Libro del Evangelio - Capítulo 2

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LA NATURALEZA DIVINA, LA NATURALEZA HUMANA Y EL VERBO SE HIZO CARNE Estudio 2 “Dios es espíritu; y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad”. Juan 4:24 “Y creó ’Elohim (Dios) al hombre a su imagen, a imagen de ’Elohim lo creó, macho y hembra los creó”. Génesis 1:27 “Y el Logos se hizo carne, y tabernaculizó (habitó) entre nosotros, y contemplamos su gloria (gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Juan 1:14

INTRODUCCIÓN ¿Quién es el Señor Jesucristo?, ¿qué debo creer del Señor Jesucristo para diferenciarlo de los falsos cristos?, ¿cuál es el Cristo del que Dios está hablando para salvación? y ¿cuáles son sus características?. Se hace referencia a todo lo que ha dicho Dios acerca del Señor Jesucristo para Salvación. ¿Quién es Dios?, ¿qué es el ser humano? y ¿qué es la naturaleza humana?. Dios creó la materia antes que al ser humano. Al crear la tierra, le dio la orden de producir seres vivientes. Cuando llega a la creación del hombre ocurre “OTRO ACTO DE CREACIÓN”, es decir no le dio la orden a la creación que produjera un ser humano. En el Evangelio es vital conocer que el Señor Jesucristo “Se hizo carne”, “se hizo hombre” y “habitó entre nosotros”. Para el presente estudio he resumido el Evangelio en una especie de fórmula o ecuación. No es que el Evangelio sea esto, sino que para poderlo estudiar he diseñado la siguiente ecuación:

Fe en Jesucristo = Salvación

Produce

Obras de Fe

El Evangelio no es una ecuación, es el poder de Dios para Salvación, como dice Romanos 1:16: “Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de

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Dios para Salvación a todo el que cree: al judío primeramente, y también al griego”. Vamos a empezar resolviendo los diferentes factores de la ecuación, el primero que nos encontramos es: Fe, ¿Qué es la Fe? y ¿qué tengo que creer del Señor Jesucristo para ser salvo?. Es importante conocer al Cristo del que Dios habla para Salvación y conocer sus características. Recordemos que Fe, es creerle a Dios lo que Él ha dicho y ha hecho. Para ser salvo debo creer en todo lo que Él ha dicho acerca del Hijo. Para ello debo saber quién es el Señor Jesucristo, pues existen muchos cristos y muchos señores, es decir, saber qué dice Dios acerca del Señor Jesucristo y qué tenemos que hacer para ser salvos. Lo primero que tenemos que creer del Señor Jesucristo, es que es Dios (el estudio acerca de la naturaleza de Dios ya se realizó en el capítulo anterior).

LA NATURALEZA DIVINA DEL SEÑOR JESUCRISTO La misma palabra lo dice: 1ª Juan 5:20-21: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Verdadero, y estamos en el Verdadero: en su Hijo Jesús el Mesías. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna. Hijitos, guardaos de los ídolos”. Cristo, palabra griega que significa ungido y escogido por Dios para una determinada acción; en hebreo, el significado de esta palabra griega se traduce por Mesías y Mesías significa Salvador. En Juan 1:1 encontramos: “En un principio era el Logos, y el Logos estaba ante Dios, y Dios era el Logos”. No quiere decir que fue Dios por un tiempo y después no. El idioma griego tiene construcciones gramaticales similares a las del idioma español con relación a los tiempos: fue (pasado), es (presente) y será (futuro), pero además el griego tiene otra construcción verbal llamada “aoristo” (indica el no-tiempo), es una acción determinada, indefinida en el tiempo; el tiempo lo determina no la conjugación sino el contexto en este caso, el versículo está indicando que el Señor Jesucristo desde el comienzo de la creación “Fue” (pasado) Dios, “Es” (presente) Dios y seguirá “Siendo” (futuro) Dios. Por ejemplo, cuando la rueda de un automóvil viene moviéndose, se está moviendo y seguirá moviéndose; en español tengo que usar las tres conjugaciones verbales; en griego escribiría una sola conjugación para expresar que la rueda del automóvil se está moviendo y seguirá moviéndose. Otro ejemplo, la expresión: “Los leones comen carne”, este “comen”, si lo escribimos en el aoristo griego nos está indicando dentro de este contexto que los leones comen carne, todas las generaciones de los leones han comido carne y seguirán comiendo carne. 3


Cuando se tradujo al español el versículo de Juan 1:1: “En un principio era el Logos, y el Logos estaba ante Dios, y Dios era el Logos”. Tendrían que decidir sobre cuál construcción verbal debían escoger en los diferentes idiomas en los que no existe el aoristo, porque habría que colocar el verbo fue, es y será y esto se les salía del ámbito de los cánones de traducción, donde no se permite colocar más palabras ni dar otras explicaciones. Si en una traducción se explican significados dejaría de ser una traducción con todas las disciplinas y las correcciones propias. En español se escogió la construcción verbal que más se ajustaba: “Si colocamos que era Dios, sería pasado; al no perder su calidad de Dios entonces, Es y Será”. En el original griego, la construcción es: El Señor Jesucristo en un principio Era, Es y Será Dios, lo que significa que el Señor Jesucristo es Dios. Estudiando el Evangelio se hace necesario no sólo el estudio gramatical del significado de la palabra Dios, sino que es importante analizar que Él es Dios, porque el Señor Jesucristo está diciendo en su palabra que Él es Dios. Juan 4:24 dice: “Dios es espíritu; y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad”. Este versículo claramente dice que Dios es espíritu, la naturaleza Dios y de Dios, es espiritual. Entonces, ¿Qué es un espíritu? y ¿qué hace un espíritu?. El espíritu es la naturaleza propia, es de lo que está hecho el ser. Por ejemplo: cuando yo les digo esta silla es de hierro, no me refiero al objeto, sino a su naturaleza y a la calidad de ésta. Si yo quiero conocer la naturaleza de la misma, tengo que analizar el hierro pues está hecha de este material. Cuando se dice: “Dios es espíritu”, se está indicando que su naturaleza es espiritual. ¿Qué es una naturaleza espiritual?. Así como yo tendría que analizar qué es el hierro y decir que el hierro es una mezcla de elementos con características de duración, permanencia y grados de flexibilidad; así mismo un espíritu es una naturaleza que no tiene materia, por lo tanto sus características son diferentes a lo material. Existen instrumentos materiales para conocer la materia. Los espíritus no es que no se vean, como muchas personas piensan. Lo espiritual se ve, se capta, se escucha y se palpa, pero con instrumentos espirituales. Algo de la naturaleza intrínseca de lo espiritual, es que no es material. Con el sentido del tacto se puede distinguir si algo está suave, caliente o frío. Si se quiere conocer el color de una flor, no se puede por medio del tacto, porque éste, no fue diseñado para captar el color, el sentido diseñado para captarlo, es la vista. Por el hecho que a través del tacto no se pueda captar el color, no significa que esté enfermo, dañado o atrofiado.

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Para conocer sobre cada cosa se tiene que utilizar el instrumento adecuado, acorde con la naturaleza del objeto que se va analizar. Nuestros sentidos y cerebro están diseñados para reconocer lo material. No se puede captar con los sentidos materiales lo espiritual, por no ser el instrumento adecuado, ya que son dos naturalezas diferentes. Los sentidos son materiales y Dios es espíritu, por lo cual es imposible verlo y escucharlo con los sentidos materiales humanos. El aire es material, se dice que algo “está lleno de aire”, pero no lo vemos y tiene materia, se mueven una serie de moléculas que hacen parte del aire, pero no se captan a pesar que la visión fue diseñada para ver lo material. Hay cosas que entran en el ámbito de los sentidos materiales y de la naturaleza humana pero no se alcanzan a captar por estos mismos sentidos, para ello se han diseñado diferentes aparatos externos al hombre. Es imposible que por los sentidos e instrumentos materiales se pueda conocer a Dios, ya que Él, es espíritu. No se puede conocer por medio del cerebro y la razón porque la inteligencia y el conocimiento de la razón, son producto del cerebro el cual es material. En 1ª de Corintios 2:10-11 dice: “ Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios. Pues ¿quién de los hombres sabe lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?. Así también, nadie ha conocido las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. Es así que las cosas espirituales se conocen por medio del espíritu y las cosas espirituales de Dios se conocen por el Espíritu de Dios. Ni aún las cosas espirituales de Dios se pueden conocer por el espíritu del hombre, sino por medio del Espíritu de Dios. Como Dios es espíritu, se puede conocer por el espíritu humano pero ello no es posible por cuanto la palabra anterior nos muestra que las cosas espirituales de Dios se conocen por medio del Espíritu de Dios, no por medio del espíritu del hombre y menos por los instrumentos materiales humanos. Dios es espíritu, por lo tanto tiene forma, cuerpo y estructura espiritual pero no material. Existe un concepto equivocado sobre quién es Dios y la forma que tiene. Hay expresiones tales como: “Dios es el ser más grande de este mundo”, “Dios todo lo llena”, dándole a Dios características de algo gaseoso, sin forma y sin estructura. No se podría decir cómo es una forma espiritual porque aunque se explicara se haría con palabras humanas y con términos humanos que son materiales. No se puede describir lo espiritual con palabras y términos materiales. Todo lo pensado acerca de Dios es falso porque cualquier cosa imaginada con relación a Dios, sería en términos materiales, donde le damos forma y estructura material no espiritual, como lo es Él, verdaderamente. 5


Humanamente se ha cometido el error de darle forma de anciano a Dios Padre. Igualmente sucede con el Espíritu Santo al darle forma de paloma. Dios no tiene forma material, toda su forma es espiritual y para captarla es necesario el Espíritu de Dios. En Éxodo 33:23 Moisés vio la espalda de Dios: “Después apartaré la palma de mi mano, y verás mis espaldas, pero mi rostro no se dejará ver”. Moisés vio la espalda de Dios pero no una espalda humana sino una espalda espiritual. Para saber cómo son las espaldas espirituales, se tiene que captar y ver con el espíritu y las espaldas de Dios se captan y se ven con el Espíritu de Dios. La Biblia es Dios hablando, no en su lenguaje sino en el lenguaje y en el contexto humano para que éste, pueda entenderlo. Por ejemplo, cuando un adulto se quiere relacionar con un bebé de nueve meses, le debe hablar en sus términos mediante balbuceos, así el bebé entenderá lo que le quiere expresar. No obstante, el interlocutor es un adulto que utiliza el lenguaje de un bebé para comunicarse. De la misma manera hizo Dios al hablarle al ser humano en sus propios términos y conceptos materiales de realidades espirituales.

