Libro del Evangelio - Capítulo 4

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EL EVANGELIO DEL SEÑOR JESUCRISTO Estudio 4 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva (regalo) de Dios es vida eterna en Jesús el Mesías, Señor nuestro”. Romanos 6:23

INTRODUCCIÓN La palabra Evangelio significa: “Buenas Noticias”, Bíblicamente es la buena noticia de parte de Dios a los hombres. Juan 3:16-18: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió al Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de Él. Quien cree en Él, no es juzgado; el que no cree, ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito Hijo de Dios”. Todo ser humano nace muerto, pecador y condenado y la paga del pecado es la muerte. La muerte y resurrección del Señor Jesucristo es el regalo de Dios para tener perdón de pecados y vida eterna.

EL EVANGELIO DEL SEÑOR JESUCRISTO

Fe en Jesucristo = Salvación

Produce

Obras de Fe

¿Qué es Fe en Jesucristo?, ¿qué tengo que creer del Señor Jesucristo para ser salvo? y ¿qué ha dicho Dios al respecto?. Fe es creerle a Dios lo que Él ha dicho acerca del Señor Jesucristo para salvación. Para estudiar el Evangelio del Señor Jesucristo, el Evangelio Bíblico, veamos primero cuál es el significado. El Antiguo Testamento está escrito en hebreo antiguo y el Nuevo Testamento en griego, la palabra Evangelio es un término griego-latino.

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Iniciemos el estudio del Evangelio en el Nuevo Testamento, conociendo que tiene sus raíces en el Antiguo Testamento. La palabra Evangelio, significa buenas noticias de parte de Dios hacia los hombres. A partir de esta definición, surgen algunas preguntas tales como: ¿Por qué Dios tiene que dar una buena noticia?, ¿qué situación o problema existe para que Dios dé una buena noticia? Estos interrogantes surgen porque cada vez que escuchamos el Evangelio o la palabra Dios, lo relacionamos con el término religión. Religión, es un término de raíces latinas, significa: unir, enlazar o ligar, procede de los hombres y es la idea de ritos o procedimientos que los seres humanos establecen para relacionarse con una divinidad. Las religiones surgen de la necesidad del ser humano de relacionarse con Dios creador, pero en realidad como nace de una humanidad muerta y el Dios creador está vivo, este camino elaborado por el ser humano no permite encontrarse con el Creador; por el contrario el Dios creador, siendo consciente de esta necesidad para la humanidad, es quien se acerca dándole vida al ser humano por medio de la persona del Señor Jesucristo (Evangelio, buenas noticias) para restablecer la relación con Él. El Evangelio del Señor Jesucristo, es Dios relacionándose con los hombres, es la buena noticia de su parte hacia los hombres. El Evangelio no es religión. Es muy diferente el Evangelio a la religión en sentido gramatical y situacional. Para el caso de este estudio no hablaré de religión, sino del Evangelio del Señor Jesucristo, el Evangelio del Dios Bíblico, como la buena noticia que Dios ha revelado en La Biblia. EL SEÑOR JESUCRISTO ES DIOS Y ES HIJO DE DIOS La Biblia fue escrita desde la época de Moisés, hasta el año 400 a.C. tiempo en el cual se escribió el Antiguo Testamento, pasando entonces alrededor de 1.100 años. El Nuevo Testamento se escribió en un lapso aproximado de 200 años d.C. Los textos bíblicos responden a idiomas, palabras, contextos y diferentes autores. La palabra Dios implica las condiciones de la naturaleza de alguien o de algo definiendo sus características pero no es un nombre como tal. El nombre de Dios no es Dios, es JHVH. El Dios Bíblico tiene características importantes definidas en La Biblia. En Juan 4:24 dice: “Dios es espíritu; y los que le adoran deben adorar en espíritu y en verdad”. El Dios de La Biblia es Espíritu, sin forma y sin características materiales, es de naturaleza espiritual Divina. La naturaleza espiritual es diferente a la material, por lo tanto, el Dios Bíblico no tiene ninguna semejanza ni relación con las características materiales. Además, la

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naturaleza espiritual divina, es diferente aún a la de otros seres que son espíritus como los ángeles. Dios no es una energía ni una fuerza, ni un poder, es persona espiritual y son tres personas las que tienen esta naturaleza espiritual Divina. Una persona llamada el Padre, otra persona el Hijo (Señor Jesucristo) y otra persona el Espíritu Santo. Esto es diferente a lo que se llama trinidad, en La Biblia no se ha establecido un nombre para que tres personas tengan la misma naturaleza espiritual Divina. EL SEÑOR JESUCRISTO ES DIOS HECHO HOMBRE Dios en su sabiduría (el Padre, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo), viendo que entre todos los seres humanos no había quién pudiera pagar por los otros seres humanos, decidieron analizar el problema, diseñar la solución y dijeron: “Uno de nosotros que tiene vida y que no debe muerte, tiene que hacerse hombre”.

