Boletín de la Congregación Unida El Buen Pastor - Octubre 2018

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Mes de octubre de 2018 Saber decir…Saber callar Estos dos saberes están íntimamente relacionados. Saber cuándo hablar es también saber cuándo callar. Uno no existe sin el otro. En el libro de Eclesiastés se nos dice que hay un tiempo de hablar y un tiempo de callar (3:7). Hay varios tipos de silencio, de ahí que algunos digan que el silencio es un idioma en sí mismo. Cuando lo que vamos a decir no construye, no tiende puentes, es más asertivo callar que decir. Es bueno que nuestras palabras sean mejores que nuestros silencios. La Biblia le da al tema mucha importancia. En la carta a los Efesios 4:29 se lee: “No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen”. Jesús mismo habla acerca de que seremos juzgados por nuestras palabras inútiles (Mateo 12: 35-37). En la carta de Santiago se trata la cuestión del decir con alguna amplitud. Para Santiago, la peligrosidad de la lengua es un dato que ha de ser tenido en seria consideración. En la tradición bíblica la palabra tiene un poder casi mágico. Santiago es consciente que aun en las comunidades cristianas, también en las familias, la palabra es más usada como arma que como instrumento de edificación, más para imponer que para comunicar. A veces, en lugar de servir para descubrir con otros la verdad, poniendo en común distintos fragmentos de esa verdad, conduce a contraposiciones y personalismos. Porque la palabra puede alegrar, aliviar, consolar, construir, pero también anular, amargar, destruir… Por eso, Santiago dice que el que se cree religioso mire por lo que dice. Alguien ha dicho que con la lengua se tropieza más seguido que con los pies. A veces, hablamos apresuradamente, de mal modo, con mensajes que, aunque sean verdaderos, no nos hacen bien ni a nosotros ni a los demás. Es más, vivimos en un contexto que estimula la violencia. A este respecto, Eduardo Galeano comentaba “La violencia engendra violencia como se sabe, pero también engendra ganancias para la industria de la violencia que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo”. Y este autor agregaba: “vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase que desprecia el contenido”. Somos de una época en que el hablar abunda, pero que nos pasemos el día hablando no significa necesariamente que digamos mucho. A pesar que nos damos cuenta de la enorme importancia que la palabra tiene estamos en un tiempo en que cada vez se habla más, se publica más, se escribe más y se dice menos. Abundan, hoy los discursos vacíos. También los monólogos simultáneos que se confunden con diálogos. Escuchar, por otro lado, es básicamente un acto de silencio. Poca gente escucha con la intención de entender, muchos escuchan con la intención de responder. Las palabras pueden no recordarse, las que menos olvidamos son las que nos hicieron sentir. En esa línea, autocontrol no significa meramente represión, sino que controlo mis sentimientos, que sé cómo tratarlos y llevarlos a buen puerto. Podemos arrepentirnos de las cosas que alguna vez


hemos dicho. Hay cosas que habitualmente no regresan: las palabras dichas, el tiempo transcurrido y, a veces, las oportunidades. Pero Eladia Blázquez nos advierte sobre otros aspectos de los silencios cuando dice (o canta) en “Honrar la vida”: “Merecer la vida no es callar y consentir, tantas injusticias repetidas. ¡Es una virtud, es dignidad! Y es la actitud de identidad ¡más definida!”. Complementando la idea de lo que decimos, es bueno recordar que las palabras no dichas pueden acumularse en el cuerpo, transformarse en insomnio, en nudos en la garganta, en tristeza, en enfermedad…, y a veces, callar lo que sentimos nos hace perder aquello que queremos. Se trata de decir lo que es necesario decir, paciencia para encontrar el momento adecuado, conocer el valor de la espera, sin pretender tener todo controlado, prudencia para intervenir con discreción y justicia. Los adelantos de la ciencia no han producido un medicamento más tranquilizador y tan eficaz como las palabras bondadosas. Necesitamos descubrir la fuerza de la dulzura y el buen trato. Dulzura no es adulación barata, ni estar siempre de acuerdo, ni faltar a la verdad, pero es una fuerza que no necesita apelar a la violencia, a la prepotencia ni al atropello. ¡Cuán a menudo las resistencias más obstinadas se desvanecen frente a la fuerza inapreciable de la dulzura así como las heridas más profundas del corazón pueden cicatrizar con las caricias y sabiduría de las palabras! No hay amor sin compasión, sensibilidad, amabilidad porque tratar bien al otro supone respeto y sacralidad de la palabra. Pastor Hugo Santos CONCIERTO CORO GOSPEL YOY El viernes 14 de septiembre fuimos con Lidia Suarez y Paula Ruperez al concierto del Coro Gospel Joy en la Capilla de los Discípulos de Cristo de Saavedra, invitadas por Leila Manoukian. Fuimos recibidas muy afectuosamente por los hermanos. ¡Todo estuvo perfectamente organizado! Me encantó ver a ese grupo de jóvenes cantar muy bien entrenados, apasionados en cada tema, moviéndose rítmicamente junto al director que les contagiaba su alegría. El director resaltó el origen bíblico de las canciones y nos invitó a participar con palmas, movimientos y voz. ¡Tuve una noche distinta, la cual disfruté muchísimo!