La Biblia es una fusión de divinidad con humanidad. La Biblia contiene realidades espirituales y realidades humanas porque tiene términos, gramática y lenguaje dentro de un contexto e historia humana. Al estudiarla, se deben considerar esas dos características que están fundidas. Para entender el aspecto humano de La Biblia, se tiene que estudiar la gramática, el léxico, el idioma, la historia de la época en que sucede y fue escrita. Para entender lo espiritual de la Biblia, lo único que sirve es que al espíritu humano, el Espíritu de Dios le revele las cosas de Dios porque se está hablando de la realidad de Dios, que es espiritual divino. El espíritu humano, está capacitado (ya que así fue creado) para captar lo espiritual a través de nuestra humanidad. En cuanto a La Biblia como palabra de Dios, nuestro espíritu humano después de recibir vida de parte de Dios, podrá entender la realidad espiritual de Dios. En La Biblia no se puede entender la palabra escrita, si ésta se mira independiente de sus contextos o si se mira por el lado humano o únicamente por el lado espiritual. Hay que leer La Biblia más bien como lo que es, una fusión de lo espiritual con lo humano. Dice Filipenses 2:5-9: “Considerad entre vosotros lo que hubo también en Jesús el Mesías, el cual, existiendo en forma de Dios, no quiso por usurpación ser igual con Dios, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y hallándose en la condición de

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hombre, se humilló a sí mismo al hacerse obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.

Dios siendo Espíritu se acomodó, se rebajó y habló de Él en términos humanos. El Señor Jesucristo es Dios, cualquier otra condición que Él asuma, es rebajarse de su condición de Dios aunque no deja de ser Dios, está asumiendo una condición que no es la suya; en este sentido, Él al hacerse hombre, asumió las limitaciones de la materia y de la humanidad siendo Espíritu (como cuando el adulto se rebaja ante el bebé, se baja a su nivel para hablarle aún hasta muchas veces haciendo el ridículo, sólo para comunicarle algo y que el bebé lo entienda). Cuando Dios le habló a Moisés y a los profetas y hasta el día de hoy cuando se comunica con nosotros, lo hace en nuestro idioma; cuando habló a los hebreos, lo hizo en hebreo; cuando habló a los griegos se comunicó en griego y así con cada persona según su idioma. La lengua o el lenguaje de Dios es espiritual divino y tiene gramática de esta naturaleza, no es ninguno de los lenguajes humanos. Los diferentes espíritus tienen distintas lenguas, hay diversidad de lenguas espirituales y cada una tiene su gramática, su significado y su sonido espiritual.

Existe tanta diversidad de lenguas espirituales como espíritus. El lenguaje espiritual de Dios es diferente a las lenguas espirituales de los otros espíritus (ángeles, demonios y otros), la entonación espiritual de Dios Padre es diferente a la del Señor Jesucristo y a la del Espíritu Santo, cada uno tiene su tono de voz, así como cada persona humana tiene su tono de voz aún hablando el mismo idioma. El Señor Jesucristo dijo que los suyos reconocerán su voz. En Juan 10:27 dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen”. En Juan 18:37 dice: “Le dijo entonces Pilato: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Yo, para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, oye mi voz”. Hay algo muy importante que recordar, cuando María Magdalena llegó ante la tumba del Señor Jesucristo, no lo reconoció, Él tuvo que llamarle para que lo reconociera, en ese momento ella captó quién era y le dijo: “Maestro”. Juan 20: 11-16: “Pero Miriam se había quedado afuera, frente al sepulcro, llorando; y 7


mientras lloraba, se agachó a mirar dentro del sepulcro, y ve a dos ángeles de blanco sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había yacido el cuerpo de Jesús. Ellos le dicen: mujer ¿por qué lloras?, les dice: porque se llevaron a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto. Dicho esto, se da la vuelta y ve a Jesús de pie (pero no sabía que era Jesús). Jesús le dice: Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?. Ella, pensando que es el hortelano, le dice: Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo pusiste, y yo me lo llevaré. Jesús le dice: ¡Miriam!. Ella, volviéndose, le dice en arameo: ¡Rabboni! (que quiere decir Maestro)”. Ella estaba segura cuando Él la llamó por su nombre, le reconoció la voz y le vio físicamente. Mucha gente dice que fue imposible que María Magdalena no le reconociera; era normal que no lo hiciera porque ella lo había visto morir y lo había enterrado. El Salmo 91:1-6 dice: “El que habita al abrigo de ’Elyón (Dios Altísimo) Morará bajo la sombra de ’El-Shadday (Todopoderoso). Diré yo a YHVH: ¡Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios en quien confío! Él te librará del lazo del pajarero, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas hallarás refugio, escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya”. Aquí se está diciendo que Dios nos va a proteger y defender hasta con su propia vida, como lo hace un ave con sus polluelos (no es que Dios sea un ave). Cuando en La Biblia, Génesis 1:2 dice: “ Pero la tierra llegó a estar desolada y vacía, y había tinieblas sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas”, significa que los espíritus se desplazan. Dios no tiene piernas pero se mueve, los espíritus se mueven, se trasladan de un sitio a otro por tanto Dios tiene como límite su cuerpo espiritual. Para Él poderse trasladar de un sitio a otro, lo hace con su cuerpo que tiene forma y estructura espiritual aunque el Espíritu de Dios tiene la capacidad de estar en varios sitios a la vez sin dejar de ser, los otros espíritus creados por Dios no tienen esta misma característica. Igualmente los espíritus hablan, se comunican, producen sonidos y ven. Los seres humanos no podemos ver lo espiritual con nuestros ojos humanos pero los espíritus sí pueden ver la materia y no solamente el Espíritu de Dios la ve sino también los ángeles y los demonios porque nosotros vemos es a través de la vista y ésta, escasamente ve lo material. LOS ESPÍRITUS EMITEN CONCEPTOS Cuando La Biblia dice: Génesis 1:31: “Y vio ’Elohim (Dios) todo lo que había hecho, y he aquí estaba muy bien. Y fue la tarde y fue la mañana: El día sexto”. Muestra la inteligencia de Dios, su razón, pensamiento, análisis y emisión de conceptos, al decir que algo es bueno o malo. Otro ejemplo, lo vemos cuando Moisés habla a Israel en Deuteronomio 5:4-7: “Cara a cara habló YHVH (Yo Soy) con vosotros en el monte, de en medio del fuego, (yo mediaba en aquel tiempo entre vosotros y YHVH para poneros delante 8


la palabra de YHVH, porque temisteis a causa del fuego, y no subisteis al monte) y dijo: Yo soy YHVH tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí”. Moisés escribió que Dios con sus palabras se está reconociendo como único Dios y que los demás dioses que existen son falsos. En Génesis 6:6: “Y YHVH sintió pesar de haber hecho al ser humano en la tierra, y se entristeció en su corazón”. Dios nos está hablando en términos humanos de la época, lo que estamos conociendo es que Dios tiene sentimientos, siendo Espíritu. Nuestros sentimientos son materiales porque son producto de nuestro cerebro. Existe una diferencia entre el gozo que produce la carne y el gozo que produce el espíritu, pero ambos producen gozo. La persona humana tiene características semejantes a Dios que es Espíritu, porque fuimos creados a imagen y semejanza de Dios con otra naturaleza material humana. La materia también tiene algunas de estas características, es bien sabido por todos que se han hecho experimentos para demostrar que las plantas sienten y oyen; así como los espíritus escuchan la materia también. Ejemplo: existe una emisora donde se inscriben las plantas y ellos se dedican a acompañarlas, animarlas y a contemplarlas mientras sus propietarios no están en casa. Otro ejemplo, el común de la gente dice que las paredes tienen oídos y oyen, es porque la materia lo hace. Esas son características de la materia. En La Biblia, en algunos versículos se expresa que hay casas que se enferman que hay que sanar y que se deben restaurar. Levítico 14:33-42: “YHVH habló a Moisés y a Aarón, diciendo: cuando entréis en la tierra de Canaán, la cual Yo os doy en propiedad, y Yo ponga una llaga de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra propiedad, aquel de quien es la casa irá a dar aviso al sacerdote, diciendo: algo como una plaga hay en mi casa. Entonces el sacerdote ordenará desocupar la casa antes de que entre a mirar la infección, para que no sea contaminado todo lo que esté en la casa; después el sacerdote entrará a examinarla. Observará la mancha, y si, he aquí, hay infección en las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas que parezcan más hundidas que la pared, el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y hará cerrar la casa por siete días. Al séptimo día, el sacerdote volverá y observará, y he aquí, si la infección se ha extendido por las paredes de la casa, el sacerdote ordenará que arranquen las piedras que tengan la infección, y las echarán fuera de la ciudad en un lugar impuro. Después hará raspar la casa por dentro en su alrededor, y el polvo que raspen lo echarán fuera de la ciudad en un lugar impuro. Luego tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las piedras quitadas, y se tomará otra mezcla para revocar la casa”. Dios se reconoce a sí mismo (alteridad) y el ser humano que fue hecho a imagen y semejanza de Dios también tiene alteridad y esta es una característica de las personas, es el hecho de poderse reconocer como uno mismo, diferente a los demás. Las personas son capaces de reconocerse y distinguirse a sí mismas. Aún los gemelos siendo idénticos se distinguen entre sí, situación que no sucede con los animales y los otros seres materiales y espirituales. 9


