, es un fenómeno que se da en todos los países en donde se presentan desapariciones forzadas, y México no es la excepción.

_Tengo la convicción de que, además de los 3,000 casos de los que las organizaciones civiles afirman tener conocimiento, y de los miles de casos de migrantes desaparecidos de que se tiene conocimiento a través de la CNDH, hay muchos más, que ni siquiera a las ONG les han sido informados por los familiares de las víctimas. realizados exclusivamente por el crimen organizado, ni descartar que exista participación de gente del Estado. Después de dado a conocer el informe del Grupo de Trabajo, el Gobierno de México, a través de sus secretarías de Gobernación y Relaciones Exteriores, emitió declaraciones en el sentido de que era muy importante que el Grupo de Trabajo distinguiera entre las quejas presentadas y los delitos efectivamente cometidos; que el Grupo de Trabajo señalaba haber oído el número de 3,000, pero que tomara en cuenta que la Comisión Nacional de Derechos Humanos, hasta ahora, decía haber recibido sólo 283. Por esas fechas, el Gobierno parecía tratar de aminorar la gravedad de la situación. Muy poco tiempo pasó para que la realidad nos diera en la cara. El 9 de mayo nos enteramos por la prensa que habían sido rescatados 120 migrantes que afirmaban que agentes del Instituto Nacional de Migración los habían entregado al crimen organizado. (Véase la nota “Agentes nos entregaron al crimen organizado: migrantes rescatados”, http://www.milenio. com/cdb/doc/noticias2011/94735cf9dc1fc6e1994f97a442dafc5f). Se armó el escándalo, y el gobierno no tuvo más remedio que reconocerlo. Empezaron los ceses de decenas de agentes del INM por presuntos actos relacionados con secuestros (desapariciones forzadas, propiamente dichas). Seis agentes fueron arraigados y sometidos a proceso penal. Y, lo peor, es que la situación reportada al Grupo de Trabajo, o la que trasciende a la prensa, es solamente un pequeño segmento de esta realidad. El Grupo de Trabajo ha destacado reiteradamente en sus diversos informes acerca del fenómeno del subrregistro de casos de desapariciones forzadas en todas partes del mundo, debido al profundo temor que los familiares y seres queridos de los desparecidos sienten, por lo que se abstienen de denunciar el delito ante las autoridades. Tampoco acuden a las instancias internacionales, no solamente por temor, sino en muchos casos por ignorancia sobre la existencia misma de esas instancias.

Recomendaciones preliminares formuladas por el Grupo de Trabajo al Estado mexicano: 1_Reconocer la dimensión del problema (o lo que es lo mismo, no negarlo, ni “minimizarlo”). 2_Lograr que el delito de desaparición forzada se tipifique como delito autónomo en todos los Códigos Penales de la República y que se apruebe una Ley General sobre Desapariciones Forzadas. 3_Considerar en el corto plazo el retiro de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública como medida para prevenir desapariciones forzadas. (Tan sólo seis días después de que fue dada a conocer la recomendación del grupo de Trabajo, se difundieron las siguientes declaraciones: “Más allá de este sexenio, las Fuerzas Armadas podrían estar regresando a sus cuarteles y bases navales al no existir todavía corporaciones policíacas confiables y la violencia descenderá en “unos siete años”, prevé el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal [SSPF], Genaro García Luna”, http://eleconomista.com.mx/seguridadpublica/2011/04/06/violencia-bajara-7-anos-garcia-luna.) 4_Eliminar de la legislación y la práctica la detención mediante arraigo, tanto a nivel federal como estatal. 5_Garantizar la jurisdicción de los tribunales civiles en todos los asuntos relacionados con violaciones graves de derechos humanos, aunque el perpetrador sea miembro de las fuerzas armadas. 6_Brindar mayor apoyo a los familiares y asociaciones de familiares de las víctimas de desaparición forzada. 7_Establecer un programa nacional de búsqueda de personas con un protocolo de acción inmediata.

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Rodolfo Stavenhagen_Estudió Artes en la Universidad de Chicago, y es maestro en

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Antropología Social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y doctor en Sociología por la Universidad de París. Ha sido profesor en múltiples universidades de México y el extranjero. Es investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Especialista en sociología agraria, minorías étnicas, derechos humanos, conflicto étnico, pueblos indígenas y desarrollo social, es uno de los más importantes estudiosos del entorno agrario en México. En 2001, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU lo designó como Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas. Fue presidente fundador de la Academia Mexicana de Derechos Humanos. Ha recibido diversos premios y distinciones nacionales e internacionales, y es autor de numerosos libros, muchos de ellos de referencia internacional; entre los más recientes destacan La cuestión étnica, Derechos humanos de los pueblos indígenas, y Conflictos étnicos y Estado nacional.

Derechos humanos y justicia para los pueblos indígenas_

En estos campos de la justicia, la población indígena ha sido tradicionalmente discriminada y rezagada, víctima de distintas formas de “injusticia” (que es, precisamente, la ausencia de justicia).

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n nuestro medio usamos ampliamente tres conceptos del término “justicia”. El primero se refiere a las instancias y procedimientos judiciales que “imparten” la justicia. El segundo se refiere al concepto más político de “justicia” social y económica que tiene que ver con el diseño, la aplicación y los resultados de diversas políticas públicas. Estos dos usos están, sin embargo, anclados en la concepción fundamental de la justicia como un valor ético y moral que se supone subyace a los otros dos usos. En estos campos de la justicia, la población indígena ha sido tradicionalmente discriminada y rezagada, víctima de distintas formas de “injusticia” (que es, precisamente, la ausencia de justicia). Las dos primeras concepciones de justicia están estrechamente vinculadas no sólo por su origen histórico sino también en cuanto a su expresión en la legislación. En décadas recientes han sido entrelazadas aún más en el discurso de los derechos humanos. Hoy en día ya no se puede hablar de justicia sin hacer referencia forzosamente a los derechos humanos. Desde el mes de junio de 2011 el artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice que todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. Por otro lado, el artículo 2º, modificado en 2001, dice reconocer y garantizar el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación. México ratificó en 1990 el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales y firmó en 2007 la Declaración de la ONU sobre los derechos de

los pueblos indígenas además de muchos otros instrumentos jurídicos internacionales en la materia. No es, pues, por falta de textos constitucionales, legislativos o internacionales que los indígenas en México siguen siendo víctimas de la “injusticia”. Tampoco es por desconocimiento de sus derechos ahora reconocidos en la Constitución, en las leyes y en la legislación internacional de la que nuestro país forma parte. La explicación probable ha de encontrarse en la estructura económica y del poder político en el país. Por razones históricas bien conocidas los pueblos han sido ignorados, negados, excluidos, marginados y relegados sistemáticamente por los grupos dominantes y todos los gobiernos que se han sucedido desde la Independencia. Primero el conservadurismo y el liberalismo, luego el latifundismo, después el corporativismo nacionalista y, por último, el neoliberalismo rampante y globalizante; todos estos “ismos”, que han caracterizado las distintas etapas de nuestra historia desde hace dos siglos, contribuyeron a la perenne injusticia en la que se encuentran inmersos aún hoy los pueblos indígenas del país. El régimen colonial español se convirtió en un colonialismo interno que se expresó en una persistente “colonialidad del poder”, que no permitió completar la plena ciudadanía de los indígenas. En otras palabras, ha existido en México la contradicción entre un país formal, el de las leyes y las instituciones, y un país real, el de la vida cotidiana, del ejercicio del poder, de la acumulación del capital, del caciquismo, del clientelismo, de la corrupción y de la persistente cultura de la transa. Sin embargo, las ocasionales aperturas del estado a la pluriculturalidad, y la creciente capacidad de organización de la sociedad civil, especialmente la de los pueblos indígenas, han permitido la


_El régimen colonial español se convirtió en un colonialismo interno que se expresó en una persistente “colonialidad del poder”, que no permitió completar la plena ciudadanía de los indígenas. creación de espacios de confrontación y negociación en los que se plantean y debaten alternativas y estrategias de cambio. El racismo excluyente que caracterizaba el discurso público todavía a principios del siglo pasado fue sustituido paulatinamente por la política indigenista integradora que surgió de los primeros gobiernos posrevolucionarios. La idea del mestizaje racial y cultural junto con la integración modernizante promovida desde el Estado hizo pensar que pronto el “problema indígena,” como se le llamaba, sería resuelto en pocas décadas… al desaparecer los indígenas. En efecto, la población definida como indígena disminuyó a lo largo del siglo XX de más de 30% a menos de 15% de la población total, pero en números absolutos ha seguido aumentando. Es en el área de la justicia que se han reportado las mayores desigualdades y violaciones a los derechos indígenas en México. En el

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informe sobre mi misión a México en 2003 como Relator Especial de la ONU para los derechos de los indígenas, señalé la falta de traductores en lenguas indígenas, la poca capacitación de los defensores de oficio que operan en zonas indígenas, la discriminación y el racismo en los ministerios públicos, los tribunales y las cárceles, la práctica de la tortura y abusos físicos, la detención arbitraria, las desapariciones forzadas, los maltratos a las mujeres y las niñas. Las irregularidades que sufren los presos indígenas han obligado a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y algunos gobiernos estatales a establecer programas de excarcelación que han beneficiado a numerosos detenidos en distintas partes de la República. La CDI vigila, con medios insuficientes, la estricta aplicación de la ley a los indígenas inculpados. Un programa semejante funciona en el estado de


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Oaxaca. Un estudio de internos indígenas en reclusorios del Distrito Federal indica que ninguno había sido asistido por un traductor y el 90% refiere no haber sido defendido adecuadamente. Un patrón recurrente en las regiones conflictivas es la criminalización de las actividades de protesta, denuncia, resistencia y movilización social de los involucrados, lo cual implica con frecuencia la imputación de múltiples delitos, la fabricación de delitos difíciles o imposibles de demostrar, la detención ilegal de los acusados, los abusos físicos, la dilatación en el proceso judicial comenzando por las averiguaciones previas etcétera. Se reportan detenciones, allanamientos, acoso policial, amenazas y enjuiciamientos a autoridades y líderes comunitarios, a dirigentes y miembros de organizaciones indígenas y sus defensores. Se han denunciado “desaparecidos transitorios”, personas privadas ilegalmente de su libertad por algún tiempo, con lo cual se busca desarticular la actividad social legítima e intimidar a sus participantes. Ante el panorama descrito, algunas comunidades indígenas, en el ejercicio de su derecho a la libre determinación, decidieron establecer su propio sistema de vigilancia local. Un caso emblemático es el de la Montaña de Guerrero en donde varias comunidades indígenas decidieron en 1995 crear una Policía Comunitaria alternativa a las policías estatales y municipales constituidas, “con el único propósito de rescatar la seguridad que estaba en manos de la delincuencia” y que las “autoridades indígenas impartieran justicia de acuerdo a nuestros usos y costumbres”. Este experimento de autodeterminación en materia de justicia se realiza no sin dificultades y agresiones por parte de las autoridades del Estado. El artículo 2º constitucional también señala que “en todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual o colectivamente, se deberán tomar en cuenta sus costumbres y especificidades culturales… Los indígenas tienen en todo tiempo el derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura.” La información de la que se dispone indica que el sistema judicial está aún lejos de cumplir con estos mandamientos. El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), creado por la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas en 2003, se ocupa, entre otras tareas, de formar a traductores e intérpretes en lenguas indígenas. No se trata, por supuesto, solamente de técnicas de traducción lingüística sino de un proceso de mediación e interpretación cultural, puesto que el diálogo intercultural que significa la administración de justicia es necesario para el pleno cumplimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas. Este tema complejo ha sido analizado en el caso de la jurisdicción indígena en Oaxaca. En esta entidad, la Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Oaxaca, expedida en 1998 y reformada en 2001, reconoce el derecho a la jurisdicción indígena y la existencia de sistemas normativos internos de los pueblos y comunidades indígenas (artículo 28), y también señala que las decisiones tomadas por las autoridades de los pueblos y comunidades indígenas con base en estos sistemas y en el marco de sus ámbitos jurisdiccionales, “serán compatibilizadas y convalidadas por las autoridades estatales” (artículo 34). Las interpretaciones de los diversos artículos de la Ley —así como de artículos correspondientes de la Constitución Política del Estado de Oaxaca— se prestan a dificultades y complicaciones en su aplicación, especialmente en relación a otras leyes estatales. Un estudio de la ONU señala que estas leyes restan “a las autoridades indígenas posibilidades reales para el ejercicio de la jurisdicción”,

_Desde la perspectiva normativa, hay quienes afirman que solamente el derecho positivo puede ser reconocido por el Estado, y otros argumentan que los indígenas tienen el derecho a su propio derecho. y sugiere que existen consecuencias de las lagunas y contradicciones en la interpretación o de la misma legislación que reconoce los derechos indígenas, en la medida en que se utilicen parámetros del derecho positivo para determinar la legalidad, validez o legitimidad de la decisión de la autoridad indígena, en vez de utilizar los parámetros que empleó la propia autoridad conforme al sistema normativo indígena. En años recientes se ha venido hablando mucho de la necesidad de reconocer el pluralismo legal en los países latinoamericanos, incluyendo México. Con frecuencia el discurso se polariza, al plantearse la coexistencia de un derecho positivo estatal y un derecho indígena (“usos y costumbres”). Desde la perspectiva normativa, hay quienes afirman que solamente el derecho positivo puede ser reconocido por el Estado, y otros argumentan que los indígenas tienen el derecho a su propio derecho. Esta segunda perspectiva ha sido adoptada ahora por el derecho internacional de los pueblos indígenas y por la Constitución mexicana y en algunas leyes estatales y reglamentarias. En la práctica, el derecho estatal y el derecho indígena no son mutuamente excluyentes, sino que son ambos utilizados por los actores para negociar los diversos conflictos que se presentan. Especialmente relevante es el papel que pueden representar las organizaciones de derechos humanos al generar nuevos espacios de mediación, promoviendo que los asuntos se resuelvan con base en acuerdos entre las partes, sin tener que llegar a las instancias estatales. El papel de las mujeres indígenas sigue siendo importante en todos los campos de la vida social y no solamente en cuanto al acceso a la justicia. Numerosos investigadores e investigadoras han documentado las distintas formas de marginación y discriminación que sufren las mujeres indígenas en la vida económica y política. Con frecuencia se afirma que el derecho indígena es discriminatorio contra las mujeres y se citan ejemplos de la discriminación que sufren las mujeres en sus propias comunidades a mano de los varones indígenas. Respondiendo a estas preocupaciones y a esta realidad, una de las primeras medidas adoptabas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en las áreas bajo su control en 1994 fue la adopción de una Ley de Derechos de las Mujeres. Esta apertura estimuló la creciente participación de las mujeres en la vida política y social de las comunidades zapatistas y tuvo un efecto indirecto en numerosas organizaciones de la sociedad civil con creciente participación de mujeres indígenas. Los derechos de las mujeres indígenas figuran ahora de manera prominente en las diversas leyes estatales y los programas de gobierno para los pueblos indígenas. A pesar de algunas recientes victorias para los derechos humanos indígenas en los tribunales nacionales e internacionales (el Sistema Interamericano de Derechos Humanos), la violación de los derechos indígenas persiste, y su acceso a la justicia es restringido.


