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TENDENCIAS
¿QUÉ ES Y POR QUÉ TIENE TANTO ÉXITO EL JUEGO DEL MOMENTO?
Explicar de qué se trata el Fortnite es de lo más simple. Un centenar de jugadores caen en una isla que está llena de armas, escudos y diferentes objetos que ayudarán a los gamers en su cometido: matar, junto con su team —de cuatro personas como máximo—, a los otros jugadores. El que queda vivo gana. Es una especie de Counter Strike donde hay que matar a todo lo que se te cruce e ir juntando los ítems que estén tirados en el suelo o escondidos en cofres.
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Lo que no es tan simple es explicar su terrible éxito. Hoy, un 30% de todos los jugadores del mundo están disfrutando este género llamado battle royale, y nada menos que un 16,3% de los jugadores se los lleva el Fortnite, lo que lo deja con alrededor de 45 millones de usuarios. La mayor parte del resto del porcentaje se lo lleva el Playerunknown's Battlegrounds, más conocido como PUGB, que fue el primero de este estilo que logró hacer famoso el género.
LA COMPAÑÍA DE ANÁLISIS SUPERDATA ESTIMÓ QUE EL FORTNITE, SOLO EN MARZO, HIZO U$S 223 MILLONES, CONVIRTIÉNDOSE EN EL FREE-TO-PLAY MÁS EXITOSO DE TODOS LOS TIEMPOS.
Pero que sea gratis no es el único motivo del éxito: otra de las grandes ventajas es que los desarrolladores de Epic Games, la empresa creadora de Fortnite, planteó a su software como una plataforma. Los personajes del Fortnite lucen como dibujos de Disney que bailan y pueden estar, por ejemplo, disfrazados de dinosaurio a la hora de luchar a muerte contra otros. el videojuego más jugado del mundo
HTTPS://WWW.EPICGAMES.COM/FORTNITE/
¿pero de dónde han salido esos pasos de baile?
El videojuego de acción pone de moda varios tipos de danza entre su legión de seguidores
¿Puede un videojuego poner de moda pasos de baile a través de los protagonistas virtuales? Así es, se llama Fortnite Battle Royale y el fenómeno parece no tener fin. Uno de los elementos que lo hacen especial son los diferentes pasos de baile que pueden desarrollar los jugadores a través de los avatares. Sus creadores lo saben y llegaron a abrir un concurso llamado #boogiedown en el que pedían a sus seguidores que enviaran un baile. El ganador tendría su réplica en el mundo virtual. Drake, uno de los raperos más conocidos del planeta, fue de los primeros en usar los pasos de baile del Fornite en sus videoclips y conciertos. Ahora son los futbolistas los que están haciendo preguntarse a los aficionados de dónde proceden esas extrañas celebraciones a los goles. Muchos jugadores mandaron su creación, e incluso los youtubers más famosos se unieron al reto.
Antoine Griezmann se apuntó a la moda tras anotar un gol en un partido del Atlético de Madrid. El baile llamado «Take the L» fue el protagonista de la celebración del francés.
MIRA TODOS LOS PASOS DE
BAILE DEL FORTNITE:
https://www.youtube.com/ watch?v=-ywnilMiJC0&t=99s <<DALE CLICK - VIDEO
NO ME GUSTAN LOS AMIGOS DE MIS HIJOS…
DAVID MANGIERI
David Mangeri
Pastor de Hillendale en Español en el Estado de Virginia, EEUU. Junto a otros pastores y líderes juveniles fundaron Desafío2230 para el desarrollo de jóvenes en Campamentos-Liderazgo-Misiones. Parte del equipo de e625 Estados Unidos y totalmente involucrado en el desafío de alcanzar las nuevas generaciones para Cristo. Profesor de Educación Física. Coach. Desde que nacieron (y aun desde antes) nos ocupamos y preocupamos por ellos. Nos aseguramos de que tengan todo lo que necesitan. Y todo eso, para que un buen día, nos digan: ¡No quiero que me ayudes! Ese día nos invade una mezcla de sensaciones: la satisfacción de ver que están creciendo y la preocupación de que aún les falta mucho por crecer. «No quiero que me ayudes». «Déjame solo». Hasta ahí, como padres, la llevamos bien, podemos soportarlo. Pero cuando nos dicen «Menganito no lo hace así», «A Fulanito lo dejan ir», «Mi amigo dijo que no es así», ¡ahí explotamos! ¡Cómo «mi amigo», de 10 años, va a saber más que nosotros! Mis dos hijas mayores ya pasaron por esta etapa de preadolescentes, ¡y sobrevivimos! Ahora tenemos siete años para prepararnos hasta que la tercera cumpla sus 10 años… veremos qué contexto nos depara el 2025. Déjame compartirte algunos de mis propios errores y algunas estrategias que he utilizado con buenos resultados.