Observemos un ejemplo: una perra tuvo perritos y se le murieron, se le colocaron unos gatitos y ésta comenzó a amamantarlos, cuando estos gatitos crecieron, la perra trató de enseñarles a ladrar sin darse cuenta que eran gatos y que éstos no ladran. La perra no diferencia, no distingue como los amamantó, cree que son sus hijos y por lo tanto cree que son perros, quiere a los gatos como sus hijos y los amamanta porque los animales tienen sentimientos, no los reconoce como gatos y los trata como perros. Los animales no tienen alteridad, los únicos que tienen alteridad son las personas y cabe recordar que Dios es persona. Dios se reconoce a sí mismo y se hace distinguir, recalcando su propio nombre. Éxodo 3:14: “Respondió ’Elohim (Dios) a Moisés: “YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros”. Deuteronomio 32:39: “Pero ahora mirad: Yo soy Yo, y no hay Dios fuera de mí: Yo hago morir y Yo hago vivir: Yo hiero y Yo sano, y no hay quien libre de mi mano”. Isaías 43:10-12: “Vosotros sois mis testigos, dice YHVH, y mi siervo que Yo escogí, para que me conozcáis y me creáis, para que entendáis que Yo Soy. Antes de mí no fue formado dios alguno, ni existirá después de mí. Yo, Yo soy YHVH, Y fuera de mí no hay quien salve. Yo predije y Yo salvé. Yo os lo he hecho saber, y no ha habido dios extraño entre vosotros. Por tanto vosotros sois mis testigos, dice YHVH”. Isaías 44:6: “Así dice YHVH, Rey de Israel, Su Redentor, YHVH Sebaot (Dios de los ejércitos): Yo soy el Primero y Yo soy el Último; fuera de mí no hay Dios”. Dios Padre también se reconoce a sí mismo y se distingue como persona diferente del Señor Jesucristo y del Espíritu Santo. Entender al Señor Jesucristo, se nos facilita porque tiene cuerpo humano pero Él como Dios y espíritu, se reconoce y sabe que Él es diferente a Dios Padre y al Espíritu Santo. El Espíritu Santo, sabe que Él es diferente a Dios Padre y al Señor Jesucristo como persona. Los tres tienen alteridad y saben que cada uno tiene la misma naturaleza y se reconocen de los otros. Nosotros somos los que no lo hemos entendido y es por ello que se nos crea confusión. Cuando algunos creyentes dicen: “Señor Jesucristo te doy muchas gracias” es porque están hablando con Él, pero es incoherente cuando terminan diciendo: “En el nombre del Señor Jesucristo”. Si están hablando con el Señor Jesucristo, ¿Cómo es que van a terminar de hablar con Él en su mismo nombre?, es como si yo estuviera hablando con Pedro y al final cuando me despido le digo: ve salúdame a Pedro, la persona va a decir: ¿Cómo es que mandas saludos a Pedro, si estás hablando conmigo?. Se tiene que distinguir entre Dios Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo y más si entre ellos mismos lo hacen.

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El Señor Jesucristo estando en la tierra pudo decir: Mateo 6:9: “ Vosotros pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”. Sabía que había un Padre en los cielos, una persona diferente a Él. El Señor Jesucristo estaba en la tierra y Dios Padre en los cielos. Las características del Padre, del Señor Jesucristo y del Espíritu Santo, son únicas en su naturaleza espiritual divina.

Dios es creador: el Padre es creador, el Señor Jesucristo es creador y el Espíritu Santo es creador. En los capítulos 1 y 2 de Génesis, se habla de Dios como espíritu creador, capaz de crear la materia sin sacarla de Él mismo pues es espíritu. Algunas doctrinas falsas (de moda), enseñan que toda la naturaleza material o espiritual tiene deidad, naturaleza y chispa divina. Crear, es sacar de la nada, no sacar de sí mismo porque esto sería emanación o prolongación pero no creación. En el principio la materia no existía, Dios creó la materia sacándola de la nada, esa capacidad sólo la tiene Dios. Los seres humanos inventamos y diseñamos; las materias primas las creó Dios y aún nuestra inteligencia humana es creación de Dios pero por tener imagen de Dios, producimos nuevas cosas, en cierto sentido también somos creadores. La naturaleza humana existe por un acto de creación de Dios pero no salió de su naturaleza, o sea, no compartimos su naturaleza, ninguna criatura tiene naturaleza divina pero tiene características de Dios. Toda la creación tiene características de Dios, como: orden, sabiduría, belleza porque los materiales fueron creados por Dios pero no tienen su naturaleza. Otra característica es que Dios es vida, entonces el Padre está vivo y tiene vida; el Señor Jesucristo está vivo y tiene vida como Dios; el Espíritu Santo está vivo y tiene vida; ellos son vida y por ser vida pueden darla. Todo lo que sale de ellos, es vida y no muerte. Es una característica de la naturaleza divina ser Todopoderoso, Dios es Todopoderoso. El Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo son Todopoderosos, lo que les permite hacer todo lo que quieran aunque hay cosas que Dios no puede hacer porque no está en su naturaleza poder hacerlo. Por ejemplo, Ellos no pueden mentir. Dios no peca, así quisiera no es de su naturaleza y en el hipotético caso que lo quisiera hacer, no podría contradecirse, ni desobedecerse a sí mismo pues le es imposible pecar, (desobedecer a Dios) ser infiel o mentir, como Dios que es. 11


Las personas dicen: “Dios es Todopoderoso porque Dios todo lo puede”, esa no es la definición de todopoderoso. Todopoderoso significa que lo que Dios decida y quiera hacer lo puede hacer. Hay muchas cosas que Dios no puede hacer. Dios no es de doble faz, no es de la naturaleza de Dios ser infiel ya que es de su naturaleza, la fidelidad. Al decir nosotros que Dios Todopoderoso puede hacerlo todo, estamos afirmando que puede pecar, ser infiel y mentir, esto no es cierto. Dios no puede hacer muchas cosas, como conocer el futuro porque éste no existe. Dios no es adivino, por eso no le gustan los adivinos pues son mentirosos. ¿Por qué Dios puede decir hechos que van a pasar?, porque Dios los va a hacer. Dios puede decir qué va a pasar, no porque lo esté mirando, sino porque lo va hacer. Cuando Dios habla del futuro, habla de cosas que Él va a hacer, por eso, cuando habla del porvenir es porque está prometiendo lo que va a hacer. Si Él promete que va a hacer esos hechos, éstos suceden porque así lo dijo. Hace un tiempo en las noticias nos dijeron que unos asteroides iban a chocar con la tierra lo que provocaría su fin, esto no es posible. Pueden suceder guerras nucleares y la tierra no se va a acabar por ahora. El Señor Jesucristo prometió volver a esta tierra y sólo será destruida cuando Él lo haga, mientras tanto, seguirá estando de pie, atrofiada, contaminada, convulsionada pero esperando la segunda venida del Señor Jesucristo. Él va a descender en esta tierra y como mínimo va a estar en Israel en el Monte de los Olivos. Hechos 1:10-11: “Y mirando fijamente al cielo mientras Él se iba, se les presentaron dos varones con vestiduras blancas. Y les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?. Este Jesús, que fue tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo contemplasteis yendo al cielo”. Una característica de la naturaleza divina que no la tiene otra naturaleza, ni otro espíritu, es la de estar en varios sitios a la vez. Muchos lo llaman omnipresencia, yo les digo que no, éste no es un término bíblico. La Biblia dice que Dios puede estar en varios sitios a la vez, sin dejar de ser. Las personas que son salvas tienen dentro de su ser todo el Espíritu Santo, como lo tengo yo y como lo tienen todos los creyentes. Pero ese mismo Espíritu Santo también está sobre los no creyentes, redarguyéndolos de pecado, está en el reino de los cielos y en muchos sitios a la vez sin dejar de ser. No lo entendemos porque somos criaturas y no tenemos la naturaleza divina. Los demonios tampoco tienen esta característica, es única de la deidad; ellos hacen creer que la tienen porque en realidad son muchos y mentirosamente hacen creer que es uno sólo el que está en diferentes sitios. Para entender las características de Dios y los asuntos de Dios tendríamos que ser dioses. Se lee en 1ª de Corintios 2:11: “Pues ¿quién de los hombres sabe lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?. Así también, nadie ha conocido las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. Existe otra característica: Dios es amor, 1ª de Juan 4:8: “El que no ama, no conoció a Dios, porque Dios es amor”; lo que demuestra que el amor no es un 12


sentimiento. El Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo son amor. El amor es un carácter y una forma de actuar y de ser que está acompañada de sentimientos. En 1ª de Corintios 13:4-8: “El amor es sufrido (soportador), el amor es bondadoso, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no actúa indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra en la injusticia, sino que se regocija con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. Porque las profecías serán abolidas, las lenguas cesarán, el conocimiento se acabará”. Este versículo cuando habla de sufrido, en griego se refiere a “sostener”. Es como cuando una persona tiene que cargar al ser amado porque éste no puede hacerlo, ya sea porque está enfermo o incapacitado. La persona que soporta (sostiene) lo hace más allá de sus fuerzas y esto le produce dolor pero igualmente lo levanta, lo soporta y lo ayuda, siendo de esta forma el amor sufrido. Se ha distorsionado el hecho que las personas puedan recibir y entender el amor de Dios y que tanto hombres como mujeres podamos amar al Padre, al Señor Jesucristo y al Espíritu Santo y que los varones puedan amar al Señor Jesucristo sin sentirse mal. Se ha entendido que el amor tiene que ver con tener sexo y el amor nada tiene que ver con ésto. No se hace el amor, se hace el sexo. Dios tiene características espirituales: como espíritu y como persona. Por lo tanto el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo son espíritu y persona pero esta naturaleza espiritual es divina. Si es de la naturaleza divina el amor, entonces el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo son amor. Si es de la naturaleza divina ser Todopoderoso, entonces Dios Padre, Dios Señor Jesucristo y Dios Espíritu Santo son Todopoderosos. Si es de la naturaleza divina la vida, entonces el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo son vida. Si es de la naturaleza divina el crear, entonces el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo son creadores. No es de la naturaleza divina la materia, entonces el Padre y el Espíritu Santo no tienen materia, sólo el Señor Jesucristo tiene materia porque se hizo hombre. Lo que es de naturaleza divina lo tiene cada uno, lo que no es de naturaleza divina, lo pueden tener algunos y otros no. Cada uno tiene su personalidad, su tono de voz, gustos, sentimientos, preferencias y forma de ver las cosas pero su naturaleza, es la misma. Por el hecho de convivir toda una eternidad tienen características que les son comunes y que las manifiestan por su naturaleza divina común.

