Numero 7 de la Revista de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN

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PATOLOGÍA VASCULAR INFRECUENTE DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

N.° 7 MAYO 2010


EN HTA, LA VERDADERA POTENCIA ESTÁ EN EL CONTROL La HTA es, muchas veces, difícil de controlar. Y es que además de reducir la PA, es importante tener en cuenta otros factores como el riesgo cardiovascular en ancianos, diabéticos y otros pacientes con enfermedades concomitantes. Copalia, la nueva combinación a dosis fija de amlodipino y valsartán, ofrece la solución para los pacientes hipertensos no controlados. Confíe en Copalia. Tomará el control, seguro.

TOME EL CONTROL

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sumario

N.° 7 • MAYO 2010

COMITÉ EDITORIAL Jaime Masjuan Vallejo Coordinador del GEECV

3 Editorial

Hospital Ramón y Cajal. Madrid Juan Arenillas Lara Secretario del GEECV

5 Ictus y síndromes paraneoplásicos Miguel Blanco, Manuel Rodríguez, Susana Arias

Servicio de Neurología Hospital Clínico de Valladolid Juan Carlos López Fernández Vocal del GEECV

14 Vasculitis primaria del sistema nervioso central Ayoze González, Óscar Fabre, Santiago Díaz

Servicio de Neurología Hospital Juan Negrín. Gran Canaria Sergio Calleja Puerta Vocal del GEECV

20 Ictus, lupus eritematoso sistémico y síndrome antifosfolipídico Ana Conde, José Aristín, José Carlos Gómez

Servicio de Neurología Hospital Central de Asturias. Oviedo

26 Enfermedad del tejido conectivo EDITOR

Javier Tejada

Juan Carlos López Fernández Vocal del GEECV Servicio de Neurología Hospital Juan Negrín. Gran Canaria

31 Patología vascular medular José F. Maestre

36 Enfermedad inflamatoria intestinal Tania Gavilán, Juan Carlos Portilla, Ignacio Casado

41 Enfermedad de moyamoya © 2007-2010, los autores

Mar Freijo, Irene Francés

© 2007-2010, LUZÁN 5, S. A. de Ediciones ISSN: 1888-072X Depósito legal: M.29327-2007 Diseño y producción: LUZÁN 5, S. A. de Ediciones

46 Síndrome de vasoconstricción cerebral reversible Marta María Martínez, Blanca Fuentes, Exuperio Díez Tejedor

Imprime: Egraf, S. A. Madrid El contenido de esta información refleja las conclusiones y los hallazgos propios de los autores, que no son necesariamente los de los editores, y se presenta como un servicio a la profesión médica. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida ni transmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo las grabaciones en cualquier sistema de recuperación de almacenaje de información, sin el permiso escrito del titular del copyright.

51 Ictus durante el embarazo y el puerperio María Alonso, José Antonio Egido


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editorial Deseo abrir este número de la revista con un agradecimiento especial a Jaime Masjuan, coordinador del Grupo, que con su ofrecimiento me ha permitido participar en la Junta actual y coordinar este número. Quiero agradecer además a mis compañeros de Junta su colaboración y amistad. También creo pertinente reconocer el esfuerzo de las anteriores Juntas del Grupo, que han contribuido al desarrollo de esta y otras iniciativas que han mejorado la formación y la calidad de la asistencia en el área de la patología cerebrovascular. El interés de este número, titulado “Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central”, ha sido traer a colación un apartado de la patología que es objeto de debate con menos frecuencia, aunque nos tropezamos de manera recurrente con estas otras causas de patología vascular. Generalmente esta patología ocupa una posición marginal dentro de las distintas etiologías de ictus, aunque pueden cobrar una mayor importancia en grupos de población jóvenes. Por este motivo se incluyó el tema de los trastornos autoinmunes, la enfermedad inflamatoria intestinal o el ictus asociado a la gestación y el puerperio. Un aspecto importante es que la patología neurológica en general, y la vascular en particular, pueden estar en el contexto de patología tumoral de base, pudiendo estar implicados diversos mecanismos patogénicos. Por esta razón es importante que tengamos conocimiento de esta patología, que nos permita tener un nivel de alerta que facilite un adecuado diagnóstico. Pretendimos también incluir diversos aspectos de una patología primariamente vascular como la enfermedad de moyamoya, el síndrome de vasoconstricción cerebral reversible o las vasculitis aisladas del sistema nervioso central. Finalmente, decidimos incluir la patología vascular medular que, por infrecuente y por la dificultad de diagnóstico, en especial de la patología venosa, entendimos que merecía ser incluida en este capítulo de revisiones. Me despido con la ilusión de haber podido despertar el interés de los lectores y agradeciendo que ellos hayan hecho posible la aparición y la continuidad de esta iniciativa. También hay que reconocer el esfuerzo de Laboratorios Uriach y de la Editorial Luzán 5 para que esta revista sea posible.

Juan Carlos López Fernández


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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Ictus y síndromes paraneoplásicos

L DR. MIGUEL BLANCO GONZÁLEZ Unidad de Ictus. Servicio de Neurología Hospital Clínico Universitario Universidad de Santiago de Compostela

DR. MANUEL RODRÍGUEZ-YÁÑEZ Unidad de Ictus. Servicio de Neurología Hospital Clínico Universitario Universidad de Santiago de Compostela

DRA. SUSANA ARIAS RIVAS Unidad de Ictus. Servicio de Neurología Servicio de Neurología

os síndromes paraneoplásicos son una variedad de trastornos que acompañan a la evolución clínica de los tumores que no son producidos directamente por el tumor primario o sus metástasis. Estos síndromes pueden evolucionar en paralelo al desarrollo del tumor, pero también pueden ser independientes de él, incluso precediendo al diagnóstico inicial de neoplasia. Los síndromes paraneoplásicos se detectan en aproximadamente el 7-10% de los pacientes en el momento en que el tumor se diagnostica, aunque casi todos los pacientes con un tumor maligno desarrollarán un síndrome paraneoplásico en el curso de su evolución1. Los síndromes paraneoplásicos pueden afectar a cualquier parte del sistema nervioso. En ocasiones, los síndromes paraneoplásicos se deben a lesiones directas sobre el sistema nervioso central o periférico, pero las manifestaciones neurológicas más comunes son debidas a lesiones en órganos fuera del sistema nervioso (alteraciones en los vasos sanguíneos, en los elementos formes de la sangre, trastornos de la hemostasia y la coagulación, cambios metabólicos e infecciones)2. En este segundo grupo se encuadran las manifestaciones cerebrovasculares asociadas al cáncer.

Epidemiología La relación entre ictus y cáncer la podemos abordar desde dos puntos de vista: ¿está la enfermedad cerebrovascular aumentada en los pacientes con cáncer? y ¿existen causas o subtipos especiales de ictus en pacientes con cáncer?

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Ictus y síndromes paraneoplásicos

La asociación entre neoplasia y enfer-

fueron mucho más frecuentes (en la leuce-

medad tromboembólica ya fue descrita hace

mia el 72% y en el linfoma el 36% de los

más de cien años por Trosseau3. En series de

ictus fueron hemorrágicos). Estos resultados

autopsias realizadas a pacientes con cáncer

presentados por Graus también han sido

se ha visto que la enfermedad cerebrovascu-

demostrados en estudios posteriores5-7.

lar es la segunda causa de afectación del sis-

Artículos recientes han comparado la

tema nervioso central (SNC) después de la

presencia de ictus y factores de riesgo vascu-

metástasis. En una serie de 3.426 autopsias

lar en pacientes con cáncer y en una pobla-

de pacientes con cáncer, Graus et al. obser-

ción general. El problema principal de estos

varon cómo un 15% presentaban datos de

estudios es el sesgo de referencia (centros

enfermedad cerebrovascular, pero sólo en la

de referencia para cáncer). En dos grandes

mitad ésta había sido sintomática4 (tabla I).

estudios retrospectivos, el de Cestari et al.8

Además observaron que los factores de ries-

(sólo incluyó ictus isqumémicos) y el de

go clásicos no eran tan importantes como

Zhang et al.9 (ictus isquémicos y hemorrági-

los factores atribuidos al propio cáncer (efec-

cos), no se encontraron diferencias respecto

tos directos del tumor, trastornos de la coa-

al perfil de riesgo vascular. En el estudio de

gulación, infección, procedimientos terapéu-

Zhang se observó un aumento del riesgo de

ticos y de diagnóstico). En la propia serie de

ictus hemorrágico en la población con cáncer

Graus se observó que la incidencia de isque-

que se atribuyó a factores como la tromboci-

mia cerebral era similar a la de hemorragia

topenia inducida por quimioterapia, CID y el

cerebral (51,2% isquémicos y 48,8% hemo-

hecho de que las neoplasias hematológicas

rrágicos), mientras que en los enfermos no

presentan mayor riesgo de hemorragias

neoplásicos la relación infarto/hemorragia es

intracraneales. En estos estudios también se

aproximadamente de 4-5/1. En las neopla-

observó un peor pronóstico en los pacientes

sias hematológicas los ictus hemorrágicos

con cáncer debido a su peor estado general.

Tabla I. Alteraciones encontradas en las autopsias cerebrales en la serie de Graus et al.4 Alteraciones en la autopsia cerebral Hemorragia cerebral Hematoma intracerebral Intratumoral Secundario a coagulopatía Hipertensivo Hematoma subdural primario Hemorragia subaracnoidea primaria Infarto cerebral Arteriosclerosis Coagulación intravascular diseminada Endocarditis no bacteriana Embolismo séptico Embolismo tumoral Trombosis venosa Miscelánea

244 (138)

Total

500 (255)

Entre paréntesis el número de pacientes sintomáticos

6

n

60 (47) 88 (57) 9 (8) 63 (16) 24 (10) 256 (117) 73 (17) 39 (28) 42 (32) 33 (22) 12 (4) 33 (6) 24 (8)


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Causas infrecuentes de ictus

Etiopatogenia

Linfoma intravascular El linfoma B intravascular de células

Como acabamos de ver, las causas de

grandes (con menos frecuencia de células

ictus en paciente con cáncer pueden ser las

T) o angioendoteliosis maligna (enferme-

mismas que en la población general; sin

dad de Tappeiner, linfomatosis intravascu-

embargo, algunas de ellas son propias de

lar o linfoma angiotrópico de células gran-

este grupo de pacientes.

des) es un tipo raro de linfoma intravascu-

El concepto clásico de síndrome para-

lar con predilección por los vasos cerebra-

neoplásico hace referencia a una patoge-

les20. Los pacientes a menudo se presen-

nia autoinmune. Proteínas que en condi-

tan con encefalopatía difusa o infartos

ciones normales sólo se expresan en el

cerebrales multifocales. El diagnóstico,

sistema nervioso pueden ser expresadas

incluso con técnicas de resonancia mag-

por el tumor y el sistema inmunológico, al

nética, es difícil, y en la mayoría de los

no reconocerlas, produce anticuerpos que

casos es por necropsia21.

van a pasar al SNC y destruir neuronas vulnerables10. En los tipos «clásicos» de síndromes paraneoplásicos el ictus no está incluido11. A continuación veremos las causas especiales de ictus en pacientes con cáncer.

Neoplasias malignas hematológicas Estas neoplasias con frecuencia producen una hiperviscosidad que lleva a la obstrucción de los vasos 22, por ejemplo en la policitemia vera o el síndrome hiperleucocitario, que ocurre en la leucemia mieloide aguda (> 100.000 cel/ml) o en la

Causas relacionadas con el propio tumor

leucemia linfática crónica (> 250.000 cel/ml) 36,37. Sin embargo, en este grupo de enfermedades lo más frecuente es la hemorragia intracraneal. En los pacientes

Efecto directo del tumor

con mieloma múltiple el síndrome de

En la práctica clínica habitual estas causas son raras y difíciles de identificar.

hiperviscosidad se debe a la elevación en la concentración de proteínas.

El embolismo tumoral puede considerarse como un efecto directo del cáncer a la hora de producir un ictus. Los tumores que más frecuentemente embolizan son el mixoma cardiaco y el

fibroelastoma 12,13,

pero también se ha descrito en otros

Causas relacionadas con el tratamiento de la neoplasia

tumores como los de pulmón14. Las neoplasias pueden comprimir, infiltrar o romper los vasos produciendo isquemia o

Relacionadas con la cirugía

hemorragias; por ejemplo, los aneurismas

La cirugía aumenta el riesgo de ictus

arteriales neoplásicos del coriocarcino-

embólico, ya que favorece la producción de

ma15,16, la infiltración de vasos leptome-

émbolos23; esto es relativamente frecuente

metástasis 17 ,

los tumores

en intervenciones pulmonares tales como

paraselares, que dañan los senos caverno-

broncoscopias o neumectomías. Los ictus

sos18,

suelen producirse en el postoperatorio

níngeos por

o tumores extracraneales que com-

primen grandes vasos19.

inmediato.

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Ictus y síndromes paraneoplásicos

Vasculopatía inducida por radioterapia

Trastornos de la coagulación

La vasculopatía postradiación puede afectar a los vasos intra y extracraneales.

El cáncer es uno de los principales esta-

La frecuencia de estenosis de carótida

dos protrombóticos adquiridos33. Este es

interna tras radioterapia de cuello varía

más claro en neoplasias hematológicas que

según la series del 12% al 60%24, por ello es

en pacientes con tumores sólidos, sin embar-

recomendable realizar un ecodoppler de

go la trombosis venosa cerebral34 y el síndro-

rutina de las arterias extracraneales en los

me de Trousseau35 parecen ser más comu-

pacientes que han recibido radioterapia de

nes en pacientes con tumores sólidos.

cuello. Los niños tratados con radioterapia holocraneal pueden desarrollar síndrome de moyamoya25. Relacionadas con la quimioterapia

La coagulación intravascular diseminada Es más frecuente en las neoplasias hematológicas y metástasis, hasta el 20% de los pacientes con leucemia aguda pueden

Algunos quimioterápicos pueden

desarrollar coagulación intravascular disemi-

aumentar el riesgo para desarrollar ictus26.

nada (CID)36. Aunque su fisiopatología no está

En una serie de 10.963 pacientes que habían

del todo aclarada, se sabe que se produce un

recibido quimioterapia se analizó el riesgo de

desequilibrio entre los mecanismos protrom-

ictus27 y se concluyó que los tratamientos

bóticos y trombolíticos, lo que lleva al

basados en cisplatino tenían más riesgo. En

aumento plasmático de productos de degra-

general, el riesgo de ictus inducido por la qui-

dación del fibrinógeno, trombocitosis, aumen-

mioterapia es bajo; los ictus reportados por el

to de la adhesividad plaquetaria e hiperfibri-

uso de ciclofosfamida, 5 FU, taxol y paclitaxel

nogenemia. La activación de este proceso se

se basan en series de casos, sin embargo la

produce por la liberación de material procoa-

asociación más clara hasta el momento ha

gulante por parte de las células tumorales30.

sido descrita en tratamientos con cisplatino,

La forma aguda se asocia con hemorragias

metotrexato y

L-asparaginasa28,29.

por consumo de factores de coagulación y plaquetas y un aumento de la fibrinólisis37, así como múltiples infartos por oclusión de

Procesos infecciosos intercurrentes

pequeños vasos. En la forma crónica se produce un estado de hipercoagulabilidad en la que los microtrombos obstruyen las pequeñas arterias cerebrales, vénulas, grandes

8

En pacientes con cáncer y clínica de

senos venosos intracraneales y se depositan

ictus las infecciones cerebrales deben ser

en las válvulas cardiacas (endocarditis trom-

incluidas en el diagnóstico diferencial. Los

bótica). Esta forma crónica es la segunda

pacientes con cáncer a menudo presentan

causa de infartos cerebrales sintomáticos en

problemas de inmunidad. Además, la radio-

pacientes con cáncer4,38. La CID es común en

terapia y la quimioterapia suponen una

los adenocarcinomas mucinosos gástricos y

inmunosupresión adicional. Las infecciones

pancreáticos, cáncer de pulmón, ovario y

oportunistas como el virus JC30 y hongos

próstata y en los síndromes mieloproliferati-

(aspergillus, candida)31 pueden simular clíni-

vos39. Este proceso puede complicar la evo-

ca ictal. La reactivación de la varicela-zoster

lución del cáncer en cualquier etapa, pero

es común y puede complicarse con encefa-

aparece con más frecuencia en las fases

litis32 en pacientes con cáncer.

avanzadas y en presencia de sepsis.