LOS AMIGOS: CENTRO DE REFERENCIA PARA LOS PREADOLESCENTES
En esta etapa de su crecimiento están desarrollando una nueva independencia. Durante los primeros años les festejábamos todo aquello que lograban hacer por sí mismos (aunque estábamos cerca de ellos): lavarse los dientes, ir al baño solos, arreglar su cuarto, comenzar la escuela y hacer sus tareas, etc. Ahora van a querer experimentar hasta qué punto pueden superar los límites que le hemos establecido. Esta nueva independencia no significa una separación o alejamiento, más bien es para diferenciarse de los padres y encontrar su propia identidad y autonomía. En esta construcción de la propia identidad y autonomía intervienen los cambios corporales, de conducta y emocionales, y en el aspecto social: los amigos. Su grupo de iguales comienza a ser el centro de referencia para todo. Van a tratar, como sea, de agradar a sus amigos. Con ellos van a construir sus pensamientos, actitudes, un vocabulario propio del grupo. Algunos amigos van a parecerse mucho a ellos mismos, pero también habrá otros totalmente opuestos. El experimentar lo desconocido, aquello diferente de lo que aprendieron de sus padres, les llama mucho la atención.
Con seguridad van a seguir al líder del grupo, quien tampoco tiene una personalidad ya conformada, por eso debemos facilitarles herramientas para no dejarse arrastrar e ir construyendo su propia personalidad autónoma. Todos estos cambios, y muchos otros, pueden (y van a) provocar conflictos entre padres e hijos. Lo que ellos aún no saben es que te necesitan tanto como siempre. Una fuerte, confiable y segura relación entre padres e hijos va a prepararlos mejor para la próxima etapa de nuevas turbulencias.
Si hay algo que nos preocupa a los padres, es la clase de amigos que rodean a nuestros hijos. No podemos elegir a sus amigos, pero si podemos y debemos saber quiénes son, dónde están y qué están haciendo. Si pretendemos obtener esta información a través de un interrogatorio, lo más probable es que no obtengamos nada.
Germán Ortiz define a los preadolescentes de una manera extraordinaria: «Son los más grandes demandantes de justicia y libertad que aún piden que les atemos los zapatos.» (Siete secretos que todo líder de preadolescentes debe saber – e625)
ALGUNOS ERRORES QUE LOS PADRES COMETEMOS…
CRITICAR A LOS HIJOS DE OTROS. El scan de lectura crítica de nuestros hijos está activado. Ellos están observando muy sutilmente sobre qué decimos de los hijos de otras personas (sean o no sus amigos) y están decidiendo si somos «duros», «críticos», «respetuosos» o «jueces» NO ME GUSTA ESE AMIGO TUYO. Cada vez que les decimos esto, nuestros hijos escuchan: «hijo, no sabes elegir tus amigos». Es mejor que les proporcionemos información acerca de lo que hace un bueno amigo, y que ellos solos puedan comprender y comparar con lo que hacen sus amigos. Es mejor decirles: Que bueno tener un amigo que se preocupa por ti… que te invita a jugar con el… que no te obliga a hacer lo que no quieres… etc. JUZGAR ANTES DE TIEMPO. Hablar mal de sus amigos es una ofensa para nuestros hijos. Puede ser que no nos guste la manera de vestir o el peinado que alguno tenga, pero eso no significa que sea una mala persona. Antes, démonos la oportunidad de conocer a los amigos de nuestros hijos.
