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ÉTICA DEL CUIDADO Y LA RESPONSABILIDAD ECOLÓGICA: RESURRECCIÓN DE LA NATURALEZA EN TIEMPOS DE PANDEMIA Ofelia M iriam Ortega
stamos viviendo momentos difíciles en nuestras naciones con la pandemia producida por el virus COVID-19; sin embargo, en medio de esa la crisis la naturaleza nos sorprende. Al ser eliminados algunos de los obstáculos que sistemáticamente la destruyen surge la esperanza de un renacer de la vida en los mares, en los cielos, en la flora y la fauna. Este renacer debe conducirnos no solamente a la ética del cuidado de nuestros cuerpos, sino también a la ética del cuidado de la Creación, que permitirá que los animales, los árboles, las plantas, los frutos y la tierra también vivan en forma saludable para que puedan seguir compartiendo sus dones en la reconstrucción de nuestro universo. ¡La naturaleza resucita después del invierno, después de los huracanes y después de las crisis como la que hoy experimentamos! ¡La vida milagrosamente aparece de nuevo! La ética del cuidado Carol Gilligan nos invita a analizar el concepto del cuidado en su libro In a different voice (En una voz diferente). Para ella, la “ética del cuidado” que han seguido muchas mujeres, consiste en juzgar teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada caso. Está basada en la responsabilidad hacia los demás. Ni siquiera se concibe la omisión. No actuar cuando alguien lo necesita se considera una falta. Esta ética entiende el mundo como una red de relaciones. La ética del cuidado cuestiona la base de las sociedades en las que el intercambio es de valores idénticos: “tanto me das, tanto de doy”. Si se aplica la responsabilidad, el intercambio no es exacto, depende de lo que cada uno necesite. La corresponsabilidad ha
de existir entre mujeres y hombres y en todos los ámbitos: la familia, la amistad, el amor, la política y las relaciones sociales que incluye a toda la creación. En la ética del cuidado, la justicia y la responsabilidad han de ser un deber ético para el conjunto de la sociedad. Además, es un antídoto contra la violencia: es difícil destruir lo que uno mismo ha cuidado. El modelo sujetos-sujetos de Sallie MacFague cuestiona el modelo sujetos-objetos El modelo sujeto-sujeto está basado en las relaciones humanas; y es necesario que este modelo sea extendido hacia la naturaleza. Y es fácil lograrlo, porque el modelo comienza con el énfasis en la multiplicidad de sujetos, su diversidad y su continuidad, así que este modelo puede abrirse al mundo natural. Este modelo abre el camino para incluir a los animales, árboles y plantas, montañas y océanos como agentes que tienen múltiples relaciones con muchas diferentes clases de sujetos que a la vez se relacionan entre ellas y ellos. Este modelo conlleva una comprensión integral del bien común, la salud de la naturaleza y mi propia salud, así como la salud de todos los seres humanos ya que estamos interrelacionados. Cuando extendemos el modelo sujetos-sujetos a la naturaleza, no hacemos otra cosa que reconocer nuestras raíces en la naturaleza y la encarnación de la naturaleza en nosotras y nosotros. Finalmente, la subjetividad del mundo en contraste con su objetividad, crea en nosotras y nosotros una sensibilidad diferente hacia toda la creación. Thomas Moore expresa esa sensibilidad con su noción de la “ecología del alma” una sensibilidad que ve a otras personas, animales, montañas y aún los edificios de las ciudades como presentes, vívidamente, cada uno en su propia particularidad, independencia y subjetividad.