CORONAVIRUS: 3 MEDIDAS QU E MÉXICO ESTÁ TOMANDO FRE NTE Y QUE APRENDIÓ DE LA CRISIS DE 2009 Albert o Nája r, BBC, 13 de ma rzo
E
s un debate que crece: en México muchos se preguntan por qué las autoridades no han adoptado medidas drásticas para contener la pandemia de coronavirus, como sucede en otros países. Hasta ahora existe una revisión aleatoria de pasajeros en vuelos y cruceros internacionales, pero no se han emitido restricciones de ingreso a puertos y aeropuertos. Las personas sospechosas de haberse contagiado son aisladas por dos semanas, como establecen los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). […] "Una de las experiencias más educativas fue la pandemia de 2009, nos dejó lecciones muy útiles", afirma el experto a BBC Mundo. En 2009 LópezGatell era el responsable de epidemiología en la Secretaría de Salud cuando la crisis por el AH1N1 surgió en este país. En esa posición le tocó enfrentar la aparición de la gripe porcina en el país, como en su momento se llamó a la epidemia. […] De hecho, la estrategia de la Secretaría de Salud contempla tres escenarios en la expansión de la pandemia: el primero es el actual, donde las personas contagiadas adquirieron el virus fuera del país. El siguiente implica la transmisión comunitaria, es decir que los contagios son locales con cientos de casos
confirmados, y el escenario 3 donde la cantidad de personas con el virus serían miles. […] Hace 11 años, cuando apenas se había detectado la propagación de una variante de virus de influenza desconocido -luego se clasificó como AH1N1- el entonces presidente declaró un estado de emergencia sanitaria. A pesar de que sólo había 7 casos confirmados ordenó la suspensión de clases en todo el país, así como la cancelación de actividades en todos los espacios públicos. Eventos masivos como encuentros deportivos o conciertos de música fueron suspendidos. La virtual cuarentena provocó graves consecuencias económicas. Miles de reservaciones para los destinos turísticos fueron canceladas. […] En cambio, como sucedió hace 11 años, aplicar esta medida puede ser contraproducente, especialmente en áreas como el turismo y el tráfico aéreo. "No tienen un fundamento científico sólido. En toda la historia de las epidemias no hay demostración científica alguna de que estas medidas extremas pudieran ayudar a disminuir el riesgo de transmisión" añade. "Tampoco ayudan, porque tienen gravísimas consecuencias económicas y sociales". En 2009 la decisión de suspender casi todas las actividades del país costó el 0,7% del Producto Interno Bruto, según datos de la Secretaría de Hacienda. Otra de las medidas que se aprendieron en la pandemia de 2009 es una inmediata revisión epidemiológica en todo el país. […]
ISAÍAS 63.7-64.11: MEDITACIÓN HISTÓRICA Y CONFESIÓN L. Alonso Schökel y J.L. Sicre ESTOS VERSÍCULOS FORMAN UNA UNIDAD compleja, no muy ordenada, con elementos típicos de súplica o lamentación y de confesión de pecados. Por lo segundo, tiene cierto parentesco con el cap. 59, y los dos parecen ocupar puestos simétricos. La situación es una desgracia nacional, como las antiguas. El pueblo se dirige al Dios de su historia, pidiéndole que intervenga para salvar. Y como la desgracia ha sido provocada en parte por los pecados, el pueblo confiesa su culpa y pide perdón. Todo comienza con un repaso histórico, del que brota la insistencia en el tema del recuerdo (7, 11; 4, 6, 8), y por el que evoca el salmo 78. La confesión del pecado es genérica, aunque contenga algunas expresiones raras junto a otras comunes; por este aspecto se emparenta con textos como Esd 9; Neh 9; Dn 9; Bar 1.15-3,8, textos posexílicos que también suponen situaciones adversas genéricas. Por la manera de argumentar, el texto forma grupo con algunos salmos, como 44; 74; 77; 79; 89. Un dato característico de la pieza es pasar a segundo plano los mediadores humanos y apelar a las relaciones de paternidad y filiación. No fue “un mensajero ni un enviado”; no Moisés, sino el que “estuvo a su derecha”; no Abraham ni Israel = Jacob. La relación de paternidad suena en 63.8 en boca de Dios; en 63.16 y 64.7 en boca del pueblo, como argumento decisivo; recoge la tradición de Os 11; Is 1.2, 4; Jr 31.9, 20. También es notable la acción del espíritu (10, 11, 14) y la función del nombre/fama (12, 13, 16, 19; 64.1).
