Boletin mar del plata 2015 01

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Surco Publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista en Mar del Plata y Balcarce. Año XX - Nº 241

Enero / 15 No veas el final, ve un nuevo comienzo. Ve un cambio necesario y positivo. No veas todo lo que perdiste o todos los que se fueron... ve todo lo que tienes por ganar, ve a todos los que se quedaron. No veas lo que quedó atrás, ve lo que llegará para enriquecer tu vida. Ve a quienes llegarás tú, para aumentar su felicidad. Ve el camino por el que pasarás y a quienes tocarás con tu amor para mejorar sus días. Ve la mano de Dios tomando la tuya, ve su presencia a través de los años. Nunca te dejará solo, sostendrá cada paso que des, y si pasas por días en los que ni siquiera puedes avanzar, entonces él se quedará allí donde estés, acompañando tus noches y tus mañanas. Mira todo lo bueno que vendrá, sal a buscarlo porque Dios quiere darte las peticiones de tu corazón. Sé valiente, porque él ha prometido que irá contigo dondequiera que tú vayas. Dios peleará por ti. Cintia Evan Silva

somos comunidad solidaria Iglesia Evangélica Metodista Argentina


Cuando las Cabezas de las Mujeres se juntan alrededor “del fuego”. Simone Seija Paseyro, Uruguaya Alguien me dijo que no es casual…que desde siempre las elegimos. Que las encontramos en el camino de la vida, nos reconocemos y sabemos que en algún lugar de la historia de los mundos fuimos del mismo clan. Pasan las décadas y al volver a recorrer los ríos esos cauces, tengo muy presentes las cualidades que las trajeron a mi tierra personal. Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna. Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen. Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpón donde jugábamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras. Las de adolescentes después de un baile, o para preparar un examen, o para cerrar una noche de cine. Las de “venite el sábado” porque no hay nada mejor que hacer en el mundo que escuchar música, y hablar, hablar y hablar hasta cansarse. Las de adultas, a veces para asilar en nuestras almas a una con desesperanza en los ojos, y entonces nos desdoblamos en abrazos, en mimos, en palabras, para recordarle que siempre hay un mañana. A veces para compartir, departir, construir, sin excusas, solo por las meras ganas. El futuro en un tiempo no existía. Cualquiera mayor de 25 era de una vejez no imaginada…y sin embargo…detrás de cada una de nosotras, nuestros ojos. Cambiamos. Crecimos. Nos dolimos. Parimos hijos. Enterramos muertos. Amamos. Fuimos y somos amadas. Dejamos y nos dejaron. Nos enojamos para toda la vida, para descubrir que toda la vida es mucho y no valía la pena. Cuidamos y en el mejor de los casos nos dejamos cuidar. Nos casamos, nos juntamos, nos divorciamos. O no. Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar. Pasamos noches en blanco, noches en negro, noches en rojo, noches de luz y de sombras. Noches de miles de estrellas y noches desangeladas. Hicimos el amor, y cuando correspondió, también la guerra. Nos entregamos. Nos protegimos. Fuimos heridas e inevitablemente, herimos. Entonces…los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar. Porque juntas construimos nuestros propios cimientos, en tiempos donde nuestro edificio recién se empezaba a erigir. 2


Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes. Y en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos. Hoy somos todas espejos de las unas, y al vernos reflejadas en esta danza cotidiana, me emociono. Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego” que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía. Como siempre. Como nunca. Como toda la vida. Aporte de Elisabeth Stauffer

