La CMIRP se extiende en entidades del centro del país: Ciudad de México, en el Estado de México y el Estado de Morelos, y nos integramos en una sola asamblea a la que denominamos Comunión, en la actualidad son once las comunidades de fe que componen la CMIRP, las cuales son reconocidas iglesia sin ninguna jerarquización de por medio, además de que se reconoce su carácter autónomo. En un primer momento hubo comunidades de fe, pastoras y pastores en los estados de Chiapas, Campeche y Quintana Roo, que mientras estuvieron vinculadas a nuestro movimiento se consideraron comuniones locales: La Comunión de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de Chiapas y la Comunión de Campeche y Quintana Roo. Si bien por diferentes causas estas iglesias siguieron su camino fuera de la CMIRP el esquema de comuniones locales se continuará. Del reconocimiento por parte del Estado, desde noviembre de 2018 tenemos pleno reconocimiento como Asociación Religiosa, conforme a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, habiendo seguido los procedimientos que demanda la ley para obtener el registro. ¿Cuál es tu rol como coordinador general? ¿qué otras personas colaboran en la tarea de administración? ¿cuáles son las instancias de decisión de la iglesia?
Como coordinador general me ocupo de integrar a las distintas coordinaciones, motivar su trabajo y acompañarlo a través de las gestiones que se requieran. En el ámbito de las asambleas periódicas mi papel es el de moderador. Otras tareas que me ocupan es el del cuidado y procesamiento de la documentación y la representación de la CMIRP. El equipo de coordinadores está integrado como sigue: Raúl Méndez en Teología y Pastoral; Tania Tamez en Administración y Finanzas; Leopoldo Cervantes-Ortiz en Comunicación y Difusión; Héctor Mendoza en Evangelización y Misión; José Luis Pérez en Pastoral Juvenil y Noemí Reza en la Red de Mujeres Libres en Cristo. Entre quienes coordinan encontramos por igual ministros, estudiantes y laicos. Cada coordinación tiene facultad de decisión respecto de su área de competencia. Para tomar decisiones expeditas que implican a toda la Comunión lo hacemos mediante el consenso de la junta de coordinadores. Nuestra asamblea se reúne con la representación de cada iglesia, pastoras y pastores, así como estudiantes, candidatas y candidatos al pastorado. Hay que hacer notar que todas y todos tienen voz y voto, y es en este contexto que se toman las decisiones que ameritan ser tratadas de manera plenaria por la CMIRP.
L A R E CO N S T RU C C I Ó N I N TE G R AL D E L P UE B L O D E D I O S L O S AD VE R S A RI O S D E NE HE M Í A S Dam ien N öel La oposición a la restauración del templo y las murallas de Jerusalén se manifiesta a lo largo de los libros de Esdras y Nehemías. Después del 515, bajo los reinados de Jerjes (486-465) y Artajerjes I (465-424), los datos bíblicos informan de las gestiones emprendidas por diferentes personalidades para prohibir las obras judaítas. […] Neh 2.10: este texto menciona por primera vez a los adversarios de Nehemías, Sambalat, el joronita, y Tobías, el esclavo amonita. Neh 2.19-20: a los dos adversarios nombrados en Neh 2.10 el texto añade aquí a Guesen, el árabe. El argumento de Sambalat, Tobías y Guesen es político: la reconstrucción significa la revuelta. La respuesta de Nehemías es de orden histórico-teológico: la reconstrucción está de acuerdo con «el Dios del cielo», nombre divino persa adoptado por los judaítas, y la frase sobreentiende que la operación es legal, no subversiva. Por otra parte, Nehemías recuerda a sus adversarios que él no tiene nada que hacer valer en lo que respecta a Jerusalén. Neh 3.33-4.17: en esta perícopa, en la que la muralla alcanza la mitad de su altura (3,38), el tono entre Jerusalén y sus enemigos sube fuertemente. Neh 4.1 amplía de nuevo el campo de los adversarios a los árabes, amonitas y asdoditas, los cuales forman una coalición y proyectan atacar Jerusalén (4.2). Neh 6: no queda más que una brecha que rellenar (6.1), Y Sambalat dirige por cuatro veces un ultimátum a Nehemías (6.2-4). La quinta vez,