ACTIVIDADES
Boletín mensual de la PRIMERA IGLESIA METODISTA DE MORÓN
DOMINGOS – 10:00 hs. CULTO DE ADORACIÓN Y PROCLAMACIÓN
Nro. 19 – Marzo de 2011
Jueves 3 – 19.30 hs. Día Mundial de Oración 2011 – Ejército de Salvación Av. Rivadavia 3257 – Buenos Aires Sábado 12 – Encuentro anual a beneficio de los Hogares Lowe, en Mercedes. Sábado 19 – Taller de animación y acompañamiento de grupos (Jóvenes- Buenos Aires) Domingo 20 – ASAMBLEA LOCAL – Luego del culto
CUMPLEAÑOS DEL MES En Marzo, cumplen un año más caminando con el Señor: 8 – Mónica 9 – Gabriel 12 – Lola Maisa 19 – Ester Alderete / Leonor Annoni 22 – Carlos Cirillo Les dedicamos: “Aunque la higuera no florezca… con todo, yo me alegraré en el
Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor es mi fortaleza…” Habacuc 3.17-19
Incluye suplemento
(Si su cumpleaños fue omitido, por favor notifíquelo para su rectificación.)
PRIMERA IGLESIA METODISTA DE MORÓN Barbosa 249 – (1708) Morón Correo-e: iglesiametodistamoron@yahoo.com.ar www.iglesiametodistamoron.blogspot.com
UN AÑO PARA RECORDAR
CARTA PASTORAL
LO QUE PASÓ
Un nuevo avivamiento Juan Wesley nos hablaba, y habla hoy, de una comunidad que sienta y viva con el corazón ardiente producido en el encuentro con el Señor. “Nada es comparable a ti, mi Señor. Nada codiciable como tu favor. Señor adorable, te abro el corazón. Nada es comparable a ti, mi Señor”, dice el canto en nuestros himnarios. Así empiezan estas líneas que deseo compartir con ustedes. Una pasión que sólo podemos comprender en ese momento maravilloso, cuando el Dios de la vida, a través de su Hijo Jesucristo, sale a nuestro encuentro. Cuando conocemos y reconocemos al Señor podemos experimentar ese amor incomparable y expresivo, porque cuando Dios habita en nuestros corazones, todo resentimiento y amargura cambia en perdón y gozo (Filipenses 2.13). Es así que por su misericordia y por su gracia podemos brillar todos los días a pesar de duras pruebas. Una vida que se sienta plena, como las águilas remontando el vuelo (Salmo 103.1-5). Y en oración pedimos que él nos conceda la gracia de vivir acorde a su voluntad. El Señor nos dice y recuerda que dejemos de lado nuestras angustias, que confiemos en él, así como en el Dios Padre (Juan 14.1). En él depositamos nuestras cargas y temores, nuestras tristezas y alegrías. Como nos anima el Salmista: “Aunque ande en valle de sombra o de muerte, no temeré mal alguno, porque él, nuestro Dios, estará por siempre con nosotros” (Salmo 23). El apóstol Pablo también nos señala que: “Si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra nuestra” (Romanos 8.31). Él es quien nos acompaña en nuestro diario caminar y la fe nos ayuda a superar la adversidad. Cuando sentimos que nuestra fe se acrecienta y se fortalece, queremos compartirla con otros en comunidad, donde podemos crecer en amor. Las semanas anteriores hemos vivido pruebas en nuestra comunidad de fe que nos han permitido responder como congregación, avivados por el Espíritu Santo, posibilitándonos acompañar a hermanos y hermanas con pérdidas de seres queridos, enfermedades dolorosas, intervenciones quirúrgicas y accidentes viales, dándonos esperanza, consolación y, sobre todo, sanidad espiritual. A través de sus estrofas, el himno nos canta y dice: “Nuestra fortaleza, nuestra protección, nuestro fiel socorro en la tentación. Nuestro gran refugio, nuestra salvación. Es el Dios que adora nuestro corazón”. Que este avivamiento pueda ser compartido con los que nos rodean, y con las diversas comunidades de nuestras iglesias. Con amor fraterno, Marco Ochoa Jara Pastor
Jóvenes en misión: Señalar el Reino de Dios en toda la tierra El Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina y el Caribe (CIEMAL) convocó a jóvenes representantes de congregaciones del Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) a participar del encuentro de capacitación para el programa “JÓVENES EN MISIÓN”. El mismo se desarrolló en la ciudad de Montevideo (Uruguay) desde el 27 de enero al 4 de febrero, reuniendo a unos setenta jóvenes de los países que conforman la mencionada región. Entre los integrantes de la delegación argentina participaron dos de los jóvenes de nuestra comunidad: Natalia Ochoa y Diego Iñíguez. Con ellos dialogamos para conocer su experiencia.