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Causas infrecuentes de ictus

Endocarditis trombótica no bacteriana A menudo llamada “endocarditis marántica”. Es la causa más común de infarto cerebral sintomático en pacientes con cáncer4,38. Se produce por depósito de fibrina y plaquetas en las válvulas cardiacas, sobre todo mitral y aórtica 40 (figura 1). Puede aparecer como complicación de cualquier tipo de cáncer (excepto tumores cerebrales primarios), sin embargo, la incidencia más alta se ha visto en linfomas41,42, carcinomas del tracto gastrointestinal, carcinoma de pulmón43-45, carcinoma medular de tiroi-

Fig. 1. Afectación valvular en un paciente con endocarditis trombótica no infecciosa.

des46 y adenocarcinoma de próstata47. Los datos de laboratorio suelen ser normales y

hayan sido incluidos dentro de los «síndrome

el diagnóstico puede realizarse por ecocar-

parenoplásicos clásicos», todos ellos inmuno-

diografía transesofágica, ya que la transtorá-

mediados11. Sin embargo, podemos encon-

cica tiene una rentabilidad muy baja.

trar algunos síndromes paraneoplásicos que pueden producir ictus.

Tromboflebitis migratoria La asociación entre la tromboflebitis

Anemia hemolítica microangiopática

migratoria y las neoplasias (síndrome de

Generalmente acompañada de trom-

Trousseau) fue uno de los síndromes “para-

bocitopenia, es una enfermedad autoin-

neoplásicos” que primero se describieron48.

mune que se asocia en ocasiones a ade-

Los mecanismos que afectan a la hipercoa-

nocarcinomas mucinosos, sobre todo del

gulabilidad y la trombosis son complejos y

estómago, de mama y pulmón30.

sólo se conocen de forma parcial. Se ha descrito en diferentes tumores la liberación de mediadores que pueden favorecer la activación de la cascada de coagulación: el fibrinopéptido A3, residuos de ácido siálico49, factor tisular30 o IL-650. También la hiperactividad plaquetaria puede contribuir a aumentar el riesgo de trombosis en estos pacientes30.

Trombocitopenia autoinmune Suele verse en pacientes diagnosticados de leucemia linfocítica crónica, linfomas de células B y, menos comúnmente, en algunos tumores sólidos (pulmón y recto)51. En estos pacientes se producen depósitos de fibrina y agregados plaquetarios en la microcirculación cerebral dando lugar a microinfartos y hemorragias parenquimato-

Síndromes paraneoplásicos La cuestión relevante para el clínico es si en un paciente con un primer ictus existe

sas o subdurales. Enfermedad de von Willebrand paraneoplásica

algún indicador que nos haga pensar que

Se ha descrito en pacientes con tumo-

puede tener cáncer y, por lo tanto, el ictus ser

res linfo y mieloproliferativos, cursando con

de "causa paraneoplásica”. Esto, a priori,

hemorragias sistémicas y cerebrales de

parece poco probable, de ahí que los ictus no

repetición52.

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Ictus y síndromes paraneoplásicos

Síndrome antifosfolípido Existe una forma de síndrome antifosfolípido asociado a neoplasias53,54. A pesar de que el vínculo entre la presencia de anticuerpos antifosfolípidos y los fenómenos trombóticos ha sido claramente establecido, aún no está aclarado el mecanismo patogénico. Una de las teorías más aceptadas se basa en la interacción de los anticuerpos antifosfolípido con glicoproteínas de las membranas celulares del endotelio y las plaquetas encargadas de impedir la coagulación de la sangre y agregación plaquetaria55. En el síndrome antifosfolípido se pueden producir oclusiones arteriales intracerebrales, aunque lo más frecuente es la trombosis de senos venosos intracraneales56. Vasculitis

especialmente la enfermedad de Hodgkin, linfomas, leucemia y cáncer de pulmón5759 .

Aproximadamente el 5% de vasculitis

son de origen paraneoplásico60, pero sólo un pequeño porcentaje pueden causar un infarto cerebral61. La angeítis granulomatosa del sistema nervioso central sólo se ha descrito en el 7% de los pacientes con tumores linfoproliferativos, si bien el 77% de estos pacientes desarrollan manifestaciones neurológicas focales62. La asociación entre ictus por arteritis de la arteria temporal y cáncer es difícil de cuantificar, dado que estos pacientes suelen ser de edad avanzada y ambas enfermedades son frecuentes63. La asociación entre cáncer y arteritis temporal se ha estimado en entre el 3,5% y el 16%57, apareciendo ictus isquémicos en el 7% de estos pacientes64.

Las vasculitis son un grupo heterogéneo de procesos multisistémicos caracterizados por la inflamación de la pared arte-

Manejo

rial. Esta “insuficiencia arterial inflamato-

10

ria” puede llevar a isquemia tanto del siste-

Cuando busquemos las causas del

ma nervioso central como del periférico

ictus en pacientes con cáncer se nos va a

por dos mecanismos diferentes, que no

plantear un diagnóstico diferencial muy

son excluyentes entre sí: en primer lugar,

amplio. Los exámenes de rutina son: estu-

la enfermedad arterial proporciona las con-

dio de laboratorio, estudio cardiaco, eco-

diciones adecuadas para desarrollar trom-

doppler de arterias intra y extracraneales y

bos y, en segundo lugar, el cambio en la

técnicas de neuroimagen (TC y RM).

pared arterial puede, por sí misma, aunque

Dependiendo del resultado de estas prue-

con menos frecuencia, causar estenosis de

bas dirigiremos nuestro diagnóstico en

la luz vascular hasta el punto de producir

búsqueda de las causas poco habituales

su oclusión. Cuando la vasculitis aparece

vistas anteriormente. A pesar de que se

en asociación con tumores malignos, los

han descrito diferentes marcadores mole-

antígenos derivados del propio tumor for-

culares para el diagnóstico de las coagulo-

man inmunocomplejos que se depositan

patías, no existe una evidencia clara para

en la pared vascular, causando inflamación

recomendar ninguna, excepto el dímero-D

local. Los síntomas clínicos que surgen de

útil para el diagnóstico de CID65. El hallaz-

estos cambios arteriales dependerán del

go de una CID o una endocarditis trombóti-

vaso afectado, su tamaño y ubicación y la

ca no infecciosa nos pueden hacer pensar

velocidad a la que la obstrucción se des-

en cáncer, pero también puede ocurrir en

arrolla2. Aunque son poco comunes, casi

otros contextos clínicos.

todas las formas de vasculitis han sido

El tratamiento general del ictus va a

asociadas con enfermedades neoplásicas,

ser independiente de su origen sea o no


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Causas infrecuentes de ictus

neoplásico. Los grandes estudios sobre el beneficio del activador tisular del plasminógeno recombinante (rtPA) siempre han excluido a los pacientes con cáncer, por lo que no tenemos evidencia de su utilidad; sin embargo, este criterio debería ser examinado en futuros estudios, ya que es probable que su utilización sea segura y muestre beneficios. La prevención de recurren-

fresco suelen ser más útiles para la prevención de la progresión de la hemorragia cerebral en los pacientes con CID durante una fase temprana66. En los pacientes con endocarditis trombótica no bacteriana la anticoagulación no ha demostrado beneficio y en algunos casos seleccionados se puede valorar la cirugía valvular67. En los síndromes paraneoplásicos inmunomedia-

cias va a depender de cada caso en concreto. El enfoque general para estos pacientes se basa en la anticoagulación, pero no hay

dos el mejor tratamiento es el del tumor primario. La neurorrehabilitación es una herra-

un tratamiento claro establecido de forma general65. En los pacientes con CID la acti-

mienta cada vez más poderosa para mejo-

tud terapéutica es especialmente contro-

hace poco, muchos pacientes con cáncer

vertida. El tratamiento con heparina y con-

no eran admitidos en Unidades de Rehabili-

centrados de plaquetas o plasma fresco puede revertir la coagulopatía de consumo en algunas circunstancias. El tratamiento con heparina y la administración de plasma

tación; sin embargo, mejorando su capacidad funcional y cuidados físicos podemos mejorar su calidad de vida independientemente de la duración de la misma.

rar el pronóstico de estos pacientes. Hasta

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Causas infrecuentes de ictus

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Vasculitis primaria del sistema nervioso central

L

a vasculitis primaria del sistema nervioso central (VPSNC) es una enfermedad idiopática, recurrente, limitada al SNC y las cubiertas meníngeas, que se caracteriza por una inflamación o necrosis de los vasos cerebrales de pequeño o mediano calibre. Fue descrita por primera vez por Cravioto y Feigin en 19591 y se le ha dado diversos nombres: vasculitis aislada del SNC, vasculitis o angeítis granulomatosa del SNC o vasculitis granulomatosa no infecciosa con predilección por el SNC.

Epidemiología

AYOZE GONZÁLEZ HERNÁNDEZ Sección de Neurología Hospital Universitario Dr. Negrín Las Palmas de Gran Canaria

Se trata de una enfermedad relativamente infrecuente, con un número limitado de casos descritos en la literatura, aunque es probable que durante mucho tiempo haya permanecido infradiagnosticada debido a lo difícil que resulta su diagnóstico clínico2. A pesar de haberse descrito un predominio entre la cuarta y quinta décadas de la vida, puede aparecer a cualquier edad3-5.

ÓSCAR FABRE PI Sección de Neurología Hospital Universitario Dr. Negrín Las Palmas de Gran Canaria

Santiago Díaz Nicolás Sección de Neurología Hospital Universitario Dr. Negrín Las Palmas de Gran Canaria

14

Etiopatogenia La etiología de la vasculitis granulomatosa del SNC es desconocida. Se han descrito casos relacionados con la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana6,7, con el linfoma de Hodgkin8, con la angiopatía amiloide9,10 o con el linfoma intracerebral primario11, entre


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Causas infrecuentes de ictus

otras entidades. En general, se acepta

falopatía subaguda, con un síndrome confu-

reservar el término “vasculitis primaria del

sional o una alteración de la consciencia; y

sistema nervioso central” para aquellos

una forma de lesión progresiva de caracte-

casos en los que no existe ninguna enfer-

rísticas pseudotumorales13-16,19,20. Pueden

medad inflamatoria, infecciosa o neoplásica

aparecer lesiones vasculares intracerebra-

como sustrato de los cambios vasculíticos,

les tanto isquémicas como, menos frecuen-

aunque histopatológicamente la lesión

temente, hemorrágicas12-15,21; también se

inflamatoria vascular tenga unas caracterís-

han descrito casos de hemorragia subarac-

ticas similares.

noidea22. Es posible que las diferentes for-

La afectación inflamatoria vascular en

mas de presentación estén relacionadas

los casos de VPSNC es segmentaria5,12-14.

con el tamaño del vaso afectado por el pro-

Aunque se puede afectar cualquier vaso

ceso vasculítico. Así, la cerebritis difusa en

cerebral o espinal, existe cierta predilección

los casos de VPSNC que afecta a los vasos

por los vasos leptomeníngeos de pequeño

de pequeño tamaño habitualmente se

tamaño, siendo las arteriolas precapilares

manifiesta en forma de encefalopatía aguda

las más frecuentemente afectadas 5,12-16.

o subaguda, con afectación del estado

Menos frecuentemente la afectación puede

mental, cefalea, deterioro del grado de

ser focal, implicando sólo una arteria o un

consciencia y crisis epilépticas, mientras

pequeño grupo de arterias. El infiltrado

que la afectación de vasos de mediano y

inflamatorio está compuesto fundamental-

gran tamaño suelen presentarse en forma

mente por linfocitos, células plasmáticas y

de clínica cerebrovascular focal en una o

granulomas con células gigantes multinu-

diversas áreas vasculares en pacientes sin

cleadas 13-16 . Generalmente, el infiltrado

factores de riesgo para enfermedad atero-

inflamatorio puede afectar a cualquier seg-

trombótica. Las vasculitis medulares suelen

mento de la pared arterial, aunque algunos

presentarse como mielopatías agudas o

trabajos han destacado una mayor frecuen-

subagudas23,24.

cia de afectación de las capas íntima y adventicia13-16.

En el caso de las VPSNC no es habitual la aparición de síntomas de patología sistémica como la fiebre o la pérdida de peso, que sí suelen ser habituales en las vasculitis

Manifestaciones clínicas La VPSNC puede manifestarse clínicamente de forma heterogénea. Se han des-

secundarias a enfermedades reumatológicas, infecciosas o neoplásicas.

Diagnóstico

crito numerosas formas clínicas atípicas en la VPSNC3,17,18. A pesar de esta diversidad

El diagnóstico de la VPSNC precisa un

clínica, pueden definirse tres categorías

alto nivel de sospecha. Las pruebas de neu-

principales en la forma de presentación de

roimagen pueden ayudar en el diagnóstico,

la VPSNC: como clínica neurológica multifo-

aunque los hallazgos son poco sensibles y

cal que puede aparecer de forma secuen-

específicos. Entre las lesiones focales se

cial y que remeda a la esclerosis múltiple,

incluyen infartos, hemorragias y lesiones

pero que además asocia signos y síntomas

expansivas2,13,14,21,22,25. Las lesiones isqué-

poco frecuentes en ésta, como las crisis

micas son con frecuencia múltiples y bilate-

comiciales o la cefalea; una forma de ence-

rales y pueden localizarse tanto en la sus-

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Vasculitis primaria del sistema nervioso central

tancia gris como en la sustancia blanca

pasmo y el síndrome de vasoconstricción

subcortical2,26. Es relativamente frecuente

cerebral reversible, entre otras 15,34-36. En

la coexistencia de zonas de isquemia y de

un trabajo publicado por Hadkhodayan et

hemorragia, aunque las lesiones hemorrági-

al., se realizó una biopsia cerebral a 38

cas también pueden aparecer de forma ais-

pacientes con sospecha de vasculitis y en

lada 12-15,21 .

Por lo tanto, las pruebas de

ninguno de los 14 pacientes en los que se

neuroimagen no aportan datos patognomó-

demostró patológicamente la vasculitis se

nicos, puesto que los hallazgos son inespe-

encontraron hallazgos angiográficos espe-

cíficos. Aunque tanto la TC como la RM cra-

cíficos32. Los casos de arteriografía normal

neales muestran hallazgos inespecíficos, se

podrían explicarse por la afectación de

prefiere esta última en el estudio de las

vasos lo suficientemente pequeños como

VPSNC, puesto que permite una mayor deli-

para ser vistos con una arteriografía con-

mitación y caracterización de las lesiones,

vencional2,5.

así como un estudio más detallado de la

La biopsia cerebral y meníngea sigue

sustancia blanca cerebral13-15. Además, la

considerándose el método de elección para

RM craneal podría tener un papel en la

el diagnóstico definitivo de la VPSNC; el

monitorización de la enfermedad, puesto

sitio preferido para realizar la biopsia es el

que se ha descrito en algunos casos pro-

lóbulo temporal del hemisferio no dominan-

gresión de las alteraciones en la RM que se

te. Sin embargo, la biopsia puede ser nega-

correlacionan con un deterioro clínico13.

tiva debido a la naturaleza parcheada de la

Desde el punto de vista anatomopatológico, en la VPSNC se produce un engrosa-

negativos de hasta el 30%2,5,12,16.

miento de la pared del vaso secundario a la

La velocidad de sedimentación globu-

reacción inflamatoria, lo que origina un

lar puede verse discretamente elevada en

estrechamiento de la luz vascular segmen-

algunos casos de VPSNC8. El análisis del

tario que afecta a múltiples localizaciones

líquido cefalorraquídeo (LCR) suele ser

vasculares, originando un aspecto arrosa-

patológico en un 80-90% de los casos de

convencional27-30.

VPSNC; los hallazgos más frecuentes son

Inicialmente la estenosis multifocal se

una pleocitosis linfocitaria e hiperprotei-

debe a la inflamación y al vasoespasmo,

norraquia 1,2,12,27,37 . Aunque se trata de

por lo que puede ser reversible, aunque

hallazgos inespecíficos, el aumento de las

con la evolución de la enfermedad puede

proteínas en el LCR en un paciente con

producirse la cicatrización y fibrosis de las

clínica neurológica abigarrada sin etiología

lesiones vasculares, originando un estre-

clara debe hacer sospechar la posibilidad

riado en la arteriografía

chamiento arterial

16

inflamación vascular, con una tasa de falsos

irreversible31-32.

Otros

de un proceso inflamatorio del SNC.

hallazgos menos frecuentes en la arterio-

Los criterios más utilizados para el

grafía cerebral son dilataciones focales

diagnóstico de la VPSNC son los propues-

múltiples, pequeños aneurismas y masas

tos por Calabrese et al. en 199437 y los pro-

vasculares31-33. Por lo tanto, la arteriografía

puestos por Moore en 1989, modificados en

cerebral tampoco es patognomónica. Esta

19985,38 (tabla I). Recientemente, Birnbaum

imagen arrosariada puede observarse en

et al. han propuesto una modificación de

cualquier vasculitis del SNC, como las

los criterios enunciados anteriormente por

secundarias a enfermedades sistémicas o

Calabrese, estratificando por niveles de cer-

a tóxicos. Otras posibles causas de estre-

teza en “VPSNC definitiva” únicamente si

chamiento arterial segmental son la patolo-

existía confirmación histológica y “VPSNC

gía aterosclerótica intracraneal, el vasoes-

probable” en ausencia de confirmación his-


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Causas infrecuentes de ictus

Tabla I. Criterios de Moore para el diagnóstico de la vasculitis primaria del sistema nervioso central

1.