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Tenemos que ser conscientes cuando nos dirigimos al Padre pues hay que conocerlo como persona, saber qué le gusta, cómo habla y cuál es su tono de voz; igual sucede con el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo. Quienes conocemos al Señor Jesucristo, sabemos que le gustan muchas cosas de las actividades de la tierra porque Él estuvo aquí y las aprendió. A Él le gustan los deportes y le gasta tiempo a ellos porque Él estuvo aquí en la tierra. Él tiene su cuerpo humano, conoció los deportes. Estas actividades y gustos hacen que su personalidad sea diferente a la de Dios Padre y a las del Espíritu Santo que aunque crearon la tierra no han participado de las actividades de ésta porque no tienen materia. Dios Padre es consolador y es de la naturaleza divina ser consolador pero es el Espíritu Santo por su forma de ser, por sus características y personalidad quien ejercita esta característica de la divinidad preferiblemente en las personas atribuladas. No es que Dios Padre no haga o no sepa hacerlo pero es el Espíritu Santo quien tranquiliza, conforta y anima. Dios Padre remite al Espíritu Santo, a la persona que está atribulada para que se relacione con ella porque es una características de su personalidad. A manera de conclusión, el término Dios se define como naturaleza no creada que además es espíritu y persona. De esta naturaleza son: el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo, como Dios son iguales pero como personas son diferentes; como pasa con usted y yo, como personas somos muy diferentes pero tenemos la misma naturaleza humana. LA NATURALEZA HUMANA DEL SEÑOR JESUCRISTO Estamos conociendo acerca de lo que hay que creer del Señor Jesucristo y de su Evangelio de salvación. Dimos el primer paso: creer que el Señor Jesucristo es Dios, luego analizamos la persona y la naturaleza divina. Recordemos lo que hemos estudiado acerca de la ecuación del Evangelio: Fe en Jesucristo = Salvación

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Obras de Fe

Cuando La Biblia dice en Génesis 1:3: “Entonces dijo ’Elohim: Haya luz. Y hubo luz”. Es necesario comprender que la palabra de Dios no es exclusivamente sonora sino hacedora; no fueron sonidos los que salieron o se escucharon sino que la palabra de Dios, es la persona del Señor Jesucristo que fue la que salió e hizo, en este caso la luz. Cada vez que una persona de la deidad habla o se expresa, actúa el Señor Jesucristo (Logos). Cuando Dios creó por medio de su palabra, creó por medio del

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Señor Jesucristo; quien hizo todas las cosas, porque Él es el Logos (palabra) de Dios. La Biblia que es la palabra de Dios, es el mismo Señor Jesucristo. Colosenses 1:15-17: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles: tronos, dominios, principados, potestades; todo fue creado por Él y para Él, y Él es antes de todas las cosas, y todo subsiste en Él”. Antes de la creación, el Señor Jesucristo Era, Es y Será el Verbo, lo cual traduce: “Palabra que actúa”. Gramaticalmente la expresión “verbo” significa: acción o movimiento y se conjuga, en pasado, presente y futuro o en otras formas, modos y tiempos. Bíblicamente la expresión “Logos”, en griego se traduce como palabra o verbo; aquí su significado es diferente pues indica palabra que actúa, es decir, la palabra de Dios es hacedora y además es una persona; esta persona, es el Señor Jesucristo. Toda La Biblia es el Señor Jesucristo, ella dice, habla y transpira la persona del Señor Jesucristo, Él es Dios, Él es el Verbo y en el principio era con Dios y era Dios; este Dios se hizo hombre tomando cuerpo y naturaleza humana. Para entender lo anterior, debemos hablar sobre el ser humano, ¿Qué es la naturaleza humana?. Génesis 1:1-25 dice: “En un principio creó ’Elohim los cielos y la tierra. Pero la tierra llegó a estar desolada y vacía, y había tinieblas sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Entonces dijo ’Elohim: Haya luz. Y hubo luz. Y vio ’Elohim que la luz era buena, y ’Elohim hizo separación entre la luz y la oscuridad. Y llamó ’Elohim a la luz día y a la oscuridad llamó noche. Y fue la tarde y fue la mañana: Día uno. Y dijo ’Elohim: Haya expansión en medio de las aguas y separe las aguas de las aguas. E hizo ’Elohim la expansión, y estableció separación entre las aguas que estaban debajo de la expansión y las aguas que estaban encima de la expansión. Y fue así. Y llamó ’Elohim a la expansión cielos. Y fue la tarde y fue la mañana: Día segundo. Y dijo ’Elohim: Reúnanse las aguas de debajo de los cielos en un solo lugar, y muéstrese lo seco. Y fue así. Y a lo seco llamó ’Elohim tierra, y a la reunión de las aguas llamó mares. Y vio ’Elohim que estaba bien. Entonces dijo ’Elohim: Produzca la tierra vegetación: hierba que haga germinar semilla, árbol frutal que dé fruto sobre la tierra según su especie, cuya semilla esté en él. Y fue así. Y la tierra hizo brotar vegetación: hierba que hace germinar semilla según su especie, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio ’Elohim que estaba bien. Y fue la tarde y fue la mañana: Día tercero. Y dijo ’Elohim: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para diferenciar entre el día y la noche, y sirvan para señales, y para las estaciones, y para días y años, y sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo ’Elohim las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día, y la lumbrera menor para regir la noche. Y puso ’Elohim las estrellas en la 15


expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para regir durante el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y vio ’Elohim que estaba bien. Y fue la tarde y fue la mañana: Día cuarto. Entonces dijo ’Elohim: Bullan las aguas seres vivientes y ave que vuele sobre la tierra en la expansión de los cielos.Y creó ’Elohim los grandes monstruos marinos y todo ser vivo que repta, que poblaron las aguas, según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio ’Elohim que estaba bien. Y ’Elohim los bendijo diciendo: Fructificad y multiplicaos, llenad las aguas en los mares y multiplíquese el ave en la tierra. Y fue la tarde y fue la mañana: Día quinto. Entonces dijo ’Elohim: Produzca la tierra seres vivientes según su especie: ganado, reptiles y bestias de la tierra, según su especie. Y fue así. E hizo ’Elohim las bestias de la tierra según su especie, y el ganado según su especie, y todo reptil del suelo según su especie. Y vio ’Elohim que estaba bien”. En el principio estaba Dios y empezó a crear la materia dando órdenes: “háganse”, “prodúzcanse”. Cuando llega a la creación del hombre, con él hay otro acto de creación, no dice “prodúzcanse seres humanos”. Por ejemplo, cuando en la casa la señora manda a alguien diciéndole: “barre ahí, barra la sala, acomode los muebles”, es diferente a que la misma señora vaya y barra. En este ejemplo, hay dos formas de barrer la casa: una, cuando la manda a barrer y otra, cuando ella puede decir “yo barro la casa”, en esta última, la señora se involucró en la acción. Cuando Dios crea al hombre, es otro acto de creación diferente al de la creación donde creó las aguas, los cielos, los animales, entre otros. La diferencia consiste que Dios se involucró en la creación del hombre como lo vimos en el ejemplo anterior. Esa es la diferencia que hay con todo el resto de la creación y la creación del hombre.

Cuando Dios creó al hombre no dio la orden “háganse”, dijo: “hagamos” al hombre, lo hizo Él. Génesis 1:26 dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y Señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Él hizo el acto de la creación. Hay dos actos de creación: uno donde se da la orden y otro donde Él mismo hace el acto de creación. Dios dice que tomó del polvo de la tierra que ya estaba creado y le dio forma y cuerpo. Génesis 2:7 dice: “Entonces dijo ’Elohim: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos, sobre el ganado, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que repta sobre la tierra”. La Biblia no explica específicamente cómo lo hizo, lo que aclaramos es que la creación del hombre no fue por medio de una 16


orden, Dios mismo lo creó, se sabe que no fue mediante una obediencia de la tierra, ni de una orden de Él, sino que se tomó el trabajo de hacerlo personalmente. La Biblia no es muy explícita para decir que se sentó y tomó una arcilla y lo talló ¿Cómo Dios lo hizo?, no lo explica La Biblia; lo único que sabemos es que Él mismo se tomó el trabajo de construir el cuerpo del hombre, diseñarlo y elaborarlo. El hombre no salió de una obediencia de la tierra, ni de los animales, ni de una orden de Dios sino de un hacer de Dios que es muy diferente. Dios toma la materia (polvo de la tierra) y hace el cuerpo del hombre. Esta materia no se parece a Dios porque Dios es espíritu y no materia. La semejanza del hombre con Dios no está en la materia sino en el espíritu del hombre que le creó. El cuerpo material del hombre es un diseño propio de Dios. Al cuerpo diseñado por Dios, Él le introdujo una naturaleza espiritual creada especialmente para el hombre. Le creó un espíritu humano y lo fundió con la materia. La Biblia dice: el ser humano es uno solo, a diferencia de la filosofía y la ciencia que han dividido al ser humano en materia, cuerpo y espíritu, Dios no lo creó dividido sino fundido. El ser humano es una unidad y dice: “Y fue el hombre UN ser viviente”. Génesis 2:7: “ Entonces YHVH ’Elohim modeló al hombre de la tierra roja, e insufló en sus narices aliento de vida. Y el hombre llegó a ser alma viviente”. Existe una amplia diferencia entre lo que significa una mezcla y una fundición. Esta última es el gran prodigio de Dios cuando crea al ser humano. Miremos este ejemplo, la limonada es una mezcla de agua, azúcar y limón, de ella es posible separar sus ingredientes. Por el contrario, cuando ocurre aleación (fundición), hay tal unión de materiales que se produce una nueva naturaleza. No es una naturaleza con las características de sus ingredientes sino una diferente a sus componentes iniciales. Un ejemplo de aleación, es el acero que es la combinación entre un metal (el hierro) y un metaloide (el carbono), que conserva las características metálicas del primero pero con propiedades notablemente mejoradas gracias a la adición del segundo y de otros elementos metálicos y no metálicos. De tal forma que no se debe confundir el hierro con el acero, dado que el hierro es un metal en estado puro al que se le mejoran sus propiedades físicoquímicas con la adición de carbono y demás elementos y el resultado tienen características diferentes a sus componentes iniciales. Dios había creado la naturaleza espiritual y la naturaleza material, cada una con sus propias características, las fundió y como resultado, crea al ser humano como un “ser viviente”. En La Biblia y específicamente en el Nuevo Testamento, Pablo y algunos escritores de la época hablan de la división del ser humano en alma, cuerpo y

