Semana de la Ciencia EXPLORA 2015

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INTERCULTURALIDAD Y CIENCIA el desafío de conocer para comprender El Centro de Estudios Interculturales e Indígenas –ICIIS por su sigla en inglés- se propone desarrollar investigación interdisciplinaria y colaborativa en temas vinculados a pueblos originarios y relaciones interculturales en Chile. ICIIS adopta un enfoque transdisciplinario y comparativo, integrando investigadores de diversos ámbitos académicos, tales como Antropología, Ciencia Política, Sociología, Psicología, Salud Pública, Historia, Educación, Lingüística y Musicología. Las distintas disciplinas que integran el ICIIS representan tanto su riqueza como su complejidad. El equipo de investigadores del ICIIS está compuesto por académicos de distintas disciplinas provenientes de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Diego Portales y Universidad Academia de Humanismo Cristiano. El ICIIS cuenta con el apoyo del Fondo de Financiamiento de Centros de Investigación en Áreas Prioritarias (FONDAP) dependiente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), del Ministerio de Educación de Chile.


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entro de las acciones que nos competen, no solo las investigaciones científicas tradicionales tienen su espacio. En consonancia con esto, hemos buscado formas asociativas, dialogantes, donde compartir con otras disciplinas propicie una forma innovadora de intercambiar conocimiento con la comunidad. Esto nos ha llevado a involucrarnos en ámbitos como el arte contemporáneo o la educación, incrementando la reflexión sobre la problemática de las relaciones interculturales y el fallido reconocimiento sobre estas que aún impera en Chile. Estas actividades intensifican el proceso de transferencia de conocimiento hacia la sociedad. Un proyecto particularmente fructífero ha sido nuestra participación en las Fiestas de la Ciencia y Tecnología que organiza anualmente el programa EXPLORA de CONICYT. Durante 2014 fuimos convocados a presentar un proyecto para la respectiva edición; era un desafío no menor. Las Ciencias Sociales permanecían alejadas de este tipo de eventos, dejando un amplio margen a favor de las Ciencias Exactas, construyendo quizá un estereotipo en que solo los dispositivos ultra sofisticados podían reconocerse como un conocimiento científico relevante. Quisimos ayudar a cambiar esa mirada desde nuestro ámbito: los Pueblos Originarios y las relaciones interculturales. Sucedió entonces que nos abocamos a construir dos exposiciones: la primera, sobre el sistema de riego utilizado por los Pueblos Originarios andinos y otra sobre la cosmovisión mapuche, su concepto de ética, su lenguaje y cómo estos se relacionan con la naturaleza. Y nos fue bien, muy bien, siendo exactos. Nuestro stand se llenó de incontables profesores, estudiantes, apoderados y público general, escuchando atentos sobre ideas y principios que ignoraban o que solo atisbaban. Hubo muchos momentos en que sentimos haber ayudado de manera directa a descartar prejuicios, a conectar a personas con un patrimonio que les es propio pero que por razones muy diversas y complejas, a veces también muy dolorosas, no han podido rescatar del todo. Sobre todo, quizá fuimos capaces de depositar una inquietud que con el paso del tiempo pueda convertirse en una convicción: la necesidad de reconocer la cultura desde la cual proviene el otro como forma de construir una convivencia social diversa y rica.

Y todo lo anterior nos animó a bañarnos nuevamente en el mismo río: fuimos parte de la Fiesta de la Ciencia y Tecnología 2015, esta vez proponiendo un viaje a través de la cosmología mapuche. Una contemplación de los cielos que, como en muchas otras sociedades ancestrales, se vinculaba íntimamente con un ciclo vital, con un modo de fijar las coordenadas del cómo y cuándo y dónde de un mapuche. La revista que tienen en sus manos intenta recopilar de qué forma fuimos construyendo esta segunda etapa de un proyecto que intenta colocar en valor y perspectiva un universo cultural que no deja de sorprender por su sabiduría y vigencia. Se despide cordialmente

Pedro Mege Rosso

Director Centro de Estudios Interculturales e Indígenas.


