Mes de febrero de 2018
“EL AMOR JAMÁS DEJARÁ DE EXISTIR” 1 CORINTIOS 13:8ª Despedimos el año 2017 y ahora nos encontramos encaminados en un nuevo año, 2018. Este nuevo año está lleno de expectativas, deseos y un sinfín de diversas actividades. Dejar un año atrás e iniciar otro año nos mueve a dejar todo lo “viejo” y asumir “nuevos” desafíos. Dejar lo “viejo” nos impulsa a pensar que debemos “borrar” todo aquello que nos hizo mal, como fracasos, peleas, enojos e iniciar un nuevo año con nuevas oportunidades. Parece que el inicio del nuevo año significaría borrar mágicamente todos nuestros fracasos y malas experiencias y nos transportará a oportunidades exitosas, siempre y cuando se inicie el año realizando buenas obras, y así todo el año venidero será de prosperidad y éxito. Sin embargo, dejar un año atrás no significa olvidar mágicamente todas las experiencias vividas, sino asumirlas y modificarlas. La vida del apóstol Pablo nos muestra que la conversión no es mágica, sino es asumir nuestro pasado y a partir de ello, y con la guía de Dios, direccionarnos a un cambio de nuestra vida. Este cambio tiene como base el arrepentimiento y el perdón. Y sólo Dios puede mostrarnos el camino de la conversión, ese camino es su Hijo, Jesucristo. Mediante Jesucristo podemos encontrarnos con nuestras faltas, nuestros errores y fracasos. Depositarnos en las manos de Dios es reconocer y aceptar su amor y perdón divino. Dios sale al encuentro nuestro con amor, y es con ese amor con el que confronta todos nuestros pecados, dándonos vida. El apóstol Pablo desde su propio testimonio nos dice que por medio de Jesucristo fuimos perdonados de todos nuestros pecados, para vivir en la gracia de Dios, como criaturas amadas y con el desafío de encontrarnos y vivir en comunidad con amor a nuestro prójimo. El apóstol Pablo en la carta a los Corintios escribe a las primeras comunidades a vivir en el amor, porque el amor no dejará de existir. Vivir en amor es poder asumir con humildad nuestras faltas y proyectarnos en el camino de la conversión. Iniciar un año, una nueva etapa, un nuevo camino no es un “borrón y cuenta nueva”, sino es iniciar asumiendo con humildad todas nuestras experiencias pasadas, ya sean de alegría, de felicidad, de tristeza, de llanto, de rencor, de enojo y de perdón.
Toda experiencia tenemos que vivirlas con amor, tal como Jesucristo amo a todo el mundo. Amar, como Dios nos amó, no es una simple palabra que se lleva el viento, aunque parece que ya estamos demasiado acostumbrados a ver y a oír personas que se contentan con decir a otras que las quieren, que las aman. Y, a fuerza de tanto decirlo, el amor se nos está convirtiendo en una palabra fijada en un discurso, poemas, canciones y frases. Decir amor es mucho más que dibujar en el aire un sonido lleno de belleza. Amar es dar. Dar a la otra persona la propia vida. Hacerle sentir la alegría de vivir y compartir momentos. Es caminar por la vida dando al prójimo todo lo que somos y lo que tenemos. Amar, también es acercarse en la risa y llanto con infinito respeto, comprensión y cuidado. Amar al prójimo es cuidarlo y ocuparse de las necesidades espirituales y materiales. Amar es tener respeto, aceptando al otro tal como es, sin querer cambiarlo a mi propia imagen. Es respetar su carácter, su estilo, su vida, porque así Dios lo quiere y acepta, como una criatura de su amor. Amar es perdonar, ya que amar es poder ver detrás de la discusión, el insulto y la pelea un rostro humano y una criatura de Dios. Dándole una oportunidad antes de condenarlo. Por tanto, amar es más que una bella palabra usada en frases armadas, canciones y poemas, es el ejemplo de Jesucristo, que nos da su vida, nos cuida y anima cada día. El amor de Dios por medio de Jesucristo nos dignifica como hijos de Dios y nos perdona desde la grandeza de su corazón de hombre y Dios. Iniciamos este año con una historia por detrás, con experiencias vividas. Y que las experiencias de amor que hayamos vivido sean aquellas que nunca dejaran de existir, ya que nos motivarán a generar muchos más encuentros con nuestro Dios y nuestro prójimo. Por lo tanto no digamos, como una palabra más, que amamos, sino que el amor mejor “se dice” con la propia vida. Bladimir Coro
LECTURAS BÍBLICAS: Domingos de febrero
Domingo 4 Isaías 40: 21-31 Salmo 147: 1-11,20 1° Corintios 9: 16-23 Marcos 1: 29-39
Domingo 11 2° de Reyes 2: 1-12 Salmo 50: 1-6 2° Corintios 4: 3-6 Marcos 9: 2-9
Domingo 18 Génesis 9: 8-17 Salmo 25: 1-10 1° Pedro 3: 18-22 Juan 1: 9-15
