El correo bíblico LENGUAJE Y CONTEXTO DE LA BIBLIA (PARTE II) LA BIBLIA AL DESNUDO Por José Rubén Arango Miraremos varios aspectos de la Biblia como la tenemos hoy en nuestras manos y como fue en el pasado. 1. En la época de los patriarcas solamente se conocía la Torá o la ley de Moisés, y, probablemente, no el texto acabado sino lo correspondiente a la legislación. Estos textos ya aparecían en papiros que debían llevarse y su peso y tamaño eran incómodos. Durante el reinado de Josías ya se conoce el texto final de la ley, y existen muchos documentos que informan acerca de la historia de Israel, los anales de los reyes y las profecías de los videntes (1 Cr 29:29; 2 Cr 25:26;
ese tiempo ya existía la Escritura o A.T., Lc 24:44 (posiblemente la versión de La LXX). 2. Los materiales predominantes de escritura fueron el papiro y el pergamino; tinta y pluma (2 Tm 4:13; 2 Jn 12; 3 Jn 13). 3. El Antiguo Testamento fue escrito en lengua hebrea, excepto una palabra “Jegar Sahaduta” (Galaad) de Génesis 31:47, Esdras 4:8 – 6:18, 7:12-26; Daniel 2:4 – 7:28; Jeremías 10:11 y palabras aisladas (Mr 5:41, 7:34, 15:34), que fueron escritos en lengua aramea. 4. El Tárgum es el Antiguo Testamento en lengua aramea. 5. El Antiguo Testamento no tenía vocales ni signos de puntuación. Este proceso fue un trabajo realizado por los masoretas o rabinos eruditos que sucedieron a los sopherim o escribas y que perpetuaron la tradición concerniente al A.T., entre el siglo VII y XI en Tiberías y Jerusalén. Inventaron un sistema vocálico y uno de acentos para conservar el hebreo bíblico, hicieron anotaciones que permitieran asegurar la transmisión exacta de las Escrituras a las generaciones futuras; introdujeron marcas diacríticas para facilitar la ubicación de pasajes difíciles; establecieron reglas precisas y detalladas que debían aplicarse en la producción de nuevas copias de la Escritura (masora); registraron una estadística exacta de palabras y letras para saber que la copia era fiel; rechazaban cualquier copia con un solo error que se cometiera en la transcripción. La única versión completa que se conserva del texto masorético es el “Códex Leningradense” del año 1008 y el más antiguo, aunque incompleto, el “Códex Aleppo” del siglo X.
34:1-26). Para el tiempo de Esdras, se completó la ley, los profetas y los escritos (o Tanaj), Esd 6:18; Neh 8:1, 13:3). La palabra que fue traducida “libro” es la misma que “rollo”, que sería la más correcta. En tiempos de Jesús, los sacerdotes tenían el cuidado y la responsabilidad de guardar y conservar esos rollos que se leían en la sinagoga según el culto de cada día (Lc 4:17-21). Y para
6. Originalmente no estuvo dividida en párrafos ni en capítulos ni ninguna otra división o separación. Cada texto era una sola pieza, lo que hacía complicada su lectura. Tanto los manuscritos como los incunables se ciñeron a los textos de origen hasta la impresión de la Biblia parisense con capítulos y la Vulgata con capítulos y versículos. Los judíos dividieron la Ley en 54 secciones (perashiyyoth) para ser leída en un año. Los profetas
fueron divididos en secciones o despedidas (haftaroth). Para el tiempo de Jesús ya esta costumbre era lo normativo en la Sinagoga (Lc 4:16-19; Hch 13:15, 15:21, 2 Co 3:14). Algunos libros eran conocidos con algún nombre (Mr 12:26; Lc 20:37). Los masoretas hicieron divisiones en frases cortas y completas. En el siglo XI, Lanfranc, consejero de Guillermo el conquistador, intentó dividir la Biblia en capítulos. En 1206, Stephen Langton, profesor de La Sorbona y arzobispo de Canterbury, dividió la Biblia en capítulos más o menos iguales. En 1240, Hugo de Cher, dividió cada capítulo de Langton en siete subdivisiones. En 1527, Sanctes Pagninii, dominico italiano, publicó su traducción de la Biblia al latín, dividida en versículos. Ya en 1551, Robert Etienne o Stephanus, impresor parisiense, adoptó la división de Pagnini y dividió en versículos los deuterocanónicos y el Nuevo Testamento. En 1555 aparecen al margen y en 1565, Teodoro de Beza, los introdujo dentro del texto bíblico mismo. En 1592, el papa Clemente VIII, reconoció oficialmente las divisiones hechas por Langton-Etienne que perduran hasta hoy. Sin embargo, pese a este largo proceso, necesario para memorizar textos, comparar pasajes, encontrar con facilidad los pasajes y para identificar las citas, quedaron errores en muchos capítulos y versículos, cuya división puede generar malas interpretaciones. 7. Hoy contamos con estos datos (en la versión ReinaValera): 3.566.480 letras 773.692 palabras 1.189 capítulos 31.102 versículos 405 idiomas (toda)
