Al borde de la caverna quinto número

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Al borde delacaverna *La Revista de Al Borde y Lak-Berna* AÑO I- Nº V- Bimestral-Mayo 2018

Artista plástica invitada: Mónica Lebedinsky *Poemas/Ensayos/Cuentos/Autor sobre Autor /Artículo del invitado y más secciones


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Revista en pdf: Al Borde delacaverna Revista Bimestral ISBN: en trámite Directoras, compiladoras, editoras: Liliana Varela y Gladys Cepeda.

El material goza de Derechos reservados. Prohibida su venta y/o reproducción.

Colaboradoras: Luz Ríos Iribarne

Diseño y armado de este número: Liliana Varela albordedelacaverna2017@gmail.com

A modo de presentación: Esta es una revista digital en PDF, pero no busca ser “una revista más”, sólo busca crear lazos de palabras entre distintas sociedades y culturas, traspasar fronteras para que la literatura y el arte en general nos hermanen. Nació sin pretensiones, sólo con el afán de difundirnos entre todos (y a todos), con la idea de “Inundar Internet” entre nosotros, para y por nosotros. “Al borde de la palabra” y “Lak-Berna” así lo pensaron y unieron su esfuerzo para el nacimiento de “Al borde delacaverna”. Espero la disfrutes y colabores con tus textos, con tu lectura, con tu difusión. Esta revista es tuya, no lo olvides.

Liliana Varela y Gladys Cepeda.


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mayo 2018- contenidos de este mes *Foto de tapa: "Sin título- Mónica Lebedinsky

Mónica Lebedinsky - La artista

Pág. 4

Poesías del mes Gabriela Delgado

Pág. 6

Dora González

Pág. 7

Ana María Sanchis

Pág. 8

Gloria Arcuschin

Pág. 9

María Inés Grimoldi

Pág. 10

Nora P. Nardo

Pág. 11

Eduardo Espósito

Pág. 12

Luis Raúl Calvo

Pág. 13

Mainak Adak

Pág. 14

Norberto Barleand

Pág. 15

Zulma Prina

Pág. 16

Raúl Pignolino

Pág. 17

María Marta Stanganello

Pág. 18

Sabina I. Borda

Pág. 19

Microcuentos del mes Héctor D’Alessandro

Pág. 20

Paco Granados Mellado

Pág. 21

David Antonio Sorbille

Pág. 22

Emilio Conde

Pág. 23

María Teresa Lo Giocco

Pág. 24

Malcolm Peñaranda

Pág. 25

Artículo del Invitado Rolando Revagliatti

Pág. 27

Ensayos del Bimestre Nora Patricia Nardo

Pág. 30

Autor sobre autor Liliana Varela

Pág. 33

Gacetilla

Pág. 36


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En palabras de la propia artista:

Nací y vivo en Buenos

Aires Argentina. Estudié en el Profesorado Superior de Pintura Mural (Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova). De 1990 a 1995 concurrí al taller del maestro Ponciano Cárdenas. Soy Profesora Nacional de Escultura (Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón”) y Maestra Nacional de Dibujo (Academia de Bellas Artes “Beato Angélico”).

*Sin título Entre sus numerosas exposiciones figuran en la selección:

* Sin título

2017 - Exposición ART BIRD ( Jávea ) Alicante .España/2016-Exposición Art Desing " Madrid España/-Galería de arte “ Cupola “ Iasi. Rumania/2014-" Bonjour París " Galerie Artes de París/- Bonjour París a Madrid . Foro de Creadores (Madrid)/ -VIVIR-SOBREVIVIR Territotorios de la precariedad . Centro Cultural Recoleta/-Perfomance/Acción Museo Provincial de Guadalajara (España)/2012 - Universidad Nacional de Tres de Febrero. Caseros . Provincia. de Bs .As/- Galería Forma/-ARTECLÁSICA12 . 9na Feria de Arte Moderno y Contemporáneo /-1ª BIENAL de ARTE de Montevideo .”Arte al Sur “. Galería Zona 598./2010Galería Forma . Gallery Night Palermo/2009- Universidad Nacional de Tres de Febrero. Caseros . Provincia. de Bs .As/ Galeria de Arte “ Osvaldo Scarfo “ E.B.A. “Lola Mora”


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*Paisajes Abstractos Entre los premios recibidos figuran: Mención en Pintura. Salón de Pequeño Formato S.A.A.P. (2003); Mención del Jurado. Vigésimo octavo Salón Fernán Félix de Amador .Municipalidad de Vicente López. Pcia. Bs. As (1997); 1° PREMIO FIGURATIVO 2° Bienal de Spoleto Italia Mención III Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Argentina (2016) y 1º PREMIO ESPECIAL OTORGADO POR ECLETTICA WORLD Palazzo San Teodoro, VENECIA (2018).

*Exposición VIVIR-SOBREVIVIR- Territorio de la Precariedad.


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Poesías del mes GABRIELA DELGADO - ArgentinaBIG BANG

APOGEO

Monto guardia en el zócalo de la luna, allí donde el verbo deja de pertenecerme, donde el desvarío se desfleca en fábulas y los fantasmas de la locura conspiran. Cada letra, refugio de mis versos, cada pausa se repliega como un vidrio filoso, y una tenacidad felina me enferma con sus garras. Se llenan de humo los vacíos. No hay adiós para esa canción que ha partido. En la pizarra del edén quedan suspendidos los trazos fugitivos del nosotros, los simulacros de la gesta que alguna vez organizamos a imagen y semejanza de los planetas antes de que el universo estallara.

Extraviar los deseos en un aljibe para que vuelvan al agua, techumbre uterina. Allí, un soplo de fuego enfurecerá sus alas y resbalarán los ecos del hastío hasta el último fondo. Todo un cielo será el apogeo que consolide la madrugada. Junto a los brotes del verano, será donde el aroma del café se vuelva etéreo, donde el milagro de la lumbre ronde nuestro silabario. Será allí, donde empieza el mundo, el día y ese beso de frutos rojos que nos obsequia la vida cada mañana.

Sin génesis. Para siempre.

*Del libro "Los colores de la sombra" *Del Libro "Borra de cafe"

*Miradas I- Mónica Lebedinsky


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DORA GONZÁLEZ -Morón, Bs. As. Argentina-

DONDE

IGNORANCIA

“donde, solo al pensar, nos llenan la tristeza y esas desesperanzas con párpados de plomo”

Y la muerte tan cerca, semen astral que nos fecunda y calla.

Oda a un ruiseñor-John Keats

Ana Emilia Lahitte

Es mañana de canto dijo de sacudir el vértice de la sombra en el do mayor de pecho de enjuagar en la garganta de rubí los agujeros del tiempo que como enjambre de paso quieto o espina de abejas clavan la herida, el fuego, el rumbo de saberse impar. Como un dios emplumado sobre la rama del Olimpo es mañana de canto dijo y desplegó su obertura de zorzal. Con la boca cerrada por el timbre de la ausencia en la orfandad del color es mañana de canto dije.

Sabemos sí que en el último hilo del carretel los ojos se vuelven espuma espían un mundo sostenido por estacas de arena. Que la carneropa por el agobio en las mudanzas trastabilla con su blandura y cae sobre la yacencia del pie. Sabemos que la boca llora un caos desconsolado cuando el último hilo la hilvana a la nada. Que el eón del tiempo nos acobarda nos sucumbe en la maestría de la oquedad. Lo sabemos. Aún así sellamos un pacto entre nuestro calendario y la desmemoria y nos disfrazamos de lúcidos ignorantes.


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ANA MARÍA SANCHIS -Bs. As. Argentina¡NO ME PODRÁS!

No creas que podrás apresarme en tus garras, ni tu sádico golpe, me podrá derribar. Pues en tanto tú, adoras las oscuras tinieblas, yo, resplandezco en luces de amor y de verdad. ¡No podrás con mi estirpe de indómita amazona! ¡No quieras engrillarme, no lo conseguirás! Y aunque horades a fuego tus marcas en mi carne aún, cubierta de heridas...¡ No me has de dominar! No pretendas tenerme de rodillas sumida, temblorosa y hambrienta, tu limosna aceptar. Yo fui espartanamente cincelada en acero, con la hidalguía enhiesta, que da la dignidad. Si dentro mi coraza, brillo en mieles y besos, siendo mis manos pródigas de caricias y pan... ¡No confundas ternura y ambrosía en el verbo, con la imagen sin casta de la debilidad! Por eso, no pretendas seducirme y atarme. ¡Me asfixias con tu aliento! ¡Amo la libertad! Y envuelta en la armadura de luz que da el Altísimo, tu sombra agazapada, no me podrá rozar. Porque en cada emboscada que tiendas a mi vida pretendiendo poseerme: ¡No lo conseguirás! Y aunque intentes violarme, penetrando mi esencia, arremetiendo en furia por verme zozobrar... ¡No me verás de bruces encharcada en la angustia! Te advierto, “Pesimismo”: ¡A mí, no me podrás!

