Surco Publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista en Mar del Plata y Balcarce. Año XXII - Nº 273
Septiembre / 17
Alaben su nombre con danza; Con pandero y arpa a él canten. Salmo 149:3
Reflexiones y recursos para celebrar
los 500 años del movimiento de la Reforma Lutero y su ética económica Celebrar los 500 años de una protesta que reformó la estructura religiosa y socio cultural de media Europa demanda por un lado gratitud y por otro nos plantea un gran desafío. Gratitud por tantos hombres y mujeres que abrieron nuevos caminos, ensancharon los horizontes de la historia y muchos lo pagaron con sus propias vidas. Porque debemos reconocer que lo que hoy es motivo de festejo, celebración y diálogo tolerante y enriquecedor, sus orígenes, como todo cambio histórico fueron difíciles, reprimidos y violentos. Los grandes cambios en la historia no se dan graciosa y gradualmente, sino por lo general, son resistidos y sus ideales demonizados. Basta recordar, no hace mucho tiempo, que Lutero tuvo el extraño honor de figurar en la raíz del “árbol de la subversión”, un esquema fascista circulado en las escuelas militares durante la última dictadura que explicaba el origen del resquebrajamiento de la civilización occidental y cristiana, ubicando a Descartes y Lutero entre sus raíces más profundas. Ambos sacudían los cimientos de una autoridad totalizadora, heredada de la Edad Media que ordenaba las subjetividades y mediatizaba el encuentro con lo divino... Al recordar tantas resistencias, no tan lejanas y al encontrarnos hoy con celebraciones en todo el mundo, el reconocimiento a Lutero por parte de la Iglesia Católica hace algunos años, los saludos del Papa Francisco, los innumerables diálogos y acciones ecuménicas abiertos prácticamente desde el Concilio Vaticano II, todo ello se abre ante nosotros como un gran momento de celebración y gratitud a Dios por el proceso que significa que los postulados de la Reforma y sus consecuencias, hayan llegado hasta nuestros días y podamos hoy juntos celebrarlos. Al mismo tiempo hablamos de desafío. Porque, como mencionamos, la Reforma no es un hecho del pasado solamente, sino un proceso abierto en el momento en que Lutero clava sus tesis en Wittemberg, pero cuyas consecuencias se extienden y resignifican a lo largo de los siglos. El antiguo lema de las iglesias reformadas “Iglesia reformada siempre en reforma”, marca con claridad el desafío de este proceso abierto pero no excluido. No está concluido, no porque aún falte concertarse algunos postulados por males. No está concluido porque los ideales básicos surgidos al calor de la Reforma poseen un antídoto contra la petrificación de sus postulados. La Reforma es un proceso que se levanta como un desafío hermenéutico para cada generación. Es una invitación a una Reforma Permanente que mira críticamente no sólo la lectura de la Biblia, no sólo la forma de ser iglesia, no sólo la manera de comprender a Dios, sino también mira el deber de todo cristiano/a para accionar en un mundo cada vez más inhumano, basados en la convicción de ser movidos por un Dios de amor, cuya gracia llega a todos. En este sentido, si se nos pidiera reducir a uno el aporte más significativo de la Reforma, uno que incluyera a todos los demás, sin duda sería el haber corrido de la escena principal a poderes institucionales que mediatizaban la relación con Dios y haber ubicado allí a un Dios libre que busca y a un ser humano sediento de libertad. La Reforma nos habla de la soberanía de Dios, pero una soberanía que, si es reconocida, es porque hay un ser humano que la reconoce y se reconoce como sujeto de un amor que le hace libre. Esta centralidad del ser humano y su dependencia sólo con Dios y con ninguna otra autoridad soberana, es lo que transformó peligrosa a la Reforma y por lo cual la figura de Lutero terminó siendo demonizada. Para reformar era necesario protestar Por eso, para apreciar aportes concretos de la Reforma a nuestro tiempo debemos ajustar el foco. Existen grandes marcos de referencia que han significado sustanciales aportes teológicos y antropológicos para la construcción