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espíritu. Los griegos, Sócrates, Platón y otros, hablan de la división del ser humano y Pablo, es producto del pensamiento de estos filósofos griegos. Dios le habla al ser humano dentro de su contexto pero el hombre se inventó la división filosófica de mente, cuerpo y espíritu para su estudio y explicación; biblícamente no hay tal división porque el ser humano es una unidad, por lo cual el Señor Jesucristo murió por cada persona, es decir, por la fundición de materia y espíritu en un solo ser, es por ello que existe resurrección del cuerpo. Lo humano es una nueva naturaleza, no es únicamente naturaleza espiritual como Dios o la de los ángeles, ni es solamente naturaleza material como la del resto de la creación. La naturaleza humana es una fundición de materia y espíritu, de dos naturalezas distintas con características diferentes y en muchos casos, hasta contrarias. Dios las funde en un solo ser, ese solo ser que sale de esa fundición, es la persona humana con características muy distintas y únicas al resto de la creación. Una característica de la materia, es que es muerta, sin vida pero tiene la capacidad de moverse, de expresarse, tiende a descomponerse, es la mezcla de muchos ingredientes y materiales que se van deteriorando hasta descomponerse en sus componentes iniciales. Científicamente se ha comprobado que no es válida la evolución, la materia no evoluciona y es incapaz de evolucionar. Desde la termodinámica, la misma ciencia ha descubierto que la materia no puede volverse más compleja, tiende a desintegrarse en sus componentes iniciales, la materia se transforma, es decir puede tomar formas y estructuras diferentes pero no cambia de naturaleza. Si decidiera dejar una silla al sol y al agua sin hacerle mantenimiento, pasado un tiempo empezará a descomponerse hasta quedar en polvo, es decir, volverá a sus componentes iniciales, volverá a ser tierra. La naturaleza espiritual no tiene esa característica de descomponerse, antes bien, permanece y no deja de ser. Dios es espíritu y crea una naturaleza espiritual para el hombre, a la cual le coloca sus características de persona. Hay confusión con los términos: alma, cuerpo, espíritu y mente, éstos han ido cambiando con el quehacer filosófico del hombre y se rastrean en la medida en que se avanza en el conocimiento de lo que dice La Biblia. La Biblia contiene filosofía, historia, ciencia, psicología, entre otras áreas del conocimiento, sin llegar a ser un tratado de ninguna de ellas y como libro, es la relación de Dios con el hombre; allí se muestra cómo ha ido variando la ciencia, el arte, la sociedad, la historia y los conceptos de la humanidad porque cada vez que Dios se comunica con el ser humano lo hace dentro del contexto de esa persona, utilizando sus palabras, ejemplos y conceptos. 18


La Biblia es un libro, que al dejar Dios escrito su relación con la humanidad nos aporta cultura general en áreas como: historia, literatura, arte, ciencia, medicina, entre otras; porque a medida que la realidad cambia, Dios se ajusta a ella para comunicarse con el ser humano no cambiando Él; siendo útil la lectura de La Biblia para conocer el devenir de la humanidad en sus diferentes épocas. Cuando Dios hablaba con los Hebreos, Lucas 10:27 dice: “Y él respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo corazón (entrañas), y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”; en el original hebreo antiguo está la palabra “entraña o intestino” no corazón, ya que en ese tiempo no se había dicho que el corazón regulaba los sentimientos, dice: “Amarás al Señor con todas tus entrañas, con todos tus hígados y con todos tus intestinos”. En aquel tiempo se creía que estos órganos, controlaban las emociones de la humanidad. Fue tiempo después que se estableció el concepto que el corazón controlaba los sentimientos, hoy se sabe que ninguno de estos órganos es el responsable del control de los sentimientos en el ser humano. Actualmente se conoce que es el cerebro. En un futuro, las nuevas traducciones dirán: “Amarás al Señor con todo tu cerebro…”, mostrando una forma racional y mental del amor humano porque ya la ciencia descubrió que quien controla los sentimientos es el cerebro y no el corazón. Nosotros seguimos diciendo: “te quiero con todo el corazón” pero el corazón no es el que quiere, el que controla el querer, los afectos y todos los sentimientos según los científicos, es el cerebro. Así también, cuando el Señor habla en el Antiguo Testamento, se evidencia por dónde va la cultura, la filosofía y la ciencia; de ahí la importancia que tiene el estudiar detalladamente el contexto humano que tiene La Biblia. Leemos que el Señor Jesucristo en los evangelios da ejemplos de su contexto. La falta de un análisis contextual de lo dicho en La Biblia, ha dado lugar a muchas doctrinas falsas. En 1ª de Corintios 13:12 dice: “Porque aún ahora vemos mediante espejo, veladamente; pero entonces, cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, conforme fui conocido”. Para nosotros en esta época, al contrario del escrito, nuestros espejos son muy claros, dificultando entender qué es lo que se está diciendo en el versículo con “veladamente”, si los espejos son muy claros. Cuando el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo inspiraron 1ª de Corintios, los espejos eran de bronce pulido y solamente reflejaban el contorno o la silueta pero no alcanzaban a dar el detalle del cuerpo como los de ahora; no eran unos espejos claros, por eso pudieron escribir “veladamente”. Para la comprensión de la verdad, hay que averiguar en qué época se habló y cómo eran los espejos de ese tiempo. Si lo analizamos con los espejos de esta época se estaría diciendo una mentira, una falsedad. Como van a decir: “Ahora vemos por un espejo, veladamente”, si actualmente lo que vemos por un espejo, 19


es sumamente claro. Los espejos que conocemos están diseñados para ver todos los detalles. En Génesis 2:7 dice: “Entonces YHVH ’Elohim modeló al hombre de la tierra roja, e insufló en sus narices aliento de vida. Y el hombre llegó a ser alma viviente”. Tenemos que buscar en qué época se escribió Génesis, cuál era su contexto y el concepto cuando Dios le está diciendo estas palabras a Moisés. Dios le explicó a Moisés la creación del hombre utilizando conceptos de la época, la de Moisés. Continuando con el tema de la naturaleza humana, analicemos qué es la materia. La materia es una naturaleza terrenal que toma diferentes formas según lo que con ella ha sido creado. Son materia los árboles que tienen forma de plantas, las paredes que tienen forma de pared, las sillas que tienen forma de silla; sin embargo, tanto el árbol, la pared y la silla tienen la misma naturaleza material, expresada en varias formas. Es otra característica de la materia, tener diferentes formas. El cerebro es material y desarrolla procesos, los cuales por pertenecer a un instrumento material, son también materiales a pesar de no estar en el campo de lo físico, de lo palpable. Como por ejemplo los pensamientos, sentimientos, la inteligencia, entre otros. La materia del ser humano tiene su componente físico que podemos palpar, sentir, oler y ver, su componente psicológico es producto de las actividades cerebrales. Son procesos del cerebro: la inteligencia, los sentimientos, las emociones, el pensar, la imaginación y los sueños, todo esto es material pero psicológico. Lo que produzco con materia es material, tanto lo físico como lo psicológico. El cerebro, según la ciencia, tiene muchos procesos diferentes los cuales son materiales que caen en el ámbito psicológico.

Físico: Cuerpo biológico y funciones orgánicas Materia: Naturaleza terrenal creada del polvo de la tierra. Persona Humana (fundición)

Espíritu Humano: Naturaleza espiritual terrenal creada, semejante a Dios.

Psicológico: Procesos mentales desarrollados por el cerebro: como el pensamiento, los sentimientos y la inteligencia.

En la época de Moisés, se hablaba de materia y espíritu (en hebreo nefes). Luego se dijo que el espíritu producía la parte psicológica y se le llamó alma. Todo lo que

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no fuera físico, el ser humano lo dejó de llamar espíritu y lo comenzó a llamar alma, considerándolas como sinónimas pero no lo son. En la época de los griegos, Platón y Sócrates volvieron a retomar el concepto a nivel filosófico, considerando como espíritu la parte de la materia que no era física y que el alma era lo psicológico. En la época de Pablo se habla de materia, espíritu y alma, llamando alma al aspecto psicológico. A pesar que separan la materia y el alma, esta última, es la parte material no física del ser humano, continúan siendo en la realidad materiales las dos. Por el contrario, la ciencia moderna no reconoce lo espiritual, únicamente se ocupa de estudiar la materia (cuerpo y mente) con sus propios instrumentos. Por esto, la ciencia nunca podrá afirmar ni negar a Dios porque no cuenta con los instrumentos para investigar lo espiritual. Dios creó la materia, convirtiéndola en la base fundamental de estudio para la ciencia, permitiendo que el hombre estudiara lo que Dios creó: la materia. También Dios creó el espíritu humano terrenal que obviamente no es materia por lo cual no es objeto de la ciencia. La filosofía trató de ocuparse de lo espiritual pero sólo logró estudiar lo psicológico. Fue en ese entonces que la ciencia moderna postuló: “El hombre es solo materia”. Lo llamado alma o espíritu en el hombre es materia y se inicia con la búsqueda de la raíz de la materia, que anteriormente la filosofía había definido como espiritual. Los procesos mentales del cerebro no son físicos pero sí materiales, a eso se le dio el nombre de psicológico. En ese momento la filosofía decía: “El ser humano es físico, psicológico y llamó a esto, mente y espíritu”. Este espíritu también para la ciencia es materia, o sea, es el interior de un ser humano. Lo psicológico son los procesos del cerebro, lo espiritual es la razón de ser de un ser humano, su interior profundo lo colocan también en el ámbito material. En la actualidad están en el plano psicológico todos los procesos mentales, siendo lo psicológico material. Retomando, en principio Dios creó al hombre materia y espíritu, Dios fundió estas dos naturalezas diferentes en una y el hombre es un solo ser. Hace más de 30 años, el Señor Jesucristo tuvo la misericordia de conocerme y salvarme; en ese entonces, una de las cosas que le preguntaba en mi ignorancia al Señor Jesucristo era: ¿Para qué nos había creado?, ¿para qué nos había creado con vida?, ¿Él nos había creado?, ¿por qué nos había creado? y ¿por qué nos había creado dependientes de Él?. Había sido atea y por ello era mi preocupación y angustia. Me preguntaba: ¿Por qué no nos había hecho como el sol, la luna y las estrellas?, ¿por qué teníamos que relacionarnos con Él?, ¿por qué teníamos que depender de Él?; hasta que un día el Señor Jesucristo me contestó: “Para que pudieran 21


tener vida porque la vida Soy Yo”. Si Dios no nos creaba teniendo una relación con Él o dependiendo de Él, seríamos como el sol, la luna y las estrellas, sin vida.