783137 a 773746 en otras versiones 1347 (ortodoxas) y 1329 (católicas) 3203 lenguas, partes de la Biblia
8. La Biblia tampoco tenía títulos (encabezados, subtitulaciones) de ningún tipo. Los nombres de los libros del Pentateuco se asignaron de las primeras palabras con las que empezaba cada libro. Los demás libros corresponden al tema o al escritor, por lo general. Muchos libros han adoptado más de un nombre, según la versión. El libro de Deuteronomio recibe su nombre porque contiene la repetición o segunda ley dada a la generación de judíos nacidos en el desierto; Crónicas, se llama también “Anales” por sus relatos históricos o “Paralipómenos”, porque se creía que contenía historias ocultas en los libros de Reyes. Los libros de Samuel, llamados así, porque cuentan la historia del último juez,
profeta y sacerdote, y porque se creía que era el compilador de estos dos libros, pero eran denominados por los judíos I y II de Reyes. Nehemías es conocido como Esdras II. Eclesiastés es conocido con su nombre en hebreo, Qohelet o libro del Predicador. El libro de los Hechos es denominado también como las Actas de los Apóstoles y Apocalipsis como el libro de Revelación. En el caso de los Evangelios y las Epístolas, la tradición le antepuso a cada nombre de sus escritores el apócope de “San”, señalando que eran hombres canonizados o elevados al rango de santos. El nombre de Jacobo fue sustituido por el de Santiago (San Jacobo). El de Hebreos recibió su nombre porque estaba dirigido a una comunidad judeocristiana. Los subtítulos y títulos varían en cada versión, y hacen referencia a una idea general del contenido de la porción que abarcan. 9. El nombre “Biblia” se origina de la ciudad de Biblos y significa “libro”, “rollo”; biblia es su plural. Etimológicamente, deriva de la voz griega Biblos, biblia, conjunto de rollos. 10. La Biblia se divide en dos grupos naturales. Antiguo y Nuevo Testamento. La palabra testamento, proviene del latín testamentum que es la traducción del griego diatheké (convenio, contrato, disposición) y este, a su vez, del hebreo berith (pacto, convenio, alianza). Son pues el Antiguo y Nuevo Pacto, pero una sola Revelación soberana del plan eterno de salvación en la historia humana y la voluntad de Dios (Lucas 24:25-27, 2 Pedro 1:20-21) Esta división natural solamente responde a agrupar los libros del canon judío hasta Esdras (39 libros, para los cristianos evangélicos) y los libros del canon cristiano (27 libros). No responde al concepto soteriológico del antiguo y nuevo pacto para hacer referencia a los hechos, eventos y verdades teológicas, manifestadas en el tiempo anterior y posterior a la muerte y resurrección de Cristo, como lo revela las Escrituras (Hebreos 1:1, ss.) 11. El Antiguo Testamento, como ya se ha comentado, fue subdividido en tres grupos temáticos: la ley, los profetas y los escritos. Y tradicionalmente se divide en Pentateuco, históricos, sapienciales o poéticos y proféticos (mayores y menores). En el caso del Nuevo Testamento, se ha acogido la división en Evangelios, histórico, epístolas o cartas (paulinas y generales) y profético. Sin embargo, sería más apropiado revisar la división tradicional y los libros que se han incluido en cada grupo temático. Una división general más precisa sería:
5 9
3 4 2 4 12
4 1 13
7 1 1
ANTIGUO TESTAMENTO Pentateuco Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio Históricos Josué, Jueces, Rut, 1° y 2° de preexílicos Samuel, 1° y 2° de Reyes, 1° y 2° de Crónicas Históricos Esdras, Nehemías y Ester posexílicos Poéticos Job, Salmos, Cantares y Lamentaciones Sapienciales Proverbios y Eclesiastés Proféticos Isaías, Jeremías, Ezequiel, (mayores) Daniel, Proféticos Oseas, Joel, Amós, Abdías, (menores) Jonás; Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías. NUEVO TESTAMENTO Evangelios Mateo, Marcos, Lucas y Juan Histórico Hechos Epístolas Paulinas Romanos, 1ª y 2ª de Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1ª y 2ª de Tesalonicenses, 1ª y 2ª de Timoteo, Tito y Filemón Epístolas Generales Santiago, 1ª y 2ª de Pedro, 1ª , (petrinas, juaninas., otras) 2ª y 3ª de Juan, y Judas Apologético Hebreos Profético Apocalipsis
En el próximo correo continuaremos con este tema en una tercera entrega. Espere aparte o anexo a este correo un taller que deberá completar con base en la lectura de las dos entregas sobre este tema.
¡BERACA! .
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IMPORTANTE: Comparte conmigo tus conclusiones: joaro2140@gmail.com o a través de Raquel Pinto. Espero tus respuestas