de subjetividad y el pensarse como sujetos en la concepción de la sociedad moderna. Sin embargo, debemos tomar distancia de una rápida asociación de la Reforma con la “modernidad”, ya que ésta puede tener distintos significados y algunos muy distantes a los ideales de la Reforma. Como ya lo expuso muy claramente Ernst Troelsch en su obra “El protestantismo y el mundo moderno”, a la pregunta de si Lutero fue representante de los últimos vestigios de la Edad Media o de los primeros de la modernidad no existe una respuesta unívoca y clara. Él vivió, como nosotros hoy, una época de transición, difícil de definir y enfrentando la crisis de los grandes relatos sustentadores de un tiempo y el esbozo de unos nuevos que aún no se hallaban concluídos. Por otro lado, si entendemos la “influencia” de la Reforma, como lo entendió Max Weber, en sentido de un aporte a la construcción de la subjetividad necesaria para generar el espíritu del capitalismo moderno, deberíamos tener mucha más cautela aun. Éste es un terreno muy fangoso, con muchos matices que reclama hoy un espacio para la discusión desde el protestantismo latinoamericano. Esta tesis de Weber tan seductora para muchos, ha sido, sin duda, una señal de alivio y entusiasmo entre los que desean convertir al Protestantismo en una religión respetable de la modernidad y de las sociedades acomodadas. Lutero sin duda, no se sentiría cómo siendo recordado como uno de los gestores de ESTE tipo de modernidad. Por eso al hablar de aportes, no siempre lo haremos en sentido positivo, la influencia de Lutero en este aspecto, puede adquirir -y de hecho los tiene- matices contraculturales y críticos especialmente de lo que hoy conocemos como economía de la modernidad.
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Sabemos que la Reforma no sólo tuvo motivaciones doctrinales y teológicas, sino también sociales, económicas y políticas. La época de la Reforma coincidió con el afianzamiento de las nacionalidades. Fueron algunos principados alemanes los que comenzaron a advertir que el sistema de rentas eclesiales centralizadas en Roma, debido a su gran caudal, frenaba todo intento de autonomía económica de sus regiones. En este contexto, Lutero supo combinar sus críticas doctrinales, con aquellas que tenían que ver con una economía con rasgos usurarios que se ocultaba debajo de supuestos preceptos teológicos. Para reformar fue necesario protestar. Por eso para realizar esta breve búsqueda de aportes de Lutero a nuestros días será útil hacerlo ajustando el foco sobre el aporte que Lutero hace a una -podríamos llamar- ética económica, una ética que, lejos de hallarse en la base del espíritu capitalista, se enfoca en una economía con rostro humano, (parafraseando el título del libro del economista Bernardo Klicksberg). Me referiré muy brevemente a dos aspectos de su ética económica: la ética laboral y sus reflexiones sobre el comercio y la usura. Uno de los aspectos más importantes de los aportes de la Reforma es el de la valoración de las profesiones seculares, de su dignidad e igualdad con respecto a las profesiones eclesiásticas. Desde sus inicios Lutero estableció una ética protestante del trabajo con el concepto “Beruf” (vocación). Según el pensamiento luterano las profesiones manuales, artesanas, comerciales, son dignas y poseen una dignidad espiritual y religiosa, cosa que hasta entonces tan sólo se les reconocía a los sacerdotes y frailes. De esta manera, el trabajo, además de poseer la misma dignidad religiosa que la que monopolizaban los oficios religiosos, se separa del clero desarrollándose en una esfera propia en la que la Iglesia no tiene poder para intervenir, es entonces cuando la energía del artesano y los obreros comenzó a desarrollarse con toda libertad. A pesar de esto, la religión no se separa del trabajo, al menos de aquellos valores que lo rigen. La idea que se desprendía de la nueva concepción de trabajo era que la labor de un artesano podía glorificar tanto a Dios como la de un sacerdote. Esta visión del trabajo humano no sólo lo diferencia del concepto que se tenía de él en la Edad