Boletin de la Iglesia de Mar del Plata -enero 2020-

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Surco Publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista en Mar del Plata y Balcarce. Año XXV - Nº 301/

Enero / 20

Jesús

Gracia que transforma esperanza que libera

16 de enero 76 Aniversario

Iglesia Evangélica Metodista de Mar del Plata


Aprender a contar bien nuestros días Este es el ruego del Salmo 90. Podemos deducir que tenemos alguna dificultad para aprender a “contar bien”, no se trata de un asunto de pericia matemática, ni tampoco es algo que se resuelva con un almanaque o una calculadora. “Aprender a contar bien nuestros días” es lo que nos permite alcanzar sabiduría en el corazón, eso dice el salmista. La llegada de fin de año y la aproximación de uno nuevo nos plantea algunas cuestiones acerca del tiempo. Mientras tanto, la naturaleza por medio de los dos movimientos del planeta, nos permite una percepción del tiempo, es decir el día, la noche y las estaciones en cuatro ciclos. Esto sucede sin que nosotros podamos influir de modo alguno. Pero existen otras maneras de medir el tiempo; por ejemplo, las Leyes de M u r p h y, c o n s u característico y corrosivo humor sostienen: “La duración de un minuto depende del lado de la puerta del baño en que se encuentre” (Ley de Balance sobre la relatividad). Más allá del humor, hay una realidad en esa Ley de Murphy, existe un

aceptado que el fin de un año y el comienzo de otro es un tiempo “celebrable”, es decir, hay algo de fiesta allí. Se observa la transición como un ritual de pasaje entre lo que ha sido y lo que será. En el año 1750 Carlos Wesley escribió un himno para el año nuevo, titulado: “Vengamos hoy de nuevo”. Transcribimos, a continuación, la primera estrofa: “Vengamos hoy de nuevo A continuar el viaje Del giro de los años Que nunca se detiene, hasta que el Cristo venga (…)” Estas líneas merecen que nos detengamos un instante a pensar lo que Carlos Wesley sintetiza; las dos percepciones del t i e m p o q u e describimos más arriba, la objetiva y la subjetiva. La primera, que lleva la marca de la naturaleza, es descripta como “el giro de los años”. Pero a la vez, la poesía superpone la p e r c e p c i ó n subjetiva del tiempo: “vengamos hoy de nuevo”, pero “a continuar el

modo subjetivo de experimentar el tiempo. El tiempo de espera solemos percibirlo como muy lento y, por el contrario, los momentos de felicidad parecen ser breves, como si el tiempo transcurriese más rápido de lo habitual. Sabemos que los relojes y los calendarios van al ritmo que la naturaleza ha establecido, pero nuestras percepciones del tiempo no siempre coinciden con la rotación y la traslación de la Tierra. En esa particular percepción que denominamos: duración subjetiva del tiempo, lo que se juega no es la cantidad sino la calidad de lo que acontece, el modo en que somos atravesados por los sucesos. Las emociones, los miedos, las sorpresas y las alegrías modifican, incluso a su antojo, la experiencia del tiempo. Convencionalmente nuestra cultura ha

viaje”. No se trata de un ciclo cerrado, mecánico y repetitivo, estamos en un viaje y al terminar un año hemos de continuar el periplo. Al finalizar la estrofa, el musicalizador y poeta de la teología metodista, nos recuerda la linealidad del tiempo, no hay circularidad donde vivimos una y otra vez lo mismo. El tiempo “que nunca se detiene” al decir de Carlos Wesley, tiene una conclusión en la venida de Cristo. El principio y el fin, el alfa y la omega. Es un buen momento para retomar el ruego del salmista: “Enséñanos a contar bien nuestros días para que nuestra mente alcance sabiduría” (Sal. 90:12 DHH), la traducción de Reina-Valera habla de “corazón” en lugar de “mente”, expresión que parece más ajustada a una comprensión total de la vida; no es sólo un ejercicio intelectual, pues la sabiduría impregna 2


todo nuestro ser. Aprender a contar bien nuestros días, podría ser un ejercicio entre las dos percepciones del tiempo, la objetiva y la subjetiva. El tiempo transcurre, el desafío parece ser, qué hacemos con ese tiempo que se mueve sin cesar. Carlos Wesley da a entender que el arte de vivir (aprender a contar bien nuestros días), se mueve entre la extensión del tiempo medible y la intensidad del tiempo subjetivo. En las próximas entregas compartiremos otras estrofas de este inspirado y bello himno metodista.

