LA ERA DE LA I GLESIA HÍBRI DA Sara Tourn ¿Qué ha cambiado en la actitud de las iglesias protestantes históricas hacia el mundo de la web? Una reflexión del teólogo suizo Michel Kocher
predomina la presencia física, hasta el de las llamadas "iglesias virtuales". Traducido a seis idiomas (francés, español, italiano, portugués, inglés y alemán), el cuestionario todavía está disponible en línea: https://gps.contactgps.ch/ws/web/home. El análisis de los resultados (que se puede encontrar en el documento en francés aquí:
www.contactgps.ch/sites/default/files/documents/eglis es_et_numerique.pdf), explica el propio Kocher en un artículo reciente en la revista Réformés (www.reformes.ch/comm/2021/02/les-protestantshistoriques-prennent-le-virage-numerique), “mostró Hace poco menos de tres años, del 11 al 13 de abril de 2018, la Conferencia de Iglesias Protestantes de los Países Latinos de Europa (Cepple) organizó un encuentro en Madrid entre los operadores de comunicación de las respectivas iglesias (lo habíamos escrito aquí; también se llevaron a cabo reuniones similares en Lausana, Torre Pellice, Lisboa y París) sobre el tema “¿Cuál es la presencia de nuestras iglesias en el mundo digital?”. En esa ocasión, el teólogo y periodista suizo Michel Kocher se había propuesto trabajar en algunos temas clave: ¿cómo pueden/deben participar las iglesias en la web? ¿Cuál es su objetivo principal? ¿Qué perfil deberían mantener (iglesias, pero también pastores individuales) en las redes sociales? ¿Cómo traducir el Evangelio al lenguaje de la web? Para abordar estas cuestiones, se presentó una aplicación, también accesible como sitio de Internet, denominada “ContactGPS”, resultado de un trabajo de 20 años del propio Kocher, que similar a un GPS permite, a través de una serie de preguntas, “localizar diversas cuestiones relativas a la fe, la relación entre las religiones y la sociedad, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, la ética, las formas de espiritualidad”. En el caso concreto, se trató de posicionar la presencia de iglesias en la web, en cuatro modelos, desde el que
que los protestantes históricos consideraban el mundo digital una oportunidad para darse a conocer mejor. Sentían que tenían fortalezas para afirmar, pero no consideraban prioritario sumergirse en esa cultura, ni reconocían un potencial para la transmisión personal de la fe. Más que un lugar de testimonio, a sus ojos era un escaparate para sus comunidades. Sólo 20% de ellos esperaba nuevas formas de iglesia”. Y luego llegó el Sars-Cov-2, que cambió radicalmente las cosas, incluso las posiciones de las iglesias: los numerosos experimentos intentados, aunque no todos tuvieron éxito, los hicieron “moverse”, explica Kocher: “Eso que sin duda ha cambiado irremediablemente es la experiencia positiva de las conexiones virtuales. Ya no es posible pensar en la comunidad sin integrar formas de participación distintas de las presenciales”. Tenemos todas las experiencias bajo nuestros ojos: cultos y estudios bíblicos en Zoom o en Facebook, catecismo y reuniones de escuela dominical en varias plataformas, grupos de Whatsapp para cada actividad de la iglesia, reuniones de enlace de video desde el nivel local (consejos de la iglesia) al nacional (Mesa, reuniones de comités...) pasando por Circuitos y Distritos. Pero la diferencia entre estos encuentros y los que se realizaron “presenciales”, en directo, no es sólo