La vida no se crea, la vida es Dios y para Dios dar vida, Él tiene que estar ahí. Cuando Él decidió crear un ser con vida, tuvo que estar ahí, relacionarse con él y pasarle de su vida. Cuando se quiere elaborar un aparato eléctrico, una vez se fabrica debe hacerse un enchufe para conectarlo a la energía eléctrica. Si llegara a faltarle este accesorio, no sería artefacto eléctrico, por sí solo no tendría electricidad, la electricidad está externa a él. Cuando Dios creó al hombre, pensó en que debía tener un “enchufe” para que viviera conectado a Él que es la vida, así que por medio del espíritu humano la persona puede recibir la vida.

La vida no se crea, la vida es Dios que no es creado. La materia no tiene vida, es muerta en sí misma. Dios creó un espíritu y lo fundió a la materia para poderse conectar con él y poderle dar vida. Todo ser humano fue creado con vida y le fue dado el instrumento adecuado para recibir la vida, tiene que estar conectado a Dios porque de lo contrario está muerto. El ser humano, como normalmente lo afirman los no creyentes, no está vacío de espíritu. Todo ser humano tiene su espíritu aunque muerto. Dios no tiene materia y cuando dice que creó al hombre a su imagen y semejanza ¿Qué hizo?, (recordemos que Dios es espíritu y es persona) creó un ser semejante con las características de Él. La pregunta es: ¿Por qué Dios dice que es semejante y no igual?. Para hacer una cosa igual a otra, tienen que ser de la misma naturaleza; la humanidad no tiene naturaleza divina, tiene características divinas. En mis tiempos de estudiante de psicología, un profesor hizo una raya en un papel y la midió, nuevamente con el mismo bolígrafo hizo otra raya de igual medida y nos preguntó que si eran iguales, respondimos que sí porque se veían iguales, él dijo que no porque la segunda raya tenía un factor que no tenía la primera, a lo que llamó, experiencia. Ya había hecho una y la segunda era copia de la primera.

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Cuando Dios crea al hombre, lo hace a su imagen y semejanza, este espíritu no lo saca de su naturaleza, es otro espíritu, otra creación de naturaleza no material, terrenal mas no de la divinidad, creó un espíritu terrenal para el ser humano. A ese espíritu humano le puso características de Él, de persona. Dios hizo este espíritu y lo fundió con la materia, convirtiendo al ser humano en una persona, el cual tiene características de la personalidad de Dios. Si nosotros queremos saber quienes somos, tenemos que conocer a Dios, porque somos hechos copia a imagen y semejanza suya. La semejanza con Dios está en el espíritu humano que tiene el hombre mas no está en la materia pero este espirítu está fundido en su materia. Dios hizo al hombre semejante en las características que puso a su espíritu, es por ello que el hombre tiene poder creador, puede inventarse cosas que antes no existían. No quiere decir que Dios se parezca a nosotros, somos nosotros los que nos parecemos a Dios. Al tener Dios sentimientos, nosotros tenemos sentimientos; si Dios tiene inteligencia, nosotros de igual forma tenemos inteligencia; si Dios tiene alteridad, nosotros tenemos alteridad; si Dios tiene emociones, nosotros también tenemos emociones y si Dios tiene poder en su palabra cuando habla, nosotros de igual manera tenemos poder al hablar. Fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, con sus mismas características pero sin tener su misma naturaleza. Por eso no somos Dios. El Salmo 82:6 dice: “Yo dije: dioses sois, Y vosotros todos hijos de ‘Elyón (Dios Altísimo)”; vemos como escribe “dioses” en minúscula, aunque no tengamos la naturaleza divina, sí tenemos todo el carácter, todo el modo de ser y todas las características de persona de Él. Es como si yo les dijera: “esta silla es idéntica a una que hay en Londres”, ustedes no pueden analizar esta silla sin conocer la original, tienen que ir a Londres y conocer el modelo de la silla de la cual fue tomada para que puedan concluir si esta silla es idéntica o no; si la silla de Londres, es de hierro con paño entonces la que se analiza debe ser de hierro con paño.

Si somos personas, es porque Dios es persona. No podemos saber quién es, ni qué es la humanidad estudiando al hombre mismo, debemos estudiar quién es Dios y qué fue lo que hizo, para saber así quién es el hombre.

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La ciencia se ha ocupado de estudiar al hombre y por eso aún no ha sido posible que defina quién es él. Dios ha sido el único que ha podido decir quién es el hombre porque no sólo lo creó sino que lo hizo a su imagen y semejanza.

En la medida en que nosotros conocemos a Dios, nos conocemos a nosotros mismos. El género, es otra característica tanto de Dios como del ser humano. El ser humano puede ser hombre o mujer; recordemos que Dios no tiene el género del ser humano, es decir, Dios no es ni hombre ni mujer porque Dios es espíritu. Siempre hemos pensado que Dios Padre es varón, esto no es cierto, Él tiene características de varón y hembra; el ser humano es a imagen y semejanza de Dios y la humanidad es varón y hembra, cada uno semejante a Dios. Igual sucede con el Señor Jesucristo en su condición de Dios, tiene las características de Dios aunque con Él se nos facilita porque como hombre tiene características de varón; el Espíritu Santo como es Dios también tiene características de varón y hembra en cuanto a la personalidad, no en cuanto a la genitalidad porque Dios no tiene materia. El ser humano fue hecho a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto el hombre y la mujer son hechos a imagen y semejanza de Dios, como personas. ¿Cómo hizo Dios para que el varón y la hembra tuvieran las mismas características del ser humano? Dios hizo a la hembra de la costilla que tomó de Adán, por esto no se debe diferenciar al varón de la hembra como personas humanas a imagen y semejanza de Dios porque somos iguales. En Génesis 2:23 dice: “Y el hombre exclamó: ¡En verdad ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Por esto será llamada Varona, porque del varón fue tomada”. Entonces las hembras son bien llamadas varonas. Si la mujer es inteligente, significa que el varón es inteligente porque su inteligencia la recibió del varón y si por el contrario, la mujer no es inteligente el varón tampoco lo es, además el varón nace de la mujer, como dice en 1ª de Corintios 11:8-9; 12: “Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; y porque el varón no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Porque así como la mujer procede del varón, también el varón existe por medio de la mujer; empero todo procede de Dios”.

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DIOS

Humanidad creada a imagen y semejanza de Dios

Varón

Sacada del Varón

Hembra

Nace del V arón

Tenemos las mismas características del varón. La mujer y el varón tienen naturaleza humana, es una fusión de 46 pares de cromosomas, 23 pares son aportados por el varón y 23 pares son aportados por la mujer, nuestras diferencias son a nivel sexual. Hay ciertas características por ser de diferente sexo pero ello no determina la inteligencia, la memoria, ni la fuerza o el hecho de ser persona. La mujer tiene actitudes y comportamientos de varón debido a que de él fue tomada. En la actualidad la mujer quiere ser como el varón pero no es posible aunque tenga características del varón del cual fue tomada. Lo mismo sucede con el varón que quiere ser mujer, no puede serlo porque aunque tenga características de mujer y nació de mujer, no es mujer. El Señor Jesucristo dice que todo varón nace de mujer y toda mujer procede del varón, lo que demuestra la similitud de características pero sabiendo de antemano que ella es la mujer y que él es el varón.

“Porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios”. Hombres y mujeres nos debemos de cuidar y respetar. Cuando un varón maltrata a una mujer se maltrata a sí mismo porque esa mujer fue hecha del varón y cada vez que una mujer maltrata a un varón, se maltrata a ella misma porque ella fue sacada del varón. 25


El ser humano, varón y hembra fueron hechos a imagen y semejanza de Dios, cada uno tiene su identidad como ser humano. Es el espíritu humano con las características de Dios que se introdujo en la materia y se fundió con ella, dándole su personalidad y su identidad como único. Materia y espíritu fundidos en un sólo ser, dando como resultado otra naturaleza imposible de separar porque cuando se separa la materia del espíritu se produce la muerte física. El hombre fue creado con la vida de Dios y continuó conectado a Él a través de los mandamientos, en la medida en que le obedecía, estaba unido a Dios y recibía su vida. Génesis 1:28 dice: “Luego ’Elohim los bendijo; y les dijo ’Elohim: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, dominad sobre los peces del mar y las aves de los cielos y sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra”. Dios comenzó a mandar para que el hombre tuviera una relación con Él y se mantuviera vivo pero al desobedecer el hombre se convirtió en pecador y por lo tanto el hombre, murió. Cuando el hombre pecó, siguió existiendo como fundición de materia y espíritu pero este espíritu humano murió, perdió la vida que procede de Dios, por lo tanto todo el ser humano murió. Cuando la persona cree en el Señor Jesucristo, le es dado como garantía el Espíritu Santo, el cual es Dios y le da vida a nuestro espíritu humano muerto, por tanto recobramos la vida. Es lo que llama La Biblia: “Nacer de Nuevo”. Génesis 2:16-17 dice: “Y ordenó YHVH ’Elohim al hombre, diciendo: de todo árbol del huerto come libremente, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día que comas de él, ciertamente morirás”. Similarmente sucede cuando le arrancamos una hoja a una planta, al ser cortada la hoja muere aunque aparentemente continúe con vida, viéndose verde y con olor natural está muerta porque ya fue arrancada del tallo que le daba vida. Cuando Adán pecó, se desconectó de la vida e inmediatamente murió. Al principio no se le vieron los síntomas de la muerte, continuó teniendo hijos, caminando, trabajando y “viviendo” pero fue desintegrándose hasta volverse polvo, debido a que está muerto su espíritu que es el que le da vida a su ser, incluyendo a la materia. De allí todo ser humano murió y comenzó a manifestarse las obras de muerte: los pecados. Estando muerto Adán, nacen sus hijos muertos: Caín, Abel, Set y los demás; es de allí que descienden todos los seres humanos muertos, la raza humana nace del Adán muerto, todo ser humano que es concebido, nace muerto por estar completamente separado de Dios. Al ver el hombre la imposibilidad de relacionarse con Dios, se inventa los dioses y las religiones. Estos dioses son falsos. En Romanos 3:11-12 dice: “No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios, todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, ni siquiera uno”.