El Señor Jesucristo siendo Dios se hace hombre por medio de la encarnación. El Señor Jesucristo como Dios, es Espíritu no tiene materia ni humanidad pero se introduce en el útero de María, se llena de carne y de humanidad. No fue fecundado el óvulo de María y en este contexto, el Señor Jesucristo no es hijo de ella porque si hubiera sido así, sería descendiente de Adán, habría nacido muerto y pecador e impedido para morir por nosotros los pecadores. El Señor Jesucristo es el segundo Adán, el segundo ser humano que nace con vida y que nace no pecador. El primero fue Adán, fue creado con vida la cual perdió cuando pecó. Todos los seres humanos descendemos de Adán muerto, pecador, condenado y maldito por Dios. El Señor Jesucristo que es Dios nace como ser humano, es fundición de espíritu con materia; es Dios mismo tomando humanidad, tomando lo biológico, lo físico y lo psicológico de la humanidad. Nace otro ser humano varón y como está vivo, tiene relación con Dios Padre, no lo desobedece y no peca. Todo lo que Dios Padre le dice: haga, hable, no haga, Él le obedece como hombre. La Biblia no usa el término encarnación pero todo el proceso que habla de la humanización del Señor Jesucristo, es de encarnación. NACEMOS MUERTOS, SEPARADOS DE DIOS Y SIN VIDA, CONDENADOS Todo ser humano por descender de Adán, nace muerto, pecador y condenado. Romanos 5:12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y por medio del pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. 4


Muchas personas creen que son pecadores porque cometen pecados y no es así, somos pecadores porque nacemos con esa condición y por lo tanto, pecamos. Todos los seres humanos nacemos muertos, separados de Dios y sin vida porque la vida, es Él. Adán y Eva pecaron porque desobedecieron a Dios al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Podríamos decir qué: ¿Por eso tan sencillo?, ¿por ese detalle tan insignificante?, ¿pero es que no habían otros frutos ahí?, ¿Dios se iba a ofender por comer un simple fruto?. La razón fue la desobediencia, es muy grave porque se desobedeció a Dios, la gravedad no está en comer del fruto, sino en lo que Dios les había dicho. Todo pecado (desobedecer a Dios) es grave no hay pecado venial, todos son mortales. La paga del pecado es muerte. Cundo desobedecemos a Dios (pecado) le estamos diciendo mentiroso porque no le creemos, por esta razón es que se ofende Dios.

Cuando Dios dice sí o no a algo y hago lo contrario, le desobedezco. Si yo Bylma Luisa, le digo a una persona: “Esta Biblia es mía, no me la toque, no me la abra”, mi Biblia, es igual a otras Biblias pero esa es la mía. Sin embargo, viene esta persona y la toma conociendo de antemano que es mía y que no quiero que la tomen, esta persona está irrespetándome, está diciendo que no le importa quien es la dueña ni lo que haya dicho, me está diciendo mentirosa. Eso es lo que se hace cuando se desobedece a Dios. Todo pecado es grave porque es un irrespeto a Dios y es tratarlo de mentiroso. Es decirle a Dios: no me interesa, no lo voy a obedecer y quién es usted para mandarme. ¿Acaso usted es mi papá o mi mamá para que me diga algo?, ¿usted por qué me va a mandar?. Dios ha establecido que todo aquel que comete pecado, infringe también La Ley pues el pecado es infracción de La Ley, por tanto, todo pecado es grave y no hay pecados veniales, esto es invento de las religiones. Desobedecer a Dios es grave y la paga del pecado es muerte.

