Callejera No. 1

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H

“Qué quieres, son oaxaqueños...” Su compañero asintió convencido, agregando: “Ya ves que esos cuates enredan hasta el queso”. Los dos amigos estallaron en tremenda carcajada celebrando la ocurrencia, mientras yo herido en mi amor propio esbocé una fingida sonrisita, pero si hubiera podido moverme, o mas todavía, si hubiera podido hablar, me hubiera gustado confrontarlos para saber el origen de su tan aceptado prejuicio. Vano intento, en la siguiente estación bajaron, seguramente a reunirse en el trabajo con sus conflictivos compañeros, los oaxaqueños.

ace unos días estando en el DF y puesto en la encrucijada de aventurarme en una avenida repleta de coches inmóviles (sabemos que la Ciudad de México es el estacionamiento más grande del mundo), La mayoría de los prejuicios son decidí tomar prestada la tarjeta de un amigo y infundados, tontos, absurdos, racistas. abordar el Metrobús. Ejemplos sobran en un país como México No devolví la tarjeta pero no espero en el futuro (los regios son muy codos, los jalisquillos muy mochos, etc.) cercano volverme a subir al Metrobús. Pero lo que me preocupa es que en Oaxaca El Metrobús cruza buena parte de Insurgentes y está lo que menos necesitamos en este momento hecho, eso supongo, de un material que la NASA es reforzar dichos prejuicios. encontró en el espacio exterior, lo cual permite que en cada “estación” entre más y más gente como si las ¿Por qué la gente “de fuera” nos percibe de esa manera? paredes de este medio de transporte fueran elásticas. ¿Y si tuvieran razón? Ojalá que no, Apretado, sudando, sin poder respirar pero definitivamente nuestra proclividad, (sobra decir que el aire es irrespirable) infundada o no, hacia el conflicto, nos limita y nos no me quedó más remedio que abandonarme a la conversación obstaculiza para, y no quiero sonar como un de dos oficinistas entre los cuales quedé atrapado. slogan político barato, concretar el Oaxaca que queremos para nuestros hijos. No mañana, ahora. Los mencionados sujetos se veían derrotados, Como siempre más preguntas que respuestas. quejándose sin remedio sobre su tenso ambiente laboral. En ese sentido un amigo me preguntaba qué En concreto se quejaban de unos compañeros de trabajo, pretendíamos con una gaceta como CALLEJERA. quienes ya los tenían hartos por conflictivos. Confiado respondí: “ Crear comunidad”. Simple y claro. Uno de los oficinistas remató a modo de justificación: Espero que lo logremos.

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few days ago when I was in Mexico City, smack dab in the challenge of crossing an intersection full of immobile cars (we all know that Mexico City is the world´s biggest parking lot), I decided to borrow a friend´s card and get on the Metrobus. I didn´t return the card, but I hope to never get on the bus anytime in the near future. The Metrobus covers a large part of Insurgentes and I suppose it is made of some material NASA found in outer space, because it seems to allow more and more people to enter at each “station” as if the walls were made of elastic. Packed, sweating, breathless (it´s useless to say the air is unbreathable), there was nothing else to do but listen in on the conversation of two office workers between whom I was trapped. These subjects looked defeated, complaining on and about their tense work environment. More specifically, they were complaining about some of their co-workers with whom they were now fed up for being so conflictive. One of the workers justified the problem, finishing off with, “What do you want? They´re Oaxacan…” The companion nodded, adding, “You see, those guys even ball up cheese.” The two friends roared with laughter over the incident while I, hurt by self-love, barely managed a little, faked smile, but if I had been able to move, or better yet talk, I would have liked to confront them to find out the source of their so well-accepted prejudice. A vane intent, of course, because they got off at the next station, surely to reunite with their conflictive co-workers, the Oaxacans. Most prejudices are unsubstantiated, silly, absurd, racist. In a country like Mexico, examples abound (the ones from Monterrey are really cheap; the boys from Jalisco are so religious, etc.). But what worries me is that in Oaxaca the last thing we need right now is to reinforce these prejudices. Why is it that people “from other places” perceive us like this? And if they´re right? I hope not, but definitely we have a proclivity, substantiated or not, toward conflict; it limits and obstructs us —and I don´ t want to sound like a cheap, political slogan— from making Oaxaca into the place we want for our children. Not tomorrow, today. As always, more questions than answers. In that sense a friend of mine asked what we were trying to do with a gazette like CALLEJERA. I responded, confidently, “Create Community”. Clear and simple. I hope we do it.