Se acercó una mujer al Anacoreta y le dijo: - Llevo tiempo intentando rezar y no lo logro. Mi cabeza se llena de pensamientos que me distraen y a duras penas logro repetir oraciones ya escritas. ¿Puedes enseñarme a rezar? Sonrió pícaramente el Anciano y, mirando con simpatía a la mujer, dijo.- Leí una vez a un sabio benedictino inglés, el P. David Foster, comparar la oración a cinco dedos y una mano. Ante la mirada de extrañeza de la mujer, la invitó a sentarse y prosiguió. - Para él, los dos dedos más pequeños representaban la oración de petición. El meñique petición para nosotros. El anular, algo más grande, petición para los demás. El dedo corazón, el del centro, que es el más largo, representa la oración de acción de gracias. Debería ser la más habitual. El dedo índice sirve para señalar, pero no a los demás sino a nosotros mismos. Es la oración de contrición. Reconocemos nuestra propia culpa. El pulgar, que puede separarse de los otros cuatro y que se mueve en todas direcciones, es la oración de adoración y de alabanza. Cuando reces, dedica un ratito a cada dedo, pero sobre todo al corazón y al pulgar. La mujer asintió y luego preguntó:- Y la mano, ¿qué significa la mano? Sonrió el Anacoreta y respondió: - Es la oración de la ofrenda. La más perfecta. Es poner tu vida en las palmas de tus manos y entregársela a Dios. Es dejar las manos abiertas para recibir el amor de Dios que Él te envía como respuesta. Miró al horizonte y acabó diciendo:- Nacemos con las manos cerradas y necesitamos toda una vida para aprender a abrirlas... Aporte de Domingo Ferrari 3


Cuna de Dios Mi vientre adolescente fue su primera cuna y mis brazos jóvenes le dieron el primer abrazo, mis lágrimas bañaron su rostro por primera vez y mi voz de casi niña arrulló su primer sueño. Aquella vida frágil, anuncio de plenitud, fresca presencia de Dios entre las gentes, recibió la calidez y la ternura de mi maternidad, y la navidad fue porque el amor le hizo espacio a la esperanza. ¿Si hubiese preferido que las cosas fueras diferentes? ¡Por supuesto! Madre sola, obligada a dejar el pueblo, víctima de prejuicios e incomprensiones, condenada a guardar en soledad el secreto de la divinidad. sabedora de desilusiones por venir, llamada a aceptar el dolor del abandono, obligada a presenciar la muerte de la vida engendrada, elegida para acunar el misterio de la salvación. Bendecida por esta extraña caricia de Dios, mezcla de celestial ironía e inexplicable maravilla, yo, María, una pobre mujer joven de Nazareth, fui inundada de lo eterno y vi nacer la luz. Quiera este mismo Dios de amor y vida, paz y verdad, justicia y solidaridad, que tu vida y la mía se hagan cuna para recibir a Aquel que todo lo alumbra. Gerardo Oberman / Aporte de Elisabeth Stauffer Cuando en Ti se va apoyando Porque recreas el barro Porque eres fuerza en lo débil Cuando en Ti se va apoyando

He recorrido en tu nombre La ruta de mis hermanos Corren, Señor, tiempos “recios” hay plagas en las utopías y “Quijotes” enterrados.

Brindo porque el que en Ti espera Nunca queda defraudado Tú, que en mí pones primero, Lo que doy, cuando doy algo.

A pesar de todo, brindo Y levanto entre mis manos la copa de la esperanza que a mí me sigue alentando

Tú, que guardas las semillas Cuando al sembrar “desparramo” Brindo de pie y en camino Porque seguiré andando.

Brindo por el hombre Tú primero has apostado Porque has bajado a mi noche Porque a mi puerta has llamado Y caminas a mi lado.

Y alzaré cada mañana Aunque me tiemblen las manos, la copa de la esperanza que Tú seguirás colmando.