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María Guadalupe Morfín Otero_Abogada y poeta. Licenciada en

Derecho y maestra en Literatura por la Universidad de Guadalajara. Hizo estudios de teología en la Universidad Gregoriana de Roma y cuenta con un diplomado en Derechos Humanos. Presidió la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, de 1997 a 2001, y fue Comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez, de 2003 a 2006. Asimismo fue Fiscal Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y la Trata de Personas, de la Procuraduría General de la República, entre 2008 y 2009. Es miembro de la Academia Mexicana de Derechos Humanos. Ha publicado dos libros de poesía y forma parte del volumen colectivo Gritos y susurros: Experiencias intempestivas de treinta y ocho mujeres (Grijalbo, 2004), coordinado por Denise Dresser.

¿En qué cultura se da el feminicidio?_ Foto: Corbis

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El feminicidio, forma extrema de violencia contra las mujeres, y las múltiples manifestaciones de violencia que lo preceden, constituyen una grave violación a los derechos humanos de las mujeres.

ace poco, @newsaboutwomen, de Women’s Views on News, servicio de noticias de mujeres por y para las mujeres,1 transmitía una nota de The Telegraph, de Nueva Delhi, según la cual el gobierno del estado de Madhya Pradesh investiga que más de 300 niñas fueron sometidas a cirugías por sus progenitores para parecer hombres, por una suma promedio por operación de 2000 libras esterlinas (alrededor de 37,000 pesos).2 En la India se practica la selección de hijos de sexo masculino mediante el aborto de fetos femeninos, debido, entre otras cosas, a los altos costos de bodas y dotes. Defensores de los derechos de las mujeres y de los niños han denunciado esto como una enfermedad social, y como un signo del desprecio hacia las mujeres. La periodista y escritora Bènèdicte Manier en su obra Cuando las

mujeres hayan desaparecido, analiza todo el engranaje creado en Asia y, particularmente, en la India para eliminar a las niñas.3 Este botón de muestra, que con algunas variables podemos ver reproducido en otros países y continentes, habla de una cultura donde es posible que el feminicidio prospere: niñas vendidas para ser dadas en matrimonio servil; trata de mujeres y niñas con propósitos de explotación sexual o para formas análogas de esclavitud; abandono de las mujeres en prisión por parte de sus familiares; violaciones masivas a mujeres y niñas en contextos de guerras o conflictos internos; los calvarios de abuso sexual por los que pasan las mujeres y niñas que intentan emigrar hacia Estados Unidos a lo largo de Centroamérica y México, reflejan, todos ellos, el nulo o escaso valor reconocido a la vida de una mujer. Feminicidio es una palabra fuerte, y alude a una realidad triste.4 Comencé a oírla, como muchos en México, a raíz de los asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua,


_Feminicidio es una palabra fuerte, y alude a una realidad triste. Comencé a oírla, como muchos en México, a raíz de los asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, gracias al trabajo de quienes dieron voz al legítimo reclamo de sus familiares. gracias al trabajo de quienes dieron voz al legítimo reclamo de sus familiares. Luego tuve que adentrarme en su significado, por mi encomienda federal como comisionada para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en dicha ciudad, de 2003 a 2006. El término se analiza en los Informes de Gestión de la Comisión para Juárez, nombre abreviado del órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación.5 El feminicidio ha sido mucho más explorado sociológica que jurídicamente, aunque algunas entidades en la república, entre ellas el Distrito Federal, hayan comenzado a tipificarlo en sus códigos penales. El término arranca de estudios de Diane E. H. Russell (1976) y Jill Radford, y comenzaron a aplicarlo en el país Marcela Lagarde,6 académica feminista, ex diputada federal que presidió la Comisión Especial para Conocer y dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada, de la LIX Legislatura, y, en

Ciudad Juárez, Julia Monárrez, académica feminista de El Colegio de la Frontera Norte, para quien “se ha definido como el asesinato de mujeres por hombres en un continuo de acciones de violencia sexual, por el solo hecho de ser mujeres o no serlo de una manera ‘adecuada’. Este fenómeno se inscribe en condiciones de desigualdad entre los sexos en lo económico, político y social.”7 La Comisión legislativa que presidió Marcela Lagarde, al presentar su Primer Informe en 2005, menciona: “La explicación del feminicidio se encuentra en el dominio de género: caracterizado tanto por la supremacía masculina como por la opresión, discriminación, explotación y, sobre todo, exclusión social de niñas y mujeres como propone Haydee Birgin. Todo ello, legitimado por una percepción social desvalorizadora, hostil y degradante de las mujeres. La arbitrariedad e inequidad social se potencian con la impunidad social y judicial en torno a los delitos contra las mujeres. Es decir, la violencia está presente antes del homicidio de formas diversas a lo largo de la vida de las mujeres. Después de perpetrado el homicidio, continúa como violencia institucional a través de la impunidad que caracteriza casos particulares, como en México, por la sucesión de asesinatos de niñas y mujeres a lo largo del tiempo”. El feminicidio no sólo es perpetrado por extraños, sino por personas del círculo íntimo de las víctimas. Cometido en su inmensa mayoría por varones, es además un crimen donde se usan más las armas blancas y las manos de los victimarios que las balas, como lo ha estudiado Julia Monárrez, quien también ha dicho: “Todo crimen de género contra una mujer es sexual porque el sexo de la mujer y su sexualidad son las construcciones culturales sobre las que el machismo, la misoginia, el patriarcalismo, ejercen su discriminación”.8 El feminicidio, forma extrema de violencia contra las mujeres, y las múltiples manifestaciones de violencia que lo preceden, constituyen una grave violación a los derechos humanos de las mujeres. Es imposible que esta violencia arraigue en una sociedad, si no es amparada por la tolerancia social, que da un antidemocrático, por discriminador, mensaje de permisividad. Su caldo de cultivo es la cultura patriarcal que produce, como hongos de la humedad, machismo y misoginia. Es decir, menosprecio o desprecio a las mujeres por ser mujeres; sobreentendidos de una supuesta superioridad de parte de los varones para estar en el mundo, ejercer el poder, decidir por sí mismos, afectar con sus decisiones a otros y otras —generalmente a otras—, y la sujeción de éstas a la voluntad y cánones de aquellos que deciden qué es bueno y qué no; cuáles espacios son correctos y cuáles les están reservados a ellos; qué actividades conviene tener y cuáles les son prohibidas —a ellas—. Y de sobreentendidos, como éstos, se va tejiendo la urdimbre que asfixia la autonomía femenina, hace imposible la vida independiente para mujeres y niñas, convierte a los varones en perpetuos controladores, cobradores de cuentas, depositarios de la verdad, jueces públicos y privados, administradores de patrimonios, sueldos, conceptos de belleza, clasificaciones sociales, ministros de estereotipos, y un largo etcétera. Detener la violencia feminicida supone un arduo cambio cultural que compromete los ámbitos públicos y privados, la educación formal y todos los espacios donde se educa más allá de las aulas: los medios de comunicación, el cine, los espacios de la política,

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_El feminicidio no sólo es perpetrado por extraños, sino por personas del círculo íntimo de las víctimas. Cometido en su inmensa mayoría por varones, es además un crimen donde se usan más las armas blancas y las manos de los victimarios que las balas, como lo ha estudiado Julia Monárrez. los hogares, las iglesias, las universidades, los sindicatos, las empresas, las cooperativas rurales. En la vida personal y comunitaria, es preciso romper con la idea de que la violencia contra las mujeres es normal, pues cuando se ha vivido como normalizada en la familia de origen, es más probable que el esquema de víctima y victimario se reproduzca después. Tan grave es matar a un hombre como a una mujer, pero cuando se asesina a una mujer, queda un hueco enorme, con consecuencias de mayor resonancia ahí donde ella estuvo. Esto es así, porque las mujeres establecemos vínculos y relaciones distintos; tejemos conexiones más complejas, profundas y diversificadas en nuestras vidas. Somos en muchos casos raíz, o tronco, pero también rama y puente, ave y agua. Nos vinculamos con nuestro contexto de tal forma que, al faltar una de nosotras, son muchos los nudos en el rebozo social, o en la red del tejido comunitario que fuimos fabricando en nuestro entorno, que se deshacen. Los huecos que la violencia feminicida va causando en el tejido social son más grandes —por supuesto hablo en términos generales y hay excepciones— que los que dejan las muertes violentas de los varones. Comprender lo anterior, nos ayuda a entender que la paz en

México no es algo que pueda lograrse sin las mujeres, sustento y raíz de toda comunidad. Son ellas, somos nosotras, las niñas y las mujeres, las que más lastimadas estamos resultando por la violencia que se vive en el país, como víctimas directas o indirectas, pues mucho arriesgamos en los vínculos que producimos y por los que apostamos y damos la vida, no sólo biológicamente. Esto debe llamar a reforzar las políticas públicas que garanticen nuestro derecho a vivir una vida plena. No sólo debemos llevar un registro —honrando la complejidad de las causas de las muertes, para así honrar la memoria de las víctimas inocentes, o saber al menos quiénes eran inermes y quiénes no— de quienes han sido ejecutados en el llamado combate a la inseguridad; también debemos llevar diferenciadamente la cuenta de los homicidios dolosos de hombres y de mujeres, y las modalidades del feminicidio y los actos que lo preceden, y llevar además registro del contingente, ya muy numeroso, de viudas y huérfanas que, en una sociedad que aún discrimina por motivos de género, tendrán desafíos adicionales para lograr sus proyectos como personas y para tejer el futuro pacífico nacional del que, en muchos sentidos, las mujeres nos estamos haciendo cargo desde ahora.

1 Síntesis de la nota en: www.womensviewsonnews.org/2011/06/indian-parents-pay-to-have-girls-turned-into-boys/. 28/6/2011. 2 Nota en: www.telegraph.co.uk/news/worldnews/asia/india/8601488/Indians-pay-surgeons-to-turn-girls-into-boys.html. 28/6/ 2011. 3 AMECO, Asociación Española de Mujeres Profesionales de los Medios de Comunicación (6/7/2011), menciona que según estimaciones del programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en la India “faltarían 48 millones de mujeres”, y la misma situación encontramos en China, Afganistán, Bangladesh y Pakistán. http://www.amecopress.net/spip. php?article623. 4 En Centroamérica se usa “femicidio”. 5 Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez (CPEVMCJ), http://www.conavim.gob.mx/es/CONAVIM/Informes_de_gestion_de_la_ CONAVIM: Primer Informe de Gestión (2004); Segundo Informe de Gestión (2005) y Tercer Informe de Gestión (2006). 6 Julia Monárrez Fragoso, “Feminicidio sexual serial en Ciudad Juárez: 1993-2001”, en Debate Feminista, año 13, vol. 25, México, abril de 2002, p. 283, citada en el Segundo Informe de Gestión de la CPEVMCJ, nota 23, op. cit. versión impresa, Segob, México, DF, 2005, p. 37. 7 Julia Monárrez Fragoso y César Fuentes, “Feminicidio y marginalidad urbana en Ciudad Juárez en la década de los noventa” en Marta Falcón Torres (comp.), Violencia contra las mujeres en contextos urbanos y rurales, México, El Colegio de México, 2004, p. 90, citados en el Segundo Informe de Gestión, CPEVMCJ, op. cit., p. 37. 8 Segundo Informe de Gestión, CPEVMCJ, op. cit., p. 38.


Sociales por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Guadalajara, Jalisco) y licenciado en Ciencias Religiosas por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Ha sido coordinador de vinculación con proyectos de desarrollo, en la región del Istmo (Oaxaca), del Servicio Jesuita de Jóvenes Voluntarios de 2003 a 2007. Actualmente es director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, del que fue también coordinador del área de comunicación y análisis, de 2007 a 2011.

Salvaguardar la dignidad de las personas_23 años del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez

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l consenso internacional sobre la necesidad de normas y procedimientos de alto valor, capaces de evitar la repetición de atroces violaciones a los derechos humanos, como las producidas por el horror nazi, condujo a la emergencia y gradual consolidación de un régimen internacional de los derechos humanos, tres de cuyas expresiones fundamentales son la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Sin embargo, el desarrollo de este régimen —con sus ramificaciones regionales— ha sido limitado por la emergencia de poderes transnacionales opuestos a la vigencia de sus normas, por la afirmación de la soberanía de los Estados nacionales y por la perpetuación de dinámicas locales opuestas a toda forma de emancipación. Las violaciones nacionales han constituido el foco de la atención internacional, razón por la cual los derechos humanos se han convertido en un asunto sensible. Sin embargo “el registro de violaciones de derechos humanos ocurridas en todas las esquinas del sistema mundo […] es un comentario cruel al discurso dominante de los derechos humanos y una negación abierta de la validez práctica de las declaraciones internacionales basadas en el consenso normativo”.1 Ante la frecuencia y sistematicidad de estas violaciones, la defen-

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José Rosario Marroquín Farrera_ Licenciado en Filosofía y Ciencias

sa y promoción de los derechos humanos, realizada por colectivos e individuos, se ha levantado como un pilar fundamental para la defensa de la dignidad humana frente al poder de los Estados nacionales y de poderes económicos y criminales. En México, a las acciones gubernamentales en materia de derechos humanos le ha precedido la actividad —cada vez más diversa— de organizaciones civiles y movimientos sociales cuyo desempeño ha sido notable al impulsar la creación de condiciones que propicien la vigencia de estos derechos de manera integral e inclusiva. En este contexto se ubica la actividad de promoción y defensa realizada por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, fundado hace 23 años. Durante su existencia quienes lo integran han incursionado en diversos campos a partir de enfoques complementarios que tienen como eje la defensa integral de personas y colectivos cuyos derechos han sido vulnerados por las acciones u omisiones gubernamentales. México, sin haber experimentado formalmente el terror de una dictadura en los últimos cien años, ha sido escenario de prácticas autoritarias fomentadas o toleradas desde las mismas instancias gubernamentales. La cultura autoritaria ha permeado a la misma sociedad proclive a la aprobación de medidas restrictivas a cambio de garantizar bienes intangibles erigidos como fetiches que justifican cualquier exceso, omisión o discriminación. Pese a que se ha proclamado el tránsito a la democracia, éste no se ha producido debido a que se ha omitido identificar y llamar a cuentas a los responsables de violaciones a derechos humanos


Digna Ochoa, Jacinta Francisco Marcial, Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera.

ocurridas durante el pasado reciente bajo el pretexto de la defensa de la seguridad nacional. La ausencia de un proceso de transición constituye también uno de los factores que favorecen en la época actual la violación de derechos humanos, sea en nombre de la seguridad pública o interior, sea en nombre del desarrollo y la integración a la economía mundial. Numerosos detalles, tantos como los que nos alejan, nos acercan al México de antaño. Nuevas dinámicas sociales dan forma a modos de vida ideados para salvaguardar la dignidad de las personas. Pero igualmente nuevas dinámicas sociales tejen el entramado sobre el que son cometidos numerosos atropellos a esta misma dignidad. Migrantes, defensoras y defensores de derechos humanos, defensores de bosques, luchadores sociales, líderes comunitarios, personas que otorgan ayuda humanitaria, trabajadores, mujeres, gente desplazada, personas con discapacidad, adquirientes de vivienda defraudados, integrantes de pueblos indígenas, jóvenes en situación de marginación, pobladores urbanos empobrecidos, personas con opciones sexuales diversas, constituyen hoy el mun-