Agradecemos a la enorme comunidad de seguidores por este año compartido. Más de mil trescientas personas distribuidas en 36 países de cuatro continentes conforman la comunidad del Centro Metodista de Estudios Wesleyanos en Facebook. Que sigamos aprendiendo juntos a contar bien nuestros días. Claudio Pose Centro Metodista de Estudios Wesleyanos

1. Reduce la diferencia entre la gente rica y la.pobre. 2. Ayuda a todos a tener un trabajo 3. Ayuda al más pobre, incluyendo un salario digno. 4. Ofrece la mejor educación posible. 5. Ayuda a cada uno a sentir que es capaz de hacer la diferencia. 6. Promueve la tolerancia 7. Promueve tratamiento igualitario a las mujeres. 8. Crea una sociedad basada en valores y no en ganancias y beneficios. 9. Elimina toda forma de esclavitud. 10. Evita entrar en guerras. 11. Comparte el amor a Dios. 12. Cuida el entorno (o medio ambiente?) 3


2da a los Corintios 5:17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Un texto de inspiración: Profecía de Isaías 21:11 “Guarda... ¿Qué es de la noche... Compartamos nuestra esperanza de esta nueva oportunidad. Que una fecha que no significa nada distinto para la historia del mundo, sí lo sea para nuestra historia personal como miembros de una sociedad que como dijo el sabio, venimos del punto alfa y marchamos hacia el punto omega, de una creciente humanización, en medio de señales contradictorias pero con la compañía de aquel cuyas huellas van tras las de nuestros prójimos. En él y por fe, digamos “las cosas viejas pasaron, en Cristo todas están siendo hechas nuevas”. Tomado del muro de Domingo Ferrari Aporte de Darío Ferrari

El grupo de Estudio Bíblico Los Navegantes han empezado sus vacaciones, y quieren agradecer especialmente al pastor Barrault, quien dirigió fielmente, la mayoría de los estudios, también estuvieron a cargo algunas veces, Teresita y Gisella. Se volverán a reunir después de las vacaciones. El Señor bendiga a cada uno de los integrantes de este grupo. También queremos agradecer la noble tarea de las hermanas Teresita, Sonia, Susana Papa, Teresa, Susana del Campo, Susana Passalacqua (perdón si se me olvida alguna...), que fueron cada lunes a la mañana a abrir la iglesia para ofrecer algo calentito para tomar y galletitas a las personas que pasaban y que lo necesitaban. La tarea no termina ahí, sino que ellas conversaban con estas personas, sobre sus necesidades, anotaron sus pedidos de oración en un cuaderno, que fuimos compartiendo cada domingo, les contaron sobre nuestra iglesia y les repartieron Aposentos Altos. Quiera el buen Dios agregar su bendición!!!!

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Solidaridad con el pueblo movilizado de Mendoza – Declaración pública En Declaraciones Públicas, Episcopado

Buenos Aires, 27 de diciembre del 2019

Al pueblo Metodista de Mendoza Al pueblo mendocino Presente “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia.” Efesios 6:14 Ante la actual coyuntura vivida por la Ley 7722 y las modificaciones planteadas que abren las puertas a una minería contaminante del medio ambiente en Mendoza, frente a la manifestación clamorosa de un pueblo, multitud peregrina y esperanzada, que se moviliza a lo largo y ancho de esa provincia y en un contexto de un apuro inusitado con el que se ha obrado olvidando dar un debate profundo, serio, junto a todos los actores sociales involucrados. Teniendo en cuenta el marco de la situación de crisis ambiental mundial que debe ser tenida en cuenta para generar políticas locales y regionales, crisis de la que Mendoza no está exenta sino que se hace visible en la sequía más extendida de los últimos 110 años y en la emergencia hídrica padecida desde el año 2010. Desde la “Iglesia Evangélica Metodista Argentina nos comprometemos desde nuestras acciones a colaborar hacia un nuevo pacto social, ético y ciudadano donde la solidaridad, el encuentro y la justicia deben ser los ejes de un nuevo tiempo. Donde el cuidado de toda la creación, el valor de la paz, el sentido de igualdad y la libertad de los pueblos como la dignidad de todo ser humano sean los principios y acciones hacia una vida con esperanza, que nos anima, porque otro país es posible en nuestra querida tierra” (Declaración pública XXVI Asamblea General IEMA) Aprovecho para expresar mi más profunda solidaridad y oración con el pueblo movilizado, sin distinción de credos y cuya bandera es garantizar la casa común, que permita la vida plena, digna y buena. Y que posibilite formas más seguras, integrales y socialmente justas para el desarrollo sustentable de la vida toda. “Creemos que la integridad de la creación es producto de la justicia y la paz y significa que en la creación todo está completo y sus componentes funcionan equilibradamente. Creemos que como tus hijos e hijas tenemos el deber de velar por el adecuado uso de la creación, como mayordomos y tus representantes ante lo creado, y representantes de lo creado ante ti. Ayúdanos a mantener este compromiso Por Jesucristo. Amén” Pastor Américo Jara Reyes Obispo