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xiste la oportunidad en Oaxaca, dentro de los parques y jardines caseros, de admirar las flores en su lozanía, los colibrís bebiendo néctar y las frutas de la nueva estación madurando en los árboles. Muchas de las especies decorativas alrededor de la ciudad llegaron de tierras ajenas, pero hay unas que son indudablemente oaxaqueñas y que se ven tanto en la ciudad como en cualquier lugar del estado que uno visite.

Una de las plantas más apreciadas en Oaxaca (y en México) es el nopal, en Estados Unidos se conoce como “el cactus de pera espinada” o “higo indio”. Se acostumbra, en el estado, comer ambas partes de la planta, la fruta —llamada tuna— y las hojas, en una variedad de platos y especialidades regionales. Asar el nopal resalta su sabor crujiente, sin causar que salga la baba (como pasa con el quingombó) y es delicioso con huevos, pescado o chorizo. La tuna da un toque dulce, de color carmesí, a la horchata; además, es buena para comerse sola; hacer un excelente sorbete o nieve (como le dicen en Oaxaca). Tanto el nopal como su fruta son conocidos por su alto contenido de vitaminas y minerales. Hay, aparentemente, una variedad infinita de nopales (cada uno con su tuna distinta); los puedes ver en los entornos urbanos —en los jardines de las casas y en los mercados—. En los Valles Centrales, es común ver crecer a los nopales tan grandes y altos como los árboles; frecuentemente se cultivan. Cada penca del nopal o cada semilla de las numerosas que tiene la tuna puede engendrar otro cactus; lo cual explica por qué se ven en todas partes. En siglos pasados, el nopal jugó un papel económico muy importante en Oaxaca gracias a un pequeño bicho que a veces hace su hogar en este cactus: la grana cochinilla. Mientras vive a través del nopal, la cochinilla parece blanca y peluda por la sustancia cerosa que secreta a su alrededor; pero debajo de esta capa blanca, el cuerpo en sí hace un tinte brillante de color carmesí cuando se seca, que, durante la época colonial, se produjo principalmente en Oaxaca. Estos tintes todavía se emplean en los textiles oaxaqueños, maravillosos ejemplos de estos se encuentran en los mercados. Para ver en un solo lugar una excelente variedad de nopales, hay que visitar el Jardín Etnobotánico* y para ver ejemplares de textiles, hechos con el tinte de cochinilla, echa un ojo al Museo Textil** o al trabajo de las familias en Teotitlán del Valle. *Jardín Etnobotánico de Oaxaca Reforma s/n esquina con Constitución 367 Centro Oaxaca, Oax. C.P. 68000 Tel. y FAX: (951) 516 7915 **Museo Textil de Oaxaca Hidalgo 917, Centro. Oaxaca, Oax. C.P. 68000 Tel. (951) 501 1617


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rowing around Oaxaca in the parks and home gardens there’s the chance to admire flowers in bloom, hummingbirds drinking nectar, and the fruits of another season ripening on the trees. Many of the decorative species around the city are introduced from far flung places, but there are a few unmistakable Oaxacan species to be seen in both the city and anywhere you may visit in the state. One of the most prized plants of Oaxaca (and Mexico) is the nopal, in the U.S. often called prickly pear cactus or Indian fig. The paddles as well as the prickly pear fruit called tuna in Oaxaca are eaten in many different dishes and regional specialties. Roasting the nopal brings out its crisp flavor, without creating extra ooziness of its juices (kind of like with okra) and is delicious with eggs, fish or chorizo. Tuna is a sweet, crimson addition to horchata and makes good eating fruit and excellent sorbet called nieve in Oaxaca. Both are noted for having very high vitamin and mineral contents. There are seemingly infinite varieties of nopales (each with its own different tuna) and you can see them all around the city in people’s gardens and sold in the markets. In the Central Valleys nopales are common growing as large as trees and are often farmed too. Each nopal paddle can start another small cactus, as can the many seeds in each tuna, which is part of why nopales can be seen growing everywhere. In past centuries, the nopal played a very important economic role because of a small bug that sometimes takes its home on the cactus, the cochineal called grana cochinilla in Oaxaca. This tiny white bug when dried produces a brilliant crimson dye, which during the colonial period was produced principally in Oaxaca. Dyes made from cochineal are still used in Oaxacan textiles and wonderful examples can be found around the markets. To see an excellent variety of nopales all in one place, check out the Jardín Etnobotánico*. And to see examples of textiles made with cochineal dyes, check out the Museo del Textil** or the work of the families of Teotitlan del Valle.