Cuando Adán desobedeció a Dios, murió. Adán siendo eterno, desobedeció a Dios e inmediatamente murió. No obstante según La Biblia, permaneció 930 años sobre la tierra después que entró el pecado en el ser humano, comiendo, trabajando y engendrando hijos muertos. 5


Toda la raza humana que desciende de Adán, nace muerta y pecadora. Todo ser humano nace bajo “condenación” que según la definición de un diccionario es cuando: “Una autoridad decide que una persona es culpable de un delito o falta, y le impone la pena que le corresponda o es desaprobar y rechazar una cosa que se considera perjudicial”. La sanción en este caso, es muerte y como el ser humano tiene existencia eterna, su condenación es eterna. Dios Padre después del juicio final a los condenados los va ha confinar en un sitio que en la mayoría de las traducciones bíblicas es llamado, infierno (Gehena). De ahí el origen de las religiones. Como el ser humano nació separado de Dios, sintió la necesidad de inventarse dioses, de relacionarse con la vida y de recuperarla. A manera de ejemplo: si tenemos un cadáver de una persona físicamente muerta, podemos acercarnos a él, hablarle, levantarlo, tocarlo pero el cadáver no podrá relacionarse con nosotros ni acercarse a nosotros. Eso mismo le sucedió al ser humano con el Dios Bíblico y verdadero.

El ser humano murió porque desobedeció a Dios. Es obvio que como consecuencia lógica y natural perdemos la vida al perder la relación con Dios, quien es la vida. El hecho fue que Adán murió y toda su descendencia queda imposibilitada para relacionarse con Dios y adquirir la vida porque está muerto. Dios no es un Dios de muertos sino de vivos. Marcos 12:27: “No es Dios de muertos sino de vivos; y vosotros mucho erráis”. Todos le debemos muerte a Dios pero no tenemos con qué pagársela porque nacimos y estamos muertos y si no pagamos por nuestros pecados, estamos condenados. No nos van a condenar, nacemos condenados. LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE ¿Cuándo está muerto el ser humano?. El ser humano está muerto, cuando no tiene al Dios Bíblico, cuando no está relacionado con Él y cuando no le obedece, siendo la paga del pecado muerte.

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Muchos dicen: “Yo si he pecado, ya me arrepentí y desde ahora he comenzado a portarme bien”, este comportamiento, como dicen “manejarme bien”, no borra la muerte ni es válida para pagarla, estaría pagando con una obra. Nosotros mismos no podemos pagar por nuestros pecados porque estamos muertos y menos podemos pagar con obras porque la paga del pecado es muerte y no debemos obras, debemos muerte. Es como si debiéramos un millón de pesos y decidiéramos pagar esta deuda de dinero con otra clase de mercancía, puedo pensar: “tengo unos botones finísimos, caros, importados, con ellos voy a pagar”. La persona a la que le debo, me va a decir: “no me debes botones, me debes dinero”. Así también es Dios, Él dice: “Como es que ustedes me vienen a pagar a mí con obras y con actuaciones, cometieron tres pecados y van a hacer seis buenas obras ¿Y con estas seis buenas obras me van a pagar?”. No, Dios dice que la paga del pecado es muerte, por ende tenemos que pagar con la muerte. Las religiones son un camino para “portarse bien”, con la intención de agradar a un dios pero si el ser humano sigue muerto, ¿Cómo va a “portarse bien” y agradar a Dios?. Romanos 3:10-12 dice: “ Como está escrito: no hay justo, ni aun uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios”.

Todos nacemos muertos y pecadores, no hay ni uno de nosotros que pueda “portarse bien” con relación a Dios. Les voy a dar el siguiente ejemplo: (está en el estudio anterior pero dentro de otro contexto) hace varios años, un amigo a causa de una confusión terminó en la cárcel, cuando fui a visitarlo, estaba en un pabellón con algunos privilegios (no estamos de acuerdo con este proceder porque es corrupción) que no tenía en la casa donde vivía. Le dije: “Oye, estás mejor que en la casa, quédate aquí con estas comodidades”, él contestó: “Tú no entiendes, estoy preso aunque tenga todas estos privilegios, me alimento con la comida de un preso y el aire acondicionado es de un preso; estoy en la cárcel y prefiero el calor de mi casa, a no estar aquí”. Todo lo que nosotros hacemos sin tener la vida, estando muertos, son obras de un muerto, ¿Cómo le vamos a pagar a Dios muerte, con obras muertas?. No debemos obras para pagar con obras, sino que debemos pagar con muerte y como nacimos muertos, no tenemos con que pagar. Ningún ser humano puede morir para pagar por sus pecados o de otro aunque quiera. Podemos decirle a Dios: “Mi amigo te debe muerte y vamos a morir por él” y el Señor Jesucristo me va a contestar: “¿Y quién muere por ustedes?, pues si ustedes están muertos ¿Con qué me van a pagar?, tú estás insolvente”. 7


