JESÚS RENUEVA EN COMUNIÓN Y COMPROMISO Este pequeño y breve credo, el título de lo que hoy quiero compartir con vos, es la afirmación de nuestra Iglesia a nivel nacional para este año coincidiendo con los 175 años del Metodismo en Argentina. Jesús renueva: es la base sobre la que se sustenta nuestra FE …. en Jesús, y en este tiempo de Cuaresma, no solamente se renueva nuestra vida al ser vencida la muerte ; sino también afirmamos que en Jesús se re-nueva toda la creación de Dios. Observando los acontecimientos tan trágicos de Japón, y lo que sucede en las diferentes guerras, es un acto de Fe afirmar esto: aún en medio del dolor y el sufrimiento, la guerra y la muerte, creemos que Jesús nos hace personas nuevas, y por lo tanto, también hacedores de nuevas realidades, esperanzas y consuelos. Por que Jesús nos renueva en comunión: en común unión, la “globalización” del sentimiento de pertenencia y fraternidad, aún con las circunstancias alejadas de nuestras vidas. Común unión: para comprometernos y trabajar todos juntos….. Y esto es lo que compartimos; la esperanza que Dios tiene en nosotros/as y el poder que somos capaces de obtener cuando colaboramos juntos; comunión que se alcanza con el compromiso. Quizás nuestra vida está llena de compromisos: laborales – familiares – sociales – eclesiales – deportivos – etc., etc., etc..Quizás nos llenamos de compromisos externos por que evitamos pensar y comprometernos con nosotros/as mismos/as; comprometernos a hacer feliz, comprometernos para lograr que los otros lo sean, comprometernos a cuidar nuestra vida espiritual, comprometernos a tener una sonrisa y la mano extendida, comprometernos a tener buenas y lindas ideas, sentimientos, y transmitirlo a todo aquello que nos rodea….no esperando que el otro/a de el primer paso. Jesús nos renueva en comunión y compromiso ; que este tiempo de Cuaresma sea un buen momento para dejarnos alcanzar por esta seguridad; y compartiendo renovemos nuestro compromiso con la vida que nos ofrece Dios.
Pastora Mariel Pons
122 AÑOS – EL MISMO DESAFÍO Corría el año 1886 cuando un vocacionado y afirmado William C. Morris, arribó al barrio de La Boca, para encontrar tareas laborales que le permitieran subsistir. Alejado de su Inglaterra natal transitó por Paraguay, permaneció un tiempo en la provincia de Santa Fe y luego recaló en este lugar, donde además de trabajar desarrolló la más fuerte de sus vocaciones, “evangelizar, educar y servir a la niñez desamparada” .
1