_México, sin haber experimentado formalmente el terror de una dictadura en los últimos cien años, ha sido escenario de prácticas autoritarias fomentadas o toleradas desde las mismas instancias gubernamentales. do amplio de las víctimas vulneradas de múltiples formas en su dignidad. Ante estas víctimas, de las que se intenta negar su humanidad, padecemos las mismas instituciones y procedimientos del México que parecía superado: ministerios públicos omisos en su labor de investigación, funcionarios que autorizan la construcción de obras que afectan a las mayorías despojadas, autoridades cómplices de quienes ofrecen bienes de mala manufactura —como los empresarios de la construcción—, jueces carentes de independencia, concesiones que se avienen mal con un ambiente sano, policías y militares perpetradores de abusos, caciques que emplean en provecho personal las instituciones del Estado, delincuentes encumbrados, inquisidores con permiso para reprimir e imponer su visión del mundo… Desde el acompañamiento cercano a las personas cuyos casos han sido asumidos (son numerosos los rostros y los nombres que pueblan el corazón: Concepción, Jacinta, Alberta, Teresa, Rodolfo,

Teodoro, Daniel, Digna, Basilia, Jorge, Nadia y una lista de topónimos que evocan más rostros), las colaboradores y colaboradores del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) han sido testigos de la sistemática violación de derechos humanos que constituye un rasgo central de los diversos gobiernos incapaces de asumir una política de Estado respetuosa de estos derechos. Hay voces que niegan este carácter sistemático; los argumentos no resisten un somero análisis. Impunidad, falta de capacidad, rasgos autoritarios, instituciones anquilosadas, prácticas viciadas, sed de venganza y permisividad social ante los atropellos se articulan para dar forma a un sistema que da por resultado las violaciones de derechos humanos cometidas en México. Es amplio el catálogo de las obligaciones incumplidas por el Estado mexicano en relación con los derechos cuya vigencia ha ratificado en diversos instrumentos internacionales sobre los cuales construye un espejismo que le sirve como carta de presentación ante el mundo. Han sido asumidas diversas obligaciones, que incluso han quedado ya reconocidas constitucionalmente a partir de la reforma en materia de derechos humanos, pero éstas no se han traducido actualmente en el desarrollo de instancias efectivas ni en el cumplimiento cuidadoso de las obligaciones contraídas. En algunas ocasiones esta carencia es producto de inercias y de prácticas superables; en otras, esta carencia es el resultado de una negativa a acatar las obligaciones voluntariamente asumidas. Un grave problema para la defensa de los derechos humanos, no sólo en México, sino en el mundo, lo constituye la preponderancia de los Estados nacionales que son los que en última instancia deciden si aplican o no las medidas asumidas en el ámbito internacional. Su monopolio, erosionado lentamente por la acción transnacional de organizaciones locales de derechos humanos y por los puentes establecidos entre las víctimas de violaciones a estos derechos, es un obstáculo que debe trascenderse. La creación de auténticas políticas de derechos humanos que hagan posible la erradicación del temor y de la miseria es una tarea que trasciende los límites arbitrarios que caracterizan la actual configuración mundial. Si los derechos humanos se han definido hasta ahora en relación con los Estados nacionales, las voces de las personas cuyos derechos han sido violados constituyen hoy el principal aliento para buscar consolidar un régimen que sea capaz de superar los horrores de la época actual; porque lo que caracteriza a estas personas no es la situación de vulneración sino la afirmación de su dignidad. En este empeño común hemos sido partícipes al asumir la defensa de casos concretos. 1 Santos, Boaventura de Sousa, Sociología jurídica crítica, Trotta/ILSA, Madrid, 2009, p. 417.

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El cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en México_Sólo

Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana. Ha publicado múltiples ensayos en revistas especializadas y coordinado varios libros en el ámbito de su investigación. Actualmente es Coordinador del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

en apariencia resulta posible observar apertura por parte del Estado mexicano cuando busca establecer mesas de trabajo para el cumplimiento de las sentencias.

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José Antonio Ibáñez Aguirre_

a Convención Americana Sobre Derechos Humanos entró en vigor a mediados de 1978. En ella, se contemplan dos órganos competentes para conocer de violaciones de derechos humanos: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte interamericana de Derechos Humanos (Coidh). La primera, es considerada un órgano cuasi-jurisdiccional, y la segunda, jurisdiccional con sentencias obligatorias para los Estados. Las cinco últimas sentencias dictadas por la Coidh contra México, en las que se comprobó que nuestro país violó derechos humanos, son: Caso González y otras (“Campo Algodonero”) versus México, Caso Radilla Pacheco versus México, Caso Rosendo Cantú y otra versus México, Caso Fernández Ortega y otros versus México, y Caso Cabrera García y Montiel Flores versus México. Los hechos relevantes que fueron juzgados por la Coidh en dichas sentencias corresponden a Inés Fernández y Valentina Rosendo, mujeres indígenas que fueron víctimas de violación sexual por integrantes del ejército mexicano; Rodolfo y Teodoro,

campesinos ecologistas que fueron torturados por elementos del ejército mexicano; Rosendo Radilla, profesor víctima de desaparición forzada por elementos del ejército mexicano, y Claudia Ivette, Esmeralda y Laura Berenice, mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo algodonero. Todos estos casos llegaron a la Coidh a través de la CIDH, una vez agotada la instancia interna y reconocida su inoperancia y falta de acceso a la justicia. En los casos de Inés y Valentina, que aunque son sentencias distintas por las características coyunturales, se puede tratar su cumplimiento en general. En estas sentencias, la Coidh ordena al Estado mexicano investigar y sancionar a los elementos del ejército responsables de la violación sexual que se cometió en su contra; ordena que se haga en el fuero civil y no militar que es donde se encuentra el caso a nivel nacional; dicta medidas para beneficiar la salud física y psicológica de ambas y de sus familiares a quienes también se consideran víctimas; obliga al Estado a que haga un reconocimiento público de su responsabilidad como violador de derechos humanos, entre otras medidas que buscan


Caso Rosendo Radilla Pacheco.

Después de la limitada iniciativa legal del Ejecutivo (octubre de 2010) de sólo dejar fuera la tortura, la desaparición forzada y la violación, el 12 de julio de 2011, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó la limitación del fuero militar para conocer de violaciones de derechos humanos. Ello quizá abra la puerta para que no se repita esta doble violación de derechos humanos a la que se enfrentaron Inés, Valentina, Rodolfo, Teodoro y la familia de Rosendo. Si, como se pretende en la nueva legislación sobre Seguridad Nacional, con esta medida se logran generar cambios estructurales y no reproducir el riesgo latente de _En la sentencia de Rodolfo y Teodoro, que simulación que facilita la actuación discrees la más reciente de la Coidh, tampoco cional de la autoridad, se evitará que los casos que ya se encontraban en la CIDH y hay avances importantes; sólo se ha que tenían posibilidad de pasar a la Coidh, realizado un acto protocolario de compromiso de o los que probablemente llegarían por el cumplimiento de la sentencia el 21 de julio del contexto de la lucha contra el narcotrápresente año. fico, tengan oportunidad de acceder a la justicia en el ámbito nacional. En el caso de Claudia, Esmeralda y Laura, conocido también como Caso Campo Algodonero, las beneficiar a la mujer, su salud y educación en las comunidades a acciones han sido constantes y variadas, aunque se reconoce que las que pertenecen. Ambas víctimas son de la Costa Chica en la no necesariamente significa o debe interpretarse como que se montaña de Guerrero, una de las zonas más pobres del país. está cumpliendo la sentencia, ni que se está haciendo de la forma En este caso, apenas se han establecido mesas de trabajo con la debida. Para ello, ha ayudado la intervención de diversos actores Secretaría de Gobernación y los representantes de las víctimas, en gubernamentales y de la sociedad civil que están presentes y gelos temas de salud y educación; pero nada con respecto al acceso nerando discusiones al respecto.Ya se hizo el pago de las indema la justicia. nizaciones y ya se publicaron las sentencias, que por cierto éste es En el caso del señor Rosendo Radilla, la Coidh ordenó que el un punto que no ha tenido mayor complicación para el Estado en Estado mexicano investigue e informe sobre su paradero e inninguno de los cinco casos. Hay avances para la estandarización de vestigue y sancione a las personas responsables: ambos puntos no protocolos, servicios periciales, impartición de justicia, como en tienen avance alguno. Además, ordenó la modificación del artícuel nuevo Protocolo de búsqueda de niñas y mujeres desaparecidas. lo 57 del Código Militar y la modificación del artículo 215 del También se está discutiendo sobre el establecimiento del Banco Código Penal Federal para establecer una definición de desapaNacional de Información Genética, y se impulsó la creación de la rición forzada congruente con las obligaciones internacionales. Ley Nacional para el Registro de Personas Desaparecidas. El fuero y la reforma al artículo 57 del Código de Justicia Militar En la sentencia de Rodolfo y Teodoro, que es la más reciente que ordena la Coidh para que una violación de derechos humade la Coidh, tampoco hay avances importantes; sólo se ha realinos nunca sea jurisdicción de fuero especial —con el propósito zado un acto protocolario de compromiso de cumplimiento de de no violar el debido proceso y lograr la imparcialidad— es la sentencia el 21 de julio del presente año. Habrá un indicador todavía un tema muy discutido y controvertido en nuestro país.

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_Si a nivel latinoamericano se analiza el cumplimiento de las sentencias de la Coidh, se observa que más de un 70% de ellas tienen supervisión de cumplimiento.

de avance cuando Rodolfo y Teodoro tengan la oportunidad de volver sin temor al lugar en el que vivían. En este caso, al igual que en los anteriores, resulta fundamental que se realicen las investigaciones debidas y, para ello, se requiere la eliminación de los obstáculos que pone el Estado. Los casos no presentan propiamente avances en cuanto a la investigación, proceso y sanción de responsables de las violaciones de derechos humanos. Asunto trascendental para evaluar el cumplimiento de las sentencias, el compromiso y voluntad de cumplir, reparar y garantizar la no repetición, y lo que podría representar el principal mensaje: la lucha contra la impunidad en nuestro país. No sólo no hay avances, tampoco hay actuaciones encaminadas a lograrlos. En cuatro casos las víctimas rechazan la indemnización hasta que no tengan claridad en los avances en la administración de justicia: simplemente, no hay confianza en la autoridad. Inclusive en uno de ellos, hay negativa por parte del Gobierno Estatal para cumplir la investigación que ordena la Coidh, y el Gobierno Federal dice que no puede obligar al estatal a realizar una nueva investigación. Sólo en apariencia resulta posible observar apertura por parte del Estado mexicano cuando busca establecer mesas de trabajo para el cumplimiento de las sentencias. No perdamos de vista el doble propósito del litigio ante el Sistema Interamericano. Por un lado y de manera destacada, el acceso a la justicia que ya fue negado a las víctimas en el ámbito nacional, y por otro, los cambios estructurales que el litigio obliga deben de realizarse en el país, para evitar con ello nuevas violaciones de derechos humanos. Si bien las sentencias de la Coidh contra México son relativamente recientes, la ruta que ha tomado el gobierno para su cumplimiento no sólo nos parece insuficiente sino francamente peligrosa, cuando intenta negociar con víctimas y defensores a nivel interno una sentencia emitida por un órgano jurisdiccional internacional; por supuesto que se puede dialogar y acordar sobre cuestiones específicas para satisfacer y reparar el daño a las víctimas, pero nunca negociar lo que ya se determinó conforme a derecho. ¿Qué pasa si México no cumple? La Coidh tiene algunos mecanismos para buscar el cumplimiento, aunque la ratificación de su competencia se hizo de manera libre y por ello se parte de la buena fe del Estado mexicano con base en el principio pacta sunt servanda. Entre los mecanismos que la Coidh tiene están las resoluciones de supervisión de cumplimiento: para ello, se trabaja con un informe del Estado. Actualmente tiene otro procedimiento: las audiencias públicas y privadas en las que comparecen las partes. Además, se prevé que cuando un Estado no esté cumpliendo, la Coidh en su in-

Caso Fernández Ortega

Caso Cabrera y Montiel Caso Campo Algodonero

forme anual lo hará del conocimiento de la Organización de Estados Americanos para presionar a través de ese órgano político; sin embargo, en dos casos se utilizó este mecanismo y los resultados no fueron los esperados. Si a nivel latinoamericano se analiza el cumplimiento de las sentencias de la Coidh, se observa que más de un 70% de ellas tienen supervisión de cumplimiento. Por ello, resulta necesario implementar un mecanismo específico para dar cumplimiento a las sentencias de la Coidh como órgano jurisdiccional, como ya se hace en otros países. Hay que evitar que un órgano tan eficiente y eficaz como lo ha sido la Coidh, sea presa de su propia complejidad en el cumplimiento de las sentencias. Ello se observa, cuando las sentencias combinan la relación directa con víctimas, defensores y fiscales, con observaciones más abstractas como lo son las obligaciones de cambios estructurales a los sistemas jurídicos y las políticas públicas de los países que han incumplido. A los especialistas en derecho, no les costaría reconocer que el derecho internacional es todavía una de las especializaciones menos logradas dentro de la amplia gama de derechos. Si observamos al derecho desde la sociología, no resulta complicado darse cuenta de que el derecho puede ser observado como una función social —producto de su evolución diferenciada—, que opera y busca resolverse, antes que otra cosa y de manera concreta, al interior de los países: historia, idiosincrasia, doctrina, tradición y organización permiten constatarlo. Por todo ello, sorprende y no deja de ser paradójico el éxito relativo de la matriz internacional de los derechos humanos, que está irritando las bases internas del derecho de manera relevante, según sea el caso y nivel de diferenciación de la función del derecho en los distintos países. En México podemos observar este fenómeno con las sentencias de la Coidh.


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Juan Domingo Argüelles_

Escritor, editor e investigador en temas de lectura. Director editorial de IBERO.

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El Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana_

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onsciente de la realidad de su entorno, la Universidad Iberoamericana asume su responsabilidad social, con apego a sus valores, en un ambiente marcado por la pluralidad y la tolerancia. Esta diversidad se refleja en sus programas de desarrollo que abordan cuestiones de gran importancia como los asuntos migratorios, los derechos humanos, los asuntos indígenas y el medio ambiente. Parte fundamental de esta labor es la contribución activa y propositiva para la solución de los principales retos de nuestra sociedad, tanto en la escala local y nacional como en la internacional. Así la Ibero propicia el desarrollo integral de los miembros de su comunidad, uniendo la excelencia académica con un fuerte compromiso social. El Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, establecido en 1998, es un espacio académico interdisciplinario y plural que, mediante la

investigación, la difusión, la educación y la promoción del debate, busca incidir en la creación y consolidación de una cultura de los derechos humanos que cruce todos los ámbitos de la vida política y social en México.

