Parteaguas 34

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Juan Manuel Roca

Francisco Hernández

Nuno Júdice

Jehú Coronado

Ángel Hernández


La última expedición de Morelos, entre otros aportes significativos, dilucida las razones que motivaron al Siervo de la Nación a trasladar al Congreso Constituyente de Uruapan a Tehuacán, a finales de septiembre de 1815; un movimiento arriesgado que provocaría su muerte. Por otra parte, la investigación presenta el itinerario que siguió Morelos hasta llegar a Temalaca donde fue aprehendido, y de ahí a San Cristóbal Ecatepec, donde fue fusilado. La reconstrucción histórico-geográfica que Lemoine, destacado historiador especialista en Morelos, realizó de esta ruta es realmente meritoria, excepcional. Como se podrá constatar se trataba de un material no sólo inédito, sino ni siquiera listo para la imprenta. Debe reconocerse, por ello, la intensa labor del equipo de investigación que preparó plenamente la publicación de este libro; es una edición del Instituto Cultural de Aguascalientes realizada en colaboración con el Diario Oficial de la Federación y el Archivo General de la Nación.


D I R E C T O R I O Ing. Carlos Lozano de la Torre Gobernador Constitucional del Estado de Aguascalientes

Lic. Dulce María Rivas Godoy

Directora General del Instituto Cultural de Aguascalientes REVISTA PARTEAGUAS Dirección

Patricia Guajardo Garza Coordinación editorial

Araceli Suárez Aroche Diseño gráf  ico

Patricia Espínola Ayala Araceli Suárez Aroche Corrección de estilo

Mariana Torres Ruiz Patricia Guajardo Garza Emmanuel Ruiz C. Revisión de pruebas

Rocío Reyna Ortega Captura

Gabriela Gómez Serrano Distribución y ventas

Sonia Melgarejo Consejo editorial

Mariana Torres Ruiz José Luis Justes Amador Nueva época, núm. 33 CONVIVIR EN EL SIGLO XX1 Precio $40.00 Publicación cuatrimestral del Instituto Cultural de Aguascalientes Dirección Editorial, Allende 238, Centro Histórico Aguascalientes, 20000, México Tel. (449) 9183669 y 9158819 Impresa en México Certif icado de Reserva Núm. 04-2009-051916365700-102 Toda correspondencia, incluyendo colaboraciones, deberá dirigirse a icaeditorial@gmail.com Parteaguas es una publicación sin f ines de lucro. La opinión expresada en los artículos es de los autores y no necesariamente compartida por el Instituto Cultural de Aguascalientes.

Presentación ¿A qué llamamos familia en los albores del año 2015? Tratar

de definir con exactitud el término, o lo que se considera socialmente aceptable, es un reto complejo pero necesario para tratar de comprender la convivencia en el siglo xxi. La mayoría solemos considerarnos tradicionales y buenos individuos por vivir bajo reglas establecidas desde hace siglos, pero basta echar un vistazo a quienes eligen estilos de vida diferentes a los nuestros para que salgan a relucir, y cobren importancia, los tabúes, estereotipos y prejuicios con los que hemos preconcebido las ideas del deber ser. Como seres sociales buscamos el contacto con otros que compartan nuestras maneras de entender la realidad, y con ellos procuramos tejer relaciones sólidas y duraderas. Por eso parecería lógico que consciente o inconscientementente nos distanciemos de personas o grupos que nos hacen cuestionarnos los más preciados principios que rigen nuestro proyecto de vida, o de aquellos que intentan convencernos de actuar de alguna manera distinta o, incluso, adoptar otra ideología. No nos gusta. No es sencillo abrirse a sus puntos de vista, pues son percibidos como una amenaza a la identidad y la estabilidad individual y colectiva. Parteaguas dedica el Dossier de este número a algunos modelos de convivencia que, aunque no son nuevos, sí requieren una constante revisión. Es fundamental repensar ciertos conceptos porque estamos en un momento en el que puede darse un diálogo más abierto para proponer estilos de vida más acordes a las necesidades de la época y que, lejos de representar nichos de tensión, amplían y contribuyen al desarrollo del contexto social. Es así que esta edición incluye temas como la diversidad familiar, homoparentalidad, vida en comuna, homosexualidad, soltería y matrimonio, entre otros. El objetivo es replantearse que vivir en comunidad es una invitación a negociar límites y explorar cuánta empatía y comprensión puede haber incluso cuando las diferencias son extremas; y para muestra, estos textos que desarrollan los temas ya desde la academia, ya desde la experiencia personal. La sección de arte, que ha estado presente en Parteaguas desde hace tres años, se ha centrado en compartir el universo de los creadores, gestores, curadores o consumidores culturales. Es una apuesta por facilitar el acercamiento y la apreciación de las manifestaciones artísticas; destacan en este número las páginas dedicadas a revivir la entrañable charla que sobre poesía entablaron el colombiano Juan Manuel Roca, el portugués Nuno Júdice y el mexicano Francisco Hernández en el marco del xvi Encuentro de Poetas del Mundo Latino, celebrado en Aguascalientes en octubre pasado. En esta, como en cada nueva edición, Parteaguas se propone como un espacio en el que las voces que conforman la cultura y el pensamiento contemporáneos conversan para documentar y enriquecer la historia colectiva del día a día. Patricia Guajardo


Índice ARTE Artes plásticas

8 El camino nacionalista hasta la posmodernidad

David Ernesto Gutiérrez Gutiérrez

14 “Semblantes del siglo xx”

COLUMNAS 77 Hombres (y mujeres) que no tuvieron monumento José Luis Justes Amador 78 La sombra de Peter Pan Sandra Reyes Carrillo 78 Nueve millones de días lluviosos Cinthya García Leyva 79 ((paréntessis)) Jonatan Frías 80 pasapáginas Agustín Delgado

Colección del Museo Aguascalientes María Patiño Richarte

Literatura 20 Poesía, entrevista con

Francisco Hernández y Nuno Júdice Juan Manuel Roca

Artes escénicas

28 Ahora más que nunca

Hacer la tumba, obra de Daniel Serrano Rodolfo Guerrero

Música

32 Es más que jazz, es música

entrevista con John Medeski Danza 36 La danza folclórica mexicana en el ica Alfredo Xicoténcatl García Robles

DOSSIER: CONVIVIR EN EL SIGLO XXI 43 Familias de hoy, diversas, en proceso de adaptación Olivia Sánchez García 46 Homoparentalidades: la familia como espacio de reconocimiento Karina Bárcenas Barajas 52 Casa 1100, comunidad Juan Manuel Tejada Colón 57 No como cualquiera, sino cualquiera José Luis Justes Amador 60 Ni para vestir santos Eréndida Hernández Velasco GALERÍA

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THEMA

91 El fin del apocalipsis Ángel Francisco Hernández Montañez NARRATIVA 98 El mole Adolfo Arteaga Sánchez 99 El buzo con tos Mauricio Salvador POESÍA 64 i have no ambitions / no tengo ambiciones E.R. Kennedy 75 El poema Daniel Medina Rosado 82 Sangre Jehú Coronado López ÚLTIMO TEMA 104 Sobre vecindades en Aguascalientes

Fotografía de Gustavo Sifuentes

En portada: Maribel Portela, Capullo, Papel, madera, mixta 70 x 30 x 30 cm, 2013 Exposición “Registro de la materia”, Mac 8, Aguascalientes.


Maribel Portela Cúmulo Papel, medida variable, 2013 Exposición “Registro de la materia” Mac 8,  Aguascalientes


colaboran en este número Adolfo Arteaga Sánchez Jalisco, 1957. Tiene estudios de Agronomía por la uaa. Tiene la nivelación pedagógica en la Normal Superior de Tuxtla Gutiérrez; es licenciado en Teatro por la Universidad de las Artes del ica. Ha sido alumno de diversos talleres de Creación y Apreciación Literaria en el Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes desde al año 2012 a la fecha. Ha obtenido en repetidas ocasiones el primer lugar en el Concurso de cuento y poesía que convoca el inegi, así como Mención honorífica en el Concurso Estatal de Cuento “La capacidad de la discapacidad” en 2013. Karina Bárcenas Barajas Querétaro, 1984. Doctora en Ciencias Sociales por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciesas) Occidente. Líneas de investigación: religión, género y sexualidad. Últimas publicaciones: Iglesias para la diversidad sexual: tácticas de inclusión y visibilización en el campo religioso en México. Revista Cultura y Religión. Vol 8, No 1 (2014): Las Ciencias Sociales y el estudio de la religión en México. pp. 83-108. ISSN: 0718-4727. Jorge Camarillo Aguascalientes, 1968. Profesor de fotografía, becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes así como del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Aguascalientes, se ha dedicado al uso y difusión de los procesos fotográficos del siglo xix y xx, es organizador de la Semana Fotográfica en Aguascalientes. Actualmente imparte clases en la Universidad de las Artes del ica. Lucía Castañeda Garma México d.f., 1978. Estudió Comunicación Medios Masivos en la Universidad Autónoma de Aguascalientes y se formó como fotógrafa en diversas instituciones culturales del país. Cuenta con varias exposiciones individuales y colectivas en diversos estados, entre ellas el xxv Encuentro Nacional de Arte Joven, la xiii Bienal de Fotografía y la ix Bienal de Monterrey femsa. Actualmente es becaria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Aguascalientes.

Escritores de Nuevo León, 2012. Ganador del Premio Nacional de Poesía Sonora “Bartolomé Delgado de León”, en 2013 y del Premio Nacional de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos, otorgado al género de poesía, con el poemario titulado Sangre, en 2014. Ha publicado Apocalipsis Juanito (Luegoluego editores) y Piedra (Ed. Atrasalante). Agustín Delgado México d.f., 1982. Traductor y fotógrafo aficionado. Beneficiario del pecda 2014 por el proyecto de traducción Stag’s Leap de Sharon Olds. Colaborador ocasional en HermanoCerdo Literatura y Artes Marciales. www.casadegansos.blogspot.com. Jonatan Frías Aguascalientes, 1980. Cursó estudios de Filosofía. La literatura, la historia, el rock y el jazz conforman parte importante de sus hábitos. Fue conductor de radio y ha publicado en varias revistas. También publica regularmente en www.parentessis.blogspot.com. Cinthya García Leyva México d.f., 1985. Estudió guitarra en la Escuela Nacional de Música, y Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Ha colaborado para medios como Cultura unam, Periódico de poesía, Frente y Afterpop.tv; en revistas como Pauta. Cuadernos de teoría y crítica musical, y en proyectos de distribución alternativa como Ediciones Transversales. Es miembro fundador del Laboratorio de literaturas extendidas y otras materialidades. Actualmente realiza una Maestría en Literatura Comparada.

Alfredo Xicoténcatl García Robles inicia su formación artística a los diez años de edad en el taller infantil de Danza Folclórica Mexicana de la Casa de la Cultura de San Francisco de los Romo y más tarde en el Grupo de Danza “Viva Aguascalientes” de la Delegación Estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social bajo la dirección del maestro José Luis Sustaita. Actualmente se desempeña como profesor de Danza Folclórica en el Bachillerato de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y como Director del Grupo de Danza “Escénica Aguascalientes” y es autor de los trabajos Jehú Coronado López Monterrey, 1987. Es pasante de de investigación: Metodología para la enseñanza de la técLetras Hispánicas por la uanl. Fue becario del Centro de nica de la danza folclórica mexicana y La danza folclórica académica en Aguascalientes.


Rodolfo Guerrero Ciudad Juárez, 1968. Actor y director de escena. Estudió arte dramático en la University of Texas en El Paso y en El Paso Community College; y Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha sido maestro de teatro en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y ha dirigido talleres de Teatro en el Centro de Readaptación Social de varias ciudades del norte. Fundó y fue director artístico de los grupos independientes para niños y jóvenes: Capirotada y La Mandrágora. Actualmente colabora en La Casa del Teatro y en el Centro Dramático de Michoacán formando parte del cuerpo de maestros del área pedagógica. David Ernesto Gutiérrez Gutiérrez Licenciado en psicología por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, postulante al grado de maestro en arte contemporáneo por la Universidad de las Artes, fundador del movimiento social “mira!”, docente investigador asociado en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, docente de la Universidad de las Artes, docente en la Universidad Villasunción, promotor cultural e investigador, asesor en metodologías orientadas a la educación artística, actualmente en la jefatura de exploración artística del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura. Francisco Hernández Veracruz, 1946. Poeta. Ha colaborado en publicaciones como La Capital, La Palabra y el Hombre, Revista de la Universidad de México, Latitudes, Sitios, Revista de Bellas Artes, Poema Convidado (Brasil), Rendija (Venezuela), El Caimán Barbudo (Cuba), Poetry No (Estados Unidos), Sábado y Excélsior. Ha sido becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; ingresó al Sistema de Creadores Artísticos en 1994. En 1982 obtuvo el Premio de Poesía Aguascalientes por su libro Mar de fondo, y en 1993 el Premio de Poesía Carlos Pellicer, para obra publicada, por Habla Scardanelli. Ángel Francisco Hernández Montañez Aguascalientes, 1957. F ilósofo por la unam. Ha sido docente en diversas instituciones educativas y autor de varios ensayos publicados en revistas como Espacios, Isonomía, Crisol y

Vertiente. Actualmente coordina la Red Estatal de Bibliotecas Públicas en el ica. Eréndida Hernández Velasco Aguascalientes, 1982. Licenciada en Psicología. Su área de especialización es la psicoterapia de premisas. Artículos sobre diversas ramas han aparecido en revistas de salud y periódicos locales. Actualmente, se desempeñada como docente y terapeuta. Nuno Júdice El Algarbe, Portugal, 1949. Escritor y diplomático. Estudió Filología Románica en la Universidad Clásica de Lisboa y el doctorado en Literaturas Románicas Comparadas en la Universidad Nova de Lisboa, donde es catedrático. De 1997 a 2004 fue agregado cultural de Portugal en París y director del Instituto Camões en dicha ciudad. Poeta, narrador, traductor y crítico literario, su obra poética, que cuenta al día de hoy con más de treinta títulos fue reunida en Obra poética (1972-1985) (1991) y Poesía reunida. 1997-2000 (2001), y ha sido traducida a varios idiomas. José Luis Justes Amador España, 1969. Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Zaragoza con un posgrado en Poesía Inglesa Contemporánea por la Universidad de Cambridge. Ganador en dos ocasiones del Premio Nacional de Literatura Joven “Salvador Gallardo Dávalos”. Ha pertenecido a los consejos de redacción de Talleres, Tierra Baldía y HermanoCerdo. E. R. Kennedy Estados Unidos, 1989. Ha publicado hikikomori (en colaboración con Tao Lin) que tiene una traducción al español en la argentina Triana Editorial y Sometimes my heart pushes my ribs (Muu Muu House). Nacido Ellen Kennedy. Daniel Medina Rosado Alumno del específico de Literatura del Centro de Educación Artística “Ermilo Abreu Gómez” con sede en Mérida. Ganador del iv Premio Nacional de Poesía Joven Jorge Lara y del Concurso de Cuento Breve y Poesía 100 Años de Letras Mexicanas inba-Cedart, ambos en 2014.


María Patiño Richarte Maestra en Ciencias de la Educación, Diplomada en Museología, Licenciada en Educación Primaria con especialidad en Necesidades Educativas Especiales. Profesionalmente ha trabajado en la docencia, el desarrollo de exposiciones y la gestión de centros culturales. Actualmente Directora del Museo de Aguascalientes ica y Coordinadora de Servicios Educativos de Museos y Galerías ica.

farmacia del ángel (1995). Su obra en prosa se reunió en 1994 bajo el título Prosa reunida.

Sandra Reyes Carrillo Aguascalientes, 1987. Es licenciada en Letras Hispánicas con mención honorífica por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (uaa, 2005-2009). En el año 2010 comenzó a trabajar como correctora de textos para diversas instituciones, oficio que no ha dejado de ejercer. Desde el año 2013 estudia en el Centro de Estudios Psicoanalíticos Mexicano (cepsimac), donde actualmente cursa los seminarios “Formaciones del inconsciente (interpretación de los sueños)” y “Lacan: el personaje y su obra”. Sus principales intereses son la literatura y el psicoanálisis.

Olivia Sánchez García Aguascalientes, 1958. Maestría en Sociología de la Cultura. Profesora-Investigadora del departamento de Sociología y Antropología en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Actualmente pertenece al Cuerpo Académico Estudios de la Cultura Contemporánea, con las líneas de investigación: Cultura Religiosa y Estudios Socioculturales. Cuenta con algunas publicaciones como: “La corrupción se interioriza en la familia”, (Revista Estudio, Centro de estudios Sobre la Juventud, La Habana, 2014) Correo electrónico: osanchez@correo.uaa.mx

Jesús Reyna Aguascalientes, 1964. Arquitecto por la Universidad de Aguascalientes. Formó parte de los talleres del Centro de Artes Visuales y de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda”. Cuenta con cuatro exposiciones individuales: “Amplio trazo del instante” en el Centro de Artes Visuales, “Dibujos” en la Galería Francisco Díaz de León de Casa Terán, “Erotismos” en el Exconvento Jesuita de Pátzcuaro, Michoacán y “Espíritu sanguínea del erotismo” en la Galería de la Ciudad. También ha participado en más de veinte exposiciones colectivas en México y en el extranjero.

Juan Manuel Tejada Colón Arquitecto por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2005, y candidato a doctor en Teoría e Historia de la Arquitectura por la Universidad Politécnica de Cataluña, 2009. Es profesor e investigador en la Facultad del Hábitat de la uaslp desde 2009. Es fundador y director de la revista Cutter, un espacio para la reflexión y creación del espacio humano. Obtuvo el Premio Edmundo Valadés a Revistas Independientes del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes 2013-2014.

Juan Manuel Roca Medellín, Colombia, 1946. Poeta, crítico de arte y periodista que ha desarrollado múltiples actividades culturales. Algunas de sus obras son Memoria del agua (1973), Luna de ciegos (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 1976), Los ladrones nocturnos (1977), Cartas desde el sueño (1978), Fabulario real (1980), Ciudadanos de la noche (1989), Pavana con el diablo (1990), Monólogos (1994), Memoria de encuentros y La

Mauricio Salvador México d.f., 1979. Es director de la revista digital HermanoCerdo y editor fundador de la editorial La Dulce Ciencia, especializada en boxeo. Es autor de Rodolfo Casanova y la Temporada de Oro del boxeo mexicano (2014) y El hombre elástico (sur plus, 2015).

colaboran en este número


Maribel Portela Hilito de sangre Papel mixta, 23 x 83 x 7 cm, 2013 Exposición “Registro de la materia” Mac 8, Aguascalientes


El camino nacionalista

hasta la posmodernidad DAVID ERNESTO GUTIÉRREZ GUTIÉRREZ

Las expresiones artísticas del nacionalismo se han ido modificando, entre otras cosas, conforme a los nuevos estilos de vida, las influencias de un mundo globalizado, los diversos discursos y posturas que surgen en las redes sociales. Este artículo explora la transformación de nuestra manera de concebir a la nación y las múltiples formas en que estas ideas se expresan a través del arte, en especial en el contexto de la posmodernidad.

Fotografía: José Clemente Orozco, 1883-1949


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¿Qué hace de México un país privilegiado por el misterio, por la leyenda, un lugar donde el momento mismo de la creación parece todavía próximo, mientras que al mismo tiempo se anuncia, inexplicablemente, el otro momento supremo, el de la destrucción del mundo?1

E

n la actualidad, el concepto de nacionalismo posrevolucionario vinculado a lo político resulta ser menos trascendente en cualquier campo ajeno al de la demagogia de lo que resulta para el artista o el arte derivado de la revolución; la carga histórica descansa en el discurso Revolucionario nacionalista que, pretextando la cultura y el arte como formas unificadoras, diluye el metadiscurso político en la fuerza pictórica, particularmente en los nombres y autoría de los muralistas y grabadores de la época. No es de extrañarse que los análisis de obra de dicho periodo sean exhaustivos y diseccionen los elementos de composición para resignificar los valores e ideales del misticismo asociado a la nación, a la unidad de lo que irónicamente resultaba seccionado, clasificado y discriminado por el otro discurso, por el otro político, el otro progreso (entendido desde el Estado). La legitimación del discurso de Estado ha sido recurrente en diversos medios a partir de la mitificación de los personajes y elementos entendidos como populares y mexicanos: la moneda circulante, el libro de texto en la educación básica, la urbanización de ciudades veneradoras de personajes poco cercanos, ya sea por temporalidad histórica o condición geográfica, y un gran etcétera. De entre ellos aparecen, en la cúspide funcional, el arte, el artista, y una concepción de cultura que implica definir, asimilar y predicar lo denominado nacional, lo netamente mexicano. Nombres ampliamente conocidos y utilizados como articuladores de una ideología clara como José Guadalupe Posada, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera –cada uno desde su propia postura política– han llenado los anaqueles de académicos y estudiantes del rubro, tocantes todos a la Revolución, a la homegeneización de un país, al rescate del valor nacionalista (mediante la propaganda informal en muchos casos). Mientras tanto, la alfarería y la cerámica, por ejemplo, se reducían a manifestaciones populares, folklóricas; la danza, por su lado, se integraba a lo popular, ataviando los trajes de elementos coloridos y asociados a la figura de lo regional; los vitrales reflejaban la diversidad de actividades económicas propias de las clases populares, de la abigarrada y ruidosa condición del mercado. Los temas rurales y las consideradas artesanías constituían la estética humanizante que sustituía las reflexiones centradas en el metadiscurso político por el embelesamiento de aquello que resultaba común o, en el peor de los casos, extravagante en términos antropológicos, dada su extraña reiteración como elementos en un país tendiente al progreso. 1

Le Clézio, Jean Marie Gustave. Le rêve mexicain, Gallimard, París, 1988, p. 274.

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Mediante la inmortalización del “pueblo” mexicano –trabajador, artesano, indígena, colorido, persistente y armado– en los muros de sindicatos, bachilleratos y edificios del Estado se plantea, además, el combate de la tradición indígena, espiritual y sana, contra la aristocracia, lo no popular. Irónicamente es en esta intención donde se establece la sectorización de lo popular e indígena como valores de lo nacional, base de posteriores conflictos que incluso pueden ser rastreados hasta el marco contemporáneo. Posteriormente elementos como la Virgen de Guadalupe y personajes prehispánicos se integraron como representaciones de lo ritual y lo místico en el contexto del discurso identitario nacional. Pasado, presente y un futuro aún incierto pero prometedor, a partir de la industrialización, confluyeron en los temas tocados por los artistas de gran formato, pintores de caballete y grabadores. Roger Bartra ironiza esta condición en La jaula de la melancolía: la contradicción instaurada en un presente con intenciones de modernidad que promueve la unión y adoctrina políticamente a partir de lo antimoderno. El establecimiento de estereotipos del mexicano a partir de los intelectuales de la época se traduce en una mitología sobre el mexicano, como generalidad, y no en el mexicano, en singular, que resulta anulado, el mexicano que se dirime entre la imagen de la virgen morena, protectora, indigenizada y virtuosa, contraria a la Malinche, que denota la fertilidad, la indígena natural y la violación. “Así, los mexicanos que han resultado de la inmensa tragedia son habitantes imaginarios y míticos de un limbo violentado”.2 Las concepciones de ambos personajes, imaginarias, reafirman el mito y la religión, el complejo edípico del México que se construye en la ideología de nación y que refleja de nuevo la asimilación de lo popular en la adoctrinación. En el marco contemporáneo de lo artístico y de la cultura en general, estos valores suelen ser rescatados con similar vehemencia. En la publicidad, por ejemplo, no identificamos a la nación en los jóvenes que utilizan telefonía de media o alta gama, en los viajes al centro comercial, en las salas de cine o en los espectaculares para servicios médicos; sin embargo, sí podemos ver a la nación reflejada en la imagen de una niña indígena promoviendo algún programa federal o una campaña de colecta y soporte económico para la educación. 2

Bartra, Roger. La jaula de la melancolía, Grijalbo, México, 1987, p. 16.

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Fragmento de lo murales de Diego Rivera en las Secretaría de Educación Pública, 1929. Ciudad de México.

Dice Bartra que nos resistimos a asumir nuestra condición de occidentales y, a partir de ello, encontramos embelesamiento en la idea de sembrar, mediante el mismo tono nacionalista, la idea de otredad: otro del que no sé nada, con el que no me puedo comunicar, alimentando así el estereotipo del indígena afligido, esa melancolía que “nos ahorra el esfuerzo de aprender una lengua diferente y nos pone en


comunicación directa –por la vía del dolor– con el mundo de los indios”.3 Este recurso no ha sido agotado, tristemente, en el discurso reinante en torno a la cultura contemporánea, mismo que permea evidentemente el campo del arte, aunque cabe resaltar que esta condición no es generalizada como sucedió en la época revolucionaria y posrevolucionaria. 3

Bartra, Roger. “Crisis cultural e identidad en la condición posmexicana”, en Imaginarios de Nación, Pensar en medio de la tormenta, Ministerio de Cultura, Colombia, 2001, p. 102.

Los valores de lo popular y de lo indígena, como referentes de unidad y de nación, los encontramos en diversas obras. La iconicidad de la muerte, de la Virgen María, del campesino, del personaje histórico, del narcotráfico, del comunismo, de la lucha libre (El Santo), y otras tantas imágenes vinculadas a las actividades cotidianas, es asimilada por la iniciativa privada, por la globalización, a partir del establecimiento del tlc (Tratado de Libre Comercio) y el mexplotation.4 El cargador del mercado que se levanta a las cuatro de la mañana para vaciar un camión y permitir que durante las horas siguientes podamos –quienes consumimos en mercados– obtener el producto, o el trabajador de la construcción que aparece sonriente en diversos anuncios de “obra pública”, no corresponden a distintas realidades; sin embargo, nos resulta más cómodo ignorar su existencia. Este fenómeno se extiende al ámbito televisivo, particularmente a los contenidos de Televisa, que enfatizan las condiciones de lo popular, de la pobreza, del sufrimiento y el dolor, convirtiéndolos en productos de consumo. Lo anterior, igualmente, se expande a las redes sociales; dada su naturaleza permeable, encontramos en ellas diversas formas de desensibilización y extrañeza ante el otro, un reflejo de la no superación del mito en expresiones como: “Tú no bailas porque eres tan indio que seguro llueve”; la separación y violentación de aquello que sigue siendo desconocido, arcaico, antiguo y (quién sabe si todavía) místico. La hibridación cultural, propuesta por Néstor García Canclini, explica la globalidad de este fenómeno donde el arte y la cultura resisten ante la economía dominante, pero hasta un punto donde les es posible incluirla y beneficiarse de ella, generándose de este modo una relación arte-mercancía que, si bien detona la expresión y diversidad en el campo del arte, también se deja seducir por los discursos del Estado o de la iniciativa privada, creando rutas entre el punto A (arte) y el punto B (mercancía) mediante las cuales circulan tanto la obra como el artista. En el arte mexicano de los años ochenta y noventa, por ejemplo, es evidente la imposibilidad del Estado para mantener una imagen de nación o identidad nacional, misma que se resolvió bajo el gobierno del pri haciendo obras con objetos o elementos extraídos de lo cotidiano. Claramente el caso de Arnold 4

Es el caso de Robert Rodríguez, quien se vale de la iconicidad de la vida cultural cotidiana del mexicano para mostrar un mundo alterno, en el cine de bajo presupuesto.

