EL CARÁCTER DE JOB Juan Calvino
P
ara sacar verdadero provecho al contenido de este
virtud hubiese sido más que
libro, debemos conocer en primer lugar su designio.
angelical, el final de la historia no
La historia que encontramos escrita aquí nos muestra de
habría sido muy feliz. Pero cuando
qué manera estamos en las manos de Dios, y que es cosa
vemos que no fue desilusionado
suya ordenar nuestras vidas y disponer de ellas conforme
en su esperanza, y que halló gracia
a su buena voluntad, y que es nuestro deber someternos
en
a él con toda humildad y obediencia; es totalmente
humillado ante Dios; viendo ese
razonable que seamos completamente suyos, tanto para
final tenemos que llegar a la
vivir como para morir; incluso, si él quisiera levantar su
conclusión de que no hay nada mejor para nosotros que
mano contra nosotros, aunque no percibiéramos su
someternos a Dios y sufrir en paz todo lo que él nos
motivo, de todos modos habríamos de glorificarle
mande hasta que en su buena voluntad nos libra. Sin embargo, más allá de la historia hemos de considerar la doctrina encerrada en este libro; esto es, la doctrina de aquellos que se acercan con el pretexto de consolar a Job, pero que lo atormentan mucho más que su propia enfermedad; la doctrina encerrada en las respuestas con las cuales rechaza, las calumnias con las cuales aparentemente quieren aplastarlo. En primer lugar debemos notar, en cuanto a nuestras aflicciones, que si bien Dios las manda y proceden de él, no obstante, es el diablo quien las trae sobre nosotros, como también nos lo advierte San Pablo diciendo que luchamos contra poderes espirituales (Ef 6.2). Porque cuando el diablo enciende el fuego también le hace viento, es decir, también encuentra personas de su propiedad para aguijonearnos continuamente y prolongar y aumentar la enfermedad. Vemos entonces, cómo Job, además de la enfermedad que soportó, fue atormentado por sus amigos, y por su esposa, y principalmente por aquellos que se acercaron para tentarlo espiritualmente. Ahora bien, lo llamo una tentación espiritual cuando no solamente somos azotados y afligidos en nuestros cuerpos, sino cuando el diablo obra de tal modo en nuestros pensamientos que Dios se nos convierte en enemigo mortal, al que ya no podemos tener acceso, convencidos de que nunca más tendrá misericordia de nosotros.
siempre, reconociendo que él es justo y equitativo, absteniéndonos de murmurar contra él, a efectos de no discutir con él, sabiendo que si luchamos contra él seremos derrotados. En breve, esto es lo que hemos de recordar de esta historia, es decir: Dios tiene tal dominio sobre sus criaturas que está en su derecho de disponer de ellas según le plazca; y si muestra una severidad que al principio nos resulta extraña, aun así hemos de guardar silencio para no murmurar; hemos de reconocer, en cambio, que él es justo, esperando que nos declare el porqué de su castigo. Entre tanto hemos de contemplar, como nos exhorta Santiago (5.11), la paciencia del hombre puesto aquí delante de nosotros. Porque cuando Dios nos muestra que debemos sufrir todas las miserias que él nos envía debemos reconocer que esa es nuestra obligación; no obstante ellos, alegamos que somos débiles y nos parece que debería servirnos como excusa. Por eso es bueno tener un ejemplo para mostrarnos que hay hombres débiles como nosotros, que sin embargo, resistieron la tentación, perseverando en la obediencia a Dios, aunque fueron afligidos hasta el límite. Aquí tenemos pues un excelente ejemplo de ello. Además, no sólo hemos de considerar la paciencia de Job, sino también su resultado, como dice Santiago; porque si Job hubiera seguido confundido, aunque su
la
medida
en
que
fue