Mercedes Mallo


¡ELIANA MACCHI Y BLADIMIR CORO SE UNIERON EN MATRIMONIO!

La boda se realizó el 21 de septiembre en la Iglesia Evangélica de los Discípulos de Cristo, Congregación Esperanza, Resistencia-Chaco-Argentina

Gálatas 5:22 “En cambio lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad”. I Corintos 13: 13 “Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor, pero la más importante de las tres es el amor”.

LECTURAS BÍBLICAS: Domingos de octubre

Domingo 7 Job 1:1, 2: 1-10 Salmo 26 Hebreos 1:1-4, 2:5-12 Marcos 10:2-16

Domingo 14 Job 23: 1-9, 16-17 Salmo 22:1-15 Hebreos 4: 12-16 Marcos 10:17-31

Domingo 21 Job 38:1-7 Salmo 104:1-9, 24, 35 Hebreos 5:1-10 Marcos 10:35-45

Domingo 28 Job 42:1-6, 10-17 Salmo 34:1-8 Hebreos 7:23-28 Marcos 10:46-52

ORACIÓN POR LOS "PEQUES"...

Liliana Contino

Nuestros chicos y chicas son el preciado tesoro de nuestras familias y congregaciones. Sería lindo recordar que los días 7 de cada mes, es el día de “oración por la niñez”; les proponemos comprometernos a orar por ellos. Empecemos por los niños/as que participan de la Juegoteca de nuestra Congregación Unida El Buen Pastor... Cada mes presentaremos algún otro grupo para que cada uno de ellos sepa que realmente son nuestro "especial tesoro" y demostrarles así, nuestro amor y cariño... ¿Qué les parece?... ¿Aceptamos el desafío? ...


FERIA AMERICANA Martes 16 y Jueves 18 de octubre Horario: 11 a 18 hs.

Congregación Unida "El Buen Pastor" Zapiola 721 ¡¡Vení, te esperamos!!

CUMPLEAÑOS DE OCTUBRE 1° - Josefina Ossvald 7 - Sofía Lepera Maceratesi 9 - Norma Falchetti - Romina Roger 11 - Silvina Maceratesi 15 - Patricia Flores Zapata - Sarina Vázquez 29 - Abel Duarte 31 - Esperanza Bernal Vázquez CUENTO DIDÁCTICO: “PIEDRA LIBRE” En la educación teológica de los niños resulta frecuente recurrir al juego. Teniendo esto en cuenta y, en esta oportunidad, pienso que un juego nos puede servir para describir lo inefable, como, por ejemplo, el misterio de la salvación en Cristo Jesús quien “murió por todos nosotros” (Romanos 5:8 RV) y “el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:4 RV). Para ello, se me ocurre compararlo, verbigracia, con el conocido juego de “la escondida”: Consiste en un juego en que todos los jugadores se esconden con excepción de uno que será el encargado de buscar al resto. Puede jugar a la escondida cualquier número de personas, a partir de 3, aunque es más divertido un grupo numeroso. Se puede jugar en lugares abiertos o cerrados de día o de noche. Se deben fijar los límites del espacio en que se jugará. Fuera de esos límites está prohibido esconderse. Se elige "al que cuenta" con una canción de contar. El que cuenta elige un lugar (generalmente una pared) llamado "piedra" donde apoyará el rostro, como si llorara, y permanecerá unos instantes en esa posición, contando los números hasta la cifra decidida con anterioridad por el grupo (ej.: hasta 50, hasta 100). Al finalizar de contar dice un verso que avisa que sale a buscar a los que se escondieron (ej: “Punto y coma, el que no se escondió se embroma, salgo y salí”). El buscador recorre el lugar. Cuando descubre algún jugador escondido sale corriendo en dirección a la "piedra", la toca y grita: "piedra libre para...", descubriendo la identidad del encontrado.