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Los hermanos Serdán. La lucha continúa, de Arnold Belkin, 1977, Museo de la Revolución “Casa de los Hermanos Serdán. Puebla. ©Luisalvaz

Belkin, quien revive el muralismo de contenido político problematizando la vigencia de los temas y luchas de la Revolución (a nivel global) en su tiempo, es un referente de ello. De la misma manera, aunque una década después, el Obelisco roto portátil para mercados ambulantes (1991-1993)5 de Eduardo Abaroa, es una muestra que, en tanto remake, cuestiona el uso del espacio público, rescatando el discurso nacional a partir de lo popular y haciendo referencia, en una época global, al Obelisco roto de Barnett Newman. Esta función utilitaria del arte, a partir de las instituciones y sus ejercicios de legitimación, no parece haber sido superada. Lo anterior se evidencia en las redes sociales como espacio de intervención de obras artísticas. Como ejemplo tenemos la instalación Tweet Balas6 (2012) que, auspiciada por el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, el Consejo Nacional para la Prevención de la Discrimi5 6

Metal y lona plástica, 600 x 200 x 200 cm. http://www.tweetbalas.com

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nación (conapred) y la agencia Ogilvy México, presenta un sistema basado en hardware libre (Arduino)7 capaz de sensar la actividad en Twitter, activando un mecanismo en un rifle de gotcha que dispara una bola de pintura roja sobre la palabra “México” por cada veinte comentarios discriminatorios u ofensivos en la red social. Se registraron un total de tres mil dos disparos originados por los sesenta mil cincuenta y siete comentarios que, desde abril hasta junio de 2012, fueron enviados. El sistema además permite, mediante una página web, ubicar el cursor del equipo de cómputo sobre cada mancha de pintura revelando mediante este mecanismo el nombre de usuario e imagen de perfil del emisor del mensaje detonador. Cabe reflexionar sobre dos variables en torno a esta obra; la primera, la posibilidad de exhibir al emisor de uno de los veinte comentarios discriminatorios, generando en la misma línea discriminación hacia esa persona; la segunda, una referencia al imaginario social tocante al narcotráfico, colocando 7

http://www.arduino.cc


tural: la muerte del nacionalismo, en una red social en la que conviven variados intereses y expresiones, donde no cabe la domesticación del mexicano y que sin embargo resulta ser fiel reflejo de la cultura mexicana, con toda su diversidad, donde no parece haber cabida ya para el misterio.

Obelisco roto para mercados ambulantes, 1991-1993. Metal y lona plástica, Col. Gilberto Charpenel.

en un mismo nivel hermenéutico la imagen de un rifle que hace sangrar al país, trabajo evidentemente derivado de la participación de una empresa publicitaria ampliamente reconocida en colaboración con conapred. Hibridación cultural, en términos de Canclini, que utiliza al arte como mercancía en beneficio ya no sólo del Estado sino también de la iniciativa privada, un discurso unificador a partir de la violencia derivada de un sexenio marcado por el narcotráfico y la asociación de estas variables con el concepto de tolerancia, intento de normalizar una de las manifestaciones más claras de hibridación cul-

Obelisco roto de Barnett Newman. Capilla Rothko en Houston, Texas. © Ed Uthman.

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“Semblantes del siglo xx” Colección del Museo de Aguascalientes MARÍA PATIÑO RICHARTE

María Patiño, directora del Museo de Aguascalientes, hace un breve recorrido por la historia del recinto y nos habla de su acervo “Arte Moderno Mexicano”, del cual se desprende “Semblantes del siglo xx”, exposición vigente hasta junio de 2015. En su texto, pasa revista a las diversas generaciones de artistas que componen la muestra y comparte con los lectores algunas de las características estéticas y generacionales que los distinguen.


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os principios esenciales que dan su razón de ser a la institución “museo” son: conservación, catalogación, investigación, educación y difusión del patrimonio cultural, ya sea histórico, antropológico, artístico o científico. Estos principios justifican el quehacer cotidiano y son prioritarios para poder vivir la vocación propia del museo. Desde esta perspectiva, uno de los retos al que diariamente se enfrenta la comunidad museística es mantener y fomentar la generación de conocimiento que permita al público abrir nuevos campos de análisis e interpretación en torno al patrimonio. James Oles, escribe al respecto unas líneas que resultan pertinentes: “Una colección no sólo es un conjunto de objetos específicos, sino también un terreno cambiante de ideas, sujeto a una reinterpretación constante”.1 El Estado de Aguascalientes conmemoró la fundación de su tercer museo hacia 1975; se le denomina desde entonces Museo de Aguascalientes, con toda la carga histórica que esto representa. Durante los primeros años su principal misión fue dar vida a la historia local a través de objetos y piezas históricas. En los años ochenta, tras un acuerdo de colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes (inba), la vocación del museo se reorientó para convertirse en un espacio destinado a las artes plásticas. La llegada de la colección de Saturnino Herrán al Museo de Aguascalientes fue sin duda un acontecimiento crucial; desde ese momento el museo se convirtió en la casa del artista cuya obra fue denominada Patrimonio Nacional. La presencia de Herrán permitió acotar una vez más la orientación del museo, que reservó su espacio a la exposición de artistas consagrados. Años más tarde, el museo añadió a sus salas diversas obras artísticas, principalmente de pintores y escultores representativos del arte nacional en el siglo xx; estos dos fondos, tanto el de Herrán como la colección Arte Moderno Mexicano, sirvieron de escenario para legitimar formalmente el acervo como colección museística. Para los años sesenta, el inba asume una política cultural descentralizada, circunstancia que hizo prosperar proyectos culturales en muchos estados del país a través de apoyos otorgados para la creación y fortalecimiento de las casas de cultura, museos, galerías, centros de enseñanza de las artes, entre otros. Estos espacios se proyectaron como elementos de ideología nacionalista, entendidos como guardianes de los valores artísticos y espirituales con el deber de perpetuarse en la sociedad. En este contexto se constituye el Museo de Aguascalientes como parte de un imaginario social donde se congregaran artistas plásticos oriundos de la ciudad, a la manera de los grandes museos nacionales. Actualmente, el equipo del Museo de Aguascalientes se replantea el discurso museológico, pretendiendo romper con la 1

Oles, James. “El coleccionista reescribe la historia: una aproximación a la Colección Blaisten”, en Arte moderno de México. Colección Andrés Blaisten, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2005, p. 30.

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A RT E S P L Á ST I C A S

Fotografías de Ricardo Vega

Muchachas de perfil, de Manuel Rodríguez Lozano, óleo sobre tela, 89 x 53 cm, 1929. Colección Museo de Aguascalientes / ica - inba.

visión lineal y hegemónica que había predominado. Las acciones se encaminan hacia un museo hecho para la contemporaneidad, en la búsqueda de un equilibrio entre las expectativas públicas, la lógica del mercado y el deber ser del museo, lo que representa un gran reto. Un museo donde el principal patrocinador y promotor sean la comunidad, los vecinos, amigos y visitantes. En la exposición “Semblantes del siglo xx” –noviembre 2014 a junio 2015– se ha retomado una buena parte de la pintura que conforma el fondo “Arte Moderno Mexicano”. Después de estudiar el acervo, su documentación y la situación contextual en que se desarrolló la plástica del siglo xx, se hizo evidente tanto el valor individual de las piezas con las que se cuenta como el de la obra en su conjunto. México tuvo un periodo artístico notable y prolífico durante la pasada centuria. La mayor parte de los autores que se presentan en esta muestra han inscrito sus nombres en la historia del arte mexicano: Ma-

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nuel Rodríguez Lozano, Xavier Guerrero, Leopoldo Méndez, Gilberto Aceves Navarro, Gabriel Fernández Ledesma y Francisco Díaz de León, por nombrar algunos.2 La vida y el legado de estos artistas fue un cruce de destinos, escuelas y tendencias artísticas, infortunios y transgresiones. Mujeres y hombres cuyos nombres son suficientes para definir una época, representantes del espíritu inquieto de experimentación, estos artistas encabezaron la afiliación a la ruta de los grandes movimientos vanguardistas europeos y, sin duda, emprendieron la búsqueda de una modernidad que incluyera de manera armónica las expresiones nacionales. Se distinguieron por haber elegido las artes, desde intervención e incursiones literarias, así como cine y teatro, incluso la crítica y la enseñanza, como su vehículo primordial de expresión. Las escuelas de dibujo y pintura o las escuelas de grabado al aire libre que algunos de estos artistas erigieron fueron consideradas como propuestas de innovación. En esta exposición la mayor parte de las obras nos han revelado un camino apartado de las convenciones formales y las fórmulas antes conocidas. En 1920 el reconocido y respetado intelectual José Vasconcelos fungía como director de la Secretaría de Educación; el objetivo primordial de su plan era elevar los niveles educativos de un pueblo mayoritariamente analfabeto. Para ello creó las llamadas misiones culturales y se valió de la creación artística como una vía para reafirmar la identidad mexicana de la posrevolución, con una libertad creativa exógena de las ordenanzas de la academia. En ese mismo ímpetu artístico que permeó esta época se concibe la denominada “Escuela Mexicana de Pintura y Escultura”, conformada por los artistas mexicanos y extranjeros residentes en México que trabajaron desde 1920 hasta la primera mitad del siglo xx. Si bien no hablamos de una escuela en sentido estricto, el término “Escuela Mexicana de Pintura y Escultura” sí refiere a una corriente de arraigo en el modo de enseñanza del dibujo y técnicas tradicionales como la del caballete. Hasta la fecha se mantiene el debate sobre si el muralismo y las esculturas urbanas pueden incluirse dentro de dicha escuela, puesto que los miembros más subversivos resaltaban más disidencias que coincidencias con la corriente 2

Los artistas que se mencionan en el texto forman parte de la Colección del Museo de Aguascalientes, Instituto Cultural de Aguascalientes-Instituto Nacional de Bellas Artes, y al menos una de sus obras participa en la exposición “Semblantes del siglo xx”.


Casas de Yucatán, de Xavier Guerrero, acuarela sobre celotex, 21 x 51 cm, sin fecha. Colección Museo de Aguascalientes / ica - inba.

en cuanto a la orientación, función y producción artística que se fomentaba, además de las diferencias generacionales que había entre ellos y las discrepancias en su formación. La mayoría de los miembros de este grupo participaron en acciones artísticas con tintes políticos, pues buscaban representar ese nuevo mexicano que vislumbraban; el hombre renovado y transformado tras la Revolución; así pues, la “Escuela Mexicana de Pintura y Escultura” se colmó de un evidente tono nacionalista que se volvió un rasgo distintivo de la historia del arte mexicano. No todos los artistas se integraron a la “Escuela Mexicana de Pintura y Escultura”, algunos, por el contrario, se mantuvieron al margen del espíritu nacionalista. Ya para los años treinta, el grupo refractario logró conformar un no-grupo, que el historiador y crítico de arte Jorge Alberto Manrique define como contracorriente. Ellos manifestaban abiertamente su no adhesión, por lo que no había aproximaciones estilísticas a la tradición académica ni similitudes de prácticas entre ellos mismos que pudieran definir una pertenencia clara. Cada uno mantenía pues su producción distintiva, sin la etiqueta de uno u otro movimiento. Tal ambigüedad ha representado un problema para los estudiosos de la historia del arte debido a que estos artistas fluctuaban entre una y otra corriente, dificultándose así la definición de los límites tanto para el estudio como para el análisis visual de su producción.

Retrato de Manuel Rodríguez Lozano, de Abraham Ángel, temple barnizado sobre cartón, 59 x 44 cm, sin fecha. Colección Museo de Aguascalientes / ica - inba.

En un intento de aproximación a las características de este periodo diríamos que la pintura suele ser intimista, con abundante uso de símbolos, como la obra de Gabriel Fernández Ledesma; mientras que, por otro lado, hay quienes conservaron la tradición de la pintura costumbrista y de paisaje, exaltando lo popular y el contenido social como lo representa la pintura de Francisco Díaz de León, Roberto Montenegro y Xavier Guerrero. Algunos artistas de esta generación también apuntaron hacia el Cubismo sintético, otros más buscaron el Expresionismo, corriente ligada en México a los muralistas como David Alfaro Siqueiros. También se exploró el Simbolismo, reducto romántico de la tradición barroca mexicana, como es el caso de algunas pinturas de Manuel Rodríguez Lozano y su discípulo Abraham Ángel; algunos más tendieron al Estridentismo influidos por la corriente del futurismo italiano, como

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Niña herida, de Xavier Guerrero, acuarela sobre celotex, 65 x 51 cm, sin fecha. Colección Museo de Aguascalientes / ica - inba.

Eterna lucha, de Gabriel Fernández Ledesma, piroxilina sobre masonite, 123 x 94 cm. Colección Museo de Aguascalientes / ica - inba.

es el caso de Leopoldo Méndez y Jean Charlot. Otra corriente que permeó en años posteriores fue el Surrealismo, representado mayoritariamente por pintoras. Los años cuarenta y cincuenta estuvieron marcados por el llamado milagro económico mexicano; el crecimiento sostenido dio pie a la formación de una nación moderna e industrializada. Por fin México veía la cumbre aspirada desde la revolución de 1910. Este contexto contribuyó a que el arte moderno mexicano encontrara movimiento a través de las galerías y sitio en colecciones privadas, como fue el caso de la Galería de Arte Mexicano, cuyos representantes establecieron contacto con museos, instituciones y coleccionistas extranjeros, comercializando el arte nacional de una manera formal. La generación artística correspondiente se mantuvo al margen del programa político de la institucio-

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nalización cultural y aprovechó la apertura comercial que la llevó a la internacionalización; algunos artistas de esta generación fueron, incluso, reconocidos en el exterior antes que en el propio país, como es el caso de Francisco Toledo y Manuel Felguérez. El medio cultural de estos años oscilaba entre la vanguardia que ocurría en el resto del mundo y los remanentes de los ideales revolucionarios nacionalistas. En este vaivén los artistas buscaban escindirse de los valores predominantes en la “Escuela Mexicana de Pintura y Escultura”. Esta nueva generación conocida como “la ruptura” promovía un arte apolítico, cambiante en lo formal, de expresión individualista, mediante la negativa de pertenecer a grupo alguno en la búsqueda de “lo mundial”. En la exposición: “Semblantes del siglo xx” el visitante encontrará diferentes lecturas; predominan la cercanía con lo cotidiano y la intención de identificarse con la obra desde lo humano, partiendo de la idea de la riqueza histórica para comparar las semejanzas entre la vida reflejada y la vida propia. Así pues, al llegar a “La casa redonda” de Gabriel Fernández Ledesma se podrá rememorar el momento en que el ferrocarril se vuelve el recuerdo del pasado, o bien, se tendrá la posibilidad de entablar un diálogo con la obra “Figuras carnavalescas” de Francisco Corzas. Es decir, cada una de las piezas que cuelga en los muros de la sala de exposición se ofrece como un espacio libre a la experiencia, la interpretación, la reflexión y el goce de cualquier espectador.


Despu茅s de la parranda, de Francisco Dosamantes, 贸leo sobre tela, 83 x 243 cm, sin fecha. Colecci贸n Museo de Aguascalientes / ica - inba.

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Poesía

entrevista con Francisco Hernández y Nuno Júdice JUAN MANUEL ROCA

En octubre pasado el Seminario de Cultura Mexicana y el Instituto Cultural de Aguascalientes entregaron el Premio “Víctor Sandoval” del Encuentro de Poetas del Mundo Latino al poeta portugués Nuno Júdice y al mexicano Francisco Hernández. En una entrañable charla con el colombiano Juan Manuel Roca, los escritores comparten con Parteaguas sus opiniones sobre la importancia de la poesía en nuestro tiempo, su relación con la pintura o la música y otros temas.

Cartel del xvi Encuentro de Poetas del Mundo Latino


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uan Manuel Roca Buenas tardes. Es muy grato para mí hacer la presentación de esta conversación con dos notables poetas, Nuno Júdice que viene de Portugal y Francisco Hernández, poeta mexicano. A ellos los concita este décimo sexto Encuentro de Poetas del Mundo Latino, acá en la ciudad de Aguascalientes. Quisiera empezar preguntándole a Nuno Júdice a propósito de la poesía portuguesa; en una tradición tan amplia, tan rica, que no es una coral cantando la misma tonada y donde hay tantos registros y matices, ¿cómo se ubicaría dentro de esa tradición o en qué lugar se siente más cómodo dentro de las vertientes de la poesía moderna contemporánea de Portugal? Nuno Júdice Cuando empecé a publicar en libro mis poemas, en el 72, mi poesía no estaba dentro de lo que era habitual en la poesía portuguesa porque trataba de temas metapoéticos, una reflexión sobre la poesía que integraba en mis poemas; también había poemas a partir de cuadros, como se encuentran en Francisco Hernández; también por el lado de la literatura había autores que no eran militantes, como Emily Brontë, los románticos alemanes, y eso salía fuera de lo que se hacía en ese momento de dictadura, una poesía comprometida, de combate. Mi primer libro salió en una colección de bolsillo donde habían aparecido Neruda, Yevtushenko, Borges, todos los grandes poetas. Por un lado fue un poco escandaloso, pero por otro lado mucha gente muchos años más tarde me viene a decir de la importancia que ese libro tuvo para ellos porque abría caminos nuevos y era además una afirmación estética que de cierta manera recuperaba las enseñanzas de Pessoa, porque algo que me interesó de la obra de Fernando Pessoa en ese momento es que había una reflexión teórica muy importante y otra crítica, sobre lo que hacía. Había también un lenguaje que al mismo tiempo era muy próximo a lo que la gente hablaba, usando expresiones coloquiales y todo eso, pero por otro lado con gran refinamiento formal. Claro que después la evolución de mi poesía fue en otros sentidos, pero siempre conservando esa poética inicial. JMR Quisiera formularle a Francisco la misma pregunta, ¿en qué lugar te sientes más cómodo, si es que te ubicas en una tradición de la poesía mexicana, o no? Francisco Hernández Pues yo siempre me he sentido incómodo en la poesía mexicana porque como que no embono, no me acomodo en ningún lado. Estaba pensando, ahora que hablaba Nuno, en los inicios de mi escritura, por ejemplo, los primeros cinco libros que hice me los pagué yo; no tenía a quién acudir y el primero llevaba un título rebuscado, con ganas de llamar la atención: Gritar es cosa de mudos. Desde ahí alguien me dijo, ¿tú crees que eso es poesía?, ¿tú crees que eso es un título para un libro?, ¿para un primer libro de poemas? Pues yo creo que sí, yo se lo puse y como yo me pagué el libro, nadie podía reclamar. El azar, que suele ser generoso, hace que aquí, en este festival, esté Sergio

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Inauguración del xvi Encuentro de Poetas del Mundo en la Universidad de las Artes, Aguascalientes. De izquierda a derecha: Eudoro Fonseca, Lasse Söderberg, Ida Vitale, Anthony Phelps, Juan Manuel Roca y Sergio Mondragón.

Mondragón, que me dio clases en la Escuela Técnica de Publicidad a donde yo fui a dar porque no servía para estar en ningún lado; o sea yo vi un anuncio que decía, “¿no sabe qué hacer con su imaginación?, ¡Escuela Técnica de Publicidad!”, y pues ahí me fui a meter. Bueno, con Sergio aprendí algunas cosas de la literatura, pero básicamente esa escuela me hizo salir adelante con la carrera de publicista y la carrera de publicista no está tan lejos de la poesía. Por ejemplo en México hay muchos publicistas dedicados a la poesía, o al revés; entonces conocí a Francisco Cervantes en una agencia y él me abrió dos puertas extraordinarias, fueron Fernando Pessoa y José Lezama Lima, esas dos puertas hubieran bastado para abrirme dos caminos, para dos mundos extraordinarios que me hicieron como decir o decirme ¿esto es lo que tú querías?, ¿esto es el camino que vas a seguir?, y aquí está quien te lo venía a decir; me hice amigo de Francisco Cervantes hasta poco antes de que él muriera, y así fui conociendo a otros escritores que me iban dando a conocer a otros poetas. JMR Pero en el marco de la poesía mexicana, más allá de tus lecturas, ¿hay poetas que sientes como de una misma percepción estética a la que tú tienes o

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sientes que eres, como también en el caso de Nuno, una ficha difícil de encajar en el rompecabezas de la poesía mexicana? FH Hay una figura absolutamente ineludible que es Octavio Paz, por donde se le vea, por cualquier lugar donde uno quiera tocar a esas ventanas se abre una puerta y es Octavio Paz el que está ahí; por supuesto sus ensayos de Cuadrivio donde se ocupa de Pessoa, pero también de López Velarde; y ahí también encontrar a alguien que quizá sólo era como una recitación escolar, “La suave patria”, bueno eso es para decirla el 15 de septiembre desde el balcón del Palacio Municipal y nada más y aprender a verla con otros ojos; empezar a desmembrar aquella riqueza extraordinaria, aquel oído extraordinario. Mi padre tenía dos poetas de cabecera, tenía muy pocos libros, pero tenía a Salvador Díaz Mirón y a Rubén Darío. No había poetas mexicanos en ese mueblecito con algunos libros; estaba el colombiano prohibido, el de Ibis, ¿cómo se llama?, Vargas Vila, qué curioso, había libros de Vargas Vila con llave, no me los dejaban leer, y una frase de mi madre, yo no sé qué habré dicho, y me dijo, “tú pareces hijo de Vargas Vila”; entonces tú sabrás mejor que yo qué habré dicho, pero bueno,


Fotografía de Claudia Castro

Clausura del xvi Encuentro de Poetas del Mundo Latino en el Museo José Guadalupe Posada. De izquierda a derecha: Nuno Júdice, Juan Manuel Roca y Francisco Hernández.

así fueron las cosas hasta llegar, como te decía, a Octavio Paz y conocer ya a otros poetas hasta lo actual como Lizalde, la figura siempre entrañable de Rubén Bonifaz Nuño, Alí Chumacero y, si no convivir con ellos, sí con su escritura, sí con su obra. JMR En este contexto uno pensaría en general que la poesía universal, la poesía que se hace actualmente está muy balcanizada; veamos, tú mencionas a Pessoa y uno pensaría que quizá sea el primer poeta portugués que te llamo la atención y que empezaste a conocer, yo quisiera preguntarle a Nuno, mirando por el otro lado del catalejo, ¿tú tuviste hace poco o hace mucho una noción de la poesía mexicana?, ¿hay poetas mexicanos que hayas leído o empezado a leer? NJ Sí, desde luego, Jorge Luis Barrios de mi adolescencia, sus cuentos empezaron a ser publicados en ese tiempo y fue una revolución porque para mí el poema debe contar algo, debe ser un pequeño cuento, no un cuento con acción, una intriga, personajes, pero algo que pueda sugerir una historia y después también Lezama Lima, qué coincidencia, porque era precisamente un poeta que vivía en un país que tenía una situación un poco como en Portugal, aunque

dictaduras con destino diverso, y era un poeta que dentro de ese espacio escribía cosas completamente libres, revolucionarias desde el punto de vista formal, y después Octavio Paz, por la poesía, aunque la poesía que conocí en ese periodo fue la renga, hacer poemas colectivos y esas cosas que no me interesaron demasiado; pero lo que sí me interesó fueron sus ensayos y sobre todo, claro, sus ensayos sobre Pessoa, que fue importantísimo porque abrió de cierto modo el conocimiento de Pessoa fuera del espacio portugués y brasileño y por eso le debemos mucho a Octavio Paz. Después seguí leyendo poetas de Sudamérica y de México durante toda mi vida. JMR Hay dos preguntas que pueden atender al espíritu de la poética de ambos; por un lado está la cuestión de la poesía que reflexiona sobre sí misma, y que está planteando una poética y va apareciendo en la idea de cómo o para qué o qué es escribir un poema, pero también encuentro, por otra parte, una poesía argumental, que cuenta un pequeño capítulo, una historia, sin caer en una cosa puramente narrativa. Francisco, ¿eso es algo que fuiste encontrando en la andadura de tu escritura o una cosa que te interesó expresar desde el inicio?

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Fotografía de Claudia Castro

Ceremonia de premiación del encuentro. . De izquierda a derecha: Marco Antonio Campos, Nuno Júdice, Dulce María Rivas Godoy, Francisco Hernández y Sanda Racotta.