*Jardín Etnobotánico de Oaxaca Reforma s/n esquina con Constitución 367 Centro Oaxaca, Oax. C.P. 68000 Tel. y FAX: (951) 516 791 **Museo Textil de Oaxaca Hidalgo 917, Centro. Oaxaca, Oax. C.P. 68000 Tel. (951) 501 1617


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scribo estas líneas recordando que por estas fechas, pero hace tres años, estaba pasando por mi peor crisis profesional: dos años después de haber regresado a Oaxaca una vez más, me sentía desilusionada, triste y frustrada por no poder quedarme a trabajar en esta tierra. Participé en varios proyectos, cuando se terminaron busqué otras opciones, pero a veces el destino no coincide con los deseos. Parte de mi desilusión se debía a que mi decisión de estudiar ciencias sociales tiene mucho que ver con lo que viví y aprendí en Oaxaca. Me gusta la gente, me apasiona tratar de entender cómo y porqué nos relacionamos como lo hacemos y con la diversidad de un estado como éste, se tiene mucha tela de donde cortar. Por eso quería quedarme un poco más. Pero las crisis moral y económica se impusieron, y cuando se me presentó una oportunidad de chamba en el DF, no lo pensé dos veces. Un mes después estaba mudándome a la caótica ciudad en la que todavía habito. Oaxaca provoca en mí, como supongo provoca en muchos de sus habitantes y visitantes, una mezcla de emociones contradictorias que podrían resumirse en un estado de amor-odio. Por eso me he ido tantas veces y también por eso he regresado. Es demasiado. Al estar lejos prevalece la añoranza, ese recuerdo permanente de lo que me hace bien: el hogar, el jolgorio y amor familiar, los colores, las montañas y el cielo, los sabores y las tardecitas frescas… Cada vez que visito mi casa, y en especial en los últimos años, todo aquello que me hace bien se contrasta con una serie de historias de terror, que desgraciadamente no son ficción. Algo pasa con la gente en Oaxaca, algo turbio, me cuesta creerlo, me cuesta entenderlo. Así como los miles de oaxaqueños que por años han abandonado su pueblo para exiliarse en el gabacho, somos muchos los que también tuvimos que migrar de este lado del muro. Ellos, como yo y como muchos amigos y conocidos que han tenido que salir de Oaxaca, tal vez compartamos la búsqueda de un bienestar que no encontramos aquí, una búsqueda que se combina con el sacrificio de dejar una parte de nuestra existencia que no nos podemos llevar. Soy primero oaxaqueña que mexicana. Oaxaca es mi referente de origen y pertenencia. Sé que las cosas no están bien en mi tierra y que el malestar es una causa de mi partida. Me duele que así sea, pero a la vez me alegra saber que tengo otras posibilidades, que puedo jugar desde otros escenarios. Migrar, volver, migrar, volver, migrar… esa ha sido una constante en mi vida. Puede que esta pauta sea una de las formas para sobrevivir Oaxaca. Por lo menos es la pauta que yo he encontrado.