Presentación clínica consistente en déficit neurológicos multifocales o difusos con un curso recurrente o progresivo (las manifestaciones clínicas pueden ser focales en algunos pacientes, pero las pruebas de imagen demuestran que la enfermedad es más generalizada).

2.

Exclusión de procesos infecciosos o inflamatorios sistémicos con los estudios apropiados de laboratorio.

3.

Estudio de líquido cefalorraquídeo que indique una inflamación del SNC (pleocitosis y/o elevación de proteínas) y que excluya infección o neoplasia.

4.

Estudio de RM sugestivo de vasculitis del SNC y que excluya otras alternativas diagnósticas, seguido de una angiografía cerebral que demuestre estenosis segmentarias de vasos intracraneales.

5.

Biopsia leptomeníngea y/o parenquimatosa cerebral que demuestre la existencia de inflamación vascular y que permita excluir otros diagnósticos.

tológica, si se observaban datos angiográficos compatibles asociados a alteraciones en la RM y en el análisis del LCR39. El objetivo de esta clasificación es no incluir en el diagnóstico de la VPSNC los casos de síndrome de vasoconstricción cerebral reversible; es posible que con unos criterios tan estrictos se puedan infradiagnosticar casos verdaderos de VPSNC dado que, como se ha comentado previamente, la biopsia puede tener una tasa de falsos negativos de hasta un 30%.

ciclofosfamida, aunque se han utilizado otros como la azatioprina14,41 o el metotrexato42. A pesar de la controversia, es probable que el abordaje inicial más adecuado sea el tratamiento combinado con corticoides y otro inmunosupresor (ciclofosfamida) inicialmente en la VPSNC, con el objeto de mejorar el pronóstico en la fase aguda y de disminuir las recurrencias.

Tratamiento

La evolución de la VPSNC es variable. Se han descrito casos de evolución fatal en los que que el paciente fallece en un corto periodo de tiempo43, así como casos de vasculitis autolimitadas con remisión espontánea de la clínica neurológica40,44. Se ha propuesto el nombre de “angiopatía benigna” para los casos de evolución más larga y benigna 40 ; sin embargo, actualmente se discute la existencia de esta entidad, pudiendo tratarse verdaderamente de casos de síndrome de vasoconstricc ión c er ebral r ever sible más que de auténticas vasculitis36. En algunos traba-

El tratamiento de la VPSNC debe buscar, por un lado, disminuir la duración y gravedad del primer brote y, por otro lado, disminuir las recurrencias. Los corticoides a altas dosis han sido el pilar clásico del tratamiento de la VPSNC2,26,40. La adición de un agente citotóxico al tratamiento ha mostrado mayor eficacia que los corticoides aislados2,26,40, fundamentalmente en la prevención de recurrencias. El fármaco más utilizado asociado a los corticoides ha sido la

Evolución

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Vasculitis primaria del sistema nervioso central

jos se ha sugerido que las recurrencias podrían ser mayores en las vasculitis que afectan a los vasos de pequeño tamaño que en aquellas que afectan a los vasos de mediano tamaño, aunque este aspecto no ha podido ser demostrado2. En cual-

quier caso, la recurrencia puede aparecer varios años después del diagnóstico inicial, por lo que se recomienda un seguimiento a largo plazo con el objeto de realizar una vigilancia estrecha que detecte posibles recurrencias.

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Ictus, lupus eritematoso sistémico y síndrome antifosfolipídico

E ANA CONDE GÓMEZ JOSÉ ARISTÍN NÚÑEZ JOSÉ CARLOS GÓMEZ-SÁNCHEZ Servicio de Neurología Hospital Universitario de Salamanca Salamanca

20

l lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad inflamatoria crónica de causa desconocida que puede afectar a múltiples órganos y sistemas. Su curso clínico es variable, con periodos de remisión y periodos de actividad. Puede presentarse desde el inicio con afectación multisistémica, pero puede hacerlo con afectación de un único órgano o también como una anomalía analítica aislada para, sólo después, aparecer el carácter multisistémico. En la tabla I se muestran los criterios diagnósticos del American College of Rheumatology (ACR)1, que ilustran la variedad de posibles manifestaciones clínicas. En la tabla II se exponen las posibles formas de afectación neurológica y psiquiátrica, entre las que se encuentra la enfermedad vascular cerebral2. Es más frecuente en mujeres y la edad de inicio es entre los 16 y los 55 años en el 65% de los pacientes (un 20% antes de los 16 y un 15% después de los 55)3. En los pacientes mayores, además, el LES tiene una menor incidencia de afectación del sistema nervioso central (SNC). Por tanto, el perfil del paciente que nos interesa es el de un ictus en paciente joven, preferentemente una mujer. Uno de sus marcadores serológicos fundamental es la presencia de anticuerpos antinucleares (ANA). Los ANA aparecen en el LES, pero también pueden hacerlo en otros trastornos autoinmunes sistémicos, en enfermedades de órganos específicos de base inmune, en algunas infecciones y en individuos normales. En el lupus los títulos suelen ser elevados, de 1:160 o mayores. La frecuencia de falsos positivos depende de la población en cuestión y del título. En pacientes con títulos en torno a 1:40 la tasa de falsos positivos puede alcanzar el 30%, pero es sólo del 3% en los pacientes con títulos de 1:320.


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Causas infrecuentes de ictus

Tabla I. Resumen de los criterios diagnósticos del American College of Rheumatology Eritema malar Rash discoide Fotosensibilidad Úlceras orales Artritis

No erosiva en dos o más articulaciones periféricas

Serositis

Pleuritis, pericarditis

Trastornos renales

Proteinuria persistente, cilindros celulares

Trastornos neurológicos

Crisis o psicosis

Trastornos hematológicos

Leucopenia < 4.000/mm3 en 2 o más ocasiones Linfopenia < 1.500/mm3 en 2 o más ocasiones Trombopenia < 100.000/mm3

Trastornos inmunológicos

Células LE positivas o Anticuerpos anti-ADN nativo o Anticuerpos anti-ADN SM o Pruebas serológicas falsamente positivas para sífilis

Anticuerpos antinucleares

Título anormal de ANA

LES definido > 4; enfermedad indiferenciada del tejido conectivo < 4 criterios

Tabla II. Principales formas de afectación del sistema nervioso central en el lupus eritematoso sistémico Meningitis aséptica Ictus Mielopatía Neuropatía óptica Hipertensión intracraneal benigna Trastornos del movimiento (corea, parkinsonismo, ataxia cerebelosa, etc.) Crisis Delirios Trastornos cognitivos Psicosis Trastornos de ansiedad y del ánimo

Distintos estudios son consistentes en detectar un aumento de la incidencia de ictus y accidentes isquémicos transitorios (AIT) entre los pacientes con LES, para todos los subtipos de ictus4. En una serie prospectiva, en el 77% de los pacientes la magnitud del ictus fue importante (NIHSS > 6)5. En la mayoría de los casos ocurren en los primeros cinco años de la enfermedad y no son excepcionales las recurrencias. Entre los

mecanismos potencialmente involucrados se encuentran los siguientes: • Acentuación de cambios ateromatosos, “adelantando” prematuramente los riesgos de las aterosclerosis. Podrían intervenir (además de los factores de riesgo comunes a la población general) una dislipoproteinemia inducida por el lupus, la even-

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Ictus, lupus eritematoso sistémico y síndrome antifosfolipídico

tual afectación renal, el tratamiento

pan en la unión de estos con las membra-

corticoideo crónico y factores resul-

nas celulares. Entre estas proteínas destaca

tantes de la existencia de un proceso

la β2-glicoproteína I7,8; es el principal antíge-

inflamatorio crónico.

no diana responsable de la presencia de

• Una posible situación “protrombótica”

AAF. Lo importante de todos ellos es su vin-

intrínseca al lupus (no por asociación

culación con un estado protrombótico

con anticuerpos antifosfolípidos) y

adquirido e inmunomediado.

señalada por observaciones tales

Dada su heterogeneidad, las formas de

como un aumento de la biosíntesis de

detectarlos también son variadas, desta-

tromboxano y de marcadores de gene-

cando las siguientes:

ración de trombina. • Hay evidencias histopatológicas y radiológicas de una angiopatía de los pequeños vasos cerebrales en el LES, si bien estos hallazgos se relacionan más con los trastornos cognitivos. • La posibilidad de émbolos dependientes de endocarditis trombóticas no bacterianas.

• Detección de anticuerpos anticardiolipina (AAC): son anticuerpos capaces de reaccionar frente a la cardiolipina (importante componente de la membrana interna mitocondrial), pero que también pueden hacerlo frente a otros fosfolípidos. El título es proporcional al riesgo de eventos trombóticos, teniendo significado patológico un título

• Muy raro, pero en algunos casos

medio-alto (> 40 unidades GPL)9. Pue-

podría existir un componente de vas-

den ocasionar daño en el endotelio

culitis.

vascular al unirse a fosfolípidos de las

• Pero, sobre todo, la posible existencia

membranas celulares e inducir cam-

de anticuerpos antifosfolipídicos

bios en la célula endotelial. Los títulos

(AAF), ya que una proporción impor-

altos de AAC se correlacionan con la

tante de los fenómenos trombóticos

presencia de factores de riesgo vascu-

en el LES están asociados a la existen-

lar (tabaco, hiperlipidemias, HTA o dia-

cia de AAF6. La presencia de los AAF

betes) y su presencia, además, modifi-

en un paciente con LES y un evento

ca el colesterol LDL, por lo que indirec-

vascular nos situaría en el contexto de

tamente pueden vincularse con el ries-

un síndrome antifosfolipídico (SAF)

go aterotrombótico10. Fármacos (feno-

secundario.

tiacinas, hidralazina, fenitoína o ácido valproico), infecciones (lúes, Lyme,

22

El SAF se define por la concurrencia de

hepatitis C o VIH) o incluso neoplasias

un evento vascular o trastorno de gestación

pueden a veces inducir AAC, por lo que

y la presencia de uno de los AAF. Se define

ante su detección ha de considerarse

como “secundario” cuando la presencia de

esta posibilidad y confirmar que no se

los anticuerpos se asocia a otro trastorno

trata de anticuerpos transitorios

autoinmune (sobre todo LES) u otras patolo-

mediante una segunda determinación

gías (neoplasias o infecciones) y primario

transcurridas 12 semanas desde la pri-

cuando no lo hace7. Los AAF son un grupo

mera.

heterogéneo de anticuerpos con reactivi-

• Detección de anticoagulante lúpico

dad frente a múltiples fosfolípidos que par-

(AL): este test puede contemplarse

ticipan en mecanismos de la coagulación, o

como la forma de observar los AAF

frente a proteínas plasmáticas que partici-

por su capacidad de inducir prolonga-


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Causas infrecuentes de ictus

ción de los tiempos de coagulación del

implicar los senos venosos encefálicos, pro-

laboratorio. Denominación perversa,

duciendo trombosis venosas cerebrales.

pues generalmente asocian tendencia

En la neuroimagen, además de lo

trombótica y no anticoagulante y por-

correspondiente al infarto territorial arterial,

que muchos de los pacientes que los

debe recordarse que pueden aparecer en la

presentan no tienen LES. Su presencia

RM múltiples imágenes hiperintensas difu-

es más específica pero menos sensi-

sas en la sustancia blanca subcortical, con

ble que la de los AAC.

frecuencia silentes. De hecho, no es raro su

• Detección de anticuerpos frente a la β2-

hallazgo incidental planteando diagnóstico

glicoproteína: es una apolipoproteína

diferencial con otras enfermedades de la

(apo-H) multifuncional con bastantes

sustancia blanca.

propiedades de inhibición de la coagula-

Se han postulado otras posibles mani-

ción y la agregación plaquetaria. Se

festaciones neurológicas, sin relación con

encuentran en un gran porcentaje de

fenómenos trombóticos, atribuidas a la

los pacientes con SAF, con frecuencia

acción directa de los AAF, que reaccionarían

junto con otros AAF, pero son los únicos

de forma cruzada contra antígenos diana

en hasta un 11% de los pacientes11.

del sistema nervioso. Así, se ha descrito asociación con corea, epilepsia, migraña,

Existen otros tipos de AAF, menos estu-

mielopatía de causa inflamatoria, esclerosis

diados, entre los que destacan antifosfatidil-

múltiple o demencia. Deben recordarse,

serina, antifosfatidiletanolamina, antifosfati-

además, la comorbilidad obstétrica, que es

dilinositol y antifosfatidilcolina. Pueden ser

parte de los criterios diagnósticos (tabla III)

positivos en pacientes con negatividad para

y el llamado “síndrome antifosfolípido

los más típicos, hecho que puede ocurrir en

catastrófico”, una entidad rara y grave, con

un porcentaje no despreciable de pacientes

elevada mortalidad, debida a microangiopa-

con LES e ictus8. Por tanto, si la sospecha

tía con afectación renal, pulmonar, del SNC,

clínica es alta y los “clásicos” son negativos,

cardiaca, cutánea e incluso coagulación

habría que considerar su

determinación9.

En general, los AAF destacan por su vin-

intravascular diseminada. El diagnóstico está basado en los criterios

culación a un estado protrombótico, pero

modificados de Sapporo, propuestos en

no debe olvidarse que pueden aparecer en

200610, en los que, según consenso interna-

un 2-12% de adultos sanos12. Estos anti-

cional, son necesarios al menos un criterio

cuerpos, llamados “benignos”, suelen ser

clínico y uno de laboratorio, de los expuestos

anticardiolipina e independientes de la β2-

en la tabla III, para realizar el diagnóstico14.

glicoproteína I, a diferencia de la mayoría de los patológicos9.

Hay bastante incertidumbre en las recomendaciones terapéuticas para los

La asociación entre ictus o AIT y niveles

pacientes con ictus y LES y/o SAF. Es muy

altos de AAC IgG o de AL está establecida

importante realizar un estudio completo

de forma consistente en la literatura12,13.

por la posibilidad de coexistencia de dis-

Los infartos arteriales pueden localizarse

tintas categorías etiológicas. Aunque las

tanto en el ámbito medular como cerebral,

indicaciones han de ser individualizadas,

en territorio de pequeñas o grandes arterias

se plantea que para los pacientes con

y en la circulación anterior o posterior. Sue-

ictus y LES, sin otras etiologías (estenosis

len ser de pequeño tamaño y afectar a cor-

ateromatosas, vegetaciones valvulares,

tical y sustancia blanca subyacente. Los

etc.), sin AAF y con infartos de pequeño

fenómenos trombóticos también pueden

vaso sería suficiente antiagregación. Si el

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Ictus, lupus eritematoso sistémico y síndrome antifosfolipídico

Tabla III. Criterios internacionales diagnóstico síndrome antifosfolípido

Criterios clínicos Trombosis vascular

Complicación obstétrica

Una o más trombosis arteriales o venosas o de pequeño vaso en cualquier tejido u órgano, confirmada con pruebas diagnósticas. Se excluye de este criterio la trombosis venosa superficial. • Una o más muertes inexplicadas de fetos normales en gestaciones >10 semanas. • Una o más muertes prematuras de neonato normal más allá de la 34 semana debido a preeclampsia, eclampsia o insuficiencia placentaria. • Tres o más ABORTOS espontáneos, inexplicados, antes de la semana 10 de gestación en padres sin anomalías cromosómicas, anatómicas ni hormonales.

Criterios de laboratorio • Detección de anticoagulante lúpico en plasma en 2 o más ocasiones separadas por al menos 12 semanas. • Detección de anticuerpos anticardiolipina (tipo IgG o IgM) a título medio-alto (> 40 GPL o > percentil 99) mediante ELISA en 2 o más ocasiones separadas por al menos 12 semanas. • Detección de anticuerpos anti-β2-glicoproteína I (tipo IgG o IgM) a título medio-alto (> percentil 99), mediante ELISA, en 2 o más ocasiones separadas por al menos 12 semanas.

paciente tiene AAF y cumple criterios internacionales de SAF la indicación sería anticoagulación. Algunos sitúan el rango de anticoagulación para el SAF en un INR de 2 a 3, pero otros lo plantean entre 3 y 415. Para los ictus recurrentes de un SAF a

pesar de anticoagulación se ha propuesto la combinación de anticoagulación con dosis bajas de ácido acetilsalicílico16. No se consideran indicados los esteroides en pacientes con ictus y AAF si no hay evidencia de actividad de LES.

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Enfermedades del tejido conectivo

L

as enfermedades del tejido conectivo son un grupo heterogéneo de entidades que podemos dividir, de acuerdo con su patogenia, en enfermedades inflamatorias de etiología autoinmune y trastornos relacionados con mutaciones genéticas que originan defectos moleculares en componentes estructurales del tejido conectivo. Por ambos mecanismos se puede causar vasculopatía, dando lugar a enfermedad arterial oclusiva, disección arterial, formación de aneurismas y desarrollo de fístulas arteriovenosas. Muchas de las enfermedades sistémicas se manifiestan inicialmente como infartos cerebrales; sin embargo, el grupo de las enfermedades del colágeno se manifiesta habitualmente como enfermedad cerebrovascular en fases avanzadas y una vez que el espectro clínico es muy florido1,2.