FH No, yo creo que me la encontré. Por ejemplo en el caso de Schumann fue entrar a una librería donde también vendían en aquel tiempo elepés en Coyoacán, en la Ciudad de México, escuchar una música extraordinariamente bella, preguntarle al vendedor de quién era, y qué era, y me dijo que era un cuarteto de Schumann. Le dije “me lo llevo”, y me dice “ese no está a la venta, es mío”, entonces el deseo de tenerlo, de comprarlo, es total..., y además ¿quién era Robert Schumann? Había oído alguna vez el nombre y fui al diccionario enciclopédico; llegando a la casa empecé a buscarlo y empecé a informarme sobre él y claro, ahí conocí la biografía y empecé a escribirlo, y en quince días ya estaba, cosa extraña. También Álvaro Mutis me prestó los cuartetos, entonces oírlo y escribirlo fue un todo que me permitió quitarle tiempo a la publicidad; porque a pesar de hacer anuncios de detergentes tenía tiempo para hacer lo otro también, no es cierto que una cosa pueda quitarle a uno la posibilidad de lo otro; así fue lo de Shumann, y lo de Hölderlin fue parecido, quedarme solo un primero de año en donde el único que no estaba crudo en la ciudad seguramente era yo; estaba solo en casa, se habían ido mi esposa y mis hijos. Dije “¿qué hago?”; me encuentro un libro de Heidegger donde

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viene un ensayo sobre Hölderlin, lo empiezo a leer y se me viene encima otra vez la vida de Hölderlin, y la empecé a escribir...; esa me costó más tiempo, como un año. JMR Y ya que mencionas a Hölderlin, hay una frase que ha recorrido todo este siglo y que, descontextualizada, parece una cosa contra la poesía y es la pregunta de para qué la poesía en tiempos de penurias; a mí me gustaría que tanto tú como Nuno me hablaran un poco de cómo entienden esa expresión, si la comparten. NJ En un sentido creo que lo que hace permancer la poesía es su inutilidad, el hecho de ser algo que no tiene una utilidad práctica y es por eso que la gente la procura, porque en un mundo como el nuestro en que todo es útil, inmediato, todo sirve para hacer algo y ser consumido y después se pasa a otra cosa, la poesía permanece y es algo que se sabe que está ahí y que siempre nos da algo importante para nosotros sin que sea esa su función primera, porque quien escribe un poema de amor, desesperado o no, o quien habla de un paisaje, de algo que fue importante para él en un día de su vida, los otros lo leen y sienten algo que no es lo que el poeta sintió, porque la subjetividad es


Fotografía de Gustavo Sifuentes

siempre diferente de una persona a otra, pero el lector hace suyo ese sentimiento. Una cosa muy interesante es ver el fenómeno que son los blogs, que normalmente sirven para que el autor diga algo del día en que escribe, y muchas veces no saben qué decir de ese día y van a buscar un poema y lo publican, porque el poema expresa mejor sus sentimientos de lo que ellos podrían hacerlo y es ese lado, digamos comunitario y colectivo del sentimiento poético, lo que hace finalmente su permanencia. Me acuerdo mucho de lo que Jorge Semprún decía de cuando estuvo en Buchenwald, lo que hacían los prisioneros para sobrevivir en esas condiciones tan difíciles era decir poemas que sabían, y ejercitarlos. JMR Y a ti, Francisco, esa aseveración de Hölderlin ¿qué te suscita? FH Bueno, primero una duda, tú dijiste “¿para qué poesía en tiempos de penuria?” y yo lo recordé como “¿para qué poetas en tiempos de penurias”?, entonces no sé ahí a qué traducción le hacemos caso, porque podría cambiar completamente el sentido. La poesía está ahí, los poetas podremos no estar y ahí estará la poesía, eso es verdaderamente parte de esa inutilidad que decía Nuno; es inútil pero ahí está, nadie la puede mover, la podemos respirar y la podemos dejar de ver y ahí seguirá estando, nos lleva la mano para descubrirla, o la voz para nombrarla o para decirla o para cantarla..., es algo verdaderamente muy misterioso que nos ayuda a vivir, definitivamente, incluso a los que no se dan cuenta de que están siendo ayudados. JMR Uno lee el título de un libro tuyo, Las gastadas palabras de siempre, y por una obvia restricción de concepto piensa en que estás aludiendo a que hay un lenguaje gastado que hay que reemplazarlo por uno menos deshabitado, menos hueco, que es el de la poesía, quizá; mi pregunta es ¿a qué aludes con ese título, que a mí me parece muy sugestivo? FH Pues fue como pensar “les voy a dar ahora estos poemas, no esperen nada nuevo, están escritos con las palabras poéticas gastadas de siempre, nada más, con mi manera de ensamblarlas”. Eso era todo. JMR En el caso del título de un libro tuyo, Nuno, que acaba de ser publicado por Monte Carmelo acá en México, La piedra del poema, ¿qué te llevó a que el epicentro del libro fuera ese título?

Francisco Hernández

NJ Es un título que Marco Antonio Campos encontró. Pero concordé con ese título porque lo que es importante para mí en mi relación con el lenguaje, cuando escribo, siempre que leo mis poemas, es que cada palabra sea como las piedras de una iglesia, de una catedral; quiero decir que son fundamentales para el equilibrio del edificio; eso podría ser una tendencia de autores que leen poemas: hiperfavorizar determinados versos o palabras y algunas decirlas más rápido, o más bajo para que las otras puedan sobresalir; yo creo que es una forma muy contraria al espíritu de la poesía, porque en la poesía cada sonido, cada palabra debe ser dicha de una forma que sea igual en el conjunto y por eso “la piedra del poema” es la palabra que sustenta el poema y que da ese aspecto sólido y material al mejor poema, como cuando se dice algo espiritual, metafísico, lírico. JMR En el caso de la traducción a mí me parece que hay una cosa coincidente que dicen muchos poetas, muchos teóricos, entre ellos, por ejemplo Michaux y Denise Levertov, que el poeta es un traductor de sí mismo, que en la medida en que logra traducirse a sí mismo quizá logre traducir a los demás ¿cómo sientes, Nuno, la evolución de esas palabras que estás

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Fotografía de Gustavo Sifuentes

tado leyendo mucho en traducciones, ya me hacía falta una zambullida en algo que no estuviera transportado a otra respiración, a otras pulsaciones, a otras similitudes, y por alguna razón me distraje y terminé leyendo a Giovanni Papini. Después me di cuenta y dije “bueno, qué pasó, si yo quería leer algo en español”, que me diera otra vez el sonido de mi lengua para ver si me alimentaba, si me hacía escribir algo de lo que estoy escribiendo. Puedo notar, por ejemplo, cómo me voy quedando sin palabras, como me hace falta enriquecer mi español después de andar metido en tantas traducciones y estar escribiendo un libro que se va haciendo flaco, que se va haciendo poco brillante, que es el que estoy escribiendo ahora sobre un pintor que estuvo hace poco la exposición en México, y quede así de “ya no puedo escribir más porque se me agotó el idioma”, entonces, por eso decía, yo necesito leer en español.

Marco Antonio Campos, Nuno Júdice y Dulce María Rivas Godoy

hablando?; ¿te sientes bien, aunque sea una aproximación a tu traducción? NJ Me acuerdo siempre de la primera vez que vi un poema mío traducido al castellano en que la última palabra era chapéu-de-chuva, que en portugués tiene esa aliteración, pero cuando vi la traducción castellana estaba “paraguas”, y paraguas es una palabra fea comparada con chapéu-de-chuva. Pero eso me habituó al hecho de que cada lengua tiene sus sistemas, su ritmo, su musicalidad y que no hay que intentar conservar el original y dar libertad al traductor para encontrar en su lengua esas posibles formas de hacer pasar la música y el ritmo del poema original. JMR Y en tu caso Francisco, ¿qué piensas de la traducción, porque por ejemplo una de las cabeceras de las que tú seguramente te has nutrido en la poesía son, por un lado, los románticos alemanes, si hablamos de Hölderlin, y de los expresionistas, si hablamos por ejemplo de Trakl. ¿A ti qué es lo que más te interesa de un poeta que admiro mucho que es Georg Trakl? FH Es muy difícil, salvo con traductores como Marco Antonio Campos y Trakl, que se mantengan tanto las atmósferas como la fidelidad a los significados. Por ejemplo, para no ir más lejos, el día de ayer llegué a mí casa con ganas de leer unas buenas páginas escritas en castellano, en español, porque había es-

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JMR En el caso de ambos yo encuentro una vocación visual, plástica, por la pintura; ¿cuál de las artes sienten ustedes más afín para nutrirse de ella? NJ Son muy importantes la música y la pintura, o la fotografía. Tengo muchos poemas a partir de cuadros, de piezas musicales y junto con mi memoria, con cosas que viví y que vivo, son fuentes que utilizo como materiales para el poema. En el caso de mi poesía lo importante es que se vea algo. Leonardo Da Vinci decía que la pintura es una cosa mental y yo cambio esa frase diciendo que la poesía es una cosa visual y por eso esa relación con la pintura para mí es muy natural; y también porque cuando tenía 16 años mi padre me regaló un mes en Francia, un curso de pintura en el Museo del Louvre; con esa edad, aquel museo, claro, fue algo que nunca pude olvidar, y por eso tengo muchos amigos pintores. Con la música algo que me sorprende es cuando un músico viene conmigo a decirme que compuso una pieza musical, tanto compositores contemporáneos de música erudita como otro tipo de músicos, a partir de poemas que cuando escribí nunca me hubiera imaginado que serían posiblemente musicales. JMR Y en el caso tuyo, Francisco, ¿cuál es el arte que sientes más afín o más ligado a una poética de la poesía, digámoslo redundantemente? FH En mi caso definitivamente la pintura o la fotografía, porque muchas veces me basta con simplemente describir un cuadro o describir una fotografía


Nuno Júdice, Dulce María Rivas Godoy y Francisco Hernández

para encontrarme con un texto que me salva esa tarde o esa hora o ese día. Muchas veces en los talleres de poesía que he dado les digo, “se va a llamar ‘poetografía’ y les voy a dar todas las tardes una fotografía, la misma a todos, y mañana me traen un texto escrito en la forma que ustedes elijan pero sobre esta fotografía”, para ver cómo les despierta la imaginación una imagen y así me comunico con esos muchachos y también a mí me pasa por supuesto. JMR Un poeta como Trakl es un pintor del habla, porque en su escritura hay grandes cuadros; así como hay poetas de color, como Chagall es un poeta de color, definitivamente lo que más te interesa es lo visual. FH Sí, en Trakl casi no hay página en que no aparezca la palabra púrpura. JMR Bueno la última pregunta que tendría que hacer es un poquito más aterrizada en el contexto de lo que estamos viviendo. ¿Qué significa para cada uno de ustedes la obtención de este premio que se les otorga aquí en Aguascalientes, este premio que lleva el nombre significativo del viejo maestro Víctor Sandoval? FH Me trae muy buenos recuerdos de don Víctor porque hasta 1982, como les dije, yo pagaba mis libros, pero en 1982 gané el Premio de Poesía Aguascalientes, vine a recibirlo y aquí trabajaba don Víctor.

Platiqué con él y le dije de mi admiración por su libro Fraguas y desde entonces yo creo que mi suerte cambió, me editaron el libro que se llama Mar de fondo, en Joaquín Mortiz, fue el que ya no pagué y a partir de entonces todo ha ido mejorando –en ese sentido de no pagar las ediciones–, y por otro lado también, lo dije desde el primer momento, me siento muy halagado de compartir el premio con Nuno Júdice, poeta a quien respeto y aunque lo he leído poco, sigo leyendo, y seguiré leyendo y admirando. JMR ¿Y en tu caso, Nuno? NJ De mi parte es algo un poco sorprendente porque no me lo esperaba. Me gustó muchísimo, por un lado, por mis relaciones con México y la poesía mexicana y, por otro, porque es regresar a Aguascalientes, donde estuve en el año en que Lêdo Ivo, el poeta brasileño, recibió el premio. Fue alguien de quien fui amigo y nos encontrábamos siempre que iba a Lisboa. Recibir este premio, después de Lêdo Ivo, es un honor. Y también porque lo comparto con un poeta que tiene un universo muy cercano al mío y son mundos que, sin conocernos, yo creo que corresponden a una generación que es la de los años setena y ochenta, en que muchas cosas cambiaron. JMR Muchas gracias por esta conversación gratificante, nutricia y agradable.

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Ahora más que nunca

Hacer la tumba, obra de Daniel Serrano RODOLFO GUERRERO ¿Somos capaces de olvidar a nuestros desaparecidos? A partir de una pregunta tan desgarradora e inquietante, Rodolfo Guerrero reseña la obra de Daniel Serrano que explora, en el contexto de un pequeño pueblo mexicano, algunos de los aspectos más dolorosos de nuestra realidad nacional. Los tentáculos del poder, los abusos, la violencia, las habladurías, en fin, todos esas aristas que dibujan una realidad en la que es preciso hallar una particular forma de supervivencia tanto física como emocional.

Hacer la Tumba de Daniel Serrano Dirección de Rodolfo Guerrero, con alumnos de la segunda generación de la Licenciatura en Teatro de la Universidad de las Artes. Asistente de dirección: Juan Pablo Acevedo; producción ejecutiva:  Aída Noemí Ortiz; escenografía: Multimedia, iluminación: Wenceslao Ruiz; actores: Roberto Martínez Belmont, Daniela Chávez Vargas, Aldo Macías Marín, Eduardo Gómez Bañuelos; actores invitados: Heriberto Béjar, Concepción Macías; fotografía: Carlos Guemer.


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esde mi experiencia, el teatro ha sido un viaje que no ha terminado su trayecto, se mantiene ahí, latente en sus ficciones y su velocidad efímera pasa frente a nosotros centelleando desde diferentes lados, para luego perderse entre túneles oscuros donde aparecen repentinos asomos, con nuevos vagones, con nuevas historias cada vez y sólo algunas como Hacer la tumba se vuelven una fotografía viva que logra adentrarse en la zona más honda de nuestro ser causando vértigo. He participado en la creación escénica como actor y luego como director desde hace más de treinta años, y cada vez me sorprenden las diferentes vertientes a donde nos puede llevar nuestro teatro cuando la obra se enfrenta a un público ávido de resolver su estado cotidiano en algo que disuelva su tedio y entonces, al estar ahí, éste reacciona ante el objeto artístico confrontándose, conmoviéndose y juntos todos en ese momento único, van creando situaciones que en algún momento harán que alguien del público vea lo que en la realidad no ha podido ver y tal vez cambie en algo su vida. A la manera de un microcosmos, Daniel Serrano retrata el pequeño mundo de un poblado norteño que descubre las entrañas de México. Sus tentáculos de poder, sus habladurías, abusos y violencia, su gente inocente y voraz, su voz sencilla llena de secretos: Ramiro, el antihéroe de la historia contada en la obra Hacer la tumba, vive en carne propia el desasosiego de la vida al renunciar al olvido de Rosalba su mujer, la cual desapareció hace muchos años inexplicablemente y sin dejar rastro alguno. Los habitantes del pueblo se han encargado de olvidar la extraña desaparición de Rosalba sin hacer nada al respecto, siendo cómplices involuntarios de la impunidad y las acciones cometidas por las autoridades de la localidad. El pueblo insiste en hacerle ver a Ramiro a través de historias que lo consuelen de la incertidumbre, de inventos circunstanciales que maquillen su desánimo por no encontrarla o fantasías creadas de boca en boca para calmar su dolor y aliviar su honda pena contándole que la han visto, que oyeron noticias de ella o que han oído que se encuentra en lugares recónditos sin que él pueda obtener información fidedigna sobre el paradero. Todos los pobladores insisten en apagarle la idea de que algún día ella va a volver o aparecerá en la puerta de la tienda de abarrotes que puso él mismo con la idea de esperarla, como si nada hubiese pasado. Los candidatos a la presidencia municipal del lugar enrarecen la atmósfera electoral con la muerte de uno de ellos para obtener la candidatura. La esperanza de Ramiro es latente, lleva más de diez años pensando que ella regresará, y al parecer, ella nunca vuelve. Es aquí donde Serrano, nos presenta una ficción que nos pregunta en su entramado –entre otras cosas– si somos capaces

Heriberto Béjar y Eduardo Gómez Bañuelos

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A RT E S E S C É N I C A S

Concepción Macías

de olvidar a nuestros desaparecidos,1 a los que nunca más supimos de ellos, pues no sabemos a dónde se fueron o se los llevaron, en dónde está su cuerpo con vida o sin vida, su alma, quizá. Por desgracia nuestra realidad está llena de desapariciones sin explicación alguna. Tantas han sido ya, no obstante, como todos los lamentables sucesos que ocurren día con día en nuestro contexto, olvidamos muy pronto (como los pobladores de la obra de Serrano). La realidad presentada por el autor en su obra pareciera menor en proporción al espectáculo del horror y desamparo de los desaparecidos en esta reali1

Los desaparecidos en estos seis años se aproximan a, o superan, las cifras producidas en otros países en conflicto, y en un mayor marco temporal: “Durante el sexenio de Calderón y como resultado de su guerra contra el narcotráfico, 25 276 personas adquirieron la imprecisa categoría de ‘desaparecidas’. Son 25 276 seres humanos que oficialmente no están vivos ni muertos. Simplemente no están”, publicó Proceso (Hernández, 30 de diciembre, 2012, 7), teniendo en cuenta la base integrada de personas no localizadas y el informe de todas las procuradurías del país presentado el 17 de julio de 2012.

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dad. ¿Es entonces relevante hacer una obra cuando la realidad rebasa la ficción? ¿Realmente el espectador se siente confrontado(a) ante el suceso de la ficción cuando la realidad es imperante y contundente con nosotros? Daniel Serrano recrea un texto que a pesar de que ocurre en un contexto del norte del país, toma una dimensión más concreta al reconocernos todos en cualquier pequeño poblado de México, o al menos alguno latinoamericano, es decir que el evento se magnifica y podemos observar su amplio aliento. Definitivamente la obra es importante y necesaria en estos tiempos de crisis donde el tema cobra sentido y lo vuelve totalmente actual. La obra habla por sí sola al mostrarnos el dolor humano; la dimensión trágica del personaje central recrea un mundo desarticulado donde se rompe el sentido del orden establecido. Podríamos pensar que de la misma manera se articula en estos momentos nuestra realidad, sin embargo, el dramaturgo apunta desde un sentido poético varios asuntos que nos hacen pensar en cómo representar la ausencia, como “dar presencia a lo que no es del orden de la presencia”. ¿Cómo evocar las ausencias?


Concepción Macías,  Aldo Macías Marín y Eduardo Gómez Bañuelos

La realidad siempre será contundente, sin embargo, hay espacios de oscuridad que la realidad nunca podrá tomar y es ahí donde se abre la luz de la ficción. La realidad es imponente y nunca podremos hacer nada contra ella, pues su dimensión es enteramente contundente de tal manera que termina asfixiando cualquier tipo de artificio, sin embargo, considero que no en su totalidad; la imaginación y la poesía, pueden abrir mundos alternos donde la realidad se trastoca, como Daniel Serrano lo hace con su obra. Es así como podremos observar quizá en alguna lectura o representación de la obra del autor mencionado que el espíritu poético de Hacer la Tumba enaltece el recuerdo de algún desaparecido de este mundo, pues el objeto artístico, en este caso la obra escrita o representada, puede situarse en un espacio superior al de la realidad Serrano logra mostrarnos un texto con una historia clara, sencilla, enigmática, contemporánea, dolorosa y desértica, un mundo que pareciera alejado de lo real. Sin embargo, hablar del complejo mundo mexicano no es nada fácil y logra, con su imaginario,

dotar de expresión artística una historia campirana llena de dolor, sí, pero también de aliento y de esperanza. Daniel, el artista, acude éticamente a la palabra en su ficción sin recurrir a la denuncia explícita o didáctica, plasmando creativamente íconos representativos de nuestra cultura que nos llevan a reflexionar sobre nuestro devenir. El objeto artístico es un receptáculo de la memoria y cumple la función de no olvidar y recordarnos siempre quiénes somos. Hacer la tumba se vuelve una fotografía viva que logra adherirse en la zona más honda de nuestro ser, causando vértigo... Hoy que nuestro país se ha vuelto un cementerio lleno de fosas pestilentes donde aparecen también cuerpos, pero sin nombre, sin identidad. Siguen siendo desaparecidos. El teatro es siempre una crónica del tiempo. No renunciemos a las ficciones que abren mundos sobre estos temas. La realidad es terrible, pero el sueño escrito puede seguir diciendo muchísimo como consigue Hacer la tumba, ahora más que nunca.

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Es más que jazz, es música

entrevista con John Medeski “No hay que explicar la música”, nos dice John Medeski, “hay que escucharla”. Este músico nacido en Louisville, Kentucky, considerado uno de los valores más relevantes de la escena actual del jazz, es entrevistado por Parteaguas al término de su concierto en el teatro Víctor Sandoval, donde se presentó como invitado del grupo A Love Electric.

John Medeski, fotografía de Michael Bloom


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stoy acostumbrado a las entrevistas”. Esa es la primera frase que suelta John Medeski tras el concierto en el teatro Víctor Sandoval en el que estuvo como pianista invitado de la genial agrupación A Love Electric; un concierto en el que el free jazz, combinado con otros muchos elementos del trío, ganó con las texturas armónicas y melódicas del pianista y tecladista. Groovy es una etiqueta que se puede leer en muchos de los comentarios y las críticas sobre Medeski desde que formaba parte del grupo Martin, Medeski and Wood (mm&w), un grupo con el que el jazz llegó a otros públicos más cercanos al rock, al pop o, incluso, al hip hop. “No me interesan las etiquetas. Amo la música. Cuando empezamos con el grupo queríamos tocar música. Es la gente la que le pone etiquetas. Para la gente a la que le gusta el jazz éramos un grupo de rock. A los que les gusta el rock les parecemos un grupo de jazz. Creo que groovy está bien. Mejor que otras”. Sin embargo se incomoda más cuando le citamos palabra por palabra la definición del grupo que da Wikipedia: “una banda de jam avant-jazz funk”. “Eso son muchas palabras. La música es su propio lenguaje. Como humanos intentamos categorizar las cosas para entenderlas, pero la música está más allá de las palabras. Si la gente necesita palabras para etiquetar una banda es su problema”. Le repetimos las palabras de la enciclopedia universal y él concluye: “No hay que explicar la música. Hay que escucharla”. Una de las cosas que asombra a quien se acerque a la música de Medeski es su capacidad para pasar del funk y el jazz, con su trío o en solitario, a músicas mucho más arriesgadas o experimentales. ¿Cómo se siente dentro de esa variedad? “Mi música, la música que hacemos, está a mitad de todo”. Y precisamente ese estar a mitad de todo es lo que dispara la siguiente pregunta. mm&w puso el jazz en el mainstream, lo acercó a otros públicos, ¿cómo se siente haber sido parte de ese nuevo resurgimiento? “No lo sé. Es un milagro. Quizá sea por los ritmos. Están más cercanos a la música popular, al funk, que al jazz”. La fecha clave para ese acercamiento a un público más orientado al rock fue 1995, cuando abrieron para Phish en el Madison Square Garden. Le preguntamos si se acuerda. “Por supuesto. Fue noviembre del 95. Ese fue el concierto que nos lanzó a la fama, al mainstream”. Medita un momento. “Quizá lo fue. Phish no era mainstream. Phish era grande pero no en el sentido de la industria. Ellos, como los Grateful Dead, lo hicieron al margen de la industria. Solían poner nuestro cd antes de sus conciertos. Eso hizo que mucha gente nos conociera”. Y aunque puede que ese fuera el momento decisivo, ya llevaban haciéndolo mucho tiempo, apunta, “estábamos de gira a todas horas y tocábamos con bandas de rock y de pop. También le abrimos a mucha gente, como A Tribe Called Quest o a la Dave Matthews Band”. Venimos de un concierto en el que ha sido músico invitado.

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Fotografía de Gustavo Sifuentes

Fotografía de Gustavo Sifuentes

John Medeski con el grupo A Love Electric en el 6to Festival de Jazz,  Aguascalientes, 2014

¿Cuál es la diferencia entre ser parte de un grupo y tocar con un grupo? “Cuando eres parte de un grupo tienes que crear la música, una música que es tuya. Tocar con un grupo es ajustarme a hacer mi parte para conectarme con otros seres humanos en una energía. Cuando la banda es tuya es tu música”. Y de todas esas colaboraciones le preguntamos qué ha aprendido de los otros y que han aprendido ellos de él. “Contesto primero la segunda. No sé qué han aprendido ellos de mí. Mi meta es hacer lo mío y entrar a la música del otro. Encontrar un modo de adecuarme a la música que funcione y al mismo tiempo hablar por mí mismo”. ¿Y hay distinciones para colaborar, hip hop, jazz, pop, rock? “Siempre he tocado todo tipo de música, desde pequeño. La música es buena sin importar el género”. ¿Y eso aplica también para las versiones que elige tocar? “Me gusta tocar música, tocar todo tipo de música”. Medeski tocó, como invitado y como parte de la miríada de grupos que conforme a lo que demanda la música va formando, con el líder las agrupaciones más arriesgadas de la música contemporánea, John Zorn. ¿Cómo fue la experiencia? “Adoro a John Zorn. Tuve la suerte de que me invitara y al final nuestros horarios empataron. Es una gran persona y una gran fuerza musical inspiradora”. Y del riesgo a una canción que los hizo famosos, la versión de “Smells like teen spirit” de Nirvana. “Nunca lo pensamos como un movimiento comercial. Hemos hechos más relecturas de clásicos populares como “Hey Joe”. No sabía que nos hubiera acercado a otra audiencia. Son grandes canciones y queríamos hacerlas a nuestra manera. Cada vez que escogemos un cover es de una canción que nos gusta”.

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Y hablando de canciones de otros le preguntamos por la elección de su primer disco en solitario. “Amo a Willie Nelson. Es muy difícil hacer una canción de Willie Nelson al piano y lo intenté de mil maneras hasta que la encontré. De hecho la canción es una de mis piezas favoritas de él”. En ese disco Medeski utiliza todo tipo de instrumentos de teclado: un piano acústico, un Hammond B3, una melódica, un mellotron, un Moog Voyager, un Wurlitzer 7300, el mismo con el que tocó esa noche, un Vox Continental, y un sintetizador Yamaha CS-1 Synthesizer (un “juguete para niños”) y, por supuesto, cuando toca el piano, un Steinway. ¿Cómo elige cuál usar? “La música es sonido; la creación del sonido, la organización de ese sonido, la manipulación del sonido, el tocar ese sonido. Por eso es importante que cada teclado dé el sonido perfecto para cada canción. Decido el teclado que uso durante la canción, mientras va creciendo. Es una elección que tiene que hacerse como parte del sonido. De cada instrumento que toco me interesa el sonido. Por eso uso tantos instrumentos, porque cada sonido es bueno. No lo decido al principio. No tengo ni idea de cómo lo elijo. Cada canción pide el suyo”. En las entrevistas de presentación de su disco en solitario declaró “tengo un disco más ecléctico en mente”. Le preguntamos por el significado que tiene para él la palabra ecléctico. “El disco que hice es variado porque es música. Escribí un montón de música que no entraba en el trío. Eclético es variado”. Le pedimos que profundice. “Por ecléctico entiendo diferentes tempos, diferentes estilos, diferentes pianos. Toco diferentes tipos de música y eso hace que al reunirlas todas en un disco suene así”.


Medeski, Scofield, Martin y Wood

Pasamos a hablar de la industria. “No sé nada de la industria”, contesta sorprendido y se ríe cuando le aclaramos que nos referimos a la industria musical. Y dentro de ésta al hecho de que su primer disco como solista haya salido en Okeh Records. Lo que lo hace significativo es que sea una división de Sony Classical que, después de haber grabado a los grandes del jazz en los años veinte y treinta, cerró y eligió para su relanzamiento el disco de Medeski. ¿Cómo se siente por esa elección? “Me siento estúpido”. Esperábamos que contestara orgulloso, feliz. Se corrige. “Honrado; así me siento. No me siento el elegido para este relanzamiento del sello. Escuché que alguien se estaba mudando a Sony Records y le mandé el cd con las

demos y entonces me llamaron de allí. Y me siento honrado”. Nos permite una última pregunta. “Música como experiencia”, dicen las notas de su disco en solitario. Y se extiende. “La música tiene incluso sus horas. La música cumple muchas funciones para los humanos. La primera es sanar, como hacían los antiguos. Comunicar, viajar a otros sitios y, por supuesto, proporcionar placer. La música puede ser también un sustituto de la experiencia. Mejor dicho, es una experiencia. Ahora que hay miles de canciones por ahí flotando lo que quiero es que la gente se siente y se dedique a escuchar música. Quiero que mi música sea cualquier cosa para quien la escuche, excepto música de fondo. Hemos perdido el sentarnos y escuchar. Quiero que sea la banda sonora de la vida de alguien, la música como parte del mundo. Oyen música pero no la escuchan. La gente tiene que aprender a escuchar la música”.