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s I write these lines, I remember that around this time three years ago, I was going through my worst personal crisis: a couple of years after returning to Oaxaca once again, I felt disappointed, sad and frustrated for not having stayed to work here. I had participated in various projects and when they were over, I looked for other options, but sometimes destiny does not coincide with desire. I was partly disappointed because my decision to study social sciences had a lot to do with what I saw and learned in Oaxaca. I like people; I´m passionate about trying to understand how and why we relate to each other as we do, and in a state as diverse as this, there´s a lot of material to work with. That is why I wanted to stay a little longer. But moral and economic crises overruled and when I was presented with a job opp in Mexico City, I didn´ t think twice. A month later, I was moving to the chaotic city where I still don´ t reside. Oaxaca provokes a mixture of contradictory emotions in me, as I suppose it does for many of its inhabitants and visitors, which could be summed up as love-hate. That is why I´ve left and come back so many times, but it’s too much. When I´m far away, yearning remains, that permanent memory of what is good for me: home, mirth, family love, colors, mountains and sky, flavors and cool afternoons… Every time I come home, especially in the last few years, everything that is good for me contrasts with a series of horror stories,which, unfortunately, are not fiction. Something happens with people in Oaxaca, something turbulent, it´s hard to believe, to understand. Just like the thousands of Oaxacans who have left their villages for years to exile themselves in “gringolandia,” there are a lot of us who have had to migrate on this side of the wall. Like me and a lot of friends and acquaintances, they have had to leave Oaxaca; perhaps we share the search for the well-being we cannot find here, a search combined with sacrificing a part of our existence we can’t take with us. First, I am Oaxacan, then Mexican. Oaxaca is my origin of reference and belonging. I know that things are not well in my homeland. That unease is one of the things that made me leave. It hurts that it has to be like that, but I´m happy I have other possibilities, that I can act on other stages. Migrate, return, migrate, return, migrate… that pattern has been a constant in my life. Perhaps that pattern is one of the ways to survive in Oaxaca. At least, it is the pattern I´ve found.


¿Por qué decidiste ser artista y no doctor o abogado? En un tiempo estuve obsesionado con aprender a dibujar lo más parecido a la realidad, y a partir de esto me fui interesando un poco más en el arte. Estuve tomando clases con distintos maestros y cursando talleres en distintos lados hasta caer en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Durante este lapso fui conociendo la visión que tenían otros artistas y maestros sobre el arte, al igual que empecé a descubrir en libros las distintas expresiones que ha tenido el arte a través de la historia y esto fue lo que me motivó a decidirme a estar involucrado con el arte. ¿Te gustaría tener un trabajo más seguro? Claro que me gustaría, y he estado trabajando desde bibliotecario hasta profesor. Recibir un sueldo o un dinero seguro pues aliviana a cualquiera, sin embargo, muchos de estos trabajos no dan la satisfacción que la pintura y el arte me dan. ¿Qué diferencia encuentras entre estudiar arte en el extranjero y estudiar en nuestro país? Creo que la diferencia está en los profesores, y en cómo éstos aportan conocimientos o consejos para que tu arte mejore. El profesor debe ser un guía para el estudiante más no debe nunca decirle cómo pintar. Pero no creo que uno u otro sea mejor, simplemente son visiones diferentes, y diferentes metodologías para enseñar arte. En países de primer mundo puedes encontrar muy buenas instalaciones, pero puede que los maestros o estudiantes no te aporten nada, y viceversa, puedes encontrar una escuela con las peores instalaciones pero el conocimiento y consejos que te aportan tanto compañeros como profesores es superior. ¿Qué te hace diferente de otros artistas de Oaxaca? Creo que mi obsesión por el color. A través del color puedo crear sensaciones visuales para atrapar la atención del observador. ¿Te duele desprenderte de una pieza que has vendido? A veces. Depende muchas veces de la pieza pero normalmente prefiero que alguien más la vea aparte que yo. Como artista que eres ¿Has comprado alguna vez obras de arte? Sí. Grabados sobre todo, porque los precios son más accesibles. Pero han sido muy pocos hasta ahora. ¿Defiendes el graffiti urbano? Sí, pero depende mucho de lo que se pinte. Por ejemplo tags y throw ups que serían como firmas y letras muy sencillas, los detesto. Me interesan más los graffitis en donde hay forma, hay color, imagen, donde hay una intención y se expresa la forma de pensar de los artistas, ese tipo de graffiti me parece muy bueno. ¿En qué estás trabajando hoy en día, tienes algún proyecto en puerta? Estoy creando nuevas piezas de formato pequeño, y también hay la intención de diseñar una imagen para unas playeras. ¿Cuáles son tus lugares favoritos de la ciudad de Oaxaca? Bueno, para comer pues La Biznaga y Restaurante Temple son de mis favoritos. Para acceder a buenos libros de arte y literatura pues la Biblioteca del Instituto de Artes Gráficas. Y fuera de la ciudad me gustan sitios como Yagul, Dainzú, el mercado de Tlacolula, Puerto Escondido, Mazunte, Ixtlán y Calpulalpam de Méndez en la Sierra Norte.