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Todos los hombres nacemos muertos y pecadores y no como muchos creen que en la medida en que se peca, se convierte en pecador. Eso no lo dice el Evangelio del Señor Jesucristo. Romanos 5:12: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Nacemos pecadores y por lo tanto pecamos, eso es bíblico. La mayoría aún incluyendo a los cristianos, creen que son pecadores porque pecaron. No, todo ser humano nace pecador y por nacer pecador es que peca, eso es muy diferente. Todos los descendientes de Adán nacen muertos, en Juan 3:17-18 dice: “Porque Dios no envió al Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de Él. Quien cree en Él, no es juzgado; el que no cree, ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito Hijo de Dios”. Esa es una mala noticia. Todo ser humano nace muerto y pecador. Lo que les estoy tratando de decir es que todos los seres humanos ante Dios somos pecadores, ya sean delincuentes o personas correctas y honestas socialmente hablando, todos los seres humanos nacemos pecadores; algunos pecados son catalogados como delitos para la sociedad y otros no son delito, ya que el pecado (como lo hemos dicho anteriormente), tiene que ver con la obediencia o no obediencia a Dios. Ejemplo: la envidia y la mentira son pecados pero en muchos casos no son delito pero el matar, es pecado y delito. Los creyentes en el Señor Jesucristo, tenemos la naturaleza de Dios fundida en nosotros porque tenemos al Espíritu Santo que es Dios. En 2ª de Pedro 1:3-4 encontramos: “Por cuanto todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido concedidas por su divino poder, mediante el conocimiento pleno del que nos llamó por sus gloriosas proezas, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegarais a ser consubstanciales con la naturaleza divina; habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. Estos versículos nos están diciendo que hemos sido partícipes de la naturaleza divina otorgada por Dios. Somos los cristianos otra humanidad, pertenecemos al postrer Adán que es el Señor Jesucristo. Es diferente a la del primer Adán, siendo éste cabeza de una humanidad y el Señor Jesucristo, es cabeza de la otra humanidad con diferente orden. Fue necesario que el Señor Jesucristo fuera hombre vivo, con condiciones diferentes a las de Adán, para que nos regalara su vida. Los cristianos creemos en el Evangelio y que Dios se hizo hombre en la persona del Señor Jesucristo, aceptando todas las características de Él, totalmente humano, con todas las características humanas siendo Dios. Aquí me van a perdonar, muchas personas creen que el Señor Jesucristo no fue al baño; La Biblia no registra este hecho porque es lógico pero sí registró otras 27


características humanas del Señor Jesucristo, a Él le dio sueño, se cansó, comió, le daba hambre, sed y lloró. Muchas personas no quieren aceptar la humanidad del Señor Jesucristo, sólo su deidad y otras, quieren su condición humana y no la de Dios. Quien tenga un cristo que no es humano y lo tiene solamente como Dios, no tiene al Cristo Bíblico, no tiene en verdad al Señor Jesucristo Bíblico; quien tenga a un cristo con apariencia de humano tiene también un falso cristo y quien tenga a un cristo totalmente humano sin ser Dios, también tiene un cristo falso, bíblicamente hablando. El Señor Jesucristo Bíblico, el verdadero, el que salva, es Dios hecho hombre, totalmente Dios, totalmente hombre.

El Señor Jesucristo: Dios hecho hombre. El Señor Jesucristo es la palabra de Dios. Juan 1:1; 14: En un principio era el Logos, y el Logos estaba ante Dios, y Dios era el Logos”; “Y el Logos se hizo carne, y tabernaculizó (habitó) entre nosotros, y contemplamos su gloria (gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”. EL VERBO SE HIZO CARNE Para conocer y entender el Evangelio, se hace vital saber que el Señor Jesucristo es Dios. Ya se explicó qué es Dios y la Deidad del Señor Jesucristo; de la misma manera, comprender que Dios en la persona del Señor Jesucristo es el Verbo y se hizo hombre. Para ello, se analizó qué es la humanidad, en qué consiste y cómo fue que Dios creó al hombre. Vamos a profundizar acerca de cómo el Verbo se hizo hombre o carne. ¿Cómo Dios se hizo hombre? Hay diferentes procesos o formas de producir o engendrar un ser nuevo o de hacer algo nuevo, uno de estos procesos es la creación que es la forma de producir, elaborar o engendrar algo nuevo y sabemos que el único que crea, es Dios porque dio comienzo a todo lo que existe. Otra forma, es la imaginación que ha servido para engendrar ideas, nuevos proyectos e inventos. También los injertos como en las plantas y muchos otros procesos pueden reproducir nuevos seres. Antiguamente, antes de los avances de la ciencia, sólo era posible engendrar a humanos por la unión física del órgano reproductor femenino con el masculino, permitiendo que óvulos y espermatozoides realizaran el proceso de fecundación. Actualmente, se puede fecundar sin la necesidad de recurrir a los órganos reproductores sexuales masculino y femenino; sólo utilizando los implementos de 28


un laboratorio de investigación científica, como la clonación, la inseminación artificial entre otros. ENCARNACIÓN La encarnación es una forma de engendrar; por este proceso, Dios se hizo hombre y no fue por creación, imaginación ni por fecundación, fue por la encarnación que el Verbo (palabra) se hizo hombre. Cuando Dios se hace hombre recibe el nombre de Jesús, antes no se llamaba Jesús, se llamaba “la Palabra” que ha sido traducida en algunas biblias como “el Verbo”. Al referirnos al Señor Jesús, el Cristo Bíblico, debemos decir Dios hecho hombre porque el Señor Jesús no solamente es Dios también es humano y ambas naturalezas están fundidas en Él, eternamente. El ser humano es fundición de espíritu y materia. El Señor Jesús es Dios (es espíritu) hecho hombre, siendo espíritu se introduce en el útero de María, se llena de carne y nace un ser humano vivo que es fundición de la humanidad tomada de María y de Dios; siendo lo engendrado: Dios hecho hombre por medio de la encarnación; la cual consiste en que el Verbo (Dios) tomó la humanidad de María sin tomar el pecado de ella. Porque Dios creó a la humanidad sin pecado; no es característico de la naturaleza humana pecar, Dios nos creó sin pecado, por medio de un hombre se introdujo el pecado a la humanidad. Romanos 5:12: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. El Señor Jesucristo no desciende de María porque el óvulo de ella no fue fecundado, es decir, el Señor Jesucristo no nació por fecundación. Hace muchos años, en una conferencia sobre este tema un estudiante me dijo: “Bylma Luisa, ya entendí, el Espíritu Santo es el espermatozoide de Dios que fecundó el óvulo de María”. Ante esta apreciación, le respondí: “El Espíritu Santo no es el espermatozoide de Dios, porque Dios siendo espíritu, no tiene órganos genitales internos ni externos y tampoco se fecundó el óvulo de María porque si el Señor Jesucristo descendiera de Adán por medio de María hubiera nacido muerto y pecador, por lo tanto no hubiera podido morir por nuestros pecados. El Señor Jesucristo no se hizo hombre por medio de la fecundación, cuando Él fue engendrado, se produjo un nuevo ser por medio de la encarnación. La encarnación no es un término que esté en La Biblia, en ningún versículo lo van a encontrar: “y se encarnó” pero sí encontramos que “se hizo carne”, “se hizo hombre”, “habitó entre nosotros”. En Filipenses 2:5-10 dice: “Considerad entre vosotros lo que hubo también en Jesús el Mesías, el cual, existiendo en forma de Dios, no quiso por usurpación ser igual con Dios, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo al hacerse obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio el 29


nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”. El Señor Jesucristo tomó la condición de humano en María, la condición no de varón (sexo masculino) sino de hombre y se llenó de carne. Al decir en La Biblia que se llenó de carne, eso se llama encarnarse. Doy el siguiente ejemplo: cuando una uña se encarna es porque se cubre de carne, en este caso no se puede caminar ni se puede colocar zapatos, la uña se cubre de carne y ambas se funden, para solucionar el problema es necesario sacar la uña con la carne que la está cubriendo. Si el Señor Jesucristo hubiera sido fecundado en el vientre de María habría nacido un ser humano muerto, pecador. Si Él se introduce o se incorpora en el cuerpo de María como Dios solamente, hubiese sido posesión. El Señor Jesucristo no podía ser fecundado porque heredaría el pecado y la muerte de Adán. Hubiera nacido como ser humano muerto, sin vida y no hubiera podido morir por nosotros. Muchas personas afirman que el Señor Jesucristo es un hombre altamente espiritual, un sabio, un enviado de Dios, un profeta que murió por nosotros. Esto no es probable porque si el Señor Jesucristo hubiera nacido netamente hombre, descendido de María en fecundación, sería descendiente de Adán y por ello nacido muerto, sin vida y como consecuencia, pecador. Esto que les estoy narrando no se le hubiera podido ocurrir a nadie, es Dios quien lo ha revelado, de allí la sabiduría de Dios. Pablo se maravilla y dice: 1ª de Corintios 2:9-10: “Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios preparó para los que lo aman, pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios”. Dios nos ha revelado su poder, su actuar y lo podemos analizar, estudiar y palpar. Sin embargo, no podemos describir cómo lo hace porque en ese momento tendríamos que ser Dios. Puedo escribir, detallar y describir lo que un carpintero hace cuando diseña y construye una silla pero si decido hacerla y a su vez decirles como la estoy haciendo, terminaré construyéndola y adquiriendo los conocimientos de un carpintero. Para fabricar o construir una silla se requiere de un mínimo de conocimientos de carpintería; lo mismo ocurre si explicáramos todas las obras de Dios. Las obras de Dios las podemos ver, analizar y explicar porque Él ya las realizó. En el caso de la encarnación, Él ya la hizo, sin embargo para saber ¿Cómo la hizo?, ¿cómo fue que el Espíritu de Dios se unió con la carne de María? y ¿cómo fue que salió un cordón umbilical de su Espíritu y la materia?, tendríamos que ser Dios, para saber cómo lo hizo. La Biblia solo dice en Mateo 1:18-21: “Ahora bien, el nacimiento de Jesús el Mesías fue así: Estando desposada su madre Miriam 30


con José, antes que se juntaran, fue hallada encinta del Espíritu Santo. Y José su marido, que era justo, pero no quería denunciarla, se propuso repudiarla en secreto. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a Miriam tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Es posible hacer análisis científicos a la fecundación a través de ecografías, fotografías y otros procedimientos científicos determinando cómo se produce un ser humano. La concepción del Señor Jesucristo fue por poder de Dios, hasta ahora la ciencia no ha podido analizar la encarnación del Señor Jesucristo, Él es totalmente Dios y totalmente humano en una sola persona.

