Mes de enero de 2019
ENCUENTRO CON DIOS Nuestros encuentros con otros siempre producen algún efecto. Hay encuentros buscados con otras personas, otros casuales, algunos queridos, quizás algunos evitados. El interactuar con otros nos toca de alguna manera, y eso puede ser muy positivo o no tanto, dependiendo de la afinidad o empatía sentimos, y de distintos factores. ¿Y con Dios? ¿Cómo nos encontramos? ¿Es buscado nuestro encuentro? ¿Quién busca a quién, Dios al hombre o el hombre a Dios? En el evangelio de Lucas cap. 1 vs. 39 a 45 se nos relata de un encuentro entre dos mujeres. María la madre de Jesucristo, e Isabel la madre de Juan el Bautista. María quedó embarazada siendo muy joven y virgen, por obra del Espíritu Santo, siendo soltera y esperando casarse con José. Isabel, no podía tener hijos, casada con Zacarías, Sacerdote del Templo Judío, y también por la gracia de Dios quedó embarazada siendo de edad avanzada. Dios les saber esto a María e Isabel por medio de un ángel. María aceptó la elección de Dios y Zacarías el esposo de Isabel en principio no creía lo que el ángel le dijo y luego lo acepto y glorificó a Dios. María que vivía en un pueblito del norte de Palestina llamado Nazaret, tuvo que recorrer más de 100 km caminando o en mula, para ir a encontrarse con su prima Isabel en la zona montañosa de Judea al sur de Palestina, donde ella vivía, para ver cómo estaba y además contarle, y se produce este encuentro muy buscado, no fácil de lograr por la distancia entre los lugares. En el encuentro entre las 2 mujeres está presente el Espíritu de Dios, y se puede ver la alegría de ambas, la humildad de Isabel, su gratitud, el gozo, la motivación que las movía a encontrarse, porque Dios las había encontrado y bendecido con haberles dado a cada una un hijo que iban a tener y que serían Nuestro Señor Jesús en el caso de María y Juan el Bautista en el de Isabel. Cuando Dios viene a nuestro encuentro, sepamos que lo hace para darnos paz, alegría, esperanza, y todo lo bueno que viene de él. Dios quiere encontrarse con cada uno de nosotros; él toma la iniciativa y busca al ser humano. No tenemos excusa porque según Romanos: capítulo 1: 20 lo invisible de Dios, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visible desde la creación del mundo y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas; esto es: la creación maravillosa de Dios que podemos apreciar. Las estrellas, el mar, la vida, etc. todo lo que nos habla de un creador con poder. Pero Dios ha venido a nuestro encuentro en esta Navidad que celebramos año a año, en la persona de Jesucristo, quien según el Miqueas 5: 2 nacería en Belén, y sus orígenes se remontan al principio mismo de los tiempos, a los días de la eternidad. El Dios que siempre existió vino a nuestro encuentro en el niño Jesús y se hizo uno de nosotros, y murió en una cruz por tus pecados y los míos para darnos vida y perdón. En él se muestra el Dios de amor que nos crea, nos conserva y no lleva a la vida eterna. ¡Déjate encontrar por Dios por medio de Jesús, es lo mejor que nos puede pasar! Enrique Biasotti