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Contaminación acústica

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Turdus merula

Turdus merula

Se barajan sobre todo dos explicaciones para este fenómeno. Una reducción en la secreción de melatonina por la noche es algo que se ha comprobado en mirlos expuestos a la luz artificial. Esto puede modificar la percepción de la duración del día en las aves, que lo detectan como más largo que aquellas expuestas a condiciones naturales (Dominoni, Goymann et al, 2013).

Otra posible respuesta coloca a la luz como causante indirecto de este hecho. La luz artificial parece tener influencia en los hábitos alimenticios de pájaros como el mirlo común, que pasan más tiempo buscando comida al atardecer. Esta mayor reserva energética puede hacer que empiecen a cantar más temprano e incluso durante más tiempo (Russ, Rüger, & Klenke, 2015) (Cuthill & Macdonald, 1990).

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En segundo lugar, la contaminación lumínica adelanta la fisiología reproductiva aviar. Se ha encontrado que las aves expuestas a la luz nocturna ponen los huevos de media 1,5 días antes, empiezan a cantar y tienen picos de testosterona más temprano e incluso mudan su plumaje antes de tiempo (Kempenaers, Borgström et al, 2010) (Da Silva, Valcu, & Kempenaers, 2015).

Figura 3. Probabilidad de canto al amanecer (izquierda) y anochecer (derecha) de tres especies diferentes de aves en lugares con iluminación artificial (puntos y líneas grises) y sin iluminación artificial (puntos y líneas negros) (Gráfico de Da Silva, Valcu, & Kempenaers, 2015).

Contaminación acústica

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico define la contaminación acústica como “la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones (…) que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas (…) o que causen efectos significativos sobre el medio ambiente.” Este tipo de contaminación presenta un serio riesgo para nuestra salud ya que la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) calcula que provoca 12.000 muertes prematuras y contribuye a 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica cada año en toda Europa.

El ruido también dificulta la comunicación de numerosas especies de animales, además de producirles estrés. Por ejemplo, el sonido constante de barcos de carga y sónares impide la ecolocación2 de ballenas y delfines. Esta es una de las principales causas de los varamientos y traumas acústicos de estos animales.

Como anteriormente se ha descrito, las interacciones sociales de las aves se llevan a cabo mediante sonidos como son los cantos y reclamos. En zonas urbanizadas las aves se han tenido que adaptar al ruido antropogénico para facilitar la transmisión de sus cantos. Esto se traduce en modificaciones de duración, frecuencia de sonido, amplitud, estructura o en la elección del momento del día.

Al igual que los mamíferos, las aves manifiestan el Efecto Lombard, una tendencia involuntaria a aumentar el esfuerzo vocal, es decir, aumentar la amplitud, ante ruidos de fondo que dificultan la audibilidad de las vocalizaciones (Nemeth et al, 2013). Por tal razón, en lugares con contaminación acústica muchas especies de aves tienden a cantar a una mayor amplitud que sus congéneres en ambientes sin ruidos artificiales.

El uso de frecuencias más altas en los cantos también está ampliamente documentado, pero se cree que es una consecuencia del aumento de la amplitud. Como describen Nemeth y Brumm (2010), las frecuencias altas no esquivan mejor los ruidos del tráfico y probablemente sean un “efecto secundario fisiológico de cantar a altas amplitudes o un epifenómeno de la urbanización que no está relacionado con la transmisión de la señal”.

Por otro lado, en estudios como el de J. Sierro (2017) se muestra cómo los mirlos adelantan su coro del amanecer una media de 12.8 min para evitar la competición acústica: en este caso los ruidos de un

aeropuerto. Estos efectos coinciden con los comprobados en otros estudios sobre la contaminación acústica e incluso de

contaminación lumínica. Dado que estos dos fenómenos suelen aparecen de manera conjunta, queda por esclarecer el impacto concreto de cada uno.

Figura 4. Probabilidad de escuchar un mirlo al amanecer (Gráfico de Sierro, 2017).

2 Ecolocación: capacidad de algunos animales de guiarse por su entorno mediante la emisión de sonidos y la interpretación del echo que estos producen al colisionar con diferentes objetos.

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