CAMINOS DE ESPERANZA: ¿En qué consistió el encuentro? DIEGO: La finalidad era establecer una visión integral (social y espiritual) para la misión. Para esto, el programa incluyó actividades de capacitación bíblico-teológica y de práctica misionera en distintas comunidades. Tuvimos devocionales, visitas a iglesias, una noche cultural, trabajo con adolescentes a cargo de jóvenes del CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias), una charla sobre el contexto político, social, económico, cultural y religioso, momentos de culto y, por supuesto un paseo turístico por la ciudad. El espacio más importante de la capacitación se dio durante los tres o cuatro días de trabajo misionero y voluntario, en los que realizamos tareas como evangelismo puerta a puerta, visitas a un centro de rehabilitación, trabajo con niños de la calle haciendo teatro y pantomima, cultos al aire libre, colaboración en tareas de construcción, pintura y refacción de iglesias. NATALIA: Los temas que se trataron fueron Discipulado, Identidad Metodista, Trabajo misionero. El lema era “Ser y hacer discípulos de Jesucristo en todas las naciones y señalar el Reino de Dios en toda la tierra”. Por las mañanas teníamos el devocional a cargo de un país distinto. Cuando nos tocó a la Argentina, hablamos de los dones que teníamos y los frutos que podíamos dar en una comunidad. Hicimos una dinámica con velas. Prendiendo una sola, alumbraba pero poco; pero si nos
juntamos, todos podemos a alumbrar mucho más. Una noche se organizó una velada cultural en la que cada país tenía que presentar algo típico. Nosotros pusimos nuestras banderas argentinas, dulce de leche, el mate, etc. Bailamos un “Gato” y luego se fueron sumando todos al ritmo del “cuarteto”. Fue muy divertido. CdeE: ¿Qué otras actividades realizaron? NATALIA: Nos dividimos en tres grande grupos, a cada cual se le asignó una iglesia en diferentes zonas de Montevideo. A nosotros nos tocó la Iglesia de la localidad El Cerro. Fuimos muy bien recibidos y pusimos manos a la obra. Nos dividimos en grupitos de cinco integrantes de los distintos países. Cada grupo tenía designadas sus cuadras, y así empezó la misión de ir casa por casa. Al principio todos teníamos un poco de temor, pero sabíamos que estábamos en compañía del Señor y que él iba a poner en nosotros las palabras justas. Llegamos a la primera puerta y tocamos el timbre. Salió una señora mayor; nos presentamos como jóvenes metodistas y, de a poco, nos fuimos soltando. La invitamos al culto de esa noche, en el que iba a haber una obra de teatro. La mujer nos agradeció por la invitación pero, por su edad, estaba limitada de salir de su casa. Entonces le preguntamos si quería que oráramos por algo en especial. Ella accedió contenta, así que oramos en la puerta de su casa. Al terminar, nos agradeció muy emocionada. Nos decía que nunca había visto jóvenes hacer esto, que siempre era gente más grande la que a veces pasaba, y nos dijo que sigamos así. Cuando tuvimos que ir a la segunda casa ya no teníamos miedo, ni vergüenza, ni nada. El segundo día hicimos distintas tareas en esa iglesia: sacar los cascotes y yuyos del patio donde jugaban los chicos, colocar un alambrado, pintar paredes y muros. Cuando empecé a pintar el muro que daba a la calle, la gente pasaba y se quedaba mirando. Yo tenía una linda sensación de gratificación, como que Dios me estaba usando para arreglar un templo; estaba muy contenta. Después de terminar de pintar el muro, otros se encargaron de escribir “Jesús es el camino de la verdad y la vida”. Todo quedo muy lindo, tanto por fuera como por dentro de la iglesia. Ese día también fuimos a una parada de colectivos a hacer la obra de teatro que hacemos en Morón “Entre la luz y la oscuridad”. ¡Salió hermosa y la hicimos dos veces ahí!
Terminamos de actuar y nos fuimos a la Iglesia del Cerro, con seis personas nuevas que habíamos invitado ese día. Estábamos todos felices de que nuestro trabajo estaba dando resultados. Ese día algunos dimos testimonio de lo vivido, y yo agradecí entre lágrimas. El tercer dia nos tocó otra iglesia, en una zona era mucho más humilde, y también nos pusimos a trabajar con muchas ganas. El cuarto día nos dedicamos a los niños, haciendo juegos, enseñando canciones y dándoles una charla.
DELEGACION ARGENTINA Nahuel de Nully Brown, Jael, Diego Iñiguez, Luciano Niceto, Marcos, Anahí, Carlos, Micaela Tumini y Natalia Ochoa.