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La danza folclórica mexicana en el ica

ALFREDO XICOTÉNCATL GARCÍA ROBLES

En este artículo Alfredo Xicoténcatl García Robles hace un recuento histórico de las transformaciones que dieron origen a la Escuela de Danza del Instituto Cultural de Aguascalientes, en 1988, desde los días de la primera escuela artística moderna de la ciudad: el Conservatorio de Música, creado en 1945. Gracias a la visión de varios funcionarios, a la participación entusiasta de los maestros y a la eficiente gestión de varias administraciones, la oferta educativa en el ámbito artístico aguascalentense es hoy más diversa que nunca.


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l Instituto Cultural de Aguascalientes (ica) es actualmente la instancia encargada de dirigir la política cultural oficial del estado. Es asimismo la institución dedicada a la promoción, difusión y enseñanza académica de las artes, por medio de sus escuelas, centros culturales y casas de la cultura, entre otras dependencias. La política cultural del estado y el Instituto Cultural de Aguascalientes no es fruto solamente de un hombre, y ni siquiera de una sola generación. Sería injusto y gravoso para la memoria de la comunidad considerarlo así. Es fruto del esfuerzo, el empeño y la generosidad de varias generaciones que nos antecedieron a lo largo de por lo menos seis décadas.1 Aunque somero, un repaso se hace necesario. El 26 de abril de 1945 nace, en el local ubicado en Primo Verdad 34, el Conservatorio de Música, promovido por la Asociación Civil “Pro-Arte” y subsidiado por el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Aguascalientes.2 Al año siguiente, el 3 de marzo de 1946, se publica en el Periódico Oficial la Ley Constitutiva de la Escuela de Música “Manuel M. Ponce”. Ya para 1948, en su Cuarto Informe, el ingeniero Jesús M. Rodríguez presenta algunas cifras sobre el alumnado de la Academia de Bellas Artes (aba) entre las que destaca: “La cátedra de danza y baile (sic) regionales tuvo un promedio de asistencia de 90 a 100 alumnas”.3 Por primera vez se hace referencia a la enseñanza de la Danza Folclórica Mexicana dentro de la Academia, cátedra que estuvo a cargo de la profesora María Teresa García Lozano. En octubre de 1949, en su penúltimo Informe de Gobierno, el ingeniero Jesús M. Rodríguez manifiesta que la Academia de Bellas Artes está constituida por la Escuela de Música, Danza y Canto “Manuel M. Ponce”, la Escuela de Pintura y Dibujo “Saturnino Herrán” y por la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.4 Durante algún tiempo la danza será parte de la Escuela de Música, situación que no cambiará hasta varios años después. El 30 de octubre del mismo año se publica en el Periódico Oficial la Ley Orgánica de la Academia de Bellas Artes. En dicha ley se establecen como finalidades de la Academia: la

Rionda Villagómez, Julieta. La formación de la Casa de la Cultura de Aguascalientes 1945-1985. Universidad de Guanajuato, 2004, p. 13. 2 Camacho Sandoval, Salvador y Suárez, Araceli. Bugambilias. 100 años de arte y cultura en Aguascalientes. 1900 - 2000, uaa, concytea, ica, 2010, pp. 82 y 83. 3 Rodríguez, Jesús M. Cuarto Informe de Gobierno, Gobierno del Estado, 1948, p. 59. Los documentos de la época sugieren que la palabra danza era utilizada para referirse a la danza clásica o ballet, mientras que la expresión bailes regionales se usaba para referirse a lo que actualmente conocemos de manera genérica como danza folclórica mexicana. 4 Rodríguez, Jesús M. Quinto Informe de Gobierno, Gobierno del Estado, 1949, p. 43. 1

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Academia de Bellas Artes, iii Informe de Gobierno. 1947. Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes, ahea

enseñanza, difusión e investigación artísticas.5 El Artículo 2°, por su parte, define las Escuelas que componen a la Academia como: Escuela de Música y Danza “Manuel M. Ponce” y Escuela de Dibujo y Pintura “Saturnino Herrán”, además de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.6 En 1957 el ingeniero Luis Ortega Douglas, al frente del Gobierno del estado, firma un Convenio con el inba por el cual se reorganiza la Academia de Bellas Artes, transformándose en el Instituto Aguascalentense de Bellas Artes (iaba). La intención estaba encaminada a una mayor injerencia del inba para ampliar los servicios culturales del estado, facilitando al mismo tiempo convenios para la capacitación del personal docente dentro y fuera del país. Para el sostenimiento del Instituto se acuerda asignarle un presupuesto con aportaciones federal, estatal y del propio Instituto. Se definen tres funciones del iaba: docente, promoción y de protección, y estímulo de la creación artística. Asimismo el Instituto se reestruc5

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Finalidades que en esencia se mantienen vigentes en la actual legislación del ica. Periódico Oficial, Tomo xiii, número 44, Secretaría de Gobierno, 1949, pp. 1 y 2.

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tura en cinco escuelas: Danza, Artes Plásticas, Música, Arte Dramático y Literatura.7 En el año de 1960 se nombra a la Profesora de Danza Marta Díaz Cárdenas “con el carácter de Titular, en lugar de Auxiliar”.8 Al retirarse el maestro Avilés en 1961, “continuó con las clases de Danza Clásica, Regional y Moderna, hasta 1969, la maestra Martha Díaz Cárdenas, quien tuvo la colaboración de la maestra Idelba Cornejo Ortega”.9 En 1967 el iaba vuelve a experimentar algunas transformaciones. En septiembre de ese año cambia sus instalaciones al antiguo edificio de la Escuela Federal Tipo, en la calle Venustiano Carranza, donde actualmente tiene sus oficinas centrales la Dirección General del ica. A partir de ese momento la institución es conocida como Casa de la Cultura. En esa misma década se integran al cuerpo docente del iaba dos de las figuras más notables de la danza en Aguascalientes: la maestra María Elena Cardona Velasco y el maestro José Luis Sustaita Luévano. La Instituto Aguascalentense de Bellas Artes (iaba), 1957. Cj. 690, Exp. 23, viii-b. ahea. 8 iaba, 1960, Cj. 747, Exp. 564, viii-c.1. ahea. 9 Carolina Castro, Op. cit. 7


María Elena Cardona Velasco. Colección particular de la maestra

maestra María Elena se dedicó principalmente a bailar danza clásica y, como maestra, a enseñar danza folclórica. Tuvo a su cargo los grupos de iniciación y de intermedios de danza clásica y el grupo de danza folclórica de avanzados.Uno de sus más destacados discípulos en el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana fue José Luis Sustaita Luévano, quien comenzó a trabajar en la Casa de la Cultura como maestro de danza folclórica mexicana entre 1967 y 1968.10 En 1974, por invitación del entonces Director de la Casa de la Cultura, el maestro Víctor Sandoval, llega el maestro Ramón Benavides Bravo quien, de 1975 a 1976, dirigió al lado del maestro José Luis Sustaita, el Grupo Folklórico de Aguascalientes, antecedente de la actual Compañía Estatal de Danza. A partir de septiembre de 1976 asume la dirección de dicho grupo, el cual cambia su nombre en 1979 por Grupo Aguascalentense de Danza Folklórica. El maestro Ramón Benavides deja la dirección del grupo en 1986, año en que se retira.11 Entrevista al maestro José Luis Sustaita Luévano por Alfredo Xicoténcatl García Robles. 25 de marzo de 2014. 11 Sustaita Luévano, José Luis. Preguntando se llega al rumbo... De los orígenes de la Compañía Estatal de Danza (ponencia), pp. 1 y 2. 10

Hacia la década de los años ochenta, la Casa de la Cultura era una institución en constante crecimiento cuyo funcionamiento requería de un nuevo marco jurídico. La dinámica que experimentaban algunos de sus departamentos, como el de danza, hacía que los espacios físicos fueran insuficientes. Ante tal situación el gobierno del estado, encabezado por Rodolfo Landeros Gallegos, decide reestructurar la Casa de la Cultura. El 3 de marzo de 1985 se publica en el suplemento al número 9 del Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Aguascalientes un decreto por el cual se crea el Instituto Cultural de Aguascalientes como un “Organismo de Administración Pública del Estado”.12 El Instituto Cultural de Aguascalientes representa la culminación de una serie de iniciativas, procesos y esfuerzos colectivos. Este ha sido hasta la fecha el último gran cambio estructural de esta Institución. A partir de ese momento el ica ha seguido experimentando, por supuesto, cambios internos y un notable crecimiento en su infraestructura. La danza folclórica mexicana, por su 12

Periódico Oficial. Tomo xlviii, suplemento al número 9, Secretaría General de Gobierno, 1985, pp. 1-4.

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Casa de la Cultura, fondo: Concurso de Fotografía Antigua.  ahea

parte, tampoco ha detenido su evolución dentro del Instituto, sin embargo, los hechos y los personajes de esta larga época de consolidación del ica, son los que han dejado su huella en las generaciones presentes. Prácticamente todos los actuales maestros de danza folclórica en Aguascalientes fueron formados por los maestros y maestras de esa época y, en algunos casos, como el maestro José Luis Sustaita, continúan con su labor. En 1988, el departamento de danza, caracterizado por su gran demanda, se transforma una vez más. La Escuela de Danza se creó con base en la necesidad de espacio que tenía el Departamento de Danza, siendo que el Departamento de Danza mantenía un volumen muy grande de cursos y alumnos y ya no era posible manejarlos en los espacios que tenía, que tenía asignado el Departamento en el edificio que hoy ocupa la sede de la Casa de la Casa de la Cultura de Aguascalientes, entonces, en ese tiempo, se, se desafectó un espacio que había estado siendo utilizado como Casa de las Artesanías en lo que, en los espacios que ahora ocupa el Teatro Víctor Sandoval y una especie de hospedaje que creó el Instituto Cultural de Aguascalientes con el nombre La Catrina, en los antiguos

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espacios de esa Casa de Artesanías que más tarde fue la primera Escuela de Danza.13 Una vez constituida la Escuela de Danza del ica, ésta se organizó internamente en tres coordinaciones: danza clásica, danza contemporánea y danza folclórica. La coordinación de danza folclórica a su vez incluyendo las disciplinas de danza española y danza folclórica mexicana. El interés que la Escuela de Danza ha tenido en la investigación, preservación, enseñanza y difusión de la danza folclórica mexicana, logró que en el año de 1992 se creara la carrera a nivel Técnico Medio de Instructor en Educación Artística con Especialidad en Danza Folclórica Mexicana, referente a nivel regional, en la enseñanza de esta disciplina. Algunos años más tarde, justificada por una necesidad de capacitación, se eleva el nivel de la carrera a Técnico Superior Universitario. Al paso del tiempo, la carrera de instructor comenzó a cobrar mayor relevancia e impacto a nivel local, regional y nacional. Ante una tendencia de los últimos años hacia la posibilidad de obtener un grado académico en una disciplina artística, el ica decide reestructurar sus programas de 13

Entrevista al maestro José Luis Sustaita Luévano. 25 de junio de 2014.


Maestro José Luis Sustaita, fotografía de Alfredo Xicoténcatl García Robles.

Grupo de danza folclórica en la Universidad de las Artes

Ramón Benavides Bravo. Colección particular del maestro José Luis Sustaita Luévano.

enseñanza creando, dentro de la Escuela de Danza, tres licenciaturas, en el marco de una nueva institución llamada Universidad de las Artes. Es así como en el verano de 2008 inician formalmente las actividades de la licenciatura en Docencia de la Danza Folclórica Mexicana, carrera diseñada bajo una modalidad semipresencial y cuyo enfoque, como su nombre lo indica, está dirigido hacia la preparación de profesionistas capacitados en la enseñanza académica de la danza folclórica mexicana. Actualmente la oferta educativa del estado en educación artística en general, y de danza folclórica mexicana en particular, se ha incrementado gracias a la labor de diversos centros culturales y de academias particulares, sin embargo, el impulso que le dieron a las artes y la cultura la Academia de Bellas Artes, el Instituto Aguascalentense de Bellas Artes y la Casa de la Cultura, antecedentes del Instituto Cultural de Aguascalientes, ha generado un espacio no sólo para la difusión, sino de manera muy importante para la enseñanza académica de la danza folclórica mexicana.

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Maribel Portela Flor del desierto Papel, mixta, 79 x 70 x 21.5 cm, 2013


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FAMILIAS DE HOY DIVERSAS, EN PROCESO DE ADAPTACIÓN OLIVIA SÁNCHEZ GARCÍA La familia como institución

©Zed Nelson

El aumento paulatino en el número de divorcios, el incremento de padres y madres solteras, los modelos alternativos de convivencia, la movilidad de personas y grupos, y la masificación de los valores de la cultura occidental posmoderna, han producido cambios significativos en la manera en que la familia, institución fundamental para la sociedad, se constituye y se convierte en lugar de producción de subjetividades portadoras de una mentalidad diferente a la de las generaciones anteriores.

La familia surge como grupo primario en el que se reproducen los patrones culturales en los individuos, contribuye a la organización y mantenimiento de la sociedad. Es considerada como una de las estructuras esenciales de la sociedad y se pertenece a la familia no por decisión individual, sino por haber nacido dentro de ella y aceptar sus reglas internas. Markovic, menciona que la familia posee una dimensión biológica encargada de establecer las relaciones sexuales para la producción de seres humanos; una dimensión psicológica, que se refiere a la educación de los hijos y a la formación y expresión de sentimientos entre padres e hijos y entre marido y mujer; y una dimensión económica que hace referencia a la solidaridad, a la protección de los miembros de la familia, a una organización y una división del trabajo.1 De acuerdo con Giddens, la familia es un grupo de personas directamente ligadas por nexos de parentesco, cuyos miembros adultos asumen la responsabilidad del cuidado de los hijos. La sociedad le confía a la familia la compleja y delicada tarea de la socialización primaria que es el proceso mediante el cual los niños aprenden las normas culturales de la sociedad en la que han nacido, por lo que la familia es el escenario más importante para el desarrollo de la personalidad humana y para generar la integración de los miembros nuevos a la sociedad.2 La familia es una entidad social que proporciona a los niños las primeras instrucciones Markovic, Mira. Sociología, Edamex, México, 1999.  Giddens, Anthony. Sociología. Alianza, Madrid, 2001.

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sobre las reglas sociales predominantes, moldea su carácter y les inculca modos de pensar y de actuar que se convierten en hábitos. Rocher agrega que en la familia se da la distinción entre adultos y niños, pero estos últimos no tienen la misma edad y este hecho constituye un elemento importante en la socialización: la psicología moderna ha evidenciado ampliamente la influencia que el rango de edad ocupado en una familia puede ejercer sobre la personalidad. Como microcosmo social, la familia evidencia la diferenciación de los roles sociales en función de la diferenciación de las posiciones y funciones de cada miembro. Cada progenitor y cada hijo accede a su rol de una manera que le es propia y esto varía de una sociedad a otra y de una clase social a otra.3 A lo largo del tiempo esta institución se ha transformado en su estructura, en su organización y tamaño. En las últimas décadas, con el arribo de la globalización y la modernidad, las transformaciones en las pautas familiares son tales que serían inimaginables para generaciones anteriores, dando paso a una diversidad en cuanto a los tipos de familias y hogares, que se fundan generalmente a partir de la procreación y crianza de los hijos asumiendo formas muy diversas; en algunas predomina la consanguinidad y en otras la habitación compartida. Con la modificación de la estructura y de las funciones de la familia y en consonancia con la aceleración de esa transformación, el estatus de la mujer también se modifica, ahora ella puede encontrar un empleo fuera del hogar, contribuye a la economía familiar, al mismo tiempo comparte la crianza y educación de los hijos. Ante todas estas transformaciones, algunos sociólogos consideran que no se puede hablar de la familia en singular, como si solo hubiera un modelo de vida familiar, es más razonable hablar de familias, porque refleja la diversidad de sus manifestaciones, dando lugar a grandes transformaciones en los tipos de familia.

Tipos de familia Para comprender la evolución de la familia es necesario considerar las pautas familiares en el 3

Rocher, Guy. Introducción a la Sociología General. Herder, Barcelona, 2002.

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Durante la jornada de bodas colectivas de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual (lgbttti), parejas homosexuales contrajeron matrimonio en el Museo de la Ciudad de México, 2009.

contexto de un mundo que cambia rápidamente; ahora los individuos se enfrentan a varias opciones relacionadas con la construcción, adaptación, mejora o disolución de las uniones con los demás, a lo que hay que añadir que en estas relaciones interactúan muchos más elementos que antes. La diversidad en los tipos de familia se fundamenta en varias cosas: • el aumento del número de divorcios • el incremento de la paternidad y maternidad en solitario • la aparición de familias reconstituidas • las parejas homosexuales, familias elegidas a) Aumento del número de divorcios en los últimos años. En 1980 por cada 100 matrimonios había 4 divorcios; en 1990 y 2000 esta cifra se elevó a poco más de 7 divorcios, para 2005, el número de divorcios por cada 100 matrimonios fue de casi 12 y en 2012 fue de 17 divorcios.4 b) Incremento de la paternidad y maternidad en solitario. Las familias monoparentales son cada vez más comunes, una gran mayoría son el resultado de una separación o divor4

Estadísticas de Matrimonios y divorcios. Recuperado de: http://www3.inegi.org.mx/ sistemas/biblioteca/detalle.aspx?c=265&upc=702825470500&s=inegi&tg=26&f=2&pf=Prod&ef=00&cl=0.

inegi.

En las últimas décadas con el arribo de la globalización y la modernidad las transformaciones en las pautas familiares son tales que serían inimaginables para generaciones anteriores


Fotografía de Ronaldo Schemidt

En el 2010 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (scjn) validó el derecho que tienen los matrimonios gais a adoptar menores en el Distrito Federal

La familia ha existido siempre y existirá mientras haya seres humanos, independientemente de las distintas formas y estructuras que pueda asumir

cio; otras, de madres solas que nunca se han casado, y unas cuantas que optan por criar solas a los hijos. c) Familias reconstituidas. Algunas parejas cuyos miembros celebran su segundo matrimonio llevan a vivir con ellos a uno o más hijos de la relación anterior. En algunas de estas familias puede que nazcan hijos dentro del nuevo matrimonio. A estas uniones se les reconoce como familias reconstruidas, las cuales presentan algunas ventajas, pero también algunas dificultades como el padre o madre biológica que vive en otra parte, cuya influencia posiblemente sea fuerte, además, las relaciones de cooperación entre las parejas que se divorcian muchas veces se ponen a prueba cuando uno de los dos o ambos vuelven a casarse, además de que se mezclan niños con diversas expectativas de comportamiento. d) Parejas homosexuales, familias elegidas. Como no hay mucha aceptación del matrimonio entre los homosexuales las relaciones entre gays y lesbianas se basan en el compromiso personal y en la confianza mutua. Muchos de los rasgos tradicionales de las relaciones heterosexuales (el apoyo y cuidado mutuo, la responsabilidad cuando hay una enfermedad, la conjunción de los recursos económicos, etc.) se están integrando en las familias elegidas.

Reflexiones finales La familia ha existido siempre y existirá mientras haya seres humanos, independientemente de las distintas formas y estructuras que pueda asumir. La maternidad por propia elección es adecuada solo para algunos casos, aquellas madres solteras que poseen suficientes recursos para salir adelante satisfactoriamente. Para la mayoría de las madres solteras o de las que no se han casado nunca, la realidad es una alta correlación entre la tasa de nacimientos fuera del matrimonio y los indicadores de pobreza y marginación social. En las familias reconstituidas los hijastros al pertenecer a dos hogares, hay una alta probabilidad de que exista un choque de hábitos y perspectivas, teniendo como resultado que los miembros de estas familias desarrollen sus propias formas de ajustarse a la nueva situación en que se encuentran. Finalmente se debe resaltar el hecho de que la diversidad de la familia debe ir acompañada de un análisis sociológico que facilite la comprensión de las mutaciones que están temiendo lugar en el nivel social global.

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HOMOPARENTALIDADES: LA FAMILIA COMO ESPACIO DE RECONOCIMIENTO KARINA BÁRCENAS BARAJAS

Familias homoparentales

La homoparentalidad es expresión de un cambio radical en dos de las instituciones en las que, por tradición, se fundamenta la sociedad: la familia y el matrimonio. En este texto se plantea cómo la reconfiguración y resignificación de estas dos instituciones se entreteje con la dinámica de la sociedad contemporánea, plural y diversa, para la construcción de distintas políticas de reconocimiento en las que se garantice la legitimidad e igualdad de derechos para todas las identidades sexuales y de género. 46

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Hace cinco años nació Luciano, encontró una familia en Eduardo y Josué, sus padres, quienes tienen más de 10 años de relación. Eduardo es el hijo mayor de una familia católica integrada por su papá, su mamá y sus dos hermanos. Les ha costado trabajo aceptar que uno de sus hijos es homosexual, especialmente a su padre. Eduardo explica esta dificultad por el hecho de que su padre vivió en un tiempo muy distinto al actual. Además a sus padres les ocasiona una gran presión lo que piensen o digan las personas que están a su alrededor. De acuerdo con Eduardo: “el primer comentario que llegó fue de doña María, que es de las más católicas: ‘dijo el señor cura que están en pecado ustedes también porque están permitiendo que en su casa vivan en esta situación’, y pum ya se ofuscaron, se aceleraron”. Para Luciano no resulta conflictivo tener dos papás en lugar de papá y mamá. Ante las preguntas sobre por qué tiene dos papás responde: “porque cuando uno se cansa el otro juega conmigo y eso no lo tienes tú”. Aunque directamente en la estructura de la familia de Eduardo no hay mujeres Luciano tiene la imagen materna de sus dos abuelas, principalmente la madre de Eduardo, ya que por la cercanía con su lugar de trabajo tanto él como Luciano pasan tres días por semana en casa de sus padres en un municipio cercano a Guadalajara, donde formó su hogar con Josué y donde radica el resto de la semana. Este arreglo también le permite realizar durante el fin de semana su tratamiento de quimioterapia, a causa de las secuelas de un cáncer que manifestó hace tiempo. Eduardo señala: Nuestros tiempos tratamos que sean de calidad, con comunicación, en concordia. Por conveniencia estamos martes, miércoles y jueves al cien

Para Luciano no resulta conflictivo tener dos papás en lugar de papá y mamá


En primer lugar los dos somos hombres. Aquí no hay que la mamá y el papá. Los dos estamos en la misma frecuencia. Y como pareja significa parejo, estamos igual. Pero debemos cumplirlo. Por lo tanto, si yo doy una orden aunque Josué me diga: “pero mira que el niño...”, ambos debemos respetarlo. Como cuando él dé una orden y a mí no me agrade también la voy a tener que respetar.

Bar Stonewall Inn en Nueva York

La revolución sociocultural de 1968 a la par que la pluralización de las sociedades contemporáneas y el desarrollo de una cultura global fueron el escenario de la reivindicación de diversas minorías raciales, étnicas y también sexuales

por ciento con mis papás, porque son de los días más pesados para Josué, y las quimios procuro que me las den los fines de semana. Los lunes yo me voy a trabajar temprano, Josué se queda porque ese día no trabaja; entonces el lunes es de ellos dos; brincan, saltan, juegan, se acuestan a dormir, se van al parque, se van al cine, se van de compras, lo que quieran. Yo salgo de trabajar a las cuatro de la tarde y ya me están esperando para irnos a comer o bien para darnos una vueltita. Después nos lleva a la casa de mis papás, nos instalamos y ya Luciano inicia su vida con los abuelos y con la familia de los papás de su papá Eduardo. No sé qué es lo que pase con los niños, hasta ahorita no me he puesto a estudiarle o a leerle, pero parece como que cuenta los días y ubica que es viernes, “¡ay! ya nos vamos a ir con mi papá Josué”, dice, o marca “Josué” el jueves en el calendario y dice “ya mañana voy”, y apenas tiene tres años.