Antigua y Media, cuando no era valorado más que como una forma de extracción de la riqueza dejado en manos de los esclavos, sino también del relato católico medieval para el que la profesión por excelencia era la religiosa y las demás eran actividades subvaloradas, interpretadas como un castigo que el ser humano debe soportar. Para Lutero la profesión, el trabajo, es una manera digna, donada por Dios, de ganarse la vida y de desplegar la creatividad, por lo tanto debe ser valorado, respetado y remunerado dignamente. La valorización del trabajo secular supuso independencia con respecto de la Iglesia, pero no por ello independencia de Dios, sino más bien lo contrario. En la tradición judeo cristiana, que Lutero rescata, el trabajo ha sido considerado desde sus orígenes como una forma de dignidad. Es un don que el hombre debe asumir como una forma de servicio a Dios, al prójimo y a sí mismo. Sobre el comercio Esta visión sobre las profesiones y el trabajo en general lleva a Lutero a reflexionar también sobre la dignidad y honestidad en el comercio. En este aspecto, su enfoque resuena como un aporte contracultural para su sociedad, y también para la nuestra. No es verdad, como dicen algunos, que Lutero detestaba el comercio. Esto lo afirmaban aquellos que trataban de mostrarlo como un asceta medieval que menosprecia el dinero como un mal en sí mismo. Por el contrario, su enfoque y especial interés se centra en la manera en que era utilizado. Su crítica estaba dirigida específicamente al abuso en el intercambio comercial. Por ejemplo, el aumento de los precios de las mercaderías de mayor necesidad. Alo que para nuestra economía ortodoxa moderna es un axioma sin discusión: a mayor demanda, suben los precios. El sustento evangélico de Lutero lo lleva a criticar esa lógica perversa. “Hoy hay muchos que dicen -afirma Lutero- tengo el derecho de vender mi mercadería tan caro como pueda. ¡Y esto lo consideran un derecho! ¡De hecho esto es dejar lugar para la codicia! ¿Esto no es lo mismo que decir: me burlo de aquel que tiene necesidad? ¿No es aprovecharme de la necesidad de mi prójimo? Aquel subraya la necesidad de su prójimo, no para ayudarle, sino para utilizarla en su propio beneficio, aumentando el precio de su mercadería, que no aumentaría si no existiera esa necesidad.” Un razonamiento muy sencillo, muy humano, es que así debiera ser el comercio, reflexiona Lutero, si no estuviera impregnado por el afán de codicia que desplaza al ser humano para ubicar como centro el lucro deshumanizante. Algunos dirán, ¿y esto es una influencia de la Reforma a nuestros días? No, lamentablemente no lo ha sido. Sigue siendo un llamado profético a la reflexión. Otro foco de crítica era la incipiente práctica de lo que hoy llamaríamos “especulación financiera”. Es decir, el uso de herramientas especulativas que promueven la generación de riqueza desde el dinero mismo y no de la producción generada por el trabajo humano. En su tiempo esas herramientas se llamaban compra de rentas, interés y usura. En su escrito llamado “A la nobleza cristiana de la Nación Alemana” criticó duramente ese sistema económico y los peligros de la acumulación desmesurada de bienes materiales. Lutero consideraba que ese sistema de
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enriquecimiento especulativo basado en el endeudamiento perpetuo de los necesitados como medio de dependencia y sumisión estaba manejado básicamente por dos cabezas: la iglesia y los grandes banqueros. La iglesia, como mencionamos, era gran recaudadora de “rentas eclesiásticas”, estos eran impuestos religiosos como los diezmos, las primicias, y también los derechos por uso de estola, el canon por ser vicios religiosos, las conocidas ventas de indulgencias y los préstamos hipotecarios (compra de rentas) a través de las que los deudores terminaban cediendo sus terrenos al no poder pagarlas. Es por eso que Lutero en palabras muy duras dice: “todo cuanto el Papa posee” es fruto de robo y hurto. Él jamás compró bienes tan grandes”. Palabras muy duras a una realidad de entonces. En esos tiempos los territorios del Estado