*2° Premio Nacional “Argentina Sueño Infinito” 1999

¡VEN, BRINDEMOS AMOR!... ¡Ven, brindemos Amor!... Por esta magia qué envuelve nuestras almas en su abrazo. Qué más allá de los mil vendavales apretó fuerte la unión de nuestros lazos. Qué pese a los dolores padecidos y a todos los obstáculos sorteados, envolvió con edenes nuestro nido para entibiar de soles, lo logrado. ¡Alcemos nuestras copas en un brindis, porque esto… ha resultado un gran milagro! Pues jamás conocí pareja alguna que con tal devoción, se hayan amado. Que pese a las batallas y a los fríos... permanecieran en pie, ante el pantano. Fueron tus dulces labios recorriéndome encendiendo un volcán a ti apretado. Fueron tus brazos fuertes, sosteniéndome cuando ya todo parecía acabado… Haciendo renacer una esperanza en la caricia tierna de tus manos. ¡Ven, acércate Amor!... ¡Y tómame! ¡Vivamos nuestros cuerpos incendiados! ¡Disfrutemos este mar de caricias estrechamente unidos… sin descansos! Y alabemos, Amor, el sentimiento… ¡Qué nos permite con pasión, amarnos!

*“Musa de Oro” en Poesía -Fiesta del Amor- San Valentín 2017 Unión Hispanomundial de Escritores14 de febrero de 2017


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GLORIA ARCUSCHIN -Buenos Aires, Argentina*Del Libro de Arte: “Poemas de Verano” (Ejemplar único)

XI Otras formas del Amor. Dos libros de Umberto Eco. Sos la lejanía y el amor mi única noción del amor en estos tiempos de mi vida sos las palabras ausentes y tu cuerpo y todo ausente pero inexplicable mágicamente tus mensajes llegan a mi y yo sonrío leo tus palabras escritas para mi me siento amada y amo cada partecita de tu ser yo aprendí que la estructura está ausente y que prefiero la obra abierta.

XII Lugares incómodos y frases sin sentido partes de cosas fuera de lugar, lugar incómodo sin sentido noticieros mezclados con comidas, comidas llenas de muertos, todas las horas y las comidas mirando noticias llenas de muertos vacíos de vida sin remedio, che, sigue igual y va a ser peor peor? EL MAL NO TIENE CARA

*Paisajes abstractos IIMónica Lebedensky


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MARÍA INÉS GRIMOLDI -Buenos Aires, ArgentinaGENDARMES

Gendarmes Y más gendarmes Gendarmes pertrechados Gendarmes escudados Gendarmes Fiestas con gendarmes Navidades Con gendarmes Fiestas con gendarmes El pueblo está tan feliz Que está custodiado Sostenido Anulado Acallado Amordazado por los gendarmes El pobre contra El pobre ¿No es la solución final? La grieta cerrada Definitivamente No hay más pobres Desaparecieron Ahora hay paz Y no hay fisura.

TIGRE Me gustan las aves de alto vuelo Sin domesticar Me gustan los tigres de bengala Me gusta Lo pequeño Lo familiar Lo íntimo Lo seguro Pero el alto vuelo… Vuelo alto Aire Viento Montañas Ríos Nubes Cielo Desgarro Herida Lamerse las heridas Resucitar Renacer Para volver a volar alto Con aves indómitas Que habitan las cimas De las más altas cumbres Vuelan plumas No hay reposo Hay libertad De bambi A tigresa Compleja mutación

“Sin título Mónica Lebedensky


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NORA PATRICIA NARDO -ArgentinaDEVORANDO LAS HOGUERAS

Avanzo hacia el umbral de la vida abrigo fantasías, cosecho esperanzas, abro cielos, escucho al viento y salgo al encuentro con las utopías. El ayer es hoy y el hoy es mañana y el mañana está más cerca de la felicidad de todo aquello que acontecerá. Avanzo y celebro la amistad, el vino, los sueños, el mar, la poesía el frenesí del amor. Avanzo hacia el umbral del olvido tantas estaciones han pasado las sombras siempre aparecen tiñen de gris humo algunos instantes. El ayer es hoy y el hoy no es mañana el hoy está más cerca de todo aquello que nunca será. Avanzo sin respuestas a tantas preguntas devorando el tiempo y las hogueras pero aún sin alojar en la noche tu mirada junto a la mía.

*Del libro de poemas “Umbrales Posibles” Ediciones Generación Abierta

AROMA A CAFÉ Ese café tiene el sabor de la desnudez, de la juventud la marca de lo perenne del hechizo, de la locura la debilidad del tiempo de la levedad, de la golondrina la incontinencia del mar. Ese café tiene el sabor de la rebeldía del viento la forma de una obra de arte la bulla de los duraznos de lo intangible, de la calma la esclavitud de una caricia el jubileo de las violetas. Ese café tiene el aroma de los enamorados del delirio de las fresas del desenfreno de las lágrimas de un otoño amanecido del cruce con los amigos de los bares de Buenos Aires. Ese café encierra la maravilla de la vida real la sensación de lo inesperado la fuente de los significados el testimonio de los sueños la huella de lo inevitable la presencia del pasado. Ese café es la idea misma de los cantos de fiesta el lenguaje de los pájaros el río de azahares la historia del tiempo la posibilidad del encuentro entre la sombra y la luz.


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EDUARDO ESPÓSITO -ArgentinaEMPATÍAS

PREMIOS CLARÍN

Mis ojos han nidificado

Escribo un poema en un grano de arroz

en dos cuencas ajenas

Es un haiku creo y sublime además

(las tuyas)

Lo pongo a cocinar a fuego lento

Ya podés mirar por mí como querías

Las palabras se hinchan hasta pegotearse

Sólo me resta

Desbordado apago las hornallas

donarte los pulmones

Sobredimensionado el grano sigue hirviendo

para que capitalices mi asma

Quién sabe cuántos comerán de esta novela.

y comprendas.

* Sin título Mónica Lebedinsky


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LUIS RAÚL CALVO -ArgentinaCRIMEN PASIONAL EN LA CALLE TRES ARROYOS

Son las dos de la madrugada de un lunes cualquiera. Hace treinta y dos años en la calle Tres Arroyos un inesperado crimen nos recordaba que también se mata por pasión. Las crónicas oficiales sólo reseñaron los celos enfermizos del autor de la tragedia pero nada dijeron de la consternada Laura la desdichada enfermera que aceptó consumar aquel ritual con su despiadado amante. ¿Quién fue la víctima y quién el victimario en la gélida noche del 4 de julio? ¿Qué se perdió en esa nocturna ceremonia pactada de antemano? Los cuerpos de ambos tomaron rumbos distintos pero nada diferencia a una cárcel de una morgue. Tal vez ella repose en paz junto a sus muertos quizá él todavía continúe atormentado por la traición de esos labios que tanto deseaba. Debe ser verdad aquello de que el amor y la muerte tienen un mismo destino.

*Sin título- Mónica Lebedinsky

CASA TOMADA A Julio Cortázar Es la historia de siempre, los intrusos se apoderan hasta de nuestros miedos más infantiles. Nada dejan librado al azar. La consumación del sueño, el asesinato de Trenton deslizado en la silla vacía del primer morador, las constelaciones de los primitivos enamorados que alguna vez pernoctaron por las raídas habitaciones. Por allí no pasaron ni arquitectos de medio pelo, ni ingenieros con la lengua doblada por el derrumbe del edificio contiguo ni la mano de obra desocupada por las atroces muertes del pasado. Alguien se equivocó de paradero y confundió la humedad de los cimientos con la barrendera de trenzas doradas, la ironía del tuerto con los rojos zócalos de la intemperie la pasión del amor con la seguridad del hastío. ¿Quién es quién en este desamparado aguantadero sin rosas ni madreselvas para ofrecer a las visitas hospitalarias? De algo estamos seguros: no habrá abogado capaz de aplicar la consabida ley de desalojo. Si han tomado la casa, es hora de partir hacia otro lugar.


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MAINAK ADAK -IndiaEL PÁJARO ERA SOLO SIEMPRE Un pájaro vino en una familia del invierno. Había muchas espinas frías. también la lluvia y el tumulto Este pájaro estaba en el camino y seguía volando. La venganza es igual que herir ----Lo aprendió también No tenía verdadero conocimiento, el pájaro era solo siempre.

NADIE VIENE AQUÍ Es una casa fantasmal, Hay peluca, telarañas, olor de humedad en las paredes----------Se muestran---------se ha perdido el tiempo de felicidad y placer. Estaba llena de espectadores, de obras teatrales... cantaban y actuaban los actores por placer y esfuerzo. No se queda nada. Nadie viene aquí para ver la sonrisa...

*Paisaje abstracto VIIIMónica Lebedinsky


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NORBERTO BARLEAND -ArgentinaEL CUCHILLERO

CIUDADES DE ABISMO Huele la ciudad oscuridades luces ciegas, huérfanas estrofas , mentiras ,acosos. Transita el niño su pajonal de dudas, el dolor del hueso, la intemperie del hambre, ¿Dónde están las blancas petunias? Los jardines del aire con los rostros vacíos y una mano extendida con estrías de duelo ¿Dónde posa la lluvia ese olor a nostalgia? El hombre levanta puñales de escombros en la tenue mirada de algún perro sin nombre. Una mujer descorre telones de espanto el tul de los sueños frustrados, tumultos de fastidio y de sombra. Las ciudades no gritan el amor al calor de una lágrima en la escarcha del tiempo, nacen y mueren en las súbitas huellas de un pañuelo en los labios Las ciudades no mienten, no esconden colmillos de seda ni el ultraje de los pasos abiertos cuando llora la muerte junto al canto de un grillo y los charcos son hojas de pavura y silencio en los cuentos insomnes de los hijos sin rumbo.

