Letra núm. 695, 8 de noviembre de 2020

Page 1

P

DE PADRE DE LOS HUÉRFANOS A HERMANO DE CHACALES Y COMPAÑERO DE AVESTRUCES. MEDITACIÓN SOBRE JOB Elsa Tamez

ara los latinoamericanos el libro de Job es un paradigma de protesta de quienes sufren injustamente. Asimismo es una fuente bíblica en la cual se puede percibir una manera diferente de hablar del Dios de la gracia desde el basurero. Los gritos de Job exigiendo justicia son tan fuertes que quienes sufren injustamente concentran toda su atención solo en la vida desgraciada y abandonada de Job. Poco se repara en su vida pasada —un hombre rico y venerado, piadoso y compasivo con los pobres—; poco se detiene uno en el happy end, y nada en las frases hirientes de Job contra los desarrapados: la “¡gente vil y desprestigiada, expulsada de su tierra a latigazos”! (30.1-10). En otras palabras, la fuerza de la lectura desde América Latina ha estado casi siempre en la identificación y solidaridad entre dos voces sufrientes por la pobreza injusta, la enfermedad y el abandono: los gritos de Job y de los excluidos de hoy. Estas voces, sin embargo, a ratos se unen y a ratos se separan. Si bien Job ha servido como un espejo para que se repare en la propia realidad de injusticia, también Job ha tenido que aprender de la larga experiencia de injusticia del pueblo pobre latinoamericano. […] En esta meditación vamos a analizar la sintonía de las voces y su distanciamiento a partir de esa carta y de nuevos elementos actuales. A Job se le llama hermano. No es más el padre de los pobres como antaño (29.16), aquel a quienes todos, ricos y pobres, le rendían pleitesía a su paso (29-1-11); es el Job hermano de avestruces, y amigo de chacales (29.29). […] Cuando el rico-piadoso Job deja de serlo y cae en desgracia, se introduce en el mundo de los miserables. Sus gritos aterradores por el dolor, y su protesta por la injusticia, hacen posible que la desconfianza de quienes sufren igual desaparezca. Acontece identificación y solidaridad. La escena de Job se convierte en espejo. A través de su vida mostrada como un espectáculo de espanto se mira la propia

situación y se interpela. Porque la vida del mundo miserable en nuestra situación no ha acontecido de la noche a la mañana, como le sucedió a Job. Viene desde hace 500 años, y la costumbre de vivirla de esa manera amenaza con creerla como natural y pura voluntad de Dios. Con sus protestas, Job ayuda a convertir a quienes han olvidado que la vida no fue dada para malvivirla. Job invita a protestar por el sufrimiento de los inocentes. […] Job en América Latina es admirado por su resistencia, por su valentía de no aceptar las cosas como son. Job-espejo hace ver con mayor crudeza la propia realidad, es un espectro que da asco. Pero como “es como nosotros”, una pregunta dolorosa, sumergida en el discurso, emerge de paso: “¿daremos asco nosotros?” Es una reflexión que sólo viene a la mente cuando se sabe qué es dar asco a través de quien da asco. Lo admirable está en que ese que da asco no levanta la mano lloriqueando, pidiendo justicia como un mendigo con la vista baja y la cola bajo el rabo. Protesta contra quienes tiene al frente: los sabios, Dios y hasta los jóvenes desarrapados (29,1). Protesta contra los amigos porque su teología no sirve, contra Dios porque no aparece para manifestarse a su favor y contra los desarrapados porque se burlan de él. Las protestas de Job reafirman al pueblo latinoamericano su derecho a la protesta contra las injusticias. Antes contra la conquista, después contra los gobiernos de dictadura y ahora contra la globalización económica. Frente la encrucijada que plantea el libro y que acorrala a Job en percibir a Dios desde un raciocinio muy estrecho (“si Job es inocente, Dios es culpable, si Dios es justo Job merece el castigo”), en América


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.