Pontificio llegaron a abarcar prácticamente todo el centro de Italia, alcanzando su mayor extensión territorial en el siglo XVI. La mayoría de estas tierras eran propiedades ofrecidas como garantía en la compra de rentas, un procedimiento muy similar a las hipotecas actuales, recurso utilizado por la naciente burguesía y por la iglesia y monasterios para sacar de “urgencias económicas” a pequeños comerciantes o labradores, a quienes se les otorgaban préstamos a cambio de sus bienes inmuebles, que en caso de no poder pagar el canon estipulado pasarían a manos del acreedor. Contra esto reacciona Lutero. Por su parte en su “Gran Sermón contra la usura” despliega una profunda y aguda crítica directa a los Fugger, reconocida familia de banqueros de Augsburgo e influyentes en la política del siglo XVI. De hecho, fueron quienes presionaron al Papa para que éste aboliera la prohibición que regía contra el cobro de intereses o contra la usura, dado que ésta era una gran fuente para el enriquecimiento de la naciente burguesía. De hecho, el Papa accedió al pedido de los banqueros. Lutero no duda en interpretar el sistema de compra de rentas, como una forma de usura y de comercio desleal, ya que “en las otras formas de negocios, uno se expone personalmente cuando vende demasiado caro o cuando ofrece una mercadería adulterada, una herencia trucada o bienes falsificados, pero esta nueva y rápida invención en los negocios da simplemente una cobertura de justicia y lealtad a su condenada avaricia y usura”. Por lo general, la fecha de la devolución del capital no estaba prevista, y el acreedor no buscaba tanto la amortización del préstamo, como la extracción de rentas de forma continua y segura. “La compra de rentas es el procedimiento que hace brillar la posibilidad de endeudar a los demás y de hacerse rico sin preocupaciones y fatigas.” afirmaba Lutero. La esclavitud por deudas era una práctica antigua que se perfecciona en la Grecia clásica. Pero el endeudamiento como sistema sutil de dependencia, es una herramienta de la modernidad, que Lutero detecta y combate por ser usura y comercio desleal. La ética económica de Lutero (aunque él no la llama de esa manera) es un antídoto que va al corazón de cualquier sistema que pretenda reducir al ser humano a un número, a un producto o a una mercancía. Sistema que ensalza el dinero como el valor máximo y como el generador de más dinero, el cual rechaza la producción y el trabajo como las legítimas herramientas productoras de riqueza de una nación. La crítica de Lutero a este sistema es su aporte al futuro, que es por cierto, nuestro presente. Lamentablemente, el primero en ridiculizar esta firme postura de Lutero contra una economía usuraria ha sido el propio Max Weber, su peor intérprete, quien en aras de abonar su tesis, tilda a Lutero de ser “un campesino con desconfianza por el capital”, un monje con mentalidad medieval, a quien no le resultaban transparentes las nuevas herramientas que la economía del siglo XVI estaba poniendo a disposición para la expansión del capitalismo. Hoy podemos preguntarnos, para ir cerrando, ¿este aporte de Lutero es moderno o medieval? En realidad, es una pregunta sin sentido. A Lutero no le importó, ni a nosotros hoy tampoco, si sus reflexiones sobre el comercio, la usura, eran medievales o modernas. Lo importante para esta conmemoración que estamos realizando es recuperar estas reflexiones como un aporte evangélico que atraviesa las épocas y pone en tela de juicio toda actividad económica que pierde de vista el factor humano como el centro de su atención. Las sospechas proféticas de Lutero sobre aquellas pequeñas semillas amargas del siglo XVI, hoy en el siglo XXI se han convertido en una jungla enmarañada de la que necesariamente debemos salir. La Reforma evangélica protestante se sigue abriendo paso como un proceso en marcha, no acabado. Tenemos mucho camino para transitar en nuestra América Latina. Para reformar hay que protestar, protestar basados en los postulados del Evangelio, que ubica como centro de la vida, la gracia de Dios y la libertad y dignidad del ser humano. Esos son los valores que deben seguir siendo levantados para celebrar dignamente estos 500 años de Reforma. Daniel A. Bruno