TRES COSAS QUE LOS PADRES PODEMOS APORTAR PARA POTENCIAR LA ELECCIÓN DE AMIGOS DE NUESTROS HIJOS…
No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». 1 Corintios 15:33
Si hay algo que nos preocupa a los padres es la clase de amigos que rodean a nuestros hijos. No podemos elegir a sus amigos, pero sí podemos y debemos saber quiénes son, dónde están y qué están haciendo. Si pretendemos obtener esta información a través de un interrogatorio, lo más probable es que no obtengamos nada. Nuestros hijos tienen que aprender a distinguir entre amigos que ejercen influencia positiva de quienes ejercen influencia negativa, pero deben descubrirlo ellos mismos. Los padres podemos identificar si hay algunas amistades que influyen negativamente en nuestros hijos. La manera más práctica (no debe ser la única) es el rendimiento escolar, pero también podemos observar sus hábitos: a qué dedican su tiempo libre, si hay algún cambio en la forma de relacionarse con nosotros mismos o con otros familiares.
1. La mejor manera de enseñarles es con el ejemplo. Sí, en el rubro de la amistad también. Que ellos vean cómo elegimos a nuestros amigos y cómo valoramos y disfrutamos nuestra amistad.
2. Conviértete en el padre que organiza los mejores planes. Aún no están en edad de pedirte el auto y salir solos, así que no tendrán ningún inconveniente en que tú los lleves. La idea no es que seas uno más del grupo, sino que puedas conocer a sus amigos. • Invita a los amigos de tus hijos a tu casa. • También es buena idea conocer a sus padres, especialmente de aquellos con los que pasa más tiempo. • Presta atención. Si tus hijos están hablando de alguien del cual nunca has oído hablar, sugiérele que lo invite para la próxima salida. 3. Pensar antes de actuar. Nadie se hace amigo de otro así porque sí; no ocurre por casualidad, siempre hay un motivo detrás. ¿Por qué mi hijo está eligiendo estas amistades?
Reflexionar sobre este punto es importante porque puede ayudarnos a ver razones que no estábamos viendo. Quizás el niño no tiene otros amigos de dónde elegir, quizás fue la única persona que se le acercó (lo que indicaría que existe un problema de integración). Lo primero y lo más importante es que los padres pensemos antes de actuar, siempre. Para concluir: saber y comprender que nuestros hijos preadolescentes están en una nueva etapa de su independencia, donde el desapego es natural y necesario para su madurez, puede aliviar nuestra mezcla de sensaciones y los conflictos en la relación. Recuerda que nuestro trabajo como padres es formarlos para que sean independientes, que piensen por sí mismos y tomen sus propias decisiones… incluyendo a sus amigos.
PREADOLESCENTES EN CRISIS EXISTENCIAL
DAVID NOBOA
David Noboa @pastorDanc
Pastor desde hace 12 años, siempre conectado con jóvenes, discipulado, sanidad interior y liderazgo. Actualmente dirige una congregación nueva y poco tradicional, con énfasis en el discipulado personal. Profesor de liderazgo en el programa de Formación Especializada de la Red Juvenil en Quito. Coordinador de Especialidades625 Ecuador. Vienen anunciándolo desde hace décadas, pero hemos sido bastantes sordos para escuchar. Hemos abusado de esa ceguera temporal que nos envuelve a los líderes cuando no sabemos cómo reaccionar, cuando pasábamos de refilón por las aulas de niños y encontrábamos a ese ente indefinible que no sabíamos si llamar niño o decirle joven. No pertenecía a ninguno, y por eso lo dejamos pasar; decidimos no verlo, le dimos una palmada en la espalda, espolvoreamos sus cabellos y seguimos caminando. Era una clara señal de incapacidad estratégica, como si con eso estuviéramos diciéndoles: ¡No sé qué hacer contigo! Los maestros de niños ya no quieren recibirlos en sus clases, y los líderes de adolescentes dicen que aún no son lo suficientemente grandes, así que parece ser mejor esperar a que crezcan. Pero el mensaje que ellos reciben es algo más profundo que eso. Lo que ellos