Domingo 25 Génesis 17: 1-7, 15-16 Salmo 22: 23-31 Romanos 4: 13-25 Marcos 8: 31-38
SEGUIMOS RECORDANDO A BLANCA “CUCA” MARTÍNEZ: Cuando Cuca partió a la presencia del Señor, Hugo García le escribió a Marita Benavente y a Esteban Vergalito para que estuvieran enterados y ellos escribieron el texto que está a continuación:
Realmente nos golpeó la partida de Cuca. Hablamos de ella largamente con Esteban. La recordamos mucho. La volvimos a pasar por el corazón. Nunca me olvidaré de su contención amorosa en tiempos de expulsión y desamparo. Nunca me olvidaré de su consejo: "lo importante es sostener el vínculo con Jesús y buscar comunidad en donde sea posible." Marita: “no siempre podemos contar con una comunidad, a veces nos toca caminar en el desierto". Tantas cosas hermosas que compartimos con ella, mucho trabajo por los ancianos en la comisión de vida comunitaria, también su modo de orar, su mirada, su modo de partir el pan. Su cariño con los pibes. Su compañerismo y guía para con los jóvenes. Su serenidad y aplomo para sostenerse en las tormentas. Sus canas imponían respeto, su cadencia al hablar te aplacaba el espíritu y te predisponía a escucharla. Y ahora, a 1200 km una siente una orfandad de otro tiempo. Una nostalgia, y también una búsqueda hacia adelante. En una época de escasez de sabios y héroes en una época de individualistas y avaros envalentonados y agresivos para con los más débiles y de buscadores de igualdad y solidaridad escondidos o agazapados tejiendo abrigo para tiempos mejores, Cuca se nos va y deja una enseñanza: es posible ser y estar en compromiso activo y solidario con el hombre en cualquier circunstancia, por más difícil que esta sea. Ella, pudo con su sencillez y simpleza. Lo hizo de manera persistente, apelando a los valores humanos más profundos y cristianos. Te mando un abrazo Hugo, debe haber sido difícil verla partir para vos especialmente por tu cariño y cercanía. Abrazo a la comunidad de El Buen Pastor una querida comunidad que guardamos siempre en el corazón. Marita
EL CIELO No ha regresado ninguno que comenta que las calles relucen como el oro. Que ángeles con blancas vestiduras honran su inmensa gloria, allá en los cielos. No ha regresado ninguno que Cristo con amor está aguardando al fiel cristiano, que ha de rendir cuentas de testimonio que Él le ha enseñado. ¿Qué nos preguntará cuando lleguemos? Si de Él, sin temor testificamos. Diciendo que “Él es el camino, la verdad y la vida” Llevando ayuda a algún necesitado. Ese es el evangelio que desea que sus hijos esparzan en la tierra. Para aquellos que anden en pecado, Salven sus vidas y nunca más perezcan. No quiere sacrificios de nosotros Él hace siglos lo cumplió primero. Su sangre vertida en el madero, No fue estéril, así su cumplimiento. “Yo quiero Señor, como aquel malhechor arrepentido, Rogarte que me guardes en tu reino. No quiero regresar para contarlo, Quiero quedarme contigo, allá en el cielo.
El poema fue escrito por una hermana de nuestra congregación Haydée Sardella
¿También ustedes quieren marcharse? (Juan 6:60-68) Una pregunta tentadora para los discípulos. Había tantos que abandonaban a Jesús que tal vez nadie se daría cuenta si se iba uno más. Cuando todos siguen, es fácil seguir. Cuando el triunfador es reconocido, ¡qué lindo es estar en la fila de los que festejan y celebran! La corriente nos lleva consigo. Sin embargo, cuando empieza la deserción y muchos abandonan, quedarse y perseverar se torna una decisión consciente. Los discípulos estaban sometidos al ataque exterior de los enemigos de Jesús, de aquellos que desconfiaban de todo movimiento nuevo y de quienes querían que nada cambiara, pero también tenían sus dudas interiores y no comprendían todo lo que Jesús enseñaba. Querían que las cosas fueran más sencillas. Podían seguir a un Mesías luchador, pero ¿cómo seguir a alguien que hablaba de unirse con él como si se comiera su carne y se bebiera su sangre? Ir en pos de alguien que anunciaba que vendrían sufrimientos y aun la cruz era más difícil de aceptar. (…) Jesús, por su parte, no quiere que nadie se quede por inercia o porque no tiene otra opción. Necesita que sus discípulos tomen una decisión clara, consciente y segura. Ellos podrían irse o quedarse conscientemente, pero Jesús no acepta que se dejen deslizar sin asumir la responsabilidad de tomar una decisión, y los interpela: "Muchos se van, ¿quieren irse ustedes también?" En nuestras iglesias o alrededor de las mismas hay muchos "simpatizantes", ¡pero qué pocos son los