Enfermedades autoinmunes Arteritis de la temporal La vasculitis que con mayor frecuencia asocia manifestaciones neurológicas es la arteritis de la temporal. Esta entidad supone en JAVIER TEJADA GARCÍA

muchas ocasiones un desafío neurológico por la necesidad de realizar

Médico Adjunto

un diagnóstico rápido que permita iniciar el tratamiento lo más pre-

LAURA REDONDO ROBLES

cozmente posible. Clásicamente, se reconoce que debe ser considera-

Residente 2.º año

da en el diagnóstico diferencial de una cefalea de reciente comienzo

Unidad de Ictus. Sección de Neurología Complejo Asistencial de León

26

en un paciente anciano con incremento de la velocidad de sedimentación globular (VSG), precedido o no por polimialgia reumática (en este


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Causas infrecuentes de ictus

último supuesto se ha encontrado agrega-

Arteritis de Takayasu

ción familiar). Las complicaciones neurooftalmológicas, como la neuropatía óptica

La arteritis de Takayasu es una vasculitis

isquémica anterior, se reconocen fácilmen-

granulomatosa que afecta al arco aórtico y

te, pero muchos otros problemas neuroló-

sus ramas principales. La mayoría de los

gicos pueden complicar el curso de la

pacientes inician su sintomatología en edades

enfermedad y es importante saber que

comprendidas entre los 11 y los 30 años.

tanto el diagnóstico como el tratamiento

Habitualmente existe un síndrome inflamato-

precoz son esenciales para prevenir la

rio inespecífico (fiebre, decaimiento, sudora-

isquemia potencialmente irreversible de un

ción, anorexia, artralgias o artritis, mialgias y

órgano diana3.

reactantes de fase aguda elevados) que pre-

La afectación de la arteria temporal

cede en semanas o meses a la instauración

superficial es sólo “la punta del iceberg”.

del cuadro clínico determinado por las obs-

La distribución topográfica refleja su predi-

trucciones vasculares. Sus signos característi-

lección por la capa elástica interna, inclu-

cos son disminución de la amplitud del pulso,

yendo el arco aórtico y sus ramas. La gra-

menor presión arterial y claudicación en las

vedad de la enfermedad se correlaciona

extremidades superiores si la afectación aór-

con la cantidad de tejido elástico de los

tica corresponde al cayado y sus ramas; y los

vasos afectados. Comúnmente, sigue este

mismos signos en las extremidades inferio-

patrón en orden de frecuencia decrecien-

res, cuando la aortitis es distal. En este caso

te: arterias carótidas comunes, externas e

también pueden ocurrir dolor abdominal e

internas (extracraneal), ramas intraorbita-

hipertensión renovascular7. Un 10-15% de los

rias (ciliares posteriores y oftálmicas), ver-

pacientes presentan clínica cerebrovascular.

tebrales (extracraneales), subclavia, axilar,

La angiografía (por TC, RM o convencional) de

braquial proximal, aorta ascendente con

los grandes vasos permite observar alteracio-

ruptura aórtica y arteritis coronaria. El

nes del calibre vascular (estrechamientos u

resto (aorta descendente, renal, pulmonar)

oclusiones segmentarios) en la aorta y sus

son mucho menos frecuentes4,5.

principales ramas, que son de valor diagnósti-

Un 4% de los pacientes afectos de

co. Los métodos por imágenes no invasivos,

arteritis de la temporal presentan ataque

como la tomografía por emisión de positrones

isquémico transitorio (AIT) o ictus durante

(FDG-PET) y la RM, proveen de información

su enfermedad. Otras manifestaciones son

adicional importante para el diagnóstico y el

la encefalopatía aguda como consecuen-

tratamiento clínico de la enfermedad, ya que

cia de infartos en tálamo, mesencéfalo o

son útiles para evaluar la actividad y progre-

una demencia multiinfarto. Como algorit-

sión del engrosamiento mural de los vasos8,9.

mo diagnóstico, la determinación de la

La revascularización quirúgica o endovascular

VSG es útil para la monitorización de la

puede ser una opción terapéutica10.

enfermedad (se normaliza tras unos días de tratamiento con corticoides). La indica-

Panarteritis nodosa

ción de biopsia de la arteria temporal se basa en una alta sospecha clínica, pero

La panarteritis nodosa es una vasculitis

existen otros criterios coadyuvantes según

necrotizante focal de las arterias de peque-

el Colegio Americano de Reumatología

ño y mediano calibre. Esta forma de poliar-

(edad > 50 años, cefalea de reciente

teritis sistémica se caracteriza por inflama-

comienzo, ausencia de pulso de la arteria

ción y necrosis de las paredes de las arterias

temporal o VSG > 50 mm/h)5,6.

musculares medianas y en ocasiones arte-

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Enfermedades del tejido conectivo

riolas. Los signos y síntomas que resultan de

utiliza el término de “vasculitis” en la artritis

la afectación arterial dan lugar a un síndro-

reumatoide para referirse al grupo de compli-

me clínico caracterizado por fiebre, pérdida

caciones extraarticulares exclusivamente

de peso, dolor en las extremidades, hiperten-

relacionadas con la agresión vascular de la

sión arterial renovascular, dolor abdominal,

pared del vaso y no por la proliferación granu-

anemia, rash cutáneo y neuropatía periférica.

lomatosa o infiltración inflamatoria perivas-

Las manifestaciones cutáneas usualmente

cular. Pueden estar afectadas las arterias y

consisten en lesiones petequiales o equimóti-

vénulas de pequeño y mediano calibre. El

cas y nódulos subcutáneos que pueden distri-

infiltrado inflamatorio puede estar formado

buirse a lo largo del trayecto de un vaso. La

por células mononucleraes o polimorfonucle-

afectación del sistema nervioso central (SNC)

ares, con presencia o no de necrosis fibrinoi-

en esta enfermedad se observa en el 25% de

de. La afectación de la pared vascular puede

los casos, especialmente de los ramos lepto-

causar síndromes focales por infartos, hema-

meníngeos. Las lesiones parenquimatosas

tomas o una afectación más difusa en forma

son múltiples y diseminadas y corresponden a

de encefalopatía14.

pequeños infartos, algunas veces hemorrági-

El riesgo de ictus y de otros procesos

cos. La angiografía evidencia una amplia varie-

vasculares está incrementado en los pacien-

dad de afecciones y lesiones de lechos vascu-

tes con artritis reumatoide y se ha relacio-

lares; los más característicos son las oclusio-

nado con la progresión de la arteriosclerosis

nes arteriales. La presencia de aneurismas

a través de mecanismos inflamatorios. El

incrementa la especificidad diagnóstica en la

uso de medicaciones antiinflamatorias pare-

panarteritis nodosa, pero en su ausencia otras

ce ejercer un efecto protector, puesto que

alteraciones como irregularidades murales,

se ha asociado con una reducción en el ries-

estenosis y oclusiones pueden hacer sospe-

go de eventos vasculares15,16.

char el diagnóstico11,12.

Artritis reumatoide La artritis reumatoide presenta una mayor vulnerabilidad frente a eventos isquémicos por el papel de la inflamación sistémica en la patogénesis del ictus. La inflamación de los vasos de pequeño y mediano calibre es parte integrante de las alteraciones anato-

Enfermedades hereditarias del tejido conectivo Síndrome de Ehlers-Danlos vascular

mopatológicas en las dos lesiones fundamentales de esta enfermedad: la sinovitis y los

El síndrome de Ehlers-Danlos comprende

nódulos reumatoideos13,14. Las alteraciones

un grupo de al menos diez trastornos genéti-

del SNC son poco frecuentes y aparecen en

cos caracterizados por hiperlaxitud articular,

el contexto de una enfermeadad con signos y

fragilidad tisular e hiperextensibilidad cutánea.

síntomas de actividad. Los mecanismos res-

El tipo IV o síndrome vascular tiene interés por

ponsables de clínica cerebrovascular recono-

su elevada frecuencia de complicaciones

cidos son paquimeningitis reumatoide, vas-

cerebrovasculares. Aproximadamente un 5%

culitis y trombosis vertebrobasilar por sublu-

de los pacientes afectados tiene su primer

La vasculitis asociada a la

evento vascular en torno a los 20 años y un

artritis reumatoide puede ser sistémica o

80% antes de los 40 años. La expectativa

estar circunscrita al SNC. Generalmente se

media de vida para estos individuos se sitúa

xación

28

C1-C214.


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Causas infrecuentes de ictus

en los 50 años. El defecto patológico se locali-

de las arterias cerebrales (una o múltiples)

za en el colágeno tipo III, que es un componen-

que incluye la disección. La afectación de los

te estructural básico de los tejidos elásticos.

pequeños vasos cerebrales produce infartos

Por ello las arterias tienen riesgo de desarro-

subcorticales y leucoaraiosis. El riesgo relati-

llar aneurismas, disecciones o fístulas caroti-

vo de ictus isquémico debido a enfermedad

docavernosas17,18.

de pequeño vaso en pacientes menores de

Síndrome de Marfan El síndrome de Marfan es un trastorno autosómico dominante. El defecto se localiza en las miofibrillas de la matriz extracelular originando alteraciones en la piel, la aorta y los cuerpos ciliares. Las complicaciones isquémicas se relacionan con el desarrollo de dilataciones o disecciones de la aorta torácica y pueden manifestarse como even-

65 años con pseudoxantoma elástico es de 3,6 comparado con la población general20- 22.

Osteogénesis imperfecta La osteogénesis imperfecta es un grupo heterogéneo de trastornos, la mayor parte de ellos con patrón autosómico dominante. El defecto molecular altera la estructura del colágeno tipo I, que es uno de los

tos cerebrales o medulares. También ha sido

principales componentes de la matriz extra-

referida la formación de aneurismas intra-

celular de la piel, los huesos y los tendones.

craneales (saculares y fusiformes) y de aneu-

La osteogénesis imperfecta se caracteriza

rismas disecantes

intracraneales19,20.

por fragilidad ósea, escleróticas azules, defectos de dentición, hipoacusia y talla

Pseudoxantoma elástico

baja. Las complicaciones cerebrovasculares incluyen aneurismas cerebrales, diseccio-

El pseudoxantoma elástico es una rara enfermedad hereditaria del tejido conectivo

nes, fístulas carotidocavernosas y síndrome de moyamoya20,23.

que se caracteriza por el acúmulo progresivo de proteoglicanos y la fragmentación, crecimiento y calcificación de las fibras elásticas de la piel, la membrana de Bruch del ojo y las arterias. Se asocia con manifestaciones sistémicas que incluyen la enfermedad cerebrovascular. Las complicaciones neurológicas relacionadas con esta enfermedad son raras. Entre ellas se encuentran la insuficiencia cerebrovascular, infartos lacunares múltiples, aneurismas intracerebrales y de la arteria medular anterior, hemorragias subaracnoi-

Enfermedad poliquística renal autosómica dominante Este trastorno se produce por mutaciones en los genes PKD1 y PKD2 que codifican las proteínas del tejido conectivo policistina 1 y policistina 2. Clínicamente se caracteriza por la presencia de quistes en los riñones, páncreas, hígado, bazo, ovarios o vesículas seminales. Otros hallazgos de la

dea e intracerebrales, fístula cavernosa, dete-

enfermedad son aneurismas intracraneales,

rioro intelectual progresivo, alteraciones psí-

dolicoectasias intracraneales, disecciones

quicas y mentales, que pueden ser debidas a

cervicocefálicas y prolapso de válvula

una atrofia cortical, e ictus isquémicos. Esta

mitral. La ruptura de aneurismas cerebrales

última complicación es la manifestación neu-

es una de las causas principales de mortali-

rovascular más frecuente con una prevalen-

dad en estos pacientes, por lo que es prác-

cia entre el 1% y el 5%, según las series, y se

tica habitual la realización de estudios de

debe a una enfermedad estenoticooclusiva

RM para su detección presintomática2.

29


04 enf del t

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Enfermedades del tejido conectivo

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Patología vascular medular

L

a patología vascular medular es infrecuente, especialmente si se compara con la patología vascular cerebral, de alta incidencia y prevalencia. Sin embargo, su reconocimiento es de gran importancia para un diagnóstico precoz que minimice en lo posible el daño residual, poniendo en marcha cuanto antes las eventuales medidas de prevención secundaria, así como para su diferenciación de otros procesos medulares subsidiarios de tratamiento específico1,2. El conocimiento de la patología vascular medular, por su infrecuencia y dificultad de estudio, procede esencialmente de la observación de casos o series de casos, y su tratamiento se extrapola en general del de la patología cerebral, pues no es objeto de ensayos clínicos propios; los avances en la imagen por RM pueden modificar esta situación.

Recuerdo anatómico Para comprender la semiología de la patología vascular de la médula espinal es necesario tener conocimiento de la anatomía y de su vascularización2,3. Básicamente ésta depende de tres troncos arteriales que recorren longitudinalmente la médula, la arteria espinal anterior, situada en el surco anterior, y dos espinales posteriores que siguen la salida de las raíces posteriores. Estos tres vasos se originan en el segmento V4 de las arterias vertebrales, antes de la salida de las arterias cerebelosas posteroinferiores; las dos espinales anteriores confluyen para formar un solo tronco (fig. 1A). Sin embargo, estas tres arterias no tienen una continuidad real, sino que su trayecto se proJOSÉ F. MAESTRE-MORENO

longa segmentariamente a través de aportes que proceden a nivel

Unidad de Ictus. Servicio de Neurología Hospital Virgen de las Nieves Granada

cervical de arterias como las propias vertebrales y cervicales profundas y ascendentes, y desde el nivel dorsal de distintas arterias radicu-

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Patología vascular medular

lares, ramas a su vez de las arterias intercostales y lumbares de la aorta; es casi constante una radicular dorsal (D9-D11), la arteria radicular magna de Adamkiewick, que irriga el engrosamiento lumbar medular; en el cono las espinales anterior y posterior se anastomosan para constituir una “cesta” arterial; el espacio comprendido entre estos refuerzos puede tener una vas-

espinales posteriores; la sustancia gris medular depende esencialmente de la espinal anterior a través de sus ramas penetrantes sulcocomisurales (fig. 1B). Esta disposición en gran parte “en red”, de la irrigación medular supone en general una garantía de protección frente a oclusiones de vasos individuales, y de ahí lo infrecuente de la patología vascular isquémica

cularización precaria. Transversalmente existen conexiones entre los tres troncos espinales que constituyen un anillo del que emergen arterias piales para la periferia

medular en comparación con la cerebral; como se ha dicho, la región dorsal alta es territorio “fronterizo” que puede lesionarse

medular; groseramente, los dos tercios

venoso medular se hace hacia una red venosa perimedular que desemboca en los plexos vertebrales.

anteriores de la médula son territorio de la espinal anterior y el tercio posterior de las

ante una hipoperfusión global. El drenaje

A

B

Fig. 1. Representación esquemática de la irrigación medular longitudinal (A) y transversal (B).

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Causas infrecuentes de ictus

Síndromes clínicos

rior es hemimedular. Rara vez los infartos medulares están precedidos de accidentes isquémicos transitorios (AIT)2. Los sín-

Las lesiones isquémicas medulares pueden presentarse infrecuentemente como una sección medular completa (fig. 2); la brusquedad de la instauración permite su distinción de otros procesos medulares agudos, y en particular de las mielitis transversas 1,2 y compresiones medulares, cuya instauración no suele ser tan fulminante. Sin embargo, el síndrome clínico más común es el que corresponde

dromes espinales posteriores son excepcionales y clínicamente difíciles de reconocer (fig. 2). La RM muestra las lesiones medulares isquémicas con restricción de la difusión e hiperintensas en la secuencia T2 y es su distribución en un determinado territorio arterial –espinal anterior o posterior– lo que apunta a su naturaleza frente a otras posibilidades2,5.

a la isquemia del territorio de la arteria espinal anterior2-4, con disfunción de los haces corticoespinales y espinotalámicos, situados en el cordón anterior y lateral, que se expresará por una debilidad en los músculos subyacentes a la lesión y un nivel bien definido para las sensibilidades

Etiología Las causas más comunes de las lesiones isquémicas medulares son aterotrom-

algésica y térmica, con conservación de la

bóticas, hemodinámicas o ateroembólicas;

sensibilidad profunda, vehiculada por los

los embolismos de otro origen son menos

cordones posteriores, que dependen de la

frecuentes. La isquemia de la médula dor-

arteria espinal posterior. Es común la alte-

sal en episodios de bajo gasto, debido a la

ración del control de esfínteres. Usual-

precariedad de la vascularización a ese

mente la afectación es bilateral, aunque

nivel, aún más comprometida cuando exis-

también puede presentarse como un sín-

te una ateromatosis, es otro mecanismo

drome de Brown-Sequard incompleto (por

bien reconocido. La disección vertebral

la conservación de la sensibilidad cordo-

puede dar lugar a infartos de médula cervi-

nal posterior) si la isquemia espinal ante-

cal, incluso como forma de debut (fig. 2), y

Fig. 2. Paciente de 35 años que consulta por cervicalgia y parestesias y debilidad en las extremidades derechas de debut agudo. En la RM se encuentra un área de hiperseñal T2 central-posterior derecha en el segmento C2 de la médula cervical (A); se interpretó como lesión inflamatoria; diez días después es traído tetrapléjico; la RM (T2) confirma un infarto que afecta ahora a bulbo y segmentos medulares cervicales C1-C2 (B); la angiografía (en proyección AP y L, fig. 2C) muestra signos de disección en el segmento V4 de la arteria vertebral derecha; retrospectivamente, la primera lesión es un infarto en el territorio extendido de la arteria espinal posterior derecha.