Actividades principales Coordinado actualmente por el doctor José Antonio Ibáñez Aguirre, el Programa realiza, entre otras, las siguientes actividades, a fin de cumplir con el objetivo principal antes mencionado: Investigación. Con una perspectiva interdisciplinaria, el equipo del Programa —en conjunto con otras instituciones universitarias y centros de investigación nacionales e internacionales así como áreas académicas de la universidad— lleva a cabo diversos proyectos de investigación sobre temas relacionados con los derechos humanos. Debate y reflexión. Con la intención de incidir efectivamente en la conformación de la agenda política e influir en los procesos de toma de decisiones a nivel nacional e internacional, el Pro-


_El Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, establecido en 1998, es un espacio académico interdisciplinario y plural que, mediante la investigación, la difusión, la educación y la promoción del debate, busca incidir en la creación y consolidación de una cultura de los derechos humanos. grama facilita la realización de todo tipo de foros de discusión sobre temas relacionados, en los cuales se propicia la reflexión y el debate entre académicos, estudiantes, servidores públicos y la sociedad civil en general. Educación y capacitación. Con el fin de contribuir al desarrollo de capacidades de los distintos actores involucrados en los derechos humanos, el Programa ofrece una serie de iniciativas especializadas de educación y capacitación, dirigidas a profesores y estudiantes universitarios, integrantes de organismos de la sociedad civil, profesionales de la comunicación, personal de comisiones públicas de derechos humanos y funcionarios de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Difusión. Mediante la publicación de los productos de investigación, de los trabajos de académicos externos reconocidos, de las memorias de los foros de debate, y de material de referencia en general, el Programa contribuye a la difusión del conocimiento teórico y práctico de los derechos humanos. Promoción de una cultura de los derechos humanos. Con la idea de posicionar la temática como eje central en la formación integral de los futuros profesionistas de México, el Programa realiza distintas actividades dirigidas a los alumnos de la Ibero, entre ellas conferencias, coloquios, educación continua y cursos específicos, así como oportunidades de colaborar voluntariamente en alguno de los proyectos. Todos estos esfuerzos se realizan con la colaboración y el apoyo de una amplia gama de actores, como lo son otras instituciones académicas de educación superior, lo mismo mexicanas que extranjeras; comisiones y organismos públicos y civiles de defensa y promoción de los derechos humanos, dependencias gubernamentales, organismos intergubernamentales y fundaciones internacionales.

Proyectos Entre los proyectos más destacados del Programa es necesario mencionar los siguientes: Sistema de indicadores para evaluación del cumplimiento de los derechos humanos en México. Con este proyecto se pretende desarrollar un conjunto de indicadores viables y pertinentes que permitan tener un sistema de monitoreo de la situación y evolución del cumplimiento en su conjunto de los derechos humanos en México, que pueda funcionar y que aporte elementos valiosos al establecimiento de un sistema nacional de monitoreo en México y coadyuve a la justiciabilidad de los derechos humanos en el país. Litigio estratégico en derechos humanos. Desde hace más de siete años, se han capacitado a defensoras y defensores de derechos humanos en estrategias de litigio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Para los integrantes del

Líneas de Investigación Desde una perspectiva académica interdisciplinaria y rigurosa, el Programa de Derechos Humanos de la Ibero ha incursionado en diversos temas, entre los que figuran: Mecanismos internacionales de defensa de los derechos humanos. Justicia penal internacional. Justicia transicional. Acceso a la justicia. Refugiados. Desapariciones forzadas. Tolerancia religiosa. Derechos económicos, sociales y culturales. Diversidad sexual y perspectiva de género. Educación en derechos humanos. Derechos humanos y relaciones internacionales. Medición e indicadores de derechos humanos. Desigualdad y pobreza. Diversidad cultural y derechos de los pueblos indígenas.

Programa, esta actividad los llena de satisfacción porque se ha logrado que algunos de los litigantes que llevan los casos en la Corte hayan sido capacitados en la Ibero, o bien pertenecen al claustro académico de los cursos de litigio. Educación continua en colaboración con instituciones nacionales e internacionales. En este sentido, se realizan tres diplomados con la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL): 1) Acceso a la justicia, 2) Participación, ciudadanía y derechos humanos y 3) Educación en derechos humanos. También hay una tradición en la formación de periodistas y profesionales de la comunicación con el diplomado que se tiene en colaboración con la Fundación Konrad Adenauer, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos Humanos en México y la Comisión de los Derechos Humanos en el Distrito Federal, en cuya convocatoria se vincula a universidades encomendadas a la Compañía de Jesús en América Latina y especialmente en México. Otro diplomado es el de Explotación sexual comercial infantil que se lleva a cabo con el Instituto Politécnico Nacional y la Asociación de la Sociedad Civil Infancia Común. Cabe destacar la tradición en educar y actualizar a personas encomendadas a la seguridad pública de nuestro país con cursos y diplomados ex profeso para evitar la violación de los derechos humanos en su trabajo cotidiano. Incidencia educativa en clínicas jurídicas y concursos para los estudiantes de la Universidad Iberoamericana.

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Existen diferentes concursos nacionales e internacionales en los cuales participan los estudiantes. Destacan los de la Universidad Javeriana y la American University y el “Concurso Víctor Carlos García Moreno”; además de diversas clínicas que se realizan con el Departamento de Derecho de la Ibero. Incidencia en política pública. Hay representación permanente de la Ibero de forma destacada en el Mecanismo de Seguimiento y Evaluación del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal y en las Subcomisiones de la Comisión de Política Gubernamental en Materia de Derechos Humanos en los temas de evaluación y seguimientos y armonización legislativa. Dentro de estas actividades, el papel del Programa y la Maestría en Derechos Humanos de la Ibero tuvieron un papel muy destacado dentro de la recién promulgada e histórica Reforma Constitucional en materia de derechos humanos. Fortalecimiento de la Educación Legal en Derechos Humanos-Unión Europea. El Programa de Derechos Humanos de la Ibero desarrolló, gracias al apoyo financiero de la Unión Europea (UE), el proyecto para el Fortalecimiento de la Educación Legal en Derechos Humanos, con el objetivo fundamental

yecto se llevó a cabo en coordinación con el International Center for Transitional Justice (ICTJ) y consistió básicamente en un seminario con el tema: “La Oficina del fiscal especial para movimientos sociales y políticos del pasado desde una perspectiva comparada”. Fundación McArthur. Esta Fundación aprobó una subvención a favor del Programa de Derechos Humanos de la Ibero por tres años. Los objetivos específicos del proyecto son proponer mejores estándares en la protección de los derechos humanos en México; profesionalizar a los integrantes del gremio jurídico en materia de derechos humanos, en particular a los funcionarios de comisiones públicas de derechos humanos, de organizaciones no gubernamentales y de gobierno, y de profesores de derecho; finalmente, apoyar y fortalecer los esfuerzos de la lucha contra la impunidad. Convenio de colaboración celebrado con otras universidades e instituciones. Se ha tenido un programa que deriva del Convenio de colaboración celebrado por la Ibero con la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Actualmente, se han

_El Programa realiza distintas actividades dirigidas a los alumnos de la Ibero, entre ellas conferencias, coloquios, educación continua y cursos específicos, así como oportunidades de colaborar voluntariamente en alguno de los proyectos. de fortalecer el respeto de los derechos humanos en México por medio de la capacitación y el apoyo a los encargados de la educación legal en derechos humanos. Educación Legal en Derechos Humanos. El Proyecto Human Rights Legal Education Partnership que desarrollan, conjuntamente, el Programa y la Academia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario del Washington College of Law de American University, tiene como objetivo general el fortalecimiento de la educación legal en derechos humanos en las instituciones de educación superior en todo el país. Coalición Mexicana por la Corte Penal Internacional (CMCPI). El Programa buscó consolidar y fortalecer a la Coalición Mexicana por la Corte Penal Internacional por medio de la realización de foros de discusión y análisis, así como ampliar su número de integrantes. Asimismo, realizó esfuerzos a través de labores de “promoción” para lograr la ratificación del Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional, y de las reformas legislativas necesarias para su implementación. Actualmente, se lleva a cabo la revisión y cabildeo para buscar la aprobación con la Ley de Cooperación con la Corte Penal Internacional. Proyecto sobre Justicia Transicional en México. Este pro-

incorporado la Universidad Autónoma Metropolitana con foros sobre temáticas relacionadas con la violencia de género y los temas interdisciplinarios de derechos humanos, y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México con el tema de lenguaje y derechos humanos. Asimismo, se tiene un trabajo de colaboración permanente, sobre el tema de discriminación, con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, la Oficina del Alto Comisionado para la Defensa de los Derechos Humanos en México, la Comisión de los Derechos Humanos en Distrito Federal, la Fundación Manuel Buendía y la Suprema Corte de Justicia, entre otros. Publicaciones. El Programa cuenta con un acervo de más de 30 publicaciones sobre derechos humanos. En los últimos tres años se han publicado los siguientes títulos: 1. Genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad: compendio temático sobre jurisprudencia del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, 2. Aproximaciones al derecho a la salud: El sida en México, 3. Vejez, envejecimiento y derechos económicos, sociales y culturales de las personas adultas mayores en México, 4. La educación en derechos humanos en México en los niveles preescolar, primaria y secundaria, 5. La salud en México: una perspectiva de derechos humanos, y 6. Derecho a la integridad:Trazos sobre la tortura en México.


Juan Antonio Estrada_Filósofo,

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teólogo, escritor y docente español. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Comillas (Madrid), maestro en Teología por la Universidad de Innsbruck (Austria), y doctor en Filosofía por la Universidad de Granada y en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor visitante de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de diversas universidades en Europa, Estados Unidos y América Latina. Actualmente es catedrático de la Universidad de Granada, en donde también ha sido secretario del Departamento de Filosofía y coordinador de la Licenciatura en Filosofía. En su amplia obra destacan los libros Por una ética sin teología: Habermas como filósofo de la religión, Imágenes de Dios: La filosofía ante el lenguaje religioso y La imposible teodicea, todos ellos publicados por la prestigiada Editorial Trotta, de Madrid.

Los derechos humanos y la Iglesia Católica_El Fotos: Corbis

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a Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha convertido en el código cultural de referencia occidental y, cada vez más, ha ido recibiendo adhesiones de otros países. Esta Declaración tiene como punto de partida la dignidad del ser humano y su carácter es universal e igualitario. Sus orígenes son discutidos y hay precedentes lejanos de la Declaración, como el “Cilindro de Ciro el Grande” de Persia, tras la conquista de Babilonia (539 a. C.), aunque la mayoría vincula la doctrina a la modernidad ilustrada, concretamente, a la Declaración de Derechos de Virginia (1776) y a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789). En la Declaración Universal se recogen derechos inalienables y universales

Estado de la Ciudad del Vaticano no ha firmado muchos convenios y aplicaciones de las Naciones Unidas, en los que se protegen derechos económicos, sociales y culturales, y también civiles y políticos.

de la naturaleza humana que, el 10 de diciembre de 1948, fueron promulgados por la Asamblea de las Naciones Unidas. Estos derechos son discutidos desde la doble perspectiva de su fundamentación y de su contenido. En lo que concierne al fundamento, hay distintas posturas, ya que presuponen la dignidad de la persona, a la que se llega por caminos distintos. Desde una perspectiva religiosa se puede apelar a la concepción bíblica del ser humano como imagen y semejanza de Dios, punto de partida para las doctrinas judías, cristianas e islámicas. Otros atienden al iusnaturalismo y al iuspositivismo, buscando fundamentos filosóficos, jurídicos y sociológicos. No cabe duda del trasfondo axiológico y moral de los derechos humanos, vistos desde la postulación de una ley natural, basada en la autonomía y el carácter social del


_El carácter monárquico y absoluto de la autoridad papal, se extiende así a los obispos y alcanza a los mismos ministros sacerdotes, elaborándose una teología del ministerio en clave de servicio, sin que se altere la figura real de éste como protagonista.

hombre, aunque hay disenso sobre su validez objetiva, subjetiva o intersubjetiva, según las distintas concepciones antropológicas. El hecho de que todas las visiones remitan a la filosofía, el derecho, la religión y el código cultural occidental, ha hecho que algunos impugnen su carácter universal y su validez supracultural. Se basan en que constituyen una creación occidental, europea y americana, que no puede ser asumida sin más por otras culturas. La misma diversidad de planteamientos y de cosmovisiones, que les sirven de trasfondo, ha sido utilizada, a veces, como excusa para impugnarlos, sobre todo por regímenes políticos que los vulneran. También, porque son una creación que presupone sociedades democráticas y un Estado social de derecho que los haga posible, lo cual no puede generalizarse.

Aunque hay distintas perspectivas que los fundamentan, se puede hablar hoy de un consenso creciente sobre la Carta de esos derechos cada vez más ratificados por los Estados y naciones. Aunque su formulación tardía sea occidental apuntan a la naturaleza humana, de la que derivan obligaciones y derechos universales. La diversidad de referencias para fundamentarlos está vinculada a un entrecruzamiento y solapamiento de perspectivas. Todos coinciden en afirmarlos (consenso), aunque divergen en los códigos culturales y religiosos que los fundan. Hay también cuestionamientos sobre su contenido. Ha habido una evolución desde los de primera generación, centrados en las libertades individuales, hasta los de segunda y tercera generación, que recogen derechos sociales y colectivos, que pueden ser ampliados a la protección de la naturaleza. También aquí es necesaria la aportación no occidental, para que los contenidos recojan problemas de otras culturas, que ayuden a su desoccidentalización y universalización. Respecto a la Iglesia Católica hay que anotar la inicial postura negativa de la jerarquía hacia ellos, porque se veían como derivaciones de la Revolución Francesa y del liberalismo, hasta la receptividad de la segunda mitad del siglo XX. Fueron asumidos por el Concilio Vaticano II y su decreto sobre la libertad religiosa; reconocidos en la Pacem in terris de Juan XXIII (9; 60); y asimilados por la doctrina social de la Iglesia por Pablo VI y Juan Pablo II. No hay obstáculo doctrinal ni teórico en lo que concierne a la valoración de la dignidad humana, el bien común y el derecho natural. Tampoco, en la aceptación actual de una sociedad democrática, del Estado laico y de la libertad religiosa. En cuanto que la persona es hija de Dios hay que afirmar su dignidad y darle contenidos. Los problemas, sin embargo, subsisten al desarrollarlos y aplicarlos. Por una parte, el Estado de la Ciudad del Vaticano no ha firmado muchos convenios y aplicaciones de las Naciones Unidas, en los que se protegen derechos económicos, sociales y culturales, y también civiles y políticos. Hay unos 108 pactos, convenios y protocolos hasta comienzos del tercer milenio, todos ellos de alcance mundial. La Santa Sede ha asumido, íntegramente, sólo 13 de estos documentos, mientras que otros han sido recibidos con restricciones y excepciones. La causa está en que afirman que no puede haber discriminación por motivos de género o de religión, que se legisla sobre los derechos de las mujeres y de los trabajadores, o que se tocan asuntos como el matrimonio, la natalidad y la familia, en los que las declaraciones no coinciden con la doctrina oficial de la Iglesia. Tampoco se han suscrito convenios que prohíben la pena de muerte, la tortura o los crímenes contra la humanidad, como el genocidio1. El principio de dignidad es asumido por la doctrina oficial católica, pero subsisten concepciones del hombre, y de lo masculino y femenino, que bloquean el contenido práctico. Es necesaria una actualización de la antropología, la ética y la eclesiología católicas. Hay varios condicionamientos suplementarios de esta sorpren-

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IBEROderechos humanos y justicia_examen 30

dente postura de la Santa Sede: de tipo moral y doctrinal; de tipo político (los intereses de Estado en su relación con otros países); y de orden institucional, ya que en el Estado Vaticano no hay separación de poderes ni una protección adecuada de los derechos de sus miembros. Todo deriva de la monarquía absoluta pontificia, fruto de la reforma gregoriana del siglo XI, que no se ajusta a los patrones de las sociedades democráticas y participativas. Subsiste la distancia entre la mentalidad de las sociedades y la eclesiástica, lo cual lleva, fácilmente, a que la Iglesia, en cuanto institución, se entienda más fácilmente con Estados confesionales y regímenes patriarcales, como los de los países árabes, que con las modernas democracias. El Concilio Vaticano II, que buscó el aggiornamento de la Iglesia y una relación positiva con el Estado no confesional, no ha tenido la debida continuidad en los últimos cincuenta años, manteniéndose la brecha entre la doctrina teológica oficial y la praxis real de la institución jerárquica. A esto hay que añadir los problemas que plantea, a la constitución interna de la Iglesia, la doctrina de los derechos humanos, que defiende la participación libre, igualitaria y fraternal de todos.

a los derechos humanos de expresión, de participación y de religión, por lo que los derechos humanos que derivan de ahí no pueden estar garantizados. Esta privación de derechos redunda en contra de la misma Iglesia, cuando ésta los proclama para la sociedad civil y el Estado. La innegable defensa de los derechos humanos de los oprimidos en América Latina y otras partes del mundo, en la segunda mitad del siglo XX, por parte de la Iglesia Católica y algunas corrientes teológicas, como la teología de la liberación, tropezó con los intereses políticos de la institución eclesial, que buscaba mantener buenas relaciones diplomáticas con regímenes que violaban los derechos humanos. De ahí la creciente indefensión de los que defendían a los oprimidos por el Estado, como Óscar Romero, Hélder Câmara o monseñor Leonidas Proaño que no tuvieron apoyo de los representantes de la misma Iglesia, de los nuncios y de las congregaciones romanas. Fácilmente se persiguió a los defensores de los derechos, como si fueran comunistas, revolucionarios e incluso terroristas, como los denominaba la propaganda política oficial, sin que las jerarquías eclesiales los defendieran de estos ataques.