seguidores! Hay muchos que dicen: "Si yo tuviera que elegir una religión, elegiría sin duda una iglesia evangélica". Sin embargo, presuponen que no hay necesidad de hacer tal elección, que se trata de algo que puede posponerse. Jesús, en cambio, pide que la gente se decida. Seguir con él es seguir un camino de lucha y victoria, sí, pero a través de la cruz, la incomprensión y el sufrimiento. (…) Bueno, es muy complicado. Creer algo nuevo, ¿por qué no? Pero jugarse la Vida por lo que uno cree, eso ya es arriesgar demasiado. Curiosidad sí, pero compromiso o entrega de la vida, no. Acto seguido, se van muchos. La pregunta de Jesús permanece: "¿También ustedes quieren marcharse?” La tentación es grande. Jesús no retiene a nadie. Todos tienen que resolver qué van a hacer con su vida y con la mano que Dios les extiende en Jesucristo. Pedro asume la responsabilidad de hablar en nombre del grupo: "Señor, ¿a quién iremos? ¿Cuál es la alternativa después de haberte conocido, después de haber vislumbrado la vida nueva que tú traes, después de haber anticipado un poco de tu gloria, después de conocer la esperanza de un cielo nuevo y una tierra nueva, después de saber que nuestra vida, y la vida de toda la humanidad, puede cambiar? ¿Volveremos a la rutina? ¿Volveremos acaso a seguir a los demagogos que hacen promesas fáciles? ¿Nos dejaremos encandilar una vez más por las opciones que el mundo ofrece?" ¡No! Quienes hemos gustado la compañía de Jesús, y damos testimonio de que en él hay palabras de vida eterna, tenemos una convicción clara: "Señor, en ti se manifiesta Dios mismo. Te damos nuestra lealtad y aceptamos el desafío de marchar contigo. No podemos volver a la rutina y olvidarnos de las visiones de justicia y de vida nueva que tú has abierto en nuestro horizonte". Sin duda, podríamos seguir otros caminos que parecieran más excitantes — drogas, religiones nuevas, grandes opciones políticas -, pero hemos aprendido que en el seguimiento de Jesús estamos en contacto con la fuente de vida eterna, sabiduría y verdad. Seguir a Jesús implica vivir para los demás, entrar con él en una vida y en un mundo diferente.
La opción que se les planteó antaño a los discípulos se nos plantea hoy a cada uno de nosotros, en nuestra vida personal y familiar, y en la de nuestras comunidades eclesiales. Podemos ir detrás del entusiasmo de la multitud cuando todo parece marchar, bien, cuando los milagros están a la orden del día, cuando los resultados de la fe que se manifiesta son palpables y visibles. No obstante, qué tentador es el llamado a abandonar todo cuando comienzan los problemas y las deserciones, cuando el mundo se burla, cuando aparecen las dificultades en el camino. A veces uno ni siquiera abandona conscientemente sino simplemente se deja resbalar, se deja ir, pospone, se propone “volver mañana", queda a la espera de "otra oportunidad" y abandona poco a poco la comunidad de los fieles, el rebaño de aquellos que marchan en pos de su pastor, Jesucristo. Hoy, como ayer, nos encontraremos con quienes, al igual que Pedro y sus compañeros, podrán decir: "¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, en ti hemos encontrado la fuente de la vida, la verdadera sabiduría". La pregunta y la oportunidad está abierta a cada uno de nosotros: ¿queremos irnos o afirmarnos en Jesucristo, y en la presencia de Dios en su vida? ¡Aceptemos su invitación a descubrir en él el secreto de una vida heroica, abundante y gloriosa, que, aunque sufrida, muestre al mundo la voluntad amante y liberadora de Dios! Romina Roger Extracto del libro de Emilio Castro - “Las preguntas de Dios”, Kairós, 2004.
Cumpleaños del mes de febrero 1º - Julieta Salgueiro 3 - Celia Scicolome 5 - Leila Manoukian de Romero 9 - Hugo García / Eliana Macchi 21 - Roberto Manfredi 24 - Piti Parodi de Maceratesi 26 - Ester Becker de Biasotti
ACTIVIDADES DE FEBRERO
4to viernes del mes a las 19.00 hs. Cine-café: Un lugar para el encuentro, la recreación y la reflexión. La actividad se reanudará en éste año.
Todos los sábados de 15.00 a 17.00 hs. Juegoteca: Juegos y talleres para niños desde 4 años - Receso hasta comienzo de clases.
Domingos 10.30 hs. Culto de adoración –Santa Cena
Humor cristiano
Equipo pastoral: Romina Roger (romina.roger@gmail.com) Inés Sarli (inessarli@yahoo.com.ar) Amalia Sanahuja (asanahuja@hotmail.com) Teléfono: 4551-4204 www.iglesiaencolegiales.com.ar
Edición y recopilación: M. Cristina P. de Maceratesi: mcristinaparodi@yahoo.com.ar Romina Roger, Ines Sarli, Amalia Sanahuja y Ester Becker