Brindo por tu ternura Todo puede transformarlo Porque eliges lo pequeño

Aporte de Alberto Cueto 4


Por Juan Sasturain

Arte de ultimar

El menor de los seis hijos de Ahmed entró corriendo, como solía, a la cocina de paredes de piedra y, tras derribar el báculo de su padre apoyado junto a la puerta y provocar el ladrido de los perros echados junto al fuego, dijo con la cara radiante: -¡Hay una pareja en el pesebre! Jalifah, su madre, dejó de revolver el guiso de cordero recalentado del mediodía con la cuchara de madera y lo reconvino sin siquiera volverse: -Te tengo dicho, Tobías, que no espíes a las parejas... Y no grites, y cierra la puerta que vamos a cenar. Afuera se diluía la luz invernal, oscurecía con rapidez. El chico empujó sobre el piso de tierra la pesada madera con ruido de goznes hasta ponerla en su lugar. -Pero es que no están... -¡Basta ya!- dijo por lo bajo Jalifah a su hijo y a los perros alborotados que no paraban de gruñir. Esperó un instante y señaló con el pulgar la otra habitación de la casa. -Tu padre volvió muy cansado, Tobías, no lo alteres con cuentos... -Pero no es que... -el chico no supo cómo explicar, en este caso no era como habitualmente sucedía-. Se acomodaron para quedarse. La mujer se apartó de la olla. -¿Qué quieres decir? -Están instalados en el pesebre, madre: no vinieron a... -y el chico hizo el gesto universal. La madre levantó la mano libre y le cruzó la cara de un sopapo. -¿Quién te enseñó a hacer eso? Hubo risas a sus espaldas y Jalifah se volvió hacia el rincón donde las hermanas de Tobías cuchicheaban.

Intrusos -Yo no fui -dijo Anna, la mayor, que trenzaba palmas. -Yo tampoco -dijo Sufih, que bordaba una estera. -Cállense ustedes, desvergonzadas... -las retó su madre, y se volvió-. Y tú, la próxima vez que... Tobías se tocó la mejilla, contuvo el llanto y se dirigió a la otra habitación. -¡No molestes a tu padre! -dijo Jalifah amenazante pero sin levantar la voz. Su hijo no le hizo caso.

Apenas un rato después, el viejo Ahmed salió del cuarto poniéndose el gastado abrigo de piel de oveja sobre la camisa. Apoyó el pie derecho sobre el banquito pequeño y se ajustó las tiras de la sandalia. -Enseguida vuelvo -dijo por toda explicación. Recogió el pesado báculo y salió seguido de Tobías. Los perros fueron silenciosamente detrás. Las mujeres quedaron 5

mirándose entre sí. De pronto, Sufih, la más vivaz de las hijas, fue hasta la estrecha ventana y los observó alejarse colina abajo. -Hay luna llena -dijo admirada-. Se ve como de día. Su hermana se acercó y miró sobre su hombro: -No. Es esa estrella, la nueva, que brilla todo el tiempo -y señaló hacia lo alto-. ¿Podemos ir nosotras también, madre? Jalifah meneó la cabeza sin dejar de revolver. -Vengan acá, basta de salir con cualquier motivo. Terminen lo que estaban haciendo. Hace una semana que están con esas labores. Las adolescentes volvieron al

rincón, murmurando: -Total, nosotras ya los vimos... -¿Cómo? ¿Cuándo los vieron? -Hoy, cuando fuimos a la fuente -dijo Anna-. Llegaron temprano, muy cargados de cosas. Ella en ancas del burro, él a pie. -¿Y por qué no avisaron? Sufih se encogió de hombros: Nos dieron pena -hizo una pausa-. Ella está a punto de ... Jalifah no la dejó terminar,


meneó la cabeza: -¿Y se están escapando? Ellas asintieron. -Parece que sí. Nos pidieron que no dijéramos nada -dijo Sufih. La madre soltó la cuchara, se apartó de la olla y se secó las manos con un trapo: -Mocosas estúpidas... -y hablaba de la del pesebre, y de las suyas también-. No aprenden nunca... -¿Qué va a hacer, madre? dijo Anna. -Voy a ir a ver -dijo Jalifah echándose el manto oscuro sobre la cabeza-. Tu padre no es demasiado confiable en estos casos. Cuiden el fuego y no le abran a nadie. Jalifah bajó a largos pasos la colina por el sendero pedregoso hasta llegar al pie. El pesebre estaba al borde del camino; era una construcción elemental de piedra con techo sostenido por vigas de madera, con un entrepiso para el forraje y espacio abajo para los animales. Solía haber problemas con los intrusos, y las parejas del pueblo solían utilizarlo para sus escapadas clandestinas. Estaba harta de lidiar on estas cuestiones. La luz vacilante de una antorcha, salió a esperarla