Duelo en la Memoria " -2007

“Pronto a la pelea -pasión del cuchillo que ilustra las manos por él mutiladas-, su pieza, amenaza de algún conventillo, es una academia de ágiles visteadas “ “El Guapo” de Evaristo Carriego

Era cruz madrugada, el sombrero en los párpados, el cuchillo hacía un tajo en la sombra, Apoyada en la silla, el sol filtraba un bretel desteñido por la rendija de un árbol Era guapo en el Sur de esa esquina, era pampa, amante, el vino subido a la ojera del sueño Salió a buscar las huellas de los patios perdidos, temeroso en el surco de la roca insondable. Avanzó en la penumbra con la luna partida, con el pecho descalzo, a pelear, a subir terraplenes de miseria y codicia. Pregonaba la sangre encendida bravura. Crecido en la orilla en los bordes del fango escaló las murallas del desprecio y el hambre, ofrendaba el coraje, la disputa, la vida, acunaba la muerte como un pétalo oculto que se apaga en silencio en las turbias heridas del dolor y el destierro.


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ZULMA PRINA -Argentina AMOR-AMÉRICA

AMOR – AMÉRICA, TU NOMBRE RAÍCES ESPARCIDAS HACIA EL CONFÍN DE LOS DIOSES, HERIDA MILENARIA. CRECIMIENTO DE TUS BRAZOS EN LA ETERNIDAD DE TU SIGNO.

No No volveré a recorrer las páginas circulares de tu tiempo no habitaré tus playas a la luz de esas mañanas prometidas

AMOR – AMÉRICA, TU ESENCIA. NAVE DEL QUE LLEGA DESDE ENTONCES HACIA LAS SECRETAS RUTAS INCONCLUSAS. TIEMPO DEL QUE ESPERA EL DESPERTAR DE LA RAZA OLVIDADA.

no soñaremos juntos sobre la mesa tendida

AMOR – AMÉRICA, TU CONCIENCIA. PENSAMIENTO AUDAZ DE LOS HOMBRES ARRANCADO DEL MISMO CORAZÓN DE LA TIERRA.

buscaremos otras manos

DESDE EL CENTRO DEL MUNDO YO TE SIENTO EN LA ANGUSTIA ENVEJECIDA DE TU LLANTO; YO TE BUSCO EN EL ROSTRO INDIGENTE DE TU SOLEDAD; YO TE CLAMO EN LOS OJOS CANSADOS DE TU ESPERA. YO TE ENCUENTRO EN EL FUTURO ENCENDIDO DE TUS CLAMORES NUEVOS. AMOR – AMÉRICA SUPERVIVENCIA DE MÍ. PERMANENCIA DE MI CAUCE. ESTANCIA DE MI ORIGEN. ETERNIDAD DE MI SANGRE. *Del libro Después del olvido Plus Ultra musicalizado por Pancho Navarro y grabado en el CD que lleva su nombre

*Sin Título- Mónica Lebedinsky

dejaremos inconclusos algunos versos improvisados

iremos al abrigo de otros abrazos intentaremos borrar las antiguas risas buscaremos cerrar el libro de tantas noches de vigilia desandaremos las horas alcanzaremos la distancia.... Pero no el olvido. *Del libro Concierto en gris bemol mayor Ediciones El Escriba, 2017


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RAÚL PIGNOLINO -ArgentinaCUANDO Cuando nadie oiga Ni el susurro ni el grito Que se desploma como un trueno Que todos reconocen Cuando la sangre suba Por las venas del mundo Y no quede ya nada que soñar Y se abra de par en par la sombra Que suele acompañar al hombre solo En las tardes desechas por amor

DONDE Busco el instante la migaja de tiempo Donde se asome Dios Y me responda dónde guardar un pétalo Un nombre Un latido Protegerlo del mundo Como a un niño sonámbulo Y empezar a nacer

Ese paisaje de arena y ceniza Cobijará los nombres de aquellos que quisieron Derrotar el olvido

* Sin Título- Mónica Lebedinsky


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MARÍA MARTA STANGANELLO -Argentinas/t A nosotros los feos todo nos cuesta el doble ... el primer beso ...por ejemplo suele ser más corto ...menos rojo con temblor de alma ...no es redondo ... y el abrazo ... una sala de espera repleta .. en horario pico de soledades y espectros .. A nosotros los feos nada nos rebota llevamos el corazón fuera del talle y no existe medida de piel que pueda cubrirnos del espanto... a nosotros ..quienes evitamos la exposición.. nos gusta el sabor de las mañanas disfrutamos fuera de espejos amamos los ojos inocentes y todo nos resulta más lejano porque muy pocos lo saben a nosotros ...los feos nos duele la humanidad lo leve ..superficie del misterio se compra a la vuelta de angustias y demasiadas ofertas existen ya ...en el mercado del otario (...)

* Sin Título- Mónica Lebedinsky

s/t

cuando la sensibilidad se espanta ... Escribir Poemas / volar de alma dar vida o muerte a cada instante y una mano inclinada en complicidad cuando la levedad se infiltra en el espíritu de cada lágrima (...)


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SABINA I. BORDA -ArgentinaDISPERSA Mi pequeña casa llora, tiembla y se derrumba. De pie la observo desde el patio, aún no entiendo porqué extraña razón, mi cuerpo no se rinde a la suerte del escombro y la ruina. Mi corazón y su ritmo irregular educan mis emociones. Ahora aprendo a observar el desamor de los otros combatiendo absurdamente con el amor propio. Fuerzas de otro mundo me sostienen, lo acepto, no pregunto porqué, simplemente no estoy segura si debo agradecer, o pedirles que desistan. También estoy cansada de ser árbol. No quiero acumular palabras, ruinas del tiempo y la experiencia, no puedo capturar los sonidos de la lluvia mientras mi ser interior se golpea en las paredes de mi corazón, eternamente, buscando una fisura para hacerse de la libertad en símbolo de renuncia humana. Ya no pertenezco a nada, nadie contiene mis ojos, mi atención vuela. Llevo vidas aprendiendo y desaprendiendo las mismas cosas. Me cansé de la naturaleza de la piedra, por eso prefiero el otoño y fragmentarme en los pasos de los días a ninguna parte como una hoja seca.

LA TRISTEZA DEL ÁRBOL Es que nadie cuestiona el aspecto del árbol, su amanecer cansado, su aspecto trágico. Si su corteza se quiebra, si sus hojas se caen, si llora en el rocío, o si sollozando aulla en el viento de la tarde. Si desesperado intenta desprenderse de la tierra y sus raíces agrietan el suelo de la tierra, y de las calles. Es que nadie lo ve morir de pena, todos piensan que son estos eventos naturales. Que es por el otoño, que fue por las tormentas, que es el sol, y las sequías, quizás alguna plaga. Es que nadie cuestiona la tristeza del árbol, a nadie molesta, a nadie perturba, nadie se pregunta que tormentos pasa. Si quizás su corazón no encuentra alivio, si la noche es muy fría para su alma. Quizás extraña algún pájaro. Quizás añora antiguos nidos y pichones, y semillas y frutos, y verdores sanos, limpios que musicalizaban de su frescura el aire. Nadie, nadie, no hay nadie preguntándose que extraños misterios vibran en su madera, que susurros oye su alma. Ni con qué extrañas criaturas conecta bajo la tierra o sumergido en su silencio en el aire. Nadie cuestiona su tristeza, ni su muerte inevitable. Yo que conecto mi espíritu con su espíritu, yo que intento comprender su lenguaje, llevo esta tristeza que a todos molesta, porque en ella ven el reflejo de sus propias almas.


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microcuentos del mes HÉCTOR D’ALESSANDRO -UruguayLO QUE UNA FRASE LE HACE A LA OTRA Un día, dos frases se encontraron en un cruce de palabras, de esos que están señalizados con un crucero que venera a los espíritus de los caminos encontrados. Los celtas hacían esas cosas… En fin, volviendo al tema que nos ocupa, una frase larga y detallada venía reptando en dirección norte, haciendo cada tanto un pequeño desvío similar a un cojear, como un paso al costado, cada determinada cantidad de pasos. Venía distraída, mirándose el ombligo. No atinó a ver que en dirección oeste se desplazaba, muy veloz, una frase corta, con el acelerador a fondo, toda ella lanzada detrás de su predicado. Sin predicamento alguno. Punto y palante. Se lanzó. ¡Bom! (O algo así.) La pobre frase corta, atontada, se quedó sin palabras. Todas sus letras desparramadas por aquí y por allá, encima del chasis de la bien aceitada y larga frase. A un lado del camino, una letra “o” quedó colgada encima del crucero, como una corona de flores que recordara por siempre la colisión de frases. La frase larga estuvo largo rato quitándose de encima letras que no sabía si eran suyas, una coma le quedó encasquillada en algún sector de su extensa ortografía, pero, en definitiva, todo vino a salir más o menos bien, dado que el atontamiento, a pesar de los pesares, dio lugar, es verdad, a alguna que otra frase hecha de disculpas, pero, por suerte, no dio paso a aquel tan manido juego de una palabra que lleva a la otra y todo eso

* Sin Título- Mónica Lebedinsky


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PACO GRANADOS MELLADO -EspañaUNA NOCHE CUALQUIERA. Parecía que iba a ser una noche cualquiera y así fue hasta ese momento; Ese momento que lo cambio todo; Ese momento en el que me quedé solo, estaba con mis amigos, pero no sé dónde se metieron. Desaparecieron y se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos. No veo a nadie, pero sí escucho un ligero murmullo y muchos llantos... Cierro mis ojos y unas gotas de agua caen por mí rostro, que de momento hacen que abra los ojos rápidamente. Esa agua me reconforta y me tranquiliza. Escucho una voz fuerte, tan fuerte que sobre sale por encima de las demás. Parece como si estuviera rezando o bendiciendo algo... Mi cuerpo empieza a elevarse... Veo a todos mis amigos y familia allá abajo; están tristes y alrededor hay un ataúd. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué no me ven?