En el rol que han asumido como padres Eduardo es quien en mayor medida se encarga de la disciplina mientras que Josué es más consentidor, más tolerante, lo que les ha ocasionado enfrentamientos respecto a las diferentes maneras de ejercer su autoridad como padres, como educadores y formadores de un niño. No obstante, tienen muy claro que por ser una pareja de hombres, a diferencia de las parejas heterosexuales, están en igualdad de condiciones en su rol como papás. Eduardo explica:

A Eduardo (de 34 años) y a Josué (de 40 años) les gustaría ser padres de otro niño por lo que, de decidirlo, Josué sería el padre biológico del hermano de Luciano. En México el Estado y la Iglesia Católica legitimaron la familia nuclear, formada por papá, mamá e hijos, como el modelo de familia a seguir, circunscribiendo el matrimonio civil y religioso a la unión entre un hombre y una mujer. Sin embargo, la trayectoria familiar de Eduardo revela que las instituciones sociales no son estáticas, por lo que el matrimonio y la familia, en tanto instituciones, han sido reconfiguradas y resignificadas por las identidades sexuales y de género no heterosexuales, que han resquebrajado la moral heteronormativa a través de la cual las instituciones religiosas y políticas, con un poder hegemónico, edificaron una visión “legítima” del mundo, en la que la heterosexualidad se erigió como la norma, excluyendo todo lo que saliera de ella. La revolución sociocultural de 1968 a la par que la pluralización de las sociedades contemporáneas y el desarrollo de una cultura global, fueron el escenario de la reivindicación de diversas minorías raciales, étnicas y también sexuales. En la década de 1970, en el marco de los disturbios en el bar Stonewall Inn, en Nueva York, a causa de una redada policial que perseguía homosexuales, surgieron en distintos lugares del mundo las marchas del orgullo homosexual y con ello el Movimiento Lésbico, Gay, Bisexual y Trans (lgbt) en el que convergen muchas de las identidades no heterosexuales. En México, la Primera Marcha del Orgullo Homosexual se realizó en junio de 1979. La segunda mitad del siglo xx también marcó el inicio de un periodo que se caracterizó por un replanteamiento, desde el campo científico, de las formas en las que se entendían las prácticas no heterosexuales, como la transexualidad

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Marchas del Movimiento Lésbico, Gay, Bisexual y Trans (lgbt), en Nueva York.

y la homosexualidad, sobre todo desde los campos de la psiquiatría y la psicología. En 1973 la American Psychological Association (apa) dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental, lo que a su vez implicó otras perspectivas desde las cuales construir, vivir y analizar las identidades homosexuales, mientras que en 1990 la oms excluyó la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades (icd, en inglés). La lucha de las identidades no heterosexuales, como las homosexuales, por reacomodar su lugar en el mundo, en las relaciones sociales, reconfigurando y resignificando las prácticas que definen las instituciones sociales, religiosas y políticas a través de la conformación de una familia y del acceso al matrimonio, ha ocurrido en el marco de la secularización de la moral y la cultura, ya que aun cuando de acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (inegi) el 83.9% de los mexicanos son católicos, sus percepciones morales develan un cambio religioso sin que esto implique un cambio de adscripción. De acuerdo con los resultados de la “Encuesta sobre Opinión Católica 2010” 68% de los católicos está de acuerdo con el derecho de todas las personas, incluyendo homosexuales y lesbianas, a vivir libremente su sexualidad, lo que revela que la posición de la mayoría de los católicos es, en gran medida, contraria a la

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Primera Marcha del Orgullo Homosexual en la Ciudad de México, junio de 1979

postura homofóbica que se propaga desde la jerarquía católica. También siete de cada diez católicos (73%) “apoyaría de manera decidida a la jerarquía católica si ésta promoviera los derechos humanos al interior de la propia Iglesia, cambiando su posición tradicional al respecto” (Católicas por el Derecho a Decidir, cdd).1 Las percepciones de los católicos también muestran un consenso sobre el respeto del Estado laico en México, ya que siete de cada diez católicos (70%) no están de acuerdo con que los ministros de culto ocupen cargos de elección popular. Además, 67% dijo tampoco estar de acuerdo en que la Iglesia Católica pueda opinar sobre asuntos políticos. En torno a los derechos sexuales y reproductivos 82% de los católicos encuestados “opinó que el Estado debe continuar garantizando el derecho de las personas a decidir de manera libre, responsable e informada el número y el espaciamiento de sus hijos”. Además, siete de cada diez católicos (71%) manifestaron su apoyo a que se permita a la feligresía utilizar cualquier método anticonceptivo para prevenir el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (vih) y el Síndrome 1

Católicas por el Derecho a Decidir. Encuesta sobre Opinión Católica 2010, recuperado de (http:// www.catolicasmexico.org/ns/publicaciones/doc_details/174-encuesta-de-opinion-catolica-en-mexico-2010.html), 2011.

68% de los católicos está de acuerdo con el derecho de todas las personas, incluyendo homosexuales y lesbianas, a vivir libremente su sexualidad, lo que revela que la posición de la mayoría de los católicos es, en gran medida, contraria a la postura homofóbica que se propaga desde la jerarquía católica


Católicas por el Derecho a Decidir, cdd

de Inmunodeficiencia Adquirida (sida) (70%). Sobre la diversidad sexual, el 57% de los católicos dijo apoyar la idea de que el Estado garantice el respeto a la vida pública y privada de lesbianas y homosexuales. Aun cuando el panorama presentado muestra una ruptura con las posiciones conservadoras asumidas desde la jerarquía católica en torno a la moral sexual, también deja ver la existencia de un amplio porcentaje de católicos que está de acuerdo con una moral heteronormativa que rechaza otras identidades, como las homosexuales. Esta perspectiva también se expresa en los resultados de la “Encuesta nacional sobre discriminación 2010” (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, conapred)2 en la que se señala que cuatro de cada diez mexicanos no estarían dispuestos a permitir que en su casa vivieran personas homosexuales, mientras que tres de cada diez afirman lo mismo para las personas con vih-sida. Desde la perspectiva de los homosexuales el principal problema que enfrentan es la discriminación, “así lo confirman ocho de cada diez personas homosexuales de entre 50 y 54 años, siete de cada diez de entre 30 y 34 años y entre 40 y 44 años, y cuatro de cada diez entre 15 y 29 años y entre 35 y 39 años”. 2

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2010. Resultados sobre diversidad sexual, recuperado de (http://www.conapred.org.mx/userfiles/files/Enadis-2010-DS-Accss-001.pdf), 2011.

Históricamente la monogamia, la heterosexualidad y la procreación han constituido la base moral tanto del matrimonio civil como del religioso. Sin embargo en los últimos años, en algunos contextos, se ha logrado la ampliación de este derecho hacia otras identidades, como las homosexuales, alentando cambios en dos sentidos diferentes: en el caso del matrimonio civil, en el respeto y garantía de los derechos civiles por las instituciones políticas del Estado, y en el caso de matrimonio religioso, la legitimidad moral que se traduce en una legitimidad para habitar instituciones sociales como la familia, con un énfasis en el amor de pareja homosexual y en el placer, más que en la indisolubilidad del vínculo matrimonial. En marzo de 2014 se cumplieron cuatro años de que en la Ciudad de México se aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo a partir de la modificación del artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal, que definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Desde entonces se han realizado “3420 uniones entre personas del mismo sexo, 1336 de mujeres lesbianas y 2084 de hombres homosexuales”.3 En los últimos años las consignas por la ampliación del derecho al matrimonio crecieron en todo el país y ha sido a través de amparos otorgados por jueces federales, bajo el argumento de la vulneración del derecho a ser tratado en igualdad y sin discriminación, que los registros civiles de estados como Sinaloa, Chihuahua, Oaxaca, Yucatán, el Estado de México, Colima y Jalisco se han visto obligados a realizar las uniones matrimoniales de parejas homosexuales. Por su parte, en el estado de Quintana Roo los matrimonios entre personas del mismo sexo son permitidos debido a que su código civil habla de “personas” y “conyugues” sin indicar el género, como sucede en el resto de los estados de México. Asimismo, tienen lugar otras figuras legales que permiten la unión de parejas del mismo sexo, sin el estatus legal y social del matrimonio, como los “enlaces conyugales” aprobados en julio de 2013 en Colima y el Pacto de Solidaridad en Coahuila, aprobado en 2007 pero que en 3

Notiese. “Celebran cuatro años de matrimonio universal en Ciudad de México”, en Notiese, recuperado de (http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_ id=7298), 2014.

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La aprobación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para modificar el artículo 58 del Código Civil permitirá que las parejas homoparentales también elijan libremente el orden de los apellidos de sus hijos

Manifestación de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, icm

febrero de 2014 planteó una modificación importante al permitir la adopción por parte de estas parejas. Una conquista más ocurrió con la aprobación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para modificar el artículo 58 del Código Civil con la que los padres podrán elegir de manera libre el orden de los apellidos de sus hijos, sin seguir el esquema en el que el paterno tiene prioridad sobre el materno. Esta medida permitirá que las parejas homoparentales también elijan libremente el orden de los apellidos de sus hijos, y en el caso de las parejas conformadas por mujeres evitará que, como sucedía anteriormente, se le de prioridad a la madre gestante, por lo que si estas parejas tenían un segundo hijo en el que la madre gestante era la otra integrante de la pareja, los hijos quedaban con los apellidos inversos. A esta pequeña cronología de batallas ganadas en el acceso al matrimonio igualitario (del cual es indudable su centralidad y necesidad para la garantía de derechos en igualdad) es necesario sumar el peso que desde la década de 1980

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tuvieron las Santas Uniones, ritual de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (icm), la primera iglesia cristiana que surgió para la diversidad sexual en el año de 1968 en Los Ángeles California (Estados Unidos) y que en México tiene presencia desde 1980. Con las Santas Uniones de la icm se unió en matrimonio religioso a una gran cantidad de parejas del mismo sexo cuando su derecho al matrimonio civil todavía les era negado. En ciudades como Guadalajara, el Distrito Federal, Cuernavaca y Monterrey, donde esta iglesia tiene presencia desde hace años, se realizan estas uniones matrimoniales al mismo tiempo que se resignifica la presencia y el rol de las identidades no heterosexuales en las iglesias, ya que se genera un espacio de inclusión religiosa en el que otras identidades sexuales y de género tienen cabida. A la icm se han sumado otras iglesias que surgen para las identidades no heterosexuales y que retoman su pertenencia religiosa judía, mormona, evangélica o católica, aunque


Matrimonios homosexuales en Jalisco, 2013

carezcan del reconocimiento de las iglesias hegemónicas. También han tomado visibilidad las iglesias inclusivas, es decir, aquellas que aun cuando no surgen específicamente para las identidades disidentes de la normatividad sexual plantean distintos niveles de inclusión con ellas en grados que van desde pertenecer a la feligresía con su pareja, tener acceso a un ritual de bendición de pareja o a la celebración de algún ritual matrimonial en igualdad con las identidades heterosexuales. Un caso emblemático de esta inclusión radical en la que las identidades sexuales y de género heterosexuales y no heterosexuales tienen acceso a los mismos derechos se ubica en las comunidades judías adscritas al judaísmo reformista, como la Comunidad Brit Brajá que tiene presencia en Ciudades como Guadalajara y el Distrito Federal. Hasta ahora son innegables los logros que las identidades no heterosexuales, como las lgbt, han tenido en algunos espacios religiosos y políticos para el respeto de sus derechos en igualdad, y para habitar y resignificar las instituciones

sociales como el matrimonio y la familia. Sin embargo, aun cuando nos encontramos ante una sociedad y una moral sexual cada vez más secularizada, también en algunos sectores se ha generado un recrudecimiento de la homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia, por lo que como país aún nos queda un gran camino por recorrer, ya que la dinámica de las sociedades actuales transita por diversas vías hacia la conformación de escenarios plurales en los que convergen una diversidad de identidades sexuales y de género, de familias, de creencias y pertenencias religiosas, de procedencias étnicas y raciales, que hacen urgentes distintas políticas de reconocimiento de las diferencias. En este sentido es que la laicidad de las instituciones políticas del estado y los derechos humanos siguen siendo un parte fundamental para garantizar los derechos de mayorías y de minorías, para institucionalizar una moral sexual que trascienda las fronteras de la heteronormatividad y para, desde la identidad y la alteridad, construir otras maneras de estar juntos.

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CASA 1100 COMUNIDAD

JUAN MANUEL TEJADA COLÓN

Fotografías de Juanita Villegas

Miembros de la comunidad • Juanita Villegas • Uma Villegas • Elaine Alba • Salvador Alferéz • Benue Ávila • Gustavo Rodríguez • Masaaki Kurokawa • Gata Té • Conejo • Juan Manuel Tejeda Colón

La noción tradicional de “familia” se encuentra en crisis, es decir, en un proceso de reformulación que nos propone, cada vez con más frecuencia, modelos de convivencia humana distintos de los habituales. Es el caso de la “Casa 1100”, donde un grupo de personas viven en comunidad, unidos más por un proyecto de vida y el encuentro de afinidades y opiniones que por un lazo sanguíneo o un documento jurídico. En este texto la comunidad describe algunos de sus retos y logros. 52

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Aún hoy en día tenemos muchas dificultades para definir la forma en que vivimos y trabajamos. Tenemos una “casa”, pero también un “estudio”, y un lugar en el que hacemos reuniones, encuentros, exhibiciones, y recibimos amigos que quieran colaborar con nuestro trabajo creativo. Muchos de los que hoy habitamos “La 1100” ya habían vivido con otros jóvenes por cuestiones económicas; vivir en un lugar agradable o cercano a los espacios de trabajo, ocio o estudio regularmente están fuera del alcance de alguien que recién se independiza. Al paso de los años hemos decidido seguir viviendo así por cuestiones de otro orden. En buena medida porque los lazos afectivos han trascendido la simple amistad y poco a poco se ha formado un apego que yo identifico más con lo que se describe habitualmente como “familia”. Nuestra hija Uma ha jugado un papel fundamental en dicho proceso. La responsabilidad, la crianza colectiva y la presencia de un proyecto de futuro ha permitido la estabilidad emocional y productiva de los habitantes de las diferentes casas que hemos habitado durante los últimos 6

La responsabilidad, la crianza colectiva y la presencia de un proyecto de futuro ha permitido la estabilidad emocional y productiva de los habitantes


La casa no se mira a sí misma con total inocencia, reconoce su condición alternativa y de resistencia a un sistema del cual no puede evitar formar parte años. Poco a poco los habitantes y personas que rodean la comunidad han empezado a tener hijos y nuevas dinámicas sociales han aparecido. Paulatinamente se ha formado un proyecto cultural que está imbricado con el proyecto de vida alternativo y eso ha permitido que nuevos actores entren a la casa atraídos por las posibilidades creativas de vivir en comunidad. Al hablar de comunidades urbanas independientes inevitablemente pienso en los squatsanarco-punks que empezaron a proliferar en los años ochenta, pero evidentemente los referentes van mucho más atrás con las comunidades utópicas socialcristianas del siglo xix y su necesidad de refundamentar o rediseñar los intercambios de un cuerpo social percibido como injusto, opresor o intolerante. Por la naturaleza de nuestros orígenes sociales y perfiles personales el caso de la iniciativa de William Morris durante las últimas décadas del siglo xix y su comunidad arts & crafts articula un referente clave en la imagen romantizada del gremio / familia de artistas que se asocian para realizar encargos de mayor complejidad y alcance. Su rechazo a la producción industrializada en favor de una revalorización y cultivo del artesanado, la manufactura y el amor por la creación, son actitudes que, al actualizarse en el siglo

xxi,

se funden con los valores del autoconsumo, el comercio justo, el copyleft y las prácticas antimonopólicas. No obstante la casa no se mira a sí misma con total inocencia, reconoce su condición alternativa y de resistencia a un sistema del cual no puede evitar formar parte. En todo caso la comunidad intenta dialogar, adaptarse a la ciudad en la que se encuentra, pero también contestar y tratar de cambiarla, o al menos presentarle su crítica. En ese sentido la influencia de los situacionistas, de Constant y Debord, así como más tarde de Gordon Matta-Clark, es indispensable para resolver el programa de acción en la ciudad, de reivindicación de la condición humana del espacio público, que hemos practicado y promovido. ¿Hasta qué punto este modelo de convivencia obedece a unas reivindicaciones ideológicas y hasta dónde son el resultado de las fuerzas sociales y económicas? Es difícil responder. El que la comunidad permanezca cohesiva supera las prerrogativas políticas en tanto que los resultados de una tarea de esa magnitud son esquivos en el mejor de los casos, cuando no simplemente inalcanzables. Más éxito puede atribuirse al acto de compartir cotidianamente nuestros intereses con

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personalidades afines. Al placer diario de charlar, trabajar, cocinar, escuchar música en el patio central, intercambiar libros o películas, se debe sumar la alegría de descubrir otras miradas, otros sentires y posiciones ante la vida. No debe soslayarse tampoco que el papel fundamental que juega el espacio en el desarrollo de una buena convivencia. Diversos conflictos y roces se dan todos los días por temas de territorio y posesión del espacio si éste no es suficiente o adecuado. La limpieza de los espacios comu-

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nes siempre trae dificultades, pues la cultura de la higiene varía notablemente de individuo a individuo. Es sorprendente notar cómo las malas costumbres se expanden rápidamente y las prácticas positivas son difíciles de implantar. Por citar un ejemplo reciente, el caso de Masaaki, quien a pesar de provenir de la cultura japonesa de la sistematización, el orden, la limpieza y la disciplina, repentinamente dejo de lavar sus utensilios de cocina al notar que nadie más lo hacía como resultado de una serie de desencuentros sobre el tema. Salvador, quien aprendió el oficio de chef en Nueva Zelanda y Alemania, se vio obligado a bajar sus estándares de orden para adaptarse a una cocina común que no llevaba el


Nos vimos obligados a socializar nuestra inconformidad, nuestras prácticas particulares con respecto al uso de la cocina, y por último a desarrollar reglamentos orales y compromisos colectivos

ritmo. Cuando la situación se volvió insostenible se evidenció la necesidad de confrontación con todos los miembros para recuperar el orden, un orden necesario para todos. Nos vimos obligados a socializar nuestra inconformidad, nuestras prácticas particulares con respecto al uso de la cocina, y por último a desarrollar reglamentos orales y compromisos colectivos. El ejercicio causó fricciones y desencuentros, dejó clara la dificultad de construir nuevos comportamientos basados en el consenso, la negociación, la integración y el respeto, pero al final su éxito demostró que la comunicación es indispensable para la operación de un modelo que trae una economía de beneficios que no se agotan en lo monetario. Otro elemento interesante a considerar son las prácticas amorosas de la comunidad. En definitiva la vida en común plantea algunas preguntas importantes con respecto a los vínculos de pareja de sus miembros, a las prácticas sexuales tradicionales de pareja. La expansión de los intercambios sociales, su movilidad relacionada con la densidad producida por la cercanía, traen consigo también una aceleración de las prácticas de cortejo. Esto no significa que los miembros de la comunidad se vuelvan más o menos promiscuos, simplemente cuestiona el estatuto de vida en pareja, obligando al individuo a enfrentarse a condiciones nuevas de pertenencia / posesión del cuerpo del otro. Hasta el momento hemos hablado de la comunidad como si ésta consumiese todas las dimensiones del individuo que la habita. Esto no

es así ni aunque lo deseáramos. La realidad es que la casa está muy lejos de ser autosuficiente. Aunque hemos desarrollado numerosos proyectos en conjunto casi todos estos proyectos están orientados a desarrollar capital social y simbólico, sin que quede el excedente necesario para cumplir con los requerimientos de consumo que el sistema impone. De esa manera todos dependemos de otros trabajos y tareas fuera de casa que permitan sostener un sistema de vida basado en un proyecto que en la experiencia cotidiana convence pero que la sociedad exterior mira con recelo cuando no con prejuicios. Muchas dudas se levantan cuando pensamos que no siempre seremos jóvenes. Algunos de nosotros hemos empezado a trazar planes de jubilación basados en este esquema de vida, pero el futuro es incierto. La condición multicultural de la casa nos ha hecho plantearnos la posibilidad de cambiar de localización, pero también hemos empezado un trabajo de integración al barrio más intenso que nunca. Aunque durante algún tiempo sustentamos las filosofías del movimiento Okupa y resiste, nuestras condiciones actuales nos exigen pensar en la propiedad legal de la casa como fundamento del desarrollo de la comunidad; sin embargo, la incertidumbre sobre la responsabilidad compartida de un crédito mina cualquier iniciativa en esa dirección. Mientras la comunidad no se inserte en la sociedad como modelo de negocios orientado a la rentabilidad económica es muy probable que los beneficios se queden en la esfera de la existencia íntima y personal. No obstante, aún nos quedan algunos años para seguir buscando la sustentabilidad financiera y no tenemos ninguna razón para pensar que no lo conseguiremos. En el fondo cabría preguntarse si se le puede pedir mucho más que eso a la vida.

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NO COMO CUALQUIERA SINO CUALQUIERA JOSÉ LUIS JUSTES AMADOR

Ned Warren y John Marshall, relación de 1884-1927, fotografía de Edward Reeves.

David nos cuenta su día. “Me levanto a las seis de la mañana, desayuno, le doy a mi pareja los buenos días y me lanzo a una de mis chambas”. Hasta aquí todo parece normal. “De siete a tres trabajo y me lanzo a mi siguiente trabajo en una escuela”. Un día cualquiera de una persona cualquiera. “Regreso a casa, como con mi pareja, cuando coincidimos, o comemos en la calle. Si tengo trabajo en el consultorio –el consultorio en que lo estamos entrevistando–, vengo aquí. Regreso a casa. Cenamos y a dormir hasta el día siguiente”.

No como cualquiera, sino cualquiera

David no es como cualquiera, nos dice: es cualquiera. Tiene una pareja, un hijo y dos trabajos. Sin embargo, el hecho de que su pareja sea de su mismo género no ha estado exento de dificultades y obstáculos. A pesar de ello, David considera su vida familiar como una extensión de su lucha por defender los derechos de igualdad que le garantiza la Constitución. Para él el corazón del activismo no se encuentra en las marchas ni en las declaraciones sino en el valor para vivir su vida, una vida ordinaria, de la manera que ha elegido.

Hemos venido a entrevistar a David para el número de Parteaguas sobre nuevas formas de convivencia para encontrarnos con una vida semejante en todo a cualquier otra. Porque ese es un tema que aparecerá de una y mil formas en la conversación que sostenemos. No hay nada nuevo. Convivir es convivir sea cuál sea la preferencia o el género de la persona con quien compartes tu vida. Hablamos del tema del número. De convivir en el siglo xxi, de formas nuevas de convivencia, de modos diferentes de convivencia. “Yo no considero que me salga de ninguna norma. Amo a una persona y con esa persona quiero compartir mi vida”. Diferente, nuevo: conceptos que usamos para asimilar realidades cuyo mejor adjetivo sería no habitual. “Me gusta esa idea: no habitual. Lo importante es la individualidad de uno mismo y resolverla según su propio criterio. Aunque ese criterio sea lo que otros llaman ‘diferente’,

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Walt Whitman y Peter Doyle, relación de 1865-1892

‘extraño’, ‘raro’. No soy diferente a nadie. Soy yo mismo y vivo como yo mismo quiero”. Y de esa misma idea en la conversación sale el título de la entrevista. “No soy como cualquiera. Decir eso implica tener algo especial, extraño, diferente. Soy cualquiera”. Y nos reímos al recordar su día, la descripción del día con el que empezamos la entrevista. “Un día bastante más cargado que el de cualquiera”.

Me gustan mayores David sonríe cuando le preguntamos por su elección de vida. David vive con una pareja, legalmente casados en la Ciudad de México y que es casi veinte años mayor que él. Sonríe cuando le decimos que la imagen que se tiene es la de hombres buscando hombres más jóvenes. Sonríe mientras dice “no, no es tan extraño que nos gusten los hombres mayores. Mi caso no es el único”. “Siempre me han gustado mayores, desde que me acuerdo”, nos cuenta. “Desde que tengo memoria siempre he sentido atracción por el mismo tipo de hombres. Desde el kínder yo sentía algo, que después reconocería como sexual, por ese tipo de hombres. Mi primer descubrimiento fue, precisamente, en el kínder con un hombre

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David Furnish y Elton John, se casaron en 2005

ya mayor y con bigote. El resto de mi etapa escolar también estuvo marcada por la atracción hacia mayores; profesores, directores. Ahí reconozco mis gustos, pero no todavía la sexualidad porque era un niño”. “De hecho”, continúa, como si estuviera contando una travesura, “incluso cuando buscaba tener novias, por imposición, buscaba que fueran mayores”. Pero vuelve en un instante a la seriedad. “Y de entre los mayores no cualquiera. No sólo la edad sino que tengan vello facial, que sean robustos”. Y vuelve a recalcar su idea “no sólo mayores sino que tengan unas características concretas. Siempre se da la tendencia a pensar que es el mayor el que busca al joven, pero no siempre es así. Ahora me miro a mí mismo en la infancia y descubro que tuve acciones que podrían ser calificadas de acoso sexual. Aunque no era consciente en aquel entonces de que lo fuera”.

¿Raro? Todos somos raros Sale el tema de cómo se siente cuando le dicen, por su forma de actuar, de vivir, raro. Parece que se dibuja en su boca una mueca de desprecio; pero más bien es de pena por aquellos que piensan así. “Me siento incómodo, pero no por el

“No soy como cualquiera. Decir eso implica tener algo especial, extraño, diferente. Soy cualquiera”


Horacio Franco y Arturo Plancarte

adjetivo. Lo que me incomoda, lo que me da tristeza, es la ignorancia de los que aplican tan a la ligera esos adjetivos”. Además, continúa, “raros somos todos. Lo que me molesta es la ignorancia y la falta de ofrecer una oportunidad antes de juzgar”. Y nos cuenta una anécdota que demuestra esa ignorancia que tanto le entristece. “Hubo una vez que subí una foto a Facebook con mi pareja y otros dos amigos que también eran pareja. Y un primo dejó un comentario del tipo ‘para qué te haces; ya sal del closet’. Algo que ya había hecho hace tiempo”. Sobre esa visión distorsionada, y a veces malintencionada de la sociedad, podría presentarse la militancia, proponemos. “A mí por supuesto que me gusta el ambiente. Lo que no me gusta es gritarlo. La mejor manera de militar, de luchar es con una militancia de actos. Seguir haciendo lo que uno quiere es la mejor manera de luchar por ello”. Una frase que al recordarle que podría ser aplicada a cualquier ámbito de la vida le hace retomar su estribillo: “porque somos cualquiera”.

“La mejor manera de militar, de luchar es con una militancia de actos. Seguir haciendo lo que uno quiere es la mejor manera de luchar por ello” Reafirmar y seguir reafirmando

Y precisamente esa militancia es la que lo llevó a casarse con su pareja, una acción que él explica. “Lo hice, lo hicimos”, se corrige, “para presentarnos en sociedad. Como un modo de seguir luchando por los derechos, hacer que un matrimonio entre hombres ya no sea tema de noticias sino habitual”. “Un poco”, y le sale esa militancia de acciones concretas, “para afirmar ‘¿por

Juan Soriano y Marek Keller, relación de los 70 al 2006

Héctor Herrera y Emilio Carballido, en 2007 se unieron a través de la Ley de Sociedades de Convivencia.

qué ellos sí y nosotros no?’, y también, y más importante, para mostrar el amor que nos tenemos el uno al otro”. Ya con poco tiempo para acabar la entrevista, porque hay que levantarse temprano al día siguiente, hablamos de cómo ve David el futuro. “Veo una sociedad muy pobre. Creo que nunca va a haber un paso enorme. Que todo es cuestión de pequeños pasos, de pequeñas acciones, cada uno desde su trinchera. Pero que vamos a ir, lamentablemente, poco a poco hasta llegar a una sociedad en que ya nadie tenga que ser como cualquiera sino cualquiera”. Y cierra: “una sociedad en la que ya, cada uno con su rareza, todos seamos raros”.

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NI PARA VESTIR SANTOS

ERÉNDIDA HERNÁNDEZ VELASCO

Para saber de amor, para aprenderle, haber estado solo es necesario. Y es necesario en cuatrocientas noches –con cuatrocientos cuerpos diferentes– haber hecho el amor. Jaime Gil de Biedma

Mauricio Garcés.  Actor, galán otoñal y soltero cotizado

El matrimonio como opción de vida y no como obligación social es el tema de este texto. En él, Eréndida Hernández Velasco reflexiona sobre la impostura social que representa, especialmente para las mujeres, el vínculo matrimonial como un factor esencial para la evaluación de la vida de una persona. En contra de estas ideas, la autora afirma la necesidad de establecer relaciones de enriquecimiento recíproco y de la validez de elegir la soltería como modo de vida cuando las mejores condiciones para la convivencia no se dan.