El jugador descubierto, de ser posible, sale corriendo hacia la "piedra", la toca y grita: “piedra libre para…” Si logra tocarla antes que el que cuenta, grita "piedra libre" y se salva. El primero de los jugadores descubierto que pierda la carrera hacia la "piedra" deberá contar en la próxima ronda. Sin embargo, hay un recurso extremo: el último de los jugadores sin descubrir y que llegue antes que el que cuenta, a la "piedra", puede gritar: "piedra libre para todos mis compañeros", liberándolos a todos, debiendo contar nuevamente el que estaba haciéndolo en esa ronda. La escondida finaliza en forma arbitraria, cuando el grupo lo decida. No hay ganadores ni perdedores Luego de jugar y, con la participación de los niños a través de preguntas y entablando un diálogo con ellos, uno podría decir que todos hemos sido “descubiertos” antes de nuestra llegada a la “piedra” -“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 8:23 RV). Pero, gracias a Dios, el “juego de la vida” no terminó ahí y, en un último acto y definitivo, el Señor utilizó un recurso extremo: en una acción de amor supremo, envió al último de los “jugadores”: su propio hijo Jesús, quien, sin haber sido descubierto “en pecado” – “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15 RV), en la Semana Santa trascendente, llegó a la "piedra”, dramáticamente y con una entrega sin precedentes, antes que el que cuenta, por un tiempo, en este mundo. Así fue que el Domingo de Resurrección se escuchó un grito glorioso en toda la tierra: “¡¡¡PIEDRA LIBRE PARA TODOS MIS COMPAÑEROS!!!" liberando, de esta manera, a aquellos que comparten el pan con Él, sus “compañeros” (del lat. cum, con y panis, pan). Gustavo D. Romero

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DEL PASTOR PABLO SOSA 3 de septiembre de 2018 Pablo Sosa, músico y pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, ha sido distinguido por la Sociedad de Himnología de EEUU y Canadá (The Hymn Society in the United States and Canadá) con el título de “Fellow”, equivalente al de Miembro Pleno de dicha Sociedad. Este reconocimiento, de carácter vitalicio, el más alto otorgado por la Sociedad, responde a su labor como compositor, profesor, director coral, músico eclesiástico y promotor de las himnodias eclesiásticas regionales a nivel mundial. Nacido en Argentina en 1933, Sosa reside en Buenos Aires. Estudió teología en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos – ISEDET, y música eclesiástica en el Westminster Choir College, Princeton, EEUU; la Hochschule für Musik, Berlín, Alemania; y la Escuela de Música Sacra del Unión Seminary de Nueva York. Profesor emérito del ISEDET en las cátedras de Liturgia e Himnología, fundó en 1962 la Escuela de Música de la institución, y a partir de 1976 se integró al equipo de producción creativa del Departamento de Comunicaciones del mismo instituto. En 1972 organizó el Conjunto Música para Todos, que dirigió hasta 2003. Simultáneamente fue profesor de Dirección Coral en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, de Buenos Aires, durante 30 años.