Why did you decide to become an artist and not a doctor or a lawyer? There was a time when I was obsessed with learning how to draw as faithfully as possible to reality, and since then, I became more interested in art. I took classes and workshops with different teachers, in different places until I came upon the Department of Fine Art at the University of Veracruz. In the meantime, I got to know what other artists´ and teachers´ vision of art was, while I started to discover the many expressions that art has had over time through books and that´s what motivated me to become involved in art. Would you like to have a more stable job? Of course I would and I have been working—doing everything from librarian to professor. Receiving a salary or sure money, well, it helps anyone; however, many of these jobs don´ t offer the satisfaction that painting and art give me. What difference do you find between studying art in a foreign country or in your own? I believe the difference rests in the professors and how they offer knowledge or advice so your art can improve. A professor should be a guide, but he or she should never tell the student how to paint. But I don´ t think one or the other is better, they´re simply different visions and different methodologies for teaching art. In first world countries, you can find very good facilities, but it may be that the teachers or students don´ t give you much, and vice versa, you can find a school with the worst facilities, but the knowledge and advice both your classmates and professors give you is much better. What makes you different from other artists from Oaxaca? I think it´s my obsession with color. By way of color, I can create visual sensations to capture the viewer´s attention. Does it hurt to let go of a piece you´ve sold? Sometimes. It depends a lot on the piece, but normally I prefer that someone else sees it besides me. Being the artist you are, have you ever bought art work? Yes. Etchings more than anything else, because the prices are in my range. But up until now, only a few. Do you defend urban graffiti? Yes, but it depends a lot on what´s painted. For example, tags and throw-ups, which would be like signatures and very simple letters, I hate them. I´m more interested in graffiti that has form, color, image, where there is intention and the artists´ point of view is expressed. I think that kind of graffiti is really good. What are you working on now? Do you have any upcoming projects? I´m creating some new, small-format pieces and I also intend to design an image for some t-shirts. What are your favorite places in Oaxaca? Well, to eat, La Biznaga and Temple are my favorites. To have access to good art and literature books, well, the library of the Instituto de Artes Gráficas. And outside of the city, I like places like Yagul, Dainzú, the Tlacolula market, Puerto Escondido, Mazunte, Ixtlán and Calpulalpam de Méndez in the Sierra Norte.


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uchos eran ya los que me habían comentado sobre este nuevo lugar en Pino Suárez al que de pronto todo mundo estaba yendo a cenar. ¿Otra pizzería? me pregunté de inmediato denotando mis prejuicios hacia lo que consideraba hasta entonces, “comida rápida italiana”… Pero una noche, dejando a un lado mis traumas personales acepté la invitación y visité La Vieja Lira. Lo primero que constaté fue la popularidad del lugar, totalmente lleno. Mientras esperábamos que la primera mesa se desocupara, noté que la atención del propietario, el personal que allí labora, la decoración y música del restaurante, mandaban un claro mensaje: “esto es personal”. Nada que ver con la imagen de franquicias pizzeras americanas que encuentras en cualquier plaza comercial y que con una sonrisa no muy sincera intentan venderte el “combo” más llenador. La Vieja Lira es una auténtica Trattoría con mucho sabor a Florencia. Y es que no sólo los platillos en el menú, los aromas provenientes del horno, la rúcula fresca en los platillos, o las antigüedades que decoran el lugar te transportan a la “Piazza della Signoria”. Sino además las postales del Club de Fútbol Fiorentina, dejan claro que este lugar intenta ser un rinconcito de tan hermosa ciudad. Simone Lanzi, orgulloso “incha” de la “Fiore” es el chef y propietario del lugar, quien nos comenta que desde hace tres años que llegó a Oaxaca, tenía muy claro el concepto de restaurante que deseaba abrir aquí: “quería un lugar auténticamente italiano y no sólo una pizzería más”, y esto definitivamente ha hecho la diferencia.

Las recetas de su añorada tierra natal, su gusto por el buen vino y la idea de ofrecer un servicio personalizado, han hecho que La Vieja Lira sea un lugar único en Oaxaca. Las pizzas que aquí se preparan son horneadas sin charola, técnica que logra una crujiente textura que es por demás, el sello de la casa. Además, la obsesión de Lanzi por los ingredientes más frescos y de temporada, han hecho que sus platillos de gran sazón, gusten a todo mundo. Si bien la pizza es el platillo más solicitado, las entradas, ensaladas, pastas, mariscos y demás opciones en el menú, son por demás recomendables. Si no sabes qué elegir, no te preocupes que todo está delicioso.

