Revista Día de Plaza en Oaxaca (No. 0)

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¡Por fin iniciamos! Esta revista que tienes en tus manos, es la primera edición de un proyecto que busca fomentar el consumo en los mercados municipales de nuestra ciudad de Oaxaca. Creemos que el primer paso para que los clientes vengan a comprar, es mostrar lo que somos, no sólo nuestros productos, sino nuestra propia vida. Aquí nacimos, crecemos, nos enamoramos, y vemos pasar la vida entre aromas, colores, música y risas. A veces nos enojamos y creemos que las cosas no van bien, pero al fin de cuentas, lo mejor que nos ha pasado es poder vender nuestros productos a la gente y con ello, mejorar nuestra economía. Como bien dice el refrán: “el que no enseña, no vende”, y lo que queremos en mostrarle a los clientes nuestra mejor cara. Los mercados municipales son lugares maravillosos, donde se muestra lo más característico de la cultura de un pueblo, y eso es lo que debemos lucir: lo mejor de nosotros. Por esta razón, te invitamos a hojear esta revista hecha para informarnos de lo que sucede alrededor de nuestros lugares de trabajo. Encontrarás artículos, fotos, consejos e información útil para mejorar nuestras ventas y ser más competitivos. Gracias por compartir con nosotros este proyecto que seguramente apoyará a que los mercados se conviertan en los mejores lugares de compra y venta para nuestros clientes. ¡Saludos afectuosos!

REVISTA “DÍA DE PLAZA” www.diadeplaza.com.mx DIRECTORIO: Director Javier Méndez

Fotografías Javier Méndez

Ventas (951) 1327039 javier@diadeplaza.com.mx En portada Juana Jarquín

Día de Plaza es una publicación bimestral de distribución gratuita sobre la vida y el trabajo en los mercados municipales de Oaxaca. Editor responsable: Javier Méndez. Edición enero-febrero 2014. Derechos reservados. Registro en trámite.


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esde la llegada de los españoles a la zona que hoy es la ciudad de Oaxaca, los habitantes de esa villa comenzaron a establecer un sistema de intercambio de bienes y servicios en distintos espacios dedicados a ello, aprovechando que los antiguos mexianos ya tenían una sofisticada organización de mercados en sus ciudades. Así aparecieron las primeras “plazas”, llamadas así porque en esos espacios abiertos se concentraba la compra-venta de bienes, fomentando así el desarrollo de la economía, pero también donde sucedía un intercambio cultural en todas sus manifestaciones: comida, ropa, lenguas e ideas.

Los agricultores, artesanos y comerciantes de la época traían los productos de su región, lo que convertía a los mercados en lugares llenos de vitalidad, al juntarse en un solo espacio tanta variedad de colores, sabores y personas. Esto fomentó, gracias a los arrieros venidos de todas las regiones, la consolidación de la red de caminos que nos unen. Los españoles introdujeron sus propios pesos y medidas, y ajustaron los días de mercado al calendario cristiano, fijándolos cada semana.

El primer mercado de la ciudad fue ubicado junto a la iglesia hoy conocida como San Juan de Dios, donde ahora está el “20 de Noviembre”. Posteriormente, en el siglo XVII, don Manuel Fernández Fiallo mandó contruir una alhóndiga o depósito de comestibles en lo que se llamaba la Plaza del Marqués, cuyo terreno estaba originalmente destinado para que Hernán Cortés construyera su casa, pero nunca llegó a habitarla. Después de lograda la independencia, el mercado original creció tanto que ocupó el Zócalo y la Alameda de León, lo que indicaba la importancia que tenía la ciudad para la economía de los Valles Centrales.