El Señor Jesucristo no sólo debía morir, sino que su muerte debía ser muerte de cruz para recibir toda la maldición de Dios. En Deuteronomio 21:23 Dios dice: “Su cadáver no pasará la noche en el árbol. Sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por ’Elohim (Dios) es el colgado, y no has de contaminar la tierra que YHVH tu Dios te da en posesión”. Todo el que muere colgado, amarrado o crucificado en una cruz o en un madero es maldito por Dios. La cruz es sitio y señal de maldición. Las religiones han tomado la cruz como bendición. La bendición, es lo que hizo el Señor Jesucristo muriendo en la cruz. Todo ser humano por ser pecador, es maldito por Dios. El Señor Jesucristo no solamente debía morir sino que su muerte debía de ser de tal magnitud, que nos quitará la maldición; fue por eso que murió en la cruz recibiendo toda la maldición.

Todo ser humano sin excepción fue creado eterno y resucitará. Todo ser humano sin excepción fue creado eterno, por tanto no va a desaparecer ni dejar de ser. En Salmos 148:5-6: “Alaben el nombre de YHVH (Yo Soy), pues Él lo mandó, y fueron creados. Y los estableció a perpetuidad, para siempre, un decreto que no pasará”. Eclesiastés 3:10-11: “He visto el trabajo que ’Elohim ha impuesto a los hijos del hombre para que lo cumplan. Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y puso eternidad en el corazón de ellos, sin que el hombre alcance a entender la obra que Ha-’Elohim ha hecho desde el principio hasta el fin”. Ningún ser humano al morir físicamente desaparece. La resurrección es del cuerpo y no del espíritu. Si yo Bylma Luisa, he tenido dos cuerpos, el día de la resurrección ¿En qué cuerpo resucitaré?. A modo de ejemplo: actualmente sucede que cuando uno queda en el sistema bancario como deudor moroso y uno va y cancela la deuda, inmediatamente no lo borran del sistema como deudor moroso entonces no se hizo nada, lo que uno necesita, es la limpieza en el sistema. No necesitamos pagar nuestros pecados y quedar en paz sino que necesitamos recobrar la vida. En Juan 1:1 dice: “En un principio era el Logos, y el Logos estaba ante Dios, y Dios era el Logos”. En Juan 1:4 dice: “En Él había vida, y la vida era la luz de los hombres”. En 1ª de Juan 5:10-12 dice: “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, lo ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste es el testimonio: que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”. 8


Dios Padre nos dice que la vida del ser humano es el Señor Jesucristo. Teniendo claro lo anterior, vamos a analizar cuál es la buena noticia y en qué consiste, es decir, el Evangelio del Dios Bíblico. Esta buena noticia es:: Lucas 19:10: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Juan 10:10 dice: “...Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.

El regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Jesús el Mesías, Señor nuestro”. Todo aquel que pague su muerte y sus pecados con la muerte del Señor Jesucristo, el cual no nació pecador, ni pecó y está vivo, paga su deuda.

El Señor Jesucristo regala su muerte para todo el que la quiera. Mucha gente no quiere mirar la humanidad del Señor Jesucristo y sólo aceptan su Deidad. Si nada más miramos la Deidad del Señor Jesucristo, su muerte no nos sirve porque Él está pagando es por los seres humanos. Si lo vemos solamente como hombre y no aceptamos que Él es Dios, tampoco nos sirve porque estaría muerto y sería pecador. Para recibir este regalo, es necesario conocer y creer que Él es Dios hecho hombre que muere en una cruz. En Romanos 1:16-17 dice: “Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo el que cree: al judío primeramente, y también al griego. Porque en el Evangelio está siendo revelada una justicia divina de fe a fe, como está escrito: el justo vivirá a base de fe”. Todo aquel que pague sus pecados y su muerte, con la muerte del Señor Jesucristo, Dios Padre le dice: “Queda cancelada la deuda”. Quedamos en paz y podemos voltearnos ante el Señor Jesucristo y decirle: “¿Cuánto te debo?, ¿qué 9