El Señor Jesucristo es el único ser humano encarnado, es decir, una nueva humanidad. En este momento hay dos humanidades: una que procede de Adán y otra del Señor Jesucristo. La Biblia nos habla del Señor Jesucristo como el segundo Adán. 1ª de Corintios 15:45-47 dice: “Así también está escrito: El primer hombre, Adam, fue hecho un ser viviente; el postrer Adam, un espíritu vivificante. Pero no es primero lo espiritual, sino lo físico; luego, lo espiritual. El primer hombre, sacado de la tierra, es terrenal; el segundo Hombre, venido del cielo”. El primer Adán que se refiere a humanidad es alma viviente; el segundo Adán el Señor Jesucristo, es Espíritu vivificante. El primero, es materia y espíritu fundidos; el segundo, es Espíritu vivificante, Espíritu que dio vida a la materia a la cual se unió y se encarnó en el vientre de María.

El Señor Jesucristo es Dios, tiene naturaleza humana, la cual tomó de María. Los bebés probetas se alimentan de la sangre de su madre probeta pero sus componentes sanguíneos, como el RH, son de su madre biológica. Algunas doctrinas y religiones falsas no han podido entender qué es lo que realmente hizo Dios, afirman que por ser María la madre del Señor Jesucristo, la convierte en dios.

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María, nació por fecundación de sus padres biológicos y por lo tanto nació muerta, condenada y pecadora como todos nosotros los descendientes de Adán. Hay un movimiento mariano mundial organizado por el Papa católico a través del Vaticano que declara a María corredentora, ubicándola en el mismo plano del Señor Jesucristo. Es lógico para ellos considerar que María siendo la madre de Dios, debe estar al mismo nivel del Señor Jesucristo, elevándole altares por ser corredentora y cosalvadora. De igual manera afirman que María no desciende de Adán, que nació sin pecado (concebida sin pecado) de igual forma que el Señor Jesucristo, encarnada. Estas religiones y doctrinas falsas, alaban en altares y divinizan a María. María, no es Dios. Mateo 2:7-11 nos permite ver como se adora al Señor Jesucristo y no a María: “Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos (astrónomos), indagó diligentemente de parte de ellos el tiempo de la aparición de la estrella. Y enviándolos a Bet-léhem, dijo: Id, informaos diligentemente acerca del niño, y tan pronto como lo hayáis encontrado, avisadme para que yo también vaya a adorarlo. Después de oír al rey, ellos se fueron, y he aquí la estrella que vieron en el oriente los precedía, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño. Entonces, al ver la estrella, se regocijaron con un grande gozo, y entrando en la casa, vieron al niño con su madre Miriam, y postrándose lo adoraron; luego abrieron sus tesoros y le ofrecieron como presentes oro, incienso y mirra”. En los versículos anteriores dice: “Vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron”, no dice que adoraron a María. Otro ejemplo, está en Apocalipsis 22:8-9: “Y yo, Juan, soy el que oí y vi estas cosas. Y cuando las hube oído y visto, caí para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero me dice: ¡Mira, no! Soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este rollo. ¡Adora a Dios!”. Sólo se adora a Dios. El Señor Jesucristo no desciende de Adán. El Señor Jesucristo, por adopción es hijo de José y de María, por eso pertenece al linaje de David. Pero no solamente por adopción sino en carne porque el Señor Jesucristo tomó la carne y sangre de María que desciende de la familia de David pero no tomó el pecado de María, reitero, el pecado no es de la naturaleza humana, Adán lo introdujo. José es de la familia de David y el Señor Jesucristo por adopción desciende de José, quien lo adoptó como hijo suyo. Lucas 1:26-27 dice: “Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, cuyo nombre era Nazaret, a una virgen desposada con un varón cuyo nombre era José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era Miriam”. Jurídica y legalmente el Señor Jesucristo aparece registrado como hijo de José, por tanto legalmente es descendiente de David pero también en carne es descendiente de David porque el Señor Jesucristo tiene la carne de María. Lucas 1:30-35 dice: “Pero el ángel le dijo: ¡No temas Miriam, porque has hallado gracia ante Dios! He aquí quedarás encinta y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará 32


el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y de su reino no habrá fin. Entonces Miriam dijo al ángel: ¿Cómo ocurrirá esto, puesto que no conozco varón? Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo nacido será llamado Santo, Hijo de Dios”. El Señor Jesucristo siendo Dios (Espíritu), tomó de María la humanidad sin haber sido fecundado sino encarnado, por lo tanto no tomó el pecado ni heredó la muerte de María. El pecado y la muerte pasaron a todos los hombres incluyendo a María que desciende de unos padres biológicos, quienes también descienden de Adán. Romanos 5:12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Es una falsa doctrina creer que María fue concebida sin pecado, esto no significa que los padres de María fueran adúlteros, sino que descienden de un Adán muerto, de un Adán pecador. El Señor Jesucristo fue concebido sin pecado. Tiene la carne y la humanidad de María pero no heredó el pecado ni la muerte de ella, por no ser su descendiente. Se entiende que María lo amamantó, lo educó y lo crió. Lucas 11:27-28 dice: “Hablando estas cosas, sucedió que cierta mujer de la multitud, alzando la voz, le dijo: ¡Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que mamaste! Pero Él respondió: antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen”. Con esta expresión, el Señor Jesucristo no estaba menospreciando a María, Él la quería y la respetaba, como un hijo adoptivo ama y respeta a sus padres adoptivos pero era consciente que no era hijo de ella. Es importante entender y comprender, quién era el Señor Jesucristo, que el Espíritu Santo les revele y les haga comprensible la diferencia que hay entre su nacimiento y el hecho que tenga naturaleza humana y que haya nacido de mujer. El pecado, es una desobediencia del hombre, no es del espíritu ni de la deidad, es de la humanidad, por eso se traspasa y se hereda en la humanidad, no en la espiritualidad. Hay quienes creen que al Señor Jesucristo no le dolió su propia muerte, por el contrario, el Señor Jesucristo sufrió y sintió su muerte física y psicológica. Como hombre, como ser humano, sabía y le temía a la muerte física porque estando en esta situación, no usó su condición de Dios, aún siéndolo. El ser humano no fue creado para morir, no es de su naturaleza morir, ya que Dios no lo diseñó para ésto. En Mateo 26: 36-39 se muestra la angustia y el deseo del Señor Jesucristo de no querer morir: “Entonces Jesús llega con ellos a un lugar llamado Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá y oro. Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y angustiarse en gran manera, y les dice: Una tristeza mortal está sobrecogiendo mi alma. ¡Quedaos aquí y velad conmigo!. Y yendo un poco más adelante, cayó 33


sobre su rostro, y orando dijo: ¡Padre mío, si es posible pase de mí esta copa! pero no como Yo quiero, sino como Tú”. Fue tanta la angustia que el Señor Jesucristo sintió, que le dice al Padre que si es posible pasara de Él esa copa (lo librara de ese sufrimiento) mas que se hiciera su voluntad y no la suya, Él sabía que su voluntad en ese momento en su condición de hombre, no era de morir en la cruz. El Señor Jesucristo no usó su naturaleza de Dios al estar en la condición de hombre, ni siquiera cuando hizo los milagros que fueron hechos por el poder del Espíritu Santo, quien le revelaba sobre lo que hablaban las escrituras. Hace muchos años entendí ésto: estando de vacaciones en la casa de mis padres en Cartagena, Colombia, mi madre me envió a pagar el recibo del teléfono el último día de pago; las filas en esos días eran muy extensas y demoradas. Mi madre me había dicho que debía levantarme temprano para realizar el pago, sin embargo yo no lo hice y llegué al banco pasadas dos horas después de abiertas sus puertas, era un día soleado además de concurrido. Empecé a caminar por toda la fila de personas sin intención de colarme en ella, únicamente viendo cuánto me demoraría para llegar a la ventanilla, fue en ese instante cuando observé que una de las cajeras del banco era amiga de mi madre y pensé que si me dejaba ver de ella me llamaría y me haría el favor de pagarme la factura (respetar el turno es lo más ético siempre). Igualmente, en ese momento volteé y miré a toda la gente que se encontraba en la fila y los observé angustiados y preocupados, quizás debían salir a realizar otras actividades y a cumplir compromisos y no andaban de vacaciones como yo. Entonces decidí no dejarme ver de la cajera amiga. En ese momento el Espíritu Santo me dijo: “¡Analiza y piensa que pasó, te estás despojando de tu opción de pagar la factura del teléfono por intermedio de la cajera y más bien hacer la fila!”. Por tomar esta decisión, no dejé de ser conocida de la señora de la caja del banco, ni de tener la opción de acercarme y pagar el recibo, ella no dejó de ser la amiga de mi madre. Yo solamente decidí despojarme de esa oportunidad y conscientemente no usarla. De igual manera hizo el Señor Jesucristo en el sentido que no usó su naturaleza divina, Dios, aquí en la tierra, murió en la cruz por obediencia a la voluntad del Padre. El Señor Jesucristo, el Bíblico, el que salva, es Dios hecho hombre. Sus dos naturalezas fundidas en un solo ser, dio comienzo a otra humanidad. Siendo Él cabeza de esta nueva humanidad a la cual pertenecen todo los creyentes en Él. Al estar en Cristo por ser creyentes, tenemos al Espíritu Santo fundido a nuestra carne, hemos sido hechos participantes de la naturaleza divina (por el Espíritu Santo) pero no somos Dios, como dice en 2ª de Pedro 1:3-4: “Por cuanto todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido concedidas por su divino poder, mediante el conocimiento pleno del que nos llamó por sus gloriosas proezas, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegarais a ser consubstanciales con la naturaleza divina; habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. 34


PRIMER ADÁN

SEGUNDO ADÁN Señor Jesucristo

Alma viviente

Espíritu vivificante

Vivo, no pecador y Salvador Varón

Hembra Humanidad viva

Humanidad muerta Varón creyente

Hembra creyente

Pecadora y condenada

Muerte eterna

Cristianos nacidos de nuevo

Vida eterna

El Señor Jesucristo siendo Dios se hizo hombre para morir por nosotros y regarlar su muerte y resurrección a todo aquel que la acepte para perdón de sus pecados, de su muerte y condenación, y recobrar la vida que había perdido.

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