“LAS PLAZAS, FUERON LLAMADAS ASÍ PORQUE EN ESOS ESPACIOS ABIERTOS SE CONCENTRABA LA COMPRA-VENTA DE BIENES” En 1876 fue contruido el mercado “Porfirio Díaz”, al que le cambiaron después el nombre a “Benito Juárez Maza”, mismo que ha sufrido muchas modificaciones arquitectónicas con el tiempo desde que era la alhóndiga antes mencionada. En el siglo XIX los mercados ya se habían multiplicado. Desde los orígenes de la ciudad se ubicaban dos tianguis en los límites de la misma, el del Carmen Alto y el de la Merced, que pasaron a llamarse “Sánchez Pascuas” y “Democracia” respectivamente, cuando se edificaron sus locales en el siglo XIX.

También colindaba con el pueblo de Santa María del Marquesado un mercado muy antiguo llamado de “la rayita”, que después se convirtió en el “Morelos” y posteriormente le nombraron “Mercado IV Centenario”.

Como pondemos ver, los mercados en Oaxaca se han mantenido vivos desde hace mucho tiempo. La ciudad va creciendo y la demanda de productos es cada vez mayor, por lo que han aparecido nuevos mercados en los barrios, colonias y agencias municipales que han construido nuestra historia y mantenido en pie a nuestra hermosa ciudad.

Agradecemos a la fundación Bustamante Vasconcelos por las fotografías para la realización de este artículo.


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omo comerciates, lo mejor que nos puede suceder es que lleguen más clientes a nuestros negocios. Sin embargo, las cadenas comerciales están prestando servicios que hacen que nuestra clientela se esté yendo para allá. La gente está prefiriendo la comodidad y las facilidades de compra que tienen los supermercados. Esto es señal que ya no basta con nuestra tradicional manera de vender. Por ello debemos pensar como los clientes y satisfacer sus requerimientos, es decir, “al cliente lo que pida”. De ahí que debemos hacer dos cosas en primer lugar: 1. Que nuestras organizaciones busquen información sobre las preferencias y necesidades de los clientes, así como de las cosas que nos afectan para vender mejor y compartir entre todos esa información.

2. Implantar una respuesta bien planeada de mercadotecnia, acorde con la información que tenemos. Es muy importante considerar que hay muchos tipos de clientes y no todos piensan como nosotros. Por eso, nuestras acciones de respuesta deben estar basadas en la información sobre los deseos y preferencias de los consumidores y las estrategias de la competencia.

Los supermercados sí tienen estrategias de venta muy buenas, por eso están teniendo tanto éxito. Por tal motivo, debemos estar dispuestos a ofrecer más bienes y servicios de valor superior a los que da la competencia, y quizás debemos hacer cambios en nuestra manera de vender para gustarle a los clientes. Para ello debemos preguntarnos:

¿Qué tan bien conocemos a nuestros clientes? ¿Se van contentos y satisfechos? ¿Creen que nos esforzamos por tenerlos contentos? ¿Confían en nosotros? Si la respuesta en SÍ a todo, entonces estamos en el camino correcto para mantener su fidelidad con nosotros. Si la respuesta es “NO LO SÉ”, entonces debemos hacer algo.


Un punto importante es que debemos fortalecer al mercado a través de la cooperación mutua, pues solo en colaboración se logrará una imagen fuerte del mercado, lo que atrae a los clientes. Por tanto, cultivemos la confianza en los demás compañeros. En colaboración será más facil tomar decisiones importantes, como modernizarse. Esas acciones deben tomarse en equipo, porque el que se quiera ir “por la libre”, se quedará solo y retrasado. Modernizarse significa decidir acciones que nos permitan vender más, teniendo en cuenta las preferencias de los consumidores. Recordemos que los clientes piensan y quieren cosas diferentes a nosotros.

Los cambios deben ir encaminados a hacer más atractivo venir al mercado, para que no prefieran irse al “super”. Podemos ofrecer los mismos o mejores productos envasados y una oferta más variada, rica y económica de alimentos frescos. Ese tipo de clientes demanda productos más específicos, difíciles de conseguir en el supermercado, y exigen más calidad (no cantidad). ¿Ya pensamos en todo ello?, porque si no lo consideramos, no habrá forma en que los clientes vengan.