*Paisajes abstractos II- Mónica Lebedinsky

* Sin Título- Mónica Lebedinsky


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DAVID ANTONIO SORBILLE -ArgentinaLA ÚLTIMA CARTA Ausente y triste como una pálida mueca de vida, Bruní colgó el teléfono. Un dolor intenso cruzó su cuerpo, mientras recordó el registro apagado de su voz. No obstante, su mente intentó viajar, aunque había detalles que aún no entendía. Recordó el sendero multiplicado de jazmines, que se confundía con los sueños y la imagen renovada de su esposo, otra vez a su lado, como si fuera posible evitar la pena de los últimos seis años y la enfermedad que lo consumió. Pero, lo importante era ese tiempo de la experiencia diaria, el departamento en Villa Devoto, la mesa servida con ese pollo a la crema, el buen vino blanco y el panqueque de manzana. Después, las vacaciones en Cariló, el arrullo de los atardeceres frente al mar y el cielo de testigo. Y luego, los hijos, las necesidades nuevas, el ritmo distinto, la infancia que se va de las manos y anuncia el futuro... Ese presente, luego de treinta y cinco años, finalmente viuda, y ahora, postrada. Bruní comprende, todos le dicen que comprenda, pero no hay nada que le devuelva la serenidad, la alegría, excepto esa otra voz que vibra del otro lado de la línea telefónica. Recordó, entonces, que hubo una carta en donde ese hombre le brindaba un saludo, adjunto a unos libros de poesías y relatos que se había atrevido a publicar a instancias de su mujer. Ella sintió, también, que era posible aliviar sus tensiones, embarcarse en una pequeña ilusión. Y sucedió que durante noventa y dos días volvió sobre si misma, fue otra vez una mujer que podía sentir emociones que la liberaran de ese espacio de quejas y abismos que continuaban a cada sesión de quimioterapia. Por eso, se atrevió a escribir: Mi querido Amigo, me alegra que me hayas regalado dos de tus libros. Te digo por qué. Por dos razones, la primera me permitió conocer a un hombre nuevo, nada que ver con el cajero del Banco que todos los meses me pagaba la jubilación. La segunda, la paso al verdadero hombre, es decir, al escritor. Tus cuentos me parecieron maravillosos. Dios te dio un don que pocos poseen y es realmente hermoso, que sepas expresarlo con tanta sencillez, claridad y talento. Espero que a pesar del torbellino que estás viviendo en el Banco, no dejes de escribir y espero también, poder leer otros libros tuyos. Tardé en escribirte porque tengo momentos muy difíciles, y dejé para el final agradecerte el poema que escribiste para tu madre y que me permitiste conocer, lo leí como si hubiera sido escrito para mí y por supuesto, lloré. Un beso para tu familia y para ti un gran abrazo y un pedido, no te dejes vencer por lo que seguro te está pasando en el trabajo y sigue escribiendo porque sin duda alguna eso será tu descanso. Gracias, querido amigo y no me olvides, préstame alguno de tus libros para que yo también encuentre descanso. Te debo algo de lo que yo escribí, ya lo buscaré y te lo haré llegar. Bruni. Pienso que la vida, está llena de sorpresas, y con eso no digo nada. Pienso que una mujer, puede asirse al último aliento, y con esto tampoco estoy diciendo nada. Pero, si de algo estoy seguro, es que no podré olvidar una voz tenue y quebradiza como un cristal, que durante varios días intercambió una pequeña molécula de oxígeno, hasta que, luego de un silencio de setenta y dos horas, otra voz, esta vez firme y dura, me respondiera que Bruni había fallecido, después de escribir la última carta.


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EMILIO CONDE -ArgentinaGUERRERO COTIDIANO

Perdió sus plumas en el transcurso de su largo viaje. Ningún ornitófilo habría podido deducir a qué especie pertenecía este individuo. Nadie podría adivinar si en estado saludable ese animal había sido un tenaz cazador o elegante y pintoresco. Su calvicie total y su delgadez moribunda confundían a cualquiera, su canto también estaba deteriorado e irreconocible. Mas volaba. Volaba sin descanso. Durante semanas todos los ciudadanos y turistas de la zona lo vislumbraban extrañados. Comenzaron a preguntarse de qué se alimentaba, pues tras maratones de días completos vigilándolo se halló que el animal en ningún momento bajaba para comer ni atacaba a ningún otro volador que surcara esos cielos. De hecho, siempre mantenía una distancia prudente de otras aves y estas hacían lo mismo con él, pues parecían tenerle respeto. Algunos intentaron atraerlo con comida para saber a qué especie pertenecía y de paso darle un tratamiento para curarlo del mal que tuviese, sin embargo esto no seducía al pájaro. Los niños le arrojaban piedras, dándole al blanco en más de una ocasión, pero no por eso ponía fin a su travesía errante. Pasaron días, semanas y temporadas, y el ave moraba por aquellas playas los días en que el sol ardía y cuando los fuertes vientos de tormenta decidían su rumbo por él. Siempre seguía allí. Paulatinamente la gente fue dejando de sentir pena por él y pasaron a admirarlo, y en algunos casos hasta le tuvieron envidia. Todos los días se lo veía allí. Cada vez más moribundo, más débil. Y paradójicamente el hecho de que cada día se lo viera peor que la jornada anterior significaba que en realidad se estaba haciendo más fuerte, ya que si antes apenas poseía la integridad física como para mantenerse en el aire, al hallarse más raquítico y putrefacto necesitaría más fuerza para lograr la misma proeza. Muchas generaciones perecieron bajo las alas de este guerrero que voló medio muerto por más de siglo y medio en aquellas playas. Y un día, cuando nadie se lo esperaba, desapareció. Fue olvidado al poco tiempo.

* Sin Título- Mónica Lebedinsky


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MARÍA TERESA LO GIOCCO -ArgentinaEL MAR El tibio sol tempranero azuzaba el mar. A esa hora de la mañana no andaba nadie en la playa . Sólo una gaviotas revoloteaban y llenaban el aire con sus graznidos. A Juan le gustaba escuchar el bramido del agua, acompasando el ritmo de las olas. El olor de las algas acumuladas por la creciente estimulaba su imaginación. Empezó a caminar por la orilla, pisando apenas el agua helada ¡Qué placer! Su mirada se lanzaba hacia la inmensidad. Juan llenaba sus pulmones con respiraciones profundas. Tendría unos cuarenta años, más o menos, y un físico privilegiado. Una buena altura, espalda ancha y rasgos armoniosos. Cualquier mujer podría rasgarse las vestiduras por él. De a poco, divisó en la lejanía la figura esbelta de una joven que se acercaba con pasos seguros, también sobre la orilla. Estaba cubierta con un pareo blanco. El cabello largo y oscuro se revolvía con el viento. Juan se quedó deslumbrado. ¡Si era tan bella que parecía la mismísima Anfítritis, diosa del mar! Se fueron acercando hasta que se encontraron. Entonces se detuvieron uno frente al otro: -¡Diosa! - Gracias. Vos también te ves atractivo. -¿Tu nombre? -Mariot. -El mío, Juan. ¿Caminamos juntos? -¡Te llevo!- rió Mariot con una risa que resonó en el paisaje Miraron sus huellas sobre la arena, que desaparecían rápidamente desmoronadas por el agua. -Así es todo de efímero en la vida- reflexionó . -Por eso mismo hay que disfrutar a pleno momentos como éste. Pueden no volver a repetirseagregó Juan. -¿Descansamos un rato? Mariot abrió su bolso de rafia blanca, sacó una loneta, se quitó el pareo y se tendió al sol, que todavía era tolerable. Juan se sentó a su lado. No podía dejar de mirarla. Las piernas eran perfectas y toda su figura, la de una sílfide. Hablaron del mar ,del atractivo que tenía para cada uno de ellos. Hasta dijeron poesías. “¿dónde principias, mar, dónde te viertes?, ¿Dónde principias, tiempo, vida mía, Ejército de humo y de mentira, A dónde vas, latido, carne, sueño?”* Después, hablaron de sí mismos: de dónde eran, qué hacían , qué esperaban para sus vidas… -Yo protejo los animales del mar y también a los hombres y mujeres que están metidos en él – contó Mariot Juan entendió que era una especie de militante de Greenpeace, iba a preguntárselo cuando ella sacó una loción post solar de su bolso y pausadamente se la empezó a pasar por las piernas, por los brazos, por el cuello, por el rostro, luego se dio vuelta en la loneta y le tendió la crema , pidiéndole que se la ponga en la espalda. El sintió que todo su cuerpo se encendía. Comenzó por los hombros, con movimientos envolventes y fue bajando de a poco hasta la cintura. Cuando terminó, le susurró al oído: -¿Esta noche nos encontramos? Podemos cenar juntos -Esta noche, no- contestó Mariot irguiéndose. Nos vemos mañana, a esta hora, en este mismo lugar.