EL CIELO DEL WALLMAPU

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a íntima relación con la Astronomía fue un tema crucial para todas las civilizaciones y los Pueblos Originarios latinoamericanos no estuvieron ajenos a esta tradición, y entre estos es notable reconocer la experiencia del Pueblo Mapuche como observadores del cielo y sus astros. Para los Mapuche la trayectoria del sol, la luna y otros fenómenos estelares como cometas o meteoritos no compuso solamente un criterio de registro diario: la conjunción y fase de cada uno de aquellos influyó de forma decisiva en la evolución de sus ciclos vitales, tiempos de cosecha y desarrollo personal, entre otros asuntos. Además, la bóveda celeste – llamada por los mapuche Wenumapu que significa la esfera celeste-, era el lugar donde habitaban las familias ancestrales, los antepasados y los espíritus del bien. Tomando en consideración su relevancia,

este fue el tema elegido por el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, ICIIS, en su exposición en el marco de la IX Fiesta de la Ciencia y Tecnología organizada por el programa EXPLORA de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT. Participando por segundo año consecutivo en este evento de difusión científica, el objetivo del ICIIS fue profundizar en un paradigma de conocimiento distinto al modelo occidental predominante, el que respecta a los Pueblos Originarios, específicamente el Pueblo Mapuche. De qué forma los miembros de comunidades indígenas observaron su entorno, descifrando la naturaleza que los rodeaba integrando el conocimiento adquirido en sus vidas y en la relaciones con sus pares.


La Fiesta de la Ciencia y Tecnología EXPLORA, realizada entre el 7 y el 11 de octubre en el Parque de la Quinta Normal, estuvo dirigida principalmente a niños y jóvenes en edad escolar. Es por esto que en el montaje de la exposición sobre cosmología mapuche se elaboraron diversos instrumentos didácticos que mejorasen la apropiación del tema por parte de los visitantes. En primer término, se reconstruyó el Kultrung a escala ya utilizado en la edición anterior de la feria, en 2014. Esta maqueta permitía explicar la división del Universo según los mapuche, los distintos espacios que lo componían y que significado y alcance tenían cada uno. Enseguida, el recorrido continuó en la realización de juegos en que los niños, junto con sus profesores o padres, revisaban las denominaciones que astros como el sol, la luna o las estrellas recibieron en mapudungun, la lengua mapuche. Una vez que los estudiantes retenían cada uno de los conceptos, se les pedía dibujarlos; quien acertaba recibía una pegatina con el astro correspondiente. Resaltar un modelo de generación de conocimiento distinto al que se vincula con el positivismo y el método científico occidental, fue el objetivo de la muestra que el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas presentó en el marco del evento anual que agrupa a los principales proyectos científicos y tecnológicos del país. Una experiencia relevante también fue el taller de teatro en que se montó una obra basada en el mito mapuche de la creación del Universo y de cómo estos llegaron a habitar al Wallmapu o País Mapuche; dice la leyenda que fueron cuatro los seres que llegaron desde las estrellas a poblar el sur del continente americano. Es sorprendente constatar la coincidencia entre esta explicación ancestral y las teorías modernas y occidentales

que abordan el surgimiento de la vida en la Tierra en el espacio exterior, particularmente a través de la panspermia; esta señala que las esporas primitivas de la vida llegaron a la Tierra a través de meteoritos o cometas. Además, los mapuche ya advertían la cualidad esferoidal de nuestro planeta varios siglos antes de que esta certidumbre fuese alcanzada por la cultura europea.

Para la confección del material utilizado durante la feria y también en el proceso de instalación, el ICIIS contó nuevamente con la asesoría de destacados artistas Mapuche, como la poeta Graciela Huinao y la artesana textil Georgina Elgueta Huinao y la educadora Geraldine Abarca Cariman. Por último, se utilizó como texto referencial el libro “Wenumapu: Astronomía y Cosmología Mapuche”, de Margarita Canio y Gabriel Pozo.