Por ello, debemos ponernos de acuerdo para definir el segmento de clientes a los que nos vamos a enfocar al modernizarnos. Por ejemplo, hay al menos dos tipos de clientes:

Debemos pensar que el cliente debe irse cómodo, con facilidades para transportar la mercancía que va comprando. Que no pueda transportar su mandado también es nuestro problema, así que debemos apoyarlo antes de que prefiera la comididad del supermercado.

CLIENTE UNO Los que viven cerca y llegan caminando, llevándose solo una bolsa del mandado porque no pueden cargar más, además que solo compran “de a poquitos”, como las amas de casa, jubilados o personas con horarios flexibles.

¿Le hemos ofrecido llevarle la mercancía hasta su coche o su casa? Seguro el cliente estará muy satisfecho. Pero si hay que cobrarle para eso, debería ser por un precio justo y sin ganancia para ti; la ganancia ya la tuviste cuando prefirió comprarte a ti y no a otro local, ni a otro mercado.

CLIENTE DOS Los que viven un poco lejos, que no vienen tan seguido al mercado, vienen en horarios fuera de su trabajo y se llevan más que una bolsa del mandado. Son hombres y mujeres de edad media o jóvenes, y demandan más variedad de productos. Son un público más difícil de captar y retener. El primer tipo de clientes no requieren muchos cambios en nuestra forma de vender. Quizás hay que facilitarles la compra para que no se tenga que desplazar a muchos puntos dentro del mercado. Pero el segundo tipo de clientes sí requieren de más cambios. Requieren el rediseño de la oferta (dando más surtido) e incorporar nuevos servicios, como la ampliación de horarios o la habilitación de estacionamientos.

La gente está prefiriendo la comodidad y las facilidades de compra que tienen los supermercados.

Con respecto a los horarios, pensemos que si los clientes trabajan de 8 am a 6 pm no podrán comprarnos, a menos que sea los sábados, por lo que sería conveniente que en ese día hagamos atractiva la venta, o si de puede, extender nuestros horarios. ¿Ya pensamos que los clientes quieren que su compra sea más cómoda y divertida? Por eso, debemos pensar en el trato, en la vista de nuestro puesto, en la ambientación y la higiene del lugar. Ese pequeño detalle marca la diferencia. Pero para modificar todas esas cosas y modernizarse, debemos tener el concenso de todos los colegas, amigos y organizaciones a las que pertenecemos dentro del mercado, para que funcionen de verdad.

Si el cliente percibe que “te estás atascando” con los precios, seguramente no regresará jamás. Genera confianza en él, y volverá. La confianza del cliente es muy importante. No basta con ser amables y sonreir, hay que otorgarle el servicio que uno querría para sí mismo, por ejemplo, no engañándolo sobre la calidad de los productos, o manipulando los precios.

.! ¡La unión hace la fuerza


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axaca se ofrece como atractivo turístico para los miles de visitantes que reconocen a la ciudad como un lugar muy especial. La belleza de nuestros edificios y calles son un imán que los atrae. Eso representa una ventaja frente a otras ciudades del país, pues son pocos los lugares que tienen tal oferta de lugares y servicios. Por eso se ha generado toda una industria de turismo alrededor de nuestro patrimonio cultural. Pero los turistas no solo buscan visitar edificios, ¡también quieren comprar y acercarse al verdadero pueblo que habita en Oaxaca!, y qué mejor lugar para tener esa experiencia que los mercados municipales. Los promotores de turismo deberán saberlo, pues Oaxaca no es solo su historia y su pasado. La ciudad está viva gracias a la energía y dinámica que le ofrece la gente que trabaja en los mercados muicipales. Oaxaca también es un destino para comprar. Todos los turistas se llevan su mezcal, su quesillo y tasajo. Compran vestidos, artesanías y se alimentan en nuestros comedores. Prueban los tamales, los chapulines y se hacen tacos con las blandas y tlayudas de nuestras tortilleras. Los mercados seducen a los turistas tanto por la calidad y atractivo de sus servicios, como por la calidad y frescura de los productos, la variedad de opciones de elección, el trato personalizado, la presentación de los productos, el animado ambiente de compra, los estímulos a la vista, al olfato y a los oídos. Todo eso son valores muy apreciados por los consumidores locales y los turistas, lo que hace a los mercados un centro de atracción. También muchos turistas saben que la mejor manera de conocer la cultura de un pueblo es a través de sus mercados, pues estos nos hablan de muchas cosas: la forma de alimentarse de la gente, su historia, las lenguas, la alegría de vivir... ¡eso les gusta mucho! De esta manera, hay que reconocer que nuestros mercados son sitios que van más allá de un lugar para comprar y vender. Los mercados le dan vida a la ciudad: la alimentan, la visten y le dan las herramientas para que salga adelante.