Vieja Lira, Trattoria & Pizzeria Pino Suárez 100 

Centro, Oaxaca Horario: 1-11 p.m., Cerrado los Martes. Reservaciones: 516 1122


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any people had already told me about this new place on Pino Suárez where all of the sudden everybody was going for dinner. “Another pizza joint?” I asked myself immediately, noting my prejudices toward what I had considered, up until that point, as “Italian fast food” … But one night, personal traumas aside, I accepted the invitation to go to La Vieja Lira. The first thing I noticed was the popularity of the place: it was totally full. While we waited for the first available table, I noted the attention we received by the owner and personnel; this, plus the music and decoration, sent a clear message: “this is personal.” It had nothing to do with the image of American pizza franchises found in any mall, with which—insincere smile on face— they try to sell you the most filling “combo.” La Vieja Lira is an authentic Trattoria with a lot of Florentine flavor. Not only the dishes on the menu, the aromas coming from the oven, the fresh arugula on the plates or the antiques adorning the place, carry you to the “Piazza della Signoria,” but the postcards from the Florentine soccer team make it clear that this restaurant is trying to be another corner of that beautiful city. Simone Lanzi, a proud “incha” of the “Fiore” is the chef and owner. He tells us that when he arrived in Oaxaca three years ago, he had a very clear concept of the restaurant he thought to open here: “I wanted an authentic Italian place, not just another pizza place.” And that is definitely what has made the difference. The recipes of his longed-for birthplace, his good taste in wine and the idea of offering personalized service have made La Vieja Lira a special place in Oaxaca. The pizzas prepared here are baked directly on the oven shelf, without a baking disc, giving them their crunchy texture and which is, moreover, what the place is known for. Besides, Lanzi´s obsession with finding the freshest, in-season ingredients make his dishes very flavorful and well-liked by all. If pizzas are the most popular dish, the appetizers, salads, pastas, seafood and other menu options are equally recommendable. If you don´ t know what to order, don´ t worry: everything is delicious.

La Vieja Lira, Trattoria & Pizzeria Pino Suárez 100 

Downtown Oaxaca Open: 1-11 p.m., Closed Tuesdays. Reservations: 516 1122


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s posible utilizar la bicicleta como medio de transporte cotidiano en esta ciudad? Según algunas personas como Rubén García, de Mundo Ceiba A.C. sí es posible. Siempre y cuando realicemos acciones concretas para hacer de la “bici” un medio de transporte respetado por los demás. De acuerdo con Rubén, “problemas como la contaminación ambiental, el exceso de tráfico, y la sobrepoblación, se convierten diariamente en una pesadilla para todos los que habitamos en las ciudades. Esto, además de las pocas oportunidades que tenemos para realizar actividades físicas que beneficien nuestro cuerpo, hacen que los ciudadanos estemos bajo un estrés permanente”. Según él, una opción para disminuir el estrés y mantenerse sano, es el uso de La Bicicleta. ”En la actualidad, dentro de la ciudad de Oaxaca no se cuenta con una infraestructura para andar en bicicleta. Siendo pocos los que utilizamos este medio de transporte por el riesgo de ser atropellados por un automovilista descuidado o prepotente, que no tiene la cultura de respetar a los ciclistas”. A una cultura de respeto al ciclista, es a donde quieren llegar en Mundo Ceiba. De ahí, la iniciativa de organizar paseos en bicicleta dentro de la ciudad y así, ir informando a través de medios como el cartel, el respeto y uso de la bicicleta como una alternativa de transporte. Sobre todo porque resulta ser una alternativa saludable para la persona que lo practica, para la sociedad en su conjunto y para el medio ambiente.

