PARTICIPEMOS TODOS/AS EN EL TALLER BÍBLICO-DOCTRINAL HOY A LAS 17.30 HORAS CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
MARTES 25 DE SEPTIEMBRE, 19 HRS. Modera: A.I. Vicente Orozco G.
Llamamiento SALMO 123 Oración de ofrecimiento Himno: “Es Jesús mi todo en todo” (353) Círculo de oración y testimonios Lectura bíblica DANIEL 4.19-33 Tema: DANIEL EXPLICA EL SUEÑO Himno: “Oh, Cristo mío” (320) Ofertorio Bendición pastoral
DANIEL INTERPRETA EL SUEÑO José Héctor Lüdy
D
aniel es turbado por el significado del sueño. En otras ocasiones Daniel experimenta esta turbación, sobre todo cuando se trata de sueños o visiones que afectan desgraciada o violentamente a aquellos con quienes comparte su vida y su destino (véase Dn 7.15; 8.7-18; 10.8, 11, 1518). La interpretación del sueño tiene dos partes: El árbol... eres tú, rey, que te has hecho grande y poderoso. El vigilante... es la decisión del Altísimo sobre el rey, mi Señor. Se da un paralelismo entre el rey y el árbol: el rey "florecía" en su palacio (Dn 4.1), el árbol se hizo grande y fuerte (Dn 4.8) su grandeza alcanzó al cielo (Dn 4.8 y 19). En la interpretación Daniel destaca la prosperidad del rey, que se contrapone a la humillación descrita en el cumplimiento del sueño; por otra parte, en la interpretación del sueño omite varios temas: el
encadenamiento del tronco, la transformación del hombre en bestia y el poder que Dios tiene para encumbrar al más humilde de los hombres (Dn 4.14). En cambio, Daniel acentúa el abatimiento del árbol y sólo al final mencionará la decisión divina de que permanezcan sus raíces. El tema central del relato vuelve a exponerse en Dn 4.22-23: se trata del dominio de Dios sobre los hombres, incluyendo a los poderosos del mundo: Hasta que reconozcas que el Altísimo tiene poder sobre el reino de los hombres... y que es Dios quien tiene el poder (véase 2 Mac 9.11-12). La intervención del vigilante no se dirige a hacer caer al soberano, aunque de hecho esto ocurre, sino a que sea reconocida la soberanía divina sobre los hombres. En las palabras del vigilante este reconocimiento del poder divino deben hacerlo todos los vivientes; en la interpretación dada por Daniel es el rey quien debe reconocer la soberanía divina. Al final de la interpretación, Daniel retoma el tema del tocón del árbol que permanece enraizado: es el anuncio de la restauración de Nabucodonosor en su reinado. La admonición de Daniel dirigida al rey sigue los consejos de la piedad judía (véase Prov 10.2). Ante la determinación divina respecto del rey, Daniel le aconseja que expíe sus pecados, que ofrezca limosnas y tenga piedad de los desdichados; quizás así pueda aplazarse el castigo. (Esta es la primera mención de los pobres en el libro de Daniel). No habla de la posibilidad de un cambio de esta determinación, el decreto divino es irrevocable. El texto no dice si el rey siguió o no este consejo. _______________________________________ PRÓXIMAS ACTIVIDADES
30 – CULTO DE CONSOLIDACIÓN Y AVANCE
CULTO DE AVANCE Y CONSOLIDACIÓN
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HERMANOS EN CRISTO, USTEDES CONOCEN LA LEY DE Moisés, y saben que debemos obedecerla sólo mientras vivamos. 2 Por ejemplo, la ley dice que la mujer casada será esposa de su marido sólo mientras él viva. Pero si su esposo muere, ella quedará libre de la ley que la unía a su esposo. 3 Si ella se va a vivir con otro hombre mientras su esposo vive todavía, se podrá culparla de ser infiel a su esposo. Pero si su esposo muere, ella quedará libre de esa ley, y podrá volver a casarse sin que se le acuse de haber sido infiel. 4 Algo parecido sucede con ustedes, mis hermanos. Por medio de la muerte de Cristo, ustedes ya no están bajo el control de la ley. Ahora ustedes son de Cristo, a quien Dios resucitó. De modo que podemos servir a Dios haciendo el bien. 5 Cuando vivíamos sin poder dominar nuestros malos deseos, la ley sólo servía para que deseáramos hacer más lo malo. Y así, todo lo que hacíamos nos separaba más de Dios. 6 Pero ahora la ley ya no puede controlarnos. Es como si estuviéramos muertos. SOMOS LIBRES, Y PODEMOS SERVIR A DIOS DE MANERA DISTINTA. YA NO LO HACEMOS COMO ANTES, CUANDO OBEDECÍAMOS LA ANTIGUA LEY, SINO QUE AHORA OBEDECEMOS AL ESPÍRITU SANTO. 7 ¿Quiere decir esto que la ley es pecado? ¡Claro que no! Pero si no hubiera sido por la ley, yo no habría entendido lo que es el pecado. Por ejemplo, si la ley no dijera: “No se dejen dominar por el deseo de tener lo que otros tienen”, yo no sabría que eso es malo. 8 Cuando no hay ley, el pecado no tiene ningún poder. Pero el pecado usó ese mandamiento de la ley, y me hizo desear toda clase de mal.