TECNOLOGÍAS DEL AGUA EN EL MUNDO ANDINO P L A Z A 6
La organización social y los ritos en torno al agua Se podría decir que lo más sofisticado de estas tecnologías del agua es el trabajo mancomunado y concertado de las comunidades indígenas que mantienen este sistema agrícola, ya que requiere de una coordinación y sincronización de distintas tareas. Es muy difícil que los canales se mantengan incólumes frente a los agentes naturales y al tiempo; los canales se ensucian, crece la champa que los recubre, se tapan con la vegetación, se dañan las compuertas, ocurren “venidas” que alteran los cursos, etc., para lo cual se requiere del trabajo comunitario para construir, reparar y mantener los canales. Prevalecen, entonces, los intereses solidarios y colectivos, ya que el uso adecuado de las aguas de riego y de toda su infraestructura, es parte vital de la mantención de la agricultura andina. En un medio donde el agua es tan escasa, no bastan los conocimientos tecnológicos y mecánicos para que las obras hidráulicas funcionen; es necesario realizar ofrendas a la Pachamama, a los ancestros artífices de las tecnologías agrarias, a los cerros tutelares que traen el agua y protegen a sus respectivos pueblos, así como al agua misma, para que baje feliz desde su nacimiento a irrigar las siembras que permitirán alimentar a la comunidad. Un principio clave de los pueblos andinos es la relación de reciprocidad que mantienen con la tierra; para que esta les dé sus frutos, es necesario alimentarla a su vez con ofrendas de alcohol, hojas de coca y comida para que se ponga contenta, se embriague y coquee, lo que la hace más fértil, agradeciendo a los humanos con sus frutos.
Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas
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Los canales de regadío
TECNOLOGÍAS DEL AGUA EN EL MUNDO ANDINO Imagina que vives en el desierto más árido del mundo, sobre los 2.000 metros de altitud, rodeado de montañas y volcanes. Llueve casi nada en todo el año, pero cuando lo hace, es en forma torrencial, provocando aluviones que se llevan el poco suelo que puede sembrarse.
¿Cómo lo hubieses hecho tú para sobrevivir en este ambiente tan hostil? Los ancestros de quienes hoy conforman los pueblos Aymara, Quechua y Atacameño, lograron dar con una solución a la falta de agua, y a la problemática de las laderas y los malos suelos, a través del desarrollo de tecnologías del agua que les permitieron llevar a cabo una agricultura intensiva y extensiva, a través de la construcción de andenes o terrazas de cultivo y de un sistema de riego que captaba, almacenaba y distribuía el agua a estas terrazas. Las evidencias más antiguas de estas tecnologías se encuentran en el Perú, y datarían de entre 5.400 y 6.700 años atrás. En Chile, es posible ver estos sistemas aún en funcionamiento en los alrededores de Socoroma, Putre, Chapiquiña, Caspana, Toconce y Socaire, han sido datados alrededor del 1.000 A.C.. Es decir, las terrazas y los canales de regadío fueron tan buena solución a los problemas mencionados, que después de 3.000 años siguen funcionando.
Dada la escasez general de agua en el altiplano, es necesario contar con una infraestructura que permita hacer uso del agua de manera eficiente y efectiva para sus labores agrícolas. Así, basándose en la fuerza de gravedad, los sistemas de irrigación andinos se crearon con elementos que permiten derivar, almacenar y canalizar el agua hasta los terrenos de cultivo.
Existen tres tipos de canales: DE DESAGÜE: Aprovechan el agua excedentaria y esporádica, para regar áreas que no se utilizan regularmente, aumentando las superficies de cultivo. DE CONDUCCIÓN: Llevan las aguas permanentes a las laderas de los valles cordilleranos, los cuales han sido aterrazados. DE TRANSVASE: Conducen aguas desde una cuenca hacia otra que tiene mejor potencial agrícola, recorriendo distancias de 40 o más kilómetros. Son trazados a través de los accidentes geograficos, por lo que incluyen la realización de una serie de obras hidráulicas.