Recogió la loneta y el bolso y se dirigió hacia el mar. No se detuvo ante nada. Sus pequeños pies desnudos pisaban la superficie del agua sin hundirse. Con el pelo al viento y atravesaba las olas sin mojarse, seguía y seguía hasta que se perdió en el infinito. Juan la miró todo el tiempo, atónito . ¿Es que había estado soñando? ¿O acaso alucinaba? No. Esa mujer era real. El la había tocado con sus propias manos. Turbado, retrocedió unos pasos y ,allí, sobre la arena, encontró la emulsión post solar. La recogió y se fue, cabizbajo, no sin antes contemplar el cielo despejado de nubes, que era un espectáculo en sí mismo, sobre todo, cuando se fundía en la línea del horizonte. Mañana regresaría


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MALCOLM PEÑARANDA -ColombiaAUSCULTANDO EL FUEGO Serie: ESCENAS DE CIUDAD Ciudad Escenario: Medellín, Colombia

Catalina es una de esas mujeres que enloquece a hombres y mujeres en cualquier lugar del mundo. Alta, de cuerpo marcadamente voluptuoso, tetiperfecta y culidivina, de cabello castaño largo y ojos color avellana, te hace recordar la belleza de las mujeres persas, árabes y rusas. Pero ella es ciento por ciento paisa, digna representante de las mujeres más bellas no sólo de Colombia, sino de Latinoamérica entera. Solamente un detalle la hace parecer extranjera: sus piernas largas, increíblemente largas, que la convierten en una mujer atípica de esta región del mundo. Cuando camina por la calle deja a cada hombre heterosexual parolo, a cada lesbiana dudando de su tan proclamada fidelidad y a las demás mujeres, heteroconfundidas. Sus labios carnosos y su mirada coquetona que derriten a cualquiera y su cuerpo endiablado hacen que la asociés con el más peligroso de los elementos: el fuego. Ha hecho estrellar a más de un conductor y los taxistas se pelean por llevarla y hasta se rehúsan a cobrarle. Nunca quiso ser modelo ni mucho menos reina de belleza, pero si lo hubiese hecho, quizás se habría ganado todos los títulos. Empero, le faltaba una condición esencial: nunca ha sido apelotardada. Jamás dice estupideces y le emputa que los hombres crean que toda mujer bonita es bruta. Ella prefirió ser economista y terminó como corredora de bolsa y rápidamente se ganó los odios de muchos compañeros de trabajo por su éxito profesional. Un día no aguantó más la presión y cambió ese mundo de ingresos fabulosos por un empleo de bajo perfil en una compañía de medio pelo donde no tiene que competir con nadie. Ahora se libró de buena parte del estrés que le opacaba su universo de femme fatale, pero le quedó el peor de los males: un lumbago que de vez en cuando la atormenta. Consultamos en la misma IPS¹ e incluso compartimos los mismos médicos: el familiar y el de atención prioritaria. Aquel día acudió a la IPS porque le estaba empezando un lumbago y como ya antes la habían dejado casi inmóvil, no quería que esa vez le volviera a pasar. Era una tarde de viernes y se había tenido que volar de la oficina para que la atendieran como prioritaria. Tenía puesto un vestido rojo pasión que marcaba sugestivamente su cuerpo de diosa. Era vaporoso, de una tela muy suave, porque después de la temporada de lluvias nos empezaba a afectar la temporada seca y el calor ya era desesperante. Como si no bastara con su vestidito rojo, pecaminosamente alto y resaltador de sus curvas, la acompañaba una de sus colegas, la más fea de la oficina, medio langaruta ella, que destacaba aún más la belleza de Catalina. Sebastián, el médico de atención prioritaria, era su contraparte perfecta en el lado masculino: uno de esos tipos que paran el tráfico y alivian a las pacientes con sólo mirarlas o tocarlas. Las solteronas ganosas se fingen enfermas para que él las ausculte. Más de una se moja, y no precisamente con agua. No es muy alto pero sí es musculoso, culiapretado y con una piel tan perfectamente bronceada que los dioses del Olimpo no habrían podido darle. Sus facciones son muy masculinas y sus ojos de mirada penetrante y embrujadora. El macho alfa con acento paisa, sonrisa matadora y una voz de teniente montador que hizo que Catalina empezara a olvidar su lumbago. Catalina parece tener un fetiche odontológico, pues cuando está al lado de un hombre de dientes


26 perfectos, se le olvida hasta que ya tiene marido y no puede andarse antojando de cualquier mucharejo que le pele la muela y algo más. El pobre Sebas tuvo que contenerse para no excitarse ante la vista de semejante mujerón que lo puso nervioso y lo hizo titubear al saludarla. Ella lo notó de inmediato y empezó a calcular cuántos segundos o minutos pasarían antes de que él evidenciara una erección bajo el visajoso uniforme tipo piyama que impide que los médicos oculten sus emociones Catalina en cambio, no tenía mucho interés en ocultar las suyas. Ella siempre ha sido una mujer de armas tomar y de hombres debilitar. La auscultación empezó con las preguntas rutinarias y el chequeo físico que él le hizo primero con el bajalenguas y el aparato para chequear los oídos que ningún paciente sabe cómo carajos se llama. Tampoco entendemos por qué nos chequean la boca y los oídos cuando lo que nos duele es la espalda. Pero ella estaba feliz de que él le chequeara cada orificio, cada superficie de mujer en la que su piel ardía y su sangre empezaba a hervir como si la hubiesen condensado en una tetera nueva. Cuando el bajalenguas entró en su boca, ella sintió una especie de fiebre que no se puede registrar en ningún termómetro. Ese pequeño instrumento de madera lo sintió fálico, inmenso, violador de su boca atrapante. Sus labios se apartaron suavemente y ella ya no podía distinguir si eran los de arriba o los de abajo. Mujer en erupción que superaba cualquier volcán. Si hubiesen llamado a los bomberos, se los habría comido a todos. Ella quiso morder sus dedos y los de él, escupir el bajalenguas y pedirle que la besara y que en vez de la lengua le bajara su tanga y la tirara lejos. Lo habría vuelto su ginecólogo sin diploma, su médico de película porno que sólo dice palabras sucias y hace cosas ricas. El solo imaginarlo la hizo arquear sus piernas y poner en evidencia su primer orgasmo auscultativo. Imagino al atormentado Sebas luchando entre su ética médica y su arrechera de hombre como Ulises entre el mar y las sirenas. El chequeo siguió con la parte más difícil: aquella en la que ella se tuvo que despojar putanamente de su vestidito rojo y dejar al descubierto un cuerpo escultural que ni el más frío de los médicos podría ignorar. La hizo ponerse una bata de paciente gorda mientras fingía que escribía algo en su historia clínica pero no dejaba de mirarla achantado y excitado. Ella sabía que lo tenía en sus manos pero no podía perder la compostura ni violarlo en su consultorio fácilmente invadible por cualquier enfermera impertinente. Se acostó dócilmente en la camilla, boca-abajo y dejando en relieve su prominente culo caza-maridos. Su tanguita roja apenas si cubría tan apetitoso pedazo de carne. La raja se asomaba descaradamente como invitándolo a quitar con sus dientes esa tanga estorbosa que lo conduciría por un valle marrón a un paraíso rosa. El médico en él seguramente encendía su monitor moral, pero quizás el hombre en él se mordía los labios pensando cómo controlaría sus manos para que no se deslizaran hacia donde la espalda cambiaba de nombre. Ella no podía verlo, pero imaginaba sus pensamientos lujuriosos. Cuando sus manos tocaron su espalda, el lumbago de Catalina ya no existía, o quizás lo había obliterado el calor de esas manos que ella sintió tan cálidas, tan calientes y luego tan ardientes. Él le hizo unas cuantas preguntas que ella respondió de manera automática porque ya no estaba allí. Ya ella caminaba la senda de Eros y su cuerpo mortal era ahora el de una diosa. Mordió sus labios y apretó sus manos desesperadamente. Gritó para sus adentros y arañó las paredes sin tocarlas siquiera. Su bestia interior devoró unos cuantos cervatillos sin poder saciar sus ansias. Ella experimentó en segundos varias poses del Kama Sutra pero se encaprichó con la de la carretilla. Perdió la noción del tiempo, del dolor, del placer, del deber ser. Afuera dejó la señora bien puesta y adentro se sintió la mujerzuela más apuesta. Se vino sin irse y él tuvo que notarlo porque al empezar a dar su diagnóstico dijo un par de incoherencias. A ella no le importó porque ya estaba aliviada y felizmente mojada. Le prescribió unos calmantes y la mandó donde la enfermera para que le aplicara una inyección. Ella la habría matado con gusto para que fuera él quien la inyectara, quien le inoculara su calentura. Estoy seguro que tuvo al menos un orgasmo cuando me contó su experiencia con lujo de detalles. Seguramente también tuvo más de uno cuando casi obligó a su marido a un juego de roles en el que ella hizo de sexy-enfermera y él de un Sebastián menos triplepapito y nada autocontrolado.