Ahmed, que la interceptó en el portal. -¿Sabes quiénes son? Ella agitó la cabeza. -¿Te acuerdas del carpintero que nos hizo el banquito y la repisa grande? -Sí, un desastre -dijo Jalifah-. ¿Y a quién embarazó ese imbécil? -A nadie... O sí: es su mujer, dice. Aunque dice que no fue él. Ella sacudió la cabeza con incredulidad: -No entiendo. ¿Y por qué no están en su casa como Yahvé manda? -Es una historia rara... -y Ahmed señaló la desmesurada estrella que brillaba sobre sus cabezas-. Todo es muy raro. -¿Hablaste con ella? El agitó la cabeza. -Voy a hablar yo entonces. Jalifah se quitó el manto de la cabeza y entró al pesebre. Inmediatamente salió el taciturno carpintero. La mujer estuvo un rato largo adentro y cuando volvió a aparecer se dirigió a él con un gesto de cabeza: -Vaya, acompáñela. No la deje sola. Ella le dirá cuando llegue el momento; y ahí me avisa. El carpintero asintió y volvió a

entrar tan perplejo como había salido. Jalifah suspiró con desaliento y se volvió hacia su marido: -Es casi una niña, Ahmed... Podría ser Sufih. Y ni siquiera sabe lo que le pasó. Pero está tranquila. Yo creo que es cuestión de horas. Fueron desandando el camino iluminado de plata hacia la casa. Jalifah llevaba a Tobías de la mano y los perros iban y venían. -Ella dice que es varón pero yo creo que no: por el tipo de panza, chata, es una niña. Ahmed asintió; su mujer sabía de esas cosas. Nunca se había equivocado con los suyos. -Y otra cosa -prosiguió con tono definitivo-. Mañana mismo hay que ponerle una traba al portón del pesebre. Esto no puede volver a suceder, tiene que quedar cerrado. ¿Me oíste? Nunca más. -Sí, querida -dijo él. Y después de un momento, como para cambiar de tema-: ¡Qué hermosa noche! -Apurémonos que se enfría el cordero -dijo ella. Y ni siquiera miró para arriba. Página 12 - 23/12/14 Aporte de Elisabeth Stauffer

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Estimados hermanos en Cristo: En Efesios 5:19 leemos lo siguiente: “Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y canten y alaben de todo corazón al Señor”. Qué maravillosa invitación a vivir una vida tal que sea alabanza y canto delante de Dios. Este año la Comisión de Liturgia busca que podamos seguir enriqueciendo cada una de las celebraciones y es por eso que compartimos estos aportes de diferentes autores, miembros de nuestra Iglesia Metodista. Los aportes nos ayudan a hacer un ejercicio fundamental a la hora de armar nuestras liturgias y elegir las canciones o himnos... ¿Qué cantamos, cuando cantamos? ¿Qué estamos diciendo? ¿Qué teología reflejan esas palabras? Debemos reconocer que tenemos canciones que nos llegan de diferentes lugares del mundo y de las más diversas tradiciones de la fe cristiana. Muchas veces nos llegan canciones excelentes e inspiradoras y algunas otras veces bellas melodías con letras un tanto pobres. Estos aportes nos ayudarán a reflexionar sobre la letra de algunas canciones e himnos que cantamos en nuestras iglesias. En esta oportunidad hemos elegido la temática de la alabanza. Bien nos hace leer y recordar lo que John Wesley escribía al pueblo Metodista en 1761 en las “Instrucciones para el canto”: “Sobre todo, canten espiritualmente. Tengan su vista puesta en Dios en cada palabra que canten. Aspiren a agradarle a Él más que a ustedes mismos o a cualquier otra persona. Con este objetivo, pongan su atención estrictamente al sentido de lo que cantan, y miren que su corazón no sea arrastrado por el sonido, tal como el Señor ha de aprobar aquí y recompensar cuando venga en las nubes”. Que Dios los bendiga y guarde. Comisión Nacional de Liturgia. / Iglesia Evangélica Metodista Argentina

ERES TÚ LA ÚNICA RAZÓN Autor: Danilo Montero Por Analía Bur //Eres tú la única razón, de mi adoración, Oh Jesús. Eres tú la esperanza que anhelé tener, Oh Jesús. Confié en ti, me has ayudado, tu salvación me has regalado, hoy hay gozo en mi corazón, con mi canto te alabaré.