_El problema de la mujer en la Iglesia Católica estriba, en buena parte, en el no reconocimiento de sus derechos igualitarios, no sólo en lo que concierne al acceso del ministerio sacerdotal. El problema de la mujer en la Iglesia Católica estriba, en buena parte, en el no reconocimiento de sus derechos igualitarios, no sólo en lo que concierne al acceso del ministerio sacerdotal. También, en el mantenimiento de un régimen patriarcal y clerical, que, de facto, hace de los laicos personas de segunda categoría. De estas líneas surge la concentración del poder y la autoridad en la cúspide de la jerarquía, más en línea con la Iglesia como “sociedad perfecta”, asimilable al Estado decimonónico, que con la concepción conciliar de “pueblo de Dios”, basada en la comunidad, en la igualdad primaria de todos los bautizados, aunque haya diferencias carismáticas y ministeriales, y en la comunión como participación de todos. Desde el Concilio Vaticano II hay una gran distancia entre la teología desarrollada en las dos constituciones sobre la Iglesia y la praxis real. La organización institucional sigue respondiendo más al modelo que surgió de la Contrarreforma, sancionado en el Vaticano I, que a los cambios y aperturas de la década de los sesenta. El carácter monárquico y absoluto de la autoridad papal, se extiende así a los obispos y alcanza a los mismos ministros sacerdotes, elaborándose una teología del ministerio en clave de servicio, sin que se altere la figura real de éste como protagonista. El sacerdote es jefe absoluto, que decide, en última instancia, sin tener que contar con la comunidad, con la sola condición de que se someta a la decisión de la jerarquía superior a él. Este modelo no puede dar cabida real

La Iglesia Católica se mueve entre la aceptación de una doctrina que hoy es unánime en Occidente y muy mayoritaria en el mundo, y la necesidad de una reforma interna y externa que comenzó en el Concilio y no ha tenido continuidad posterior. La paradoja aumenta cuando muchos de estos derechos sobre libertad, igualdad y fraternidad encajan mejor en la eclesiología patrística y del primer milenio, que en la medieval y de la Contrarreforma. Por eso, hay frecuentes manifestaciones a favor de un Concilio Vaticano III que posibilite estos derechos en el foro interno de la Iglesia. La falta de sincronía entre los principios directrices de las sociedades democráticas y la constitución interna de la Iglesia y del Estado del Vaticano, bloquean y neutralizan muchas apelaciones morales y sociales de las Iglesias en la sociedad. Además, son un motivo de increencia y de rechazo del catolicismo. En definitiva, hay que superar la negatividad inicial respecto de los derechos humanos por el magisterio jerárquico y aplicarlos hoy para que tengan vigencia real y se acomoden a una nueva etapa histórica, en el marco de sociedades secularizadas, de Estados laicos y de derechos ciudadanos que derivan de la dignidad humana. 1 Una amplia y detallada referencia sobre estos convenios puede encontrarse en J. M. Castillo, La Iglesia y los derechos humanos, Bilbao, Desclée de Brower, 2007, pp. 47-77.


IBEROlíder Ibero_Sabina Berman

Arturo Sánchez Meyer_Estudió

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Literatura Latinoamericana en la Universidad Iberoamericana e hizo una Maestría en Periodismo en la Universitat de Barcelona y en Columbia University. Ha colaborado en distintas revistas culturales. En 2005 publicó, bajo el sello editorial Eón, el libro de cuentos y prosa poética Alusiones a Buélco. Su primera novela Treinta canciones para Julia (y cuatro desesperadas), está por ver la luz en los próximos meses.

Sabina Berman_

No hemos aprendido a ver la cultura como una actividad social y económica

El público es para el teatro lo que para el pintor es el lienzo; un físico no está obligado a comunicarse con sus congéneres, pero la gente que hace teatro sí. Mientras no suceda en el público, el teatro no está sucediendo.


Entre Pancho Villa y una mujer desnuda.

Muerte súbita, La grieta, La guerra culta, Entre Pancho Villa y una mujer desnuda y Feliz nuevo siglo Doktor Freud), ha ganado cuatro veces del Premio Nacional de Dramaturgia en México, así como el Premio Juan Ruiz de Alarcón. A propósito de su obra Entre Pancho Villa y una mujer desnuda (llevada también al cine), Víctor Hugo Rascón Banda señaló: “Inteligentemente estructurada, abre nuevos caminos a la experimentación dramática que hará felices a las mujeres y sonreír forzadamente a sus acompañantes masculinos”. Sabina Berman es una reconocida periodista, como lo demuestran los dos Premios Nacionales de Periodismo a los que se ha hecho merecedora. En 1999, en colaboración con Denise Maerker, publicó Mujeres y poder. También es una notable escritora de ficción, con libros como Un grano de arroz, La bobe y Amante de lo ajeno. Su más reciente novela, La mujer que buceó en el corazón del mundo, ha sido traducida a 11 idiomas y publicada en 33 países. Líder Ibero, sin duda, conversamos con ella. Se habla mucho de que no hay público suficiente en los teatros mexicanos, que casi siempre están vacíos. ¿Es esto cierto? Y si lo es, ¿por qué cree usted que se da este fenómeno?

S

abina Berman (1955) es la dramaturga contemporánea más importante de nuestro país. Estudió las carreras de Psicología y Literatura Mexicana en la Universidad Iberoamericana, así como dirección escénica en el Centro de Arte Dramático (CADAC), fundado por Héctor Azar. En sus inicios literarios, a la par que el teatro (El jardín de las delicias, 1976) escribió y publicó poesía: Poemas de agua (1986) y Lunas (1988). Directora, productora y escritora de teatro (con obras como

En México se hacen dos tipos de teatro, en una división que se reproduce en muchos países. Por un lado, está el teatro cuyo objetivo principal es atraer público, abarrotar la taquilla y hacer dinero, y por el otro está el teatro pagado por el Estado, que ha adquirido, por contraste, el dudoso orgullo de que no vaya público; esto es una enfermedad, pues ambas definiciones son incompletas. Existe una tercera vía que es la que intento (y no sólo yo, hay otras personas que también la cultivan): no es, de ningún modo, una mezcla de las dos anteriores, es otro lugar en donde nos colocamos. Consiste en que no intentamos que no vaya la gente pero tampoco trabajamos para la taquilla. Nos situamos en un lugar de honestidad estética y trabajamos para nosotros mismos, para los actores, para la belleza y para el impacto de lo que es el teatro, pero también publicitamos que la obra existe y estamos

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IBEROlíder Ibero_Sabina Berman

Gracias a la Ibero me di cuenta de mi verdadera vocación.

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Actores de la obra Entre Pancho Villa y una mujer desnuda.

con los dedos cruzados en la taquilla para que llegue público, porque mientras llegue, va a haber funciones; de otra manera, no es posible mantener la obra. ¿Qué hace usted para que sus obras tengan éxito en taquilla y no pierdan la honestidad estética que mencionaba anteriormente?

El público es para el teatro lo que para el pintor es el lienzo; un físico no está obligado a comunicarse con sus congéneres, pero la gente que hace teatro sí. Mientras no suceda en el público, el teatro no está sucediendo, está sólo en la página, es literatura. En cada obra que he puesto en escena he tenido discusiones con productores privados y con productores del Estado. Los productores privados me suelen decir: “Estrena la obra y si tiene éxito entonces yo le entro”, porque siempre les parece algo raro, creen que no va a ir la gente. Por el otro lado, algún director de teatro de la UNAM, me dijo de una obra mía: “Es demasiado graciosa, yo te la produzco si me garantizas que no va a venir mucho público, porque si vienen muchos cómo justifico que nosotros lo produzcamos; nosotros estamos para producir las cosas que nadie pagaría por ver”. Sin embargo, sí hay gente que ha intentado la tercera vía con bastante éxito en nuestro país, y mientras el mexicano obtiene mayor autoestima se convierte en un público mejor y más exigente. Tenemos que aspirar a que el teatro mexicano tenga la calidad y la relevancia que posee en países como Inglaterra, por ejemplo. Muchas de las obras que actualmente tienen éxito comercial cuentan con actores famosos y, por lo general, son adaptaciones de textos sajones. ¿Cómo puede un dramaturgo mexicano acceder al gran público si no cuenta con estas herramientas?

Este fenómeno es parte de la falta de comunicación entre quienes hacemos teatro en México: apreciar primero lo que viene del extranjero es muy común en las artes en nuestro país, pero en especial en el teatro. Los directores y productores comerciales montan obras extranjeras no porque no haya escritores mexicanos que puedan ser de gran éxito comercial y, además, buenos. Lo hacen porque en lugar de voltear a verlos se van al extranjero, ni siquiera a leer los textos, se van a verlos y si pudieran también importar al público lo harían, y ahí es donde les falla la ecuación.

Existe una enfermedad en el otro tipo de teatro, donde lo que se busca es el prestigio ante las instituciones y ante los críticos. El público es desdeñado por principio porque son “esos nacos mexicanos”. Que una obra sea efectiva en escena, sea relevante socialmente, está vista como el antiarte, entonces hay que montar obras yugoslavas, que hablan de la devastación en ese país. ¿Para qué irnos tan lejos, si ya tenemos la nuestra? Tendríamos que estar hablando de la nuestra. Para usted ¿tiene el teatro un compromiso social? ¿Debe tener un sentido didáctico?

La respuesta a esta pregunta no admite recetas, pero puedo contestar por mí y referirme a la teoría del arte que me he inventado: El teatro es social, me gusta hablar en escena de temas que comparte mucha gente, pero tiene que ser desde un lugar personal. Realmente yo no he escrito teatro confesional, he escrito sobre asuntos sociales, mis temas han sido la diversidad, el placer, y los obstáculos para conseguir ambos, que me parece que son los mismos y tienen que ver con la dominación. De esta manera he creado mi teoría, auxiliada por amigos como Eurípides, Aristóteles, Molière y otros más como Hugo Argüelles, José Gordon y Jorge Volpi. Así he ido construyendo mi pensamiento artístico. Es usted una mujer muy polifacética: hace teatro, narrativa, periodismo, etcétera. ¿Cómo maneja esta diversidad disciplinaria?

Siempre me dicen que yo hago muchas cosas distintas, pero yo lo que hago es contar historias en diferentes medios: en el teatro que es mi escuela original, en la prosa que desarrollé porque sentí que a mi teatro le faltaba vuelo retórico en cuanto a los personajes y después me metí al periodismo porque me hartó el teatro y quería más realidad. Era un momento muy emocionante para México cuando incursioné en el periodismo, estábamos transitando de una “dictadura” a una supuesta democracia. He ido cambiando por necesidades íntimas, que me parece que es el hilo que debe guiar al artista, esa necesidad misteriosa, esa sensación donde uno sabe que está caminando pero no hay camino adelante, esa es la garantía de que uno está haciendo algo que no se ha hecho.


¿Piensa en el público cuando está haciendo teatro o en el lector cuando está creando narrativa?

El lector o el público son el silencio, el estado puro de la conciencia donde está vacía de palabras o de movimiento, ahí somos todos iguales, hasta los animales y los vegetales son iguales, todo lo vivo lo es. Sus textos dramáticos, como por ejemplo, Feliz nuevo siglo Doktor Freud y Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, han alcanzado un gran éxito en un país donde este género es poco leído. ¿Cuál es la causa detrás de este fenómeno? Ocurrió a raíz de las puestas en escena, fue una consecuencia. Yo creo que después de la literatura, el teatro es el arte más ejecutado por la población en México. Hay muchos grupos de teatro amateurs por todo el país, en cada preparatoria hay un grupo de teatro, también en las universidades, además de que existe una emoción especial de hacer lo propio. En varias ocasiones me he enterado que están poniendo en escena Feliz nuevo siglo Doktor Freud. Supuestamente me tendrían que pedir autorización pero no lo hacen; sin embargo, nunca me molesto cuando montan la obra, me siento halagada y creo que eso justifica lo que hago si hay un grupo de teatro en una preparatoria que está actuando una obra mía, y además he visto muy buenas puestas de mis textos en los lugares más inusitados y de maneras que nunca me hubiera esperado.

El teatro es social, me gusta hablar en escena de temas que comparte mucha gente, pero tiene que ser desde un lugar personal. Mucha gente la considera una artista que retoma varios de los postulados de las teorías feministas. ¿Se siente usted cómoda con este tipo de afirmaciones?

Mi lectura de los géneros es política, pero es una lectura, yo no hago panfletos, o cuando menos eso espero. Feliz nuevo siglo Doktor Freud, claramente se trata de una lectura misógina de los géneros y por tratarse de Freud, como es tan docto su lenguaje, se convierte en una comedia; todo el mundo se ríe con las palabras textuales de Freud y reconoce la misoginia. La obra posee también otro nivel, que tiene que ver con los seres humanos tratando de “aprehender” la realidad y no dándose cuenta que en ese intento la están violentando. Esto es algo que rebasa el asunto de género, la división de hombres y mujeres, y en algún lugar nos une. Siempre tengo esta observación y de nuevo estas son las enseñanzas de los clásicos: una obra de teatro debe decir algo muy simple en la cúspide de los sentidos y después eso se va convirtiendo en algo complejo hasta que llega a unos seres humanos en una época histórica determinada, haciendo ciertas cosas que arman una historia.

¿Existen apoyos suficientes para los artistas mexicanos que quieren acceder al mundo del teatro?

Lo que a mí me gustaría ver es que el Estado invirtiera en el vínculo entre los escenarios y la sociedad, ahí es donde no hay inversión y es dónde más se necesita; cualquier teatrista dirá que prefiere ganarse la vida de lo que paga el público que recibir un cheque por correo del Estado mexicano; la inversión existe pero está mal colocada. Para empezar, el teatro hecho profesionalmente, incluso el del Estado, es por su costo para una clase media alta, ese es el primer error gravísimo. ¿Entonces, por qué lo pagan los impuestos? El mejor público de teatro y el más abundante está constituido por universitarios. ¿Y todos los demás qué? El Estado no invierte estratégicamente bien. Hacen falta otros tipos de estímulos que tengan la ambición de que la cultura llegue a todos. Las obras están publicitadas mínimamente, hay que ser un experto para encontrarlas, a nadie le interesa que la gente vaya realmente al teatro. Esto es lo que heredamos del priísmo: un reguero de maíz para los artistas, no para la sociedad. ¿A qué modelo de país debemos aspirar? ¿Qué debemos hacer para alcanzarlo?