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A estas alturas del siglo xxi nadie tendría que dar explicaciones de su modo de vida. La sociedad, sin prisa pero sin pausa, ha avanzado en los últimos años hacia la inclusión y el reconocimiento de los distintos modos de vida y de sexualidad que las personas “eligen” voluntariamente. Y en cuanto a elegir se refiere habría que ser cautelosos, sobre todo cuando hablamos de elegir pareja o soltería, que suele no ser tan simple como elegir zapatos. Ya casi nadie, con sus tristes excepciones, tiene que dar explicaciones sobre su elección de modo de vivir su sexualidad. Sin embargo esas excepciones continúan estando presentes en algunos sectores sociales. Lo más complicado es que siempre, o casi, hay que dar explicaciones. La soltería asumida y voluntaria, en un mundo en el que diversas formas de convivencia van siendo adoptadas, parece que necesita una justificación; además, siendo mujer parece necesitarla más. Mi experiencia es que para un hombre elegir la soltería es totalmente diferente que para una mujer. Es bien visto y aplaudido que un hombre se divierta hasta que decida casarse y, si por algún motivo decide no hacerlo, jamás será mal visto o cuestionado por ello, al contrario, ese hombre adquiere un valor agregado resumido en la siguiente frase: “es el soltero más codiciado” o “cotizado”, aunque ello sea más un mito que una

La soltería asumida y voluntaria, en un mundo en el que diversas formas de convivencia van siendo adoptadas, parece que necesita una justificación; además, siendo mujer parece necesitarla más


La elección y restricción son dos fuerzas que interactúan también en la elección de nuestra pareja o, como es el caso de muchos, de la no-pareja

No creo que porque no estoy casada mi vida sea menos. Ese mito de solterona es basura. Diane Keaton

realidad. Pero una mujer que por azar o voluntad es soltera, pareciese que tiene que sufrir una constante persecución social resumida en la siguiente pregunta: ¿aún no te has casado? Precisamente porque una mujer no viste santos, ni los vestirá, sino que voluntariamente puede elegir la soltería, existen estas líneas. Para explicar que no es lo mismo “soy soltera” que “estoy soltera”. Y es que hay una gran diferencia entre ser y estar soltera. Ser soltera, querer ser soltera, es una elección voluntaria. Estar soltera es, por el contrario, no haber entrado al vínculo legal, religioso o fáctico de tener una pareja estable. Y además la pregunta es siempre “¿cómo es que estás soltera?”, y nunca “¿cómo es que eres soltera?”.

Elección y decisión Elegir es indudablemente una de las cualidades humanas más asombrosas, pero lleva consigo también otra realidad a cuestas, la de restringir. Cada uno de nosotros ha vivido la experiencia de entrar en algún sitio y pedir una copa de vino o un

café, y somos felices con lo que todo nuestro ser y voluntad dicen que es la correcta y mejor opción, pero no somos concientes de que al elegir el café también elegimos el no-vino. Pocas, por no decir nulas ocasiones, nos percatamos de que al elegir también restringimos otras muchas opciones que pueden ser o son mucho mejores que la que nuestro autoengaño nos dicta ser la ideal. Ello no significa que siempre nos equivoquemos o que de plano la opción que elegimos no sea buena. Únicamente quiero enfatizar que el elegir una opción, cualquiera que fuere, lleva inherente una restricción. Quienes eligen por voluntad y sin que nadie los obligue a unir sus individualidades deben restringir, en aras de la pareja, ya no sólo por voluntad sino también porque un marco legal lo dicta, cualquier otra opción de vínculo. Permanecer soltero, por otro lado, también trae consigo sus restricciones; una de las pocas que puedo encontrar es el matrimonio. Ambas opciones conllevan una elección; dejo a su opinión cuál supone mayores restricciones. Toda acción humana, explican algunos psicólogos, se basa en una combinación de elección y restricción. Yo agregaría que ambas en igual proporción. En la elección, directamente relacionada con un deseo inmediato, la fuerza mayor es la de la conveniencia. La restricción es un deseo más íntimo basado en lo que no quieres. Cuando elegimos pareja somos guiados por un deseo, una motivación, que en este caso es el amor, y recordemos que el amor es una emoción con intensos componentes biológicos que además de favorecer los vínculos gracias a la secreción de fuertes sustancias químicas como la serotonina entre otras, poco sabe de lo que la persona no quiere o no desea en su vida. La elección y restricción son dos fuerzas que interactúan también en la elección de nuestra pareja o, como es el caso de muchos, de la no-pareja. A esos factores se suma también la contradicción inherente a todas las decisiones y restricciones humanas: la incapacidad de establecer perfecta y claramente lo que se quiere y lo que no. Elegir es, además, decidir entre dos cosas que pueden ser ambas buenas. En este caso implica decidir si formalizar, de cualquiera de los modos posibles, una relación que se supone estable o una no-relación. El problema es que para la sociedad, y por ello para quienes la componemos,

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D O S S I E R

parece que la elección sólo se da entre una buena pareja y una mala. Restringir, por otro lado, significa elegir con base en lo que no deseo, es decir: elijo el café porque no quiero el vino, elijo los boleros porque no me gusta el rap, elijo el buen trato porque no deseo un maltrato, elijo la soltería porque no quiero el matrimonio. ¿Es posible que muchos elijan la compañía de la pareja porque no quieren la soledad? La soltería, asumida o no, es una forma de vida como cualquier otra. Es un modo de enfrentarse a la vida como otro cualquiera. Es una manera de elegir la no-pareja formal, esa que pinta la sociedad como la mejor y en ciertos casos única opción. Hay otra opción, y muchas más, además de la que propone la sabiduría popular. No es haberse quedado para vestir santos o desvestir humanos. Ser soltero/a es simplemente, o no tanto, otra forma, menos habitual, de ser y estar con uno mismo y los demás.

La soltería como un modo de vida Aunque algo, bastante, ha cambiado nuestra sociedad actual con la aceptación moral y legal por la mayor parte de los ciudadanos de distintos modos de vida y de convivencia, todavía falta una profunda transformación de las estructuras para comprender que casi cualquier elección que tome uno de sus componentes debe ser respetada como la de cualquier otro más cercano a nuestro modo de pensar o a nuestras normas morales. La búsqueda de bienestar debería ser el gran patrón de conducta de todos. No sólo nuestro bienestar sino la asunción de que otros, de un modo diferente al nuestro, también puedan buscarlo dentro de sus preferencias. Ese algo que ha cambiado en la sociedad se debe sobre todo al hecho de que la sociedad es un lugar donde deben cumplirse las expectativas tanto individuales como sociales. Y parece que a la gente se le olvida que uno se empareja para ser feliz y compartir su bienestar y no al revés, uno no es feliz porque tenga pareja. Esa mentalidad es la que hace que quien decide voluntariamente vivir consigo mismo (que no es lo mismo que solo) no caiga dentro de las expectativas de lo socialmente aceptado. Somos una minoría que, cada uno por los

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motivos que sean, todos muy respetables, hemos aprendido a buscar a nuestra manera la felicidad. Pero somos, y eso es significativo, una minoría que nadie reivindica, frente al gran apoyo que reciben otras minorías u otras formas de vida, porque parece que somos incompletos. Somos esa inmensa minoría a la que todo el mundo mira de reojo y con pena porque, sí, lo seguimos pensando, para ser feliz hay que tener una pareja.

La pareja como modo de felicidad El afecto es una de las necesidades humanas más difíciles de satsifacer porque se necesitan dos para completarlo. Alguien que da afecto y otro que lo recibe, alternativamente. De entre todos los tipos de afecto, el sentimental, el corporal, el de apoyo en el trabajo, hay uno especialmente menos relacionado con lo interno de la persona y es el afecto social: el hecho de ser reconocido como un miembro total de un grupo humano. Ese afecto social se logra en lo cotidiano, sobre todo, a través de la pertenencia. Recibimos afecto al pertenecer a un grupo en el trabajo, a un grupo entre la gente a la que le gusta la misma música, que tiene los mismos intereses, aficiones o preferencias, incluso pertenecemos también cuando el otro piensa, siente y gusta de cosas muy distintas a las nuestras, porque el que alguien no esté de acuerdo conmigo no significa que me rechace. La única forma en la que el ser humano no pertenece es cuando es segregado, desconfirmado en su existencia. Precisamente porque socialmente se considera que la pareja es el lugar no necesario sino obligatorio de afecto, el lugar en que las expectativas, casi nunca las realidades de la felicidad, deben cumplirse. Una pareja que ahora en pleno siglo xxi ya no es muchas veces la tradicional pareja de hombre-mujer, aún continúa la expectativa social de que tiene que seguir siendo pareja. Porque el ser humano sólo puede estar bien en pareja si ha aprendido a estar consigo mismo.

La búsqueda de bienestar debería ser el gran patrón de conducta de todos. No sólo nuestro bienestar sino la asunción de que otros, de un modo diferente al nuestro, también puedan buscarlo dentro de sus preferencias


Maribel Portela Delta Papel, mixta, 60 x 38 x 12 cm, 2013


E. R. KENNEDY

Traducción: José Luis Justes Amador

i have no ambitions i don’t want to hate the president i don’t want to go to harvard i don’t want to win the pulitzer prize i just want to sit in my bathtub and think about relationships i will never have with people i will never meet and then go lay in my bed with a magnifying glass and count all the stiches in my sheets until i fall asleep and wake up to repeat again.

no tengo ambiciones no quiero odiar al presidente no quiero ir a harvard no quiero ganar el premio pulitzer sólo quiero sentarme en la bañera y pensar en la relaciones que nunca tendré con gente que nunca conoceré y después tumbarme en mi cama y contar todas las puntadas de las sábanas hasta caer dormida y despertarme para repetirlo de nuevo.

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Uno para todos y todos para uno: una familia de mosqueteros porque siempre estamos ahĂ­. Una cadena con eslabones y ninguno dĂŠbil. FotografĂ­a de Jorge Camarillo


Cierro los ojos y sueĂąo con un mundo en el que cualquier familia pueda ser familia.Y siento el abrazo que lo demuestra. FotografĂ­a de Jorge Camarillo


Lo primero que hacemos en la maĂąana es mirarnos la nuca, los hombros y, a veces, los ojos porque la noche anterior antes de cerrar los pĂĄrpados nos miramos los ojos, la nuca y, a veces, los hombros. Entre estos dos sucesos el despertar y el dormir, vivimos juntas el universo, terrible y compacto. FotografĂ­a de Jorge Camarillo


Ella se apoya en mí; yo la sostengo.Y, a veces, puede que sea al revés. Con dos ya se es familia, porque no importa el número. Fotografía de Jorge Camarillo


No sólo es la sangre o el parecido; es sobre todo saber estar ahí para el otro: para lo que necesite, para lo que quizá aún no sabe que necesita. Estar.Y siempre. Fotografía de Jorge Camarillo


Porque hay momentos en que uno se acelera, como en una fotografía tomada demasiado aprisa.Y es entonces cuando el otro ha de saber calmar hasta que el mundo vuelva a ser lento. Fotografía de Lucía Castañeda


De momentos como este quedará sólo el recuerdo, el recuerdo de una fotografía.Y ese rostro imperecedero mirando a quien se ama. Fotografía de Lucía Castañeda


Puede que afuera siga lloviendo, pero aquí adentro, es el hogar. Fotografía de Lucía Castañeda


Y aunque seas el más pequeño de la casa, tú también puedes mirar desde lo alto, aprender desde los primeros meses que la vida no es sino un asunto de perspectivas. Fotografía de Lucía Castañeda


Cuatro manos unidas sin importar de quién sean. Miradas hacia el futuro o hacia el otro. Tal vez no sea la definición perfecta de la familia pero se acerca a lo que anhelamos. Fotografía de Lucía Castañeda


DANIEL MEDINA ROSADO

El poema NacĂ­ de tu boca, de cuantas semillas lograron germinar en la usura del instante.

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Maribel Portela Gota Papel, 1.85 x 49 x 33 cm, 2014 Estructura aérea Papel, 2.35 x 75 x 60 cm, 2014 Exposición “Registro de la materia” Mac 8, Aguascalientes


COLUMNAS

Hombres (y mujeres) que no tuvieron monumento JOSÉ LUIS JUSTES AMADOR

Charlotte Mary Mew Tragedia y soledad son las dos palabras que resumen perfectamente la vida y, como consecuencia, la obra de la injustamente olvidada Charlotte Mary Mew. Tragedia porque su padre, reconocido arquitecto y mal previsor, dejó a su familia en la casi miseria. Y también tragedia, y también familiar, porque de los siete hermanos Mew, tres murieron en la infancia y otros dos tuvieron que ser internados desde jóvenes en manicomios. Esas fueron las circunstancias que incitaron a las dos hermanas menores Mew, Anne y Charlotte, a hacer un juramento de no casarse jamás. De ahí la soledad, descrita por uno de sus biógrafos como “castamente lesbiana”. “Un demonio chiquito con inteligencia” la describió otro de sus biógrafos. Otro fijándose más en su apariencia física escribe de ella que “Su pelo gris alocado, sus asombrosos ojos grises, su rostro pálido y diminuto, pertenecen a un visitante de otro mundo, asustado por lo que tiene que pasar en este”. Ezra Pound le escribió para pedirle permiso para publicar un poema “Fin de fiesta” en su revista y le dice en la carta “Conozco una poeta cuyo pecho late como una dínamo debajo de

un traje gris hierro hecho a medida (creo que uno de sus trajes es gris hierro) y cuando publique sus poemas me dará algo que decir que no puedo decir de mis imaginistas”. Charlotte, además de en su poesía, fue innovadora en muchos otros aspectos. En su soltería, en su forma de vestir, siempre trajes cortados a medida, en el fumar y, también, en su ideario político. Ella fue uno de los pilares del liberalísimo Bedford College, uno de los primeros colegios femeninos decididamente abiertos en lo social y sin adscripción religiosa, en el que también hacía de carpintera. Ahí le comenzaron los ataques de demencia que tanto temía haber heredado. Según una de sus discípulas “estaba tocando el piano y de repente en un estado alteradísimo, y llena de dolor, comenzó a golpear con su cabeza la pared”. Charlotte decidió entonces tomarse un descanso y fue cuando se dedicó de lleno a la poesía. Sus poemas de amor, aunque sáficos en la idea, reflejan perfectamente la imposibilidad, o la tendencia a hacerlo imposible, para encontrar una pareja de Charlotte. En mundo en el que las mujeres, sólo las de clase alta claro, podían acceder a trabajos, mayormente intelectuales, el primer gran amor de la Mew fue su editora en The Yellow Book. Tras años de acercamiento a Ella D’Arcy, heterosexual hasta la medula, a los que esta sólo respondía brindándole cada vez más amistad Charlotte se rindió en 1902. En 1913, tras un tiempo de “castidad”, Charlotte volvió a enamorarse, esta vez de la novelista May Sinclair, abierta lesbiana y masculina en porte y vestido como Mew. Sinclair la había buscado por carta y por comentarios de amigos interpuestos, pero cuando Charlotte

al fin se decidió a declararle su amor, como ya había hecho con otras mujeres, a May dejó de interesarle. Y no sólo no le interesó sino que incluso llegaba a ridiculizarla como cuando le escribió a la también novelista Rebecca West: “hoy Charlotte volvió a intentar acercarse a mí. Sólo logré escaparme de ella poniendo entre nosotras una cama”. Siguió escribiendo y viviendo con su hermana hasta que tras la muerte de esta de cáncer de hígado, se autointernó en una residencia para ancianos donde su hermana la acosaba en las pesadillas diciéndole que había sido enterrada viva. “24 de febrero de 1928”, escribió en su diario Charles Robert Cockerell, “un trágico final para una vida trágica de un ser muy raro. Después de cenar escribí su obituario para The Times”. Margaret Mew se había suicidado bebiendo desinfectante “Lysol”. ¿Por qué un monumento para Charlotte Mary Mew? Primero, y sobre todo, porque demuestra lo efímero de la fama y de los aplausos de los contemporáneos. Segundo, y también, porque con su vida y sus acciones, incluido su suicidio, hizo bandera de un amor más poderoso que el carnal, el fraternal. Tercero, porque en ella se cumple lo que le había profetizado Hardy que “se la seguirá leyendo cuando otros hayan sido olvidados”. Y, cuarto, por la respuesta que solía dar cuando se le acercaba para preguntarle si ella era Charlotte Mew. Su respuesta era siempre la misma. “Lamento decirle que sí lo soy”. justecillos@hotmail.com

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COLUMNAS

La sombra de Peter Pan SANDRA REYES CARRILLO

Personas que inspiran, conspiran Me encantan las dedicatorias de libros. Me fascina el “A Paula de Parma” de Enrique Vila-Matas al inicio de sus libros. Me pregunto, si tuviera la oportunidad de dedicar uno, a quién sería. A quién mi primer libro y a quién los demás. Y qué escribiría. Quizá dependería de la temática, del momento, de la circunstancia. Quizá mejor escribiría un apartado de agradecimientos y mencionaría muchos nombres. Quizá escribiría “A mi familia”, y por familia entendería a los de mi sangre y a todos los míos. A lo largo de mi vida, he conocido a personas maravillosas, personas que inspiran. Inspiran para hacer, para elegir, para construir, para forjar un camino. Así, suelo dividir mi paso por el mundo en etapas, particularmente en edades que fueron marcadas por algo o alguien. Y comienzo, al azar, por mis 15 años: recuerdo al chico güero, alto, que conocí cuando hacía el servicio social en la prepa, cuando yo tenía rastas y reforestaba el río San Pedro, y él usaba ropa oscura y pelo largo. Después están los 19, cuando conocí a aquella conductora de un programa local de música. Cuando se mudó al d.f. me invitó a pasar allá unos días, y fuimos a un concierto de Nine Inch Nails, a cenar a los tacos El Califa, a una fiesta en casa de Ximena Sariñana, a un concierto de Kanye West, y a una surrealista despedida de un grupo noventero de pop.

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A los 21, conocí a mi propio Queequeg, salvaje, y tuve aquella primera plática sentida y profunda, en su habitación, mediterráneamente hasta el amanecer. También están el año 2012 y el mago que me dio hospedaje, cuando fui extranjera, a mis 25. A veces encuentro en mi vida nombres, como la marca amarillo limón en la palma de la mano derecha del mayor de los Glass (“Si empiezo a ir a un psicoanalista o cuando empiece, quiera Dios tenga la previsión de llamar en consulta a un dermatólogo. Un especialista en manos. Tengo cicatrices en las manos por tocar a cierta gente. Una vez, en el parque, cuando Franny todavía estaba en el cochecito, apoyé la mano en la pelusa de su coronilla y la dejé demasiado rato. Otra vez, en el Loew de la calle Setenta y dos, mientras veíamos con Zooey una película de fantasmas. Tenía seis o siete años y se metió debajo del asiento para no ver una escena de terror. Puse mi mano sobre su cabeza. Ciertas cabezas, ciertos colores y texturas de pelo humano dejan marcas permanentes en mí. Otras cosas también. Una vez Charlotte se me escapó del estudio y yo la cogí del vestido para detenerla, para que se quedara junto a mí. Un vestido de algodón amarillo limón que me gustaba porque era demasiado largo para ella. Todavía tengo una marca amarillo limón en la palma de la mano derecha. Ah, Dios, si se me puede aplicar un nombre clínico, soy una especie de paranoico al revés. Sospecho que la gente conspira para hacerme feliz”). A veces encuentro en mi vida nombres, digo, como el del profe de Lingüística, el mejor, que me enseñó el oficio de la corrección. Me preguntaba un día por qué debía agotarse la tristeza. Entendí

que somos mejores si estamos felices. Y que eso debe contagiarse, ser una epidemia. Por eso deberíamos tener presentes, siempre, nuestras marcas amarillo limón, nuestras cicatrices. Y reproducirlas. Rodearnos de Frannies, Zooeys y Charlottes. Como no he escrito un libro todavía, va este texto para todos mis conspiradores. sareca@hotmail.com

Nueve millones de días lluviosos CINTHYA GARCÍA LEYVA

Objetos posibles Acaso alguna predilección por el estado de lo potencial ha generado el despliegue de guaridas, museos, cajones, archivos o simplemente listas de lo que podría agruparse aquí, por asuntos de practicidad, en la categoría de objetos imaginarios. Allí están esos instrumentos musicales, por ejemplo, cuyos sonidos dependen de la lengua experta de un gato o de la combinación exacta de ciertos colores, el libro que puede leerse solamente con los oídos, o el tablero de ajedrez montado en un globo terráqueo, con las piezas siempre en caída. Ciertos catálogos de estos objetos utilizarán, dentro de la potencia de lo que se dice imaginario, la restricción de lo ( -) posible. Y


C O L U M N A S

lo (+ -) posible tendrá que ver la mayoría de las veces con: a) ( -) realizable en el ámbito de lo visible y material: objeto que puede tener fisicalidad comprobable en el mundo; o b) ( -) adaptable según la categoría de objeto a la que se adscribe: la silla de cuatro patas con asiento en el piso de Jacques Carelman se inserta en el “mundo silla” con una disfuncionalidad (no puede utilizarse como silla) que la convierte en la excepción de tal mundo, el mismo que de cualquier forma la acoge como silla. Esa ambigua condición de posibilidad de un objeto, suponiendo su respectivo estado de realización (quizás conviene decir aparición), puede complicarse todavía más cuando se piensa también en la repetición de este objeto; como si la repetición implicara comprobación, confirmación de aquello que se repite. Es precisamente del asunto de la repetición desde donde parte Artie Vierkant en su ensayo “The Image Object Post-internet”, para argumentar el sentido de dispersión que cobran los objetos a partir de su puesta en conexión; una puesta no desde internet, sino desde post-internet, escribe Vierkant para marcar su punto de partida, y post-internet como el internet que puede poner en perspectiva lo que sus modos de efectuar en el mundo dicen de sí como fenómeno y como máquina, y lo que dicen también de ese mundo, en un funcionamiento en conjunto con tal máquina que ya lo ha marcado y le hace cuestionar desde la conectividad, entre otras tantas cosas, lo que significan precisamente palabras como objeto, materialidad o posibilidad. La idea de la dispersión de los objetos en sus múltiples versiones como imágenes en la web sirve a Vierkant para pensar en la multipli-

cación de sus posibilidades de realización o aparición (“everything is anything else, whether because any object is capable of becoming another type of object or because an object already exists in flux between multiple instantiations”). ¿Qué le hace a un objeto la múltiple reproducción de su imagen desplegada en, por ejemplo, una búsqueda en Google? ¿Qué hace su imagen con su imagen repetida? O, mejor, ¿en dónde la (se) coloca? ¿Es que la puesta en pantalla de la ubicuidad nos hace pensar en otro tipo de materialidad, en otro tipo de objetualidad? ¿Es un objeto repetido frente a nuestros ojos, reproducido en pixeles, tan posible como la pantalla ante la que podemos observarlo? Con la incertidumbre a cuestas, transitamos por ahora acaso en esos espacios intermedios entre un estado material y uno virtual. “Los objetos no hacen preguntas”, escribió Joseph Brodsky con plena confianza en el reflejo que emiten. Cómo regresa este reflejo al ojo es ya otro asunto. madaenmarruecos@gmail.com

((paréntessis)) JONATAN FRÍAS

Derramarse sombra: derramarse luz Una obra de arte, una pintura, un poema, un solitario arpegio, nunca son solamente un “punto de vista”. Son un juego de relaciones, de correspondencias. Un tejido complejo de vo-

ces: visos y reflejos. Son también contexto: son Historia. Son Tiempo. Son Memoria. Son Narración. Invención Representación Voluntad Un trazo no es solamente un mero descargo de intención, de color, de tono, de temperatura: es una idea. En este sentido, un cuadro es el resultado expuesto de un conjunto de ideas: es un manifiesto. Un testimonio más que un testamento. Es planteamiento, argumentación. En suma, es un postulado filosófico. Hay ideas fértiles, ideas bosque, ideas inevitables e ineludibles, ideas que crean escuelas, que forman y conforman; también las hay desérticas, espinosas, solitarias, lejanas. Michelangelo Merisi, Caravaggio, fue una de esas ideas. Nacido en el otoño de 1571, año de espadas y trompetas. Año en que Cervantes perdió su brazo en Lepanto pero que le dio la gloria –todavía imaginaria– del caballero de la triste figura. Caravaggio no pobló de ideas sus obras sino que hizo de sus obras una idea, declaración de presencias, estamento de luz. A Caravaggio no le hizo falta el verbo para crear: Caravaggio es voluntad resplandeciente. No es fuente luminosa: es fuente y es luz. Para él la luz tiene voluntad, postula, establece. La luz es divina y como tal, ingobernable; es espacio y es tiempo, ritmo narrativo. Presencia sin origen. Hay quienes requieren de soles, de lunas, de azules claros y de rosas para iluminar su lienzo: posan la luz sobre el objeto. Caravaggio no ilumina: incendia. Derrama materia sobre la luz: Derrama sombra. Oscurece el mundo. Si la luz es divina,

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COLUMNAS

Caravaggio es el mortal que la encadena. Michelangelo Merisi no conoce el decoro, sus vírgenes son prostitutas, sus ángeles, mendigos. No viste a sus santos de túnicas inmaculadas, sino de harapos a la moda. No son pulcros sino sucios, gastados. En su pintura sacra deja claro que para él el reino divino se manifiesta en lo cotidiano y miserable, en lo mortal. Para esto se vale de una gestualidad dramática, de claroscuros, de ángulos contrapicados. Sus ideas antiacadémicas, su herética manera de obrar, su carácter desinhibido, su técnica pictórica su tremenda irascibilidad, sus símbolos, todo en su conjunto le impidió tomar el papel de maestro y que su arte se convirtiera en modelo: en anhelo. La fuerza dominante de su personalidad era seductora. También sus escándalos. Todo esto hizo de él una figura, un personaje. Caravaggio no se satisface con mirar la realidad en su mera representación fenoménica, siempre busca la otra orilla, la grieta que le permita mirar el otro lado, el objeto en sí, con toda su carga simbólica, con su deformidad. Expone, exhibe la realidad en toda su caducidad. En todo cuanto tiene de efímera. No sólo buscaba imitar bien, sino recrear en toda su convicción; como afirmaba Giordano Bruno: “a la divinidad sólo se asciende por la Naturaleza” y él ascendió tan sólo para despeñarse en un puñado de imágenes infinitas. jonatan_frias@hotmail.com

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pasapáginas AGUSTÍN DELGADO Rachel Kushner ha pasado los últimos meses yendo de Londres a París a Milán para presentar la publicación de The Flamethrowers en Europa. Es una lástima que no lo haya hecho para el español. También ha escrito en italiano la tragedia de un crucero moderno y la deshonra de su capitán. En marzo de 2015 se publicará su libro de tres cuentos The Strange Case of Rachel K. Ella no escucha música mientras escribe, porque la música sucede en adición a la escritura como lo hace el resto de la vida, nos dice. La música está ahí, para emocionarnos en un momento determinado, en una escena particular, de ahí su naturaleza cinematográfica. Los Lanzallamas. Jack Goldstein tiene una pieza llamada “The Weep”, son dos minutos con veinticinco segundos del llanto de una chica, sólo eso. Terminó viviendo en una casa tráiler en East L.A. y para mantenerse vendía helados en un camión, helado que dejaba descongelar mientras iba a comprar metadona. También tiene una pieza llamada “The Murder”, que son nueve o trece minutos (dependiendo de la versión), de paisaje sonoro con vidrio rompiéndose, lluvia y truenos. Una joven y su motocicleta tratando de batir el récord mundial en el desierto de Nevada. No Marianne Faithful en “Desnuda bajo la piel”, pero casi. El Nueva York de baja y alta cultura, el mundo del arte con sus complejas relaciones. El Nueva York de finales de los setentas, con las fábricas cerradas y en ruinas, artistas

tomando las instalaciones abandonadas, convirtiendo los espacios en lofts y tugurios. Danny Lyon y The Destruction of Lower Manhattan. Soho antes de las tiendas. Arte y Violencia: Black Mask, los Up Against the Wall Motherfuckers y sus carteles de “se busca quien sepa dibujar” con la imagen de un revólver al lado. Sandro Chia con una escopeta en el sofá. William Eggleston, joven besando su arma. En paralelo, la Italia de izquierda más anárquica, el movimiento Autonomia, Brigate Rosse, huelgas de obreros, asesinatos políticos y secuestro de exprimer ministro. Entrevistarlos en la cárcel, con respuestas esquivas, como las de un mafioso, o un sacerdote. Ambos, conectados, al revés del tiempo y bajo imágenes de Virginia Tusi y china girls. El cine como telón de fondo, el Guy Debord con su película de diálogos a cuadro blanco y silencios a negro o la palindrómica In girum imus nocte et consumimur igni, Chantal Ackerman y su News from Home hasta llegar a Behind the Green Door, una erótica de culto. La novela está dedicada a Cynthia Mitchell, una de las mejores amigas de la autora, y quien la ayudara a introducirse en el mundo del arte en Nueva York y en quien probablemente el personaje de Giddle está inspirado. Pero también para Anna, una bella chica de dieciséis años, vagabunda, heroinómana, embarazada de ocho meses con tendencias suicidas, sola en la Italia de los 70 a quien Alberto Grifi y Massimo Sarchielli dedican un filme de más de cuatro horas, la contemplación de la vida ordinaria y el caos, el más puro direct cinema. agustindelgado4@gmail.com


Maribel Portela Corales Mixta papel, 90 x 70 x 71 cm, 2014 Exposición “Registro de la materia” Mac 8, Aguascalientes


JEHÚ CORONADO LÓPEZ

Sangre I Asistimos al suicidio de las formas todas las cosas son un suicidio nosotros sólo elegimos la velocidad de este proceso Ser feliz es el suicidio más cómodo descansa y buenas noches descansa y buenas noches Queremos reflejarnos en todos todo nos divierte pero cada vez quedan menos materiales para reconstruir esta casa ¿Por qué es tan fácil derrumbarse y no logro derrumbar este muro de palabras? Así un buen rato hasta olvidar que estoy tranquilo.