Si entendemos evangelical como parte del Evangelio, es el mundo del que somos parte importante aquellos que creemos en Cristo como Señor y Salvador. Es cierto que hay comunidades que celebran la fe haciendo mayor hincapié en distintas esencias: Espíritu Santo, Dios Padre o Jesús el Hijo.

Te alabaré, te glorificaré, te alabaré, mi buen Jesús. Te alabaré, te glorificaré, te alabaré, mi buen Jesús.//

Presento el tema desde donde vamos a trabajar algunos contenidos y conocer a su autor, Danilo Montero. Danilo Montero: nacido en Costa Rica en el mes de noviembre, entre los 12 y los 14 años de edad se convierte al cristianismo cuando es invitado a una campaña de sanidad y esperanza de la iglesia Oasis de Esperanza de las Asambleas de Dios. Allí fue director de Alabanza durante mucho tiempo. Luego se congrega en la iglesia conocida como “Iglesia Lakewood” donde forma parte, juntamente con Marcos Witt, del equipo pastoral. Ha grabado 18 discos, aproximadamente, y en el 2008 ganó el Premio Biliboard de la mejor música cristiana de habla hispana, con el tema “Tu amor”.

En todo tiempo te alabaré, en todo tiempo te adoraré. Cuando me presentaron el desafío, comencé a pasearme por varias canciones que tenemos en nuestros himnarios y en nuestros cancioneros. La verdad que es difícil decidirse puntualmente por una de ellas y no divagar por otras obras musicales. El desafío fue, una canción del “mundo evangelical” y ahí surgió mi primera duda: ¿Cuál es ese mundo evangelical? 7


Hacia una mirada bíblica

Creo que sería importante que cuando cantemos, pensemos en lo comunitario y no solamente en la individualidad o en la particularidad. Es cierto que la conversión es en uno mismo, pero si no la compartimos, si no la vivimos, o si no la hacemos razón de vida para que otros crean, no hay conversión.

Observemos el texto de Daniel 4:34 que nos dice lo siguiente: “Al fin del tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo y mi razón me fue devuelta; bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre...” Este texto nos muestra cuán importante es la razón para adorar a Dios, para bendecir su nombre y hacerlo parte de la vida toda. El texto continúa diciendo que le fue devuelta a partir de la razón, la majestad, la dignidad y fue parte de las obras de la verdad y de la justicia.

Otros aportes Cuenta Danilo Montero, en una entrevista que le realizaron, que él provenía de un hogar donde el alcohol estaba haciendo estragos, su padre bebía y se ponía violento con su mamá. Hubo alguien que le habló de la parábola conocida como “el hijo pródigo”, fue la que le contaron aquella tarde. Y empezó a orar, y a acercarse a un espacio donde otros pudieron ser contención de amor y edificación en Cristo Jesús. Hablamos del año 1970 , cuando decidió entregarse al Señor.

La alabanza que nos propone Danilo Montero justamente habla de esta razón, que salva, que ayuda, que libera y que hace parte importante de la vida en Dios. Nadie puede negar que la Palabra es parte de una Verdad que libera, y por lo tanto, la única razón de la existencia de un Testimonio del Espíritu que permite ser reconocido en medio de nuestro compartir cotidianamente.