Yo diría que a una España a la mexicana. España ha hecho cosas muy inteligentes que nosotros debimos haber hecho originalmente y que ahora nos toca copiárselas pero hay que hacerlo bien. Por ejemplo, ellos se volvieron los maestros del idioma español del planeta con el Instituto Cervantes, eso nos tocaba a nosotros; España es la gran exportadora de cine, cosa que también nos tocaba a nosotros. Somos una economía más grande que España, pero no hemos aprendido a ver la cultura como una actividad social y económica, estamos anclados, encriptados en la idea priísta de la

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IBEROlíder Ibero_Sabina Berman 36 Somos una economía más grande que España, pero no hemos aprendido a ver la cultura como una actividad social y económica, estamos anclados, encriptados en la idea priísta de la cultura como algo que hay que controlar: hay que tener contentos a los artistas y ahí se acaba el asunto. cultura como algo que hay que controlar: hay que tener contentos a los artistas y ahí se acaba el asunto. Necesitamos empresas culturales y sin la ayuda del Estado eso no se va a lograr, y el gobierno debería estar muy interesado en lograrlo, pero desde la época de Lázaro Cárdenas, que fue un gran momento para el arte mexicano, el Estado se ha mostrado indiferente. Usted es egresada de la Universidad Iberoamericana. ¿Cómo ha influido esta casa de estudios en su trabajo profesional?

Ha influido mucho y de diferentes maneras. Tuve muy buenos maestros, los jesuitas me marcaron.Yo soy judía y para mí el acercamiento repentino y sin ninguna preparación con ellos fue muy importante, porque tenía una versión muy negativa de la iglesia

Entre Pancho Villa y una mujer desnuda.

católica y me dieron otra lectura de ella. Además me tocó estar en un tiempo donde los jesuitas estaban constantemente yéndose a la sierra, muchos desaparecían, así textualmente, nos decían “ya no va a venir tal maestro, se tuvo que ir a Italia”, y nos enterábamos tres años después que se había ido a la sierra a hacer labor social, entonces era muy emocionante este trato con los jesuitas. ¿Qué destacaría usted de su educación en la Ibero?

Gracias a la Ibero me di cuenta de mi verdadera vocación. Había un concurso en la universidad que convocaba Luis de Tavira, se llamaba “Juguete”, en el cual uno tenía que hacer entre once y veinte minutos de “algo” en el escenario, así estaba definido, yo me subí por primera vez al escenario y escribí para él gracias a esa convocatoria. El premio era viajar por toda la República en distintas universidades. Con mi grupo no sólo ganamos una vez, ganamos dos años consecutivos y aprendí muchísimo. Si no hubiera sucedido esta convocatoria, además así de libre, yo no haría teatro, tan sencillo como eso. ¿Qué sigue para Sabina Berman?

Estoy escribiendo una obra de teatro para dos personajes, nunca había pensado que podía escribir una obra para dos personajes, de dos horas… Vamos a ver si funciona.


IBEROla llama inextinguible_

Homero Aridjis_Tres

poemas inéditos

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N

Fotografía de Chloe Aridjis.

Homero Aridjis: Poeta y ecologista acido en Contepec, Michoacán, en 1940, Homero Aridjis es uno de los poetas más importantes de México. El Fondo de Cultura Económica publicó su más reciente libro. Diario de sueños (2011), que forma parte de su más sólida madurez lírica, y el cual se suma a otros títulos suyos fundamentales como Antes del reino, Mirándola dormir, Perséfone, Ajedrez-Navegaciones, Los espacios azules, El poeta niño, El encantador solitario, Quemar las naves, Construir la muerte y otros más que integran una obra acerca de la cual Octavio Paz escribió: “Homero Aridjis ha proclamado la supremacía del amor, y la mujer es su horizonte y su espejismo. Su poesía son las huellas rojas y negras que deja el fuego en su carrera”. Activista a favor de la protección del ambiente y uno de los poetas que mejor han entendido la gravedad por la que atraviesa nuestro país no sólo en lo ecológico sino también en lo social y en lo político, Aridjis ha escrito, por ejemplo, en su nuevo libro:


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En tu calle

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Este es un sueño No temas a los sicarios que con pistolas de aire vienen bajo la lluvia. No te duelas por las víctimas que en la esquina los aguardan con el pecho descubierto. No te preocupes. Los dioses del sacrificio humano están muertos. Este es un sueño. Cuando despiertes, no habrá sicarios ni víctimas, sólo estará la lluvia cayendo sobre una calle vacía.

En tu calle de sueños pintados. En tu calle de soles en la ventana. En tu calle sin nombre en las esquinas. En tu calle que me lleva a tus brazos. En tu calle de jacarandas en flor. En tu calle que viene de pasado mañana. En tu calle de gatos muertos. En tu calle, clara como la noche, tu cuerpo es como un árbol de amor que abrazo y no acabo de abarcar.

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En Venecia nació un árbol “La violencia en México comenzó con los dioses./ Antes de que hubiera ciudades y templos/ ya había desmembrados, desollados y decapitados,/ en los ritos del alba. Los Painales,/ sicarios de nuestro señor Huitzilopochtli,/ ya descendían de los cerros/ con un corazón humeante en las manos”. O bien: “Somos hijos de dioses crueles./ De nada sirve ver sus pirámides derruidas./ Aún no se desvanece la sangre en sus altares./ Aún sus manos asfixian nuestros sueños”. Por otra parte, para los migrantes, como bien lo dice en otro poema, “el sueño americano se ha convertido/ en el infierno del exilio”. En este número de IBERO, dedicado a los derechos humanos y a la justicia, nos honramos en ofrecer a los lectores tres poemas inéditos, de la más reciente producción del poeta, en los cuales reaparecen algunos de sus temas esenciales: el amor (“En tu calle”), la preocupación social (“Este es un sueño”) y su defensa de la naturaleza (“En Venecia nació un árbol”). Agradecemos al poeta la deferencia de darlos a conocer en IBERO.

Rilke, Da stieg ein baum En Venecia nació un árbol. De las aguas estancadas una verde transparencia se levantó. En el viejo canal, como un cuerpo verde, nació un árbol.


IBEROmirador_

Vida Yovanovich_ Fotografía y compromiso vital

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riginaria de La Habana, Cuba, Vida Yovanovich reside en México desde 1956 y es mexicana por adopción. Ha dedicado gran parte de su obra a explorar la vida e identidad de la mujer. Su trabajo es reflexivo e íntimo. Los cuestionamientos que plantea su obra no sólo se refieren al deterioro corporal que sufrimos los seres humanos,

sino también al emocional.Temas como la soledad, el abandono y el rechazo son una constante en sus fotografías. Su tenacidad y paciencia le han permitido acercarse a entornos difíciles, y su forma de abordar los temas es intensa y profunda. De 1983 a la fecha ha participado en más de cien exposiciones colectivas en diversos países, y ha expuesto de manera individual lo mismo en México que en Cuba, Serbia, Francia, España, Sudáfrica y Estados Unidos.


De las series Cárcel de los sueños y Soledades sonoras.

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Su ensayo fotográfico Cárcel de los sueños es un sensible y fuerte acercamiento a la vejez y a la muerte. La exposición se presentó en varias ciudades lo mismo de México que de Europa, y el libro que generó esta exposición se publicó en 1997 con un brillante prólogo de Elena Poniatowska. Al definir el trabajo de la fotógrafa, la escritora señala: “Las fotos de Vida no son tremendistas. Son dolorosas algunas, terribles otras, pero no hay en Vida afán de escándalo. Hija de yugoslavos, como su nombre lo indica, Vida Yovanovich nació en Cuba. Cuando cumplió 40 años se aterró, pensó en su propia muerte y se fue a retratar ancianas. No sólo las retrató a ellas, sino que se retrató a sí misma entre ellas, hombro con hombro, para poder tolerar quizá su propio envejecimiento. Muy guapa, muy alta,Vida dejó que le penetrara la decrepitud ajena, la vergüenza ajena, la soledad ajena. No sé si se acostumbró a que paso a pasito iba encaminándose a

su propia vejez. Lo que sí sé es que la experiencia tan contundente nos da fotografías espectrales, dramáticas e intensas que nos hacen reflexionar en uno de los temas que siempre procuramos evitar: el de la propia vejez”. Actualmente, el trabajo de Vida Yovanovich se concentra en la mujer en reclusión. Soledades sonoras toca esa línea divisoria tan endeble que existe entre un mundo de encierro y uno de libertad. Por su trayectoria, esta reconocida artista ha recibido diversas distinciones entre las cuales destacan las becas de la Fundación Guggenheim, de Nueva York, y del Sistema Nacional de Creadores de Arte, en nuestro país; así como el primer premio en Fotografía Antropológica (México) y una mención honorífica en el Premio Casa de las Américas (Cuba). Su obra forma parte de diversas colecciones y museos, entre ellos el Museo de Bellas Artes, en Houston; el acervo del Consejo


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De las series Cárcel de los sueños y Soledades sonoras.

Mexicano de Fotografía; Casa de las Américas, en Cuba; Museo de Bellas Artes, de Buenos Aires, y Museo de Artes Aplicadas de Belgrado, en Serbia. La artista y crítica Mónica Mayer ha dicho: “Vida Yovanovich no es una fotógrafa que toma su trabajo a la ligera. Sus proyectos van más allá de un producto para exponer o publicar: son compromisos vitales, experiencias que cambian la vida del retratado y de quien retrata: de ahí su fuerza”.


IBEROtrivium_narrativa

Javier Sicilia_Poeta, novelista, ensayista y editor, cuya obra está estrechamente vinculada a la fe católica. Activista social, encabeza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, surgido a raíz del asesinato de su hijo a manos del crimen organizado. Autor de los libros de poemas Oro, Trinidad, Vigilias y Tríptico del desierto, y de las novelas El bautista, El reflejo de lo oscuro, Viajeros en la noche y A través del silencio. También de la biografía Concepción Cabrera de Armida, la amante de Cristo. Ha sido director de la revista Ixtux (1994-2007) y lo es, a partir de 2009, de Conspiratio. Es columnista del semanario Proceso y de La Jornada Semanal. En 2009 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes. El presente texto, que entregamos a los lectores de IBERO como una primicia, es el primer capítulo de su novela El otro lado del sótano, en proceso de escritura, una obra narrativa acerca de la vida de San Maximiliano Kolbe (18941941), fraile franciscano que fue asesinado por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz. Agradecemos al autor la deferencia de darlo a conocer en las páginas de IBERO.

Foto: Corbis

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El otro lado del sótano_ “Nadie ama más que aquel que da la vida por sus amigos”

La mañana y la noche Abrió los ojos y el día, que entraba por la ventana de su habitación en Varsovia, lo lastimó como un cuchillo. Permaneció acostado sobre su espalda en espera de que la luz se acomodara a la lentitud con la que en los últimos años su vista respondía a ella, una lentitud que se agregaba al agotamiento de sus huesos, de sus arterias, de su corazón y sus pulmones. Noventa y cuatro años eran ya demasiados para una vida y, sin embargo, en ese preciso momento, de cara a ese deslumbramiento y al frío que sentía, se dio cuenta de que detrás de esa afirmación, todo en él rechazaba la muerte. No quería morir, no quería enfrentarse a ese frío que a pesar del verano y de la calidez de las cobijas se le adhería a los huesos como aquel día de julio de 1941 en que el padre Maximiliano Kolbe —o Raymundo, como solía llamarlo para sí en alusión al nombre que llevaba antes de abrazar el hábito franciscano— cambió su vida por la suya y murió en los sótanos


Para Pedro Bonnin Para Bernardo Domínguez

La historia es un tejido de bajezas y crueldades en donde algunas gotas de pureza brillan de cuando en cuando.

Todos somos culpables, por todo, ante todos, y yo más que todos. Dostoievski

Sólo un yo vulnerable puede amar a su prójimo. Levinas

Simone Weil

mente, en medio del terror, de los gritos, de los heridos y el traquetear de las metralletas, repentinamente —como si el milagro se confirmara— se encontró libre, lejos de los SS —uno de los 22 esqueletos, de aquellos 150, que había sobrevivido— un hombre que, arropado por el agradecimiento, había ocultado para siempre su frío en el tibio calor del milagro. Ese agradecimiento, cuando volvió entre los suyos, se convirtió en una incesante indagatoria sobre la vida de aquel extraño hombre y en un dar testimonio de su santidad, como si en realidad él, a causa del milagro, hubiese muerto en lo sótanos del bloque 11 y Raymundo, usurpando su muerte, la muerte que a él le pertenecía, hubiese vivido en y a través de él, ajeno al frío, arropado durante 47 años en su cuerpo y en sus palabras. Dondequiera que lo llamaban, donde se levantaba un monumento o un templo en su honor, ahí había estado él para hacer surgir en el vestigio de su sobrevivencia la grandeza de Kolbe. El propio Pablo VI, en 1971, durante la ceremonia de beatificación, lo había invitado y le había otorgado un lugar preeminente: el del espécimen vivo, el de “un desconocido” —así lo dijo el Papa en su discurso—, por el que Kolbe había dado su vida, la prueba viviente de su santidad, de su amor por los otros. Lo mismo había hecho Juan Pablo II en 1982, cuando lo elevó al culto universal de los santos. Desde entonces, en la calle, en el trabajo, en los cientos de escritos y biografías sobre Kolbe, en los lugares a donde había

Foto: Corbis

del bloque 11 de Auschwitz. Desde entonces no había vuelto a sentirlo con tanta precisión y agobio. Era como si la intoxicación que desde entonces había ocultado en su interior hubiese llegado al límite donde la vida no puede regresar. Ni siquiera en el Lager, después de la muerte de Kolbe y durante los años de encierro que precedieron a la liberación, bajo las inclemencias del invierno, la soledad, el hambre y las palizas de los Kapos; ni siquiera cuando en los momentos de la liberación, con los soviéticos ya en Polonia, fue desalojado en esas espantosas “marchas de la muerte” en las que los nazis hicieron perecer a muchos de los últimos sobrevivientes, lo había sentido con esa aguda punzada con la que la luz hería en ese momento sus ojos y el frío se le extendía por todos los tejidos del cuerpo como si emanara del fondo mismo de los huesos. Los cerró un instante y volvió a verse poniéndose en marcha bajo la noche y el invierno, entre reflectores y centenares de SS armados y acompañados de sus perros, apretujado a una multitud de 150 esqueletos envueltos en harapos y rapados como él. Atrás, en los escombros dejados por los nazis, quedaban los presos de los otros bloques, aguardando su turno para iniciar la marcha, los enfermos que, se decía, serían asesinados a quemarropa antes de la llegada de los rusos, y la silueta de la chimenea, que hacía días había dejado de funcionar, pero cuyo pestilente aroma les había impregnado la piel y los harapos con el sello indeleble del infierno. Adelante, lo incierto, la orden de que se les llevaría a la retaguardia. Abrió de nuevo los ojos y, bajo el peso de la luz, como si nunca se hubiesen ido, volvió a escuchar los gritos de los SS: “Más rápido, perros piojosos, más rápido”, y a verse, junto a esos 150 esqueletos, correr como una jauría hambrienta, famélica y domesticada. Volvió a ver las ráfagas de las metralletas sobre los cuerpos de los que caían de fatiga y la sangre sobre el lodo y la nieve. Pero aún ahí, bajo ese recuerdo atroz que llegaba a su memoria con una nitidez deslumbrante, no volvió a sentir el frío que ahora lo atenazaba. Quizá, sí, quizá se había insinuado, pero en medio de su carrera —lo veía como si la cortina por donde se filtraba la luz se volviera la pantalla de un extraño cinematógrafo—, la seguridad de que Kolbe lo había salvado para siempre lo acompañaba, y repentina-