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ARTÍCULO DEL INVITADO ROLANDO REVAGLIATTI -Argentina“COMIDA”

Personaje Único: HOMBRE INDUMENTARIA: Camisa, pantalón, chinelas, delantal de cocina. ESCENARIO: a) Una silla contra la pared del escenario que queda a izquierda del espectador. b) Una mesa en proscenio. c) Un combinado a izquierda del espectador. INDICACIONES: Durante toda la representación, discos de 78 R.P.M. giran y caen al plato del tocadiscos. Lo más que el espectador oye de ellos es el ruido que produce cada disco al caer. Por el parlante del combinado se oye desde bastante antes de que se ilumine el escenario, y comience la acción, la voz del HOMBRE. El HOMBRE no presta atención al combinado. ACCION DETALLADA: El escenario iluminándose muy lentamente. Transcurridos algunos instantes, aparece el HOMBRE por derecha del espectador. Trae un mantel que pone en la mesa, así como una servilleta. Ubica la servilleta como para sentarse “de frente” al espectador. Se lo ve contento y en paz. Todas sus entradas y salidas las efectúa por derecha. Trae de la “cocina” elementos que coloca sobre la mesa. Dicha “cocina” no está en absoluto sugerida escenográficamente. Sale. Entra trayendo grisines, pan, manteca y sal. Sale. Entra trayendo la frutera y un huevo duro sin descascarar en un platito. Sale. Entra trayendo los cubiertos y el aparato que sujeta los frascos de aceite y de vinagre. Ubica los elementos sobria y aplicadamente. Elige el mejor sitio para cada cosa. Sale. Entra trayendo una mesita rodante, sobre la que hay una sopera con su cucharón, platos, una botella de un cuarto litro de vino blanco, un sifón, una copa y un sacacorchos. Pone sobre la mesa el vino, la soda, la copa, el sacacorchos y un plato hondo. Sale. Entra trayendo un plato con buñuelos. Y una ensalada. Y un sobre con queso rayado. Sale. Entra trayendo otros elementos, en fin, algún condimento, pickles, escarbadientes. En su última entrada desde la cocina, aparece ya sin el delantal. Va hasta donde está la silla. La toma. La lleva hasta la mesa y se sienta. Descascara el huevo, lo sala. Pone manteca sobre una rodaja de pan. Echa sal sobre la rodaja. Prepara la ensalada. Lustra alguna manzana. Descorcha la botella de vino. Se sirve vino. Sin soda. Se sirve la sopa, que está sumamente caliente. Revuelve la sopa. Sopla el humito. Le echa queso. Vuelve a soplar. Le echa pedacitos de pan. Revuelve. Pincha la lechuga. El tenedor llega muy cerca de la boca, pero no puede abrirla. Deja la lechuga en la ensaladera. Agrega aceite. Revuelve la ensalada. Lleva el vaso de vino a sus labios. Estos no se abren. Se le vuelca un poco encima. Deja el vaso en la mesa. Toma la rodaja de pan con manteca. Intenta morderla. No puede. Va violentándose. Deja la rodaja en la mesa. Toma el huevo duro. Intenta morderlo. No puede. Va crispándose. Se le tensan los brazos y las manos y los dedos. Deja el huevo en el platito. Toma el cuchillo. Corta el huevo en rodajitas sobre la ensalada. Toma nuevamente el vaso de vino. No puede beberlo. Lo deja. Pone un dedo sobre la tapa agujereada del salero, y lleva ese dedo con algún granito de sal hasta su lengua. Intenta que la cuchara con sopa pase por sus labios. Estos se abren, pero no sus dientes. Tira la cuchara en el plato. La crispación del HOMBRE va en aumento: vuelca cosas al suelo, se sube a la mesa, toma el sifón, apunta el pico del sifón a la sien y vigorosamente se dispara un chorro de soda, en simultánea con apagón.


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VOZ DEL HOMBRE: Las monjas me asustan. No las quiero. No las entiendo. Sólo las deseo. Digo yo. Digo que digo yo. Ahora. (Pausa.) Puedo apenas flexionar las rodillas. Pero soy el primero cuando se trata de correr. Trancos largos, gráciles, y lo mejor es cuando no toco el suelo. ¿Al reformatorio yo?... ¡¿Tan chiquito?! ¡¿Es para tanto...?! ¡¿Al juez de menores...?! (Pausa.) ¡¿Tan chiquito?! (Pausa.) Al fútbol soy un aguerrido cobardón. Un “maleta” a puro taponazo, que se arrebata frente a la pelota, que pega de “puntín” y si va en buena dirección: es gol. La tienen que ir a buscar a la luna. “¡Eh, maleta, mirá dónde la mandaste!”: cuando no iba a parar a la luna. “¿¡Pero estás loco vos!?... ¡Ahora andá a buscarla!” Y corría, asumía mi brutalidad, mis accesos de cretinismo. (Pausa.) Soy un buen “fulbac”. (Pausa.) Lo que me mata son las balas que no disparé. Te hice poner mal, papá, cuando te dije que yo sé lo que hago, que no quiero consejos, que prefiero equivocarme solo. Esa no era una buena respuesta para vos. Un hijo debe aceptar la guía, la conducción: el jefe de la familia. (Pausa.) Al eclipse lo quiero esperar despierto. En la mesa no se lee. Ponete derecho, mirá esa espalda, te vamos a comprar el aparato. No será con imposiciones que creceré, no será con monjas ni con amenazas. Mi mamá me mima, me baña o me regaña. Mi mamá me quiere que más no se puede, pero yo no lo sé bien. Se oye algún trozo de canción silbada. Y algunos trinos y “bichos feos” ejecutados también con la técnica del silbido. Leo y escribo a los cuatro años. Y tres por una tres. Pero canto tan mal, tan mal... ¿Cuándo no canto? ¿Cuándo no estoy tirado contra la pared haciendo la orquesta? Haciendo voces, pero no la mía. ¡Mi voz verdadera es ésta, señores! (Pausa.) Si hago alguna acción mala algo malo me va a pasar. Mi pie derecho es fuerte, valeroso. Pero el débil gana, el amedrentado. Eso es la justicia. La mano izquierda se sobrepone y en el último momento, próxima a quedar ampliamente derrotada, un instante antes de sobrevenir la extenuación, descompuesta por el sufrimiento, da vuelta la cosa: vence, vence para siempre y siempre será así. He reglamentado, he estipulado, he concordado. Má’ qué tanta vitamina, qué tanta “be doce”, qué tanto pancito adentro de la sopa. Papá, que nunca fue papá, tal vez “pa” algunas veces, me pega con la mano abierta porque no deseo ingerir. Y en público. Mamá, mami, “ma” y después nada, me casca por hacer uso indebido del bidé. Yo someto a las hormigas y me fascino con los caracoles. Por bellos y por peculiares. Pausa. (Imita a Pepe Arias): ¡¿Qué hacés, “amomabado”?! ¡Pero prestá atención con esa palangana! ¡A ver si me tirás encima el agua jabonosa! ¡Mucho cuidadito con la percha! ¡Yo soy de verdad, chitrulo! ¡Y cuando quieras parlotear conmigo me pedís audiencia! “¡Amomabado!” Pausa. (Prosigue con su propia voz.) Todos los agostos viene la parca por casa. Viene, ronda, guadañea, hace lo posible, oxígeno para la abuela, médicos, profesores, remedios y penicilina. Y yo me voy a dormir con mi mamá. Pero se va. Después de revolverlo todo, se va. No gana, desiste; dice hasta lueguito. De todos modos alguien muere siempre en agosto. Mientras escribo con pedazos de tiza, me aseguro los pantalones, voy a buscar el pan ensartado en las sandalias paraguayas. La hicimos hablar bastante en casa a la parca, sin embargo. Nos discurseaba con ese olor a frazada pringosa, nos susurraba...: volvé. ¿Por qué volvé? ¿A dónde? (Pausa.) No será instándome a ver quién vacía primero cada plato que comeré. Ni me subyugarán con monedas. Ni con nada. ¿O se creen que un chico no entiende? ¿Que no huele, no oye, no siente, no piensa, no ve, no necesita? ¿Que uno es un escudito familiar, un accesorio? Un símbolo. La ropa se me calma. Soy carne de piletón. Terapia de fascineroso para un nervioso. ¡Upa-la-laaa! Agüita fresca y el alma se me chorrea. ¿¡Pero no me ven, nadie se da cuenta de que eso es una perversión, una porquería!? ¡Me mojan las agallas! ¡Qué mierda, no soy un pescado! ¡Déjenme ser alguna cosa! ¡Ah, no se atreven, eeeeehhh! Se van a visitar enfermos, por eso me quedo jugando al “rumi”. Tan bien vestidos, con cara de “volvemos temprano, ponete el piyama”. ¡Qué manera de tenerme miedo, de tirarme todo ese miedo encima! Pero cómo: ¡¿el hijo de la dueña de la pensión le pide a los reyes mediante consabida y respetuosa carta la recepción de un autito, de esos para meterse adentro, y aparece un triciclo?! Un triste triciclo. ¿Un simple triciclo?... ¡¿Todo este triciclo para mí?! Mientras tanto al hijo de una pensionista le aparece un autito. ¡Y juega con él! ¡Y anda!... ¿Quién mira por la ventana del aula del colegio? Yo. Aunque no haya pajaritos. ¿Quién llega como una tromba haciéndose encima? Yo. ¿Quién se ubica en las fiestas debajo de la mesa a la hora de los cuentos verdes? Yo. ¿Quién se embucha a los seis meses de su propio nacimiento, media pastillita de sedante? Yo. ¿Quién mira revolotear a los pajaritos, que no hay, a través de la ventana del aula del colegio? ¡Yo, señores, yo! ¿Quién si no yo?: el más dócil ¡y el más bueno!! Pausa. Imita a una orquesta típica. Canta la primera estrofa del vals de Gerónimo y Antonio Sureda: “Ilusión Marina”. Era la hija del viejito guarda faro la princesita de aquella soledad, y le decían con amor los pescadores que era la perla más bonita y blanca que guardaba el mar. Fue para ella que cantaron los marinos