Desde esta piscina, generalmente ubicada por arriba de las terrazas de cultivo y/o melgas, sale un canal que se bifurca para regar las distintas terrazas y nutrir los cultivos. La forma de riego es por inundación: comienza a regarse por las terrazas más cercanas a la piscina, es decir, las de más arriba. Desde ahí, una vez que el agua satura una terraza, cae por gravedad a la siguiente y así sucesivamente.
Erosión Las terrazas no sólo permiten recuperar un terreno antes inservible, sino que poseen un sinnúmero de propiedades que solucionan varios problemas agronómicos. Por ejemplo, la erosión. Los muros de piedra de las terrazas, así como el hecho de dejar el terreno plano al interior, impiden que el agua que les llega arrastre y se lleve la tierra, ya que se mantiene dentro de las paredes, logrando conservar mejor el suelo agrícola. Al regar por inundación, las partículas finas del suelo se van al fondo, haciendo que la superficie del suelo sea más gruesa, lo que frena la evaporación del agua -recordemos las condiciones de extrema aridez de estos paisajes, donde la evaporación es altísima- y evita que las tierras se sequen.
CANAL DE RIEGO
AGUA PROVENIENTE DE RESERVORIO O PSCINA
RESERVORIO DE AGUA TIERRA DE CULTIVO
TERRAZA DE CULTIVO
ARENA GRAVILLA
Las terrazas de cultivo Las terrazas son plataformas construidas artificialmente con muros de piedra, permitiendo ganar tierras de cultivo en terrenos inclinados, por ejemplo la ladera de un cerro, dejándola con una apariencia escalonada.
BOLONES
Un principio similar utilizan las melgas, construidas en terrenos no tan inclinados. En ellas se socava la tierra entre 25 y 50 cm para sacar la costra salina. Con esta tierra “sobrante” se construyen “muros” que dividen el terreno en pequeñas parcelas, para así poder regar por inundación. Este muro no sólo contiene el agua dentro del espacio de cultivo, sino que también filtra las sales que vienen con el agua de las vertientes nortinas, obteniendo mejores cultivos.
¿Por qué no incorporar el riego por goteo? Estas son técnicas que en un contexto como el nortino no sirven mucho; la cantidad de sal que trae el agua tapa en muy poco tiempo los pequeños tubos del riego por goteo; por otra parte, al no poder contar con el “filtro” de las capas superiores de tierra, el agua que llegaría a los cultivos lo haría con una gran cantidad de sal, lo que dañaría las plantas y empobrecería la fertilidad de los suelos. En terrazas y melgas, la tierra superficial es más gruesa, lo que disminuye la evaporación del agua y permite el máximo aprovechamiento de esta.
LADERA DE CERRO
Los canales que llevan el agua a las sementeras –tierras sembradas- se alimentan de ojos de agua, vertientes, quebradas, manantiales y pequeños riachuelos; cualquier curso de agua tiene el potencial de ser canalizado y aprovechado para las labores agrícolas, aunque los pueblos conocen y eligen aquellos cursos más aptos -con menos sal, mayor flujo, mejor acceso- para regar sus campos. Desde esta “toma”, como se denomina al lugar desde donde se empieza a canalizar, se traslada el agua hacia un reservorio o piscina, para almacenar y acopiar allí una cantidad suficiente que les permita regar.
Al mismo tiempo, la acumulación excesiva de agua tampoco es buena, ya que puede dañar las raíces de los cultivos. Sin embargo, como las terrazas están construidas sobre la superficie de laderas rocosas, el agua percola y así no logra dañarlas. En los casos en que la ladera no es tan rocosa, la terraza se rellena con bolones antes de ponerle tierra, lo que permite que el agua escurra. Como el sistema de terrazas es escalonado, el agua corre desde arriba hacia abajo, el simple principio de la gravedad, y al ser así, el agua distribuye los materiales solubles, como los nitratos, tan importantes para mantener los suelos fértiles, por todas las terrazas de cultivo. Es decir, la construcción de andenes y terrazas no sólo permite ampliar la superficie de tierras utilizables, sino también aumentar la producción por unidad de superficie.