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Declaración pública de la XXV Asamblea General de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina
A 500 años de la Reforma Evangélica Protestante, que dio aire renovado y purificado a la Iglesia, y a más de 180 años de vida en Argentina del metodismo que sostiene su identidad ecuménica y profética, comprometida con el tiempo que le toca vivir, y en el marco de la XXV Asamblea General, bajo el lema “Jesús, Vida para descubrir y compartir” Proclamamos un evangelio de amor y verdad, revelación de un Dios de vida y anuncio de esperanza. Es esa luz del mundo que desnuda toda apariencia que se pretenda instalar como una visión única de realidad y bienestar, negando el sufrimiento y dolor de millones de personas que sufren los efectos devastadores de proyectos globalizantes que sujetan todo a un único sistema económico y de poder. Este sistema que se vale de medios e industrias culturales crean una ficción que esconde la realidad y proponen una falsa diversidad y diálogo que es desmentido por su autoritarismo y constante discriminación. Proclamamos que en Dios, hay gracia hecha justicia que fortalece en medio de las desigualdades cotidianas, donde el poder impone su arbitrio, donde se desconocen derechos y se dificulta el acceso a un poder judicial que muchas veces niega la verdadera justicia, que es usada como una mercancía más de intercambio, que desecha la vida misma, como obra única de Dios, dada a cada ser humano. Proclamamos que en Cristo, hay vida para ser compartida en forma abundante y plena que se contrapone a la individualidad y la soledad de esta sociedad y que, la sola acumulación de bienes de uso e intercambio en pocas manos, resulta en pobreza y marginalidad para millones de personas que esperan respuesta a su hambre y exclusión, para nuestros pueblos originarios, a ancianos y ancianas, niños y niñas, a aquellos que son privados del acceso al empleo, así como a quienes son discriminados por su condición de género, de etnia, de procedencia geográfica, de migrantes tanto internos como externos que aún esperan amparo y protección en la sociedad argentina. Proclamamos que el anuncio y defensa de estos derechos es un principio básico que nos moviliza y nos reúne como iglesia fiel al Evangelio.
Como Iglesia Evangélica Metodista en Argentina, fieles al Dios de la vida encarnado en Jesús, Señor de la historia, nos comprometemos con las situaciones en donde, la solidaridad, la contención, y el apoyo concreto a las personas más vulnerables se hacen imprescindibles. Del mismo modo asumimos este compromiso desde la certeza de anunciar la gracia vivificante de Dios que vence a la muerte y a todo tipo de proyecto que atente contra su creación y niegue un acceso genuino de todo ser humano a una vida plena.
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Oración por sanidad Ante ti estamos, Dios de los mil nombres, Dios diverso y rico, Dios generoso y compasivo. Nadie mejor que tú nos conoce, desde el vientre de nuestra madre tienes tus ojos sobre nosotros y nosotras. Sabes cuando estamos felices y sabes cuando nos sentimos agobiados, Sabes cuando nuestra sonrisa es sincera y sabes cuando ella oculta un profundo dolor que aún no nos animamos a soltar. Conoces lo que nos anima y nos impulsa hacia adelante y también conoces aquello que nos pesa y que nos impide sentirnos plenos y plenas. Hoy queremos abrir el alma, soltar todo aquello que duele, que lastima, que pesa. Hoy queremos buscar el perdón y perdonar. Queremos acudir a ti por sanidad. Sanidad física, emocional, espiritual. Sólo tú puedes devolverle a la vida el sentido que le diste al adoptarnos como tus hijos e hijas. Sólo tú puedes curar de verdad las heridas abiertas que aún no han cicatrizado. Venimos a ti, Dios de amor, para que nos unjas con tu Espíritu y para que, por pura gracia y en el nombre de Jesús, nos hagas libres y nos concedas sanidad y nos lleves a la plenitud de la vida. Gerardo Oberman De las liturgias del encuentro de Bautistas por la Paz, Mazahua, México, julio 2017