II Amor, voy a encontrar la esquina de todas las cosas y me voy a golpear contra ellas como la chica que se masturba con su celular mientras habla a gritos con su novio (adentro del cuerpo la resonancia es muy rara)

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Tú le cortas el pene y se lo pones en la boca y no lo sabe y va a la escuela y al supermercado

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y ya no puede pronunciar la palabra “gracias”

Tú le cortas el pene y él aprende a obtener cosas a partir de eso con el miembro en la mano saluda a sus maestros asalta un banco toma rehenes y sale huyendo de tu vida por una puerta en el suelo bajo tu cama que fue construyendo sin que te dieras cuenta

Con el miembro en la mano se da un disparo en la boca

Pum saliste en el periódico.

III Soy un negro piedad para los negros se dicen a sí mismos con la piedra que usan para golpearse Piedad para las piedras y para estos maniquís llenos de sangre De qué color es la pérdida digamos rojo digamos que soy un perro digamos negro en la antirrabia de marcharme Perforado el ano de tanto cagarla para qué vivir si el color de la piel no me cambia Soy un negro

enamorado del color

no racista la rabia le pertenece a las piedras la rabia al bordado que mi madre tejía para el día de nuestra boda Soy un negro llorando demasiado pesada no pude lanzarla lejos

encima de una piedra

Decidí rodar PARTEAGUAS

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y me volví gordo Me volví la piel que mis amigos no querían ponerse –YA VETE soy un negro –NO ENTIENDES O QUÉ la textura de mis ojos se ha vuelto áspera para mirarlo todo –QUE TE VAYAS mi piel pesada me la pongo para salir a caminar alguien debería saludarme –QUÉ IMPORTA YA mis manos de un color cenizo –DÉJAME mis manos de negro –DÉJAME SOLA mis manos –QUIERO ESTAR SOLA

pero no demasiado

y yo corro como nunca corrí porque soy demasiado gordo y los gordos no corren los gordos amamos con lentitud entregamos una rosa tú tranquila que mis pliegues ya contuvieron las espinas –NO ENTIENDES QUE TE VAYAS de tanto recostarme tengo llagas en forma de ramas de árbol seco una fisura en el costado soy un mago saco un conejo de ahí lleno de sangre mira –NO IMPORTA YA DÉJAME Soy un negro en la lluvia mi piel se cuartea y en uno de esos cuartos vivimos los mejores días.

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IV Le pido un abrazo a mi madre –sé que usted no hace esta clase de cosas– mi madre a veces llora cuando lee mis poemas porque sabe que su hijo está loco sabe que el medicamento no me baja la fiebre de sentirme una azotea El doctor me dice que respire pero soy un negro cómo se dará cuenta de las agujas que ya traigo encajadas en mi cabeza son arpones Desde su tranquilidad el doctor percibe luz en mi escondite Estoy en un campo concentrado he dejado mis libros y he dejado que el sobrepeso me abandone

Mamá, quiero un abrazo mamá, perdón por ser tan torpe usted sabe que yo no sé cuidarme que yo no quiero cuidarme

Mamá, el arpón si me lo quita me desangro

Aquella fuga de gas es nueva no la había visto todavía no puedo verla

Yo antes no era negro, papá no sé qué pasó

Siempre fuimos imitaciones: para amar nos reproducíamos uno al otro

Mamá, perdón por mentirte papá, perdón por abandonarte amor, tengo una puerta: pronto tendremos una casa mamá, estuve llorando papá, hay un hombre persiguiéndome PARTEAGUAS

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amor, no tengo cambio: yo no lo conozco mamá, mis sobrinos crecen tristes papá, recogí las monedas que se te cayeron amor, usé esta tarjeta para mamá, ya soy un papá, me hablaron de ti amor, cerré la puerta mamá papá un dolor de garganta amor, he tomado tanto que ya no se me para amor: porque los golpes son señales de vida debo seguirme golpeando

La puerta de la desgracia es muy ancha caben todos hasta nosotros los gordos Las personas somos un cáncer el único lector ideal es aquel que no lee tus libros Ya no sé si estoy deprimido o si sólo es un berrinche Te conocen como __________ “el que abandona todo” mi nombre el abandono mi nombre en la cerca para los cobardes mi nombre el culo de dios lampiño y duro La comida fría define a nuestra generación Mi nombre el culo de dios está cosido a la puerta de esta casa para que el cordero no nos quite nada salte esta casa que he perdido pero sigo habitando

Tengo un jelco ya no tengo casa Hice un tiradero Un día que llegué borracho rompí el vaso que a veces veíamos vacío y escribíamos poemas para recordar ese momento

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El poema era nuestra manera de fotografiar un instante Mamá, yo estoy podrido Papá, no puedo odiarte Alguien abrió la puerta usando mi boca como una manija Mira amor, aprendí a andar a gatas mamá y papá estarían orgullosos de verme feliz pero mi boca es un suicidio es una boca negra y gorda

NOS CONCENTRAMOS EN EL FÍSICO PORQUE ES MÁS FÁCIL DE CONTROLAR QUE NUESTRA CABEZA V Papá, no me han salido las cuentas de mi vida sumé lo que tú sumabas amé las llaves de mi casa me gustaba besar el anillo en el dedo sucio del abuelo no estuvo bien que se muriera papá, estoy trabajando y soy mediocre soy una evasión impuesta por el fantasma de mi hermano muerto A veces siento que soy él creo que al morir no vamos hacia ningún otro lado y esa es la gran decepción de mi vida las cosas muertas son un lastre (no sé qué significa esa palabra pero está rodeada de luz y de lodo) Me gustaba jugar a que el abuelo y yo éramos lo mismo y era cierto a que tú y yo éramos elementos repetidos “n” veces en una operación matemática en una fórmula química insoluble y era cierto Mi abuelo me daba carta blanca cuando yo era un niño y ustedes no veían

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VI Mamá, me llené el vacío de datos curiosos por eso cree que soy inteligente para no saber de mi vida me interesé por la de otros Me volví sociólogo aburrido y bizco Yo era bizco y gordo y negro Era de lo peor: el alimento podrido en el estante que aún así tenía clientes Me llevaban a su casa y yo sólo infestaba los rincones de sus cuerpos La enfermedad nunca termina de salir de nosotros Todo nos enferma Todo es hermoso Todo es un suicidio Si queremos todo nos puede doler bastante Hay una cura lo leímos en los libros nos dio esperanza pero no tuve que leer ningún libro para saber que yo era un idiota con cascabeles en el cuello El sonido me volvía sordo tanto sonido me volvía sordo eran los gritos de mis padres su decepción El amor convertido en materia fecal el amor convertido en materia fecal y aún así era algo hermoso.

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VII El cerebro de mi madre le dice a mi cerebro que el cerebro de mi padre estuvo mal Hermanito Tuve rabia de ser negro me quedaba callado porque al hablar sólo escupía preferí beber: tragarme lo que otros tenían que decir El cerebro de mi madre estaba mal cerraba las puertas yo miraba detrás cómo mis dedos se iban atorando Sangre molida Sangre molida en el cerebro de mi padre ahora estoy descomponiéndome delante de esta puerta La vida era el CO2 de mis otros componentes es decir vivía para matarme es decir buscaba un abrazo imposible.

VIII Te dejo mi mano llena de sangre guárdala en tu bolso para cada vez que tengas miedo puedas hundir tu mano y apretar la mía Porque todo es hermoso todo es hermoso te lo juro.

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Maribel Portela Ramo Papel impreso, 96 x 39 x 40 cm, 2013 Exposición “Registro de la materia” Mac 8, Aguascalientes


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EL FIN DEL

APOCALIPSIS ÁNGEL FRANCISCO HERNÁNDEZ MONTAÑEZ

La posmodernidad es la era del fin o, al menos, el sueño del fin. El desencanto imperante en las personas que habitamos los inicios del siglo xxi es tal que parece que ya sólo queda el anhelo de que todo se acabe de una vez. El fin de la modernidad, se dice, fue el fin de la razón. ¿Lo es realmente? Estas y otras preguntas para la comprensión de los problemas contemporáneos, no sólo de la filosofía, son abordados con amenidad por Ángel Francisco Hernández en una disertación que, desde la preocupación crítica de Kant hasta su eco derrideano, nos recuerda que uno de los quehaceres más importantes para la especie humana es mantener una actitud de duda sana y constante. todo lenguaje sobre el apocalipsis es también apocalíptico y no puede excluirse de su objeto. Jacques Derrida

El tono y los temas apocalípticos En un breve texto que dio a conocer en 1796, a propósito de la traducción al alemán de las célebres Cartas atribuidas a Platón, Immanuel Kant expresó su desacuerdo con los “aires de gran señor” que advertía en ciertos discursos filosóficos de su época.1 El objeto de la atención de Kant en aquel entonces era el tono en el que se manifestaba un pequeño grupo de filósofos platónicos y místicos para quienes el quehacer de la filosofía era equivalente a la develación de un misterio. Muchos años después esas reflexiones sirvieron como punto de partida a Jacques Derrida para cuestionar el tono, los temas y las pretensiones 1

IMMANUEL KANT

Kant, Immanuel. “Trabajo preparatorio para ‘De un tono de distinción adoptado recientemente en filosofía’”, en Logos. Anales del Seminario de metafísica, Universidad Complutense de Madrid, Vol. 38, España, 2005, pp. 13-27.


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Jacques Derrida

apocalípticas de algunos discursos filosóficos que cobraron fuerza al finalizar el siglo xx.2 En los aires de suficiencia de la filosofía platónica Kant advirtió una amenaza contra el uso teórico y público de la razón que no sólo impedía pensar en voz alta sino incluso pensar en absoluto. En su opinión, del mismo modo que las sectas creen estar en posesión de un misterio celosamente guardado, los representantes de la filosofía platónico-mística actuaban como si fueran propietarios de algunos secretos que debido a su naturaleza no podían dar a conocer públicamente ni comunicar a otros por medio del lenguaje. Para ellos, bastaría con escuchar la voz interior, o bien dejarse llevar por la intuición o el sentimiento para comprender la totalidad de la sabiduría a la que se aspira con la reflexión filosófica, una sabiduría que desde luego no estaría al nivel y al alcance de la muchedumbre. Las críticas de Kant no se limitaron a los representantes de la filosofía platónico-mística, sino que también se extendieron a la “novísima sabiduría alemana” encarnada en aquel entonces por dos pensadores irracionalistas, Friedrich Heinrich Jacobi y Johann Georg Hamann, enemigos declarados de la Ilustración que proclamaban a los cuatro vientos la necesidad de filosofar por medio del sentimiento

y la intuición.3 Precisamente contra esa filosofía que pretendía castrar a la razón por medio de los arrebatos poéticos y metafísicos, Kant dirige los dardos de su crítica y al final de su pequeña obra señala, con ironía, que “en el fondo, seguramente toda filosofía es prosaica y la propuesta de volver a filosofar poéticamente equivaldría a proponer al tendero que en el futuro llevara sus libros de cuentas no en prosa sino en verso”.4 Platón el académico era para Kant el ejemplo clásico del mistagogo o sacerdote que devela los misterios y por ello no dudó en calificarlo como el “padre de toda exaltación con la filosofía”. En las famosas Cartas, cuya autenticidad ha sido puesto en duda a excepción de la vii, Platón transitaría de la exaltación al delirio en su intento por captar una realidad inmutable de carácter suprasensible que supuestamente sólo se dejaría atrapar por los espíritus más finos y de la cual no podría hablarse abiertamente al pueblo a riesgo de provocar un grosero desprecio. Kant señala que, como buen filósofo delirante, Platón se remonta a las cumbres de la intuición metafísica, se deja llevar por el ritmo lento de los arrebatos místicos, habla a sus adeptos en el tono de quien trata de iniciarlos en los grandes misterios y trata de eludir a toda costa el arduo trabajo conceptual de la razón. Al seguir ese camino –piensa Kant– Platón conduce a la filosofía a una muerte segura. Años después, Jacques Derrida consideró importante reflexionar sobre el tono apocalíptico que literalmente se apoderó de los discursos filosóficos en la segunda mitad del siglo xx. Para ello, eligió como punto de partida el comentario y la parodia de ese breve texto kantiano en el que, curiosamente, jamás se menciona la palabra “apocalipsis” ni tampoco se hace referencia a la historia de sus manifestaciones religiosas y filosóficas. En realidad, en ese texto Kant se limitó a llamar la atención de sus lectores sobre la manera en que algunos filósofos platónicos pretendían darse importancia adoptando aires de suficiencia, como si estuvieran en posesión de ciertos misterios que no podían ser revelados a cualquiera. Y aunque la palabra “apocalipsis” tiene actualmente el significado común de una catástrofe terrible, Derrida destaca que en su significado bíblico original se refiere principalmente a un acto de descubrimiento o a la revelación de algo que permanece oculto a nuestra vista. Pero del mismo modo que Derrida Berlin, Isaiah. El mago del norte: J. G. Hamann y el origen del irracionalismo moderno, Editorial Tecnos, Madrid, 2008. 4 Kant, Immanuel. Op. cit., p. 27. 3

2

Derrida, Jacques. Sobre un tono apocalíptico adoptado recientemente en filosofía, 3a Edición, Siglo xxi, México, 2006.

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T renuncia a interpretar la amplia gama de significados de la palabra, con todas las dificultades que implica la delicada labor de la traducción-traición, nosotros debemos también renunciar a seguir el sinuoso rastro de sus resonancias bíblicas para concentrarnos sólo en algunas de sus manifestaciones seculares más evidentes en nuestro tiempo. Al decir lo anterior no solamente nos referimos a las tradicionales reflexiones marxistas que desde fines del siglo xix pregonaban el fin del capitalismo y el advenimiento del paraíso de los trabajadores o el célebre discurso nietzscheano sobre el supuesto fin del ser más despreciable, el “último hombre”, con sus pequeñas virtudes y su minúscula cordura, con su terrible bullicio de hormigas y su mísero bienestar. Esa elocuencia poético-profética propia del siglo xix, se vio de pronto enriquecida y superada en el último tercio del siglo xx por una gran diversidad de discursos filosóficos seculares que adoptaron con terca naturalidad el tono y los temas apocalípticos. Y aquí vale la pena escuchar con atención los cuestionamientos de Derrida sobre los grandes temas apocalípticos de nuestro tiempo: ¿Acaso los diferendos no han adoptado todos la forma de una emulación en elocuencia escatológica, y no ha sido cada recién llegado más lúcido que el anterior, más vigilante y más pródigo en cargar las tintas: os lo digo en verdad, no es solamente el fin de esto sino también y en primer lugar de aquello, el fin de la historia, el fin de la lucha de clases, el fin de la filosofía, la muerte de Dios, el fin de las religiones, el fin del cristianismo y de la moral (esa fue la ingenuidad más grave), el fin del sujeto, el fin del hombre, el fin de Occidente, el fin de Edipo, el fin de la tierra, Apocalypse now, yo os lo digo, el fin en el cataclismo, el fuego, la sangre, el terremoto fundamental, el napalm que desciende del cielo desde los helicópteros, como las prostitutas, y también el fin de la literatura, el fin de la pintura, el arte como cosa del pasado, el fin del psicoanálisis, el fin de la universidad, el fin del falocentrismo y también del falogocentrismo, ¿y de cuántas cosas más?”.5

Entramos, pues, en un terreno bastante conocido para aquellos que hoy nos encontramos afectados por el síndrome del cansancio postapocalíptico. Con todo, anunciar el fin del cristianismo y la moral no fue, como dice Derrida, la ingenuidad más grave. El mayor atrevimiento y la fuente principal de los ríos de tinta que en el último tercio del siglo xx alimentaron un intenso debate europeo cuyos ecos todavía se 5

Derrida, Jacques. Op. cit., pp. 48 y 49.

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Johann Georg Hamann

escuchan en la caja de resonancia hispanoamericana, es el insistente anuncio del fin de la modernidad y la muerte de la razón, que se transmitió adoptando el tono polémico y los aires de suficiencia de los mejores discursos apocalípticos. Como en la época de Kant, los mistagogos de nuestro tiempo también pretenden tener una relación privilegiada, inmediata e intuitiva con los misterios más insondables. Y como buenos retóricos quieren atraernos y conducirnos por el camino de sus verdades privadas ocultas bajo el delgado velo de su elocuencia poético-metafórica. Como en el juego de espejos de la deconstrucción derrideana, la imagen del apocalipsis se reproduce al infinito. Pero ahora podemos dormir tranquilos, porque el fin del apocalipsis es inminente. Con las resonancias bíblicas como música de fondo, hoy podemos acompañar a Derrida en su aventura, aunque sea a destiempo y a la distancia, dejándonos llevar por el deslucido estilo del siglo de las luces, aludiendo y eludiendo la engañosa seducción del tono apocalíptico: ven, el fin del final se acerca, el apocalipsis del apocalipsis ha comenzado...

De los aires de gran señor a los aires de gran familia En el principio de esta historia está la emoción y una confusa pero exitosa amalgama de sentimientos y actitudes. No en balde el respetado y respetable Jürgen

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T H E M A Habermas, cuando el debate modernidad versus posmodernidad comenzó a ponerse interesante a principios de la década de los ochenta del siglo pasado, caracterizó esta última postura como una “corriente emocional de nuestra época que ha penetrado todas las esferas de la vida intelectual”.6 Y para avivar el fuego visceral de las disputas, en ese conocido texto Habermas sembró de inmediato la semilla de la discordia al situar el debate en el inestable terreno de las dudosas y casi siempre incendiarias clasificaciones políticas, tan comunes en el polarizado ambiente de la militancia intelectual de la gran familia disfuncional de la izquierda. El sumo pontífice y heredero indiscutible del legado de la Escuela de Frankfurt, en el tono condescendiente propio de los “aires de gran familia”, mandó al infierno del ninguneo político a los jóvenes conservadores (George Bataille, Michel Foucault, Jacques Derrida), a los viejos conservadores (Hans Jonas, Robert Spaemann) y a los neoconservadores (el primer Wittgenstein, Carl Schmitt, Gottfried Benn). A quienes estaban todavía vivos en ese momento seguramente no les causó mucha gracia verse de pronto incluidos en una tipología política del conservadurismo que además los colocaba de golpe en el nebuloso campo de la filosofía posmoderna. Y otros que en ese momento fueron excluidos en el texto de Habermas, como François Lyotard, que en aquellos años hacía mucho ruido defendiendo la causa de la posmodernidad, se sintieron defraudados por la falta de reconocimiento a sus esfuerzos y se aprestaron a participar en la polémica. Desde su origen, el debate adquirió tintes maniqueos y, tal vez por esa razón, cada vez que se menciona el tema se aviva una gran animosidad política e intelectual que amenaza con perturbar la sagrada tranquilidad de los recintos académicos. Aparentemente, o se defiende la causa y la crítica de la modernidad en la línea trazada por Habermas, quien considera que se trata de un “proyecto incompleto” o bien se hacen declaraciones a favor de la posmodernidad escuchando el eco de la multiplicidad de voces apocalípticas que desde distintos frentes no se han cansado de anunciar la muerte de esto y también de aquello. Lo que parece innegable es que en su origen y desarrollo el perfil del debate tiene aires de familia. Sus principales protagonistas pertenecen al amplio y ge6

Habermas, Jürgen. “Modernidad: un proyecto incompleto” en Casullo, Nicolás (comp.), El debate modernidad-posmodernidad, 2ª Edición ampliada y actualizada, Ediciones Retórica, Buenos Aires, 2004, p. 53.

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latinoso espectro de la izquierda intelectual, tanto de Europa como de América Latina, como lo muestran los casos del propio Jürgen Habermas, François Lyotard, Peter Bürger, Marshall Berman, Perry Anderson y muchos otros que posteriormente lo enriquecieron con sus aportaciones como Gianni Vattimo, Gilles Lipovetsky, Anthony Giddens, Fredric Jameson, Terry Eagleton, Alex Callinicos y Albretch Wellmer. A esa lista es posible agregar los nombres de otros pensadores latinoamericanos que en alguna medida han participado en esta discusión desde distintas perspectivas, como Bolívar Echeverría, Néstor García Canclini, Juan José Sebreli, Roberto Follari y Rigoberto Lanz. El caso paradigmático es el de François Lyotard que en el último tercio del siglo pasado contribuyó de manera importante a la adopción en el ámbito filosófico y a la difusión masiva del término “posmodernidad” y sus derivados. Como se sabe, en su juventud Lyotard perteneció a diversos grupos ultraizquierdistas y posteriormente tuvo una importante participación en el movimiento estudiantil de 1968 en Francia. En la década siguiente, seguramente convencido del trágico fracaso del socialismo real, adoptó como divisa filosófica la tesis de la “incredulidad” frente a los grandes metarrelatos que legitiman el saber en las sociedades desarrolladas, “la dialéctica del Espíritu, la hermenéutica del sentido o la emancipación del sujeto razonante o trabajador”.7 Aunque el tema político no es el motivo central de esa obra, publicada veinte años antes de la caída del Muro de Berlín, en ella se advierte la sombra de la crisis de la narrativa marxista, seriamente erosionada por las incontables noticias de los excesos totalitarios del socialismo real. Desde luego, Lyotard se cuida mucho de asociar la tesis de la incredulidad exclusivamente al enorme desencanto que experimentaba una buena parte de la izquierda frente al rumbo que había tomado el socialismo en la Unión Soviética y en los países que estaban bajo su órbita. Incluso algunos años después reconoció que en esa obra pionera había simplificado en exceso la cuestión y que los relatos a los que hacía referencia eran todos aquellos que dejaron su huella en la época moderna: el relato marxista de la emancipación del trabajo a través de la revolución proletaria, el relato ilustrado de la emancipación de la ignorancia por medio del conocimiento, y el relato liberal-capitalista de la emancipación de la pobreza a través del desarrollo 7

Lyotard, Jean-François. La condición posmoderna. Informe sobre el saber, 2a edición, Ediciones Cátedra, Madrid, 1991, p. 9.


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Néstor García Canclini

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tecno-industrial.8 Con ello el manto de la incredulidad se extendió sobre las diversas variantes del gran relato moderno de la emancipación y la concepción histórica del “gran propósito”. Al borde del abismo, en las visiones posmodernas del apocalipsis los símbolos se multiplican. Curiosamente, Auschwitz es el nombre que la gran familia de la izquierda asocia con mayor frecuencia a la tragedia y a la no realización de los valores e ideales de emancipación. A la furia nazi del terror totalitario se suma también el desamparo y la angustia ante la inminencia de la guerra nuclear de la que Hiroshima y Nagasaki fueron sólo el primer anuncio. Y de manera tímida, casi encubierta, en la fábula posmoderna aparece aquí y allá el desencanto y la denuncia de lo que a mediados del siglo pasado era un secreto a voces: el extravío totalitario de la utopía socialista, el gulag y los crímenes del estalinismo. Por su parte, en una época en que la narrativa marxista y sus desafortunadas realizaciones históricas se encontraban completamente desacreditadas, Lyotard intentó trazar una línea de demarcación entre el totalitarismo nazi y el totalitarismo estalinista a partir de la diferencia que estableció Kant entre el régimen despótico y el régimen republicano. Incluso se atrevió a plantear la hipótesis de que el totalitarismo estalinista fue ante todo una política de terror más que una política despótica. En la serie de cartas publicadas bajo el título La posmodernidad explicada a los niños, sostiene que el

socialismo fue un relato de emancipación que tuvo su origen en la Declaración de los Derechos del Hombre y, en este sentido, su modo de legitimación seguía siendo republicano, a diferencia del modo despótico de legitimación del totalitarismo nazi que recurrió a las figuras simbólicas de la mitología aria. Si bien Lyotard no podía imaginar que unos cuantos años después el socialismo real estallaría en mil pedazos, en su mente seguía rondando una idea que a la “gran familia” de la izquierda siempre le ha resultado incómoda y difícil de admitir: el cercano parentesco totalitario del nazismo y las diversas encarnaciones del socialismo estalinista.9 Entre la vacilación, la incredulidad y el desencanto, el gran relato apocalíptico cobra fuerza y realidad.