Quizás historias como éstas hay muchas. En una entrevista realizada por la periodista Brenda M. López de Teixeira, Danilo Montero concluye de la siguiente manera: “Quiero que sepas que aunque nunca vuelvas a servirme, Yo te seguiré amando igual. Porque no te amo por lo que hagas por mí, sino por lo que eres. Y eres mi hijo, no hay nada que puedas hacer para cambiar eso”, así sutilmente le dijo Dios a Danilo. La parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32) cobró vida ante los oídos de su corazón, el amor de estas palabras tornaron su rebeldía y lo llevaron a Sus pies. Ese encuentro sublime le ayudó a superar los años de dolor por la ausencia de su padre. La vida de Danilo Montero es quizás muy parecida a la de muchos, pero el verdadero mensaje es que un simple roce del dobladillo de Su ropaje es suficiente para levantarnos”.

Otro texto que nos ayuda a reflexionar sobre esta alabanza, es el que encontramos en la carta de 1ª de Pedro 3:14s donde se nos dice que “estemos preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que nos demande razón de la esperanza que hay en nosotros”. La razón es parte de cada ser, de cada uno, y como dice Pablo en la Carta a los Romanos 14:12 que “...cada uno dará razón de sí” y por po tanto “...ya no nos juzgaremos unos a otros...”. Una mirada de análisis a lo que cantamos Es interesante encontrarnos con nuevos géneros musicales, con nueva instrumentación y sonorización. Si analizamos musicalmente, son obras repetitivas que nos van marcando de una u otra manera un sincretismo musical. Ahora miremos la letra de la canción que tenemos,¿ en qué momento esta adoración personal se transforma en comunitaria? Si observamos lo que dice el texto de Daniel, termina esa razón devuelta a él siendo parte del pueblo, lo que nos dice la Carta de Pedro en donde tenemos que estar preparados, no en forma individual, sino en comunidad y como dice Pablo que debemos dar razón de cada uno ante Dios para no juzgarnos más.

Y para terminar, que todo lo que alabe no sea solamente razón, sino un corazón ardiente que comparte esa fe con quienes nos rodeamos celebrando a Dios. Analía Bur es música, estudiante del Profesorado de Música en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) y Pastora de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina. (Tomado del Leccionario 2015)

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EN LAS HUELLAS DE MIS PIES Siempre miraba al cielo buscando el amanecer... ...siempre olvidé que el mundo se movía bajo mis pies. Y al tropezar, al traspiés, mi mente cayó, y pensé: ¿Quién sostiene mi carga cada día al renacer? ¿Quién me mueve por el mundo cortando el aire y sin red?... ...mis pies ¿Quién brinca, baila, salta... patalea la frustración? ¿quien mantiene mi equilibrio, en vertical posición? ¿quién me hace sentir vivo en sensual emoción y en cosquilleo vibrante transforma en risa el dolor ?... ...mis pies ...¿Quién si no? Caminando van marcando el trazo de mis anhelos, de mis triunfos y fracasos abriendo brecha en el suelo. Pies que se clavan ... pies que caminan, que nos hieren y nos miman, que se sienten hierba fresca cuando descalzos caminan. Pies de musica♪♪ en los ritmos, taconeos y algarabías que golpean la tierra sentimientos y poesía Pies que se yerguen amantes, anhelando de puntillas, un beso, una mirada...: ...son del alma zapatillas. Pies juguetones, y armoniosos,... ...portadores de conciencias: olvidados, ...generosos.

Pies que levantan mis ojos: horizonte desarmado, que se extiende ante mi rostro amplio, limpio, ...desnudado. Pies de amor, pies de alegría, de sensualidad: placer... De dolores en la muerte: ....fríos al atardecer. Cimientos del corazón, donde el espíritu mora experimentando el mundo a cada paso en la aurora. ¡Ay Dios !, si llega el día y no soportáis mi alzado, mi cuerpo irá muriendo al permanecer postrado. Alma en pie, mientras tú sueñes, erguida sobre la tierra, a mis pies rendiré culto pues la Vida... ... está en sus huellas. (MelosCD) 9


