Letra 563, 8 de abril de 2018

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sión; en medio del seguimiento en que viven los discípulos todo vuelve a quedar en blanco, en vilo, como al principio; nada se espera, nada se impone. Tan radical es lo que ahora va a decirse. Así, una vez más, antes de que sea anunciada la ley del seguimiento, los discípulos deben sentirse completamente libres. __________________________________

MARÍA MAGDALENA QUIERE S E R I N TE N SA , P E RO S E Q U EDA EN UN A FLO JA RE V I S IÓ N D E L M I TO BÍBLICO (I) Mikel Zorrilla

LA RELIGIÓN ES UN TEMA UN TANTO INCÓMODO para muchos espectadores. En algunos casos porque sus creencias los llevan a sentirse ofendidos ante cualquier desviación de la versión “oficial” de la historia y en otros porque la presencia de la fe les resulta tan molesta que les hace imposible conectar con cualquier relato de ese tipo. Por mi parte, no siento especial interés por estas historias, realidad para algunos y simple mito para otros, pero no tengo problema en verlas y valorar sus méritos artísticos. Aún recuerdo lo mucho que disfruté con Noé (Noah) o Resucitado (Risen), que no estaba nada mal. Ahora es el turno de Mary Magdalena, una cinta que aprovecha el reciente cambio de

postura del Vaticano sobre ella para ofrecernos una propuesta que ansía ser intensa pero acaba resultando terriblemente fallida. Necesaria pero poco conseguida Durante siglos se ofreció una imagen distorsionada de María Magdalena como una simple prostituta redimida por Jesucristo cuando la “realidad” -en este caso concreto me cuesta hablar de ello sin entrecomillarlo- es que jugó un papel de mucha mayor importancia en la vida del hijo de Dios y la posterior expansión de su obra. De hecho, María Magdalena muestra a su protagonista como una librepensadora tan adelantada a su tiempo que hasta varios miembros de su familia llegan a creer que un demonio está controlando sus acciones tras la enésima negativa a casarse y llevar la vida que todos esperaban de una mujer por aquel entonces. Un enfoque muy en la línea del feminismo actual, por lo que por ahí tenía ciertas facilidades para conectar con las inquietudes del público. Eso requería una actriz que supiese transmitir el sufrimiento y la determinación de María Magdalena hasta tal punto que sirviese como referente principal para el público. A fin de cuenta, lo que interesa a la cinta dirigida por Garth Davis es su viaje físico y, sobre todo, emocional tras decidir convertirse en una seguidora de Jesucristo. El primer problema es que Rooney Mara tarda muy poco en demostrar que no era la idónea para el papel. El mayor debe de la actuación de Mara es que resulta demasiado monocorde, cambiando muy poco en lo que transmite al espectador tenga que mostrar su lado más frágil o llevando su determinación hasta tal punto que nadie puede lograr que cambie de idea. www.espinof.com

LOS HOMBRES DEL MAESTRO (VII) FELIPE J. Prado González ERA NATURAL DE BETSAIDA EN GALILEA, COMO PEDRO Y ANDRÉS (JN 1.44; 12.21). En las listas de los Apóstoles aparece su nombre en quinto lugar, después de aquéllos y de los hijos del Zebedeo, siendo de notar que los tres sinópticos colocan inmediatamente después de él a Bartolomé (Mt 10.3; Mr 3.18; Lc 6.14), a identificar probablemente con Natanael, amigo de Felipe. Su llamamiento al apostolado hubo de tener lugar no lejos de Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan Bautista bautizando (Jn 1.28), pues es probable que fuera uno de sus discípulos, como sus paisanos Pedro y Andrés. Prevenido seguramente por este último, tuvo la suerte de ser llamado el primero y directamente por Jesús, que, al salir para Galilea y encontrarse con él, le invitó a acompañarle con una sola palabra: «Sígueme» (Jn 1.43). En el camino tuvo oportunidad de adquirir con el trato del Señor el entusiasmo que revelan las palabras con que comunica a su amigo Natanael la buena nueva del hallazgo del «Profeta» anticipado por Moisés (Dt 18.18) y con las que replica expeditivamente a la objeción que aquél le hace: «Ven y verás». Sin embargo, como es lógico, su conocimiento de Jesús como Mesías era todavía imperfecto (cfr. Jn 1.45). Sólo Juan comunica a sus lectores del Asia Menor algunos rasgos de la fisonomía de Felipe. Éste asistió al banquete de las bodas de Caná, al que había sido invitado Jesús «con sus discípulos». Allí tuvo oportunidad de conocer también a la Madre de Jesús (lo 2,1-2) y ver los primeros fulgores de la gloria del Maestro, al que luego acompañó durante su permanencia en Cafarnaúm (Jn 2.11-12). Un año más tarde, cerca de la Pascua, en primavera, F. reaparece en el relato sobre la multiplicación de los panes en el desierto: “Alzando entonces Jesús los ojos y contemplando que una muchedumbre numerosa venía hacia Él, dice a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero lo decía para probarlo, pues bien sabía Él lo que había de hacer. Respondióle Felipe: Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un bocado” (Jn 6,5-7). Este gesto de confianza de Jesús hacia su discípulo tenía por fin hacerle comprender que iba a ser necesario recurrir a un milagro para remediar semejante necesidad. Pero indirectamente pone de manifiesto


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