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CREDO PARA OTRO ADVIENTO

Yo creo en el Jesús que nació en un momento inoportuno y en un lugar inesperado. Que tuvo la cuna que no debía, y los regalos incorrectos para un niño. Yo creo en el Jesús que dudó en convertir el agua en vino y desconoció a su madre, hermanas y hermanos cuando temiendo por él fueron a buscarle a la casa donde conspiraba, aquella tarde convulsa de Nazaret. Yo creo en el Jesús que perdió la paciencia y los gritos con los mercaderes del templo; en el Jesús que marchó a Jerusalén dejando a su amigo Lázaro en un peligro que le llevó a la muerte. En el Jesús que también -solo por esa vez , solo por eso interrumpió su camino y marcado destino y dio vuelta hasta enfrentarse con las palabras de reproche de Marta y las lágrimas de María. Yo creo en el Jesús que también lloró. En el Jesús que a pesar del miedo, el absurdo, la frustración, el peligro y la tristeza pronuncia en alta voz y frente a quienes ama la palabra que devuelve a la Vida. Yo creo en el Jesús, que trató mal a la mujer sirofenicia y supo, sin embargo, aprender de ella. En el que arremetió la curación de un ciego sin pedirle permiso, trastocando su vida sin avisarle. En el Jesús que no se quedó a esperar que le dijeran “¡Gracias!” Yo creo en el Jesús que pidió, si es posible, pasara de si el trago tan amargo del culmen de sus luchas, en esa hora de terrible tiniebla … de aparente derrota de su movimiento. Yo creo en el Jesús que confió las monedas erróneamente a Judas, y creyó ciegamente en el Amor de quien luego le negaría tres veces. El Jesús en que creo, es vulnerable… El Jesús en que creo se equivoca, y nosotros también. Por eso es que le creo y creo que es posible caminar tras sus pasos, junto a él, como discípulas y discípulos nunca torpes, nunca tardíos, creyendo en lo posible de ese desafío de Amor Inmenso que es la construcción de nuestro Reino. Autora: Daylíns Rufin Pardo, teóloga cubana. 6


La bondad es el punto más elevado de la inteligencia La bondad es el pináculo de la inteligencia. Es su punto más cenital, el instante en el que la inteligencia se queda sorprendida de lo que es capaz de hacer por sí misma. Leo en una entrevista a Richard Davidson, especialista en neurociencia afectiva, que «la base de un cerebro sano es la bondad». Suelo definir la bondad como todo curso de acción que colabora a que la felicidad pueda comparecer en la vida del otro. A veces se hace acompañar de la generosidad, que surge cuando una persona prefiere disminuir el nivel de satisfacción de sus intereses a cambio de que el otro amplíe el de los suyos, y que en personas sentimentalmente bien construidas suele ser devuelta con la gratitud. En la arquitectura afectiva coloco la bondad como contrapunto de la crueldad (la utilización del daño para obtener un beneficio), la maldad (ejecución de un daño aunque no adjunte réditos), la perversidad (cuando hay regodeo al infligir daño a alguien), la malicia (desear el perjuicio en el otro aunque no se participe directamente en él). La bondad es justo lo contrario a estos sentimientos que requieren del sufrimiento para poder ser. La bondad liga con la afabilidad, la ternura, el cuidado, la atención, la conectividad, la empatía, la compasión, la fraternidad, todos ellos sentimientos y conductas predispuestos a incorporar al otro tanto en las deliberaciones como en las acciones personales. Se trataría de todo el aparataje sentimental en el que se está atento a los requerimientos del otro. Según la nomenclatura que utilizo en el ensayo Los sentimientos también tienen razón (ver), serían los dispositivos afectivos de apertura al otro. La amabilidad es aquella acción en la que tratamos al otro con la bondad y consideración que se merece toda persona por el hecho de serlo. Intentar colmar nuestros propósitos pero teniendo en cuenta también los del otro es una conducta muy sabia para que los demás la repliquen cuando seamos nosotros los destinatarios del curso de acción. Ser bondadoso con los demás es serlo con uno mismo, con nuestra común condición de seres humanos empeñados en llegar a ser el ser que nos gustaría ser. Ayudar a que la felicidad desembarque en la vida de los demás es ayudar a que también desembarque en la nuestra. De ahí que no haya mayor beneficio social para todos que la magnitud cooperativa, que se nutre de la bondad y la ética, si es que esta tríada mágica no es la misma cosa astillada en distintas palabras.