tengo que hacer para pagarte tu muerte?, el Señor Jesucristo responderá: “Te la regalo”. El Señor Jesucristo nos ha regalado su muerte en la cruz para pagar nuestros pecados. Juan 3:16-18: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió al Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de Él. Quien cree en Él, no es juzgado; el que no cree, ya ha sido juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito Hijo de Dios”. ¿CÓMO RECOBRAMOS LA VIDA DESPUÉS DE HABER PAGADO NUESTROS PECADOS? El Señor Jesucristo resucitó y su resurrección cumple dos funciones. La Biblia dice que la resurrección del Señor Jesucristo, es la única señal que Él da para indicar que este Jesús, es Dios, no siendo Dios por sus milagros ni por sus palabras sino por su resurrección. Romanos 1:4 dice: “Que fue designado Hijo de Dios con poder, conforme al Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos)”. La primera función de la resurrección del Señor Jesucristo, es que es la única señal que Él es Dios y que en Dios está la vida. Él dijo: “Que en Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”. La segunda función de la resurrección y la cual es vital en el Evangelio, es conocer que el Señor Jesucristo resucitó y Él va a volver. Esto es lo que tenemos que creer, el Evangelio total, es lo único y suficiente para tener salvación. Cuando uno cree, le dan el Espíritu Santo, quien es Dios, sellando el pacto porque creemos en la Salvación que se nos da por la muerte y resurrección del Señor Jesucristo. Algunas religiones inventaron que con el bautismo en agua recibimos el Espíritu Santo, esto es falso. Lo único que limpia los pecados, es la sangre del Señor Jesucristo (muerte). Cuando le pagamos a Dios nuestros pecados y muerte con la muerte del Señor Jesucristo, Él firma un pacto y nos da a cada uno de su Espíritu Santo, Él es el Espíritu de Cristo quien entra en nosotros, así recobramos la vida porque Dios, es la vida. En Lucas 9:59-60, vemos a un joven que le dice al Señor Jesucristo: “Y dijo a otro: ¡Sígueme! Pero él dijo: Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre. Le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos, y tú anda, proclama el reino de Dios”. Significa que los que iban llevando el ataúd estaban tan muertos como el que estaba en el ataúd. Todo ser humano que no crea y no haya pagado sus pecados con la muerte del Señor Jesucristo, está muerto y resucitará muerto eternamente. Cada uno de

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nosotros debe conocer la vida porque la vida es Dios y el ser humano fue creado para tener vida y relación con Dios. Por muchos años fui atea, cuando le pagué a Dios Padre mis pecados y mi muerte con la muerte del Señor Jesucristo recobré la vida, entendí que ahora estoy viva, antes estaba muerta. No por ello dejé de ser Bylma Luisa ni dejé de trabajar en lo que venía haciendo; mis padres siguen siendo mis padres, mis amigos siguen siendo mis amigos; pero ahora hay una diferencia, antes estaba muerta y ahora tengo vida porque Dios me la dio, cumpliendo lo prometido.

Pagando a Dios Padre nuestros pecados y muerte con la muerte del Señor Jesucristo recobramos la vida. Eso es lo único y suficiente para tener vida. LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR JESUCRISTO Los tiempos para ser salvados por el Señor Jesucristo, son hasta la muerte física de cada ser humano y antes de la segunda venida del Señor Jesucristo, después de éstas, no hay posibilidades. Cuando venga por segunda vez el Señor Jesucristo, resucitaremos primero todos los que tenemos vida en Cristo (creyentes en el Evangelio). Después de mil años resucitará toda la humanidad que no está en Cristo (no creyente en el Evangelio) para juicio, pero este juicio es para hacer efectiva a los creyentes la promesa de cielos nuevos y tierra nueva y para los no creyentes (no salvos) para determinar su existencia muerta en el infierno. Resumiendo, hay un orden en la resurrección de los seres humanos: • •

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Segunda venida del Señor Jesucristo (no se sabe el día ni la hora). No es el fin del mundo. Resurrección sin pecado de los creyentes enterrados (muertos físicamente) y transformación (sacarles el pecado) a los creyentes que estén sobre la tierra al momento de la segunda venida. Juicio para los creyentes (salvos) de sus obras de fe para premios. Gobierno del Señor Jesucristo sobre esta tierra con los creyentes (salvos) durante mil años, mostrándoles a los no creyentes que estén sobre la tierra un reino de justicia y paz. Durante los mil años, los no creyentes durarán sobre la tierra (morirán físicamente) 120 años. Resurrección de los no creyentes enterrados después de los mil años. Juicio final de toda la humanidad (creyentes y no creyentes) de forma personal e individual ante el trono de Dios Padre para ser juzgados y hacer efectiva el cumplimiento de la sentencia.

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Como resultado de este juicio, los creyentes vivirán eternamente en los cielos nuevos y la tierra nueva porque la actual tierra será quemada y desaparecida. Los no creyentes (no salvos) seguirán condenados y existiendo muertos con su cuerpo físico (resucitado) en un lugar creado para ellos que La Biblia ha llamado “gehena” (infierno, lugar de tormento). Serán olvidados etenamente por Dios, por lo cual no hay esperanza de tener otra forma de existencia.