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Patología vascular medular

la disección aórtica es otro proceso en el cual la implicación de las arterias radiculares, en especial de la arteria radicular

Patología vascular medular no isquémica

magna en disecciones de aorta descendente, conlleva un infarto espinal, generalmente de distribución espinal anterior. La cirugía de aorta y otros procedimientos quirúrgicos o intervencionistas toracoabdominales 2 son escenarios que puede resultar en lesiones medulares isquémicas; hoy es posible tomar referencias previas de la irrigación medular, pero aun no

En los traumatismos puede desarrollarse un hematoma espinal intra o extradural o intramedular, con el consiguiente síndrome medular compresivo o intrínseco. La punción lumbar, incluso en pacientes sin trastornos de la coagulación, puede dar lugar a un hematoma local con compresión

de forma no invasiva6. La embolia fibrocar-

de la cola de caballo8. La médula es asiento

tilaginosa, producida por material del disco

de malformaciones arteriovenosas y de fís-

intervertebral, constituye un enigmático

tulas durales9-11 a veces de angioarquitec-

mecanismo de producción de infartos

tura compleja10-12. Clínicamente se pueden

jóvenes 7.

También pueden

manifestar de forma abrupta con déficit

darse lesiones medulares isquémicas en el

establecido debido a hemorragia, pero es

contexto de una patología sistémica infla-

más común que se presenten como síndro-

matoria (vasculitis autoinmunes o infeccio-

mes medulares subagudos y parcialmente

sas y colagenosis)2.

reversibles, que pueden simular “brotes”,

medulares en

en relación con fenómenos de congestión venosa11, o como síndrome de claudicación

Tratamiento

medular2. La RM orienta al diagnóstico al mostrar las estructuras venosas anómalas

A diferencia de la patología isquémica cerebral, no se dispone de tratamiento

34

como “vacíos de señal”, generalmente retromedulares, y lesiones brillantes intra-

específico en fase aguda para la isquemia

medulares en las secuencias T212. La confir-

medular. Así, deben activarse la preven-

mación ha de hacerse mediante angiografía

ción de complicaciones y la rehabilitación

medular, en la que todas las posibles afe-

precoz y poner en marcha la prevención

rencias deben ser estudiadas antes de

secundaria en función del mecanismo y la

excluir el diagnóstico. El tratamiento de

etiología del evento índice.

elección suele ser hoy endovascular.


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Causas infrecuentes de ictus

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Enfermedad

inflamatoria intestinal

L

a enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un proceso inflamatorio crónico del tracto gastrointestinal, de etiología desconocida, que comprende básicamente dos variantes que se diferencian en las localizaciones afectadas, la anatomía patológica, la clínica, las complicaciones y las enfermedades que asocian. Éstas son la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Aunque la CU y la EC se han considerado tradicionalmente como enfermedades limitadas a la mucosa del tubo digestivo, con frecuencia se acompañan de diferentes trastornos extraintestinales1. Las complicaciones neurológicas de la EII son raras, estimándose su presencia entre el 0,2% y el 35,7%, según se considere la afectación periférica o central del sistema nervioso2. El propósito de este artículo, tras hacer unas consideraciones generales sobre la EII, es revisar la evidencia acerca de la asociación entre la EII y el ictus, considerando sus mecanismos patogénicos, con la intención de establecer posibles grupos de riesgo y orientar sobre la necesidad de realizar intervenciones específicas en estos pacientes.

TANIA GAVILÁN IGLESIAS JUAN CARLOS PORTILLA CUENCA IGNACIO CASADO NARANJO1 Unidad de Ictus Sección de Neurología 1Departamento de Ciencias Biomédicas UEX. Hospital San Pedro de Alcántara Cáceres

36

Enfermedad inflamatoria intestinal: generalidades3 La CU y la EC comparten diversas características epidemiológicas, inmunológicas y clínicas. La incidencia de la CU y la EC oscila entre 5-18 y 1-10 casos por cada 100.000 habitantes, respectivamente. Se reconoce un gradiente Norte-Sur y la prevalencia de ambas es unas 10-15 veces la tasa de incidencia. En nuestro medio la incidencia es similar para ambos sexos, presentando la


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Causas infrecuentes de ictus

CU un pico entre los 20-30 años, mientras

ales. No se ha documentado una relación

que la EC tiene dos picos de incidencia, uno

entre la EII y el ictus hemorrágico.

alrededor de los 20 años y otro a los 60. En cuanto a su anatomía patológica, la

Epidemiología

CU se caracteriza por episodios recurrentes de inflamación limitada a la capa mucosa del

El ictus es una complicación rara de la

colon. Casi siempre afecta al recto y se

EII, siendo objeto de debate si su frecuencia

extiende de forma continua hacia la parte

es mayor en la CU o en la EC2,4,5.

más proximal del colon. A diferencia de la CU,

La mayoría de las publicaciones coinci-

en la EC la afectación es transmural y seg-

den en que el riesgo de aparición de un

mentaria, produciéndose frecuentemente

ictus se correlaciona con las fases de

fibrosis y obstrucciones del tracto intestinal

mayor actividad de la enfermedad.

afecto, así como microperforaciones y fístu-

En varios estudios se ha analizado el

las. Puede afectar a todo el tracto gastroin-

riesgo de aparición de complicaciones vascu-

testinal.

lares a diferentes edades asociado a la EII,

Clínicamente las principales manifestaciones clínicas de la CU son la diarrea, la

incluyendo ictus y eventos en otros territorios arteriales (tabla I).

emisión rectal de sangre, moco, pus y dolor

En un estudio retrospectivo de cohor-

abdominal. En la EC predominan la diarrea

tes, Berstein et al.6 objetivaron un aumento

no sanguinolenta, el dolor abdominal, aste-

de la incidencia de eventos coronarios en

nia, fiebre y pérdida de peso.

los pacientes con EII. Sin embargo, el riesgo

Las complicaciones se pueden agrupar en locales y extraintestinales.

de ictus sólo aumentaba en los pacientes con EC (RR = 1,32; IC95% 1,05-1,66).

• Locales: incluyen hemorragias masi-

Barclays et al., en un estudio pros-

vas, colitis fulminante, perforaciones,

pectivo realizado durante cinco años en

obstrucciones, cáncer de colon, etc.

pacientes pediátricos diagnosticados de

• Extraintestinales: afectación ocular

EII, observaron una mayor incidencia de

como uveítis o epiescleritis, altera-

eventos tromboembólicos cerebrales en

ciones dérmicas, artritis y espondilitis

niños con EC7.

anquilosante, colangitis esclerosante,

Ha et al.8 realizaron un estudio retros-

afectación pulmonar, eventos trom-

pectivo de una cohorte de pacientes con EII

boembólicos arteriales y venosos,

con el objetivo de analizar el riesgo de com-

anemia hemolítica autoinmune e

plicaciones arteriales en diferentes territo-

hipercoagulabilidad, entre otras.

rios. Comparados con los controles, de forma global, los casos presentaron un riesgo aumentado de isquemia mesentérica

Enfermedad inflamatoria intestinal e ictus

(HR = 11,2, p < 0,001) pero no de otros eventos arteriales. Sin embargo, al considerar como subgrupo las mujeres menores de 40 años, observaron un incremento en el riesgo de ictus (HR = 2,1, p = 0,04). El estudio de casos y controles de

El espectro clínico del ictus en la EII es

Andersohn et al.9 es el único que analiza el

muy variado, incluyendo enfermedad arte-

riesgo estratificado por edad y sexo de ictus

rial de vaso grande y pequeño, vasculitis y

isquémico en una población de pacientes

trombosis de los senos venosos intracrane-

con EC. Mientras que no se observó un

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Enfermedad inflamatoria intestinal

Tabla I. Estudios de riesgo de aparición de complicaciones vasculares asociado a la EII

Autores

Año

n

Berstein6

2008

8.060 casos

Diseño

Variable principal

Resultado

Retrospectivo de cohortes

Riesgo de eventos tromboembólicos arteriales

EC aumenta el riesgo de ictus RR = 1,32 (IC95% 1,05-1,66)

80.489 control Barclay7

2009

Ha8

2009

154

17.487 casos

Prospectivo 5 años

Retrospectivo de cohortes

Riesgo de eventos tromboembólicos cerebrales en pacientes pediátricos

p = 0,02

Riesgo de eventos tromboembólicos arteriales

Mujeres < 40 a con EII tienen mayor riesgo de ictus

69.948 control Andersohn9

2010

8.054 casos

Mayor riesgo de ictus en niños con EC

HR = 2,1, p = 0,04 Casos y controles

Riesgo de ictus isquémico en EC

161.078 control

Mayor riesgo de ictus en < 50 años OR 2,93 (IC95% 1,44-5,98)

aumento del riesgo al considerar toda la

La inflamación es un fuerte estímulo

población en su conjunto, el análisis estratifi-

protrombótico5,8,11. Produce un aumento

cado por edad evidenció un aumento del

de citocinas proinflamatorias (TNF e IL-6) y

riesgo en los menores de 50 años.

del ligando soluble CD40, lo que induce trombocitosis y disfunción endotelial, pro-

Patogenia

moviendo la formación de placas. Además, como consecuencia de un estado

Varios son los mecanismos por los que

inflamatorio crónico se activa la cascada

la EII puede complicarse con el desarrollo

de la coagulación, aumentando los media-

de un ictus, incluyendo vasculitis, hiperho-

dores protrombóticos y disminuyendo los

mocisteinemia e hipercoagulabilidad.

niveles de antitrombina III, proteína S y

La presencia de vasculitis se ha sugerido como causa de ictus en pacientes con EII 1,2,10

38

proteína C. La hiperhomocisteinemia es un factor

debido a un mecanismo común

de riesgo independiente para el ictus isqué-

inflamatorio y autoinmune y a la buena res-

mico por su papel en la patogenia de la ate-

puesta ocasional al tratamiento corticoideo.

rosclerosis, favoreciendo además la hiper-

Sin embargo, sólo en algunos casos se ha

coagulabilidad. En la EII, los niveles de

inferido su presencia mediante angio-RM,

homocisteina están elevados debido al défi-

sin confirmación histológica alguna.

cit vitamínico por malabsorción12.


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Causas infrecuentes de ictus

El tabaquismo actúa como factor de

cas seriadas y el tratamiento con suple-

confusión en estos estudios, ya que pro-

mentos de vitamina B6, B12 y ác ido

mueve la formación de la placa de ateroma

fólico12,14.

pero a su vez disminuye el riesgo de pade-

De complicarse con un ictus actuare-

cer CU. Sin embargo, en la EC aumenta la

mos de forma similar a otras situaciones,

frecuencia de los brotes, lo que induce

siguiendo las recomendaciones habituales

mayor daño endotelial.

en el manejo del ictus agudo.

La trombosis de los senos venosos es

En el pasado se propuso la colectomía

infrecuente en la EII y se describe en

total en pacientes que han sufrido un even-

pacientes con otros factores de riesgo

to tromboembólico, pero no se ha demos-

trombóticos, como la deshidratación y el

trado su utilidad y no se recomienda actual-

factor V Leiden. El riesgo aumenta durante

mente.

los brotes inflamatorios, aunque también existe en pacientes asintomáticos13.

Tratamiento

Conclusiones

La mayoría de los autores aconsejan

La CU y la EC son causas infrecuentes

el tratamiento profiláctico con heparina

de ictus. Actualmente la prevalencia de esta

de bajo peso molecular ante situaciones

asociación es desconocida. En la literatura

que asocian un mayor riesgo trombótico,

se recogen principalmente series de casos,

como la cirugía, el puerperio o el encama-

existiendo muy pocos estudios aleatoriza-

miento prolongado 5 . No existen eviden-

dos sobre esta entidad y su asociación con

cias científicas que avalen el tratamiento

el ictus en concreto. Se necesita un consen-

anticoagulante, ni siquiera durante los

so para el manejo terapéutico de este tipo

brotes inflamatorios.

de pacientes, fundamentalmente en la pre-

Para controlar la hiperhomocisteinemia se aconsejan determinaciones analíti-

vención primaria y secundaria del ictus y en la actuación durante la fase aguda.

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Enfermedad de moyamoya

L

a enfermedad de moyamoya (EM) fue descrita por primera vez en Japón en 1957 como “hipoplasia bilateral de las arterias carótidas internas”1. Se trata de una enfermedad de etiología desconocida que se caracteriza por la oclusión espontánea y lentamente progresiva de las arterias del polígono de Willis. Secundariamente a esta oclusión se desarrollan vasos colaterales patológicos en la base del cerebro. En función de la imagen angiográfica “con aspecto de niebla” o “en humo de tabaco” de los vasos colaterales, Suzuki y Takaku2 dieron el nombre de “moyamoya” a esta entidad en 1967, ya que el término moyamoya en japonés significa “niebla”, “humo”.

Definición Según se publicó en 1997 en las guías del Research Committee on Spontaneous Occlusion of the Circle of Willis (Moyamoya

M. MAR FREIJO GUERRERO Unidad Neurovascular Hospital de Basurto. Bilbao

IRENE FRANCÉS PONT Residente de Neurología Hospital de Basurto. Bilbao

Disease)3, se define la EM como la “estenosis u oclusión de la porción terminal de la arteria carótida interna (ACI) o de las áreas proximales de las arterias cerebral media o anterior (ACM, ACA) junto con la imagen en la angiografía de vasos colaterales en los territorios próximos a la lesión oclusiva o estenótica”. Para considerar un caso como EM éste debe presentar una lesión bilateral, si es unilateral se considerará como un caso probable. Además, deben excluirse una serie de condiciones asociadas, como arteriosclerosis, enfermedad autoinmune, neoplasia cerebral, historia de irradiación craneal, síndrome de Down, traumatismo craneoencefálico, neurofibromatosis y

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Enfermedad de moyamoya

meningitis, entre otras, para las cuales se

geno leucocitario humano (HLA) B51 y la

ha propuesto el término de “síndrome de

combinación HLA B51-HLA DR4 son mucho

moyamoya”, considerado como una enti-

más frecuentes en pacientes con EM que

dad separada de la verdadera EM idiopáti-

en controles sanos12.

ca. Este síndrome englobaría a los pacien-

La lesión primaria de la enfermedad

tes que presentan en la angiografía la ima-

consiste en un engrosamiento de la íntima

gen típica de los vasos colaterales, pero

que se inicia en la porción distal de las caróti-

que además tienen alguna de las condi-

das y se extiende hacia la porción anterior

ciones

asociadas4,5.

del polígono de Willis. Los cambios histopatológicos consisten en una transformación fibromuscular de la íntima, una proliferación lamelar simultánea de fibras elásticas y ate-

Epidemiología

nuación de la media que llevan a un engrosamiento excéntrico progresivo del vaso afecto

Se estima que en Japón la prevalencia

y finalmente a la disminución de su luz12.

y la incidencia son del 3,16 y del 0,35 por

Estudios recientes sugieren que la apoptosis

cada 100.000 habitantes, respectivamente6.

vía caspasa-3 podría estar asociada a estos

Se considera que en Europa la incidencia de

cambios histopatológicos6. Además se han

la enfermedad es un 1/10 respecto a la de

encontrado niveles altos del factor de creci-

Japón7. La enfermedad afecta casi el doble

miento fibroblástico en el líquido cefalorra-

a las mujeres que a los hombres, con una

quídeo (LCR), íntima, media y músculo liso de

relación hombre-mujer 1:1,8-2,2. La EM es

los vasos y del factor de crecimiento hepato-

la enfermedad cerebrovascular pediátrica

citario en la bifurcación carotídea y LCR de

más frecuente en Japón, con una prevalen-

los pacientes con EM4,6.

cia aproximada de 3 por cada 100.000 niños8.

