LA IGLESIA NO CAE, CAEN LAS PAREDES
El viernes 15 de abril de 2016, la ciudad de Dolores, Uruguay, fue afectada por un violento fenómeno meteorológico que dejó cuatro muertos y se estima que más de 200 heridos. Como consecuencia del paso del tornado, el templo de la iglesia valdense quedó completamente destruido. Esa tarde la moderadora de la Mesa Valdense, Carola Tron, se encontraba en una reunión en el salón de la iglesia, junto a varias otras mujeres. Al escuchar fuertes ruidos y ante el desconcierto de no saber qué sucedía afuera, instintivamente deciden refugiarse en el baño y es así que salvan sus vidas milagrosamente. Fue una catásfrofe de dimensiones históricas para la ciudad de Dolores. Varias zonas quedaron sin luz y sin comunicación telefónica a raíz de la tormenta. A pesar de haber vivido este hecho traumático, el domingo la comunidad se reunió a celebrar el culto para dar gracias a Dios por la vida y pedir por la de todos los que sufrieron el paso del tornado. Las personas de la comunidad valdense de Dolores sostienen que son personas hermanadas en la fe de Cristo y que lugar de reunión no faltará para fortalecer su espíritu. Como tampoco faltarán dones y voluntades para reconstruir el templo que les dejaron sus antepasados. Aunque muchos tienen grandes historias de encuentros en ese templo, aseguran que podrán seguir escribiendo historias en un templo nuevo en un tiempo nuevo, porque nunca se apagará en ellos la Luz del Reino de Dios.
AIPRAL ACOMPAÑA LA SITUACIÓN DE LA IEV DE DOLORES TRAS EL PASO DEL TORNADO A las iglesias miembros de AIPRAL, estimados hermanos y hermanas: “Testigos de un tiempo de dolor, hoy nos acercamos con fe pidiéndote: escúchanos Señor, confiamos en tu amor, no tardes en responder, danos tu paz. Amén” La letra de esta canción escrita por el Pr. Nestor Miguez nos acerca apenas un poco a la situación difícil que está atravesando la Iglesia Valdense de Dolores, Uruguay, cuando, por obra de la naturaleza, la tardecita noche del viernes pasado un tornado atravesó la cuidad arrasándola. Allí vive la familia de nuestro querido secretario ejecutivo Darío Barolín, y su esposa Carola Tron, quien pastorea la iglesia mencionada. A Dios agradecemos que preservó sus vidas y a quienes estaban reunidos en ese mismo momento en el salón del templo. Pero el templo y su salón quedaron absolutamente destruidos así como muchas casas, caminos, escuelas, y muchos otros bienes de la ciudad. Lamentamos y nos solidarizamos con Darío y su familia y rogamos a Dios que les de fuerzas e instrumente los medios para la reconstrucción y ánimo y fortaleza para sostener pastoralmente a su congregación. Asimismo les rogamos como pueblo de Dios y como hermanos de AIPRAL que se mantengan en oración por la devastación que sufrió esta iglesia hermana y toda la ciudad y su gente. Si sienten la necesidad y voluntad de colaborar de manera concreta, AIPRAL recibirá donaciones y las canalizará a través de su cuenta bancaria. Con afecto y amor, Gabriela Mulder, presidenta Buenos Aires, 17 de abril de 2016 www.iglesiavaldense.com/
PADRE NUESTRO, MADRE NUESTRA Rubem Alves, Transparencias de eternidad Padre… Madre… de ojos mansos, sé que estás invisible en todas las cosas. Que tu nombre me sea dulce, la alegría de mi mundo. Tráenos las cosas buenas en las que te deleitas: el jardín, las fuentes, los niños y niñas, el pan y el vino, los gestos tiernos, las manos desarmadas, los cuerpos abrazados… Sé que deseas darme mi deseo más profundo, deseo cuyo nombre olvidé… pero que tú no olvidas nunca. Realiza, pues, tu deseo para que yo pueda reír. Que tu deseo se realice en nuestro mundo, de la misma forma como el mundo late en ti. Concédenos contentamiento en las alegrías de hoy: el pan, el agua, el sueño… Que estemos libres de la ansiedad. Que nuestros ojos sean tan mansos para las otras personas como los tuyos lo son con nosotros y nosotras. Porque, si somos feroces, no podremos acoger tu bondad. Y ayúdanos para que no seamos engañados por los deseos malos. Y líbranos de aquel que carga la muerte dentro de sus propios ojos. Amén.