En el campo de la himnología, Sosa ha participado en la edición de varios himnarios y cancioneros, entre los cuales se destacan el himnario Cántico Nuevo (1962), el Cancionero Abierto (1974) y Canto y Fe de América Latina (2005) en colaboración con la organista y directora Inke Frosch, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Como compositor, en la mayoría de sus canciones Sosa incursiona en el lenguaje musical latinoamericano, siendo las más conocidas El cielo canta alegría (1958), Cristo vive (1960), Si fui motivo de dolor (1960), Miren qué bueno (1970), Gloria (1978), La bendición del Dios de Sara (1988), Este momento en punto (1990) y, más recientemente, Que esta Iglesia sea un árbol, dada a conocer mundialmente en la Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias en Busan, Corea, 2013. Sus himnos han sido traducidos a diversos idiomas (inglés, alemán, portugués, sueco, finlandés, chino y japonés) e incluidos en himnarios y cancioneros en todo el mundo. A través de su labor como compositor, director coral, editor de himnarios, productor de programas radiales, y enseñando liturgia e himnología en el claustro teológico, Sosa ha promovido incansablemente la inclusión de las himnodias regionales en las iglesias alrededor del mundo. En ese sentido fue muy importante su aporte al cancionero de la Sexta Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, Vancouver, 1983, en la cual fue además uno de los animadores litúrgico-musicales. En 2003 la editorial GIA Publications, de Chicago, editó Este es el Día, un CD y cancionero con diecinueve de sus canciones, y en 2007 Sosa escribió para la Iglesia Metodista Unida de EEUU, Un canto de Libertad, guía para el estudio del movimiento misionero a través de sus canciones. Un CD con otras veinticinco canciones suyas, compuestas en los últimos quince años, grabadas por destacadas figuras de la música popular argentina, está próximo a su lanzamiento en Buenos Aires con el título de “El cielo a la altura de una mesa”. En el acto de presentación de la distinción a Pablo Sosa, su amigo y colega Andrew Donaldson, ex consultor litúrgico del Consejo Mundial de Iglesias, destacó que “como director de Música para Todos, Sosa trabajó para derribar las barreras entre la música popular y la música clásica y facilitar el acceso a los diferentes géneros de música, superando divisiones culturales y denominacionales.” “Sosa -afirmó Donalson- es un intelectual incansable, que está siempre incorporando nuevas ideas, utilizando nuevos enfoques”. Señaló que su liderazgo en la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Vancouver, en 1983, significó un cambio en su vida motivado por la pasión y compasión de Sosa “en su introspección de la cultura, las alegrías, los dolores y las luchas de la comunidad que originaba las canciones.” La Hymn Society de EEUU y Canadá, fundada en 1922, es un organismo ecuménico de gente apasionada por los himnos y el canto congregacional. Reconocemos la importancia del canto del pueblo en el acto de culto y queremos asegurar su futura vitalidad. La comunidad de la Hymn Society, abierta a todos y todas, se compone de académicos, músicos de iglesia, poetas, compositores, directores corales, coreutas, clérigos, liturgos, directores del canto, editores musicales, docentes de música y gente a la que le gusta cantar. Creemos que el sagrado acto de cantar juntos moldea la fe, alivia el quebranto, transforma vidas y renueva la paz. Nuestra misión, por lo tanto, es estimular, promover y animar el canto congregacional. ¡La Congregación Unida El Buen Pastor felicita al Profesor Pablo Sosa con el título otorgado de “Fellow”!


ACTIVIDADES REGULARES DE OCTUBRE

Templo abierto: Miércoles de 18.00 a 20.00 hs. Jueves 10.00 a 12.00 hs. 2dos. y 4tos. Sábados del mes – 17.00 hs.

Estudio Bíblico: Un espacio para compartir, reflexionar y orar. Si querés unirte a un grupo que desea descubrir como la Palabra de Dios habla a nuestra realidad cotidiana, estás invitado. Todos los sábados de 15.00 a 17.00 hs.

Juegoteca: Juegos y talleres para niños de 6 a 10 años. Domingos 10.30 hs.

Culto de adoración – Santa Cena

Edición y recopilación: M. Cristina P. de Maceratesi: mcristinaparodi@yahoo.com.ar Bladimir Coro, Romina Roger, Ines Sarli, Amalia Sanahuja y Ester Becker www.iglesiaencolegiales.com.ar-iglesiaencolegiales@gmail.com


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