Se va otro año “Se va otro año", dicen y parece que se fuera la vida. Pero la vida se queda... ¿Qué nos llevamos con nosotros y qué queda atrás? ¿Qué es lo que se queda y qué lo que se va? Que queden atrás los fracasos, los intentos fallidos, el sabor amargo de la impotencia, las broncas y los rencores. Que queden atrás los desencuentros, las frustraciones, la gran hipocresía de la vida mal vivida, sin amor, sin alegría. Renuncia a todo lo que te estorba, a lo que te impide mirar hacia adelante. Pero no renuncies nunca a tu libertad. Que el año nuevo que se anuncia en este adviento del Jesús de la Vida nos encuentre libres y dispuestos, sin lastre y con los zapatos puestos. Libres de pesadas cadenas, libres de viejos pecados, libres de nuestros prejuicios, libres de nuestras penas, para buscar la otra libertad: la de amar y construir, la de luchar y resistir, la de hacer la paz y convivir. Libertad para creer que no es hueca la esperanza, y que si existe la fe también existe ese mañana que como un regalo se asoma,

para alimentar tus sueños y afirmar que no tienes dueños más que el Dios de la historia, Aquel que renunció a su gloria para mirarte a los ojos, para levantarte del suelo y hacerte libre en tu vuelo. No te encadenes a tu ayer, olvida el pasado y avanza; un día nuevo ya amanece, recíbelo con confianza. Dios te ha hecho libre, y te lo recuerda en Navidad. Quizá, como yo, te preguntes: "¿Acaso soy libre de verdad?" La libertad es un instrumento que debes ejecutar, con ganas, con sentimiento, con fuerza, con calidad. Cuando tocas sus cuerdas, ¿qué melodías logras sacar? ¿Suena el sonido luminoso de la vida o el ruido gris de la mediocridad? Uno año nuevo se viene: ¿qué se queda y qué se va? Que se vaya lo que no sirve y que se quede tu libertad. Gerardo Oberman 10


Leccionario #

Enero

Domingo 18: Segundo Domingo después de Epifanía 1ª Samuel 3:1-10, (11-20) Salmo 139:1-6; 13-18 1ª Corintios 6:12-20 Juan 1:43-51

Domingo 4: Segundo Domingo después de Navidad Jeremías 31:7-14 Salmo 147:12-20 Efesios 1:3-14 Juan 1: (1-9), 10-18

Domingo 25: Tercer Domingo después de Epifanía Jonás 3:1-5, 10 Salmo 62:5-12 1ª Corintios 7:29-31 Marcos 1:14-20

Domingo 11: Bautismo de Nuestro Señor Génesis 1:1-5 Salmo 29 Hechos 19:1-7 Marcos 1:4-11

Nuestros cumples #

Quiénes

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Enero

Es una publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina en Mar del Plata y Balcarce Directora: Viviana Baccaro

2 – Silvia Tiani 2 – Laura Cortese 3 - Nelly Gómez 3 – Graciela Chiarinotti de Petrucelli (Balc.) 7 – Jürg Gerd Stauffer 7 – Mercedes de Morrel (Balcarce) 8 – Nazarena Rubicek 9 - Margarita Maifredini (Balcarce) 11 - Susana Papa 12 – Mirian Morrel de Mucci (Balcarce) 13 – César Farace (Balcarce) 14 - Gilda Genovali 17 – Patricia Farace (Balcarce) 19 – Diana Tiani 19 – Viviana Althaus 20 – Lara García Costanzo 22 – Dora Agüero 23 – Raúl Passalacqua 28 - Aurora Salomón

Redacción y colaboración: Elisabeth Stauffer Alberto Cueto Enero de 2015 Año XX - Nº 241

Dónde y Cuándo HORARIOS DE CULTOS En Mar del Plata: - Domingos 11:00 hs. Belgrano 3333 - Tel.: 473-5808 474-1236 Cultos en Balcarce: - Domingos 10:30 hs.

Aniversarios:

Calle 15 N 677 - Tel.: 43-2668

5 – Nelly Bakker y Abdul Martinez 9 - Elvira Banar y Hugo Simiele

Para comunicarse con la dirección de este periódico: viviummdp@gmail.com.ar 11


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