“LOS MERCADOS SEDUCEN A LOS TURISTAS, TANTO POR LA CALIDAD Y ATRACTIVO DE SUS SERVICIOS, COMO POR LA CALIDAD Y FRESCURA DE LOS PRODUCTOS”

Por eso tienen un valor muy grande para promover a Oaxaca como foco de atracción. Lamentablemete no siempre se difunde esta información, por lo que no todos los turistas saben de la existencia de este tesoro escondido. Este valor debe comunicarse y hacer que sean bien vistos nuestros mercados, tanto entre los consumidores locales como los turistas, así como entre los inversionistas y los comerciantes. ¿Como?, a través de promocionar lo bueno que tenemos los mercados: promociones, precios y belleza. Esa es una labor que debemos proponer a nuestras autoridades, nuestros líderes y colegas.

La estrategia de difusión debe plantearse entre los promotores turísticos, entre los inversionistas con posibilidades de mejorar y completar la oferta comercial y de servicios, así como entre los propios operadores y comerciantes, para que todos cooperemos en las mejoras y transformación de nuestros mercados. Esperamos que esta revista sirva para apoyar en su difusión, pero también depende de los propios comerciantes organizados, que comiencen con una estrategia bien planteada. ¿Quién se anima? Los turistas lo agradecerán y vendrán con gusto a consumir lo nuestro.


(Todos estos ingredientes se encuentran facilmente en nuestros mercados municipales)

Albóndigas Esta receta requiere los siguientes ingredientes: 1 kilo de carne de res molida 1/2 taza de arroz 2 huevos crudos y 4 cocidos Pan molido 2 chiles chipotles cocidos o de lata, picados 1 cebolla blanca 2 tomates rojos licuados Ramita de hierbabuena 2 cuadritos de consomé de pollo con tomate 2 tazas de agua Aceite Comino, sal y pimienta al gusto

Manos a la obra... Lavar y remojar el arroz por media hora. Partimos los huevos cocidos y los guardamos para al ratito. La cebolla también la rebanamos y guardamos.

Molemos muy bien tantito comino con las hojitas de hierbabuena. Revolvemos muy bien la carne molida, la sal, el arroz escurrido, los huevos crudos, el pan y la mezcla del comino con la hierbabuena. Dividiremos la mezcla en 15 porciones iguales y haremos bolitas. A cada albóndiga le metemos en el centro un trozo de huevo cocido. En un sartén freimos en el aceite la cebolla rebanada. Cuando se haga transparente agregamos los tomates licuados y los 2 chiles chipotles. Revolvemos y los dejamos un ratito friéndose. Luego agregamos los cubitos de consomé con tomate y las 2 tazas de agua. Revolvemos y tapamos el sartén. Cuando hierba la mezcla agregamos las albóndigas y cocinamos tapando hasta que estén listas. Servimos acompañándolas con arroz y frijoles




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Así que antes de ir a aburrirte a un Súper, regresa a tu mercado más cercano y apoya a las familias que trabajan en ella. Son gente buena, chambeadora y leal al cliente.













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