Apocalipsis 19: 11- 15: “Y vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco, y el que lo monta es el Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y guerrea. Sus ojos son llama de fuego, y hay muchas diademas sobre su cabeza, donde tiene un nombre escrito el cual nadie conoce, sino Él mismo. Está vestido con ropas empapadas en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino fino, blanco y limpio, lo seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y las pastoreará con vara de hierro. Él pisará el lagar del vino del furor de la ira del Dios Todopoderoso”. Apocalipsis 21:1: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar no existía más”. ¿QUÉ ES SER SALVO? Ser salvo es, estar en Cristo y por creer en Él y en su Evangelio tenemos un bienestar (Evangelio). ¿Qué brinda el Evangelio?, ¿qué bienestar nos da? y ¿qué es salud?. •

Nos salva de la muerte y condenación eterna: aunque nos entierren, nos enterrarán con vida y resucitaremos con vida, tenemos la bendición de Dios por el Señor Jesucristo, quien nos quitó la maldición y logró darnos la bendición. Pasamos de muerte a vida y como somos eternos, tenemos vida eterna, los muertos (no creyentes) tendrán muerte eterna.

Somos adoptados como hijos de Dios Padre: todo ser humano por nacer muerto y pecador nace hijo de Satanás. En Juan 1:12-13 dice: “Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, los cuales no nacieron de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. Dios adopta como hijos a todos los que han pagado sus pecados con la muerte del Señor Jesucristo. Mateo 22: 31-32 dice: “Pero acerca de la resurrección de los muertos, ¿no leísteis lo dicho por Dios a vosotros, cuando dice: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? No es Dios de muertos, sino de vivos”.

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Nos libra del poder de Satanás: por nacer hijos de Satanás le obedecemos sus órdenes hasta que pasamos a ser adoptados por Dios. Cuando creemos en el Evangelio del Señor Jesucristo, somos librados del poder de Satanás.

Nos libera del poder del pecado: a quienes hemos creído nos libró del poder de Satanás y del pecado. Los que tenemos el Espíritu Santo por gracia del Señor Jesucristo, podemos decirle no al pecado. El pecado está en cada uno pero ya no somos esclavos del pecado.

Nos libra de la ira de Dios: el Señor Jesucristo también nos libró de la ira de Dios porque hemos creído que en su muerte de cruz la recibió totalmente. El Señor Jesucristo es como un escudo alrededor de los que creemos. Cuando Dios nos ve a cada uno, no ve a pecadores sino que ve a Cristo, ve a cada persona creyente metida en Cristo. En Mateo 3:17 Dios Padre dice: “ Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo, el amado, en quien me complací”. Pasamos a ser hijos de Dios por adopción y Dios tiene toda la complacencia en quienes hemos creído porque estamos en Cristo. No depende de cómo nos estemos comportando.

Hacemos obras de fe: debido a que estamos en Cristo, es otro orden y estamos con vida como resultado de esta Salvación y comenzamos a hacer nuevas obras, denominadas obras de fe. Efesios 2:8-10 dice: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es de vosotros, es el don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe; porque somos hechura suya, creados en Jesús el Mesías para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”. Las obras de fe son aquellas que nos dice el Espíritu Santo que hagamos. Por ejemplo: el Espíritu Santo me ha dicho que escriba este libro, por lo tanto, es una obra de fe para mí y no para todas las personas. Las obras de fe de los cristianos, son las que el Espíritu Santo nos manda y no son determinadas por cada uno ni las que queramos hacer según nuestras posibilidades. Cada ser humano salvo, tiene sus obras de fe personales; cada uno de los que estamos en Cristo, tenemos nuestras propias obras de fe, para premios el día del juicio. El Señor Jesucristo ha dicho que las obras de fe son para premios, no para salvación. No se gana la Salvación por obras ni se pierde por obras porque Dios es firme en sus pactos. Cuando Dios hace un pacto, lo cumple aunque nosotros lo incumplamos. Este pacto de salvación lo ha hecho Dios con el hombre y no el hombre con Dios. No tenemos que prometer nada a Dios, solamente recibir el regalo de Dios que es la muerte del Señor Jesucristo para pagar nuestros pecados y obtener vida eterna. 1ª de Corintios 1:9 dice:

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“Fiel es Dios, por quien fuisteis llamados a la comunión de su Hijo Jesús, el Mesías, Señor nuestro”. En 2ª de Timoteo 2:13: “Si somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo”. •

A los cristianos nos van a hacer otro juicio: es un juicio de obras de fe porque tenemos el poder para obedecer a Dios. Este juicio es para premios entre los cristianos para los que obedecimos o no obedecimos al Espíritu Santo.