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Lyotard, Jean-François. La posmodernidad explicada a los niños, Editorial Gedisa, Barcelona, 1987.

Hubo una época, se dice, en que la humanidad confiaba ciega e ingenuamente en los efectos positivos del desarrollo de las artes, la ciencia y la técnica. En la época dorada de las certidumbres ilustradas y 9

En la clásica obra que escribió sobre este tema varias décadas antes, Hannah Arendt expresó esta idea con toda claridad: “Hasta ahora conocemos solamente dos formas auténticas de dominación totalitaria: la dictadura del nacionalsocialismo a partir de 1938 y la dictadura del bolchevismo a partir de 1930. Estas dos formas de dominación difieren básicamente de otros tipos de dominación dictatorial despótica o tiránica, y aunque evolucionaron con una cierta continuidad a partir de dictaduras de partido, sus características esencialmente totalitarias son nuevas y no pueden derivarse de sistemas unipartidistas”. Cfr. Los orígenes del totalitarismo, Alianza, Madrid, 1981, p. 548.

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François Lyotard

revolucionarias del siglo xviii se tenía confianza en el progreso general de la humanidad y en la posibilidad de la transformación social conforme a los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. En los dos siglos posteriores, continúa el relato, el optimismo y la pasión revolucionaria de los ciudadanos franceses que lucharon para liberarse de la ignorancia, la pobreza y la tiranía, contagiaron a todas las corrientes políticas –liberales, socialistas, anarquistas y demócratas– que prácticamente sin distinción abrazaron la causa de la emancipación intelectual, política y económica de la humanidad. Pero después de casi dos siglos de luchas sangrientas –y aquí viene la visión apocalíptica– la retórica de la emancipación se fracturó y el “malestar en la cultura” alcanzó niveles intolerables. El desarrollo tecno-científico, en lugar de traer consigo el progreso y el bienestar del género humano, abrió la puerta al infierno de la guerra nuclear y al ecocidio que amenazan con poner fin a la humanidad. La promesa de justicia social que infundió la esperanza de una vida mejor a millones de personas dio paso a la instauración de crueles dictaduras y regímenes abiertamente totalitarios que masacraron a la población civil en nombre de la raza, la clase social o la democracia. “Ni el liberalismo, económico o político, ni los diversos marxismos salen incólumes de estos dos siglos sangrientos. Ninguno está libre de la acusación de haber cometido crímenes de lesa humanidad”.10 10

Lyotard, François. La modernidad explicada a los niños, p. 91.

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Hay razones, pues, para pensar en el desfallecimiento o fracaso de un proyecto civilizatorio. Lyotard eligió el nombre de Auschwitz para referirse a la sombra de pesadumbre que oscurece al espíritu de una época en la que el futuro parece impenetrable y el rumbo que hasta ahora habíamos seguido ha dejado de tener sentido para nosotros. Pero en honor a la verdad, como buen integrante de la gran familia de la izquierda, Lyotard pudo también utilizar el nombre del gulag para referirse no al fin de la modernidad sino al debilitamiento de una de sus corrientes intelectuales y políticas, tal vez la más crítica y rebelde, que a partir de la caída del muro de Berlín en 1989 y la desintegración de la Unión Soviética en 1991, dejó un vacío teórico y político que inmediatamente fue llenado por otros sistemas de pensamiento que se encontraban más a tono con la nueva condición de incredulidad y falta de sentido de una época que trató inútilmente de fijar en el “post” el olvido fundamental de un gran desastre histórico: el desastre de las distintas variantes del socialismo trágicamente existente. Extraña paradoja: cuando las evidencias del fracaso del proyecto socialista eran ya inocultables, en el nutrido coro de los apocalípticos se empezaron a escuchar los gritos: ¡la modernidad ha muerto! ¡La razón totalitaria ha muerto! ¡Todo lo que un día estaba vivo ha muerto! Bien dice Jacques Derrida que toda escatología apocalíptica se afirma en nombre de la luz, del vidente y de la visión. Y así como Kant en su época intentó desmitificar el tono gran-señor de la filosofía platónico-mística en nombre de la ilustración, “nosotros no podemos no heredar esas Luces, no podemos y no debemos –es una ley y un destino– renunciar a la Aufklärung, o dicho de otra manera, a lo que se impone como el deseo enigmático de la vigilancia, de la vigilia lúcida, de la elucidación, de la crítica y de la verdad, pero de una verdad que al mismo tiempo guarda en ella un deseo apocalíptico, esta vez como deseo de claridad y de revelación, para desmitificar o, si lo preferís, para deconstruir el discurso apocalíptico y con él todo lo que especula sobre la visión, la inminencia del fin, la teofanía, la parusía, el juicio final”.11 Así pues, el final es el principio y aunque la pregunta pueda parecer ociosa a estas alturas debemos ensayar una respuesta: ¿en verdad sepultamos a la modernidad y a la razón?

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Derrida, Jacques. Ibidem, p. 52.


Maribel Portela Hojas negras Papel, 93 x 93 x 13 cm, 2013


N A R R AT I VA

El mole ADOLFO ARTEAGA SÁNCHEZ e conté de Nora?, la que fue mi compañera en la oficina de seguros. Sí, ella, Nora, la gorda voluntariosa, ella sí me quería, no como la otra. Si vieras cómo cocina, sabe hacer los chiles rellenos más buenos de todo México, y de los postres ni se diga. Déjame que te cuente. Todo empezó un fin de semana que salíamos de la chamba, le di un aventón, me invitó a pasar a su casa y me dijo: –Arturo, quédate a comer; mi hermano ya se fue a Juchipila, guisé un molito para los dos y ahora tengo mucha comida. Ven, acompáñame a la cocina, siéntate. Puso al fuego las cazuelas, tomó una baguette de una forma muy singular –nunca me había fijado en sus manos, eran las manos más bellas que nunca antes había visto–, la partió, y qué manera de untarle la mantequilla mientras me comentaba que se iría mañana a Juchipila, que siempre pasaba los fines de semana con su familia. Yo no podía quitar mis ojos de aquellas manos que comenzaron a preparar una ensalada César. ¡Qué manera de quebrar los huevos! Batió el aderezo con parsimonia, lo distribuyó lentamente sobre la lechuga y con sus manos lo revolvió, ¡con esas manos! Lelo, vi cómo metió su dedo índice en el mole, lo puso frente a mi cara y me ordenó: “Prueba, a ver cómo me quedó”, le chupé su dedo, trémulo, le conteste mirándola de soslayo: “dulce”; repitió la acción pero ahora con dos dedos, me embarró los labios, después me limpió con su lengua y de ahí pal real a comer sabroso y calientito todos los días. Un grito que venía desde la cocina interrumpió la plática de los dos amigos: –Arturo, ven a poner la mesa y a preparar la ensalada.

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Ilustración de Jesús Reyna


N A R R AT I V A

El buzo con tos MAURICIO SALVADOR abes qué acabo de descubrir? –dijo Rosario–. Que no se pueden hacer planes a futuro. A lo mucho se pueden hacer planes para el día siguiente. Y ni siquiera eso. –Yo voy a ser un buzo. –¿Y eso qué? –Es mi plan. –Pero te acabo de decir que no se puede. –¿Por qué no? –Porque no. ¿Estás sordo? Quizá un plan a corto plazo sí. Por ejemplo, podría enterrar a José Brian en la arena y dejarlo ahí para ver cuánto tiempo dura sin llorar. Es un buen plan a corto plazo. –Pues mi plan es ser un buzo. A Rosario le fastidió que semejante certeza (como si ser un buzo fuera grandioso) amenazara su reciente descubrimiento: que en esta vida no se pueden hacer planes. Aún más, le fastidió la sospecha de que si el chico seguía hablando su vehemencia la obligaría a replegarse hasta aceptar que, bueno, de vez en cuando ciertos planes podían llegar a realizarse. Pero justo cuando el buzo iba a proseguir la descripción de su plan de convertirse en buzo un ataque de tos lo hizo doblarse en dos. Rosario sintió que recuperaba su antigua autoridad. –Esa tos –dijo. –Me da cuando me río o me pongo ansioso –dijo él. –Es triste no poder reírse. –Es sólo que... a veces... –continuó el chico, reprimiendo los borbotones de aire–...a veces... Para no molestarla más mordió la boquilla de su esnórquel y respiró a profundidad varias veces; con este método los ataques de tos languidecían; era un gran misterio.

Rosario apartó la vista del buzo y se estremeció con la brisa del mar, una brisa reparadora para todos pero para ella un recordatorio de que las vacaciones habían llegado a su fin. Porque en general Rosario odiaba que las cosas llegaran a su fin, que la escuela llegara a su fin, y las vacaciones y el sueño y, sobre todas las cosas, los domingos. Que un domingo llegara a su fin era en ocasiones más de lo que podía soportar. Y sentir por medio de esa brisa fresca que se acercaba el final de la tarde y del domingo y de las vacaciones y que más tarde tendría que subir a la habitación y al otro día estar de camino a casa fue una sensación que en ese momento le pareció lo más cercano a la muerte. La situación era tan miserable que no se dio cuenta que el pequeño buzo se había recuperado y le contaba desde hacía rato lo mucho que aquel hotel le gustaba a sus papás y cómo tenían planeado regresar todos y cada uno de los años de su vida. Al escuchar que lo tenían planeado desde tantos años atrás, a Ros se le removió el estómago porque estaba convencida de que esas cosas no eran posibles, no era posible planear algo con tantos años de anticipación, no cuando cada cinco minutos el mundo daba media vuelta y lo ponía todo de cabeza, cuando apenas uno decidía cómo serían las cosas “algo” hacía su aparición y decidía que en realidad tenían que ser de otra manera y lo que uno tenía en mente se hacía añicos porque las cosas no pueden planearse, así de sencillo. Pero para qué explicarle todo esto, pensó. ¿Lo comprendería? –A mis papás también les gusta –fue lo que dijo–. A mi mamá por la comida y a mi papá porque puede hacer mucho ejercicio, es un díscolo. –¿Un qué? –Alguien que arroja el disco –aclaró Rosario. Volteó a donde estaba su hermano y gritó–: ¡José Brian! ¿Todavía quieres aprender a nadar? Como respuesta José Brian les dedicó una mirada concentrada de rencor y promesas; luego volvió a su mundo y siguió platicando solo en el chapoteadero. –Es por tu culpa –dijo Rosario. –¿Porque eres mi novia? –Porque no le enseñaste a nadar. El buzo mordió el esnórquel y sólo por prevención hizo unas cuantas respiraciones que sonaron como los

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N A R R AT I VA

Ilustración de Jesús Reyna

ruidos que haría un fantasma a medianoche. A Ros le pareció que los ojos azules del buzo se tornaban verdes y que su cabello reflejaba el atardecer. Era un chico cambiante este buzo con tos. –José Brian era güerito de bebé –dijo, llevada por sus pensamientos–, Pero después engordó como un marrano. –Me sé una historia –dijo el buzo–, son unos hombres que viven en una isla. Bueno, no es una isla pero ellos creen que es una isla y piensan que ese es todo el mundo que existe. Un día unos pescadores se pierden durante una tormenta y nadie sabe qué pasó con ellos. Entonces a uno se le ocurre construir un puente sobre el mar para ir a buscarlos... –Eso es muy tonto. – ...y comienzan a construirlo poco a poco sobre el mar pero no avanzan nada y luego viene otra tormenta y destruye el puente...

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–¿Y por qué no salieron a buscarlos en lancha? –Es que había tormenta. –¿Y qué pasó? –Ya no recuerdo. Haces muchas preguntas. –Porque no me gustan las historias así. –¿Quieres ir otra vez a la playa? –No. –Podemos construir otro castillo. –Seguro que José Brian lo destruye otra vez. –Podemos protegerlo. –No quiero hacer nada. Te digo que ya no se pueden hacer planes. –Eres muy rara –dijo el buzo. –¿Y qué? El buzo tosió falsamente y volvió a su silla decidido a guardar silencio y no proponer más planes. Pero al cabo de un rato dijo: –¿Has mandado postales? –No.


N A R R AT I V A –No es difícil. Es como mandar una carta. –No me gustan las cartas. –No te gusta nada –se quejó él–. O no quieres hacer nada conmigo. –Es que no tiene caso –dijo Ros–. Es lo que te estoy diciendo. Tú eres el que no entiendes nada. Enojados, permanecieron callados el resto de la tarde, es decir, los pocos minutos que aún quedaban de sol, hasta que los padres del buzo aparecieron por la alberca y le hicieron a su hijo una señal para que los acompañara al restaurante. –¿Nos vemos más tarde? –preguntó. Ros no se atrevió a decirle que esa era su última noche en el hotel. Sólo dijo sí con la cabeza y contempló al buzo mientras se alejaba a punta de aletazos por el camino de concreto que conducía al restaurante del hotel. ••• Después de recorrer por segunda ocasión el bufet Ros volvió a la mesa y notó que José Brian charlaba con su cena y que sus padres comían en silencio. –No sé si son mis mejores vacaciones o las peores –declaró. –Son mis mejores vacaciones –dijo José Brian a su comida. –¿Y tu novio? –preguntó su madre. –No es mi novio –dijo Ros– es un buzo. – ...mis mejores vacaciones –repitió José Brian. –¿Quieres callarte? –Déjalo. –Coman –dijo su padre y ambos, Rosario y José Brian, se aplicaron a sus platos y contribuyeron con su parte al concierto de voces y cubiertos que reinaba en el restaurante. Mientras cenaban su madre se ocupó en hacer que José Brian comiera propiamente, una tarea complicada porque la comida lo transformaba y no era él uno de esos niños a los que se les ruega para que coman sus verduras, al contrario, a él había que quitarle el plato y lo que hubiera en él para preservar su salud y evitarle la muerte. Su padre, en tanto, realizaba una técnica consistente en llevarse la taza de café a la boca cada vez que

una mujer pasaba junto a la mesa o se acercaba a la barra de ensaladas. Sus ojos bailoteaban por encima de la taza y luego de dar un sorbo su atención se perdía en los otros comensales del hotel y finalmente en José Brian, a quien daba un golpecito en la cabeza y le decía: “Come bien”. Era un hotel muy grande aquel, el más grande que Ros hubiera visitado y el primero, de hecho. Hasta el momento de su llegada pensaba que un hotel era un sitio para pasar la noche durante un viaje y nada más. Ahora sabía qué equivocada estaba. Era un lugar con posibilidades infinitas; donde la vida simplemente era mejor; donde los meseros te servían más jugo sin necesidad de pedirlo y donde de regreso a la habitación las camas siempre estaban hechas y el baño relucía de limpio y las habitaciones tenían botones distribuidos de tal manera que en las noches nunca había que desplazarse más allá de un metro para apagar las luces y dormir tranquilo en aquellas enormes camas de frescas colchas; y si uno no quería dormir se podía optar por salir al balcón y mirar la noche y escuchar el mar y estar ahí; eso, estar, sin hora de ir a la cama ni obligación de hacer tarea; y de ser adulto se podía, como sus padres, salir a bailar salsa o tomar una copa y pasarla bien aunque Ros no veía diversión alguna en el hecho de salir a escuchar una música tan horrible y beber bebidas espantosas. Con el paso de los días Ros y José Brian se convirtieron en presencias familiares para los huéspedes y el staff del hotel. Como si tuvieran el don de la omnipresencia se les podía ver al mismo tiempo en la alberca y el restaurante, y en el gimnasio o sentados a la barra del bar del hotel tomando una limonada mientras contemplaban cómo el barman preparaba una tras otra las bebidas exóticas que pedían los otros huéspedes. Era un gran hotel, uno fantástico. Tras cenar Rosario había adquirido la costumbre de vagar por el lobby y sentarse en los grandes sillones a ver televisión a pesar de que lo único que la televisión transmitía era la publicidad del hotel y de los diferentes tours que su padre había dicho que de todas maneras no iban a adquirir. Esa última noche decidió que todo iba a ser igual. Después de cenar se dirigió al lobby y tomó asiento en el sofá para mirar la enorme pantalla apagada. Se-

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N A R R AT I VA mejante contratiempo la puso ansiosa. Sin contar con una experiencia anterior Ros supo que justo de eso se trataba, de la nostalgia, de las expectativas, de las posibilidades que la “última noche” puede producir. Sólo para distraerse de sus pensamientos tomó y comenzó a leer una revista para mujeres, en especial para mujeres que gustaban de pasearse por la playa con pareos y gafas oscuras y andar de noche con un vestido rojo entallado y tacones altos. También había hombres pero a estos no parecía importarles la moda y sí escalar montañas, jugar tenis y andar en bicicleta. Pasó las páginas distraídamente, leyendo las frases en cada uno de los anuncios pero también pensando en el buzo con tos, en los dos días anteriores que habían pasado juntos en la alberca y en la playa, tomando limonada, contándose secretos, haciéndose bromas. Por un momento sintió que nunca más en la vida iba a encontrar a alguien como él, alguien con quien pasar el tiempo era de hecho extraerse al tiempo y vivir en un plano donde la mayoría de las cosas dejaba de tener importancia. Con esto en mente se dirigió al bar, donde el barman ya la esperaba, y dejó que le sirvieran su limonada. –¿Y el buzo? –preguntó el barman. –No lo sé –dijo Ros–. No soy su mamá. Dicho esto bebió la limonada y miró hacia otro lado, contrariada todavía por no haberse atrevido a decirle al buzo que era su última noche y decepcionada por no haberlo visto a él ni a sus padres en la mesa del restaurante que habían ocupado las noches anteriores. Divertido, el barman siguió limpiando vasos, lavando licuadoras, poniendo en orden cada uno de sus utensilios al tiempo que le lanzaba miraditas. Le divertía hablar con Ros. –No me digas que te dejó plantada. –No –dijo Ros–. Es sólo que ya nos vamos. El barman hizo un gesto de contrariedad ante las noticias y luego atendió a dos huéspedes jóvenes que Ros ya había visto en el hotel en otras ocasiones. Mientras daba un sorbo a su limonada observó a la chica de arriba abajo, su vestido corto, sus pies con las uñas pintadas, su cabello perfumado, sus labios pintados. Por supuesto Ros había visto otras mujeres en el hotel, pero esta muchacha tenía el don de hipnotizarla cada vez que posaba sus ojos en ella. En la alberca, por ejemplo,

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Ros se descubrió incapaz de mirar a alguien más que no fuera ella. La muchacha también había advertido esta atención y la gratificaba con una sonrisa que a Ros le parecía de lo más falsa y que por ello nunca se dignaba contestar. Apenas veía la sonrisa decidía alejarse y eso fue lo que hizo en cuanto la chica le sonrió con su boca pintada y sus dientes manchados de bilé. Con su limonada en la mano se dirigió al elevador y oprimió el piso número 2. Mientras subía recordó el momento en que ella y José Brian se encontraron por primera vez con el buzo. Éste cavaba un hoyo muy profundo en la arena, tan profundo que Rosario llegó a sentir pánico ante la posibilidad de que el agua comenzara a brotar sin control. Al salir del elevador caminó como en cámara lenta, en parte porque los pasillos eran iguales y eso la confundía y en parte porque no olvidaba que esa era la última noche que pasaría en aquel hotel. Ahora cada momento le parecía hermoso porque sabía que nunca más en la vida iba a volver a estar en un hotel tan magnífico. Se detuvo frente a una puerta y tocó. Un hombre abrió, estaba desnudo. –¿Se te ofrece algo? –Estoy buscando al buzo. –¿Perdón? –El buzo con tos. –No conozco a ningún buzo. ¿Estás hospedada aquí? Ros asintió. –¿Y tus papás? ¿Están en este piso? –Sólo quería despedirme del buzo. –El buzo –dijo el hombre–, ¿es como de tu edad? –Más chico –dijo Ros–. Usa aletas. –¿Cómo de este tamaño? Creo que ya sé de quién hablas. Lo conozco. ¿Es tu amigo? –Sí. Me quería despedir. –¿Cómo te llamas? –Rosario. –Bonito nombre. El timbre del elevador sonó y fue en ese momento en que Rosario giró en su lugar y se encaminó hacia el elevador, de donde en ese instante emergió la pareja que ella y José Brian solían encontrarse a todas horas en la alberca y el bar del lobby. La chica sonrió y dijo


N A R R AT I V A “hola” pero Rosario experimentó un odio desmedido hacia la simpatía que le ofrecían. ¿Cómo no podían comprender que aquella era la última noche del día, de las vacaciones, de su vida? Nadie sabía nada. Nadie comprendía que en esta vida las cosas nunca salían como una quería. ••• Esa última noche Ros no quiso salir a la playa, pasear con José Brian o ver televisión. Se sentó en el balcón a escuchar el azote de las olas contra la playa y a mirar las estrellas en el cielo aunque para entonces ni las olas ni las estrellas le interesaban. De hecho se olvidó de todo ello al cabo de unos minutos y miró las uñas de los dedos de sus pies. Y miró sus pies. También miró las uñas de sus dedos pero pronto su atención regresó a las uñas de sus pies. Eran uñas bien formadas a pesar de que se curvaban demasiado y los extremos parecían clavarse en la piel de los delgados dedos. Excepto por el tamaño y el color eran las mismas uñas de su madre, aunque ella solía pintarlas de negro o de rojo fuego y aplicarles una capa de brillo que olía a rayos. Regresó a la habitación y buscó el barniz de uñas en las cosas de su madre. Lo llevó a la terraza y ahí comenzó a pintarse las uñas con tanto cuidado y concentración que ni siquiera escuchó cuando sus padres y José Brian volvieron a la habitación. José Brian se colocó a sus espaldas y vio lo que estaba haciendo. –¡Mamá –gritó–, Ros se está pintando las uñas! Rosario cerró el frasco de barniz, metió los pies con sumo cuidado en las sandalias y entró a la habitación. Sus padres miraron sus uñas pintadas y le dedicaron un gesto de escepticismo y otro de sorpresa. –Ya no se pueden hacer planes hoy en día –dijo Rosario. –¿Perdón? –Todos los niños tienen los dedos de los pies chuecos –continuó–, pero yo los tengo perfectos. –Los tendrás perfectos –dijo su madre– pero no tienes edad para pintarte las uñas ni ponerte bilé. Lávate ahora mismo. Ros no hizo caso y en vez de eso se sentó en la cama para seguir admirando las hermosas uñas de sus pies.

Ilustración de Jesús Reyna

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Ú LT I M O T E M A

Sobre vecindades en Aguascalientes*

La mención más antigua a una vecindad en la ciudad de Aguascalientes

data de 1874 y es la de los “Cuartos de don José Morán”, situados en el Callejón del burro. Ya casi a finales del siglo xix aparece otra referencia que tampoco lleva aún el nombre de vecindad, “El Mesón del Ángel”, que a pesar de la categoría contenida en su título cumplía la función de un hospedaje más fijo que el de un mesón.

En uno de sus reportes sobre una vecindad el ingeniero de ciudad encontró

que “la mayoría de las piezas están inhabitables: muy reducidas, los techos sumamente bajos, poca ventilación, mucha humedad y ninguna comodidad”. Revisó el excusado y se topó con uno “lleno por completo”, del cual salían “las materias fecales a la pieza contigua”, por lo que “los numerosos inquilinos usan como excusado un pequeño hoyo que se hizo en uno de los cuartos, sin banco ni tablas”.

Las escenas de bailes y riñas que involucraban a toda la vecindad son

bien frecuentes en la prensa. El comisario se encontró un día con un gran escándalo en la vecindad de Jesús, en el cual llevaba protagonismo María Guadalupe “mujer conocida por la cubana”. En otro patio de vecindad, éste en la calle de Larreategui, “hubo una riña, casi un tumulto, por el número de rijosos, hombres y mujeres”. *Datos extraídos de “En busca de la ciudad invisible: habitación, barrio e itinerarios urbanos en los márgenes de Aguascalientes a principios del siglo xx” de Gerardo Martínez Delgado.


Cúmulo, pág. 3 Gota y Estructura aérea, pág. 76

Delta, pág. 63

Corales, pág. 81

Ramo, pág. 90

Flor del desierto, pág. 42

Hojas negras, pág. 97

Hilito de sangre, pág. 7

Maribel Portela es una escultora y ceramista que cuenta con más de 40 exposiciones individuales y 100 colectivas, ha presentado su trabajo no sólo en algunas ciudades de México sino también en Puerto Rico, Canadá, Egipto, Estados Unidos, Irlanda, Francia, Dinamarca, Suiza, España y China. Afirma: “Me interesa explorar técnicamente distintos materiales; a través de pliegues, arrugas, acumulaciones, cortes, llego a la construcción de estructuras tridimensionales y bidimensionales”. En 2001, fue becaria del Sistema Nacional de Creadores (fonca), México y en 2011 del Programa de Residencias Artísticas fonca-Conacyt, México-China,  Academia de Bellas Artes de la Universidad de Tsinghua, Pekín. Su obra forma parte de importantes colecciones y publicaciones en México y el extranjero. Entre el 30 de octubre de 2014 y el 25 de enero de 2015 su exposición “Registro de la materia” se exhibió en el Museo de Arte Contemporáneo, Mac 8.


ARTE

"Semblantes del siglo xx",

artes plásticas

Colección del Museo Aguascalientes María Patiño Richarte

Poesía, entrevista con

literatura

Francisco Hernández y Nuno Júdice Juan Manuel Roca

Ahora más que nunca

artes escénicas

Hacer la tumba, obra de Daniel Serrano Rodolfo Guerrero

Es más que jazz, es música

música

entrevista con John Medeski danzaLa danza folclórica mexicana en el ica Alfredo Xicoténcatl García Robles DOSSIER

Familias de hoy,

diversas, en proceso de adaptación Olivia Sánchez García

Homoparentalidades:

la familia como espacio de reconocimiento Karina Bárcenas Barajas

Casa 1100, comunidad Juan Manuel Tejada Colón

No como cualquiera, sino cualquiera José Luis Justes Amador

Ni para vestir santos Eréndida Hernández Velasco THEMA

El fin del apocalipsis Ángel Francisco Hernández Montañez

7 5 020 10 404 869

Galería


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