Nos dice Rubén, que en Latinoamérica existen sólo dos ciudades que se destacan en materia del uso de la bicicleta: En Bogotá, Colombia, hay más de 120 kilómetros de ciclo vías, por las que circulan alrededor de 2.2 millones de personas (La tercera parte de la población de Bogotá). Y en Río de Janeiro, Brasil, donde existen 100 kilómetros de vías exclusivas para bicicletas. La ciudad de Oaxaca en cambio, en opinión de Rubén, “una de la ciudades más hermosas para vivir, con envidiable clima y atractivo arquitectónico; sobre la cual, escritores la plasmaron como un lugar de luz y magia; y que en el México antiguo era considerada como un lugar de sanación”, no cuenta con las vías apropiadas para el uso de la bicicleta. Razones como las expuestas y el amor por la ciudad, han originado que algunas personas como él, que se sienten privilegiados de vivir aquí; se organicen y realicen acciones concretas en favor del medio ambiente. A través de Mundo Ceiba A.C. realizan periódicamente jornadas de reforestación y actualmente, acciones y propuestas concretas del uso y respeto de la bicicleta. “La Bicicleta es un medio de transporte que tiene múltiples ventajas sobre los vehículos particulares y el transporte público. No produce emisiones de ningún tipo y por lo tanto, no daña el aire de las ciudades... Andar en bicicleta es una actividad saludable para quien lo practica, debido al ejercicio físico que realiza al pedalear. Incluso, su uso como medio de transporte es, una manera fácil y conveniente de integrar la actividad física al estilo de vida urbano. Andar en bicicleta es económicamente eficiente ya que ésta es accesible para la mayoría de la población, los costos de mantenimiento son razonables, y la infraestructura necesaria es barata en comparación con otros modos de transporte”. Para Rubén, la bicicleta es un medio de transporte ideal para Oaxaca, y afirma que con su uso lograremos una ciudad más bella y atractiva tanto para sus habitantes, como para el turismo. Nosotros estamos de acuerdo con él.

¿Tú qué opinas? Ingresa a nuestro Blog en www.callejera.com.mx

I

s it possible to use the bicycle as a means of daily transport in this city? According to some people, like Rubén García, of Mundo Ceiba A.C., it is… as long as we take concrete actions to make bikes a means of transport respected by others. In Rubén´s opinion, “problems like environmental pollution, excessive traffic and overpopulation turn into a daily nightmare for city dwellers. This, coupled with the little opportunity we have to do physical activities benefitting our bodies, keeps us under permanent stress.” Rubén considers that one way to diminish stress and keep healthy is by using The Bicycle.


“At present, within the city of Oaxaca, there is no infrastructure for bike riding. Few of us use this means of transport for fear of being hit by a careless or imprudent driver who is not used to respecting cyclists.” A place where there is consideration for cyclists is where Mundo Ceiba would like to arrive. That is how the idea to organize bike rides in the city arose, and, from there, to start informing the public —with things like posters—about respecting and using bicycles as a transportation alternative. In the end, it really is a healthy alternative for the person who does it, for society as a whole and for the environment. Rubén tells us that in Latin America, there are only two cities which are forerunners in bicycle use: Bogotá, Colombia, where there are more than 120 kilometers of bike paths on which about 2.2 million people ride (one-third of the city´s population) and Rio de Janeiro, Brazil where there are 100 kilometers of paths exclusively for bicycles. The city of Oaxaca, by contrast, in Rubén´s opinion, although “one of the most beautiful cities to live, with an enviable climate and attractive architecture, which writers have put forth as being a place of light and magic, and which in ancient Mexico was considered to be a place of healing,” does not have appropriate routes for bicycle use. For these reasons and the love of the city, people like him, who feel privileged to live here, have organized and taken definitive actions in favor of the environment. Through Mundo Ceiba A.C. they periodically hold reforestation days and, now, they have solid proposals about the use of and respect for bicycles. The Bicycle as a means of transport has multiple advantages over private vehicles and public transportation. It produces no emissions and, as such, does not harm city air. Bike riding is a healthy activity for the rider, because of the physical exercise done as one pedals. Using it as a means of transport is even an easy and convenient way to integrate physical activity into the urban lifestyle. Riding a bicycle is economically efficient, too, since it is accessible to most of the population, the maintenance costs are reasonable and the infrastructure needed is cheap in comparison with other transportation means.” For Rubén, the bicycle is an ideal way of getting from one place to another in Oaxaca, and he affirms that with its use we could achieve a more beautiful and attractive city for its inhabitants, as well as for tourism. We agree with him. What do you think? Go into our blog at: www.callejera.com.mx.


TEMPLE


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