Recibimos al Espíritu Santo y comienzan a producir en nosotros sus frutos: los frutos de amor, paz, gozo, benignidad, paciencia no son obras. El Señor dijo que nos reconocerán por los frutos, no por las obras. Gálatas 5:22-23 dice: “Pero el fruto del espíritu es amor, gozo y paz; paciencia, benignidad y bondad; fidelidad, mansedumbre y templanza; en contra de tales cosas, no hay ley”.

Entramos a formar parte del Cuerpo de Cristo: todas las personas que estamos en Cristo somos cristianos y conformamos el cuerpo de Cristo que es la iglesia. Iglesia significa pueblo, no es un local ni un templo. El Señor Jesucristo dijo: “Yo levantaré mi pueblo, mi iglesia”. La iglesia del Señor Jesucristo la componemos las personas que tenemos este Evangelio.

Existen infinidad de preguntas al respecto de todo lo anterior: ¿Qué va a pasar con las personas que no alcancen a conocer y a creer en el Evangelio del Señor Jesucristo?, ¿qué va a pasar con los niños que no se les alcanza a evangelizar?. Todos nosotros nacemos sin creer, sin tener idea de quién es el Señor Jesucristo y sin saber quién es Dios. Nacemos condenados y muertos, sólo el Señor Jesucristo nos da vida. El que no alcance en cualquier edad a conocer el Evangelio (Señor Jesucristo) y muere antes, resucitará muerto y condenado.

Quien no alcanza antes de su muerte física a conocer y a creer en el Evangelio, muere condenado. LA SALVACIÓN ES PERSONAL Romanos 10:11-18: “Porque la Escritura dice: Todo el que cree en Él no será avergonzado. Porque no hay diferencia ni de judío ni de griego, porque el mismo

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Señor de todos es rico para todos los que lo invocan. Porque todo el que invoque el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a Aquél en quien no creyeron? ¿Y cómo creerán en Aquel de quien no oyeron? ¿Y cómo oirán sin haber quien predique?¿Y cómo predicarán si no son enviados?. Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que proclaman buenas nuevas!. Pero no todos obedecieron al evangelio, pues Isaías dice: Señor, ¿quién creyó a nuestra predicación?. Así que la fe viene por medio de la predicación, y la predicación, a través de la palabra del Mesías. Pero digo: ¿Acaso no oyeron? Antes bien: Por toda la tierra salió la voz de ellos, Y hasta los confines de la tierra habitada, sus palabras”. En La Biblia cuando se hace referencia al Evangelio del Señor Jesucristo, se encuentran expresiones como: “oír”, “anunciar”, “predicar”, “creer” y otras pertinentes a las personas y al mundo. Ejemplo de ello es: Marcos 1:14-15 dice: “Después que Juan fue entregado (encarcelado), Jesús fue a Galilea proclamando el Evangelio de Dios, y diciendo: ¡El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado! ¡Arrepentíos, y creed en el Evangelio”. Marcos 13:10-13: “Y el evangelio tiene que ser proclamado antes a todas las gentes. Y cuando os conduzcan para entregaros, no premeditéis qué vais a hablar, sino lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad, porque no sois vosotros quienes habláis, sino el Espíritu Santo. Y el hermano entregará a muerte al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se rebelarán contra los padres y los matarán. Y seréis aborrecidos por todos a causa de mi nombre, pero el que perseveró hasta el fin, éste será salvo”. Mateo 28:18-20: “Entonces Jesús se acercó y les habló, diciendo: Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra, id pues, discipulad a todas las gentes, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todas las cosas que os mandé. He aquí Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin de los siglos”. ¿Qué pasa con la persona no creyente que se casa con un creyente?. Personalmente veo en La Biblia que se le está cerrando la opción de salvación a la persona no creyente que se casa con un creyente porque Dios tiene una órden que no nos unamos en matrimonio (una sola carne) con un no creyente (yugo desigual) En 2ª de Corintios 6:14-15 dice: “No estéis unidos en yugo desigual con incrédulos, pues ¿qué compañerismo hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Y qué comunión hay de la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia del Mesías con Belial? ¿O qué parte del creyente con el incrédulo?”. Por el contrario, la persona salva (creyente) estando ya casada, el Señor Jesucristo le dice que no se separe porque Él puede decidir salvar a su cónyuge, ya que son una sola carne con el otro. Como dice 1ª de Corintios 7:10-16: “Y a los 15