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sido invitado a dar testimonio, él, “un desconocido”, era sólo el hombre al que Kolbe salvó la vida, una referencia, un dato en el centro de las virtudes heroicas de un hombre santo. A nadie, fuera de ese acontecimiento y de las declaraciones que le habían pedido durante los procesos de beatificación y santificación —declaraciones que no diferían de las de otros que lo habían conocido o tratado en la intimidad; que no diferían tampoco de los miles que otros más han dado sobre otros santos, como si lo importante se redujera, no a lo humano, a sus claroscuros y a sus vertientes ambiguas, sino a la monótona estrechez de lo sobrehumano—, le había importado su vida. Nadie, durante todos esos largos años, se había ocupado por saber lo que realmente sentía él, el “desconocido”, el sujeto de tan sobrecogedor acto de amor. Nadie se había interesado en saber si sentía vergüenza de estar vivo en lugar de otro, de cargar con el peso de una gracia de la que habían sido excluidos otros, millones. Y a decir verdad —debía confesárselo ahora que el frío lo ocupaba sin tregua, sin esperanza de aplacarlo y todo lo que estaba en sus más profundos adentros emergía con una helada punzante—, a él tampoco le había importado. Le había bastado ser el sujeto del milagro, el instrumento por el que Kolbe se había vuelto el mediador de una gran luz en el centro de las tinieblas, y su vida,

y miedo, ese miedo y esa vergüenza de los sobrevivientes de las catástrofes, esa sensación de desprecio de sí, de remordimiento, de saber que ese otro mejor que él —quizá mejor que esos miles otros que murieron en Auschwitz por compartir su miserable ración de pan, por negarse a cumplir una orden indigna, por rebelarse o arrojarse a las alambradas eléctricas antes que ir como bovinos a la cámara de gas—, había muerto en los sótanos del bloque 11 en lugar suyo. “Ciertamente —se dijo para consolarse—, Raymundo no habría durado más de unos meses bajo aquel régimen. La tuberculosis, las condiciones de Auschwitz y las que él tercamente se imponía, lo habrían aplastado como una pobre cosa en poco tiempo. Además, a diferencia de otros, no robé el pan de nadie, no acepté ningún cargo indigno”. Pero al final, en ese preciso momento —lo constató con un dolor que le contrajo el corazón más que el frío—, se acercaba a la muerte con la misma cobardía que mostró el día que lo designaron para ella, con esa sensación de pérdida de fe que había estado presente en él hasta que Kolbe lo salvó, con el mismo frío y el mismo miedo que aquella tarde lo hicieron estallar en un llanto desesperado, y sintió, con una claridad tan espantosa como terca, la inutilidad del acto de Kolbe. “¿Por qué y para qué lo había hecho?”.

_Aunque ni un solo día había dejado de dar testimonio sobre la santidad de Raymundo, su vida, después de sobrevivir a Auschwitz y a su tuberculosis, se había reducido a la de un burgués. sobre todo su vida, esa que Raymundo le había devuelto aquel verano de 1941 y que —volvía a recordarlo como un ritornelo que inútilmente buscaba convencerlo de que el frío volvería a irse— se había repetido —con su escape de la “marcha de la muerte” y la curación de su tuberculosis— dos veces más hasta llevarlo a cumplir 94 años. ¿Quién de todos los sobrevivientes de Auschwitz, quién, incluso, de los hombres que no habían padecido lo que ellos, podía cumplir 94 años? Era como si Kolbe confirmara con eso lo inequívoco de su santidad, como si Raymundo, en el momento en que cambió su vida por la suya y, junto con otros miserables para los que no había habido un Kolbe, murió en los sótanos del bloque 11, le hubiera dicho: “¿Quieres vivir?, sea. Te devuelvo tu vida a cambio de la mía; velaré por ella hasta el final”. Sin embargo, ahora que realmente estaba al final, que se encontraba sacudido por el mismo frío de 1941, sintiéndose solo, como se había sentido solo aquella tarde en Auschwitz —porque el preludio de la muerte siempre tiene el mismo frío y la misma soledad—, y ya no estaba Kolbe para rescatarlo, sino su silencio y el final, el inequívoco final de la vejez y la muerte a la que siempre quiso escapar y había escapado, se miraba delante de todo aquello que había mantenido oculto en los sótanos de su conciencia, y por vez primera, bajo la luz que hería sus ojos, sintió vergüenza

Se enderezó súbitamente y el frío, el dolor de los huesos, la asfixia, las palpitaciones y el aroma a medicina y a vejez se acentuaron en su cuerpo como la evidencia física de su desolación. Buscó con mano temblorosa las pastillas y el vaso de agua sobre la mesita de dormir y, después de tragarlas, posó sus ojos en la fotografía colgada en la pared de enfrente, a un lado de la ventana, en el sitio exacto para que su mirada, al despertar, se topara con ella. Ahí estaba Raymundo, distinto y a la vez semejante a como lo había conocido y lo llevaba dentro de sí: el pelo corto, la frente amplia, la nariz regular y bien proporcionada, que armonizaba con la sensualidad de sus labios de los que, por desgracia, faltaba la sonrisa, tan suya, tan fascinante y misteriosa; la barba —que sólo había visto en fotografías— larga y entrecana como la de un patriarca, y sus ojos, enmarcados en unos lentes redondos, severos e indulgentes, penetrantes y compasivos, bajo un duro entrecejo que acentuaba el enigma. Los miró largo rato, como si contemplara un jeroglífico cuyo nebuloso significado había entrevisto muchos años atrás, pero que repentinamente, como cuando lo conoció, había dejado de entender, como si más allá de la oscuridad del sótano del bloque 11 no hubiera nada, y la pregunta subió a sus labios con el estremecimiento del frío: “¿Por qué y para qué?”. La frase de Jesús: “Nadie ama más que aquel que da la vida por


sus amigos” —y que el acto de Kolbe, después de 2000 años, en el centro de un siglo ateo y poblado de las idolatrías históricas, había llenado nuevamente de carne, de presencia, de concretud; esa frase que le había valido su ingreso en los altares y que a él, a lo largo de los años, lo había mantenido maravillado y consolado— le parecía ahora vacía. Ni siquiera las conversiones que había suscitado el acto de Raymundo, ni el que ese mismo acto le había permitido volver con su familia y ver crecer a sus hijos y a sus nietos, ni los consuelos que había traído a miles de otros, daban respuesta a su pregunta y al sinsentido que lo habitaba esa mañana. “¿Cuántos de ellos —se preguntó sin apartar la vista de la fotografía—, si volviera a repetirse ese horror, serían capaces del gesto de Raymundo?”. Recordó a muchos, ahora ya muertos, que, al igual que él, habían sido sobrevivientes y, al igual que él, amaban a Kolbe, y se dio cuenta que su amor no los había mejorado, que ese acto tan simple como inmenso, no había disminuido un ápice el mal. Por el contrario, después de su muerte, todo se hizo más terrible: se construyeron las cámaras de gas y los crematorios, y cuando los 40 kilómetros cuadrados del campo de Auschwitz, se hicieron insuficientes, los nazis construyeron Brikenau, el Auschwitz II —como lo llamaban con su jerga técnica—, con cuatro nuevas cámaras de gas y cuatro crematorios. Diariamente —aún hoy, después de

casi cincuenta años, podía percibir el humo y oler su peste con la misma claridad con la que percibía el aire rancio de su habitación— se incineraban 5,000 víctimas en los crematorios II y III, y 3,000 en el IV y V. A veces, cuando el número de los cadáveres era mayor, se les quemaba en fosas. Hacia el final de la guerra, en el verano de 1944, tres años después del sacrificio de Raymundo, durante la deportación de los judíos de Hungría, el número de víctimas diarias se incrementó a 24,000. Los rusos —esa peste blanca y después roja, con la que su pueblo había tenido que vérselas casi desde el nacimiento de Polonia—, no habían sido menos generosos. No sólo durante la liberación dejaron que los partisanos polacos y los nazis se despedazaran entre sí, para que la ocupación de Polonia —ya pactada con los Aliados— se hiciera más cómoda, sino que después de la matanza de Katyn, en 1940 —esa matanza en la que durante días enteros se ejecutaron a 25,700 detenidos con un tiro en la nuca, y que durante años (hasta que en 1992, Boris Elstein tuvo que reconocerlo ante Lech Walesa) se había atribuido a los nazis—, miles de polacos y judíos fueron enviados a podrirse en los Gulag de Siberia. Tampoco su pueblo, su heroica Polonia, había sido mejor. Recordó —mientras sus ojos seguían fijos en los del retrato de Kol-

_Hacia el final de la guerra, en el verano de 1944, tres años después del sacrificio de Raymundo, durante la deportación de los judíos de Hungría, el número de víctimas diarias se incrementó a 24,000.

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be— que durante el ataque de Hitler contra la URSS, cuando Kolbe y él estaban a punto de protagonizar ese acto que cambió para siempre su vida, en la zona ocupada por Stalin, la población de veinte aldeas alrededor de Lomza, impregnadas del odio a los judíos comunistas, y animada por el arribo de los alemanes, asesinó a miles de judíos. Solamente en Jedwabne, 1,600 fueron torturados y quemados vivos. Y la inteligencia católica —esa a la que en cierta forma Kolbe pertenecía— que en 1942, en sus publicaciones clandestinas, protestó contra las deportaciones de los judíos a los campos de la muerte y pidió por caridad cristiana que se ayudara a los que todavía podían ser salvados, esa misma inteligencia, en esas mismas publicaciones, habían reproducido muchos artículos que, si no anulaban el llamado, lo volvían ambiguo. Y sin apartar los ojos de la fotografía, como si confesara algo de lo que en ese momento sentía una amarga vergüenza, recordó las declaraciones que el escritor Zofia Kossak hizo en el órgano del Frente Católico: “Nuestros sentimientos en relación con los judíos no han cambiado. No dejamos de ver en ellos a los enemigos políticos, económicos e ideológicos de Polonia. Nos damos cuenta incluso que nos odian más que los alemanes que nos hacen responsables de su desgracia”. “¿Cuántos de nosotros —pronunció con un ligero susurro, como si le dijera un secreto a Kolbe—, cuántos de nosotros, Raymundo, después de ese tipo de declaraciones habrían querido ayudar a esos enemigos?”. ¿Y el mundo liberal? Por su mente comenzaron a desfilar los nombres de Hiroshima y Nagasaki, Corea, Argelia, Vietnam, los genocidios de las juntas militares en América Latina, las matanzas fratricidas de África bajo los ojos impávidos de la ONU, las guerras étnicas de la vieja Yugoslavia; las revueltas obreras de Polonia y sus purgas bajo la ocupación soviética, y, por fin, de nuevo la liberación, que había concluido con una Polonia que lentamente, dándole la espalda a una Europa que cien veces la había traicionado, se arrojaba en brazos de los Estados Unidos. Aún la paz de ese mundo —esa que él mismo había celebrado con la caída del muro de Berlín—, esa paz que tanto había deseado —debía confesárselo ahora en que ya no podía ni valía la pena mentirse estaba llena de un mal que se había hecho muy sutil, como si lo peor de la Alemania nazi, la técnica puesta al servicio de lo inhumano, se hubiese fabricado una máscara democrática de bondad humanitaria para transitar de las carnicerías pseudogenéticas del Doctor Menguele, a las manipulaciones controladas bajo la asepsia de los laboratorios y a las operaciones transgenéricas; de la esclavitud ideológica y carcelaria, a la esclavitud deseada del mercado; del arrasamiento armado de naciones, pueblos y naturaleza, a su lenta destrucción por la inversión, el capital y la guerra focalizada.

Pero no necesitaba ir tan lejos, él mismo, a quien Raymundo había salvado, cuya vida estaba cosida a la suya como una sombra a un cuerpo y, por lo mismo, tenía más que nadie la obligación de ser mejor, tampoco había progresado. Aunque ni un solo día había dejado de dar testimonio sobre la santidad de Raymundo, su vida, después de sobrevivir a Auschwitz y a su tuberculosis, se había reducido a la de un burgués: un buen padre de familia y un buen ciudadano, que si no había hecho mal a nadie, tampoco a nadie le había hecho bien; un hombre como todos, “un desconocido”, quizá más egoísta —si egoísmo podía llamarse a la única regla moral que había en el Lager: “ocúpate de ti mismo”— de lo que fue en Auschwitz, y cuyo único mérito era haber sido salvado por Kolbe. Con ese egoísmo, y con el mismo frío y el mismo terror de aquel día de verano de 1941, se acercaba a la muerte, y sin dejar de mirar la fotografía volvió a pronunciar: “¿Por qué lo hiciste, de qué había servido?”. Apartó la mirada del retrato, se incorporó trabajosamente y, tomando su bata, salió al pasillo. Ese día, sábado, la mujer que lo ayudaba y sus hijos, que lo visitaban, no vendrían y sintió que el frío y la soledad se volvían más intensos. Caminó hasta la cocina y, después de prepararse una taza de té, se dirigió a su estudio: un cuarto contiguo al de su recámara donde textos y biografías de Kolbe se apiñaban sobre el escritorio. En la pared, junto a los retratos donde aparecía con su familia, con algunos sobrevivientes y con Pablo VI y Juan Pablo II, se encontraban otros tantos del franciscano. Abrió la cortina. Se sentó con la taza de té ante su escritorio y miró por la ventana:Varsovia, no la de su infancia, sino esa nueva que, reconstruida, quería borrar el pasado en el bullicio de su tráfico y de sus modernos suburbios y centros comerciales, se extendía como una sepultura. Bebió un trago de té y en un acto reflejo tomó el suéter que la noche anterior, antes de acostarse, había dejado en el respaldo de la silla y se lo puso. Pero no lo calentó. El frío, lo sabía —no había dejado de saberlo desde que abrió los ojos y la luz se le enterró en la mirada como un cuchillo—, no venía de afuera, sino de dentro, de Auschwitz, de los “sótanos de la muerte”, de ese Raymundo que lo había poseído hasta no permitirle ya saber dónde terminaba él y empezaba Kolbe. Si quería detenerlo o, al menos, reconciliarse con él debía responder a esa pregunta que lo atenazaba, que había emergido, pura y perentoria, a las partes más claras de su conciencia y de la que dependía el sentido que se había borrado de su vida como se borraban los cuerpos de los asesinados en la chimenea de Auschwitz. Volvió a tomar un trago de té y contemplando de nuevo uno de los retratos de Kolbe, cerró los ojos.


Qué escuchar y por qué_

IBEROmúsica para camaleones_

Música para camaleones está dedicada a la recomendación de obras musicales, para lo cual se ha invitado a melómanos, investigadores, expertos, editores, musicólogos y denodados amantes de la música. En esta ocasión agradecemos a Mario Iván Martínez, Lourdes Domínguez y Amaranta Leyva, el que hayan accedido a compartir su experiencia y su pasión.