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que cruzaban las serenas aguas huérfanas de amor, y en sus cantos llenos de cariños siempre le decían que brillaban sus ojos más que el faro y el sol. Pausa. Las mellizas eran cariñosas conmigo. Batían la clara de los huevos con un tenedor, le echarían azúcar, vaya a saber, era rico, yo me lo comía. Me acariciaban, hablaban de sí, se sacaban la ropa. El de las fotos con las mujeres desnudas en las paredes y en los portarretratos escuchaba música clásica a todo lo que da. Cuando la hermana y la madre venían a visitarlo, las paredes quedaban barridas, lo más un almanaque. Ese también se sacaba la ropa delante mío. La pelota seborreica era servicial. Hedía, dormía doce horas, y excepto los discos, ni un ruidito. Yo le llevaba el café con leche a la cama a Blanca, la chica de la pieza del fondo, la que trabajaba de noche, después supe de qué, que a mí me gustaba tanto, tan sugerente. Arreglaba enchufes la pelota, soldaba caños, ajustaba baldosas y cambiaba cueritos. Se sonreía con significado. Blanca estaba muy bien, me perturbaba su existencia: mi saber que debajo de su ropa, ella estaba toda. Se oye unas cuatro veces la repetición de las tres últimas palabras. Inmediatamente después se oye: “Mi saber que debajo de su ropa ella estaba toda”. Luego se oye la palabra “toda”, varias veces, como si se vitorease a un equipo de fútbol. Pausa. Calenturiento, calenturiento, ¿por qué rellenaron los agujeritos de aquella segunda puerta del baño grande, la que estaba trabada, la que daba directo a la pieza en la cual alguien siempre dormía? ¿Por qué le pegaban con el cinturón y a veces con la hebilla del cinturón, a Norma? ¿Por qué yo oía los gritos del amor y del dolor? ¿Por qué aquella plancha se deslizó hasta tu mano? ¿Por qué me acuerdo de tu comunión con la manteca?... ¿Qué es esto? ¿Qué estoy diciendo? Yo hubiera querido espiar por los agujeritos. ¡Oh, la bañadera! Todos habíamos desfilado por allí. Pausa. Recomienza el texto escuchado hasta que cesa con el apagón.

*Sin títuloMónica Lebedinsky


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Ensayo del bimestre LIC.NORA PATRICIA NARDO - ArgentinaVALORES EN LA MIRA, VALORES EN BAJA… No hay evidencia de aquello de lo que no se enuncia

A veces algunos obstáculos se consideran insuperables. La condición humana asoma como miserable, la mediocridad se naturaliza como salvadora. Los tiempos de una vida maravillosa, aparecen relacionados con la satisfacción inmediata que nos brinda la sociedad de mercado. El desafío de la perseverancia es abandonado, requiere de demasiado esfuerzo, es así que el convencimiento acerca de las cosas más importantes en la vida asoma asociado a los valores materiales. Ese discurso circula conjuntamente con las distintas tecnologías y cada vez tenemos más amigos cibernéticos. Los diálogos se parecen a monólogos y la herencia que dejamos es una instantánea, no emerge el pensamiento reflexivo que nos pongan en tensión. Ese escalón tan necesario que surge a partir de una verdad incompleta, de una duda, que por momentos nos oscurece, pero que nos lleva a movilizarnos hacia la claridad. Un lenguaje empobrecido necesariamente se traslada a nuestro pensamiento, a la construcción del conocimiento y también a la incapacidad de hipotetizar acerca de aquello de lo que se habla, de lo que se piensa. Lo que se dice corre el riesgo de la vaciedad de contenido. La prevalencia de la mirada nos aleja del encuentro filosófico, se presupone lo que no se dice con palabras y no se llega a fundamentar aquello que se piensa y es así que las palabras se van perdiendo en la comunicación humana. No hay evidencia de aquello de lo que no se enuncia. En ocasiones leemos en las páginas de facebook, twitter, whatsapp, etc., algunas opiniones, imágenes que se suben, se comparten y hay muchos amigos de face que levantamos las manos aprobando eso que se publica, como aparece, desaparece de modo muy fugaz ya que otro comentario o alguna otra imagen o producto surge en la página, substituyendo lo anterior. Hay frases filosóficas o místicas que también se suben pero el hecho que se las mencione no significa que tomen sentido y sea representativo por ese sólo hecho, no se puede aprehender el sentido de ese enunciado, no se lo retiene y ni se lo analiza, nos provoca algún sentimiento momentáneo que compartimos. Mercé Lorente, doctora en Filología Catalana, en el año 2012 publicó un artículo con el siguiente comentario: “Hay muchos intentos de mantener la riqueza del vocabulario y de concienciar a los hablantes de la responsabilidad que tenemos como usuarios de la lengua. Pero por muchos libros que se publiquen, sólo la conciencia lingüística de las personas puede salvar a las palabras, está, pues, a nuestro alcance”. También abandonamos palabras por algunas nuevas que nos llegan tomadas de otras lenguas o usamos términos comodines, que son aquellas palabras que denominan muchas cosas y nos hacen ir perdiendo nuestro léxico y nuestro vocabulario se empobrece. Ya hace unos años Generación Abierta le realizó una entrevista a Pedro Luis Barcia, quien era en ese entonces presidente de la Academia Argentina de Letras, y nos comentaba su preocupación por el empobrecimiento del lenguaje que observaba entre nosotros y más


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especialmente entre los jóvenes y al respecto señaló: “cuando no hay capacidad de expresión, se achica el pensamiento”, esto lo comprobó en la universidad con sus alumnos, estos jóvenes presentaban muchas dificultades en la interpretación de los textos, en entender las consigas y deficiencias en la redacción. Jean Piaget investigö exhaustivamente cómo el lenguaje se desarrolla desde un nivel egocéntrico hasta llegar a su madurez, la misma se alcanza cuando se socializa y puede demostrar su capacidad de dialogar, de preguntar, de responder, de fundar juicios con objetividad, de argumentar, entre otras cosas y es a través del dominio del significado de las palabras que se asciende en el nivel del pensamiento. Pero uno observa que este deterioro que ha sufrido el lenguaje se ha trasladado en muchas ocasiones a los medios de comunicación, desde un lenguaje oral pobre y vulgar. A mi entender esta mediocridad afecta también al sistema de valores, parece ser que toda obligación moral, principio o norma se tornan aburridos, displacenteros, autoritarios y por lo tanto perimidos para esta época. Somos quizás cada vez menos los que nos resistimos a los placeres organizados por las grandes corporaciones, y por lo tanto muchas veces somos ninguneados. Nada nos garantiza una buena dirección, preocupados o despreocupados las grandes compañías y las mafias nos apartan de una convivencia pacífica, la realidad se aleja de la realidad, el discurso es fragmentado se acomoda a las circunstancias. Hace casi veinte años que un grupo de profesionales escribimos un libro que titulamos “El aula: un espacio de convivencia” y allí reflexionamos acerca de ciertos valores y cómo trabajarlos con los alumnos. Volcamos nuestra experiencia de años trabajados y resultaba posible llevarlos a la cotidianeidad en las aulas. Ahora nos volvemos a preguntar ¿Cómo recuperar aquellos valores éticos y sociales, como la responsabilidad, la cooperación, la participación, la libertad, la justicia social, la democracia, los derechos humanos, el compromiso con dignidad humana, con el ser y con los otros? Aún sostengo que desde las políticas educativas se puede hacer algo al respecto, pero pienso que es necesario que entre los intelectuales se den espacios de reflexión y discusión acerca de qué proyecto de país se está hablando y qué aspiramos para nosotros y las generaciones venideras. En otro libro “Tiempos Diluidos” que escribimos con el Lic. Luis Raúl Calvo recorrimos nuestra educación desde el final de la modernidad hasta nuestros días y reflexionamos, nos cuestionamos y compartimos experiencias de intervención sobre nuestras prácticas profesionales, profundizamos las complejas problemáticas de la educación en estos tiempos de incertidumbre y quedó reflejado que uno puede enunciar afirmativamente que desde las instituciones educativas se puede reflexionar acerca de estas realidades que nos abruman y realizar prácticas solidarias y colectivas, anticipar acontecimientos, cimentar lazos, construir comunidad donde cada uno de los alumnos se reconozca como sujeto y se reconozca a través de la aceptación de sus diferencias humanas, sin prejuicios y estereotipos. Pero las experiencias no tienen que quedar como hechos aislados sino que debe ser un trabajo en conjunto, compartido y continuo, con políticas públicas que promuevan estas prácticas y la valoricen. La comunidad educativa y en general la sociedad toda, se debe este tipo de debate, la revolución tecnológica no ha resuelto estos problemas ontológicos y epistemológicos y quizás no le corresponda hacerlo, o no les interese ni les convengan que salgan a la luz.