EL ESPÍRITU DE LOS ASTROS

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bordar la cosmología mapuche, como una forma alternativa e igualmente válida de explicar el Universo respecto de la visión científica occidental. Bajo este prisma se elaboraron las diversas actividades y material didáctico reunidos en la exposición del ICIIS levantada en la Fiesta de la Ciencia y la Tecnología EXPLORA CONICYT. Al igual que en la versión de 2014, el inicio del recorrido estaba en el Kultrung diseñado a escala, el cual explica la naturaleza cuatripartira del universo mapuche: Primero, el Wenumapu, como la tierra de arriba o el cielo donde habitan la familia ancestral, los antepasados y los espíritus del bien. Enseguida, el Raginwenumapu, como el espacio intermedio entre el cielo y la tierra. El Nagmapu, o la tierra en donde habitamos los seres vivos y, por último, el Minchemapu, la tierra de abajo o inframundo donde coinciden diversas energías naturales. Cada visitante que observaba este Kultrung giratorio enmarcado en una plataforma de vigas que sostenían la bóveda celeste, fue recibido por uno de los tres monitores Mapuche quienes, turnándose a lo largo de los cinco días que duró la exposición, iban explicando los pormenores y significados de cada una de las piezas reunidas en aquella réplica didáctica: la poeta Graciela Huinao, el profesor de enseñanza básica Germán León Huichaqueo y la artesana textil Georgina Elgueta Huinao. No solo se trataba de una mera entrega de datos e información recopilada; por el contrario, se abordaban conocimientos prácticos, tradiciones familiares, anécdotas personales, mitos y leyendas. La cosmología mapuche atravesaba el tránsito

vital de cada uno de los habitantes del Wallmapu. Jóvenes y adultos se enteraron, por ejemplo, de que los mapuches asumían que la Tierra era redonda siglos antes que los europeos cambiaran su pertinaz modelo de un mundo plano por otro esferoidal. A continuación, una vez que los paseantes se impregnaban de visiones esenciales de la cultura mapuche, de su forma de entender el Universo, una siguiente parada correspondía a la explicitación que en mapudungun recibían objetos astronómicos como el sol, la luna y las estrellas. Se instaba al público, particularmente a los niños, a memorizar los nombres y emprender un juego en que debían mirar una ilustración particular de un astro y vincularla con su denominación en la lengua mapuche. Enseguida, en un papel titulado con el nombre del astro, dibujaban una representación libre del objeto celeste. Los mapuche observan el cielo desde hace siglos, preguntándose por cada uno de los fenómenos que hallaban en el firmamento y fueron capaces de relacionar las apariciones y frecuencia de estos con su vida cotidiana. El Wenumapu comprende a los astros, el espacio y los espíritus. El conocimiento obtenido de esta pesquisa, que abarca tanto el mundo físico como el espiritual, les ha permitido comprender el Universo y sus ciclos, determinando su vida comunitaria, económica, ritos e identidad. La encargada de Extensión del ICIIS, Daniela Díaz explica


de qué forma se fueron construyendo los elementos didácticos considerados en el proyecto. “Desarrollamos varias piezas que refuerzan los conceptos en cuanto a lenguaje desde el mapudungun al castellano; también desarrollamos papelería que trabaja parte de los contenidos en torno a espiritualidad y conocimientos prácticos y reutilizamos el Kultrunug sobre la visión cuatripartita del universo Kultrung”.

¿Cómo se denominan al sol, las lunas y las estrellas entre los mapuche y qué significado contraen para para su comunidad? Pues bien, he aquí la respuesta.