Salmo 31:15 En tus manos, Señor, en Tus manos. Esas que amasaron del barro del origen las figuras humanas y les soplaron vida. En tus manos, Señor, en Tus manos Esas que modelaron a la Eva primigenia Portadora de sueños, portadora de vida. En Tus manos, Señor en Tus manos Esas que dieron forma al Adam arcilloso Poniéndolo en la senda donde empezó la vida En Tus manos Señor, en Tus manos Esas que protegieron al Caín irascible Y al autor de la muerte dieron chance de vida En Tus manos, Señor, en Tus manos Esas que señalaron a Abraham nuevos caminos Y al padre de creyentes le dieron larga vida En Tus manos, Señor, en Tus manos Que encendieron la zarza de inagotable llama Y a Moisés el habiru le cambiaron la vida En Tus manos, Señor, en Tus manos Que en la piedra escribieron esas leyes eternas
Que marcan a los hombres las palabras de vida En tus manos, Señor, en Tus manos Que se hicieron de niño con José y con María Levantaron mendigos ,repartieron los panes Al látigo empuñaron, bendijeron infantes Incorporaron süaves a la mujer culpable Devolvieron a Marta de la muerte a su hermano Remediaron cegueras ,parálisis y lepras Escribieron ignotas palabras en la arena Y ofrecieron la copa en la postrera cena Esas que crueles manos clavaron al madero Esas que consolaron a María en el huerto Y al elevarse al cielo a todos bendijeron En tus manos, Señor, en Tus manos de Dios todopoderoso y rabí carpintero En ellas están mis tiempos .Sólo en ellas, mi vida. Domingo Ferrari
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Américo Jara Reyes Obispo de la Iglesia Metodista Argentina Por Anibal Sicardi - Bahía Blanca
En la tarde del sábado 19 de agosto el pastor Américo Jara Reyes fue electo como nuevo obispo de la Iglesia Metodista Argentina para el período 2017 – 2021. La elección se produjo en la segunda jornada de la XXV Asamblea General Metodista que se realizó, desde el 17 al 21 de agosto, en las instalaciones del Colegio Ward, Villa Sarmiento, provincia de Buenos Aires. En la reformulación de la Iglesia Metodista, producida en 1970, el metodismo argentino mantuvo la propuesta de tener un obispo u obispa que surgiera desde sus pastores o pastoras, también reconocidos con el término técnico de presbíteros y presbíteras. Actualmente ese cargo se elige por cuatro años y tiene la posibilidad de una renovación. Esta era la situación del Obispo Frank de Nully Brown quien, en esta Asamblea, cumplía el máximo de ocho años estipulado en el Reglamento Metodista por lo que no tenía la posibilidad de ser reelecto. La elección del obispo u obispa se realiza mediante la presentación de una lista con la totalidad de los pastores y pastoras que podrían ser electos. Los miembros de la Asamblea General son los que eligen al obispo y está constituida en su mayoría por laicos y laicas, representantes de las congregaciones locales, y una minoría de pastores y pastoras. La primera votación se efectúa sobre esa lista y luego se va decantando los nombres de acuerdo a un práctico y estilizado mecanismo que mantiene a los que van recibiendo mayor cantidad de votos. En esta oportunidad la primera votación colocó a los pastores Américo Jara Reyes con 27 votos, Pablo Andinach 23, Daniel Favaro 14 y otros con cantidad de votos menores. Sobre 73 votantes se necesitaba la mayoría de 49 para ser electo. En la segunda y tercera votación Jara obtuvo 30 y 31 votos, Andinach 23 y 25 y Favaro 17 y 15, De allí en adelante Jara fue aumentando la cantidad de votantes hasta que salió electo con 51 votos. Las primeras votaciones pueden dar a pensar que junto a las virtudes y carencias que los electores y electoras veían en los pastores postulados, también se encontraría una dimensión de lo que se esperaba del perfil y gestión del candidato. La primera posibilidad es habitual, es lo que cada uno expresa a partir de lo que conoce y siente, la segunda surge de la concepción de iglesia que espera el elector y electora y que es parte de los debates y práctica que se dan dentro del metodismo. En otras ocasiones se produjo con mucha