VI ENCUENTRO INTERNACIONAL: ACTUALIDAD EN MUSEOGRAFÍA Bizkaia, 17-20 Junio 2010 Por Antonio González Padrón Imágenes: Lucía Quindimil
CRÓNICA APRESURADA DE UNA ESTANCIA EN EL SEÑORÍO DE VIZCAYA
Sesi贸n de Apertura en el Museo de Bellas Artes de Bilbao
D
esde el 17 al 20 de junio se celebró en Vizcaya el VI Encuentro Internacional: Actualidad en Museografía, en él coincidimos algo más de un centenar de profesionales de los museos de España, Portugal, Croacia y Nueva Zelanda con el fin de exponer y analizar aquellos proyectos que han supuesto un avance para la museografía en sus respectivos países.
I
COM – ESPAÑA viene organizando estos encuentros en diferentes localidades y comunidades autónomas españolas, siempre con notable éxito de asistencia y sobresaliente calidad en las aportaciones científicas. Si el año pasado fue la ciudad de Palencia la que nos acogió, éste fue Bilbao y las villas de Guernica y Balmaseda, tres lugares históricos que hunden sus raíces en el espíritu ancestral del Señorío de Vizcaya.
L
legar al País Vasco es cosa bien fácil gracias a las buenas comunicaciones, tanto terrestres como aéreas que le unen con el resto del Estado.
Recepci贸n en la Diputaci贸n Foral de Vizcaya
D
esde Canarias, Barcelona, Valencia y Madrid viajamos en vuelos directos, los compañeros de Navarra, Castilla – León, Castilla – La Mancha y Galicia lo hicieron por tren; y los de Córdoba, Almería y Melilla combinando avión y coche o tren. Otros que venían de la cercana Portugal, de la más lejana Croacia o Alemania, y también de nuestras antípodas (Nueva Zelanda), cuando no de Nuevo México (EE. UU.) tuvieron que emplear más tiempo, pero todos acudimos a la llamada de ICOM – ESPAÑA con unas ganas irrefrenables con interés y dispuestos a trabajar mucho y bien.
S
abemos que es un tópico, pero no deja de ser una realidad constatable que la gastronomía vasca roba corazones. Así lo pudimos comprobar en esas memorables jornadas donde se combinó magistralmente lo académico y lo lúdico. Aprendimos mucho y bien de la realidad cultural vasca; no menos de otras que nuestros ponentes internacionales nos transmitieron a través de doctas exposiciones aderezadas todas ellas con visualizaciones de sus espacios museísticos, a la vez que con apasionantes conversaciones a los postres.
S
i bien no nos sorprendió el alto grado organizativo de la jornada, pues ya sabíamos del alto concepto que los vascos tienen de lo “laboral”, a veces nos sentimos
Visita a los almacenes del Museo Arqueol贸gico de Bizkaia
En el claustro del Museo Vasco de Bilbao
algo agobiados por los horarios, aunque pronto nos dimos cuenta que era la única manera de sacarle “el mayor jugo” posible a una reunión que prometía ser excepcional.
L
as visitas a las villas históricas de Guernica y Balmaseda, fueron realmente extraordinarias. Allí se unieron muchos duendes que permitieron un clima especial. Todo nos pareció a pedir de boca, y esta última afirmación nunca mejor dicha. El bacalao, los pimientos rellenos, las alubias, el chacolí, y un largo, pero que muy largo, larguísimo etc, nos hicieron más que agradable nuestra estancia vizcaína.
T
uvimos tiempo para pasear por las Siete Calles bilbaínas, recorrer el casco antiguo de la inmortal Guernica, pasear por Balmaseda y cruzar su histórico puente, y todo ello en compañía de nuestras amigas y amigos de los museos vascos, que se desvivieron por hacernos mil y un regalos de gentileza y sincera amistad. En unas pocas palabras ¡nos sentimos como en casa!
El congreso en pleno bajo el Ă rbol de Gernika
A
hora, cuando cada uno se encuentra en su lugar de trabajo, añoramos esos días de paz y tranquilidad, de trabajo y estudio.
L
os que fuimos hospedados en nuestro “pequeño palacio”, hicimos de él nuestro hogar, de ahí que las tertulias del desayuno y la cena nos sigan pareciendo ahora, como hace unos días, excesivamente cortas.
L
os que tuvimos la iniciativa y la suerte de adquirir boinas o chapelas, que por Gran Canaria llamamos “bilbaínas”, tendremos presentes a toda a aquella gente de bien. La misma que nos deleitó con “la boda vasca”,
La visita al Museo de la Paz de Gernika
En el Museo de Euskal Herria (Gernika)
La cueva de Santimami単e
Jardines y vista interior del Museo Boinas la Encartada (Balmaseda)
y los guías que, tanto en los diferentes museos o en la Cueva de Santimamiñe como en Balmaseda, hicieron todo lo posible por estar a la altura de las circunstancias e introducirnos de manera tan profesional en “los secretos” de aquellos míticos lugares. Siempre con cercanía y complicidad.
L
as organizadoras de todos los eventos dieron muestra una vez más de su saber hacer, y eso que mover a tantas personas supuso todo un reto.
E
n definitiva, echar una mirada al políptico informativo del VI Encuentro ya da una idea aproximada de su coste, no sólo económico, que también, sino anímico y laboral, por todo ello desde aquí nuestro agradecimiento a todos los que de una forma u otra unieron fuerzas para complacernos.
Acto de clausura en el Museo Guggenheim