se ante mí, pero ¿quién les pidió que pisotearan mis atrios?” (DHH). ¿Por qué vienen a presentarse ante mí? ¿Quién les mandó traer animales para que pisotearan mis atrios?” (NVI). Este ejemplo de Isaías nos muestra una más de las razones para contar con nuevas versiones de la Biblia: en algunos casos se hace necesario explicitar información latente o implícita en el texto original. Quien lea RVR 1960 o DHH entenderá que el reproche del Señor en cuanto a ‘‘hollar’’ o ‘‘pisotear’’ sus atrios va dirigido a personas, pero NVI deja en claro que, aunque el reproche va dirigido a personas, quienes huellan o pisotean los atrios del Señor son los animales que esas personas llevan allí. La Biblia es también poesía. Aproximadamente una tercera parte del Antiguo Testamento ha sido escrita en forma poética. Si deseamos acercarnos más al sentido poético del texto bíblico, resulta indispensable contar con una o varias versiones que intenten reflejar tal carácter. He aquí una pequeña muestra del Cantar de los Cantares (6.10), donde dos versiones han trascendido a la letra para intentar penetrar en el espíritu poético de esa letra: “¿Quién es esta que se muestra como el alba,/ hermosa como la luna,/ esclarecida como el sol,/ imponente como ejércitos en orden? (RVR 1960). “¿Quién es ésta que se asoma/ como el sol en la mañana?/ Es hermosa como la luna,/ radiante como el sol,/ ¡irresistible como un ejército en marcha!” (DHH). “¿Quién es ésta, admirable como la aurora?/ ¡Es bella como la luna,/ radiante como el sol,/ majestuosa como las estrellas del cielo!” (NVI). Podríamos abundar en ejemplos como estos, pero ojalá el lector haya notado ya, en las aparentes diferencias entre las tres versiones citadas, el sentido profundo del texto bíblico. Todas ellas, en su conjunto, nos dan una percepción más amplia del sentido del texto, pero ninguna de ellas, en particular, lo agota. Hoy día, cuando contamos con tantas versiones nuevas del Mensaje eterno, ¿por qué no profundizar nuestra lectura de éste, comparando nuestra versión favorita con esas nuevas versiones? Si lo hacemos así, estaremos poniendo fin a la lectura literal, que tanto daño nos ha hecho, y estaremos penetrando en los tesoros de la sabiduría inefable de Dios.
EXPOSICIÓN DE LUCAS CRANACH, ‘EL VIEJO’, EN MÉXICO
I
naugurada a fines de octubre pasado, la exposición de obras de Lucas Cranach, el Viejo (1472-1553), que lleva por título “Sagrada emoción”, permanecerá hasta fines de febrero de este 2017, año en que se conmemora el medio milenio de la Reforma Protestante, en el Museo Nacional de San Carlos del centro de la capital mexicana. Se trata de la primera vez que se presentan trabajos de este gran exponente del Renacimiento europeo, mediante una muestra de 25 piezas, entre óleos en tabla y grabados, procedentes de museos de Arte de Filadelfia, Nacional de Bellas Artes de Cuba, Franz Mayer, Soumaya, y de las colecciones Pérez Simón e Hilario Galguera. La nota explicativa oficial agrega: “Llamado frecuentemente ‘el pintor de la reforma’, debido a la constancia con que sirvió a príncipes protestantes y a la profunda amistada que tuvo con Lutero, con quien coincidía en que las imágenes artísticas servían para fortalecer la piedad, educar al pueblo y aproximarlo a las Sagradas Escrituras”. La prensa dio puntual seguimiento al suceso mediante algunas notas que destacaron su importancia. En El Universal, la curadora Ana Carpizo señaló: “Cranach, además de ser artista, fue un intelectual del momento, polifacético y súper importante dentro de las reformas luteranas. Hay que englobarlo como un ser político, social y artístico. Por eso es tan importante su cisma; por eso tiene tantos seguidores. Él y Durero crearon una escuela, la escuela del Renacimiento del norte de Europa”. Allí mismo, la directora del museo, Carmen Gaitán, comentó que la exposición tardó dos años en concretarse. La curadora agregó algunos aspectos técnicos relevantes en la obra del artista alemán: “Lucas Cranach rescata la perspectiva. Tiene elementos artísticos cercanos al alto medioevo pero con perspectiva. Es muy importante la fisonomía de cada personaje, no son iguales como pasó en anteriores periodos, sino que cada uno es reconocible. También Cranach retoma el paisaje de la densidad boscosa de Giorgione, otro renacentista italiano”. […] LC-O
KATHARINA VON BORA (1499-1552) (II)
E
l casamiento dio ocasión a calumnias y habladurías. Sus enemigos difundieron la insidia de que previamente había violado el voto de castidad y predijeron que, según una tradición popular, el ex-monje y la ex-monja darían a luz al Anticristo. Erasmo contradijo satíricamente el rumor, diciendo que si eso fuera verdad habría habido miles de anticristos antes de esto. Melanchton (quien había sido invitado a la fiesta del 27 de junio, pero no a la ceremonia del día 13), en una carta en griego a su amigo Camerarius (16 de junio) expresó el temor de que Lutero, aunque podía ser beneficiado por el matrimonio, hubiera cometido un lamentable acto de ligereza y debilidad, perjudicando su influencia en un momento en el que Alemania le necesitaba más. Lutero mismo se sintió al principio extraño e inquieto en su nueva relación, pero pronto se recuperó. […] A veces predicó sobre las pruebas y deberes de la vida matrimonial con rigor y eficacia, desde la experiencia práctica y con gratitud por el sagrado estado que Dios instituyó en el paraíso y que Cristo honró con su primer milagro. Llama al matrimonio don de Dios, vida casta, superior al celibato si no será un verdadero infierno. Lutero y Katie estaban bien adaptados el uno al otro. Vivieron felizmente durante veintiún años y compartieron las cargas y alegrías normales. Su vida doméstica era muy característica, llena de buen ambiente, humor inocente, afecto cordial, simplicidad y completamente alemana. Ninguna mancha hubo en su hogar, en el que él era gentil como un cordero y niño entre los niños. 'Después de la palabra de Dios', dijo desde su experiencia personal, 'no hay tesoro más precioso que el santo matrimonio; el más alto don de Dios en la tierra es una esposa piadosa, alegre, temerosa de Dios y ama de casa, con la que puedas vivir pacíficamente y a quien puedas confiar tus bienes, cuerpo y vida'. Amó a su esposa afectuosamente y la llamó en sus cartas 'mi amado corazón, graciosa ama de casa, mano y pie resuelto en amante servicio'. Ella era una buena hausfrau alemana, cuidando de lo que su marido e hijos necesitaban, contribuyendo a su comodidad personal en la salud y en la enfermedad y ejerciendo la hospitalidad. Tenía una fuerte voluntad y sabía cómo actuar. Lutero hablaba de ella a veces como 'Señor Katie' y de él mismo como 'siervo dispuesto'. 'Katie' le decía 'tienes un marido piadoso que te ama y tú eres una emperatriz'. Una vez en 1535 le prometió sus cincuenta guilders si leía la Biblia entera, por lo que tuvo, según dijo a un amigo, un serio asunto con ella. A Katie y Melanchthon escribió sus últimas cartas (cinco a ella, tres a Melanchthon ) desde Eisleben poco antes de morir, informándola de su viaje, su dieta y condición, quejándose de cincuenta judíos que estaban bajo la protección de la condesa viuda de Mansfeld, enviándole saludos al maestro Philip (Melanchthon) y disipando sus aprensiones sobre su muerte. […]