Antü

El sol. Esta palabra significa también día. Su observación en el cielo permite conocer las etapas diurnas, marcando los horarios según su posición. Sus movimientos por el horizonte marcan el ciclo de un año, a medida que se aleja del territorio mapuche, la tierra se enfría hasta llegar al punto más distante. Ese día es Wetripantü, el momento en que el sol comienza a retornar y con él cambia la naturaleza, poco a poco, aparecerán los brotes y los días comienzan a entibiar nuevamente. Para la comunidad y las personas, también es un momento de renacimiento espiritual, porque con el retorno de Antü hay nueva vida y salud. Antü entrega calor, energía y luz, favorece que la vida crezca. Para los mapuche es el ser espiritual que alumbra todo y está por encima de todos, ofreciendo sabiduría con su luz, siendo la parte más alta del Universo.

Küyen

La luna tiene una honda relevancia en la vida cotidiana de los mapuche. Sus distintas fases, crecientes y menguante permiten ordenar las actividades, indicando cuándo es bueno viajar, plantar o recolectar, por ejemplo. Se asocia con la fertilidad de las personas y de la tierra, con los elementos femeninos de la naturaleza, por lo que es muy importante para determinar el momento correcto para tomar decisiones personales y comunitarias.

Wüñellfe

Así se denominaba al lucero del amanecer aparece por las madrugadas en el sector poniente del cielo, y corresponde a Venus o Júpiter, según la época del año. Se le ha dicho “el reloj de los antiguos” ya que determina el comienzo del día, el momento de levantarse e iniciar el trabajo diario. También es asociado con la unión de las parejas, porque su aparición marca el tiempo en que los jóvenes podían compartir antes de iniciar la jornada. Asimismo, indica la hora de la rogativa matutina para la familia.

Wangülen

Las estrellas. Esta palabra se utiliza para referirse tanto a las estrellas individualmente como a un grupo de ellas. Su observación les permite a los mapuche conocer cómo será el clima durante la estación y su luz ayuda en las labores cotidianas, pero también ilumina el camino del mundo espiritual. Entre las Wangülen destaca Yepun (Júpiter) la estrella que trae la noche e indica el final de la jornada, al aparecer al atardecer, cómo la medianoche, al llegar a la mitad de su recorrido en el cielo nocturno.


LOS HOMBRES QUE LLEGARON DE LAS ESTRELLAS

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n especial momento de la instalación del ICIIS fue el taller de teatro impartido por la poeta Graciela Huinao. Basándose en un texto recopilado por la artista acerca de cómo los mapuche primigenios poblaron el sur del mundo, se invitó a alumnos de enseñanza media a personificar a los cuatro Mapuche originales que realizaron aquella travesía inaugural. Los alumnos se encargaron de pintar y recortar sus máscaras de los protagonistas. Después, vino la escenificación y el montaje.


El mito fundacional cuenta que los primeros mapuche consistieron en dos parejas: una joven y la otra anciana. Se llamaban Fucha, Kuche, Weche Wentru y Ülcha Domo. Llegaron al Wenumapu para desde aquí desperdigarse por el mundo hasta ese momento sin vida humana. Antes de su llegada ya habían visto que la Tierra era un lugar vasto y hermoso. Los mapuche primigenios deseaban habitar esos bellos campos que habían observado, desde la cordillera al mar; sabían que la tierra necesitaba sabiduría y valentía, cuestiones que ellos podían aportar. Solo había un problema: ¿cómo llegarían los cuatro a la Tierra? Pues bien, le preguntaron a Lefwangülen, la estrella fugaz, si podía transportarlos en su cola hacia el Wenumapu. Era un recorrido que conocía de sobra así que subió a los cuatro mapuche en su cola y partió hacia el sur del mundo.