Es muy difícil señalar un desarrollo claro, porque los temas se entrelazan, y faltan signos estilísticos claros para delimitar las secciones. Con bastantes reservas se puede ofrecer el siguiente esquema: 7-14 recuerdo histórico 15-16 petición 17-19a situación triste 19b-4a petición 4b-6 pecado y castigo 7-11 petición
63.7. La introducción es típica del himno, pero se lee una semejante en la lamentación, Sal 89.2. El Señor aparece con participación personal y emotiva, no como Dios imparcial y remoto. Esto prepara el doble contraste: con la respuesta del pueblo, con la actitud presente de Dios. 8. Como en 1.2, 4 y Dt 32.5s en ambos textos Dios recuerda la filiación como agravante del pecado; lo mismo hace el presente verso; pero después el pueblo retorcerá el tema para pedir misericordia y perdón. En boca de Dios es expresión de esperanza: cuando se convierta en desilusión, los hijos resultarán falsos, degenerados. 9. Los textos que corrige pueden ser: Ex 23.20: “Voy a enviarte un ángel por delante”; 23.23: “mi ángel irá por delante”; 32.34: “mi ángel irá delante de ti”; 34.2s: “Enviaré por delante mi ángel... Pero yo no subiré entre vosotros”. Llevó al pueblo: Éx 19.4; Nm 11.11-15; Is 46.1-7. Aunque las expresiones son genéricas, recuerdan sobre todo el primer éxodo. 10. El proceso es conocido, la fórmula es nueva: véase Dt 32.15, 19-20. Irritar (‘sb) es un verbo que prefiere relaciones de fraternidad o parentesco; unido a ruh en sentido psicológico se lee en 54.6. En Sal 106.16 se dice que “envidiaron a Moisés”, en el v. 32 que “irritaron a [Dios]”; nuestro texto ha subrayado la acción personal e inmediata del Señor. La reacción de Dios también es clásica: Dt 32.22-25; Sal 78.31. 11. El paso a la memoria es típico del citado salmo 78. La palabra mose suena como nombre propio, Moisés, y como participio de msh = “sacar”: a Moisés lo “sacaron” del agua (Ex 2.10), Dios “saca” a David de las aguas (Sal 18.17). La ambigüedad es intencionada y significativa; en cambio, en el verso siguiente emplea otro verbo para “sacar”. Moisés tenía espíritu santo, es decir, espíritu de Dios (Nm 11.17), que se repartió entre los setenta ancianos. La desgracia suscita el recuerdo de otros tiempos desgraciados en que Dios intervino para salvar al pueblo; por eso el destierro de Babilonia traía el recuerdo del éxodo. La memoria contiene en
germen salvación (con tal de no ser puramente nostálgica, 43.18): si Dios lo permite y provoca, es que su enemistad es táctica y provisional. El pueblo, recordando, ya está suplicando. Moisés como pastor: Nm 27.17. 12-14a. El paso del Mar Rojo ocupa un puesto relevante, porque simboliza cualquier clase de tribulación y peligro que hay que atravesar: véase, por ejemplo, el salmo 77. La descripción de un tema gastado es original. 14b. La tercera mención del espíritu sirve para concluir la meditación histórica. El que habla o un coro respondiendo se dirige a Dios en segunda persona, como recordándole lo que sabe como protagonista. El recuerdo desemboca suavemente en la súplica. La frase dice implícitamente: y puedes ganarte nueva fama, porque la situación es semejante. 15. Comienza la súplica propiamente dicha, con los imperativos e interrogaciones de rigor, motivando la intervención divina con diversos argumentos. Una cuaterna de cualidades quiere resumir el carácter de su Dios: ternura hasta conmoverse físicamente, celos y pasión de los suyos y el valor necesario para actuar con éxito. 16. “Mirad a Abraham, vuestro padre” decía 51.2; el pueblo rechaza la pretensión, porque el verdadero padre es Dios (Ex 4.22s); lo ha dicho él mismo (v. 8). Aunque los patriarcas tienen el título genérico de “nuestros padres”, no pueden actuar como tales a lo largo de la historia. Son recuerdo, no presencia, y el pueblo necesita un padre que se haga responsable (go'el) de su pueblo; ese título lo ha llevado y honrado siempre el Señor. También él es “renombre glorioso”. 17-19a. En forma de preguntas se describe la situación para mover al Señor: pecado y castigo se entrelazan. 17. La primera pregunta retórica parece hacer a Dios culpable del propio pecado del pueblo. Por lo cual podría parecer que declinan la responsabilidad y se la cargan a otro. No descuidemos el tono retórico de la pregunta: el pueblo siente a Dios tan próximo y tan activo, que le atribuyen la causa, como en el caso del Faraón (Ex 7.3). Es como si no pudieran entender esa dureza interior que mantienen y sufren, que lamentan y no logran extirpar; hasta pensar que ha de ser Dios el autor de esa fuerza superior a sus fuerzas. ¿No les había prometido darles un corazón de carne? (Ez 36.26). Surge una paradoja que, confesando la propia condición pecadora, suben desde ella hacia Dios. Ellos se han apartado del camino. Dios tiene que “volver” no por deber, sino por amor.