traducen con nuestra actitud es: No encajas, no importas, prácticamente no existes. No solo eso, ellos escuchan: No eres importante para mí, ni para Dios. El dilema filosófico de la preadolescencia no puede arrojar un análisis tan frío como para clasificar con simpleza esta etapa y proponer soluciones básicas como armar una clase o planificar un evento —o en el peor de los casos, indiferencia y paciencia—, sobre todo cuando tenemos al sistema del mundo concentrado en venderles la idea de que para ellos sí encajan y que son importantes. El mundo les entrega juegos, videos, series, películas, música, y más allá que eso, el mundo les dice cómo vivir, cómo pensar, qué escuchar y a quién seguir. En paralelo, la iglesia hace la vista gorda «hasta que crezcan un poco más». Este artículo no tiene el objetivo de plantear soluciones o estrategias, para eso puedes buscar el libro Entiende a tu preadolescente de Mark Oestreicher o Liderazgo generacional de Lucas Leys. Lo que este artículo intenta hacer es meter el dedo en una llaga que aún no se ha curado, clavar una espina debajo de la uña, colgar una corbata de colores en un velorio. Intento ponerte a pensar, detener tu mirada por unos segundos en aquellos que reciben pocas miradas, dar la vuelta para esperar a los que están quedándose rezagados. Y para esto, voy a usar tres frases de conocidos filósofos: voy a trastocarlas, cambiaré palabras y les daré un sentido diferente, sin ofender.
«Tiempo», luego existo
La frase del latín: Cogito ergo sum, cuya traducción es «Pienso, luego existo», fue pronunciada por René Descartes para definir su existencia desde la conciencia de su propio pensamiento. Mi propuesta es: «Tiempo, luego existo». El tiempo pasa, no se detiene, y cada segundo desaprovechado tiene un alto costo. Muchas veces el tiempo define quién eres; si eres líder o padre de preadolescentes, el tiempo es clave. Esta etapa puede significar perderlos o ganarlos si tan solo les das el tiempo necesario: solo así sentirán que existen para ti. Por muy poco tiempo serán preadolescentes, y si haces como si no existieran, probablemente no los verás cuando sean mayores, pues el tiempo es inexorable. Solo sé que Dios es lo único que sé
La preadolescencia es la antesala de la búsqueda de una identidad propia. Si permites a los preadolescentes llegar a esta etapa como una tabla rasa, listos para que el mundo les diga quiénes son, todo estará perdido. Sócrates, con su frase Solo sé que nada
sé, admitía su ignorancia frente al enorme caudal de conocimiento por venir, mientras que el mundo de hoy toma muchas teorías como verdades plenas empaquetadas para vendérselas a los muchachos (entre ellas, la inexistencia de Dios). Si algo necesitas lograr en esta etapa con los preadolescentes es que estén seguros de que Dios existe, que es real y que hay demasiados argumentos para saber que esa es una verdad de la cual pueden estar seguros. Atrévete a cuestionar las teorías que el mundo les ofrece y enséñales a cuestionarlo también, pues lo único seguro de lo cual partimos es que Dios es real y existe, y eso es lo único que en verdad sé. Es una convicción inequívoca. La cosa más fácil de la vida es conocerte a ti mismo
Tales de Mileto nos había dicho que La cosa más difícil en la vida es conocernos a nosotros mismos, y tendría razón para un adulto que se la ha pasado años intentando construir máscaras para presentarse ante los demás, pero un preadolescente está en el momento preciso de ser instruido en la formación de su propio ser. No podemos dejarlo de lado para que viva y crezca con una identidad perdida o ajena. En lugar de esperar a que se conozcan a sí mismos mientras el mundo les dice quiénes son, es mejor decirles quiénes son en Cristo, y eso les da una identidad eterna.
Entonces, tres cosas son importantes para ayudar a los preadolescentes a superar esa crisis existencial inesperada: tiempo inexorable, convicción inequívoca e identidad eterna.