fuerza y tensiones. No hay que asombrarse que también en esta oportunidad haya estado presente. En sus primeras palabras, luego de ser electo, el obispo Américo Jara Reyes diseñó una iglesia metodista rica en dones diversos, estratégicamente ubicada en todo el país, comprometida en su labor misionera y social, y como un pueblo trabajador al que él se comprometía a acompañar “con la misma pasión que pongo siempre”. Américo Jara Reyes, 51 años, casado con María Esther Andersen, con quien tienen cuatro hijas, es chileno, y recordó que vino a Argentina luego de que su padre “quien conectó el evangelio con la militancia fuera asesinado” en Chile. Hasta su elección como obispo Jara realizaba su tarea en Rosario donde es capellán del Centro Educativo Latinoamericano (CEL) y pastorea las comunidades de Primera Iglesia y La Paz, coordinando equipos pastorales en las comunidades de La Fe, San Jerónimo, Cañada de Gómez y Máximo Paz. + (PE)
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HACIA EL QUINTO CENTENARIO DE LAS 95 TESIS DE LUTERO Martín Lutero continúa, y acentúa, afirmando que su deber de obediencia a sus hermanos que están en autoridad en la Iglesia, el Papa en primer lugar, siempre está al servicio de la Palabra de Dios. Cuando sus órdenes no coinciden, la elección no deja opciones a los discípulos del Señor. 67 - Respecto a las indulgencias que los predicadores pregonan con gracias máximas, se entiende que efectivamente lo son, en cuanto proporcionan ganancias. 68 - No obstante, son las gracias más pequeñas en comparación con la gracia de Dios y la piedad de la cruz. 69 - Los obispos y curas están obligados a admitir con toda reverencia a los comisarios de las indulgencias apostólicas. 70 - Pero tienen el deber aún más de vigilar con todos sus ojos y escuchar con todos sus oídos, para que esos hombres no prediquen sus propios ensueños en lugar de lo que el Papa les ha encomendado. 71 - Quien habla contra la verdad de las indulgencias apostólicas, sea anatema y maldito. 72 - Mas quien se preocupa por los excesos y demasías verbales de los predicadores de indulgencias, sea bendito. Lutero muestra una vez más su preocupación pastoral, afirmando un Evangelio positivo y constructor del carácter de Cristo en sus seguidores. Y corrector de quienes se desvían del mismo, en su celo por recaudar con la venta de indulgencias. 73 - Así como el Papa justamente fulmina excomunión contra los que maquinan algo con cualquier artimaña de venta, en perjuicio de las indulgencias. 74 - Tanto más trata de condenar a los que bajo el pretexto de las indulgencias, intrigan en perjuicio de la caridad y la verdad. 75 - Es un disparate pensar que las indulgencias del Papa sean tan eficaces como para que puedan absolver, para hablar de algo imposible, a un hombre que haya violado a la madre de Dios. 76 - Decimos por el contrario, que las indulgencias papales no pueden borrar el más leve de los pecados veniales, en lo que concierne a la culpa. 77 - Afirmar que si San Pedro fuese Papa hoy, no podría conceder mayores gracias, constituye una blasfemia contra San Pedro y el Papa. 78 - Sostenemos, por el contrario, que el actual papa, como cualquier otro, dispone de mayores gracias, saber: el evangelio, las virtudes espirituales, los dones de sanidad, etc., como se dice en 1ª de Corintios 1:79. Es blasfemia aseverar que la cruz con las armas papales llamativamente erecta, equivale a la cruz de Cristo. 80 - Tendrán que rendir cuentas los obispos, curas y teólogos, al permitir que charlas tales se propongan al pueblo. 81 - Esta arbitraria predicación de indulgencias hace que ni siquiera, aun para personas cultas, resulte fácil salvar el respeto que se debe al Papa, frente a las calumnias o preguntas indudablemente sutiles de los laicos. 82 - Por ejemplo: ¿Por qué el Papa no vacía el purgatorio a causa de la santísima caridad y la muy apremiante necesidad de las almas, lo cual sería la más justa de todas las razones si él redime un número infinito de almas a causa del muy miserable dinero para la construcción de la basílica, lo cual es un motivo completamente insignificante?