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Son tiempos muy difíciles a nivel mundial, entiendo que lo primordial es no quedarse quieto con todo este acontecer, es percibir con claridad la realidad y comenzar a educar desde el compromiso de hacer a los sujetos seres autónomos con independencia de criterios, no objetos manipulables al servicio de los intereses corporativos. El cambio también está dado desde cada sujeto, y cada sociedad conforma sus valores éticos, culturales, políticos y económicos.

* Artículo publicado en la Revista Generación Abierta Año XXIX Nro.73 Noviembre 2017 EDUCACIÓN

*Sin Título- Mónica Lebedinsky


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Autor sobre autor LILIANA VARELA -Buenos Aires, Argentina-

Jules Gabriel Verne, conocido en los países hispanohablantes como Julio Verne, fue un escritor, poeta y dramaturgo francés célebre por sus novelas de aventuras y por su profunda influencia en el género literario de la ciencia ficción. Nacido de una familia burguesa en la ciudad portuaria de Nantes, Verne estudió para continuar los pasos de su padre como abogado. En 1849 obtiene el título de abogado y permanece en París. Sigue escribiendo teatro. Su padre quiere que se dedique de lleno a la abogacía, Verne se niega y su padre, enfadado, deja de financiarlo. Gasta todos sus ahorros en libros, mientras pasa largas horas en las bibliotecas de París queriendo saberlo todo. Apenas tiene dinero para alimentarse, lo que le ocasiona trastornos digestivos y desarreglos estomacales (e incontinencia fecal), así como trastornos nerviosos que acabarían por desfigurarle la cara y le ocasionarían parálisis facial. Julio Verne publicó en 1863 el primero de sus sesenta Viajes extraordinarios, Cinco semanas en globo. La serie, prolongada durante casi 40 años, habría de incluir entregas de la talla de Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1865), Los hijos del capitán Grant (1867). En el año 1869 aparece publicada en España —antes incluso que en Francia, posiblemente debido a la amistad entre Hetzel y V. Guimerá —el traductor español de algunas de sus obras— Veinte mil leguas de viaje submarino (1869) a la que seguirían La isla misteriosa (1874), La vuelta al mundo en 80 días (1873), Miguel Strogoff (1876) —la mejor coartada para quienes le consideran un reaccionario—, La esfinge de los hielos (1897) o El soberbio Orinoco (1898). Trabajador infatigable, cultiva, paralelamente a sus viajes, su primera vocación: dramaturgo, escribiendo y adaptando algunas piezas para la escena. Cuando Verne tenía cincuenta y ocho años, en marzo de 1886, tiene lugar un trágico suceso: mientras caminaba de regreso a su casa, su sobrino Gastón, de veinticinco años, con quien mantenía una cordial relación, le disparó con un revólver, sin motivaciones claras. La primera bala no da en el blanco, pero la segunda le hirió en la pierna izquierda, provocándole una cojera de la que no se recuperó. El incidente fue ocultado por la prensa y Gastón pasó el resto de su vida internado en un manicomio. El 24 de marzo de 1905, enfermo de diabetes desde hacía años, Verne murió en su hogar, sita en el bulevar Longueville 44 (actualmente bulevar Julio Verne). Fue enterrado en el cementerio de La Madeleine, ubicado al noroeste de Amiens, en cuya tumba se representa a Verne emergiendo del sepulcro, obra del escultor Albert Roze. Su hijo Michel Verne supervisó la publicación de sus últimas novelas La invasión del mar y El faro del fin del mundo.


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* Existen varias similitudes con el primer verdadero viaje a la Luna, el del Apolo 8 en 1968: en la nave viajan tres astronautas, Estados Unidos es el promotor y productor de la hazaña, despegan desde el estado de Florida, escapan de la gravedad terrestre a 11 km por segundo, requieren de 150 horas de viaje para llegar a la Luna, no alunizan sino que orbitan varias veces alrededor del satélite, y luego regresan a la Tierra.

TEMPESTAD Y CALMA La sombra sigue sombría noche; una luna clara destella. Tranquila el aire puro destila el azul celeste; el sabio alquila viaje ¡Por supuesto! La atmósfera de la flor regenera el olor, se incorpora, vapora para la aurora su olor. En ocasiones la brisa De los verdes olmos Pasa y se estrella En las dulces ramas En el fondo del alma Que la reclama ¡Es un remedio Para todos los males! Un punto se declara Lejos de la casa Se convierte en una vara; Es una confusión; Larga, negra, rápida Nada más la doma Ella se agranda, sube, Cubre el horizonte. La oscuridad avanza Y dobla su negrura; ¡Su funesta apariencia Toma y sobrecoge el corazón! Y temblando presagia Que esa oscura nube

Encierra una gran tormenta En su enorme horror. En el cielo, no hay más estrellas La nube cubre todo Con sus glaciales velas Esta allí, solo y de pie. El viento lo empuja, lo excita, Su inmensidad se irrita; ¡Al ver su flanco que se agita, Se comprende que esta en el límite! Se repliega y se agrupa, Aprieta sus vastos harapos; Apenas contiene los centelleos Que le vienen de sus vientos norteños; La nube en fin se dilata, Se entreabre, se rasga, explota, Como un matiz escarlata Las corrientes de sus negros torbellinos. El relámpago resplandece; luz brillante Que os ciega y os quema los ojos, No se desvanece, la tormenta silbante Lo hace brillar, encenderse mucho mejor; Vuela; en su curso mudo y rápido El horrible viento lo conduce y lo aviva; El rápido relámpago, en su fugitiva marcha Por sus zigzags une la Tierra a los Cielos. El rayo parte instantáneamente; tempestea, truena Y el aire se llena de sus largo ruido; En el fondo de los ecos, el inmenso ruido zumba, Envuelve, presiona todos de sus resquebrajados crujidos. Triplica sus esfuerzos; el relámpago como la bomba, Se lanza y rebota sobre el tejado que sucumbe, Y el trueno estalla, y se repite, y cae, Prolonga hasta los Cielos sus aterramientos. Un poco más lejos, pero tembloroso todavía En el negro cielo la tormenta continúa, Y de sus fuegos ensombrece y colorea La oscuridad de la silbante noche. Entonces por instantes los vientos del norte la mueven Se calma un poco, el trueno se esparce, Y después se acalla, y en la lejanía rueda Como un eco solamente que fue. El relámpago también es cada vez más raro De vez en cuando muestra sus fuegos No es más la cruenta lucha Donde los vientos combatían entre ellos; Llevando a otras partes su sombría cabeza, El horror, el estampido de la tempestad


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Un poco más tarde, se detiene, Finalmente huyen sus bulliciosos juegos. En el cielo la última nube Es barrida por el viento; En el horizonte esa gran tempestad Ha cambiado muy rápidamente; No se ve a lo lejos en la sombra Más que una espesura larga, sombría, Que se va, se tiñe de negro, oscuridad Toda en su desplazamiento. La naturaleza está tranquila, Ha perdido su miedo; Es dulce y dócil Y se regocija el corazón; Si el trueno ruge Y con su profunda voz Allá preocupa al mundo, Aquí no se le teme más. En el cielo la estrella Con un luz más pura Brilla y se devela En el seno del azul celeste; La noche en la tregua, Que toma y sueña, Y que se levanta, No tiene más oscuridad. El agradable aliento Del dulce hálito Que camina Como un suspiro, silenciosamente, la hoja inclina, la zalamería, y provoca placer. La naturaleza es aún mucho más pura, y se duerme; en la embriaguez la señora, así junta una cama de oro. Toda alegre, La flor Se calma; Su corazón Tranquilo Destila El útil Olor. Ella Huye, Bella Noche; Una Luna Clara Destella.

*Sin Titulo/ Mónica Lebedinsky


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GACETILLA DE EVENTOS/CONCURSOS/INFO VARIAS

“Extranjera a la Intemperie”

“Café Montserrat”

2º Lunes de cada mes

1º y 3º viernes de cada mes 19.45 hs

Bar Lavalle 1693-CABA 18.00 hs

Encuentro Antonio Aliberti San José 524- CABA

Conducen: Susana Cattaneo

María Amelia Díaz

A cargo: Luis Raúl Calvo- Amadeo Gravino y colaboradores Música: Pako Rizzo

“Al filo de la palabra” Coordinan Gabriela Yocco -Daniel Adrian Castelao Gorlami Bar Cultural/ Balcarce 971-CABA

“BELISAMA” 4º Sábado de cada mes- 18 hs INAUGURA 28 ABRIL Medrano 152- Bar The Rozz- CABA Conducen:

Liliana Varela Patricia Ortiz


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Generación Abierta Por AM 1010 "Onda Latina” Conducción: Luis Raúl Calvo, Nora Patricia Nardo, en Artes Visuales Adriana Gaspar. MARTES A LAS 19 HS http://www.am1010ondalatina.com.ar


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https://www.facebook.com/groups/PALABRASALSOL/


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Nota: La Gacetilla se halla en construcción. Si desean aportar datos sobre eventos, radios, talleres, etc. envíen mail a:

albordedelacaverna2017@gmail.com

*Sin Título Mónica Lebedinsky

¡Y llegamos al quinto número! Con esta edición cumplimos nuestro primer año de vida, lo que nos alegra sobremanera. Nuestra única finalidad: Difundirnos entre todos, inundar internet con nuestras letras, nuestro arte, aquello que queremos mostrar al mundo. Nos falta ampliar mucho…pero tenemos la ayuda de todos. Liliana Varela y Gladys Cepeda


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