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Mario Iván Martínez recomienda_I saw my lady weep: Dowland’s songs and lachrimae, de John Dowland [2002]; Handel: Angels, ever bright and fair from Theodora, de Handel [1994], y The very best of Enya, de Enya [2009]

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e confieso apasionado de la música renacentista y barroca; en especial disfruto e interpreto la obra del compositor inglés John Dowland quien escribió piezas de gran belleza y virtuosismo para la voz acompañada del laúd. De este compositor, I saw my lady weep se encuentra entre mis obras favoritas. También la obra del compositor alemán G. F. Handel me llena el alma y el espíritu. Este artista es responsable de notables creaciones como el oratorio El Mesías y óperas como Julio César y Rinaldo. En especial me deleita su aria para soprano Angels ever bright and fair de su oratorio sacro Theodora. En el ámbito popular y contemporáneo me gusta la música New age de la cantante irlandesa Enya, y en este disco se recopilan temas representativos de su exitosa trayectoria. Recomiendo esta música porque nos saca de lo predecible, nos aleja de lo redundante y tal vez resulte una opción para enriquecer el repertorio de los jóvenes. Mario Iván Martínez. Actor, cuentacuentos y cantante de música antigua, ha merecido numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio ACE de Nueva York por su actuación en la película Como agua para chocolate, y el Premio Nacional Alas de Plata 2006 por difundir el arte y la cultura entre los niños. Ha participado en múltiples películas nacionales y extranjeras, entre ellas Clear and present danger al lado de Harrison Ford, Original sin con Angelina Jolie y Antonio Banderas, y The librarian, protagonizada por Noah Wyle.

Lourdes Domínguez recomienda_Cranes:

Ep collection volumes 1 & 2, de Cranes [1997]; Stars & Topsoil: Collection 1982-1990, de Cocteau Twins [2003], y Lakmé, de Léo Delibes [2006]

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ranes es un grupo inglés de los llamados alternativos, y aunque está en la línea de lo dark su música no es densa ni oscura. La vocalista es el elemento más llamativo del grupo, dándole a la banda un sonido muy original, debido a su voz dulce y casi infantil que por momentos evoca los cantos de monjes tibetanos. Stars & Topsoil es el primer disco retrospectivo del trío escocés Cocteau Twins. En su propuesta musical destaca la armonía suave y melodiosa, aunque con una gran fuerza, así como la mezcla de voces femeninas, como un instrumento más, que crean ambientes y atmósferas ensoñadoras. En DVD se puede disfrutar la ópera Lakmé del compositor francés Delibes, especialmente el maravilloso dueto que realizan la soprano Joan Sutherland y la mezzosoprano Huguette Tourangeau de la aria Flower duet, que tiene una melodía agradablemente pegajosa y recordable, tanto como el Concierto de Aranjuez o algunos fragmentos de Carmina Burana.

Lourdes Domínguez. Pintora, ilustradora y docente. Su obra ha sido exhibida en México y el extranjero, y ha merecido, entre otros reconocimientos, mención en el V Catálogo de Ilustradores de Publicaciones Infantiles y Juveniles, y obra seleccionada en el XV Encuentro Nacional de Arte Joven y la VIII Bienal de Pintura Rufino Tamayo. Entre sus exposiciones más recientes se encuentra Expedición Plástica al Sahara, realizada en Marruecos, en 2009.

Amaranta Leyva recomienda_La llorona, de Lhasa de Sela [1998]; Canciones para chicos, de María Elena Walsh [2007], y Un viaje, de Café Tacvba [2005]

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a voz e interpretación de Lhasa de Sela me parece especial y me gusta escucharla en momentos de melancolía o en una tarde tranquila. Conocí su música cuando estuve en Montreal en 2003. Fue un momento de mucho trabajo y de soledad, de esa soledad que enriquece el espíritu; es un disco al que regreso continuamente. Ahora que tengo un bebé de 13 meses escucho música para niños, sobre todo a la cantautora argentina María Elena Walsh. Aunque sus arreglos musicales pueden parecer sencillos, sus temas se enriquecen con las letras, que hablan de personajes a los que siempre les pasa algo interesante. Mi hija la escucha todo el día y yo todavía no me canso de ella. De Café Tacvba me gustan todas sus canciones; es música que activa, alegra el alma y nos recuerda que tenemos sangre en las venas. Este disco es una grabación en vivo con lo mejor de su repertorio y con músicos invitados, entre ellos Alex Lora. Amaranta Leyva. Dramaturga, directora, actriz y titiritera, es integrante de la compañía Marionetas de la esquina desde 1989, con la que se ha presentado en importantes festivales de México, Estados Unidos, Colombia y España. es autora, entre otros libros, de Dibújame una vaca y otras piezas de teatro infantil, Cuentos y poemas para armar y El cielo de los perros. Con El vestido, en 2006 obtuvo el Premio Nacional Obra de Teatro para Niños que otorga el INBA.


IBEROla voz del libro_el eco de la lectura

Qué leer y por qué_

Esta sección de IBERO ofrece a los apasionados de la lectura la recomendación de algunos libros que podrían entregarles experiencias imborrables y transformadoras.

Bruno Estañol, La mente del escritor y otros ensayos sobre la creatividad científica y artística [Ediciones Cal y Arena / Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, México, 2011.]

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runo Estañol conoce la mente del escritor, porque también conoce su propia mente. Sabe que la realidad casi siempre supera a la ficción, y esto nos lo viene mostrando en libros como Ni el reino de otro mundo (1991), El féretro de cristal (1992), La esposa de Martín Butchel (1997), La barca de oro (1998), Bella dama nocturna sin piedad (2003), Pasiflora incarnata (2003) y La conjetura de Euler (2005), que está próximo a publicarse en inglés. La neurología ha servido a Estañol no para frenar su obra de ficción sino para ampliarla y agudizarla en la indagación de los enigmas de la mente. El proceder de sus personajes constituye la representación general del comportamiento humano. Su caso sigue precedentes ilustres como el de Santiago Ramón y Cajal, ejemplo de científico que también hizo literatura. Neurólogo eminente, en 1999 publicó el volumen de ensayos La vocación condenada, que es el antecedente del libro que ahora ha dado a conocer: La mente del escritor y otros ensayos sobre la creatividad científica y artística (2011), en el cual aborda los vínculos entre la ciencia, la literatura y el arte.

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Bruno Estañol_nació en Frontera, Tabasco, en 1945. Es neurólogo y escritor. Recientemente, Eduardo Jiménez Mayo, de la Universidad de Harvard, publicó un amplio estudio sobre su obra, con el título El guiño del diablo: La ficción extraña y tragicómica de Bruno Estañol (Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, 2010).

Fiódor M. Dostoievski, Diario de un escritor: Crónicas, artículos, críticas y apuntes, edición de Paul Viejo [Editorial Páginas de Espuma, México, 2010] ostoievski, además de ser uno de los grandes novelistas de la historia de la literatura, se dedicó durante la mayor parte de su vida al periodismo y fue un activo creador de opinión. Diario de un escritor es, sin duda, uno de sus proyectos mayores y ha terminado convirtiéndose en una suerte de testamento y compendio de todo su pensamiento. Los reportajes, los ensayos y los apuntes críticos que Dostoievski fue publicando en diferentes revistas constituyen no sólo un recuento de las filias y fobias del autor, sino que se revelan como un documento clave y necesario para la comprensión de la historia más reciente de Rusia, de sus conflictos sociales y políticos, y también en cierta manera una buena panorámica de la literatura rusa escrita por uno de sus nombres claves. Cabe señalar que esta edición de más de mil 600 páginas se publica por vez primera, pues antes sólo se conocía de modo fragmentario. fiódor mijáilovich dostoievski_nació en Moscú en 1821 y murió en San Petersburgo en 1881. Es autor de algunas de las obras más importantes de la historia de la literatura, como Crimen y castigo, Los hermanos Karamázov, El jugador y Memorias de la casa de los muertos.

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Wendy Crespi Franco, ¿Qué me pongo? [Grupo Editorial Norma, México, 2011]

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Qué me pongo? está destinado a las mujeres. Es un libro que tiene el propósito de constituirse en un asesor de imagen de bolsillo, pues es un manual que guía, paso a paso, en la vestimenta, el maquillaje y, en general, la apariencia femenina. A decir de la autora, escribió este libro como consejera de imagen lo mismo de figuras del espectáculo que de empresarias, lo cual la llevó a advertir una serie de preceptos generales que pueden funcionar para cualquier mujer que en distintas circunstancias se pregunta ¿qué me pongo? wendy crespi franco nació en la ciudad de México en 1983. Es licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, y maestra en Ingeniería en Imagen Pública, por el Colegio de Consultores en Imagen Pública, de Guadalajara. Ha desarrollado su labor profesional de consultora de imagen y protocolo en diversas empresas privadas y públicas.


Adónde ir y por qué_El ocio nos lleva por caminos de satisfacción y

IBEROitinerario del ocio_

entretenimiento que constituyen lo más cercano al asueto, pero también lo más cercano a la recreación, a la exploración y el goce de los sentidos.

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Multidisciplinario_ Operaérea

Música_André Rieu

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partir de una atractiva combinación entre música, canto, danza y acrobacia, este espectáculo escrito y dirigido por César Piña, pretende difundir de una forma novedosa el bel canto entre el público de las nuevas generaciones. Con una selección de los más hermosos duetos y arias de óperas como Las bodas de Fígaro, Sansón y Dalila, Sueño de amor y Rigoletto, interpretadas por la soprano Lourdes Ambriz y la mezzosoprano Verónica Alexanderson, además de la participación de cuatro bailarines acróbatas, Operaérea ofrece al público una experiencia visual que exalta la plasticidad y la belleza del arte lírico._Palacio de Bellas Artes, del 21 al 28 de agosto

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or segunda ocasión se presentará en México uno de los músicos, compositores y directores más populares del mundo, André Rieu y su Orquesta Johann Strauss. Con más de 30 millones de CD y DVD vendidos en el mundo, el artista holandés ha hecho de la música clásica un espectáculo masivo, por lo que es considerado un fenómeno universal. Conocido como “El rey del vals”, André Rieu posee un peculiar estilo, divertido y carismático, con el que ha logrado ganar una multitud de adeptos especialmente entre el público joven._Auditorio Nacional, del 9 al 11 de octubre

Artes visuales_¿Neomexicanismos? Ficciones identitarias del México de los ochenta

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ntegrada por 150 obras de diversos artistas entre ellos Francisco Toledo, Pedro Valtierra, Julio Galán, Graciela Iturbide, Néstor Quiñones, Magali Lara, Yolanda Andrade, Germán Venegas y Silvia Gruner, la exposición, a decir de la curadora Josefa Ortega, pretende rescatar el valor estético y sociopolítico de toda una generación artística que hace énfasis en las fragilidades simbólicas nacionalistas, además de abrir caminos de reflexión con un arte que lejos de regocijarse en los estereotipos se vale de la parodia para preguntarse qué es ser mexicano y hacia dónde va el país, por lo que muchas de estas obras adquieren gran relevancia dado el momento que estamos viviendo._Museo de Arte Moderno, hasta el 20 de noviembre

DANZA_Legacy Tour: Merce Cunningham Dance Company

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l Tour Legacy es una celebración a la vida, logros artísticos y perdurable legado del coreógrafo estadounidense Merce Cunningham, uno de los más importantes creadores de la danza moderna del siglo XX. Esta gira, que ha contado con la colaboración de innovadores artistas como John Cage, Jasper Johns, Radiohead, y Robert Rauschenberg, ofrece a los espectadores de todo el mundo una última oportunidad de apreciar 18 obras coreográficas fundamentales de Cunningham, interpretadas por la compañía que él mismo creó, ya que al concluir el tour el 31 de diciembre en Nueva York, la Merce Cunningham Dance Company cerrará sus puertas._Palacio de Bellas Artes, del 24 al 27 de agosto

Teatro_DBuffo para Frankenstein

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irigida y escrita por Roberto Duarte, este montaje es una adaptación libre de la obra de la escritora británica Mary Shelley, que relata la obsesión de Víctor Frankenstein por trascender la muerte luego del fallecimiento de su madre. Un grupo de bufones, personajes que eran expulsados de la normalidad social por sus monstruosidades físicas, morales e intelectuales, se apoderarán de la historia del Doctor Frankenstein para criticar a la humanidad y su interés por preservar la vida en busca de la eternidad. Con elementos de la tragedia griega y la sátira, DBuffo para Frankenstein provocará la risa del público con las ocurrencias de los singulares bufones que, acompañados de música en vivo, recurren a canciones populares para burlarse de las obsesiones de Frankenstein._Teatro

Orientación del Centro Cultural del Bosque, hasta el 29 de agosto


Dispositivos e instrumentos que facilitan la vida_ El desarrollo

IBEROinnovación tecnológica_

tecnológico cobra su mayor sentido cuando nos facilita la vida sin que ello quiera decir que nos propicie la pereza.

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Cámara para videollamadas por televisión

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a cámara CY-STC1100 de Samsung transforma a los televisores en una gran pantalla donde se pueden realizar videollamadas a través de Skype, sin necesidad de utilizar una computadora. Además de grabar video en alta definición de 720p, esta cámara con soporte flexible y conexión USB, posee autofocus, el cual mantiene fija la imagen de las personas aun cuando cambian de posición, y cuatro micrófonos de alta fidelidad que capturan las voces hasta una distancia de cuatro metros.

Computadora que no requiere programas ni antivirus

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oogle presentó sus computadoras portátiles Chromebook, diseñadas para operar íntegramente en la “nube”, con base en aplicaciones y sin necesidad de instalar programas ni antivirus. Estos dispositivos, que serán distribuidos a través de Samsung y Acer, carecen de las estructuras de arranque de las computadoras convencionales, por lo que tardan en encenderse únicamente entre 8 y 10 segundos, estarán siempre actualizados y protegidos por Google sin que el usuario tenga que hacer ninguna operación y tendrán una autonomía de carga de entre ocho y diez horas en promedio, además de incluir webcam de alta definición, puertos USB, tarjetas de memoria y conexión HDMI.

Lector de libros electrónicos con autonomía de hasta dos meses de duración

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on un diseño vanguardista, el sistema de cine en casa HX996TS de LG cuenta con la tecnología “Vertical 3D Effect Channel” que le permite emitir una onda desde la base hasta la punta superior del altavoz, creando un sonido envolvente y una alta calidad sonora. Con 7.2 canales y 1280W de potencia en modo 3D, este sistema tiene opción de acceso a Internet vía WiFi o Ethernet, así como a contenidos almacenados en otros dispositivos, entre ellos iPhone o iPod Touch.

E

l nuevo lector de libros electrónicos Nook, de la empresa Barnes & Noble, posee una pantalla táctil de 6 pulgadas con tecnología Pearl E Ink, sistema Android 2.1 y 2 GB de almacenamiento ampliable con tarjetas microSD, además de conectividad WiFi. Con un peso de 212 gramos, cuenta con avance rápido de páginas, una notable reducción de parpadeo en las transiciones, visualización del número de páginas restantes por leer y una autonomía de hasta dos meses sin necesidad de recarga.

Chamarra con Touchpad

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Sistema de cine en casa con sonido envolvente

a empresa argentina Indarra.dtx comercializa prendas de vestir que integran tecnología y lo más avanzado en desarrollo textil, entre ellas la Chamarra Touchpad, impermeable, que cuenta con un teclado en la manga que permite conectar y controlar el iPod mientras éste permanece guardado en el bolsillo. Con botones de uso sencillo e intuitivo y la función de bloqueo automático para evitar operaciones no deseadas, este teclado textil inteligente es sensible al tacto y compatible con iPods de tercera generación y superiores, así como modelos Mini y Nano.


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