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Para incorporar la bondad en el trajín diario hay que brincar la estrecha y claustrofóbica geografía del yo absolutamente absorto en un individualismo competitivo y narcisista. Richard Davidson defiende que la bondad se cultiva. En su instituto entrenan a chicos y chicas. En los ejercicios acercan a su mente a una persona que aman, reviven una época en la que esta persona fue aguijoneada por el sufrimiento y sopesan qué hacer para liberarla de ese dolor. Luego amplían el foco a personas que no les importan y finalmente a personas que les irritan. En este breve recorrido se puede sintetizar en qué consiste humanizarnos. En una entrevista le preguntaron a Michael Tomasello, uno de los grandes estudiosos de la cooperación, por qué podemos ser muy amables con la gente de nuestro entorno y luego ser despiadados en otros contextos, como por ejemplo en el laboral. Su respuesta fue muy elocuente. Tomasello argumentó que nuestros valores varían en función de en qué círculo nos movamos. No nos comportamos igual con el conocido que con el desconocido. Homologar ambos comportamientos es una de las grandes aspiraciones de la ética, qué podemos hacer para pasar del círculo íntimo al círculo público con la misma actitud empática, cómo realizar esa transacción desde el ámbito afectuoso al ámbito donde el afecto pierde irradiación. Yo he intentado explicarlo en mi nuevo ensayo. Se trataría del paso del afecto a la virtud (Davidson afirma que en los circuitos neuronales la virtud activa la zona motora del cerebro), del sentimiento a la racionalidad del sentimiento. En Los siete pecados capitales, Savater aclaraba algo que nos atañe a todos como personas enclaustradas con otras personas en el mundo y por tanto cautivas de gigantescos bucles de interdependencia que no podemos obviar: «Las virtudes no se aprenden en abstracto. Hay que buscar a las personas que las posean para poder aprenderlas». He aquí la importancia de la ejemplaridad en el paisaje social. Yo suelo decir que para la sensibilidad ética un ejemplo vale más que mil palabras, siempre que sepamos qué palabras queramos ejemplificar. En el plano ético la teoría es poco persuasora. Sabemos qué es la bondad, pero para aprenderla necesitamos contemplarla en personas consideradas valiosas por la comunidad y reproducirla en nuestra vida. Pocas tareas requieren tanta participación de la inteligencia, pero pocas satisfacen tanto cuando se automatizan a través del hábito. Cuando alguien lo logra estamos ante un sabio. Artículo de José Miguel Valle. Filósofo y escritor, José Miguel Valle se dedica al estudio y análisis de la interacción humana. Su último ensayo es “El triunfo de la inteligencia sobre la fuerza. Una ética del diálogo” (CulBuks, 2018)

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El pesebre del Taller Monumento para Gisella!!

El equipo del Taller

¡¡Hay equipo!!

Nuestro actor más joven

¡¡Gracias Darío!! 9


Leccionario #

Enero

Domingo 5: Jeremías 31:7-14 Salmo 147:12-20 Efesios 1:3-14 Juan 1:1-9, 10-18 Domingo 12: Bautismo del Señor Isaías 42:1-9 Salmo 29 Hechos 10:34-43 Mateo 3:13-17

Nuestros cumples #

Domingo 19: Isaías 49:1-7 Salmo 40:1-11 1ª Corintios 1:1-9 Juan 1:29:42 Domingo 26: Isaías 9:1-4 Salmo 27:1, 4-9 1ª Corintios 1:10-18 Mateo 4:12-23

Quiénes

surco

Enero

Es una publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina en Mar del Plata y Balcarce

2 – Silvia Tiani 2 – Laura Cortese 3 - Nelly Gómez 3 – Graciela Chiarinotti de Petrucelli (Balc.) 7 – Jürg Gerd Stauffer 7 – Mercedes de Morrel (Balcarce) 8 – Nazarena Rubicek 11 - Susana Papa 12 – Mirian Morrel de Mucci (Balcarce) 13 – César Farace (Balcarce) 14 - Gilda Genovali 17 – Patricia Farace (Balcarce) 17 - Gladys Sánchez de Cortese (Pirucha) 19 – Diana Tiani 19 – Viviana Althaus 20 – Lara García Costanzo 22 - Dora Agüero 23 – Raúl Passalacqua

Directora: Viviana Baccaro Redacción y colaboración: Blanca Montenegro Gisella Dinarte Darío Ferrari Enero 20 Año XXV - Nº 301

Dónde y Cuándo HORARIOS DE CULTOS En Mar del Plata: - Domingos 11:00 hs. Belgrano 3333 - Tel.: 2236860792 2234562382 Cultos en Balcarce: - Domingos 10:30 hs. Calle 15 N 677 - Tel.: 43-2668 Para comunicarse con la dirección de este periódico: viviummdp@gmail.com.ar En Facebook: Darío Ferrari 10


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