Debido a la progresión de las lesiones

Afecta predominantemente a dos

primarias, y con la finalidad de contrarres-

grupos de edad, entre los 10-14 años y

tar la disminución crítica del flujo sanguí-

entre los 40-49 años. Según un estudio rea-

neo cerebral regional, aparecen los vasos

lizado en 2008 se considera en aumento el

colaterales de novo. Según su localiza-

número de casos de entre 45 y 49

años9.

ción, se distingue un sistema colateral intracerebral en forma de los típicos “vasos de moyamoya”, con apariencia de

Etilogía y fisiopatología

niebla, y otro extracerebral. Los vasos de moyamoya muestran también cambios patológicos que incluso pueden llevar a la

42

A pesar de ser todavía desconocida, la

formación de aneurismas, los cuales, dada

alta incidencia de la enfermedad en la

su fragilidad estructural, pueden sangrar y

población japonesa y asiática, junto con la

se consideran los responsables de la pre-

ocurrencia familiar de la enfermedad (el 10-

sentación con eventos hemorrágicos

15%)10,

apuntan hacia un origen genético.

intracerebrales. Con el progreso de la

La EM familiar ha sido ligada a los cromoso-

enfermedad entra en acción el sistema

mas 3p24.2-p26, 6q25, 8q23, 12p12 y

colateral extracerebral, con la formación

17q25. Aunque el tipo de herencia está aún

de anastomosis transdurales extraintra-

por determinar, algunos autores han sugeri-

craneales, la progresión gradual de las

do un patrón de herencia autosómica domi-

lesiones primarias y la desaparición de las

nante con penetrancia incompleta11. El antí-

anastomosis intracerebrales12.


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Causas infrecuentes de ictus

Clínica En la edad infantil la tasa de episodios hemorrágicos (2,8%) es menor que la de eventos isquémicos. Sin embargo, en la edad adulta las tasas varían según la región geográfica. En Estados Unidos la mayoría de los adultos presentan síntomas isquémicos, aunque la tasa de hemorragia en estos pacientes es siete veces más alta que en niños (20%). En cambio, los estudios realizados en población asiática indican que los adultos tienen tasas de hemorragia mucho más altas (42%) que los adultos en Estados Unidos4,7. La isquemia suele manifestarse en forma de hemiparesia, disartria, afasia y deterioro cognitivo, como consecuencia de la afectación de los lóbulos temporal, parietal y frontal. Se pueden dar también crisis epilépticas, déficit visuales, síncope o cambios de personalidad. En la infancia estos síntomas se pueden desencadenar característicamente por la hiperventilación, el llanto, el ejercicio o la anestesia para una intervención menor debido a la reserva cerebral exhausta por la vasodilatación máxima continua secundaria a la isquemia crónica. La localización de la hemorragia puede ser intraventricular, intraparenquimatosa (con frecuencia en la región de los ganglios basales) o subaracnoidea. Clásicamente, el sangrado se ha atribuido a la rotura de los frágiles vasos colaterales; se ha visto que otra posible causa es la rotura de aneurismas. La cefalea es un síntoma de presentación frecuente, sobre todo en pacientes pediátricos, en forma de cefalea frontal o tipo migraña. Se cree que la dilatación de los vasos colaterales meníngeos y leptomeníngeos estimula los nociceptores durales7. Las crisis convulsivas pueden ser tanto focales como generalizadas y se presentan hasta en un 8% de los pacientes más jóvenes. En un 3-6% de los casos de la

forma juvenil la única manifestación clínica son movimientos coreiformes recurrentes que pueden ser unilaterales, bilaterales o alternantes12.

Diagnóstico La angiografía cerebral sigue siendo el patrón de oro para el diagnóstico de la enfermedad de moyamoya. Típicamente muestra la estenosis u oclusión de la parte terminal de la ACI y de la parte proximal de las ACA y ACM, bilateralmente, y la trama vascular anormal en los ganglios basales o vasos de moyamoya (fig. 1). La clasificación de Suzuki y Takaku divide la enfermedad en seis estadios en función de la progresión de los hallazgos angiográficos (tabla I). El hallazgo más sugestivo de moyamoya en la resonancia magnética (RM) es la ausencia de vacío de flujo en ACI, ACM y ACA, junto con prominentes vacíos de flujo de los vasos colaterales de moyamoya alrededor de los ganglios basales y el tálamo. Estos hallazgos son virtualmente diagnósticos de la enfermedad de moyamoya7. Otras técnicas, como el doppler transcraneal, la TC de perfusión, la tomografía con inhalación de xenón radiactivo estable, la tomografía por emisión de positrones, la RM de perfusión y la tomografía por emisión de fotón único también han sido usadas para la evaluación de estos pacientes, pudiendo ayudar a cuantificar el flujo sanguíneo, sirviendo de base antes de la instauración del tratamiento y en ocasiones de ayuda en la toma de decisiones terapéuticas.

Pronóstico y tratamiento La historia natural de la EM tiende a ser progresiva. Los pacientes no tratados con frecuencia sufren deterioro cognitivo y

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Enfermedad de moyamoya

Fig. 1. Cortesía del Dr. G. Garay. Arteriografía selectiva de carótida interna derecha. Proyección lateral. Imagen característica de enfermedad moyamoya (A). Arteriografía selectiva de carótida externa derecha. Proyección lateral. Zonas de revascularización intracerebral tras encefalomiosinangiosis bilateral (B).

neurológico debido a ictus isquémicos o hemorrágicos de repetición, siendo estos últimos la causa de muerte más frecuente4. Hasta el momento no existe tratamiento curativo. El tratamiento en la fase aguda es sintomático. La prevención secundaria en pacientes con enfermedad de moyamoya sintomática se basa en las técnicas quirúrgicas de revascularización, que pueden ser

cerebral), indirectas (colocación de diferentes tejidos vascularizados sobre la aracnoides intacta) o combinadas, sin existir un claro consenso sobre cuál de ellas es la más idónea. A pesar de la escasez de estudios clínicos randomizados, se ha descrito que la cirugía de revascularización mejora la hemodinámica cerebral y disminuye la incidencia de eventos isquémicos, tanto en

directas (una arteria extracerebral se sutura directamente a una arteria de la superficie

niños como adultos, e incluso podría reducir el riesgo de resangrado6,7.

Tabla I. Estadios de Suzuki2,4,7

Estadio

44

Definición

I

Estrechamiento de la bifurcación carotídea.

II

Inicio de los vasos colaterales de moyamoya.

III

Intensificación de vasos de moyamoya y reducción del flujo en las ACM y ACA.

IV

Minimización de los vasos de moyamoya; implicación de las porciones proximales de la circulación posterior.

V

Reducción de los vasos de moyamoya.

VI

Desaparición de los vasos colaterales de moyamoya. La circulación se suple con el aporte del sistema de la ACE.


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Causas infrecuentes de ictus

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Síndrome de vasoconstricción cerebral reversible

B MARTA MARÍA MARTÍNEZ MARTÍNEZ BLANCA FUENTES GIMENO EXUPERIO DÍEZ-TEJEDOR Servicio de Neurología. Unidad de Ictus Hospital Universitario La Paz, Madrid Universidad Autónoma de Madrid

46

ajo el término “síndrome de vasoconstricción cerebral reversible” (SVCR) se unifica el diagnóstico de diferentes entidades que han sido descritas bajo epónimos como el síndrome de Call-Fleming1 o en función de sus particularidades sindrómicas (tabla I). Se caracterizan clínicamente por iniciarse en forma de cefalea brusca intensa, “en trueno”, que suele ser recurrente, acompañada o no de convulsiones u otros síntomas neurológicos focales. En todas ellas el estudio angiográfico demuestra la existencia de vasoconstricción segmentaria de arterias cerebrales, que es característicamente reversible2-4. Existe cierta preferencia por el sexo femenino, con una edad media de presentación de 45 años. La incidencia exacta de esta entidad se desconoce y se considera infradiagnosticada, especialmente en los casos en los que cursa sólo con cefalea y no se completa el estudio etiológico4-6. La fisiopatología de esta enfermedad es incierta, aunque se ha propuesto una alteración en la regulación del tono vascular como base fundamental3,4. Esta vasorreactividad alterada se relaciona con diferentes agentes exógenos, el puerperio y algunos procesos patológicos concomitantes que se detallan en la tabla II. La cefalea, súbita e intensa, puede ser en muchos de los casos el único síntoma, presentándose generalmente de forma recurrente diaria y persistente durante semanas, lo que es casi patognomónico4,5. Típicamente es bilateral y de predominio occipital y puede asociar sono y fonofobia además de náuseas y vómitos. Gran parte de los pacientes refieren un factor desencadenante de las crisis de cefalea, como la actividad sexual o el esfuerzo físico. Si por el contrario la cefalea es de inicio más gradual o se asocia a cervicalgia, es importante descartar la existencia de disección carotídea o verte-


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Causas infrecuentes de ictus

Tabla I. Entidades englobadas bajo el término “síndrome de vasoconstricción cerebral reversible”1,3,4 • Síndrome de Call-Fleming. • Vasculitis benigna cerebral. • Pseudovasculitis del sistema nervioso central. • Angiopatía benigna del sistema nervioso central. • Angiopatía postparto. • Vasoespasmo asociado a migraña. • Angeítis migrañosa. • Cefalea en trueno idiopática con vasoespasmo reversible. • Vasculopatía cerebral inducida por drogas. • Vasoespasmo fatal en infarto migrañoso.

Tabla II. Causas del síndrome de vasoconstricción cerebral reversible y condiciones asociadas3,4 Postparto: • Asociado o no a eclampsia/preeclampsia o el uso de drogas vasoactivas. Uso de fármacos vasoactivos: • Cannabis, cocaína, extasis, anfetaminas y LSD. • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. • Descongestionantes nasales: fenilpropanolamina, pseudoefedrina y efedrina. • Tartrato de ergotamina y metergina. • Bromocriptina y lisurida. • Triptanes. • Parches de nicotina. • Hemoderivados: eritropoyetina y transfusión de concentrados de hematíes. • Exposición a inmunosupresores/inmunomoduladores: – Tacrolimus (FK 506). – Ciclofosfamida. – Inmunoglobulina intravenosa. – Interferón alfa. Tumores secretores de catecolaminas: • Feocromocitoma, tumor carcinoide bronquial, tumor del glomus… Otros: • Hipercalcemia. • Porfiria. • Traumatismo cerebral. • Hematoma subdural espinal. • Endarterectomía carotídea. • Procedimientos neuroquirúrgicos. • Hipotensión licuoral. • Ginseng. Arteriopatía de gran vaso extra o intracraneal: • Disección cervical. • Aneurisma intracraneal. • Displasia.

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Síndrome de vasoconstricción cerebral reversible

bral. El segundo signo neurológico en fre-

tras el inicio de los síntomas, mientras que

cuencia son las convulsiones, y también

infartos cerebrales y AIT suelen aparecer a

se han descrito síntomas visuales y senso-

partir de la segunda semana.

riales superponibles a auras migrañosas o

Respecto a la exploración física gene-

ataques isquémicos transitorios (AIT).

ral, es habitual encontrar cifras de presión

Otros déficits neurológicos focales, como

arterial elevadas, especialmente durante el

paresia, hemianopsia o afasia, suelen ser

transcurso de la cefalea. En casos con un

secundarios a las complicaciones isquémi-

claro factor desencadenante (puerperio,

cas o hemorrágicas de la enfermedad.

inmunosupresión y tumores secretores de

Las posibles complicaciones incluyen, con mayor frecuencia (22%), la presencia de

catecolaminas) es posible hallar signos secundarios a los mismos.

hemorragia subaracnoidea (HSA), que debe

Aunque no validados prospectivamen-

ser diferenciada de las originadas por ruptura

te, existen una serie de criterios propuestos

de un aneurisma. También se describen infar-

para la definición del SVCR3,4 (tabla III). Ante

tos cerebrales (7-31%) y hemorragias cere-

la sospecha clínica es necesaria una buena

brales (14-25%) además de AIT. Las diferen-

anamnesis haciendo énfasis en factores

cias de frecuencia en estas complicaciones

desencadenantes y consumos de fármacos

se deben al hecho de que en determinadas

o tóxicos, además de una exploración física

series se incluyeron casos con complicacio-

detallada. La primera prueba de imagen que

nes graves4, obviándose el grupo de pacien-

habría que realizar sería una TC craneal,

tes cuya única manifestación clínica fue la

que informaría sobre la presencia o no de

cefalea. El síndrome de leucoencefalopatía

una HSA u otras lesiones focales. En los

posterior reversible (SLPR) y el SVCR coexis-

casos en los que la TC no sea concluyente,

ten hasta en un 9% de los casos.

una punción lumbar con normalidad en el

El patrón cronológico característico del

estudio de líquido cefalorraquídeo (LCR)

SVCR incluye su inicio en forma de cefalea;

apoyará la inexistencia de HSA. Se reco-

las complicaciones hemorrágicas (HSA y/o

mienda, además del estudio de laboratorio

hemorragia cerebral), las convulsiones y el

de rutina (hemograma, bioquímica y coagu-

SLPR se descubren en la primera semana

lación), la determinación de tóxicos en

Tabla III. Elementos que apoyan el diagnóstico del síndrome de vasoconstricción cerebral reversible

• Presencia de vasoconstricción segmentaria de arterias cerebrales demostrada por arteriografía por sustracción digital o bien ARM o ATC. • No hay evidencia de hemorragia subaracnoidea (HSA) en la TC. • Análisis de líquido cefalorraquídeo normal o casi normal (proteinorraquia < 80 mg%; células < 10/mm3; glucosa normal). • Cefalea intensa, de instauración aguda, asociada o no a otros signos o síntomas neurológicos. • Reversibilidad de las anomalías angiográficas demostrada por imagen, en las 12 semanas siguientes al debut clínico. En caso de fallecimiento, la autopsia debe descartar otros procesos subyacentes como vasculitis, arteriosclerosis y HSA por ruptura de un aneurisma. ARM: angiorresonancia magnética; ATC: angio-TC. Adaptado de Calabrese LH, Dodick DW, Schwedt TJ, Singhal AB. Narrative Review: Reversible Cerebral Vasoconstriction Syndromes. Ann Intern Med. 2007; 146: 34-44. Ducros A, Bousser MG. Reversible Cerebral Vasoconstriction Syndrome. Pract Neurol. 2009; 9: 256-67.

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Causas infrecuentes de ictus

orina y su comprobación en sangre y, en

estudio ecográfico de troncos supraaórticos

casos seleccionados, de catecolaminas en

no parece muy relevante, excepto en los

orina para descartar un origen tumoral.

casos asociados a disección.

El estudio angiográfico, bien sea

El diagnóstico diferencial incluye las

mediante angio-TC, angio-RM o arteriografía

entidades que se presentan como cefalea

por sustracción digital, que es el gold stan-

súbita e intensa, como la HSA. El patrón

dard (fig. 1), demostrará vasoconstricción

angiográfico del vasoespasmo secundario a

segmentaria afectando diferentes arterias

una HSA por ruptura aneurismática difiere

cerebrales, que da una característica imagen

de la SVCR con HSA, ya que en el primero la

estenosada de los vasos, reversible en un

distribución del vasoespasmo no es genera-

plazo máximo de tres meses. Puede ser nor-

lizada y se localiza preferentemente en los

mal en los primeros días, ya que se trata de

vasos próximos al aneurisma9. Diferenciarlo

un proceso dinámico en el que pruebas de

de la arteritis primaria aislada del sistema

imagen repetidas mostrarán modificaciones

nervioso central es muy importante, ya que

en las zonas arteriales estrechadas, afectán-

supone un tratamiento completamente

dose en primer lugar el territorio distal (más

diferente basado en corticoides e inmuno-

difícil de visualizar en los estudios de imagen)

supresores; su inicio clínico suele ser en

y posteriormente arterias de mediano y gran

forma de una cefalea de instauración gra-

calibre. Hay que tener en cuenta que en una

dual y es común encontrar alteraciones en

pequeña proporción de pacientes el contras-

el estudio del LCR3,10. Aunque el estudio

te intraarterial es, en sí mismo, un agente que

angiográfico puede mostrar alteraciones

favorece nuevos eventos4.

superponibles en la vasculatura cerebral, en

El doppler transcraneal resulta una

RM es más frecuente la presencia de infar-

herramienta muy útil para monitorizar el

tos multifocales en arteritis, pudiendo ser

vasoespasmo mediante el índice de Linde-

normal en el SVCR.

gaard. Existe una correlación entre los

Los pacientes que reconocen factores

datos del estudio y la frecuencia de compli-

desencadenantes, como la actividad sexual

caciones en forma de SLPR o isquemia6,8;

o la toma de ciertas sustancias farmacoló-

igualmente, resulta de interés para el segui-

gicas o tóxicos, deben evitarlos en la medi-

miento de la respuesta al tratamiento. El

da de lo posible.

Fig. 1. Arteriografía por sustracción digital que muestra la presencia de múltiples áreas de vasoconstricción que comprometen de forma muy marcada la circulación posterior, como se aprecia en la arteria basilar y sus ramas (A), y también la circulación anterior en las ramas proximales delas arterias cerebral media y cerebral anterior (B).