Ya en la Tierra, su nuevo hogar, los mapuche comienzan a trabajar, y al poco tiempo se dieron cuenta que para ser felices y prósperos debían conocer y respetar la Tierra, adecuado para sembrar y cosechar, para viajar y para criar los animales. “Les enseñaremos cómo construir sus casas y trabajar la tierra, pero también no deben olvidar que hay que agradecer siempre a la tierra por todo lo que nos da. Todo esto serán cosas que tendrán ustedes que enseñarle a sus hijos y nietos”, dijo Kuche. Entonces, los ancianos aportaron la sabiduría y todo el conocimiento a los más jóvenes para vivir en la tierra. Los jóvenes, en tanto, fueron responsables de trabajarla y engendrar a los mapuche que habitarían el territorio. A sus hijos, les enseñaron a vivir de buena forma en esta tierra, observándola y aprendiendo de ella. Sobre todo, cada nueva generación le enseñaba a la siguiente que no debían olvidar su origen: eran hijos de una familia que había llegado desde las estrellas.


Danilo Toledo

María Hueichaqueo Graciela Huinao Presidenta de la Asociación Mapuche Taiñ Adkimn

Poeta

“Amplía el paradigma de la Ciencia. Nos adentramos en la cosmovisión mapuche desde un material concreto, lúdico que permite resumir muchas lecturas acerca de la cosmovisión Mapuche in situ.

“Este es un espacio del cual todos debemos ser parte. Las ciencias están muy ligadas a la cosmovisión mapuche; hay relatos y ejemplos muy claros de lo que significa la ciencia para los mapuche. Por ejemplo, hablamos de los seis espacios que consideramos que son importante en la vida terrenal como también la salida al siguiente espacio. Es reconfortante ver que los niños aprendan de la ciencia desde la mirada de las primeras naciones, particularmente desde la perspectiva del Pueblo Mapuche. Es también una instancia de acercamiento que muestra que somos un país diverso y podemos aprender desde lo más profundo de nuestra Historia y de lo que son nuestros relatos ancestrales”.

“Es mi segundo año participando en este proyecto y la experiencia es aún más rica que el año anterior. Voy entregando mis conocimientos ancestrales a los colegios que nos han visitado. Pasamos por la cosmovisión y la historia de mi pueblo, y los conocimientos que me han legado mis antepasados.

Profesor Universidad de Las Américas

Se entiende cabalmente los cuatro mundos, está muy bien pesado el andamiaje que representa la cosmovisión, te cautiva. Por otro lado, que esté en una feria científica donde prima el paradigma occidental, constatamos que la contribución mapuche es mucho más temprana que la europea. Ya había aportes significativos desde la observación y la vivencia del Pueblo Mapuche”.

Sé que de alguna manera es una experiencia enriquecedora para los alumnos tanto como para mí; ellos escuchan esta transmisión de sabiduría expresa a través de su cosmovisión”.


César Vargas

Camila Erazo

Sergio Zapata

“Es súper beneficioso para que la gente que se acerca a la cultura de los pueblos originarios, enterarse de que estos también tenían una cosmovisión, que miraban las estrellas.

“Este stand es muy relevante porque es otra manera de aproximarse al conocimiento desde la perspectiva de los pueblos originarios, particularmente el mapuche.

Es una forma muy bonita de aproximarse en este contexto, rodeado de otras manifestaciones científicas, introduciendo”.

Desde lo didáctico se les permite a los niños aprender palabras y cómo se representa el mundo en la cultura mapuche. Tal vez en los colegios no se enseñe, por lo mismo es importante que existen instancias como estas”.

“Vine con mi familia a la Quinta Normal y me encontré con esta sorpresa. Me pareció interesantísimo y que todos debiéramos conocer esta exposición sobre la cosmovisión mapuche. Sobre todo con relación a las fechas, las cuales deberíamos considerar en nuestro calendario y no solo replicar las fechas foráneas. También fue muy interesante escuchar acerca de lo que representa el Kultrung y el trabajo que desarrollan las machis”.

Estudiante de Antropología Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Estudiante de Antropología Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Créditos: Texto e imágenes: Rodrigo Burgos Diseño: Cubo Creativo

Visitante de la feria



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