Mes de Octubre de 2019 LA SABIDURÍA DE LA VIDA Y LA MUERTE Como seres humanos siempre queremos saberlo todo. Incluso saber vivir y saber morir. Raimon Panikkar decía que para vivir no hace falta saber vivir y para morir tampoco hace falta saber morir. En el intento de saber vivir y morir hemos perdido la inocencia de la vida, porque queremos saber con anticipación de las cosas para poder hacerlas. Queremos saber cómo son las cosas, cómo irán. No somos espontáneos, hemos perdido la inocencia de la vida y por ende no vivimos. Perdemos la inocencia de la vida cuando queremos saberlo todo. Vivir es un don de Dios inmediato que lo tenemos todos. Sencillamente hace falta sólo recibirlo, aceptarlo y agradecerlo por un tiempo indefinido. Si somos iguales delante la muerte, también somos exactamente iguales delante de la vida. El miedo a la muerte es el disfraz del miedo a la vida. El miedo es el primer obstáculo de la vida. La vida está llena de diferentes momentos, y cada uno de ellos es único. Tenemos momentos de felicidad, amor, alegría, amor, amistad, etc. Pero, también momentos de tristeza, desesperación, angustia, dolor, etc. Hacer el intento de negarlos y desconocerlos es poner un obstáculo a la vida. Entonces nos preguntamos ¿cómo vivimos? ¿Qué hacemos para vivir? Un relato bíblico nos aclara la sabiduría de la vida. Permítanme aclarar el texto que tomaré que está en el códice Bezae Cantabrigiensis (D). Este es un códice bilingüe, griego-latín que data del siglo V. Contiene gran parte de los Evangelios y Hechos. Es un testigo importante, pero sus lecturas peculiares y divergentes no tienen un gran valor respecto al Códice Sinaítico y al códice Vaticano, que son más antiguos. El manuscrito “D” incluye un dicho no atestiguado por otros manuscritos. Se encuentra en Lucas 6: 1:11 y describe la siguiente manera: “el mismo día, viendo a uno que trabajaba en sábado, le dijo: “Hombre, si sabes lo que estás haciendo, bendito eres; pero si no lo sabes estás en un error y eres transgresor de la ley”. La controversia sobre el sábado en este pasaje atestiguado por D, supone un saber sobre lo que está haciendo en un día de descanso para la tradición judía. El evangelista pone en palabras de Jesús la pregunta de Saber lo que está haciendo en un día como ese. Cualquiera en su condición y bajo la ley, se hubiera excusado y hubiera reconocido que estaba en pecado al transgredir la ley sabática. Sin embargo, Jesús usa este encuentro con un hombre para mostrar la sabiduría de la vida basada en la misericordia y el amor de Dios. La sabiduría de la vida es reconocer primeramente la presencia de Dios y comprender que en cada momento es único. Vivir es tomar tu responsabilidad frente a lo que estás haciendo y transgredir toda ley que oprime y genera miedo. Es decir, Jesús dice que somos benditos si reconocemos nuestros errores y transgredimos todo “ley” (mandato moral, religioso, económico, político, etc.) que obstaculiza, controla, oprime a la vida. Vivir es comprender que cada momento es único, es enamorarse de cada instante, reflexionar de cada situación y encontrar en ella la presencia de Dios, quien nos dio el don de la vida. Vivamos como si está vida fuera la vida eterna. Toda vida es inconmensurable, única y no se mide por nada. La vida simplemente se vive, pero en el intento de saber de ella y preservarla como cuantificable y preciado construimos un muro, que es el miedo al sufrimiento que no nos permite aventurarnos en la vida misma. Pastor Bladimir Coro