A

B

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No existen ensayos clínicos que avalen un tratamiento específico basado en la evidencia, por lo que la actitud terapéutica ante esta entidad se basa en estudios observacionales y en la experiencia clínica3,4,5,11. Han sido utilizados los bloqueantes de canales de calcio, como el verapamilo o el nimodipino, de forma similar a su utilización para el vasoespasmo cerebral secundario a las hemorra-

bién parecen ser efectivos sobre el mecanismo de producción de la vasoconstricción en pacientes con HSA. Algunos autores han reportado beneficio en el tratamiento con milrinona intraarterial9,11. Respecto al tratamiento sintomático, se utilizan analgésicos, fármacos anticonvulsivantes y medidas de soporte como la hospitalización en Unidades de Vigilancia Intensiva o Unidades de

gias subaracnoideas, así como corticoides a altas dosis o sulfato de magnesio. Algunos autores reportan casos sin tratamiento con

Ictus, dependiendo del grado de afectación de cada paciente, para monitorizar clínicamente la respuesta al tratamiento así como

buena evolución5. El tratamiento es, por lo tanto, empírico, y generalmente se utilizan como prime-

mantener una estrecha vigilancia sobre la presión arterial. El pronóstico del SVCR generalmente

ra línea calcioantagonistas como el nimodi-

es benigno, siendo la vasoconstricción un

pino intravenoso a dosis de 1-2 mg/kg/h, monitorizando la tensión arterial. Puede continuarse por vía oral, 60 mg cada 4-8 horas, durante 4-12 semanas, deben ser utilizados con precaución por sus posibles efectos sobre pacientes con tendencia a la hipotensión arterial o en aquellos que asocian disección arterial con compromiso hemodinámico. Como alternativa se plantea el uso de corticoides a altas dosis, que tam-

proceso reversible, aunque se han descrito casos de pronóstico fatal 12; las secuelas neurológicas, si aparecen, generalmente son secundarias a complicaciones de tipo ictus. En los estudios en los que se ha realizado un seguimiento de los pacientes no se han constatado angiográficamente nuevos episodios, aunque algunos presentaron cefaleas bruscas aisladas al repetir la exposición a un factor desencadenante5.

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Patología vascular infrecuente del sistema nervioso central

Ictus durante el embarazo y el puerperio

E

l ictus durante el embarazo es un fenómeno infrecuente en términos absolutos, pero es cierto que el embarazo incrementa el riesgo con respecto a mujeres de la misma edad con perfil similar1, especialmente en el periodo periparto y en el puerperio, aunque algunas series indican que este incremento se produce sólo durante el postparto2. Debido al desequilibrio de los sistemas de coagulación y fibrinólisis endógenos durante el embarazo a favor de un estado procoagulante, especialmente en el tercer trimestre y el puerperio, el riesgo de trombosis venosa, incluyendo trombosis venosa cerebral, así como de complicaciones trombóticas sobre válvulas protésicas o cardiopatías potencialmente embolígenas, aumenta1,3. De la misma manera, como consecuencia de los cambios hemodinámicos que se producen especialmente al final del embarazo (aumento del volumen plasmático, incremento de la precarga y de la presión arterial) y al trabajo de parto, el riesgo de ruptura de aneurismas y malformaciones arteriovenosas es también más elevado4. La incidencia según distintas series varía ampliamente desde 3,4 a 67 casos por cada 100.000 embarazos1,2,5. La frecuencia de ictus

MARÍA ALONSO DE LECIÑANA CASES Unidad de Ictus. Servicio de Neurología Hospital Universitario Ramón y Cajal Madrid

JOSÉ ANTONIO EGIDO HERRERO Unidad de Ictus. Servicio de Neurología Hospital Universitario Clínico San Carlos Madrid

isquémico y hemorrágico también varía en las distintas series y mientras algunas muestran mayor frecuencia de hemorragias en otros parece ser similar. El riesgo de cualquiera de los tipos de ictus asociado al embarazo parece mayor en mujeres mayores de 35 años, de raza negra, en poblaciones orientales, mujeres procedentes de estratos socioeconómicos bajos, en el parto por cesárea, en embarazos múltiples y en multíparas, así como en el caso de infección puerperal1,5-7. La mortalidad en estos casos es del 4,1%, aunque en algunos estudios se reporta hasta un 17% y se produce especialmente en el caso de hemorragias1,5.

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Ictus durante el embarazo y el puerperio

Factores de riesgo y etiología del ictus asociado al embarazo y el puerperio

bles del 25-45% de los ictus asociados al embarazo2,5,10. La preeclampsia se define como el “desarrollo de hipertensión arterial y proteinuria después de la semana 20 de gestación” y la eclampsia como la “aparición de crisis comiciales en mujeres con preeclampsia”. Se producen en el 2-10% de

Los factores de riesgo vascular clásicos

los embarazos y son causa de ictus isqué-

(hipertensión, tabaquismo, diabetes, dislipe-

mico o hemorrágico, siendo el desarrollo

mia, obesidad y abuso de sustancias) incre-

de hemorragia cerebral la causa más fre-

mentan el riesgo de ictus durante el embara-

cuente de muerte en mujeres con eclamp-

zo, pero debido a la edad de las pacientes y a

sia11. Estas entidades, además, son un fac-

los cambios fisiopatológicos comentados

tor de riesgo para ictus isquémico en eta-

adquieren mayor importancia relativa en este grupo otros factores como la migraña, los trastornos hematológicos como las trombofilias (incluyendo el síndrome antifosfolípido), la anemia de células falciformes (en poblaciones con alta prevalencia de esta enfermedad), coagulopatías, la anemia y la trombocitopenia. También enfermedades reumatológicas como el lupus eritematoso sistémico y las cardiopatías potencialmente embolígenas son un factor de riesgo muy importante en este grupo de población y en muchas ocasiones la etiología subyacente al ictus1,5,6,8. Sin embargo, con el mayor control del tratamiento anticoagulante durante el embarazo de las mujeres con cardiopatías, muchas series indican que la frecuencia de ictus cardioembólico en estos casos es semejante al de mujeres del mismo rango de edad no embarazadas8. En estas mujeres, además, no debe olvidarse la investigación de embolia paradójica como causa de ictus isquémico9.

pas posteriores de la vida fuera del embarazo12,13. La causa probablemente es que, si bien la fisiopatología de estas entidades no está clara, parece que se produce un trastorno vascular con disfunción endotelial, lo que sugiere un paralelismo con la fisiopatología de la arteriosclerosis14 que se ve apoyado también por el hecho de que muchas mujeres con preeclampsia desarrollan hipertensión posteriormente13. En la microcirculación, la disfunción endotelial da lugar a la pérdida de la capacidad de autorregulación y al desarrollo de agregados plaquetarios y trombosis. El tratamiento de la preeclampsia es la terminación del embarazo, la profilaxis de las crisis comiciales y el de la crisis hipertensiva, siendo de elección los betabloqueantes, el nitroprusiato o la hidralazina15. El síndrome HELLP (High blood pressure, Elevated Liver enzimes, Low platelet count), se presenta en el 4-20% de las mujeres con preeclampsia y se considera una forma especialmente grave de la misma en la que se produce un fallo mul-

Etiologías específicas asociadas al embarazo

tiorgánico debido a la disfunción endotelial, estando caracterizado por anemia hemolítica microangiopática con trombopenia, debida a agregación plaquetaria y elevación de

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Existen síndromes clínicos específicos

enzimas hepáticas, ya que el hígado se

del embarazo que son causas potenciales

afecta en prácticamente todos los casos

de ictus. Los más frecuentes son la pree-

con necrosis focal por la alteración micro-

clampsia y la eclampsia, que son responsa-

vascular. El tratamiento es el mismo de la


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Causas infrecuentes de ictus

preeclampsia asociando corticoides, así

caciones. En cuanto al tratamiento trombolí-

como medidas de soporte vital y tratamien-

tico para el ictus isquémico agudo, la princi-

to de la anemia y otras complicaciones16.

pal preocupación surge del riesgo de daño

La angiopatía cerebral postparto forma

placentario con consecuencia de aborto o

parte de los síndromes de vasoconstricción

parto prematuro y pérdida fetal, si bien hay

cerebral reversibles que son objeto de otro

datos procedentes de estudios en animales

capítulo en esta revista, por lo que aquí

que demuestran que el rtPA no pasa la pla-

sólo mencionaremos que se produce gene-

centa y que no es teratogénico18. Existen

ralmente en el puerperio, pocos días des-

pocos casos reportados de uso de trombolí-

pués del parto, en embarazos que, por lo

ticos en el ictus isquémico agudo durante el

demás, han transcurrido con normalidad.

embarazo, por lo que las evidencias son

La miocardiopatía periparto es un tras-

escasas para establecer de forma absoluta

torno de causa desconocida (aunque se han

el perfil de eficacia y seguridad o recomen-

propuesto como mecanismos patogénicos

daciones estrictas en cuanto a su utiliza-

infección viral, trastornos autoinmunes o

ción. De los casos descritos en la literatura

déficit nutricionales) que ocurre en el perio-

sólo nueve recibieron el tratamiento con

do periparto y se manifiesta por signos de

alteplasa por un ictus isquémico, seis por

fallo ventricular izquierdo de instauración

vía intravenosa y cuatro intraarterial 18-21.

aguda o subaguda en mujeres sin cardiopa-

Entre estos casos la tasa de complicaciones

tía previa y sin otras causas de cardiopatía

es semejante a la descrita en mujeres no

reconocibles. El tratamiento es el de cual-

embarazadas y el riesgo de aborto o parto

quier insuficiencia cardiaca. La incidencia

prematuro es del 8%, ligeramente superior

es de alrededor de 1/3.000 partos y la mor-

al riesgo en la población general18. No se

talidad oscila entre el 18% y el

56%17.

han descrito efectos teratógenos en los

Otras patologías, como la embolia de

hijos supervivientes de las mujeres tratadas.

líquido amniótico o el coriocarcinoma, tam-

Con estos datos parece aceptable recomen-

bién se han descrito como causa de ictus

dar no evitar el uso de trombolíticos sólo

asociado al embarazo.

por el embarazo en sí mismo, pero sí realizar una estricta valoración del balance riesgo/beneficio antes de indicar su uso22.

Tratamiento y prevención del ictus durante el embarazo y el puerperio

En cuanto a los fármacos utilizados en prevención, los antagonistas de vitamina K son teratogénicos (especialmente entre la 6.º y la 12.º semana de gestación y con menos evidencia en el segundo trimestre) y en el momento del parto asocian un riesgo alto de sangrado para la madre y el feto. Sin

El manejo de las pacientes con ictus

embargo, los riesgos para el feto en las seis

durante el embarazo y el puerperio debe

primeras semanas de gestación son prácti-

ser el mismo que el de cualquier paciente

camente inexistentes. Las heparinas no

con ictus, si bien deben tenerse en cuenta

pasan la barrera placentaria y por lo tanto

los riesgos y efectos secundarios de los fár-

no son teratógenas ni suponen un riesgo

macos para la madre y el feto.

hemorrágico para el feto. Por lo tanto, en el

En la fase aguda deben seguirse las

momento en que una paciente en la que

recomendaciones vigentes en cuanto a

está indicada la anticoagulación a largo

medidas generales y tratamiento de compli-

plazo queda embarazada, los anticoagulan-

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Ictus durante el embarazo y el puerperio

te orales (AO) deben suspenderse y sustituirse por heparinas de bajo peso molecular (HBPM) a dosis profilácticas o anticoagulantes, según el riesgo en cada caso concreto23, durante todo el embarazo y hasta después del parto. En el caso de mujeres de alto riesgo, como aquellas con válvulas protésicas, puede considerarse utilizar HBPM a dosis anticoagulantes hasta después de las

segundo y tercer trimestre es segura tanto para la madre como para el feto. En caso de precisar tratamiento antiagregante, la aspirina puede sustituirse por HBPM a dosis profilácticas durante el primer trimestre. A dosis bajas también parece segura durante el periodo de lactancia23. No hay datos suficientes sobre la teratogenicidad y riesgo durante la lactancia de otros antiagregantes

12 semanas de gestación para continuar con AO hasta la mitad del tercer trimestre y cambiar de nuevo por HBPM para el parto.

y por lo tanto deben ser evitados. En estas pacientes es fundamental extremar las medidas de control de facto-

Los antagonistas de vitamina K pasan a la leche y por tanto deben evitarse en caso de lactancia natural, que se suspenderá si es

res de riesgo vascular. Debe tenerse en cuenta el riesgo de teratogenicidad de algu-

necesaria la anticoagulación oral.

nos fármacos como los ARA II o los IECA y las estatinas15. En el caso de precisar fár-

La seguridad de la aspirina en el primer trimestre es objeto de debate, pero a dosis bajas (< 100 mg/día) durante el

macos para control de la presión arterial se recomienda el uso de betabloqueantes o diuréticos.