(Continuará en el próximo boletín)
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Música y arte litúrgico en Red Una propuesta de servicio a las iglesias, organismos e instituciones en América Latina
Una Letanía Por la Paz Es difícil mantener la paz - desaparece tan fácilmente dentro del caos de nuestro mundo. El dolor, la discriminación, la duda, la inequidad, la enfermedad, y el estrés constante se combinan para formar una niebla. Una niebla que penetra en cada nivel de nuestra sociedad, que llena nuestros hogares y corazones, nuestros gobiernos. Cuando las divisiones llegan hasta el alma, los lazos que nos atan terminan en división. El odio cancela la esperanza. La codicia se hace pretextos para el odio. Por cada rayo de luz, hay más sombra. En este lugar, buscamos crear un espacio seguro, aunque sólo sea por un momento, donde la gente se sienta amada y aceptada. Donde se aman y se aceptan a sí mismos, donde se deleitan en ese amor. Porque Dios quiere que seamos felices y que nos amemos los unos a los otros. Al salir de este lugar, buscamos vivir con valentía en un mundo de temor. Buscamos amar con el amor de Dios, que sana las heridas del mundo. Buscamos hablar con la verdad, honrar a la gente, señalar a quienes abusan. Nos comprometemos a esforzarnos por la equidad, a responder al egoísmo con la generosidad, a responder a la duda con el ánimo de amigos, a responder a la ignorancia con educación, imaginación, y expresión artística. Y más que todo, a esperar. El mundo alrededor de nosotros puede ser caótico. Nuestro desafío es buscar a Dios y su paz, no a pesar del caos, sino por medio de él. La paz de Jesús nos calma en medio de la tormenta. “En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.” Dios, usa a tu iglesia como ejemplo de tu voluntad para nuestro mundo. Danos el valor de alzar nuestras voces, de actuar, de creer lo que es agradable delante de ti. Úsanos como tus manos y pies por la justicia, la paz, y el amor. Revélanos quienes debemos de ser. Amén. Kathryn Ray Pastora del la North Shore Baptist Church - Chicago, IL, USA Escrita a partir de frases de los y las miembros de la comunidad local
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F E S T E J O
E S C U E L A
D Í A
D O M I N I C A L
D E L N I Ñ O
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Escuela Dominical: PRIMEROS y TERCEROS domingos de cada mes, 11 hs.
Reunión de mujeres: primer sábado de cada mes, a las 16 hs. Reunión de hombres: los viernes, cada 15 días. Reunión de jóvenes: los viernes, cada 15 días.
ESTUDIOS ESTUDIOS BÍBLICOS BÍBLICOS
Asamblea Local: Sábado 2 de septiembre, 15 hs.
Los de la diáspora: en casa de Ruth y Martín: los miércoles a las 19 hs. Los caminantes: en casa de Elisabeth: los jueves a las 17 hs. Los navegantes: en casa de Edith y Pedro: los miércoles a las 18:30 hs.
MES DE LA BIBLIA
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Leccionario #
Septiembre
Domingo 3: Éxodo 3:1-15 Salmo 26:1-8 Romanos 12:9-21 Mateo 16:21-28
Domingo 17: Éxodo 14:19-31 Salmo 114 Romanos 14:1-12 Mateo 18:21-35
Domingo 10: Éxodo 12:1-4 Salmo 149 Romanos 13:8-14 Mateo 18:15-20
Domingo 24: Éxodo 16:2-15 Salmo 105:1-6, 37-45 Filipenses 1:21-30 Mateo 20:1-16
Nuestros cumples #
Quiénes
surco
Septiembre
Es una publicación mensual de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina en Mar del Plata y Balcarce
1- Eduardo Blanco 1 - Domingo Ferrari 4 - Marta Susana Loustau 4 - Roxana de Martínez (Balcarce) 9 - Omar A. Montenegro 10 - David Ponce (Balcarce) 12 - Karina Chavero Stauffer 12 - Agustín Mucci (Balcarce) 14 - Darío Ferrari 15 - Ana Carolina Mansor (Balcarce) 15 - Oreste Cosentino (Balcarce) 19 - Luisa Gattica (Balcarce) 21 - Jorge Luis Stauffer 22 - Doris Nielsen 22 - Adriana Menna 22 - Laura M. Barrault 25 - Ingrid Bosemberg 25 - Bety Gavilán (Balcarce) 26 - Kevin Manuel Díaz 28 - Juan Carlos Dinella 27 - Martina Blanco 27 - Juan Parra (Balcarce) 30 - Damián Fernández
Directora: Viviana Baccaro Redacción y colaboración: Domingo Ferrari Gerardo Oberman Elisabeth Stauffer Septiembre de 2017 Año XXII - Nº 273
Dónde y Cuándo HORARIOS DE CULTOS En Mar del Plata: - Domingos 11:00 hs. Belgrano 3333 - Tel.: 473-5808 Cultos en Balcarce: - Domingos 10:30 hs. Calle 15 N 677 - Tel.: 43-2668 Para comunicarse con la dirección de este periódico: viviummdp@gmail.com.ar En Facebook: Metodistas en Movimiento 12