CdeE: ¿Qué les quedó a cada uno de ustedes de esta vivencia? ¿Qué les impactó más y rescatan como especialmente valioso? DIEGO: De todo lo aprendido y vivido, fue la experiencia de conocer jóvenes de otros países con un mismo propósito: el de evangelizar, de llevar la Palabra de Dios para hacer discípulos a todas las naciones (Mateo 28.19). Lo más valioso en mi caso fue haber estado en un grupo de jóvenes donde pude compartir mi testimonio, lo que Dios hizo y hace por mí. Entre toda la gente que conocí, alguien me llamó la atención en especial. Se llamaba Pedro y no hace mucho le diagnosticaron una enfermedad terminal. Hacía quince años que no iba a la iglesia. El día que lo visitamos, una tarde bajo una lluvia torrencial, nos abrió las puertas de su hogar. Compartimos la lectura del Salmo 91 (“Morando bajo la sombra del omnipotente”), oramos por él y su familia, y lo invitamos al culto especial de ese día. Luego, emocionados, nos fuimos a seguir nuestra recorrida casa por casa. Al terminar la actividad nos dirigimos a la iglesia que nos había tocado como equipo. Tuvimos el culto con una obra de teatro, cánticos y testimonios. Para nuestra alegría, Pedro se hizo presente junto con su hermano. Todos dimos gracias a Dios, glorificando su nombre. Fue hermoso evidenciar lo que Dios logra en la vida de uno y ser un instrumento. NATALIA: También me gustó el hecho de compartir con gente que no conocía, de otros países, de distintas culturas. A pesar de las diferencias, había algo que nos unía y era que compartíamos una misma fe, y que sabíamos que todo lo que
hacíamos era para la obra del Señor. Yo sentí que el Encuentro me hizo mucho bien, porque me dio lo que estaba buscando hace mucho tiempo. Fue como una alimentación espiritual y de fe. Bueno, hay bastante más… pero la entrevista nunca terminaría, ja, ja. CdeE: Pueden seguir contando más a través del blog de la Iglesia. ¿Cómo continúan los vínculos forjados?
PENSAMIENTOS EN VOZ ALTA
Dios esculpe su imagen en nosotros Dice el Señor: “Entonces todo tu pueblo… será el retoño plantado por mí mismo, la obra maestra que me glorificará.” (Isaías 60.21 NVI)
DIEGO: Los días que compartimos en la Iglesia del Cerro, la que teníamos asignada, estuvieron con nosotros un grupo de adolescentes locales, cada uno con una situación personal distinta. El día de la despedida, en el culto que tuvo lugar al aire libre, todos ellos recibieron a Jesucristo como Señor y Salvador personal. Además, nosotros recibimos de parte de ellos el gesto de llamarnos familia. Todo lo compartido nos llevó a tener una amistad tan fuerte que la noche que nos volvíamos los chicos me vinieron a buscar para saludar y terminamos todos abrazados intercambiando emails, facebook, prometiéndonos mantener el contacto y orar unos por otros.
Un enorme bloque de espléndido mármol, de cinco metros de largo, había estado abandonado en los talleres de la catedral de Florencia por casi cuarenta años. Los miembros de la comisión de obras de la catedral decidieron consultar qué empleo podía dársele. Miguel Ángel Buonarroti, que en ese tiempo tenía veintiséis años, solicitó que se le concediera el material. La comisión estuvo de acuerdo y Miguel Ángel puso manos a la obra. El escultor trabajaba sin pausa, con absoluta concentración y energía sobrehumana, subiendo y bajando por el andamio que rodeaba la columna de mármol. Tardaría tres años en terminar su obra. Bajo la acción precisa del martillo y el cincel, la figura fue cobrando forma. Al fin, la escultura surgió del mármol: David, resuelto, confiado y expectante, en el momento previo al combate con Goliat. Se cuenta que, una vez terminada, se le preguntó a Miguel Ángel cómo se le había ocurrido una obra tan bella e imponente a partir de un trozo de mármol desechado. Su respuesta fue que David, la escultura, estaba ahí adentro; sólo era necesario quitar lo que sobraba.
CdeE: Gracias, Naty y Diego. Cuando ustedes viajaron, sentíamos que íbamos con ustedes y los demás jóvenes de la delegación argentina. Ahora, al escuchar directamente de sus labios y ver las fotos, la sensación es mucho mayor. Como comunidad de Morón nos sentimos sanamente orgullos de ustedes y de todo el grupo juvenil que representan.
Esto es lo que Dios hace con nosotros, sus creaciones. El pastor Augustus H. Strong (1836-1921) sostenía firmemente que “en cada ser humano, aun en el más degradado, hay una imagen de Dios que puede sacarse a la luz del mismo modo que Miguel Ángel vio a su David en el bloque de mármol”. La doctrina de la imagen de Dios en el ser humano es la base de la dignidad humana, el fundamento de la ética bíblica y, a la vez, el sustento de nuestra hermandad universal. Aunque esta cualidad inicial se malogró con la caída y el pecado (Romanos 3.23; 1 Corintios 11.7), Dios tiene la firme intención de no renunciar a su propósito. Nadie es un trozo de mármol a descartar. Dios toma el martillo y el cincel, y quita de nuestra vida, individual y comunitaria, lo que estorba e impide apreciar su maravillosa imagen en ella. “Así, todos nosotros… somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es en el Espíritu” (2 Corintios 3.18). Para su gloria.
Ricardo Fantini