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NOMBRE DEL MEDICAMENTO Copalia 5 mg/160 mg comprimidos recubiertos con película Copalia 10mg/160mg comprimidos recubiertos con película COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA Copalia 5 mg/160 mg comprimidos recubiertos con película. Cada comprimido recubierto con película contiene 5 mg de amlodipino (como amlodipino besilato) y160 mg de valsartán. Copalia 10mg/160mg comprimidos recubiertos con película. Cada comprimido recubierto con película contiene 10 mg de amlodipino (como amlodipino besilato) y 160 mg de valsartán. Para la lista completa de excipientes, ver sección “Datos farmacéuticos”. FORMA FARMACÉUTICA Copalia 5 mg/160 mg comprimidos recubiertos con película: comprimido recubierto con película ovalado, amarillo claro, con la impresión «NVR» en una cara y «UIC» en la otra cara. Copalia 10mg/160mg comprimidos recubiertos con película.: comprimido recubierto con película ovalado, amarillo oscuro, con la impresión «NVR» en una cara y «ECE» en la otra cara. DATOS CLÍNICOS Indicaciones terapéuticas Tratamiento de la hipertensión esencial. Copalia está indicado en pacientes cuya presión arterial no se controla adecuadamente con amlodipino o valsartán en monoterapia. Posología y forma de administración La dosis recomendada de Copalia es un comprimido al día. Copalia 5 mg/160 mg puede administrarse en pacientes cuya presión arterial no se controla adecuadamente con amlodipino 5 mg o valsartán 160 mg solos. Copalia 10mg/160mg puede administrarse en pacientes cuya presión arterial no se controla adecuadamente con amlodipino 10 mg o valsartán 160 mg solos, o con Copalia 5 mg/160 mg. Copalia puede administrarse con o sin alimentos. Se recomienda tomar Copalia con un poco de agua. Se recomienda la titulación de la dosis individual con los componentes (es decir, amlodipino y valsartán) antes de cambiar a la combinación a dosis fija. Cuando sea clínicamente adecuado, se puede considerar el cambio directo desde la monoterapia a la combinación a dosis fija. Por conveniencia, se puede pasar a los pacientes que están recibiendo valsartán y amlodipino en comprimidos/cápsulas separados a Copalia que contenga la misma dosis de los componentes. Alteración renal No se requiere un ajuste posológico en los pacientes con insuficiencia renal de leve a moderada. Se recomienda controlar los niveles de potasio y la creatinina en insuficiencia renal moderada. Alteración hepática Debe tenerse precaución cuando se administre Copalia a pacientes con insuficiencia hepática o trastornos biliares obstructivos (ver sección “Advertencias y precauciones especiales de empleo”). En pacientes con insuficiencia hepática de leve a moderada sin colestasis, la dosis máxima recomendada es 80 mg de valsartán. Pacientes de edad avanzada (65 años o mayores) En pacientes de edad avanzada se recomienda precaución al aumentar la dosis. Niños y adolescentes Copalia no está recomendado para uso en pacientes menores de 18 años debido a la ausencia de datos sobre seguridad y eficacia. Contraindicaciones Hipersensibilidad a los principios activos, a derivados dihidropiridínicos o a alguno de los excipientes. Insuficiencia hepática grave, cirrosis biliar o colestasis. Insuficiencia renal grave (TFG <30 ml/min./1,73 m2) y pacientes sometidos a diálisis. Segundo y tercer trimestres del embarazo (ver secciones “Advertencias y precauciones especiales de empleo” y “Embarazo y lactancia”). Advertencias y precauciones especiales de empleo Embarazo No se debe iniciar ningún tratamiento con Antagonistas de los Receptores de la Angiotensina II (ARAII) durante el embarazo. Salvo que se considere esencial continuar el tratamiento con los ARAII, las pacientes que estén planeando quedarse embarazadas deberán cambiar a un tratamiento antihipertensivo alternativo que tenga un perfil de seguridad conocido para su uso durante el embarazo. Cuando se diagnostique un embarazo, deberá interrumpirse inmediatamente el tratamiento con los ARAII, y si procede, iniciar un tratamiento alternativo (ver secciones ·Contraindicaciones” y “ Embarazo y lactancia”). Pacientes con depleción de sodio y/o de volumen En estudios controlados con placebo se observó una hipotensión excesiva en el 0,4% de los pacientes con hipertensión sin complicaciones tratados con Copalia. Puede presentarse hipotensión sintomática en los pacientes con un sistema renina-angiotensina activado (tales como los pacientes con depleción de volumen y/o sal que reciben dosis elevadas de diuréticos) que están recibiendo bloqueadores del receptor de la angiotensina. Es necesario corregir esta condición antes de la administración de Copalia o se recomienda supervisión médica al inicio del tratamiento. Si se presenta hipotensión con Copalia, debe colocarse al paciente en posición de decúbito supino y, si es necesario, administrar una perfusión intravenosa de solución fisiológica salina. Una vez la presión arterial haya sido estabilizada, el tratamiento puede continuarse. Hiperpotasemia El uso concomitante de suplementos de potasio, diuréticos ahorradores de potasio, sustitutos de la sal que contengan potasio u otros medicamentos que puedan aumentar los niveles de potasio (heparina, etc.), debe llevarse a cabo con precaución y con controles frecuentes de los niveles de potasio. Estenosis de la arteria renal No se dispone de datos sobre el uso de Copalia en pacientes con estenosis bilateral de la arteria renal o estenosis en pacientes con un único riñón. Trasplante renal Actualmente no existe experiencia en el uso seguro de Copalia en pacientes que hayan sufrido recientemente un trasplante renal. Alteración hepática Valsartán se elimina principalmente inalterado a través de la bilis, mientras que amlodipino se metaboliza extensamente en el hígado. Debe tenerse especial precaución cuando se administre Copalia a pacientes con insuficiencia hepática de leve a moderada o trastornos biliares obstructivos. En pacientes con insuficiencia hepática de leve a moderada sin colestasis, la dosis máxima recomendada de valsartán es 80 mg. Alteración renal No es necesario ajustar la posología de Copalia en los pacientes con insuficiencia renal de leve a moderada (GFR >30 ml/min./1,73 m2). Se recomienda controlar los niveles de potasio y la creatinina en insuficiencia renal moderada. Hiperaldosteronismo primario Los pacientes con hiperaldosteronismo primario no deben ser tratados con el antagonista de la angiotensina II valsartán ya que el sistema renina-angiotensina está alterado por la enfermedad primaria. Insuficiencia cardiaca En pacientes susceptibles, pueden anticiparse cambios en la función renal como consecuencia de la inhibición del sistema renina-angiotensina-aldosterona. En pacientes con insuficiencia cardiaca grave cuya función renal pueda depender de la actividad del sistema renina-angiotensina-aldosterona, se asocia el tratamiento con inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (ECA) y antagonistas del receptor de la angiotensina con oliguria y/o azotemia progresiva y (en raras ocasiones) con insuficiencia renal aguda y/o muerte. Con valsartán se han registrado resultados similares. En el estudio a largo plazo, controlado con placebo de amlodipino (PRAISE-2) en pacientes con insuficiencia cardiaca de las clases III y IV de la NYHA (New York Heart Association Classification) de etiología no isquémica, se asoció amlodipino con un aumento de casos de edema pulmonar a pesar de que no hubo diferencia significativa en la incidencia de empeoramiento de la insuficiencia cardiaca en comparación con placebo. Estenosis valvular aórtica y mitral, cardiomiopatía hipertrófica obstructiva Como con todos los vasodilatadores, se recomienda especial precaución en pacientes con estenosis aórtica o mitral, o con cardiomiopatía hipertrófica obstructiva. No se ha estudiado Copalia en ninguna población de pacientes diferente de la hipertensión. Interacción con otros medicamentos y otras formas de interacción Interacciones ligadas a amlodipino Se requiere precaución en el uso concomitante Inhibidores CYP3A4 Un estudio en pacientes de edad avanzada ha mostrado que diltiazem inhibe el metabolismo de amlodipino, probablemente vía CYP3A4 (la concentración plasmática aumenta en aproximadamente un 50% y aumenta el efecto de amlodipino). No se puede excluir la posibilidad de que inhibidores más potentes de CYP3A4 (es decir, ketoconazol, itraconazol, ritonavir) puedan aumentar la concentración plasmática de amlodipino en mayor medida que diltiazem. Inductores CYP3A4 (agentes anticonvulsivos [p. ej. carbamacepina, fenobarbital, fenitoína, fosfenitoína, primidona], rifampicina, Hypericum perforatum) La administración conjunta puede dar lugar a concentraciones plasmáticas menores de amlodipino. Está indicado un control clínico, con un posible ajuste posológico de amlodipino durante el tratamiento con el inductor y después de su retirada. A tener en cuenta en el uso concomitante Otros En monoterapia, se ha administrado de forma segura amlodipino con diuréticos tiazídicos, betabloqueantes, inhibidores de la ECA, nitratos de larga duración, nitroglicerina sublingual, digoxina, warfarina, atorvastatina, sildenafilo, medicamentos antiácidos (gel de hidróxido de aluminio, hidróxido de magnesio, simeticona), cimetidina, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, antibioticos y medicamentos hipoglicemiantes orales. Interacciones ligadas a valsartán No se recomienda el uso concomitante Litio Durante el uso concomitante de inhibidores de la ECA se han registrado aumentos reversibles de las concentraciones séricas de litio y de la toxicidad. A pesar de la ausencia de experiencia en el uso concomitante de valsartán y litio, no se recomienda esta combinación. Si la combinación resulta necesaria, se recomienda un control exhaustivo de los niveles séricos de litio (ver sección “Advertencia y precauciones especiales de empleo”). Diuréticos ahorradores de potasio, suplementos de potasio, sustitutos de la sal que contengan potasio y otras sustancias que puedan aumentar los niveles de potasio. Se recomienda controlar los niveles plasmáticos de potasio si se prescribe un medicamento que afecte los niveles de potasio en combinación con valsartán. Se requiere precaución en el uso concomitante Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), incluyendo inhibidores selectivos COX-2, ácido acetilsalicílico (>3 g/día), y AINEs no selectivos Cuando se administran antagonistas de la angiotensina II simultáneamente con AINEs puede presentarse una atenuación del efecto antihipertensivo. Además, el uso concomitante de antagonistas de la angiotensina II con AINEs puede producir un mayor riesgo de empeoramiento de la función renal y un aumento del potasio sérico. Por ello, se recomienda un control de la función renal al inicio del tratamiento, así como una hidratación adecuada del paciente. Otros No se han hallado interacciones clinicamente significativas durante el tratamiento en monoterapia de valsartán con las siguientes sustancias: cimetidina, warfarina, furosemida, digoxina, atenolol, indometacina, hidroclorotiazida, amlodipino, glibenclamida. Interacciones frecuentes con la combinación No se han realizado estudios de interacción entre Copalia y otros medicamentos. A tener en cuenta en el uso concomitante Otros agentes antihipertensivos Los agentes antihipertensivos utilizados frecuentemente (p. ej. alfabloqueantes, diuréticos) y otros medicamentos que pueden causar efectos adversos hipotensores (p. ej. Antidepresivos tricíclicos, alfabloqueantes para el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna) pueden aumentar el efecto antihipertensivo de la combinación. Embarazo y lactancia Embarazo No se recomienda el uso de los ARAII durante el primer trimestre del embarazo (ver sección “Advertencias y precauciones especiales de empleo”). Está contraindicado el uso de los ARAII durante el segundo y tercer trimestre del embarazo (ver secciones “Contraindicaciones” y “Advertencias y precauciones especiales de empleo”).

% de pacientes que experimentaron edema periférico

Valsartán (mg)

80 160 320 La evidencia epidemiológica sobre el riesgo de teratogenicidad tras la exposición a inhibidores de la ECA durante el primer trimestre de embarazo no ha sido concluyente; sin 0 3,0 5,5 2,4 1,6 0,9 embargo, no se puede excluir un pequeño aumento del riesgo. Aunque no hay datos epidemiológicos específicos sobre el riesgo que conlleva la administración de Antagonistas de los Receptores de la Angiotensina II (ARAII) durante el embarazo, pueden existir riesgos similares para este tipo de medicamentos. Salvo que se considere esencial continuar 2,5 8,0 2,3 5,4 2,4 3,9 el tratamiento con ARAII, las pacientes que estén planeando quedarse embarazadas deben cambiar a un tratamiento antihipertensivo alternativo que tenga un perfil de Amlodipino seguridad conocido para su uso durante el embarazo. Cuando se diagnostique un embarazo, deberá interrumpirse inmediatamente el tratamiento con los ARAII y, si procede, 5 3,1 4,8 2,3 2,1 2,4 (mg) iniciar un tratamiento alternativo. Se sabe que la exposición a ARAII durante el segundo y el tercer trimestre induce fetotoxicidad humana (disminución de la función renal, oligohidramnios, retraso de la osificación craneal) y toxicidad neonatal (fallo renal, hipotensión, hiperpotasemia) (ver sección “Datos preclínicos sobre seguridad”). Si se 10 10,3 NA NA 9,0 9,5 produce una exposición a ARAII a partir del segundo trimestre del embarazo, se recomienda realizar una prueba de ultrasonidos de la función renal y del cráneo. Los lactantes cuyas madres hayan sido tratadas con ARAII deberán ser cuidadosamente monitorizados por si se produce hipotensión (ver secciones “Contraindicaciones” y “Advertencias y precauciones especiales de empleo”).). Lactancia Puesto que no existe información relativa a la utilización de este medicamento durante la lactancia, se recomienda no administrar Copalia durante este periodo. Es preferible cambiar a un tratamiento cuyo perfil de seguridad en el periodo de lactancia sea más conocido, especialmente en recién nacidos o prematuros. Efectos sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas No se han realizado estudios sobre la capacidad para conducir y utilizar máquinas. Al conducir vehículos o utilizar máquinas debe tenerse en cuenta que ocasionalmente pueden presentarse mareo o cansancio. Reacciones adversas La seguridad de Copalia ha sido evaluada en cinco ensayos clínicos controlados con 5.175 pacientes, 2.613 de los cuales recibieron valsartán en combinación con amlodipino. Las reacciones adversas se han clasificado en función de la frecuencia utilizando la siguiente convención: muy frecuentes (≥1/10); frecuentes (≥1/100, <1/10); poco frecuentes (≥1/1.000, <1/100); raras (≥1/10.000, <1/1.000), muy raras (<1/10.000), incluyendo casos aislados. Las reacciones adversas se presentan en orden decreciente de gravedad dentro de cada intervalo frecuencia. Trastornos cardiacos Poco frecuente: Taquicardia, palpitaciones Rara: Síncope Trastornos del sistema nervioso Frecuente: Cefalea Poco frecuente: Mareo, somnolencia, mareo postural, parestesia Trastornos oculares Rara: Alteraciones visuales Trastornos del oído y del laberinto Poco frecuente: Vértigo Rara: Tinnitus Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos Poco frecuente: Tos, dolor faringolaringeo Trastornos gastrointestinales Poco frecuente: Diarrea, náuseas, dolor abdominal, estreñimiento, boca seca Trastornos renales y urinarios Rara: Polaquiuria, poliuria Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo Poco frecuente: Erupción, eritema Rara: Hiperhidrosis, exantema, prurito Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo Poco frecuente: Inflamación de las articulaciones, lumbalgia, artralgia Rara: Espasmos musculares, sensación de pesadez Infecciones e infestaciones Frecuente: Nasofaringitis, gripe Trastornos vasculares Poco frecuente: Hipotensión ortostática Rara: Hipotensión Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administración Frecuente: Edema, edema depresible, edema facial, edema periférico, fatiga, rubefacción, astenia, sofoco Trastornos del sistema inmunológico Rara: Hipersensibilidad Trastornos del aparato reproductor y de la mama Rara: Disfunción eréctil Trastornos psiquiátricos Rara: Ansiedad Información adicional sobre la combinación Se observó edema periférico, un efecto adverso conocido de amlodipino, generalmente con menor incidencia en los pacientes que recibieron la combinación amlodipino/valsartán que en aquellos que recibieron amlodipino solo. En ensayos clínicos doble ciego, controlados, la incidencia de edema periférico por dosis fue la siguiente: La incidencia media de edema periférico uniformemente sopesada entre todas las dosis fue del 5,1% en la combinación amlodipino/valsartán. Información adicional sobre los componentes individuales Las reacciones adversas previamente notificadas para uno de los componentes individuales (amlodipino o valsartán) también pueden ser reacciones adversas potenciales para Copalia, incluso sin haberse observado en los ensayos clínicos o durante el periodo post-comercialización. Amlodipino Frecuentes: Vómitos. Poco frecuentes: Alopecia, alteración de los hábitos intestinales, dispepsia, disnea, rinitis, gastritis, hiperplasia gingival, ginecomastia, hiperglucemia, impotencia, aumento de la frecuencia urinaria, leucopenia, malestar general, cambios de humor, mialgia, neuropatía periférica, pancreatitis, hepatitis, trombocitopenia, vasculitis, angioedema y eritema multiforme. Raras: Arritmias, infarto de miocardio. En raras ocasiones algunos pacientes, en particular aquellos con enfermedad arterial coronaria con obstrucción severa, han presentado un infarto agudo de miocardio o un aumento en la frecuencia, duración o gravedad de la angina al iniciar el tratamiento con un bloqueador de los canales del calcio o en el momento de incrementar la dosis. También se han notificado arritmias (incluyendo taquicardia ventricular y fibrilación auricular). Estas reacciones adversas pueden no distinguirse de la historia natural de la enfermedad subyacente. Muy raras: Ictericia colestática, elevación de AST y ALT, púrpura, erupción y prurito. Se han notificado casos excepcionales de síndrome extrapiramidal. Valsartán Frecuencia no conocida: trombocitopenia, aumento del potasio sérico, elevación de las pruebas de la función hepática incluyendo aumento de la bilirrubina sérica, insuficiencia y fallo renal, elevación de la creatinina sérica, angioedema, mialgia, vasculitis, hipersensibilidad incluyendo enfermedad del suero. Sobredosis Síntomas No hay experiencia de sobredosis con Copalia. El principal síntoma de sobredosis con valsartán es posiblemente hipotensión pronunciada con mareo. La sobredosis con amlodipino puede dar lugar a una vasodilatación periférica excesiva y, posiblemente, taquicardia refleja. Se ha observado hipotensión sistémica marcada, y, probablemente, prolongada que puede llegar incluso al shock con un resultado fatal. Tratamiento Si la ingestión es reciente, se puede considerar la inducción del vómito o el lavado gástrico. La administración de carbón activado a voluntarios sanos inmediatamente o hasta dos horas después de la ingestión de amlodipino ha mostrado disminuir de forma significativa la absorción de amlodipino. La hipotensión clínicamente significativa debida a una sobredosis de Copalia exige apoyo cardiovascular activo, incluyendo controles frecuentes de las funciones cardiaca y respiratoria, elevación de las extremidades, y atención al volumen de líquido circulante y a la eliminación de orina. Puede ser útil un vasoconstrictor para restaurar el tono vascular y la presión arterial, dado que no hay contraindicación de uso. El gluconato de calcio intravenoso puede ser beneficioso para revertir los efectos del bloqueo de los canales de calcio. Es poco probable que valsartán y amlodipino se eliminen mediante hemodiálisis. DATOS FARMACÉUTICOS Lista de excipientes Núcleo del comprimido: Celulosa microcristalina Crospovidona Tipo A Sílice coloidal anhidra Estearato de magnesio Recubrimiento: Hipromelosa Dióxido de titanio (E171) Amarillo óxido de hierro (E172) Macrogol 4000 Talco Incompatibilidades No procede. Periodo de validez 3 años Precauciones especiales de conservación No conservar a temperatura superior a 30°C. Conservar en el embalaje original para protegerlo de la humedad. Naturaleza y contenido del envase Blisters de PVC/PVDC. Un blister contiene 7, 10 ó 14 comprimidos recubiertos con película. Tamaños de envase: 28 comprimidos recubiertos con película. Copalia 5 mg/160 mg: envase con 28 comprimidos recubiertos con película.P.V.P. IVA: 41,52€ Copalia 10mg/160mg: envase con 28 comprimidos recubiertos con película.P.V.P. IVA: 44,15€. Precauciones especiales de eliminación y otras manipulaciones Ninguna especial. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN Novartis Europharm Limited Wimblehurst Road Horsham West Sussex, RH12 5AB Reino Unido NÚMERO(S) DE AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN EU/1/06/372/011 EU/1/06/372/019 FECHA DE LA PRIMERA AUTORIZACIÓN/RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN 16.01.2007 FECHA DE LA REVISIÓN DEL TEXTO Noviembre 2009 RÉGIMEN DE PRESCRIPCIÓN Y DISPENSACIÓN POR EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD Con receta médica. Reembolsable por el Sistema Nacional de Salud. Aportación normal.

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PATOLOGÍA VASCULAR INFRECUENTE DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

N.° 7 MAYO 2010


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