que se han casado, ordeno, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido; y si llega a separarse, que permanezca sin casarse o se reconcilie con el marido; y al marido, que no abandone a la mujer. Y a los demás, digo yo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer incrédula y ella está dispuesta a vivir con él, no la abandone; y si alguna mujer tiene marido incrédulo, y él está dispuesto a vivir con ella, no abandone al marido. Porque el marido incrédulo es santificado por la mujer, y la mujer incrédula es santificada por el hermano, pues de otra manera, vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo insiste en separarse, que se separe, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz os ha llamado Dios. ¿Qué sabes, mujer, si salvarás al marido? ¿O qué sabes, marido, si salvarás a la mujer?”.

Todo salvo es santo, no obstante, todo santo no es salvo. La Salvación no se hereda ni se obtiene genéticamente. Por el hecho que los padres sean salvos, sus hijos no nacen salvos. El Señor Jesucristo ha dicho en 1ª de Corintios 7:12-16: “Y a los demás, digo yo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer incrédula y ella está dispuesta a vivir con él, no la abandone; y si alguna mujer tiene marido incrédulo, y él está dispuesto a vivir con ella, no abandone al marido. Porque el marido incrédulo es santificado por la mujer, y la mujer incrédula es santificada por el hermano, pues de otra manera, vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo insiste en separarse, que se separe, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz os ha llamado Dios. ¿Qué sabes, mujer, si salvarás al marido? ¿O qué sabes, marido, si salvarás a la mujer?”. En los versículos anteriores dice: los hijos de un cristiano son santos. Ser santo significa, apartado por Dios y para Dios. Están cubiertos de santidad el esposo incrédulo o la esposa incrédula de un creyente pero no salvos. De ninguna manera estos versículos dicen que son salvos, sólo dice que hay una expectativa que el esposo o esposa creyente puedan predicarle el Evangelio a su cónyuge y Dios salvarlos. Es muy diferente ser salvo a ser santo. Dios los santifica y pueden llegar a ser salvos si se les predica el Evangelio y creen en Él.

Todo creyente es santo (apartado por Dios y para Dios). Santo es apartado por Dios para Dios y es para el servicio a Dios. Un ejemplo de ello está en Deuteronomio 7:6: “Porque tú eres un pueblo consagrado a YHVH tu

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Dios. A ti te escogió YHVH tu Dios para que seas pueblo de su personal propiedad entre todos los pueblos de la tierra”. Ser salvo es estar en una posición de bien estar. Encontramos en Joel 2:32: “Entonces, todo el que invoque el nombre de YHVH, escapará, Porque en el monte Sión y en Jerusalem quedará un remanente, Conforme ha dicho YHVH, Y entre los supervivientes estarán los que YHVH llamó”. Y en 1ª de Pedro 1:8-9: “A quien amáis sin haberlo visto, en quien aun no viéndolo, pero creyendo, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe: la salvación de las almas”. La Salvación es por fe, por creer en lo que ha dicho Dios del Señor Jesucristo y esta Salvación no se pierde. Si se conoce al Señor Jesucristo estando en matrimonio o en concubinato, cabe la posibilidad de ser salvos por las promesas de Salvación para las familias. No hay Salvación automática por estar casados o por ser hijos de cristianos debido a que el Evangelio es personal. Romanos 1:16-17 dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo el que cree: al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio está siendo revelada una justicia divina de fe a fe, como está escrito: El justo vivirá a base de fe”. Dice a todo aquel que cree, no dice a todo aquel que cree y/o hereda, además es una cuestión espiritual más no biológica. El Evangelio es netamente de la dimensión espiritual. EL EVANGELIO DEL SEÑOR JESUCRISTO Para finalizar podemos concluir que la buena noticia de parte de Dios a los hombres, es el Evangelio; estando todos los hombres muertos, condenados y pecadores, Dios Padre regaló la muerte del Señor Jesucristo en la cruz, para que pagáramos nuestros pecados y con la resurrección de este Cristo recibiéramos salvación y vida eterna. Además de sus bendiciones fuéramos adoptados como hijos de Dios Padre, entre otros muchos beneficios en este paquete de salvación. Somos los únicos que tenemos posibilidad de obedecer a Dios y al Espíritu Santo, así, el día del juicio final y de la premiación podremos recibir todos los premios por esas obediencias.

En Cristo tenemos perdón de pecados, recobramos la vida y somos adoptados como hijos de Dios.

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